Stanislav Grof’s research while affiliated with Pacifica Graduate Institute and other places

En el año 2009 tuve la ocasión de entrevistar a Stanislav Grof en dos ocasiones. La primera de ellas fue en el aeropuerto JFK de Nueva York, después de participar en un seminario llamado “Insigth and Opening” dirigido por Grof y Jack Kornfield. Grof me recibió en su habitación en el Holoday Inn mientras esperaba a tomar su avión de vuelta a San Francisco, y me dedico un par de horas de su tiempo. Iniciamos la entrevista, comimos juntos y dialogamos distendidamente hasta que fue a tomar su vuelo. La segunda ocasión fue unos meses después en Milán durante el Congreso Europeo de Psicología Transpersonal organizado por EUROTAS (European Transpersoal Association). En aquel momento estaba a trabajando en mi tesis sobre la relación entre la psicología transpersonal y el paradigma de la complejidad, así que dedicamos una parte de la entrevista a explorar este tema. La siguiente entrevista incluye esta parte de la entrevista que hasta ahora no había visto la luz. Grof muestra a lo largo de la entrevista sus amplios conocimientos interdisciplinares, su inquietud intelectual y espíritu crítico, respondiendo con preguntas e ideas que abren nuevos caminos, y poniendo en cuestión algunas de las ideas y preguntas que le realicé y su propio pensamiento previo. La pista de la conexión entre estos dos campos (la piscología transpersonal y el paradigma de la complejidad) me la dio inicialmente uno de las primeras obras de Grof, titulada “Beyond the brain”, y traducido al castellano como “Psicología transpersonal: nacimiento, muerte y transcendencia en psicoterapia”. En el libro plantea que la naturaleza de las experiencias transpersonales y las numerosas observaciones realizadas durante su trabajo de terapeuta con psiquedelicos y respiración holotrópica no se pueden explicar adecuadamente en términos de la cosmovisión mecanicista cartesiana-newtoniana del universo, ni de los modelos neurofisiológicos del cerebro dominantes en aquella época. Para Grof, la única solución para poder llegar a integrar las observaciones de la psicología transpersonal dentro de la ciencia consistiría en un cambio de paradigma de gran extensión y alcance, en una revisión fundamental y profunda del paradigma dominante en la ciencia. Por otro lado, Grof afirma que la corriente de la psicología transpersonal en su conjunto se había encontrado aislada del tronco principal de la ciencia durante sus primeros años de existencia. Pero señala que, a partir de los años 70 del siglo XX, se fueron encontrando conexiones con diversos descubrimientos realizados en otras disciplinas científicas, que parecían encajar mejor con las observaciones realizadas por los psicólogos transpersonales, y que podían servir para dar una explicación a algunos de estos fenómenos. Estos descubrimientos científicos se engloban dentro de lo que posteriormente se conocería como paradigma o ciencias de la complejidad, y al que Grof se refiere como el nuevo paradigma en su libro “Beyond the brain”. Entre las disciplinas y teorías señaladas por Grof dentro de lo que denomina nuevo paradigma se encuentran la física cuántica relativista, las teorías de campo, la teoría general de sistemas, la teoría de la información, la cibernética, el trabajo de Gregory Bateson, el estudio de las estructuras disipativas, y la holografía, entre otras, y a las que posteriormente añadió la teoría del caos y el trabajo de Ervin Lazslo(Grof, 2008). Para Grof, los descubrimientos realizados por estas disciplinas no sólo han socavado los supuestos principales de la visión mecanicista del universo, sino que además se muestran más acordes con las observaciones realizadas por la psicología transpersonal. Grof afirma: “A pesar de que la física cuántica y de la relatividad facilita la crítica más convincente y radical de la visión mecanicista del mundo, diversas vías de investigación de otras disciplinas han inspirado revisiones importantes de la misma. El pensamiento científico ha sido objeto de modificaciones profundas, semejantes a las anteriores, gracias a descubrimientos en la cibernética, la teoría de la información, teoría de sistemas y teoría de la tipología lógica… otra crítica profunda de los conceptos básicos de la ciencia mecanicista ha emergido de la obra de Ilya Prigogine… con sus estudio de las denominadas estructuras disipativas… y el descubrimiento de un nuevo principio que las rige: ”. (Grof, 1988: 80-82). Grof subraya el gran valor del concepto de autoorganización dentro del nuevo paradigma y señala, siguiendo las ideas de Prigogine y E. Jantsch, que parece representar el mecanismo básico de desarrollo evolutivo en diferentes campos y niveles sistémicos. En este sentido, Grof afirma: “El ...no se limita...a los procesos químicos, sino que representa el mecanismo básico del desarrollo evolutivo en todos los campos... El resultado de estas observaciones ha permitido formular una visión unificada de la evolución, en la que el principio unificador no es un estado fijo, sino unas condiciones dinámicas de los sistemas en desequilibrio. Unos sistemas abiertos a todos los niveles y en todos los campos son portadoras de una evolución global, que garantiza el movimiento de continuación de la vida hacia nuevos regímenes dinámicos de complejidad. (...). A pesar de que el nivel más básico en el que se puede analizar la autoorganización es el de las estructuras disipativas… la aplicación de estos principios a los fenómenos biológicos, psicológicos y socioculturales no implica un criterio reduccionista. Al contrario del reduccionismo de la ciencia mecanicista, estas interpretaciones de basan en una homología fundamental, en la interrelación de la dinámica autoorganizadora a muchos niveles” (Grof, 1988: 81-82). Las inquietudes de Grof le llevaron a realizar unos programas pedagógicos experimentales de un mes de duración en el Instituto Esalen, en el que participaron los principales representantes de la psicología transpersonal, junto con algunos pioneros de diversos campos científicos que estaban proponiendo ideas muy vanguardistas en sus respectivas disciplinas (físicos, biólogos, antropólogos, filósofos etc.). En aquellos encuentros se reunieron científicos como Gregory Bateson, Fritjof Capra, Charles Tart, David Bohm, Rupert Sheldrake, Ralph Abraham o Roger Walsh, junto con maestros espirituales orientales y occidentales, y chamanes norteamericanos y mexicanos. A raíz de estos encuentros, en 1978 nace la Asociación de Transpersonal Internacional (ATI), impulsada por Grof. La ATI puso énfasis explícitamente en la interdisciplinariedad, buscando compartir los descubrimientos realizados en diferentes disciplinas, y realizando congresos internacionales por todo el mundo. Por otro lado, en la década de 1980 Grof colaboró estrechamente en la elaboración del libro The turning Point de F. Capra (1982). En este libro, Capra repasa las características principales del paradigma de la ciencia clásico, que considera reduccionista e inadecuado para dar cuenta de la realidad y hacer frente a los cambios a los que se enfrenta la sociedad actual, y argumenta que la ciencia necesita desarrollar los conceptos e ideas de la teoría de sistemas y el pensamiento sistémico, esbozando las características que este nuevo paradigma científico (al que años después se referirá como paradigma de la complejidad) esta tomando en diferentes disciplinas científicas, incluyendo la medicina, biología, psicología y economía.

The article discusses some psychological, philosophical, and spiritual aspects of the research on death and dying. The author challenges materialistic understanding of death, based on metaphysical assumption inherited from the Cartesian-Newtonian paradigm that had became one of the leading myths of the Western science, according to which consciousness is an epiphenomenon of matter, a product of the physiological processes in the brain, and thus critically dependent on the body. By reviewing the existing data and observations from various fields of research he points out to the fact that there is no proof for such a reductive claim. The research of the psychological, philosophical, and spiritual aspects of death and dying discussed in this paper offers considerable theoretical and practical implications, enabling the refusal of materialistic interpretation of death as the final end of human existence and conscious activity of any kind.

Various avenues of modern consciousness research have revealed a rich array of “anomalous” phenomena—experiences and observations that have undermined some of the generally accepted assertions of modern psychiatry, psychology, and psychotherapy concerning the nature and dimensions of the human psyche, the origins of emotional and psychosomatic disorders, and effective therapeutic mechanisms. This chapter summarizes the author's observations and experiences from more than half a century of research into an important subgroup of non-ordinary states of consciousness for which the author coined the name holotropic. These findings seriously challenge the existing scientific paradigms. The author's primary interest has been to explore the healing, transformative, and evolutionary potential of non-ordinary states of consciousness and their great value as a source of new revolutionary data about consciousness, the human psyche, and the nature of reality.

NA presente obra pesquisadores da saude e da condiçao humana defendem a dimensao da complexidade saude antes que da doenca isolada, com foco mente-corpo trazendo aportes para um novo models biomedico integral e sistemico

Ervin Laszlo's revolutionary concept of the Akashic Field and his connectivity hypothesis offer elegant solutions for the baffling paradoxes associated with “anomalous phenomena”—otherwise unexplainable observations which many scientific disciplines encountered in the course of the 20th century. This article explores the ground-breaking contributions that Laszlo's work has made to psychology by providing a plausible conceptual framework for a large number of observations and experiences amassed by modern consciousness research, which challenge the most fundamental assumptions of the traditional scientific worldview.

Apresentação Francisco Di Biase, Neurocirurgião, Grand PhD, AEI-WIDU, Bélgica Professor Honorário da Albert Schweitzer International University, Suiça Ciência e Consciência na Era da Informação Desde Descartes no século XVII, a questão da natureza da consciência foi sendo progressivamente relegada a um plano secundário, sendo praticamente esquecida pelos meios acadêmicos, nos ultimos séculos. Graças às modernas pesquisas nos campos das Neurociências, Física Quântica, Dinâmica Cerebral Holográfica e Teoria da Informação Quântica, Psicologia Transpessoal e Cognitiva, Inteligência Artificial e Ciências da Computação, Parapsicologia, Cosmologia e Filosofia da Mente, a consciência tornou-se na atualidade, um dos principais temas de estudo e discussão da ciência. A consciência não é um problema científico qualquer, pois é a nossa própria consciência que queremos entender. A compreensão de sua natureza pode nos conduzir a uma nova visão de nós mesmos, e de nosso lugar no universo. Pela primeira vez na história humana, temos as condições científicas necessárias para entendermos a consciência, e sua relação com o universo. Richard Amoroso, organizador do livro nos Estados Unidos, levanta o problema da consciência com as seguintes indagações: “Como pode a consciência surgir no universo?” “É a consciência um fenômeno emergente dos processos cerebrais, ou é o cérebro um fenômeno emergente da consciência?” Os autores, todos experts em estudos da consciência, sintetizam os desenvolvimentos, e as múltiplas perspectivas resultantes do moderno estudo da consciência, revelando dimensões que a cultura ocidental somente agora está começando a compreender. Stanislav Grof, um dos criadores da Psicologia Transpessoal, afirma neste livro: “As experiências transpessoais têm muitas características estranhas que rompem todas as premissas metafísicas mais básicas do paradigma cartesiano-newtoniano e da visão materialista do mundo”. É este aspecto revolucionário, e ao mesmo tempo fundamentador, do emergente paradigma holístico, que a meu ver, torna este livro único. Encontramo-nos neste início de milênio, em um ponto de mutação da cultura ocidental, em que os pilares da ciência acadêmica do século XX, tais como a física newtoniana, e a neurociência mecanicística do funcionamento cerebral e da consciência, estão sendo minados por uma moderna ciência holística de natureza sistêmica, quântica e não-reducionista, que vem solucionando o antigo dualismo cartesiano que separou mente e matéria, e homem e universo. É neste contexto, que situamos este livro, como a mais atual e abrangente obra acerca dos modernos estudos da consciência, já publicada no Brasil. Sua leitura proporciona ao leitor um salto quântico, revelando de modo elegante e paradigmático, o padrão holístico que une matéria, vida e consciência, à consciência universal, e à dimensão espiritual. Entre os autores deste volume estão alguns dos maiores expoentes mundiais da área de estudos da consciência, como Stanislav Grof, psiquiatra, um dos pais da Psicologia Transpessoal, Karl Pribram, neurocientista criador da Teoria Holonômica do funcionamento cerebral, Ruppert Sheldrake, biólogo e parapsicólogo, criador da Teoria dos Campos Mórficos, Amit Goswami, físico quântico, criador de uma teoria quântica da consciência, e Richard Amoroso, psicólogo e cosmologista do Noetic Advanced Studies Institute, da California, criador da Teoria do Campo Noético da consciência. Os artigos que compõem o livro são as conferências apresentadas durante o congresso internacional Science and the Primacy of Consciousness, realizado no período de 22 a 24 de abril de 1998, na Universidade de Lisboa, em Portugal. A conferência sobre a Teoria Holoinformacional da Consciência, apresentada por mim, foi a única contribuição latino-americana publicada no livro original nos USA. Durante o congresso, tive a maravilhosa oportunidade de conviver tête-a-tête com Karl Pribram, moderador do caloroso debate que se seguiu à minha controvertida apresentação, e de quem guardo gratas recordações, não só pelo apoio dado às minhas idéias, mas principalmente pela amizade espontânea que nasceu entre nós. Durante o debate, eu havia sido interpelado por um outro conferencista, que de forma sutil tentou desviar o entusiasmo da platéia para com minha apresentação, para a sua, que também utilizava bases informacionais. Pensando que estaria me colocando em uma enrascada, me solicitou que definisse informação dentro do contexto que eu acabara de apresentar. No silêncio que se seguiu, meu cérebro, como que num passe de mágica, fez mil associações de idéias instantaneamente, e de um modo mais intuitivo do que lógico-racional, respondi em poucos segundos: “nesta concepção, informação deve ser entendida como uma propriedade intrínseca , irredutível e não-local do universo, capaz de gerar ordem, auto-organização e complexidade, e deve ser considerada mais básica do que o princípio da conservação da matéria e energia. Ao ouvir isto, Karl se levantou de um pulo, e encaminhando-se em minha direção, me cumprimentou efusivamente, afirmando, “com o que concordo totalmente”, emudecendo assim todo o restante da platéia. Recordo-me com saudades, dos momentos de lazer, durante os almoços nos restaurantes de Lisboa, entre um copo de vinho e outro, em que tivemos a oportunidade de manter um diálogo extremamente produtivo, acerca de seu monismo ontológico, como ele gosta de definir sua posição filosófica, e de discutir suas restrições em relação ao interacionismo-dualismo de Sir John Eccles de quem ele sempre foi grande amigo e admirador. Demonstrou-me que apesar de permanecer um monista, acredita ser viável, como Eccles sugere, a possibilidade de um dualismo epistemológico, ou um pluralismo, como coloca Popper. Gostaríamos de agradecer à Faculdade de Psicologia e Ciências Educacionais da Universidade de Lisboa, e à Fundação Bial, pelo apoio dado à realização do congresso do qual se originou este livro, e ao Journal of Consciousness Studies pela publicação do mesmo, e especialmente, a todos os participantes e organizadores desta aventura do conhecimento que foi este evento seminal.

This paper focuses on an important subcategory of non‐ordinary states of consciousness that the author calls “holotropic” ("moving toward wholeness"). In all pre‐industrial cultures, these states have been held in high esteem as vehicles for ritual and spiritual life. They have played a crucial role in shamanism, rites of passage, the ancient mysteries of death and rebirth, Eastern spiritual practices, and the mystical traditions of the world. They have also been widely used for diagnosing and healing various disorders, for cultivation of intuition and extrasensory perception, as a source of artistic inspiration, and for various practical purposes. In the Western industrial civilization, holotropic states have been pathologized and their value denied; the means and contexts for inducing them have been discarded and some of them even outlawed. Modern consciousness research and experiential psychotherapies have rediscovered the healing and transformative potential of these states. They have also revealed their value for obtaining revolutionary insights into the human psyche and the nature of reality. The author suggests that re‐evaluation of the ontological status of holotropic experiences would have revolutionary implications for our understanding of consciousness, of the dimensions of the human psyche, of emotional and psychosomatic disorders, and of spirituality. It would also open radically new perspectives for psychotherapy and self‐exploration.