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D.R. © 2024. Estudios Demográcos y Urbanos / Licencia Creave Commons Atribución-NoComercial-Sin Derivar 4.0 Internacional
[1]
Estudios Demográcos y Urbanos, vol. 39, núm. 1 (115), enero-abril, 2024, pp. 1-33
hp://dx.doi.org/10.24201/edu.v39i1.2175
ARTÍCULO
Diseño de un sistema de valuación masiva de suelo urbano
fundamentado en la teoría de la renta de la tierra.
Aplicación al caso de Cuenca, Ecuador
Design of a mass valuation system for urban land based
on the land rent theory. Application to the case of Cuenca, Ecuador
FERNANDO PAUTA-CALLE*
hps://orcid.org/0000-0003-0826-6965
fernando.pautac@ucuenca.edu.ec
XIMENA SALAZAR-GUAMÁN*
hps://orcid.org/0000-0002-7486-8190
ximena.salazar@ucuenca.edu.ec
CRISTINA PERALTA-PEÑALOZA*
hps://orcid.org/0000-0001-5179-5905
crisna.peralta19@ucuenca.edu.ec
MÓNICA GONZÁLEZ-LLANOS*
hps://orcid.org/0000-0002-1031-2150
monica.gonzalez@ucuenca.edu.ec
EDISON SINCHI-TENESACA*
hps://orcid.org/0000-0002-4097-0867
3edsilon@gmail.com
Resumen: Las municipalidades, frente a la obligato-
riedad de generar avalúos prediales, predominante-
mente han empleado el método de comparación,
caracterizado por someterse a las distorsiones del
mercado de suelo, excluyendo la consideración ex-
plícita de factores que lo valorizan. En este arculo
se expone un método de valuación masiva del sue-
lo urbano basado en la generación de rentas de suelo
que valorizan la propiedad y que, en su forma ca-
pitalizada, se expresan en su precio. A través de la
aplicación en la ciudad de Cuenca, se establece un
conjunto de procedimientos para la determinación
del precio unitario base, idencando para ello el
capital incorporado al suelo en infraestructuras y
equipamientos, y cuancando las rentas primarias
y secundarias más relevantes a parr de las expre-
siones de la estructura espacial de los usos de suelo
vinculadas a su generación. Los resultados obtenidos
demuestran que la teoría de la renta de la erra es
aplicable a la valuación masiva del suelo urbano con
nes catastrales, obteniendo un signicavo grado
de comprensión sobre la conformación de los pre-
cios del suelo en la ciudad asociados a sus dinámicas.
Palabras clave: capital incorporado, catastro mul-
nalitario, polícas de suelo urbano, mercado de
suelo, rentas urbanas.
Abstract: The municipalies, faced with the obliga-
on to generate property appraisals, have predom-
inantly used the comparison method, characterized
by subming to the distorons of the land market,
excluding the explicit consideraon of factors that
value it. This arcle presents a method of valuing
urban land massively, based on the generaon of
land rents that value the property and that in its
capitalized form are expressed in its price. Through
the applicaon in the city of Cuenca, a set of pro-
cedures is established for the determinaon of the
base unit price, idenfying for this the capital incor-
porated into the land in infrastructures and equip-
ment, and quanfying the most relevant primary
and secondary rents from the expressions of the
spaal structure of land uses linked to their gener-
aon. The results obtained show that the theory of
land rent is applicable to the massive valuaon of
urban land for cadastral purposes, obtaining a sig-
nicant degree of understanding of the conforma-
on of land prices in the city associated with their
dynamics.
Keywords: incorporated capital, land market, mul-
purpose cadastre, urban land policies, urban rents.
* Universidad de Cuenca, Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Cuenca, Ecuador.
PAUTA-CALLE, SALAZAR-GUAMÁN, PERALTA-PEÑALOZA , GONZÁLEZ-LLANOS Y SINCHI-TENESACA 2
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1. Introducción
El avalúo de los predios urbanos para nes múlples es un tema fundamental en cual-
quier ciudad que demanda de un po de valoración masiva. Este proceso predominante-
mente ha empleado el método de comparación (Monzani et al., 2018; Raslanas et al.,
2010), caracterizado por excluir la consideración explícita de factores que valorizan el
suelo y someterse a las distorsiones que ene el mercado de suelo. De ahí la necesidad
de un sistema de valuación que lleve a resultados más claros y precisos; propósito aún
mayor si se considera que esta valuación está llamada a alcanzar una dimensión mul-
nalitaria, esto es, a constuirse en un referente válido para la demanda de suelo urbano
generada por las acvidades socioeconómicas y la población, con miras a mejorar su ca-
pacidad de negociación, especialmente en relación a los precios de oferta fuertemente
especulavos.
Las teorías de la renta del suelo urbano desarrolladas a parr de la teoría general ex-
puesta por Marx en El Capital, han podido explicar las relaciones de este suelo con el
sector de la construcción y con las acvidades socioeconómicas especícas de la ciudad,
la generación en ellas de rentas que valorizan la propiedad sobre el suelo, y cómo éstas
estructuran su precio, constuyendo su aplicación una alternava válida cienca y téc-
nicamente a la valuación colecva de predios urbanos.
En este arculo, a parr de la sistemazación de los problemas que ha enfrentado el
proceso de valuación en Ecuador y de un análisis minucioso de la obra Hacia una teoría
de la renta del suelo urbano, de Samuel Jaramillo, se expone el diseño de un sistema de
valuación masiva del suelo urbano fundamentado en las teorías de la renta del suelo, que
dé cuenta de los componentes que la determinan en términos económico-espaciales,
aplicándolo al caso de la ciudad de Cuenca, Ecuador.
2. La valuación masiva en Ecuador
El Código Orgánico de Organización Territorial, Autonomía y Descentralización (COOTAD),
vigente en Ecuador desde 2010, establece como obligación de las municipalidades ecua-
torianas la actualización bianual de los avalúos de los predios urbanos, señalando que
“este valor constuye el valor intrínseco, propio o natural del inmueble y servirá de base
para la determinación de impuestos y para otros efectos tributarios y no tributarios”
(COOTAD, 2010, arculo 495). En el plano normavo dispone que “el valor del suelo (…)
es el precio unitario de suelo urbano o rural, determinado por un proceso de compara-
ción con precios unitarios de venta de inmuebles de condiciones similares u homogéneas
del mismo sector” (COOTAD, 2010, arculo 495). Vale destacar que estas disposiciones
son práccamente las mismas que durante varias décadas anteriores estuvieron vigentes
mediante la derogada Ley Orgánica de Régimen Municipal.
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Respecto de la larga vigencia y aplicación de esta normava, así como de las práccas
instucionalizadas en torno a la valuación masiva del suelo urbano, con base en la evalua-
ción realizada en diez municipalidades de Ecuador con poblaciones de diverso tamaño, se
han idencado los problemas y debilidades que a connuación se describen, coinciden-
tes en gran medida con lo que ocurre en otros países de la región.
En la región lanoamericana no existe información que dé cuenta de una forma o
sistema de valuación masiva del suelo urbano que prescinda de los precios dados por el
mercado de suelo, esto es, de la oferta, la demanda o la compraventa de predios.
Más aún, en Ecuador históricamente se ha carecido de información pública sobre los
precios reales de compraventa de predios; los registrados en los contratos están subvalo-
rados con la nalidad de evadir parcialmente el pago de tributos.
Se ha establecido así una limitante estructural para toda forma o sistema de valuación
masiva del suelo en Ecuador, al tener como única fuente accesible y válida del mercado los
precios dados por la oferta, pese a que el marco legal ha dispuesto que el precio del suelo
de un predio será determinado por comparación con los precios de venta de predios de
“condiciones similares u homogéneas del mismo sector” (COOTAD, 2010, arculo 495).
En este contexto, lo usual ha sido que los sistemas de valuación masiva del suelo ur-
bano praccados por las municipalidades se limiten a procesar la información sobre pre-
cios dados por la oferta, realizando tareas como la nivelación primaria de los precios, la
elaboración de mapas de isoprecios, la aplicación de métodos de interpolación de pre-
cios, o la eliminación estadísca de valores extremos. Se determina así un precio de suelo
por metro cuadrado para cada manzana, llamado precio unitario base (PUB), que es co-
rregido considerando las caracteríscas endógenas del lote, obteniéndose el precio uni-
tario real (PUR) que, mulplicado por la supercie del lote, da lugar a su avalúo.
Parte esencial de este proceso, en medio de la debilidad técnica de los sistemas de
valuación, ha sido la injerencia sempiterna de las administraciones municipales en los
resultados de los avalúos, a n de que los tributos calculados en función de ellos –espe-
cialmente el impuesto inmobiliario–, no sean generadores de conictos con los propieta-
rios de predios. Por tanto, en Ecuador, y más allá de la norma legal, los avalúos catastrales
siempre son muy menores a los comerciales, asunto que incluso ha alcanzado una suerte
de consenso social.
Ciertas actualizaciones elevan injuscadamente en montos importantes los precios
del suelo en algunas zonas, provocando la imposición de tributos que encuentran resis-
tencia en su pago.
No existe comprensión ni, en consecuencia, explicación de los resultados obtenidos,
esto es, de los factores propios de la dinámica económica intraurbana que están inci-
diendo en la conformación de los precios del suelo de los diferentes sectores de la ciu-
dad. Varias municipalidades cuentan únicamente con la ordenanza por la cual se sancio-
na el plano de valor de la erra que dispone el COOTAD, sin un expediente técnico que
lo sustente.
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No hay mayor examen de las conductas y operaciones especulavas ocultas en los
precios de oferta del suelo. Al respecto, es conocido que el mercado de suelo urbano es
poco transparente y, en parcular, marcadamente imperfecto (ÖZdilek, 2011; Pauta Calle,
2015), por cuanto los propietarios de erras, al tener control sobre la oferta y los precios,
llevan a que ésta se caracterice por la escasez.
La subvaluación de la que adolecen los avalúos catastrales deja a la población en la
indefensión en el ejercicio de su derecho de acceso al suelo urbano y, en cierta forma,
también a las acvidades socioeconómicas, al no exisr otro referente de su precio real
que no sea el de la oferta, muchas veces potenciado por los corredores de bienes raíces.
En 2016 el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda expidió las normas para el ava-
lúo de predios urbanos que, si bien denen un proceso técnico más consecuente con esta
tarea, no superan la condición de orientaciones muy generales, por tanto, de difícil
operativización; de aquí la muy limitada aplicación que han experimentado (Ministerio de
Desarrollo Urbano y Vivienda, 2016).
3. Premisas teóricas sobre la renta del suelo y la estructura
espacial de usos de suelo
La renta del suelo urbano, en tanto forma económica especíca de valorización de la pro-
piedad privada sobre este recurso natural en la ciudad del capital, y que ene en el precio
su expresión capitalizada, cuenta entre sus estudios destacados en Lanoamérica la obra
de Jaramillo intulado Hacia una teoría de la renta del suelo urbano, que inicia demos-
trando que este suelo manene una arculación con el sector de la construcción denomi-
nada primaria, y varias arculaciones secundarias con los usos alternavos de las edica-
ciones construidas.
En tales arculaciones se generan correlavamente rentas del suelo primarias y se-
cundarias, constuyendo las más relevantes en la conformación de su precio las que ex-
ponemos a connuación.
La renta absoluta urbana es una renta primaria cuya generación radica en la escasez
relava de suelo urbano provocada básicamente por su retención (Harvey, 1977), en me-
dio de relaciones de fuerza entre propietarios y agentes inmobiliarios. Se evidencia espe-
cialmente en las áreas de expansión, pues estos suelos no son vendidos para su edica-
ción a menos que se pague una renta mínima muy superior a la rural que ya perciben.
Tiene como causa úlma el monopolio de la propiedad privada sobre el suelo, afecta en
consecuencia a todos los predios urbanos, y se realiza mediante un sobreprecio en las
obras construidas que se transere al propietario del suelo. A parr de ella se agregan
otras rentas primarias y las secundarias (Jaramillo, 2009).
La renta primaria diferencial po II se forma por la arculación que manene el costo
de producción de las técnicas de construcción en diversa altura con los precios de las
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edicaciones, y modula los precios del suelo y la altura o densidad predominante de ellas
en las disntas zonas de la ciudad. Los compradores están dispuestos a pagar por edica-
ciones similares precios muy diferentes para usarlas de disnta manera, por lo que la
discrepancia entre este precio en cada localización y el costo de producción genera una
sobreganancia que puede converrse en renta del suelo. La edicación de mayor altura
podría mulplicar esta renta hasta cierto límite, pues los mayores costos de producción
impactan inversamente en la sobreganancia (Jaramillo, 2009).
La renta diferencial de comercio es una renta secundaria cuya generación obedece a
la mayor rotación que experimenta el capital comercial inverdo en los espacios urbanos
que se conguran en la ciudad como los de mayor auencia de compradores, tales son las
centralidades de intercambio. La mayor rotación permite a los comerciantes allí localiza-
dos obtener ganancias extraordinarias que son exigidas por los propietarios de los pre-
dios en calidad de renta del suelo (Marx, 2016), que también puede originarse por precios
más altos de las mercancías en centros posivamente connotados. De hecho, estos espa-
cios muestran diferencias sustanciales en cuanto al po de circulación, a los productos
que circulan, a la ubicación social de los compradores y a los benecios excepcionales que
generan, los cuales entonces son graduales y no absolutos (Jaramillo, 2009).
La renta de monopolio de segregación es una renta secundaria asociada a la vivienda
de los estratos sociales altos, reservada en espacios precisos de la ciudad para su implan-
tación mediante el pago de un impuesto privado en cuana tal que sobrepasa las posibi-
lidades de los otros estratos sociales, los cuales de esta forma son excluidos. Este impues-
to se convierte en renta del suelo en la medida que tales espacios, posivamente
connotados, son productos de la totalidad social en medio de la constución de la segre-
gación urbana, que permite a los propietarios de suelo exigir dicho impuesto por su poder
de retención. Al tratarse de suelos de relava escasez con una cualidad no reproducible y
con disposición al pago por parte del comprador, se está al frente de una renta de mono-
polio (Jaramillo, 2009).
La renta diferencial de vivienda es una renta secundaria que alcanza mayor importan-
cia en los espacios urbanos con vivienda de los estratos sociales pobres. Generalmente
estos asentamientos muestran marcados contrastes en cuanto a su interrelación espacial
con los equipamientos comunitarios y los lugares de trabajo, siendo el más importante la
magnitud de los desplazamientos. Surgen así costos y empos diferenciales de transporte
por el uso de viviendas de caracteríscas similares, que generan ahorros en aquellas loca-
lizadas favorablemente por su parcular inserción en la ciudad, los cuales son exigidos
por los propietarios de suelo en calidad de renta. Los asentamientos de vivienda de otros
estratos sociales también soportan esta renta en cuanas importantes, las que en general
variarán dependiendo de las condiciones de la infraestructura vial y los medios de trans-
porte usados (Jaramillo, 2009).
Las rentas diferencial y de monopolio industrial son rentas secundarias, en principio
diferenciales, y soportan los espacios urbanos que acogen esta producción, ofreciendo
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mejores condiciones en cuanto a la provisión de bienes, servicios y accesibilidad. No obs-
tante, todo indica que ellas enden a volverse homogéneas en la ciudad y a disminuir su
relevancia. El suelo tenderá a soportar una renta de monopolio si adquiere importancia la
localización obligada de la industria en espacios urbanos por regulaciones en materia
ambiental y la posibilidad de prodigarse oportunidades y servicios a los que una industria
en parcular dicilmente puede acceder (Jaramillo, 2009).
Frente a la coexistencia en la ciudad de las rentas expuestas, y más especícamente a
sus disntas combinaciones en los lotes, es preciso explicar cómo se dan estas combinaciones
y las superposiciones espaciales de ellas, sustentando al respecto las imbricaciones
competitivas y aditivas (Figura 1). Las primeras operan a nivel de las rentas secundarias y
con concurrencia del mercado, de modo tal que los lotes y sus edicaciones enden a so-
portar los usos que mayores rentas produzcan, generándose una competencia entre ellas,
imponiéndose las más altas, y determinando en gran medida el precio del suelo. Pero
además, a nivel de la ciudad inciden en la localización de las acvidades socioeconómicas
y en consecuencia en los usos del suelo, jerarquizándolos en función de los máximos que
adquieren estas rentas (Jaramillo, 2009). Las segundas, por su parte, actúan en términos
de una adición algebraica en la conformación del precio del suelo, con la parcularidad de
que la renta absoluta urbana estará presente en todos los predios de la ciudad, y la renta
primaria diferencial po 2 se adicionará a la renta secundaria que corresponda, una vez
que ésta se genere con la menor altura de la edicación (Jaramillo, 2009).
El capital jo incorporado al suelo en forma de infraestructuras y equipamientos que
prestan servicios públicos forma parte del precio del suelo –a más de las rentas capitali-
Figura 1
Esquema de imbricación aditiva y competitiva entre diferentes rentas urbanas, incluyendo
la renta primaria diferencial tipo 2
Fuente: Jaramillo, 2009.
C E G D (distancia)L (límite de la ciudad)
P
(precio
de suelo)
ALTA
DENSIDAD
BAJA
DENSIDAD
ZONA
COMERCIAL
ZONA
RESIDENCIAL ZONA
RURAL
RDC RDC
RAURAU RAU
RDV
RR
RPDtII
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zadas–. Se trata de la erra capital de la ciudad, en términos de David Harvey, quien, re-
riéndose a las “mejoras” del suelo urbano, señala que éstas en la economía capitalista
contemporánea son mercancías, aunque con caracteríscas especiales: enen una locali-
zación ja que permite privilegios monopolistas a quienes pueden decidir el uso de ésta;
ninguna acvidad humana asentada en la ciudad puede prescindir de ellas; cambian de
mano con relava infrecuencia; el suelo es permanente y la vida úl de las mejoras es
considerable; enen numerosos y diferentes usos que no se excluyen entre sí para el
usuario; y son frecuentemente valoradas de acuerdo con su mejor y más alto uso actual
o potencial, entre otras (Harvey, 1977; Marx, 2016).
Por otra parte, las teorías formuladas en extenso por Samuel Jaramillo sobre las ren-
tas del suelo y la propia síntesis antes expuesta muestran una fuerte relación entre ellas y
las acvidades socioeconómicas de la ciudad, más aún cuando éstas son parte esencial
de las condiciones de las cuales depende la valorización de la propiedad privada sobre el
suelo y son totalmente ajenas a la voluntad de los propietarios de este recurso. La distri-
bución espacial de estas acvidades en la ciudad da lugar a los usos del suelo, que en
tanto “materialización de la economía y de las condiciones sociales” (Kunz, 2003, p. 15) y
“manifestación visible en el territorio de determinadas acvidades y/o formas de ocupa-
ción” (Bozzano et al., 2008, p. 209), reejan su dinámica económica y social; más concre-
tamente, conguran una estructura espacial cuya evolución y transformación va respon-
diendo entonces a tal dinámica, pero concurrentemente también al precio del suelo. “Es
claro que entre los precios del suelo y las acvidades en el espacio construido (usos de
suelo) existen determinaciones mutuas y de doble vía. Lo decisivo, sin embargo, es preci-
sar cómo se establecen estas relaciones” (Jaramillo, 2009, p. 111).
Desde la perspecva de las rentas del suelo resulta indispensable entonces idencar
en la estructura espacial de usos de suelo a las expresiones vinculadas a su generación,
concretamente a las centralidades en la ciudad, cuyo concepto se acerca más a una
posición en el espacio –desvinculándose de la geometría y asociándose más a aspectos
funcionales–, y constuyen el producto de los aglunamientos de acvidades que en su
conjunto adquieren la propiedad de polarizar el espacio, dada su capacidad de atracción
y maximización de las oportunidades de interacción social. Ello implica que las propias
acvidades son atractores de personas, siendo evidente que la interacción entre acvida-
des y personas es el elemento esencial de la noción de centralidad. Así, el potencial de los
usos de suelo para la denición de centralidades radica en lo que “implícita/explícitamente
cada uso representa, conene o signica. De cada uso del suelo es posible interpretar -
jos y ujos, forma y función, pautas de ocupación y pautas de apropiación de las personas
en cada lugar” (Bozzano et al., 2008, p. 192), dotando a los espacios a ser idencados de
mayor signicación.
Asimismo, es menester idencar la conguración del espacio residencial, que en la
ciudad del capital remite a la segregación urbana, esto es, a “la tendencia a la organiza-
ción del espacio en zonas de fuerte homogeneidad social interna y fuerte disparidad so-
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cial entre ellas, entendiéndose esta disparidad no sólo en términos de diferencia, sino de
jerarquía” (Castells, 1976, p. 204). El uso de suelo vivienda asociada a la categoría social
de sus residentes permite idencar esta tendencia.
4. Diseño del sistema de valuación masiva o colectiva
del suelo urbano
4.1. Pertinencia y principios
Dos son los sistemas en función de los cuales puede praccarse la valuación de predios
urbanos: el individual y el colecvo. El primero, usado para nes especiales que exigen un
gran nivel de precisión, es un proceso altamente detallado, de altos costos y que deman-
da empos considerables; sin embargo, se produce en condiciones muy favorables, pues
los propietarios facilitan toda la información.
Tratándose de la valuación de todos los predios de una ciudad como tarea de respon-
sabilidad pública en materia de catastros inmobiliarios, la valuación individual no es apli-
cable por limitaciones instucionales en cuanto a recursos humanos, económicos y de
empo, y por la renuencia de los propietarios para facilitar la información, dadas sus im-
plicaciones tributarias.
En este contexto, la administración pública debe recurrir al sistema de valuación co-
lecva de predios urbanos en sus componentes de suelo y edicación, pues constuye la
aplicación de un sistema eciente, producvo, preciso y de bajo costo que requiere en
parcular el uso de técnicas que garancen avalúos uniformes y compensados, observan-
do los principios generalmente recomendados para esta tarea: equidad, transparencia,
nalidad, prudencia, objevidad, eciencia, mayor y mejor uso, ancipación, desagrega-
ción y trazabilidad (Erba, 2013).
4.2. Fases de la valuación colectiva del suelo urbano
Parendo del enfoque generalmente aceptado en los sistemas de valuación colecva, de
que el precio de un lote urbano o parcela está determinado por factores exógenos y endó-
genos, así como por el comportamiento del mercado, su proceso de valuación ene dos
fases claramente idencadas. Por una parte, la determinación del llamado precio unitario
base (PUB), que responde a los factores exógenos y al mercado, y cuya idencación, co-
rrelación y cuancación dependen del método de valuación seleccionado, que en los más
rigurosos se consideran el uso y el grado de ocupación del suelo, las infraestructuras, los
equipamientos, la políca urbana y la estracación social, entre otros. A su vez, los facto-
res endógenos están relacionados con las caracteríscas sico-espaciales del lote para
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acoger usos urbanos y sus espacios construidos, tales como: localización en la manzana,
fondo, relieve, forma, tamaño, frente, geomorfología, afectación municipal, etc. Estos fac-
tores, en conjunto, dan lugar a un coeciente de modicación (Cm) del PUB que permite
obtener el precio unitario real (PUR), que es igual al producto de Cm por PUB, con el cual
se calcula el avalúo del lote. Así, se centrará la atención especícamente en la determina-
ción del PUB, proponiendo el método de las rentas del suelo capitalizadas.
4.3. Unidad espacial de valuación
En general, la valuación colecva del suelo urbano ene como unidad espacial para su
determinación a la manzana (Osorio Chávez, 2016; Hernández, 1990), la cual, como de-
muestra la experiencia, ofrece algunas bondades de carácter operavo, más allá de la rigu-
rosidad y objevidad del método aplicado, a más de ser reconocida como “la célula míni-
ma a parr de la cual puede inferirse la estructura básica del tejido urbano de la ciudad”
(Vecslir y Kozak, 2013, p. 149) y sobre la cual conviene realizar las siguientes precisiones.
Da viabilidad técnica al sistema de valuación colecva y concretamente al cálculo del PUB,
con una notable precisión de la información requerida para el efecto en relación a las
caracteríscas de los predios, tanto de aquellas que es posible levantar para todas las
manzanas, incluso con exactud –el uso de suelo, por ejemplo–, cuanto de aquellas que
deben deducirse de las manzanas próximas que adquieren la condición de muestra (los
precios del suelo correspondientes a la oferta de mercado, por ejemplo).
De esta manera, se evita recurrir al levantamiento de información a nivel de predio –
que conduciría a la valuación individual–, y es posible eludir niveles espaciales mayores,
como los clásicos sectores o zonas, esto es, grupos de manzanas denidas con uno o va-
rios criterios que restan precisión a la información con respecto a los predios y, en conse-
cuencia, a la conabilidad a los resultados.
4.4. Determinación del precio unitario base por el método
de las rentas del suelo capitalizadas (MRSC)
El MRSC parte de relacionar tres expresiones de la ciudad: la estructura espacial de los
usos de suelo, el mercado de suelo urbano, y el capital jo incorporado al suelo en in-
fraestructuras y equipamientos de servicios públicos, como veremos a connuación.
La estructura espacial de usos de suelo crea las condiciones materiales para la valori-
zación económica de este recurso, pero ella es también el resultado de la competencia de
usos que genera el mercado y que, por tanto, en cada momento el suelo ende a des-
narse a aquellos que más lo valorizan. En consecuencia, el uso y la renta del suelo se
afectan mutuamente dando lugar a un juego de mercado cuyo funcionamiento genera
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una serie de alteraciones en los propios montos de renta y, por tanto, del precio del suelo,
por lo general elevándolos, incluso a extremos que distorsionan sus propias lógicas.
El capital incorporado al suelo en infraestructuras y equipamientos forma parte del
precio del suelo e incide en la conformación de la estructura espacial de usos de suelo,
pues constuye el soporte material de las acvidades socioeconómicas de la ciudad, ad-
quiriendo incluso especicidades en función de éstas.
Este mismo capital debe ser relacionado igualmente con los montos globales de rentas
capitalizadas en términos de rentabilidad, ya que éstas constuyen los benecios que ob-
ene la propiedad privada sobre el suelo a parr de inversiones públicas y de la sociedad.
En cuanto a la información disponible o suscepble de levantamiento, convendrá te-
ner presente que, del mercado de suelo, únicamente es posible obtener los precios dados
por su oferta y conformados básicamente por la adición de las rentas del suelo capitaliza-
das, que en rigor corresponden a los montos esperados por los propietarios de suelo.
Además, la estructura espacial de usos de suelo es suscepble de representación con un
nivel de detalle que permite idencar razonablemente las rentas secundarias que se
están generando en cada manzana; se reconoce que ellas enen expresiones espaciales
connuas, o más o menos dispersas, y que por tanto rebasan la dimensión de una man-
zana. Por úlmo, el capital jo incorporado con respecto a cada manzana por infraestruc-
turas y equipamientos es igualmente suscepble de esmación, incluso lo sucientemen-
te precisa para evidenciar semejanzas y diferencias entre ellas.
Bajo estas relaciones y condiciones, y puesto que se trata de valuar el suelo, es nece-
sario generar una correlación entre las magnitudes económicas disponibles o suscep-
bles de cálculo desde la perspecva de la valuación colecva, que permita nalmente
obtener el precio del suelo por manzana o PUB. La Figura 2 explicita la concepción general
del método de valuación que se propone.
Para el discernimiento de tal correlación se parte de la expresión matemáca básica
por la cual la magnitud de las rentas del suelo (R) determina el precio (P), pues éste es el
resultado de su capitalización a base de una tasa de interés (i) que depende de la tasa
media de mercado. Por tanto, P asume la expresión [1] del Cuadro 1 que muestra en for-
ma simplicada la correlación renta y precio del suelo; sin embargo, por la complejidad
que entraña la cuancación de las disntas rentas, se debe considerar que el precio del
suelo expresa y adiciona sus respecvas capitalizaciones, las cuales, por la información
disponible, corresponden a la oferta del mercado. Por tanto, haciendo R/i = RC = monto
global de rentas capitalizadas y considerando el capital jo incorporado en infraestructu-
ras y equipamientos de servicios públicos (K), se ene para el cálculo del precio del suelo
la expresión [2].
Es posible descomponer RC al menos en dos partes: la renta absoluta urbana capita-
lizada (RAUC), que ende a ser un mismo monto en todas las manzanas; y la renta secun-
daria capitalizada (RSC) correspondiente a cada manzana, como única renta existente en
ellas o como producto de la predominancia resultante de la imbricación compeva con
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otras rentas secundarias, obteniendo la expresión [3], la cual requiere una nueva conside-
ración para el caso de las manzanas que adicionalmente soporten la renta primaria dife-
rencial po 2 (RPDT2), asumiendo la forma [4].
La función más general es lineal creciente y de pendiente 1, que manene RAUC y K
constantes –como cabe esperar dentro de ciertos límites temporales–, y muestra que, si
aumenta RSC, también lo hace P en la misma magnitud. Es importante observar que,
cuando RSC es cero, P se reduce a la suma de K y RAUC, es decir, no hay generación de
renta secundaria alguna, escenario que correspondería, por ejemplo, a los suelos en tran-
sición de rural a urbano, o a los suelos poco úles para la urbanización por limitaciones
Figura 2
Esquema del MRSC para la valuación colectiva del suelo urbano
CIUDAD
PRECIOS
DE LA OFERTA
RELACIONES
ENTRE
MAGNITUDES
MERCADO DE
SUELO URBANO
ESTRUCTURA
ESPACIAL DE
USOS DE SUELO
CAPITAL INCORPORADO
EN INFRAESTRUCTURAS
Y EQUIPAMIENTOS
AVALÚO DEL
SUELO
POR MANZANA
RENTAS
DEL SUELO
CAPITALIZADAS
Fuente: Elaboración propia.
Cuadro 1
Expresiones matemáticas del método de valuación
Precio del suelo
P = R [1]
P = K + RC [2]
P = K + RAUC + RSC [3]
P = K + RAUC + RSC + RPDT2 [4]
P’ = (K + ∆K) + RAUC + RSC [5]
P’ = (K + ∆K) + RAUC + (RSC + ∆RSC)[6]
P’ = (K + ∆K) + RAUC + (RSC-∆RSC) [7]
Tasa de rentas capitalizadas
t = RC * 100 [8]
Fuente: Elaboración propia.
i
K
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naturales. Por úlmo, si RSC y RAUC es cero, entonces P = K, lo cual ocurriría en ciudades
en las cuales el suelo es aprovechado como un recurso natural que no ene más valor de
cambio que el referido al capital inverdo en infraestructuras y equipamientos.
Si bien los componentes del precio del suelo podrían asumir los más diversos valores
producto de sus lógicas especícas, dando lugar asimismo a una diversidad de correlacio-
nes con el precio del suelo, en el caso concreto de K, dado que no necesariamente todo
incremento de este capital supone nalmente un aumento del precio del suelo, se pre-
guran tres posibles escenarios:
Primer escenario. El aumento de K no incide en las acvidades socioeconómicas –usos
de suelo– de las manzanas que conguran su área de inuencia, concretamente en aque-
llas en torno a las cuales se genera la RSC como resultado de la imbricación compeva
de rentas, y en consecuencia el precio apenas se incrementaría en el monto incorporado
de K. Ilustrarían esta situación, por ejemplo, la dotación de equipamientos menores en
áreas ya consolidadas de la ciudad o la sustución de redes de servicios públicos. Enton-
ces si P’ es el nuevo precio del suelo y ΔK el incremento del capital, P’ adquiere la expre-
sión [5] del Cuadro 1.
Segundo escenario. El incremento de K incide posivamente en las acvidades socioe-
conómicas en referencia y en consecuencia se incrementa RSC, provocando a su vez el
aumento de P a más del correspondiente a K; las constataciones empíricas demuestran
que cuando se trata de la ejecución de obras de infraestructura o equipamiento en el
suelo de expansión urbana, y de la construcción y operación de equipamientos de amplia
cobertura, incluso en áreas ya consolidadas, por ejemplo, los precios del suelo sufren al-
zas signicavas que podrían atribuirse a la generación o incremento de rentas diferen-
ciales de vivienda, o también a fuertes renovaciones de tales bienes en áreas centrales,
que pueden redundar en el incremento de rentas diferenciales de comercio, por ejemplo.
Si ΔRSC es la variación de la renta, que en este caso supone un aumento, se ene la ex-
presión [6] del Cuadro 1.
Tercer escenario. Finalmente, se ene que el aumento de K se traduce en la reducción de la
RSC. Ilustra esta situación la ejecución de ciertas obras viales que limitan el acceso a las manza-
nas comprendidas en su área de inuencia o deterioran la calidad ambiental de ésta, afectando
a las acvidades socioeconómicas allí existentes. Siendo ΔRSC la variación de la renta, que en
este caso genera una disminución, entonces P’ asume la expresión [7] del Cuadro 1.
Al relacionar el monto global de las rentas capitalizadas (RC) con el capital incorpora-
do en forma de infraestructuras y equipamientos de servicios públicos (K), es posible
obtener la tasa de rentas capitalizadas (t) con la expresión [8] del Cuadro 1.
Esta función se observa en la Figura 3, en la que K es variable independiente y RC
constante. Se trata de una función de la forma f(x) = a/x, que ene como asíntotas a los
dos ejes del plano cartesiano; por tanto, manzanas con un mismo monto de RC pueden
tener diferentes valores de K y, en consecuencia, muy disntos niveles de t, observando
las condiciones: a mayor K, menor t, y a menor K, mayor t.
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Si K es igual a RC, entonces t es igual a 100, pero puesto que generalmente en la
mayoría de manzanas de una ciudad K es menor a RC, los niveles de t serán mayores a
100, y en algunas, como las que forman parte de las centralidades de comercio y servi-
cios, alcanzará varias centenas; pero también para aquellas que se encuentran en la
periferia urbana y en las que por varios movos y durante empos prolongados, las
inversiones de capital son muy menores a la media y sus rentas capitalizadas las reba-
san ampliamente. Si K es mayor a RC, entonces t es menor a 100, rentabilidad que co-
rrespondería, por ejemplo, a los ya señalados suelos o manzanas en transición de rural
a urbano, o en su caso poco úles para la urbanización por limitaciones naturales para
este aprovechamiento.
Observando la familia de funciones construida variando RC, se determina que las man-
zanas con un mismo valor de K pueden sostener diferentes montos de rentas capitalizadas,
y t, en consecuencia, variará dependiendo de los montos de éstas; la Figura 3 ilustra cómo
las diferencias de t son directamente proporcionales a las que presentan las RC.
En el empo, grupos de manzanas podrían incrementar sus RC manteniendo K y las
diferencias entre los valores de t seguirán las proporciones ya señaladas. Pero más allá del
análisis matemáco, no cabe duda que este comportamiento es propio de las situaciones
en las que siendo constante el capital inverdo en infraestructuras y equipamientos, sube
el precio del suelo por cambios o renovaciones de los usos de suelo existentes que dan
paso a otros más rentables, generadores de mayores montos de rentas secundarias capi-
talizadas; en este sendo, quizás el ejemplo más paradigmáco sea el que ocurre con
determinadas zonas residenciales transformadas en comerciales.
Figura 3
Modelo para la determinación de la tasa de rentas capitalizadas sobre K,
por manzana. RC constante
(tasa de rentas
capitalizadas)
t
3 500
3 000
2 500
2 000
1 500
1 000
500
010 20 30 40 50 K (capital incorporado
en infraestructuras y equipamiento)
RC = 800
RC = 400
RC = 200
RC = 100
t = 100 RC/K
Fuente: Elaboración propia.
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Así, la determinación de esta tasa de rentas capitalizadas sobre K es signicava en la
valuación del suelo y sobre todo para los sistemas masivos o colecvos, pues permite
evidenciar la rentabilidad que procura en una determinada manzana la inversión en in-
fraestructuras y equipamientos a la propiedad del suelo, parcularmente en términos de
las rentas secundarias capitalizadas y que en gran medida determinan su precio. Además,
posibilita comparar tal rentabilidad entre manzanas, rentas secundarias y usos de suelo a
los que éstas se hallan asociadas, y más aún, en el interior de una misma ciudad y de una
misma renta secundaria capitalizada, diferentes niveles de rentabilidad en medio incluso
de inversiones semejantes en infraestructuras y equipamientos. Estas consideraciones
racan varios enunciados de la teoría de la renta del suelo urbano aplicada en este tra-
bajo; y, por úlmo, permiten abrir un nuevo enfoque para la recreación de las polícas
públicas tributarias referidas a la propiedad inmueble urbana –concretamente, en el caso
de Ecuador, al impuesto predial urbano y a las contribuciones especiales de mejoras–,
otorgándoles más transparencia, objevidad y juscia, si son movo de determinación en
función de estas tasas de rentas capitalizadas.
Finalmente, conviene analizar el comportamiento de t con RC variable y K constante
(Figura 4). La función que se obene es lineal y se intercepta con el origen –racando
que cuando RC es cero, t igualmente lo es–; así, manzanas con un mismo valor de K pue-
den tener diferentes montos de RC y por tanto disntos niveles de t, pero en este caso
observando las condiciones: a mayor RC, mayor t, y a menor RC, menor t. La familia de
funciones construida variando K, explicita que las manzanas con un mismo monto de RC
pueden sostener diferentes valores de K, y t en consecuencia variará esta vez condiciona-
da por estos valores.
(tasa de rentas
capitalizadas) t
0
t = 100 RC/K
100 200 300 400 500 600 700 RC (rentas capitalizadas)
7 000
6 000
5 000
4 000
3 000
2 000
1 000
K = 10
K = 20
K = 40
K = 80
Figura 4
Modelo para la determinación de la tasa de rentas capitalizadas
sobre K (constante) por manzana
Fuente: Elaboración propia.
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Los modelos propuestos para el cálculo del precio del suelo por manzana y la tasa de
renta enen el carácter de estácos, y en esta medida son úles para la valuación colec-
va del suelo urbano con nes de la administración municipal, pues su aplicación se pro-
duce en un momento o coyuntura de las tres expresiones de la ciudad consideradas para
el efecto. La operavización de este método de valuación del suelo se explicita en la Figu-
ra 5, en tanto que el detalle de los procedimientos para los respecvos cálculos se descri-
be en el Cuadro 2.
K EUS P RAUC RSC PUB t
CAPITAL INVERTIDO EN
INFRAESTRUCTURAS Y
EQUIPAMIENTOS DE
SERVICIOS PÚBLICOSa
ESTRUCTURA
ESPACIAL DE USOS
DE SUELOb
PRECIOS DE SUELO
DADOS POR LA
OFERTA
DEL MERCADOc
RENTA ABSOLUTA
URBANA
CAPITALIZADAd
RENTAS
SECUNDARIAS
CAPITALIZADASe
PRECIO UNITARIO
BASE DEL SUELO
POR MANZANAf
TASA DE RENTAS
CAPITALIZADAS
SOBRE Kg
Figura 5
Flujograma para la valuación del suelo urbano por manzana
a Suma del capital incorporado –o avalúo de la obra física existente–, por metro cuadrado de manzana,
debido a las infraestructuras existentes en su perímetro y a los equipamientos de cuyas áreas de inuencia
forman parte.
b Se establecerá levantando el uso del suelo por manzana con la mayor desagregación para facilitar el
análisis geoespacial.
c La EUS orientará la cobertura espacial y densidad del levantamiento de P, cuya interpolación permitirá
su estimación para todas las manzanas.
d Se calculará con los P del borde de la ciudad y con valores de K cercanos a cero.
e Su identicación se apoyará en la EUS y su cuanticación observará que RSC = P – (K+ RAUC), y puesto
que es esperable más de un monto de RSC para una misma manzana, los mínimos y máximos denitivos se
establecerán considerando la signicación espacial de cada uno de ellos.
f PUB = K+ RAUC + RSC.
g t (tasa de rentas capitalizadas sobre K): t= 100 (RAUC+RSC)/K.
Fuente: Elaboración propia.
5. Aplicación del MRSC en la ciudad de Cuenca
El sistema de valuación propuesto se aplica en la ciudad de Cuenca, en la provincia del
Azuay, Ecuador. Es la tercera urbe más grande del país. En el contexto lanoamericano,
forma parte de las 15 ciudades con el precio de suelo más alto (El Mercurio, 2021). Es una
urbe en la que la valuación del suelo para nes de la administración municipal adolece
de las problemácas ya señaladas. La información abarca de sepembre de 2019 a ju-
nio de 2020.
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Cuadro 2
Procesos metodológicos para el cálculo del capital incorporado, renta absoluta urbana
Capital incorporado al suelo debido a la apertura de vías y dotación de capa de rodadura,
por m2 de manzana (K1)
V = supercie de vías imputable a la manzana. Corresponde a la supercie de las vías contiguas a
su perímetro, considerando un ancho igual a la mitad de las secciones transversales.
C = costo promedio por m2 de vía.
E = coeciente de ajuste por estado de conservación. Es igual o menor a uno y mayor a cero.
M = supercie de la manzana.
Capital incorporado al suelo debido a la dotación de red pública de agua potable,
por m2 de manzana (K2)
A = costo promedio por m2 de suelo de manzana.
E = coeciente de ajuste por antigüedad de la red. Es igual o menor a uno y mayor a cero.
Nota: Esta misma fórmula se aplicó para el cálculo del capital incorporado al suelo debido a la do-
tación de las redes públicas de alcantarillado (K3), energía eléctrica (K4) y alumbrado público (K5).
Capital incorporado al suelo debido a la dotación de equipamientos
que prestan servicios públicos, por m2 de manzana (K6)
C = costo promedio por m2 de construcción.
S = supercie de construcción del equipamiento.
E = coeciente de ajuste por estado de conservación. Es igual o menor a uno y mayor a cero.
I = área de cobertura territorial, que varía dependiendo del tipo de equipamiento, urbano o local.
Capital incorporado total (K)
K1 = capital incorporado al suelo debido a la apertura de vías y dotación de capa de rodadura.
K2 = capital incorporado al suelo debido a la dotación de red pública de agua potable.
K3 = capital incorporado al suelo debido a la dotación de red pública de alcantarillado.
K4 = capital incorporado al suelo debido a la dotación de red pública de energía eléctrica.
K5 = capital incorporado al suelo debido a la dotación de red pública de alumbrado público.
K6 = capital incorporado al suelo debido a la dotación de equipamientos.
(continúa)
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Cuadro 2
(concluye)
Centralidades de la estructura espacial de usos de suelo (CTMZ1)
NMZ1 = número de unidades de uso en la manzana.
DMZ1 = densidad de unidades de uso en la manzana.
N = promedio de unidades de uso en las manzanas en la ciudad.
D = densidad promedio de unidades de uso en las manzanas en la ciudad.
Renta absoluta urbana capitalizada (RAUC)
n = número de observaciones (precios de suelo) en el periurbano de la ciudad.
x = valores de los precios de suelo en el periurbano.
Renta secundaria capitalizada (RSC)
P = precio por m2 de manzana producto del proceso de interpolación y ajustado a partir de la
eliminación de valores atípicos por signicancia espacial.
K = capital incorporado total.
RAUC = renta absoluta urbana capitalizada.
Tasa de rentas secundarias capitalizadas (t)
RSC = monto máximo de la renta secundaria capitalizada por manzana.
K = capital incorporado total.
Precio unitario base (PUB)
RSC = monto máximo de la renta secundaria capitalizada por manzana.
RAUC = renta absoluta urbana capitalizada.
K = capital incorporado total.
–
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5.1. Estructura espacial de los usos de suelo en la ciudad
Puesto que la ciudad es en gran medida un fenómeno económico, en ésta se conforma
una estructura espacial de usos de suelo que constuye la expresión de los disntos con-
dicionamientos espaciales de las acvidades económicas a las cuales se vincula la pobla-
ción, y de sus clases o categorías de residencia. Así, tal estructura se halla inuenciada
signicavamente por la base económica urbana a la cual expresa.
Hay un orden ciertamente sustancial atrás del cual, a nivel sensorial, puede gurarse
una distribución al azar de los usos de suelo y de la población que éstos conllevan. La es-
tructura espacial de los usos de suelo evidencia la localización de las acvidades socioe-
conómicas en la ciudad, la cual es el resultado de la síntesis no lineal de múlples varia-
bles que entran en juego en las decisiones de los agentes. De esta manera, expresa el
acumulado de muchas decisiones y acciones realizadas por la población y sus organizacio-
nes, que giran en torno a la combinación más favorable de dos variables: localización y
candad de espacio.
En tanto resultado de un proceso histórico de formación, la estructura de usos ha ido
respondiendo a unas demandas que cambian constantemente, pero en la que ha interve-
nido también el Estado con cargo al interés público. En otros términos, se produce y repro-
duce como resultado de las múlples decisiones de la población en función de sus lógicas
e intereses, no necesariamente concertadas y no siempre coincidentes con los intereses
colecvos. Estas decisiones de los agentes pueden contrariar las propias determinaciones
de planicación, poniéndolas en crisis y estructurando, en la prácca, nuevas polícas ur-
banas1 que terminan incidiendo en la propia estructura espacial de los usos de suelo.
La jerarquía y los roles que cada zona de la ciudad termine alcanzando, determinará
la mayor o menor presencia de las acvidades económicas y de población, lo que reper-
curá en la estructura espacial de sus usos de suelo y del conjunto, y en consecuencia en
la proporción de suelo desnada a tales acvidades y sus categorías.
Las centralidades constuyen caracteríscas esenciales de la estructura espacial de
los usos de suelo y expresan los modos en los que se establecen las relaciones entre las
acvidades económicas y los vínculos internos de cada una de éstas. La competencia en-
tre acvidades lleva a que se busquen y aíslen en aquellas zonas de la ciudad en las que
encuentran condiciones ópmas para su funcionamiento; como consecuencia de esto,
son capaces de excluir a todos los otros emplazamientos posibles, incluyendo a determi-
nados segmentos de la población.
1 Entendida la políca urbana como el conjunto de acciones y omisiones que maniestan una deter-
minada modalidad de intervención del Estado con relación a una cuesón de interés de otros sectores so-
ciales en la sociedad civil.
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5.1.1. Centralidades de comercio y servicios
Se entenderá la centralidad como “el espacio urbano que concentra, con el más alto gra-
do de densidad” (Beuf, 2020, p. 132) unidades de usos de suelo2 asociados al comercio y
servicios. Si bien su especialización funcional es un análisis complementario que muestra
la diversidad y dominancia respecto a su pología, en términos espaciales no inuye en la
demarcación de estas centralidades. Es así como, para una misma centralidad, valores
altos de densidad y diversidad reejarán fuerte concentración de usos de gran diversidad,
o, por el contrario, valores altos de densidad y bajos de diversidad tenderán a develar
zonas especializadas en la ciudad.
Frente a una distribución de usos en la ciudad caracterizada por una notable y cada
vez mayor entropía (Kunz, 2003), el proceso seguido, más que una delimitación de zonas,
contempla la idencación de manzanas3 que presentan mayor candad de unidades de
uso de suelo en un área sica determinada (unidades de uso/hectárea), es decir, un uso
intensivo del suelo. Son espacios en los que una alta densidad reeja mayores posibilida-
des de que los usuarios no precisen realizar grandes desplazamientos. En cambio, allí
donde la densidad es menor, la población se ve obligada a desplazarse para sasfacer las
mismas necesidades.
Una de las desventajas de la densidad es la potencial distorsión de los datos cuando las
supercies son fracciones de la unidad espacial considerada (supercies menores a una
hectárea), dado que, aunque exisera una sola unidad de uso en una manzana, en térmi-
nos absolutos la densidad resultante puede llegar a indicar una centralidad en donde no lo
es. La existencia de una unidad de uso en una manzana no dene abundancia, por lo que
es pernente, en este escenario, tener en cuenta el tamaño absoluto de las unidades.
De ahí que una manzana congura una centralidad cuando el número y la densidad
de unidades de uso de suelo superan el número promedio de unidades (N = 11.84) y la
densidad (D = 13.61) media de toda la ciudad, o en su defecto, el número promedio de
unidades (NT = 4.45) y la densidad media (DT = 4.45) de la zona de transición –centralidades
de menor jerarquía–. Adicionalmente, se incorporan los ejes de comercio y servicios ge-
nerados en torno a tramos viales –ubicados muchas veces en centralidades–, en los que
se aprovecha el tránsito de una demanda potencial.
Como se aprecia en la Figura 6, en Cuenca la tendencia ha sido la coincidencia de la
localización del centro económico con el centro histórico, pero a medida que ha crecido
la ciudad, han emergido nuevas centralidades que acercan cada vez más las acvidades a
2 A través de las unidades de uso de suelo se cuancan las veces que un uso de suelo de una deter-
minada pología está presente en una manzana.
3 Al contar con el número de unidades de usos de suelo en todas las manzanas de la ciudad, no se
requiere generar modelado de supercies, que resulta de gran ulidad para esmar los valores en cada
lugar del espacio para el que no se dispone de información, siendo un mapeo a través de simbolización di-
recta de rangos formados por los datos de las manzanas.
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los mercados. En torno a ellas, y semejante a los círculos concéntricos de Burgess, se evi-
dencia una zona de transición en la que la residencia está siendo desplazada por aprove-
chamientos no residenciales, concretamente concentraciones de comercio y servicios de
menor grado de signicación en el contexto de la ciudad.
5.1.2. Centralidades de producción industrial de bienes
La convergencia entre la industrialización y la urbanización capitalista ha sido uno de los
rasgos más sobresalientes del desenvolvimiento social en los úlmos siglos (Kigman y
Garza, 1988), y la ciudad se ha constuido en el receptáculo natural de la producción in-
dustrial. Una parte del espacio construido urbano de Cuenca ene como n servir de
sustento a esta acvidad, aunque su presencia es dispersa, sobre todo aquella de bajo y
mediano impacto; sin embargo, destaca el Parque Industrial ubicado al noreste de la ciu-
dad, creado en la década de los setenta del siglo pasado, y que concentra tanto la indus-
tria de mediano como de alto impacto de la urbe (Figura 6).
Figura 6
Ciudad de Cuenca: estructura espacial de los usos de suelo
Centralidades de comercio y servicios
Ejes de comercio y servicios
Concentraciones de comercio y servicios
en zona de transición
Industria
Zonas de vivienda de estratos sociales altos
Zonas con predominio de vivienda de estratos
sociales medios y bajos
Estructura de usos de suelo
0 500 1 000 2 000 3 000
metros
N
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5.1.3. Vivienda de estratos sociales altos
En Cuenca se han idencado 17 zonas en las que habita la población de mayores ingre-
sos económicos, los que se reservan para la implantación habitacional de esos sectores
de la ciudad, con exclusión de las otras categorías sociales. De esta manera, habitar en
esos lugares especícos se convierte en una muestra de la pertenencia social a las capas
más elevadas. Estos espacios urbanos adquieren, en consecuencia, esta carga de signi-
cación (Figura 6).
5.2. Edicación en altura4
Una de las expresiones espaciales de los usos de suelo cuando éstos alcanzan densidades
que demandan mayor espacio construido es la edicación en altura. En Cuenca su pre-
sencia se produce en los úlmos veinte años de forma predominantemente dispersa –con
muy pocas tendencias a la concentración–, sobre todo próximas o como parte de las
centralidades de comercio y servicios y en las zonas de vivienda de estratos sociales altos,
exceptuándose el Centro Histórico por restricciones normavas (Figura 7).
5.3. Mercado de suelo urbano
Se levantaron 1 516 datos del área urbana y 127 del suelo rural próximo al límite urbano
que cumplen dos condiciones: son de la misma naturaleza, es decir, son valores de mer-
cado, no de cambio; y su localización geográca está directamente relacionada con la
estructura espacial de los usos de suelo. Esto obliga a superar la visión de una muestra
estracada, recurriendo a toda la oferta disponible en el mercado, idencada tanto por
recorridos de campo, como la información al respecto publicada en redes sociales, pági-
nas electrónicas de inmobiliarias y prensa escrita. Una vez georreferenciados, se aplica a
los propietarios u ofertantes una entrevista estructurada para obtener información nece-
saria para el cálculo del precio de suelo por metro cuadrado, diferenciando registros de
predios sin edicación, con edicación o propiedad horizontal, con el objevo de excluir,
de ser el caso, el valor de la construcción, cuyo cálculo se realiza considerando sus carac-
teríscas parculares para posteriormente ejecutar el método residual a parr del año
del inmueble y la tasa de depreciación anual.
Debido a que no todos los datos obtenidos del mercado enen una relación unívoca
4 Operavamente, en el contexto de la ciudad de Cuenca se considera como edicación en altura a
aquellas que enen cinco pisos en adelante, altura a parr de la cual la normava ecuatoriana exige la do-
tación de instalaciones especiales.
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con las unidades de análisis (un dato por manzana), se recurre a un método de interpola-
ción que permita obtener una supercie connua en la que sean conocidos todos los
precios de la ciudad. Sin embargo, existen varios cuesonamientos sobre la efecvidad de
los métodos convencionales de interpolación para modelar y predecir los precios del sue-
lo (Hu et al., 2013), siendo necesario, para su selección, precisar cuál es el objevo de ese
modelamiento.
Al requerirse correlacionar el comportamiento de los precios con la estructura espa-
cial de los usos de suelo, el método a emplearse debe mostrar tendencias muy similares
a la original, proporcionando una impresión de singularidad directa sin caracteríscas
suavizadas (Hu et al., 2012; 2013), lo que resulta úl ya que la extracción de datos apicos
es posterior, tal como se indica más adelante.
De ahí que el cómo se muestran los datos originales tomados en campo es fundamen-
tal para seleccionar el método de interpolación más apropiado, teniendo entonces como
referencia una distribución asimétrica posiva, mayor acumulación de frecuencias meno-
res a la media, y valores muy concentrados respecto a ésta –distribución leptocúrca–
(Cuadro 2). Estas premisas conducen a optar como herramientas de interpolación el IDW
(ponderación de distancia inversa) y el Kriging, frecuentemente empleados en la valua-
ción del suelo (Arias, 2019; Marin Mamani et al., 2021). Los resultados obtenidos de la
Figura 7
Ciudad de Cuenca: tendencias de localización de edicaciones en altura
5-6
7-8
9-10
11-12
13-14
15
>
Núm. de pisos
0 500 1 000 2 000 3 000
metros
N
Fuente: Elaboración propia.
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aplicación de ambos métodos (Cuadro 3) muestran que el IDW (Figura 8) se acerca mu-
cho más a lo que ocurre con los precios del suelo en la ciudad, conservando además las
singularidades resultantes, en algunos casos, de distorsiones del mercado.
Vistos los precios del suelo en la ciudad en su conjunto (Figura 8), su conformación
responde fuertemente a la localización y especialización funcional de las centralidades de
comercios y servicios, conviréndose en sus mayores ejes vertebradores.
Vale precisar que la interpolación genera una representación discreta del espacio ur-
bano compuesto por una cuadrícula de celdas iguales, cada una de las cuales puede verse
como una unidad de supercie de la manzana, caracterizada por dos variables: la manza-
na a la que pertenece y el precio del suelo. Cada celda se convierte en una unidad de
supercie que juega un rol importante en la etapa de cuancación de las rentas secun-
darias capitalizadas, como se verá más adelante.
5.4. Capital jo incorporado al suelo en infraestructuras y equipamientos
Por una parte, con la información proveniente de las empresas que proveen los servicios
básicos se realiza el cálculo del costo unitario por metro lineal de cada infraestructura, el
cual se prorratea al área atendida –establecida en función de franjas de cobertura–, ob-
teniendo un costo asignado a cada manzana. Para la determinación de K en forma de in-
fraestructura vial, se determina el costo por metro cuadrado de vía y se considera como
supercie servida el producto de la longitud del frente de manzana por la mitad de la
sección vial, prorrateando asimismo el costo total de estas áreas servidas a las manzanas
respecvas.
Los resultados obtenidos muestran una media de capital incorporado por manzana
respecto a agua potable de 2.65 USD/m2; alcantarillado, 7.22 USD/m2; energía eléctrica,
1.43 USD/m2; telefonía y telecomunicaciones, 1.52 USD/m2. El valor de K en forma de
Cuadro 3
Comparación entre los valores originales y los obtenidos en el IDW y el Kriging
Parámetros Valores originales IDW Kriging
Mínimo 10.33 15.07 46.08
Máximo 3 952.11 3 950.57 1 314.84
Media 413.90 389.19 404.92
Mediana 366.67 343.50 360.81
Desviación estándar 256.83 206.83 185.88
Coeciente de asimetría 3.09 1.91 1.27
Curtosis 29.69 13.04 5.53
Fuente: Elaboración propia.
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infraestructura vial alcanza una media de 24.35 USD/m2, racándose que se trata de la
infraestructura que mayor aporte incorpora al precio del suelo (Bojorque Iñeguez y Chu-
quiguanga Auquilla, 2021).
Por otra parte, para la denición del capital incorporado en forma de equipamientos
se adopta un radio de área de inuencia inmediata de cada uno, pues si bien todo el te-
rritorio se benecia del servicio que aquél genera, los predios inmediatos reciben una
inuencia más directa. Esta situación actúa como agente dinamizador del mercado de
suelo y, por ende, se generan presiones para incrementar el precio del suelo en las áreas
más próximas a los equipamientos.
El proceso requiere la localización y las caracteríscas sico-espaciales de los equipa-
mientos de alcance mayor y menor emplazados en la ciudad para el respecvo cálculo del
costo de inversión en cada uno. Una vez establecidas las áreas de cobertura de cada uno,
se establecen niveles de dotación en términos de cobertura territorial del equipamiento.
Finalmente, se prorratea el costo de los equipamientos en las correspondientes manza-
nas. El valor de K por equipamientos urbanos mayores resultante es 7.22 USD/m2 para
todas las manzanas, y la media de equipamientos urbanos menores es 8.07 USD/m2, va-
lores que se suman a los obtenidos para las infraestructuras obteniendo el capital incor-
porado al suelo urbano que se muestra en la Figura 9.
Figura 8
Ciudad de Cuenca: precios del suelo dados por el mercado
10 - 180
181 - 273
274 - 366
367 - 474
475 - 598
599 - 721
722 - 845
846 - 999
Rango de precios
0 500 1 000 2 000 3 000
metros
N
1000 - 1 169
1 170 - 1 355
1 356 - 1 571
1 572 - 1 834
1 835 - 2 158
2 159 - 2 560
2 561 - 3 132
3 133 - 3 951
Fuente: Elaboración propia.
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Los mayores valores en las centralidades conguran las acvidades urbanas y zonas
próximas. Los menores valores se presentan en las manzanas cercanas al límite urbano,
sobre todo en zonas de tendencias de crecimiento en torno a las vías urbanas que se co-
nectan con las de carácter interurbano. No obstante, se trata de valores bajos respecto a
las rentas.
5.5. Renta absoluta urbana capitalizada
A parr de la noción general de rentas, ya explicada en apartados anteriores, se calcula la
renta absoluta urbana en forma capitalizada con los precios de suelo en la periferia urba-
na. Se parte del hecho de que los propietarios reenen suelo urbano, acción que produce
una renta, la cual es común para todos los predios de la ciudad y se calcula a través de la
media armónica de los lotes localizados al borde de los terrenos que soportan usos urba-
nos. La renta absoluta urbana obtenida para la ciudad de Cuenca es de 58.51 USD/m2.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 9
Ciudad de Cuenca: capital incorporado al suelo en infraestructuras y equipamientos
7-50
51-100
101-150
151-200
201-253
Rangos de capital
incorporado en infraestructura
y equipamiento de servicios
públicos
0 500 1 000 2 000 3 000
metros
N
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5.6. Rentas secundarias capitalizadas
En cada manzana se idencan las rentas secundarias que se generan en función de la
estructura de los usos de suelo. Para su cuancación se sustrae del precio inicial –pro-
ducto de la interpolación descrita en el apartado 5.3– el capital incorporado por servicios
y equipamientos y la renta absoluta urbana capitalizada.
La interpolación da lugar a un conjunto de datos de precios en la manzana, de los cua-
les se obene la RSC promedio o un intervalo de rango variable y cuyo cálculo debe abarcar
precios representavos en términos espaciales. De ahí que un paso previo para la cuan-
cación de la RSC es la detección de datos apicos propios de posibles distorsiones del
mercado o incluso del proceso mismo de interpolación. Sin embargo, no aplica considerar
como apicos los extremos máximos y mínimos de los precios como tal, sino asociarlos a
la dimensión espacial, es decir, aquellos correspondientes a las unidades de supercie con
menor presencia en la manzana, evitando así eliminar valores que son espacialmente re-
presentavos y, por ende, cuancan con mayor certeza las rentas secundarias.
En una manzana en donde los precios del suelo van de P1 a Pn, con supercies de a S1
a Sn, se entenderá como valor apico a aquellos precios que corresponden a unidades de
supercie notoriamente inferiores a 1.5 desviaciones estándar por debajo de la media
de las unidades de supercie. En este sendo, se debe tener presente que, para valores
agrupados en un rango pequeño, se ulizan 1.5 desviaciones estándar, mientras que, de
presentarse datos dispersos en un rango amplio, se pueden ulizar dos desviaciones es-
tándar. Una vez realizada la eliminación de datos que corresponden a supercies poco
signicavas respecto al total de la manzana, se calculan las RSC que soportan las manza-
nas en términos de intervalos, las que, al asociarlas a la estructura espacial de usos de
suelo, permiten adicionalmente idencar el po de renta.
Tal como se ve en la Figura 10, la renta diferencial de comercio (RDC) presenta los
mayores montos de capitalización de rentas secundarias en la ciudad. Su comportamien-
to se caracteriza por presentar un sesgo posivo que concentra la mayoría de las manza-
nas en rangos de montos entre 300 y 500 USD (Figura 11). El monto de estas rentas en-
de a incrementarse a mayor capital incorporado por equipamiento, en la medida en que
constuyen tendencias de concentración de usos de suelo de comercio y servicios (Gua-
mán Guamán y Lituma Zhunio, 2021).
En tanto, la renta diferencial de vivienda (RDV) cubre al mayor número de manzanas
y se presenta en toda la ciudad, con montos que dominantemente se hallan en el rango
de 100 a 400 USD, alcanzando valores más altos en torno a 800 USD con excepcionalida-
des que ascienden hasta 1 900 USD (Figuras 10 y 11). Los montos altos corresponden a
manzanas que se ubican próximas a aquellas que soportan RDC, ya que éstas estructuran
los focos de empleo de la ciudad (Pauta Calle, 2019). Esta tendencia también se observa
en las manzanas conguas a zonas con industrias, aunque con menor intensidad.
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Figura 10
Ciudad de Cuenca: rentas secundarias capitalizadas promedio por manzana
N
Renta
diferencial
de comercio
28 - 200
201 - 400
401 - 600
601 - 800
801 - 1 000
1 001 - 1 500
1 501 - 2 000
2 001 - 2 500
2 501 - 2 555
Renta diferencial
y de monopolio
industrial
0 - 200
201 - 400
401 - 600
601 - 800
Renta de
monopolio
de segregación
61 - 200
201 - 400
401 - 600
601 - 625
626 - 1 000
1 001 - 1 318
Renta
diferencial
de vivienda
0 - 200
201 - 400
401 - 600
601 - 800
801 - 1 000
1 001 - 1 500
1 501 - 1 847
0 500 1 000 2 000 3 000
metros
Fuente: Elaboración propia.
Fuente: Elaboración propia.
900
800
700
600
500
400
300
200
100
0
Núm. de manzanas
Montos de rentas (USD)
Renta diferencial de comercio
Renta de monopolio de segregación
Renta diferencial de vivienda
Renta diferencial y de monopolio industrial
0
1-100
100-200
200-300
300-400
400-500
500-600
600-700
700-800
800-900
900-1 000
1 000-1 100
1 100-1 200
1 200-1 300
1 300-1 400
1 400-1 500
1 600-1 700
1 700-1 800
1 800-1 900
2 000-2 100
2 100-2 220
2 500-2 600
Figura 11
Ciudad de Cuenca: número de manzanas por tipos de rentas diferenciales
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Por su parte, la renta de monopolio de segregación (RMS) se encuentra en un menor
porcentaje de manzanas y varía entre 60 y 1 300 USD. Los montos bajos observados en
algunas de ellas evidencian que, aun siendo zonas en las que residen familias de altos
ingresos, no han logrado consolidarse como asentamientos que impacten en el incre-
mento de los precios del suelo. Los valores altos se presentan a medida que aumenta la
cercanía a las centralidades de comercio y servicios.
Finalmente, es poco protagónica la presencia de la renta diferencial y de monopolio
industrial (RDMI), con un rango que uctúa entre 300 y 500 USD, a pesar de la centrali-
dad industrial (Parque Industrial de Cuenca), única existente en la ciudad. No obstante, las
pequeñas concentraciones de un bajo número de industrias en la ciudad ocupan manza-
nas con montos de renta que no superan los 800 USD. Los montos altos también están
ligados a la mayor cercanía a las centralidades de comercio y servicios.
Vistos en conjunto, la distribución de los montos de las rentas secundarias capitaliza-
das ene un sesgo posivo, con el mayor número de manzanas en los rangos más bajos
soportando disntos pos de rentas, en tanto que un menor número de manzanas están
en los rangos más altos y soportan únicamente la RDC (Figuras 10 y 11)
5.7. Tasa de rentas secundarias capitalizadas
Con los montes máximos de la RSC se calcula la tasa de rentas secundarias capitalizadas
que evidencia la rentabilidad máxima obtenida en las manzanas. Tal como se indica en la
Figura 12, las manzanas que soportan RDC y RDV presentan conductas similares en cuan-
to a su número en los rangos de tasas iguales o menores a 450%. Por su parte, las manza-
nas que soportan RMS se ubican dominantemente en los rangos entre 50 y 450%, en
tanto que las tasas más altas son práccamente exclusivas de las RDC.
5.8. Precio unitario base
Finalmente, todo lo desarrollado permite calcular el PUB por manzana que muestra como
la RAUC ene un peso poco signicavo para casi la totalidad de las manzanas (Figura 13).
Así, en las manzanas con PUB más alto, la RAUC está en el orden del 2%, racando que
las RSC denen el PUB. Los montos más bajos del PUB enden a coincidir con la RAUC,
tratándose de zonas periféricas y de suelos sin mayor vocación para la urbanización.
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Figura 12
Ciudad de Cuenca: número de manzanas por tasa de rentas secundarias capitalizadas
Núm. de manzanas
Tasa (%)
Renta diferencial de comercio
Renta de monopolio de segregación
Renta diferencial de vivienda
Renta diferencial y de monopolio industrial
0-49
50-99
100-149
150-199
200-249
250-299
300-349
350-399
400-449
450-499
500-549
550-599
600-649
650-699
750-799
800-849
850-899
900-949
1 000-1 049
1 100-1 149
1 150-1 199
1 250-1 299
1 400-1 449
700
600
500
400
300
200
100
0
Fuente: Elaboración propia.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 13
Ciudad de Cuenca: precio unitario base por manzana
100 - 200
200 - 300
300 - 400
400 - 500
500 - 600
600 - 700
700 - 800
800 - 900
900 - 1 000
1 000 - 1 100
1 100 - 1 200
1 200 - 1 300
1 300 - 1 400
1 400 - 1 500
1 500 - 1 600
1 1 600 - 1 700
1 1 700 - 1 800
1 1 800 - 1 900
1 1 900 - 2 000
2 2 000 - 2 100
2 2 200 - 2 300
2 2 300 - 2 400
2 2 800 - 2 900
PUB (USD)
0 500 1 000 2 000 3 000
metros
N
PAUTA-CALLE, SALAZAR-GUAMÁN, PERALTA-PEÑALOZA , GONZÁLEZ-LLANOS Y SINCHI-TENESACA 30
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6. Conclusiones
La teoría de la renta de la erra es aplicable a la determinación del precio unitario base en
la valuación masiva del suelo urbano con nes catastrales, ya que sustenta la construcción
de un método que considera como componentes del precio del suelo las rentas capitali-
zadas y el capital incorporado al suelo por equipamientos e infraestructuras. Además, se
demuestra como K genera una alta rentabilidad a los propietarios de suelo urbano, los
que sin mayor esfuerzo captan los benecios del desarrollo social. Esta realidad debe
converrse en el fundamento para el diseño de polícas tributarias justas y equitavas,
parcularmente en el caso del impuesto al predio urbano que puede ser calculado en
función de las tasas de renta o de porcentajes del PUB, considerando la capacidad de
pago de los contribuyentes.
En principio no aparecen restricciones para la aplicación de este método en ciudades
de disnto tamaño, aunque en las más pequeñas, por su dinámica económica, es posible
que la oferta de suelo sea muy limitada, incluso con largos periodos de recolección de
información.
En la medida que este método de rentas permite alcanzar un signicavo grado de
comprensión sobre la conformación de los precios del suelo en la ciudad, asociados a sus
dinámicas, sus resultados son úles como referencias y orientaciones para la demanda de
suelo en cuanto a la compra y alquiler de lotes y espacios construidos.
Dado que los precios del suelo enen comportamientos espaciales singulares, es ne-
cesario el uso de herramientas que permitan la eliminación de valores apicos conside-
rando su signicancia espacial, a n de superar la eliminación estadísca de precios extre-
mos que consideran únicamente su valor absoluto. Esto permite a la vez prescindir de
precios que evidencian fuertes procesos especulavos de carácter puntual.
El método de valuación diseñado y su aplicación evidencian la necesidad de geso-
narlo como un proceso dinámico de permanente actualización de la información referida
a la estructura espacial de usos de suelo, al capital incorporado y al mercado de suelo.
Esta tarea es parte fundamental pues permirá también la construcción de series tempo-
rales desnadas a analizar el comportamiento del mercado de suelo y sus proyecciones.
Sin embargo, y en tanto no se tenga acceso a los precios de compraventa, la valuación
colecva del suelo urbano estará someda a las restricciones que implica la información
dada por la oferta, los mayores periodos de empo desnados a la recopilación de datos
y, en ciertos casos, las notables diferencias de precios entre predios muy cercanos.
DISEÑO DE UN SISTEMA DE VALUACIÓN MASIVA DE SUELO URBANO 31
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1414529
Nota de los autores
Este arculo forma parte del proyecto de invesgación “Aplicación de la teoría de la renta
de la erra en la valuación del suelo urbano con nes catastrales para la gesón de las
municipalidades en el Ecuador”, realizado por el grupo de invesgación Territorium, con
nanciamiento de la Dirección de Invesgación de la Universidad de Cuenca, obtenido en
el XVIII Concurso Universitario de Proyectos de Invesgación.
DISEÑO DE UN SISTEMA DE VALUACIÓN MASIVA DE SUELO URBANO 33
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ACERCA DE LOS AUTORES
Fernando Pauta-Calle es arquitecto por la Universidad de Cuenca y especialista en Gesón
Medioambiental, máster en Planificación y Gestión del Medioambiente y los Recursos
Naturales, y doctor en Agroingeniería por la Universidad Politécnica de Madrid. Es profesor e
invesgador tular de grado y posgrado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo y coordi-
nador académico del Simposio Nacional de Desarrollo Urbano y Planicación Territorial, de-
sarrollado bianualmente desde 1980. Su trabajo en proyectos de invesgación y vinculación
con la sociedad se desarrolla en las áreas de la teoría y prácca de la gesón y ordenación
territorial y urbanísca.
Ximena Salazar-Guamán es arquitecta por la Universidad de Cuenca, especialista en Ingeniería
Catastral por la Escuela Militar de Ingeniería La Paz, magister en Ordenación Territorial por la Uni-
versidad de Cuenca, y candidata doctoral del Programa de Doctorado en Ordenamiento Territorial
y Desarrollo Sostenible en la Universidad Nacional de Cuyo, Argenna. Es profesora e invesgado-
ra tular de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, en el área de Urbanismo y Planicación
Urbana. Es integrante del Grupo de Invesgación Territorium de la Universidad de Cuenca. Sus
líneas de invesgación se enmarcan en los estudios urbanos y territoriales, y el enfoque sistémico
aplicado a la ciudad y el territorio.
Mónica González-Llanos es arquitecta y magister en Ordenación Territorial por la Universidad de
Cuenca, Ecuador, instución donde actualmente es docente e invesgadora. Es candidata docto-
ral en Ordenamiento territorial en la Universidad Nacional del Cuyo, Argenna. Se especializa en
estudios urbanos y territoriales; actualmente se concentra en los estudios del hábitat y la vivien-
da. Es integrante del grupo de invesgación Territorium.
Crisna Peralta-Peñaloza es arquitecta urbanista por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de
la Universidad de Cuenca y becaria en el máster universitario Ciudad y Urbanismo, por la Secreta-
ría de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación. Se desempeña como técnico de in-
vesgación en el grupo Territorium.
Edison Sinchi-Tenesaca es arquitecto urbanista por la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la
Universidad de Cuenca y máster en Sistemas de Información Geográfica por la Universität Salzburg,
Austria. Ha colaborado en diferentes proyectos de invesgación y consultoría relacionados con
urbanismo y patrimonio cultural edicado. Sus áreas de estudio son los sistemas de información
geográca y la fotogrametría aplicada a estudios urbanos y territoriales.
ORIGINAL RECIBIDO: 21 de junio de 2022.
DICTAMEN ENVIADO: 5 de octubre de 2022.
ARTÍCULO ACEPTADO: 25 de enero de 2023.