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Revista de Comunicación Política, vol. 6, enero-diciembre, 2024, http://rcp.uanl.mx, pp. 1−22, ISSN: 2992-7714
Medios tradicionales frente a redes sociales: Su impacto en las
actitudes y participación política
Traditional media versus social media: Their impact on political attitudes and political participation
Juan de Dios Martínez
Villarreal
Universidad Autónoma de Nuevo
León
Orcid https://orcid.org/0000-0002-
5868-3786
juan.martinezvll@uanl.edu.mx
Lauro Maldonado
Maldonado
Universidad Autónoma de Nuevo
León
Orcid https://orcid.org/0000-0002-
5071-0348
lamaldon@hotmail.com
Pedro Paul Rivera
Hernández
Universidad Autónoma de Nuevo
León
Orcid https://orcid.org/0000-0002-
2137-2538
pedro.riverahrn@uanl.edu.mx
Resumen: La comunicación política, indispensable para el funcionamiento de todo sistema político, tiene como finalidad
la transmisión e intercambio de contenidos políticos con el objetivo de persuadir al receptor de dicha información. A su vez,
los medios de comunicación, tanto tradicionales como digitales, representan plataformas idóneas para la comunicación polí-
tica. La finalidad del presente estudio fue determinar los efectos que genera el consumo de noticias e información política en
medios tradicionales y el consumo de noticias, contenido político e interacción política en redes sociales en las actitudes polí-
ticas y la participación política no electoral de la ciudadanía, tomando como referencia las teorías de la movilización política y
malestar mediático. La metodología utilizada fue de corte cuantitativo ya que se aplicó una encuesta de opinión. Los resultados
más relevantes de la investigación muestran que el consumo de noticias e información política en medios tradicionales tiene
un mayor nivel explicativo sobre las actitudes políticas (salvo en el cinismo político que es prácticamente nulo) en contraste
con el consumo de noticias, contenido político e interacción política en redes sociales que presentan un mayor nivel explicativo
sobre la participación política no electoral. Con relación a lo anterior, se podría indicar que los medios de comunicación tradi-
cionales siguen vigentes al incidir en las actitudes políticas y que las redes sociales tienen un mayor impacto en el comporta-
miento político no electoral al influir en acciones políticas tradicionales o de protesta. Finalmente, estos resultados aproximan
a las teorías de la movilización política.
Palabras clave: Comunicación política, medios tradicionales, redes sociales, actitudes, participación política
Abstract: Political communication, which is essential for the functioning of any political system, aims to transmit and
exchange political content to persuade the recipient of that information. Both traditional and digital media serve as ideal plat-
forms for political communication. This study sought to determine the effects generated by the consumption of news and po-
litical information in traditional media, as well as the consumption of news, political content, and political interaction on social
networks, on non-electoral political participation and the political attitudes of citizens. The theories of political mobilization
and media discontent were used as a reference. The methodology employed was quantitative, using an opinion survey. The
most relevant results of the research indicate that the consumption of news and political information in traditional media has
a higher explanatory power regarding political attitudes (except for political cynicism, which appears to be transient) compared
to the consumption of news, political content, and political interaction on social networks, which shows a greater explanatory
power regarding non-electoral political participation. In this context, it can be said that traditional media continue to influence
political attitudes, while social networks have a more significant impact on non-electoral political behavior, particularly in
influencing traditional forms of protest and political action. Finally, these results align with the theories of political mobiliza-
tion.
Keywords: Political communication, traditional media, social media, attitudes, political participation
Fecha de recepción: 3/10/2024
Fecha de aprobación: 18/11/2024
Fecha de publicación: 20/11/2024
How to cite this paper / Cómo citar este artículo: Martínez Villarreal, J. D., Maldonado Maldonado, L.,
& Rivera Hernández, P. P. (2024). Medios tradicionales frente a redes sociales: Su impacto en las actitudes y participación
política. Revista de Comunicación Política, 6, e240604. https://doi.org/10.29105/rcp.v6i1.65
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Introducción
El presente trabajo se desarrolla dentro del ámbito de la comunicación política, que tiene como objeto
de estudio el contraste y el intercambio de contenidos de interés público con tintes políticos que ge-
neran el sistema de medios, el sistema político y la ciudadanía (Mazzoleni, 2010). A su vez, la comu-
nicación política como proceso está conformada por diferentes elementos, como serían los emisores
de la información, los actores políticos, los contenidos, los intercambios y los receptores de dicha
información. El campo de estudio de la comunicación política está en constante definición, ya que el
modelo analógico que representan los medios de comunicación tradicionales (prensa escrita, radio y
televisión) entra en correlación con el nuevo modelo que ha surgido en relación a las tecnologías de
la información y comunicación (TIC) donde el Internet y las redes sociales han dado lugar a una co-
municación horizontal, donde el receptor de la información se puede convertir en emisor y las inter-
acciones e intercambios de información se pueden dar de manera directa en contraste con los medios
tradicionales de comunicación (Meneses Rocha & Bauelos Capistrn, 2009).
En relación con lo anterior, se puede indicar que en el contexto actual donde la comunicación
política y el acceso a la información ha sido transformado por el Internet como medio de comunica-
ción es importante detectar si los medios tradicionales siguen siendo relevantes en el terreno de la
comunicación política y si el Internet y las redes sociales impactan en las actitudes y participación
política no electoral de las y los ciudadanos, en el caso particular de este artículo en el estado de Nuevo
León, México. En este sentido, es de relevancia identificar si estos medios inciden de manera positiva
(teorías de la movilización política) o negativa (teorías del malestar mediático), en actitudes como el
interés en la política, el cinismo político, la eficacia política y la confianza en las instituciones políticas
y de gobierno, además de la participación política no electoral.
Los objetivos planteados por el estudio fueron los siguientes: identificar el tipo de actitudes
políticas que presentan las y los ciudadanos en relación con el sistema político y determinar los niveles
de participación política no electoral de la ciudadanía en el estado de Nuevo León. A su vez, también
se buscó determinar los efectos que genera el consumo de noticias e información política en medios
tradicionales y el consumo de noticias, contenido político e interacción política en redes sociales en
la participación política no electoral y en las actitudes políticas de la ciudadanía, para poder determi-
nar si los resultados obtenidos nos aproximan a las teorías de la movilización política o del malestar
mediático.
Por otra parte, el estudio se dividió en los siguientes apartados: un marco teórico donde se
aborda el tema de la comunicación política en general y de las teorías de la movilización política y
malestar mediático, además de la participación política y las actitudes políticas que forman parte del
estudio. En un segundo apartado se revisa la metodología utilizada para el estudio, para después re-
portar los análisis de resultados en correlación a las diferentes variables de la investigación y final-
mente presentar la discusión y conclusiones del estudio.
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Comunicación política
En general se podría indicar que la comunicación como ciencia tiene como objetivo el estudio de los
procesos dinámicos en los que pueden interactuar dos o más elementos en los que uno de ellos sirve
de medio o canal para la transmisión del mensaje a su destinatario; en este sentido, este proceso tiene
la intención de incidir tanto en lo individual como en lo colectivo, es decir, todo acto comunicativo
busca persuadir al receptor del mensaje (Berlo, 2010). Por su parte, la comunicación política se en-
carga de estudiar los efectos que la comunicación genera en relación con la política (García Luengo &
Maurer 2009). Por otro lado, la comunicación política puede ser definida como toda aquella actividad
interactiva que se lleva a cabo por actores políticos e instituciones, generando un intercambio de men-
sajes con la intención de enlazarse con la toma de decisiones políticas y la aplicación de estas decisio-
nes en la sociedad (Canel, 2006). Retomando lo anterior, se podría indicar que el proceso de comu-
nicación política representa el intercambio de mensajes políticos que indistintamente y de manera
simultánea se presenta entre los emisores y receptores de la información (Ochoa, 1999).
En otro orden de ideas, los medios de comunicación son actores claves dentro del proceso de
comunicación política, ya que sirven de base para la constitución de cogniciones sociales. En este
sentido, el contenido que transmiten podría incidir de manera directa en la colectividad impactando
en las diferentes corrientes de opinión (Abundis, 2007). Se podría decir que los medios de comunica-
ción en democracia son actores determinantes para que una población esté enterada del actuar de su
gobierno; es decir, representan un elemento necesario dentro del ámbito de estudio de la comunica-
ción política, además como actores políticos influyen en las actitudes de las y los ciudadanos y, a su
vez, generan en ellos pautas de comportamiento frente al desempeño de sus gobernantes (Newton,
2006).
Es relevante mencionar que los medios de comunicación tradicionales no son únicamente
intermediarios entre los hechos y su audiencia, sino que también en su discurso a su audiencia repre-
sentan intereses propios como actores sociales, es decir, son actores que validan su capacidad de in-
fluencia frente a otros que pudieran entrar en conflicto con ellos (Califano, 2015). Por otro lado, las
redes sociales retomando algunos recursos, elementos, características e información de los medios
tradicionales y agregando la oportunidad de interacción entre sus usuarios (Campos Freire, 2008),
representan un nuevo paradigma que cohabita con los medios tradicionales de comunicación. Asi-
mismo, las redes sociales como plataformas colectivas permiten a sus usuarios tener las mismas po-
sibilidades comunicativas (Amado & Tarullo, 2015) a diferencia de los medios tradicionales que re-
presentan un modelo comunicación unidireccional.
El Internet ha dado oportunidad de generar mecanismos de comunicación que no se limitan
en consideración a restricciones de tiempo y espacio (Llorca Abad, 2005). Por lo que, la comunicación
(online) que se genera mediante este medio ha permitido que sus contenidos puedan permanecer a
lo largo del tiempo con la posibilidad de que puedan ser integrados y actualizados (Jurado Gilabert,
2015). En contraste con el modelo de comunicación que representan los medios tradicionales donde
ellos son mediadores en el proceso de comunicación política, el Internet permite una comunicación
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horizontal, dando la oportunidad de interacción entre sus usuarios, suprimiendo las barreras geográ-
ficas con la posibilidad de facilitar su involucramiento en materia política (Delli Carpini, 2000). El
Internet, en un momento dado podría modificar el modelo tradicional en donde son pocos los que
informan a muchos, para pasar a uno multidireccional donde serían muchos los que informan a mu-
chos (Córdula et al., 2015). Ahora bien, las redes sociales podrían estar replicando en la comunidad
virtual las desigualdades políticas del mundo real. En este sentido, se podría indicar que las personas
más activas offline serían las más activas online, considerando que los más activas sería la ciudadanía
más educada (Jorge, 2014).
En lo que respecta al efecto del uso y consumo de contenido político y noticioso frente a las
actitudes y participación política podemos encontrar diferentes tipos de teorías, pero la presente in-
vestigación, tomando como referencia entre otros estudios los presentados por Norris (2001a), Sche-
reiber y García (2004), Muñiz y Maldonado (2011), Meza Medina (2021), Yarchi y Samuel-Azran
(2024) y Kipkoech (2023), se enfocó en dos que se contraponen como sería por un lado las teorías de
la movilización política que indican que los contenidos de política y noticiosos que se presentan en
los medios de comunicación incrementan el interés en la política y las diferentes expresiones de par-
ticipación política y, por otra parte, las teorías del malestar mediático que reportan lo contrario, es
decir, que estos contenidos influyen de manera negativa en el interés en la política y en los diferentes
tipos de participación política. En este sentido, realmente lo que estarían generando es desafección,
apatía y cinismo político.
En lo que corresponde a las teorías de la movilización política se podría encontrar la del
círculo virtuoso de Norris (2001b) que menciona que “las personas que ven más informativos de te-
levisión leen más periódicos, usan internet y prestan atención a campañas electorales, tienen consis-
tentemente más conocimiento, confianza en el gobierno y son más participativos” (p. 25). En referen-
cia a lo anterior, se podría indicar que la repetición de la información a un largo plazo, de la misma
manera que se da el proceso de socialización en el ámbito familiar o para el desempeño laboral genera
un círculo virtuoso en el que los medios de información y las campañas de los partidos políticos acti-
van a la ciudadanía ya activa, es decir, a los más participativos (Norris, 2001b). Retomando esta teo-
ría, Muñiz et al. (2011), Muñiz (2019) y Muñiz et al. (2018) indican que son las personas que tienen
una mayor exposición a contenidos informativos sobre política las más activas políticamente; lo an-
terior, generaría en la ciudadanía un mayor activismo político que se vería reflejado en su interés,
confianza y movilización política.
Dentro de estas teorías también podríamos encontrar la propuesta de Delli Carpini (2000)
en la cual se manifiesta que el consumo de medios tradicionales y el uso de Internet no movilizan de
manera exclusiva a los más interesados en política, sino que también podrían tener un efecto positivo
en la ciudadanía que no manifiesta un compromiso cívico relevante. A su vez, Rojas (2006) reto-
mando el modelo de causalidad recíproca asimétrica (mediación comunicativa), comenta que debe
de haber una determinada causalidad recíproca entre lo que corresponde a las variables comunicati-
vas y políticas, en donde se esperaría una preponderancia de las primeras sobre las políticas.
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Por otra parte, en relación con los antecedentes de las teorías del malestar mediático se podría
encontrar la publicación de Kurt y Gladys Lang en 1966 titulada The mass media and voting donde
se correlaciona el incremento del consumo de las cadenas televisoras con las actitudes de desencanto
que presentan los espectadores frente a la política. Pero es importante destacar que el concepto de
videomalestar o videomalaise fue utilizado por primera vez por Robinson (1976) en su estudio titu-
lado Public Affairs and The Television and the Growth of Political Malaise: The case of the selling of
the Pentagon. Por su parte, Capella y Jamieson (1997), en su publicación The American Voter pre-
sentaron un modelo de malestar mediático que se sustenta en el conocimiento político y en la asocia-
ción mental de conceptos, donde se indica que la cobertura política y el juego estratégico de los medios
de comunicación provocaban una actitud de cinismo político en las y los ciudadanos.
Desde esta perspectiva, las teorías del malestar mediático indican que un mayor consumo de
medios de comunicación generará un menor compromiso político en la ciudadanía, ya que la exposi-
ción al contenido mediático provocaría un efecto pernicioso y de deterioro en el compromiso cívico
(Muñiz & Echeverría, 2022). A su vez, Sánchez Galicia (2023) desde una perspectiva sistémica to-
mando como referencia los trabajos de Almond y Verba (1970) y Easton (1975) nos indica que en lo
que corresponde al malestar político se conforma por la perspectiva actitudinal y emocional que tiene
la ciudadanía frente al sistema político a largo plazo. De acuerdo con autores como Schreiber y García
(2004), las ideas que sirven de origen a estas teorías se sustentan en las aseveraciones que indican
que, en primera instancia, los procesos de comunicación política inciden en el comportamiento cívico
de la ciudadanía y, en segundo lugar, mencionan que estos procesos inciden de manera negativa. Asi-
mismo, Putnam (2000) comenta que las personas que dedican su tiempo libre al consumo de televi-
sión e Internet tendrían menos oportunidad de generar capital social y, por lo tanto, disminuiría su
posibilidad de movilizarse políticamente.
Es de destacar que ambas teorías se enfocan en el impacto de los medios de comunicación en
las actitudes y comportamiento político de la ciudadanía; la diferencia sería que las teorías del males-
tar mediático consideran que la incidencia de los contenidos de noticias y política es negativo a dife-
rencia de las teorías de la movilización política que indican que son los medios de comunicación los
que influyen de manera positiva, es decir, mantienen y promueven la participación democrática (Gar-
cía-Luengo & Vázquez García, 2007). A su vez, ambos paradigmas surgen en el momento en que los
medios tradicionales de comunicación, en lo particular la televisión, predominan en el contexto polí-
tico, donde el Internet no existía o no tenía la relevancia que se presenta en la actualidad como modelo
horizontal de comunicación política (García-Luengo, 2005).
Participación política
La participación política se podría definir como el conjunto de acciones ya se llevan de manera indi-
vidual o colectiva por parte de la ciudadanía con la finalidad influir en las decisiones de la autoridad,
selección de funcionarios públicos y estructura de gobierno, es decir, incidir en los asuntos públicos
(Conway, 1990; Espinosa, 2009; Sabucedo, 1988). Como indican Torcal et al. (2006), la participación
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política permite a las y los ciudadanos manifestar sus demandas haciendo más responsables al go-
bierno y a los políticos en relación con su toma de decisiones al sentir un mayor control por parte de
la ciudadanía.
Por otra parte, la participación política no está limitada a la participación electoral, sino que
también estaría representada por otro tipo de acciones como serían participar en partidos políticos,
campañas electorales, manifestaciones, marchas o protestas (Díaz Jiménez & Heras Gómez, 2016). A
su vez, la forma que se utiliza con mayor frecuencia para clasificar a la participación política es la que
la divide en convencional o tradicional y no convencional o de protesta (Barnes & Kaase, 1979; Brus-
sino et al., 2009; Milbrath, 1981, Sabucedo, 1988). En relación con lo anterior, Sandoval Moya y Ha-
tibovic Daz (2010) colocan dentro la participación política convencional a acciones como la promo-
ción de algún candidato o la pertenencia a un partido político y en la participación política no con-
vencional las actividades que van desde la participación en una marcha o boicot hasta acciones de
desobediencia civil.
Conforme a esta clasificación, Somuano Ventura (2005) indica que cada modelo estaría con-
formado por dos elementos. En este sentido, dentro de la participación política convencional se en-
contrarían aquellas acciones que implican una determinada iniciativa individual, con una limitada
cooperación con otras personas y un segundo elemento que serían las acciones que requieren de ma-
yor interacción y cooperación entre las personas. La participación política no convencional estaría
conformada por acciones de protesta y actividades que se ubicarían dentro del marco de la ilegalidad.
De acuerdo con lo anterior, el primer tipo de participación estaría legitimando al orden preestablecido
y la segunda tendría como finalidad presentar el descontento social y las expectativas de cambio
(Brussino et al., 2009).
Actitudes políticas
El interés en la política se puede conceptualizar como el interés individual o colectivo frente a los
asuntos políticos, o por lo menos con relación a sus resultados (Brussino et al., 2009). En relación
con lo ya mencionado, se podría comentar que el interés en la política sería la disposición que tendría
la ciudadanía para tomar la información política y procesarla cognitivamente. En este sentido, sería
el grado en que las y los ciudadanos toman y procesan la información relacionada con la política (Ga-
lais, 2012). En lo que corresponde al cinismo político, éste estaría representado por la apatía o indi-
ferencia que la ciudadanía presenta en relación con el sistema político (Saldierna & Muñiz, 2015), en
consideración a la falta de confianza en las instituciones, gobierno y actores políticos, es decir, en el
sistema como un todo (Niemi, 1999); en otras palabras, representa una actitud de desconfianza de
manera general en el sistema político (Valera Ordaz, 2013). Por lo anterior, se podría indicar que de
manera natural se contrapone al concepto de eficacia política (Niemi et al., 1991).
En relación con lo anterior, Janos et al. (2018) indican que de manera general y tomando
como referencia la literatura sobre el tema del cinismo político estaría siendo motivado por tres fac-
tores: uno sería la sensación de impotencia de la ciudadanía de no poder incidir en la política, otro
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elemento estaría representado por la desconfianza generalizada hacia la política, instituciones y acto-
res políticos, además de una impresión por parte de las y los ciudadanos de que tienen un sistema
político y un marco jurídico regulatorio frágil, injusto y poco eficiente.
En cuanto a la eficacia política, ésta podría ser definida como la sensación que se presenta en
una persona con relación a las posibilidades que tendría mediante sus acciones políticas de influir en
la toma de decisiones dentro de un sistema político (Campell et al., 1954 citado en Valera Ordaz, 2013
y Zumárraga-Espinosa, 2020). A su vez, ésta es dividida por diferentes autores (Alaminos-Fernndez
et al., 2024; Brussino et al., 2009; Brussino & Rabbia, 2007; Valera Ordaz, 2013; Zumárraga-Espi-
nosa, 2020) en eficacia política interna y externa, siendo la primera la capacidad que una persona
percibe que posee en relación con su participación e incidencia en asuntos políticos y la externa la
convicción que tiene una persona en relación a la capacidad de respuesta que podría tener el gobierno
en su propósito de influir en sus decisiones (Brussino et al., 2009).
A su vez, en lo que concierne a la eficacia política colectiva se podría indicar que las acciones
dentro de la esfera pública requieren de un compromiso colectivo, es decir, no se pueden llevar a cabo
sin la creencia compartida de que también los miembros de la colectividad a la que pertenecen son
capaces de enfrentar los desafíos que representa la política (Caprara et al., 2009). Como mencionan
Halpern et al. (2017), la eficacia colectiva en el mismo sentido que la interna y la externa se refiere a
percepciones individuales, pero a diferencia de estas percepciones se presentan en relación con el
grupo al cual se pertenece. Asimismo, retomando a Bandura (1997), Halpern et al. (2017) definen a
la eficacia colectiva como la creencia que tiene una persona en relación con su capacidad para lograr
objetivos colectivos junto con otras personas.
En otro orden de ideas, la confianza en las instituciones políticas y de gobierno podría ser
definida como un juicio valorativo que de manera dicotómica indicaría si se confía o se desconfía en
una persona, grupo o institución en relación con su integridad o competencia en el desarrollo de sus
funciones o actividades (Levi & Stoker, 2000). A su vez, de acuerdo con Durand Ponte (2006) este
tipo de evaluación pareciera que presenta dos extremos no necesariamente opuestos ya que ninguna
de las dos actitudes puede ser consideradas como buenas o malas. Por otra parte, retomando a Gersh-
tenson et al. (2013) una confianza plena o la no evaluación podría poner en riesgo al sistema demo-
crático ya que las y los ciudadanos estarían renunciando a su derecho de vigilar la actuación de las
instituciones y actores políticos, por lo que cierto nivel de confianza y escepticismo simultáneos serían
deseables para la estabilidad democrática de un estado.
Con relación a lo anterior, los juicios de valor emitidos por la ciudadanía en lo que concierne
a la confianza en las instituciones políticas y de gobierno toman como referencia lo que ellos conside-
ran el deber ser de dicha institución. En este sentido, “una persona puede confiar en que una institu-
ción hará lo que se cree que debería hacer, o que va a comportarse de la manera que se espera de ella”
(Segovia et al., 2008, p. 42). Se podría decir, tomando como referencia diferentes estudios sobre el
tema (Catterberg & Moreno 2006; Pharr et al., 2000), que el desempeño de las instituciones políticas
y de gobierno juegan un papel destacado en la generación de confianza.
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En referencia al marco teórico se presentan las siguientes preguntas e hipótesis de investiga-
ción:
PI1. ¿Qué tipo de actitudes políticas presentan las y los ciudadanos con relación al sistema político
en el estado de Nuevo León?
PI2. ¿Cuáles son los niveles de participación política no electoral de la ciudadanía en el estado de
Nuevo León?
H1. El consumo de noticias e información política en medios tradicionales impacta de manera po-
sitiva en actitudes políticas como sería el interés en la política, la sensación de eficacia política y en
la confianza en las instituciones políticas y de gobierno.
H2. El consumo de noticias e información política en medios tradicionales impacta de manera po-
sitiva en el cinismo político.
H3. El consumo de noticias, contenido político e interacción política en redes sociales impacta de
manera positiva en actitudes políticas como sería el interés en la política, la sensación de eficacia
política y en la confianza en las instituciones políticas y de gobierno.
H4. El consumo de noticias, contenido político e interacción política en redes sociales impacta de
manera positiva en el cinismo político.
H5. El consumo de noticias e información política en medios tradicionales impacta de manera po-
sitiva en la participación política no electoral.
H6. El consumo de noticias, contenido político e interacción política en redes sociales impacta de
manera positiva en la participación política no electoral.
Metodología
La investigación, de corte transversal y con un enfoque cuantitativo, se llevó a cabo en un contexto
preelectoral en los meses de marzo y abril del año 2024 en los siguientes municipios que forman parte
del estado de Nuevo León, México: Monterrey, Guadalupe, San Nicolás de los Garza, Apodaca, García,
General Escobedo, San Pedro Garza García, Santa Catarina, Juárez, Santiago, Cadereyta Jiménez,
Pesquería, Salinas Victoria, Linares, Allende, Ciénega de Flores y General Zuazua. Para la aplicación
de las encuestas se llevó a cabo un muestreo probabilístico con relación al tamaño de cada municipio.
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La muestra estuvo conformada por 702 entrevistas que se aplicaron de manera aleatoria en los mu-
nicipios antes mencionados, teniendo un nivel de confianza de 95% y un margen de error muestral de
3.7%.
En relación con el perfil de las personas participantes en el estudio, se puede indicar que se
identificaron como mujeres el 59.6%, el 40.1% como hombres y el 0.3% no binario; el 39% mencio-
naron ser personas jóvenes de 18 a 29 años de edad, el 54.4% adultos de 30 a 60 años y el 6.6% adultos
mayores de 60 años. Por otra parte, el ingreso familiar mensual del 19.3% de las y los encuestados fue
menor a los 8,000 pesos, a su vez, el 30.5 % indicó haber tenido un ingreso de 8,001 a 12,000, el
34.3% reportó que su ingreso familiar era entre 12,001 y 30,000 pesos y finalmente el 15.9% men-
cionó que el ingreso era mayor de los 30,000 pesos. En lo que respecta al nivel educativo el 1.7%
indicó no tener educación escolarizada, el 28.6% mencionó que su nivel educativo no pasaba de se-
cundaria, el 41.1% indicó que era de preparatoria o bachillerato, el 24.9% reportó tener un nivel edu-
cativo de profesionista y el 3.8% de posgrado.
Variables dependientes
Para la creación de la variable participación política convencional se utilizó una escala de Li-
kert que oscilaba entre (1) nada y (5) bastante, donde se preguntó a las personas encuestadas sobre la
frecuencia en que llevaban acciones como: promover que se vote o no por determinado candidato(a),
asistir a reuniones de partidos políticos, trabajar para algún candidato(a) o partido político en cam-
pañas políticas y colaborar o trabajar en una campaña política electoral. La consistencia interna fue
positiva con un valor de Alfa de Cronbach (α) de .85 (Ver Tabla 1).
En la construcción de la variable participación política no convencional se les preguntó a las
y los ciudadanos encuestados con qué frecuencia realizaban actividades como: plantones, colocación
de mantas o bloqueos de calles, participar en manifestaciones o en marchas o boicot de actos públicos.
Para lo anterior, se utilizó una escala de Likert de 5 puntos (1 es nada y 5 bastante). El Alfa de
Cronbach (α) que se obtuvo fue de .88, lo cual le da fiabilidad a la escala (Ver Tabla 1).
En la creación de la variable interés en la política se preguntó a los participantes en el estudio
sobre su interés en la política municipal, estatal, nacional e internacional. Las respuestas se evaluaron
mediante una escala de Likert que oscilaba entre (1) nada y (5) bastante. La escala de fiabilidad pre-
sentó un valor de Alfa de Cronbach (α) de .88, lo que demuestra la consistencia a la escala (Ver Tabla
1).
Para construir la variable cinismo político se le preguntó a la ciudadanía si estaba de acuerdo
con frases como: las propuestas de los candidatos en las elecciones solo dependen de cómo les vaya
en los sondeos, los políticos están únicamente preocupados en ganar las elecciones y conseguir votos,
en manipular cuando presentan sus propuestas y promesas electorales y la mayoría después de ganar
las elecciones se alejan de la gente de la calle. Para ello se utilizó una escala de Likert de 5 puntos que
oscilaba entre (1) nada y (5) bastante. Con relación a la fiabilidad se reportó un Alfa de Cronbach (α)
de .88 (Ver Tabla 1).
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Para la construcción de la variable eficacia política externa se utilizó una escala de Likert de
5 puntos que punteaba de (1) nada a (5) bastante, donde se buscó medir la sensación que tiene la
ciudadanía con relación a su capacidad para producir el efecto deseado en la toma de decisiones de
los gobernantes al realizar actividades como el votar y participar en procesos electorales. La fiabilidad
el valor de Alfa de Cronbach (α) fue de .87, lo que confirma la consistencia de la escala (Ver Tabla 1).
Para crear la variable eficacia política colectiva se aplicó una escala de Likert de 5 puntos que
oscilaba entre (1) nada y (5) bastante, preguntando a la ciudadanía su acuerdo en relación con las
siguientes afirmaciones: si las y los ciudadanos votamos marcamos una diferencia, organizados inci-
dimos en lo que las y los gobernantes deciden, si un número importante nos organizamos y exigimos
un cambio las y los políticos tomaran medidas para solucionar los problemas y organizados colecti-
vamente podemos exigir a las y los gobernantes a que cumplan sus promesas. El análisis de fiabilidad
reportó un Alfa de Cronbach (α) de .89 (Ver Tabla 1).
En la creación del constructo de confianza en las instituciones políticas y de gobierno se pre-
guntó a las y los encuestados cuál era su nivel de confianza en las siguientes instituciones y actores
políticos: Gobernador del Estado, partidos políticos, presidente de la República, Instituto Nacional
Electoral (INE), Ejército, Suprema Corte de Justicia de la Nación, diputados y senadores de la Repú-
blica, presidentes municipales, policía y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH). Para
lo anterior, se utilizó una escala de Likert de 5 puntos que oscilaba entre (1) nada y (5) bastante. El
valor de Alfa de Cronbach (α) fue .88 dándole fiabilidad a la escala (Ver Tabla 1).
Tabla 1. Análisis de fiabilidad
Variable
α
Participación política convencional
.85
Participación política no convencional
.88
Interés en la política
.88
Cinismo político
.88
Eficacia política externa
.87
Eficacia política colectiva
.89
Confianza en las instituciones políticas y de gobierno
.88
Consumo de noticias e información política en medios tradicionales
.75
Consumo de noticias, contenido político e interacción política en redes sociales
.76
Nota: Fuente elaboración propia
Variables independientes
En la creación de la variable consumo de noticias e información política medios tradicionales
se utilizó una escala de Likert de 5 puntos (1 nada a 5 bastante) preguntando a las y los encuestados
con qué frecuencia se informaban sobre política y noticias en periódicos, radio y televisión, además
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ver programas de stira o humor poltica en televisión. El valor de Alfa de Cronbach (α) fue de .75
(Ver Tabla 1).
Para la construcción de la variable consumo de noticias, contenido político e interacción po-
lítica en redes sociales se utilizó una escala de Likert de 5 puntos que oscilaba entre (1) nada y (5)
bastante, en la que se le preguntó a la ciudadanía con qué frecuencia buscaban noticias o información
sobre temas políticos, compartían noticias y participaban en discusiones políticas en diferentes redes
sociales. El Alfa de Cronbach (α) marco .76, lo que permite indicar que existe consistencia en la escala
(Ver Tabla 1).
Análisis de resultados
La variable participación política convencional se presentó muy baja (M = 1.60, DE = 0.79) ya que
reportó por debajo de la media teórica. Las actividades que se llevaron a cabo con mayor frecuencia
por parte de las y los ciudadanos fueron intentar convencer a otras personas para que voten por un
candidato(a) determinado (M = 1.73, DE = 1.07) e intentar convencer a otras personas para que no
voten por un candidato(a) en lo específico (M = 1.65, DE = 1.04). Por otra parte, las actividades que
la ciudadanía realizó con menor frecuencia son colaborar o trabajar en una campaña política electoral
(M = 1.51, DE = 0.94), trabajar para algún candidato o partido político (M = 1.53, DE = 0.98) y asistir
a reuniones de partidos políticos (M = 1.59, DE = 0.97).
La variable participación política no convencional se observó todavía más baja (M = 1.48, DE
= 0.80). Todas las actividades que realizan las y los ciudadanos se presentaron prácticamente en un
mismo rango: la participación en marchas o boicot de actos públicos al no estar de acuerdo con alguna
decisión del gobierno (M = 1.48, DE = 0.91), la participación en manifestaciones en contra del go-
bierno o por alguna causa (M = 1.48, DE = 0.92) y la participación en plantones, colocación de mantas
o bloqueo de calles al no estar de acuerdo con alguna decisión del gobierno (M = 1.48, DE = 0.86).
La variable interés en la política se reportó ligeramente baja (M = 2.89, DE = 1.01) por debajo
de la media teórica. El mayor interés se presentó en la política nacional (M = 3.15, DE = 1.21). El
menor interés se observó en la política estatal (M = 2.91, DE = 1.15), en la política municipal (M =
2.86, DE = 1.13) y en la política internacional (M = 2.64, DE =1.21).
El cinismo político se observó relativamente alto (M = 3.40, DE = 0.97) ya que se mostró por
encima de la media teórica. La mayor parte de la ciudadanía consideran que la mayoría de los políticos
después de ganar las elecciones se alejan de la gente de la calle (M = 3.63, DE = 1.21), que los políticos
suelen olvidar muy rápido lo que han prometido durante la campaña electoral (M = 3.63, DE = 1.19),
que los políticos están únicamente preocupados en ganar las elecciones y conseguir votos (M = 3.55,
DE = 1.18) y que los políticos manipulan cuando presentan sus propuestas y promesas electorales (M
= 3.46, DE = 1.17). Por otra parte, el menor acuerdo se presentó en la frase que indica que las pro-
puestas de los candidatos en las elecciones solo dependen de cómo les vaya en los sondeos (M = 2.75,
DE = 1.10).
Medios tradicionales frente a redes sociales 12
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La variable eficacia política externa se reportó en un punto medio (M = 3.02, DE = 1.10) lige-
ramente en por encima de la media teórica. En este sentido, un número importante de las y los ciu-
dadanos están de acuerdo de que si votan van a marcar una diferencia (M = 3.17, DE = 1.26), a su vez,
piensan que pueden hacer la diferencia si participan en los procesos electorales (M = 3.06, DE = 1.24).
Por otro lado, tuvieron una menor concordancia con la frase que indica que realmente ellos intervie-
nen en las decisiones de sus gobernantes (M = 2.75, DE = 1.10).
En lo que corresponde a la variable eficacia política colectiva se observó relativamente alta
(M = 3.45, DE = 1.05) ya que reportó por encima de la media aritmética. En este sentido, la mayoría
de la ciudadanía considera que pueden exigir a los y las gobernantes que cumplan sus promesas (M
= 3.56, DE = 1.23), que en conjunto su voto va a marcar una diferencia (M = 3.56, DE = 1.19), y que
los ciudadanos(as) organizados pueden incidir en lo que los(as) gobernantes deciden (M = 3.39, DE
= 1.20) y, finalmente, están de acuerdo con la afirmación que indica que si un número importante de
ciudadanos(as) se organiza pueden exigir un cambio, y los(as) políticos tomarían medidas para solu-
cionar sus problemas (M = 3.31, DE = 1.23).
Tabla 2. Análisis descriptivos
Variable
M
DE
Participación política convencional
1.60
0.79
Participación política no convencional
1.48
0.80
Interés en la política
2.89
1.01
Cinismo político
3.40
0.97
Eficacia política externa
3.02
1.10
Eficacia política colectiva
3.45
1.05
Confianza en las instituciones políticas y de gobierno
2.44
0.76
Consumo de noticias e información política en medios tradicionales
2.20
0.83
Consumo de noticias, contenido político e interacción política en redes sociales
1.78
0.67
Nota: Fuente elaboración propia
La variable confianza en las instituciones políticas y de gobierno se reportó baja (M = 2.44,
DE = 0.76) presentándose por debajo de la media teórica. Los mayores niveles de confianza se pre-
sentaron frente a las siguientes instituciones y actores políticos: Comisión Nacional de Derechos Hu-
manos (M = 2.74, DE = 1.16), Ejército (M = 2.71, DE = 1.13), Suprema Corte de Justicia de la Nación
(M = 2.71, DE = 1.13), Instituto Nacional Electoral (M = 2.69, DE = 1.13) y presidente de la República
(M = 2.61, DE = 1.24). Por otro lado, el menor nivel de confianza se presenta en las siguientes insti-
tuciones y actores políticos: el gobernador del estado (M = 2.44, DE = 1.01), presidentes(as) munici-
pales (M = 2.28, DE = 0.99), diputados(as) y senadores(as) de la República (M = 2.21, DE = 0.95),
partidos políticos (M = 2.06, DE = 0.92) y policía (M = 2.05, DE = 0.99).
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El consumo de noticias e información política en medios tradicionales se presentó bajo (M =
2.20, DE = 0.83) ya que reportó por debajo de la media teórica. El mayor consumo de noticias e
información política por parte de la ciudadanía se reportó en ver noticias en televisoras (M = 2.92,
DE = 1.26) y ver programas de política en la televisión (M = 2.34, DE = 1.22) y de sátira o humor
político (M = 2.00, DE = 1.20). Por otro lado, el menor consumo se presentó en leer noticias en pe-
riódicos (M = 1.79, DE = 1.07) y escuchar la radio para informarse de política (M = 1.96, DE = 1.12).
En lo que concierne a la variable consumo de noticias, contenido político e interacción política
en redes sociales se puede indicar que se presentó bastante bajo (M = 1.78, DE = 0.67), muy alejado
de la media aritmética. El mayor consumo de noticias y contenido político e interacción se presentó
en las siguientes redes sociales: Facebook (M = 2.40, DE = 1.23), TikTok (M = 2.08, DE = 1.29),
YouTube (M = 2.05, DE = 1.23), WhatsApp (M = 1.86, DE = 1.20), X (M = 1.77, DE = 1.18) e Instagram
(M = 1.75, DE = 1.09). Por otro lado, el menor consumo e interacción se observó en Snapchat (M =
1.14, DE = 0.54) y LinkedIn (M = 1.20, DE = 0.63).
Tabla 3. Correlación entre variables
Variable
1
2
3
4
5
6
7
8
9
Participación política convencional
_
.74***
.22***
-.05
.18***
.08*
.23***
.35***
.40***
Participación política no conven-
cional
_
.10**
-.05
.12**
.02
.17***
.30***
.34***
Interés en la política
_
.20***
.44***
.44***
.33***
.46***
.32***
Cinismo político
_
.31***
.39***
.13**
.09*
.03
Eficacia política externa
_
.59***
.35***
.27***
.17***
Eficacia política colectiva
_
.30***
.23***
.14***
Confianza en las instituciones polí-
ticas y de gobierno
_
.33***
.23***
Consumo de noticias e información
política en medios tradicionales
_
.43***
Consumo de noticias, contenido
político e interacción política en re-
des sociales
_
Nota: Fuente elaboración propia. N = 709 casos. Los resultados fueron estadísticamente significativos a un nivel de confianza
de *p < .05; **p < .01; ***p < .001
Al término de los análisis descriptivos, se realizó la prueba de correlación de Pearson para
determinar si existe correlación entre las variables dependientes con las independientes (Ver Tabla
3). La prueba ayudó a identificar que la participación política convencional (r = .35, p < .001), la
participación política no convencional (r = .30, p < .001), el interés en la política (r = .46, p < .001),
el cinismo político (r = .09, p = .023), la eficacia política externa (r = .27, p < .001), la eficacia política
colectiva (r = .23, p < .001) y la confianza en las instituciones políticas y de gobierno (r = .33, p <
.001) se relacionan de manera positiva con la variable independiente consumo de noticias e informa-
ción política en medios tradicionales. Asimismo, se observó que la participación política convencional
(r = .40, p < .001), la participación política no convencional (r = .34, p < .001), el interés en la política
(r = .32, p < .001), el cinismo político (r = .03, p = .360), la eficacia política externa (r = .17, p < .001),
la eficacia política colectiva (r = .14, p < .001) y la confianza en las instituciones políticas y de gobierno
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(r = .23, p < .001) se relacionan de manera positiva con la variable independiente consumo de noti-
cias, contenido político e interacción en redes sociales.
Para determinar la relación entre las variables dependientes con las independientes, se
realizó una Regresión Lineal Múltiple con el objetivo de identificar el nivel explicativo de las variables
independientes sobre las dependientes (Ver Tabla 4). Para ello, el modelo se corrió por primera vez
utilizando como variable dependiente la participación política convencional y como independientes
el consumo de noticias e información política en medios tradicionales y el consumo de noticias, con-
tenido político e interacción en redes sociales. El modelo explicó el 19.6% de la varianza (𝑅2= .196). A
su vez, las variables independientes cumplen con el supuesto de independencia respecto a la depen-
diente, ya que el valor de la prueba Durbin-Watson fue de 1.87 siendo esto positivo ya que está dentro
de los parámetros permitidos. Por otra parte, ambas variables, el consumo de noticias e información
poltica en medios tradicionales (con un valor de β = .22, p < .001) y el consumo de noticias, contenido
poltico e interacción en redes sociales (con un valor de β = .30, p < .001), explicaron la participación
política convencional.
En el segundo modelo donde la variable dependiente estaba representada por la participación
política no convencional y las independientes serían el consumo de noticias e información política en
medios tradicionales y consumo de noticias, contenido político e interacción en redes sociales, repor-
tando una varianza de 14.3% (𝑅2= .143). Las variables independientes presentaron independencia en
relación con la dependiente, con un valor en el test Durbin-Watson de 1.78. El consumo de noticias e
información política en medios tradicionales (con un valor de β = .19, p < .001) y el consumo de no-
ticias, contenido poltico e interacción en redes sociales (con un valor de β = .26, p < .001) presentaron
nivel explicativo sobre la participación política no convencional.
En el tercer modelo la variable dependiente fue el interés en la política y las independientes
el consumo de noticias e información política en medios tradicionales y consumo de noticias, conte-
nido político e interacción en redes sociales, explicando el 22.6% de la varianza (𝑅2= .226). Las varia-
bles independientes cumplieron con el supuesto de independencia respecto a la dependiente, ya que
el valor de la prueba Durbin-Watson fue de 1.65. Las variables consumo de noticias e información
política en medios tradicionales (con un valor de β = .40, p < .001) y el consumo de noticias, contenido
poltico e interacción en redes sociales (con un valor de β = .15, p < .001) explicaron el interés en la
política.
El cuarto modelo se corrió utilizando como variable dependiente al cinismo político y como
independientes al consumo de noticias e información política en medios tradicionales (con un valor
de β = .09, p < .05) y consumo de noticias, contenido político e interacción política en redes sociales
(con un valor de β = -.00, p = .940) explicando el 0.7% de la varianza (𝑅2= .007). Las variables de-
pendientes presentaron independencia respecto a la independiente, ya que el valor del test Durbin-
Watson fue de 1.54. Por otra parte, la variable independiente consumo de noticias e información po-
lítica en medios tradicionales fue la única que presentó un nivel explicativo sobra la dependiente,
aunque bajo.
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El quinto modelo, donde la variable dependiente fue la eficacia política externa y las indepen-
dientes el consumo de noticias e información política en medios tradicionales y consumo de noticias,
contenido político e interacción en redes sociales, explicó el 7.7% de la varianza (𝑅2= .077). Las varia-
bles independientes cumplieron con el supuesto de independencia respecto a la dependiente, con un
valor en la prueba Durbin-Watson de 1.66. La única variable que presentó nivel explicativo sobre la
variable dependiente fue el consumo de noticias e información política en medios tradicionales (con
un valor de β = .24, p < .001).
Tabla 4. Nivel explicativo de las variables independientes sobre las dependientes
Nota: Fuente elaboración propia. Los resultados fueron estadísticamente significativos a un nivel de confianza de *p < .05;
**p < .01; ***p < .001
En el sexto modelo, donde la variable dependiente fue la eficacia política colectiva y las inde-
pendientes el consumo de noticias e información política en medios tradicionales y consumo de noti-
cias, contenido político e interacción en redes sociales, se explicó el 5.7% de la varianza (𝑅2= .057).
Las variables independientes cumplieron con el supuesto de independencia respecto a la dependiente,
con un valor en la prueba Durbin-Watson de 1.64. Por otra parte, únicamente la variable consumo de
noticias e información poltica en medios tradicionales (con un valor de β = .24, p < .001) presentó
nivel explicativo sobre la dependiente.
Para correr el modelo por séptima ocasión se utilizó como variable dependiente la confianza
en las instituciones políticas y de gobierno y como independientes el consumo de noticias e informa-
ción política en medios tradicionales y consumo de noticias, contenido político e interacción en redes
sociales, explicando el 11.7% de la varianza (𝑅2= .117). Las variables independientes cumplieron con
Variables
Modelo
1
Participa-
ción polí-
tica con-
vencional
Modelo
2
Participa-
ción polí-
tica no con-
vencional
Modelo 3
Interés en
la política
Modelo 4
Cinismo
político
Modelo 5
Eficacia po-
lítica ex-
terna
Modelo
6
Eficacia po-
lítica colec-
tiva
Modelo
7
Confianza
en las insti-
tuciones
políticas y
de gobierno
Consumo de
noticias e in-
formación
política en
medios tradi-
cionales
.22***
.19***
.40***
.09*
.24***
.21***
.28***
Consumo de
noticias, con-
tenido polí-
tico e interac-
ción política
en redes so-
ciales
30***
.26***
.145***
-.00
.06
.05
.11**
𝑅2
.196
.143
.226
.007
.077
.057
.117
D
1.87
1.78
1.65
1.54
1.66
1.64
1.67
Medios tradicionales frente a redes sociales 16
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el supuesto de independencia respecto a la dependiente, con un valor en el test Durbin-Watson de
1.67. Las variables consumo de noticias e información política en medios tradicionales (con un valor
de β = .28, p < .001) y el consumo de noticias, contenido político e interacción en redes sociales (con
un valor de β = .11, p < .01) explicaron la confianza en las instituciones políticas y de gobierno.
Discusión y conclusiones
Para dar respuesta a las preguntas de investigación se tomaron como referencia los resultados des-
criptivos. En lo que corresponde a la primera pregunta, se puede indicar que se detecta cierta preva-
lencia de una actitud negativa frente al sistema político como sería el cinismo político, es decir, existe
una apatía o indiferencia de la ciudadanía frente al sistema político (Saldierna & Muñiz, 2015). Por
otra parte, aunque el cinismo se contrapone al concepto de eficacia política (Niemi et al., 1991) en lo
que respecta al estudio no corresponde a dicha aseveración ya que los niveles de sensación de eficacia
política no son bajos, incluso la sensación de eficacia política colectiva supera levemente el grado de
cinismo político. A su vez, los niveles de confianza en las instituciones políticas y de gobierno repor-
tados en el estudio sí presentan relación frente al cinismo político ya que, como indican Niemi (1999)
y Valera Ordaz (2013), una actitud de desconfianza frente a las instituciones, gobierno y actores polí-
ticos como elementos de un sistema político generan una actitud de cinismo político en la ciudadanía.
Asimismo, el interés en la política por parte de la ciudadanía se presenta ligeramente bajo, lo que
podría ser resultado de la desconfianza que se tiene en relación con las instituciones políticas y de
gobierno que se ve reflejado en el cinismo político; lo anterior contrasta con la sensación de eficacia
política que se reporta relativamente alta.
En lo que corresponde a la segunda pregunta de investigación, se reporta una participación
política no electoral (participación política tradicional y de protesta) significativamente baja en con-
traste con los resultados de la participación electoral en las elecciones federales del año 2024 que de
acuerdo al Instituto Nacional Electoral (INE, 2024) fue del 61%, lo que indica que las y los ciudadanos
no presentan interés en este tipo de acciones que quedarían fuera de la participación electoral, limi-
tando su capacidad de manifestar sus demandas y por lo tanto incidir en la toma de decisiones guber-
namentales (Torcal et al., 2006).
En lo que respecta a la primera hipótesis de investigación de acuerdo a los resultados del
estudio, se comprueba que el consumo de noticias e información política en medios tradicionales im-
pacta de manera positiva en cada una de actitudes políticas; lo que aproxima estos resultados a las
teorías de la movilización política donde se indica que “las personas que ven más informativos de
televisión, leen más periódicos, usan internet y prestan atención a campañas electorales, tienen con-
sistentemente más conocimiento, confianza en el gobierno y son más participativos” (Norris, 2001b,
p. 25).
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Con respecto a la segunda hipótesis de investigación, se puede señalar que la misma se com-
prueba, aunque es importante comentar que el nivel explicativo del consumo de noticias e informa-
ción política en medios tradicionales sobre el cinismo político es prácticamente nulo. En tal sentido,
estos resultados se alejan de las teorías del malestar mediático que establecen que una mayor exposi-
ción a contenido mediático podría generar un menor compromiso político en las y los ciudadanos
(Muñiz & Echeverría, 2022).
En relación con la tercera hipótesis de investigación, ésta se comprueba de manera parcial ya
que el consumo de noticias, contenido político e interacción política en redes sociales no presenta
nivel explicativo sobre la sensación de eficacia política tanto externa como colectiva. Sin embargo, al
explicar tanto la participación política no electoral y el interés en la política se podría colocar dentro
las teorías de la movilización política, ya que como lo mencionan Muñiz et al. (2011) las personas que
tienen una mayor exposición a contenidos informativos sobre política son las más activas política-
mente. En este sentido, se generaría en las y los ciudadanos mayores niveles de activismo político que
a su vez se vería reflejado en su interés, confianza y movilización política como se pudo observar en
los resultados reportados.
En cuanto a la cuarta hipótesis de investigación, que establece que el consumo de noticias,
contenido político e interacción política en redes sociales impacta de manera positiva en el cinismo
político, no se pudo comprobar la misma, dado que la variable independiente no reporto nivel expli-
cativo sobre el cinismo político. Por consiguiente, estos resultados se alejan de las teorías del malestar
mediático.
La quinta y sexta hipótesis de investigación se comprobaron, es decir, tanto el consumo de
noticias e información política en medios tradicionales, como el consumo de noticias, contenido po-
lítico e interacción política en redes sociales impactan de manera positiva en la participación política
no electoral (convencional y no convencional). En este sentido, estos resultados se aproximan a las
teorías de la movilización política que establecen que una mayor exposición a contenido mediático
podría generar una mayor participación en las y los ciudadanos.
Tomando en consideración que el nivel explicativo que presentaron las variables indepen-
dientes sobre la mayoría de las dependientes que fue en sentido positivo y no negativo, los hallazgos
acercarían este estudio más a las teorías de la movilización política donde se indica que las personas
que consumen noticias y utilizan internet tienden a una mayor movilización política son más partici-
pativas y tienen un mayor interés en la política (Anduiza et al., 2010; Delli Carpini, 2000; Muñiz et
al., 2011; Norris, 2001b).
Los resultados más relevantes de la investigación muestran que el consumo de noticias e in-
formación política en medios tradicionales tiene un mayor nivel explicativo sobre las actitudes polí-
ticas (salvo en el cinismo político que es mínimo) en contraste con el consumo de noticias, contenido
político e interacción política en redes sociales que presentan un mayor nivel explicativo sobre la par-
ticipación política no electoral. En relación con lo anterior, se podría indicar que los medios de comu-
Medios tradicionales frente a redes sociales 18
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nicación tradicionales siguen vigentes al incidir en las actitudes políticas y que las redes sociales tie-
nen un mayor impacto en el comportamiento político no electoral al influir en acciones políticas tra-
dicionales o de protesta. Por otra parte, es a destacar que los niveles de consumo de noticias e infor-
mación política en medios tradicionales y redes sociales, al igual que la interacción política en estas
últimas, de acuerdo con los resultados del estudio es limitado. Sin embargo, sí presentaron nivel ex-
plicativo sobre las actitudes políticas y la participación política no electoral, por lo que estaría pen-
diente en próximas investigaciones determinar si el incremento del consumo de medios tradicionales
enfocados en noticias e información política y el uso de Internet con la misma finalidad, agregando la
interacción que permite entre sus usuarios incrementa el nivel explicativo de estos sobre las actitudes
y la participación política.
Declaración de conflicto de intereses
Los autores no informaron ningún posible conflicto de intereses.
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