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Enclaves para un debate actual: Una revisión del clivaje Autonomía e Institucionalidad feminista en Latinoamérica y el CaribeSpaces for a Current Debate: A Review of the Autonomy and Institutionalization Cleavage in Feminist Latin America and the Caribbean

Authors:

Abstract

Resumen: Hacia fines de la década de los 80’ en América Latina y el Caribe y luego de esfuerzos de articulación en el contexto de luchas sociales de resistencia, las feministas se enfrentaron de manera aguda a dilemas políticos que desencadenaron en el clivaje autonomía versus institucionalidad. Objetivo: Analizar la reconstrucción del clivaje autonomía e institucionalidad en América Latina y el Caribe, con el fin de reflexionar sobre las persistencias y nuevos contornos del movimiento feminista en el siglo XXI, destacando su reemergencia y su impacto en la región. Metodología: Desarrollo de una revisión bibliográfica para la reconstrucción del debate y la experiencia feminista Latinoamericana, desde las primeras coordenadas sociohistóricas del clivaje en cuestión, para dar paso a una aproximación a la caracterización del movimiento en las últimas décadas. Resultados: Se observan posiciones que nos devuelven a las discusiones gestadas en los años noventa dentro del movimiento feminista latinoamericano. Discusión: Existencia de tensiones que poseen una raíz histórica y que brida una reflexión crítica dentro del movimiento en pleno siglo XXI condicionando la búsqueda por la justicia social. Conclusión: Presencia de márgenes difusos entre autonomía e institucionalidad tanto en niveles y dimensiones, delineando nuevos contornos en el debate feminista.
European Public & Social Innovation Review
ISSN 2529-9824
Artículo de Revisión
Enclaves para un debate actual: Una
revisión del clivaje Autonomía e
Institucionalidad feminista en
Latinoamérica y el Caribe
Spaces for a Current Debate: A Review of the
Autonomy and Institutionalization Cleavage in
Feminist Latin America and the Caribbean
Jessica Legua Valenzuela: Universidad Santiago de Chile, Chile.
jessica.legua@usach.cl
Fecha de Recepción: 05/06/2024
Fecha de Aceptación: 05/08/2024
Fecha de Publicación: 15/10/2024
Cómo citar el artículo
Legua Valenzuela, J. (2024). Enclaves para un debate actual: Una revisión del clivaje
Autonomía e institucionalidad feminista en Latinoamérica y el Caribe. [Spaces for a Current
Debate: A Review of the Autonomy and Institutionalization Cleavage in Feminist Latin
America and the Caribbean] European Public & Social Innovation Review, 9, 01-15.
https://doi.org/10.31637/epsir-2024-895
Resumen
Introducción: A fines de los 80 en América Latina y el Caribe, las feministas se enfrentaron al
dilema de autonomía versus institucionalidad en el contexto de luchas sociales. Este estudio
busca analizar la reconstrucción de este clivaje y su impacto en el movimiento feminista en el
siglo XXI. Metodología: Se realizó una revisión bibliográfica para reconstruir el debate sobre
autonomía e institucionalidad en el feminismo latinoamericano, desde sus coordenadas
sociohistóricas hasta las últimas décadas. Resultados: El análisis revela que las discusiones
actuales del movimiento feminista en América Latina reflejan tensiones similares a las de los
años 90. Discusión: Las tensiones históricas dentro del movimiento feminista condicionan la
búsqueda de justicia social en el siglo XXI, resaltando la complejidad de los debates en torno
a autonomía e institucionalidad. Conclusiones: El clivaje entre autonomía e institucionalidad
sigue siendo difuso, delineando nuevos contornos en el debate feminista en diferentes
niveles y dimensiones.
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Palabras clave: Feminismo; Movimiento feminista; Clivaje; Autonomía; Institucionalidad;
Feminismo latinoamericano; América Latina; Siglo XXI.
Abstract
Introduction: In the late 1980s in Latin America and the Caribbean, feminists faced the
dilemma of autonomy versus institutionalism in the context of social struggles. This study
seeks to analyze the reconstruction of this cleavage and its impact on the feminist movement
in the 21st century. Methodology: A literature review was carried out to reconstruct the
debate on autonomy and institutionalism in Latin American feminism, from its socio-
historical coordinates to the last decades. Results: The analysis reveals that the current
discussions of the feminist movement in Latin America reflect similar tensions to those of the
1990s. Discussion: Historical tensions within the feminist movement condition the search for
social justice in the 21st century, highlighting the complexity of the debates around autonomy
and institutionality. Conclusions: The cleavage between autonomy and institutionality
remains blurred, delineating new contours in the feminist debate at different levels and
dimensions.
Keywords: Feminism, Movement Feminist, Cleavage; Autonomy; Institutionalization, Latin
American Feminism; Latin America; 21st century.
1. Introducción
Para comenzar, se considera al movimiento feminista como movimiento social, es decir,
como una articulación de actoras que comparten una subjetividad feminista y la situación
desigual que viven como mujeres o disidencias sexo-género en un régimen, sostenido en
explotación y diversas opresiones, que posee objetivos mínimos comunes articulados en una
agenda o pliego de reivindicaciones. Es decir:
El inicio de los feminismos es ese movimiento organizado, ese movimiento político y
social que surge cuando comienza la toma de conciencia colectiva de las mujeres de
todas las desigualdades que vivían en su tiempo. Un aspecto clave que se identifica
en los movimientos y es importante tener siempre en mente es que los feminismos
son un proyecto colectivo y emancipador (Araujo, 2023, p. 35).
El movimiento feminista como un movimiento de masas en el que yacen corrientes y
tendencias, coinciden en la lucha contra la opresión de género, es decir, es contrahegemónico
puesto que moviliza recursos en miras de lograr las reivindicaciones históricas de su agenda
en el que hay una conciencia sobre el lugar histórico de la(s) mujer(es) y las diversidades por
la búsqueda incansable de sociedades más justas.
Si bien el feminismo como línea de pensamiento crítico y rebelde, contrahegemónico y
contracultural busca desmontar la opresión y explotación como parte de la constitución de
un proyecto social que busca cambios estructurales, contiene en su marco corrientes o
tendencias que se han diversificado: institucional, liberal, socialista, de la igualdad, de la
diferencia, indígena, afrodescendiente, islámico, latinoamericano, entre otros (Carosio, 2009).
Es relevante destacar que las diferencias no están dadas por el mero hecho de una
diferenciación identitaria, sino que por lecturas epistemológicas que llevan a comprender y
posicionarse desde lugares diferenciados respecto a las estructuras de poder al ser
consideradas como sostenedoras de relaciones de explotación, opresión o dominación.
América Latina y el Caribe no se ha encontrado fuera de dicha diversificación. Siendo un
campo amplio y fértil de discusión y organización feminista y de mujeres, con una
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diversidad de perspectivas y planteamientos, que han puesto en tensión los feminismos del
Norte global. Lo anterior, se ha dado relacionado al desarrollo de corrientes anticoloniales,
decoloniales o descoloniales, fundamentados en la crítica a la modernidad (occidental) que
no son exclusivas del feminismo, pero que algunos feminismos, como los comunitarios, han
incorporado y profundizado.
Cabe recordar que dicha crítica puede comprenderse desde los planteamientos de Walter
Mignolo (2005). Su tesis básica radica en que la modernidad es una narrativa europea que
tiene una cara oculta y más oscura: la colonialidad, constitutiva de la modernidad. No puede
existir modernidad sin colonialidad. Esta dimensión de las relaciones sociales ha permitido
la complejización del debate de los y entre los feminismos. Así, se pone en relieve la
necesidad de pensar situadamente los conflictos y, a su vez, en la interrelación de ellos
respecto al escenario mundial que para desenmarañar las relaciones de poder que despliega
el capitalismo y sus formas de opresión.
Así en el caso latinoamericano, durante los procesos de transición democráticas y
capitalistas, se observan quiebres importantes, como lo fue el clivaje entre feminismo
autónomo e institucional durante la década de los 90’. Este clivaje se caracterizó por la
tensión entre el ingreso del movimiento al aparataje institucional y su incorporación a las
agendas políticas de occidente mediante la cooperación internacional y la emergentes ONG.
Asimismo, a partir de lo indicado, se asume que el feminismo latinoamericano y caribeño, se
ha caracterizado por ser un movimiento heterogéneo, diverso y con visiones que muchas
veces se contraponen. Esto se ha expresado en su historia en tensiones respecto a las
concepciones del poder y las estrategias respecto a la búsqueda de las transformaciones
sociales que pueden ser más o menos radicales, como ocurrió con el clivaje entre feminismo
institucional y autónomo. Esto logra ser de gran importancia para adentrarnos a nuevas
miradas o concepciones respecto al desarrollo del feminismo en pleno siglo XXI.
En este sentido, se observa como el movimiento feminista está constituido y le recorren
feminismos diversos, diferenciados e inclusive contrapuestos en sus posiciones,
reivindicaciones y definiciones del quehacer, convirtiéndolo en un movimiento en disputa
constante. Con ello, la diversificación se torna un prisma singular desde donde analizar y ver
el mundo (Montero, 2006). Esto implica mirar siempre la situación de las mujeres en
particular o desde otro prisma, ampliar y dotar de totalidad la comprensión de las relaciones
sociales generales, en las que la opresión de género es parte de un todo articulado.
De tal manera, el problema abordado radica en las complejidades subyacentes en el clivaje
autonomía/institucionalidad del feminismo Latinoamericano y Caribeño y sus posibles
evocaciones actuales dentro del propio movimiento feminista. Así, el objetivo del presente
artículo es analizar una reconstrucción del clivaje autonomía e institucionalidad en América
Latina y el Caribe, para dar paso a la reflexión sobre las persistencias y nuevos contornos en
momentos de reemergencia del movimiento feminista en pleno siglo XXI.
Ahora bien, para la presente revisión y en el marco de la búsqueda por establecer la
localización de la tensión y los elementos del feminismo autónomo y el feminismo
institucional Latinoamericano y del Caribe; en primer lugar, se aborda la configuración del
movimiento feminista Latinoamericano y Caribeño para rastrear la existencia de diferencias
respecto a la institucionalidad vigente; esto da paso a un acercamiento más específico al
desarrollo de la problemática y diferencias en el contexto de las dictaduras cívico-militares y
las transiciones democráticas; para finalizar con el resurgir del feminismo en las últimas
décadas del siglo XXI comprendiendo los nuevos contornos y tensiones en el marco del
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clivaje autonomía/institucionalidad en la búsqueda de encontrar nuevas formas que superen
la lógicas del poder dominante.
2. Materiales
Los materiales utilizados para la revisión bibliográfica consideran una amplia gama de
fuentes primarias centradas en el clivaje autonomía/institucionalidad desarrollada en
América Latina y el Caribe. Así se desarrolla una búsqueda sistemática de fuentes
bibliográficas que recurren a la literatura y documentación existente de carácter escrito con
relación a la temática abordada. Dichos textos no se encuentran circunscritos a un país
específico, sino que intentan ofrecer una visión global del fenómeno.
La información se extrajo de libros y artículos que abordan los encuentros latinoamericanos y
caribeños y sus problemáticas subyacentes. Además, los textos seleccionados son de libre
acceso y descarga, disponibles tanto en plataformas feministas y activistas como desde-
elmargen.net, desinformémonos.org, iknowpolitics.org, y cotidianomujer.org, así como en
plataformas académicas como revistapuntogenero.uchile.cl, scielo.org, clacso.org, y
debatefeminista.cieg.unam.mx.
Se han identificado textos clave desarrollados por diversas teóricas que permiten
profundizar en el problema en cuestión. Entre ellas se encuentran Virginia Vargas, Marysa
Navarro, Claudia Korol, Lohana Berkins, Jules Falquet, Natalia Martinez, Francesca
Gargallo, Alejandra Restrepo, Ximena Bustamante, Julieta Kirkwood, Alejandra García,
Stephanie González, Natalia Llano, Marlise Matos y Clarisse Paradis.
También se analizó una declaración feminista autónoma desarrollada en el encuentro
feminista autónomo del año 2009. Los textos seleccionados se delimitan a partir del
contenido desarrollado y su problematización en torno al clivaje
autonomía/institucionalidad y los encuentros feministas realizados desde los años 80.
La elección de estas fuentes se basa en su relevancia y aporte al entendimiento del fenómeno
en estudio, permitiendo así una comprensión integral de las dinámicas de autonomía e
institucionalidad en el contexto latinoamericano y caribeño. Esta revisión bibliográfica no
solo ofrece una visión crítica del estado actual del conocimiento sobre el tema, sino que
también identifica lagunas y oportunidades para futuras investigaciones, contribuyendo de
manera significativa al campo de estudios feministas y de género.
3. Métodos
Según Vidal y Fukushima (2021), una revisión bibliográfica permite identificar los
conocimientos existentes sobre una temática, qué se ha investigado y qué aspectos aún
permanecen desconocidos. Por tanto, las revisiones juegan un papel crucial en la integración
de conocimientos nuevos y antiguos, así como en la contextualización de las lagunas de
conocimiento y sus posibles direcciones futuras. Cuestión crucial para construir nuevas
hipótesis y ampliar el conocimiento existente y con ello, construir un trasfondo conceptual
para investigación posteriores (Manterola et al, 2023).
Así la revisión desarrollada logra integrar diversas perspectivas que permiten comprender
de manera compleja y reflexiva el clivaje autonomía/institucionalidad en América Latina y el
Caribe, se realiza la inflexión en los procesos de conflicto y debate, las diversas posturas en
distintos momentos históricos. Así esta revisión reconoce una distinción entre finales del
siglo XX y principios del siglo XXI como dos contextos separados con características y
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trayectorias únicas dentro del clivaje autonomía e institucionalidad, aunque se reconoce
también la permeabilidad entre ambos períodos.
Para la elaboración de la revisión bibliográfica, se procedió a realizar una base de fuentes
primarias como artículos y libros de carácter académico como también de conocimiento
activista. La revisión se realizó en dos fases. La primera enfocada en búsqueda de artículos
en las plataformas feministas y activistas y la segunda, en plataformas académicas. La
selección de los artículos se desarrolló en base a una búsqueda sistemática de fuentes
bibliográficas que recurren a la literatura y documentación existente de carácter escrito con
relación al clivaje autonomía/institucionalidad.
Los términos claves de búsqueda fueron: autonomía feminista, institucionalidad, feminismo
latinoamericano, debate autonomía e institucionalidad. Es importante indicar que los textos
extraídos, no se encuentran circunscritos a un país específico, sino más bien se intenta tener
una visión global del fenómeno desarrollado en América Latina y el Caribe.
Como criterios de inclusión se tuvieron en cuenta: los documentos que abordaran la temática
central de clivaje autonomía/institucionalidad, que se enmarcara en el contexto
latinoamericano y caribeño, que se encontrar desarrollados desde los primeros encuentros
feministas latinoamericanos y caribeños. Como criterios de exclusión: documentos que no se
relacionaran con la temática abordada, que fueran anteriores a las épocas del clivaje
autonomía/institucionalidad, documentos que estuvieran en lengua no hispana.
Ahora bien, la revisión se estructura en dos apartados claves, el primero denominado; clivaje
autonomía e institucionalidad en Latinoamérica y el Caribe y el segundo, el resurgimiento
del movimiento feminista en América Latina en las últimas décadas del siglo XXI. El primero
presenta el contexto desarrollado en torno al clivaje y su producción, y el segundo da cuenta
de las contradicciones, conflicto y nuevos contornos que se ha presentado en pleno siglo XXI.
Se culmina con algunas experiencias importantes que logran dar cuenta pugna aún existe,
pero con nuevos matices y apuestas.
4. Resultados-discusión
La presentación de resultados y discusión se desarrolla en dos niveles o dimensiones; el
primero, en la presentación de los elementos claves en el desarrollo del clivaje autonomía-
institucionalidad gestado durante los 90’ y el contexto histórico en el que se enmarca. Aquí se
analizan los factores socio-políticos que influyeron en la configuración de dicho clivaje,
considerando tanto el marco global como regional que propició estas dinámicas. Además, se
examinan las principales teorías y debates que surgieron durante esta década en torno a la
autonomía y la institucionalidad, así como sus impactos en las políticas públicas y los
movimientos sociales de la época.
El segundo nivel tiene relación al resurgimiento del movimiento feminista en el siglo XXI y
sus posibles relecturas desde el clivaje mencionado. Se abordan las nuevas formas de
organización y movilización feminista que han emergido en las últimas dos décadas,
explorando cómo estas nuevas corrientes interpretan y se posicionan frente al clivaje
autonomía-institucionalidad. También se consideran ciertas acciones que han facilitado la
difusión de ideas y la coordinación a nivel global, y cómo estos avances han influido en la
revitalización del movimiento feminista. Asimismo, se analizan casos específicos de
movilizaciones y campañas recientes, proporcionando ejemplos concretos de cómo el clivaje
autonomía-institucionalidad sigue siendo relevante en la actualidad y cómo se manifiesta en
diferentes contextos y luchas feministas contemporáneas.
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4.1. Clivaje autonomía e institucionalidad en Latinoamérica y el Caribe
Durante los años 80’ en Latinoamérica y el Caribe se dieron inicio a los llamados Encuentros
de Feministas de Latinoamérica y el Caribe (EFLAC). Si bien los temas
1
son amplios, estos
pueden vincularse directamente al contexto militarizado de la región. Es de consideración
que desde ese momento se presentan ya las tensiones respecto a las feministas de izquierdas
y las que reivindicaban la plena autonomía de organizaciones masculinas (Gargallo, 2006).
Hay que recordar que el movimiento feminista y de mujeres, las diferenciaciones confluyen
en esfuerzos nacionales e internacionales. A nivel de Latinoamérica y del Caribe, se
desarrolla el primer encuentro en Bogotá en 1981, caracterizado por ser:
Un sitio de concurrencia del movimiento en sus diversas manifestaciones, pensado en
sus inicios para dar lugar a diversos debates, posturas políticas, rupturas y
continuidades, anidados en el compartir de experiencias regionales con el propósito
de dar lugar a agendas comunes para la acción en Latinoamérica y el Caribe.
(Restrepo y Bustamante, 2009, p. 3, en Morales et al., 2019).
Si el Primer Encuentro que se dio en Bogotá estuvo marcado por el tiempo de la
“recuperación del espacio” para las mujeres, en un tipo de acción de orden y recomienzo, el
segundo realizado en Lima estuvo presente el turno de transformarlo en acto, algo creado
que adquiere vida propia, como momento de reestructuración y, por ende, de los nudos
2
(Kirkwood, 2019). Posterior al I EFLAC, comenzaron a generarse desconfianzas y
diferenciaciones estratégicas sobre la articulación del sujeto del feminismo, con acusaciones
cruzadas, sobre si se enarbolaba o no una mirada desde el proletariado, si se negaba o no a la
mujer popular en la vida cotidiana, y por supuesto, en el plano del contexto político el
problema del poder, cuestiones que fueron fundamentales para los contornos que definieron
y constituyeron los antagonismos entre autónomas e institucionales (Kirkwood, 2019).
Entre el V EFLAC en 1990, el VI en 1993 y finalmente el VII de 1996, el debate entre
autonomía se genera en términos más álgidos, las acciones y propuesta de resistencia de
agrupaciones y colectivos para no ceder su independencia a las agendas políticas al servicio
de las ONG y agencias de cooperación, se concentra finalmente en el debate autonomía
versus institucionalización del movimiento (Morales et al., 2019). El último evento, el VII
Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe (EFLAC) desarrollado en Cartagena de
Chile, es cuando un grupo de feministas chilenas y mexicanas presentes en el VI EFLAC
desarrollado en el Salvador, rechazan el rumbo tomado por el feminismo institucional. Este
rechazo se fundamenta en el llamado feminismo institucional que no habría criticado la
política económica mundial, ni habría cuestionado la procedencia de los fondos de las ONG:
las ONG feministas, cada vez más especializadas, avanzaron en la introducción de los
temas relacionados con el género en distintos programas, mientras que relativizaron
en parte su función de crítica, presión y transformación del Estado. Las ONG
1
Dentro de las preguntas, objetivos y propósitos de los encuentros destacan en Bogotá, 1982; el cómo avanzar en
el proceso y organización, y liberalización de la mujer; y en Lima 1983, la experiencia de las latinoamericanas en el
exilio por los autoritarismos y dictaduras, y la violencia sexual contra las mujeres como instrumento del
patriarcado (Morales et al., 2019).
2
Por los nudos feministas, Julieta Kirkwood (1986, p. 212-213), hace referencia a la manera en que se va formando
la política feminista, las dinámicas de encuentros, desencuentros, enlaces, despliegues, entre todos movimientos
de la dirección de esta conformación, es decir, de la dinámica propia como parte de un movimiento vivo que
incluye sus conflictos.
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comenzaron a tener un papel importante en el fortalecimiento de las políticas
sociales, mientras que el Estado experimentó un vaciamiento de su función social.
(Matos y Paradis, 2012, p. 97).
Para el Encuentro Nacional Feminista de Chile organizado en 1995, se identificaron y
diferenciaron las dinámicas autónomas e institucionales al interior del movimiento
(Martínez, 2012), anteriormente ya se habría consolidado el ‘Movimiento Feminista
Autónomo 1994’ y entre sus acciones se encontró la cita a una marcha paralela para la
conmemoración del 8 de marzo con la consigna “esta democracia es una desgracia” (Ríos et
al., 2003). De este modo, para el EFLAC VII, la organización, entre otras cosas, define que el
encuentro se hará desde la autonomía, lo que conllevó que "las instituciones
(gubernamentales y no gubernamentales) no tendrían ninguna injerencia en las definiciones
políticas del Encuentro, carácter o perfil de este, ni en los contenidos, ni en la metodología, ni
en la administración financiera del evento mismo" (Comisión Organizadora VII Encuentro
1996, p. 84 en Ríos et al., 2003).
Este encuentro buscaba ser un espacio de discusión, como se expresa en una carta previa al
VII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe para 1996, enunció que dado los
nuevos contextos de procesos de transición o consolidación democrática, habrían cambiado
las formas de existencias, de lógicas, de dinámicas, levantaron nuevos énfasis como la
modificación de una postura antiestatista, hacia una crítica-negociadora en relación al
Estados y espacios formales internacionales, lo que llevó un cambio en la autonomía
defensiva de confrontación (Vargas, 1998). Este encuentro buscaba ser un espacio de
discusión, como se expresa en una carta previa. Las tensiones nombradas se vinculan con lo
siguiente:
1. El financiamiento, el rol que ocuparon las ONG en la visibilización de la
subordinación femenina que, si bien fue importante, dio paso a un mercado de
ofertas para conseguir dinero para proyectos, que trajeron entre sus dificultades,
el acceso desigual a los recursos, el riesgo de debilitar la autonomía, la
competencia interna y, por ende, el debilitamiento de la solidaridad feminista.
(Vargas, 1998, p. 18-19).
2. La representación en los espacios de la democracia representativa, que es mínima
a pesar del rol en la sociedad, y es un nudo importante en tanto reconocer y dar
legitimidad a aquellas que tienen mayor acceso a instancias públicas, pero sobre
todo en un movimiento que es diverso. (Vargas, 1998, p. 20-23).
3. Lo específico y lo general: La interacción de las diferentes vertientes, los
diferentes espacios de acción y temas de reflexión. Una variable de esta tensión
está dada entre las redes y el conjunto del movimiento, remite a las políticas de
identidades y diferencias versus la universidad en clave feminista. (Vargas, 1988,
p. 23).
4. Negociaciones y alianzas, oposición entre reformismo/radicalismo, expresado en
actuaciones del movimiento como en la sociedad civil y el Estado. Se requiere
acuerdos mínimos o máximos por las múltiples formas de poder, en los espacios y
relaciones a las que se enfrentan. (Vargas, 1998, p. 25-26).
5. Lo internacional, se creó a nivel nacional y regional creativas formas de
articulación, nuevamente las redes son importantes, en que hay que considerar
8
los procesos de globalización y la necesidad de enriquecer una visión de
solidaridad internacional. (Vargas, 1998, p. 27-28).
6. El nudo de la diversidad es antiguo, pero uno de los más tenaces y complejo. La
diferencia y diversidad acercan a las desigualdades entre mujeres, acercando a
una mirada sobre el género más compleja, en perspectiva articuladora y no
excluyente. (Vargas, 1998, p. 29).
A pesar de algunos esfuerzos por debatir estas tensiones, se produjo un quiebre en el
movimiento feminista y en lo que se había articulado desde las décadas de resistencia. Esto
se manifestó claramente en el VII EFLAC. Las diferencias expuestas también se reflejaron en
las decisiones sobre la vinculación con la Conferencia Mundial del Año Internacional de la
Mujer de 1975. Más allá de su organización, es importante destacar que el Plan de Acción
Mundial el Decenio de la Mujer entre 1975 y 1985 siempre tuvo una perspectiva de
desarrollo de las mujeres mediante una invitación implícita a la integración en el sistema
hegemónico a través de sus planes y programas.
Sin embargo, incluso antes de que se realizara la conferencia y a pesar de las solicitudes de
colaboración del gobierno anfitrión, el gobierno mexicano, la mayoría de las feministas
acordaron organizar un congreso alternativo. De tal manera, rechazaron las metas
propuestas por las Naciones Unidas debido a su carácter capitalista y patriarcal (Zapata,
2002).
Este congreso alternativo fue una clara demostración de oposición, resistencia y capacidad
de organización autónoma del movimiento feminista latinoamericano y caribeño. Las
feministas que propiciaron y participaron en este evento alternativo buscaban construir un
espacio de discusión y acción que no estuviera subordinado a las agendas políticas y
económicas de los estados y las instituciones internacionales. En este sentido, el congreso
representó no solo una oposición a las políticas de la ONU, sino también una afirmación de
la autodeterminación y la autonomía del movimiento feminista en la región frente al orden
sistémico.
La organización de este evento alternativo también reflejó una profunda crítica al modelo de
desarrollo propuesto por las Naciones Unidas, que muchas feministas autónomas
consideraban insuficiente para abordar las raíces estructurales de la opresión de género. Esto
fue un punto de inflexión importante, pues en lugar de buscar una integración en el sistema
hegemónico, las feministas abogaban por un cambio radical que transformara las relaciones
de poder en todos los niveles de la sociedad. Esta postura crítica y transformadora sigue
siendo un legado importante de este proceso de clivaje.
Los encuentros posteriores de la Organización de Naciones Unidas tampoco contaron con el
apoyo de un sector importante del movimiento feminista, que se contrapone a la satisfacción
de la Comisión Organizadora del EFLAC de 1996, lo que expresaba el avecinamiento del
quiebre que está configurado por cuestiones de carácter estratégico y de compromisos con
los procesos sociales que se vivían en la región.
Por lo tanto, el movimiento feminista regional y su esfuerzo por articularse con una agenda
común comenzaba la década quebrada. En un contexto donde la mayor parte de las
expresiones de los movimientos populares se encontraban en una situación de incertidumbre
ante la instalación de nuevas fórmulas económicas y de disciplina capitalista, para el
movimiento feminista la situación no fue menos compleja. Ese proceso, que vino de la mano
9
de la democratización, para algunas feministas, significó una apertura institucional, luego de
su participación de ellas en los movimientos de oposición, se facilitó su inserción a la vida
política, dado los compromisos internacionales de los gobiernos y la búsqueda por la
generación de políticas públicas (Navarro, 1998). De tal manera, observaron una
oportunidad de incidencia bajo la perspectiva de la “equidad de género” en la elaboración de
sus planes y programa, aunque en la mayoría de los casos el telón de fondo continuaba con
su tenor conservador dada la hegemonía política en los diversos países y la disminución de
fuerza disruptiva y articulada del movimiento feminista.
En síntesis, la comprensión de la autonomía se puede encontrar en el texto denominado Una
declaración feminista autónoma, el desafío de hacer comunidad en la casa de las diferencias,
del Encuentro Feminista Autónomo de marzo del 2009 realizado en México, en el que se
estableció que: “La autonomía no se alimenta de dogmas ni mandatos, porque ella escapa a
toda regulación y a todo intento de sustraernos de nuestra singularidad y responsabilidad
como sujetas históricas comprometidas con otras formas de hacer y de estar en lo íntimo, lo
privado y lo público.”(Feministas autónomas, 2010, p.1). Por otra parte, las feministas de
“doble militancia” de partidos parlamentarios o legales, pasaron a integrar en su generalidad
procesos institucionales como espacios de disputa de la arena política y de recursos para el
avance de su agenda, o mediante ONG que se especializaban en temáticas de género.
4.2. El resurgimiento del movimiento feminista en América Latina durante el siglo XXI
En América Latina y el Caribe, pero principalmente en América del sur desde el 2015 el
movimiento feminista comienza a reconfigurarse en términos de masivas disrupciones en la
escena y arena pública. Además, existe una relación íntima en estas disrupciones con otras
disputas como las ecologistas, antirracistas, por los derechos de las diversidades sexo
género, en que las y les participantes se posicionan desde el feminismo con una agenda
internacional e integrando en una acción recíproca otras demandas en la perspectiva de
buscar transformaciones estructurales.
Así mismo, podemos encontrar militantes de partidos legales, de organizaciones sociales
mixtas, independientes y autónomas, estas diferencias responden a corrientes que se han
diversificado, y profundizado, al alero de las lecturas sobre los elementos señalados
anteriormente. La existencia de una agenda mínima, internacional e integradora, expresada
en la estrategia de “La Huelga General Feminista o Paro de Mujeres 8M” es expresión de una
dimensión disruptiva y con capacidad internacionalista en la construcción de un relato
situado pero, a su vez, global. La huelga o el paro se localiza, como históricamente lo ha
sido, en una herramienta que nos pone en condición de sujetos políticos, como ejercicio de
sustracción y sabotaje masivo, forma que permite albergar múltiples realidades (Gago, 2019).
Además, este ejercicio que demanda creación política se radicaliza en tanto el movimiento
feminista contiene en su potencia la radicalidad de transformación.
Ahora bien, a pesar de las diversas tendencias o corrientes que se hacen correlativas entre sí,
se superponen o se contraponen, en el resurgir en las últimas décadas se han fraguado, entre
las principales reivindicaciones que han dado cuerpo y cohesión a este momento del
feminismo, la lucha contra la violencia machista y patriarcal, el fenómeno de “NiUnaMenos”
y “VivasNosQueremos” (#MeToo, #EleNAo). La situación creciente de los femicidios,
reactiva, mediante la consigna, una multiplicidad de esfuerzos que se dieron en cada país.
Los movimientos comienzan a articularse y a parecer disruptivamente en la escena pública,
con la centralidad de la lucha contra la violencia por su trayectoria histórica dentro del
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movimiento feminista, desde la historia reciente contra las dictaduras y, actualmente, las
condiciones de recrudecimiento del neoliberalismo avanzado y la crisis de la reproducción
social (Follegatti y Ferretti, 2020).
Hay que considerar que las estudiantes jugaron un rol fundamental en el movimiento
feminista: el ingreso masivo sostenido a las casas de estudios y el desarrollo de la conciencia
feminista permitieron el despliegue de la agencia, con capacidad de elaborar denuncias
contra la educación sexista y la violencia sexual dentro de los establecimientos en varios
países de la región. Proceso en que destacó el caso chileno con lo que se conoció como el
Mayo Feminista el año 2018, en que estudiantes se tomaron u ocuparon las casas de estudios,
con generación de espacios feministas como asambleas o secretarías de género, por lo que,
instalan el problema de la violencia educativa en el debate público. Pero además relevan la
importancia de autonomía e independencia frente a la institucionalidad y partidos políticos.
Cuestión que nos devuelve al intensa actividad y debate feminista autónomo de los 90’,
respecto a la relevancia de la autonomía y el cuestionamiento al orden imperante, pero
además la forma de redes feministas sólidas y articuladas, que continúan siendo una fuerza
importante en la lucha por la justicia de género en la región. La experiencia acumulada en
aquellos años de resistencia y organización ha fortalecido a las feministas contemporáneas,
que siguen enfrentando desafíos similares con creatividad y determinación.
En cuanto al carácter heterogéneo y diverso del movimiento feminista, sus los elementos y
reivindicaciones se encuentran en disputa en su interior, los que pueden diferir en el método
de obtención y forma de ejercer un derecho, por ejemplo, desde el feminismo más
institucional o que pelea reivindicaciones hacia el Estado, las reivindicaciones por el derecho
al aborto son una demanda que por un parte esperan ser objeto de respuestas de políticas
públicas como derecho garantizado y provisto por él, pero desde otra esfera de resistencias
que conllevan estrategias de supervivencias comunitarias, lo que se superpone en el caso del
aborto, es la necesidad de contar con las redes de acompañamiento en los casos de aborto, en
los que muchas veces más que intervención estatal, se exige libertad de acción. Por lo que, en
el movimiento feminista y sus corrientes tienen perspectivas que se disputan y articulan por
la ley y, al mismo tiempo, redes autónomas que buscan la autonomía política.
Es clave indicar que los feminismos han proliferado, lo que abrió los debates en sus miradas,
y en ello, feminismos marxistas y críticos, como feminismos plurinacionales denuncian y en
su acción desnudan lo que llaman el carácter “heteropatriarcal, capitalista y colonial”, con
una llegada al feminismo habilitada al comprender el dolor que “nos toca” y el cómo se
entrelazan fuertemente muchas de las violencias vividas, en que se tiene como característica
los feminismos populares, comunitarios, antirracistas, plurinacionales, el tejido colectivo de
las palabras, ser de esa manera muchos hilos (Korol, 2019).
Así mismo el antiguo debate sobre el sexo-género se toma la escena del debate desde mujeres
travestis, disidentes y cuerpos plurales en contra de tendencias transfóbicas de mujeres
biologicistas; de esta manera, se establece que la lucha y revolución feminista no depende de
la biología, que habitar distintas corporalidades y elecciones sexuales es parte de la lucha
antipatriarcal y feminista, desde los feminismos plurinacionales se interactúa con
identidades culturales, de los pueblos, la tierra, naturaleza y cosmovisiones (Berkins et al.,
2019).
Las agendas siguen en discusión, pero dentro de una proliferación de espacios, donde los
encuentros son tangenciales, la unidad no es la vocación. Por ejemplo, el Encuentro de
feministas autónomas, el Encuentro de Feministas Latinoamericanas y el Caribe (EFLAC), las
11
mujeres zapatistas desde Chiapas han convocan a encuentros de Mujeres que Luchan, el
Encuentro plurinacional de mujeres y disidencias en Argentinas que sirve como espacio de
encuentro para diversas corrientes de la región, el Encuentro Mundial de las Mujeres que
tiene un carácter internacional y regional, el Encuentro Internacional de Feminismos
Comunitarios Campesinos y Populares en Abya Yala, entre otros, en los que se reúnen a
miles mujeres de diversas partes del mundo desarrollando agendas que pueden tener los
mismos tópicos, pero con diversos abordajes, ntesis y planes de lucha. Así mismo, la
Organización de Naciones Unidad y los estados miembros tienen su agenda, la que suele ser
llevada por ONU Mujeres.
Los debates, formas de organización y acciones, dan cuenta de que persisten diversas
estrategias pero que, al parecer, tienen puntos de permeabilidad cuando se disponen a la
disputa político social por el poder.
Así el clivaje autonomía e institucionalidad refleja ciertas tensiones propias del movimiento.
Por un lado, se ha observado que la autonomía surge dentro de cierto proceso histórico
determinado, como una apuesta crucial para sostener la independencia y la capacidad crítica
y reflexiva del movimiento, en cuestionamiento permanente hacia las lógicas capitalista,
patriarcales y coloniales del sistema dominante. Así su emergencia se debe a procesos
complejos dados a partir del contexto Latinoamericano y Caribeño, vinculado con formas
que intentaban ir más allá de las lógicas instituidas del poder. Esta expresión, también se
visualiza en la actualidad, adoptando nuevas dimensiones complejas y heterogéneas. Por
otro lado, la institucionalización ha sido un mecanismo utilizado como una forma de llegar a
espacios de participación política y toma de decisiones dentro de dicho campo que han
implicado ciertas transformaciones concretas en la vida de las mujeres, sin embargo, posee
límites claros evidenciados por el feminismo autónomo que implican tensiones subyacentes a
raíz de esta apuesta estratégica.
Por ello, el feminismo y activistas feministas han ido adoptado estrategias híbridas que han
combinado tanto autonomía como la participación institucional. Estas estrategias y
búsquedas adoptan mixturas complejas al momento de responder a demandas y coyunturas
políticas, gestando tensiones y conflictos permanentes, en la búsqueda de formas de mundo
que logren superar las lógicas de dominio del poder.
5. Conclusiones
Durante el período de las dictaduras cívico-militares, proliferaron las acciones de solidaridad
y las búsquedas de articulación, constituidas por esfuerzos mancomunados en los que la
vida se encontraba en riesgo. Estas dinámicas perduraron hasta las fricciones que llevaron al
quiebre del movimiento en el Encuentro de Feministas de Latinoamérica y el Caribe de 1996.
Estos quiebres, que ocurrieron principalmente en el marco de las transiciones democráticas y
capitalistas, así como de los intentos de instauración neoliberal en la región, no sólo
impactaron al feminismo, sino que también pusieron en jaque a otros movimientos y
organizaciones debido a las consecuencias y costos de la resistencia y las nuevas
oportunidades institucionales.
A pesar de los nuevos desafíos, la resiliencia de los movimientos sociales permitió la
continuidad de muchas luchas. Las feministas se reorganizaron y buscaron nuevas formas de
colaboración y solidaridad, adaptándose a los cambios políticos y económicos. Las nuevas
generaciones heredaron un legado de resistencia y creatividad, lo que les permitió enfrentar
los retos contemporáneos con mayor preparación. La historia de dicho movimiento, muestra
cómo la adversidad puede fortalecer el compromiso y la determinación de quienes luchan
12
por la justicia social. Las experiencias compartidas y las lecciones aprendidas siguen siendo
una fuente de inspiración y guía para los feminismos actuales.
Ahora bien, en este contexto, algunas cuestiones relevantes a destacar del proceso observado
del clivaje autonomía/institucionalidad y sus diversas formas de expresión, son los
aprendizajes adosados a cada momento y sus implicancias en el siglo XXI. Así desde la
década del 2000 las Feministas autónomas proponen críticas al concepto género y al modelo
de desarrollo neoliberal con sus cooperaciones internacionales, lo anterior han sido aportes
decisivos para el feminismo y lesbianismo feminista del Sur (Falquet, 2014).
Esto evidencia el compromiso del feminismo autónomo con los feminismos
contrahegemónicos de estos territorios. Lo anterior, se ve plasmado, por ejemplo, en un
diálogo desarrollado en una revista que el 2005 reunió artículos de feministas y lesbianas
feministas, principalmente afros e indígenas que, aunque no hacían necesariamente parte del
feminismo autónomo, compartían el compromiso de las luchas, lo que ha conllevado
alianzas estratégicas como las logradas con el feminismo comunitario. Esto es relevante, pues
da cuenta de la articulación y solidaridad gestada desde la crítica sistémica, y la necesidad de
un puente entre movimientos y activismos feministas en momento histórico particular.
Por otra parte, se puede observar que las feministas institucionales fueron denominadas así
por las feministas autónomas y que, para observar su desarrollo, hay que dar cuenta que las
feministas institucionales suelen tener características y posiciones vinculadas al feminismo
liberal, al menos en los países donde la hegemonía es capitalista y están caracterizadas por la
militancia en partidos o la acción política desde las instituciones gubernamentales y supra
gubernamentales. Además, existen instancias u organismos vinculados a las instituciones
que generan encuentros o financian a otros como el EFLAC. Así mismo, el rol de las ONG se
torna más confuso, ya que, no siempre son instancias de cooperación neoliberal como fue
concebido en su nesis y muchas de ellas se han convertido en instrumentos para los
movimientos sociales, aportando con orientación o financiamiento para el activismo
independiente, encontrándolas en un limbo respecto a su localización.
Entre los feminismos que no son liberales, y apuestan a proyectos emancipadores
contrahegemónicos en la región, debemos reconocer su componente anticapitalista y
popular, con la presencia de diversidades de orígenes en que mujeres organizadas instalan
un conjunto de elementos que “en muchas experiencias de participación política
emancipatorias quedaban por fuera o en los bordes, temáticas tales como las sexualidades,
los feminismos, la colonialidad y los géneros, los cuerpos, los cuidados, la vida cotidiana, las
violencias, etc.” (Longo, 2019, p. 189).
También se encuentra la militancia en partidos u organizaciones mixtas que no son legales
(ni ilegales), lo que plantea algunas preguntas: ¿forman parte de una autonomía mixta o son
independientes como una posición diferenciada? ¿Al tener una estructura partidaria, serían
feministas institucionales, aunque sus acciones estén fuera de la institucionalidad?
Forstenzer (2019) argumenta que es crucial considerar la existencia de feministas que no se
identifican ni como institucionales ni como autónomas, sino que militan en colectivos no
institucionales.
Estas feministas no se sienten comprometidas con la confrontación institucional ni rechazan
por completo trabajar con entidades públicas. Practican su autonomía al mantenerse
independientes de instituciones públicas, partidos políticos y otras corrientes del feminismo.
13
No obstante, el péndulo tiene un movimiento entre dos posiciones que hasta ahora han
complejizado sus vínculos y desarrollos, pero no deja de tener en su centralidad los
problemas han enfrentado autónomas e institucionales.
En definitiva, el movimiento feminista actual, es expresión de una diversidad de actoras en
proceso de subjetivación feminista mediante las luchas concretas a las que se enfrentan de
manera cotidiana, en la urbe, en los centros de estudios, en los hogares, en los trabajos
asalariados, trabajos informales, en los espacios rurales, en las comunidades indígenas. En
que la tensión de la autonomía y la institucionalización cruzan a las mujeres que se
encuentran en esos distintos momentos del desarrollo de la vida.
De tal manera, a lo largo de la presente revisión, se logró observar que autonomía e
institucionalidad ramifican sus relaciones con la emergencia de nuevas elaboraciones,
organizaciones y formas de acción política, pero con vigente existencia. A partir de lo
revisado, la reconstrucción del clivaje autonomía e institucionalidad dentro del contexto del
movimiento feminista revela una dinámica compleja y multifacética. Las persistencias,
tensiones y conflictos emanados a través de las últimas décadas, no deja de operar dentro de
un capitalismo global, representando nuevos desafíos para el propio movimiento, así su
reemergencia en pleno siglo XXI, con su diversidad de enfoques y estrategia, subraya la
necesidad de una reflexión conjunta y continua, que logre enfrentar las realidades
persistentes y cambiantes de tanto de la región como también a nivel global.
Finalmente, se realizó un ejercicio sucinto de pasajes del movimiento feminista y los
feminismos, con sus elementos teóricos y contextuales, situado en América latina y el Caribe,
dando cuenta de que en todo momento hay elementos de la tensión permanente entre
autonomía versus la institucionalidad en el feminismo, sin embargo, emergen nuevos
contornos y facetas, demostrando la adaptabilidad y evolución constante del movimiento.
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CONTRIBUCIONES DE AUTORES/AS, FINANCIACIÓN Y
AGRADECIMIENTOS
Financiación: Este artículo se encuentra enmarcado en el desarrollo de la tesis doctoral del
programa de Estudios Americanos de la Universidad de Santiago de Chile. El título la tesis
en cursos es “’Ser Políticas’, independencia y partidos políticos: La potencia del movimiento
feminista en los procesos constituyentes de Bolivia (2004-2009) y Chile (2019-2022). Gracias
al financiamiento la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo mediante la Beca de
Doctorado Nacional. Además, en particular, la participación el Congreso y elaboración de
este artículo en CUICIID, cuenta con el apoyo de la Universidad de Santiago de Chile con la
Beca de Apoyo a la Investigación año 2024.
Agradecimientos: El presente texto nace en el marco del desarrollo de la tesis doctoral, del
programa doctoral Estudios Americanos de la Universidad de Santiago de Chile. El título la
tesis en cursos es “’Ser Políticas’, independencia y partidos políticos: La potencia del
movimiento feminista en los procesos constituyentes de Bolivia (2004-2009) y Chile (2019-
2022). Se agradece en particular a la Vicerrectoría de la Universidad de Santiago de Chile por
su apoyo en el proceso formativo y financiero para efectuar el presente producto.
AUTORA:
Jessica Legua Valenzuela
Universidad Santiago de Chile, Chile.
Doctora en Estudios Americanos especialidad Estudios Sociales y Políticos de la Universidad
de Santiago de Chile. Magíster en Estudios Políticos y Sociales, Universidad Alberto Hurtado.
Administradora Pública con Mención en Ciencia Política, Universidad de Concepción.
Participante del Núcleo Interuniversitario Multidisciplinar Individuo Lazo Social y asimetrías
de Poder de la Universidad de Santiago de Chile y la Universidad Diego Portales desde el año
2023. Docente colaboradora en educación superior en ciencias sociales y administrativas. Sus
ámbitos de investigación radican principalmente en dimensiones de los movimientos y
actorías sociales con particular énfasis en feminismo.
jessica.legua@usach.cl
Orcid ID: https://orcid.org/0000-0001-9672-4908
ResearchGate: https://www.researchgate.net/profile/Jessica-Legua
Academia.edu: https://usach.academia.edu/JessicaLeguaValenzuela
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El presente ensayo trata sobre el feminismo o los feminismos como teoría política y movimiento social, a veces reflexionando, a veces en la calle. Y también como una forma de habitar el mundo para muchas mujeres que han luchado por el reconocimiento de los derechos que se tienen en el presente y que inspiran a continuar en la búsqueda de su identidad, la reivindicación de su papel en la sociedad y lograr una igualdad real. Además, el objetivo es argumentar que los feminismos han tenido éxito porque han mejorado todas las sociedades en las que se han implantado, procurando un mundo más justo y sostenible donde nadie se quede atrás. Se revisa brevemente una aproximación conceptual de los feminismos, tomando una postura sobre la categoría; se hace referencia a los momentos ineludibles de las olas de los feminismos y a los desafíos actuales que aún existen.
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The expansion and consolidation of evidence-based clinical practice has led, among other things, to the need to carry out an increasing variety of types of literature reviews, which allows advancing in knowledge and understanding the breadth of research on a topic of interest. However, the diversity of the terminology used generates confusion of terms and concepts. The aim of this manuscript was to provide a list of the most frequently used review types with their characteristics and some examples. Qualitative review. PubMed, WoS and Scopus databases were examined in a directed way, searching for terms associated with types of reviews and syntheses of the scientific literature. Twenty-one types of review, and 29 variants and associated synonymies were found; those that illustrate the processes of each of them. An overview of the characteristics of each is given, along with perceived strengths and weaknesses. However, it was verified that only some types of review have their own explicit methodologies. This approach, provides a point of reference for those who perform or interpret reviews in the health field and suggests two classification proposals.
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Una Una declaración feminista autónoma. El desafío de hacer comunidad en la casa de las diferencias
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El artículo ofrece una lectura sobre la emergencia feminista contemporánea en América Latina. La hipótesis que se plantea es que los feminismos actuales en el continente se aglutinan en torno al tema de la violencia contra las mujeres y cuerpos feminizados. Esta centralidad de la violencia se debería, por una parte, a la importancia de la trayectoria histórica que ha tenido esta temática en la historia reciente vinculada a las dictaduras y procesos autoritarios, y, por otra, a las condiciones de recrudecimiento de la violencia contra las mujeres y cuerpos feminizados en un escenario de neoliberalismo avanzado y crisis de la reproducción social. Se recorre el tratamiento que el movimiento feminista ha dado a la problemática de la violencia contra las mujeres y cuerpos feminizados tanto en su sentido específico como en sus dimensiones estructurales, destacando el rol articulador a nivel histórico y contemporáneo. Además, se aborda la reflexión sobre la violencia en clave estructural y el problema de la reproducción social en un contexto de crisis de los cuidados y de luchas y conflictos asociados a estas dimensiones de la vida social. En la conclusión se plantean perspectivas críticas y aperturas que presenta el movimiento en la actualidad.
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I present in the article an interpretation, among other possible ones, of twenty years of history of the “autonomous” trend of Latin American and Caribbean feminism. Based on my participation in various groups and events as well as in their publications, I try to make visible this little known and often demonized counterhegemonic thought. It will be seen that Latin American and Caribbean autonomous women, in their diversity, have made decisive contributions to feminism and transnational lesbianism from the South. They propose, among other ideas, a very strong critique of the concept of gender and the model of neoliberal “development” imposed by the international cooperation; new lights on the interweaving of the social relations of gender, class and “race”; and they are pioneers in the decolonial thinking. I also tackle the conditions for making possible the development of this “radical” thought: collective production of reflection, linkage to political practice in various social movements and personal social position of the female activists-theoriticians.
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En el presente artículo analizamos uno de los dilemas que parecen haber atravesado a las prácticas feministas de toda la región, y que se condensó en la década del noventa aunque tuvo sus antecedentes en las décadas previas y repercusiones hasta el día de hoy: se trata de la controversia suscitada entre las autodenominadas “autónomas” y las reconocidas como “institucionalizadas”. En un primer momento intentamos rastrear el contexto de emergencia de las principales intervenciones de este debate que fueron difundidas en el marco del VII Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe. Luego, procuramos ubicar esos textos en sus contextos intelectuales e ideológicos para comprender los sentidos que se fueron asignando a nociones como “autonomía”, “poder”, “política”, y “representación”, entre otras. A partir de ese recorrido, se identifican los principales malestares que amplios sectores del feminismo latinoamericano fueron reconociendo tras la ONGización del movimiento en la región. Por último, inspiradas en la obra de Judith Butler y Ernesto Laclau, entre otras/os autoras/es, el artículo se cierra con algunas reflexiones sobre las diversas y contradictorias maneras en las que ha operado el deseo de Estado así como la “utopía de la autonomía” en el movimiento feminista latinoamericano, con el interés de identificar sus posibilidades y limitaciones en la constitución del horizonte político de los feminismos en la región.
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Este artículo propone un análisis del feminismo en Chile en los años 2000 y plantea la existencia de tres ramas distintas de feminismo en el Chile post-dictatorial. La diferenciación de estas corrientes, más allá de lo meramente táctico o estratégico, ha implicado posiciones políticas divergentes en estrecho vínculo con la institucionalización del género a lo largo de veinte años de gobierno concertacionista. El análisis se centra en los repertorios de acción de estas diferentes ramas poniendo de manifiesto las tensiones y relaciones de poder que atraviesan el activismo feminista, para finalmente examinar en forma tentativa la reciente reactivación de esta forma de acción colectiva en el marco doble de las luchas sociales que exigen mayor democracia y justicia social en un plano nacional por un lado y por otro del resurgimiento del activismo feminista global con el rechazo a la violencia sexista del “MeToo” o “YoTambién” o la lucha en Argentina por la legalización del aborto.
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Los feminismos latinoamericanos viven desde el siglo XXI un contexto propio, el cual les ha permitido experimentar, a partir de nuevos patrones de movilización, posibilidades de acciones feministas y formas alternativas de relación con las instituciones gubernamentales. En este artículo presentamos parte de la discusión teórica respecto de las tensiones establecidas en la región entre las luchas feministas y el Estado, en un contexto polémico que busca la superación del modelo neoliberal. A partir de la noción de gobernabilidad democrática, se elabora la propuesta de la cuarta ola del feminismo latinoamericano, que aspira entender este nuevo momento, paralelo a los procesos de democratización en el sur del globo. Finalmente, se presentan reflexiones sobre la aparición del concepto de feminismo estatal y sus posibles consecuencias.