July 2019
·
73 Reads
A unque resulte un tanto paradójico, un campo que tra-baja cuerpo a cuerpo con disciplinas científicas como la historia, estética o etnografía no suele llevar un registro puntual de sus acciones. Tanto el desarrollo de mu-seos como el montaje de exposiciones suelen ser actividades inmensamente complejas y desgastantes: la coordinación entre múltiples especialistas, los tiempos de producción, las limitaciones presupuestales y las dificultades inherentes a todo proyecto que conlleve investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural suelen llegar a un punto límite con la inauguración. A lo anterior, hay que añadir las dificultades propias del registro y la documentación de diversos productos interdependientes que convergen en un montaje.