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La cuenca de tracción de Cabudare, Venezuela centro-occidental

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Abstract

Diversas depresiones reconocidas a lo largo de las grandes fallas transcurrentes del norte de Venezuela, han sido interpretadas como cuencas en tracción ; entre éllas se citan : las cuencas de Las González, Yaracuy, ambas asociadas a la falla de Boconó, la fosa de Cariaco y el lago de Valencia. La depresión de Cabudare, localizada inmediata-mente al este de la ciudad de Barquisimeto, está rodeada esencialmente de rocas mesozoicas, pertenecientes al alóctono caribe. Dicha depresión tiene unos 15 km de largo en dirección NE-SW, y puede alcanzar transversalmente los 10 km, siendo su relleno sedimentario de edad plio-pleistocena e inclusive holocena. Las deformaciones tectónicas que afectan el relleno sedimentario de esta cuenca, indican un régimen distensivo, el cual es contemporáneo a las deformaciones compresivas detectadas en las afueras de dicha cuenca intramontana. La cuenca de Cabudare, está asociada a la falla activa dextral de Boconó, la cual atraviesa oblícuamente los andes venezolanos por màs de 400 km, en sentido NE-SW; además, se localiza en el área de solape de dos segmentos de dicha falla y su edad sería bàsicamente plio-pleistocena. Su generación es producto de la transtensión localizada en la zona de solape dextro.
... -Cuenca de Cabudare La cuenca de tracción de Cabudare que proponen Giraldo y Audemard (1997), se ubica en la terminación septentrional de los andes merideños y está asociada a la falla activa dextral de Boconó. Tal asociación se debe a que se encuentra limitada en sus bordes, norte y sur, por dos ramales subparalelos de la Falla de Boconó. ...
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Durante los meses de febrero y marzo de 2014, se realizó en la región occidental de Venezuela la adquisición de varios perfiles de sísmica profunda, dentro del marco del proyecto GIAME. En esta investigación se analiza la estructura cortical del perfil Andes Norte, segmento Capatárida – Cabudare, a partir del modelado de velocidades de ondas sísmicas. Para este segmento, la adquisición consistió en la colocación de sismógrafos independientes TEXAN que captaron las vibraciones generadas por 7 disparos controlados en superficie. Usando los datos adquiridos en el perfil de interés, se generaron secciones sísmicas reducidas empleando el código Seisplot con velocidad de 6 km/s, 8 km/s y 3.46 km/s, a las cuales se le aplicaron filtros pasa-banda. En las secciones sísmicas fueron identificadas las fases corticales Pg (sedimentos y basamento cristalino) y PmP (reflexión del Moho). En algunos casos se identificaron adicionalmente la fase PiP (reflexión intracortical), y en el caso particular de la sección Capatárida, se identificó un tren de ondas refractadas intra-mantélicas. A partir de la interpretación de las diferentes secciones, y mediante el uso de información geológica y geofísica previamente publicada, se generó el modelo bidimensional de ondas P con el programa RAYINVR de 390 km de longitud, desde la costa de Falcón en el noroeste hasta el flanco sur de Los Andes en el sureste. El modelo se generó incorporando dos capas sedimentarias, una poco consolidada y una consolidada con velocidades entre 2,9 km/s y 4,5 km/s, respectivamente. La primera representa los sedimentos del Oligo-Mioceno de la cuenca invertida de Falcón al noreste del modelo, que alcanza una profundidad máxima de 2 km; la segunda, el basamento de las Napas de Lara a una profundidad máxima de 6 km. La corteza cristalina fue separada en corteza superior e inferior, la primera se acerca a la superficie hacia el sur de la ciudad de Cabudare como expresión de Los Andes de Mérida, y su profundidad máxima es de 28 km en la zona central del modelo. El manto es representado por una capa de velocidad promedio de 7,7 km/s. La profundidad de Moho va desde 28,5 km al este de la población de Dabajuro (Edo. Falcón) hasta 39 km, con una profundidad promedio de 37 km. Además, se infiere una interfase por debajo de la discontinuidad de Moho correspondiente a una estructura de alta velocidad en el manto. Los resultados generados en este estudio nutren la base de datos de profundidades y velocidades corticales existente en el país, además de aportar información que ayudará a entender el origen, evolución y configuración estructural de la cadena andina
... This is well supported by stress tensors inverted from FMS ( Figs. 6 and 7). In addition, Audemard et al. (2005;in their table 3) Fig. 2), such as Las González (Schubert, 1980b and1984), Cabudare (Giraldo and Audemard, 1997), Burbusay 2007), Cariaco trough (Schubert, 1984;Escalona et al, 2011) and gulf of Paria (Ysaccis, 1997). Among the fault-slip derived tensors, less than 10% of the stress tensors (stations 18, 20, 51 through 53 and 66 in Fig. 5) attest to either extension or transtension. ...
Article
This paper presents a compilation of 16 present-day stress tensors along the southern Caribbean plate boundary zone (PBZ), and particularly in western and along northern Venezuela. As a trial, these new stress tensors along PBZ have been calculated from inversion of 125 focal mechanism solutions (FMS) by applying the Angelier & Mechler's dihedral method, which were originally gathered by the first author and published in 2005. These new tensors are compared to those 59 tensors inverted from fault-slip data measured only in Plio-Quaternary sedimentary rocks, compiled in Audemard et al. (2005), which were originally calculated by several researchers through the inversion methods developed by Angelier and Mechler or Etchecopar et al. The two sets of stress tensors, one derived from geological data and the other one from seismological data, compare very well throughout the PBZ in terms of both stress orientation and shape of the stress tensor. This region is characterized by a compressive strike-slip (transpressional _senso lato_), occasionally compressional, regime from the southern Mérida Andes on the southwest to the gulf of Paria in the east. Significant changes in direction of the maximum horizontal stress (σH = σ1) can be established along it though. The σ1 direction varies progressively from nearly east-west in the southern Andes (SW Venezuela) to between NW-SE and NNW-SSE in northwestern Venezuela; this direction remaining constant across northern Venezuela, from Colombia to Trinidad. In addition, the σV defined by inversion of focal mechanisms or by the shape of the stress ellipsoid derived from the Etchecopar et al.'s method better characterize whether the stress regime is transpressional or compressional, or even very rarely trantensional at local scale. The orientation and space variation of this regional stress field in western Venezuela results from the addition of the two major neighbouring interplate maximum horizontal stress orientations (σH): roughly east-west trending stress across the Nazca-South America type-B subduction along the pacific coast of Colombia and NNW-SSE oriented one across the southern Caribbean PBZ. Meanwhile, northern Venezuela, although dextral strike-slip (SS) is the dominant process, NW-SE to NNW-SSE compression is also taking place, which are both also supported by recent GPS results.
... Particularly, Casas (1995) and Casas and Diederix (1992) have debated the pull-apart basin origin of the Yaracuy valley, originally proposed by Schubert (1983). However, some other basins have also been postulated, such as Los Mirtos-Zumbador (composite pull-apart west of San Cristobal, T! achira state; Singer and Beltr! an, 1996), Cabudare (northeastern edge of the MA, east Lara state; Giraldo and Audemard, 1997) and Apartaderos-Mucubaj! ı (central Andes, M! erida state; Soulas, 1985;Audemard et al., 1999a). Two of those particularly deserve our attention because of their connotations as to chain uplift: Las Gonz! alez and Apartaderos. ...
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The Mérida Andes is a mountain chain that trends SW–NE in western Venezuela, extending for some 350 km from the Colombian–Venezuelan border to the city of Barquisimeto. Its highest peaks reach 5000 m in elevation in the central portion, near Mérida. This chain appears to be the northeastward topographic prolongation of the Eastern Cordillera of the Colombian Andes. The latter belongs to the main Andes chain that extends along the Pacific coast of South America. However, there is no direct genetic relationship between the Mérida Andes and Eastern Cordillera. The Mérida Andes uplift is not produced by convergence across a conventional type-B subduction, as most of the South American Andes are. In addition, the Mérida Andes and Eastern Cordillera are separated by the southern termination of the left-lateral strike-slip Santa Marta-Bucaramanga fault, and the NW–SE trending Santander Massif. The present Mérida Andes chain build-up results from Pliocene–Quaternary transpression due to oblique convergence between two continental blocks: South America and Maracaibo Triangular Block. The present geodynamic setting is responsible for ongoing strain partitioning along the Mérida Andes where the foothills and the mountain belt have been shortened transversely in a NW–SE direction whereas the Boconó fault, roughly located in the core and along the Mérida Andes axis, accommodates dextral slip. Tectonic inheritance in the Mérida Andes plays a major role, since the chain growth partly results from inversion of Jurassic (half-) grabens, exposing Precambrian and Paleozoic rocks of the South American continental crust along the chain core.
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Se realizó una caracterización química y radiométrica, a sedimentos aluviales de la cuenca de Barquisimeto -Cabudare, estado Lara, utilizando muestras de pozos exploratorios ubicados en la zona occidental de la ciudad de Barquisimeto y en la zona occidental de la ciudad de Cabudare, estado Lara. El análisis consistió en la medición de las concentraciones de los componentes mayoritarios, y de la radioactividad natural presente en los sedimentos. Mediante esta caracterización se determinó que, hacia el pozo de Barquisimeto, existen 4 unidades químicas-radiométricas que se correlacionan con los sedimentos cuaternarios Q1, Q2, Q3 y con la Formación Bobare. Mientras que, hacia Cabudare, las 3 unidades químico-radiométricas encontradas se correlacionan con sedimentos cuaternarios Q1, Q2, Q3, con sedimentos de la Formación Guamacire y con el Esquisto de Mamey. Finalmente, mediante la comparación entre las unidades definidas, se encontró que existieron diversos periodos de actividad (subsidencia) en la Cuenca de Tracción de Cabudare, siendo interpretado un período de gran subsidencia durante el Plioceno asociado a la depositación de la Formación Guamacire, uno de menor actividad hace 0,95 Ma, con una nueva reactivación hace 0,4 Ma, estando en la actualidad en una relativa “calma”.
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