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Ascenso y declive de la élite correísta: análisis del gabinete de la Revolución Ciudadana en Ecuador

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Este artículo examina la renovación de la élite política del gabinete de la Revolución ciudadana en Ecuador que permaneció durante una década en el poder (2007-2017), profundizando en sus trayectorias. En este estudio se muestran los perfiles de los cuadros permanentes y relevantes y se aborda una biografía grupal, las representaciones sociales, los reclutamientos y trayectorias políticas, así como aspectos económicos y éticos. Se argumenta que, si bien la renovación de este elenco dirigente es un signo de democratización, la circulación y calidad de competencia no concurren de igual modo. Una relativa autonomía de la esfera política lograda por esta élite debido a la ausencia de vínculos económicos, se habría afectado al tomar el atajo de la corrupción como estrategia para su reproducción en el poder.
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Este artículo está publicado en acceso abierto bajo los términos de la licencia Creative Commons
Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 2.5 Colombia.
VOL. 19, N.º 38 JUL-DIC 2024 · ISSN IMPRESO 1909-230X · EN LÍNEA 2389-7481 /PP. 215-249
Ascenso y declive de la élite correísta:
análisis del gabinete ejecutivo de la
Revolución ciudadana en Ecuador
Rise and Decline of the Correista Elite, Analysis of the Executive
Cabinet of the Citizen’s Revolution in Ecuador.
Mónica Mancero Acosta
Universidad Central del Ecuador, Ecuador
mpmancero@uce.edu.ec
https://orcid.org/0000-0001-5115-2256
ARTÍ CULO DE INVEST IGACIÓN
Fecha de recepción: 2 de marzo de 2022 - Fecha de aprobación: 5 de diciembre del 2024
DOI: 10.15446/cp.v19n38.101987
Cómo citar este artículo:
APA: Mancero, M. 2024. Ascenso y declive de la élite correísta: análisis del gabinete ejecutivo de la
Revolución ciudadana en Ecuador. Ciencia Política, 19(38), pp. 215 - 249, 10.15446/cp.v19n38.101987
MLA: Mancero, M. “Ascenso y declive de la élite correísta: análisis del gabinete ejecutivo de
la Revolución ciudadana en Ecuador”. Ciencia Política, 19, 38, 2024, pp. 215 - 249. 10.15446/
cp.v19n38.101987
216 FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLÍTICAS Y SOCIALES • DEPARTAMENTO DE CIENCIA POLÍTICA
ISSN IMPRESO 1909-230X • EN LÍNEA 2389-7481 • UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA •
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MÓNICA MANCERO ACOSTA
Resumen
Este artículo examina la renovación de la élite política del gabinete de la Revolución ciu-
dadana en Ecuador, que p ermaneció dur ante una década en el poder (200 7-2017), profundi zan-
do en sus trayectorias. En este estudio se muestran los perfiles de los cuadros permanentes y
relevantes y se aborda una biografía grupal, las representaciones sociales, los reclutamientos
y trayectorias políticas, así como aspectos económicos y éticos. Se argumenta que, si bien la
renovación de este elenco dirigente es un signo de democratización, la circulación y calidad
de competencia no concurren de igual modo. Una relativa autonomía de la esfera política lo-
grada por esta élite debido a la ausencia de vínculos económicos, se habría afectado al tomar
el atajo de la corrupción como estrategia para su reproducción en el poder.
Palabras clave: élites políticas; élites gubernamentales; poder ejecutivo; Revolución ciudadana;
Ecuador
Abstract
This article examines the renewal of the cabinet of the Citizen’s Revolution (Revolución
ciudadana) in Ecuador, a political elite which remained in power for a decade (2007-2017) in-
vestigated from the p erspective of thei r trajectories. T he research cover s the profiles of the pe r-
manent cabinet members, their group histor y, social representations, political backgrounds
and trajectories, economic and ethical aspects. T he article arg ues that althoug h the renewal of
this elite is a sign of democratization, the circulation and quality of competition do not con-
cur in the same way. Due to the absence of economic power, the relative autonomy of the po-
litical sphere achieved by this elite, led them to take the shortcut of corruption as a strategy
for their reproduction in power.
Key Words: political elites; government elites; executive power; Revolución ciudadana; Ecuador
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ASCENSO Y DECLIVE DE LA ÉLITE CORREÍSTA: ANÁLISIS DEL GABINETE EJECUTIVO […]
Introducción
Los grupos que llegaron al poder durante la denominada Revolución
ciudadana (2007-2017) constituyeron una élite política que permaneció
sin interrupciones durante una década. Sin embargo, se desconocen sus
orígenes, los capitales sociales y políticos que traían consigo, sus tra-
yectorias políticas y sus eventuales vínculos con élites económicas. Sin
estos datos es difícil caracterizar este periodo político que devino en el
denominado correísmo, debido a la fuerza del liderazgo del expresiden-
te Rafael Correa.
De acuerdo con Offerlé (2011), si pretendemos entender el tipo de demo-
cracia debemos tomar en cuenta las características de sus élites en cuan-
to a renovación, diversidad, apertura y circulación, así como la calidad de
la competencia; en definitiva, se trata de conocer quiénes nos gobiernan
y las dinámicas que generan. Particularmente, el estudio de los gabinetes
es importante porque estos constituyen el ámbito del Ejecutivo y los par-
tidos que, en la dinámica de conquista del poder, pueden influir en la ges-
tión gubernamental y de las políticas públicas (Dávila etal., 2013).
Este artículo muestra los resultados de una investigación efectuada
para conocer de forma sistemática a este elenco dirigente y acercarnos
a la comprensión del tipo de democracia que opera en Ecuador, la cual
está inserta en un sistema político que fue mutando desde un presiden-
cialismo débil y moderado entre 1988 y 1996 hacia un presidencialismo
fuerte en 2008 ( Valdivieso y Rivera, 2015). En esta medida, resulta cru-
cial entender la dinámica del gabinete de la Revolución ciudadana, con-
siderando que se habría asistido a una renovación de la clase política en
Ecuador (Verdesoto, 2007); esta situación instauró una reversión autori-
taria en este periodo (Andrade, 2020) y dio un giro radical a la forma de
configuración del gabinete (Basabe etal., 2018).
Se ha tomado como objeto de estudio el núcleo interno elitario cons-
tituido al interior del gabinete gubernamental: presidente y vicepresiden-
te, ministros, secretarios de Estado y asesores presidenciales. Se focaliza
el análisis en los perfiles más sobresalientes en términos de posicio-
nes de poder, así como aquellos que permanecieron mayor tiempo. Los
regímenes presidencialistas y, aún más, aquellos que tienen liderazgos
hegemónicos como este, concentran las decisiones en la élite ejecutiva,
privilegiando estos espacios antes que la Asamblea o los poderes locales.
El objetivo de esta investigación fue desentrañar e interpretar el carác-
ter de estas élites políticas en términos de su acumulación de capital polí-
tico y social, renovación y autonomía. Se aplicó un diseño metodológico
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combinado que articula el modelo de trayectorias políticas, con el deno-
minado modelo arqueológico que trata de rastrear el origen temporal de
las relaciones sociales de los individuos, así como sus diferentes moda-
lidades de capital.
En la primera parte de este artículo se revisan elementos conceptua-
les de la teoría de las élites que nos ayudarán a interpretar los datos y
se explicita la metodología. Luego, se describe el contexto político en el
que llega este elenco dirigente al poder; posteriormente, se examinan
las características biográficas, las representaciones sociales, los recluta-
mientos y trayectorias políticas, aspectos económicos y éticos.
Finalmente, se exponen algunas interpretaciones de los hallazgos,
entre ellas que el núcleo interno elitario del Poder Ejecutivo, desprovis-
to de los recursos de capital social o pertenencia de clase, apeló a su capi-
tal cultural para lograr gobernabilidad; y que la renovación de este grupo
dirigente implicó una democratización; sin embargo, ni la circulación ni
la competencia concurrieron al mismo tiempo. La autonomía y profesio-
nalización de la esfera política que habría logrado esta élite política no
pudo sostenerse en virtud de que la corrupción se habría constituido en
un mecanismo para su reproducción en el poder.
¿Quiénes son las élites? Aspectos
conceptuales y metodológicos
En este apartado se esbozarán brevemente diferentes enfoques concep-
tuales en disputa sobre las élites, posteriormente se analizarán algunos
aspectos específicos sobre las élites ejecutivas. Finalmente se referencia-
rán algunos análisis sobre las élites en América Latina y particularmen-
te en Ecuador.
De acuerdo con Cinta (1977), las teorías sobre las élites pueden divi-
dirse entre las clásicas, la pluralista y las de la clase social. Ferrando
(1976) define una noción sustancialista y otra relacional de la élite, ade-
más de dar un enfoque pluralista. Más contemporáneamente, Körösén-
yi (2018) plantea una nueva denominación de enfoques: el neoelitismo y
el demoelitismo; mientras tanto, Hoffmann-Lange (2018) postula tipolo-
gías centradas en la integración de élites y otras en los vínculos entre éli-
tes y ciudadanos. Como podemos observar, hay diferentes teorías.
Con relación a las teorías clásicas, también denominadas elitistas, las
élites constituyen grupos homogéneos que ejercen poder, el cual, inva-
riablemente, es detentado por una minoría. Es un enfoque conservador,
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puesto que las élites son consideradas un grupo selecto con atributos
excepcionales a través de los cuales están legitimados para gobernar. A
estos autores, entre los que se encuentran Pareto, Mosca y Michels, se los
llamó maquiavelistas por profesar la igualdad de oportunidades y el méri-
to personal. La teoría elitista se decanta por un poder concentrado y acu-
mulativo; según esta: “la élite posee aquello que Meisel denominó las tres
Cs: conciencia de grupo, coherencia y conspiración” (Cinta, 1977, p.459).
Sin embargo, para Higley (2018) esto no siempre es evidente y solo cons-
tituye una de las posibilidades que los estudios de élites deben explorar.
El problema es que estos teóricos elitistas no pudieron explicar la
relación de las élites con las fuerzas sociales y su papel con el cambio
político y social (Carasa, 2001, p.217). Es necesario enlazar el análisis de
lo que hace a las élites con lo que hacen esos grupos dirigentes (Vommaro
y Gené, 2018).
En una suerte de t ransición, Wright Mi lls plantea el concepto de grupos
de interés (Shore, 2002), pero tiene una perspectiva más homogénea
antes que pluralista para analizar la élite (Vommaro y Gené, 2018). Para
Wright Mills, el poder está en las instituciones antes que en las personas
(Cinta, 1977); estas están compuestas por la élite del poder formada por
el ejército, el empresariado y la administración política.
Posteriormente, surgen las teorías pluralistas en las que se reconoce la
existencia de diversos grupos que compiten por el poder político. Robert
Dahl acuña el concepto de poliarquía, es decir, la coexistencia de varias éli-
tes que disputan el poder en oposición a la idea de oligarquías (Dahl, 1991).
En otro andarivel se encuentran las teorías de la clase social prove-
nientes del marxismo. La clase social no es una unidad homogénea y
libre de conflictos, sino que está formada por fracciones de clase que tie-
nen intereses distintos, habiendo una fracción hegemónica. Así, para el
marxismo la distribución del poder entre las clases es desigual, esto las
conduce a luchar por el control del Estado, el cual es “el factor de unidad
política de ese bloque de fracciones hegemónicas” (Cinta, 1977, p.459) o
bloque de poder.
Ferrando (1976) distingue entre una noción sustancialista y una rela-
cional de élite, con esto no está planteando nuevas teorías, sino que más
bien las está agrupando y contraponiendo de manera antagónica. La
noción sustancialista está relacionada con la teoría clásica elitista en el
sentido de que ciertos individuos cuentan con cualidades inmanentes
que validan su posición superior. En contraste, a la masa se le adjudican
atributos negativos, como el dimorfismo social.
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En cambio, la noción relaciona l se refiere a la posición social que ocupa
una persona o grupo dentro de una estructura social. De acuerdo con Sar-
tori (1992), esta noción responde a un uso neutro del término élite que
hace alusión a aquellos que detentan poder y mando. Ferrando (1976) afir-
ma que esta noción aporta objetividad científica porque no juzga a la éli-
te política, sino que determina la función que cumple en una sociedad.
Se ha vinculado la teoría de las élites con la democracia. Plantea Körö-
sényi (2018) que la doctrina clásica de la democracia no mostró inte-
rés por estudiar las élites políticas, pues fueron considerados defectos
del sistema político, mientras las teorías neoclásicas de la democracia
sí admitieron la existencia de élites. El autor plantea una distinción
entre neoelitismo y demoelitismo; el primero, representado por Pareto y
Michels, se refiere a negar la existencia de un gobierno del pueblo y, por
ello, el papel de las élites políticas es vital, estas son autónomas, se auto-
seleccionan y compiten entre sí por el poder. En cambio, el demo-eli-
tismo, representado por Weber y Schumpeter, reconoce la autonomía
relativa de las élites, estos se alían con los ciudadanos para expresar sus
intereses, tienen control sobre las élites porque en elecciones evalúan su
gestión, están pendientes de la política y juzgan las acciones de sus diri-
gentes. También, para la democracia dirigente de Weber, la élite política
toma las decisiones y convence a los ciudadanos para obtener su apoyo.
En efecto, desde una perspectiva sociológica, es clave la estratifica-
ción social propuesta por Weber en la cual intervienen clase económica,
estatus y poder (Ferrando, 1976). Más contemporáneamente, para Bour-
dieu los agentes acumulan capital, el cual es adquirido en el proceso de
socialización. Se heredan los apellidos, el prestigio y no solo el dinero y
los recursos. Igualmente, tiene lugar la acumulación estratégica de este
capital, aunado a la trayectoria del agente dentro del campo; dependien-
do de esta dinámica compleja, el agente se ubicará como subordinado o
como élite (Joignant, 2012).
De acuerdo con Offerlé, el estudio de las élites es de una importancia
crucial y se relaciona con entender el tipo de democracia que se cons-
truye en una sociedad: “El grado en el cual se mediría la democracia
descansa sobre las características de esas élites (renovación, diversidad,
apertura, circulación) y sobre la calidad de la competencia más que sobre
su misma existencia” (Offerlé, 2011, p.98). Para el autor hay una profesio-
nalización de la política en el momento en que el campo político adquie-
re autonomía. Este estudio intentará seguir el hilo conductor señalado
por este autor.
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Por otra parte, los estudios de élites ejecutivas se han realizado desde
inicios de siglo XX y, según Verzichelli (2018), tres han sido las áreas de
investigación tradicionales en estos estudios: “la sociología de las élites
ministeriales, el estudio comparativo de la delegación ministerial den-
tro de los órganos ejecutivos contemporáneos y las relaciones entre las
élites políticas y burocráticas” (p.375). El presente estudio se enfoca en
la primer área, una suerte de sociología de la élite del poder ejecutivo de
la Revolución ciudadana.
No obstante, en los estudios de élites ejecutivas persisten dificulta-
des en definir cuáles son los tipos de funcionarios que integran la élite,
es decir, hasta qué límite del Gobierno podemos llamar a una élite eje-
cutiva, dado que hay espacios de poder que son más prominentes que
otros (Verzichelli, 2018). De acuerdo con este autor, el tamaño de la élite
central y la relación entre políticos designados y otros titulares de car-
gos ejecutivos son dos problemas que han quedado sin resolver cuan-
do hablamos de élites ejecutivas. En el estudio de estas élites se trata de
indagar el grado de especialización de estos miembros del ejecutivo fren-
te a políticos tradicionales, es decir, la constitución de una tecnocracia.
Los cambios en los gabinetes o las reasignaciones de cartera son estra-
tegias que tienen los jefes ejecutivos y pueden variar dependiendo de su
fortaleza, si son débiles las reasignaciones serán usadas para apaciguar
a la oposición y si el gobierno es fuerte tienen mayor margen de manio-
bra para retener a sus ministros (Camerlo y Pérez-Liñán, 2015). Los auto-
res argumentan que la división clásica entre ministros partidistas y no
partidistas puede resultar menos dicotómica si entre los no partidistas
se contemplan a los perfiles de tecnócratas y outsiders que carecen tanto
de filiación partidista como de experiencia.
Por otro lado, las élites en Latinoamérica han sido investigadas desde
diversas perspectivas. De acuerdo con Silva (1992), existe una sistemáti-
ca negación por estudiar las élites, pues los intelectuales las evaden por
motivos ideológicos. Refiriéndose a Chile, Stabili plantea que las élites
en el siglo XIX han sido analizadas como grupos cargados de atributos
especiales como patriotismo, nobleza, valor (Stabili, 2003). En el siglo XX,
esto se modificó dado que, desde una mirada crítica que terminó bas-
tante ideologizada, se ha tildado a las élites como un grupo homogéneo,
oligárquico, rentista, conservador, ocioso, explotador y aliado al capital
internacional. Estos enfoques no se han preocupado de estudiar la com-
plejidad del universo de las élites, sino más bien han terminado juzgán-
dolas (Stabili, 2003).
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La investigación de Serna sobre élites políticas de izquierda en Brasil
y Uruguay se enfoca en una reconstrucción de trayectorias políticas de
dirigentes, que implica una acumulación de capital y bienes políticos,
así como una incipiente incorporación en cargos públicos (Serna, 2006).
Vommaro y Gené dan cuenta de un sustancioso avance de los análisis
sobre élites en el Cono Sur. Los autores destacan la pertinencia de estos
estudios en las agendas de investigación en la medida en que el análisis:
[…] de las capas dirigentes en las sociedades democráticas nos permi-
te aprehender el tipo de recursos sociales y económicos, las visiones del
mundo y las conexiones con otros universos sociales [de los grupos] que
tienen a su cargo […] la administración de la dominación. (Vommaro y
Gené, 2018, p.10)
En el caso de Ecuador, la literatura sobre élites es más bien escasa,
pero en constante incremento. María Cuvi realiza un acotado estudio
sobre élites empresariales; afirma que las representaciones de las élites
no son monolíticas ni están congeladas, sino que sus discursos muestran
disonancias entre valores tradicionales y nuevos (Cuvi, 2003). Llama la
atención acerca de las dificultades metodológicas de investigar las élites
en una sociedad tan estratificada como la ecuatoriana.
Por otro lado, han sido estudiadas las élites políticas parlamentarias
bajo un enfoque de género (Mosquera, 2006). Mosquera muestra cómo
las mujeres legisladoras ingresan al mundo de la política a través de
mediaciones masculinas. Por su parte, Sotomayor y Huertas (2017) rea-
lizan un análisis de la participación de mujeres en los gabinetes minis-
teriales durante los 36 años de la democracia en el país, y las cifras son
muy bajas, apenas un promedio del 13.6% de representación. Las autoras
afirman que son la fuerza laboral femenina unida a la representación en
la Asamblea los factores determinantes para que suba la representación
en el gabinete.
Con relación al proceso correísta, en 2007, Verdosoto (2007) anuncia
el “nacimiento de una nueva clase política en Ecuador”, se limita a afir-
mar que esta transición tiene que ver con su composición etaria, ideoló-
gica, regional y étnica; sin embargo, no desarrolla el argumento.
En un momento similar, Freidenberg (2008) plantea que, luego de
examinados los perfiles de los asambleístas constituyentes del 2008,
hay una renovación del 70%, ya que no han estado previamente en car-
gos políticos, pero que eso no significa necesariamente un recambio de
la clase política. Basabe (2009), en un temprano estudio del correísmo,
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afirma que hay un giro radical en la gestión del gabinete durante la Revo-
lución ciudadana. Afirma que los ministros ya no desempeñan una fun-
ción de enlace con los distintos sectores de la sociedad, sino que esta
gestión política está a cargo del presidente Correa, mostrando así un
“fuerte componente personalista” del Gobierno.
El estudioso del populismo Carlos de la Torre (2013) argumenta que el
correísmo innovó al populismo al darle un contenido nuevo relacionado
con la tecnocracia. Su trabajo se enfoca en caracterizar esta modalidad
de populismo antes que en sus élites.
Para Abad (2016) la alta rotación de los diferentes gabinetes da cuenta
tanto del decisionismo presidencial, así como de la fragilidad de los pac-
tos que se establecen entre los distintos actores políticos en el país. La
autora resalta una tendencia en el país a nombrar como ministros de las
carteras económicas a independientes con perfil técnico, mientras que
los perfiles políticos se encargaron de carteras como Gobierno, Defensa,
Cancillería o sectores sociales.
Según Pachano (2010, como se citó en Abad, 2016), el gabinete de
Correa se ha conformado atendiendo a criterios ideológicos, de género y
de carácter técnico, pero no se ha preocupado por lograr apoyo de deter-
minados sectores sociales o políticos. Durante el correísmo fue destaca-
da la participación de las mujeres en los gabinetes presidenciales, a tal
punto que suben dramáticamente de un promedio de tres mujeres hasta
once (Basabe etal., 2018). Sin embargo, también se plantea que esta mayor
representación, es decir, el feminismo de la presencia, no significó una
incorporación de las demandas de las mujeres en la agenda gubernamen-
tal, sino más bien una instrumentalización de ellas (Mancero, 2017).
Basabe etal. (2018) argumentan que el poder ejecutivo y los sucesivos
presidentes en Ecuador han tomado una vía unilateral en la conforma-
ción de los gabinetes, en lugar de privilegiar alianzas para gobernar. Sin
embargo, señalan un contraste entre el primer periodo, desde 1979 has-
ta 2007 en el que se enfatizó en la lealtad y en la experiencia política,
dejando de lado a los cuadros partidarios. En la Revolución ciudadana se
habrían privilegiado los perfiles del propio partido, así como la constante
rotación de los ministros (Basabe etal., 2018). Esta afirmación se corrobo-
ra en el presente estudio con relación tanto al partidismo del núcleo del
gabinete, como a su constante rotación. Sin embargo, según mis resulta-
dos de investigación, la lealtad es un elemento que se mantiene también
en el gabinete del correísmo, como analizaremos más adelante.
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Al revisar la literatura se evidencia la necesidad de abordar investiga-
ciones más exhaustivas sobre los elencos dirigentes en nuestro país, en
un contexto histórico de un supuesto recambio de élites políticas, como
fue el periodo de la Revolución ciudadana. Particularmente, se hace
necesario conocer quiénes son ellos, de dónde proceden y si realmente
representan una nueva élite política.
Para este estudio se aplicó un diseño metodológico combinado que
articula el modelo de trayectorias políticas, con el denominado mode-
lo arqueológico que trata de rastrear el origen temporal de las relacio-
nes sociales de los individuos, así como su capital político (Coninck
y Godard, como se citó en Serna, 2006, p.55). Se matizará este método
denominado posicional de la vertiente crítica, aunque homogénea de
Wright Mills, con perspectivas más pluralistas que adviertan la diversi-
dad de estos grupos. La identificación de la élite es una cuestión crucial
en su estudio, y el método posicional es usado frecuentemente para el
estudio de las élites nacionales (Hoffmann-Lange, 2018).
El objeto de investigación son las élites políticas correístas que ejer-
cieron el poder durante la década 2007-2017. Se focalizó en la élite del
gabinete gubernamental debido a que estos son los políticos de nomina-
ción directa del Ejecutivo, en un gobierno altamente personalista; ade-
más, se seleccionaron aquellos que permanecieron en el movimiento
político Revolución ciudadana frente a la ruptura que se provocó en el
gobierno de Moreno, excepto el caso del propio expresidente Moreno,
cuyo perfil también fue incluido.
Los criterios de selección son básicamente dos: la permanencia en el
gabinete y en el Gobierno de la década que ejerciera el expresidente
Correa, y la lealtad al proyecto político original. De 186 miembros que
conformaron el gabinete en distintos momentos, se seleccionaron 60
miembros con estos criterios.
Se empleó una técnica prosopográfica, esto significa la realización de
una biografía colectiva de este núcleo interno elitario. Se investigó quié-
nes son y qué hacen, su extracción social y entorno (Alcántara, 2014),
cuál fue su capital político, social y cultural. Se recolectaron evidencias
acerca de escolaridad y formación académica, ocupación, pertenencia
generacional, género, origen étnico y social, religión, posesiones econó-
micas y patrimoniales, región de origen de sus bases políticas, relacio-
nes de parentesco, prácticas asociativas y participación, pertenencia a
redes organizativas, carreras profesionales, permanencia o rotación en
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el cargo, tipos de trayectoria, reclutamiento político, puertas giratorias,
entre otros.
Para la interpretación de los datos se ha utilizado un método combi-
nado; por una parte, un método de carácter inductivo que tiene como
finalidad extraer implicaciones conceptuales al explicar patrones de
datos encontrados (Semenova, 2018, p. 73). Por otra, éste se trata de un
estudio de caso que busca interpretar una situación concreta en su con-
texto histórico, político y social (Semenova, 2018, p.75).
Se ha utilizado la técnica de investigación de archivo, la información
fue tomada de fuentes oficiales como hojas de vida publicadas en las
páginas de los ministerios, en informes oficiales, así como en diarios de
circulación nacional y local, revistas, portales digitales y redes sociales.
La información económica fue tomada de las páginas oficiales del Servi-
cio de Rentas Internas, de la Contraloría General del Estado y de la Super-
intendencia de Compañías.
La información acerca de la formación educativa fue tomada de la
Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación.
Todos los datos de los perfiles fueron consignados en fichas (se adjunta
un modelo de ficha como anexo 1), las cuales fueron procesadas teniendo
en cuenta métodos cuantitativos y cualitativos, según correspondiera.
¿Cómo llega al poder la Revolución ciudadana?
En el tránsito de siglo, Ecuador vivió una época de convulsiones polí-
ticas y sociales de fuerte intensidad. Tres presidentes fueron depuestos
del poder por movilizaciones sociales con el apoyo decisivo de las Fuer-
zas Armadas. En 1996, Abdalá Bucaram, de tendencia populista, apenas
se mantuvo seis meses debido a escándalos de corrupción y por su ges-
tión de lo público que causó una movilización de proporciones que ter-
minó con su destitución por parte del Congreso de diputados. Esto sentó
un precedente complejo para la institucionalidad democrática.
En 1999, durante el gobierno de Jamil Mahuad, se provocó una aguda
crisis económica que desembocó en la dolarización de la economía y en
lo que se denominó el feriado bancario, cierre de los bancos para evitar
el descalabro del sistema financiero: cientos de miles de ciudadanos per-
dieron sus ahorros, mientras que fondos públicos fueron destinados al
salvataje de grupos financieros que habían realizado un manejo irres-
ponsable de los depósitos. En este contexto, el movimiento indígena, a
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su haber con una lucha histórica, en alianza con una fracción de milita-
res depusieron del poder a Mahuad.
En 2003 fue electo el coronel Lucio Gutiérrez, uno de los protagonis-
tas del derrocamiento de Mahuad; sin embargo, luego de dos años de ges-
tión nuevamente se sucedieron escándalos de corrupción, autoritarismo
e injerencia en la función judicial, lo cual ocasionó una revuelta de cla-
ses medias en algunas ciudades del país y, particularmente, en Quito. La
consigna fue “que se vayan todos”, la ciudadanía no se sentía represen-
tada por la clase política y en estas marchas autoconvocadas a través de
redes sociales, se sintió la necesidad de cambios profundos del sistema
político. Nuevamente se rompió la institucionalidad democrática y el
pretorianismo se hizo presente para dirimir la conflictividad, a través de
la sucesión de su vicepresidente.
En el nuevo gabinete se designó a Rafael Correa como ministro de
Economía y Finanzas, recogiendo las representaciones de la reciente
rebelión de los forajidos. La gestión del flamante ministro salió de los
marcos del manejo ortodoxo neoliberal y planteó la renegociación de
contratos petroleros y una actitud contestataria ante los organismos
financieros internacionales (Ramírez y Stoessel, 2015).
En las elecciones de 2006, el exministro se presenta como candidato
y su campaña se configura en torno a un partido formado para el efecto,
una coalición de fuerzas heterogéneas y grupos políticos, denominada
Alianza País. El discurso de Correa se enfoca contra el sistema estable-
cido: sus élites políticas, el sistema de partidos, los grupos económicos,
las políticas económicas enmarcadas en lo que él llamaría la larga noche
neoliberal, y una fuerte polarización entre la clásica división populista
pueblo y oligarquía.
Las crisis son el momento de emergencias de nuevas élites políticas
que logran capturar los nuevos sentidos del imaginario ciudadano, pero
también movilizan actores que pertenecen a otros campos sociales dife-
rentes de los tradicionales, como movimientos y colectivos sociales, aca-
demia, ONG, empresas que migran a la actividad política profesional
(Gené etal., 2018). Esto precisamente ocurrió con este núcleo interno eli-
tario que, en buena parte, como veremos, provinieron de la academia.
El respaldo y legitimidad de Correa y el proyecto político de la Revo-
lución ciudadana fue marcando la cancha de una arena política que, por
un lado, tendía a cierta unanimidad, pero que, a la vez, se mostraba con-
flictiva desplegándose un intento por refundar el Estado y la propia diná-
mica social. Esto se expresa al inicio de su mandato en una Asamblea
19 (38) 2024 JUL-DIC • PP. 215-249 227
ASCENSO Y DECLIVE DE LA ÉLITE CORREÍSTA: ANÁLISIS DEL GABINETE EJECUTIVO […]
Nacional Constituyente que obtuvo un respaldo del 82% por parte de la
población en la consulta popular que se convocó para ese efecto.
Así, se instaura lo que Andrade llama una reversión autoritaria (Andra-
de, 2020) que, si bien ya se venía fraguando desde el gobierno de Gutié-
rrez, se consolida en el correísmo. Durante diez años gobierna el régimen
de la Revolución ciudadana sin interrupción, una estabilidad inédita que
contrasta con la década anterior.
En la tesitura de lo que señala Andrade, se produce el intento de sub-
vertir las elecciones, se aprueban reformas constitucionales para la ree-
lección indefinida, los controles al poder Ejecutivo no funcionan, pues
con una Asamblea mayoritaria no hay ninguna posibilidad de fiscaliza-
ción. Los organismos de control son todos cooptados por el Ejecutivo y
las erráticas veedurías desde la sociedad civil son bloqueadas. Las liber-
tades civiles y políticas son vulneradas, primero los antagonistas natu-
rales del correísmo son los grupos de poder denominados por Correa
pelucones junto a lo que denominó la partidocracia; luego, va amplián-
dose y desplazándose la frontera de los antagonistas hacia los propios
movimientos sociales que habían empujado a Correa al poder en 2006,
lo que se traduce en deslegitimaciones y cientos de juicios en contra de
líderes sociales y políticos.
En 2017, quien tenía mayores opciones electorales es su antiguo vice-
presidente Lenin Moreno debido a un relativo éxito en la gestión de un
programa relacionado a las discapacidades, una población olvidada en
el país. Correa está desgastado políticamente, declina su candidatura y
Moreno logra volver a dar un triunfo a Alianza País, y si bien mostra-
ba antes algunos signos de distanciamiento del estilo de gobernar de
Correa, jamás imaginó que iba a marcar una ruptura.
Biografía de la élite correísta
Uno de los rasgos biográficos importantes es la generación a la que
pertenece este grupo, tuvo una composición algo heterogénea, aunque
primaban los baby boomers, nacidos entre 1946 a 1964. Ellos constituían
la mitad del gabinete nuclear; sin embargo, la generación más joven,
nacidos entre 1965 y 1980, son un grupo significativo conformado por
la tercera parte de ellos, mientras que el restante grupo de los milénicos
constituyen un porcentaje más bien escaso.
Llamaba la atención, la juventud de algunos ministros, por ejemplo,
quien fuera recientemente candidato por el correísmo, Andrés Arauz,
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nacido en 1985, es parte de este grupo que cuando fuera ministro tuvo
escasos treinta años. El expresidente Correa, nacido en 1963, llegó al
poder con 43 años, fue uno de los presidentes más jóvenes que tuvo el
país, lo que llenó de optimismo a la gente, pues se destacaba su incansa-
ble capacidad de trabajo.
Cuando ingresaron como funcionarios del poder ejecutivo, el 62 %
de los miembros del gabinete fue menor de cincuenta años, por lo cual
constituyó un gobierno y gabinete integrado por jóvenes.
Se observa un relativo equilibrio en cuanto a lugares de nacimien-
to de este núcleo elitario; aproximadamente el 25% eran personas entre
Quito y Guayaquil. También hubo un grupo de 10 % aproximadamente
de individuos que nacieron en Cuenca. El resto había nacido en distintas
ciudades intermedias entre costa, sierra y oriente. Cuatro de ellos nacie-
ron en el extranjero, sin embargo, la mayor parte se educó en el país. Solo
uno de ellos se nacionalizó para ingresar al Gobierno. Regionalmente
superan los de la sierra con 59% frente a 38% de la costa. Dado que el pre-
sidente era costeño fue un gabinete que incluyó a guayaquileños, aunque
hubo más serranos.
Al analizar el equilibrio de género del gabinete se observan muchas
vari antes dependiendo del momento específico que se examine . Teniendo
en cuenta el criterio bajo el que se realizó la selección de los perfiles, se
advierte que es un grupo fundamentalmente masculino. Las mujeres,
en esta cúpula de la élite en el Ejecutivo, constituyen apenas el 30%. En
cuanto a las identidades sexo genéricas solo una ministra era auto reco-
nocida como de identidad lésbica.
En términos de la pertenencia de clase social del elenco dirigente se
observa que es más numerosa la clase media baja con cerca de la mitad
de sus miembros, incluido el propio expresidente Rafael Correa en esta
categoría; seguida de clase media alta con 43% y clase alta con 8%; la cla-
se popular está prácticamente ausente. Es posible que este sea uno de los
quiebres fundamentales en este gabinete frente a gobiernos del periodo
democrático, cuyos perfiles eran más asociados a clases altas y a fami-
lias de tradición porque tenían mayores oportunidades de educación, de
configurarse en cuadros profesionales y de acceder a la esfera política.
Sin embargo, no es posible contrastar con datos certeros debido a que no
existen estudios detallados en el país.
La identidad étnica es exclusivamente blanco-mestiza, no fue un
Gobierno que se abrió a la interculturalidad y si bien hubo algunos diri-
gentes indígenas en su interior, ellos se encontraban ubicados en cargos
19 (38) 2024 JUL-DIC • PP. 215-249 229
ASCENSO Y DECLIVE DE LA ÉLITE CORREÍSTA: ANÁLISIS DEL GABINETE EJECUTIVO […]
de elección popular y en los territorios. Cuando se inauguró el Gobierno
nombraron a un poeta de origen afroecuatoriano como ministro de Cul-
tura, pero duró poco en el cargo. Él, sumado a otra secretaria de ese mis-
mo origen, fueron los únicos casos de miembros del gabinete ubicados
en posiciones de menor importancia.
El hecho de que no se haya nombrado a ninguna persona de identi-
dad indígena en la cúpula de poder del gabinete es un gesto decidor en
nuestro contexto histórico social. Este proyecto político se ha interpre-
tado como de carácter nacionalista fundamentado en la antigua idea de
mestizaje, en contraposición con su declaración de interculturalidad y
plurinacionalidad presente en la Constitución (Mancero, 2017).
Con relación al nivel educativo, el grueso de los individuos que inte-
gran el gabinete tenía formación de posgrado, maestría y doctorado;
estos representan el 67% del gabinete, mientras que el restante grupo
tiene títulos de fin de carrera universitaria.
Más del 70% de sus integrantes tienen formación en ciencias sociales
y humanidades; de ellos, la mayoría son economistas, seguido de abo-
gados, sociólogos y otras formaciones. En las ciencias formales están el
16%, integrados por arquitectos, ingenieros civiles, químicos, entre otros.
También hubo un pequeño porcentaje de médicos entre sus miembros.
Se encontró congruencia entre la experiencia, la formación y el cargo
designado, las dos terceras partes de los y las ministras tenían experien-
cia y/o formación en el cargo designado. No obstante, la otra parte mos-
traba una incongruencia que fue criticada; por ejemplo, en el Ministerio
de las Fuerzas Armadas se nombró en distintos momentos a dos docen-
tes universitarias de ciencias sociales y un poeta para que lo dirijan, nin-
guno de ellos con conocimientos de temas militares.
La mayor parte de la cúpula del gabinete profesaba la religión cató-
lica. Hay que destacar la militante filiación religiosa del expresiden-
te Correa, quien fue formado en colegios católicos gracias a becas que
obtuvo. La impronta religiosa de Correa la trasladaría a su gestión, en la
cual sus valores personales religiosos se impondrían en el ejercicio de su
mandato frente a debates como el aborto y los derechos sexuales.
Representaciones sociales
El mundo social de pertenencia de estas élites políticas es una de
las dimensiones que se consideró examinar. Una evidencia concluyente
de este análisis es que la mayor parte de ellos provenían de la vida
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académica e intelectual, un 65% de los miembros del gabinete tenían un
pasado intelectual, como única labor o junto a otras. El 57% tenía una
vinculación académica en calidad de docentes universitarios, un 47%
cuenta con publicaciones académicas. Un 12% de los ministros estuvie-
ron vinculados al mundo de la literatura. El propio expresidente Correa
fue docente en una universidad privada en Quito desde tiempo atrás de
su vinculación a la política. Esta pertenencia le permitió estudiar su doc-
torado en la Universidad de Illinois en Chicago.
Un significativo 18% escribía en los medios de comunicación, antes
y durante el ejercicio de gobierno. En este periodo se creó un segmento
de medios públicos que incluía televisión, prensa y radio. En los diarios
públicos escribían algunos de sus ministros.
La indagación acerca de la vinculación con las antiguas y nuevas
cuestiones sociales (Serna, 2006) permitió conocer que apenas la tercera
parte de ellos traían consigo este tipo de representación. Dado el espíri-
tu transformador con que llegó la Revolución ciudadana y el apoyo que
movimientos sociales le dieron en su momento, se especulaba acerca de
una militancia más orgánica en estos movimientos, pero es muy débil
esta articulación. Esto también refleja que la cooptación de líderes de
movimientos sociales no fue dirigida hacia el gabinete, sino a otras ins-
tancias de menor peso.
Se determinó que lo más revelador fue la militancia de las mujeres
ministras en activismos feministas, correspondiendo a una tercera parte
del total de quienes tienen algún tipo de militancia. Le sigue en impor-
tancia la militancia en organizaciones de derechos humanos, 27 %;
mientras que la militancia en organizaciones estudiantiles correspon-
de al 22%.
Es significativo el hallazgo acerca de la militancia feminista de las
ministras mujeres. Los conflictos entre el gobierno y los movimientos
feministas fue in crescendo durante la gestión, mostrando una perspecti-
va conservadora respecto de los derechos que demandaban las mujeres
organizadas como la despenalización del aborto por violación.
El impase que ocurrió entre el ejecutivo y el bloque de mujeres asam-
bleístas de su propio partido fue crucial para el repliegue de las intencio-
nes de las asambleístas de despenalizar el aborto por violación, ya que el
presidente amenazó con renunciar. Esto fue interpretado, en una inves-
tigación previa, como una maniobra del Gobierno por controlar las agen-
das de género, no solo de los movimientos feministas, sino también al
interior de su propio partido (Mancero, 2019).
19 (38) 2024 JUL-DIC • PP. 215-249 231
ASCENSO Y DECLIVE DE LA ÉLITE CORREÍSTA: ANÁLISIS DEL GABINETE EJECUTIVO […]
En este sentido, la congruencia de la representación que sugiere Alcán-
tara (2014), se muestra bastante débil con relación a ministras que debie-
ron callar o ceder en sus aspiraciones que venían de su antigua militancia
feminista. De igual manera, el cumplimiento al respeto de los derechos
humanos fue observado en varios informes de organismos internaciona-
les (Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 2018) y de institu-
ciones locales (Programa Andino de Derechos Humanos, 2011).
Reclutamientos y trayectorias políticas
Se confirma que el 57% de este núcleo interno elitario proviene de
ejercer la docencia universitaria como única actividad, como ocupación
principal o como secundaria; mientras que el sector público, privado,
tercer sector presentan sucesivamente menor importancia. La categoría
technopols se refiere a perfiles de élites con altos niveles educativos, lo
que le otorga una legitimidad técnica al liderazgo político; se trata de que
“una política racional no es sólo técnicamente correcta, sino también
políticamente duradera” (Domínguez, citado en Joignant, 2009, p.4).
Esto se cumpliría parcialmente en el gabinete ejecutivo de la Revo-
lución ciudadana, tanto por el número de dirigentes con títulos de doc-
torado y maestría, por ser formados parte de ellos en Universidades
extranjeras y, porque los economistas, de tendencia heterodoxa, son la
profesión más numerosa entre ese gabinete. No obstante, la exclusiva
procedencia de la academia podría también replicar lo que comúnmen-
te se denomina el efecto de la torre de marfil que constituye la Univer-
sidad, particularmente la ecuatoriana, que no ha desarrollado vínculos
articulados con sectores productivos, empresariales e industriales.
Mora etal. (2022) también examinan el primer gabinete de Correa y
concluyen que dado que este es un outsider prefiere distanciarse de los
políticos profesionales e integra su gabinete con personas sin trayecto-
ria política. En mis datos, que cubren toda la década, puedo colegir que
el capital cultural y el conocimiento experto son las herramientas cen-
trales del gabinete de la Revolución ciudadana.
En efecto, el reclutamiento desde la propia esfera política es menos
contundente. Una significativa mayoría, 77 %, no ha militado en nin-
gún partido político. Esto constituye un dato no menor para entender
la dinámica de cultura política de los cuadros directivos de este grupo,
así como el profundo sentimiento anti-partidario expresado en el recha-
zo a lo que Correa denominó la partidocracia. Quienes sí habían tenido
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militancia política se distribuyen entre partidos de izquierda, centro y
derecha, en menor grado.
No obstante, una parte de ellos, el 38%, tenía relativa experiencia en
gestión pública, aunque en niveles muy heterogéneos, algunos fueron
ministros de gabinetes anteriores y otros apenas asistentes o funciona-
rios menores; solo tres miembros del gabinete nuclear investigado tuvie-
ron previamente cargos de representación popular.
Sin embargo, el argumento de la renovación de la élite no se afecta,
pues la mayor parte de los que pertenecieron a gabinetes anteriores fue-
ron en dos periodos: primero, en el periodo de Gutiérrez, por una alianza
con el partido de izquierda Pachakutik, vinculado al movimiento indí-
gena, y al cual abandonaron en poco tiempo cuando esa alianza se rom-
pió; esto muestra que un reclutamiento parcial fue vía cooptación de
miembros mestizos de Pachakutik (5%). Y, segundo, en el periodo subse-
cuente de Palacio, cuando luego de la denominada “revuelta de los fora-
jidos” el propio Correa fue ministro en este gabinete por escaso tiempo,
el 11% fueron reclutados de este grupo. De ahí que estos pequeños gru-
pos de izquierda política que tuvieron algo de poder en estos gabinetes
en periodos de transición y crisis, solo se estabilizaron en la Revolución
ciudadana.
Por otra parte, la familia como vehículo de incorporación a la polí-
tica es algo marginal en este grupo. En nuestras fuentes resulta difícil
identificar la fecha de incorporación de estos familiares en la política;
sin embargo, se ha tomado como referencia la generación precedente,
esto es abuelos, padres y tíos como un medio de su ingreso; apenas el
13% tendría un capital político por esta vía, mientras que es mucho más
probable, y así fue denunciado, que esta élite fuera una fuente de incor-
poración de varios de sus familiares en el sector público, por ello un sig-
nificativo 87% de parientes en distintos grados ingresarían a distintos
cargos.
En cuanto a los itinerarios políticos que mantuvo este grupo de
poder en su desempeño, se puede observar que fueron polifuncionales,
la mitad tuvieron entre dos y tres cargos; seguidos por aquellos que des-
empeñaron entre cuatro a cinco cargos.
Estas trayectorias políticas horizontales evidencian, por un lado, que
se constituyeron en una élite compacta, un férreo grupo de poder que no
daba paso fácilmente al ingreso de nuevas personas. El expresiden-
te Correa prefería hacer rotación entre su propio equipo. Esto se puede
19 (38) 2024 JUL-DIC • PP. 215-249 233
ASCENSO Y DECLIVE DE LA ÉLITE CORREÍSTA: ANÁLISIS DEL GABINETE EJECUTIVO […]
relacionar con el hecho de que se convirtió en un gabinete de partido
hegemónico en un régimen presidencialista fuerte (Sartori, 1992).
La literatura también interpreta que este tránsito por diferentes car-
gos mostraría la heterogeneidad de destrezas de los actores (Gené etal.,
2018). Hubo funcionarios que tuvieron hasta nueve cargos, como pode-
mos ver en la siguiente figura:
Figura 1. Número de cargos por dirigente político
Fuente: elaboración propia.
El 63% de los funcionarios del núcleo interno del gabinete correísta
se mantuvieron todo el gobierno rotando en distintas funciones. Esta tra-
yectoria horizontal implica que este grupo se consideraba indispensable
para el presidente y el partido político.
Así, las carreras políticas del grupo dirigente de la Revolución ciuda-
dana, antes que ser parte de una estructura de oportunidades políticas,
siguiendo una teoría de elección racional, o de su buen desempeño profe-
sional y político, dependerían de mantener una buena relación con el líder.
Al examinar la élite legislativa de la Revolución ciudadana, Sánchez
(2022) concluye que las carreras de los legisladores estaban demasiado
supeditadas al líder, que ellos debían demostrar lealtad y que tampoco
encontraron un espacio de acción colectiva desde donde consolidar sus
carreras debido a la concentración de poder en el líder y espacios donde
los legisladores no participaban. En efecto, como podemos ver en el pre-
sente estudio, para la selección de los ministros también incide, y quizás
más claramente al ser de nombramiento directo, la condición de lealtad
0 5 10 15 20 25 30 35 40 45 50
6 a 9 cargos
4 a 5 cargos
2 a 3 cargos
1 cargo
16,39 %
26,23 %
47,54 %
9,84 %
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hacia el líder y se despliegan trayectorias en zigzag, es decir, el cambio
de carteras de acuerdo con los momentos políticos.
La mayor parte del 36% restante que no terminaron sus funciones en
el gabinete, en los últimos años de gobierno realizaron una trayectoria
en zigzag, puesto que pasaron al servicio exterior, se postularon y obtu-
vieron escaños en la Asamblea Nacional, estuvieron en otros organismos
estatales nacionales o en provincias.
El 64% del elenco dirigente fue también parte del partido político;
antes o durante su gestión se afiliaron como adherentes al movimiento.
Si bien Alianza País tuvo en sus orígenes una composición diversa, tan-
to por sus miembros cuanto por las organizaciones que representaban,
intelectuales, dirigentes de izquierda tradicional y social, y personas cer-
canas a Correa (Ramírez, 2010), el gabinete fue más homogéneo.
Alianza País no se constituyó en un partido, sino en un movimiento
político, la lógica movimientista se impuso al interior luego de que deba-
tieran el tipo de organización que pretendían. La decisión se dio en con-
sonancia con lo que quería el presidente y su grupo, si ellos desplegaron
una fuerte crítica a lo que denominaron partidocracia, mal podían cons-
tituir un partido político con las mismas lógicas que criticaron.
Correa fue el presidente del movimiento durante todo su mandato
y los tres secretarios ejecutivos que se turnaron durante la década fue-
ron paralelamente ministros y parte de esta cúpula del gabinete, así se
concentraba el poder tanto del Estado como de la organización política
en el mismo círculo. La dirección del Estado y la del partido se traslapa-
ban y confundían, lo que propiciaba el ejercicio concentrado de poder.
El movimiento político era un partido de Estado, se construía desde el
poder del Estado, sus dinámicas y sus recursos constituían los mecanis-
mos de reproducción de esta élite. De acuerdo con los juicios de sobor-
nos y corrupción que ya han tenido sentencia, las campañas políticas se
habrían financiado con recursos públicos.
Es probable que la competencia de esta nueva élite política con la tra-
dicional élite de poder, es decir, la conjunción de élite política y élite
económica, habría empujado a que estos grupos emergentes, carentes de
capital económico, tomen la vía del Estado y particu larmente el atajo de la
corrupción, y de utilizar fondos públicos, como un mecanismo para su
reproducción en el poder.
Finalmente, en este ámbito se revisó si había algún tipo de puerta
giratoria de salida de estos cuadros del gobierno hacia el mercado de tra-
bajo. Esto se refiere al mecanismo por el cual la élite política mantiene
19 (38) 2024 JUL-DIC • PP. 215-249 235
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relaciones o intereses con sectores empresariales de comercio, industria-
les, financieros, de servicios, etc. (Castellani, 2018, p.49). Si bien se pre-
senta alguna ausencia de información por el bajo perfil en que una parte
de los funcionarios se han sumido, se encontraron los siguientes datos
que se resumen en la siguiente figura:
Figura 2. Situación actual de trabajo y personal de la élite correísta
Fuente: elaboración propia.
Se observa una dispersión en cuanto a las trayectorias actuales del
grupo. Dentro de esta desbandada, sin embargo, hay tres vías fundamen-
tales que han tomado una buena parte de sus miembros. Una de ellas es
el retorno a la academia; otra constituye la presentación en elecciones
para ser electos como asambleístas o autoridades locales en los territo-
rios; y la tercera, la salida del país en calidad de prófugos debido a las
acciones judiciales que se han desarrollado en su contra.
La presentación a elecciones significó que ellos tomaron una vía de
profesionalización política en la construcción de su trayectoria. El capi-
tal político acumulado en el ejercicio del cargo fue utilizado para llegar
a los diferentes espacios de poder por la vía de elección popular.
Si adicionamos todos los casos referidos a procesos judiciales constitu-
yen la tercera parte de ellos. Los juicios que debieron y deben aún enfrentar
los miembros de la cúpula de esta élite son múltiples, se encuentran en di-
ferentes etapas y están implicados en varios procesos. El año 2020 se dictó
sentencia sobre el caso Sobornos en el que fue condenado el expresidente
Correa por ocho años; junto a otros nueve funcionarios y a diez empresarios.
0,00%
2,00%
4,00%
6,00%
8,00%
10,00%
12,00%
14,00%
16,00%
Porcentaje
Sector privado
Entidades internacionales
Cargos por elección popular
ONGs nacionales
Academia
Prisión
Exiliados y refugiados
Prófugos
Enfrentando juicios en el país
Jubilados
Fallecido
Estudiantes de postgrado
Perfil activo, sin información
Perfil bajo, sin información
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En la figura 2 se observa que el 9 % se fugaron del país; otros se
encuentran en prisión, 8.2%, entre ellos el exvicepresidente Jorge Glas,
quien enfrentó una condena de seis años por asociación ilícita en el caso
Odebrecht, ocho años por cohecho en el caso Sobornos y ocho años por
peculado en el caso Singue; mientras se escribe este artículo ha salido a
prisión domiciliaria el exvicepresidente.
Un número similar de ellos se exiliaron en México o pidieron refugio
en la Embajada argentina en Quito. Una funcionaria que llegó a un arre-
glo de rebaja de pena por colaboración con la justicia salió luego de nue-
ve meses de prisión.
Apenas cerca del 7% ha ido a la empresa privada, por lo que el meca-
nismo de puerta giratoria no habría tenido lugar de forma importante.
Algunos exministros mantienen un perfil bajo, se han provocado accio-
nes de escrache a algunos de ellos debido al ambiente de polarización y
exacerbación que se produjo en el país.
Desde una perspectiva comparada, los estudios de gabinetes en Chile,
por ejemplo, se focalizan en el análisis del periodo conocido como la
Concertación debido al carácter homogéneo de este proceso. Así, Dávila
et al. (2013) revelan la existencia de una relación entre conocimiento
experto, carrera ministerial y tipo de ministerio, focalizándose en cómo
la tecnocracia fue cobrando hegemonía en los gabinetes de estos gobier-
nos. En Ecuador, en el periodo analizado, también se presentó una rela-
ción entre conocimiento experto y tipo de ministerio asignado. No
obstante, por la ruptura con el siguiente Gobierno, no se pudo dar conti-
nuidad en las carreras ministeriales.
Aspectos económicos
El patrimonio declarado del núcleo interno elitario del gabinete eje-
cutivo no es significativo. Al revisar sus declaraciones, que son documen-
tos públicos y obligatorios, encontramos una falta de información de la
tercera parte de ellos, quizás por ausencia de declaración o porque se
habrían dado de baja. Apenas el 5% de los integrantes del gabinete supe-
ran el millón de dólares en patrimonio, dentro de los cuales no se encuen-
tra el expresidente Correa ni el actual presidente Moreno; ellos acusan un
patrimonio menor. El monto entre 100 mil y 400 mil USD. en patrimonio
lo tiene la mayor parte de funcionarios que representa el 37%, y entre
400 mil y 900 USD. mil el 15% de los miembros de ese gabinete.
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Por otro lado, el 43% de los integrantes ha percibido ingresos anuales
promedio entre 43 mil y 64 mil dólares, mientras que el 30 %, entre
64 mil y 86 mil USD.
El pago del impuesto a la renta en promedio se distribuye para el 53%
en el rango de 4 mil a 7 mil USD., seguido del 30% que pagaron entre 800
y 4000 USD. Las escalas mayores son menos significativas.
El 86% de ellos ha pagado impuestos por sacar divisas del país. Sin
embargo, la relación de la cúpula de la élite correísta con grupos eco-
nómicos es escasa. El 62 % de los perfiles no presentan relación con
grupo económico alguno. El 25% tiene relación con alguna empresa o
consultora, sobre todo de carácter profesional, y apenas el 13% tiene rela-
ción con más de una empresa. Los funcionarios que presentan relación
con empresas son parte de quienes están en prisión o fugados del país.
Otro tema son los acuerdos y soportes que habría buscado el correísmo
entre algunos grupos empresariales como parte de la gobernabilidad.
Siendo un grupo desprovisto del capital económico y social de las élites
tradicionales, se entendería esta búsqueda de apoyo; no se han recabado
datos en este sentido. Ha quedado en el imaginario de los ecuatorianos,
según el propio presidente lo recalcaba, que los grupos financieros gana-
ron más que nunca en la década que analizamos.
El análisis de estas variables económicas permite constatar que se
habría generado una mayor autonomía de la esfera política durante esta
década en el país.
Cuestiones éticas
Se examinaron los aspectos éticos de estos grupos dirigentes siguiendo
las sugerencias metodológicas de Alcántara (2014). Esta es la élite política
que estuvo más tiempo en el poder y es posible que sea la élite, desde el
retorno democrático, con mayor cantidad de casos de involucramiento en
problemas éticos de todo tipo. Se han encontrado 141 casos de conflictos
éticos en el grupo dirigente investigado. La mayor parte, el 60%, son aque-
llos que corresponden a casos de corrupción. Luego se encuentran casos
de peculado, 16%; tráfico de influencias, 8%; falsificación de títulos, 5%;
asociación ilícita, 4%; y el resto son acusaciones por asesinato, secuestro,
traición a la patria, narcotráfico, demanda de alimentos y otros.
Menos de la tercera parte de los casos tienen sentencia, apenas el
22%; mientras que el resto se encuentran en proceso y no todos han sido
judicializados. Cerca de las dos terceras partes de los casos involucran a
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las y los exministros, secretarios y funcionarios de alto rango del gabi-
nete; mientras que aproximadamente el 20% implican al expresidente
Correa, 5% al exvicepresidente Jorge Glas y a Lenin Moreno, quien tiene
dos causas en proceso.
Esto contrasta con los juicios políticos que podían tener lugar durante
este periodo. La particularidad es que ningún llamado a juicio político
prosperó en la Asamblea durante todo el periodo, el hecho de contar con
mayoría sumado a un liderazgo fuerte del presidente lo evitaron, así la
Asamblea no cumplió sus funciones de fiscalización, lo que terminó por
generar impactos en la calidad de la democracia en el país.
Los integrantes del movimiento político, incluido el propio expresi-
dente Correa se defienden de las acciones judiciales señalando que en el
nuevo gobierno de Moreno se realizó una persecución política que los lle-
vó a acciones de lawfare que implica utilizar la ley para atacar a rivales
políticos, con apariencia de legalidad.
El gobierno también tuvo un reconocimiento internacional como un
gobierno de tendencia progresista, a pesar de sus valores conservado-
res, lo cual se expresó en premios especiales, doctorados honoris causa,
homenajes y preseas. Particularmente, Rafael Correa recibió aproxima-
damente veinte doctorados honoris causa otorgados por prestigiosas uni-
versidades del mundo y ocho condecoraciones.
Una de las formas habituales en las que el gobierno se comunica-
ba con la sociedad fue a través de los enlaces semanales que llegaron
a sumar 523, que constituyeron un vínculo directo y profundo con sus
electores, configurando una base electoral cohesionada que ningún
movimiento en la etapa democrática había logrado construir.
También estas nuevas élites entraron en la era digital y el expresidente
Correa continúa siendo el ecuatoriano que más seguidores tiene en su
cuenta de Twitter (3.7 millones). La élite del gabinete, en un 60%, se man-
tiene activa en redes sociales, aunque ahora no todos ellos proyectan un
perfil político.
Reexiones nales
En este estudio se examinaron las más importantes figuras del gabi-
nete del Poder Ejecutivo de la Revolución ciudadana bajo los criterios
de poder de decisión, permanencia en el gabinete y relevancia en la opi-
nión pública.
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ASCENSO Y DECLIVE DE LA ÉLITE CORREÍSTA: ANÁLISIS DEL GABINETE EJECUTIVO […]
Fue un gabinete integrado en su mayoría por individuos mediana-
mente jóvenes, con origen urbano de las tres más grandes ciudades del
país, aunque con un predominio de la sierra; configurado por dos terce-
ras partes de hombres y una tercera de mujeres. Este elenco dirigente
perteneció fundamentalmente a una clase social media baja y marginal-
mente a clase media alta; se autoidentifican como mestizos y su nivel de
instrucción es alto; la mayoría cuenta con maestrías y doctorados. For-
mados en ciencias sociales, las profesiones más relevantes son econo-
mistas, abogados y sociólogos. Hubo una relativa congruencia entre su
formación, experiencia y el cargo designado. La mayor parte se recono-
ce como católicos.
La mayoría de los miembros del gabinete fueron reclutados del mundo
académico intelectual, muchos de ellos eran docentes universitarios con
varias publicaciones científicas. No han formado parte, en su mayoría,
de movimientos que reivindican antiguas y nuevas cuestiones sociales;
el escaso grupo que ha militado son mujeres feministas. En este sentido,
se observan dificultades en la congruencia de la representación de este
grupo minoritario. La mayoría no ha militado en ningún partido polí-
tico previamente, aunque una tercera parte ha participado en distintas
funciones del sector público.
En su ingreso al poder no contaban con mayor capital social y político
por vínculos familiares ni vínculos directos con organizaciones ni partidos
políticos. Su capital es básicamente cultural por su formación académica.
Este elenco dirigente presenta dos tipos de trayectoria, la mayor par-
te de carácter horizontal, dado que participaron de múltiples funciones
en el mismo nivel jerárquico del gabinete; mientras el grupo minorita-
rio presenta trayectoria en zigzag, desplazándose al servicio exterior, a la
representación en Asamblea Nacional o gobiernos locales.
La mayor parte de sus integrantes fueron afiliados y directivos de
Al ianza País. La prepondera ncia del grupo de trayectoria hori zontal u nido
al tiempo que permaneció en el ejercicio del poder la cúpula ejecutiva
y al hecho de que compartió simultáneamente la dirección del partido
político, terminó configurando una élite política compacta y persisten-
te. El presidente mantenía el control sobre el grupo, la permanencia de sus
miembros dentro de éste círculo estaba determinada, en buena medida, por
la lealtad al líder, y el desempeño profesional quedaba en segundo plano.
Terminado el gobierno de la Revolución ciudadana, los individuos de
esta élite tomaron caminos diversos, pero hay tres vías que sobresalen:
la academia, la continuidad en la esfera política como representantes
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electos y la salida del país en calidad de prófugos de la justicia que ha
iniciado causas en su contra.
El patrimonio declarado públicamente es escaso, sus ingresos corres-
ponden a la media de funcionarios de alto nivel, sus impuestos pagados
no son sustancialmente altos. No guardan relación con grupos económi-
cos, salvo casos puntuales. Sin embargo, sus mayores debilidades se
encuentran en los conflictos éticos y judiciales, que deben enfrentar la
mayor parte por acusaciones de corrupción.
La Revolución ciudadana, como proyecto político, y el correísmo,
como la tendencia política en que terminó configurándose, proporcio-
naron al país una capacidad de renovación de la élite gobernante. La
emergencia de esta élite no se puede entender sin el contexto político y
social de profunda crisis del Ecuador. Estos dirigentes y sus trayectorias
responden, en parte, a este contexto, aunque también son agentes de los
cambios suscitados.
Esta élite gubernamental no contaba con los tradicionales capitales
otorgados por su pertenencia de clase o por sus relaciones sociales. Huér-
fana de esos recursos, la élite correísta apeló a su capital cultural que le
permitió instaurar una forma de gobernar en donde las experticias téc-
nicas y de conocimiento de lo social se privilegiaron. Esto, asociado al
liderazgo hegemónico del expresidente Correa, configuró una élite rela-
tivamente homogénea y compacta que fue acumulando estratégicamen-
te capital político. Sin embargo, una vez que el líder dejó el poder se
provocó a poco tiempo un cisma que los fragmentó.
Se ha señalado que la democracia podría medirse sobre características
que presentan estas élites (Offerlé, 2011). Una de ellas es la capacidad de
renovación que, en efecto, es un indicador importante en este grupo. La
renovación de esta élite vino dada no solo por sus miembros, sino por lo
que ahora representaban, un proyecto político que aparecía como trans-
formador y revolucionario, aunque parte de sus agentes no lo fueran.
Otra de las características advertidas es la diversidad. Ahí encontra-
mos más bien una relativa homogeneidad en términos de clase, de iden-
tidad étnica, de formación, de religión y hasta de género; quizás la mayor
diversidad fue su pertenencia geográfica.
La otra condición señalada por Offerlé es la apertura y circulación de
la élite, es complejo concluir esto con los datos que tenemos. Es posible
que hubiera apertura y circulación en los distintos ministerios, subse-
cretarías y cargos descendentes. En este grupo, sin embargo, la apertura
y circulación no fue significativa, eso dio lugar a una fuerte trayectoria
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ASCENSO Y DECLIVE DE LA ÉLITE CORREÍSTA: ANÁLISIS DEL GABINETE EJECUTIVO […]
horizontal de muchos de sus cuadros o trayectoria en zigzag que supo-
nía, a fin de cuentas, una escasa circulación.
El último factor que nos señala el autor es la calidad de la competen-
cia política. En esta investigación no se indagó sobre el proceso político
que mostraría esta competencia, sin embargo, por iniciativas como la
reelección indefinida podemos afirmar que la calidad de la democra-
cia se afectó porque pretendieron permanecer en el poder a través de
establecer un escenario que terminaría afectando una competencia
democrática.
Con la renovación de esta élite ganó la democracia, pero la apertura,
circulación y calidad de la competencia no fueron fortalezas de la diná-
mica de esta élite, lo cual neutralizaría, de algún modo, la democratiza-
ción previa.
Un análisis en perspectiva de los hallazgos permite afirmar que se
habría generado una autonomía de la esfera política durante esta déca-
da en el país. Debido al carácter rupturista de la Revolución ciudadana
y de estas nuevas élites, por su orfandad de vínculos económicos tan
presentes en las élites anteriores, se puede entrever la construcción de
esta autonomía relativa que podría ser no solo del Gobierno, sino tam-
bién del Estado. No obstante, los vínculos desarrollados con los grupos
empresariales, a cambio de dinero, sería un mecanismo por el cual com-
prometían esta autonomía. La añeja conjunción en el país entre élite
política y élite económica, esto es una élite de poder que configuraba un
“juego cerrado de la política” (Behrend, citado en Gené etal., 2018, p.119)
y la posibilidad de su retorno, es probable que haya empujado a que estas
élites emergentes tomen el atajo de la corrupción, a través de utilizar
fondos públicos como un mecanismo para su reproducción en el poder.
Finalmente, una de las incógnitas que tenía el país frente a la últi-
ma campaña electoral presidencial que dio como perdedor del balota-
je a Andrés Arauz en 2021, era si podría haber Revolución ciudadana o
correísmo sin Correa. La dinámica que tomó la campaña política eviden-
ció que el movimiento político continúa asentado en el liderazgo de un
actor hegemónico, tal como sucedía cuando Correa gestionaba su propio
gabinete. Una mayoría en Ecuador rechazó esa propuesta política y pre-
firió darle el triunfo a un empresario de la derecha política con el riesgo
del retorno de las viejas élites políticas y económicas al poder, y de una
eventual recaptura del Estado.
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Ã
Agradecimiento
Agradezco a los estudiantes de la carrera de Ciencia Política de la Universidad Cen-
tral del Ecuador por su apoyo para la recolección de la información, así como a los
revisores anónimos por sus acertados comentarios que permitieron mejorar este
trabajo.
Ã
Mónica Mancero Acosta
Docente e investigadora, obtuvo su doctorado en Ciencias Sociales en Flacso. Está
cursando un postdoctoradoen la Universidad de Buenos Aires. Ha sido docente en
varias universidades de Ecuador y profesora invitada en México. Actualmente es
profesora de Teoría Política en la Universidad Central del Ecuador. Sus líneas de
investigación son feminismos y política y élites políticas.
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Anexo 1: Ficha de trabajo de los perles
del gabinete de la Revolución Ciudadana
Nombre:                                 Fecha de Registro:
Ficha N°:       Edad:              Sexo:         Base territorial:
Variables socio biográficas
Fecha y lugar de nacimiento
Posiciones sociales de origen
Inicio juvenil en política (dirigencia estudiantil)
Identidad de género
Identidad étnica
La formación educativa
Religión
Variables económicas
Nivel de renta
Relación con grupos económicos
Ingresos anuales
Variables Políticas
Experiencia previa, ocupación
Partidos y organizaciones en las que militó
Familiares en carrera política
Distintos cargos públicos o políticos, fechas y duración, que ocupó durante el correísmo
Actividades importantes o logros que obtuvo en esos cargos
Posición jerárquica en partido o cargo político
Período histórico de ingreso a la vida política
Cambios de organización partidaria
Cargo, posición y actividades actuales (especificar sector público o privado)
Variables de representación e intereses sociales
Pertenencia algún tipo asociación
Redes familiares
Intelectuales orgánicos: universidades, medios, literatura, arte
Militancia con viejas y nuevas cuestiones sociales
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ASCENSO Y DECLIVE DE LA ÉLITE CORREÍSTA: ANÁLISIS DEL GABINETE EJECUTIVO […]
Pertenencia o representación a minorías
Participación en posiciones destacadas
Posiciones sociales de destaque fuera de la política
Evaluación de vínculos
Aspectos éticos (juicios formales, Contraloría, etc)
Correlación entre grupo político y la sociedad a la que dice representar
Rendición de cuentas
Congruencia de la representación
Movilidad de cargos, qué cargos ocupó previamente
Imagen que proyecta en redes sociales
Observaciones:
Fuentes investigadas:
Tiempo empleado:
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Anexo 2: Listado de cargos del gabinete
ejecutivo examinados
1. Presidente
2. Vicepresidente
3. Secretaría Jurídica de la Presidencia
4. Secretaría General de la Presidencia
5. Secretaría de la Presidencia
6. Asesoría Presidencia
7. Jefe de Agenda Estratégica
8. Ministerio Coordinador de Desarrollo Social
9. Ministerio Coordinador de Sectores Estratégicos
10. Ministerio Coordinador de Seguridad Interna y Externa
11. Ministerio Coordinador de Seguridad y de Defensa
12. Ministerio Coordinador de Política Económica
13. Ministerio Coordinador de Patrimonio Natural y Cultural
14. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados
15. Ministerio de Coordinación de la Política y Gobiernos Autónomos Descentralizados
16. Ministerio Coordinador de Producción, Empleo y Competitividad
17. Ministerio Coordinador de Conocimiento y Talento Humano
18. Ministerio Coordinador de Conocimiento y Talento Humano
19. Ministerio de Inclusión Económica y Social
20. Ministerio de Inclusión Económica y Social
21. Ministerio de Salud
22. Ministerio de Salud
23. Ministerio de Educación
24. Ministerio de Vivienda
25. Ministerio de Deporte
26. Ministerio de Energía
27. Ministerio de Electricidad
28. Ministerio de Minas y Petróleo
29. Ministerio de Minas
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ASCENSO Y DECLIVE DE LA ÉLITE CORREÍSTA: ANÁLISIS DEL GABINETE EJECUTIVO […]
30. Ministerio del Ambiente
31. Ministerio de Defensa
32. Ministerio de Defensa
33. Ministerio de Justicia
34. Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio e Integración
35. Ministerio de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana
36. Ministerio de Agricultura
37. Ministerio de Recursos Naturales
38. Ministerio de Turismo
39. Ministerio de Cultura
40. Ministerio de Cultura
41. Ministerio de Cultura y Director de Alianza País
42. Ministerio de Relaciones Laborales
43. Ministerio de Gestión Política
44. Secretaría Nacional de la Administración Pública
45. Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo
46. Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo
47. Secretaría Nacional de Gestión Política
48. Secretaría Nacional de Gestión Política
49. Secretaría de Inteligencia
50. Secretaría de Inteligencia
51. Secretaría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación
52. Secretaría de Transparencia
53. Secretaría del Migrante
54. Servicio de Rentas Internas
55. Servicio de Rentas Internas
56. Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social
57. Instituto Nacional de Estadísticas y Censos
58. Corporación Financiera Nacional
59. Gerente del Banco Central
60. Gerente del Banco de Desarrollo
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Este artículo explica el proceso por el cuál un presidente sin ningún apoyo inicial en el legislativo ni con un partido de respaldo pudo gobernar de forma estable y con un amplio apoyo parlamentario. Gracias a la instrumentalización del Estado y a una concepción plebiscitaria de la democracia, el presidente Rafael Correa provocó un shock en el sistema institucional con el que alteró la correlación de fuerzas y se garantizó sólidos apoyos parlamentarios a largo plazo. Ello fue posible por tres elementos 1) un sistema de representación política en crisis, 2) un presidente que cuenta con altos niveles de popularidad y aceptación, y 3) un presidente plebiscitario convencido de que sus decisiones —en tanto representante directo del pueblo— pueden estar por encima de instituciones y normas.
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¿Con quién gobierna el populista? Un análisis de los gabinetes de Rafael Correa, Jair Bolsonaro y Nayib Bukele A inicios del siglo XXI, se acentúa la ola de gobiernos populistas en Latinoamérica. La literatura académica se ha concentrado en estudiar las características de los líderes populistas, así como las implicaciones de este fenómeno hacia las democracias, dejando de lado el análisis de los grupos que acompañan y apoyan a los líderes. Este artículo pretende llenar dicho vacío al realizar un análisis comparado de la trayectoria y características de las personas que conforman el gabinete de tres presidentes: Rafael Correa (Ecuador), Jair Bolsonaro (Brasil) y Nayib Bukele (El Salvador). Se concluye que, en los tres casos, se recurren a personas de trayectoria política para la formación de los gabinetes, lo que pone entredicho la idea de que se produce una ruptura con las élites políticas tradicionales; sin embargo, el contexto político en que llegan al poder incide en las características del grupo de personas en las que se apoyan para conformar su gobierno.
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Ecuador is a country consistently beset by some of the highest cabinet turnover rates in Latin America. Yet, it does not conform to most explanations of cabinet instability offered by the scholarly literature. The Ecuadorian case deviates from the conventional wisdom in at least two important ways. First, chief executives in Ecuadorian presidents have engaged almost exclusively in strongly unilateral strategies in their cabinet management—staffing without input from political actors outside of the president’s party or circle of confidence—despite a great deal of variation in institutional power, partisan power, and public approval. This may be expected of presidents who, like President Rafael Correa (2007-2017), enjoyed the support of a majority coalition or a single government party, benefit from abundant fiscal revenues, and maintain high levels of public opinion support. However, it is unexpected for many of Ecuador’s post-transition (1979-2006) presidents, who lacked the support of a reliable legislative majority and needed to assemble multiparty coalitions to govern, who governed under times of economic distress, and who possessed limited public approval. We argue that to a large extent, this is due to the peculiar nature of coalitional presidentialism in Ecuador. Since, potential coalition parties were reluctant to publicly align themselves with unpopular governments, coalition partners preferred other types of policy concessions, government appointments, or selective benefits to cabinet positions.
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In the 90’s, there was a heated debate in the academy about the benefits of parliamentarism versus presidentialism, based on the capacity that provides each regime, to the existence of a stable democracy. Subsequently, the discussion focused on measuring how strong region presidents were. Although research leaned back in the late 90’s, the rise of governments like those of Venezuela, Bolivia and Ecuador qualified as "hyper presidential" replace this issue on the research agenda. On this basis, this paper proposes a theoretical discussion about the presidential system and how to measure it. From this theoretical construction we apply to the Ecuadorian case a new empirical way to measure president’s strength. In the first section we offer a review of literature on presidentialism, focusing on those found gaps both in the definition of presidentialism and methodological strategies used for its measurement. In the second part, we present a theoretical framework that allows us not only capture the main features of different types of presidentialism, but also adds another key variable, such as presidential approval. The third part analyzes the Ecuadorian case from a comparative historical perspective of the "democratic period," while raising the methodological strategies used and analyze the information obtained. Finally, last section offers some conclusions and proposes a research agenda in this regard.
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After a short review of studies of executive elites in the classics of political sociology and political science, this chapter provides a comprehensive assessment of three main aspects of the research literature: results achieved by scholars working on the process of top elite formation, focusing on the causes and consequences of selection (and de-selection) of ministers from a comparative perspective; the importance of executive appointments as a fundamental “payoff” of democratic governance, whereby executive spoils can be considered as an important stake in the game of distribution among parties (the case of coalition governance) or those aspiring to the role of national political leader; and the outcomes of recent studies on the behaviors of executive elites. Contributions inspired by different conceptual frameworks, ranging from the party-government to the principal-agent framework, are illustrated. Problems facing executive elites today are examined in light of current challenges to representative democracy and “anti-political” rhetoric.
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Theorists of elites, especially followers of Vilfredo Pareto, Gaetano Mosca, Robert Michels, Max Weber, and Joseph Schumpeter, have criticized democracy, understood as rule by the people, as illusory. Theorists of democracy have reciprocated by portraying political elites and strong leaders as dangerous. Although acrimony between the two schools of thought has abated somewhat during a long debate, there is still a sizable gap between elite theorists, who regard democracy with skepticism, and neo-classical theorists of democracy. This chapter examines both sides of the debate and the direction in which it may be headed.
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A theory of politics and society centered on elites emerged early in the twentieth century. However, the theory was relegated to the century’s intellectual sidelines by visions of thoroughly egalitarian societies and wholly self-governing democracies. No such societies or democracies materialized, and the century’s main socio-political developments were broadly consistent with elite theory. In ominous twenty-first century domestic and international circumstances, there are reasons to believe that the long eclipse of an elite theory of politics and society is ending. Yet, confusion envelops the elite concept, the meaning of elitism, and elite theory’s main tenets. This chapter seeks to dispel some of this confusion.