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Tutmosis III un estratega trascendente (Egipto 2024)

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Abstract

Resumen: La vida de Tutmosis III como faraón y estratega, dibuja las condiciones personales y la formación que obtuvo de la tradición y disciplina egipcia de su época. Siendo muy joven debe asumir la tarea de formarse en el arte y disciplina militar, para desplegar prontamente sus propias habilidades estratégicas en el terreno de las campañas y conquistas, las mismas que de su mano alzarían a Egipto para convertirse en un imperio y en su ejército en un profesionalizado brazo armado de un modelo de futuro nacido de la mente de este faraón. Es nuestra impresión que la historia de la estrategia universal le debe un capítulo expresado con mayor claridad y precisión a la figura de Tutmosis III y su trascendencia en el tiempo, dado que, si bien su ejercicio estratégico, táctico y logístico ha sido registrado por la egiptología moderna, en el caso de nuestra especialidad no ha pasado de ser tan solo comparativo. En este artículo pondremos particular acento en su figura como estratega y en cómo ello lo catapultó en la historia universal. Summary: The life of Thutmose III as a pharaoh and strategist outlines the personal conditions and training that he obtained from the Egyptian tradition and discipline of his time. Being very young, he must take on the task of training in military art and discipline, to promptly deploy his own strategic skills in the field of campaigns and conquests, the same ones that would raise Egypt to become an empire and its army in a professionalized arm armed with a model of the future born from the mind of this pharaoh. It is our impression that the history of universal strategy owes a chapter expressed with greater clarity and precision to the figure of Thutmose III and his significance in time, given that although his strategic, tactical and logistical exercise has been recorded by Egyptology modern, in the case of our specialty it has only been comparative. In this article we will put particular emphasis on his figure as a strategist and how this catapulted him into universal history. Palabras clave: Tutmosis III, estratega, estrategia, conflicto, campañas, imperio egipcio.
1
TUTMOSIS III: UN ESTRATEGA TRASCENDENTE.
Dr. Francisco Javier Garrido, Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, Doctor en
Comunicación y Humanidades, Doctor Honoris Causa en Estrategia. Director del Centro
Interdisciplinario de Estrategia Aplicada. Académico RAED. Académico y autor
internacional.
VII Acto Internacional RAED, Egipto, 2024
Resumen:
La vida de Tutmosis III como faraón y estratega, dibuja las condiciones personales y la
formación que obtuvo de la tradición y disciplina egipcia de su época. Siendo muy joven
debe asumir la tarea de formarse en el arte y disciplina militar, para desplegar prontamente
sus propias habilidades estratégicas en el terreno de las campañas y conquistas, las mismas
que de su mano alzarían a Egipto para convertirse en un imperio y en su ejército en un
profesionalizado brazo armado de un modelo de futuro nacido de la mente de este faraón.
Es nuestra impresión que la historia de la estrategia universal le debe un capítulo expresado
con mayor claridad y precisión a la figura de Tutmosis III y su trascendencia en el tiempo,
dado que, si bien su ejercicio estratégico, táctico y logístico ha sido registrado por la
egiptología moderna, en el caso de nuestra especialidad no ha pasado de ser tan solo
comparativo. En este artículo pondremos particular acento en su figura como estratega y
en cómo ello lo catapultó en la historia universal.
Summary:
The life of Thutmose III as a pharaoh and strategist outlines the personal conditions and
training that he obtained from the Egyptian tradition and discipline of his time. Being very
young, he must take on the task of training in military art and discipline, to promptly deploy
his own strategic skills in the field of campaigns and conquests, the same ones that would
raise Egypt to become an empire and its army in a professionalized arm armed with a model
of the future born from the mind of this pharaoh.
It is our impression that the history of universal strategy owes a chapter expressed with
greater clarity and precision to the figure of Thutmose III and his significance in time, given
that although his strategic, tactical and logistical exercise has been recorded by Egyptology
modern, in the case of our specialty it has only been comparative. In this article we will put
particular emphasis on his figure as a strategist and how this catapulted him into universal
history.
Palabras clave: Tutmosis III, estratega, estrategia, conflicto, campañas, imperio egipcio.
2
1. Introducción
Cuando intentamos comprender las razones que han motivado la práctica de la estrategia
en el mundo militar (cuna original del estratega) o en el mundo de la empresa (cuna original
del manager), nos estamos adentrando en una cuestión sin duda pragmática y que ha
venido a afectar al mundo que hemos venido a llamar “material”, no obstante, en las
acciones de cambio provocadas por los estrategas de todos los tiempos subyacen una serie
de principios y atributos trascendentes e inmateriales. En la historia universal de la
estrategia son recurrentes los antecedentes que coinciden respecto de la figura y aportes
de algunos estrategas orientales proveniente de China (Jian Ziya-T’ai Kung y Sun Tzú), India
(Kautillya) y Japón (Musashi), así como de los occidentales, tales como Sócrates, Alejandro,
Napoleón y Von Kláusewiz. Sobre estos aspectos coincidimos (Garrido: 2021) con autores
como Liddel Hart (1991), Faulkner (2003), Greene (2006), (2013), Freedman (2015), Cleary
y Coteau-Bérgarie (2012).
¿Qué tienen en común estos personajes para la historia de la estrategia universal? De una
parte tienen en común que no todos son autores o se les signa autoría de algún texto (lo
que en cierto modo supondría una cierta debilidad historiográfica en el relato de sus aportes
o incidencias), pero el elemento de mayor convergencia entre ellos es que todos impactaron
a través de sus acciones y diseños estratégicos en escenarios conflictivos: en efecto, estos
estrategas se expresaron en condiciones de guerra, escenarios de conflicto y expansión
territorial.
Teniendo en cuenta tales coincidencias, bien valdría la pena preguntarse las razones que
han incidido para que hasta ahora no se relevara el aporte y presencia de la figura de uno
de los mayores estrategas universales, nacido y proyectado en la historia a través de la
mayor expansión territorial de Egipto: Tutmosis III.
Los cincelados de 15.000 años descubiertos en Qurta (sur del Cairo) demuestran que la
historia ya sea pulida, abrasada o rayada, tiene mayor permanencia cuando ha sido grabada
en piedra. Y es gracias a los extensos registros las campañas militares inscritas en el templo
de Amón (Karnak)
1
, a quienes debemos la posibilidad de contar con un relato secuenciado
de los veinte años en que Tutmosis III lideró diecisiete exitosas campañas militares y la
mayor expansión de Egipto. No obstante, la narrativa de las mismas fue de más a menos en
la forma de relato épico y estratégico, por lo que seguramente dichos escritos en piedra
(que van de una detallado relato de estratagemas a una burda lista de bienes
2
) nos permiten
perfilar a Tutmosis III como a uno de los faraones más importantes del Antiguo Egipto y un
gran estratega, que en el siglo XV a.C. condujo al imperio egipcio por un modelo de
expansión nunca visto, que se extendía desde Siria hasta Sudán. Pese a su gran relevancia,
1
Los registros más extensos de los que se tenga registro del antiguo Egipto.
2
Hay numerosas narrativas de este tipo en los siglos posteriores al reinado de Tutmosis III, en particular la de
Ramsés II (r. 1279-1213 a. C.) sobre Kadesh y Ramsés III (r. 1186-1155 a. C.) sobre su victoria sobre los Pueblos
del Mar. Probablemente brevedad de las inscripciones finales se deba al fallecimiento del escriba original.
3
la información sobre el valor de su desempeño estratégico para su reinado ha sido hasta
ahora escasa.
Consideremos que su biografía está marcada por una conflictiva
3
sucesión de Tutmosis II
(1492-1479): debido a que Tutmosis III demasiado joven para asumir el gobierno del estado
se abre un espacio para la ascensión de Hatshepsut
4
, su media hermana y esposa principal,
cuya sangre era la más pura “disponible” como descendiente de reyes y reinas por ambas
partes. Es así que con el apoyo del clero de Amón
5
la reina viuda se autoproclama reina-
faraón y esposa de dios(1473-1458), ejerciendo la realeza durante casi veintiún años.
Esto supone cierto perjuicio para Tutmosis III, quien sería reducido a “corregente” o
segundo reypor la reina-faraón, no obstante algunos historiadores desdramatizan la
situación indicando que este modelo de gobernabilidad si bien es atípico, tiene algunos
precedentes
6
en la historia de la realeza egipcia.
1. Razones para considerar a Tutmosis III un estratega
En primer término Tutmosis III es considerado por los historiadores especializados en
estrategia como quien creó el imperio egipcio (De Coutier, 2014; Freedman, 2014;
Garrido, 2016; Powell, 2020) elevando su estatus al de una nación poderosa y de gran
prosperidad en el tiempo, estableciendo un imperio que se extendía desde el río Éufrates
en Mesopotamia, a través de Siria y el Levante, pasando por Nubia hasta la Quinta Catarata
del Nilo, potenciando de paso las regiones de Amurru, Canaan y Upe (hay pruebas de que
el comercio a través del mar Rojo y el océano Índico alcanzó gran desarrollo).
En la práctica su perfil de rey guerreo”, es decir de quien no solo diseña y planifica la
estrategia, sino quien la ejecuta, lo hace coincidir con el perfil de un completo estratega:
1. Formado tempranamente en el arte, disciplina de la guerra: desde el combate
cuerpo a cuerpo, a los patrones estratégicos de las campañas de sus antepasados
(Tutmosis I y Tutmosis II).
2. der que comanda y dirige valientemente a sus huestes, exponiéndose en terreno
y en la primera línea de acción en cada una de sus diecisiete campañas (personifica
el ideal del “valiente rey guerrero egipcio” que conduce a sus fuerzas a victorias
sucesivas, mostrando respeto por la vida huma).
3. Estratega militar que modela y diseña sus avances con conocimiento tanto del
escenario, teatro de operaciones y de sus oponentes.
3
La legitimidad de un faraón se lograba mediante el matrimonio con su hermana (buscando mantener
purala descendencia familiar), pero durante la dinastía XVIII no hubo descendencia masculina de la unión
entre hermanos, por lo que los reyes llamados Tutmose (I, II y III) son hijos de esposas secundarias.
4
Hatshepsut, fue la reina-faraón de la dinastía XVIII de Egipto (1513-1490 a. C.), fue la segunda mujer faraón
históricamente confirmada después de Sobekneferu (1790/89-1786 a. C.).
5
Alejando al visir Ineni, el influyente cortesano que estuvo tras el ascenso Tutmosis II y Tutmosis III en
detrimento de la reina, cuyo clero y jerarquía religiosa se declaró fiel a Hatshepsut, y con ellos toda la
nación, a cambio de inmensos privilegios y donaciones.
6
Se cuentan a lo menos seis reinas-faraonas egipcias entre las dinastías V y XIX.
4
4. Muestra capacidad de ejecución y acción estratégica, cuidando los tiempos y
logrando acabar imbatido en sus campañas.
Estas condiciones, que en nuestros trabajos hemos llamado “propias del perfil de un
estratega” (Garrido, 2021) se suman a la opinión de historiadores en general y egiptólogos
en particular, quienes coinciden en llamarlo el "Napoleón de Egipto", no solo porque el
faraón era el comandante en jefe de todos los ejércitos de Egipto, sino por su extraordinaria
capacidad militar como por su demostrado valor en batalla que le aseguró la lealtad del
ejército más poderoso del Oriente Próximo.
Tal como señala Martínez (2022) el ejército marca una evolución sin precedentes si se
considera el período pre-dinástico hasta el momento concreto en que se observa este
cambio: el reinado de Tutmosis III. En efecto, en los momentos previos a su influencia
monarca, nos encontrábamos con un ejército:
1. Poco desarrollado: en parte por la falta de enemigos de peso para Egipto.
2. Campañas puntuales de obtenciones de botines de guerra.
3. Dedicado principalmente al control de fortalezas.
4. Búsqueda de control de territorios africanos puntuales para obtención de recursos
(minas de oro).
5. Milicianos dedicado al control y seguridad interior: necrópolis y ciudades.
Si bien sus antecesores habían aportado poco a poco al desarrollado de unas fuerzas
armadas cada vez más profesionales (anteriormente eran en su mayoría mercenarios o
auxiliares nubios) y sería Tutmosis III quien las convertiría en un eficaz modelo de
destacamentos para garantizar la defensa y las conquistas. Adicionalmente el ejército
resguardaba la riqueza de las conquistas (oro y productos), el cuidado de provincias,
guarniciones de fronteras, cursos de aguas comerciales como el Nilo y enclaves estratégicos
en el desierto.
2. Un Faraón con perfil estratégico
Los historiadores coinciden en que Tutmosis III habría pasado largo tiempo formándose en
la escuela, en donde la práctica del atletismo, tiro con arco, uso de las armas, equitación y
combate cuerpo a cuerpo fortalecían su cuerpo, mientras que las enseñanzas de tácticas y
estrategias militares, estimulaban su mentalidad de estratega: no hay dudas en que el
entrenamiento militar fue tempranamente su prioridad.
Considerando que era una práctica común en aquellos tiempos que los faraones del Imperio
Nuevo familiarizaran a sus sucesores con la práctica de la guerra, se considera muy probable
que Hatshepsut lo haya incorporado en sus primeras campañas a temprana edad
7
.
7
Los historiadores coinciden en que Tutmosis III se sentía cómodo en el ambiente de la milicia, destacando
tempranamente por sus habilidades de lucha cuerpo a cuerpo, tiro al arco y manejo de carros de guerra.
5
En cuanto a su educación es importante considerar que Tutmosis III hacía gala de su
formación en sus campañas y reinado, mostrándose como un hombre “culto y sofisticado
(Na’Aman, 2011), consciente del valor cultural de los territorios conquistados, ampliando
las fronteras culturales y geográficas de Egipto al ser capaz de valorar el arte, y la música de
las regiones conquistadas, mostrando una especial habilidad estratégica para mostrar un
imperialismo más humano, que el de los demás imperios asiáticos.
Ha sido gracias a los escribanos generales de su tiempo y en especial a su secretario privado
y escriba militar
8
, Tjaneni o Thanuny (c. 1455 a. C.) que conocemos algunos relatos, incluso
con detalle, de algunas de sus exitosas campañas en Megido, Nubia Chipre, Creta, el norte
de Canaán, Babilonia, Hatti y Kadesh.
En palabras de Green (2007) es propio de la formación y perfil de grandes estrategas
militares el ser considerados con sus enemigos en la derrota, y Tutmosis III no fue la
excepción, pues el trato amable con los sobrevivientes le hicieron respetado mucho más
allá de las fronteras de su país. Tutmosis III muestra sus capacidades como estratega que
anticipa y modela posibilidades futuras favorables para sus sucesivas campañas, por
ejemplo al asegurarse el control de los puertos de la costa fenicia con lo que ahorra
esfuerzos técnicos y logísticos en el despliegue de sus ejércitos en la marcha desde Egipto,
a través de Palestina, para llegar a Siria.
Adicionalmente las tierras conquistadas prosperaron bajo el reinado del faraón, en buena
medida gracias a la paz establecida y mantenida gracias a sus habilidades militares y
diplomáticas.
Estos aspectos de su personalidad como estratega se expresa con claridad en la conocida
batalla de Megido
9
, donde Tjaneni describe a Tutmosis III como un estratega muy
consciente de sus capacidades y las de sus tropa: el habría decidido marchar al frente de
sus tropas y en fila india, a través de la estrecha carretera de Aruna (menos transitable y
angosta que otras opciones más evidentes), contra la voluntad inicial de sus generales
10
que
consideraban innecesario gastar fuerzas en desmantelar los carros ante este angosto
camino, debiendo cargar con ellos y con los pertrechos, sumado a la información de que el
enemigo los está esperando en el paso a las llanuras de Megido desde esa carretera.
El escriba Thanuny indica que: “Tutmosis III escucha su consejo, pero no está de acuerdo y
les dice que pueden tomar el camino que elijan, pero que él liderará a su ejército a lo largo
de la ruta de Aruna y lo hará desde el frente. Luego, los generales acuerdan seguirlo a donde
8
Los escribas, además de la intendencia, se encargaban del reclutamiento.
9
Tjaneni o Thanuny (c. 1455 a. C.) llevó un diario en un pergamino de cuero (depositado en el Templo de
Amón en Tebas) que Tutmosis III admiraba tanto que ordenó que se inscribiera la narración en las paredes
del templo, así como en las de otros en todo Egipto.
10
Su talante como estratega se muestra en la determinación de seguir el camino que consideraba mejor a
pesar de las dificultades.
6
él decida llevarlos” según confirma Amenemheb
11
. El estratega que se expresaba en la en
Tutmosis III ya había decidido que el patrón estratégico de su diseño para llegar al objetivo
se sostenía en la sorpresa: sorprender al enemigo yendo por un estrecho camino de ganado
le daría la ventaja y bien valdría la pena el esfuerzo adicional que les imponía la ruta
escogida. En efecto sus enemigos no los esperaban al final de la ruta ganadera de Aruna,
sino se habían organizado para emboscarlos en las dos rutas alternativas más evidentes y
que esperaban hubiese tomado Tutmosis III para conducir a tamaño ejército. Luego de una
noche de descanso para sus hombres, lidera el ataque a la mañana siguiente: “entra en
batalla en un carro de oro fino, ataviado con su brillante armadura" (Ikram:2021:32), para
deslumbrar, intimidar y vencer a sus oponentes en un primer asalto (sorprendiéndolos por
la retaguardia), pues luego de darle tiempo a sus hombres para recoger tesoros del campo
de batalla, avanzó sobre la ciudad de Megido (1.468, donde enfrentó al rey de Qadesh),
para rodearla con un foso y una empalizada, sitiándola durante siete u ocho meses
12
hasta
que logró su rendición y caída.
Cuenta el relato que al tomar el control de Meguido el faraón no ejecutó a los cabecillas de
sus oponentes y les ofreció generosas condiciones al pueblo, contra promesa de no incitar
a futuras rebeliones. Como garantía de fiel cumplimiento a tales acuerdos tomaría a los
hijos nobles de los reyes derrotados para llevarlos consigo y ser educados como egipcios, y
si bien esos niños fueron rehenes de guerra, fueron a la vez tratados con total respeto
durante su captura: educados, alojados en palacio y con libertades. Cuenta el escriba que
en esta sexta campaña que “cuando los jóvenes alcanzaban su mayoría de edad, se les
permitía regresar con sus familias, y debido a que habían pasado su infancia y parte de su
juventud en Egipto, fueron portadores de la cultura egipcia y de los intereses del estado
egipcio cuando fueron elevados a posiciones de poder”. En efecto con esta estratagema el
faraón se aseguró dos objetivos estratégicos: una forzada fidelidad de los padres y una
educación egipcia de los futuros reyes-vasallos sirios.
Esta política de reconstrucción diplomática de la mentalidad de sus oponentes, como la de
marchar siempre de regreso a Egipto con enormes botines de la campaña que incluían las
cosechas de los derrotados, se reiteró en todas sus intervenciones bélicas y al mando de
sus tropas y por tanto, se entendió como una política del imperio.
Otro elemento que se adiciona al perfil de estratega de Tutmosis III se refleja en su cuidado
por las condiciones de escenario: las estrategias y operaciones militares se diseñaban
teniendo en cuenta las condiciones de clima y geografía. Los egiptólogos especializados en
el faraón señalan que “salvo en casos de emergencia, las campañas contra enemigos
11
Fue un oficial del ejército y remero de la Dinastía XVIII (siglo XV a.C.), de gran destreza como arquero y
cazador de especies mayores junto a Tutmosis III, quien acompañó al rey en varias expediciones y fue
ascendido en varias ocasiones debido a su comportamiento heroico, es quien aporta a los relatos y
documentos históricos sobre el uso de la infantería, cuerpo de carros de guerra y una amplia flota que
apoyan las gestas de Tutmosis III, que libró una lucha a muerte contra el reino de Mitanni, el mayor enemigo
asiático de Egipto.
12
El diseño estratégico de Tutmosis III consiste en sitiar la ciudad amurallada con árboles talados y construir
fortines que impidieran el contacto entre los sitiados y el exterior.
7
africanos se realizaban en invierno y las expediciones contra territorios asiáticos se
preparaban para el verano” (Martínez, 2015), cuidando que el clima fuera favorable a sus
conquistas y desfavorable a sus enemigos.
3. Campañas y ejercicio estratégico
Como hemos señalado antes, algunas teorías acerca de la corregencia Hatshepsut-Tutmosis
III, supone que mientras la reina gobernaba Egipto, “el faraón prefería la vida militar la
expansión de las fronteras del país” (Wilkinson, 2011), quizá buscando superar a su abuelo
Tutmosis I. Algunas inscripciones señalan que a temprana época el joven príncipe ya
comandaba tropas para reprimir rebeldes: Tutmosis III estudió y exploró algunos patrones
estratégicos heredados del faraón Seti I
13
(padre de Ramsés II) y de sus propios ancestros,
estando prontamente al frente de un poderoso ejército que opera en campañas. De hecho,
tras la muerte de Hatshepsut (1.468), Tutmosis III ya tenía la talla de un militar
experimentado desde el inicio de sus diecisiete campañas en territorios asiáticos, en las que
persistió hasta asentar de modo definitivo la ocupación efectiva de territorios para el
control egipcio (cuestión que no hicieron ni su abuelo ni su padre) y la frontera en Siria
central.
Una característica del ejercicio estratégico en campaña, bajo el reinado de Tutmosis III fue
la disciplina y comando de las tropas: los movimientos se ordenaban mediante secuencias
de tambores y códigos de trompetas, logrando movimientos de tropas precisos y eficientes
en espacios tan amplios como de difícil comunicación.
Para el faraón era la infantería su pivote de batalla, distinguiéndose la infantería pesada con
escudos, lanzas y hachas egipcias de hoja curva, y la infantería ligera que contaba con
jabalinas, arcos (simples y dobles) y flechas. La infantería incluía a los honderos, quienes se
caracterizaban por ir a la retaguardia de la infantería liviana en la batalla y por atacar a los
enemigos que huían en la retirada.
Para Tutmosis III los carros de guerra eran fundamentales y algunos egiptólogos indican que
eran sus preferidos por sus capacidades de guardar jabalinas, arcos y flechas en sus cajas
laterales. Además, los comandaba un conductor y un arquero en especial en campo abierto,
donde eran usados como arietes y escoltas de infantería. También tenían un especial papel
en el hostigamiento y distracción del enemigo cuando intentaban formar u ordenarse para
la batalla y en la derrota, para perseguirles y asediarlos en su retirada.
Servido fielmente por generales y comandantes como Djehuty
14
(primer gobernador egipcio
en tierras asiáticas y hombre de confianza), a quien se le atribuye la conquista de Jopa (Jaffa)
13
Seti I fue el segundo faraón de la dinastía XIX; gobernó unos quince años, de c. 1294 a 1279 a. C.2 . Su
nombre proviene de Seth, el dios de la guerra, de las armas y del ejército, al que Seti I sirvió como sacerdote
antes de ser soldado.
14
Djehuty fue un importante ministro y comandante bajo el reinado conjunto de Hatshepsut y Tutmosis III,
en torno al año 1475 a. C.
8
mediante la estratagema de los hombres escondidos en cestos que fueron introducidos en
la plaza fuerte, para tomar por sorpresa a sus enemigos.
Tutmosis III logra crear un verdadero imperio para Egipto y forjar el imperio asiático de
Egipto. Durante su octava campaña, derrotados todos los vasallos sirios de Mitanni,
Tutmosis III combatió al ejército mitánnico y le derrotó en Alepo y en Karkemish
15
(1.449).
Una de sus últimas campañas, no recogida en los Anales, la llevó contra Nubia, de donde
obtuvo al parecer más de 75.000 kg de oro, y en donde construyó las fortalezas de Kumma
y Uronarti, además de diferentes templos en Amada, Karnak (que incluye Akh Menu),
Heliópolis y Menfis.
Otro elemento destacable de su creatividad y despliegue estratégico es la del uso del
“asedio”: usando la técnica del aislamiento utiliza la empalizada o fortín de madera como
modo de aislamiento efectivo de sus enemigos, llevando al extremo el patrón de
cansancio
16
de sus oponentes y forzándoles a rendirse.
Su utilización original de la logística de transporte va más allá de los pertrechos para sus
tropas: impactante fue su original forma de transporte de barcazas desmontadas por
territorios inhóspitos y hostiles, cargadas en carros tirados por bueyes por más de 400
kilómetros, con el objetivo de conectar zonas de asedio y control de afluentes.
La vida militar ofrece atractivos concretos para las tropas: manutención y usufructo de
tierras estatales, botines de guerra y con esclavos, además de títulos honoríficos, ascensos
de rango y condecoraciones como el “oro del honor” (regalo del faraón que incluye armas
y joyas de oro y plata).
Todas estas campañas, cuyos balances pueden deducirse de tres Estelas (Armant, Gebel
Barkal y de la llamada Estela poética), proporcionaron a Egipto la llegada de fabulosas
riquezas y tributos, procedentes no sólo de Siria y de Palestina, sino también de Babilonia,
Hatti, de la Baja Nubia, del Punt y de Chipre, que hicieron del país una potencia indiscutible,
conociendo así una de las más brillantes etapas de toda su Historia. Siguió un período de
calma que duró 20 años. Aprovechó para organizar el imperio asiático de Egipto, con bases
militares permanentes, equidistantes unos 65 kilómetros unas de otras, y asegurando las
comunicaciones tanto por tierra como por mar. En los últimos años del reinado, procuró
organizar el poder egipcio en Nubia y llegó hasta más allá de la tercera catarata del Nilo.
4. Trascendencia más allá de la guerra
No es frecuente que un Faraón sea considerado como un verdadero “patrono de las artes”,
puesto que tales piezas suelen ser más bien solo medida de sus conquistas y captura de
15
Ciudades situadas en la orilla derecha del Éufrates.
16
Garrido, Francisco J. (2018): “Estrategas: enseñanzas de todos los tiempos para los directivos del siglo
XXI”. McGraw Hill, Madrid.
9
bienes, pero en el caso del reinado de Tutmosis III la dimensión de su mecenazgo se
equilibra con su figura de estratega militar.
Los relatos y fuentes históricas sitúan su aporte en numerosos monumentos, el encargo de
más de 50 templos y numerosas tumbas, contribuyendo de manera definitiva al Templo de
Amón
17
en Karnak con adiciones muy significativas desde el punto de vista religioso,
arquitectónico
18
e histórico.
El aporte de su reinado a la expresión y técnicas artísticas han sido muy valiosos en el
perfeccionamiento de la pintura, artesanía
19
, botánica, zoología
20
, fabricación de vidrio,
estatuas de carácter realista
21
, así como parques, jardines y estanques públicos
recreativos
22
de gran valoración social y arquitectónica para un pueblo egipcio amante de
la naturaleza.
Un aporte adicional de Tutmosis III fue su valoración de los ancestros como modelos de
conducta y fundamentos de lo que podemos llamar una “identidad nacional”: para él los
ancestros eran fundamentales, lo que demuestra honrando la memoria de una lista de
reyes y soberanos, como Sesostris III
23
, Tutmosis II (su padre) y de Tutmosis I (su abuelo) en
un afán por reconstruir elementos identitarios nacionales y reafirmar las tradiciones
faraónicas masculinas (quizá borrando de paso la “afrenta” de Hatshepsut a dichas
tradiciones y a su persona).
Como garante del orden cósmico y universal, el faraón de Egipto tenía la obligación de
doblegar a los enemigos del país que amenazaban con invadirlo, por lo que disponer de un
ejército disciplinado y bien entrenado era uno de sus objetivos primordiales.
Se hace entonces necesaria la formación de un ejército permanente y regular. La profesión
de soldado ya no es una tarea más. Se hace hereditaria y es un trabajo bastante bien
remunerado que comporta un gran prestigio; aporta numerosos beneficios tanto sociales
17
El dios principal del panteón egipcio: Intef II, rey de la dinastía XI, comenzó las obras del templo de Amón-
Ra (Tebas), donde se alzó la moderna Karnak. Fue el núcleo a partir del cual, durante los siguientes dos mil
años, decenas de faraones fueron creando y remodelando uno de los lugares de culto más ricos y
espectaculares de la antigüedad, con más de doscientas estructuras catalogado.
18
Si bien los historiadores se dividen, hay quienes le atribuyen la profanación de los monumentos de
Hatshepsut y el intento de borrar su nombre e imágenes y parte del trabajo interior de su templo mortuorio
en Deir el-Bahri y de la historia (los textos de Execración del antiguo Egipto aclaran que la eliminación del
nombre de una persona sólo estaba justificada ella había cometido algún delito grave, pero no hay pruebas
de que Hatshepsut estuviera involucrada en dichos crímenes).
19
elaboradas tumbas decoradas con intrincadas pinturas y columnas independientes, además de contribuir
con enormes pilones a Karnak
20
Lo que muestra el llamado “jardín botánico” de Karnak, donde se muestran “plantas y animales que
llegaban a Egipto desde tierras foráneas”.
21
Menos idealizadas y más realistas (tendencia que comenzó en el Reino Medio de Egipto (2040-1782 a. C.)
22
Propulsor de los parques y jardines públicos, creando lagos y estanques para la recreación y el disfrute del
pueblo.
23
Quien en el pasado había extendido las fronteras de Egipto por territorio nubio.
10
como económicos. Nace de este modo una jerarquía militar muy rígida, pero perfectamente
gestionada por una burocracia compleja y eficiente.
El ejército es en este período una máquina bien engrasada dirigida por comandantes y
generales, y compuesta por soldados bien entrenados en el uso de las armas, en la lucha
cuerpo a cuerpo, conducción de carros y caballos, una novedad que los egipcios tomaron
de los hicsos (o “soberanos de países extranjeros”) y mejoraron para hacerlos más ligeros y
veloces.
5. Conclusiones
El gran despliegue estratégico y el notable esfuerzo táctico de Tutmosis III se vio
recompensado con años de tranquilidad a medida que se acercaba a su final: el faraón
muere por causas naturales (1425 a.C.) tras cincuenta y cuatro años como rey de Egipto (fue
enterrado en su propio templo mortuorio junto al de Hatshepsut en Deir el-Bahri ) y su
tumba que glorifica a más de 740 divinidades en el Valle de los Reyes (KV 43) fue sucedida
por la de su hijo legítimo Amenofis II.
Tutmosis III tuvo dos esposas: Satiah y Merytre Hatshepsut, la que sería madre de su
sucesor, el príncipe Amenofis.
La figura de Tutmosis III como un estratega trascendente y digno de ser estudiado junto a
las figuras de los grandes estrategas universales, se justifica por si sola: no solo convirtió a
Egipto en un imperio triunfante y conquistador, sino además refundó su estructura social y
consolidó la proyección de su cultura en el tiempo en función de un original diseño
diplomático y estratégico militar, que hemos explorado en este artículo y que llevan su
marca, y son parte inmaterial de su legado.
En cuanto a sus aportes concretos al desarrollo de la arquitectura, templos, espacios y
parques públicos, como a la consolidación de un verdadero imperio egipcio, han sido
largamente descritos por la egiptología y la historia, y los hemos tratado en este artículo
desde la perspectiva de la consolidación de un faraón-estratega que dejó su historia
grabada en la roca indeleble de una cultura milenaria.
Bien valdría la pena que los historiadores y egiptólogos que han buscado ensalzar la figura
de este brillante estratega militar, se cuidaran de llamarle el "Napoleón de Egipto": más
bien por su capacidad estratégica, precedencia y trascendencia se merece que Napoleón
quizá fuese llamado el “Tutmosis III de Francia”. Sin duda un estratega trascendente.
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