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Sánchez García, Jesús Ángel; Vázquez Castro, Julio y Vigo Trasancos, Alfredo (eds.):
Arquitecturas añoradas. Memoria gráfica del patrimonio destruido en Galicia en el
siglo XX. Gijón, Trea, 2023. ISBN: 978–84-19525–46-8. 944 pp.
Sergio Román Aliste1
DOI: https://doi.org/10.5944/etfvii.12.2024.42177
La relación entre el patrimonio arquitectónico y el concepto de añoranza afecta
especialmente a aquella pérdida asumible como tal por la memoria colectiva.
En el campo del patrimonio arquitectónico gallego físicamente desaparecido en
el transcurso de la pasada centuria, el término «añorar» adquiere una resonancia
especial, cargada de significados que trascienden lo meramente lingüístico. Siguiendo
el diccionario etimológico de Joan Corominas, la palabra «añorar», que proviene
del verbo catalán enyorar y este a su vez del latín vulgar ignorare, ha evolucionado
semánticamente desde un simple «no conocer» o «desconocer» hasta encapsular
la profunda sensación de falta o ausencia de algo que antes era familiar y ahora se
echa en falta. Este proceso etimológico refleja perfectamente la esencia del libro
Arquitecturas añoradas, una magna obra colectiva que documenta la pérdida física
de estructuras arquitectónicas significativas en Galicia desde 1936, y que propone
la recuperación digital de sus apariencias, emplazamientos y contextos, en un acto
que toma la nostalgia como activador ético-social ante el patrimonio desaparecido
en décadas recientes. Un proceso de recuperación que, volviendo al origen latino
de la palabra, pretende paliar la ignorancia de la desmemoria: la que representan
decenas de ejemplos arquitectónicos, industriales y paisajísticos hoy perdidos y en
ocasiones sustituidos por construcciones anodinas.
En este contexto es necesario destacar la labor de Jesús Ángel Sánchez García,
Julio Vázquez Castro y Alfredo Vigo Trasancos, editores, y de Juan David Díaz
López, coordinador, de un volumen en el que participan 19 autores diferentes en
57 capítulos, cada uno de los cuales constituye el estudio de un bien patrimonial
desaparecido o transformado, o un conjunto compacto de casos. A través de un
meticuloso trabajo de investigación y documentación, el libro recupera la memoria
de estos bienes inmuebles, siguiendo una estructura y tratamiento adaptado a
cada caso, pero que responde a una forma de presentación coherente a lo largo
de todo el volumen. Arquitecturas añoradas sigue, en este sentido, la estela de un
volumen previo, publicado cuatro años antes y titulado Arquitecturas desvanecidas2.
Ambas obras colectivas representan una continuidad, dado que la compilación
Arquitecturas desvanecidas abordaba el estudio de los bienes desaparecidos en el
1. Universidad Rey Juan Carlos. C. e.: sergio.aliste@urjc.es; ORCID: ˂https://orcid.org/0000-0003-1225-0122˃
2. Sánchez García, Jesús Ángel; Vázquez Castro, Julio y Vigo Trasancos, Alfredo (eds.): Arquitecturas desvanecidas.
Memoria gráfica del patrimonio desaparecido en Galicia. Madrid, Abada, 2019.
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SERGIO ROMÁN ALISTE
periodo cronológico que abarca de 1800 a 1936 y el que nos ocupa, Arquitecturas
añoradas, el que arranca del contexto de la Guerra Civil hasta los inicios del siglo
XXI. En su conjunto ambos trabajos forman un díptico monumental y referencial,
que no sólo expone, globalmente, más de un centenar de casos gallegos. Además,
estas arquitecturas desvanecidas y añoradas, al ser abordadas con la sistematicidad
de estudio que caracteriza a los autores y con los criterios fijados en ambos casos
por los responsables de la coordinación y edición, hacen transparente, mediante
la implacable sucesión de bienes perdidos, el modo en que se ha (des)considerado
y (des)protegido tan diferentes tipos de patrimonio de periodos cronológicos y
estilísticos tan dilatados y diversos.
El anterior volumen, Arquitecturas desvanecidas, recorría una contradicción, la
que implica que en el periodo de auge del Romanticismo y de los inicios de la apre-
ciación y protección del patrimonio se produjeran tantos procesos destructivos,
desde desamortizaciones a expansiones urbanísticas. En este caso, en Arquitecturas
añoradas, la sucesión de casos analizados recorre otra paradoja: que en un periodo
cronológico (desde 1936 en adelante) en el que la legislación de patrimonio había
experimentado ya una codificación clara, no se haya logrado velar por la integridad
y singularidad de los bienes abordados, algunos de ellos especialmente sangrantes.
El orden elegido por los editores no viene dado, como en el anterior volumen, por
periodos cronológicos en los que los bienes ahora desaparecidos fueran erigidos, sino
por la fecha de desaparición de cada uno de los casos. La fecha de la pérdida queda
anotada, tras una coma, al final de cada uno de los títulos de los capítulos, y ello
mismo aporta información esclarecedora, en el mismo índice de contenidos, acerca
de la propia historia de la apreciación del patrimonio desde 1936, quedando evidencia
de cómo ciertas tipologías sufrieron una especial vulnerabilidad en momentos del
periodo franquista o desde la recuperación de la democracia tras la Transición. Este
orden contribuye también a dinamizar el contenido de los capítulos, pues las tipologías
de edificios —residencias privadas, edificios públicos y administrativos, hoteles,
cines, mataderos, mercados, jardines, edificios con función social o sanitaria, etc.—,
sus estilos o cronologías de edificación, o sus ubicaciones geográficas, se muestran
necesariamente alternados para esclarecer, mediante su sucesión diacrónica, su
mayor cercanía con el tiempo presente. La añoranza, derivada de la memoria de los
que aún puedan recordar esos edificios, podrá ser mayor cuanto más cercana sea la
fecha de derribo, por su mayor pervivencia en el recuerdo colectivo, pero no será
menor por muy alejada que esté la fecha de desaparición en lo relativo a los usos y
las vivencias, a su poso cultural, ligadas especialmente a las tipologías o morfologías
de edificios que los casos seleccionados ejemplifican.
Es especialmente valorable, y lo es particularmente por el amplio número de
autores, que se hayan seguido ciertas pautas contextuales en muchos de los capítulos,
aquellos que introducen una nueva tipología de edificios en la sucesión diacrónica
aludida, algunas con características particularmente locales. Ello es indicativo de
una adecuada labor de planificación y coordinación global del volumen. Del mismo
modo es destacable que exista una valoración de la pérdida particular en cada
uno los diferentes casos abordados, en ocasiones explícita, mediante un epígrafe
dedicado a exponer el legado o significación del bien analizado. Ello contribuye
SÁNCHEZ GARCÍA, JESÚS ÁNGEL ET AL. EDS.: ARQUITECTURAS AÑORADAS
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a una apreciación de la singularidad del bien desvanecido, pero al mismo tiempo
extiende esa consideración a tipos de edificios similares a cada caso, tanto si han
desaparecido igualmente como si aún perviven, dando pie, respectivamente, a la
reactivación de la añoranza o a la concienciación de lo que aún puede ser preservado.
Uno de los aspectos especialmente destacables del volumen es su apartado
gráfico. En este orden deben destacarse dos tipos de recursos visuales. En primer
lugar, todo el aporte documental, planimétrico y fotográfico que los autores han
logrado reunir en el proceso de estudio y divulgación de los bienes, crucial tanto
para la comprensión del caso de estudio abordado, como para su proyección hacia
la investigación de ejemplos similares. Por su especialización y singularidad, dicho
aporte visual constituye un verdadero archivo que acompaña a la dimensión analítica
y textual, complementándola de manera notable. En segundo lugar, es necesario
alabar el trabajo de virtualización patrimonial que acompaña a 14 de los 57 capítulos.
El empleo de técnicas de modelado y digitalización 3D contribuyen a devolver, al
menos en su dimensión visual-virtual, la presencia perdida de muchos de estos
bienes, algunos de los más icónicos o representativos del volumen.
Las restituciones virtuales 3D, realizadas en su mayor parte por el diseñador
gráfico Carlos Paz, miembro fundador del Centro Infográfico Avanzado de Galicia
(CIAG), no son meras recreaciones técnicas; son productos visuales entrelazados con
las investigaciones a las que acompañan, y al mismo tiempo actos de memoria que
nos permiten experimentar, aunque sea virtualmente, lo que ya no podemos conocer
físicamente a pesar de la cercanía que nos separa con el momento de su pérdida, en
todo caso menor de un siglo para todos los ejemplos abordados en el volumen. Los
renderizados, en algunos casos apoyados en trabajos de fotocomposición 2D, son de
una alta calidad, proporcionando no solo el rigor volumétrico y de texturizado, sino
también la verosimilitud que acerca dichos bienes a una apariencia de existencia
entre nosotros. Algunos ejemplos aportados, como las restituciones de la Casa Gótica
de A Coruña de hacia 1520, o de la Casa Consistorial de Ferrol en 1791, sorprenden
por su apariencia de resurrección fotográfica, solo disipada por los volúmenes en
sólidos blancos de otras estructuras aledañas. El papel de estas restituciones es
importante incluso cuando se cuenta con documentación fotográfica reciente de
los bienes perdidos. La posibilidad de reconstruir tridimensionalmente un bien
aporta una gran cantidad de posibilidades no sólo de ilustración o visualización
de perspectivas no conservadas en la documentación fotográfica o audiovisual;
también ofrece oportunidades análisis y confrontación científica con las evidencias
documentales conservadas.
El enfoque multidisciplinario del libro, que combina historia del arte, arquitectura
y urbanismo, además de su proyección en la virtualización patrimonial, proporciona
un contexto amplio y profundo sobre cada edificio, ayudando al lector a comprender
su estructura y estilo arquitectónico, y, además de ello, también su impacto en la
vida cotidiana de las comunidades. Las entrevistas, la historia oral, y el acceso a
archivos fotográficos y documentales se suman a este esfuerzo por evitar el ignorare
de nuestro patrimonio. El acto de añorar estas arquitecturas perdidas, o en algunos
casos mutiladas o desvirtuadas, se convierte en un ejercicio de memoria activa.
Cada edificio desaparecido representa un vacío físico en el tejido urbano y, en
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consonancia, un hueco en la experiencia y la identidad colectiva de las comunidades
que los habitaron y utilizaron. El Gran Hotel de A Toxa o el Cine Central Cinema
de Lugo, por nombrar solo algunos, eran espacios vivos donde se desarrollaban
innumerables historias personales y comunitarias.
La encomiable labor desarrollada en este volumen de más de 900 páginas, a través
de un número muy significativo de ejemplos, puede considerarse un verdadero
trabajo de cartografiado. Y lo es por su exposición metódica y extensible, a partir
de ejemplos tanto emblemáticos y particularmente singulares, como de aquellos
otros más comunes, pero, precisamente por ello, más añorables.