February 2012
·
3,698 Reads
·
7 Citations
En los últimos años se han reconocido ampliamente los efectos perjudiciales de las especies vegetales invasoras y se han desarrollado programas a escalas local, regional, nacional y global para frenar su proliferación y mitigar sus impactos presentes y futuros. A escala internacional, una de las metas de la Estrategia Global para la Conservación de las Plantas [1], con mayor énfasis para la etapa 2011-2020 [2] es la implementación de planes de gestión para prevenir nuevas invasiones biológicas y para manejar áreas importantes para la conservación de plantas que ya han sido invadidas, utilizando como marco principal el enfoque por ecosistemas (Recuadro 1). En Cuba, al tema de las especies invasoras se le ha otorgado especial atención en los últimos años [3, 4]. En la Estrategia Nacional para la Diversidad Biológica y Plan de Acción en la República de Cuba, así como en el Plan 2003-2008 y el actual Programa 2009-2013 del Centro Nacional de Áreas Protegidas [5, 6], se encuentran incluidas acciones dirigidas a su identifi cación, monitoreo, control y mitigación de impactos, tanto en áreas protegidas como fuera de estas. Sin embargo, las acciones de manejo para la contención, control y erradicación de las invasoras han sido puntuales y aún no existen en el país estrategias para el manejo y control de especies invasoras [7]. Este protocolo tiene como propósito facilitar la elaboración de estrategias locales de gestión de plantas invasoras en las unidades del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), contribuir a la mitigación de los crecientes impactos de las especies vegetales invasoras en ecosistemas naturales y seminaturales de Cuba, fomentando el aprovechamiento de los recursos que constituyen estas especies.