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AUTORA
Lic. Laura Chierchie
Tesis DocToral
Procesos participativos
y tecnologías abiertas
en la agricultura familiar.
El aporte del diseño
industrial para fortalecer
los procesos de
innovación
Participatory Processes and Open Technologies in Family
Farming. The Contribution of Industrial Design to Strengthen
Innovation Processes
defensA de TesIs
10 de agosto de 2022
DISE
Ñ
O,UBA.
Universidad de Buenos Aires UBA | Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo
FADU | Secretaría de Investigaciones | PROGRAMA DE DOCTORADO
COMUNICACIÓN / FADU-UBA / 2022
DISE
Ñ
O,UBA.
Universidad de Buenos Aires UBA | Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo
FADU | Secretaría de Investigaciones | Programa de doctorado
Tesis DocToral
Procesos participativos y tecnologías
abiertas en la agricultura familiar.
El aporte del diseño industrial para
fortalecer los procesos de innovación
Participatory Processes and Open Technologies in Family Farming.
The Contribution of Industrial Design to Strengthen Innovation
Processes
AUTORA
Lic. Laura Chierchie
dilaurachierchie@gmail.com
defensA de TesIs
10 de agosto de 2022
dIReCTORA
Dra. María del Valle Ledesma
CO-dIReCTOR
Mg. Sergio Hernán Justianovich
MODO DE CITAR ESTA TESIS: Chierchie, Laura (2022). Procesos
participativos y tecnologías abiertas en la agricultura familiar. El aporte
del diseño industrial para fortalecer los procesos de innovación. Facultad
de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. Universidad de Buenos Aires.
Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons
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Internacional
https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
Este documento forma parte de la colección de tesis doctorales y de
maestría del Centro de Documentación y Biblioteca “Prof. Arq. Manuel
Ignacio Net”, Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la
Universidad de Buenos Aires. Su utilización debe ser acompañada por
la cita bibliográfica con el reconocimiento de dicha fuente.
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Ignacio Net”,Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo of the
Universidad de Buenos Aires. Were it to be used, itshould be done
with appropriate acknowledgment of this source material.
palabras clave
diseño; tecnologías; apertura, agricultura,
participación
resumen
La agricultura familiar es el principal modo de
producción agrícola del planeta. En el mundo existen
unos 1.500 millones de campesinos, minifundistas
y pequeños productores. Sin embargo, ocupan sólo
el 20 por ciento de las tierras disponibles. A pesar
de habitar el territorio en pocas hectáreas, producen
el 56 por ciento de los alimentos que se consumen
en el planeta. La agricultura convencional y el
agronegocio, como vías de innovación dominante,
presentan desafíos e incompatibilidades con el
contexto de los agricultores familiares: tienen gran
impacto en el entorno natural, provocan degradación
ambiental, concentra la producción y desplaza a
las poblaciones rurales. Muchas innovaciones han
eliminado a los agricultores del proceso creativo al
desarrollar artefactos que supuestamente acomodan
su actividad, ignorando en gran medida sus aportes
y deseos empíricos. Algunos, abandonaron sus
modelos tradicionales y adoptaron tecnología
exógena pero han sufrido grandes cambios
y fracasos en sus esquemas productivos. La
innovación convencional no ha logrado desarrollar
soluciones consistentes específicas para la
agricultura familiar.
En vista de estos problemas, ¿qué sucede cuando
se aplican modelos abiertos y participativos en
el diseño de tecnologías, máquinas y artefactos?
La investigación tiene como objetivo determinar
de qué manera se implementa el diseño abierto y
qué beneficios presenta. El propósito del estudio
es analizar cómo se produce el proceso de
apertura en proyectos participativos de desarrollo e
implementación de tecnologías abiertas en el ámbito
de la agricultura familiar a nivel nacional.
Para ello, luego de realizar un mapeo de casos
existentes de desarrollo tecnológico participativo
de artefactos internacional, se analizan cuatro
proyectos de desarrollo tecnológico en el ámbito
nacional donde participan diseñadores, fabricantes,
investigadores y familias productoras. ¿De qué modo
keywords
design; technologies; opening, agriculture,
participation
abstract
Family farming is the main mode of agricultural
production on the planet. In the world there are
about 1,500 million peasants, smallholders and
small producers. However, they occupy only 20
percent of the available land. Despite inhabiting
the territory in a few hectares, they produce 56
percent of the food consumed on the planet.
Conventional agriculture and agribusiness, as the
dominant pathways of innovation, present serious
challenges and incompatibilities with the context
of family farmers: has a large impact on the natural
environment and causes environmental degradation,
concentrates production and displaces indigenous
rural populations. Many innovations have removed
producer families from the creative process by
developing artifacts that supposedly accommodate
their activity, largely ignoring their empirical
contributions and wishes. Some, abandoned
their traditional models and adopted exogenous
technology but have suffered great changes and
failures in their production schemes. Conventional
innovation has failed to develop specific consistent
solutions for family farming.
In view of these problems, what happens when
open and participatory models are applied in the
design of technologies, machines and artifacts?
The research aims to determine how open design
is implemented and what benefits it presents.
The purpose of the study is to analyze how the
opening process occurs in participatory projects
for the development and implementation of open
technologies in the field of family agriculture at the
national level.
For this, after mapping existing cases of participatory
development of international artifacts, four
technological development projects are analyzed in
the national field where designers, manufacturers,
researchers and producer families participate. How
are open technologies generated and implemented?
What is participation in the process like? What
Tesis DocToral
DISE
Ñ
O,UBA.
Universidad de Buenos Aires UBA | Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo
FADU | Secretaría de Investigaciones | Programa de doctorado
se generan e implementan las tecnologías abiertas?,
¿cómo es la participación en el proceso?, ¿qué
aprendizajes, conocimientos y desafíos se producen
al implementar los modelos abiertos?, ¿qué
potencialidades y limitaciones tiene este modelo de
desarrollo? El análisis permitió formular y describir
modalidades de diseño abierto y participativo que
respondan a experiencias implementadas en la
actualidad contribuyendo a identificar estrategias de
apertura y participación adecuadas.
La investigación presenta como idea rectora que los
procesos de desarrollo tecnológico abiertos reportan
beneficios en la resolución de problemáticas debido
a que solucionan problemas complejos con pocos
recursos y bajo costo, utilizan la inteligencia colectiva
de involucrados, aceleran el ciclo de innovación en
relación a los modelos de innovación convencionales
y brindan la posibilidad de generar diseños
adaptables a diversos contextos. Sin embargo, a
pesar de estas potencialidades, también existen
dificultades, impedimentos y limitaciones. ¿Cuáles
son?, ¿cómo lidian los participantes con ellas? El
análisis generado permite pensar a las tecnologías
abiertas y los procesos participativos como un
modelo alternativo de innovación en vista de los
desafíos de la agricultura, donde la disciplina del
diseño tiene un rol estratégico y esencial en este tipo
de procesos.
learnings, knowledge and challenges yield by
implementing open models? What potentialities
and limitations does this development model have?
The analysis made it possible to formulate and
describe open and participatory design modalities
that respond to experiences currently implemented,
helping to identify appropriate openness and
participation strategies.
The research presents as a guiding idea that
open technological development processes
present benefits in solving problems since they
solve complex problems with few resources and
low-cost, use the collective intelligence of those
involved, accelerate the innovation cycle in relation
to conventional innovation models and provide
the possibility of generating designs that are
adaptable to various contexts. However, despite
these potentialities, there are also difficulties,
obstacles and limitations. Which are they? How do
the participants deal with them? The generated
analysis allows us to think of open technologies and
participatory processes as an alternative model of
innovation in view of the challenges of agriculture,
where the design discipline has a strategic and
essential role in this type of process.
Tesis DocToral
TESIS DE DOCTORADO
FACULTAD DE ARQUITECTURA, DISEÑO Y URBANISMO
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
Tesista: DI Laura Chierchie
Directora de tesis: Dra. María del Valle Ledesma
Co-director: Mg. Sergio Justianovich
Procesos participativos y tecnologías abiertas en la agricultura familiar.
El aporte del diseño industrial para fortalecer los procesos de innovación.
UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES
FACULTAD DE ARQUITECTURA, DISEÑO Y URBANISMO
Tesista: DI Laura Chierchie
Directora: Dra. María del Valle Ledesma
Co-director:
Foto de la portada: Maria Paula Aguilera. (2019).
Ins�tuciones donde se radicó la inves�gación:
(CEPRODIDE-FADU-UBA)
(CENIT-EEyN-UNSAM)
A mi padre, Giovanni, y a mi madre, Marta.
Por inspirar la curiosidad, la creatividad y el esfuerzo.
AGRADECIMIENTOS
Esta investigación no se podría haber realizado sin el aporte de ciertas personas e
instituciones. Quiero agradecer a la Comisión de Investigaciones Científicas de la
Provincia de Buenos Aires, por el otorgamiento de una beca de Estudio y
Perfeccionamiento durante el período 2015-2020 y al Consejo de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET) por permitirme finalizar el doctorado bajo su
financiamiento. Al Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura
Familiar (IPAF-INTA), por brindarme lugar de trabajo y favorecer el vínculo directo con
diferentes iniciativas del sector. El IPAF financió los viajes a campo a muchas regiones
del país, los prototipos de las tecnologías, la asistencia a congresos, jornadas y ferias,
además de brindarme la información necesaria. Quiero agradecer a Sergio Justianovich,
director de beca de la CIC, a Marcos Fernando Hall, Marco Calvetty y Edurne Battista por
intercambiar conmigo conocimientos y experiencias sobre el desarrollo de tecnologías,
lo que permitió un aprendizaje continuo, desde la primera experiencia realizada en el
año 2011. En este ámbito me gustaría agradecer a diferentes compañeros, como lo son
Cora Gornitzky, Germán Gonaldi, Dante Huinca, Guido Principi, Joaquín Córdoba,
Luciana Muscio, Guido Prividera, Gabriela Giordano, Lucas Zanovello y, a las diferentes
familias productoras, que nos abrieron las puertas de sus casas para generar encuentros
o talleres. A la arquitecta Beatriz Giobellina, de la Agencia de Extensión Rural de
Córdoba, quién me asistió amablemente para que pueda asistir a un hermoso y
fructífero debate sobre Diseño y Agricultura Familiar, en el marco del congreso DIsur.
Al Centro de Investigaciones para la Transformación (CENIT-UNSAM), actual lugar de
trabajo, por recibirme de la mejor manera. Sin duda, el impulso necesario para la
finalización de esta tesis fue motivado por el Dr. Mariano Fressoli, actual director de
beca, bajo su constante intercambio y procesos de reflexión, aportando mucha
experiencia específica en mi área de interés y presentando diferentes oportunidades en
el ámbito científico-tecnológico. También a Valeria Arza, por interesarse en mi
investigación y vincularme con los investigadores del CENIT.
Quiero agradecer especialmente a la Dra. María de Valle Ledesma, por sus nutridos
seminarios y por brindarme apoyo cuando necesité repentinamente cambiar de director
en la carrera de doctorado. También es necesario mencionar a profesores referentes del
diseño que han tenido contacto con mi trayectoria, brindando asistencia académica y
científica como lo es Beatriz Galán, quién dirigió esta tesis en el periodo (2016-2018).
Beatriz me brindó lugar de trabajo en el Centro de Proyecto Diseño y Desarrollo para
que me pueda introducir en la carrera de Doctorado de la Facultad de Arquitectura,
Diseño y Urbanismo de la UBA, además de su enorme amabilidad y sabiduría. A Ibar
Federico Anderson, Eduardo Pascal y Ricardo Cortés, quienes me ayudaron al inicio de
mi carrera para poder acceder a las becas que me permitieron realizar la investigación.
Por último, a diseñadores compañeros de carrera o doctorado, Denise Roskell, Matías
Novelli y Gabriela Mercado, con los que nos hemos encontrado para intercambiar
experiencias dentro de las instituciones científicas y sus desafíos en la relación con el
diseño, brindándonos ayuda y apoyo. A los diseñadores industriales de los casos de
estudio analizados, por permitirme nutrir la investigación con los diseños para guiar las
hipótesis y objetivos. Ellos son Matías Novelli, Gabriela Barle, Jorge Isacc y Juan
Ferreccio. En forma especial mi familia y amigos, que han sabido escuchar y leer sobre
diseño de tecnologías abiertas y agricultura cuándo fue necesario.
RESUMEN
La agricultura familiar es el principal modo de producción agrícola del planeta. En el
mundo existen unos 1.500 millones de campesinos, minifundistas y pequeños
productores. Sin embargo, ocupan sólo el 20 por ciento de las tierras disponibles. A
pesar de habitar el territorio en pocas hectáreas, producen el 56 por ciento de los
alimentos que se consumen en el planeta. La agricultura convencional y el
agronegocio, como vías de innovación dominante, presentan desafíos e
incompatibilidades con el contexto de los agricultores familiares: tienen gran impacto
en el entorno natural, provocan degradación ambiental, concentra la producción y
desplaza a las poblaciones rurales. Muchas innovaciones han eliminado a los
agricultores del proceso creativo al desarrollar artefactos que supuestamente
acomodan su actividad, ignorando en gran medida sus aportes y deseos empíricos.
Algunos, abandonaron sus modelos tradicionales y adoptaron tecnología exógena pero
han sufrido grandes cambios y fracasos en sus esquemas productivos. La innovación
convencional no ha logrado desarrollar soluciones consistentes específicas para la
agricultura familiar.
En vista de estos problemas, ¿qué sucede cuando se aplican modelos abiertos y
participativos en el diseño de tecnologías, máquinas y artefactos? La investigación
tiene como objetivo determinar de qué manera se implementa el diseño abierto y qué
beneficios presenta. El propósito del estudio es analizar cómo se produce el proceso
de apertura en proyectos participativos de desarrollo e implementación de tecnologías
abiertas en el ámbito de la agricultura familiar a nivel nacional.
Para ello, luego de realizar un mapeo de casos existentes de desarrollo tecnológico
participativo de artefactos internacional, se analizan cuatro proyectos de desarrollo
tecnológico en el ámbito nacional donde participan diseñadores, fabricantes,
investigadores y familias productoras. ¿De qué modo se generan e implementan las
tecnologías abiertas?, ¿cómo es la participación en el proceso?, ¿qué aprendizajes,
conocimientos y desafíos se producen al implementar los modelos abiertos?, ¿qué
potencialidades y limitaciones tiene este modelo de desarrollo? El análisis permitió
formular y describir modalidades de diseño abierto y participativo que respondan a
experiencias implementadas en la actualidad contribuyendo a identificar estrategias
de apertura y participación adecuadas.
La investigación presenta como idea rectora que los procesos de desarrollo
tecnológico abiertos reportan beneficios en la resolución de problemáticas debido a
que solucionan problemas complejos con pocos recursos y bajo costo, utilizan la
inteligencia colectiva de involucrados, aceleran el ciclo de innovación en relación a los
modelos de innovación convencionales y brindan la posibilidad de generar diseños
adaptables a diversos contextos. Sin embargo, a pesar de estas potencialidades,
también existen dificultades, impedimentos y limitaciones. ¿Cuáles son?, ¿cómo lidian
los participantes con ellas? El análisis generado permite pensar a las tecnologías
abiertas y los procesos participativos como un modelo alternativo de innovación en
vista de los desafíos de la agricultura, donde la disciplina del diseño tiene un rol
estratégico y esencial en este tipo de procesos.
PALABRAS CLAVE
DISEÑO, APERTURA, AGRICULTURA, PARTICIPACIÓN
ABSTRACT
Family farming is the main mode of agricultural production on the planet. In the world
there are about 1,500 million peasants, smallholders and small producers. However,
they occupy only 20 percent of the available land. Despite inhabiting the territory in a
few hectares, they produce 56 percent of the food consumed on the planet.
Conventional agriculture and agribusiness, as the dominant pathways of innovation,
present serious challenges and incompatibilities with the context of family farmers:
has a large impact on the natural environment and causes environmental degradation,
concentrates production and displaces indigenous rural populations. Many innovations
have removed producer families from the creative process by developing artifacts that
supposedly accommodate their activity, largely ignoring their empirical contributions
and wishes. Some, abandoned their traditional models and adopted exogenous
technology but have suffered great changes and failures in their production schemes.
Conventional innovation has failed to develop specific consistent solutions for family
farming.
In view of these problems, what happens when open and participatory models are
applied in the design of technologies, machines and artifacts? The research aims to
determine how open design is implemented and what benefits it presents. The
purpose of the study is to analyze how the opening process occurs in participatory
projects for the development and implementation of open technologies in the field of
family agriculture at the national level.
For this, after mapping existing cases of participatory development of international
artifacts, four technological development projects are analyzed in the national field
where designers, manufacturers, researchers and producer families participate. How
are open technologies generated and implemented? What is participation in the
process like? What learnings, knowledge and challenges yield by implementing open
models? What potentialities and limitations does this development model have? The
analysis made it possible to formulate and describe open and participatory design
modalities that respond to experiences currently implemented, helping to identify
appropriate openness and participation strategies.
The research presents as a guiding idea that open technological development
processes present benefits in solving problems since they solve complex problems with
few resources and low-cost, use the collective intelligence of those involved,
accelerate the innovation cycle in relation to conventional innovation models and
provide the possibility of generating designs that are adaptable to various contexts.
However, despite these potentialities, there are also difficulties, obstacles and
limitations. Which are they? How do the participants deal with them? The generated
analysis allows us to think of open technologies and participatory processes as an
alternative model of innovation in view of the challenges of agriculture, where the
design discipline has a strategic and essential role in this type of process.
KEYWORDS
DESIGN, OPENING, AGRICULTURE, PARTICIPATION
LISTADO DE ABREVIATURAS
ACV Análisis de cadena de valor
AER Agencia De Extensión Rural
ANMAT Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología
Médica
APORTAN Asociación de productores de Tandil
CAMAF Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinarias para la Agricultura
Familiar
CENIT Centro de Investigaciones para la Transformación
CIAA Computadora Industrial Abierta Argentina
CIPAF Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura
Familiar
CONICET Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas
D4S Design for Sustainability
DIY Do it yourself
DRP Diagnóstico Rural Participativo
ECT Erosion, Technology and Concentration
FAO Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura
FSF Fundación para el Software Libre
FONAF Federación de Organizaciones Nucleadas de la agricultura familiar
GOSH Movimiento Global por el Hardware Científico Abierto
GVCS Global Village Construction Set
IA Innovación Abierta
IDS Institute of Development Studies
INAL Instituto Nacional de Alimentos
INPI Instituto Nacional de Propiedad Industrial
INTA Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria
INTI Instituto Nacional de Tecnología Industrial
IPAF Instituto de Investigación y Desarrollo Tecnológico para la Agricultura
Familiar
IPCC Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático
ITA Instituto Tecnología de Alimentos
ODF Open Design Foundation
OPDS Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible
OPENAR Open Agriculture Initiative
OS Open science
OSE Open Source Ecology
OSH Open Source Hardware
OSPD Open Source Product Development
OSS Open Source Software
PDTS Proyectos de Desarrollo Tecnológico y Social
PIO Proyecto Integral Orientado
PITS Plataformas de innovación territorial
PNAIyAV Plan del Programa Nacional Agroindustria y Agregado de Valor
PP Producción de Pares
PROFEDER Programa Federal de Apoyo al Desarrollo Rural Sustentable
PYMES Pequeñas y Medianas Empresas
RTS Red de Tecnología Social
SENASA Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria
TIC Tecnologías de la información y la comunicación
UBA Universidad de Buenos Aires
UNaM Universidad Nacional de Misiones
UNLP Universidad Nacional de La Plata
UNSAM Universidad Nacional de San Martín
LISTADO DE FIGURAS Y TABLAS
Figura 1. Datos estadísticos de la agricultura familiar en Argentina
Figura 2. Categorías de análisis de la apertura en productos de diseño: apertura en
producto y apertura en proceso
Figura 3. Mapa de tecnologías participativas en el ámbito de la agricultura familiar en
Argentina (2009-2020)
Tabla 1. Denominaciones de prácticas abiertas
Tabla 2. Comparación de categorías entre el enfoque tradicional del diseño y los
enfoques colaborativos y abiertos
Tabla 3. Categorías de análisis para los casos de estudio seleccionados
Tabla 4. Categorías de análisis para la apertura en producto
Tabla 5. Resumen y comparación de los datos obtenidos en apertura en producto para
cada caso
Tabla 6. Etapas del proceso de diseño e implementación de los artefactos
Tabla 7. Actores principales por caso de estudio
Tabla 8. Aprendizajes y conocimientos relevantes de las organizaciones y las
instituciones participantes en los procesos de diseño participativo y abierto
INDICE
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN.…………………………………………..……………………………….…….…1
1.1 Problemática de la investigación
1.2 Antecedentes y enfoques tecnológicos en la agricultura familiar
1.3 La relación entre el diseño industrial y la agricultura familiar
1.4 Objetivos e hipótesis de la investigación
1.5 Estructura de la investigación
CAPÍTULO 2. ESTADO DE LA CUESTIÓN …………………………………………………………………….18
2.1 Introducción a la sección
2.2 La agricultura familiar
2.2.1 Breve recorrido histórico por el concepto de agricultura familiar
2.2.2 Definiciones actuales del sector
2.2.3 Conocimiento y desarrollo sostenible
2.3.3 Las problemáticas del sector y su relación con la dimensión tecnológica
2.3 Enfoques de innovación y tecnología con la agricultura familiar
2.3.1 El enfoque de las tecnologías apropiadas en la agricultura familiar
2.3.2 Movimientos de innovación de base
2.3.3 Antecedentes en la región
2.3.4 Participación, producción abierta y colaborativa: el conocimiento como bien
común
2.3.5 El nuevo rol de los usuarios en los procesos de desarrollo
2.3.6 La hibridación del rol del diseñador
2.4. Tecnologías libres y código abierto
3.4.1 Definición
3.4.2 El movimiento de software y hardware de código abierto como inicio de un
nuevo modelo
3.4.3 Las diferentes aplicaciones del modelo abierto
3.4.4 Del movimiento tecnología apropiada hacia el movimiento de código abierto
3.4.5 Agricultura de código abierto como un nuevo movimiento
2.5 El diseño abierto
2.5.1 Definiciones del diseño abierto
2.5.2 La documentación, divulgación y el ecosistema del diseño abierto
2.5.3 ¿Abierto cómo? Analizando los niveles de apertura
2.5.4 Antecedentes de plataformas y proyectos abiertos de tecnologías para la
agricultura
2.6 Reflexiones finales del capítulo
CAPÍTULO 3. MARCO TEÓRICO………………………………………………………………………….………45
3.1 Introducción al marco teórico
3.2 PRIMERA PARTE. Diseño abierto y colaborativo para la agricultura familiar
3.2.1 Diseño tradicional versus diseño abierto
3.3 SEGUNDA PARTE. La necesidad de análisis de la apertura en los procesos de
desarrollo tecnológico en el ámbito de la agricultura
3.3.1 La apertura como un concepto heterogéneo
3.3.2 Apertura del producto y apertura del proceso
3.3.3 La apertura del producto
3.3.4 La apertura del proceso
3.3.5 Instancias participativas en agricultura
3.4 TERCERA PARTE. Desafíos, conocimiento y aprendizaje de las prácticas abiertas
3.4.1 Desafíos y barreras de las prácticas abiertas
3.4.2 Conocimiento
3.4.3 Aprendizajes
3.5 CUARTA PARTE. Aspectos metodológicos
3.5.1 Actividades realizadas
3.5.2 El estudio de casos
3.5.3 Criterio de selección de los casos de estudio
3.5.4 Casos de estudio seleccionados
3.5.5 Recolección de datos
3.5.6 Fuentes utilizadas
3.5.7. Análisis de los datos
3.6 Resumen del capítulo
CAPÍTULO 4. LAS TECNOLOGÍAS ABIERTAS PARA LA AGRICULTURA FAMILIAR, UN
FENÓMENO GLOBAL Y LOCAL EN CRECIMIENTO……………………………………………………….76
4.1. Las tecnologías abiertas en la agricultura en el ámbito internacional
4.1.2 Farmhack, Open Source Ecology, L'Atelier Paysan, tres experiencias
internacionales de tecnologías agrícolas abiertas
4.1.3 Breve descripción. Valores y visiones que enmarcan su accionar.
4.1.4 Los principios de la apertura en producto
4.1.5 La colaboración en el proceso de diseño y desarrollo
4.1.6 Implementación, extensión y dificultades del desarrollo tecnológico
4.2 Maquinarias abiertas en la agricultura familiar en Argentina
4.2.1 Mapa de tecnologías, rubros productivos y dimensiones
4.2.2 Breve introducción y caracterización de cuatro sistemas de innovación en el
ámbito rural
4.2.3 Explorando las particularidades de las tecnologías abiertas en Argentina
CAPÍTULO 5. LA APERTURA EN PRODUCTO: LOS ARTEFACTOS COMO RECURSOS
ABIERTOS ……………….……………………………………………..……………………………………………99
5.1 Introducción
5.2 Las tecnologías seleccionadas
5.2.1 La reproducción y capacidad de reparación de las tecnologías
5.2.2 Acceso gratuito, libre o esquema de negocio
5.2.3 La Propiedad Intelectual
5.2.4 Las estrategias de divulgación y expansión
5.2.5 Las estrategias de implementación
5.3 La apertura en producto: una comparación entre los casos
CAPÍTULO 6. LA COLABORACIÓN DIVERSA EN LAS DECISIONES DE DISEÑO…………125
6.1 Los encuentros como mecanismos facilitadores de intercambios
6.1.1 Etapa de investigación: Desde la demanda, el diagnóstico del problema hacia la
definición estratégica
6.1.2 Etapa de diseño: Desarrollo de conceptos, descarte y selección de alternativas,
verificaciones de laboratorio
6.1.3 Etapa de implementación y expansión: Puesta a prueba en campo, evaluaciones
participativas, divulgación y seguimiento
6.2 La participación como un proceso dinámico en los proyectos abiertos
6.3 La participación y las etapas del desarrollo tecnológico
6.4 Los beneficios de la participación
CAPÍTULO 7. DESAFÍOS, APRENDIZAJES Y CONOCIMIENTOS EN LOS PROYECTOS CON
LA AGRICULTURA FAMILIAR……………………………………………..……………………………………152
7.1 Dilemas y desafíos al realizar diseño abierto y participativo
7.1.1 Divulgar una innovación en proceso: la exposición al uso de datos, propiedad
intelectual y autoría
7.1.2 La necesidad de tiempo y esfuerzo extra para compartir y abrir el diseño
7.1.3 La coproducción de conocimientos y barreras institucionales
7.1.4 Dificultades en la expansión de las soluciones locales
7.2 Aprendizajes y conocimientos de las prácticas abiertas
7.2.1 Habilidades, capacidades y competencias del diseñador en contextos abiertos
7.2.2 Aprendizajes y conocimiento en las instituciones y las organizaciones
participantes
7.2.3 Aprendizajes de las organizaciones de productores al participar en el diseño,
evaluación e incorporación de las tecnologías en sus campos
7.3 Reflexiones finales
CAPÍTULO 8. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES ………………...………………………..………….……179
8.1 Introducción
8.2 El camino hacia la pregunta de investigación
8.3 Los procesos de desarrollo tecnológico abiertos tienen gran potencial para la
resolución de problemáticas del sector de la Agricultura Familiar
8.3.1 Solucionan problemas complejos con bajos recursos y mediante tecnologías
de bajo costo.
8.3.2 La inteligencia colectiva y el interés brinda legitimidad y validación a las
tecnologías y los procesos.
8.3.3 La capacidad de un diseño adaptable y flexible a diversos contextos de los
agricultores.
8.3.4 Las barreras, impedimentos, limitaciones para la implementación del diseño
abierto
8.3.5 El control de calidad centralizado del diseño abierto en procesos complejos
8.3.6 La necesidad de nuevas estrategias de divulgación y distribución
8.3.7 Desafíos emergentes
8.3.8 Prácticas de aprendizaje y conocimiento en diseño
8.4 Nuevos espacios de posibilidad para el diseño abierto y participativo
8.5 Contribuciones y limitaciones del estudio
8.6 Hacia el futuro: ¿una serie de principios para el desarrollo participativo de
productos abiertos?
8.7 Futuras líneas de investigación
9. REFERENCIAS………………...………………….………………………………………………..………….……207
CAPÍTULO 1
INTRODUCCIÓN
Fotograa de Laura Chierchie. La Plata. 2019.
Nota: Caso Sistema de instalaciones para cría porcina familiar. Protopos rumbo a exposición rural en la Provincia
de Córdoba.
CAPÍTULO 1. INTRODUCCIÓN
La agricultura familiar es el principal modo de producción agrícola del planeta. En el mundo
existen unos 1.500 millones de campesinos, minifundistas y pequeños productores. Ocupan
500 millones de predios en tan sólo el 20 % de las tierras disponibles. A pesar de habitar el
territorio en pocas hectáreas, producen el 56 % de los alimentos que se consumen en el
planeta (Fernandez Arocena et al., 2015). La Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura, mundialmente conocida como FAO (por sus siglas en inglés)
afirma que el 56 % de los predios agrícolas (9,6 millones) están en América del Sur; el 35 %
en América Central y México (5,8 % millones); y el 9 % (1,5 millones) en el Caribe (FAO). En
América Latina y el Caribe, los agricultores familiares producen hasta el 80 % de la canasta
de productos alimentarios básicos y es un sector clave para lograr la erradicación del
hambre y el cambio hacia sistemas agrícolas sostenibles. Son aliados de la seguridad
alimentaria y actores protagónicos en la producción diversificada de alimentos.
En Argentina, el 80 % de las explotaciones agropecuarias pertenecen a la agricultura familiar
y son la principal fuente de empleo agrícola y rural (Salcedo y Guzmán, 2014). El sector
brinda apoyo en materia de seguridad alimentaria nacional y cumple roles fundamentales,
como la reducción de la migración a las urbes y la generación de puestos de trabajo
(Chierchie et al., 2014). La agricultura familiar representa en nuestro país más del 65 % de
las explotaciones agropecuarias en sólo el 13 % de las tierras cultivadas disponibles y
absorbe el 54 % del empleo rural. Fernandez Arocena et al. (2015) reportan 220 mil familias
rurales y periurbanas.
En el Noreste de Argentina, los agricultores familiares representan más del 70 % de las
unidades productivas de la región. Un rasgo que los distingue es su multiplicidad cultural y
productiva que se torna visible en las colonias, pueblos y ciudades. Los agricultores
familiares de la región pampeana superan el 50 % de las unidades productivas. Se
desarrollan en diferentes paisajes rurales, urbanos y periurbanos. Son chacareros,
trabajadores agrarios, horticultores, medieros, colonos, campesinos y ganaderos. En el
Noroeste, representan más del 80 % de las unidades productivas y aportan el 71 % del
trabajo rural. La macro-región de Cuyo contiene a un núcleo de productores de base familiar
que representan un 54 % de las explotaciones agropecuarias. En la Patagonia, el 49 % de las
unidades corresponde a la producción de base familiar. Allí, la historia productiva que
caracteriza a la región se vincula con la producción de frutales en los valles irrigados y la
producción extensiva de ganadería en las zonas de estepa y cordillera (Fernandez Arocena
et al., 2015). La figura 1 muestra la participación del sector en relación a las explotaciones
de producción total en Argentina.
En todo el territorio nacional, los agricultores familiares constituyen un sector heterogéneo
que, pese al importante rol social que desempeñan en la producción de alimentos, más allá
de la gran cantidad de recursos naturales que manejan y de la absorción de mano de obra
que generan, se enfrentan a una desigual competencia en los mercados de bienes y trabajo,
donde participan en condiciones asimétricas. Sin embargo, es un sector estratégico que
dinamiza las economías regionales y abastece de alimentos diversificados a la población. Su
principal fuerza de trabajo es la propia familia. Los agricultores familiares son protagonistas
del desarrollo local: trabajan y producen en el mismo lugar en donde viven, resguardan y
1
mantienen la variedad de especies nativas y autóctonas, promueven el arraigo rural en sus
territorios, generan mano de obra local y transmiten de generación en generación prácticas,
herramientas, creencias, valores y saberes (Fernandez Arocena et al., 2015).
Figura 1
Datos estadísticos de la agricultura familiar en Argentina
Nota: realizado en base a datos de INTA (2016), FAO (2012), INDEC (2002).
En las últimas décadas, tanto a nivel nacional como internacional, la agricultura familiar se
encuentra siendo reivindicada. Recientemente, la ONU declaró el Decenio de la agricultura
familiar (2019-2029). A su vez, una red de instituciones y organizaciones de investigación,
desarrollo y extensión ha visibilizado y convertido a la agricultura familiar en un objeto de
conocimiento en diferentes sectores público-privados, como por ejemplo, el Foro de
Universidades para la Agricultura Familiar (2009), con representantes de la mayoría de las
Universidades Nacionales de nuestro país.
La agricultura familiar a nivel mundial presenta características heterogéneas. Sin embargo,
la FAO reveló sus problemáticas y pudo corroborar que afrontan retos similares a nivel
global: resistencia a los procesos de concentración y globalización de la agricultura
(oposición a la agricultura intensiva, monocultivo e insumo dependientes), falta de servicios
financieros adecuados y acceso deficiente a los mercados. Los agricultores familiares tienen,
entre otros problemas, un acceso limitado al uso y tenencia de la tierra, al agua, a los
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canales comerciales y a la tecnología. Para extender un poco esta afirmación, sin pretender
una descripción histórica exhaustiva, es necesario comprender la fuerte transformación
agrícola que se acentúa en el último siglo con la aparición del agronegocio. Las
problemáticas y las tensiones de la agricultura familiar con el sistema dominante pueden
rastrearse desde el traspaso del feudalismo al capitalismo, que determinó una fuerte
transformación de la producción agrícola, influyendo en gran medida en la producción,
mientras que marcaba un cambio gradual en el abastecimiento de productos básicos. La
maquinaria y las técnicas agrícolas modernizadas aumentaron la productividad y los
rendimientos generando un entorno competitivo que transformó sustancialmente el ámbito
de la agricultura. Este proceso fue beneficioso para el surgimiento del "agronegocio",
término que se introdujo hacia 1958 para caracterizar la infiltración del sector industrial en
la agricultura. Primero, con insumos y máquinas que favorecían la producción a gran escala
y luego, con productos químicos y biológicos, la agricultura industrial intensiva y la
tecnología patentada capturaron gradualmente más prácticas tradicionales de los
agricultores (Giotitsas, 2019). Este proceso iniciado a nivel internacional se expandió
rápidamente a nuevos métodos de cultivo con fertilizantes químicos, pesticidas y hormonas
de crecimiento, pero también, bajo semillas patentadas modificadas genéticamente, que
reemplazan esencialmente el conocimiento y las técnicas libres desarrolladas y probadas
por los propios agricultores durante siglos. En Argentina, el modelo del agronegocio se
impuso finalmente hacia la década de los 90 e implicó una reconfiguración del sistema
agroalimentario y un importante reordenamiento territorial. Dichos cambios se dieron, ante
todo, en la transnacionalización del agro (el ingreso del capital financiero en la producción)
mediante el proceso de revolución tecnológico-científica que trajo, entre otras
consecuencias, una creciente simplificación y homogeneización de los agroecosistemas. Las
economías de gran escala tendieron a desplazar al sector de productores más chicos y sus
modelos tradicionales de producción. Tales cambios fueron acompañados por otros ligados
fundamentalmente a dos factores: tanto la introducción de cultivos transgénicos como la
incorporación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación como
instrumento de una agricultura de precisión (los sistemas de GPS, internet y otros). La
biotecnología moderna se adoptó en Argentina en 1996, de la mano de la soja resistente al
glifosato. La estrategia de las semilleras fue financiar la compra del paquete (soja/glifosato).
Por un lado, ello facilitó el acceso de los productores a estas tecnologías; por el otro, trajo
consigo una dependencia de insumos cada vez mayor (Gras y Hernández, 2008).
El resultado de esta transformación produjo un fuerte proceso de concentración
relacionado con una agricultura desarrollada mediante megacorporaciones. Solo para
mencionar algunos números del informe del 2013 del grupo ECT (Erosion, Technology and
Concentration), hay tres principales compañías que controlan el 53% del mercado mundial
de semillas comerciales; seis empresas representan el 76% del mercado mundial de
agroquímicos; diez empresas de plaguicidas poseen aproximadamente el 95% del mercado
mundial; diez empresas controlan el 41% del mercado global de fertilizantes. En lo que
respecta a los insumos mecánicos, cuatro compañías controlan el 50.1% (Fuglie et al., 2011).
Giotitsas (2019), explica cómo esta concentración se refleja también en el surgimiento de un
nuevo tipo de capitalismo (capitalismo cognitivo), que en el ámbito de las innovaciones en la
agricultura puede observarse mediante el uso de licencias exclusivas de propiedad
intelectual, de artefactos, invenciones, semillas e insumos. Los resultados más novedosos
son patentados a modo de generar un conocimiento privado para determinar cómo se
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usará, de qué modo se buscarán los incentivos económicos y modelos de negocio sobre el
desarrollo de este nuevo producto o servicio. La propiedad intelectual, en la agricultura
actual, se manifiesta en todas las etapas y domina muchas de las opciones desarrolladas por
los agricultores.
La agricultura convencional y, sobre todo, el agronegocio presentan serios desafíos para los
agricultores familiares y el modelo tecnológico alternativo que los apoya fue siempre
minoritario en recursos. Muchas innovaciones los han eliminado del proceso creativo al
desarrollar artefactos que supuestamente acomodan su actividad, ignorando en gran
medida sus aportes y deseos empíricos. Algunos agricultores también han abandonado su
modelo tradicional y adoptado tecnología exógena, sufriendo grandes cambios y fracasos en
sus esquemas productivos. En Argentina, por ejemplo, la ausencia de alternativas
tecnológicas adecuadas a la pequeña escala y a su organización del trabajo promueve
condiciones de precariedad y resoluciones deficientes. Algunos autores (Elverdín et al.,
2005) reflejan la existencia de un escaso desarrollo tecnológico de equipamientos,
materiales y procesos de transformación adaptados a la agricultura familiar, además de la
sobre existencia de oferta de maquinaria con alta dependencia de insumos externos de alto
costo. El modelo de desarrollo agrario asentado en la producción de bienes exportables y
una tecnología intensiva de insumos y capital, favoreció a las economías de escala con
concentración económica, poniéndose en tensión con los modelos de la agricultura familiar.
Por otro lado, también existen discrepancias entre el modelo productivo hegemónico y el
sector de la agricultura familiar, en cuanto a estrategias contra el cambio climático y el uso
de recursos. La relación entre agricultura y cambio climático resulta central en el combate
contra el hambre tanto por la amenaza que representa para la seguridad alimentaria como
por el rol que tiene el sector en los procesos de mitigación y adaptación. Resulta de
importancia destacar cómo ciertos modelos tecno-productivos de la agricultura familiar se
orientan a la transición hacia sistemas agrícolas y agroalimentarios más sostenibles y
resilientes al cambio climático. El informe especial del IPCC sobre cambio climático,
desertificación y seguridad alimentaria, anuncia que el crecimiento de la población mundial
y los cambios en el consumo causan tasas sin precedentes de uso de la tierra y el agua. A
pesar de las condiciones desfavorables, muchos autores revelan que los campesinos y
agricultores familiares no solo lidian con la variación climática sino que se preparan para el
cambio, minimizando la pérdida de rendimientos, lo que resulta de gran relevancia para el
futuro de la seguridad alimentaria global (Altieri y Koohafkan, 2008). Muchas
investigaciones plantean que el conocimiento tradicional y las prácticas indígenas de manejo
de recursos son la base de la resiliencia de los agroecosistemas campesinos (Altieri, 2013:
Altieri y Koohafkan, 2008). Estrategias como mantener diversidad genética, usar policultivos
y agroforesteria, cosechar agua, conservar suelos, entre otras, son estrategias de
minimización de riesgo frente a climas inciertos. El uso diversificado del paisaje y el acceso a
recursos múltiples incrementa la capacidad de los campesinos de responder a la variabilidad
y cambio ambiental (Altieri, 2013). Alrededor del mundo muchos agricultores tradicionales
respondieron a las condiciones climáticas cambiantes demostrando innovación. Altieri
(2013) menciona como un gran número de agricultores tradicionales poseen lecciones de
resiliencia para los agricultores modernos. Diversos expertos han sugerido que el rescate de
los sistemas tradicionales de manejo, en combinación con el uso de estrategias
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agroecológicas, puede representar la única ruta viable y sólida para incrementar la
productividad, la sostenibilidad y la resiliencia de la producción agrícola.
En vistas de este contexto, ¿podrán las tecnologías abiertas presentar una alternativa viable
para generar soluciones que los agricultores no pueden obtener del mercado?, ¿cuáles son
sus beneficios en términos de innovación y democratización del conocimiento?
1.1 Problemática de la investigación
Primero, se debe mencionar, que los estudios sobre el fenómeno del diseño abierto en la
agricultura son escasos. Si bien las prácticas de apertura son un enfoque en crecimiento, el
diseño abierto y participativo no es una corriente de innovación dominante. Aunque sobran
estudios de los beneficios de la innovación tecno-científica para el futuro agrícola, es
necesario involucrar una visión crítica sobre qué vía de innovación puede acercarnos a un
camino más sustentable para resolver el problema de la pobreza y el hambre.
El desafío en el ámbito del agro es grande y complejo. En Argentina, existe apoyo al modelo
de producción a gran escala, con uso intensivo de insumos agroquímicos. Sin embargo,
tanto las comunidades locales como la sociedad en general, sufren sus consecuencias y, al
mismo tiempo, los mercados internacionales están exigiendo diferentes formas de
producción. Los alimentos sanos, nutritivos y orgánicos, que consumían nuestros
antepasados, son ahora alimentos exclusivos en los comercios.
Las tecnologías agrícolas modernas aumentaron la producción y el rendimiento bajo un
desarrollo con impacto ambiental sin precedentes, dependiente de una alta utilización de
insumos y del uso intensivo de agua y suelo, a costa de deforestación y la utilización de
agroquímicos. Además de ello, como se mencionó en el apartado anterior, generó fuertes
procesos de concentración de la tierra, del desarrollo tecnológico con propiedad intelectual
exclusiva y nula capacidad de reparación, de las semillas, de los insumos y los recursos.
Por otro lado, la aplicación de lógicas expansivas en el ámbito del diseño de tecnologías para
resolver problemas tecno-científicos es otra dimensión del problema. Las vías de
innovaciones convencionales no involucran a los productores, o a sus organizaciones, en el
proceso creativo. Las tecnologías estandarizadas y producidas en masa, no siempre se
adaptan a sus particularidades. En el ámbito del desarrollo tecnológico, hay una tensión
entre la lógica expansiva (mercado de tecnologías centralizadas y protección de los derechos
de autor para explotar intensivamente los recursos) y la lógica participativa (escenarios de
la economía social). Existen nociones tradicionales y marcos de referencia conceptuales, que
obstaculizan las prácticas. El diseño puede funcionar como un agente de modernización
externo a las comunidades, que involucra patrones de los mercados globales o fomenta el
diseño de autor exclusivo. Además de ello, se hace referencia a que en los procesos de
diseño existe una falta de diálogo con actores externos y una escasa lectura de los contextos
en su complejidad, lo que ha sido retratado como una ausencia de contexto en el diseño.
La apuesta por la agricultura intensiva, la lógica expansiva del diseño, las tecnologías
cerradas y las políticas de comercialización de la ciencia, influyen en los problemas que
atraviesa la agricultura familiar como sector. La introducción del agronegocio produjo una
migración rural-urbana y la sobreoferta de tecnologías cerradas reemplazaron el
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conocimiento y las técnicas tradicionales. Aún en la actualidad, hay una falta de alternativas
tecnológicas para la pequeña escala y la agroecología.
Muchos agricultores resisten a los procesos de concentración y globalización de la
agricultura, pero sufren de una falta de servicios adecuados, acceso deficiente a los
mercados, un acceso limitado a la tenencia de la tierra, al agua y a la tecnología. Los
productores padecen una falta de tecnificación y una baja inversión inicial destinada a
tecnologías de producción. En vistas de estos problemas, existe una demanda creciente en
torno a procesos innovadores e inclusivos, que mejoren la calidad de trabajo de las formas
alternativas de producción de alimentos en la agricultura familiar. ¿Será posible, en este
contexto, imaginar modelos productivos autónomos o distribuidos en el ámbito de la
agricultura familiar?, ¿se podrán superar los problemas de la agricultura intensiva y
reenfocar las vías de innovación?
El diseño abierto tiene la capacidad para fomentar nuevas formas de producir tecnologías
con las comunidades rurales y acompañarlas en el proceso de generar maquinaria e insumos
para la agroecológica, el mercado orgánico y diversificado, cuidando la utilización de
recursos, el costo y el impacto ambiental. Sin embargo, las transformaciones necesarias
para su viabilidad pueden implicar cambios en las relaciones de poder, en las formas de
producción y consumo, y por lo tanto, en cómo se diseñan las tecnologías. Será necesario
rediseñar también las formas de producir conocimiento y de resolver los problemas
mediante el uso de tecnología. Incorporar actores no convencionales en los procesos de
diseño e implementación también requiere repensar cómo se construye y se comparte el
conocimiento que se genera. Los enfoques participativos pueden brindarle voz a la
población sobre los problemas que los afectan y proveer soluciones alternativas,
descentralizadas, diversas y menos intensivas en el uso de recursos. Sin embargo, la
participación debe analizarse en contexto porque no es una solución en sí misma para la
inclusión en los procesos creativos.
Desde hace tiempo, en el sistema científico se adoptó una política de comercialización de la
ciencia, que fomenta los desarrollos que generan réditos en el mercado.
Consecuentemente, las prácticas que buscan principalmente resolver problemas
ambientales o de justicia social son minoritarias o marginales. Esto también se observa
desde el punto de vista del diseño de tecnologías donde se ha invertido más esfuerzos en
solucionar los problemas de las grandes corporaciones que en explorar tecnologías para la
agroecológica, con inclusión social y bajo impacto ambiental. También se debe comenzar a
pensar un sistema científico que no se base exclusivamente en la transferencia de
tecnologías y conocimiento en forma de patentes o licencias comerciales. Los sistemas
cerrados de producción (de conocimiento o de tecnologías) difieren con otras formas de
innovar, como el diseño abierto y participativo, las licencias abiertas, la producción de pares
o las prácticas de ciencia abierta. Abrir la participación en el diseño, implementación y
evaluación de las tecnologías puede no ser un proceso sencillo y controlado, pero si se
gestiona de un modo correcto, puede generar mecanismos de innovación mucho más
eficientes, adaptables y resilientes.
Las problemáticas y desafíos mencionadas dejan al descubierto la falta de investigación y
desarrollo de grandes empresas e institutos públicos de I+D en aspectos relacionados con
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los modelos de desarrollo de la agricultura familiar, lo cual podría considerarse un ejemplo
de la "ciencia no hecha". La ciencia no hecha (Hess, 2007) se pregunta acerca de los límites
en la búsqueda del conocimiento y sus causas. En general, el déficit se detecta cuando
aparecen grupos sociales exigiendo el estudio de algún tema que les serviría para poder
fundamentar distintos reclamos. En algunos casos, se pueden terminar modificando las
agendas de la investigación científica. La falta de I+d también genera una ausencia de bases
de datos que permitan dimensionar el alcance y capacidad de los resultados de las
experiencias de desarrollo e implementación de tecnologías para la inclusión social. Al
mismo tiempo, existe una dispersión y desarticulación de conocimientos tecnocientíficos en
la formulación, validación, ejecución y evaluación de los procesos de desarrollo tecnológico.
Hess (2007) examina cómo los movimientos sociales y otras formas de activismo afectan la
innovación en ciencia, tecnología e industria; e identifica vías alternativas por las cuales los
movimientos sociales pueden influir en la innovación científica y tecnológica. La evidencia
empírica demuestra el complejo patrón de incorporación (de innovaciones de base) y
transformación (de estructuras de propiedad y los productos alternativos). El análisis de
Hess de vías alternativas al cambio sugiere formas en que las organizaciones económicas
podrían cambiar a un curso más justo y sostenible en el siglo XXI.
Si bien resulta complejo pensar en lo difícil que puede ser enfrentar los desafíos que plantea
esta introducción, existen ciertas experiencias nacionales e internacionales que demuestran
cómo el diseño puede aportar facilitando mecanismos de innovación en las tramas
productivas de una manera más democrática y sostenible. Dichas experiencias, poco
documentadas, pueden explicar cómo operan estas comunidades creativas y cómo realizan
sus procesos de apertura para el intercambio de recursos. Del mismo modo, en el ámbito
del diseño participativo, la creación y construcción conjunta emerge en la actualidad y se
proponen nuevas formas de incluir a una diversidad de partes interesadas en el proceso de
desarrollo tecnológico.
La relación entre tecnología, agricultura y diseño conduce a una serie de interrogantes.
¿Qué potencialidades tiene, en el ámbito de la agricultura, el enfoque de las tecnologías
abiertas combinadas con el proceso participativo?, ¿qué posibilidades de participar en los
procesos de desarrollo tecnológico tienen los agricultores familiares? y, por último, ¿qué
papel juegan los diseñadores en las nuevas formas de innovación abierta?
1.2 Antecedentes y enfoques tecnológicos en la agricultura familiar
A pesar de la relevancia económica y social del sector, varios autores señalan que la
innovación y el diseño de maquinarias y tecnologías para la agricultura familiar se encontró
históricamente rezagado respecto de la agricultura convencional y que, además, existe una
dispersión y desarticulación de conocimientos tecnocientíficos en la formulación, validación,
ejecución y evaluación de los procesos de desarrollo tecnológico. Existen estudios que
determinan una falta de bases de datos que permitan dimensionar el alcance y capacidad
para poder visibilizar y comunicar los resultados de las experiencias de desarrollo e
implementación de tecnologías para la inclusión social en la agricultura familiar (Juarez y
Avellaneda, 2011).
A pesar de ello, desde los 60, varias concepciones teóricas han fomentado el desarrollo de
tecnologías apropiadas a la pequeña agricultura familiar, aprovechando el conocimiento de
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los productores y la utilización de materiales y conocimientos locales (Schumacher, 1973;
Jequier, 1976; Kohr, 1981). Bajo este enfoque, se encuadran las tecnologías alternativas
(Dickson, 1978), vernaculares o de periferia (Bonsiepe, 1985) y democráticas (Mumford,
1964). Dichas concepciones formaron buena parte de los debates y desarrollos sobre
tecnologías para la agricultura familiar en el país y en la región hasta la década de 1990
(Arond y Fressoli, 2015). Estas prácticas fueron en gran medida dejadas de lado a medida
que empezaron a adoptarse políticas de comercialización de las innovaciones y un enfoque
de producción de conocimiento orientado hacia el mercado (Fressoli et al., 2016).
En los últimos años, surgen un gran número de prácticas abiertas y colaborativas que van
desde el movimiento de software libre y código abierto a las iniciativas de ciencia
ciudadana, de fabricación basada en la comunidad o la producción colaborativa y abierta de
artefactos y maquinarias (Benkler, 2016; Kreiss et. al., 2011). Se afirma que los modelos de
producción abiertos y colaborativos tienen el potencial para producir conocimiento,
artefactos y formas de organización que podrían acelerar la innovación y aumentar la
eficiencia en el uso de recursos cognitivos y tecnológicos locales (Van Zwanenberg et al.,
2017). Fressoli et. al., (2017) mencionan cómo estas formas de producir conocimientos y
tecnologías resultan clave para encontrar soluciones colectivas a problemáticas
crecientemente complejas. En agricultura existen modelos abiertos y colaborativos, como
las plataformas digitales, que permiten la colaboración en línea de procesos de diseño,
innovación y distribución libre tales como Farmhack (comunidad mundial de agricultores
que modifican sus herramientas mediante el intercambio abierto de conocimientos), Open
Source Ecology (diseño abierto para la autosuficiencia en la producción de alimentos) o la
Open Agriculture Initiative (OpenAg) donde se crean recursos abiertos para acelerar la
innovación agrícola en base a tecnologías abiertas que permitan la producción local.
Desde el ámbito del Diseño, surgen en la actualidad teorías sobre la relevancia de los
procesos abiertos y participativos en el desarrollo tecnológico. Por ejemplo, Manzini (2015)
enuncia la importancia del diseño para la innovación social definido como la generación de
respuestas desde las capacidades de un grupo social. Por otro lado, en el campo del diseño
participativo (Cross, 1972; Sanoff, 1999), se ha instalado la noción de co-diseño (Sanders y
Stappers, 2008), refiriendo a la creatividad colectiva aplicada a un proceso de diseño. Para
las problemáticas sociales y productivas de la actualidad, la participación en el momento de
decidir cuestiones importantes está ganando interés. A nivel global, el término “Diseño
Abierto” aparece por primera vez a fines de los 90 por la Open Design Foundation (ODF).
Van Abel et. al., (2014) observan cómo los principios de apertura conforman una práctica de
diseño novedosa. Relevan proyectos actuales de productos abiertos, nuevas formas en que
las empresas tradicionales se ven impulsadas a compartir su trabajo en línea, herramientas
de diseño, softwares generativos de diseño y problemas emergentes de propiedad
intelectual en este campo.
Existen estudios que declaran cómo los diseñadores pueden beneficiarse de las políticas de
fuente abierta y describen los beneficios potenciales del diseño abierto en aplicaciones de
diseño de máquinas (Vallance et al., 2001). Raasch et al., (2009) se centran en el estudio de
casos de desarrollo abierto de objetos tangibles.
A nivel nacional, varios autores reflejan la importancia de la disciplina del Diseño Industrial
para el desarrollo regional, territorial y productivo. Galán (2012) analiza cómo el diseñador
abandona el rol lineal de “creador de productos” para asumirse como “agente de procesos”
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del desarrollo territorial y productivo de Latinoamérica. Bernatene (2015) propone una
ampliación de la disciplina de diseño para adecuarse al contexto tecnológico altamente
cambiante, dependiente y descapitalizado.
Desde la teoría, el diseño de tecnologías abiertas y colaborativas permite materializar una
serie de beneficios: una baja en los costos de diseño y producción, el aprovechamiento de la
inteligencia colectiva de los productores involucrados (Nielsen, 2012), la aceleración del
ciclo de innovación y resolución de problemas, y la posibilidad de generar diseños
adaptados al usuario (Anderson, 2014). A su vez, se asume que la participación de diferentes
actores en las tomas de decisiones genera mayores niveles de adecuación y adopción ya que
los procesos se diseñan con datos sensibles al contexto social en el que se producen.
Además, se afirma que el diseño abierto genera un proceso dinámico de innovación que
permite sortear barreras de tipo tecnológicas (impedimentos productivos), económicas
(brinda libre acceso a la información), y culturales (contempla conocimientos específicos
necesarios para la comprensión y uso de la tecnología) (Zanovello et al., 2016). Según Perez
(2016), los sistemas dinámicos de innovación fomentan el capital social, habilitan modelos
de producción flexible y organizados en redes favoreciendo el reemplazo de la producción a
escala por la coexistencia de economías variadas con el modelo habilitado por las tics.
De algún modo, el principal desafío del diseño abierto es intentar interrumpir los
movimientos macro-políticos que privatizan los bienes comunes o controlan el acceso del
dominio público. Una respuesta efectiva a ese desafío comienza con la comprensión y la
reflexión sobre las prácticas de diseño y sus estrategias, desde una mirada local.
En Argentina, existen casos de diseño abierto y espacios colaborativos en diversas áreas.
Como ejemplo se puede mencionar la plataforma Fabrica, Diseño e Innovación, que
promueve el diseño y desarrollo de proyectos de innovación social abordando soluciones
sostenibles enfocadas en la educación, salud y hábitat. Además de ello, en los últimos años
han comenzado a surgir diversos espacios de coworking y makerspaces. Como ejemplo se
pueden mencionar Laboratorio de Juguete (experimentación lúdica con electrónica); el
Hacklab de Barracas, o Garage Lab, un espacio académico donde se desarrollan soluciones
de forma colaborativa.
En el caso particular de la agricultura familiar, existen casos participativos que aplican tanto
a la dimensión de la vivienda como a la dimensión productiva. Como ejemplos pueden
mencionarse artefactos con utilización de energía renovable (termotanques y destiladores
solares), instalaciones para cría de animales, envases para la comercialización de hortalizas,
aislantes para viviendas, bombas para elevación de agua, entre otros. Sin embargo, a pesar
del potencial que estas experiencias demuestran para favorecer procesos de inclusión y
resiliencia del sector rural, todavía no existen análisis de la participación y la apertura desde
un enfoque de diseño industrial en base a casos de estudio nacionales que se encuentren
implementados en la actualidad y con instrumentos de análisis generados para el sector de
la agricultura familiar de Argentina. ¿Tiene el diseño abierto y participativo el potencial de
constituirse en una alternativa para el desarrollo de tecnologías para la agricultura familiar y
revitalizar las tradiciones de tecnologías apropiadas que fueron utilizadas y continúan
presentes en el país?
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El análisis permitirá formular y describir modalidades de diseño abierto y participativo que
respondan a experiencias implementadas en la actualidad contribuyendo a identificar
estrategias de apertura y participación más adecuadas para fomentar el desarrollo de
tecnologías y artefactos para el sector. A partir de una triangulación de enfoques teóricos
como los Estudios Sociales de la Tecnología, la producción colaborativa y los enfoques de
diseño abierto y participativo, el estudio se propone generar un análisis de casos e
implementación de tecnologías abiertas en el campo del diseño industrial. La experiencia de
casos particulares de tecnologías abiertas pueden favorecer a repensar el problema de la
innovación para la agricultura familiar. El análisis de las experiencias permitirá identificar,
caracterizar y problematizar el diseño abierto y colaborativo en agricultura familiar.
1.3 La relación entre el diseño industrial y la agricultura familiar
El diseño industrial y la agricultura familiar parecen ámbitos separados. Por un lado, una
disciplina creadora de productos y artefactos y por otro, una agricultura de baja escala,
heterogénea y diversa que trae consigo una serie de reivindicaciones sociales. “Un
encuentro de dos mundos”, así se definía en la primera mesa de “Diseño e innovación para
la agricultura familiar” en el marco del 5to Congreso Latinoamericano de Diseño (DISUR) del
año 2018. Allí, reunidos, técnicos, diseñadores, arquitectos e investigadores, en torno a la
temática y en relación al trabajo en diferentes zonas rurales del país, surgió un debate
referido a la necesidad de vinculación del mundo rural y el urbano; el mundo de la academia
y el de los productores que habitan diferentes regiones de Argentina.
En los últimos años, se profundiza el diálogo sobre los nuevos roles sociales del diseño. Este
fenómeno fue promovido, no sólo desde el ámbito académico, sino también, desde
organizaciones, la comunidad o los mismos diseñadores comprometidos con las necesidades
actuales. El tema toma más atención cuándo las prácticas se orientan a la salud, el hábitat o
los alimentos, es decir, cuándo fomentan las cuestiones básicas de bienestar social. En esta
dirección, se pretende analizar una experiencia colectiva, con participación plural y diversa,
donde encuentra el valor esta investigación. El estudio plantea un análisis crítico de una
forma situada y participativa de diseñar tecnologías con un sector rural de Argentina.
Discute, de algún modo, diversas alternativas a los esquemas convencionales de innovación
destacando los desafíos que enfrenta el diseño al desarrollar prácticas abiertas con
comunidades rurales en distintos territorios del país, a partir de cuatro casos de desarrollo
tecnológico abierto y participativo.
Al parecer, las prácticas colaborativas y el diseño abierto ponen en escena una forma más
democrática de llevar adelante un proceso de diseño e implementación tecnológica. Y no
solo eso, sino que el pensamiento de diseño orientado a soluciones colaborativas está
generando respuestas más rápidas y efectivas a problemas emergentes. En un escenario
global de múltiples crisis (sociales, económicas y políticas), las problemáticas no solo se
visualizan a nivel macro, sino que se encuentran afectando la vida individual de las
personas. Lo mencionado genera nuevos procesos asociativos y de innovación social sin
precedentes, en donde el diseño encuentra nuevas y potenciales formas de manifestación.
A nivel internacional, el diseño sufre un proceso de transformación que desborda los
principios tradicionales. En la época de la industrialización, la disciplina del Diseño Industrial
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resultaba de importancia social porque a través de su práctica era posible la tipificación de
los productos. En dicho contexto, la estandarización productiva era una necesidad social
(Caló, 2012) y fue allí que se sentaron las bases del diseño para un trabajo sistemático
orientado a la producción en serie (Moholy-Nagy, 1997). La dimensión social estaba
comprendida en torno a la fabricación seriada de productos que enriquecieron la vida
cotidiana, fundamentalmente en entorno a la sociedad y los trabajadores, mediante la
formulación de objetos estandarizados y accesibles. La funcionalidad inducía
constantemente a obtener un diseño de acuerdo a las exigencias de la producción industrial
(técnica y materias primas) y las condiciones sociales (referidas a las necesidades de la
mayoría de la población). En aquel momento, el diseño industrial requería un lenguaje
esencial y universal de modo de que la estandarización del objeto permitiera un alcance
mayor en el público usuario.
Hoy pareciera que esta conceptualización se invierte. La estandarización universal y la visión
de eficiencia se ven afectadas por cambios en las formas de producción y consumo. En este
contexto, nuevas prácticas que revierten la concepción canónica del proyecto de diseño se
desarrollan en todas partes del mundo. En ellas, prevalece una preocupación por enmarcar
la tarea proyectual en una perspectiva ético-política a favor de una nueva producción más
sustentable y consciente, tanto en las ciudades como en el áreas rurales. En la actualidad y
en el ámbito del diseño, existen campos que han cobrado relevancia como nunca antes,
como lo es la nueva concepción de patrimonio, la economía circular, las llamadas
tecnologías sociales y el diseño con foco en la sustentabilidad social, económica y ambiental
(Bernatene, 2015). De algún modo, estas prácticas enfrentan la mercantilización de los
recursos culturales, naturales y humanos y contrastan con el legado dejado por la economía
industrial, dependiente de un modelo de mercado controlado y de la protección de los
derechos de autor. La tarea del diseñador y sus implicancias, así como la responsabilidad
social y ambiental en torno a la disciplina, se amplían. Los enfoques que requiere el
contexto latinoamericano hacen hincapié en el entendimiento del diseño con una
concepción participativa, sistémica, compleja e integrada, ampliando las variables
tradicionales ligadas al producto, no solo a la relación artefacto-usuario, sino a su
ecosistema y a su territorio (Galán, 2006). Las nuevas potencialidades de este enfoque
resultan necesarias para pensar el diseño en la agricultura familiar, su relevancia estratégica
para la producción de alimentos sanos, sustentables y diversificados, para pensar nuevas
vías de innovación en la agricultura y reflexionar sobre el accionar de las disciplinas
proyectuales en relación al desarrollo territorial y productivo nacional, regional y local.
La proximidad vital del diseño industrial a la tecnología le confiere un rol estrechamente
ligado a las dinámicas de la innovación. Retomando palabras de Galán (2006), uno de los
mayores desafíos para el diseño industrial a nivel local es el de reconstruir el tejido
productivo, dañado por la recesión industrial, y acompañar a las comunidades en el
enfrentamiento de los complejos escenarios de la globalización. Las comunidades en
general, y las rurales en particular, se ven obligadas a reordenar sus patrimonios materiales,
simbólicos y productivos al enfrentar contextos transculturales y complejos (Galán, 2006).
Siguiendo las palabras de la autora, el diseño está creando nuevas aproximaciones que
cooperan en la tarea de desarmar los procedimientos construidos, superar las nociones que
obstaculizan las prácticas y los modelos y representaciones establecidas por la práctica
profesional. El diseño se transformó en un agente de modernización, introduciendo en las
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realidades locales la lógica expansiva de la innovación, los patrones de los mercados
globales, y fue muy eficaz en difundir los patrones éticos y estéticos de la modernidad. Sin
embargo, en los escenarios de la economía social que surgen fuertemente en nuestro país,
su rol se coloca a la par de las comunidades locales para utilizar los recursos de la disciplina
a favor de su posicionamiento con una perspectiva crítica y modalidades adaptadas a sus
dinámicas. Mientras que, desde un enfoque tradicional, el diseño industrial intentará la
saturación del espacio simbólico generado por los productos y las marcas y la expansión de
su esfera de influencia y mercados; los agricultores familiares, privilegian la lógica
cooperativa, la preservación de su identidad, cohesión interna y el arraigo.
La innovación ha demostrado que los artefactos y las tecnologías son la plasmación de
conocimientos articulados en cadenas de valor y que el diseñador en contextos complejos
es más un agente de procesos que un autor de productos (Galán 2006). El diseño de autor
no revela los procesos, las herramientas y los criterios que rigen a la actividad. Mantiene a la
disciplina restringida a ciertos circuitos culturales exclusivos y no fomenta una expansión a
la contribución a los escenarios de la economía social. Los casos de diseño y agricultura
familiar tienen en común la urgencia de desplazar la atención del objeto (entendido como el
bien tangible) al sujeto y su contexto. Esto permite expandir la comprensión de la actuación
de diseño en un ambiente colaborativo e involucra la generación de conocimiento como
concepto esencial de este tipo de procesos. Los diseñadores fueron sensibilizados para
verse a sí mismos como autores de objetos en escenarios previsibles. Muchos teóricos han
retratado la falta de diálogo con actores externos, lo que establece una falta de lectura de
los contextos en su complejidad. El diseño en la agricultura familiar debe favorecer a un
conocimiento que abra las puertas de la autonomía y la emancipación de los sujetos sociales
(Galán, 2007). De este modo, el accionar debe estar centrado en la calidad de vida de las
comunidades. La incorporación de la innovación como mecanismo colectivo de acumulación
de conocimientos para resolver problemáticas complejas resulta clave para la lectura de los
escenarios del sector rural en Argentina. En cierta forma el objeto (producto, artefacto,
servicio) es analizado en su carácter de interfase, es decir, en su capacidad para recibir y
emitir información respecto de un sistema en el cual operan. El escenario funciona como
una totalidad representacional, asignadora de sentido, que subordina los productos a las
dinámicas sociales. En el marco de la relación entre el diseño y la agricultura familiar, existe
la necesidad de ampliar la base de comprensión de la gestión de diseño en relación al
sector, debido a que no siempre las categorías y los procedimientos construidos fueron de
utilidad en escenarios participativos.
Las experiencias que se analizan en este estudio se dedican al desarrollo tecnológico
aplicado a la resolución de problemáticas tanto de las familias productoras como de las
cadenas productivas de alimentos. Fomentaron procesos colaborativos según cada
problemática particular. Con el paso del tiempo, se generó un espacio para que estos
mundos identifiquen oportunidades y posibilidades de desarrollo, generando un enfoque
particular sobre los artefactos y el rol del diseño, que enlazan nociones tanto de las
tecnologías sociales como de los movimientos de código abierto. De este modo, a lo largo
de la trayectoria de estas experiencias, los procesos de diseño han podido generar mejoras
en los procesos productivos primarios y de agregado de valor, así como favorecer la
resiliencia del sector familiar y visibilizar los eslabones de las tramas productivas. Por otro
lado, las tecnologías tienen el objetivo de mejorar y humanizar las condiciones de trabajo y
12
por lo tanto, la calidad de vida de las comunidades. Se orientan a potenciar las cadenas
cortas (alternativas) de comercialización y distribución de alimentos, lo que fomenta el
acercamiento entre el productor y el consumidor. En este contexto, se propone al diseño
como una disciplina de carácter estratégico, mediadora de recursos para acompañar
emprendimientos sociales, organizaciones y comunidades. La relación entre el Diseño
Industrial y la agricultura familiar pone en cuestionamiento la concepción mercantil (lógica
expansiva) como único campo de acción del diseño industrial. Por el contrario, los proyectos
que se analizan socializan el proceso de diseño e introducen la necesidad de investigación,
utilizando herramientas metodológicas que brindan sustentabilidad ambiental, económica y
social. A su vez, han generado mecanismos que permitan y faciliten involucrar a diferentes
actores en las decisiones de diseño, estableciendo relaciones más horizontales y un quiebre
con la concepción del diseño de autor. Con el paso del tiempo, fomentaron una visión crítica
de las tradiciones operativas del diseño, por resultar insuficientes en contextos complejos.
1.4 Objetivos e hipótesis de la investigación
La investigación tiene como objetivo principal determinar de qué manera se implementa el
diseño abierto y de qué modo potencia (mejora) el desarrollo de tecnologías para la
agricultura familiar. Dicho de otro modo, tiene el propósito de analizar cómo se produce el
proceso de apertura en proyectos participativos de desarrollo e implementación de
tecnologías abiertas en el ámbito de la agricultura familiar a nivel nacional.
Para ello se plantean una serie de objetivos específicos:
a. Realizar un mapeo de casos existentes de desarrollo participativo de artefactos a nivel
nacional.
b. Analizar el nivel de apertura del producto (determinado por las características del
artefacto, la estrategia de implementación territorial y productiva, las herramientas y
métodos de distribución y los modos de apropiación de los artefactos abiertos).
c. Analizar el nivel de apertura del proceso (quien participó en cada etapa, de qué modo,
mediante qué instancias, encuentros y talleres).
d. Examinar los aprendizajes, conocimientos y desafíos generados al implementar los
modelos abiertos.
Las preguntas que guían el estudio son: ¿de qué modo se generan e implementan las
tecnologías abiertas?, ¿en qué influye la apertura en las características del artefacto
diseñado?, ¿cómo es la participación en el proceso?, ¿qué potencialidades y limitaciones
tiene este modelo de desarrollo? Los resultados están enfocados en la información obtenida
de casos implementados en territorio, mediante la obtención de datos de proyectos de
desarrollo tecnológico nacionales en el ámbito del sector socio-productivo de la agricultura
familiar. La escasez de conocimiento sobre diseño abierto y participativo aplicado al
desarrollo tecnológico en el ámbito rural requiere que los resultados estén enfocados en la
información obtenida de casos de estudio.
Este análisis permitirá formular y describir modalidades de diseño abierto y participativo y
elaborar un marco teórico y metodológico para el análisis e implementación de tecnologías
abiertas en el campo del diseño industrial y favorecer la integración de la disciplina en las
13
tramas productivas. Por último, el análisis de las experiencias posibilitará identificar y
elaborar esquemas estratégicos para el diseño abierto y colaborativo.
La hipótesis principal que guía la investigación es que los procesos de desarrollo tecnológico
abiertos tienen mayor potencial para la resolución de problemáticas debido a que (a)
solucionan problemas complejos con bajos recursos y mediante tecnologías de bajo costo;
(b) utilizan la inteligencia colectiva de involucrados (intereses comunes, validación y
legitimidad); (c) aceleran el ciclo de innovación en relación a los modelos de innovación
convencional; (d) brindan la posibilidad de generar diseños adaptables y flexibles a diversos
contextos.
Sin embargo, la hipótesis secundaria es que, a pesar de estas potencialidades existen
barreras, impedimentos y limitaciones para la implementación del diseño abierto en
relación a: (a) exigencias de control de calidad en la fabricación de los artefactos en
aspectos funcionales y mecánicos en tecnologías que tienen que ver con el procesamiento
de alimentos inocuos y de calidad; (b) la necesidad de nuevas estrategias de divulgación y
distribución tanto digitales como presenciales para la implementación de los artefactos, el
análisis de su impacto, la generación de feedbacks con los productores para el
aprovechamiento de sus nuevas resoluciones, es decir, existe una falta infraestructura para
la distribución abierta.
1.5 Estructura de la investigación
Analizar el desarrollo y la implementación de las tecnologías abiertas para la agricultura
familiar requiere relevar que se ha investigado sobre esta temática particular desde
distintos enfoques. Para ello, en el capítulo 2, se describe al sector de la agricultura familiar,
como sector estratégico para el conocimiento y desarrollo sostenible. Se retratan las
problemáticas del sector y su relación con la dimensión tecnológica, aspecto central en esta
investigación. Para comprender la raíz de los problemas de desarrollo en este ámbito en
particular, se realiza un recorrido por diferentes enfoques de innovación, como lo son las
tecnologías apropiadas en la agricultura familiar, los movimientos de innovación de base y
los enfoques de producción abierta y colaborativa. Por otro lado, se analizan las tecnologías
y el código abierto, el movimiento de software y hardware abiertos, como inicio de un
nuevo modelo que está generando re aplicaciones en diversos ámbitos, como lo es la
producción de artefactos o maquinarias. El estudio de las diferentes definiciones del diseño
abierto, sus procesos de documentación, divulgación y el ecosistema del diseño abierto
permitieron determinar cómo analizar los procesos de apertura. Los antecedentes de
plataformas y proyectos abiertos de tecnologías para la agricultura relevados permiten
examinar una gran cantidad de casos locales que se conectan con movimientos globales.
Por otro lado, el capítulo 3, ubica el tema objeto de investigación dentro del conjunto de las
teorías existentes con el propósito de precisar dónde se ubican la pregunta central de la
investigación, la problemática abordada y sus lineamientos analíticos. Esta sección explica
cómo se organiza el análisis y se integran una serie de conceptos que aplican a dos
dimensiones: al proceso de diseño y a las características de los artefactos diseñados. Para
ello se contextualiza el diseño abierto y colaborativo en la agricultura familiar y se
argumenta por qué presenta particularidades que son necesarias estudiar. En este punto, es
14
necesario contraponer algunas diferencias del diseño convencional (tradicional) y el diseño
abierto. Se plantean una serie de interrogantes en relación a los modos de implementación
del diseño abierto en la agricultura familiar desde casos nacionales. En segundo lugar, esta
sección tiene importancia para comprender cómo la investigación analiza la apertura de los
procesos de diseño y las tecnologías en los capítulos siguientes. El desarrollo de artefactos
abiertos (bienes tangibles) de modo participativo tiene dos dimensiones claras de análisis.
Por un lado, la apertura del proceso de diseño, es decir, cuán abierto es el proceso de
diseño a la participación. Por el otro, la apertura del artefacto o la tecnología, lo que está
relacionado con sus características constructivas y sus estrategias de implementación
territorial. En el capítulo 3, se explican detalladamente ambas categorías de análisis para
comprender qué factores involucra cada una de ellas. En tercer lugar, debido a que es una
investigación basada en casos prácticos, surge la necesidad de estudiar tres aspectos: los
desafíos, el conocimiento generado y los aprendizajes en la práctica.
Por último, la cuarta sección del capítulo 3, se refiere a los aspectos metodológicos de la
investigación. Indica hacia donde se enfocan los resultados, de dónde se obtiene la
información y el recorte temporal. Por otro lado, esta sección justifica la utilización de
metodologías de carácter cualitativo. Se determinan las herramientas que se utilizan del
campo de Estudios Sociales de la Ciencia y la Tecnología, de la Producción Abierta y
Colaborativa y del Diseño Abierto. A su vez, se proporcion una descripción de las actividades
y métodos utilizados tanto para recoger y procesar datos, así como la forma en que se
clasificaron y una serie de actividades necesarias para arribar a los resultados. El estudio de
casos se utiliza para reunir datos empíricos, con el fin de poder examinar casos individuales
como parte de un universo en común. En esta sección también se detallan los criterios que
fueron utilizados para seleccionar los casos de estudio y una breve descripción de los
mismos, así como las fuentes de información y las categorías de análisis.
En el primer capítulo de los resultados, capítulo 4, se relevan y clasifican una larga cantidad
de proyectos participativos tanto el ámbito nacional como internacional y se realiza una
caracterización y mapeo de los mismos. Dicho capítulo da cuenta de una cantidad
importante de casos de diseño participativo y abierto desarrollado con el sector de la
agricultura familiar. Por otro lado, los capítulos 5, 6 y 7 presentan los resultados de la
investigación a partir de la selección y análisis de cuatro casos de estudio para un análisis
más detallado, en relación a las siguientes dimensiones: la apertura de la tecnología, la
participación en el proceso, y los dilemas, conocimientos y aprendizajes de las prácticas.
El capítulo 5, la apertura en producto, analiza a los artefactos y las máquinas como recursos
abiertos. La apertura del producto se focaliza en el análisis del artefacto y su
implementación territorial, es decir, refiere a su accesibilidad. ¿de qué modo el producto
(artefacto) estuvo accesible para poder verse, modificarse y usarse?. ¿Qué tipo de
información se generó y de qué modo se encontró disponible?. ¿Cómo se encuentran los
destinatarios con la solución tecnológica?. Se analizan los soportes de divulgación que se
generaron y los mecanismos y formatos que se proporcionan alrededor de un artefacto para
favorecer su expansión. ¿Qué estrategias de divulgación se generaron? ¿Dónde y de qué
modo fueron implementadas? ¿Cómo circuló la información?. Los soportes generados,
¿potenciaron o redujeron la implementación tecnológica?. Estos son algunos interrogantes
abordados en este capítulo.
15
El capítulo 6, la apertura en el proceso, refiere a la forma en que se abren las distintas
etapas del diseño a la participación, mediante qué encuentros y con qué actores. Las
incógnitas que aborda este capítulo rondan en: ¿Qué encuentros se realizaron en la etapa
de investigación, diseño e implementación de cada caso? ¿Cómo se caracterizan estos
espacios? ¿Qué beneficios brinda la participación?. Para ello, se relevan los encuentros
participativos, como mecanismos facilitadores de los intercambios. Los mismos, se ordenan
según las etapas del proceso de diseño. Hacia el final del capítulo se examinan los beneficios
que brindó la participación con el objetivo de comprender por qué las personas participan.
En el transcurso de la práctica de desarrollo de las tecnologías abiertas, pueden encontrarse
dificultades, tensiones, o barreras. El capítulo 7, permite identificar las dificultades que
atraviesan los participantes de los proyectos así como los aprendizajes y conocimientos
generados, tanto para el diseñador, como para las instituciones y las organizaciones de
productores.
El capítulo 8 retoma todas las incógnitas que guían la investigación para generar una
reflexión entre lo que se plantea en la teoría y los datos obtenidos de los casos de estudio.
Esta sección dialoga con el cuerpo de la teoría y lo que revelan los casos locales. Por último,
se enuncian las contribuciones de la investigación, las limitaciones encontradas, una serie de
principios para el diseño abierto y participativo, y las líneas de investigación a futuro.
16
CAPÍTULO 2
ESTADO DE LA CUESTIÓN
Fotograa de Paula Aguilera. La Plata. 2017.
Nota: Caso Envases para cadenas cortas de comercialización de productos agroecológicos. Taller Parcipavo para
definir los requerimientos y requisitos del diseño.
CAPÍTULO 2. ESTADO DE LA CUESTIÓN
2.1 INTRODUCCIÓN A LA SECCIÓN
Analizar el modo en que se desarrollan e implementan las tecnologías abiertas para la
agricultura familiar requiere relevar qué se ha investigado sobre esta temática particular
desde distintos enfoques. La investigación busca comprender factores que influyen en los
procesos de desarrollo tecnológico abiertos y qué estrategias de divulgación,
implementación productiva y expansión territorial se requieren. Para los objetivos e
incógnitas que plantea esta tesis, existen enfoques variados que se dedicaron al estudio de
diferentes aspectos que plantea esta investigación. A continuación se describen una serie de
secciones que permiten abordar la relación entre desarrollo de tecnologías y la construcción
de soluciones para la agricultura familiar.
La primera parte analiza la agricultura familiar como sector socio-productivo y el
surgimiento de un imaginario sociotécnico alternativo construido como contramodelo de la
agricultura industrial bajo modelos de coproducción entre ciencia y tecnología. Debido a
que se trata de un sector heterogéneo, se realiza un breve recorrido por el concepto, se
revisan sus definiciones y se revelan problemáticas comunes, haciendo foco en la dimensión
tecnológica. Posteriormente, se detalla el modo que el sector se legitima como objeto de
conocimiento de diferentes organizaciones e instituciones, así como también la importancia
que asume en la actualidad para el desarrollo sostenible.
Por otro lado, existe literatura que se ocupa en profundidad de pensar la relación entre
desarrollo de tecnologías y la construcción de soluciones para la agricultura familiar: el
enfoque de las tecnologías apropiadas en la agricultura familiar y los movimientos de
innovación de base. Dichos cuerpos teóricos se ocupan en profundidad de pensar la relación
entre el sector y el desarrollo de tecnologías. Este apartado busca relevar aspectos sobre la
participación, producción abierta y colaborativa y la existencia de movimientos y enfoques
que asumen al conocimiento como bien común. Además, se analiza el cambio en el papel de
los usuarios en la tecnología y el modo en que se convierten en parte del proceso de diseño.
¿Existen formas alternativas de desarrollo tecnológico en el ámbito de la agricultura
familiar?, ¿qué conceptos emergentes del diseño aplican en ellas?. En este punto, se
exploran formas alternativas de producción de conocimiento, iniciativas que se han auto-
movilizado desde dentro de las comunidades de agricultores y están participando en el
desarrollo tecnológico para la propia comunidad. El modelo de desarrollo agrícola del sector
ha establecido un lugar en la agenda tecnocientífica Argentina y se presenta como
alternativa a métodos de investigación tradicionales.
Posteriormente, el tercer tema que se plantea es el de las tecnologías libres y el código
abierto. Esta sección describe el espíritu del enfoque y su relación con el movimiento de
software y hardware de código abierto. Se explica de qué modo influyó el movimiento
tecnología apropiada en el código abierto y de qué modo se está conceptualizando un
modelo de la agricultura de código abierto como un nuevo movimiento social.
Por último, desde el punto de vista del diseño, se define el diseño abierto, los niveles de
apertura y sus aplicaciones. Se presentan antecedentes de plataformas y proyectos abiertos
18
de tecnologías para la Agricultura y se rastrean experiencias a nivel internacional que
facilitan y promueven este tipo de tecnología.
2.2 LA AGRICULTURA FAMILIAR
2.2.1 Breve recorrido histórico por el concepto de agricultura familiar
Las tecnologías agrícolas modernas y la mecanización de procesos han aliviado la carga del
trabajo para muchos agricultores en todo el mundo. Sin embargo, para los pequeños
agricultores, muchas veces las tecnologías no se corresponden con sus modelos
productivos. A pesar de que es un sector crucial para el desarrollo, la incógnita radica en el
tipo de tecnologías pueden desarrollarse o, mejor dicho, en concordancia con qué modelo
innovación.
Durante la década de los 80 y 90, la agricultura familiar (aún denominada comúnmente
sector campesino) pasó inadvertida en la mayor parte de los países de América Latina y el
Caribe. La modernización de la agricultura y el impulso de la agricultura empresarial,
especialmente dedicada a la exportación, excluían a los agricultores familiares. Durante la
década de los 90, se implementaron reformas tendientes a disminuir e incluso eliminar los
programas públicos dirigidos al sector (Salcedo y Guzmán, 2014) reflejando un incremento
en la migración rural-urbana, en la competencia por la tierra, el agua y la instalación del
fenómeno de re-concentración de tierras, generando una profundización de las diferencias
socioeconómicas entre la agricultura a gran escala y la agricultura campesina, lo cual, en
algunos países, fue denunciado por organizaciones de agricultores campesinos y de la
sociedad civil (Sanches, 2011).
Sobre la década del 2000, el concepto de agricultura familiar comienza a conocerse de
forma generalizada en la región, surgen políticas de inclusión y estudios para caracterizar a
las familias productoras (Barril y Almada, 2007) y conocer su verdadero aporte a la
economía de los países.
Goulet (2020) analiza los mecanismos mediante los cuales la agricultura familiar se
estableció en Argentina durante el período 2004-2016 como una solución legítima al desafío
de la seguridad alimentaria. En Argentina, el movimiento de la agricultura familiar
desarrollado en torno al sector en las últimas décadas promovió la actividad de pequeños
agricultores (Elgert, 2016).
2.2.2 Definiciones actuales del sector
Establecer una única definición sobre la agricultura familiar es un asunto complejo. La
heterogeneidad socioeconómica y cultural que caracteriza al sector entre los países de
América Latina y el Caribe se replica al interior de cada uno de ellos, lo que se dificulta la
elaboración de una sola definición contundente (Salcedo y Guzmán, 2014). La agricultura
familiar ha sufrido distintas definiciones y tipificaciones a lo largo de su historia y en la
actualidad, sigue siendo una categoría en construcción (Schiavoni, 2010). Lopez Castro et al.
(2010), estudian cómo, al paso en que se producen y se crean investigaciones y programas,
se profundizan interrogantes acerca de qué decimos concretamente cuando nos referimos a
la agricultura familiar. A pesar de esta complejidad, a continuación se describen algunas
definiciones de la literatura e instituciones que poseen una trayectoria de trabajo con el
sector.
19
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) define a la agricultura familiar como
un tipo de producción donde la unidad doméstica y la unidad productiva están físicamente
integradas, la agricultura es un recurso significativo en la estrategia de vida de la familia, la
cual aporta la fracción predominante de la fuerza de trabajo utilizada en la explotación, y la
producción se dirige tanto al autoconsumo como al mercado (INTA, 2005). Por otra parte, la
Federación de Organizaciones Nucleadas de la Agricultura Familiar (FONAF, 2007) establece
que es una “forma de vida” y “una cuestión cultural”, que tiene como principal objetivo la
“reproducción social de la familia en condiciones dignas”, donde la gestión de la unidad
productiva y las inversiones son realizadas por individuos que mantienen entre sí lazos de
familia, la mayor parte del trabajo es aportada por sus miembros, la propiedad de los
medios de producción (aunque no siempre de la tierra) les pertenece, y es en su interior que
se realiza la transmisión de valores, prácticas y experiencias.
En Argentina, el término engloba distintas tipologías observables a lo largo del territorio. El
concepto integra categorías tales como campesino (agricultura de subsistencia), colono (por
sus características inmigrantes), chacarero (los más capitalizados o “farmers”), los pueblos y
comunidades originarias, los banquineros (sector rural más empobrecido), y también, a los
trabajadores rurales asalariados y la población rural con actividades no específicamente
agrarias. A pesar de su heterogeneidad, el término se asume como integrador de aquellas
formas. Dentro de este universo, los autores suelen distinguir tres tipos de productores
familiares: capitalizados, de transición y de subsistencia (de Obschatko, 2009).
2.2.3 Conocimiento y desarrollo sostenible
En la actualidad, a nivel internacional, la creación de diferentes programas, instituciones
estatales, organizaciones y secretarías, en conjunto con un amplio abordaje académico de
investigación y desarrollo, se posicionan en torno a la agricultura familiar y demuestran la
existencia de una red interinstitucional que ha visibilizado al sector como objeto de
conocimiento. Las Naciones Unidas declararon en 2014, el Año Internacional de la
Agricultura Familiar, lo que generó una discusión respecto a la importancia y necesidad de
políticas en el ámbito agrícola que la fomenten y fortalezcan. Recientemente, La Asamblea
General de las Naciones Unidas proclamó 2019-2028 el Decenio de la agricultura familiar
con el objetivo de aportar una perspectiva nueva sobre lo que significa ser un agricultor
familiar en un mundo que cambia rápidamente y destaca el papel que desempeñan los
campesinos en la erradicación del hambre y la construcción de nuestro futuro alimentario.
Se asume que los agricultores familiares son los agentes de cambio necesarios para lograr el
Hambre Cero, un planeta más equilibrado y resiliente, y alcanzar los Objetivos de Desarrollo
Sostenible.
En referencia a este tema, en el ámbito nacional, en el año 2009 se creó el Foro de
Universidades para la agricultura familiar, compuesto por representantes de casi la totalidad
de las Universidades Nacionales. Este foro amplía la red de investigación e innovación desde
el ámbito académico para articular políticas de estado que actúen con una misma lógica
para el sector. El foro propone un llamado de acción común hacia la transformación de
aspectos estructurales y productivos que requeriría la implementación de políticas que
modifiquen las actuales condiciones en distintos niveles. Desde el aspecto tecnológico, se
propone revisar las actuales modalidades de propiedad intelectual y patentes; superar la
aplicación de paquetes tecnológicos cerrados y sin adecuación social y cultural, mediante
procesos de generación participativa e interinstitucional. A su vez, desde el ámbito
20
comercial, se alude a nuevas formas de valor agregado, no sólo económico, sino también
social (privilegiando la producción agroecológica que promueve la inclusión social), cultural
(promoviendo interacción de actores de diferentes orígenes, etnias, género) y ambiental
(promoviendo la producción sustentable). También menciona la necesidad de cambios
significativos en el actual paradigma de demanda y consumo de productos que privilegie la
producción de alimentos sanos y favorezca formas de producción y comercialización
sustentables. Y por último, esta red destaca que el modo en el que se desarrolla el proceso
de diseño debe incluir la nueva concepción de ciudadanía (gestión asociada entre
productores y estado, en la cual los primeros puedan asumirse a sí mismos como sujetos
políticos y ser reconocidos como tales, incrementando considerablemente su poder de
negociación).
De este modo, la innovación aplicada a productos, procesos, artefactos, prácticas sociales
más participativas y democráticas, debe ser concebida dentro de una estructura
institucional en la que múltiples actores conformen una red que establezca las condiciones
para generar conocimiento. En esta pretensión subyace una perspectiva que sostiene que la
agricultura familiar no va a poder desarrollarse sólo con la generación de una tecnología
apropiada, si no se encuentra inmersa en una estructura interinstitucional que le permita
generar las condiciones para un mejoramiento integral en su calidad de vida.
2.2.4 Las problemáticas del sector y su relación con la dimensión tecnológica
Tal como se mencionó anteriormente, la agricultura familiar es clave para alcanzar los
Objetivos del Desarrollo Sostenible y la seguridad alimentaria, sin embargo, atraviesa una
serie de problemas. En el 2014, la FAO realizó una serie de diálogos regionales para relevar
las problemáticas comunes del sector: fuertes procesos de concentración y globalización,
efectos adversos por el cambio climático, ausencia de tecnologías adecuadas, falta de
servicios financieros adecuados, acceso deficiente a los mercados y falta de tenencia de la
tierra.
En Argentina, distintos autores también han retratado sus problemáticas. A nivel general, se
pueden mencionar la dificultad de acceso y tenencia de tierra, la carencia de infraestructura
básica y de derechos sociales, problemas en relación a actividad productiva tales como la
dificultad para ingresar al mercado y problemas impositivos y burocráticos a lo largo de toda
la cadena productiva. En este marco, también existen problemáticas relacionadas con
aspectos bromatológicos (normas sanitarias no específicas para los sistemas de la
agricultura familiar), problemas económicos-financieros (Elverdín et al., 2005).
Dentro de las problemáticas de la dimensión tecnológica, donde hace foco esta
investigación, la mayor dificultad del sector se funda en la falta de tecnificación y la
imposibilidad de acceso a la tecnología, lo que impulsa un marginamiento de los modelos
tradicionales de producción. El déficit de recursos (tierra y capital) predetermina una baja
inversión inicial destinada a tecnologías de producción y la consecuente utilización de la
menor cantidad de recursos externos posibles. La ausencia de alternativas adecuadas a su
escala y a su organización del trabajo promueve condiciones de precariedad y resoluciones
deficientes. Elverdín et al. (2005) reflejan la existencia de un escaso desarrollo tecnológico
de equipamientos, materiales y procesos de transformación adaptados a la agricultura
familiar, además de la sobreexistencia de oferta de maquinaria con alta dependencia de
insumos externos de alto costo. Esto significa una creciente demanda en torno a procesos
21
innovadores que mejoren la calidad de trabajo de las formas alternativas de producción de
alimentos en la agricultura familiar.
De este modo, si bien se plantea una falta de tecnología acorde, la problemática se centra
en cuestiones de acceso a las innovaciones y las tecnologías abiertas tienen fuertes
potencialidades en relación a ello. Goulet (2020) afirma que, los ingenieros agrónomos que
trabajan con la agricultura familiar en Argentina, destacan las dificultades encontradas cada
vez que se opta por introducir determinadas tecnologías, requiriendo una adaptación de los
equipos porque están generados para otros y fueron trasladados a un contexto que tenía
otras necesidades. El desarrollo de maquinaria para la agricultura familiar no es una
cuestión de una reducción de escala, se requieren máquinas específicas. Por lo tanto, la falta
de tecnologías acordes no significa que no existieran desarrollos para la agricultura familiar.
Para comenzar a indagar en este ámbito, la pregunta que nos guía es ¿qué enfoques han
tratado el problema del desarrollo de tecnologías para la agricultura familiar?
2.3 ENFOQUES DE INNOVACIÓN Y TECNOLOGÍA EN EL ÁMBITO DE LA
AGRICULTURA FAMILIAR
Esta sección describe enfoques de innovación y desarrollo tecnológico que se utilizaron a lo
largo de las últimas décadas en el sector de la agricultura familiar. Lo mencionado implica
revisar la discusión en torno al desarrollo de artefactos y procesos promovidos en las
comunidades, instituciones o programas desde los años 60 hasta nuestros días. ¿De qué
modo tanto el movimiento de tecnologías apropiadas como el movimiento de innovación de
base abordan el tema?, ¿qué antecedentes hubo en la región?. Luego de definir los
enfoques tecnológicos resulta necesario focalizar el análisis en la dimensión de la
participación y definir el espíritu de la producción abierta y colaborativa. Por último, se
describe el cambio en el papel de los usuarios de la tecnología en la actualidad y cómo se
está comenzando a incluir nuevos actores en los procesos de diseño.
2.3.1 El enfoque de las tecnologías apropiadas en la agricultura familiar
A partir de la crisis del petróleo (1973), la crítica al industrialismo y el movimiento ecologista
en la década del 70, comienzan a surgir enfoques críticos sobre el uso y los efectos de la
tecnología a gran escala para el desarrollo. Una de las críticas que plantea el movimiento de
las tecnologías apropiadas es su rechazo a las herramientas y máquinas costosas,
sofisticadas o complejas frente a aquellas que se usaban normalmente en los países “en vías
de desarrollo” que eran más baratas o accesibles. Desde los 60, varias concepciones teóricas
han fomentado el desarrollo de tecnologías apropiadas a la agricultura familiar,
aprovechando el conocimiento de los productores y la utilización de materiales y
conocimientos locales (Schumacher, 1973; Jequier, 1976; Kohr, 1981). En este enfoque, se
encuadran las tecnologías alternativas (Dickson, 1978), vernaculares o de periferia
(Bonsiepe, 1985) y democráticas (Mumford, 1964). Dichas concepciones informaron buena
parte de los debates y desarrollos sobre tecnologías para la agricultura familiar en el país y
en la región hasta la década del 90 (Arond y Fressoli, 2015). El objetivo de estas tecnologías
ha sido responder a problemáticas de desarrollo comunitario, la generación de servicios y de
alternativas tecno-productivas en escenarios caracterizados por situaciones de extrema
pobreza (como, por ejemplo, algunos sistemas energéticos de bajo costo, técnicas
constructivas para viviendas sociales o sistemas de cultivo agroecológico) (Thomas, 2009).
22
Diversos autores e instituciones han seleccionado una serie de elementos que perfilan y
delimitan el concepto de Tecnología Apropiada en el marco de la agricultura familiar
(Cittadini et al., 2005). En principio, son concebidas como parte del proceso integral de
desarrollo y son creadas con el fin de satisfacer necesidades esenciales de una región y/o
país. Presentan características de diseño propio, como la pequeña escala (operadas,
mantenidas y gestionadas a nivel local) y la concepción simple (el mantenimiento y la
reparación pueden ser hechos por los mismo usuarios). A su vez, presentan modulación, es
decir, la posibilidad de descomponer cada proceso de fabricación, en procesos unitarios y
estos a su vez en parte de uso generalizado en otros procesos, facilita la participación
técnica y organizativa de los actores directos. Se basan en la utilización de recursos locales y
de fuentes energéticas renovables.
Por otro lado, refiriéndose a las características económicas, las tecnologías apropiadas
deberían poseer una baja inversión de capital. Procuran utilizar recursos económicos de la
forma más racionalizada posible para ser poco costosa y/o amortizable en un largo tiempo.
Desde aspectos ambientales, buscan mantener el equilibrio de los agroecosistemas
fundamentales y deben ser sostenibles. Refiriendo a las características socioculturales,
buscan insertarse fácilmente en el medio de los usuarios, desarrollar al máximo la capacidad
y creatividad local y hacer participar a los usuarios en el desarrollo tecnológico de modo de
posibilitar su apropiación integral y control permanente del proceso (Cittadini et al., 2005).
La estrategia de los programas de investigación vinculados a la agricultura familiar en
Argentina pone en evidencia una serie de definiciones que enmarcan su accionar en el
marco de las Tecnologías Apropiadas (Cittadini et al., 2005). En este contexto, las
tecnologías deben asegurar la subsistencia familiar y permitir la mejora de sus ingresos
alcanzando adecuada competitividad. Otro de los puntos que plantea este enfoque es la
ocupación plenamente de la mano de obra familiar, generando trabajo genuino y
mejorando las condiciones del mismo. A su vez, se propone la conservación de los recursos
naturales y el fortalecimiento de la cultura local. Los referidos programas deben considerar
la integralidad del sistema productivo y fortalecer el poder de organización y negociación de
la agricultura familiar. Cuando se plantea desde el programa generar tecnologías
apropiadas, se está señalando la necesidad de desarrollar tecnologías productivas y
organizacionales que guarden estrecha relación con las condiciones socio-económicas y
culturales específicas de la agricultura familiar (INTA, 2015).
En América Latina, algunos ejemplos de tecnologías apropiadas incluyen secadores solares,
calentadores solares de agua, biodigestores, conservadores de calor, tecnologías de
compostado y métodos agroecológicos (Cittadini et al., 2005). El proceso de construcción de
las tecnologías se basaba en métodos participativos que permitían a los usuarios definir
parte del problema e intervenir en la construcción de mejoras o modificaciones en las
tecnologías disponibles. El objetivo principal era construir capacidades para resolver los
problemas locales y fomentar la autonomía de los actores sociales, al mismo tiempo que se
producían tecnologías accesibles y sustentables. Por eso, más que el desarrollo de
tecnologías apropiadas en sí, los activistas buscaban fomentar procesos de participación en
la construcción de “tecnologías socialmente apropiadas” y “apropiables” por la población
local (Serrano, 1987).
23
Los movimientos de tecnologías apropiadas transcurrieron una serie de dificultades
relacionadas con falta de acceso a financiamiento, limitaciones organizacionales, cambios de
enfoques de desarrollo, entre otros. El problema de implementación a escala (generar
cambio social) resultó uno de los principales dilemas de este movimiento (Smith et al.,
2014). Sin embargo, en la región de Latinoamérica, resultó fundamental en varios sentidos.
Primero, como espacio para la experimentación con tecnologías alternativas en campos
esenciales como son las energías renovables y la agroecología. Además, el conocimiento
desarrollado en estas áreas fue retomado más tarde por instituciones sociales, académicas y
empresas en donde tomaron un papel relevante. Estos movimientos se caracterizan por
proponer explícitamente caminos alternativos a las visiones de desarrollo dominante.
2.3.2 Movimientos de innovación de base
El movimiento de innovación de base tiene sus raíces a nivel global en la tecnología
apropiada de 1970. Los movimientos de innovación alternativos (apropiados, alternativos,
vernaculares, grassroots) poseen en común la visión de ser procesos de innovación
participativos (Smith et al., 2014). Se basan en que los movimientos sociales pueden generar
alternativas tecnológicas sustentables y aportar en términos de producción de conocimiento
generando opciones sociales y tecnológicas particulares. Varios académicos han destacado
que el movimiento de innovación de base juega un papel fundamental en el desarrollo
sostenible.
Existen varias definiciones del movimiento en la literatura existente. La más utilizada refiere
a una red que genera nuevas soluciones ascendentes para el desarrollo y consumo
sostenible, soluciones que responden a la situación local y los intereses y valores de las
comunidades involucradas (Seyfang y Smith, 2007). Es decir, tratan de redes heterogéneas
de activistas, científicos, ingenieros y ONGs que buscan experimentar con formas
alternativas de producción de conocimiento y procesos de innovación en la creación de
soluciones tecnológicas orientadas hacia el desarrollo local (Smith et al., 2014). También se
define como la experimentación con el cambio tecnológico que involucra a movimientos
sociales en apoyo de un cambio social más amplio (Hess, 2007). Los movimientos de
innovación de base representan experimentos sociales de tecnologías innovadoras, valores
e instituciones (Haxeltine y Seyfang, 2009).
Hossain (2016) realiza una revisión de la literatura de las últimas dos décadas de los
movimientos de innovación de base y determina algunas características. Los procesos
derivan del conocimiento y habilidades de comunidades e individuos para resolver
problemas locales. Emergen cuando las innovaciones dominantes están encerradas y se
producen cambios sostenibles (Seyfang y Haxeltine, 2012). Mientras que la investigación y el
desarrollo convencional las consideran como una agenda periférica (Jain y Verloop, 2012),
los movimientos de innovación de base enfatizan valores sociales, culturales y éticos que
difieren de las innovaciones convencionales (Monaghan, 2009).
En una situación caracterizada por las innovaciones dominantes, los movimientos de base
prevalecen debido a que su cultura y su accionar se componen en base a nociones de
democracia, apertura, diversidad, experimentación práctica, aprendizaje social y
negociación (Ornetzeder y Rohracher, 2013). Son distintas de las innovaciones
convencionales al menos de las siguientes maneras. Su fuerza impulsora es una necesidad
24
social en lugar de la búsqueda de rentabilidad económica. Se fundan en el compromiso
ideológico en lugar de la búsqueda de ganancias. Se crean a partir de valores y cultura y se
establecen en estructuras de propiedad comunal, dependen del trabajo voluntario,
subvenciones o intercambio, y operan en un contexto social (Seyfang y Longhurst, 2016). En
oposición a las innovaciones corporativas convencionales, tienen un poder transformador y
sus roles son fundamentales para la transición hacia la sostenibilidad (Leach et al., 2012).
Han surgido como redes que generan soluciones innovadoras para muchos desafíos (Feola y
Nunes, 2014) y como resultado de la experimentación local (North, 2010).
La combinación de la ciencia formal e informal se ha convertido en un imperativo para estos
movimientos (Gupta, 2012). Uno de los puntos más destacables de este tipo de
movimientos de innovación es su capacidad social para producir conocimiento, cuestión
que ha sido poco estudiada (Fressoli, 2015). Sin embargo, como muestran Everyman y
Jamison (1991), la producción de conocimiento en los movimientos sociales es una actividad
clave en la construcción de su identidad, su innovación organizacional y la construcción de
imaginarios de cambio. La producción de conocimiento tiene un lugar central en la
articulación social de estas organizaciones. Si algo caracteriza a los movimientos de base es
la construcción de estrategias de incorporación de uso de conocimiento científico-técnico.
Esto implica estrategias de negociación que buscan tanto validar el conocimiento de base en
términos científicos como involucrarse en las agendas de ciencia y tecnología de
universidades e institutos de investigación (Fressoli et al., 2014).
2.3.3 Antecedentes en la región
En Argentina, a partir de la década del 60, se desarrollaron diversas experiencias
identificables como tecnologías apropiadas: viviendas sociales (tecnologías y materiales de
construcción), energías alternativas renovables (solar, eólica, hidráulica), artefactos
ahorradores de energía (cocinas, sistema de calefacción hogareña) y diseños urbanísticos
para poblaciones afectadas por problemas habitacionales. Juárez y Avellaneda (2011)
indican que en la década del 70 alcanzó a gestarse un pequeño núcleo de tecnologías
apropiadas. Hacia los años 90, la Secretaría de Agricultura Ganadería, Pesca y Alimentos, en
conjunto con el INTA, poseían programas de desarrollo rural que contemplaban al sector.
Uno de los programas más relevantes de aquella época fue el programa Prohuerta que tenía
como objetivo fortalecer los procesos organizativos y el desarrollo socioproductivo de los
pequeños agricultores familiares. Otro ejemplo fue el Programa Federal de Reconversión
Productiva para la Pequeña y Mediana Empresa Agropecuaria (Cambio Rural), creado en el
año 1993 y el Proyecto de Desarrollo de Pequeños Productores Agropecuarios (PROINDER),
que comienza en 1998. Las acciones de la década del 90 tendieron a revertir situaciones de
pobreza en un contexto de desaparición de explotaciones agropecuarias. Nogueira (2013)
afirma que los programas de aquella época no fueron instrumentados como una política de
desarrollo rural, sino como una serie de programas sociales para mejorar la situación de
vulnerabilidad (social o económica) de un conjunto de productores caracterizados como
beneficiarios. Los mismos se abocaron a la contención de la pobreza y no a la posibilidad de
generar un proceso de desarrollo sustentable en el tiempo. Sin embargo, a pesar de las
críticas que sufrieron las primeras políticas destinadas al pequeño productor en la
actualidad, fueron un puntapié en el reconocimiento de la división del sector agrícola en dos
referenciales: la agricultura familiar y la agricultura empresarial (Gisclard et al., 2015).
25
Hacia la década del 2000, el enfoque de las tecnologías apropiadas se fusiona en un
movimiento de tecnologías para la inclusión social. Los actores involucrados en este proceso
en América Latina incluyeron comunidades locales, instituciones públicas, laboratorios de I +
D, universidades, ONG, cooperativas y fábricas reclamadas por sus trabajadores. El interés
en la innovación de base abarcó desde redes en Brasil, hasta el movimiento cooperativo en
Uruguay y unidades de I + D en Argentina, así como los enfoques emergentes de la
agroecología y la economía solidaria (Smith et al., 2014). Uno de los movimientos más
importantes en este período es la Red de Tecnología Social en Brasil (RTS). Surge a través de
discusiones y debates de larga data sobre tecnología, desarrollo e inclusión social en el país,
con una red formal dedicada a 'tecnologías sociales' creada en 2005. Más de 900
organizaciones se unieron a RTS, incluidas organizaciones no gubernamentales,
universidades y empresas privadas y organizaciones estatales de Brasil y otros países de
América Latina (Smith et al., 2014). El caso de Brasil es referente a nivel internacional en
virtud de la capacidad institucional lograda por la organización al articular instituciones
heterogéneas y desarrollar proyectos regionales conjuntamente con el Estado Nacional,
organizaciones sociales y empresariales. La RTS Brasil llegó a impulsar políticas públicas a
nivel nacional y a generar espacios de debates regionales y nacionales con distintos actores
sociales y políticos (Juarez y Avellaneda, 2011).
A partir del 2001, se estableció el paso de una política social y paliativa hacia una política de
sectorización de la agricultura familiar que refleja nuevas representaciones del sector
agrícola en la Argentina y más ampliamente en el Cono Sur (Gisclard et al., 2015). La
creación del Centro de Investigación Para la agricultura familiar (CIPAF) en el año 2005,
como un instituto particular dentro de la estructura del INTA, demostró la necesidad de un
cuerpo de conocimiento e investigaciones diferenciadas para la agricultura familiar. En
2009, diversos actores debatieron el Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial
Participativo y Federal, 2010-2016 orientado al crecimiento sustentable de la producción
agroalimentaria que beneficie con desarrollo, justicia social, equidad territorial, arraigo y
seguridad alimentaria.
En los últimos años, diversas instituciones públicas de ciencia y tecnología han abordado
programas vinculados a las tecnologías apropiadas o las tecnologías sociales. El Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) cuenta con múltiples programas y proyectos
(nacionales y regionales) de investigación, transferencia y/o extensión destinados a
unidades de producción familiares mediante el Centro e Institutos de Investigación y
Desarrollo para la Pequeña Agricultura (CIPAF e IPAF) desde el año 2005. El Instituto
Nacional de Tecnología Industrial (INTI), también promovió el desarrollo de tecnologías
orientadas al desarrollo a través de sus múltiples programas. El Plan Estratégico del
Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva 2011-2015 también mencionó
como área estratégica a las Tecnologías orientadas al Desarrollo Social (Juarez y Avellaneda,
2011).
Si bien estos son algunos ejemplos entre muchos otros, reflejan una trayectoria de trabajo
con la agricultura familiar en la región Latinoamericana. Sin embargo, tanto en la teoría
como en el diálogo con investigadores y técnicos, estos procesos continúan planteando
desafíos. En nuestro país, las iniciativas orientadas a resolver algunos problemas puntuales
de exclusión social, han sufrido críticas de mantenerse aisladas y poco conectadas entre sí.
Diversos trabajos muestran una falta de coordinación, gran fragmentación y una débil
26
integración interinstitucional (Juarez y Serafim, 2010). Como consecuencia, los autores
anuncian problemas de superposición de actividades, desconocimiento de desarrollos
teóricos, diseños, prototipos y artefactos tecnológicos disponibles. Por otro lado, indican
una escasa utilización de las capacidades desarrolladas para nuevas experiencias debido a la
re-aplicación de tecnologías sociales y escasas dinámicas de trabajo que impulsen soluciones
sistémicas. Otro problemática que se indica en este punto, es la falta de bases de datos que
permitan dimensionar el alcance y capacidad o, al menos, posibiliten visibilizar y comunicar
los resultados de las experiencias de desarrollo e implementación de tecnologías para la
inclusión social (Juarez y Avellaneda, 2011). Desde una mirada local, existe una falta de
conexión de algunos movimientos de innovación actuales, como es el movimiento maker,
con procesos de innovación en el ámbito rural.
A pesar de los avances de los estudios sociales sobre el rol del conocimiento y la innovación
en el desarrollo de las Instituciones de Ciencia y Tecnología de Argentina, persiste una falta
de discusión y problematización sobre el sentido que se le asigna a la innovación tecnológica
(Carrapizo et al., 2018). En muchos casos, continúa predominando el modelo lineal de
generación, transferencia y adopción de tecnología, con importantes limitaciones para el
desarrollo de tecnologías que tengan en cuenta la complejidad de los aspectos productivos,
sociales, económicos, ecológicos y culturales. Dicho modelo habitualmente no reconoce las
diferentes modalidades de construcción del conocimiento e innovación que desarrollan los
actores territoriales. Esto hace que, a menudo, tanto la apropiación como la utilización del
conocimiento científico y el impacto alcanzado sobre la realidad, sea bajo. Un concepto
relacionado es el denominado Conocimiento Aplicable No Aplicado, el cual refiere al
conjunto de conocimiento generado por investigadores en asociación a un problema
determinado, pero que no son puestos en práctica para la resolución del mismo (Kreimer y
Thomas, 2005).
2.3.4 Participación, producción abierta y colaborativa: el conocimiento como
bien común
Luego de definir los enfoques tecnológicos y los antecedentes en la región, resulta necesario
focalizar el análisis en la dimensión de la participación. Para la presente investigación,
resulta necesario analizar tanto a los actores que forman parte del proceso como a las
formas sociales que generan y las modalidades que facilitaron la colaboración de las
personas e instituciones, es decir, la participación de las partes interesadas o involucradas
en el problema. Comprender la manera en que las personas, el conocimiento y el proceso
de desarrollo tecnológico entran en contacto en diferentes instancias del proceso de diseño
y desarrollo, en el marco de desarrollo de las tecnologías agrícolas, implica relevar literatura
sobre producción abierta y colaborativa.
La preocupación sobre la participación ya era típica de fines de la década del 60 y los 70
cuando se empezaron a delinear los movimientos de innovación de base. Muchas de las
ideas de Freire, Fals Borda y otros, influenciaron estos movimientos para experimentar con
mecanismos participativos en el marco de la construcción de tecnologías y de la
Investigación-Acción-Participativa como alternativa epistemológica para la investigación en
Latinoamérica. Desde la segunda mitad del Siglo XX, existe una demanda creciente por
considerar las opiniones de la comunidad en la toma de decisiones. Lo mismo sucede dentro
del ámbito del diseño, donde el nuevo modo de involucrar a la sociedad influyó en la forma
27
en que se realizan los procesos creativos. El diseño participativo surge en los 60 como
resultado de experiencias que tuvieron como epicentro a Estados Unidos y Noruega. La línea
de investigaciones de EEUU derivó en lo que hoy se conoce como Diseño Centrado en el
Usuario. Alude a la mejora de la satisfacción del cliente respecto a un producto, reforzando
la usabilidad en la interacción entre la persona y el producto. En Noruega, Suecia y
Dinamarca, el diseño participativo se utilizó principalmente para aumentar el valor de
producción industrial mediante el involucramiento de los trabajadores en el desarrollo de
nuevos sistemas para su lugar de trabajo. Reunió la experiencia de los diseñadores e
investigadores y la práctica de las personas cuyo trabajo se vería afectado por el cambio. Se
basó en las propias experiencias de los trabajadores y les proporcionó los recursos para
poder actuar en su situación actual (Bødker, 1996).
Por otro lado, los movimientos de base históricamente utilizan estrategias en las cuales la
participación de los usuarios en la construcción de conocimientos es más abierta y explícita.
Es importante notar que en la actualidad existen nuevas formas de ciencia abierta que se
basan en la participación de los ciudadanos en varias etapas de la producción de
conocimiento. En realidad, ya sea cuando se trata de movimientos de innovación o de
tecnologías apropiadas, el objetivo general compartido es empoderar a los actores a partir
de la participación en la construcción de conocimientos y tecnologías. La participación es
importante porque permite democratizar el acceso al conocimiento y acercar la ciencia y la
tecnología a la vida cotidiana de las personas. Al mismo tiempo, permite borrar las
diferencias entre usuarios y colaboradores, dando lugar así a procesos que enriquecen la
construcción cognitiva. Varias de las estrategias de participación impulsadas por los
movimientos de base se han incorporado progresivamente a la práctica de algunas
instituciones de desarrollo. Ely et al. (2013) concluyen que estos movimientos deben ser
impulsados por las instituciones de la ciencia y tecnología, de manera que las agendas de los
institutos de investigación, las estrategias tecnológicas, los financiamientos y programas que
actualmente sean abiertos a la participación democrática para desarrollar caminos hacia la
sostenibilidad.
Del mismo modo, si bien desde el ámbito del diseño a nivel global existen largas tradiciones
de diseño participativo, en la actualidad la participación de actores diversos adquiere
importancia. Esto puede verse reflejado en el nuevo rol que adquieren los usuarios en los
procesos de innovación, temática que se tratará en el próximo apartado.
2.3.5 El nuevo rol de los usuarios en los procesos de desarrollo
Cuando se analiza literatura sobre procesos participativos una cuestión relevante es el
nuevo rol que adquieren los usuarios en campos como la información, la tecnología y el
desarrollo de productos. Lo mencionado genera transformaciones en el ámbito del diseño,
en la relación diseñador-usuario y demuestra una demanda creciente respecto a considerar
las opiniones en la toma de decisiones. La emergencia de la participación del usuario en la
actualidad puede notarse en distintas industrias (culturales, de diseño, de entretenimiento,
entre otras). En el ámbito del diseño, las herramientas digitales pasaron a ser
descentralizadas y eso afecta tanto a los productos físicos como a los procesos de
producción. En la actualidad, es factible crear un diseño 3D en una PC y hacerlo disponible
libremente mediante plataformas para que pueda ser fabricado en todo el mundo. Estas
nuevas formas de producción y consumo influyen en la esfera del diseño, que ya no tiene
28
que ver con el enfoque industrial tradicional. Si bien el progreso tecnológico es la fuerza
impulsora detrás de estas nuevas formas de diseño, distribución y producción, resulta
necesario entender de qué modo, a lo largo de los últimos años, el diseño se fue
transformando y abriendo sus variables a formas más colaborativas de producción, así como
también comprender la importancia del rol de la diversidad de actores en los procesos de
desarrollo.
Von Hippel (2005) analiza el modo en que la innovación se encuentra en un proceso de
democratización debido a las mejoras en la tecnología de las comunicaciones y la
informática, y la forma en que estos avances permiten desarrollar nuevos productos y
servicios. Al focalizar el análisis en la innovación que realiza el usuario, explica por qué y
cuándo a las personas les resulta beneficioso desarrollar nuevas ideas. Esta tendencia hacia
la innovación democratizada no sólo se ve en los productos de software sino también en
muchos productos físicos. El autor argumenta como en la actualidad los fabricantes deben
rediseñar sus procesos de innovación y prestar atención a las innovaciones desarrolladas
por los usuarios. Según von Hippel, los usuarios tienden a compartir libremente sus
conocimientos y mejoras en el proceso de innovación porque hacerlo les produce
beneficios. Internet multiplicó las posibilidades y aceleró el desarrollo de esta tendencia.
Von Hippel (2005) afirma que la principal diferencia entre los tipos de innovación (la
convencional y la del usuario) es que mientras que en la innovación del usuario es él quien
se beneficia directamente de la innovación, en la convencional deben cumplirse otras
premisas como la existencia de un proceso comercial, una oferta y demanda, la venta de un
producto, que a su vez lleva implicada la gestión de patentes asociados a la innovación.
Dicho de otro modo, mientras que en la innovación convencional depende de un esquema
de negocio, en la innovación del usuario no siempre es el mercado la finalidad de la
innovación. Las ventajas de la innovación realizada por el usuario que menciona Von Hippel
refieren a que será más económico si lo hace el usuario que si lo encarga, conseguirá algo
más cercano a lo que desea que si lo hace otro, no tiene que dar explicaciones (ni
especificaciones) y la satisfacción, aprendizaje o diversión por el hecho de haberlo hecho
por sí mismo. En cambio, cuando un tercero interviene, por ejemplo un fabricante, hay que
explicar qué es lo que el usuario desea y el fabricante intentará innovar en un producto que
sirva para el usuario pero también pueda vender a otros, además de que intentará reutilizar
cosas que ya tiene. Los intereses del fabricante y de los usuarios no son exactamente los
mismos. Otra diferencia entre ambos que relata Von Hippel es que los usuarios tienden a
hacer innovaciones más nuevas en el sentido radical, mientras que las empresas tienden a
mejorar o perfeccionar aquello que ya tienen: innovación creativa frente a innovación
evolutiva (Von Hippel, 2011).
Otro ejemplo para explicar el concepto se encuentra en la publicación de Rosen (1993), que
a partir de un análisis de las bicicletas Mountain Bike, muestra que los cambios en su diseño
guardan una estrecha relación con los cambios en el uso por la propia comunidad de
usuarios. Rosen consideró que la Construcción Social de la Tecnología permite una
comprensión científicamente compleja sobre cómo es que las características sociales
construyen artefactos tecnológicos. Por otro lado Anderson (2014), señala el papel creciente
de los makers en el diseño y construcción de nuevas tecnologías, quienes fabrican sus
propios productos mediante los nuevos programas de diseño y las herramientas digitales
que bajo el espíritu “hágalo usted mismo” (do-it-yourself, DIY). En la actualidad, la
29
manufactura se ha vuelto digital: cualquiera con una invención puede subir archivos a un
servicio donde fabricar ese producto o hacérselo uno mismo con herramientas para la
fabricación personal cada vez más poderosas. De algún modo, los emprendedores o
inventores potenciales ya no están a merced de grandes empresas. Las nuevas comunidades
de Makers están creando electrónica, instrumentación científica y pedagógica.
Particularmente, para este estudio, resulta relevante indagar en el papel de los agricultores
familiares como usuarios y desarrolladores de sus tecnologías. Según Muchnik (1995), para
que una innovación sea adoptada, debe ser decidida, puesta en práctica y controlada por los
protagonistas o actores principales de la misma. Son numerosos los ejemplos de fracasos de
innovaciones por falta de protagonismo. Del mismo modo, Giordano y Marasas (2008),
destacan que un enfoque con participación de los agricultores familiares es necesario, entre
otras cosas, para garantizar la sustentabilidad de las prácticas y fortalecer la decisión de
optar por una u otra tecnología “apropiada”. Carrapizo et al. (2018) analizan procesos
particulares de innovación sociotécnica con agricultores familiares en el marco de la
trayectoria institucional del INTA. El estudio revela cómo la participación es un instrumento
poderoso para movilizar la reflexión-acción del grupo local y generar estrategias para
gestionar de un modo más eficaz. En este sentido, un aspecto clave para la gobernanza de
estos dispositivos es la participación creciente de las entidades aliadas en la construcción y
gestión de dichos actores promoviendo su involucramiento en el diseño y adaptación de
artefactos. Ejemplifican el modo en que ciertas innovaciones del ámbito rural fracasan
cuando no existe la participación de los usuarios y se observan las dificultades en el
cumplimiento de las nuevas normas. Carrapizo et al. (2018) también explican la forma en
que, en el ámbito de la agricultura familiar, cuando una tecnología no es aceptada por los
usuarios, puede generarse la inversión del proceso, es decir que se termine buscando un
“público para la tecnología” en vez de que la tecnología se piense desde la demanda real.
Según Ferraris y Seibane (2016), los agricultores familiares cuentan con múltiples modos de
participación para el abordaje de las diferentes situaciones que atraviesan. Señalan que en
los últimos años gran parte de las medidas políticas destinadas al sector llegan al territorio
por medio de las organizaciones. Esto implica que para ser beneficiarios de políticas públicas
los productores tienen que ser parte de procesos organizativos, siendo cada vez mayor el
grado de formalidad que se les exige a las formas asociativas para ser destinatarios de estas
políticas.
2.3.6 La hibridación del rol del diseñador
El hecho de que los agricultores familiares sean partícipes de los desarrollos, establece
cambios en cuanto al rol del diseñador. El diseño participativo fue el primer enfoque en
comenzar a cuestionar los roles individuales del diseñador. En la actualidad, los roles del
diseñador, productor, fabricante o usuario, están siendo cuestionados en prácticas
industriales que hasta ahora se habían orientado principalmente a la producción en masa.
Dentro de las visiones del diseño abierto en el ámbito de la agricultura familiar, se incluye la
importancia de derribar las barreras entre diseñadores y usuarios finales, hacer posible que
los no diseñadores aporten a la construcción de las soluciones tecnológicas, e incluso, la
existencia de casos que prescinden de los intermediarios al hacer que las familias
productoras fabriquen los productos que necesitan.
30
La utilización de tecnología y los modos de producción masiva y compleja superaron las
capacidades personales de los practicantes y el proceso creativo se alejó de la mano del
individuo. Este distanciamiento entre el profesional y el amateur contribuyó en parte al
culto de la idea del diseñador profesional como alguien que sabía lo que era mejor para
todos, sin importar quiénes fueran. Manzini (2015), explica el modo en que la figura de
diseñador se estableció y cómo los diseñadores se han visto a sí mismos, como los únicos
titulares y gestores de la disciplina.
La participación del usuario se está moviendo progresivamente hacia una parte esencial del
proceso de diseño. Las personas que toman decisiones de desarrollo están notando que el
usuario es una fuente de información valiosa, no sólo como un canal para dirigir la salida o
como un destinatario final. En esta nueva visión del diseño, ocurre una fusión de los roles
que antes se encontraban completamente separados. El diseñador pasa a ser codiseñador,
también puede ser co-usuario y experto y del mismo modo puede suceder con el usuario
que en la antigua visión trataba del “cliente”. Stappers et al. (2011) ilustran la nueva
tendencia de la co-creación y codiseño y describen la hibridación del papel del diseñador.
Uno de los aspectos más importantes es comprender de qué modo en la actualidad se
rompen las barreras entre diseñadores y usuarios finales, lo que hace posible que los no
diseñadores se conviertan en diseñadores y eliminar al intermediario, haciendo que los
usuarios finales fabriquen los productos que necesitan. Los imaginarios tradicionales del
diseñador como “la persona creativa" y el usuario como receptor, un "consumidor pasivo y
no crítico" han sido cuestionadas y superadas en una variedad creciente de formas.
Los autores afirman que la visión tradicional del diseño identifica tres roles que han tenido
una representación muy fuerte en la literatura de diseño y que muestran esta conexión
como una cadena de vínculos únicos y estrechos. Stappers et al. (2011) indican que en la co-
creación, los roles y las responsabilidades que anteriormente se consideraban separados
interactúan, se fusionan o incluso se intercambian entre las partes; algunos roles están
desapareciendo en la forma en que los conocimos y están apareciendo nuevos roles.
Hay tres razones para este cambio. Primero, los usuarios tienen un mayor acceso al
conocimiento. Internet abre la posibilidad de que los usuarios estén más informados,
dándoles oportunidades para participar y tener voz y voto. La tendencia de la sociedad en
red de las últimas décadas es un aspecto amplio que produce cambios en los procesos de
diseño. Por otro lado, los autores afirman que los diseñadores también tienen nuevas
herramientas. A medida que el proceso de diseño incorpora más y más áreas de experiencia
de diferentes partes, la gestión de este proceso requiere cada vez más habilidades de
investigación. En algunos lugares, la educación en diseño está comenzando a incluir esas
nuevas habilidades en el plan de estudios y, en otros, ciertas personas con experiencia en
gestión organizacional o ciencias sociales se especializan en abordar esos roles (Stappers et
al., 2011). Y por último, los clientes también se están diversificando, es decir, existen nuevas
áreas que están adoptando perspectivas de diseño como, por ejemplo, bajo la metodología
llamada en inglés, Design Thinking.
En la actualidad, se están utilizando principios y prácticas de diseño para abordar problemas
cada vez más complejos. Los proyectos como el diseño de hospitales, servicios o políticas
generalmente involucran a múltiples partes interesadas. A medida que cambia la estructura
de los procesos de diseño, se reconoce que las técnicas de diseño facilitan el pensamiento
31
compartido orientado a la solución. La relación diseñador-cliente ya no es tan simple como
una exposición de un problema claramente definido y un diseño conceptual que propone
una solución única. La relación diseñador-usuario se está abriendo fuertemente en todo el
proceso de diseño. En varias industrias, la competencia en tecnología y precio saturó el
mercado y los clientes observan más de cerca las experiencias de los usuarios y los
contextos de uso para mejorar o elegir sus productos. Los usuarios se involucran cada vez
más temprano en el proceso de diseño, no sólo en las fases posteriores a la
conceptualización (por ejemplo, pruebas de usabilidad y pruebas de concepto), sino
también en la planificación estratégica, la recopilación de información y la
conceptualización. El desafío no es solo el momento en que participan diferentes actores,
sino también las responsabilidades y los poderes que se les otorgan. Con frecuencia, los
usuarios pueden participar informando sobre el diseño, proporcionando ideas para
soluciones o evaluando los conceptos propuestos; sin embargo, en esta etapa, rara vez
participan en la decisión de lo que se hará (Stappers et al., 2011).
La visión tradicional, con su clara separación de roles, es restringida para abordar las
complejidades actuales, pero su influencia no se ha eliminado del discurso de diseño, del
pensamiento o de la práctica. En muchas industrias, la separación tradicional de roles ya no
es efectiva o deseada. Manzini (2015) sostiene que las personas son diseñadores en
potencia con habilidades para transformar su propia realidad. La conducción propia de una
persona o un grupo de personas para la búsqueda y el encuentro de sus propias soluciones
impulsa procesos de resolución propia a los problemas, lo que alude a la importancia de un
diseño en concordancia con los procesos de innovación social que tiene lugar a nivel
mundial. Las transformaciones que está sufriendo el mundo en la actualidad, así como el
camino a la sustentabilidad implica que todos se ven en la necesidad de diseñar y rediseñar
de forma continua su existencia (Manzini, 2015). Con “todos”, el autor se refiere tanto a
personas individuales como colectivos e instituciones, asociaciones, organizaciones, las
cuales, frente a una serie de situaciones cambiantes se ven ante la situación de definir su
propia identidad y su propio proyecto vital en un mundo de transformación. Para el autor,
esta capacidad proyectual inherente de las personas no invalida la experticia del diseñador.
Por ello, divide al diseño en dos esferas: el diseño difuso, que puede llevar a cabo
cualquiera, y diseño experto, a la actividad de quienes se han formado como diseñadores. Es
en el encuentro de dichos diseños, donde el autor propone las potencialidades de
transformación. La capacidad de innovar está presente en las comunidades rurales, quienes
además de emplear mano de obra, modifican, adaptan o rediseñan la tecnología adoptada,
acorde a sus conocimientos, trayectorias en el territorio y experiencia en las propias
prácticas en las que serán utilizadas. Si bien existen antecedentes en Latinoamérica, el
conocimiento derivado del saber hacer propio de la familia productora y sus costumbres ha
sido raramente documentado, generando que ciertas resoluciones no sean divulgadas más
allá del propio lugar donde fueron implementadas.
A nivel nacional, Bernatene (2015) analiza narraciones alternativas a las historias
tradicionales de la disciplina y describe las nuevas prácticas que revierten la concepción
canónica del proyecto de diseño. En todos ellos, prevalece una preocupación por enmarcar
la tarea proyectual en una perspectiva ético-política, con un abordaje crítico de los
presupuestos historiográficos subyacentes en los programas académicos formativos. Galán
(2018) revela la existencia de campos que han cobrado relevancia en el ámbito del diseño
32
como la nueva concepción de patrimonio, la economía ecológica, las llamadas tecnologías
sociales y el concepto de diseño saludable enfrentan la mercantilización de los recursos
culturales, naturales, humanos y culturales y la reducción a su condición de capitales de la
economía globalizada, imponiendo un nuevo marco ético a la actividad proyectual. Estos
enfoques contrastan fuertemente con el legado dejado por la economía industrial,
dependiente de un modelo de mercado basado en el control y de la protección de los
derechos de autor. Tanto Galán como Bernatene explican, desde diferentes miradas, la
tarea del diseñador y sus implicancias, así como la responsabilidad social y ambiental en
torno a la disciplina se amplían. Los enfoques que requiere el contexto latinoamericano en
general hacen hincapié en el entendimiento del diseño con una concepción participativa,
sistémica, compleja e integrada, ampliando las variables tradicionales ligadas al producto,
no solo a la relación artefacto-usuario, sino a su ecosistema y a su territorio. Desde esta
perspectiva, el diseñador abandona el rol lineal de “creador de productos” para asumirse
como “agente de procesos” (Galán, 2012). Esta nueva forma de comprender las
potencialidades del diseño resulta necesaria para el accionar de las disciplinas proyectuales
en relación al desarrollo territorial y productivo de Latinoamérica a modo de potenciar el rol
del diseño como animador del sistema de innovación nacional, regional y local.
2.4 TECNOLOGÍAS LIBRES Y CÓDIGO ABIERTO
2.4.1 Definición
El análisis de los modos de implementación de las tecnologías libres o abiertas en la
agricultura familiar a nivel nacional permitirá comprender qué implicancias, características y
visiones adquieren los proyectos cuyo proceso o resultados son abiertos. El enfoque de las
tecnologías y el diseño abierto plantea un marco adecuado para delinear desde donde se
analizan los casos de esta tesis. Cuando se habla de tecnologías libres se hace referencia a
creaciones cuyos procesos de producción o resultados son abiertos (Roca, 2016). Una de las
características que adquieren las tecnologías abiertas es su capacidad de transformación
constante de los bienes finales. Los procesos de creación o producción de tecnologías libres
integran conceptos como la horizontalidad, la flexibilidad y la descentralización; en
contraste con la jerarquización, la linealidad, la especialización y la centralización de los
modelos de producción cerrados. Existe una valoración del conocimiento como un recurso
compartido y como un bien común (commons) y no sólo como bien mercantil
(commodities), por lo que es necesario el acceso a la información y la existencia de
comunidades de productores-usuarios, produsuarios o prosumidores (nuevos términos que
se utilizan).
El enfoque de producción abierta ingresó en diferentes áreas del conocimiento, pero en el
contexto de las tecnologías se basa en un sistema de intercambio en el cual aspectos como
financiamiento, diseño, manufactura, distribución, consumo y reutilización se desarrollan
con parámetros participativos, horizontales y distribuidos, lo que también se ha
denominado economía colaborativa y economía social del conocimiento. En este sentido,
Benkler, (2016) define al modelo de producción entre pares como un esquema de
producción abierta que apunta a la creación de valor de uso a través de la cooperación de
productores organizados en una comunidad asociativa y modos de propiedad común.
Propiedad común hace referencia a un tipo de propiedad no exclusiva o excluyente. Algunos
aspectos que representan este modelo son la creación de valor de uso, la coordinación
33
colectiva, propiedad común y el interés social. Estos conceptos involucran una comprensión
distintiva de elementos como el capital y el trabajo en tanto que factores de la producción
de bienes tangibles e intangibles (Roca, 2016).
La tecnología libre tiene que ver con brindar acceso al conjunto de conocimientos técnicos y
científicos que permite desarrollar bienes y servicios que satisfagan las necesidades
humanas y faciliten la adaptación al medio ambiente. Roca (2016) menciona que una
tecnología libre debe respetar las siguientes libertades: la libertad de ser usada cómo y
cuándo se desee y de poder acceder y estudiar cómo funciona esta tecnología. El acceso a
los planos de construcción, diseños de fabricación o de funcionamiento, el código fuente, los
esquemas de montaje y de uso o cualquier otra información necesaria para poder
comprender, reproducir y acceder al funcionamiento de esta tecnología. Además, la libertad
de que la información mencionada pueda ser publicada y compartida con terceros. Y por
último, la libertad de poder modificar o adaptar la información y poder publicar o compartir
con terceros dichas adaptaciones.
La tecnología libre surge como una extensión del concepto y filosofía del software libre. Se
protege con licencias que respetan la libertad del usuario o consumidor de la tecnología,
como por ejemplo los sistemas operativos GNU, las licencias Creative Commons o el
dominio público. Por tanto, no podrán estar sujetas a patentes o licencias que restringen las
libertades. Las tecnologías libres pueden proporcionar elementos para revisar los esquemas
de capacitación en diseño, procesos productivos y de consumo. En el modelo de producción
abierto el carácter distribuido de los medios de infraestructura, información y organización
implica la posibilidad de compartir recursos para fortalecer cadenas de producción y de
gestión más distribuidas.
2.4.2. El movimiento de software y hardware de código abierto como inicio
de un nuevo modelo
El movimiento del software de código abierto puede ser considerado como un precursor del
movimiento de hardware de código abierto, que llegó a ser prominente en los años 2000. El
código abierto, por su parte, tiene sus raíces en los años 70 con el software libre. En 1984,
Stallman creó la Fundación para el Software Libre (FSF) dedicada a la promoción del
software libre a través del uso de una licencia pública “copyleft” (inversión del copyright)
que permite la creación y distribución gratuita de código. En 1991, Linus Torvalds, con la
colaboración de voluntarios a través de Internet, lanzaron una versión gratuita del sistema
operativo Linux, que utiliza los componentes de licencias libres. Linux se desarrolló
mediante el trabajo en colaboración de una comunidad en línea y rápidamente se convirtió
en una versión fiable. Su modelo de desarrollo es considerado bastante radical. Con los años
su eficiencia fue ampliamente reconocida (Stallman, 2004).
Derivados de esta idea, surgen varios movimientos como el hardware abierto, la tecnología
apropiada de código abierto o el desarrollo abierto de productos. Estas prácticas refieren a
compartir diseños y herramientas para que cualquiera pueda obtener, ensamblar, usar,
estudiar, modificar, distribuir y vender (Gosh, 2018). Existen muchos autores que evidencian
un aumento de iniciativas, comunidades, revistas especializadas, publicaciones y
plataformas en todo el mundo durante los últimos cinco años (Heradio et al., 2018: Pearce,
2017, citados en Arancio, 2019). Arancio (2019) analiza la democratización en este tipo de
34
iniciativas en América Latina y cómo pueden fomentar la participación diversa y el
empoderamiento en torno a la ciencia y tecnología en un contexto global del sur. Giotitsas
(2019) describe los principios generales, que se pueden resumir en: la colaboración y
desarrollo de artefactos descentralizados que pueden ser software, herramientas,
máquinas, alimentos, medicinas, viviendas; la liberación de estos artefactos bajo licencias
que permiten el libre acceso y la redistribución en internet; un modelo de gobernanza
distinto inspirado en el modelo de desarrollo de código abierto que se basa en la
transparencia, la participación abierta y autónoma y las jerarquías flexibles. Las libertades
que plantean los modelos abiertos se consideran esenciales para la construcción de la
comunidad y representan los valores y la ética del movimiento. Básicamente, trata de la
libertad de co-crear y compartir información más allá de los aspectos mercantiles o
comercialización.
En los últimos años, surgen diversos proyectos de hardware de código abierto, como la
impresora 3D y el microcontrolador Arduino (Cuartielles, 2014). La fuente del hardware, es
decir, sus parámetros de diseño, están disponibles en un formato adecuado para realizar
modificaciones en él. Lo ideal es que el hardware de código abierto utilice componentes
fácilmente disponibles y materiales y procesos estándar, infraestructura abierta, sin
restricciones de contenido y herramientas de diseño de código abierto para maximizar la
capacidad de las personas para hacer y usar. El hardware de código abierto da a la gente la
libertad de controlar su tecnología y produce intercambio de conocimientos. Un número
cada vez mayor de proyectos de hardware abierto comienzan a surgir impulsados por la
proliferación de herramientas de fabricación digital (como 3D impresoras y máquinas de
control numérico) y diversos espacios como FabLabs, hackerspaces y makerspaces, que han
contribuido a su mayor difusión. La acción en estas comunidades se enmarca en torno a
capacitar a los individuos y las comunidades de experimentar, crear localmente artefactos o
servicios para hacer frente a sus necesidades (Nascimento y Pólvora, 2016).
En la discusión académica más amplia sobre la democratización y evaluación constructiva de
la tecnología, el código abierto presenta una posible alternativa ascendente para la inclusión
ciudadana en el proceso de desarrollo de la tecnología (Thorpe, 2008; Levidow, 2007). La
tecnología de código abierto puede considerarse sujeta a la reconstrucción y la participación
democrática, permitiendo a las personas "participar efectivamente en una gama cada vez
mayor de actividades públicas" (Feenberg, 2002).
Por otro lado, otro de los conceptos que se asocia a las tecnologías abiertas es el de
innovación abierta, que tiene una aplicación sobre todo, en las organizaciones y el ámbito
empresarial. De algún modo, los conceptos derivados de estos modelos están siendo
adoptados no sólo en prácticas alternativas donde fueron creados, sino también en
empresas e instituciones. La innovación abierta es una estrategia de innovación mediante la
cual las empresas superan sus límites internos y desarrollan la cooperación con
organizaciones o profesionales externos. Esto significa combinar su conocimiento interno
con el externo para llevar adelante los proyectos de estrategia y de I+D (Chesbrough, 2003).
En este contexto, universidades y centros de investigación cobran especial relevancia dentro
del ecosistema de agentes con los que se relaciona la organización e incorporan el concepto
de inteligencia colectiva.
35
Por otro lado, la producción entre pares es una forma de producir bienes y servicios de
forma autoorganizada. Es decir, refiere al trabajo de muchas personas coordinado hacia un
resultado compartido. Benker (2017) define la forma en que el modelo de producción de
pares cuestiona tres supuestos de la innovación convencional: primero, coloca motivaciones
intrínsecas y sociales, en lugar de incentivos materiales, en el núcleo de la innovación y, por
lo tanto, del crecimiento. Segundo, desafía la centralidad de la propiedad, en oposición a la
interacción de propiedad y bienes comunes, al crecimiento. Y tercero, cuestiona la continua
centralidad de las empresas en el proceso de innovación. La innovación abierta comparte
con la producción de pares el reconocimiento de que es improbable que las personas más
adecuadas para resolver un problema trabajen para la empresa que enfrenta el problema, y
que los modelos de innovación que permiten que personas diversas, desde entornos
diversos, trabajen en colaboración en el problema conducen a mejores resultados que los
modelos de producción que imponen límites estrictos en el borde de la empresa.
2.4.3. Las diferentes aplicaciones del modelo abierto
En los últimos años, surgen estudios que analizan la influencia de estas nuevas formas de
colaboración facilitadas por internet. Dependiendo del ámbito donde apliquen, poseen
distintas denominaciones que van desde el movimiento de software libre y código abierto a
las iniciativas de ciencia ciudadana, de fabricación basado en la comunidad o la producción
colaborativa y abierta de artefactos y maquinarias (Benkler, 2016; Kreiss et al., 2011). A
modo de resumen, a continuación la Tabla 1 lista una serie de prácticas abiertas y sus
respectivas denominaciones.
Tabla 1
Denominaciones de prácticas abiertas
OSS
Open Source
Software
Es el software cuyo código fuente y otros derechos son
publicados bajo una licencia de código abierto o forman parte
del dominio público
. Permite a los usuarios utilizar, cambiar y
redistribuir el software, a cualquiera, para cualquier propósito,
ya sea en su forma modificada o en su forma original. (Laurent,
2004). Ejemplo: Linux
OSH
Open Source
Hardware
El hardware de código abierto, electrónica libre o máquinas
libres contempla dispositivos cuyas especificaciones y diagramas
esquemáticos son de acceso público. Ejemplo: Arduino
OS
Open Science
La ciencia abierta es un enfoque para generar que la
investigación científica, los datos y la difusión sean accesibles.
Tiene como objetivo un conocimiento transparente y accesible
que se comparte y se desarrolla a través de redes de
colaboración (Vicente-Saez y Martinez-Fuentes, 2018).
OSPD
Open Source
Product
Development
Se refiere al desarrollo de productos realizados bajo
colaboración. Instituyó el concepto de modelo de código abierto
en el contexto de los productos físicos (Raasch, 2011).
36
PP
Producción de
Pares
Sistema socioeconómico de producción que emerge en el
entorno digital en red. El sello distintivo es la colaboración entre
grandes grupos de individuos, para proporcionar información,
conocimiento o bienes culturales (Benkler y Nissenbaum, 2006).
IA
Innovación
Abierta
Las empresas van más allá de sus límites y desarrollan
cooperación con organizaciones o profesionales externos.
Combinan su conocimiento interno con el externo para llevar
adelante los proyectos. En este contexto universidades y centros
de investiga
ción cobran relevancia dentro del ecosistema de
agentes (Chesbrough, 2003).
2.4.4 Del movimiento tecnología apropiada hacia el código abierto
Como se indicó anteriormente la tecnología apropiada se concibió inicialmente contra la
importación de la tecnología industrial occidental en los países en desarrollo donde no eran
adecuados para las condiciones socioeconómicas locales. El movimiento enmarca su
actividad en el desarrollo de tecnología que se puede resumir como de bajo costo, diseñado
en colaboración y producido utilizando materiales locales; de pequeña escala y
contemplando las preocupaciones ambientales y sociales. Sin embargo, en los últimos años,
la estructura de movimiento tecnología apropiada se ha transformado debido a la
proliferación de las tecnologías de la información y de la comunicación y la aparición del
movimiento de código abierto. El intercambio abierto de diseños y productos usando
licencias de código abierto y el desarrollo colaborativo mediante plataformas digitales
comienza a surgir con gran impulso en los últimos años. El encuadre del movimiento se
amplía para incluir la eficiencia del modelo de desarrollo de software de código abierto en
herramientas y maquinaria debido a los altos niveles de accesibilidad (libre información) y la
aceleración de la innovación; así como la posibilidad de acceso a la tecnología que se ha
desarrollado en otros lugares y es accesible en internet (Pearce y Mushtaq, 2009). En
algunos casos, las tecnologías apropiadas han adoptado el modelo de código abierto y están
compartiendo el conocimiento abiertamente.
2.4.5 Agricultura de código abierto como un nuevo movimiento
Christos Giotitsas (2019) plantea el concepto de agricultura de código abierto como un
movimiento social al crear productos tecnológicos bajo un modelo único de desarrollo de la
tecnología. Una de las cosas que tienen en común estas iniciativas es que se orientan
principalmente a la pequeña escala y hacia la agricultura orgánica. Los diseñadores,
ingenieros y activistas se oponen a los aspectos socioeconómicos y tecnológicos de la
producción agrícola convencional y a sus consecuencias derivadas graves tales como los
impactos ambientales y la dependencia de los recursos naturales. Estos proyectos están
pensados en base a la fabricación local de herramientas y máquinas para hacer frente a
necesidades. Utilizan tecnologías de la información y las comunicaciones, y los artefactos
están ampliamente disponibles para que cualquiera pueda adoptarlos.
Giotitsas (2019) plantea que esta actividad debe analizarse en el contexto de un movimiento
social emergente que se centra en el desarrollo y la promoción de alternativas al paradigma
37
agrícola dominante. Por sus características, la tecnología de código abierto producida entre
pares podría formar un debate amplio y crítico de cómo la tecnología puede liberarse de
estructuras concentradas, sobre todo en temas básicos y de interés común como es la
producción de alimentos.
Giotitsas (2019) plantea de qué manera el movimiento de la agricultura abierta ofrece una
crítica al sistema y un acompañamiento de la agricultura ambientalmente consciente.
Realiza un análisis de experiencias internacionales de agricultura de código abierto que
abarca la actividad de diversos movimientos sociales que comparten el principio de la
“apertura”. Aunque ciertos individuos dentro de estas comunidades no se clasifican como
adherentes de un movimiento social específico, se ven a sí mismos como ideológicamente
afines a movimientos globales más grandes. Giotitsas (2019) afirma que puede verse como
un movimiento social en sí mismo que emerge de la aglomeración de las diversas iniciativas
de todo el mundo.
2.5 DISEÑO ABIERTO
2.5.1 Definiciones de Diseño Abierto
El intercambio de información en relación a ámbitos como la manufactura de artefactos y
maquinarias se remonta atrás en la historia. En los siglos XVIII y XIX se puede detectar cómo
ciertas innovaciones se realizaban mediante el intercambio de conocimientos en el marco
de las transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la revolución industrial
(Nuvolari, 2004). Para Bessen y Nuvolari, (2016) uno de los factores que puso fin al período
de intercambio extenso de conocimientos fue el sistema de patentes. Más allá de eso, la red
de distribución abierta de Internet en la actualidad promueve un proceso interactivo de
desarrollo de diseños como nunca antes visto. El término “diseño abierto” (Open Design) es
una creación reciente y en desarrollo, pero el concepto es antiguo y se manifiesta en
proyectos donde las ideas, mejoras o hallazgos experimentales sobre un proceso de
producción o herramientas se comparten regularmente, permitiendo su distribución
gratuita y la expansión del conocimiento, que a su vez influye y desarrolla otros procesos y
modelos. Es un fenómeno basado en la co-creación, intercambio de conocimiento,
producción distribuida y licencia abierta (Neves y Mazzilli, 2013). El diseño abierto fue
posible a través del desarrollo de ciertos tipos de herramientas y materiales disponibles, y
también, por un cambio en la opinión y el interés del individuo.
Van Abel et al. (2014) describen como el diseño de productos abiertos comparten ciertos
principios del software de código abierto. Es un modelo que transmite conocimiento acerca
de sus productos de forma transparente, comunicando la naturaleza de los propios
productos, haciendo que las herramientas de producción, los métodos y la experiencia sean
accesibles para todos como una infraestructura común. Del mismo modo Vallance et al.,
(2001) delimitan de qué modo los principios del diseño abierto han estado relacionados a
los movimientos de fuente abierta que se plantearon en el apartado anterior. Estos autores
fueron los primeros en retratar las potencialidades de este modelo para el diseño de
máquinas. La Open Design Foundation (ODF) desarrolló algunos lineamientos del diseño
abierto refiriéndose al desarrollo de productos físicos, máquinas o sistemas, mediante el uso
de información compartida del diseño. Ronen Kadushin utiliza el concepto de "diseño
abierto" en el marco del diseño industrial en el 2004, y más adelante desarrolló el
38
manifiesto de diseño abierto (Kadushin, 2010). En sus escritos alude a una revolución
inminente en el desarrollo, producción y distribución de productos debido a la naturaleza
disruptiva de Internet y al fácil acceso a las herramientas. Esto significa que todos los
diseños se abren en su fase técnica conformes a que se encuentran continuamente
disponibles para la producción, en cualquier escala, sin inversión en herramientas costosas,
en cualquier lugar del mundo y por cualquier persona.
Hasta el momento, el proceso de desarrollo de la tecnología tangible de código abierto se
investiga marginalmente. La mayoría de los estudios disponibles se han centrado en las
características y modelos de desarrollo de software de código abierto. El término diseño
abierto (Vallance et al., 2001), describe tanto al hardware abierto, así como otros objetos
físicos que se desarrollan de acuerdo con el modelo, desde autos, computadoras y
máquinas, hasta alimentos. El término se utiliza para describir procesos que tienen como
resultado el diseño y la producción de un artefacto físico. Raasch et al., (2009) relevan una
multitud de proyectos que se han desarrollado desde el 2005 que van desde bicicletas hasta
microchips y desde reproductores de música a equipos de fabricación.
Según estos autores el diseño abierto de objetos físicos es raramente menos investigado a
pesar de generar preguntas de investigación interesantes al requerir la producción física real
(materialización), un aspecto a menudo considerado como uno de los desafíos más
importantes para el diseño abierto (Maurer y Scotchmer, 2006).
Rasch et al., (2009) se centran en el estudio de casos de desarrollo abierto de objetos
tangibles y revelan que el diseño abierto orientado a productos físicos se está
implementando en una gran cantidad de proyectos desarrollados tanto en estructuras
institucionales como independientes. Analiza los actores involucrados, los artefactos, y el
modo en que las ideas y las soluciones de un grupo de voluntarios pueden ser coordinadas
para crear artefactos innovativos. Según Raasch et al., (2009) la definición de diseño abierto
incluye cuatro aspectos críticos: se caracteriza por no corresponder a las lógicas de mercado
económico en cuanto a la divulgación del conocimiento, ni a las lógicas contractuales de
transferencia entre actores involucrados tanto en la invención como entre los involucrados
en la explotación (propiedad intelectual). Sin embargo, una licencia abierta puede
establecer reglas de intercambio del uso del conocimiento y su reutilización. Se define por
compartir ideas con el propósito de contribuir al desarrollo conjunto de un diseño único o
una serie de diseños integrados. Y por último el diseño se puede explotar comercialmente
dependiendo el sentido con el que es producido y podría ser vendido en un mercado o
utilizado para cualquier servicio privado o propósito comercial siempre y cuando el
conocimiento generado sea de libre disposición.
Haciendo foco en los artefactos desarrollados de modo abierto Raach concluye que hay una
tendencia a desarrollar concepciones modulares. Por lo tanto, incluso objetos muy
complejos pueden considerarse factibles. Raasch (2009) indica que tanto los objetos
complejos como los simples son adecuados para este tipo de diseño y que su factibilidad
está condicionada por la capacidad de modulación al subdividir su complejidad.
El diseño abierto a menudo implica que los planos del diseño están disponibles a través de
repositorios digitales de acceso abierto. A su vez, significa que las alternativas pueden
adaptarse a voluntad para cumplir con los requisitos de otra situación, y que los
consumidores pueden utilizarlos para fabricar productos bajo demanda fuera de la red. Es
por ello que el diseño abierto es generativo (Van Abel et al., 2011) en referencia a que es
propicio para el rediseño continuo, la adaptación y la extensión.
39
Actualmente, en espacios virtuales, existen herramientas que facilitan que las personas
puedan diseñar. Un ejemplo de ello son los softwares generativos de diseño de productos,
que se basan en interfaces simples para permitir a personas con escaso conocimiento en
herramientas específicas de diseño generar alternativas nuevas. Estas formas de
colaboración en línea reflejan la existencia de diseñadores que se encuentran generando no
productos, sino herramientas, para favorecer que otras personas diseñen. Estas
características, propias del diseño abierto, establecen una participación de la sociedad bajo
el desarrollo de capacidades nuevas de “customización de los diseños”. Dentro de estas
estructuras se pueden observar distintos laboratorios de fabricación digital, espacios de
colaboración presencial o plataformas para compartir en línea, distribución, promoción de
diseño y talleres de máquinas compartidas. (Neves y Mazzilli, 2013)
Avital (2011) analiza los principales factores detrás del diseño abierto, la innovación abierta
y el código abierto y los explora en relación con cuatro aspectos: objeto, proceso, práctica e
infraestructura. Desde una perspectiva social, la apertura se relaciona con la transparencia,
es una característica central que transmite y refuerza el intercambio, la reciprocidad, la
colaboración, la tolerancia, la equidad, la justicia y la libertad. La aplicación de la apertura a
un número creciente de prácticas se ha convertido en una tendencia con gran impacto y es
probable que afecte en varios niveles: individuos, organizaciones, mercados, países y
sociedad civil durante un largo período de tiempo.
La apertura en el ámbito del diseño industrial tiene algunas similitudes con prácticas de
producción y consumo antiguas como la reaparición del DIY (hágalo usted mismo) o la
impresión de manuales de instrucción populares que permite a cualquiera desarrollar
habilidades (que luego se transmitieron de generación en generación) para involucrarse con
el diseño creativo y los procesos de producción y hacer elementos funcionales para sí
mismos (Atkinson, 2006).
El término de diseño abierto sufre críticas por definirse en términos poco específicos.
Algunas definiciones disponibles son criticadas por no referirse simultáneamente a la
apertura del producto (el desarrollo de productos de hardware de código abierto como se
define por la definición de código abierto) y la apertura del proceso (posibilidad de que
cualquier persona interesada a participar en el proceso de desarrollo en colaboración). Por
ejemplo, en la definición que utilizan Brulé y Valentín (2016) la apertura en el contexto de
diseño abierto es definida como la inclusión de las personas y sus valores durante el proceso
de la elaboración de proyectos y las ideas y también, como un espacio hacia los usuarios en
el proceso de formalización. El diseño abierto en el sentido en que lo plantean dichos
autores contempla la inclusión del usuario final en el desarrollo del artefacto. En el
Manifiesto de Diseño Abierto, Kadushin define diseño abierto como un método que consiste
en la información publicada en Internet para que el objeto pueda ser descargado,
reproducido, copiado y modificado, sin herramientas especiales. La definición del manifiesto
no hace referencia al desarrollo de productos en colaboración, es decir, tiene su foco solo
en la apertura del producto (dimensión de salida).
En el "Open Design Definición v. 0.5", Meninchinelli y otros colaboradores a nivel mundial
desarrollan una definición del diseño abierto como "un proyecto de diseño de artefactos
40
cuya fuente de documentación se pone a disposición del público de manera que cualquier
persona puede estudiar, modificar, distribuir, poner, prototipo y vender el artefacto basado
en ese diseño. La apertura en el diseño abierto se puede referir al acceso abierto (a los
archivos fuente) y también, a la contribución abierta (al proceso de diseño colaborativo).
La definición de Aitamurto et al. (2015) es más amplia al definirse en base al acceso a la
participación en el proceso de diseño y a el producto resultante de ese proceso, así como los
datos creados, incluyendo los detalles técnicos y contenidos generados. También existen
definiciones como la de que prestan su atención en la propiedad del producto, es decir, al
grado de libertad que ofrece un artefacto para que pueda ser apropiado y adaptado a otro
contexto fuera del original.
2.5.2 La documentación, divulgación y el ecosistema del diseño abierto
Debido a que el diseño abierto impulsa el acceso a la tecnología y al conocimiento, una de
sus características principales es el proceso de divulgación y documentación abierta. Los
procesos deben publicarse con documentación que puede incluir archivos de diseño o
planos, y debe permitir la modificación y distribución de los archivos. La documentación
debe incluir archivos de diseño en el formato preferido para realizar cambios, que
favorezcan al entendimiento de las funciones y alcances.
La documentación del diseño abierto puede tomar diferentes formatos, en el marco de la
Open Design Definición v. 0.5 muestran diferentes posibilidades. Por ejemplo, poner
información a disposición en la Web (en cualquier formato) bajo una licencia abierta o
directamente compartir el archivo de origen (por ejemplo, formato vectorial o modelado
3D), utilizar formatos no propietarios (esto refiere a no utilizar archivos que requieran
programas o softwares específicos o propietarios). A su vez, algunos casos vincular la
divulgación con otros datos relevantes para proporcionar contexto (por ejemplo, datos
abiertos sobre el proceso de diseño, la cadena de suministro, la fabricación, la distribución,
el final de la vida útil)
Si bien la documentación y divulgación adquieren importancia en el diseño abierto, no es el
único factor que genera dinámica de expansión. El Open Design y Hardware (OD+H)
Working Group determina la importancia del ecosistema del diseño abierto entendiendo
que los proyectos no constan solo de archivos o de artefactos, sino que hay más elementos
que concurren a su estructura, dinámica, éxito o fracaso. Dicho ecosistema se puede
describir con un espectro que muestra los diferentes niveles posibles que extienden un
proyecto simple a un proyecto mayor, más complejo, participativo y estructurado. Un
proyecto de Diseño Abierto es parte de un ecosistema mayor que trabaja para su desarrollo,
el cual puede alcanzar una estructura y complejidad crecientes. Dicho de otro modo puede
constituir desde i) solo la documentación abierta del artefacto, ii) contemplar un proceso
abierto, colaborativo y documentado abiertamente que gestiona todo el proceso de un
artefacto de diseño, iii) ser una organización que supera el trabajo de los fundadores del
proyecto con participación, discusión, contribución, iv) poseer un presupuesto abierto,
colaborativo y documentado abiertamente que asigna costos e ingresos o hasta constituir
una gobernanza abierta, colaborativa y abiertamente documentada que gestiona los
procesos, la participación y el presupuesto del proyecto.
2.5.3 ¿Abierto cómo? Analizando los niveles de apertura
41
Como puede notarse los proyectos de diseño abierto son variados y heterogéneos y sus
definiciones acentúan diferentes características. Existen muchos autores que han intentado
retratar los diferentes niveles de apertura que estas prácticas presentan. Algunos de estos
análisis se centran solamente en el tipo de propiedad que adquieren los bienes. West (2003)
propone categorizar diferentes niveles de apertura según las limitaciones de la propiedad
intelectual y el alcance de las prácticas. Esto se debe a que existen ejemplos de diseño
abierto totalmente libres, o por lo contrario, ejemplos con secretos comerciales, marcas
registradas y patentes de invención. Otros autores, por ejemplo, buscan analizar los
patrones organizativos de los niveles de acceso entre lo público y lo privado. Por ejemplo,
Bonvoisin et al. (2018), investigan la transparencia y la distribución de la carga de trabajo de
105 proyectos de desarrollo de productos OSH. Los resultados destacan una heterogeneidad
de prácticas que generan gradaciones entre el desarrollo público y privado, por lo que
revelan diferentes patrones organizacionales con diferentes niveles de centralización y
distribución. Por otro lado Hardwood (2016), realiza la clasificación de apertura según las
etapas por la que transita la innovación y el grado de apertura que conlleva.
Por ejemplo, algo puede ser abierto por dentro: ideación interna, involucrando solo a los
empleados de la empresa. También puede serlo de afuera hacia adentro: buscando ideas
externamente para resolver problemas o mejorar las capacidades existentes. Por último, de
adentro hacia afuera al compartir ideas y propiedad intelectual con el exterior para crear
nuevas oportunidades de negocio en colaboración.
Por otro lado, al representar la apertura en la etapa de innovación, puede ser una apertura
para explorar (cartografiar las necesidades no satisfechas de los clientes mediante la
recopilación de información); para extraer (colaborar con otros para construir y desarrollar
ideas sobre las necesidades no satisfechas) o abrir para explotar (crear planes de negocio
accionables basados en las ideas desarrolladas que muestran potencial).
De este modo, tanto West (2003), Bonvoisin et al. (2018) y Harwood (2006) realizan
investigaciones que consideran que la apertura debe analizarse en diferentes gradientes y
variables, y referidas en cada caso particular.
2.5.4 Antecedentes de plataformas y proyectos abiertos de tecnologías para
la Agricultura
A nivel internacional existen varios modelos abiertos y colaborativos en agricultura que
pueden observarse en plataformas digitales que permiten la colaboración en línea de
procesos de diseño, innovación y distribución. Algunos ejemplos de ellas son Farmhack
(comunidad mundial de agricultores que modifican sus herramientas mediante el
intercambio abierto de conocimientos), Open Source Ecology (diseño abierto para la
autosuficiencia en la producción de alimentos) o la Open Agriculture Initiative (OpenAg)
donde se crean recursos abiertos para acelerar la innovación agrícola en base a tecnologías
abiertas que permitan la producción local.
En Farm Hack utilizan al código abierto para compartir abiertamente el conocimiento y
know-how. Es una comunidad de contenido generado por usuarios con objetivos de
intercambiar conocimientos, identificar valores compartidos y participar en el intercambio
abierto. L'Atelier Paysan es una cooperativa que apoya a los agricultores en el diseño y
fabricación de máquinas adaptadas a la agroecología campesina. Estos proyectos buscan
movilizar a los productores sobre las opciones técnicas en torno a sus herramientas de
42
trabajo y colectivamente encontrar respuestas a la soberanía técnica, la reapropiación de
conocimiento y el know-how
Otro ejemplo es un laboratorio abierto donde la comunidad puede diseñar y fabricar de
modo cooperativo herramientas para la producción agrícola de pequeña escala
(Tzoumakers). Se enfocan principalmente en empoderar a las comunidades locales para
garantizar la viabilidad de las tecnologías. Han desarrollado un documental sobre su
proyecto. Su espacio está equipado con herramientas de corte y procesamiento de hierro y
madera, microprocesadores, impresoras 3D y escáneres.
A nivel Latinoamericano se pueden mencionar algunas iniciativas que se desarrollan
actualmente. En Argentina, Bioleft es un laboratorio de investigación, co-diseño e
implementación de herramientas para la conservación, difusión y mejoramiento abierto y
colaborativo de semillas. Otro ejemplo es el laboratorio agroecológico abierto, propuesta
que surge entre la Cooperativa de Trabajo Ayllu, el CEFIC (Centro de Formación e
Investigación Campesina) y la red ReGOSH. Busca integrar los desarrollos de instrumental
abierto de bajo costo en un laboratorio que acompañe a campesinos, agricultores,
estudiantes e investigadores facilitando el seguimiento, la visualización y la sistematización
de los cambios producidos en las fincas durante su transición hacia la agroecología. Este tipo
de iniciativas también sucede en otras regiones de Latinoamérica como en el caso de los
laboratorios ciudadanos para el desarrollo agrícola en Colombia.
2.5.5 Resumen del capítulo
El capítulo transita información relevante referida al tema central de la investigación. En
principio, sobre el sector de la agricultura familiar, su aporte al desarrollo sostenible y sus
problemáticas haciendo foco en la dimensión tecnológica. Luego se presenta el enfoque de
las tecnologías apropiadas, los movimientos de innovación de base, los enfoques sobre
participación, producción abierta y colaborativa. Por otro lado, se definen las tecnologías y
el diseño abierto.
Si bien la información presentada contribuye a delimitar el tema de investigación, la
información relevada no analiza específicamente las categorías que se construyen en esta
sección, para los casos de estudio particulares. Existe la ausencia de un análisis
multidimensional que permita dimensionar el complejo fenómeno de construcción de
soluciones tecnológicas con la agricultura familiar, sus potencialidades y sus barreras.
Muchos de los casos analizados en la literatura internacional difieren del contexto nacional y
se focalizan en la distribución digital de las tecnologías. En el caso de artefactos y máquinas,
el caso es menos investigado y la vacancia es aún mayor en relación al sector rural. A
continuación se desarrolla el marco teórico de la investigación.
43
CAPÍTULO 3
MARCO TEÓRICO
Fotograa de INTA. Buenos Aires. 2020.
Nota: Caso Pasteurizadora en Sachet. Lanzamiento del diseño del sistema de pasteurización de leche en origen que
beneficia a las pequeñas cuencas lecheras.
CAPÍTULO 3.MARCO TEÓRICO
3.1 INTRODUCCIÓN
El diseño abierto se manifiesta en proyectos donde las ideas, mejoras o hallazgos
experimentales sobre un proceso de producción o herramientas se comparten
regularmente, permitiendo su distribución gratuita y la expansión del conocimiento, que a
su vez influye y desarrolla otros procesos y modelos. Es un fenómeno basado en la co-
creación, el intercambio de conocimiento, la producción distribuida y la licencia abierta
(Neves y Mazzilli, 2013). En la actualidad se pueden encontrar casos de diseño abierto no
sólo en la agricultura (máquinas y artefactos como sembradoras, bombas de agua, entre
otros) sino también productos industriales complejos como computadoras o ferrocarriles.
Las prácticas abiertas tienen gran potencial para la resolución de problemáticas de la
agricultura familiar, pero su esquema de desarrollo y las modalidades de generación y
distribución de las tecnologías han sido raramente estudiados en profundidad. ¿De qué
modo se implementa el diseño abierto en la agricultura familiar?, ¿qué potencialidades y
limitaciones tiene la apertura en este ámbito?. Los casos desarrollados en la actualidad son
una fuente empírica para ser analizados debido a la riqueza y complejidad que presentan.
Resulta necesario comprender cuál es el rol de la actividad proyectual desde las prácticas
situadas, qué implica la participación en este tipo de procesos y que supone el diseño
abierto en este ámbito. Esto permitirá interpretar cómo se desarrolló la dinámica problema-
solución, qué desafíos se desarrollaron y qué estrategias fueron utilizadas para superarlos.
En tanto, el análisis que se propone, supera las cuestiones de resolución técnica de los
artefactos e involucran, desde la perspectiva socio-técnica, el estudio de los elementos
sociales, culturales y tecnológicos que influyen en la modalidad del diseño abierto en el
ámbito de la agricultura familiar. El análisis del diseño colaborativo de tecnologías para la
agricultura familiar integra una serie de conceptos que aplican a dos dimensiones: al
proceso de diseño y a las características de los artefactos diseñados.
En primer lugar, esta sección contextualiza el diseño abierto y colaborativo en la agricultura
familiar. La sección se pregunta cuáles son las herramientas más relevantes para pensar la
relación entre diseño, tecnologías abiertas y procesos participativos. Como se mencionó
anteriormente, el diseño colaborativo en el ámbito rural plantea particularidades al interior
de sus esquemas de desarrollo, y en sus modalidades de generación y distribución de las
tecnologías. En concordancia, existen una serie de interrogantes en relación a los modos de
implementación del diseño abierto en la agricultura familiar a nivel nacional y por
consiguiente, la necesidad de explicar y evaluar las potencialidades de este modelo de
desarrollo. Analizar casos de diseño abierto recientemente implementados a nivel nacional
permitirá comprender cuál es el rol de la actividad del diseño desde las prácticas situadas,
que implica la participación en este tipo de procesos y que presupone el diseño abierto en
este ámbito.
En segundo lugar, esta sección describe una serie de herramientas conceptuales que
permiten analizar los niveles de apertura de los procesos de diseño. Al tratarse de proyectos
de desarrollo de artefactos (bienes tangibles) la apertura debe interpretarse en dos
dimensiones. Por un lado, “la apertura del proceso de diseño”, es decir, cuán abierto es el
45
proceso de diseño a la participación y por tanto, cómo se encuentra distribuida la toma de
decisiones. Por el otro, la apertura implica comprender cuán abierto resulta un artefacto o
tecnología, lo que está relacionado con sus características constructivas y sus estrategias de
implementación territorial, lo que se denomina “apertura del producto”. En esta sección se
explican ambas categorías de análisis para comprender qué factores involucra cada una de
ellas.
En tercer lugar, al tratarse de prácticas novedosas y poco estudiadas, existe la necesidad de
construir un camino crítico y por lo tanto surge la necesidad de estudiar tres aspectos: los
desafíos, el conocimiento generado y los aprendizajes en la práctica.
3.2 PRIMERA PARTE. Diseño abierto y colaborativo para la agricultura
familiar
Los procesos de diseño abierto de artefactos para la agricultura familiar que se desarrollan
con comunidades locales plantean nuevas formas de generación de conocimiento, proceso y
resultados. Sus esquemas de desarrollo presentan características particulares en relación a
los casos de diseño tradicionales y rara vez aparecen en las políticas de innovación de los
ámbitos formales de ciencia, tecnología e innovación. Para ejemplificar esta idea, resulta útil
citar un ejemplo que explica porqué el cambio tecnológico impone la necesidad de revisar
los marcos de referencia conceptuales y las categorías utilizadas en el ámbito del diseño.
Galán (2008) analiza de qué modo el pensamiento simple, atrapado en la noción del objeto,
puede resultar un obstáculo para la comunidad destinataria. El tránsito desde la concepción
del diseño de autor hacia la incorporación de la innovación como mecanismo colectivo en
sistemas complejos, resulta clave para la lectura de los escenarios en el ámbito de la
agricultura familiar y para desarrollar conductas de diseño adaptadas a sus dinámicas
sociales. Galán afirma que, si bien los postulados éticos del diseño tradicional siguen
vigentes en el campo de la enseñanza, las categorías y los procedimientos construidos en la
práctica tradicional no resultan de utilidad en escenarios participativos. Para ello, realizó
una experiencia para comprender las diferencias entre dos dinámicas del accionar del
diseño: la lógica expansiva y la lógica participativa. Argumenta que en los escenarios de la
economía social, el diseño debe colocarse a la par de las comunidades locales y utilizar los
recursos de la disciplina a favor de su posicionamiento, con una perspectiva crítica. El
resultado del análisis de dicha experiencia relevó que si bien los diseñadores tenían
capacidad de intervenir en diferentes escalas operativas, lo hacían generalmente en una
dinámica expansiva, a través de optimizar recursos para expandir ventas en una lógica
económica, con cambios significativos en el sistema de producción y comercialización, a los
cuales las comunidades rurales se encuentran reacios. Por otro lado, Galán (2008) explica de
qué modo surgieron dilemas con la autoría, en donde tanto los diseñadores, como la
comunidad, pedían conservarla. Los diseñadores, se vieron obligados a retroceder, en lo que
respecta a las posibilidades de avanzar sobre nuevos mercados, frente a la exigencia de la
comunidad de preservar su estilo de vida y sobre todo, por la lógica cooperativa de la
organización social que requería construir consensos internos. Finalmente el diseñador
debió reconocer que su racionalidad debía pasar por el respeto hacia el estilo de vida de la
comunidad. El estudio explica la necesidad de estudiar las prácticas colaborativas
emergentes en la actualidad y permite comprender porque las soluciones cerradas,
46
centradas en resultados de calidad técnica pero estancos, no resultaron apropiables por la
comunidad local.
Algunas experiencias del diseño con intervención en las comunidades, ayudan a comprender
los problemas que enfrenta el análisis en la agricultura familiar. Existen una serie de
interrogantes en relación a los modos de implementación de las tecnologías abiertas.
Explicar y evaluar las potencialidades de este modelo de desarrollo permitirá comprender
las prácticas situadas. Por otro lado, indagar los encuentros colaborativos podrá dilucidar
qué implica la participación en este tipo de procesos. A su vez, analizar de qué modo se
desarrolla la dinámica problema-solución podrá reflejar qué desafíos surgieron y qué
estrategias fueron utilizadas para superarlos.
3.2.1 Diseño tradicional versus diseño abierto
Para comprender las particularidades del diseño abierto y participativo, resulta necesario
establecer una serie de diferencias con el enfoque de diseño tradicional. Si bien las
categorías no resultan taxativas y encuentran matices en la práctica, son de utilidad para
comprender el enfoque de las tecnologías abiertas y colaborativas.
En primer lugar, se puede mencionar que, al contrario del diseño convencional, el diseño
abierto no generará alternativas tecnológicas estancas y masivas, sino que permite la
adecuación y adaptación de los diseños a diferentes contextos (Van Abel et al., 2014). Dicho
de otro modo, mientras la reproducción seriada generará copias de la misma alternativa
(close-end), el diseño abierto tenderá a ser reconfigurable y extensible, no estará limitado a
una serie de producción sino que su potencial es generativo.
En segundo lugar, la visión tradicional del diseño identifica y divide claramente tres roles: el
usuario, que compra y vivirá con el producto, el diseñador que concibe el producto y el
cliente que fabrica y distribuye el producto. En la visión tradicional, suele ser el cliente quien
toma la iniciativa y quien identifica la oportunidad en el mercado y espera recibir un diseño
conceptual a cambio. En la co-creación y el diseño abierto, los roles y responsabilidades que
antes se consideraban separados están interactuando, fusionándose o incluso
intercambiándose entre las partes; algunos roles están desapareciendo en la forma en que
los conocíamos y aparecen nuevos roles (Van Abel et al., 2014). En el diseño participativo y
abierto, existe un nuevo fenómeno que varios autores (Sanders y Stappers, 2008)
denominan y describen como una “hibridación del rol del diseñador”. De algún modo, esto
significa derribar las barreras entre los diseñadores y los usuarios finales, posibilitando que
los “no diseñadores” se conviertan en diseñadores, y en ciertos casos, se elimine al
intermediario haciendo que los usuarios finales fabriquen los productos que necesitan. Estas
nuevas formas de hacer que plantea el diseño abierto y colaborativo, suceden en diversos
ámbitos en la actualidad a nivel internacional y existe la necesidad de comprobar qué
lineamientos aplican en el ámbito de las tecnologías para la agricultura familiar. Queda claro
que la visión tradicional, con su clara separación de roles, resulta restringida para abordar
las complejidades actuales, pero su influencia aún no ha sido reemplazada por el discurso
del diseño abierto. La separación entre los roles se encuentra arraigada en las grandes
empresas, donde a menudo las actividades están asignadas a individuos o departamentos
especializados. En las pequeñas y medianas empresas, la separación se define de forma
menos clara: las personas a menudo asumen varios roles en el proceso de diseño, con la
ventaja de que varios puntos de vista están mejor integrados que en las grandes empresas.
En muchas industrias, en la actualidad, se reconoce que la separación tradicional de roles ya
47
no es deseada. Sin embargo, la evolución a nuevas formas de diseño no ha producido una
visión estable y unificada de cómo se distribuyen los roles ahora. Lo mismo se aplica a las
nuevas tendencias de investigación dentro del diseño, especialmente en la investigación del
usuario, en donde el concepto de abrir los procesos de diseño para la participación del
usuario final a menudo ni siquiera se considera.
Por último, otra diferencia sustancial se encuentra en la cuestión del acceso a la información
generada tanto en el proceso de diseño como a la relacionada a la alternativa
implementada. En las innovaciones que se impulsan desde el ámbito empresarial el
conocimiento suele estar oculto y protegido, o limitado a una serie de personas. Además de
ello, se encuentran licenciados por registros de patentamiento mediante regalías. En el
diseño abierto el conocimiento generado se encuentra disponible, podrá ser compartido, y
se utilizan licencias abiertas. De modo contrario al ocultamiento de la innovación, el diseño
abierto buscará expandirse de modo libre, y para ello utiliza diferentes mecanismos de
divulgación para alcanzar el mayor público posible.
Para resumir las características planteadas anteriormente a continuación se desarrolla una
tabla comparativa (Tabla 2) entre el modelo tradicional del diseño industrial y los modelos
de diseño abierto y colaborativo.
Tabla 2
Comparación de categorías entre el enfoque tradicional del diseño y los enfoques
colaborativos y abiertos
Enfoque tradicional del diseño
Enfoques abiertos y colaborativos
ACCESO
Oculto, protegido
Disponible, se comparte
PLANOS
Especificado por el lenguaje de los
registros de propiedad
Especificado por el lenguaje común
y digital
DERIVACIONES
Estático (caja negra)
Reconfigurable y extensible
EXCLUSIVIDAD
Limitado a una serie
Reproducible a demanda
MEDIO DE
PRODUCCIÓN
Producción comercial e industrial,
centralizados
Por trabajo artesanal o manual,
autoconstruccion, descentralizados
PROCESO DE
FABRICACIÓN
Sujeto a lotes centralmente
controlado y preestablecidos
Sujeto a la distribución y a la escala
POTENCIAL
Close-end (final cerrado)
Generativo (final abierto)
AUTORÍA
Promueve la protección de la
propiedad para proteger la
inversión. Licenciado por regalías.
Promueve al autor
Crea dentro de un marco
colaborativo. Valoriza una actitud
de creación conjunta. Autoría con
licencias abiertas
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CRITERIO
Busca expandir el mercado
Busca ampliar las redes en un
marco de desarrollo local de
acuerdo con las aspiraciones
comunitarias
USO DE
RECURSOS
Explota intensivamente los
recursos
Lógica de "ecofacto", busca el
equilibrio, menor utilización de
recursos
CRITERIOS
VALORATIVOS
Los objetos. Los impactos en el
mercado
El conocimiento apropiado, los
impactos en la calidad de vida de la
comunidad. Registra las
percepciones subjetivas de los
actores
ROLES
Diseñador de producto
Hibridación de roles
Fuente: Elaboración en base a Galán (2008) y Van Abel et al., (2011).
Comprender el rol del diseño abierto desde las prácticas locales permite reconstruir la
trayectoria de experiencias que no han sido documentadas en su totalidad y superan la
visión tradicional del diseño. Resulta necesario estudiar los procesos de desarrollo
tecnológico en torno a los niveles de apertura y comprender qué cambios implica, la
trayectoria con el sector productivo de la agricultura familiar y las potencialidades que
brinda la perspectiva de la innovación abierta y colaborativa.
Por otro lado, la relación del diseño industrial y la agricultura familiar plantea una serie de
desafíos. Uno de ellos refiere al cuestionamiento del rol del diseño en los procesos de
innovación territoriales en ámbitos públicos (instituciones i+d, organismos
gubernamentales, cooperativas, agrupaciones de productores). Normalmente este tipo de
proyectos no aparecen en los estudios ni en las argumentaciones teóricas de los estudios de
innovación y cambio tecnológico. Son proyectos que resaltan el rol que ocupan otras
disciplinas en los procesos de diseño, que se desarrollan con la conjunción de saberes
formales y no formales. Constituyen una forma de desarrollar procesos sociales no
atendidos por los enfoques cerrados de diseño en la medida que busca abrir “la caja negra”
de la tecnología, comprendiendo sus modos de generación y distribución, que de modo
general, se encuentran invisibilizados.
De este modo, cabe preguntarse ¿qué dinámicas de aprendizaje y conocimiento se
generaron en torno a las tecnologías?, ¿qué rol ocupan los diferentes saberes técnicos,
científicos y sociales?.
3.3 SEGUNDA PARTE. La necesidad de análisis de la apertura en los procesos
de desarrollo tecnológico en el ámbito de la agricultura
Hablar de diseño abierto implica explicar algunos conceptos como el de apertura, que se ha
vuelto central en las últimas décadas. Penin (2013) investiga el significado y la importancia
del concepto de apertura para el conocimiento y la innovación. Si bien existen diferentes
49
usos del concepto, los mismos tienen un denominador común que hace hincapié en las
condiciones de acceso.
Si bien uno de los desarrollos recientes ha sido la aparición de software abierto, en la
actualidad existen una serie de trabajos que exploran cómo se extiende el modelo de código
abierto a otros ámbitos (Burk, 2002; Maurer, 2003; Hope, 2008). Resulta necesario
comprender por qué se utiliza el movimiento del Open Source Software (OSS) como modelo
para la definición de apertura y de sus logros. Penin (2013), establece tres propiedades para
explicar el éxito del modelo: sus propiedades técnicas, legales y de organización. Desde un
punto de vista técnico, los programas son distribuidos mediante su código fuente y no están
restringidos a los miembros del proyecto, sino que se encuentran disponibles para todos.
Los desarrolladores revelan de modo voluntario y abierto los códigos, lo que permite que
otros desarrolladores puedan usarlos, entenderlos y mejorarlos, contribuyendo a un avance
constante en la resolución de los problemas técnicos. Desde un punto de vista jurídico, los
programas están protegidos por licencias abiertas. En tercer lugar, desde el punto de vista
organizativo, los programas son desarrollados siguiendo el modelo de desarrollo
denominado bazaar (Raymond, 1999), donde varios desarrolladores mejoran
constantemente el código fuente liberado por los demás y, a su vez, liberan sus mejoras
para que otros desarrolladores pueden validar o cambiarlos. Este modo de desarrollo se
opone a la concepción tradicional de producción de software de forma vertical, jerárquica y
dividida por área de experticia (denominado por Raymond como modelo catedral).
Si bien estas características que define Penin provienen del mundo digital, son de utilidad
para pensar y describir modelos abiertos en el ámbito del diseño industrial y la agricultura,
pero existen nociones que deben ser repensadas en torno a los artefactos, es decir, los
bienes materiales. Para adentrar en el análisis a continuación se plantean algunos conceptos
de la apertura.
3.3.1 La apertura como un concepto heterogéneo
Existen diversos ámbitos que utilizan la palabra “abierto” para abarcar fenómenos muy
diferentes. Penin establece una definición que se centra en las condiciones de disponibilidad
del conocimiento producido. Fundamentalmente, una condición necesaria para que algo sea
considerado como abierto es que debe estar disponible para todos en condiciones idénticas
y razonables. Es importante señalar que, de acuerdo con esta definición, la gratuidad no es
una condición necesaria para lograr la apertura.
En la actualidad existe una aplicación del concepto de apertura en ámbitos diversos como la
ciencia abierta (Dasgupta y David, 1994), la invención colectiva (Allen, 1983; Nuvolari, 2004),
el software de código abierto (Raymond, 1999; Lessig, 2001; Lerner y Tirole 2001; Dalle y
Jullien, 2003), en algunos casos de diseño centrado en el usuario (von Hippel, 2005), y la
innovación basada en la comunidad. En los ejemplos citados, los individuos, organismos o
empresas dan a conocer abiertamente el conocimiento que producen.
Otro ejemplo del movimiento abierto, son los productos de hardware de fuente abierta
(OSH) cuyos principios de construcción se publican con una licencia que permite a
cualquiera estudiar, modificar y hacer y vender. Muchos investigadores señalan que en el
futuro, este modelo se trasladará a varios tipos de industria con el mismo nivel de éxito (Lee
y Cole, 2003; Lerner y Tirole, 2004; Maurer y Scotchmer, 2006; Fleming y Waguespack,
2007). Bonvoisin et al. (2017) analizan la existencia de productos abiertos que abarcan
50
diversas categorías de productos, como máquinas, herramientas, vehículos y equipos de
laboratorio, lo que indica que es un fenómeno de impulso creciente.
Siguiendo a Lessig (2001), un recurso es abierto si se puede utilizar sin el permiso de nadie;
o si el permiso está garantizado de manera neutral. El estudio de Lessig nos lleva a
considerar dos niveles de apertura: las débiles y las fuertes. En los “fuertes”, el interesado
en usar el material generado no tiene que pedir permiso para utilizar una determinada pieza
de conocimiento. El conocimiento no es propiedad de alguien que pudiera controlar su
acceso. En otras palabras, es pública. Esta categoría puede verse reflejada en algunas
tecnologías para la agricultura familiar que tienen un nivel alto de apertura en producto, lo
que genera una implementación prácticamente autónoma. Por otro lado Lessig habla de la
apertura en un sentido “débil”, en donde las personas interesadas pueden tener que pedir
permiso para el uso, pero este permiso no es a discreción de un propietario que podía elegir
arbitrariamente a denegar o conceder acceso a otros. Se concede permiso “neutral”, sobre
una base no discriminatoria, es decir, las condiciones de acceso son similares para todos.
Esta forma de apertura también puede identificarse en las tecnologías que busca analizar
este estudio, en donde, por algún condicionante el acceso no pudo concederse de forma
libre o autónoma.
A pesar de estos matices en el concepto de apertura, su denominador común es que las
partes interesadas deben tener acceso al conocimiento. En otras palabras, una tecnología
abierta es aquella para la cual no hay propietario o para los que el propietario ha renunciado
a su derecho a controlar el acceso a la misma (Penin, 2013). Implica que el inventor,
diseñador, investigador no impone restricciones injustas y excesivas a los usuarios, tales
como plantear límites en su uso, la obligación de utilizar tecnologías complementarias, o la
prohibición de hacer I + D sobre la alternativa desarrollada, etc.
La definición de Penin sobre la apertura tiene consecuencias importantes en cuanto a que el
acceso no sea automáticamente gratuito. Por el contrario, existen autores (Cohen y Walsh,
2008) que indican que, cualquier precio para el acceso a la propiedad intelectual restringe
potencialmente el acceso. Sin embargo, para Penin si el precio es “razonable” y no
discriminatorio, la innovación permanecerá abierta en un sentido débil.
En cuanto a los aspectos económicos, y en relación al diseño abierto, existen dos problemas
adicionales. El primero se encuentra referido a que la definición de precio razonable o justo,
no posee una definición inequívoca. El segundo, debido a que se trata del diseño de bienes
tangibles para un sector descapitalizado, la cuestión del precio que implica el acceso, no es
menor. En los procesos de desarrollo de tecnologías abiertas, una de las primeras preguntas
que realizan las familias productoras refiere al precio. De este modo, a diferencia del mundo
digital, el mundo tangible tiene una serie de limitaciones que superar devenidas de la
cuestión tangible, de los materiales, los procesos de transformación y los procesos
productivos. La distinción entre el acceso libre y acceso gratuito es necesaria para
comprender ciertos matices en la apertura.
Además de estas características, existen otras complejidades en las tecnologías abiertas en
el ámbito de la agricultura familiar. Las mismas tienen que ver con el vínculo entre la
apertura y las patentes y propiedad intelectual, el cual no resulta sencillo. Si la patente se
utiliza a modo de brindar control exclusivo del propietario sobre la tecnología, las
tecnologías no serían estrictamente abiertas. Sin embargo, al considerar la definición de la
51
apertura débil, una tecnología patentada puede considerarse abierta si los propietarios no
ejercen control irrestricto sobre la patente, por ejemplo, comprometiéndose a conceder
licencias sin discriminación o sin exclusividad. Paradójicamente, existen estudios (West,
2006) que indican que en ciertas ocasiones las patentes permiten la aplicación en la
industria o en los mercados y facilitan los procesos de transferencia y colaboraciones I + D
(Arora et al., 2001). Sin embargo, en la mayoría de los casos las patentes fuertes limitan el
acceso a las tecnologías y en la mayoría de los casos, quien posee el control del uso o sus
restricciones, es el titular del registro.
Como se puede notar en los párrafos anteriores el concepto de apertura resulta
heterogéneo y para poder aplicarlo a los casos de estudio de un modo ordenado y
multidimensional es necesario analizarla desde dos categorías: La apertura de producto y
apertura de proceso.
3.3.2 Apertura de producto y apertura de proceso
A diferencia de otros procesos que se encuentran sufriendo procesos de apertura, como el
software libre, ciencia abierta, entre otros, los procesos de desarrollo tecnológico presentan
desafíos particulares. Bonvoisin et al. (2018), determinó una clasificación por tipologías que
resulta de utilidad para comprender casos con distintas formas de apertura. A partir de una
distinción entre las variables “apertura de producto” y “apertura de proceso” completa
cuatro categorías que van desde el acceso público al desarrollo privado de tecnologías. Su
clasificación resulta de utilidad para comprender distintas tipologías basadas en una
clasificación de la apertura.
La aplicación del concepto de apertura en distintos ámbitos y con diferentes usos, plantea la
necesidad de generar modelos de análisis particulares para los casos del presente estudio.
Por ejemplo, los principios de código abierto son diferentes a los de la innovación abierta
que define Chesbrough (2003), en donde las empresas pueden realizar acuerdos para
intercambiar información en relación a una innovación. En la corriente de innovación
abierta, la apertura se interpreta en el sentido de que muchos actores están involucrados en
las diferentes etapas de la innovación del proceso. Una empresa siempre representa sólo
una pequeña fracción de la investigación llevada a cabo en cualquier campo tecnológico, por
lo tanto, tienen fuertes incentivos para establecer socios e integrar el conocimiento
desarrollado fuera de sus límites. Von Hippel (2005), le suma al concepto otro término.
Utiliza la expresión “innovación abierta y distribuida”. Von Hippel es muy cuidadoso para no
confundir las palabras “abierto” y “distribuido”, ya que tienen un significado diferente para
él. Lakhani y Panetta (2007) también reconocen esta diferencia entre la innovación abierta y
el movimiento de Software Abierto, en donde se representa una apertura más radical. De
este modo, puede notarse cómo el concepto de apertura refleja una amplia gama de
prácticas que pueden ir desde una idea mínima de participación, hasta formas de apertura
radicales y autónomas.
En el transcurso de las etapas del desarrollo tecnológico en el ámbito de la agricultura
familiar (generación, evaluación e implementación) existen casos que poseen mayor
apertura que otros y resulta necesario comprender qué situaciones generaron dichas
decisiones. De algún modo, existe una falta de claridad y de análisis sobre cómo y cuándo
ciertos aspectos del proceso de diseño se abren, así como una falta de comprensión de la
52
finalidad y beneficios o restricciones de abrir o cerrar ciertas etapas o productos. Entonces,
de qué modo algunas etapas se abren o se cierran revela ciertos juicios sobre lo que
constituye una contribución intelectual legítima, para quién y con qué consecuencias y
efectos.
Para ejemplificar la necesidad de analizar la apertura de las tecnologías se pueden citar
situaciones contrapuestas. A continuación, se exponen brevemente cuatro ejemplos de
casos de diseño desde la noción de apertura en producto y apertura en proceso.
Diseño abiertos en proceso y cerrados en producto (cuadrante A). Son casos donde el
proceso se da en un entorno colaborativo y las exigencias de la producción o de la
implementación, generan que ese proceso se cierre en la última etapa: la fabricación. Como,
por ejemplo, los casos de diseño orientado al usuario.
Diseño abiertos en proceso y en producto (cuadrante B). Son casos que presentan apertura
en todas sus fases, es decir, que son diseñados contemplando la participación de los actores
relevantes, y que también se divulga la información constructiva del artefacto, o la
documentación necesaria para que pueda ser reproducido.
Diseño cerrado en producto y en proceso (cuadrante C). Este caso trataría de productos
desarrollados de manera individual (sin participación externa) y con cierto grado de
exclusividad en su acceso, como la mayoría de los productos comerciales que se pueden
encontrar en el mercado.
Diseño cerrado en proceso y abierto en producto (cuadrante D). Son procesos de diseño
cerrados en el proceso generativo (creativo), pero abiertos en el producto. Por ejemplo, un
diseñador proyecta muebles desde su estudio a partir de láminas de madera y cortes
programados por CNC. El proceso resulta cerrado porque lo hace de modo individual es
decir que no existen instancias de colaboración en el proceso. Sin embargo, al compartir los
vectores en plataformas de distribución cualquiera puede descargarlo en internet y
construirlo, generando que el “objeto” sea abierto y libremente distribuido (como los casos
del diseñador Ronen Kadushin). Ejemplos de este tipo pueden verse también en la
arquitectura, mediante la descarga de planos de viviendas “customizables”. Otro ejemplo
son empresas que permiten una cierta personalización de sus diseños mediante la web. Allí,
la apertura solo existe en la dimensión de salida e incluso es bastante limitada: un cliente
puede elegir entre una pequeña gama de colores disponibles (De mul, 2011). Estos
proyectos suelen denominarse “de código abierto” .
La figura 2 muestra cómo estos cuatro ejemplos, pueden ser ubicados en cada cuadrante, a
partir de comprender la apertura bajo estas dos dimensiones.
Figura 2
Categorías de análisis de la apertura en productos de diseño: apertura en producto y
apertura en proceso.
53
Si se realiza un resumen de lo planteado hasta el momento en esta sección, parecería que el
diseño abierto puede definirse como el diseño accesible en diferentes soportes. Pero esta
definición sigue resultando ambigua. Si el concepto de apertura es definido como lo
entiende Penin (2013), es decir, está basado en las condiciones de disponibilidad del
conocimiento producido, debemos reinterpretar y trasladar esta definición en el ámbito del
diseño industrial, a su proceso creativo y a la tecnología misma. ¿Qué es lo que debe abrirse
en un proceso de diseño?, ¿el artefacto?, ¿el proceso?, ¿el conocimiento generado?. Lo
antes planteado propone una reflexión sobre el significado y la interpretación de la palabra
“abierto” en el contexto de los artefactos, el conocimiento y la producción. Si vinculamos la
definición de la apertura a la condición de acceso al conocimiento en el ámbito del diseño y
la tecnología, se podrían determinar modelos de desarrollo más abiertos que otros. Las
tecnologías para la agricultura familiar denotan la existencia de distintos niveles de apertura
y configuran matices en cuanto a la participación de actores (grado de interactividad), como
en el producto (grado de disponibilidad del código constructivo). Identificar los niveles de
apertura revelará diferentes patrones organizativos con niveles de centralización y
distribución de las tecnologías. De este modo, de qué manera se desarrollan las tecnologías
para la agricultura familiar en Argentina exige explicaciones en términos de apertura para
poder determinar y explicar la coexistencia de distintos modos caracterizados por diferentes
necesidades y condiciones del contexto y de las estrategias de la implementación
productiva.
En relación a las características del sector socio-productivo de la agricultura familiar de
Argentina, no todas las herramientas y teorías generadas de diseño abierto parecieran
adecuadas ni para el sector social, ni para el contexto tecnológico de Argentina. En este
contexto surgen los siguientes interrogantes: ¿Cómo se desarrollaron los casos más
“exitosos”?, ¿quién participa?, ¿qué implica la apertura en el ámbito del diseño industrial?,
¿existen distintos niveles?, ¿en qué influye la apertura en las características del artefacto
54
diseñado?, ¿qué implica la participación en el proceso?, ¿qué estrategias de divulgación,
implementación productiva y expansión territorial se requirieron?. Para comprender cómo
se analiza la apertura en esta investigación, a continuación se definen qué aspectos
particulares de análisis engloba cada categoría.
3.3.3 La apertura del producto
La apertura del producto se focaliza en el análisis del artefacto. Dicho de otro modo, esta
categoría no analizará el proceso de generación de la tecnología (creativo), sino aspectos
que tienen que ver con la implementación territorial.
Para comenzar a explicar esta categoría, se puede afirmar que la apertura de un producto se
refiere a su accesibilidad. En este caso, la apertura es una característica relativa que se
refiere al grado en que un producto es accesible para poder verse, modificarse y usarse. La
capacidad de ver se refiere a compartir contenido y la disponibilidad de información
detallada sobre el tema. La capacidad de modificar se refiere al intercambio de trabajo y el
empoderamiento de los cambios, mejoras y extensiones del tema. La capacidad de uso se
refiere a compartir la propiedad y permitir la reutilización semi o no restringida del tema o
partes del mismo. Estas son las tres operaciones fundamentales que implica la accesibilidad
(Atkinson, 2011).
Analizando las operaciones que sugiere Atkinson dentro del universo de casos de diseño y
agricultura familiar, sería adecuado profundizar en las tres capacidades. La capacidad de ver,
refleja de qué modo los destinatarios, es decir, la comunidad que tiene la problemática, se
“encuentran” con la solución tecnológica. En concordancia, la apertura en la dimensión del
producto analiza qué soportes de divulgación se generaron tales como digitalización de
planos constructivos, manuales de construcción explicativos, modelados 3D en plataformas,
u otro tipo de información necesaria dependiendo del caso. Esto invita a preguntarse qué
información es la que se que proporciona alrededor de un artefacto, y también, en qué
formato y mediante qué mecanismos. Esta categoría de análisis está relacionada con la
estrategia de implementación y distribución territorial implementada, es decir, con el tipo
de fabricación y distribución. En los casos de estudio, resulta de importancia comprender
cómo se genera la documentación del artefacto, es decir, el análisis de la información para
implementar las tecnologías en el hábitat rural. Dicho de otro modo, en este punto, la
investigación buscará analizar los soportes generados (manuales, videos, notas de
divulgación), y sobre todo, cuál de ellos resultó imprescindible para que las tecnologías
puedan implementarse.
Un diseño abierto en producto generará información para permitir su implementación
autónoma, como es el caso de las tecnologías de autoconstrucción a campo. En otros casos
se publican los planos libres en internet, para que la fabricación sea distribuida. En este
punto resulta de importancia el análisis de los soportes de distribución y divulgación de las
tecnologías abiertas. ¿Qué estrategias de divulgación pública se generaron?, ¿dónde y de
qué modo fueron implementadas?, ¿cómo circuló la información?. Los soportes generados,
¿potenciaron o redujeron la implementación tecnológica?. En resumen, resulta necesario
comprender de qué modo se encontró la alternativa disponible y mediante qué mecanismos
fue compartida.
55
En cuanto a la segunda, capacidad de modificarse, resulta importante analizar la estructura
constructiva de los artefactos. La apertura en el producto estará condicionada por la
complejidad o simpleza técnica de los artefactos, sus componentes, la relación entre partes
y los procesos productivos involucrados (transformación del material).
Para analizar de qué modo las tecnologías abiertas pueden o no ser modificadas a la largo
de diferentes contextos, resulta necesario contemplar cómo se reproducen las alternativas.
Mientras un diseño con mayor nivel de apertura en producto presenta una reproducción
flexible (las alternativas pueden modificarse según circunstancias particulares), un diseño
con un nivel de apertura menor tenderá a la reproducción seriada por stock (o “close end”,
refiriendo a final cerrado). Analizar la apertura de los artefactos, podrá revelar de qué modo
el diseño es implementado y adoptado y qué posibilidades de ser reconfigurado posee. La
capacidad de modificación está relacionada con la posibilidad que brinda la tecnología de
ser reparada por el productor familiar, o también, la capacidad de ser reconfigurada, es
decir, de adaptarse a nuevos requerimientos y contextos. En esta categoría surge la
necesidad de preguntarse ¿Qué características tienen los diseños con mayor nivel de
apertura? ¿y los que presentan un nivel menor?. ¿Qué desafíos generaron que se diseñen
de tal manera? ¿Qué beneficios trae la autoconstrucción a campo (DIY) de las tecnologías?
¿Qué pasa con los artefactos que tienen procesos de transformación que requieren la
intervención por pymes industriales?
Por último, la capacidad de uso tiene que ver con compartir la propiedad o no de la
tecnología y permitir la reutilización. Esto está relacionado con los registros de propiedad.
Para analizar la apertura de un producto, resulta de importancia comprender qué
mecanismos de propiedad existen (abiertos o cerrados). Por ejemplo, los casos con menor
nivel de apertura en producto se orientan a la producción industrial clásica, requieren
controles de calidad, propiedad intelectual y contratos productivos.
Si se sugiere que el diseño con mayor nivel de apertura representa un diseño accesible para
ver, modificar y utilizar en términos de acceso abierto, implica que los planos o la
información constructiva estén disponibles a través de repositorios de acceso abierto. Por
otro lado, requiere analizar qué información es divulgada y compartida cuando finaliza el
proceso de diseño y de qué modo se realiza el acceso y la adopción de la tecnología.
3.3.4 La apertura del proceso
Por el contrario a la categoría anterior, la apertura del proceso de diseño está relacionada
con la participación, es decir, implica observar a los actores que forman parte del proceso y
las formas sociales que generan. En el marco de esta investigación existe la necesidad de
analizar las modalidades que facilitaron la colaboración de las personas e instituciones, es
decir, la participación de las partes interesadas o involucradas en el problema. En cierto
modo, se busca comprender de qué manera las personas, el conocimiento y el proceso de
desarrollo tecnológico entran en contacto de forma de hacer posible la creación de nuevos
significados y oportunidades. La probabilidad de que las cosas ocurran dependen, en gran
medida, del encuentro entre personas que colaboran para crear cierto valor. Manzini (2015)
describe que, lo que contribuye a que una iniciativa tenga éxito son sus elementos
relacionales: las motivaciones, la eficacia, la empatía. Es decir, las plataformas digitales
actúan como soporte tecnológico, pero no funcionan por sí solas si los elementos
56
relacionales no existen. Muchas veces, los encuentros presenciales generan contextos más
adecuados que los digitales, pero no siempre son posibles y además, demandan más
cantidad de recursos. Las personas optan por colaborar con el objetivo de conseguir
resultados específicos y se establece un sistema colectivo: una creación cultural que resulta
de una interacción social compleja, un sistema con determinados valores y significados
particulares.
Lo que queda claro es que las herramientas digitales y presenciales mediante las cuales se
realiza la participación de los procesos tienen gran relevancia en el diseño de procesos de
intervención. Vale aclarar que la participación no se limita a iniciativas horizontales, sino que
se extiende a las relaciones que se establecen en todas las direcciones posibles. La
cooperación puede definirse como un intercambio en el que los participantes se benefician
de su encuentro (Sennet, 2012) y por lo tanto, tiene lugar cuando las personas se sitúan
frente a frente y generan un intercambio (tiempo, atención, experiencias, conocimientos),
con el fin de hacer algo que es reconocido por los participantes por tener un valor.
La colaboración, en tanto, surge de la interacción social. Manzini (2015), describe cómo en
las formas colaborativas existen dos “hilos conductores” en los cuales se encuentran: por un
lado, la búsqueda de resultados prácticos (hacer cosas en conjunto para resolver un
problema) y la búsqueda de un valor cultural (compartir ideas, proyectos, visiones).
Los encuentros, en los casos de diseño y agricultura familiar, adquieren características
particulares dependiendo de la etapa del proceso de desarrollo tecnológico. Los talleres se
realizan de distintas formas y con escalas diferentes. Al tratar de utilizar las variables en la
práctica de los casos particulares, debemos partir de que los encuentros que se
desarrollaron son variados. Por ello, en este estudio es destacable focalizar el análisis de los
encuentros colaborativos en relación a las etapas del proceso de diseño, es decir, a las fases
del proceso creativo. Debido a que los individuos, al decidir participar, se convierten en
codiseñadores o en coproductores, las alternativas finales (elegidas para ser
implementadas) transitaron una serie de valorizaciones sociales. Esto genera que otras
alternativas sean descartadas en el camino. ¿Cómo se eligen o se descartan las alternativas
en el proceso de diseño participativo?, ¿cómo se definen los lineamientos, funciones y
capacidades de las tecnologías?
Existen validaciones que pueden realizar el equipo técnico y de diseño como por ejemplo la
resistencia mecánica o la resolución técnica de un problema. Sin embargo, para otras
dimensiones tales como la adopción tecnológica o la aceptación social y económica de la
alternativa, los artefactos deben ser evaluados en condiciones reales y adversas. ¿Cómo se
realizan los procesos de evaluación de las tecnologías? ¿Son reinterpretadas las opiniones
de las familias productoras sobre el uso de las mismas? ¿Puede la opinión de los agricultores
establecer la necesidad de generar readecuaciones?
Para comprender la participación, el estudio de los actores y los encuentros resultan clave. A
pesar de ello, se ha vuelto un término con muchas interpretaciones diferentes y algunas de
ellas pueden generar obstáculos en lugar de apoyar la sostenibilidad (Pretty, 1995). Más allá
de nuevas tecnologías y prácticas, no todos los diseñadores se encuentran dispuestos o son
capaces de aprender de los agricultores y de otras partes interesadas. Los resultados de
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cualquier proceso de diseño siempre van a estar abiertos a diferentes interpretaciones.
Todos los actores y partes interesadas, y particularmente aquellos con interés social y
económico tendrán diferentes perspectivas sobre lo que constituye un problema y/o una
mejora o una solución al problema. Los problemas siempre están abiertos a interpretación
(Pretty, 1995). Como el conocimiento y la comprensión son socialmente construidos, no
existe una única forma correcta, diferentes actores pueden asignar significados
heterogéneos a los distintos elementos del problema y la solución. Siguiendo a Pinch y
Bijker (1984), el hecho de que los actores asignen significados múltiples se denomina
“flexibilidad interpretativa”. Por lo tanto, es esencial buscar perspectivas diversas a una
situación problemática, garantizando la amplia participación de diferentes actores y grupos,
pero esto también puede traer desafíos.
3.3.5. Instancias participativas en agricultura
Hay una larga historia de participación en el desarrollo para la agricultura, y una amplia
gama de instituciones, tanto nacionales como internacionales, que involucran a las personas
en algún aspecto de la planificación e implementación. Sin embargo, la participación puede
adquirir distintas formas.
Por un lado, ha sido interpretada como un medio para aumentar la eficiencia, donde el
centro de la idea es que si las personas están involucradas, entonces son más propensos a
estar de acuerdo y apoyar el nuevo desarrollo o servicio. Por el otro lado, puede ser vista
como derecho fundamental, en la que el objetivo principal es iniciar movilización para la
acción colectiva. En los últimos años, hay un número creciente de estudios de proyectos de
desarrollo que muestran que la “participación” es uno de los componentes críticos del éxito
(Pretty, 1995), mientras que en el software libre y otras prácticas abiertas se considera que,
cuantos más ojos observan un problema, más sencillo resulta resolverlo. La inteligencia
colectiva se basa en la idea de que un grupo de individuos sabe más que una sola persona
(Nielsen, 2012). En este punto es resulta útil realizar la distinción de Eric Raymond entre el
modelo de catedral, en el que un grupo cerrado genera un desarrollo y luego lo pone a
disposición de todo el mundo y el modelo de bazar, en el que cualquier persona puede
participar a través de internet para desarrollar. Linux, por ejemplo, se inspiró en la idea de
bazar bajo la creencia de que, con un número suficiente de ojos, todos los errores son
superficiales. Esto quiere decir que si participa una cantidad suficiente de personas, los
problemas de la producción podrán resolverse mejor que en el modelo de catedral. De
algún modo se ha asociado que una mayor participación va de la mano de un aumento de la
movilización de las partes interesadas en políticas y proyectos, un rendimiento superior, la
comprensión y la cohesión social, servicios más rentables, una mayor transparencia y
rendición de cuentas y el fortalecimiento de la capacidad de las personas para aprender y
actuar (Pretty, 1995). Como resultado, el término “participación de la gente” o
“participación popular” son en la actualidad parte de la normalidad del discurso de muchas
agencias de desarrollo, organizaciones no gubernamentales (ONG), departamentos de
estado, entre otros. El uso múltiple del concepto de participación ha creado muchas
paradojas. Ha sido utilizado incluso para justificar el control del estado así como para
fortalecer la capacidad local y la autosuficiencia. Muchas veces es utilizado para justificar
decisiones externas, para la recolección de datos, pero también para el análisis interactivo.
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Uno de los objetivos del desarrollo agrícola debe ser potenciar la participación de diversos
grupos de personas. Sin embargo, esto puede generar dilemas. Existen temáticas complejas
que necesitan acuerdos entre las personas pero también se teme que una amplia
participación sea menos controlable, menos precisa y tienda a disminuir la capacidad de
planificación.
En los últimos años, ha habido una rápida expansión de métodos participativos en el
contexto del desarrollo agrícola. En la actualidad hay más de 30 términos diferentes para
denominarlos, algunos más utilizados que otros. El Diagnóstico Rural Participativo (DRP), por
ejemplo, se practica en, por lo menos, 130 países (Chambers, 1992: Verdejo, 2003). A pesar
de que se utilizan en diferentes contextos, hacen hincapié en seis elementos. El primero,
una metodología definida y un proceso sistemático de aprendizaje donde la atención se
centra en la acumulación de conocimiento por parte de todos los participantes y son
sistemas combinados de investigación e interacción. Segundo, la utilización de perspectivas
múltiples que busca la diversidad más que un “promedio de valores”. Se asume que
diferentes individuos y grupos hacen diferentes evaluaciones de las situaciones que
determinan acciones distintas. El tercero, el aprendizaje en equipo trata del reconocimiento
de que la complejidad sólo puede ser revelada a través de la investigación y la interacción
de grupo. Esto implica posibles combinaciones de los investigadores de diferentes
disciplinas, de diferentes sectores, y la población local. El cuarto, el contexto específico, es
decir, los enfoques son suficientemente flexibles para ser adaptados a nuevas condiciones y
actores. El quinto, los expertos como facilitadores, refiere a la transformación de las
actividades existentes para tratar de lograr cambios que las personas que sufren el
problema e interpretan como mejoras. El papel del “experto” es el de ayudar a las
personas a llevar a cabo sus propias metas. El sexto, la acción sostenida donde el
aprendizaje del proceso conduce a un debate sobre el cambio, cambia las percepciones de
los actores y su disposición a la acción. Debido a que se tratara de una acción acordada
representan un acuerdo entre los diferentes puntos de vista.
Para esta investigación resulta de importancia el análisis y la documentación de los métodos
participativos. Pretty (1995) explica cómo las maneras en que las organizaciones interpretan
y utilizan el término participación pueden ser resueltas en siete categorías. Estas van desde
la participación pasiva, donde las personas actúan mediante roles predeterminados, a la
libre movilización, donde las personas toman iniciativas independientes de las instituciones
externas. Esta tipología sugiere que el término “participación” no debe ser aceptado sin una
aclaración. Del mismo modo, Arnstein (1969) ofrece una tipología de la participación
ciudadana con ocho niveles de participación que pueden ayudar al análisis de esta cuestión
de la participación.
En el marco del presente estudio nos preguntamos si existen fases con mayor importancia
hacia la apertura. ¿En qué fases fueron esenciales los encuentros? ¿En cuáles no?. ¿Cuándo
se requirió utilizar capacidades externas? En la mayoría de los proyectos se hace referencia
a la participación de la comunidad, pero sólo algunos poseen participación interactiva.
Existen estudios que afirman que cuando las personas están involucradas en la toma de
decisiones durante todas las etapas del proyecto, desde el diseño hasta el mantenimiento,
es donde mejor resultados se produjeron. Del mismo modo, si sólo participan como
informantes pasivos, los resultados eran más pobres. Esta afirmación tiende a indicar que
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mientras más participación ocurra, mejor, pero ¿Sucede realmente de ese modo?. Las
incógnitas que se plantean denotan la necesidad de generar un análisis empírico de la
participación en los casos de agricultura familiar, el término participación debe ser
interpretado en la práctica debido a que existe una rica experiencia de la utilización de
métodos participativos para este propósito.
Para el análisis de la variable “apertura en proceso” se requiere relevar los participantes y
sus competencias (cómo participaron y en qué etapa) y a los encuentros colaborativos
(instancias de participación), como mecanismo facilitador de intercambios. Resulta de
importancia analizar en qué espacios (formalizados o informales) se dieron las instancias, en
qué etapa del proceso de diseño, así como también qué herramientas se utilizaron.
Debido a que la participación es un concepto amplio que refiere a diferentes tipos de
intervención se considera que debe ser explicitada y referida a cada situación en particular.
Analizar la participación permitirá comprender mediante qué instancias y en qué momento
se toman las decisiones que conforman las características del diseño o servicio final. Cada
propuesta de diseño es el resultado de la acción coordinada de varios actores sociales que
han llegado a un acuerdo de qué hacer y cómo hacerlo. Los interrogantes que busca
responder esta categoría son: ¿Se puede establecer alguna relación entre la participación y
las etapas del proceso de diseño?, o dicho de otro modo: ¿existe alguna etapa que tenga
mayor nivel de participación de actores en el común de los casos? , ¿qué etapas presentan
mayor y menor nivel de participación en general?
Para responder estos interrogantes se requerirá desarrollar un esquema de las etapas del
proceso de diseño e implementación, de modo que las mismas reflejen los pasos seguidos
por los casos elegidos. Se generará un listado de todos los actores participantes por caso
seleccionado y se buscará identificar en qué etapas participaron y describir los encuentros
donde se suceden las interacciones.
3.4 TERCERA PARTE. Desafíos, conocimiento y aprendizaje de las prácticas
abiertas
Realizar procesos de diseño abierto y participativo puede presentar una serie de dilemas y
desafíos. Además de ello, las prácticas abiertas generan conocimientos y aprendizajes
relevantes tanto para las instituciones que participan como para la comunidad destinataria.
En esta sección se desarrolla una descripción de los dilemas que fueron estudiados en la
teoría de las prácticas de apertura, para luego analizar, en los casos particulares, que formas
tomaron. Posteriormente, se busca analizar qué tipo de conocimiento y aprendizajes
surgieron de los mismos.
3.4.1 Desafíos y barreras de las prácticas abiertas
En el ámbito del diseño abierto en la agricultura existen ciertas situaciones de tensión en el
transcurso de los proyectos. Por ejemplo, es posible identificar desafíos entre la apertura y
las prácticas convencionales de las instituciones o entre la necesidad de solucionar un
problema de forma eficiente y los costos de participación.
Los dilemas pueden interpretarse en relación a cuestiones personales (individuales, en
relación a los participantes) o también derivadas de aspectos institucionales (estructurales)
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que muchas veces fueron conformadas de modo previo e independiente a los proyectos. Se
reflejan en situaciones que suponen un conflicto de intereses entre distintas partes.
En los casos que analiza esta tesis, un gran número de variables puede afectar la
cooperación en los proyectos. Algunas de ellas se relacionan con la tradición disciplinar del
diseño industrial, que influencia actitudes particulares en los diseñadores o investigadores;
mientras que otras pueden surgir de mecanismos tanto de validación como de
financiamiento de las instituciones involucradas (científicas, tecnológicas, u otras).
Por tanto, comprender las tensiones que surgen a lo largo de los procesos de diseño puede
ayudar a establecer nuevas formas de acción y equilibrio en la participación. Analizar los
dilemas sociales que se desarrollan en ámbitos institucionales pone de manifiesto factores
que intervienen en la toma de decisiones de las personas, y puede ayudar a comprender
diferentes actitudes (competitivas o cooperativas). Ayuda a brindar explicaciones sobre la
raíz de los problemas y también sobre los desafíos que se requirieron para solucionar dichas
tensiones.
A su vez, caracterizar los obstáculos ayuda a pensar cómo pueden evitarse en el futuro, o al
menos, disminuir las consecuencias negativas de decisiones basadas en intereses
individuales, que caracterizan este tipo de dilemas. Resulta importante entender cómo los
grupos consiguieron superar los dilemas, o dicho de otro modo, cómo fue posible
compatibilizar el interés individual con la eficiencia colectiva.
Para listar una serie de desafíos que derivan de los procesos de apertura a continuación se
desarrolla un marco de referencia en torno a la noción de “dilemas sociales”. Para organizar
el contenido, se organizan en torno a dos niveles: los dilemas “micro”, los cuales tienen
relación con la actitud individual, y los dilemas “macro”, que derivan de cuestiones
estructurales o institucionales.
Dilemas micro
Si bien los dilemas que se presentan a continuación se basan en procesos de ciencia abierta
(y no exclusivamente a procesos de desarrollo tecnológico) surgen de la tensión entre la
agencia individual y las normativas institucionales, y pueden servir para analizar procesos
similares de diseño abierto en el marco de instituciones públicas de I&D.
Scheliga y Friesike (2014) refieren como un obstáculo individual de las prácticas abiertas lo
que denominan “miedo a la libre conducción”. Con ello hacen mención al hecho de que
compartir el material al principio del proceso puede exponer al uso de la propiedad
intelectual (riesgo de que alguien más las tome y obtenga las recompensas por ello). Los
participantes pueden verse influenciados (o condicionados) por el hecho de que compartir
el material disminuya las posibilidades de usar la misma información para en situaciones
posteriores. En algunas áreas, como en el caso de la presente investigación, que aplica al
desarrollo tecnológico, compartir la innovación puede entrar en conflicto con la posibilidad
de obtener una patente para los productos.
Otro de los problemas individuales que plantean los autores es la necesidad de invertir
tiempo y esfuerzo extra. Existe información que a menudo se recopila sin la intención de
que un público más amplio acceda a ellos. Para poder generar la posibilidad de un acceso
amplio es necesario realizar un proceso de limpieza y agregar descripciones que sean
comprensibles para quienes no participaron en el proceso. Sumado a ello, debido a la
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existencia de una multitud de herramientas y soportes digitales que promueven distintas
acciones, elegir las adecuadas para una tarea determinada y aprender a usarlas es complejo.
Otra de las barreras que se plantea en relación a las personas dedicadas a las prácticas
abiertas, tiene que ver con los resultados negativos, las preguntas sin respuesta o los
resultados inesperados. Los resultados negativos no son recompensados por el sistema
académico, lo que lleva a las personas a desecharlos o esconderlos. Sin embargo, los
hallazgos que muestran que una pregunta de investigación aparentemente interesante no
tiene respuesta resulta un aspecto importante de los procesos de apertura porque ayuda a
evitar recaer en los mismos errores y ahorra recursos.
Por último, la renuencia a compartir también es un problema común. Invertir mucho tiempo
y esfuerzo en desarrollar información puede generar rechazo a ponerla a disposición. Si bien
el movimiento abierto se propaga haciendo que la información sea a