... Su aplicación junto al procedimiento típico mejora los resultados en el tratamiento de pacientes psicóticos (Bach y). Dada su aproximación funcional, que no topográfica, a los trastornos psicopatológicos, ha sido aplicada a una pluralidad de entidades diagnósticas en estudios de caso único: agorafobia (Carrascoso, 1999; Zaldívar y Hernández, 2001), alcoholismo (Luciano, Gómez, Hernández y Velasco y Quiroga, 2001), anorexia (Hayes y Pankey, 2002; Heffner, Sperry, Eifert y Detweiler, 2002; Orsillo y Batten, 2002; Wilson y Roberts, 2002), ansiedad (Luciano y Gutiérrez, 2001), ansiedad generalizada (Orsillo, Roemer y Barlow, 2003; Roemer y Orsillo, 2002), cáncer (Montesinos, Hernández y), depresión (Dougher y Hackbert, 1994; López y Arco, 2002), dolor crónico (Luciano, Visdómine, Gutiérrez y Montesinos, 2001), consumo de drogas (Forsyth, Parker y Finlay, 2003; Paul et al., 1999), trastornos por duelo (Luciano y), obsesiones (Ferro, 2000), psicosis (García y Pérez-Alvarez, 2001; García, Luciano, Hernández, y Zaldívar, 2004; Pankey y Hayes, 2003) y trastornos sexuales (Montesinos, 2003; Paul et al., 1999)., 1992; Hayes, Jacobson, Follette y Dougher, 1994; ). Aunque es cierto que el desarrollo posterior de ambas terapias ha sido relativamente independiente, la PAF y la ACT mantienen suficientes puntos de contacto como para que las dos se hayan ido encontrado a lo largo de los años ( ). ...