Roads are a widespread and increasing feature of most landscapes. We reviewed the scientific literature on the ecological effects of roads and found support for the general conclusion that they are associated with negative effects on biotic integrity in both terrestrial and aquatic ecosystems. Roads of all kinds have seven general effects: mortality from road construction, mortality from collision with vehicles, modification of animal behavior, alteration of the physical environment, alteration of the chemical environment, spread of exotics, and increased use of areas by humans. Road construction kills sessile and slow-moving organisms, injures organisms adjacent to a road, and alters physical conditions beneath a road. Vehicle collisions affect the demography of many species, both vertebrates and invertebrates; mitigation measures to reduce roadkill have been only partly successful. Roads alter animal behavior by causing changes in home ranges, movement, reproductive success, escape response, and physiological state. Roads change soil density, temperature, soil water content, light levels, dust, surface waters, patterns of runoff, and sedimentation, as well as adding heavy metals (especially lead), salts, organic molecules, ozone, and nutrients to roadside environments. Roads promote the dispersal of exotic species by altering habitats, stressing native species, and providing movement corridors. Roads also promote increased hunting, fishing, passive harassment of animals, and landscape modifications. Not all species and ecosystems are equally affected by roads, but overall the presence of roads is highly correlated with changes in species composition, population sizes, and hydrologic and geomorphic processes that shape aquatic and riparian systems. More experimental research is needed to complement post-hoc correlative studies. Our review underscores the importance to conservation of avoiding construction of new roads in roadless or sparsely roaded areas and of removal or restoration of existing roads to benefit both terrestrial and aquatic biota.
Resumen: Las carreteras son una característica predominante y en incremento de la mayoría de los paisajes. Revisamos la literatura científica sobre los efectos ecológicos de las carreteras y encontramos sustento para la conclusión general de que las carreteras están asociadas con efectos negativos en la integridad biótica tanto de ecosistemas terrestres como acuáticos. Las carreteras de cualquier tipo ocasionan siete efectos generales: mortalidad ocasionada por la construcción de la carretera; mortalidad debida a la colisión con vehículos; modificaciones en la conducta animal; alteración del ambiente físico; alteración del ambiente químico; dispersión de especies exóticas e incremento en el uso de áreas por humanos. La construcción de carreteras elimina a organismos sésiles y a organismos de lento movimiento, lesiona a organismos adyacentes a la carretera y altera las condiciones físicas debajo ella misma. Las colisiones con vehículos afectan la demografía de muchas especies tanto de vertebrados como invertebrados; las medidas de mitigación para reducir la pérdida de animales por colisiones con vehículos han sido exitosas solo de manera parcial. Las carreteras alteran la conducta animal al ocasionar cambios en el rango de hogar, movimientos, éxito reproductivo, respuesta de escape y estado fisiológico. Las carreteras cambian la densidad del suelo, temperatura, contenido de agua en el suelo, niveles de luz, polvo, aguas superficiales, patrones de escurrimiento y sedimentación, además de agregar metales pesados (especialmente plomo), sales, moléculas orgánicas, ozono y mutrientes a los ambientes que atraviesan. Las carreteras promueven la dispersión de especies exóticas al alterar los hábitats, al estresar a las especies nativas y proveer corredores para movimiento. Las carreteras también promueven el incremento de la caza y la pesca, el hostigamiento pasivo de animales y modificaciones del paisaje. No todas las especies ni todos los ecosistemas son afectados por las carreteras de igual forma, pero en general la presencia de carreteras está altamente correlacionada con cambios en la composición de especies, los tamaños poblacionales y los procesos hidrológicos y geomorfológicos que afectan a la estructura de sistemas acuáticos y reparios. Se necesita más investigación experimental para complementar estudios correlativos post-hoc. Nuestra revisión hace énfasis en que en trabajos de conservación es importante evitar la construcción de nuevas carreteras en áreas carentes de ellas o en áreas con pocas carreteras, además de remover o restaurar carreteras existentes con la finalidad de beneficiar tanto a la biota acuática como la terrestre.