En los últimos años, la seguridad alimentaría se ha convertido en una cuestión clave en los países desarrollados. Por este motivo se han creado organismos para su gestión y se ha desarrollado una normativa específica. Destaca principalmente el Reglamento 178/2002, que en su artículo 18 presenta la trazabilidad, una técnica que permite determinar perfectamente el historial de un alimento concreto, para facilitar su retirada del mercado en caso de crisis. En una investigación realizada el año pasado por la Universidad Politécnica de Madrid, las empresas cárnicas españolas consideran que la trazabilidad ayuda a cumplir con la normativa alimentaria vigente.