Esta tesis doctoral, sobre el reconocimiento y empoderamiento pacifista del docente para construir cultura de paz, está contextualizado en la realidad social colombiana, la cual ha vivido en las últimas décadas de su historia una situación de violencia sociocultural y política marcada por la iniquidad y la exclusión, pero también por un anhelo de paz después de la firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC-EP en el año 2016.
Actualmente hablar una cultura para hacer las paces se ha convertido en un referente importante para la construcción de una educación para la paz. La violencia social se reproduce dentro de la escuela de múltiples formas y los docentes no son ajenos a esta situación, pero ellos pueden ser un factor de cambio en la construcción de la paz; una paz que no es perfecta sino "imperfecta", en cuanto es un proceso inacabado, procesual, dinámico y en constante construcción como plantea Francisco Muñoz. Los docentes son actores centrales en el proceso educativo y en la construcción de una cultura para hacer las paces. Por tanto, el reconocimiento recíproco y el empoderamiento pacifista del docente son una clave importante para transformar la actual cultura violenta que vive el país.
El reto de construir cultura de paz, en medio de una situación violenta y conflictiva como la colombiana, pasa necesariamente por el fomento de una educación humanista en donde el docente se constituye en actor importante en el proceso educativo para la paz; por lo cual, el objetivo general de esta investigación busca “identificar y analizar la praxis intersubjetiva de reconocimiento recíproco y las prácticas y actitudes de empoderamiento pacifista del docente que labora en colegios públicos de la periferia de Bogotá, así como sus significados e implicaciones, a partir de una educación humanista desde el enfoque de las capacidades como un aporte a la cultura para la paz imperfecta en Colombia”.
Para la consecución de este objetivo se empleó un enfoque metodológico cualitativo desde tres perspectivas: la primera, una perspectiva metodológica deconstructiva-reconstructiva para abordar y analizar los conceptos centrales de la investigación como son el reconocimiento recíproco y el empoderamiento pacifista desde el contexto sociocultural colombiano, así como la educación para la paz y la cultura de paz, aspectos consignados en el marco teórico; la segunda, una exploración bibliográfica sobre los diversos documentos e investigaciones realizadas en las últimas décadas sobre el tema investigado contrastándolo con trabajos similares realizados en el País Vasco, para apreciar similitudes y contrastes en la manera como el docente contribuye a la construcción de una cultura de paz desde la educación; y, por último, el empleó de un dispositivo metodológico denominado Producciones Narrativa, como metodología cualitativa de corte narrativo, con el cual se elaboraron veinte relatos narrativos con igual número de docentes que laboran en colegios públicos de la periferia de Bogotá, para explorar y analizar sus experiencias de reconocimiento y sus prácticas de empoderamiento pacifista, como un conocimiento situado y encarnado de su labor educativa.
El análisis de los relatos narrativos de los docentes se llevó a cabo en dos niveles: el primer nivel de análisis se realizó en la construcción, revisión, textualización y co-escritura del relato narrativo de manera individual con cada uno de los docentes participantes; el segundo nivel de análisis se efectuó no sobre ellos sino a partir de ellos, a la luz del marco conceptual. Este análisis se realizó bajo cuatro ejes temáticos enmarcados en: a) la realidad personal, social, cultural y laboral que viven los docentes del sector público que laboran en colegios de la periferia de Bogotá; b) la praxis intersubjetiva de reconocimiento docente; c) las prácticas y actitudes de empoderamiento pacifista del docente; d) las experiencias de educación, cultura de paz y desempeño del rol docente.
En este tiempo de posconflicto que vive Colombia, se le ha conferido a la educación la responsabilidad de recorrer el camino hacia una cultura para hacer las paces. Reto que pasa por el reconocimiento y empoderamiento pacifista de los docentes, sobre todo de quienes laboran en el sector público. Esto implica, como aboga Martha Nussbaum la necesidad de instaurar “una educación bien fundada en las humanidades para realizar el potencial de las sociedades que luchan por la justicia” (2012). Este planteamiento entra en consonancia con el propósito de la educación para la paz y favorece la construcción de una cultura de paz, en cuanto centra el papel de la educación en la formación de ciudadanos pacíficos.
En conclusión, analizar y reflexionar el papel de la escuela y del docente en el contexto social de los colegios públicos es un proceso complejo y exigente, que implica, por un lado, deconstruir las políticas públicas sobre educación que se viene desarrollando en el país, orientadas desde un enfoque utilitarista que privilegia la competencia y la productividad por encima de las capacidades de la individuos y su dignidad; y por otro lado, reconstruir el reconocimiento intersubjetivo y el empoderamiento pacifista de los docentes, quienes se han visto relegados a ser funcionarios de la educación o a nadar contracorriente en medio de una sociedad violenta que margina y amenaza a quienes buscan un cambio y luchan por construir una cultura de paz, que aunque imperfecta es una alternativa en contra de la cultura de la violencia.
Desde esta perspectiva, se puede comprender la doble responsabilidad que tiene el docente: por un lado, debe educar en el conocimiento, educar en el saber; y, por otro lado, es responsable de educar para la vida, educar en el ser, es decir, buscar que sus estudiantes sean mejores seres humanos. Para educar en el saber, el docente cuenta con su formación disciplinar, la cual, no es suficiente para educar en el ser. Por ello, es necesario que el docente desde el reconocimiento recíproco y el empoderamiento pacífico desarrolle capacidades que le permitan pasar “de ser profesores transmisores de conocimientos, a ser maestros formadores de seres humanos” comprometidos con la construcción de la paz imperfecta.