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I. INTRODUCCIÓN
Las artes marciales son prácticas antiguas que combinan
técnicas de combate y principios filosóficos. Se han practicado
desde hace cerca de 5000 años a.C., y, más recientemente, se han
definido como sistemas de combate defensivos y ofensivos con o
sin armas(1). Se practican como deporte y como método de
defensa personal. Incluyen diversas disciplinas, y cada una tiene
su propio estilo, técnicas, tradiciones y filosofías. Algunos de los
sistemas o estilos más populares se originaron en Japón,
Okinawa, Corea, China, Filipinas, Brasil, Francia, Israel y
Estados Unidos(2), si bien las raíces de muchas de las artes
marciales actuales se remontan a China y la India(2), pero incluso
hay referencias de estas en la antigua Grecia y Egipto(2,3).
Asimismo, cada arte marcial, como el judo, el karate, el
taekwondo, el jiu-jitsu, el kung-fu y muchas otras, tiene una
historia y unos orígenes diferentes. El karate, por ejemplo, se
desarrolló en Okinawa y se cree que se originó a partir de las artes
de lucha indígenas del lugar, así como las artes marciales chinas
y japonesas. Fue traído a Japón a principios del siglo XX y
comenzó a ganar popularidad a mediados del mismo siglo(4). En
cuanto al judo, se originó como una rama del jiujitsu y fue
desarrollado por el profesor Jigoro Kano en Japón, también en el
siglo XX. Originalmente, era llamado Kodokan Judo por Kano(5)
Pero también hay otras artes marciales que tienen orígenes más
antiguos, y que evolucionaron al paso del tiempo, como es el caso
de las artes marciales mixtas (MMA). Este es un deporte de
combate que combina técnicas de Jiu-Jitsu brasileño, Boxeo,
Muay Thai, Kickboxing, Lucha libre y otros, y se originó a partir
de antiguas técnicas de lucha que datan del año 649 a.C. En la era
moderna, el MMA resurgió a principios de los años 90,
promovido por los maestros Carlos y Helio Gracie(1).
A día de hoy, las artes marciales son deportes que han
crecido mucho en cuanto a número de participantes, y, por tanto,
visibilidad y atracción. En 1996, se estima que había 8 millones
de participantes de artes marciales en los Estados Unidos(2). En
2004, según un representante de la Asociación de la Industria de
las Artes Marciales (MAIA), aproximadamente 6,9 millones de
estadounidenses de 6 años o más participaban en estas artes
marciales(2). Del mismo modo, la Federación Mundial de Karate
(WKF) incluye 191 países miembros, y se está volviendo cada
vez más prominente en el escenario internacional, habiendo sido
incluido por primera vez en los Juegos Olímpicos de Tokio
2020(4). En cuanto al judo, la primera competición olímpica tuvo
lugar en 1964, también en los Juegos Olímpicos de Tokio, y el
deporte es ahora reconocido en 201 países de todo el mundo(5).
Además, el crecimiento de las MMA es, sin duda, un gran
fenómeno observado recientemente en los deportes de combate.
Es más, el evento llamado Ultimate Fighting Championship
(UFC), creado en 1993 en los Estados Unidos (EE. UU.), ha
estado atrayendo a miles de aficionados en todo el mundo,
especialmente después de la implementación de las reglas
actuales en 2009(1). El UFC ha convertido las MMA en el deporte
de más rápido crecimiento en el mundo. Desde su creación, el
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UFC se ha desarrollado exponencialmente, con un valor neto
estimado de aproximadamente $ 10 mil millones(3).
Así, gran parte de la popularidad de las artes marciales se
explica mucho por la diversidad de los participantes, ya que se
puede practicar el deporte independientemente del sexo, edad o
condición física(2). Además de ello, las artes marciales ofrecen
una gama de beneficios fundamentales, tanto para las personas
como para la sociedad, pues mejoran la condición física general,
incluyendo fuerza muscular, flexibilidad, resistencia, y
coordinación(1,6). El entrenamiento de artes marciales también
ayuda al equilibrio, al control postural, y tiene efectos positivos
en la función cognitiva y la salud psicológica,
independientemente de la edad de inicio de la práctica(7). Los
beneficios sobre la función cognitiva se observan también en
personas con enfermedades, como el trastorno por déficit de
atención e hiperactividad (TDAH), en el cual al practicar
taekwondo se mejora el rendimiento cognitivo en términos de
atención selectiva(8).
Lo que frecuentemente atrae a las personas de las artes
marciales es la mejora no solo del cuerpo físico, sino también de
la mente y el espíritu (trabajando la autodefensa, el ejercicio
físico, la construcción de la confianza en sí mismo, y el desarrollo
de la autodisciplina)(2). Más concretamente, como ya se ha
señalado, son muchos los beneficios que se pueden obtener con
relación a la salud mental al practicar un arte marcial. De hecho,
el entrenamiento en artes marciales mejora el bienestar y reduce
los síntomas asociados con la internalización de problemas de
salud mental(9) y si dicho entrenamiento es, además, tradicional,
lo cual incluye meditación y filosofía, se convierte en un medio
eficaz para reducir los niveles de ira y agresión(10).
Así, por ejemplo, en el caso del judo, sus fundamentos son la
educación física, la competencia y el entrenamiento mental, que
tienen como objetivo final hacer del individuo un valor para la
sociedad(5). En esta línea, las artes marciales permiten transmitir
la cultura del país de creación, promoviendo el intercambio
cultural y la cultura tradicional(11). Lo cual, gracias a su
proyección y reconocimiento mundial, resulta de gran utilidad
para construir conciencia social y solidaridad(12).
No obstante, pese a ser beneficiosas, las artes marciales
también conllevan riesgos de lesiones, que varían según las
disciplinas y los niveles de práctica(2), independientemente de que
se trate de judo(5), MMA(3), boxeo u otras artes marciales(13), al ser
deportes de combate, esto implica, por lo general, un aumento de
la probabilidad de riesgo de lesión en diferentes zonas del cuerpo.
En este sentido, se sabe que los métodos de entrenamiento
buscan mejorar el rendimiento de los atletas, por lo que el impacto
que las lesiones o enfermedades pueden tener sobre el
entrenamiento, es una perspectiva clave, particularmente en un
entorno deportivo de élite. Por tanto, con una mejor comprensión
de la relación entre el impacto de las lesiones y las enfermedades
en la disponibilidad y el rendimiento de los atletas, las iniciativas
de prevención podrían reorientarse para reducir el riesgo de lesión
y enfermedad de los atletas, mejorando el rendimiento
deportivo(14), siendo por esto que estudiar la epidemiología de un
deporte es imprescindible a día de hoy.
De esta manera, el objetivo general de esta revisión
sistemática es obtener una mayor comprensión de las lesiones que
sufren los atletas que practican artes marciales, identificar los
factores de riesgo potenciales y sugerir estrategias de prevención
para los atletas y entrenadores.
II. OBJETIVOS
- Determinar el índice lesional en artes marciales.
- Determinar qué parte del cuerpo es más propensa a sufrir
lesiones y relacionarlo con el tipo de movimiento que ha
provocado la lesión.
- Determinar la población de riesgo.
- Buscar qué posibles factores de riesgo generan más
posibilidades de lesión.
III. METODOLOGÍA
Esta revisión sistemática se ha llevado a cabo siguiendo las
orientaciones establecidas por la declaración Preferred Reporting
Items for Systematic reviews and Meta-Analyses (PRISMA)(15).
Se hizo una búsqueda bibliográfica a través de las bases de dato
Cochrane, The Physiotherapy Evidence Database (PEDro),
PubMed, Science Direct y Web Of Science (WOS) seleccionando
artículos publicados en los últimos 5 años, siendo el último mes
de inclusión marzo de 2024 (Gráfico 1).
A. Estrategia de búsqueda
En Cochrane, PEDro, PubMed, Science Direct y WOS, se
utilizó la búsqueda “Martial arts” AND “Injury”, los últimos 5
años en castellano, francés e inglés. Se encontraron 33 artículos
en Cochrane, 1 artículo en PEDro, 19 artículos en PubMed, 120
artículos en Science Direct y 44 artículos en WOS, habiendo
obtenido, en total, 217 resultados.
B. Criterios de elegibilidad
Para la inclusión de los estudios en esta revisión sistemática,
los criterios de elegibilidad fueron: a) artículos publicados en los
últimos 5 años hasta marzo de 2024, incluido; b) artículos en
castellano, francés e inglés; c) artículos publicados en revistas; d)
tipos de participantes: cualquier persona, independientemente del
sexo o la edad, que practique un arte marcial; e) tipos de
información recogida: índices lesionales, zonas lesionadas,
ejercicio que provocó la lesión, factores de riesgo u otro
parámetro que pueda estar relacionado con las lesiones en artes
marciales. Fueron excluidos todos los artículos que no siguieran
estos criterios de elegibilidad.
Los artículos obtenidos después de haber aplicado la
estrategia de búsqueda fueron transferidos al gestor bibliográfico
Mendeley con el fin de eliminar duplicados. Tras ello, se realizó
un cribado en función de la información contenida en el título y
Abstract, y posteriormente, otro tras la lectura completa de los
artículos, restando un total de 8 artículos que conformarían la
muestra final de la revisión a realizar, como se muestra en el
diagrama de flujo del Gráfico 1.
Injury in Martial Arts Sarah Verdeil (2024)
C. Evaluación de la calidad de los estudios
En esta revisión sistemática, se utilizaron artículos
publicados en revistas científicas, por lo que una primera
evaluación de la calidad de los estudios se puede hacer utilizando
el Journal Impact Factor (JIF) de la revista en la cual ha sido
publicado cada artículo (Tabla 1).
El JIF es una fórmula con una relación simple para medir la
frecuencia de citación de los artículos en una revista dentro de
un año y, aunque es cierto que el JIF tiene ciertos aspectos no
tan positivos, sigue siendo uno de los métodos más eficaces para
evaluar la actividad y la calidad de la revista, al menos hasta que
se desarrollen mejores métodos alternativos(16).
IV. RESULTADOS
Podemos observar los resultados de los ocho estudios
utilizados en esta revisión en la Tabla 3 y Tabla 4.
Gráfico 1. Diagrama de flujo
Tabla 1. Valoración de las revistas con el Journal Impact Factor (JIF)
Injury in Martial Arts Sarah Verdeil (2024)
V. DISCUSIÓN
Se puede afirmar que, durante los últimos años, las artes
marciales han evolucionado de forma evidente, teniendo más
proyección mundial. Sin embargo, al ser deportes de combate,
implican un mayor riesgo de lesión, siendo por esto que se decidió
analizar la epidemiología de estos.
Para determinar el número de lesiones en los estudios
epidemiológicos utilizados para esta revisión sistemática, se han
utilizado dos variables: la prevalencia y la incidencia lesional. La
prevalencia indica el número de deportistas que han padecido una
lesión durante el ejercicio de un arte marcial, mientras que la
incidencia lesional indica cuántos deportistas han sufrido lesiones
nuevas sobre la población total del estudio.
Se analizó el índice lesional y la frecuencia de lesiones según
el tipo de arte marcial practicado. Para el jiu-jitsu brasileño, el
91% de los practicantes se lesionaron por lo menos una vez
durante un entrenamiento dentro de un periodo de un año, y el
60% de los competidores durante una competición
(17)
. En cuanto
a un periodo de 6 meses, se reportaron que el 59,2% de los atletas
habían padecido una lesión
(18)
. En este caso, se debe destacar que
el jiu-jitsu brasileño y el taekwondo tienen casi la misma
prevalencia de lesiones, siendo el 59% de lesiones reportadas por
los practicantes de taekwondo
(19)
. Retomando el jiu-jitsu
brasileño, este tiene una incidencia de lesiones de 308 por cada
1000 atletas al año
(20)
. En cuanto al karate, el estudio de García-
Isidoro y al. 2021
(21)
reportó un 36,7% de lesiones que
interrumpieron el entrenamiento de los karatekas participantes.
Además, las tasas de incidencia de lesiones en el karate fueron de
5,13 por 1000 atletas y las tasas de incidencia de lesiones por
1000 minutos de exposición (ME) fueron de 1,98
(22)
. Comparado
con uno de los deportes más practicados al mundo, el fútbol, las
tasas de incidencia de lesiones por 1000ME del karate son muy
bajas (1,98), ya que las del fútbol son de 8,1 lesiones/1000ME
(23)
.
Otros estudios encontraron resultados más altos para el karate,
donde la tasa media de lesiones por 1000/exposiciones atléticas
(EA) fue de 111,4 para los hombres y de 105,8 para las mujeres.
En cuanto a las tasas de lesiones/1000ME, se obtuvieron tasas
similares para hombres (75,4) y mujeres (72,8)
(4)
. Este aumento
de las tasas de lesiones se puede explicar por el hecho de que la
muestra del estudio de Augustovičová y al. 2019
(22)
solo estaba
compuesta de karatekas de alto nivel, y ha sido demostrado en
otros estudios que los atletas suelen lesionarse más con un nivel
más bajo, y durante el entrenamiento
(4,17)
.
Por otro lado, los resultados en cuanto al índice lesional de las
lesiones que interrumpieron el entrenamiento para judokas y
practicantes de wushu (arte marcial chino tradicional) fue de 56%
y de 38,9% respectivamente
(21)
. A este respecto, un estudio de
Gimigliano y al. 2021
(24)
obtuvo un índice lesional de 4,2/1000h
de entrenamiento en el judo, que es tres veces inferior al índice
lesional para el boxeo, siendo de 12,8/1000h de entrenamiento.
Asimismo, con el estudio de García-Isidoro y al. 2021
(21)
, se ve
que el índice lesional del judo (56%) es muy similar al de
taekwondo (59%) o al del aikido (51%), y que, por el contrario,
el índice lesional del wushu (38,9%) se parece más al de kung-fu
(38%) o de karate (30%), siendo el thai-chi el índice lesional más
inferior con solo 14%
(19)
. Finalmente, se ha estimado que el
MMA tiene una tasa de lesiones en los combates profesionales de
68% y de 51% en los amadores
(25)
, lo cual es mucho más alto que
el boxeo, que tiene una prevalencia de 12,8 lesiones/1000h de
entrenamiento, como ya se ha indicado
(24)
.
En cuanto a los factores de riesgo que pueden influir sobre la
incidencia de lesiones, se debe destacar el sexo. El estudio de
Augustovičová y al. 2019
(22)
indica que las mujeres tienen una
tasa menor de lesiones comparando con los hombres en el karate,
pero no es el caso en el balonmano, donde hay más prevalencia
de lesiones en mujeres
(26)
. No obstante, es llamativo señalar que
en dos estudios diferentes se demostró que no había relación entre
el sexo y la incidencia de lesiones
(18,21)
.
Por otro lado, el nivel de práctica y la experiencia en un arte
marcial puede influir en las lesiones. De hecho, Ross y al. 2021
(25)
explican que ocurren más lesiones en combates de MMA
profesionales que en amateurs (68% vs. 51%). Asimismo, Hinz y
al. 2021
(20)
afirman que el color del cinturón – es decir, el nivel –
del practicante de jiu-jitsu brasileño influye. En cambio, Moriarty
y al. 2019
(18)
y García-Isidoro y al. 2021
(21)
expresan que el índice
lesional no varía en función del nivel del atleta o del rango de
cinturón, respectivamente. Otros estudios indican que el nivel de
entrenamiento en jiu-jitsu puede tener incidencia en las lesiones,
al igual que en otros como artes marciales
(19)
, en fútbol
(27)
y en
balonmano
(26)
. Además, otro factor de riesgo que influye en las
lesiones es la carga de entrenamiento, es decir, cuántas veces o
cuántas horas de práctica tiene a la semana el atleta. Tres estudios
sobre el jiu-jitsu brasileño obtuvieron resultados sobre la
prevalencia de lesiones: a más horas de práctica del deporte, más
lesiones ocurrían
(17,18,20)
. El estudio de Zetaruk y al. 2005
(19)
confirma estos resultados y los generalizan a otras artes marciales
(taekwondo, aikido, kung-fu, karate y thai chi).
Por último, en cuanto a los factores de riesgo que impactan la
prevalencia de lesiones, es necesario hablar del peso. En los
deportes con categoría de peso, y donde se dan golpes, como es
el caso del MMA, cuanto más pesa el atleta, más lesiones se
generan, incluso duplicándose en las categorías de peso más
altas
(28,29)
, como lo afirma también otro estudio sobre el MMA
(3)
.
Asimismo, es necesario hacer alusión a las zonas más
lesionadas, cuestión abordada por muchos de los estudios
analizados. En concreto, se observó que, en la mayoría de las artes
marciales, las extremidades superiores e inferiores, destacando
particularmente los hombros y rodillas, fueron las más
afectadas
(17,18,20,21)
. Las extremidades superiores tenían entre un
13%
(17,21)
y 30%
(20)
de afectación según el arte marcial practicado.
Estos resultados se corresponden con otros estudios sobre artes
marciales
(2,24)
, el boxeo
(13)
, el judo
(5)
y el aikido
(19)
, mientras que
el balonmano tiene casi la misma incidencia de lesiones en las
extremidades superiores, con unos 12-14% de afectación
(26)
. Así,
las lesiones de hombro oscilaban entre un 13% para los
judokas
(21)
y 29% para los practicantes de jiu-jitsu brasileño
(17)
.
En cuanto a las lesiones de las extremidades inferiores, la
incidencia fue de un 10% en el karate
(21)
, y de 46% en el jiu-jitsu
brasileño
(20)
. Además, en cuanto a este último, se encontró que las
lesiones de extremidades inferiores fueron, mayoritariamente,
lesiones en la rodilla, con un 20-30% de afectación
(18,20)
. Otros
estudios sobre artes marciales obtuvieron resultados similares en
cuanto a las zonas más lesionadas
(5,19,24)
. También se halló que el
baloncesto tiene las mismas incidencias, con las extremidades
superiores (hombros y codos) e inferiores (rodillas) más
afectadas
(30)
, y, en cuanto a las lesiones en las piernas, el fútbol
Injury in Martial Arts Sarah Verdeil (2024)
Tabla 2. Resultados
Injury in Martial Arts Sarah Verdeil (2024)
Tabla 3. Resultados
Injury in Martial Arts Sarah Verdeil (2024)
tiene más prevalencia, con 6,8 lesiones/1000 horas de
entrenamiento
(23)
. Sin embargo, en el caso del MMA, al contrario
de las otras artes marciales, la zona más afectada por las lesiones
fue la cabeza
(25,28,29)
, debido a los golpes y los KO. Se debe añadir,
además, que la edad es un factor que influye en la zona de lesión.
De hecho, el estudio de Moriarty y al. 2019
(18)
explica que los
atletas de jiu-jitsu brasileño más jóvenes sufren más de lesiones
en la cabeza, mientras que aquellos de edad más avanzada se
lesionan más en la espalda baja, y lo mismo ocurre en los atletas
de baloncesto según el estudio de Andreoli y al. 2018
(30)
.
Del mismo modo, se debe señalar que los esguinces y
luxaciones son comunes en deportes de grappling, como el judo
y el jiu-jitsu brasileño, debido a las técnicas de sumisión y control
en el suelo. Petrisor y al. 2019
(17)
destacan que en jiu-jitsu
brasileño, los tipos de lesiones más frecuentes fueron los
esguinces (61,4%) elongaciones (57,1%), fracturas (18,6%),
laceraciones (12,9%), dislocaciones (11,4%) y conmociones
cerebrales (7,1%) durante los entrenamientos, y los esguinces
(31,4%) y elongaciones (25,7%) en competición
(17)
. En cuanto al
judo y el karate, las lesiones más habituales fueron los esguinces
de tobillo y lesiones articulares con 4,98% y 3,98%,
respectivamente
(21)
. En cuanto al karate, el tipo más común de
lesión con parada del entrenamiento fue la fractura (41%), la
dislocación (20%) y la conmoción cerebral (12%)
(22)
. Por otro
lado, los cortes y contusiones son más comunes en los deportes
de golpeo como el kickboxing y el muay-thai, donde los golpes
directos son frecuentes. Este el caso, también, del MMA, en el
que los practicantes amateurs tuvieron más contusiones y
hematomas (31% vs. 22%), mientras que los profesionales
tuvieron más laceraciones (39% vs. 23%)
(25)
.
Así, otra lesión bastante habitual en las artes marciales son las
conmociones cerebrales o los KO. De hecho, para Follmer y al.
2019
(28)
, las tasas combinadas de KO/TKO por 100 atletas son de
19,53% en middleweight, 20,8% en light heavyweight y 26,09%
en heavyweight, hallazgos en la línea de lo observado por Fares y
al. 2021
(29)
, quienes demostraron que la tasa de lesiones en la
cabeza fue de 35 lesiones por cada 100 exposiciones atléticas
(EA), siendo las lesiones cerebrales traumáticas el tipo de lesión
más común, con una tasa de 16 por 100EA, mayor, por tanto, que
la de las fracturas. Se comprobó, también, que los ganadores de
combates de MMA experimentaron una mayor proporción de
fracturas (19% vs. 9%), y los perdedores experimentaron más
conmociones cerebrales (17% vs. 2%)
(25)
. En cuanto a las
conmociones cerebrales y los golpes en la cabeza, hay estudios
que explican las afectaciones de estas lesiones repetidas,
pudiendo generar afectación cognitiva, y cambios negativos
sobre el cerebro
(3,31)
, siendo necesario seguir estudiando sobre
esta temática, de cara a obtener una mayor información al
respecto y posibles precauciones clínicas.
Por último, se debe aludir, a este respecto, que, sabiendo que
las lesiones de rodillas son unas de las más frecuentes, Hinz y al.
2021
(20)
descartaron que las lesiones de menisco, ruptura del
ligamento cruzado anterior (LCA) y lesiones de ligamentos
colaterales medios fueran las más padecidas por practicantes de
jiu-jitsu brasileño. Esto resulta llamativo, dado que, en los
deportes con impactos y cambios de direcciones, la ruptura del
LCA es una de las causas de lesiones de rodillas más
frecuentes
(32)
, sin embargo, en jiu-jitsu brasileño, la mayoría de
las lesiones fueron causadas por sumisión (29,7%) y caídas
(26,4%)
(20)
, al igual que en el judo
(5)
.
Así, pues, una vez conocida la epidemiología de lesiones en las
artes marciales, las zonas más afectadas, y los tipos de lesiones,
sería interesante proponer estrategias preventivas para reducir
todos estos factores, si bien es necesario seguir estudiando sobre
la integración de un protocolo de calentamiento estandarizado
que pudiera reducir el riesgo de lesiones, así como técnicas y
estrategias de aprendizaje de caídas, ya que, esta última, es una
de las causas principales de lesiones en artes marciales. Del
mismo modo, en las artes marciales de golpeo (MMA,
taekwondo, boxeo, etc.), la enseñanza de las técnicas de golpeo
correctas podría prevenir fracturas y esguinces, siendo interesante
profundizar la investigación relativa a los equipamientos,
evaluando la eficacia de protecciones para las piernas, así como
cascos y guantes. Finalmente, se debe añadir que sería necesaria
la implementación de programas de prevención de lesiones, lo
cual incluiría sesiones educativas sobre riesgos y técnicas de
prevención, y la formación continua de entrenadores y
practicantes sobre las mejores prácticas de prevención de
lesiones, cuestiones esenciales para mantener la seguridad en las
artes marciales.
A. Limitaciones metodológicas de los estudios incluidos
Con relación a los ocho estudios observacionales
epidemiológicos utilizados en esta revisión sistemática, las
limitaciones estimadas han sido las siguientes:
- El sesgo de notificación: los profesionales o atletas no
informan de todas las lesiones o las minimizan, y afecta a la
fiabilidad de los datos
- Variabilidad de los métodos: las diferencias en los métodos
de recolección de datos y los criterios de definición de
lesiones dificultan la comparación directa entre los estudios
- Poblaciones diversas: los estudios incluyen poblaciones
diversas en términos de edad, género, nivel de habilidad y
estilos de artes marciales, lo que aumenta la heterogeneidad
de los resultados.
Debido a las limitaciones metodológicas y a la heterogeneidad de
los estudios, la generalización de los resultados a una población
mayor debe hacerse con precaución.
B. Recomendaciones para futuras investigaciones
- Los estudios futuros deben estandarizar las definiciones y los
métodos de recopilación de datos para mejorar la
comparabilidad y validez de los resultados.
- Realizar estudios longitudinales: un seguimiento a largo
plazo puede proporcionar una información valida sobre la
evolución de las lesiones y los factores de riesgo a largo plazo
en las artes marciales
- Expandir la muestra con poblaciones diversas: la
investigación debe incluir muestras más diversas, incluidos
practicantes de diferentes edades, géneros, niveles de
habilidad y estilos de artes marciales.
- Estudiar las estrategias de prevención de lesiones: destacar
programas de intervención específicos dirigidos a reducir las
lesiones.
- Hacer colaboraciones interdisciplinarias: colaboración entre
los entrenadores, médicos, fisioterapeutas e investigadores
Injury in Martial Arts Sarah Verdeil (2024)
para desarrollar e implementar estrategias de prevención de
lesiones más integrales y efectivas.
VI. CONCLUSIONES
A día de hoy, se ha destacado que el índice lesional varía
según el arte marcial practicado, siendo un 68% en el caso del
MMA, 59% en el jiu-jitsu brasileño y el taekwondo, 56% en el
judo y 51% en el aikido.
La población que más riesgo tiene de lesionarse son los atletas
experimentados que compiten, siendo el grupo que presentó más
lesiones en los estudios analizados.
Las extremidades superiores e inferiores, destacando los
hombros, las rodillas y la cabeza, son las zonas más lesionadas
durante la práctica de artes marciales. Se determinó que las
sumisiones y las caídas son las causas de lesiones más
frecuentes.
Los esguinces, luxaciones, contusiones, y conmociones
cerebrales se establecieron como los tipos de lesiones más
padecidos en artes marciales.
Finalmente, los principales factores de riesgo hallados fueron
el nivel del deportista, el peso, el tiempo de entrenamiento por
semana y si competía o no.
CONFLICTO DE INTERÉS
No se ha tenido ningún conflicto de interés en relación con este
trabajo.
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