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AN. VET. (MURCIA) 19: 121-127 (2003). EL ESTRÉS EN LOS ÉQUIDOS. MARTOS, N. y AYALA, I. 121
EL ESTRÉS EN LOS ÉQUIDOS
Stress in the equine
N. Martos, I. Ayala
Servicio de Medicina y Cirugía de Grandes Animales
Hospital Clinico Veterinario, Universidad de Murcia
Campus de Espinardo
30.100 Murcia. España
Telefono: 629204173/ Fax: 968364147
Correspondencia a: nievesmm@um.es
RESUMEN
Los caballos son una especie muy sensible al estrés, una respuesta aguda de estrés induce un aumento en
las concentraciones de cortisol plasmático. A corto plazo, moviliza energía, pero la producción de cortisol
mantenida crónicamente contribuye al agotamiento de los músculos, a la hipertensión y a la alteración del
sistema inmune y fertilidad. Esta respuesta de estrés crónico varía las concentraciones de cortisol plasmático
según el estímulo que lo origina y la especie animal que se ve afectada.
En este trabajo se revisan las diversas aportaciones sobre el tema: cómo afecta el transporte al estrés de los
équidos (según la distancia, condiciones climatológicas y de transporte). También se estudia la relación entre
estrés y ejercicio considerando varias variables como la edad del caballo, esfuerzo realizado en el ejercicio y
condiciones ambientales. Por último, se considera la relación que existe entre estrés y enfermedad, teniendo en
cuenta cómo afecta cada patología y la influencia de la evolución clínica en la concentración de cortisol
plasmático.
Palabras clave: estrés, caballo, cortisol, ejercicio, transporte y enfermedad.
ABSTRACT
Horses are specially sensitive to stress. A strong answer to stress induces an increase in the concentrations
of plasmatic cortisol. It mobilizes energy at short term, but the cortisol production in the long term contributes
to exhaustion of muscles, hypertension and alterations of fertility and immune system. This chronic stress
reaction alters the concentrations of plasmatic cortisol depending on the causing stimulus and the affected
specie. In this paper, a bibliographic revision is done on this subject: stress caused by transport (depending on
climatic, duration and transport conditions). Stress related to sport is also studied (taking into account factors
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INTRODUCCIÓN
El término estrés fue introducido en la lite-
ratura científica, en 1936, por Hans Seyle, aun-
que ya un año antes, en 1935, Cannon dio el
nombre de homeostasis al estado estable de los
fluidos orgánicos y utilizó la palabra estrés para
referirse a aquellos factores (frío, hipoxia,
hipoglucemia, hemorragias, etc.) que eran capa-
ces de producir una alteración de la homeostasis,
y a la respuesta del organismo, necesaria para
establecer el estado de equilibrio y adaptarse al
estímulo agresor (Illera, 2000). A pesar de esto,
al que se considera como verdadero introductor
del término “estrés” es a Seyle.
Normalmente, en un contexto veterinario, el
término estrés se utiliza cuando existe un pro-
fundo cambio fisiológico, en la condición ani-
mal, que generalmente conduce a la enferme-
dad (Illera, 2000). Sin embargo, aún dentro de
este marco específico, las rutas fisiológicas del
estrés son muy diversas. Algunos ejemplos pue-
den ilustrar esta afirmación —ya apuntada— de
que en veterinaria se crea algo de confusionismo
con la terminología.
En veterinaria el estrés se relaciona con el
destete, los cambios de dietas, la sobrealimenta-
ción, el hacinamiento, transporte, etc. También,
el estrés en ganadería se ha definido como el
resultado de una solicitud exagerada de las ca-
pacidades de equilibrio fisiológico y de com-
portamiento de los animales.
La intervención de las glándulas adrenales
en las reacciones de estrés ha sido analizada por
Axelord y Reisine (1984) quienes afirman que
en la mayoría de mamíferos, las dos estructuras
de la glándula —médula y corteza— al estar
contiguas favorecen que algunas de las sustan-
cias producidas en el tejido cortical puedan al-
canzar con facilidad la médula y regular la con-
versión de norepinefrina a epinefrina. Esas sus-
tancias corticales no son otras que los glucocor-
ticoides, estimuladas a su vez por la hormona
adrenocorticotropa (ACTH) de la adenohipófi-
sis.
Muchas situaciones de manejo de los ani-
males (agrupamientos, transporte, etc.) provo-
can signos de marcada actividad de la corteza
adrenal. La activación de la glándula adrenal
acompaña a las reacciones de factores estresantes
tan diversos como el frío, calor, manipulacio-
nes, exposición a nuevos ambientes, ejercicio
muscular o estímulos sociales.
Se sabe que el cortisol es el responsable de
gran parte del comportamiento de la respuesta
al estrés. A corto plazo, moviliza energía, pero
su producción mantenida crónicamente contri-
buye al agotamiento de los músculos, a la
hipertensión y la alteración del sistema inmune
y la fertilidad.
Los caballos son una especie muy sensible
al estrés, una respuesta aguda de estrés induce
un aumento en las concentraciones de cortisol
plasmático (Alexander et al., 1996). Sin embar-
go los niveles de cortisol total pueden estar au-
mentados o disminuidos durante un estrés cró-
nico, variando según el estímulo que lo origina
y la especie que se ve afectada. Los factores que
intervienen en la producción de cortisol cam-
bian también según la especie, así en las ovejas,
para la secreción de ACTH se requiere AVP
(hormona arginina-vasopresina) y CRH (hormo-
na liberadora de adrenocorticotropa), mientras
que en el hombre y en el caballo la AVP es
menos importante (Alexander et al., 1996). El
estrés crónico aumenta el nivel plasmático de
cortisol en cerdos hacinados (Janssens et al.,
1995) y en ratas estimuladas eléctricamente
such as age, undergone effort during exercise and environmental conditions). Finally, the relation between
stress and illness is also studied, taking into account the effect of each disease and the influence of the clinical
progress on the concentration of plasmatic cortisol.
Key words: stress, horse, cortisol, transport, sport and disease.
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(Fleshner et al., 1995). Pero se han encontrado
disminuciones de las concentraciones
plasmáticas de cortisol en caballos estresados
socialmente (Alexander et al., 1988) y durante
el síndrome de fatiga crónica en el hombre
(Demitrack et al., 1991). Sin embargo, en gana-
do ovino con pedero se han encontrado tanto
aumentos como disminuciones de las concen-
traciones plasmáticas de cortisol.
EFECTO DEL TRANSPORTE SOBRE EL
ESTRÉS
Son varios los estudios realizados sobre cómo
afecta el transporte, tanto la distancia como las
condiciones en que se realiza éste en los caba-
llos. Forhead et al.(1995) hicieron un estudio en
burros transportados unos en ayunas y otros ali-
mentados, observando que los cambios en las
concentraciones de cortisol como consecuencia
del viaje, eran menores en los burros alimenta-
dos. Smith et al. (1996) sugirieron que el trans-
porte podría contribuir a la patogénesis de en-
fermedades respiratorias post-transporte en el
caballo. Stull (1999) observó cómo afectaba al
estrés por el diseño y el área del camión, me-
diante indicadores del estrés como el cortisol y
la existencia de neutrofilia, que mostraron un
aumento mayor en camiones de plataforma rígi-
da.
Friend (2000) estudió el consumo de agua,
deshidratación y estrés en caballos, en transpor-
tes comerciales de larga distancia, concluyendo
que caballos sanos transportados durante más
de 24 horas con clima cálido y sin agua podrían
sufrir deshidratación severa; los transportes de
más de 24 o 28 horas con periodos de acceso al
agua pueden ser dañinos debido a que incre-
mentan la fatiga. Otro articulo de Stull (2000)
también concluyó que el transporte de caballos
durante más de 24 horas producía cambios en el
metabolismo muscular, índices de estrés, deshi-
dratación, parámetros inmunes y peso corporal;
estas respuestas pueden aumentar la susceptibi-
lidad a enfermedades e influir en la energía dis-
ponible en el rendimiento atlético. También se
han realizado investigaciones sobre cómo influ-
ye la disposición de los caballos en el camión
durante transportes largos (24 horas) para que
estos sufran estrés; así Stull y Rodiek (2002),
midiendo concentraciones de cortisol sérico, lac-
tato, glucosa y proteínas totales, recuento de
células blancas sanguíneas, amino transferasas
(GOT y GPT) y creatinquinasa, observaron que
estos valores estaban aumentados cuando los
caballos permanecían atados transversalmente
en el camión y que eran menores cuando los
caballos eran transportados sueltos dentro del
camión.
RELACIÓN ENTRE EJERCICIO Y
ESTRÉS
La influencia del estrés en el ejercicio ha
sido bastante estudiada. Baker et al. (1982) mi-
dieron cortisol y testosterona en caballos
estresados, en los que observaron que los nive-
les de cortisol no disminuían, pero los niveles
de testosterona fueron significativamente me-
nores que los de los caballos de carreras no
estresados, llegando a la conclusión de que la
reducción de los niveles de testosterona es una
respuesta no específica similar a la que se ha
visto en otras especies.
Lassourd et al. (1996) estudiaron la cinética
del cortisol en caballos durante un ejercicio de
56 Km. y concluyeron que el ejercicio produce
un aumento de la secreción adrenal, el cual no
está exactamente reflejado por el aumento más
limitado en la concentración de cortisol
plasmático. Las mediciones de eliminación
(clearance) de cortisol plasmático resultan ne-
cesarias para los ensayos de la función de la
glándula adrenal durante el ejercicio.
Horohov et al. (1999), compararon en caba-
llos viejos y jóvenes cómo se modula el sistema
inmune, inducido por el ejercicio, comprobando
que aunque la respuesta linfoproliferativa y de
título de anticuerpos de los caballos viejos era
menor que los caballos jóvenes, los caballos
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viejos fueron más resistentes a los cambios in-
ducidos por el ejercicio en la función inmune:
posiblemente debido a menores concentracio-
nes de cortisol. Llegaron a la conclusión de que
el estrés y la edad afectan a la función inmune.
Los caballos viejos tenían reducida la función
inmune, pero eran más resistentes a la supresión
inmune inducida por el ejercicio que los caba-
llos más jóvenes.
Golland et al. (1999) estudiaron los efectos
que el entrenamiento y sobreentrenamiento tie-
nen en las concentraciones plasmáticas de
cortisol y beta-endorfinas en descanso y des-
pués de pruebas de ejercicios estandarizados y
la respuesta a la administración de ACTH. Ob-
servaron que las concentraciones de cortisol y
beta-endorfinas en el descanso no fueron
significativamente diferentes de las obtenidas
tras un sobreentrenamiento. Las concentracio-
nes más elevadas después de la administración
de ACTH no fueron significativamente diferen-
tes en los caballos muy ejercitados. La disfunción
del eje hipotálamo-hipófisis-glándulas adrenales
apareció en caballos sobreentrenados, pero esta
adaptación no está asociada con los cambios en
la respuesta a la ACTH.
Marc et al. (2000) probaron que la respuesta
de cortisol plasmático a ejercicios en la cinta sin
fin o a la inyección de ACTH puede ser un
marcador fisiológico de confianza para la eva-
luación del rendimiento.
Posteriormente Elsaesser et al. (2001) estu-
diaron el uso de la saliva para determinar cortisol,
como un marcador del rendimiento del ejerci-
cio, no siendo este un marcador fiable del esta-
do de entrenamiento y aptitud del caballo.
Hamlin et al. (2002) concluyeron que las
concentraciones sanguíneas postejercicio de
lactato y cortisol pueden ser útiles para detectar
un sobreentrenamiento agudo en caballos atléti-
cos.
Williams et al. (2002) estudiaron los efectos
de condiciones ambientales de frío y calor hú-
medo, en las respuestas neuroendocrinas de ca-
ballos al realizar ejercicios de cinta sin fin, ob-
servando que en las respuestas de ejercicio pos-
taclimatación la adrenalina y noradrenalina jue-
gan un papel importante en la adaptación de los
caballos al estrés térmico y que cambios en las
concentraciones de beta-endorfinas plasmáticas
podrían ser usadas como un indicador sensible
de tolerancia térmica antes y después de la acli-
matación. El uso de cortisol plasmático como
indicador de estrés de calor y tolerancia térmica
antes y después de la aclimatación en caballos
en ejercicio parece limitado.
Nagata et al. (1999) sugieren que el sistema
nervioso autónomo y el eje hipófisis-glándulas
adrenales están simultaneados actuando conjun-
tamente en los diferentes ejercicios de carreras
en el caballo, y que la respuesta de catecolami-
nas, cortisol y adrenocortotropina puede ser usa-
da en la valoración del estrés inducido por las
carreras.
RELACIÓN ENTRE ENFERMEDAD Y
ESTRÉS
En lo concerniente al estrés relacionado con
el dolor y sobre sus efectos en el sistema inmu-
ne, pronóstico y evolución de las enfermedades,
la bibliografía existente es poco extensa.
Moore et al. (1981) provocaron una lamini-
tis por hipertensión administrando una sobre-
carga de hidratos de carbono, con cambios he-
matológicos indicativos de hemoconcentración
y respuesta de estrés, con referencia a los leuco-
citos, compatible con aumento de adrenogluco-
corticoides y/o catecolaminas.
Santschi et al. (1991) midieron las concen-
traciones de cortisol, sulfato de estrona y
progesterona en yeguas preñadas que sufrían
diversas enfermedades (cólicos y torsión
uterina) que precisaron de tratamientos médi-
cos y quirúrgicos. Dividieron a los animales en
tres grupos: las yeguas con cólico que fueron
tratadas quirúrgicamente; las que fueron trata-
das médicamente y el tercer grupo de yeguas
con torsión uterina. En la mayoría de las ye-
guas de los tres grupos aparecían valores de
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cortisol plasmático por encima de 30 ng/ml.
Ninguna de las tres hormonas fue lo suficien-
temente fiable para tomar decisiones clínicas
basándose en ellas. En este estudio también se
reflejaba que enfermedades gastrointestinales
severas estaban asociadas con concentraciones
de cortisol aumentadas y los aumentos de
cortisol pueden estar asociados con abortos.
Las concentraciones de cortisol disminuían en
todas las yeguas durante la hospitalización. En
aquellas en las que se había requerido un trata-
miento quirúrgico la disminución era lineal
como resultado de la corrección inmediata del
problema sin complicaciones post-operatorias,
mientras en las que requerían tratamiento
medico la disminución de la concentración de
cortisol era fluctuante como resultado de la
corrección gradual de la lesión.
Los resultados de Evans et al.(1996), mues-
tran que el control de la secreción de ACTH no
está influenciado solamente por acciones inde-
pendientes de sustancias secretoras tales como
CRH y AVP, o inhibidores tales como cortisol,
sino por una interacción compleja de estos fac-
tores. La CRH puede tener un papel protegien-
do la respuesta de ACTH a los pulsos de AVP
en la presencia de cortisol. Se puede concluir
que “in vivo”, en último término la CRH puede
provocar un aumento de ACTH en respuesta a
la liberación de AVP por nuevo estrés, a pesar
de la presencia elevada de cortisol.
Mills et al. (1997) provocaron una respuesta
inflamatoria crónica con adyuvante de Freund
mostrando que la inflamación crónica disminu-
ye las concentraciones de cortisol plasmático.
Raekallio et al. (1997) realizaron unos ensayos
para estudiar el dolor y la analgesia en caballos
a los que se les realizaron artroscopias, admi-
nistrando a unos fenilbutazona y a otros caba-
llos no, no observando diferencias en las con-
centraciones de catecolaminas y beta-endorfinas
entre los grupos de placebo y a los que se admi-
nistró la fenilbutazona, pero el índice de severi-
dad de dolor post-operatorio fue mayor en el
grupo placebo.
Stegmann y Jones (1998) estudiaron las con-
centraciones plasmáticas de cortisol peri-
operatorias con un grupo de caballos al que se
realizó cirugía abdominal y otro, de cirugía no-
abdominal. La concentración pre-operatoria fue
mayor en el grupo de cirugía abdominal, ade-
más de que durante la inducción, anestesia y
cirugía la concentración disminuyó en el grupo
no-abdominal. En el grupo de cirugía abdomi-
nal disminuyeron las concentraciones en la in-
ducción a la anestesia y la preparación de la
cirugía, pero durante la cirugía aumentó y en el
post-operatorio apareció una gran disminución
a las 24 horas de la cirugía y no fue hasta las 60
horas cuando alcanzó las concentraciones
plasmáticas del grupo de cirugía no-abdominal.
Taylor (1999) estudió los efectos de la
hipoxia en las respuestas endocrinas y
metabólicas en anestesia de ponis, y concluyó
que 20 minutos de hipoxia durante la anestesia
con halotano, no alteraban mucho la respuesta
de estrés inducida ya por la anestesia.
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