ArticlePDF Available

Las Ikastolas en Navarra (siglo XX) : búsqueda de un modelo de escuela propio

Authors:

Abstract

In this article, we describe how an educational phenomenon as it is the «ikastola�s» movement in the Basque Country, starts growing in favour of recovering their language during the 20th century. The geographical limit we are going refer to in this article, is the autonomous Community of Navarre. And to analyse this situation we include the preceding details of the experience, before the Spanish Civil War, the context of the development of the experience during Franco�s regime, and the next process of institutionalisation of the ikastola�s experience. The author has worked principally whith primary sources.
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX):
BÚSQUEDA DE UN MODELO
DE ESCUELA PROPIO
The «ikastola» in Navarre (20
th
century):
in the search of a new school model
Irene LÓPEZ GOÑI
Universidad Pública de Navarra
Fecha de aceptación de originales: febrero de 2006
Biblid. [0212-0267 (2005) 24; 371-396]
RESUMEN: En este artículo se aborda la génesis de un fenómeno educativo singu-
lar promovido en el seno del pueblo vasco en la lucha por la recuperación de su len-
gua, el de las ikastolas durante el siglo
XX. El límite geográfico es la comunidad de
Navarra. Se analizan sus antecedentes antes de la Guerra Civil, el contexto en el que
surgen en el período franquista y su proceso de institucionalización. Se ha trabajado
con fuentes primarias fundamentalmente.
P
ALABRAS CLAVE: Lengua vasca, política lingüística, bilingüismo, España, siglo XX.
A
BSTRACT: In this article, we describe how an educational phenomenon as it is
the «ikastola’s» movement in the Basque Country, starts growing in favour of reco-
vering their language during the 20
th
century. The geographical limit we are going
refer to in this article, is the autonomous Community of Navarre. And to analyse
this situation we include the preceding details of the experience, before the Spanish
Civil War, the context of the development of the experience during Franco’s regime,
and the next process of institutionalisation of the ikastola’s experience. The author
has worked principally whith primary sources.
K
EY WORDS: Basque, linguist policy, bilingualism, Spain, 20
th
century.
Introducción
A
NTES DE DESARROLLAR EL TEMA del que trata el artículo queremos hacer
dos puntualizaciones. Una respecto al territorio geográfico en el que se
sitúa y otra relativa al modelo educativo estudiado, la ikastola. Navarra es
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
ISSN: 0212-0267
una comunidad orgullosa de su pasado histórico como reino. Su lengua propia, el
euskera, ha sido una de sus características propias, motivo de orgullo en algunas
épocas, hoy en día fuente inagotable de disensión y arma política. Navarra es un
territorio histórico comprendido en el Estado español con una superficie de 10.421
km
2
y que al inicio del siglo XXI cuenta con una población de 538.000 habitantes
de los que, según la última encuesta sociolingüística del año 1996, hablan la lengua
vasca (euskera) el 9,8%. Navarra fue un reino hasta el año 1512, cuando con la
entrada de las tropas dirigidas por el duque de Alba quedó anexionada a la Corona
de Castilla pero manteniendo sus leyes (el Fuero) e instituciones propias. Poste-
riormente, en 1841 se estableció un nuevo Fuero que mantenía alguna de sus anti-
guas prerrogativas, especialmente en el terreno económico, pero quedando con-
vertida en una provincia más del Estado. Desde el año 1982 es una comunidad
administrativa con Estatuto y Parlamento propio y capacidad relativa de autogo-
bierno en cuestiones administrativo-políticas.
Debido a la utilización administrativa que se hace actualmente de la expresión
«País Vasco», existe una cuestión terminológica que es preciso aclarar. El pueblo
vasco (Euskal Herria) lo componen siete territorios históricos que no están uni-
dos administrativamente: Álava, Guipúzcoa, Vizcaya (actualmente una sola comu-
nidad administrativa) y Navarra en el Estado español y Labourd, Baja Navarra y
Soule en el Estado francés. Aunque el pueblo vasco está dividido en dos estados y
tres comunidades administrativas diferentes existen razones de carácter étnico-cul-
tural comunes cuya máxima expresión es la lengua y la cultura vasca. Los conflic-
tos lingüísticos, así como los políticos, han marcado la vida de estas comunidades,
especialmente durante el siglo XX, y lo siguen haciendo hoy en día, constituyendo
el conflicto de lenguas un trasfondo permanente.
El movimiento de ikastolas es un fenómeno educativo popular que aunque
comienza antes de la II República, no adquirirá sus características definitorias
actuales hasta la década de los 60. El objetivo de la ikastola es ofrecer la enseñan-
za obligatoria
1
en euskera. Los niños y niñas que se escolarizan en este modelo
educativo utilizan el euskera como lengua vehicular y como asignatura; la lengua
oficial del Estado (el castellano en el Estado español y el francés en el Estado veci-
no) se imparte sólo como asignatura.
Las ikastolas son un fenómeno educativo relativamente reciente y, sin embar-
go, su aportación pedagógica no deja de ser importante, más bien ocurre al con-
trario. Efectivamente, la extraordinaria recuperación de la lengua vasca a partir del
último cuarto del siglo XX en el País Vasco no se puede entender sin conocer la
historia de las ikastolas, motor de la misma. La historia de las ikastolas no es sólo
la historia de una escuela. Es la historia de una lengua y de un pueblo decidido a
recuperarla. Este fenómeno educativo singular es el resultado de un esfuerzo colec-
tivo que en su inicio cumple una función sinérgica respecto al trabajo de otros
grupos sociales en esta recuperación.
Por otra parte el fenómeno de las ikastolas se extiende por todo el territorio de
Euskal Herria, y aun siendo un único movimiento adoptará en cada comunidad
particularidades diferenciales. Los antecedentes, génesis y proceso de instituciona-
lización de las ikastolas en Navarra van a ser el objeto de este artículo.
372
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
1
Existen ikastolas que ofrecen el bachillerato y algún ciclo formativo.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
Apuntes sobre las «escuelas vascas» hasta la II República
El vascuence perdió en la Edad Media la posibilidad de ser la lengua de la
administración navarra y quedó relegado de estas funciones. Posteriormente no
recuperó ya esta oportunidad (hasta finales del siglo XX) dándose la circunstancia
de que en ninguno de los tratados, pactos o convenios históricamente importantes
para Navarra se hizo mención a la lengua vasca. Muchas pueden ser las razones
pero quizá una de las fundamentales sea la permanencia de su agrafía frente a len-
guas de su entorno. A pesar de que Navarra contó con la imprenta relativamente
pronto ya que el impresor Brocar se estableció en Pamplona en 1490, el primer
libro escrito en vascuence tuvo que esperar hasta 1545 para ver la luz (Linguae
Vasconum Primitiae). El segundo libro escrito en euskera fue la traducción de la
Biblia, fruto del empeño de Juana de Albret, reina protestante de la Baja Navarra,
por cumplir la recomendación de la Reforma de que el vulgo leyera en su propia
lengua el Nuevo Testamento.
Navarra ya desde el siglo XVIII y debido a su potestad legislativa va a regular
en su territorio importantes aspectos de la enseñanza. No obstante, tampoco pare-
ce que a los legisladores del virreinato preocupara en exceso la cuestión de la ins-
trucción de los discípulos bilingües. En efecto, en ninguna de las leyes relativas a
la enseñanza promulgadas por las Cortes navarras (Ley 41 de 1780-81, Ley 36 de
1794-1795, Ley 22 de 1828-1829, «Plan y Reglamento general de Escuelas» de 1831) se
hace referencia a esta cuestión. La excepción la encontramos en algunas ordenan-
zas locales donde, con un marcado carácter punitivo respecto a su uso, encontra-
mos referencias a la lengua. Efectivamente, en algunas de éstas descubrimos el
recordatorio a los maestros de la obligada utilización del castellano por parte de
los alumnos instando al castigo en el caso de que no sea así o promoviendo el uso
del odioso «anillo escolar»
2
.
La lengua va a sufrir un proceso paulatino de desvalorización que va a restringir
su uso a espacios cada vez más reducidos. La carencia de prestigio acarrea también
una pérdida en el número de hablantes y en el espacio geográfico ocupado
3
. En el
siglo XIX no existen dudas sobre que la lengua vehicular de las escuelas de primeras
letras sea el castellano aunque en el último cuarto del siglo XVIII y en el siguiente
siglo hallamos alguna excepción a esta regla. Efectivamente, tenemos documentadas
tres escuelas en otros tantos pueblos de Navarra en los que la lengua vasca tiene
importancia en la instrucción. En estos pueblos: Irurita (1775), Zugarramurdi (1830)
e Ituren (1857), se establecen fundaciones privadas en las que por voluntad expresa
de sus promotores se determina como necesario —o su valoración como mérito—
2
Esta práctica documentada en el País Vasco desde el siglo XVIII hasta el inicio del XX —y testi-
moniada también en varios pueblos europeos—, consistía en pasar al alumno que hubiera osado hablar
en vasco un anillo (trozo de madera, llave, cualquier objeto físico en definitiva) del que sólo se podía
librar pasándolo a algún compañero que hubiera hablado también en vasco; al final de la semana, aquel
alumno que tuviera el objeto sería castigado físicamente. Esta práctica es especialmente indeseable ya
que fomenta actitudes antisociales —al aislar a aquel niño que tuviera el «anillo»— y delatoras hacia
los compañeros —por cuanto ésta era la única posibilidad de que el que poseyera el objeto pudiera
librarse del castigo antes de concluir la semana—.
3
Sobre la pérdida paulatina tanto de prestigio así como del espacio geográfico ocupado por los
vascohablantes de Navarra, ver JIMENO JURÍO, J. M.: Navarra Historia del Euskera, Tafalla, Txalaparta,
1997.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
373
IRENE LÓPEZ GOÑI
el que los maestros o maestras sepan el vascuence
4
. Sin embargo, el objetivo que
persiguen los fundadores no es tanto el mantenimiento, fortalecimiento o la pro-
moción del idioma sino facilitar el aprendizaje del castellano a través de la utiliza-
ción del euskera como lengua vehicular.
En la segunda mitad del siglo
XIX van a ocurrir acontecimientos políticos que
desencadenarán consecuencias de gran trascendencia en relación con la lengua y la
enseñanza. Una de ellas tiene que ver con la promulgación en 1857 de la Ley Moya-
no. Esta ley, además de conseguir la vertebración de un sistema educativo, consu-
mó el intento de unificar y centralizar el sistema educativo español. Así, conculcó
los derechos históricos que poseían los ayuntamientos de las provincias vascas
para elegir sus maestros y, por esta razón, provocó exaltadas reacciones contra la
pérdida de la autonomía en esta materia. Navarra hizo caso omiso a esta norma y
los ayuntamientos continuaron proponiendo el nombramiento de sus maestros
y maestras. Comenzaba a generarse un sentimiento de afirmación de la propia
identidad que se haría manifiesto con ocasión de la pérdida de los fueros por parte
de las provincias vascongadas en 1876.
Como reacción a este uniformismo político una pléyade de personalidades de la
cultura navarra
5
crean en 1877-1878 Nafarroaco Euscarazco Elcargoa-Asociación Eus-
kera de Navarra iniciando un movimiento de reafirmación vasco (Eusko Pizkun-
dea) que se extenderá rápidamente a las otras provincias vascas. A partir de aquí, el
catalizador de ese sentimiento de identidad colectiva lo va a constituir la lengua y
la cultura vasca. A finales del siglo
XIX nacerá el Partido Nacionalista Vasco
6
,
tomando ya carácter político ese sentimiento de identidad y sus reivindicaciones
7
.
De entre las preocupaciones de este movimiento de reafirmación vasco, destaca
el relativo a la pérdida progresiva de la lengua. Consideran al magisterio, castella-
nizado, una de las variables que han influido en dicha pérdida y proclaman la
importancia de la enseñanza para el mantenimiento y la recuperación del euskera
8
.
Es curioso observar que las tasas de alfabetización son relativamente altas en Eus-
kal Herria si las comparamos con la del resto del Estado español o francés
9
. Este
374
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
4
Una descripción más detallada de estas escuelas se encuentra en URMENETA PURROY, B.: Nava-
rra ante el vascuence. Actitudes y actuaciones (1876-1919), Iruñea, Departamento de Educación y Cultu-
ra, 1996.
5
Esteban de Obanos, Florencio de Ansoleaga, Estanislao Aranzadi, Salvador Echaide, Ramón Iru-
rozqui, Fermín Iñarra, Juan Iturralde y Suit, Arturo Campión.
6
Sobre la participación de Navarra en el partido, ver CHUECA INTXUSTA, J.: Nacionalismo Vasco
en Navarra (1931-1936), Bilbao, Universidad del País Vasco, 1999.
7
Para profundizar en las actitudes de Navarra ante la lengua vasca en distintos períodos históri-
cos, ver AZKONA MAULEON, Jesús (dir.): Límites Geográfico-sociales del Euskera en Navarra, Informe
inédito encargado por el Gobierno de Navarra, 1985; ERIZE ETXEGARAI, Xavier: Vascohablantes y Cas-
tellanohablantes en la historia del euskera en Navarra, Iruñea, Gobierno de Navarra, 1999; IRIARTE
LÓPEZ, I.: Tramas de Identidad. Literatura y regionalismo en Navarra (1870-1960), Madrid, Biblioteca
Nueva, 2000; JIMENO JURÍO, José María: Navarra Historia del Euskera, Tafalla, Txalaparta, 1997; NIEVA
ZARDOYA, José Luis: La Idea Euskara de Navarra, Bilbao, Fundación Sabino Arana, 1999; OROZ BRE-
TÓN, M.ª Dolores: La lengua Vasca en Navarra. Creencias, actitudes e ideología, Universidad Pública
de Navarra, Tesis doctoral, 1998; URMENETA PURROY, Blanca: Navarra ante el vascuence. Actitudes y
actuaciones (1876-1919), Iruñea, Gobierno de Navarra, 1996.
8
DÁVILA BALSERA, P.: La profesión del magisterio en el País Vasco, 1857-1930, Donostia, Universi-
dad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea, 1993.
9
DÁVILA BALSERA, P. (coord.): Lengua, escuela y cultura. El proceso de alfabetización en Euskal
Herria, siglos XIX y XX, Bilbao, UPV, 1995, pp. 24 y ss.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
factor debe ser tenido en consideración si tenemos presente que dichas tasas de
alfabetización en castellano y francés se producen en un contexto donde la lengua
nativa es el euskera aunque ciertamente la pérdida de la misma haya llegado ya
—finales del siglo
XIX— a grandes zonas de Navarra y Álava y a la parte occiden-
tal de Vizcaya.
La Diputación Foral de Navarra por su parte, a finales del
XIX y hasta la dic-
tadura de Primo de Rivera llevará a cabo algunas iniciativas en el terreno de la
promoción de la lengua vasca. Las más destacables serán: la aprobación del soste-
nimiento de una cátedra de Vascuence en la Escuela Normal de Pamplona, la firma,
junto con las otras tres Diputaciones de las provincias vascas peninsulares, del
acuerdo de 1918 para la creación de la Sociedad de Estudios Vascos y el posterior
compromiso para la constitución de la Academia de la Lengua Vasca. Merece la
pena destacar la labor de la Sociedad de Estudios Vascos ya que fue muy activa en
sus primeros años de existencia hasta la Guerra Civil española —exceptuando el
período 1923-30 de dictadura— convirtiéndose pronto en referente de la intelec-
tualidad vasca, con profusión de propuestas renovadoras y de promoción de la
lengua a través de la enseñanza, concluidas tras los primeros Congresos de Estu-
dios Vascos celebrados por ella
10
.
Además de las mencionadas Escuelas de Patronato, nos encontramos con otras
experiencias de enseñanza de la lengua vasca, en este caso como asignatura, en el
primer tercio del siglo
XX en Navarra: clases obligatorias en las escuelas seráficas
de Alsasua, Estella y Lekarotz
11
, clases particulares en Pamplona tanto para adul-
tos como para niños a partir de 1907, clases especiales en el colegio de Huarte
Hermanos para niños en el curso 1914/15 y en el Capuchino de Nuestra Sra. del
Buen Consejo de Lekarotz. El modelo lingüístico que se puso en marcha en este
último era más ambicioso que los anteriores ya que además de introducir el vasco
como asignatura fomentaba su uso en situaciones de enseñanza no reglada, pre-
miando a los alumnos que a fin de curso demostraran el conocimiento y uso del
mismo.
Este modelo lingüístico va a ser ampliamente superado, sin embargo, por los
promotores de las Escuelas Vascas quienes con el advenimiento de la
II República
van a encontrar el momento adecuado para crear las primeras escuelas bilingües
en Navarra. La terminología utilizada para su denominación no va ser unívoca ni en
lengua vasca (euskal eskola, ikastola) ni en castellano (escuela vasca, bilingüe, de
euskera) poniendo en evidencia la falta de un modelo de enseñanza claro por parte
del nacionalismo vasco
12
. En todo caso, será en este período cuando surge un tipo
de escuela que, por primera vez en Navarra, se llama ikastola.
10
Podemos encontrar información sobre esta Sociedad en ESTORNÉS ZUBIZARRETA, I.: La Sociedad
de Estudios Vascos. Aportación de Eusko Ikaskuntza a la Cultura Vasca (1918-1936), Donostia, Eusko
Ikaskuntza, 1983.
11
Dentro del programa de enseñanza de estas escuelas, el euskera es asignatura obligatoria a lo
largo de los cuatro años de formación. Se tiene noticia de la celebración de veladas literarias en esta
lengua en los mencionados colegios navarros: Lekarotz (1897, 1906, 1910), Estella (1904, 1906) y en Alsa-
sua (1906, 1907, 1911, 1915). También se celebran veladas literarias en el monasterio de Irache, Escuelas
Pías de Estella, Padres Jesuitas de Tudela, convento de Padres Capuchinos de Pamplona y colegio de
Padres Carmelitas en Pamplona. Cfr. URMENETA PURROY, B.: Navarra ante el vascuence. Actitudes y
actuaciones (1876-1919), Iruñea, Departamento de Educación y Cultura, 1996, p. 184.
12
ZABALETA IMAZ, I.: Euskal Nazionalismoa eta Hezkuntza (1895-1923), Donostia, EHU, 1997, p. 341.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
375
IRENE LÓPEZ GOÑI
Con la llegada de la II República, la enseñanza se convierte en tema de conti-
nuo debate y encono entre dos posturas antagónicas: la de la izquierda que repre-
senta la República y la tradicional defendida por la derecha. Aunque el núcleo de
las desavenencias lo constituye la cuestión del laicismo propugnado por la prime-
ra, éstas se harán extensivas también a cuestiones pedagógicas más amplias relati-
vas al modelo de enseñanza propuesto.
La República, además de al laicismo escolar, se adhiere a los principios de la
Escuela Nueva (pedagogía naturalista, escuela laboratorio y escuela del trabajo,
metodología Decroly, etc.). La postura del nacionalismo vasco-navarro a propósi-
to de la enseñanza es coincidente respecto a estas reformas metodológicas plantea-
das, adhiriéndose también a los principios renovadores de la Escuela Nueva. Así
queda manifiesto en el reglamento (1932) que elabora la primera escuela bilingüe
de Pamplona:
Siguiendo las normas de moderna Pedagogía, se procurará hacer lo más amena
posible la estancia de los niños: hacer que todos estén continuamente ocupados en
las horas de clase; huir de memorismos sistemáticos; las profesoras deberán instruir,
fundamentalmente, mediante el dibujo, pizarras, mapas; de manera que la noción de
las cosas impresione la vista y oído infantiles, sin cansarlos, como proclama el méto-
do de Decroly. Prohibido todo castigo corporal (...) Teniendo en cuenta que el ideal
de la escuela primaria no es abarcar muchas materias, sino enseñar bien lo funda-
mental, que es lo indicado
13
.
Si entre republicanos y nacionalistas vasco-navarros la coincidencia en cuestio-
nes metodológicas era plena, no ocurría lo mismo en otros campos siendo la cues-
tión del laicismo y la falta de sensibilidad de las autoridades republicanas ante el
hecho cultural y lingüístico diferencial del País Vasco los más atacados por el perió-
dico nacionalista vasco La Voz de Navarra. Efectivamente estos dos eran los pila-
res ideológicos de las escuelas bilingües y así queda recogido en el mencionado
reglamento cuando exponen el ideario de esa Escuela Vasca: «El espíritu de las
escuelas es cristiano y vasco. Se enseña la doctrina cristiana explicada y el conoci-
miento afectivo de nuestro pueblo, cultivándose sus características (lengua, histo-
ria etc. vascas)»
14
.
Tres van a ser las experiencias de Escuela Vasca o ikastola —ya que estas dos
denominaciones son las que habitualmente utilizan los protagonistas navarros en
las entrevistas orales—
15
que el nacionalismo vasco en Navarra materializó con el
inicio de la
II República. La primera experiencia «bilingüe» se lleva a cabo en la
capital, Pamplona, en 1931. Pero no va a ser la única ya que en el período 1931-1936
surgen dos experiencias más de ikastola en dos pueblos de Navarra, Estella y Eli-
zondo, además de un cuarto intento en Tafalla que no terminó de cuajar.
Las tres escuelas vascas van a tener características comunes en importantes aspec-
tos pedagógicos. Los pilares de su ideario (carácter cristiano y vasco) coinciden en
376
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
13
Archivo de la Sociedad de Estudios Vascos, carp. Instrucción I.
14
Ibidem.
15
Hemos tenido la fortuna de poder entrevistar a dos de las profesoras de las Escuelas Vascas y a
varios alumnos/as. Mientras que los de Pamplona y Estella se refieren a la suya como «Escuela Vasca»,
los de Elizondo lo hacen como «ikastola».
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
las tres escuelas vascas. Todas nacen de la iniciativa privada (ésta va a ser una cons-
tante también en las ikastolas que surgen después de la Guerra Civil). Sus promo-
tores son personas o grupos relacionados directamente con el nacionalismo vasco
en Navarra y se da la circunstancia de que la organización femenina del mismo
(Emakume Abertzale Batza) va a estar presente de una u otra forma en las tres
escuelas (las profesoras contratadas pertenecen a esta organización así como la prin-
cipal responsable de la de la capital). Tenemos que señalar en este punto la coinci-
dencia entre ser miembro de la organización femenina del Partido Nacionalista
Vasco y la condición profesional de maestra en la que convergen las protagonistas
—dando clases ellas mismas o siendo responsables— de estas tres escuelas. Ade-
más, esta organización navarra sobresale sobre sus correspondientes en las otras
provincias vascas por un feminismo más activo y resuelto, reivindicando nuevos
espacios para la mujer más allá de los que el nacionalismo vasco de preguerra le
concedía
16
. Se da la circunstancia también de que estas maestras están interesadas
por el movimiento de Escuela Nueva en boga en ese momento entre los sectores
favorables a la renovación de la enseñanza en Europa. Los congresos estivales sobre
educación y bilingüismo organizados por la Sociedad de Estudios Vascos serán
para ellas un punto de confluencia y una fuente de formación permanente
17
.
A pesar de que no hemos encontrado una relación orgánica entre las ikastolas
de Navarra y el patronato de escuelas vascas de Vizcaya (Eusko Ikastola Batza)
que apreciamos una estrecha relación pedagógica. Efectivamente, los modelos lin-
güísticos que propone el patronato vizcaíno
18
para las Escuelas Vascas según se
encuentren éstas en zonas vascófonas (escuelas euskaldunas) o no (escuelas erdéri-
cas) son los que se aplicarán en las navarras. Por tanto, los modelos lingüísticos
que se van a implantar en las escuelas vascas de estas localidades son diferentes.
En Pamplona y Estella, ciudades muy castellanizadas y con mayoría de alumnado
castellanohablante monolingüe, la enseñanza del euskera se efectuará desde el ini-
cio de la escolaridad del alumnado (cuatro años) pero sólo se utilizará como len-
gua vehicular en otros espacios de enseñanza no formal (cantos, saludos, oracio-
nes) introduciendo progresivamente la lengua, primero en asignaturas no
instrumentales para finalizar generalizando su uso en espacios formales. El mode-
lo lingüístico de la escuela vasca de Elizondo, sin embargo, con una mayoría de
alumnado vascohablante, será el de la utilización del euskera como lengua vehicu-
lar desde el inicio y el castellano como una asignatura más.
Con el inicio de la Guerra Civil el 18 de julio de 1936, estas experiencias, así
como las reformas pedagógicas de la República, quedan abortadas. La experimen-
tación que llevaron a cabo estas escuelas vascas, por tanto, es exigua ya que termi-
nan su vida sin abrir las puertas en el curso escolar de 1936/37.
16
URIBE-ETXEBARRIA, A. et al.: «Emakume abertzaleak Nafarroan eta ideologiaren transmisioa:
hurbilpen historikoa», en III Congreso de Historia de Navarra, Navarra y Europa, edición CD, Iruñea,
Nafarroako Gobernua, 1994, p. 17.
17
ESTORNÉS ZUBIZARRETA, I.: La Sociedad de Estudios Vascos. Aportación de Eusko Ikaskuntza a
la Cultura Vasca (1918-1936), Donostia, Eusko Ikaskuntza, 1983, pp. 210 y ss.
18
EUSKO IKASTOLA BATZA-FEDERACIÓN DE ESCUELAS VASCAS: Informe de la gestión del primer
ejercicio, presentado por la Junta de Gobierno de «Eusko Ikastola Batza», Biblioteca de la Diputación
Foral de Vizcaya, s.p., 1933. Una descripción detallada se puede encontrar en ARRIEN, G.: La genera-
ción del exilio, Bilbao, Onura, 1983, pp. 98 y ss.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
377
IRENE LÓPEZ GOÑI
La Guerra Civil y sus consecuencias en Navarra
Desde las elecciones de febrero de 1936 en las que había ganado el Frente Popu-
lar, regía en la Diputación Foral de Navarra una gestora de derechas. El presiden-
te de la Corporación, como el resto de los carlistas, apoyó inmediatamente a los
militares sublevados en 1936 exhortando al pueblo navarro a la participación activa
en la contienda y ofreciendo apoyo económico a las familias de los hombres movi-
lizados en defensa de lo que de ahí en adelante se llamaría «movimiento nacio-
nal». La insurrección militar contaría en Navarra con un factor adicional determi-
nante: el apoyo popular. El día 19 de ese mismo mes se imprimía en el rotativo de
Diario de Navarra el bando de guerra firmado por el general Mola y se repartía
por toda la provincia.
Importante fue también el soporte activo que la jerarquía eclesiástica en gene-
ral y el clero navarro en particular brindó en la lucha contra la República, quienes
con gran presencia del carlismo en sus filas, calificaron el levantamiento de cruza-
da justificando la contienda. En este punto, clero y Corporación marcharon al
unísono, «el carácter de cruzada religiosa impregna la actividad de las autoridades
forales mucho antes de que la propia Jerarquía eclesiástica defina la guerra como
tal»
19
.
Estos dos poderes navarros, Diputación y clero, fusionaron sus decisiones rela-
tivas a la enseñanza e inmediatamente, el 27 de julio de ese mismo año, con gran
celeridad y eficacia, anticipando las decisiones que tomarían las nuevas autorida-
des estatales
20
, la Corporación ordenó: «colocar el Crucifijo en las escuelas, resta-
bleció la enseñanza católica, prohibió la coeducación, autorizó la apertura de los
Centros educativos dirigidos por órdenes religiosas, hasta entonces clausurados, y
anunció depuraciones de maestros»
21
.
Estas decisiones fueron ejecutadas por la máxima responsable de la instrucción
en la provincia, la Junta Superior de Educación, institución histórica de Navarra,
restablecida en la sesión del 11 de agosto de 1936 por la Diputación Foral. En la
mencionada sesión, la Corporación navarra decidió la constitución de una junta
de educación provisional que actuara como rectora de todas las cuestiones relati-
vas a la enseñanza pública en Navarra. Esta Junta Superior de Educación fue la
encargada y responsable de aplicar las decisiones administrativo-políticas en el
ámbito educativo navarro.
Haber ayudado en el alzamiento militar parecía ofrecer a Navarra una buena
cobertura para conseguir la reinstauración de su antiguo régimen Foral y en ese
378
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
19
PASCUAL BONIS, A.: «La represión del magisterio navarro durante la Guerra Civil», en II Con-
greso Mundial Vasco, VI, Donostia, Txertoa, 1988, p. 180.
20
Se anticipan en dos meses, ya que las órdenes ministeriales no se dispusieron hasta septiembre:
«Así, las órdenes ministeriales de 21 de septiembre y 9 de diciembre de 1936 disponen la obligatoriedad
de la enseñanza de la religión en las escuelas primarias y el bachillerato; la circular de 1 de marzo de
1937 establece en las escuelas primarias la obligación de las prácticas devotas tales como la intensifica-
ción de la enseñanza de la doctrina cristiana en la cuaresma y la recepción de los santos sacramentos
para los niños; la circular de 7 de abril del mismo año establece en las escuelas los ejercicios del mes
de María», PUELLES BENÍTEZ, M. de: Educación e ideología en la España contemporánea, Barcelona,
Labor, 1991, p. 365.
21
BERRUEZO ALBÉNIZ, R.: Política Educativa en Navarra, 1931-1939, Pamplona, Gobierno de Nava-
rra, Príncipe de Viana, 1991, p. 129.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
empeño la Junta Superior se convertiría en objeto de negociaciones y posteriores
desacuerdos con el Gobierno Central, sin llegar a conseguir hasta el Reglamento
22
de 1941 de iure el reconocimiento parcial de las funciones que de facto realizaba
desde su restablecimiento.
Debido a la importancia que los dos bandos enfrentados dieron a la cuestión
educativa, la regulación de los aspectos relativos a la instrucción se convirtieron
en objetivo prioritario para la Diputación. Una de las primeras actuaciones que
realizó esta junta provisional fue la depuración del magisterio navarro de primera
y segunda enseñanza así como la de los cargos técnicos al servicio de la educación
pública; pretendían con esta medida «normalizar» la vida escolar navarra para el
inicio del curso el 1 de septiembre.
Para llevar a cabo este cometido se realizó una lista de todos los maestros y
maestras navarras de primera enseñanza donde se consignaron datos relevantes
dirigidos a determinar su ideología: religiosidad, moralidad, prensa habitual e incli-
nación política. Estas listas fueron enviadas a todos los alcaldes y se solicitó infor-
mación, en muchos casos, a párrocos, guardia civil, o responsables requetés y
falangistas; de esta manera todo el magisterio navarro fue examinado. Las investi-
gaciones realizadas apuntan que 258 maestros y maestras fueron de una manera u
otra sancionados, esto es, una cuarta parte del magisterio navarro: «54 destitución,
85 suspensión indefinida de empleo y sueldo y pérdida de escuela, 119 otras san-
ciones: traslado, pérdida temporal del sueldo, imposibilidad de ejercer interinida-
des, escrito de adhesión»
23
.
La brutal represión ejercida por el nuevo poder llegó, además de a los sectores
izquierdistas y republicanos, a los miembros del nacionalismo vasco en Navarra y,
como no podía ser de otra forma, a todos aquellos relacionados con las escuelas
vascas
24
. Antes incluso de que termine la contienda vamos a encontrar a éstos exi-
lados, desterrados, expedientados o desaparecidos y un período de retroceso y
represión se cierne sobre la sociedad civil en general y sobre las reformas de la
enseñanza iniciadas por la República en particular.
Actuaciones en favor de la lengua vasca durante el franquismo
Durante la posguerra, además de la represión ejercida sobre cualquier actitud
ideológica divergente a la totalitaria del nuevo régimen, debemos destacar la polí-
tica de exterminio ejercida sobre la lengua. Una España se debía construir sobre
una sola lengua. «Habla en español», «habla en el idioma del imperio», «habla en
cristiano» son expresiones habituales en esta época. La lengua vasca se ridiculiza y
es reprimido su uso así como cualquier símbolo cultural vasco (bandera, escudos,
cantos y bailes, nombres vascos).
La Diputación Foral de Navarra, por su posición política favorable al nuevo
régimen totalitario, se puede permitir algunas licencias respecto al euskera, siempre
22
Reglamento para la Constitución y funcionamiento de la Junta Superior de Educación de Nava-
rra de 6 de junio de 1941.
23
PASCUAL BONIS, A.: «La Represión del Magisterio Navarro durante la Guerra Civil», en II Con-
greso Mundial Vasco, VI, Donostia, Txertoa, 1988, pp. 183-184.
24
Una descripción del exilio escolar vasco se puede encontrar en ARRIEN, G.: op. cit.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
379
IRENE LÓPEZ GOÑI
con el objetivo de salvaguardar el patrimonio cultural de España. La primera de
ellas tiene lugar en 1949 cuando J. A. Zubiaur, recién elegido diputado, propone a
la máxima Institución establecer clases de vascuence. Pese a que el gobernador de
la provincia pide la anulación del acuerdo, éste se lleva a término corriendo la
Corporación con los gastos derivados del mismo. La segunda, de mayor trascen-
dencia, tendrá lugar en la sesión que la Corporación celebra el día 28 de noviem-
bre de 1956 en la cual se decide la creación de un nuevo órgano dentro de la Insti-
tución Príncipe de Viana para velar por la conservación de la lengua: la Sección
para el Fomento del Vascuence. Esta decisión deberá esperar un año hasta que el
20 de noviembre de 1957 sea publicada, en castellano y en euskera, en el Boletín
Oficial de la provincia (n.º 139). El responsable designado para la Sección, P. Díez
de Ulzurrun, así como el grupo de colaboradores con que contará, actuarán de
manera voluntaria y desinteresada
25
.
Las actividades llevadas a cabo por los colaboradores de la Sección de Fomen-
to nos llevan a establecer un puente con las realizadas por la asociación navarra
Euskeraren Adiskideak (1925) antes de la Guerra Civil. Efectivamente, además de
la coincidencia en cinco de los miembros colaboradores de la Sección —siendo las
mismas personas o familiares directos—, vemos un paralelismo casi isomórfico en
algunas de las actividades realizadas.
Una de ellas, objeto de un interés especial por cuanto supone la promoción de la
lengua en la infancia en espacios no formales, es la relativa a la concesión de pre-
mios a los niños vascohablantes. El proceso comenzaba determinando la zona de
Navarra que sería objetivo de examen por parte de la Sección. Después de una
compleja recogida de datos sobre los niños y niñas de la zona elegida —actividad
en la que habitualmente colaboraba el párroco y/o el maestro o maestra de la loca-
lidad—, se personaban en las localidades los miembros colaboradores de la
Sección de Fomento del Vascuence con su responsable, P. Díez de Ulzurrun al
frente —y en muchos casos autoridades de la Diputación— y realizaban los cita-
dos exámenes de forma pública. Aquellos niños y niñas en edad escolar obligato-
ria que demostraran un conocimiento suficiente del idioma eran premiados. El
premio consistía en la concesión de un diploma y la apertura de una libreta de
ahorros con una pequeña imposición económica estableciendo tres categorías en
función del dominio demostrado. Esta actividad se mantuvo durante nueve años
(1957-1966) y fueron un total de 6.192 los niños y niñas premiados
26
.
Creemos que este tipo de actividad de fomento de la lengua apoyada por la
Corporación Foral tuvo algún tipo de influencia en el espacio simbólico que el
euskera ocupaba en el imaginario del pueblo navarro después de la negación ofi-
cial de la lengua y su radical eliminación del espacio público por parte de las auto-
ridades durante los primeros años de la posguerra. Resulta curioso observar cómo
mientras en el resto de las provincias vascas peninsulares la lengua vasca era per-
seguida, en Navarra se promovía su uso en la infancia desde la máxima Institu-
ción oficial. Impulsar el prestigio de la lengua fue uno de los objetivos constantes
de esta Sección y así se dio a conocer en numerosas ocasiones siendo frecuentes
380
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
25
Una descripción pormenorizada del nacimiento y desarrollo de esta sección se puede encontrar
en LÓPEZ-GOÑI, I.: «La Sección de Fomento de Vascuence de la Diputación Foral de Navarra (1957-
1972): Génesis y Actuación», Gerónimo de Uztarritz, n.º 19 (2004), pp. 51-76.
26
Archivo privado de la familia Díez de Ulzurrun.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
los comentarios en este sentido en los que se establece un paralelismo entre el
prestigio y la recuperación de la lengua.
Es la cuestión del prestigio de la lengua una preocupación constante para los
miembros de la Sección de Fomento. Este interés junto con el afán de ahuyentar
miedos —demostrando que la Diputación navarra no perseguía la lengua— fueron
los motivos por los que los miembros de la Sección subrayan y dan a conocer
públicamente una y otra vez la participación de la Diputación en las actividades
organizadas, repartiendo por los valles navarros en los que realizaban los exáme-
nes, a modo de octavillas, reproducciones bilingües del acuerdo de la Institución
de 1957.
Además de los mencionados premios esta Sección llevó a cabo muchas y varia-
das iniciativas encaminadas a la promoción de la lengua, las cuales, en un contexto
de uniformidad estatal y de negación de las lenguas distintas del castellano, adqui-
rieron una relevancia especial, sobre todo en el primer decenio de la existencia de
la Sección. Podemos resumirlas así:
Promoción de clases de euskera para adultos. Se conceden subvenciones a dis-
tintos grupos con este fin.
Promoción de la cultura vasca y ayuda económica para diversas actividades
relacionadas con la lengua: acciones culturales de Amigos del País de Pamplo-
na, actividades de enseñanza del euskera, ayudas para adquisición de libros en
euskera, subvenciones a la edición de obras de diferentes géneros publicadas
en esta lengua, ayudas económicas a celebraciones especiales solicitadas por la
Academia de la Lengua Vasca, teatro en euskera, emisiones de radio, ópera,
encuentros, juegos florales.
Promoción de la investigación sobre el euskera, preferentemente sobre los dia-
lectos navarros.
— Promoción del versolarismo
27
, gestionando las actuaciones públicas y los
campeonatos.
Ediciones propias de libros en euskera, de la revista Fontes Linguae Vasconum
(1969-) y de la revista Suplemento en euskera de Príncipe de Viana (1966-1985).
Ayudas económicas y difusión de revistas infantiles: Umeen Deia, Pin-pan,
Kili-Kili.
Además de los mencionados exámenes públicos, quisiéramos destacar ahora
alguna de estas actividades llevadas a cabo por la Sección de Fomento. Por una
parte la revista Suplemento en vascuence de Príncipe de Viana aportó a la cultu-
ra euskaldún del momento un órgano de comunicación entre vascos en su pro-
pia lengua. A pesar del carácter, en general conservador, de la revista y de la
heterogeneidad de los temas tratados, supuso un interesante canal de informa-
ción, especialmente durante el primer período de la misma (1966-1973) en la que
su director fue P. Díez de Ulzurrun, cumpliendo además una función de alfabe-
tización en euskera para los adultos. Tenemos que tener en cuenta que el euske-
ra había quedado relegado a un uso oral, que contaba con una escasa tradición
27
Modalidad de poesía vasca que implica la creación de versos en una actuación directa ante el
público sobre un tema concreto ofrecido al bersolari.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
381
IRENE LÓPEZ GOÑI
escrita y que no será hasta 1968 que la Academia de la Lengua Vasca decida la
unificación de la lengua, impulsando considerablemente con esta decisión la pro-
ducción escrita.
La revista infantil Umeen Deia comenzó a publicarse en junio de 1959 fruto
del trabajo del capuchino navarro Felipe de Murieta y se mantuvo hasta 1966, año
en el que su alma máter falleció. Contaba sólo con cuatro páginas, escritas en su
mayoría por niños y niñas vascohablantes. Se hacían tiradas de 4.000 ejemplares y
su distribución hacía que llegara a lugares recónditos de Euskal Herria. Durante
sus siete años de vida el número de páginas publicadas fueron unas 330, los cola-
boradores o niños «escritores» de todo el País Vasco fueron 885, y las colabora-
ciones más de 1.500. En un momento en el que el pueblo vasco apenas escribía en
euskera, el Padre Murieta consiguió a través de los 65 números publicados que
cientos de niños y niñas lo hicieran, dinamizando el proceso de alfabetización en
lengua vasca y dotándoles de un interesante medio de expresión
28
.
Las temáticas objeto de la pluma infantil fueron muy variadas: descripción de
sus pueblos, acontecimientos escolares, cuentos, narraciones, asuntos de la vida
familiar, etc. Del análisis de los artículos publicados podemos inferir los modos de
alfabetización en euskera en ese período (1956-1966), que fundamentalmente fue-
ron tres caminos de enseñanza no formal: a) El aprendizaje de la doctrina cristia-
na en euskera, leyendo el catecismo en esta lengua. b) Clases de euskera extraes-
colares. c) Utilización restringida de la lengua a través de maestros o maestras
euskaldunes que permitían o incluso incitaban a su utilización dentro del período
formal de enseñanza en castellano
29
.
Otra iniciativa que la Diputación Foral de Navarra apoyó económicamente a
través de los presupuestos de la Sección fue la creación en 1963 de una cátedra de
Vascuence en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Navarra, prime-
ra que nacía en una Universidad del País Vasco. Se consignó una partida presupues-
taria para la misma (150.000 ptas.) y se encargó a la Sección de Fomento que: «se
ocupe de mantener el conocimiento de que las actuaciones de la cátedra se desarro-
llan con arreglo al acuerdo de S.N. que la estableció»
30
. Las clases comenzaron el 21
de febrero de 1964 y estuvieron a cargo de D. José Miguel de Barandiarán.
Pero de entre todas las iniciativas llevadas a cabo desde la esfera oficial en
Navarra para la promoción de la lengua, la que sin duda tuvo una mayor repercu-
sión a largo plazo en su enseñanza, fue el Acuerdo tomado por la Institución Foral
el 25 de enero de 1967. La Diputación había recibido unos meses antes una peti-
ción efectuada por 500 estudiantes universitarios a través de la cual se solicitaba
de la máxima Institución Foral que el euskera recibiera autorización oficial y que
se enseñara esta lengua en las escuelas.
En el acuerdo tomado en esa sesión se decide promover el euskera como mate-
ria optativa extraescolar para el alumnado en edad escolar obligatoria, fundamen-
talmente en las zonas vascófonas y siempre en coordinación con el máximo órgano
responsable de la educación en Navarra, la Junta Superior de Educación. El tercer
382
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
28
Para una descripción de la vida de la revista, ver TORRES, I.: Umeen Deia, Bilbo, Librería
Claret, 1971.
29
FERNÁNDEZ, I.: Oroimenaren hitza. Ikastolen Historia (1960-1975), Bilbo, UEU, 1994, p. 94.
30
Archivo de la Diputación Foral de Navarra, contaduría, n.º 336, 15 de marzo de 1965.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
punto del acuerdo va a resultar fundamental para la protección de las primeras
ikastolas en Navarra, ya que, a través del mismo, quedan subvencionadas con una
pequeña cantidad por la máxima Institución foral —y por tanto de alguna manera
oficialmente autorizadas— aquellas iniciativas educativas bilingües que surjan en
la etapa de preescolar.
El contenido de este acuerdo va a resultar de gran trascendencia en estos pri-
meros años para las ikastolas en Navarra y para la enseñanza del euskera como
actividad extraescolar. Efectivamente, la casi totalidad de las ikastolas que nazcan
en Navarra a finales de los años 60 y durante la siguiente década lo van a hacer
como centros de preescolar y van a buscar el reconocimiento oficial —y también
las ayudas económicas— que este Acuerdo posibilitaba. Así mismo, en muchos
centros de la zona vascófona comenzarán a impartirse a los niños y niñas clases
extraescolares para el aprendizaje y perfeccionamiento de la lengua.
Por otra parte, el movimiento de ikastolas y la enseñanza del euskera para
adultos corren por sendas paralelas a lo largo de estos primeros años; a través de
este mismo punto del acuerdo se pretende también subvencionar las iniciativas
para la enseñanza de la lengua vasca a adultos, iniciando, oficialmente al menos,
ese recorrido común
31
.
Cambio ideológico de la sociedad navarra
La preocupación por el futuro del vascuence y su retroceso en número de
hablantes y espacio geográfico ocupado manifestado por la Asociación Euskara
de Navarra a finales del siglo XIX y por la Sociedad de Estudios Vascos antes de
1936, se vuelve a retomar después de la Guerra Civil. Los estudios realizados sobre
el particular demostraban que esta preocupación tenía una fundamentación empí-
rica —es en la década de los 60 cuando se da definitivamente por perdido uno de
sus dialectos navarros, el roncalés—, y a la protesta de intelectuales, filólogos y
euskerólogos se sumará una gran fuerza popular.
Muchas son las variaciones que sufre la sociedad en esa década. La política tec-
nocrática del gobierno franquista estaba permitiendo el cambio de las estructuras
económicas del Estado. El plan de promoción industrial puesto en marcha en 1964
en Navarra intentaba además de atraer capital para la inversión en el sector indus-
trial, desconcentrar los centros industriales. Este plan pronto dio frutos consi-
guiendo impulsar de forma espectacular la industria en esta provincia. Una conse-
cuencia del fenómeno industrial fue el cambio en la configuración de la sociedad
navarra, fundamentalmente: el descenso del número de personas dedicadas al pri-
mer sector económico, la emigración interior de población rural a algunas cabece-
ras de comarca, principalmente a la capital, y la llegada de emigrantes de otras
provincias para trabajar en el sector industrial
32
.
31
Sobre la alfabetización de adultos en euskera, ver EIZAGIRRE, A. y DÁVILA, P.: «Alfabetatzea
Euskal Herrian: ikuspegi historikoa», Ele, Bilbo, AEK, 8 (1991).
32
FLORISTÁN SAMANES, A.: «Introducción Geográfica», en A.A.: Navarra, Vitoria, Fundación
Juan March, Arg. Noguer, 1988. Un estudio sobre estos y otros factores económicos están recogidos en
el informe: GOBIERNO DE NAVARRA: Zonificación: Navarra 2000, Iruñea, Departamento de Economía y
Hacienda, 1993.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
383
IRENE LÓPEZ GOÑI
En la Iglesia navarra se produce un proceso de secularización en esta década
que resulta tanto del abandono de la carrera eclesiástica por una parte importante
de seminaristas como la propia secularización interna reflejada en las actitudes
«nuevas», más acordes con la nueva sociedad industrial, de una parte del clero.
El sentimiento popular contra la falta de libertades del régimen comienza a hacer-
se cada vez más explícito. Además de la organización ETA (1959), surgen numerosos
grupos (frentes de juventudes, grupos antifascistas, partidos políticos) que, en la
clandestinidad, intentan aglutinar fuerzas para luchar contra el franquismo.
En este contexto comienza a hacerse cada vez más manifiesta una reivindica-
ción popular en favor de la lengua cuyo objetivo es no sólo conservarla sino con-
vertirla en lengua viva de comunicación: «un idioma no se conserva. Se utiliza.
Conservarlo es ya, en cierto modo, condenarlo a morir. Nosotros debemos hacer
al vascuence necesario»
33
. Esa reivindicación nueva hacia el euskera va a materiali-
zarse creando las primeras ikastolas.
Reinicio del movimiento de Ikastolas en Navarra
En 1963 se lleva a cabo el primer intento de crear una ikastola después de la
Guerra Civil en la capital navarra. Su promotor fue un conocido empresario afinca-
do en Pamplona y el nombre que se le dio fue el de «Nuestra Señora de Irantzu».
Contrariamente a lo que estaba sucediendo en las otras provincias vascas, el pro-
ceso de constitución y organización de la misma no se realizó en la clandestinidad
sino que se siguieron los pasos comúnmente establecidos para la apertura de un
centro de enseñanza privado.
Se alquilan locales, se consigue una matrícula suficiente, se contrata una maes-
tra, se informa de su apertura en sendos anuncios publicados en la prensa
34
y se
recaban las autorizaciones necesarias ante la Alcaldía de Pamplona y la Inspección
de Primera Enseñanza. La víspera de su apertura, sin embargo, queda anulado el
permiso por orden del gobernador. La ikastola Nuestra Señora de Irantzu tiene
que cerrar sus puertas antes de ver la luz.
La ikastola que consiguió ver materializados sus esfuerzos fue la de Nuestra
Señora de Uxue
35
, la cual nació también en la capital, en 1965. Su génesis y desa-
rrollo vino en este caso —como en todas las ikastolas en Navarra— de la mano de
la iniciativa privada. Fue la recién constituida Sociedad de Amigos del País de Pam-
plona-Iruñako Euskalerriaren Adiskideak quien decide abrir una ikastola de pár-
vulos para los hijos e hijas de sus socios. A pesar de esta condición impuesta por
la Sociedad para aceptar nuevo alumnado, la ikastola verá crecer su matrícula
de forma importante a lo largo de sus cinco años de existencia (de un alumnado
384
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
33
SÁNCHEZ CARRIÓN, J. M.: El estado actual del vascuence en la provincia de Navarra (1970). Fac-
tores de regresión; Relaciones de bilingüismo, Iruñea, Príncipe de Viana, 1972, p. 205.
34
«De interés para los amigos del Euskera», Diario de Navarra, 20 de octubre de 1963, p. 9; «Ami-
gos del Euskera», El Pensamiento Navarro, 22 de octubre de 1963, p. 13; «Difusión, enseñanza y defen-
sa de la lengua vasca», Arriba España, 7 de noviembre de 1963.
35
Sobre la génesis y desarrollo de esta ikastola LÓPEZ-GOÑI, I.: «La ikastola Nuestra Sra. de Uxue
a través de las actas de Los Amigos del País», Huarte de San Juan, Universidad Pública de Navarra,
serie Psicología y Pedagogía, n.º 8, 2002.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
inicial de 13 niños y niñas, pasó en el curso de 1969-70 a tener 348), encontrándo-
se cada año en la necesidad de contratar nuevo profesorado y de buscar locales
apropiados.
En su interior se fueron gestando dos tendencias antagónicas, dos maneras de
entender la educación. Una de ellas representaba la Navarra religiosa, tradicional
y conservadora, la otra expresaba una tendencia innovadora, laica, más abierta en
general aunque también muy heterogénea. Fue tan profundo el abismo que se
labró entre ambas que, haciendo imposible el equilibrio interno, provocó su esci-
sión en el curso escolar 1969-70 dando lugar a dos nuevas ikastolas en la capital:
Paz de Ziganda y San Fermín. La confrontación interna sobre cuestiones relativas
al Proyecto Educativo de la ikastola va a ser una constante también en el resto de
las ikastolas quienes, no sin dificultades, irán solventando las cuestiones más con-
trovertidas de su ideario
36
.
A través de la documentación de la propia Diputación Foral que consta en el
Archivo Administrativo de Navarra y de los datos de Federación de Ikastolas,
verificamos que en el año en el que se promulga la Ley General de Educación
(1970) son ya nueve las ikastolas que han nacido en los siguientes pueblos nava-
rros: Iruña (1965) —divida en las dos mencionadas—, Leitza (1967), Olatzagutia
(1969), Tafalla (1969), Elizondo, Etxarri Aranatz, Lekunberri y Lizarra (las cuatro
en 1970). De curso en curso se constata el incremento del número de centros, exis-
tiendo en 1975, último año del franquismo, un total de 23 ikastolas ya implantadas
que llegaría a 42 —período de máxima densidad— en el curso 1980-81.
Las ikastolas en Navarra van a vivir realidades muy distintas en función de la
zona geográfica donde se constituyen (número de habitantes, índice económico,
situación sociolingüística). Aunque esta heterogeneidad va a imprimir al movi-
miento de ikastolas en Navarra una serie de características diferenciales, no por
ello se quiebra la unidad del colectivo. Algunos de los parámetros definitorios en
la génesis de las ikastolas en esta comunidad son:
1. Surgen en pueblos con condiciones socioeconómicas y lingüísticas muy dife-
rentes (pueblos grandes y pequeños, tanto con creciente como con regresivo
índice económico, vascófonos y castellanizados).
2. Son fruto de un trabajo colectivo popular y subsisten gracias a él, creando un
universo de relaciones especial a su alrededor. Se constituyen en su mayoría
como cooperativas.
3. Nacen como centros de educación preescolar y mientras se mantienen así cuen-
tan con el apoyo económico de la Diputación Foral.
4. Construyen un modelo de escuela nuevo con características y espíritu renova-
dores y aplican un modelo lingüístico de inmersión temprana del euskera.
5. Sufren un proceso de institucionalización muy dilatado en el tiempo. Las ikas-
tolas en Navarra no consiguen el reconocimiento expreso de su especificidad,
por tanto, ese proceso de institucionalización no se verá coronado con éxito.
Las que pueden subsistir, inician a finales de la década de los 80 un proceso de
adaptación a la normativa como centros privados.
36
A propósito de la celebración del 25 Aniversario de su apertura, la mayor parte de las ikastolas
han realizado sendos libros conmemorativos en los que relatan la génesis y los inicios de sus respecti-
vas historias. En ellos se recogen datos interesantes a propósito de sus idearios.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
385
IRENE LÓPEZ GOÑI
MAPA DE IKASTOLAS EN NAVARRA EN EL PERÍODO
DE MÁXIMA DENSIDAD
(1980/81)
Movimiento popular a favor del vascuence
En el marco sociopolítico del País Vasco en general y de Navarra en particular
la protesta frente al régimen franquista, en clandestinidad o semiclandestinidad, se
va haciendo cada vez más organizada. La materialización de ese descontento
se realiza en diversos sectores siendo el mundo de la cultura uno de esos ámbitos
quien, con multitud de propuestas, muchas veces con un carácter meramente sim-
bólico, hará manifiesto su descontento. En esa protesta, la promoción de la lengua
386
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
vasca se va a convertir en una reivindicación constante, no sólo del grupo nacio-
nalista tradicional, sino también de la nueva corriente nacionalista de izquierdas
que se está constituyendo. Además se produce un binomio entre esta reivindica-
ción hacia la lengua y la lucha antifranquista que hace contar con el apoyo inicial
hacia el euskera —aunque con una intensidad relativa— de los grupos de izquier-
da no nacionalista.
El Acuerdo de Diputación de 1967 a partir del cual el alumnado podía recibir
en su centro media hora de euskera extraescolar, a pesar de que había comenzado
a dar frutos, no era considerado suficiente por muchos padres y madres. Éstos no
aspiraban a que sus vástagos aprendieran el vascuence como si de una lengua
extranjera se tratara sino que reivindicaban su aprendizaje y utilización en la escue-
la y, por tanto, integrada en la educación formal. Este deseo fue común en los
padres y madres que iniciaron las ikastolas, estuviera la suya ubicada en una zona
vascófona o no.
Además, el modelo educativo que había dejado el franquismo (protagonismo
absoluto del maestro y de los contenidos curriculares, escasa consideración para la
diversidad del educando, nula participación de los progenitores en los órganos de
decisión, metodología memorística, aplicación de una estricta disciplina y, espe-
cialmente, adoctrinamiento político) era rechazado también por los grupos socia-
les que comenzaban a trabajar por el proyecto de la ikastola. El mencionado
modelo de escuela, aunque fuera en lengua vasca, no satisfacía las expectativas de
los promotores.
Estas dos van a ser las razones principales que estimulen la creación de ikasto-
las: el deseo de recuperar el euskera como lengua viva y el interés de renovar peda-
gógicamente la escuela. No se trata, por tanto, exclusivamente de que la lengua de
comunicación en la enseñanza formal sea el euskera sino, también, de que el mode-
lo educativo que se construya renueve el existente en las escuelas. Este doble obje-
tivo va a ser el que aglutine a padres y madres, a grupos de jóvenes y a multitud
de colaboradores en los distintos pueblos de Navarra (y en el resto del País Vasco).
En este diseño de escuela vasca no va a existir una planificación previa por
parte de grupos políticos concretos, es el pueblo vasco quien en un esfuerzo colec-
tivo, con una gran estimulación, con participación de muchos sectores, con altas
dosis de optimismo y sin herramientas en ese momento para hacer prospección
del resultado, decide experimentar un modelo educativo y lingüístico nuevo
37
.
La participación social en la gestación, dirección, desarrollo y en el manteni-
miento de las ikastolas es una de las características del colectivo. Padres y madres,
profesores, ayudantes, trabajadores, colaboradores permanentes o esporádicos,
conseguirán construir este modelo educativo en euskera aunque no faltarán las
crisis internas en el desarrollo del mismo. En este universo coinciden sinérgica-
mente distintos sectores sociales cuyo punto de confluencia es la lengua y la cul-
tura vasca. Durante los primeros años del movimiento de ikastolas y a lo largo de
toda la década de los setenta se tejerá una urdimbre para el fomento de la lengua
37
Ésta es la conclusión a la que ha llegado la autora después de haber realizado una búsqueda
exhaustiva, tanto en los archivos de la Federación Navarra de Ikastolas, en las actas de varias ikastolas,
en el Archivo Administrativo de Navarra y haber analizado los datos relativos a 42 entrevistas directas
con promotores de estos centros.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
387
IRENE LÓPEZ GOÑI
y la «revasquización» de sus pueblos entre los promotores de las ikastolas, aque-
llos que se encargan de la alfabetización y de la enseñanza del euskera a adultos,
grupos de colaboradores y una constelación de protagonistas del mundo de la cul-
tura (nueva canción vasca, escultores, pintores, deportistas, grupos de teatro). El
flujo entre estos movimientos será constante ocupando la vida de la ikastola un
lugar preeminente en ese cosmos.
La multitud de reuniones que se realizan en el centro van a tratar toda la casuís-
tica relacionada con la educación formal e informal del alumnado (desde la defini-
ción del concepto de educación, problemas institucionales y económicos, progra-
mación de actividades sociales y de apoyo económico, infraestructuras, etc.), así
como cuestiones relativas a la dinamización social del pueblo que hacen que se
diluya en muchas ocasiones la frontera entre lo propiamente educativo y lo socio-
cultural
38
. Es ésta la razón por la que se construye una «cultura escolar», en el
sentido que da Escolano
39
a este término, peculiar en el panorama educativo euro-
peo. Es ésta también una de las razones por las que se afirma que el movimiento
de ikastolas ha sido un modelo educativo fruto del trabajo colectivo, sin protago-
nismos unipersonales y construido de abajo hacia arriba.
Cabría añadir en este punto que la participación como institución de la Iglesia
navarra no fue determinante en el desarrollo de las ikastolas en esta comunidad
mientras que sí tuvo importancia en el del resto de las provincias vascas. La docu-
mentación que poseemos parece apuntar a una protección por parte del clero
secular sólo en los pueblos de la montaña navarra. Efectivamente la mayoría de
ikastolas de la montaña navarra van a constituirse legalmente como escuelas parro-
quiales pero en más de un caso la función del párroco es más un compromiso de
«protección» ante las autoridades que de verdadera participación en el desarrollo
de las mismas.
Además del anterior, el aspecto relativo a la coordinación merece ser destacado
en la historia de las ikastolas en Navarra. Hasta el año 1977 no va a existir una
estructura de coordinación entre ellas; ese año se constituye legalmente la Federa-
ción Navarra de Ikastolas y nace el embrión de la que será la Confederación de
Ikastolas de Euskal Herria
40
. Aunque la autonomía de cada una de las ikastolas
será absoluta, la coordinación —no orgánica pero si funcional— será una caracte-
rística desde los inicios del movimiento. El establecimiento de relaciones entre
ikastolas surge de una manera natural y espontánea en la mayoría de los casos,
convirtiéndose las existentes en punto de referencia y de apoyo para el resto.
Creación de centros de preescolar y el euskera
Las ikastolas en Navarra surgieron en un primer momento como centros de edu-
cación preescolar. Esta etapa se nutría de niños y niñas con edades comprendidas
388
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
38
Las ikastolas a lo largo de su historia, además de actividades estrictamente pedagógicas, han
celebrado festivales culturales, charlas, entrevistas, han organizado fiestas, recuperado canciones, bailes
y tradiciones perdidas, han realizado cuestaciones para colocar antenas repetidoras de televisión y
radio, etc.
39
ESCOLANO BENITO, A.: «Las Culturas Escolares del siglo XX. Encuentros y Desencuentros»,
Revista de Educación, Madrid, Ministerio de Educación y Ciencia, n.º extraordinario, (2000), pp. 201-218.
40
«Acta de Constitución de la Federación Navarra de Ikastolas», Archivo de la FNI, 1 carp.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
entre los 2 y los 6 años. La Ley de Educación de 1970 no la había considerado
obligatoria y, por tanto, la libertad que ofrecía era mayor que la que permitía la
siguiente etapa, la denominada Educación General Básica (
EGB). Esta misma per-
misividad refleja el Servicio de Enseñanza en estos primeros años respecto a la
circunstancia de que, en esta etapa, una gran parte de las profesoras no contara
con la titulación de magisterio.
La Diputación Foral, a través del mencionado acuerdo de 1967, ofrecía ayudas
económicas a las «pequeñas escuelas rurales». En el espíritu de este acuerdo el
objetivo que se pretendía, a nuestro entender, no era tanto la promoción de la len-
gua en las zonas donde se había perdido sino que el alumnado pudiera conservar
su primera lengua, en aquellos pueblos en los que todavía se hablaba, realizando
de una manera progresiva el aprendizaje del castellano en este período de la edu-
cación. No obstante, la Diputación se vio aturdida por la proliferación de peticiones
nuevas, viéndose obligada también a conceder subvenciones a aquellas ikastolas
que se crearon en zonas no vascófonas pero sintiéndose cada vez más incómoda
ante aquel fenómeno que no podía controlar completamente y que no respondía a
sus objetivos. Efectivamente, el modelo lingüístico que propugnaban las ikastolas
no estaba amparado por ninguna reglamentación, ni de la Administración central
ni de la local, situándose aquellas que habían comenzado la etapa de escolaridad
obligatoria en una situación de «alegalidad».
Configuradas inicialmente como centros de preescolar algunas de las ikastolas
que surgen en el período de transición en Navarra, ante las dificultades que supo-
nía su crecimiento (económicas en muchos casos pero también de insuficiencia de
niños) no alcanzaron la etapa de
EGB. Durante el período de máxima densidad
de ikastolas, más de la mitad de éstas (27 repartidas por zonas vascófonas y caste-
llanizadas) fueron centros que no consiguieron comenzar la etapa de
EGB, viendo
reducidos sus esfuerzos a este período de educación preescolar.
Las ikastolas en Navarra, igual que lo hicieran las del resto del País Vasco,
concedieron gran importancia a este primer período de educación infantil
41
. El
carácter educativo que debía tener la atención al alumnado en esta etapa —y no
meramente asistencial— le fue reconocido desde el primer momento. Siendo el
aprendizaje en euskera la finalidad primigenia de las ikastolas, la lengua fue objeto
de un tratamiento especial tanto con el alumnado vascohablante como con el
monolingüe castellanohablante. Pero en esta etapa también la expresión infantil en
todas sus formas (verbal, gráfica, corporal, afectiva) constituyó un importante
objetivo a conseguir y, como consecuencia, una fuente inagotable de experimenta-
ción por parte de las maestras.
Innovación pedagógica y las ikastolas
El espíritu renovador de la enseñanza que había comenzado en el Estado antes
de la Guerra Civil, se retoma en la década de los 60. Dentro del colectivo de ense-
ñantes comienzan a resurgir los Movimientos de Renovación Pedagógica (
MRP).
41
GARAGORRI YARZA, X.: «Ikastola Hezkuntz Eredu Gisa», en Congreso de Sociedad de Estudios
Vascos XI, Donostia, edición CD, 1991, pp. 203-213.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
389
IRENE LÓPEZ GOÑI
En Cataluña el ritmo lo marca la Asociación Rosa Sensat, quien en 1966 reiniciará
las Escuelas de Verano en su tercera edición tras las experiencias de 1921-23 y de
1931-35. Mientras, en el País Vasco, las ikastolas van a sentir la necesidad de pro-
fundizar en la justificación teórica del proyecto pedagógico iniciado, siendo miem-
bros activos de los MRP.
Las ikastolas en Navarra, al igual que las del resto de Euskal Herria, se sintie-
ron partícipes desde su nacimiento de ese sentimiento renovador de la educación
que aglutinaban los Movimientos de Renovación Pedagógica. Motivado por la
necesidad de compartir sus experiencias, el colectivo de maestros y maestras de las
ikastolas buscó formas de coordinación y organización interna (profesorado del
propio movimiento) y externa (distintos sectores con interés en renovar la escue-
la) participando activamente en órganos de coordinación pedagógica y mantenien-
do estrechas relaciones con otros MRP, especialmente con la Asociación catalana
Rosa Sensat. El que comenzaran a trabajar en la enseñanza obligatoria sin cober-
tura legal y por tanto no estar supeditadas a ninguna normativa en este sentido,
supuso, indirectamente, una mayor libertad a la hora de realizar propuestas inno-
vadoras en la educación; además, el modelo lingüístico que propugnaban no con-
taba con el respaldo de experimentación previa que sugiriera el camino a seguir.
Estas circunstancias hicieron que el espíritu pedagógico innovador fuera inherente
a la génesis del movimiento de ikastolas impregnando su proyecto educativo.
Inevitablemente el elemento rector, común a todas, será el de la utilización del
euskera como lengua de comunicación, pero, además, el conocimiento de la cultu-
ra vasca será otro objetivo común del Proyecto Educativo de la ikastola. Ambos
son objetivos ineludibles, generales y comunes a todas las ikastolas.
La característica de la intervención social en su gestación y desarrollo inicial,
como se ha señalado anteriormente, va más allá de la participación en la gestión y
constituye el motor y la personalidad de la ikastola. La educación va a ser con-
templada desde un prisma holístico a través del cual no sólo los padres, madres y
profesorado son educadores sino que otros agentes sociales pueden ejercer esa
función.
Desde esta perspectiva también, el proceso educativo formal trasciende los
muros del centro y el contexto de aprendizaje se amplía al pueblo, al campo, a
los talleres etc. La educación formal adquiere importancia y representaciones tea-
trales, conciertos, fiestas populares, etc., se convierten en espacios de encuentro
también de los protagonistas de la ikastola. A su vez, existe un optimismo peda-
gógico respecto a la función que puede ejercer la escuela como motor de cambio
en la sociedad y es desde la ikastola también desde donde se proyectarán activida-
des que incidan en el ámbito cultural del pueblo. De esta manera, es característica
común de las ikastolas convertirse ellas a su vez en plataforma dinamizadora de la
cultura del pueblo o del barrio mediante la organización de actividades abiertas a
la participación social
42
.
390
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
42
Alguna de éstas fueron de gran calado, como la iniciativa llevada a cabo por la ikastola Paz de
Ziganda para poner el primer repetidor que captara la Televisión Vasca (Euskal Telebista) en Pamplona
después de recaudar el dinero mediante cuestación popular; esta iniciativa fue secundada por diversas
ikastolas consiguiendo la colocación de varios repetidores por la geografía navarra (Estella, Sangüesa)
o la de ofrecer terrenos por parte de la ikastola San Fermín para colocar el repetidor de la emisora de
radio EuskalHerria.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
El profesorado de la ikastola fue epígono de los presupuestos teóricos de la
Escuela Nueva, de una manera ecléctica y tratando de incorporar elementos de
renovación sociopedagógica
43
. Hay que destacar, además de su voluntarismo —sin
el cual no hubiera sido posible la materialización de este modelo—, la intuición
de que hicieron gala en la aplicación del modelo lingüístico, no defendido hasta
más tarde por los psicolingüistas y que ha demostrado, con los años, su validez: el
modelo de inmersión lingüística precoz. Efectivamente las ikastolas no contaban
con referentes pedagógicos válidos en ese momento para implantar un modelo
lingüístico para la recuperación de la lengua si exceptuamos las experiencias que
se estaban llevando a cabo en Israel, en circunstancias demasiado diferentes. El que
va a ser modelo paradigmático de inmersión lingüística a nivel mundial, el de la
escuela Saint Lambert del Canadá francés, todavía no había nacido
44
. El objetivo
era escolarizar al alumnado en euskera como contribución social a la «revasquiza-
ción» de Euskal Herria. Aunque este objetivo era claro e igual para todas las ikas-
tolas, las situaciones sociolingüísticas, como ya se ha apuntado, eran sin embargo
muy diversas en Navarra. Las ikastolas habían nacido en zonas vascófonas, mixtas
y castellanizadas dándose la circunstancia de que más de la mitad de los niños y
niñas que acudían a ellas en la década de los 70 tenían como primera lengua el
castellano. A pesar de esta circunstancia, el proyecto pedagógico de todas se ver-
tebró alrededor del mencionado modelo lingüístico, con gran acierto como hemos
podido comprobar más tarde y, en aquel momento, sin un corpus teórico que res-
paldara esta elección. Fueron varios los ingredientes que confluyeron para que la
aplicación de ese modelo lingüístico fuera un éxito
45
. Los principales, a nuestro
entender, tienen que ver tanto con la metodología utilizada como con aspectos
socioafectivos (la alta motivación social existente en ese momento para la ense-
ñanza y el aprendizaje del euskera).
Proceso de institucionalización
En un régimen fuertemente centralizado y uniformador como era el franquis-
ta, Navarra había conseguido hacer resurgir en 1936 la Junta Superior de Educa-
ción (uno de sus órganos históricos en materia de enseñanza), que se les recono-
ciera a sus ayuntamientos el derecho histórico de propuesta de maestros, crear la
Institución Príncipe de Viana en 1940 quien, como órgano filial de la Diputación,
tendría competencias propias en materia de cultura, crear una Sección para el
Fomento del Vascuence en 1957 en el seno de esta Institución para la cultura y,
diez años más tarde, aprobar un Acuerdo para la protección de la lengua. Todo
parecía indicar que Navarra poseía los elementos de descentralización y experien-
cia en gestión de la enseñanza por una parte y de autonomía e interés por la
43
La revista de coordinación del profesorado, Irakasleen Aldizkaria, incluirá artículos tanto de
representantes de la Escuela Nueva, como de pedagogía libertaria o crítica.
44
SIGUAN, M. en ETXEBERRIA BALERDI, F.: Bilingüismo y Educación, Donostia, Ibaeta pedagogía,
2001, p. 5.
45
Una descripción pormenorizada de este modelo nos la ofrece, F. ZABALETA ZABALETA, en 1994,
después de realizar una investigación con grabaciones dentro del aula. Se publicó con el título: Biga-
rren Hizkuntzaren Irakaskuntza Murgiltze-Eredua, Leioa, Zubia.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
391
IRENE LÓPEZ GOÑI
lengua por otra, necesarios para poder llevar a cabo con éxito el nuevo proyecto
educativo que suponían las ikastolas.
Cada año nacían nuevas ikastolas. En 1972 son ya 13 las repartidas por la geo-
grafía navarra —las dos de Pamplona con un número de alumnos ya considera-
ble— a las cuales la Sección para el Fomento de la lengua subvenciona con una
pequeña cantidad mensual. Todas las ikastolas solicitaban ayudas económicas a
esta Sección quien, sin ningún tipo de trabas, tramitaba las peticiones. Por otra
parte, en algunas de estas ikastolas se habían comenzado a cursar los niveles de
enseñanza obligatoria, etapa para la que, a excepción de las dos ikastolas de Pam-
plona, ninguna poseía autorización del Ministerio; esta circunstancia suponía que,
al no ser centros autorizados, el alumnado no contaba con las necesarias Cartillas
de Escolaridad.
La Diputación navarra adquirirá todavía compromisos con la lengua, excepcio-
nales en el panorama lingüístico español del último franquismo. Efectivamente en
una reunión de la Institución con los representantes de las ikastolas mantenida el
24 de agosto de 1972 constatamos que los responsables de la Corporación adquie-
ren importantes compromisos, asegurando el mantenimiento de la ayuda econó-
mica de la Diputación a los parvularios en euskera e incluso la creación de otros
nuevos
46
. El Servicio de Enseñanza de la Diputación en aquel momento estaba
convencido de que las posibilidades que había abierto la Ley General de Educa-
ción de 1970 de regular las lenguas vernáculas se iban a materializar sin ningún
problema por parte de Navarra; es por eso que en la mencionada reunión consi-
dera «transitoria» la situación de las ikastolas y asegura que se va a encargar de
minimizar las dificultades que estaba poniendo el Servicio de Inspección a estos
centros.
A los cuatro meses de acontecida esta reunión, el 15 de diciembre de 1972, la
Diputación Foral estableció unas Bases para la Enseñanza y Fomento del Vas-
cuence
47
, que a pesar del carácter restringido de las mismas y de que acrecentaban
las dificultades impuestas a las ikastolas, suponían un avance importante para la
introducción del euskera en la enseñanza pública. La Institución Foral se compro-
metía a promover y apoyar, «por todos los medios a su alcance», la Enseñanza y
Fomento del Vascuence, principalmente en las localidades y comarcas vascófonas.
Era ésta el área geográfica de actuación preferente así como lo era también «la
primera Educación de los niños cuyo idioma familiar o nativo sea el vascuence».
Sin embargo, la situación de la enseñanza en euskera comenzaba a suponer una
importante carga institucional para la Diputación ya que bajo su «protección»
estaban proliferando ikastolas que, al haber iniciado la educación obligatoria sin la
autorización del Ministerio, se encontraban fuera de la normativa legal. Ésta era la
situación administrativa de las ikastolas navarras en el curso 1973-74: a) Dos ikas-
tolas autorizadas provisionalmente por el Ministerio, b) Una con protección ofi-
cial por convenio con un centro privado, c) Diez ikastolas que sólo ofrecía la etapa
de preescolar con subvención otorgada por la Diputación, d) Cinco ikastolas en
situación de alegalidad al haber comenzado
EGB sin autorización.
392
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
46
«Acta de la reunión mantenida el 4 de agosto de 1972», Archivo Administrativo de Navarra,
fondo Diputación Foral de Navarra, Cj. 37476, carp. 1.
47
BON, 10-01-1973, n.º 5.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
La Diputación hasta 1975 realizó intentos de regular la enseñanza del euskera
frente al Ministerio de Educación y Ciencia, pero la realidad es que desde la pro-
mulgación de las Bases de 1972 todas las decisiones que tome la Institución Foral
quedarán supeditadas al criterio del Gobierno Central
48
.
El Decreto ministerial de mayo de 1975
49
daría al traste con las esperanzas que
se habían puesto en conseguir un auténtico decreto de bilingüismo. No sólo no
recogió los puntos del mencionado borrador sino que supuso un paso atrás en las
iniciativas sociales que se estaban llevando a cabo a favor de la inclusión de la len-
gua vasca en la enseñanza. Uno sólo de los puntos del Decreto fue aprovechado
por las autoridades navarras para introducir el euskera en los centros públicos y
fue el que ofrecía la posibilidad de crear unidades bilingües con carácter experi-
mental. La Junta Superior de Educación elevó esta propuesta para dos colegios
públicos siendo aprobada; estas clases comenzaron durante el curso 1975-76. Sin
embargo, la introducción de las clases bilingües en los colegios públicos careció
de la necesaria planificación de manera que de un curso al otro no estaba asegurada
la continuación de la unidad iniciada ni prevista la inclusión de la nueva que debía
comenzar. Se puede afirmar que el incremento tanto de unidades bilingües como
de centros públicos que ofrecían esta modalidad fue materializado gracias a la
tenaz persistencia de la comunidad educativa (padres y madres, directores de los
centros y alcaldes de los pueblos afectados).
La muerte de Franco supuso el inicio de la esperanza de cambio para la socie-
dad civil. Los nacionalistas vascos de Navarra barajaban la posibilidad de una Eus-
kal-Herria peninsular unida administrativamente. Las movilizaciones en la calle
reivindicando esta unión, un único distrito universitario para el País Vasco, una
mayor promoción del euskera, exigiendo un decreto de bilingüismo para Navarra,
demostrando el apoyo a las ikastolas y a la escuela pública vasca en general, van a
ser la tónica que marque el período pre y postconstitucional.
La Diputación Foral acordó en sesión celebrada 15 de octubre 1976 el estableci-
miento de una cátedra de Vascuence en la Escuela Universitaria de Profesorado,
pero su actitud hacia el euskera en general y las ikastolas en particular comenzó a
ser manifiestamente acre. Contribuían a alimentar esta postura, sin duda, manifes-
taciones públicas vertidas por ciertos políticos a través de las cuales se identificaba
a estos centros como focos de terrorismo
50
.
A partir de 1975, las dificultades impuestas a las ikastolas se multiplicaron.
Comenzará una nueva época marcada por el inicio de la transición política que
imprime la característica fundamental del desarrollo institucional de estos centros
durante este período en Navarra: la incertidumbre.
Las ikastolas ahora se encontraban en una situación de «doble» alegalidad:
carecían de la previa autorización legal exigida con carácter general a cualquier
48
En el Archivo administrativo de Navarra, fondo Diputación Foral de Navarra, Cj. 37476, se
encuentran disponibles distintas actas de reuniones llevadas a cabo por los entonces máximos respon-
sables de la Educación en Navarra y el Gobierno Central, especialmente en la carp. 1.
49
«Incorporación de las lenguas nativas a los programas de preescolar y EGB», Decreto 1433/1975
de 30 de mayo, BOE de 1 de julio, n.º 156.
50
«¿Cómo es que UCD de Guipúzcoa apoya el euskera y las ikastolas, mientras que UCD de Nava-
rra afirma públicamente que las ikastolas son centros de separatismo, que pretenden minar la sagrada
unidad de España?», PAGALDAY, J.: «Ikastolas de peaje», Egin, 5 de septiembre de 1978. El artículo
trata las declaraciones efectuadas por el diputado navarro J. I. del Burgo.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
393
IRENE LÓPEZ GOÑI
centro para el normal desarrollo de su vida escolar y de la específica para la incor-
poración de la lengua, regulada en el Decreto del 30 de mayo de 1975. Además, el
modelo lingüístico que aplicaban con el euskera como lengua exclusiva de comu-
nicación quedaba fuera de los parámetros de legalidad vigente en ese momento.
La actitud de la Diputación contra las ikastolas tiene su momento álgido con la
publicación del régimen de concesión de ayudas a la enseñanza bilingüe
51
de 1977.
En ellas se estipula que se concederán subvenciones para el sostenimiento de «uni-
dades bilingües en centros no estatales» —en una clara referencia a las ikastolas—
siempre que dichos centros se hallaren debidamente autorizados por el Ministerio
de Educación y Ciencia. Estas normas se vivieron como un ataque frontal contra
ellas —especialmente contra aquellas que trabajaban con alumnado de EGB—y
precipitaron las gestiones para la creación de la Federación Navarra de Ikastolas,
organismo que, aunque sin personalidad jurídica, se había creado el año anterior,
y que tenía como objetivo la coordinación pedagógica y la representación del
colectivo. La reunión mantenida por todas las ikastolas del país, norte y sur, en el
mes de mayo de 1977 en Vitoria, supuso a su vez la creación de la Confederación
de Ikastolas de Euskal Herria.
Aunque Navarra participó junto con las otras federaciones peninsulares (Álava,
Guipúzcoa y Vizcaya) en la reunión celebrada en Madrid el 22 de noviembre de
1977 con el ministro de Educación Íñigo Cavero y en las gestiones posteriores
para lograr la institucionalización de estos centros, se vio privada durante el perío-
do mencionado de los avances conseguidos por las otras tres provincias. Las ikas-
tolas en Navarra pedirán una y otra vez su institucionalización a la Diputación
Foral, ofreciéndole, incluso, la titularidad de las mismas. Finalmente y ante la rei-
terada negativa de ésta a hacerse cargo de estos centros, muchas ikastolas intenta-
rán la vía de la municipalización, que después de arduas y largas gestiones, finali-
zarán con éxito en dos Ayuntamientos, el de Pamplona y del Baztán.
En agosto de 1979 se inicia la elaboración de un convenio-marco para las ikas-
tolas de Navarra por parte de la Federación. Sobre el borrador inicial se trabaja
durante largos fines de semana, comunicando a todas las ikastolas las ideas expues-
tas y haciendo partícipes a todas ellas en su elaboración. El convenio presentado
en la Diputación el día 7 de octubre de ese año va a recibir como respuesta la pro-
puesta de la Corporación de que las ikastolas se acojan al convenio de la enseñan-
za privada. Esta propuesta es rechazada por la Junta de Federación, por conside-
rar que: «a) La realidad de las ikastolas es totalmente distinta (aulas de 2 y 3 años,
preescolar, etc.). b) No soluciona el problema de las ikastolas no legalizadas. c)
Da a las ikastolas y las enmarca dentro de la enseñanza privada, cuando su voca-
ción es la de ser escuelas públicas»
52
.
El Estatuto de Autonomía de Navarra, la denominada Ley Orgánica de Rein-
tegración y Amejoramiento del Régimen Foral
53
, produjo ya una quiebra de difícil
solución en los derechos lingüísticos de los navarros, desmarcándose de sus análo-
gos en otros Estatutos de Autonomía al no calificar como lengua propia al euske-
ra y al no quedar establecido en el mismo la doble oficialidad lingüística: «1. El
394
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
51
«Régimen de contribución y concesión de ayudas a la enseñanza bilingüe y clases de vascuen-
ce», 21-02-1977, BON n.º 22.
52
Archivo de la Federación Navarra de Ikastolas, 1 carp.
53
Ley Orgánica 13/1982 del 10 de agosto.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
castellano es la lengua oficial de Navarra. 2. El vascuence tendrá, también, carácter
de lengua oficial en las zonas vascoparlantes de Navarra».
La regularización del euskera quedó en el Estatuto diferida a una actuación
posterior del legislador autonómico que se concretó en la Ley del Vascuence
54
,
la cual, a diferencia de las leyes de esta misma categoría en otras comunidades
autónomas con lengua propia, no puede ser calificada como una ley fruto del
consenso. El principal escollo de la ley, ampliamente criticado por todas las enti-
dades que trabajaban en favor del euskera, lo constituyó el establecimiento de
una demarcación que, dividiendo a Navarra en tres zonas lingüísticas, constreñía
los derechos lingüísticos de los habitantes de las denominadas «mixta» y «no
vascófona»
55
.
Los preceptos de esta ley establecieron la alegalidad para las ikastolas ubicadas
en esta última zona imposibilitando que pudieran acogerse a las ayudas habituales
para los centros concertados. Sin embargo, recibirán —además de la aportación a
través de las cuotas de los socios, organización de actividades para la ayuda eco-
nómica y de las aportaciones de una caja de solidaridad— una subvención oficial
a través del Servicio de Política Lingüística del Gobierno de Navarra. Por esta
misma razón de demarcación lingüística, la ley estableció la imposibilidad de ofre-
cer en los centros públicos de la zona «no vascófona» un modelo lingüístico en
euskera (el conocido como modelo D).
Podemos afirmar que la situación de las ikastolas se mantuvo a lo largo de la
década de los 80 en la misma posición institucional que ya tenía, es decir, sin el
reconocimiento oficial explícito ni de las Instituciones navarras ni de la Adminis-
tración Central, siendo impelidas a adecuar sus infraestructuras y organización a
la normativa existente y encontrándose como colectivo poco a poco fagocitado
por la red privada. La situación económica insostenible para muchas de las peque-
ñas ikastolas repartidas por la geografía navarra provocará que se vean impelidas a
aceptar un acuerdo con el Departamento de Educación en 1990, cuyo titular era el
PSOE en Navarra en ese momento, merced al cual quedaban absorbidas por la ense-
ñanza pública. En ese momento se fija definitivamente el mapa escolar finisecular
de las ikastolas en Navarra, el cual, con ligeras variaciones, será el que inicie el
siglo
XXI. Serán 20 ikastolas (16 cooperativas y cuatro de titularidad municipal).
Esta cantidad supone aproximadamente un 9% de la enseñanza infantil y primaria
del total de escolares navarros.
Conclusión
Los intelectuales navarros más relevantes de finales del siglo
XIX van a trabajar
por la lengua vasca advirtiendo del peligro de extinción a la que está sometida.
Las primeras escuelas cuyo objetivo será la recuperación del euskera nacen en la
II República de la mano de sectores nacionalistas vascos pero tendrán una exigua
vida al finalizar su labor con el inicio de la contienda civil en 1936.
54
Ley Foral 18/1986 del 15 de diciembre, BON de 17-12-1986.
55
«La Ley del Vascuence», Navarra, Revista Internacional de los Estudios Vascos, n.º 46, 2 (2001),
pp. 625-645, monográfico.
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
395
IRENE LÓPEZ GOÑI
Después de la Guerra Civil y cuando todavía se impone por parte del Gobier-
no Central una fuerte represión hacia la lengua, la Diputación Foral ejerce una
importante labor para conseguir incrementar el prestigio del euskera creando un
organismo para su fomento en 1957 y tomando diez años después un acuerdo de
protección para los parvularios en euskera de gran importancia en el comienzo
de las ikastolas.
El inicio del movimiento durante el franquismo se sitúa en el año 1963 con la
primera tentativa de crear una ikastola en la capital que, aunque no prospera,
supondrá el preámbulo del nacimiento de un colectivo que alcanzará su momento
álgido en la década de los 70, la de mayor proliferación de ikastolas.
Las ikastolas en Navarra nacen en un momento de cambio social con un doble
objetivo, impulsar el euskera como instrumento de comunicación vivo y ofrecer
un modelo de escuela renovador que respete y deje espacio para la participación
de la comunidad educativa. Si bien inicialmente sus promotores (grupos de padres,
madres, jóvenes y diversos grupos sociales) trabajan de manera aislada, rápida-
mente se establecerá una coordinación eficaz entre ellas. Las peculiaridades pedagó-
gicas del movimiento así como su anormal situación administrativa será el sustrato
que haga brotar una cultura escolar peculiar, un universo esencial para el desarro-
llo de la lengua en el que confluirán diferentes colectivos sociales.
La actitud de protección oficial inicial de la Institución Foral hacia las ikasto-
las se mantendrá hasta 1975, aunque de una manera más debilitada entre 1972 y
1975. Sin embargo, a partir de esta fecha la postura de la Diputación va a cambiar
con relación a la lengua en general y a las ikastolas en particular, viviendo éstas el
clímax del enfrentamiento con la publicación del régimen de concesión de ayudas
a la enseñanza bilingüe de 1977. Comenzarán a librar entonces una larga batalla
política que continuará en la década de los 80.
Navarra, que había alcanzado una materialización de normativa propia para la
introducción de la lengua en la enseñanza en el período franquista, curiosamente,
no sólo será la última en legislar sobre esta materia sino que la ley que elabore
será la de menor consenso y la más restrictiva de las leyes de esta misma categoría
de las otras cinco comunidades del Estado con lengua propia. Los preceptos de
esta ley harán que las ikastolas de la Ribera de Navarra terminen el siglo sin ser
reconocidas oficialmente.
396
LAS IKASTOLAS EN NAVARRA (SIGLO XX): BÚSQUEDA DE UN MODELO DE ESCUELA PROPIO
IRENE LÓPEZ GOÑI
©EDICIONES UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Hist. educ., 24, 2005, pp. 371-396
... Era necesario un sistema más abierto, más integrado en la calle y en el pueblo y vertebrado en torno a verdaderos centros escolares (Irazabal, 2008: 54) que superasen esas lecciones impartidas en grupos pequeños, en casas particulares y a escondidas: es el comienzo de las ikastolas, que surgieron con especial fuerza en Vizcaya y Guipúzcoa pero que se extendieron también a Álava y a Navarra. Durante años, funcionaron en un régimen de alegalidad hasta poder organizarse en las Federaciones de ikastolas y la Confederación de ikastolas que las aglutina 5 y obtener el reconocimiento oficial, que no se producirá al mismo tiempo en todos los territorios ( López-Goñi, 2005). ...
... La primera generación ha originado considerable bibliografía sobre todo por su papel de pioneras de un proyecto educativo que aún hoy se mantiene e incluso crece. Pero esas andereños de la segunda generación parecen haber quedado eclipsadas por el mo-mento histórico en el que desarrollaron su actividad: el aspecto cooperativo de las ikastolas, el hecho de que favorecieran el rol activo de padres, madres y otros agentes sociales como educadores, etc. ( López-Goñi, 2008) contribuye a que las docentes sean vistas y recordadas como colectivo (y dentro de un colectivo), y no tanto en su individualidad. De hecho, no parece que sus nombres hayan trascendido más allá de las ikastolas donde ejercieron. ...
ResearchGate has not been able to resolve any references for this publication.