Encarnación Juárez Almendros’s scientific contributions

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11 - El atavío de la ley del padre en la Vida del soldado español Miguel de Castro
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May 2023

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Encarnación Juárez Almendros

Luego, los gentiles hombres le quitan la ropa de levantar al Conde y le atacan las calzas. Luego le dan un coletillo de armar y luego las reliquias que trae al cuello y el cordón o correa de San Agustín, todo conducido del ayuda de cámara a los gentiles hombres, los cuales se lo ponen; luego, la ropilla; luego, la pretina y espada; luego, el camarero le pone la capa (Vida del soldado español Miguel de Castro) Miguel de Castro nace en Palencia, alrededor de 1590, de familia castellana, decente y humilde. Huérfano de madre desde pequeño, vive con su padre y varios tíos con cargos eclesiásticos y legales, entre los que adquiriría una básica educación formal. En 1604 se enlista de soldado en la compañía del capitán Antonio de la Haya y se embarca en Cartagena para ir a Nápoles. Mientras vive en Italia y en otras zonas del Mediterráneo, el joven sirve a dos capitanes, al virrey de Nápoles y a algunos caballeros de Malta. Es en Malta, poco después de su entrada de novicio en los Congregados de Nuestra Señora de la Asunción en 1612, a sus veintidós años, que Miguel de Castro escribiría su vida. Su autobiografía, Vida del soldado español Miguel de Castro, se centra particularmente en los siete años de su profesión de soldado de 1605 a 1612 y fue posiblemente redactada con la intención de exculpar los errores de su juventud y congraciarse con sus viejos protectores en un momento en que empiezan a preocuparle sus posibilidades de medra (Levisi, Autobiografías 1984, 190–4). De ahí su insistencia en presentarlos como hombres extremadamente tolerantes y paternales, aunque ocasionalmente Castro deje ver una relación con sus amos mucho más tensa y cruel, como afirma cuando decide dejar al capitán Francisco de Cañas: ‘jamás me había dado cosa que fuese de consideración, ni me trataba como en razón, ni conforme debía’ (560). El escritor está muy cercano a los hechos vividos y le falta la perspectiva distanciada del narrador maduro, de ahí la minuciosidad del examen de su temprana juventud.