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BONIATOS DE LA PALMA
DIVERSIDAD Y MEMORIA
Jaime Gil González
Ricardo Lorenzo Rodríguez
Colaboradores:
Arnoldo Álvarez Escobar
Facundo Cabrera Expósito
Aithami González Díaz
Marta Peña Hernández
FUNDACIÓN CANARIA RESERVA MUNDIAL
DE LA BIOSFERA LA PALMA · 2023
Boniatos de La Palma. Diversidad y Memoria
© Fundación Canaria Reserva Mundial de la Biosfera La Palma, 2023
Calle Francisco Abreu, nº 9, 38700 Santa Cruz de La Palma
(La Palma) Islas Canarias
Tel. 922 415417
www.lapalmabiosfera.es
© de los textos: Jaime Gil González, Ricardo Lorenzo Rodríguez
© del epílogo: Manuel J. Lorenzo Perera
© de las fotografías (incluyendo portada y contraportada): Jaime Gil González,
Ricardo Lorenzo Rodríguez, Facundo Cabrera Expósito
© de la lámina Morfología de la planta de Ipomoea batatas: Arnoldo Álvarez Escobar
DISEÑO GRÁFICO Y MAQUETACIÓN:
Grego Matos Romero
CUIDADO DE LA EDICIÓN:
Marta Peña Hernández
IMPRESIÓN:
D.L.:
TF 868-2023
En memoria de nuestro compañero Arnulio López
Guerra que tanto veló por la preservación de las
variedades antiguas de boniatos de La Palma.
«… fíjese usted cómo es la gente, a los boniatales no hay
que sulfatarlos con nada y [A] la gente lo que le gustan
son papas; y a mí me gustan más los boniatos, cuando
que eso no cuesta dinero ninguno, porque eso no es na
más que cogerle..., vamos, la punta del reviento...»
[Valentín Martín, El Buen Jesús, Tijarafe]
ÍNDICE
NOTA DE LOS AUTORES
BATATAS/PATATAS/BONIATOS EN CANARIAS. BREVE RASTREO
BONIATOS DE LA PALMA. LA DIVERSIDAD
CUBANO (DE TURRÓN)
MATOJO
MATOJO FINO
CANARIO
RAJADO
DE LANZAROTE
VENEZOLANO BLANCO
VENEZOLANO COLORADO
DE HOY PARA MAÑANA
PARADO
CUBANO NUEVO
JORNERO
CUARENTA DÍAS COLORADO
PADRÓN DE SEDA
DE PAPA
BLANQUITO
DE PELOTA
SAUCERO
AMARILLO DE AÑO
VENEZOLANO ROSADO
NUEVO
CUBANO DE HOJA REDONDA
CUBANO DE BASELO GORDO
NEGRO PARADO
OTROS BONIATOS
BONIATOS DE LA PALMA. LA MEMORIA
EPÍLOGO. ACERCA DE LA CULTURA DE LA BATATA O BONIATO EN CANARIAS
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
AGRADECIMIENTOS
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159
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124
127
131
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NOTA DE LOS AUTORES
En las últimas décadas se ha experimentado en el Archipiélago un fuerte proceso de erosión
cultural, que en el campo de los conocimientos relacionados con la agricultura ha sido especialmente
acusado.
La diversidad de cultivos tan enorme y valiosa que a lo largo de los siglos y con el curso de
las generaciones se ha acumulado en Canarias no ha sido ajena a este proceso y tiende a desaparecer.
Tratar de atenuar esta dinámica ha de constituir una tarea ineludible, especialmente, en aquellos
productos que jugaron un papel clave en la subsistencia de muchas comunidades campesinas.
Hemos de evitar, al menos, la pérdida de la riqueza varietal asociada a cultivos como la papa,
el boniato, el ñame, la higuera, los cereales y legumbres que a lo largo de la historia sustentaron a las
personas que nos antecedieron.
El boniato, presente en las islas desde hace casi quinientos años, constituyó en La Palma,
hasta fechas muy cercanas, un producto fundamental. La cultura que se generó en torno al mismo fue
inmensa pero hoy, apenas, nos quedan sus residuos.
Durante los últimos veinte años hemos desarrollado una serie de trabajos, en comunión con
la gente del campo, destinados a preservar esta cultura, especialmente en su vertiente relacionada con
la acumulación de diversidad.
El boniato es un producto que, aunque esté en decadencia, no debemos de desdeñar ni perder
de vista, pues constituyó un auténtico socorro para las clases populares ante coyunturas económicas
muy desfavorables como las que sobrevinieron después de la Guerra Civil o, con anterioridad, tras la
pérdida generalizada de las cosechas de papas, a mediados del siglo XIX, debido a la irrupción del
mildiu (Phytophthora infestans).
La diversidad que aún albergan los campos de La Palma es grande, pero más lo es todavía la
retenida en la memoria de los agricultores y agricultoras de avanzada edad de la isla pues comprende,
además, el material ya desaparecido en muchas comarcas.
A través del presente trabajo hemos intentado dar a conocer al público en general esta parte
esencial y tangible del patrimonio cultural de la isla y llamar la atención sobre la conveniencia de su
preservación.
9
BATATAS/PATATAS/
BONIATOS EN CANARIAS
BREVE RASTREO
La especie Ipomoea batatas (L.) Lam. es originaria de América y su cultivo se encontraba
plenamente expandido por toda la zona intertropical del continente en el momento de la llegada
de los españoles (Huaman & Zhang, 2007). Mucho se ha escrito sobre su posterior difusión por el
mundo hasta convertirse en uno de los cultivos más importantes en cuanto a producción y supercie
ocupada (Woolfe, 1992; Huaman & Zhang, 2007). Su difusión hacia Europa, África y los archipiélagos
atlánticos de Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde acaeció muy pocos años después de la llegada
de Cristóbal Colón a tierras americanas, pues se asume que raíces de esta especie fueron ya traídas en
su primer viaje de vuelta a la península ibérica:
«Tomó diez indios, cuarenta papagayos, muchos gallipavos, conejos (que
llaman hutias), batatas, ajíes, maíz, de que hacen pan, y otras cosas extrañas y
diferentes de las nuestras, para testimonio de lo que había descubierto» (López de
Gómara, 1979).
La primera referencia escrita que alude fehacientemente a la presencia de la batata en España
data de 1516 y es debida a Pedro Mártir de Anglería, quien además de recoger su nombre vernáculo «...
indiginae Batátas apellant...», sus elogios posteriores dan lugar a pensar que las había degustado con
placer en tan temprana fecha (Anglería, 1530). De este tránsito temprano hemos hallado constancia
documental en el Archivo General de Indias, pues del mismo quedó registro en una carta del cardenal
Cisneros a Miguel de Pasamonte, tesorero de La Española, fechada el 22 de julio de 1517, si bien en
este evento las batatas remitidas a Sevilla por este último se quedaron por el camino y no se dieron
por recibidas:
/29 «Hasta los XXIII de enero se resçibieron en la /30 Casa de la Contrataçión
de las Yndias, que resyde /31 en la çibdad de Seuilla, por los oficiales de sus Al- /32
tezas, y la bota de batatas, que dezís nunca /33 hemos sabido que se aya traydo y
a lo demás /34 que en estas casas estrauiaron, no ay que responderos, /35 sino que
por las cartas de Sus Altezas que allá se /36 escriven a vos e los otros oficiales de Sus
Altesas» (Archivo General de Indias, 1517)1.
1 Agradecemos la transcripción paleográca del documento a Víctor M. Bello Jiménez.
10
En 1525, el embajador veneciano Andrea Navagiero dejó constancia de su presencia — y de
su gusto a castañas— en Sevilla en el relato de su viaje por España:
«In Seuilla uiddi io molte cose delle Indie, & hebbi di quel le radice che
chiamano Batatas, & le mangiai, sono di sapor di castagne» (Navagiero, 1563).
“En Sevilla yo vi muchas cosas de las Indias, y recibí [¿a modo de regalo?]
las raíces que llaman Batatas, y las comí; y tienen el sabor de las castañas”
(Navagiero, 1563).
Gonzalo Fernández de Oviedo (1535) se rerió de forma expresa en su obra La historia
general de Las Yndias a lo común, por ese entonces, de los envíos de batatas a España y las vicisitudes
que lo rodeaban:
«Quando las batatas estan bien curadas se lleuan hasta españa muchas
vezes, quando los nauios aciertan a hazer presto el viaje: po las mas vezes se
pierden por la mar. Yo las he lleuado desde aquesta cibdad de santo domingo de la
ysla española hasta la cibdad de auila: y aunque no llegaron tales como aca estauan
y las ay, fueron auidas por muy singular y buena fruta y se tenian en mucho».
El periplo de los navíos que hacían la ruta americana tenía en Azores una referencia
importante y no es pues de extrañar que la anotación más antigua sobre la presencia de la batata en
las islas macaronésicas proceda de la isla de Terceira, donde su cultivo era conocido ya en 1538 según
consta en la conocida como Relação do Descobrimento da Florida (Academia Real das Sciencias, 1844;
Mendes Ferrao, 1992):
«Ha outra fruta [EN REFERENCIA A SANTIAGO DE CUBA] com que se
mantem muita gente, principalmente os escravos, a que chaman batatas, estas
se dan ja na ylha Terceira deste Reyno de Portugal, e criamse debaixo da terra,
e parecemse con ynhame [E] tem casi sabor de castanhas» (Academia Real das
Sciencias, 1844).
«Hay otra fruta [EN REFERENCIA A SANTIAGO DE CUBA] con la que se
sustenta mucha gente, principalmente los esclavos y que llaman batatas, estas se
cultivan ya en la isla Terceira de este Reino de Portugal, y se dan debajo de la
tierra, y se parecen con el ñame y tienen casi el sabor de las castañas» (Academia
Real das Sciencias, 1844).
Tal relación, que recoge los acontecimientos vividos por un grupo de hidalgos portugueses
que acompañaron a Hernando de Soto, el adelantado de La Florida, no dejó constancia de la presencia
de la batata en La Gomera, por donde pasaron de camino a Cuba y se detuvieron durante ocho
días para abastecerse. Sí advirtieron su presencia apenas unos años después los dominicos que iban
11
en tránsito hacia América y nos dejaron el siguiente relato «De la llegada y estada en la Ysla de La
Gomera. Año 1544»:
«Está esta isla poblada por la mayor parte, de portugueses. Los antiguos
habitantes de ella están ya mezclados con los españoles, aunque ellos entre sí se
conocen y distinguen; mientras aquí estuvimos, nos hicieron muchas limosnas.
La Virreyna nos enviaba cada día un carnero, y el Señor Obispo de Chiapa nos
daba otro; la Condesa estaba pobre y con todo eso también nos hizo limosna
y nos envió uvas y conserva de batatas, que es fruta de Indias, y otras cositas»
(Rodríguez Demorizi, 1942).
Apenas unos años después —en 1553— Amati Lvsitani dejó constancia expresa de lo
frecuentes que eran las batatas en Lisboa, adonde llegaban procedentes de las islas de Cabo Verde.
Posteriormente, omas Nicols —c. 1556-1560— y Gaspar Frutuoso —c. 1560-1564— reportaron su
presencia en las islas de Madeira, Gran Canaria, La Gomera y La Palma, quedando refrendada, pues,
su dispersión temprana por las islas atlánticas:
«is Iland [GRAN CANARIA] hath singular good wine, especially in the
towne ot Telde, and sundry sorts of good fruits, as Batatas, Mellons, Peares,
Apples, Orenges, Limons, Pomgranats, Figs Peaches of diuers sorts, and many
other fruits...» (Nicols, c. 1560-1564).
«Esta isla [Gran Canaria] tiene un vino particularmente bueno,
especialmente en la ciudad de Telde y varios géneros de buenas frutas como Batatas,
Melones, Peras, Manzanas, Naranjas, Limones, Granadas, Higos, Duraznos de
diferentes variedades y muchas otras frutas…» (Nicols, c. 1560-1564).
«E na Gomeira há caracóis que nāo há em nenhuma das outras. E ela e a
Palma só tem batatas mui extremadas e boas» (Frutuoso, 1964 [c. 1560-1564]).
«En La Gomera hay caracoles, que no hay en ninguna de las otras, y ella y
La Palma solas tienen batatas muy excelentes y buenas» (Frutuoso, 1964 [c. 1560-
1564]).
En España su cultivo arraigó fuertemente en Andalucía, especialmente en Málaga y sus
contornos, donde son múltiples los registros documentales fechados a mediados del siglo XVI que
atestiguan su importancia (Moreno Gómez, 2010) y aparece ya su producción sujeta a diezmo en
1671 (Santo omas, 1674)2:
2 «Y que en minucias, y Diezmos menores se entienden, y comprehenden [...] legumbres, melones, y zandias, limas, limones,
cydras, batatas...» (Santo omas, 1674).
12
«La Ciudad mandó que por el tiempo que fuere su voluntad se vendan las
batatas a 3 mrv. la libra» [26 de octubre de 1557].
«Se acuerda se visiten las tierras que están sembradas de batatales cerca de
Torremolinos» [17 de octubre de 1558].
«… y la Ciudad mandó que se ponga una persona que ponga en cobro las
batatas y ajonjolí se recoja» [16 de septiembre de 1560].
«Se hizo postura en la batata a 2 marav., la libra» [19 de diciembre de
1561].
«Que la leche valga a 12 mrv. el azumbre y las patatas a 2 mrv. la libra...»
[29 de octubre de 1563].
«La libra de las patatas a 5 blancas y los nabos a 2 mrv» [8 de noviembre
de 1563].
La importancia de estos registros hallados por Moreno Gómez (2010) en el Archivo Municipal
de Málaga se extiende más allá del campo agronómico y alcanza el lingüístico pues documentan el
empleo indistinto por ese entonces de las voces batata y patata para designar las raíces reservantes
de la especie Ipomoea batatas. Tal uso confundido aparece claramente expuesto en la acepción de la
voz patata en la obra casi coetánea de Francisco del Rosal (c. 1601) Origen, y etymología de todos los
Vocablos Originales de la Lengua Castellana y se mantiene al menos hasta bien entrado el siglo XVIII,
atendiendo al Diccionario de Autoridades (RAE, 1737):
«Patata cierta specie de chiribia en Sevilla, que viene de Islas, y otras
partes de aquella costa. Otros dicen mejor Batata, trahida en Barco por Rio ò
Mar...» (del Rosal, c. 1601).
«Patata. f. f. Lo mismo que Batata» (RAE, 1737).
Este uso temprano de la voz patata en las fuentes documentales para designar la parte
comestible y la planta en sí misma de la especie Ipomoea batatas ha desorientado a diversos autores
que creyeron realmente encontrarse ante referencias tempranas alusivas a la presencia y consumo
de Solanum tuberosum, la papa (Pardo Tomás & López Terrada, 1993). La confusión que mayor
trascendencia ha tenido se atribuye a Hamilton (1934) quien en su obra American treasure and the
price revolution in Spain, 1501-1650 asumió que en el año 1576 se consumían ya papas en el Hospital
de la Sangre en Sevilla atendiendo a los asientos de ciertas compras de «patatas» de los libros de gastos
de dicha institución hospitalaria (Pardo Tomás & López Terrada, 1993). Autores de gran prestigio
como Salaman y Hawkes abundaron en la misma opinión que Hamilton y difundieron su confusión
(Salaman, 1949; Hawkes, 1978, Hawkes & Francisco Ortega, 1992; Hawkes & Francisco-Ortega,
1993)3.
3 Mucho se ha escrito sobre esta controversia patata/batata y una aproximación a la misma puede realizarse a través de
13
En Canarias, además de las, ya nombradas, referencias tempranas a la presencia de batatas
efectuadas a mediados del siglo XVI por los padres dominicos, omas Nicols y Gaspar Frutuoso, han
ido apareciendo nuevas citas provenientes del estudio de las fuentes documentales que han venido a
conrmar el pleno arraigo del cultivo en las Islas durante la segunda mitad del citado siglo XVI y en
las primeras décadas del siglo XVII.
Son especialmente destacables las derivadas de los protocolos notariales reveladas por Lobo
(1988) y Bello (2003) pues documentan ya la batata/patata como un producto susceptible de ser
remitido —casi siempre junto a cítricos (naranjas, limones, cidras)— al exterior; tal vez como cosa
regalada, como parece también que las recibió Santa Teresa de Jesús en las vísperas de las «Pascuas del
Nacimiento del Hijo de Dios» del año 1577 (San Joseph, 1793) y las comieron las monjas del convento
de San José, en La Orotava, Tenerife, el día de Navidad del año 1643 (Archivo Histórico Provincial de
Santa Cruz de Tenerife, 1643-1654)4. Ya con anterioridad —el 25 de enero de 1577—las había recibido
la Santa como “bálsamo” para inapetentes junto con otras golosinas:
«Dios se lo pague, mi hija, amén, amén, amén; y las patatas, que vinieron
a un tiempo, que tengo harta mala gana de comer, y muy buenas llegaron; y las
naranjas, que regucijaron a algunas enfermas aunque no es mucho el mal; todo lo
demás es muy bueno, y los contes... » (Silverio de Santa Teresa, 1923).
Más interesantes, desde un punto de vista agronómico, son las referentes a la isla de La Palma
expuestas por Hernández (2022) pues, además de certicar fehacientemente su cultivo en el tránsito
del siglo XVI al XVII, aportan datos culturales de gran interés, como los derivados de los contratos de
partido de medias y arrendamiento protocolizados en la Villa de San Andrés en 1597 y 1609:
«... es condición que en la dicha fajana en cada vn año auéys de plantar
en ella patatas e calabasas e toda la demás ortaliza que pudierdes, e todo lo que
en ella se cogere de vino e uvas e todo el demás fruto, sacando de montemayor el
diesmo a Dios, lo avemos de partir de por medio, llevando tanto el vno como el
otro»5 (Hernández, 2022).
la lectura de los siguientes trabajos: Aji and Batata as group-names within the species Ipomoea batatas (Burkill, 1954); Di-
sertaciones sobre la papa (patata) y la batata (patata). Recticación histórica (Carcer y Disdier (1955); Plantas cultivadas y
animales domésticos en América equinoccial. Tomo II. Plantas alimenticias (Patiño, 1964); Las primeras noticias sobre plantas
americanas en las relaciones de viajes y crónicas de Indias (1493-1553) (Pardo Tomás & López Terrada, 1993); Apunte bi-
bliográco acerca de la batata/patata en la literatura del siglo de oro (Amado Doblas, 2001); De las Indias al Mediterráneo: la
batata/patata, fruto de Málaga por antonomasia (Moreno Gómez, 2010).
4 Los asientos del primer libro de gastos que se conserva del monasterio de San José de La Orotava comienzan el día 28 de
abril de 1643. La revisión de todas las compras diarias efectuadas durante los años 1643 y 1644 solo ha constatado dos ad-
quisiciones de batatas/patatas, la ya citada del día 25 de diciembre de 1643 y otra fechada el día 5 diciembre de 1644 (Archivo
Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife, 1643-1654).
5 Protocolo de 24 de septiembre de 1597.
14
«... con condición que todos los canales que fueren menester pra que
venga el agua a la dicha tierra para regar la ortaliza, calabasa e patatas e otras
cosas que en ella se plantaren y estuvieren plantadas, e para regar la viña si fuere
menester, vos, el dicho Andrés Rodrigues, los avéys de poner de vuestra costa
ecepto, que la madera que fuere menester para ellos yo, el dicho Amaro Gonales,
la tengo de cortar e traer o hazer cortar de la montaña, a mi costa hasta el barranco
donde se an de poner las dichas canales...»6 (Hernández, 2022).
Dignos también de reseñar son los protocolos estudiados por el historiador Pedro C. Quintana
Andrés procedentes de la escribanía de Telde, en Gran Canaria, pues ubican el cultivo ya en la costa
de este municipio también en dicho transcurrir de los siglos XVI al XVII7. Dicho autor en su obra
Tenencia y explotación de las huertas y cercados urbanos de Gran Canaria entre 1600-1700 (Quintana
Andrés, 1998) consignó la batata entre los productos hortofrutícolas que de «forma habitual» se
plantaban en dichas huertas aledañas a los núcleos de población. Ya un producto relativamente
común y accesible habría de ser en el entorno de la ciudad de Las Palmas cuando formaba parte de
la dieta —aparentemente— habitual de los presos del Tribunal de la Inquisición de Canarias en 1592
(Anaya Hernández & Fajardo Spínola, 1990).
Igual que en España, los documentos que han ido sacando a la luz los historiadores canarios
recogen el uso de los vocablos batata y patata de manera indistinta para referirse a Ipomoea batatas; la
pervivencia del empleo, al menos en las fuentes escritas, de la voz patata para este propósito persistió
hasta bien entrado el siglo XVIII —e incluso, residualmente, el XIX—, tal y como se puede comprobar
en los siguientes fragmentos donde las voces patata y papa aluden claramente a productos distintos:
«Todos sus terrenos [SON] fértiles [SE REFIERE A GRAN CANARIA], y
abundante[S] de frutos, dando en las miesses de trigo y “millo” dos frutos en
cada vn año, Véese verdeguear de Henero a Henero en las cercanías de muchos
Lugares; produciendo en su cultivo todas las frutas de España, y otras de Yndias,
como son: plátanos, papayas, hanones y guayabas, patatas y papas en abundancia,
éstas últimas de estraños climas traídas a estas Islas» (Castillo, 1948-60 [1737]).
«De trigo hay gran falta, que no se halla. Está a 25 [REALES], que no se
consiente a más. No hay de qué comer nada, ni papas; las que hay como avellanas,
6 Protocolo de 13 de septiembre de 1609.
7 Pedro C. Quintana Andrés amablemente nos ha facilitado los siguientes extractos de los protocolos inéditos estudiados:
• Archivo Histórico Provincial de Las Palmas. Sección: Protocolos notariales. Legajo: 934. Fecha: 12-12-1596. “Salvador
González, hortelano, dice que Luis de Loreto le ha dado 100 reales para fabricar y aderezar su huerta –junto a la tenería- y
han llegado al acuerdo de plantar en la huerta “un poca de patata”.» • Archivo Histórico Provincial de Las Palmas. Protocolos
notariales. Legajo: 3.145. Fecha: 15-9-1626. «Leonor González Camacho, viuda Bartolomé Romero, da a medias a Gonzalo
Lorenzo, un cercado llamado de Las Higueras, en Telde, en el Heredamiento de la Fuente, con una suerte de agua. Se lo
entrega por dos años con la obligación de: plantar parral y un trozo de cercado desde la Montañeta de las Salvias hasta el
camino de las Remudas. En él plantará trigo, cebada y patata.”
15
a libra por un cuarto, y menos patatas, el que las ve, a media libra cada costal, 14
de plata y de gran merced» (Anchieta, 1748)8.
«En Santa Cruz [DE TENERIFE], en todas [LAS] mesas comen lo que hay
sin pan ni verlo, el que más, cada dos o tres días, y esto es que no deja de haber
algún trigo pero tan oculto y escondido que hacen estas faltas. […]. Las papas,
como avellanas, a 14 de plata [LA] fanega, y lo mismo un costal de patatas, [A] 14
de plata, y es gran cosa hallarlas que no se halla» (Anchieta, 1748)9.
«Hay [EN LA JURISDICCIÓN DE LA VILLA EN LA GOMERA] muchas legumbres
y hortalizas, especialmente pimienta colorada, ajos, cevollas, iñames, papas,
patatas, cidras cayotas, ó pantanas.» (Viera y Clavijo, 1776).
«A mas de lo que produzía la Ysla [DE LANZAROTE] antes de los Bolcanes,
en los años de 1730, quassi era sólo pan y carne, tiene y produze al presente y
por el venecio de las arenas de dichos Volcanes, vinos, legumbres, millos, papas,
calabazas, patatas y otras ortalizas...» (Anónimo, 1776).
«Ortalizas o Verzas. Por este nombre es conocida la Calavaza; Verengena,
Cevolla, Patatas, Papas, Nabos, Coles, lechugas, sanaorias &c. que por cosa precisa
para componer la minestra o potaxe diremos aora de su uso» (Quesada y Chaves,
2007 [1770-1780]).
«Papas. Es un genero de Patatas que su fructo y cultivo es como la patata
y asi en Madrid las nombran patatas de La Manchia y en el reino de Granada
patatas de Ynglalaterra de cuia parte las paso a Tenerife Uno de los della Casa
Castro Navarro y las hizo poner en las tierras de su Maiorasgo de Ycod el Alto de
donde salio la primera Semilla para todas las demas Yslas, con tanta abundancia,
q. es el abasto de los Pobres [...]; y es fruto que en todo gen.ro de casas se usa ia
cosidas asadas fritas &c. y muchas del peso de 1 a 2 libras; y las patatas desde 8 a
25 libras...» (Quesada y Chaves, 2007 [1770-1780]).
«Obispado de Tenerife. Nota de los precios á los articulos Diezmables
que ha señalado la Ilustre Junta Diocesana de este de Tenerife para el pagamento
del diezmo en el Partido de Daute. Especies Diezmables. [...] Trigo morisco,
dicho de altos, dicho avenozo, cebada, centeno, Avena, Millo, Papas veraneras
fanega, Patatas la libra, Lino la docena de manojos, Habas fanega, Garbansos,
Judías, Chícharos moros y demas legumbres, Lentejas y chícharos blancos, Higos
pasados...» (El Conservador, 1839)10.
8 La fecha precisa del documento es 14 de enero de 1748.
9 La fecha precisa del fragmento es 23 de enero de 1748.
10 La fecha precisa del documento es 18 de diciembre de 1839.
16
El empleo conjunto de las voces patata y papa para designar alimentos diferentes lo hemos
hallado también consignado en las Constituciones Sinodales del Obispado de Venezuela, y Santiago de
León de Caracas de 1687, cuando se hace alusión a los productos sujetos al diezmo:
«Y de las raíces, demás de las yucas, se pague de las patatas, ñames,
mapueyes, papas que llaman turmas, jiquimias, ajos, cebollas, capachos, y otras
de este género» (Bolaños y Sotomayor, 1848).
Una vez introducida en nuestras islas la batata, pronto arraigó en los campos y comenzó a
formar parte de la dieta de los campesinos y los vecinos de los núcleos urbanos; evidentemente no en
todos los lugares, ni en todo tiempo. Pero en muchas comarcas y en diversos momentos históricos
llegó a constituir un producto de subsistencia básica para innidad de familias. Su cultivo encontró
hueco en los campos y en las mesas pues se desarrollaba durante la primavera, el verano y las primeras
semanas del otoño y producía la cosecha desde nales de octubre hasta bien entrado el invierno. En
el tránsito de los siglos XVI al XVII los campos canarios no habían acogido todavía el cultivo de las
papas inverneras y muchos ni siquiera el de la papa en sí, de ahí que hubo de constituir un gran regalo
la aparición de la batata.
Su importancia estacional en estas primeras etapas de su presencia en Canarias ha quedado
registrada en los fondos custodiados en los diferentes archivos y hemos tenido la fortuna de hallar
registros documentales de gran interés que así lo atestiguan.
Una de las vías más interesantes —y entretenidas— para adentrarse en el estudio de la
diversidad de cultivos en Canarias es la consulta de los libros de gastos de las comunidades religiosas
del Archipiélago, algunos en muy buen estado de conservación y legibles, como es el caso de los
correspondientes al Convento de San Miguel de las Victorias de La Laguna, Tenerife. En su libro más
antiguo conservado, los asientos de las compras cotidianas de alimentos realizadas por la comunidad
comienzan en 1629 y nalizan en 1638 y, tal y como se expone en su portadilla, es verdaderamente
«digno de que se vea, y se conserve»11; en el segundo más antiguo, los asientos continúan en 1638 y
terminan en 164612. Dentro de este período de aproximadamente 15 años naturales hemos escudriñado
los asientos correspondientes a 4 años agrícolas: 1629-1630; 1637-1638; 1644-1645 y 1645-1646; en
ellos hemos hallado 77 referencias a compras de batatas/patatas, casi todos —76 de 77— fechados
entre el 27 de octubre y el 18 de marzo (véanse tablas 1 y 2).
Las batatas, al menos en esta época y en este lugar, se encontraban aparentemente en el
mercado únicamente desde mediados de otoño hasta inicios de la primavera. No hay rastro de ellas en
el verano, circunstancia que podría indicar la ausencia por ese entonces de variedades de ciclo corto,
capaces de producir la cosecha apenas 3-4 meses después de su plantación. Merece la pena comentar
igualmente la coincidencia del número de compras efectuadas a lo largo de estos cuatro años: 19
11 Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife (1629-1638).
12 Archivo Histórico Provincial de Santa Cruz de Tenerife (1638-1646).
17
en 1629-1630; 19 en 1637-1638; 20 en 1644-1645 y 19 en 1645-1646. Ello indicaría que acudir a las
batatas como alimento era ya algo establecido y no extraordinario. De dónde venían estas batatas, no
hemos podido saberlo. Su cultivo ya debía de estar fuertemente arraigado en la isla de Tenerife desde
bastante tiempo atrás pues consta en los Libros de Acuerdos del consistorio tinerfeño un acuerdo para
jar su precio con fecha de 18 de febrero de 1558 (Macías, 2009).
Fechado apenas un siglo más tarde existe un inmenso caudal de documentación generado
en torno a la Hacienda de Las Palmas en Anaga, Tenerife, entre la que destaca la correspondencia
mantenida entre su mayordomo y el amo de la misma y los cuadernos derivados de su administración13.
La obligación de todos los medianeros vinculados a la hacienda de remitir semanalmente los
productos agrícolas que correspondían al amo y el registro por escrito del contenido de tales envíos,
ya en las cartas —casi siempre semanales— del mayordomo, ya en la contabilidad del amo, nos
permite hoy tener una imagen el de lo que acontecía en los campos del lugar. Dentro del período
de aproximadamente 16 años en el que se encuentran fechadas las cartas del mayordomo Silvestre
Izquierdo —5 de mayo de 1769-24 de diciembre de 1786— hemos estudiado con detenimiento la
información disponible concerniente a 8 años agrícolas: 1769-70; 1772-73; 1775-76; 1776-77; 1777-
78; 1782-83; 1783-84; 1784-85 y hemos advertido que todas las referencias a remisiones o recepciones
de batatas se encuentran fechadas entre el 16 de octubre y el 30 de marzo, intervalo de tiempo que
coincide casi plenamente con aquel en el que más de un siglo antes las batatas se hallaban disponibles
en la plaza en la que se abastecían los frailes del Convento de San Miguel de Las Victorias. No hemos
hallado tampoco rastro alguno de remisiones de batatas veraniegas en los documentos consultados
de esta época.
Las batatas constituían en Las Palmas de Anaga, sin lugar a dudas, un producto básico de
subsistencia invernal, no hay más que leer con atención las cartas del mayordomo Silvestre Izquierdo
(Hernández Hernández, 2003) para abundar en esta opinión. Pero este papel de la batata como
alimento básico de subsistencia campesina a mediados del siglo XVIII se extendió al menos durante
coyunturas desfavorables más allá de los campos, según se deduce del relato del comerciante Bernardo
Cólogan fechado en los primeros días de la primavera de 1750.
«... aquí [EN TENERIFE] hemos estado en un conicto grande por falta de
trigo, de que no ay un grano en la ysla días ha para vender, y sólo la prevención
corta que cada uno pudo hazer, de modo que huviera perecido mucha gente a
no aver sido por las batatas de que huvo buena cosecha este ynvierno: pero si
no viene socorro de granos de fuera dentro de 15 días estaremos al perecer...»
(Guimerá Ravina, 1985).
13 Archivo Municipal de La Laguna (1769-1770); Archivo Municipal de La Laguna (1772-1773); Archivo Municipal de La
Laguna (1775-1776); Archivo Municipal de La Laguna (1776-1777); Archivo Municipal de La Laguna (1776-1778); Archivo
Municipal de La Laguna (1782-1785); Archivo Municipal de La Laguna (1786).
18
Libro de gasto desde 1629 a 1638 del convento de San Miguel de las Victorias, La Laguna, Tenerife.
19
El día 20 de marzo de 1846 el síndico del Ayuntamiento Constitucional de Las Palmas
solicitaba que se impidiera la extracción de papas fuera de la isla debido a:
«... la pérdida casi general de la última cosecha de aquel fruto de primera
necesidad, que abastece á todos estos habitantes, y con especialidad á los pobres;
y hai fundado recelo de que corra la misma desgracia la procsima cosecha, por
advertirse en las nuevas plantas el mismo vicio y enfermedad que engendro aquel
grave daño» (Archivo Histórico Provincial de Las Palmas, 1846).
Nos encontramos en los albores del desastre que pronto habría de sobrevenir por la pérdida
sucesiva de las cosechas de papas debido al mildiu (Phytophthora infestans), cuya irrupción en Canarias
—casi coetánea a su aparición en Europa (Donnelly (2007)— llevó la desolación a las principales
zonas productoras del Archipiélago. Los resabios de esta época tardarán mucho en disiparse y
todavía en 1867 la prensa, en este caso de la isla de La Palma, rememoraba tal evento, y exponía el
papel importante que estaban jugando los boniatos como sustitutos de la papa tras la pérdida de sus
cosechas décadas atrás14:
«Hubo un tiempo, allá por la década de 1841 á 1851, en que la isla de
La Palma (á la cual queremos contraernos) sufrió dias de terrible angustia con
la pérdida casi total de dos de sus principales artículos de producción, las papas
y el vino, con las sequías y consiguiente disminucion de las demás cosechas y
con la carencia de nuevos cultivos ú otros recursos que ayudasen á soportar
tales quebrantos. No es necesario recordar los sucesos y estremos de miseria
que aquellos años aciagos, porque seguro es que no se habrán borrado aun de
la memoria de nuestros lectores. [...]. Mas hoy felizmente las circunstancias han
variado; la falta ó escasez de las cosechas de papas se suple en gran parte con
las del boniato, que se da con abundancia en algunas localidades; la vid, aunque
no curada del todo, esperimenta, merced al azufrado, bastante alivio de la tenaz
enfermedad del oidium...» (El Time, 1867).
Todavía a día de hoy la memoria popular retiene el papel decisivo que jugaron los boniatos
en La Palma en la posguerra española ante lo incierto de las cosechas de papas debido al mildiu
(“escarcha” en el habla popular):
«No había sino eso [BONIATOS] porque las papas no se daban. Se
escarchaban. […]. ¡Boniato! […]. Que en casa —porque éramos pobres, pobres,
pobres, pobres, pobres; se puede decir que pobres, pobres, porque vivíamos ocho
personas en dos cuartitos […] que no teníamos más nada, ni bañito, ni cocina…—
14 También en Gran Canaria, Guerra (1865) aludía a este papel de producto sustitutivo ahora desempeñado por la batata:
«... las batatas o moniatos cuyas calidades se han mejorado mucho y contribuyen á suplir la falta que los otros tubérculos
hacen en algunas estaciones; pero su rama no da para los animales mas que un corte a su recolección...»
20
y… no tener sino pa comer ese puro boniato. […]. Me acuerdo que yo le decía
a mamá. […]. Yo le decía: “¡no quiero más boniato, no quiero más boniato!”»
[Bienvenida Hernández Hernández, San Bartolo].
En Madeira, la situación de penuria que provocó la pérdida de las papas fue muy similar a la
acontecida en Canarias y los relatos alusivos al papel desempeñado por las batatas ante tal coyuntura
son idénticos, tanto, que parecieran copiados a los ya expuestos en relación a La Palma:
«... is extensively cultivated in elds and garden-ground in all these islands,
especially Madeira. e opportune introduction into the latter island een or
twenty years ago of the Demerara variety, producing annually two or three crops
instead of one, helped greatly to alleviate the temporary distress caused rst by the
outbreak of the potato-disease, and aerwards continued by the destruction of the
vines in 1852 and onwards» (Lowe, 1883).
«... se cultiva extensamente en campos y huertas en todas estas islas,
especialmente en Madeira. La oportuna introducción en esta última isla, hace
quince o veinte años, de la variedad Demerara, que produce anualmente dos o
tres cosechas en lugar de una, ayudó en gran medida a aliviar la crisis coyuntural
causada primero por la irrupción de la enfermedad de la papa, y luego continuada
por la destrucción de las viñas a partir de 1852» (Lowe, 1883).
Algunas comarcas de La Palma ya no abandonaron nunca el cultivo del boniato, que se
consolidó como el principal sustento de sus habitantes, tal y como acaeció en la Villa de Mazo, según
consta explícitamente en el libro de actas de plenos correspondiente a 1883 (Velázquez, 1999):
«... toda vez que esta población ha experimentado las mismas calamidades
con la sequía perdiéndose la cosecha de boniatos principal alimento de estos
habitantes y una parte de la de cereales...» (Archivo Municipal de Villa de Mazo,
1883).
En la memoria popular de los pueblos y barrios del sur de la isla, todavía, se haya retenido el
recuerdo de las penurias tan grandes que se experimentaron en los años que siguieron al nal de la
Guerra Civil y de la extrema dependencia que tenían las familias más humildes de los boniatos, que
no solo constituían la base principal de su dieta sino también parte importante de la de sus animales:
«… aparte que era por el hambre, aparte porque eso era desayuno de
boniatos, almuerzo de boniatos y cena de boniatos y comiéndolos [SOLOS] porque
Especímenes de Ipomoea batatas procedentes de la isla de Madeira herborizados por R.T. Lowe en 1858 y 1871,
etiquetados respectivamente como «e new Demerara sort» [BM-001011087] y «Batata de Demeraiva» [BM-000056942]
y depositados en el herbario del Natural History Museum de Londres. >
22
Recorte de prensa alusivo al cese de la erupción del Volcán de San Juan. Diario de Avisos, 29 de julio de 1949.
23
no había ni conduto, si tenía apenas de mojo bastante era, ¡eeeh! Lo que sobraba,
los boniatos cocinados eran pa’l cochino, la rama era pa’l otro ganado, al n que el
boniato es la única planta que siembras tú que no tiene desperdicio. […]. ¡Bueh!,
eso era boniato en todas las comidas como el otro que dice […]» [Celso Díaz
Camacho, Las Manchas de Abajo].
La supercie cultivada en esa época, según nos han trasmitido —y señalado in situ— las
personas mayores durante nuestros encuentros, era inmensa y casi en su totalidad de secano, y en
algunos lugares comprendía una franja altitudinal bastante amplia, casi desde las llanuras costeras,
que se plantaban con las primeras aguas otoñales, hasta la orilla del monte.
En 1949, el balance de los daños ocasionados en los cultivos por los materiales emitidos por el
volcán de San Juan consideraba que el 55 por ciento de las tierras destruidas se encontraban ocupadas
con «batatas», lo que nos habla de la prevalencia de este producto en los campos de cultivo de las
zonas afectadas por la erupción:
«Las pérdidas aproximadas se calculan en 336 hectáreas que quedaron
convertidas en malpaíses, de las cuales un treinta y cinco por ciento estaba
dedicado al cultivo de la vid, un cincuenta y cinco a batata y el diez restante a
plátanos y tomates» (Diario de Avisos, 1950).
Merece la pena resaltar la importancia de este simple dato, pues nos viene a decir que en
menos de un 1% de la supercie insular —la arrasada por el volcán de San Juan— se hallaban
contenidas en torno a 184 hectáreas plantadas de boniato. En la actualidad, en toda la isla de La Palma
—si atendemos a los datos ociales de 2021 aportados por el Gobierno de Canarias15— la supercie
cultivada de boniatos asciende a 51 hectáreas, apenas una cuarta parte de lo que destruyó el volcán de
San Juan hace 77 años en una ínma parte del territorio insular.
Hoy el cultivo del boniato en La Palma es totalmente irrelevante y las citadas 51 hectáreas
referidas en las estadísticas para el año 2021 son más una ilusión que la realidad. Los datos aportados
por la Sociedad Cooperativa del Campo Palmero (COCAMPA) para la presente campaña del año
2023 ascienden escasamente a 2.3 hectáreas.
En Canarias el cultivo se encuentra igualmente en declive y la reducción experimentada
de la supercie cultivada entre los años 2012 y 2021 —última década para la que existen datos
publicados— ha sido de un 27%. Paralelamente, la llegada de boniatos foráneos al Archipiélago
procedentes principalmente de España, Estados Unidos y Portugal, pero también de Honduras,
Guatemala, Nicaragua y Marruecos, ha pasado de los 285.633 kilos importados en el año 2012 a los
912.811 kilos en 202216.
15 https://www3.gobiernodecanarias.org/istac
16 Sanidad Vegetal en Canarias. Área Funcional de Agricultura y Pesca.
24
Asistimos, pues, a la decadencia de un cultivo que tuvo un gran arraigo en los campos
canarios, alrededor del cual se generó una importante cultura agrícola y culinaria, muy poco exigente
en insumos y que se adapta a los preceptos propios de la agricultura ecológica; un cultivo estratégico
para la tan cacareada soberanía alimentaria del Archipiélago, que no requiere para su reproducción la
importación de material vegetal foráneo y cuyo consumo y cultivo deberían ser promocionados por
las instituciones. Mientras, en otros territorios, consideran el cultivo del boniato como prometedor
y de futuro y sus producciones ocupan ya el hueco dejado por las producciones locales en nuestros
comercios y mercados.
Caja utilizada para la comercialización de boniatos procedentes de Carolina del Norte (Estados Unidos) fotograada
en un establecimiento de La Palma a mediados del año 2022.
25
PERIODOS ESTACIONALES DE ADQUISICIÓN DE BATATAS/PATATAS EN EL MONASTERIO FRANCISCANO DE SAN
MIGUEL DE LAS VICTORIAS (LA LAGUNA, TENERIFE) DURANTE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVII ATENDIENDO A
LOS LIBROS DE GASTOS.
OCTUBRE
NOVIEMBRE
DICIEMBRE
ENERO
FEBRERO
MARZO
ABRIL
SEMANAS
1
2
3
4
1
2
3
4
1
2
3
4
1
2
3
4
1
2
3
4
1
2
3
4
1
2
3
4
8
1629
1630
12
27
1637
1638
18
2
1644
1645
6
4
1645
1646
12
FECHAS DE ADQUISICIÓN DE BATATAS/PATATAS EN EL MONASTERIO FRANCISCANO DE SAN MIGUEL DE LAS
VICTORIAS (LA LAGUNA, TENERIFE) DURANTE LA PRIMERA MITAD DEL SIGLO XVII ATENDIENDO A LOS LIBROS DE
GASTOS.
1629/11/08
1629/12/24
1637/12/05
1644/11/08
1644/12/09
1645/11/21
1629/11/12
1630/02/20
1637/12/06
1644/11/15
1644/12/10
1645/11/23
1629/11/14
1630/02/28
1637/12/08
1644/11/19
1644/12/11
1645/11/24
1629/11/22
1630/03/02
1637/12/15
1644/11/23
1644/12/30
1645/12/06
1629/11/23
1630/03/06
1637/12/16
1644/11/25
1645/03/30
1645/12/09
1629/11/24
1630/03/12
1638/01/26
1644/11/26
1645/04/06
1645/12/13
1629/11/27
1637/10/27
1638/01/30
1644/11/29
1645/11/04
1645/12/14
1629/12/01
1637/10/30
1638/02/03
1644/12/01
1645/11/05
1645/12/15
1629/12/04
1637/11/03
1638/02/06
1644/12/02
1645/11/06
1645/12/18
1629/12/09
1637/11/09
1638/02/19
1644/12/03
1645/11/07
1646/02/25
1629/12/10
1637/11/19
1638/03/01
1644/12/05
1645/11/10
1646/03/05
1629/12/12
1637/11/22
1638/03/18
1644/12/07
1645/11/11
1645/11/20
1629/12/16
1637/11/25
1644/11/02
1644/12/08
1645/11/20
TABLA 1
TABLA 2
BONIATOS DE LA PALMA
LA DIVERSIDAD
29
BONIATOS DE LA PALMA
LA DIVERSIDAD
Si bien es asumible pensar que tras la introducción y establecimiento del cultivo de la batata
en Canarias dio comienzo de inmediato un proceso —que todavía a día de hoy no ha cesado— de
acumulación de diversidad con la llegada paulatina de nuevas variedades, no conocemos, al margen
de los retenidos en la tradición oral, la existencia de datos en las fuentes documentales y bibliográcas
que nos permitan arrojar luz sobre el mismo.
Viera y Clavijo (1982), siempre atento a recoger en su Diccionario de Historia Natural de
las Islas Canarias la variabilidad existente en su época —segunda mitad del siglo XVIII— dentro
de las principales especies de plantas objeto de cultivo, al tratar la voz batata apenas describe una
simple variedad de hojas de forma alabardada, con la venación del envés pigmentada de rojo y raíces
reservantes de piel pardo cobriza y carne de color blanco azulado.
Tampoco Tessier (1798), quien en su tratado État de l’agriculture des Isles Canaries diera cuenta
con gran detalle de la diversidad existente dentro de los cultivos que caracterizaban la agricultura de
nuestro Archipiélago, apuntó nada en este sentido en relación a la especie que nos ocupa1.
Será, con posterioridad, Ledrú (1810) quien en su obra Voyage aux îles de Ténérie… nos deje
la primera referencia expresa a una variedad concreta; cierta variedad de batata importada de Málaga
cuyo cultivo se practicaba en el momento de su estancia:
«La meilleure espèce a été exportée de Malaga. Elle donne quelquefois des
racines du poids de six à neuf kilogrammes».
Conviene recordar en este punto, que Gil & Peña (2001) recolectaron y describieron una
batata malagueña que hallaron —y aún continúa— asilvestrada en el pueblo de Benijos, en la comarca
tinerfeña de Anaga.
Bandini (1816), en sus Lecciones elementales de agricultura teórica, práctica y económica, no
presta mucha atención a la batata y en relación a su diversidad y aspectos agronómicos se limita a
1 Tessier (1799), si bien considera que el de las batatas es un cultivo a promover, lo ubica entre las especies hortícolas de
importancia menor: «Indépendamment des plantes qu’on cultive en grand, on cultive dans le jardins des choux pommés, des
choux-eurs, des oignons dont on embarque une partie pour l’amerique, des patates (convolvulus batatas), quatre espèces
de calebasses, et des melons d’eau.» «Además de las plantas que se cultivan a gran escala, se cultivan en las huertas coles,
coliores, cebollas, parte de las cuales se embarcan a América, batatas (convolvulus batatas), cuatro especies de calabazas y
sandías».
30
reproducir bastante elmente los contenidos al respecto ya recogidos previamente por Boutelou &
Boutelou (1801) en su obra clásica Tratado de la huerta.
A mediados del siglo XIX —1853-1854— la prensa se hace eco de la introducción reciente
—c. 1852—de material vegetal procedente de la isla de Madeira (Eco del Comercio, 1853; El Noticioso
de Canarias, 1854). La batata, como ya vimos en el apartado anterior, comienza a mirarse como
una alternativa para paliar la debacle ocasionada por la pérdida continuada de las cosechas de la
papa debido a la irrupción, unos años antes, del mildiu (Phytophthora infestans). También, como
respuesta a esta coyuntura desfavorable, pareciera apropiado ubicar la introducción de las “nuevas”
variedades antillanas —los boniatos o moniatos—, pues su irrupción aconteció igualmente en torno
a estas mismas fechas tal y como recoge el Boletín de la Sociedad Económica de Amigos del País de Las
Palmas de Gran Canaria en su número de 1862:
«No hay seis años que se despreciaba el cultivo de la batata tremesina
importada de las Antillas, y nuestros labriegos, rutinarios preferían la encarnada
que sólo rendía una cosecha en ocho meses. La triplicación de los productos de
esa tremesina, y la abundancia de recoger tres cosechas, a veces con una planta
misma, ha formado un progreso en su cultivo, y casi todo el año adorna esta fruta
los mercados y la mesa del labrador» (Martínez de Escobar, 1862).
En ese mismo año 1862 tuvo lugar en Las Palmas de Gran Canaria la Exposición Provincial
de Canarias de Agricultura, Industria y Artes. El memorial de dicho evento, publicado en 1864, dejó
constancia no solo de la presencia diferenciada de variedades de ciclo corto «importadas de América»
—moniatos—, sino también de la existencia de cierta diversidad dentro de ellas:
«De las batatas, a más de la blanca común; que aún es más sólida y
azucarada; que se detiene muchos meses en la tierra para su completo desarrollo;
que suele ser algunas veces de más de cuatro kilógramos cada raíz tuberculosa, y
de forma casi redonda; se han presentado otras variedades tremesinas, amarillas y
coloradas, importadas de América, las cuales se producen mejor que en el propio
país de estos moniatos» (Anónimo, 1864).
Un año antes de la celebración de la Exposición, ya Puerta Canseco (1861) —en referencia a la
isla de La Palma— había considerado como cosas distintas «batata» y «moniato», dejando constancia
expresa del comienzo de la expansión del cultivo del «moniato»:
«Tambien principia á generalizarse ahora el cultivo del moniato que es
una especie de tubérculo semejante á la batata».
Hasta fechas recientes, en La Gomera, atendiendo a Peña & Gil (2022), algunas variedades
de batata eran nombradas de manera residual como moniatas, y tanto en La Palma —como se verá
31
detalladamente en los siguientes apartados del presente capítulo—como en Tenerife, buena parte de
las variedades consideradas como de presencia antigua en los campos portan nombres vernáculos de
origen cubano.
Años más tarde, Pérez & Sagot (1867) reiteraron la presencia de variedades que rendían la
cosecha en seis meses junto a otra más precoz—no dicen si recién llegada— que lo hacía en tres o
cuatro:
«... nom vulg. Can[arienne]. BATATA (Batatas edulis, Ch.). – [...] on la
plante au printemps et on l’arrache en automne et en hiver. C’est surtout en avril
et mai qu’on met les boutures en terre, souvent sur des terrains qui viennent de
porter des oignons. On peut également, en terre irriguee, la planter en plein été.
Ordinairement on arrache la patate à six mois. [...]. Il y a une variété précoce qui
peut se récolter à trois ou quatre mois. [...]. On en compte plusieurs variétés. La
plante eurit quelquefois, mais ne donne pas de graines».
«... nombre común. Can[arias]. BATATA (Batatas edulis, Ch.). – [...] se
planta en primavera y se cosecha en otoño e invierno. Es normalmente en abril y
mayo cuando se ponen los esquejes en la tierra, a menudo en terrenos que acaban
de dar cebollas. También se puede plantar en tierras bajo riego en pleno verano.
Por lo general, la batata se arranca a los seis meses. [...]. Existe una variedad precoz
que se puede recolectar a los tres o cuatro meses. [...]. Hay diversas variedades. La
planta orece en ocasiones, pero no produce semillas».
Las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del siglo XX ya son en nuestros campos
territorio de la tradición oral y agricultores muy viejos con los que tuvimos la suerte de conversar
entre 1994 y 1999 —y que hoy, de haberse quedado para semilla, tendrían algunos más de 120 años—
presuponían el origen cubano de variedades emblemáticas como la batata matujillo en Taganana o el
boniato padrón de seda en La Palma.
En otras variedades, cuya procedencia no quedó retenida en la oralidad, es el carácter
conservador de la tonimia el que va a delatar su procedencia. Un ejemplo de gran interés lo
constituye la denominación barbacoa, que todavía en nuestros días es aplicada a una variedad de
batata tenida por muy antigua en diversos pueblos de las montañas de Anaga, en Tenerife, pues dicha
denominación aparece consignada en la obra cubana anónima de 1883 El ingeniero, segunda parte de
las aventuras de un mayoral. Aquí, en una carta fechada en diciembre de 1868 se recogía:
«Señor Conde. Cuando llegue [sic] á este ingenio ni una madre de
boniato, ni una cepa de plátano. A los seis dias [sic] dispuse que se preparara á
la carrera una caballería de tierra para sembrarla de boniatos. Trabajo me costó
encontrar bejuco en estos contornos. Por ahí verá usted mucha caña ruin, pero no
hay quien siembre viandas. [...]. ¡Qué cabezas, señor Conde! Por aquí no conoce
32
nadie el boniato barbacoa —maní blanco y maní rosado—. Hice venir este bejuco
de más de 16 leguas de distancia; pero al n, á principios de Septiembre, tenía ya
una caballería de boniatos sembrada».
Denominaciones aplicadas todavía a variedades de batata o boniato en los campos de Canarias
y que aparecen recogidas elmente o apenas alteradas en la bibliografía cubana son entre otras: brujo,
hornero, siete picos, sierra morena, picadilla, matujito, matojillo, matujillo, matojo, de papa, yema
huevo, de maní, cuarenta días, guinea, etc. (Gil & Peña, 2000; Lorenzo & Gil, 2007; Gil, 2011).
En La Palma, la realización entre los años 1999 y 2000 —ya hace casi 25 años— de múltiples
entrevistas y salidas al campo con personas mayores que dedicaron buena parte de su actividad
agrícola al cultivo del boniato, nos permitió llegar a tiempo de evitar la pérdida de buena parte de
estas variedades de boniato que debiéramos considerar como reliquias.
Pero en nuestra “fotografía” de 1999-2000, además de este material vegetal antiguo que
en ciertos casos ya retratamos un tanto desenfocado, irrumpieron de manera clara las variedades
“nuevas”, algunas llegadas dos o tres décadas antes de nuestros encuentros, otras muchas casi recién
llegadas. Desde un punto de vista agronómico, estas nuevas variedades, aportaron, de manera general,
precocidad en producir la cosecha, producciones mayores, diversidad de colores en la piel y la carne de
los boniatos; atributos sucientes para relegar al olvido las variedades “viejas”. Estas variedades nuevas,
principalmente de origen venezolano y cubano, ya no tienden a venir acompañadas de esos nombres
tan exóticos y evocadores que portaban las que llegaron en el pasado, pero hemos percibido como
la taxonomía popular trata de ordenarlas y las dota de epítetos que agregados a las denominaciones
polivalentes e imprecisas nueva, venezolana y cubana permiten su identicación. Y así andan por
los campos ciertos boniatos cubanos de baselo gordo, cubanos de hoja redonda, venezolanos blancos,
venezolanos rosados, venezolanos colorados, etc.
Hoy, este proceso de acumulación continúa con fuerza y podemos hallar en la Isla boniatos
traídos de Australia, China, Indonesia (Bali), Japón o simplemente de los supermercados; y es tanta
la auencia y en ocasiones tan efímero e irrelevante su tránsito entre nosotros, que pareciera que los
agricultores hayan ya desistido de ponerles nombres de fundamento y pululan por los campos como
nuevos, cubanos, venezolanos, amarillo, blancos, etc. o sencillamente usurpando las denominaciones de
las variedades antiguas. Tal es así, que hemos llegado a advertir el caso de que padre e hijo denominen
boniato saucero a variedades que nada tienen que ver: una legítima, la otra recién llegada.
Rodríguez Brito (1982), en su libro, ya clásico, La Agricultura en la isla de La Palma, apuntó
en relación a las variedades de boniato presentes en la Isla su carácter insondable: «... al igual que
sucede con otras plantas tropicales introducidas desde América, su número es extraordinario y de
difícil enumeración». Impresión o realidad con la cual estamos totalmente de acuerdo, pero que
hemos intentado —eso sí, con pocos medios y mucho entusiasmo— revertir.
33
Así, pues, en el presente trabajo, hemos tratado de retratar una serie de variedades de boniato
“de” La Palma que, aunque todavía se hallan presentes en mayor o en menor medida en los campos,
donde realmente perviven es en la memoria de nuestros convecinos.
Hojas maduras. Envés
Entrenudo
Semilla
Corola
Raíces reservantes
Plántula
Porción de tallo, axila y base del pecíolo
Cápsula fructífera
Cáliz
Hojas inmaduras. Haz
Ápices del tallo.
Hojas maduras. Haz
Raíces reservantes. Sección transversal
MORFOLOGÍA DE LA PLANTA DE IPOMOEA BATATAS
A
B
C
D
E
F
G
H
I
J
K
L
M
>
CUBANO
(DE TURRÓN)
38
ALICANTINA [RAMA]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
• T. M. de Fuencaliente: Las Caleta, Los Canarios
• T. M. de Puntallana: La Galga
AMARILLO [BONIATO]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas
de Abajo
CUBANA DE TURRÓN [RAMA]
• T. M. de San Andrés y Sauces: Los Lomitos
CUBANO [BONIATO] / CUBANA [RAMA]
• T. M. de Puntallana: La Galga, El Corcho, San
Bartolo
• T. M. de Breña Alta: Miranda, San Pedro
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
• T. M. de San Andrés y Sauces: Lomo Gil
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Los Barros
CUBANA (ANTIGUA) [RAMA]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
DE(L) TURRÓN [BONIATO / RAMA]
• T. M. de Barlovento: La Maraña
• T. M. de Fuencaliente: Los Canarios
«Esos boniatos más amasados, como más amasados, como el amarillo o el de Lanzarote o el cubano
aguantan lluvia en cambio estos… estos de menos meses si les cogiera una entrada de invierno...»
[Cándido Hernández Medina, Lomo Gil].
«Boniato de aguante, antes cuando se plantaba mucho boniato aquí, es el amarillo, el Lanzarote y
el cubano; son los boniatos de aguante» [Cándido Hernández Medina, Lomo Gil].
«El amarillo este, el cubano y el Lanzarote. […]. Hombre, de año a año [AGUANTABAN
ALMACENADOS]. Sí, sí, sí. En una cueva… en una cueva fresca de teja… de teja d’esa; abajo nosotros,
yo los ponía abajo y me aguantaban de un año a otro» [Cándido Hernández Medina, Lomo Gil].
«José Luis el otro día que trajo una rama de Los Sauces, que son aquellas […]. Dice, mira la llaman
rama del turrón porque el boniato es muy bueno…» [Ángel Díaz García, Los Canarios].
«La bruja, la pelota, la matoja… la matoja blanca…, la alicantina, la de Miguel Torres […] ¡Yo qué
sé la de clases [QUE HAY]!» [Ángel Díaz García, Los Canarios].
«… ramas habían un montón, traídas de Cuba. Hubo una época que todo era la cubana…»
[Narciso Triana Lorenzo, Las Caletas].
«… había otra rama que llamaban la cubana, que era el boniato amarillo por dentro, traído de
NOMBRES VERNÁCULOS
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
CUBANO (de TURRÓN)
39
Cuba también. La mayoría de las ramas las trajeron de Cuba, traían los boniatos en la maleta, y
enterraban el boniato y les salía la rama» [Narciso Triana Lorenzo, Las Caletas].
«… había un boniato que estuvo produciendo bastante, cubano, que era un boniato amarillo
por dentro, venía de Cuba, también tuvo fama aquí. […]. Sí, el cubano fue en la época que la gente
emigraba a Cuba» [Narciso Triana Lorenzo, Las Caletas].
«... otro que estuvo aquí que la rama es parecío a esto que se llama de turrón» [Eladia, La Maraña].
«[ANTIGUAMENTE] estaba uno que se llamaba mochera, otro que se llamaba matoja, otro canario,
cubano, Florencio Lapina… ¡qué sé yo las clases de boniato!» [Teodorico Díaz Hernández, Las
Caletas].
«Y después la amarilla na, esa todavía rinde y la alicantina que es la que está también, que es el
boniato amarillito» [Rafael Díaz García, Los Canarios].
«Lapina, mochera… la cubana que era una amarilla muy buena...» [Isidro Pérez Afonso, Las
Caletas].
«¡Ah! y los cubanos también me acuerdo yo… la rama cubana; ese boniato cubano es de Los
Sauces» [Juana Ramón Concepción, El Corcho].
«Digo: “el boniato más viejo que hay aquí es el matojo, ¡coño!, que yo conozca, el matojo y el…
el cubano y el padrón de seda. […]. El cubano, que la rama es negrita, pero es rajadita, nita…»
[Augusto González Pérez, Miranda].
«Se sembraban las cubanas, las matojas, la padrón de seda y ahí no había más nada» [Augusto
González Pérez, Miranda].
«El boniato que más se sembraba antes era el matojo, el cubano, otro que le decían pata graja,
boniato blanco y padrón de seda. […]. Un boniato como ese, blanco por fuera y amarillito por dentro
[ASÍ ERA EL CUBANO]; ahora, el mejor es ese matojo y el padrón de seda y el cubano, todos eran
buenos, pues eso duraban de un año pa otro» [Santiago Toribio Álvarez Concepción, San Pedro].
«En San Antonio [BREÑA BAJA], me acuerdo de traer la rama cubana […]. Eso era cuando yo
era joven, de 10 o 12 años yo me acuerdo de ir pa’llá a buscar ramas cubanas de esas […] en mantas
de esas de lana que había antes; la amarrábamos por las cuatro puntas y las traíamos» [Efraín Luis
Sanel, San Simón].
40
«... cada boniato por dentro lo partías tú y parecía la yema de un huevo, no de un huevo de ahora
tampoco, sino de los huevos de antes, amarillos y buenos; y yo no sé por qué se fue dejando esa rama
o se fue perdiendo...» [Efraín Luis Sanel, San Simón].
«Yo, antes de esa, no me acuerdo de ninguna antes de la cubana» [Efraín Luis Sanel, San Simón].
DESCRIPCIÓN
Plantas de hábito semierecto, con tallos sin tendencia al enroscamiento, de entrenudos
delgados, usualmente cortos, predominantemente verdes, con las axilas pigmentadas y los ápices
glabros o escasamente pubescentes. Hojas maduras verdes, con todas las venas del envés parcial o
totalmente pigmentadas, de contorno profundamente lobulado, con 5(-7) lóbulos, el central elíptico,
semielíptico o lanceolado-elíptico. Hojas inmaduras normalmente verdes con el borde del limbo
morado. Pecíolos generalmente cortos, verdes, pigmentados en sus dos extremos. Raíces reservantes
[BONIATOS] dispuestas de forma dispersa o muy dispersa, de formas muy variables —elípticas, largas,
oblongas o incluso obovadas—, piel de color crema más o menos pálido, carne de color amarillo
pálido, con manchas dispersas anaranjadas y corteza de gruesa a muy gruesa, con la misma coloración
naranja connada en su parte más interna (Lorenzo & Gil, 2007).
41
Variedad de ciclo largo, tenida por muy antigua en La Palma a tenor de los comentarios
vertidos por las personas entrevistadas, pero que apenas se encuentra presente de manera residual en
pequeños huertos familiares.
Los nombres vernáculos que porta esta variedad en La Palma aluden principalmente a
tres aspectos: su origen cubano, el color amarillo de la carne de los boniatos y la peculiaridad de
“aturronarse” una vez cocinados. Si asumimos la procedencia cubana que la tonimia otorga a esta
variedad de boniato, a modo de elucubración podríamos establecer su hipotético origen en Alicante,
Sancti Spiritus, Cuba, pues como rama alicantina es también designada en diversos puntos de nuestra
Isla, especialmente en Fuencaliente.
En La Palma, su cultivo gozó en el pasado de gran popularidad y se encontraba muy
extendido, según la tradición oral, al menos por toda la costa este de la Isla, desde Barlovento
hasta Fuencaliente. Existían, incluso, en la zona de San Antonio (Breña Baja) ncas especialmente
destinadas a la producción de material vegetal para reproducir el cultivo, en las cuales se proveía de
“rama” la vecindad de otros pueblos. La excelente conservación de los boniatos tanto en el propio
terreno como luego de la cosecha ha sido reiterada en diversos de los encuentros mantenidos durante
nuestro trabajo de campo. En este sentido, se hace preciso comentar que Montes et al. (2010), en su
estudio sobre la composición mineral de las variedades de boniato cultivadas en La Palma, obtuvieron
los mayores contenidos de materia seca —~ 40 % — en las raíces reservantes de la variedad que nos
ocupa, al margen de los contenidos más altos de calcio.
Su ciclo de cultivo, más largo, que el de la mayoría de las variedades con carne amarilla o
anaranjada de introducción más o menos reciente, ha podido ser una de las causas de su declive.
Cabrera (2011) en su Ensayo de producción de 30 variedades tradicionales de boniatos de la isla de La
Palma obtuvo un rendimiento aproximado de 5 kilos por metro cuadrado para la variedad que nos
ocupa, el sexto más alto de todas las ensayadas.
Los principales caracteres morfológicos distintivos de las plantas del boniato cubano (de
turrón) son: la profunda división que muestran sus hojas maduras; la pigmentación del envés de
las mismas que se extiende de manera parcial o total por toda la venación y la coloración amarilla
con manchas dispersas anaranjadas de la carne de los boniatos. Tal combinación de caracteres no la
hemos encontrado en ninguna de las variedades que hemos tenido la oportunidad de estudiar en
nuestra Isla. Muy afín a nuestro boniato cubano se muestra la batata guinea azafranada o cubanita de
las Montañas de Anaga, en Tenerife, si atendemos a la descripción expuesta por Gil & Peña (2001).
APUNTES
MATOJO
43
MATOJO [BONIATO] / MATOJA [RAMA]
• T. M. de San Andrés y Sauces: Los Lomitos, El
Bebedero
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas, Los
Canarios, Las Indias, Los Quemados
• T. M. de Breña Alta: Miranda, San Pedro
• T. M. de Puntallana: Bajamar, San Bartolo, El
Corcho, El Granel
• T. M. de Barlovento: La Maraña
• T. M. de Breña Baja: San Antonio
• T. M. de Los Llanos de Aridane: La Laguna
NOMBRES VERNÁCULOS
MATOJO
• T. M. de Villa de Mazo: La Rosa, Villa de Mazo
• T. M. de Villa de Santa Cruz de La Palma:
Velhoco
MATOJO CALETERO [BONIATO]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Todoque
MATOJO FUENCALENTERO [BONIATO]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas
de Abajo
«Y el matojo, el matojo es el primero que había aquí decían» [Juana Ramón Concepción, El Corcho].
«Ahora los han traído de Venezuela y de por ahí, pero antes los traían de Cuba. […]. Cubano,
matojo, brujo, [A] otros le decían rajado, la rajada [NOS LISTA LOS BONIATOS ANTIGUOS]» [Vicente
Medina Concepción, San Bartolo].
«… la bruja, la matoja, la merina, la pelota… es la rama de antes» [Maura Pérez Hernández, Las
Indias].
«Era buena la pelota, la bruja, la merina, la matoja, que echa el boniato lejísimo y bueno… esas
eran las marcas, de esas ya no hay…» [Rosario González Martín, Las Indias].
«Sí, hay quien era muy curioso y quien sembraba la matoja en un lado, según… y hay quien,
pues… ¡en casa sembrábamos toda junta! [SE REFIERE AL CONJUNTO DE LAS VARIEDADES]» [Maura
Pérez Hernández, Las Indias].
«¿El matojo? Ese sí era blanco. El brujo también y el rajado era blanco también, lo que era…
aguantaba menos pa comer que’l otro… » [Vicente Medina Concepción, San Bartolo].
«De sequero [SE SEMBRABAN EL BRUJO Y EL MATOJO]. Sembrado y arrancarle yerba, escardarle;
entonces no había yerbicida sino cintura» [Vicente Medina Concepción, San Bartolo].
«El boniato más que se sembraba antes era el matojo, el cubano, otro que le decían pata graja,
boniato blanco y padrón de seda…» [Santiago Álvarez Concepción, San Pedro].
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
44
«… la rama antigua que había era... era boniato matojo, que era un boniato blanco muy bueno,
pero eso de tantos años se fue degenerando y terminó que ya no daba boniatos. Estaba la rama pata
gallo. […]. El matojo era mejor que la pata gallo, servía pa comer la pata gallo, pero era más ruin; el
matojo era un boniato de más aguante y mejor pa comer» [Blas Lorenzo Rodríguez, Mazo].
«Sí, matojos había; el matojo era un boniato muy bueno, ¡buenísimo!» [Narciso Triana Lorenzo,
Las Caletas].
«Se sembraban las cubanas, las matojas, la padrón de seda y ahí no había más nada. Después llegó
más tarde la… la esa, la papita esa, que unos le decían vinagrero, otros le decían los pobres, otros le
decían el ratonero y otros de papita» [Augusto González Pérez, Miranda].
«Digo: “el boniato más viejo que hay aquí es el matojo, ¡coño!, que yo conozca, el matojo y el… el
cubano y el padrón de seda”» [Augusto González Pérez, Miranda].
«Mira, ves… ves los matojos, mira, estos que están asomando aquí son los matojos […] y ayer me
comí yo uno ¡coño! —antier, antier— que es buenísimo, chico» [Augusto González Pérez, Miranda].
«Y boniatos de antiguo, sabe el nombre Nulio igual que yo, boniatos, que yo ahora no me acuerdo
cómo era… Arnulio, esos boniatos blancos, ¿cómo se llaman? Matojos, rama matoja, ahí no había
más… más rama que esa y algún amarillo, pero yo no sé de dónde lo traían…» [Tiburcia Guerra
Cabrera, El Granel].
«Hay también otra raza de boniato blanco que ese sí es blanco, blanco […]; era nativo viejo de
aquí. […]. Matojo, sí. […]. D’ese ha habido siempre rama de boniato…» [Eladia, La Maraña].
«Sí, de más tiempo [EN LA TIERRA SON]. […]. Es bueno, el boniato es blanco y es muy sabroso…»
[Pancho, La Maraña].
«La bruja, la pelota, la matoja… la matoja blanca…, la alicantina, la de Miguel Torres […] ¡Yo qué
sé la de clases [QUE HAY]! […]. Todas eran buenas cuando empezabas y luego terminaban […] que
no… que no daban boniatos» [Ángel Díaz García, Los Canarios].
«Lo que la pelota era más pasmera, el boniato pasmero, pero la bruja, la matoja, la merina… ¡María
purísima! Había montones de rama; bueno, ahora también las hay, ahora también hay montones»
[Maura Pérez Hernández, Las Indias].
45
Plantas de hábito semierecto a disperso, sin tendencia al enroscamiento. Tallos verdes,
comúnmente morados hacia el ápice, en partes de su longitud, en las axilas y en los nudos, con
los entrenudos delgados o muy delgados, de cortos a intermedios; ápices glabros. Hojas maduras
pequeñas o medianas, con (3-)5 lóbulos bien marcados, el central elíptico, verdes, a veces con el
borde del limbo morado y con el nervio principal teñido hacia la base en el envés. Hojas inmaduras
usualmente hastadas, verdes con el borde del limbo morado. Pecíolos cortos, verdes, pigmentados en
ambos extremos. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas normalmente de modo muy disperso, de
forma variable —obovadas, elípticas y largo elípticas—, con tendencia a mostrar venas superciales;
piel de color marrón anaranjado y carne amarilla pálida con manchas dispersas y un anillo amarillo
más intenso (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
46
Variedad tenida por muy antigua en los campos de La Palma, ampliamente conocida y
extendida en el pasado, pero hoy solo presente de manera residual en algunos huertos familiares o de
manera más o menos tutelada en los márgenes y paredes de las tierras de cultivo (Gil, 2022).
Las personas entrevistadas de mayor edad en los pueblos del este de la isla coincidieron en
señalar esta variedad como una de las integrantes del complejo varietal sobre el que se fundamentó
en el pasado la producción de boniatos en sus respectivas localidades. Igualmente, reiteraron tanto
sus excelentes cualidades organolépticas como su buena aptitud para la conservación, circunstancia
esta última que permitía su mantenimiento en la tierra sin malograrse durante amplios períodos de
tiempo (Lorenzo & Gil, 2007; Gil, 2022).
La denominación matojo (y sus variantes), aplicada como vernáculo a diversas variedades de
boniato (o batata) la hemos hallado, además de en La Palma, en las islas de Gran Canaria (matojito
en Taidía, Fataga, Rosiana…; matojita en Los Cercadillos de Agüimes; matojillo en Temisas; matujito
en Bandama) y Tenerife (matojo en Benijos y El Draguillo; matojillo en Taganana y Afur; matujillo
en Afur, Taganana, Roque Bermejo…; matujito en Taganana) (Gil & Peña, 2001; Gil, 2011). En Cuba,
diversos trabajos referidos al cultivo del boniato fechados en las primeras décadas del pasado siglo
XX recogen también denominaciones anes para algunas de sus múltiples variedades de boniatos, ya
de piel roja (principalmente), ya de piel blanca: matojillo, matojito, matojo... (Roig & Fortún, 1916;
Blanco, 1938; Muñoz, 1938).
Si atendemos a algunas de las denominaciones vernáculas obtenidas en la banda oeste de la
isla —matojo caletero y matojo fuencalentero— su introducción en esta comarca pareciera haberse
producido a través de Fuencaliente.
Lorenzo & Gil (2007) apuntan que la denominación Lapina fue usada antiguamente en Las
Caletas para nombrar al boniato matojo, pero hemos percibido que diversos agricultores mayores de
dicho barrio de Fuencaliente enumeran como distintas la rama Lapina y la rama matoja. Ello nos ha
motivado a plantearnos la posibilidad de que en realidad dicha rama Lapina, nombrada en honor al
señor Florencio Lapina, pudiera corresponderse con el boniato matojo no. Idéntica situación se nos
plantea si asumimos —como apuntan Lorenzo & Gil, 2007)— que las denominaciones bruja y matojo
aluden a una misma variedad de boniato, pues son múltiples los documentos orales que parecen
apuntar más bien hacia lo contrario: que el boniato matojo y el boniato brujo son variedades distintas.
La variedad más afín morfológicamente al boniato matojo es el boniato matojo no, del cual se
distingue, no sin cierta dicultad, porque las plantas de este último tienden a mostrar la venación del
envés de las hojas maduras carente de pigmentación y los tallos plenamente verdes con los entrenudos
generalmente muy largos.
De igual manera que en otras variedades antiguas, su ciclo de cultivo largo —normalmente
superior a los 6 meses han aportado referencias relativas a una elevada presencia de “hebras” en su
carne y a un acusado declive en su producción como causas de su progresivo abandono.
APUNTES
MATOJO FINO
48
NOMBRES VERNÁCULOS
MATOJO FINO
MATOJO FINO [BONIATO]
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas
de Abajo
(DE) FLORENCIO LAPINA [BONIATO / RAMA] [?]
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
LAPINA [RAMA] [?]
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
«Después conocí otra que la llamaban Lapina, un rama negrita. Después otra que la llamaban
mochera, rama blanca, ¡Sí, eso eran boniatos nos pa comer! Lapina, mochera...» [Isidro Pérez
Afonso, Las Caletas].
«… había una rama que la llamaban Florencio Lapina, que la trajo uno de Las Indias de Cuba»
[Narciso Triana Lorenzo, Las Caletas].
«Había rama que llamaban de Florencio Lapina [SEÑOR VECINO DE LAS INDIAS], que no se sabe de
dónde la trajo; y eso daba un montón de boniatos y ya por último degeneran y no...» [Narciso Triana
Lorenzo, Las Caletas].
«[ANTIGUAMENTE] estaba uno que se llamaba mochera, otro que se llamaba matoja, otro canario,
cubano, Florencio Lapina… ¡qué sé yo las clases de boniato!» [Teodorico Díaz Hernández, Las
Caletas].
«¿Sabes por qué [LO LLAMABAN DE ESA MANERA]? Porque había un señor aquí que se llamaba
Florencio y trajo de esa rama. […]. Se llamaba Florencio Lapina y Florencio Lapina le pusieron de
nombre al boniato» [Teodorico Díaz Hernández, Las Caletas].
«… son casi iguales [EL BONIATO MATOJO Y EL DE FLORENCIO LAPINA], el boniato casi igual»
[Teodorico Díaz Hernández, Las Caletas].
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
49
Plantas de hábito disperso a extremadamente disperso, con tallos sin habilidad para el
enroscamiento, verdes, generalmente glabros hacia el ápice, con los entrenudos delgados, largos o
intermedios. Hojas maduras de tamaño medio, verdes, lobuladas, con 5(-7) lóbulos comúnmente
profundos, el central de elíptico a semielíptico; venación del envés carente de pigmentación, de color
verde amarilloso, más clara que la lámina. Hojas inmaduras verdes, usualmente con el borde del
limbo teñido de morado, pero también verdes en su totalidad. Pecíolos de ordinario cortos, verdes,
en ocasiones con el área inmediata a los nectarios tenuemente pigmentada de color rosado. Raíces
reservantes [BONIATOS] dispuestas de manera dispersa o en forma de racimo abierto, de perl
obovado, ovado o largo-elíptico, de piel de color crema obscuro con matices rosados, con tendencia a
mostrar piel de cocodrilo; carne blanca, con la corteza muy gruesa (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
50
Variedad de ciclo largo que, casi a modo de reliquia, conservaba todavía en cultivo a nales del
siglo XX el agricultor de Las Caletas Alberto Hernández Lorenzo (q. e. p. d.) y de la cual, igualmente,
obtuvimos referencias sobre su presencia en el pasado, en la zona de Las Manchas, de boca de Celso
Díaz Camacho, también ya fallecido. Ambos, agricultores de gran conocimiento sobre el cultivo del
boniato y sus variedades, aportaron la denominación matojo no que la vincula con el renombrado
boniato matojo y señala su principal atributo diferenciador, la delgadez de los tallos.
Diversas personas mayores de Las Caletas retienen todavía en la memoria la existencia en
el pasado de cierta variedad de boniato conocido como de Florencio Lapina o simplemente rama
Lapina, en alusión a un señor natural de Las Indias al que la tradición popular atribuye el mérito de su
introducción en la comarca. Lorenzo & Gil (2007) recogen que la denominación Lapina fue empleada
en Las Caletas para nombrar al boniato matojo, pero la circunstancia de que diversos agricultores de
avanzada edad de dicho barrio de Fuencaliente tuvieran por diferentes —aunque anes—la rama
Lapina y la rama matoja, nos ha llevado a elucubrar con la posibilidad de que dicho boniato de
Florencio Lapina se corresponda en realidad con el boniato matojo no.
La variedad más afín morfológicamente al boniato matojo no es el boniato canario, pero las
plantas de este último tienden a mostrar los tallos de mayor grosor y a presentar la venación del envés
de las hojas maduras y los extremos de los pecíolos más o menos pigmentados.
APUNTES
CANARIO
52
NOMBRES VERNÁCULOS
CANARIA [RAMA] / CANARIO [BONIATO]
• T. M. de Villa de Mazo: Malpaíses, San Simón
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
«[ANTIGUAMENTE] estaba uno que se llamaba mochera, otro que se llamaba matoja, otro
canario, cubano, Florencio Lapina… ¡qué sé yo las clases de boniato!» [Teodorico Díaz Hernández,
Las Caletas].
«Sí, sí, vinieron después de esas otras [RAMAS] que le decían canarias porque venían d’esas Palmas
o yo no sé por qué le dieron el nombre de rama canaria, rama canaria; y era el boniato bueno, era
blanco…» [Efraín Luis Sanel, San Simón].
DESCRIPCIÓN
Plantas de hábito extremadamente disperso, con tallos sin tendencia al enroscamiento,
verdes con los nudos morados, de entrenudos delgados, de tamaño medio y con los ápices glabros
o escasamente pubescentes. Hojas verdes, con la venación del envés parcialmente pigmentada, con
5(-7) lóbulos profundos, el central de elíptico a semielíptico. Hojas inmaduras verdes, de ordinario,
con el borde morado. Pecíolos cortos, verdes, pigmentados hacia el punto de inserción con el tallo y
el limbo de la hoja. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas en forma muy dispersa, normalmente
largo-elípticas —más raro obovadas u oblongas—, de piel color crema obscuro, ocasionalmente con
matices rosados y piel de cocodrilo, carne blanca con cierta coloración amarilla en forma de anillo y
manchas dispersas; corteza muy gruesa (Lorenzo & Gil, 2007).
CANARIO
53
APUNTES
Variedad, atendiendo a la tradición oral, muy antigua en la comarca de Mazo y Fuencaliente,
donde en los últimos años del siglo XX todavía pervivía bajo la tutela de personas de muy avanzada
edad. Lorenzo & Gil (2007) la hallaron únicamente en el pueblo de San Simón, a donde llegó desde
Tigalate traída por la agricultora Audelia Tabares Rodríguez (q. e. p. d). Desconocemos el momento
preciso de su introducción y si su connamiento actual en Mazo constituye un residuo de una
distribución más amplia en el pasado o responde a una introducción puntual en la zona que apenas
trascendió hacia otros puntos de la Isla. Solo a modo de elucubración podríamos vincular el epíteto
canaria con una hipotética procedencia del material vegetal original desde la isla de Gran Canaria.
La variedad que mayor anidad, desde un punto de vista morfológico, muestra con el boniato
canario es el matojo no, pero las plantas de este último tienden a mostrar los tallos de menor grosor
y los pecíolos y las hojas maduras prácticamente carentes de pigmentación.
No pensamos que la batata canaria consignada en la obra Los Cultivos Tradicionales de
Lanzarote (Gil, 2005) guarde relación alguna con el material que nos ocupa, más allá de que ambas
puedan proceder de la isla de Gran Canaria.
RAJADO
55
NOMBRES VERNÁCULOS
RAJADO [BONIATO] / RAJADA [RAMA]
• T. M. de San Andrés y Sauces: Los Lomitos
• T. M. de Puntallana: La Galga
• T. M. de Puntallana: San Bartolo
PATA (DE) GALLO o DE (PATA) GALLO
[BONIATO / RAMA]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón, Villa de Mazo
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de
Abajo, La Laguna
• T. M. de Santa Cruz de La Palma: Velhoco
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
«… la rama antigua que había era boniato matojo, que era un boniato blanco muy bueno, pero eso
de tantos años se fue degenerando y terminó que ya no daba boniatos. Estaba la rama pata gallo. […].
El matojo era mejor que la pata gallo, servía pa comer la pata gallo, pero era más ruin; el matojo era
un boniato de más aguante y mejor pa comer» [Blas Lorenzo Rodríguez, Villa de Mazo].
«Cuando está bueno él, antes de llover, es por dentro azucaradito, como un turrón de azúcar. Ya
d’eso aquí ya no hay, ya se acabó todo eso» [Vicente Medina Concepción, San Bartolo].
«¿El matojo? Ese sí era blanco. El brujo también y el rajado era blanco también, lo que era…
aguantaba menos pa comer que’l otro… » [Vicente Medina Concepción, San Bartolo].
«El boniato más que se sembraba antes era el matojo, el cubano, otro que le decían pata graja,
boniato blanco y padrón de seda...» [Santiago Toribio Álvarez Concepción, San Pedro].
PATA (DE) GRAJA [BONIATO] [?]
• T. M. de Breña Alta: San Pedro
RAJADO
56
DESCRIPCIÓN
Plantas de hábito semierecto a disperso, con tallos sin tendencia al enroscamiento, pubescentes,
verdes con muchas manchas moradas cuando vegetan a la sombra, mayormente morados cuando
crecen expuestos a pleno sol, ápice incluido; entrenudos delgados, de longitud muy variable en función
de las condiciones del lugar de la plantación. Pubescencia del ápice de los tallos entre moderada y
densa. Hojas maduras verdes, de contorno profundamente lobulado, en ocasiones, casi dividido, con
5(-7) lóbulos, el central de forma elíptica; envés con la nerviación parcial o mayormente pigmentada de
forma tenue, ocasionalmente solo con el nervio principal pigmentado hacia la base. Hojas inmaduras
verdes, con el borde morado, progresando en ocasiones la tinción hacia el interior del limbo. Pecíolos
entre cortos e intermedios, verdes, pigmentados hacia el limbo de la hoja o mayormente morados;
más raro verdes con manchas moradas a lo largo. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas en forma
de racimo abierto o dispersas, normalmente elípticas o largo-elípticas con tendencia a presentar rajas
longitudinales muy profundas; piel de color crema obscuro, carne blanca y corteza entre gruesa e
intermedia (Lorenzo & Gil, 2007).
57
APUNTES
Variedad muy antigua en La Palma a tenor de los comentarios vertidos por las personas
que manifestaron conocerla, pero apenas en cultivo en nuestros días y casi siempre bajo la tutela de
personas de muy avanzada edad. Lorenzo & Gil (2007) la hallaron únicamente en los pueblos de La
Galga (Puntallana) y San Simón (Villa de Mazo), prácticamente en trance de desaparecer, mientras
que en Tenerife, donde su presencia es igualmente residual, Peña & Gil (2001) advirtieron su cultivo
en los pueblos de Afur, Taganana y Benijos, en la comarca de Anaga.
Existen ciertas dudas en torno al origen de la denominación vernácula rajado con la que es
designada esta variedad de boniato en la comarca noreste de la Isla, pues pudiera responder tanto a
la tendencia de sus raíces a mostrar rajas más o menos profundas, como a las acusadas incisiones del
limbo de sus hojas. Otras denominaciones vernáculas que porta esta variedad, del tipo pata (de) gallo
y anes, sí parecen responder de manera clara al perl profundamente lobulado que muestran sus
hojas. Peña & Gil (2001), al margen de la denominación rajadilla, recogieron en diversos pueblos de
Anaga para la variedad que nos ocupa el nombre picadilla, vernáculo de gran interés, pues aparece
en la obra clásica Las variedades cubanas de boniato de Roig & Fortún (1916) cierto boniato picadito
cuyos caracteres principales —«Tubérculo alargado, irregular, liso, muy blanco. Carne seca, muy
blanca, compacta y dulce»—recuerdan en cierta manera a los de nuestro boniato rajado.
Los principales caracteres distintivos de la planta del boniato rajado son sus tallos pubescentes
—densamente hacia el ápice—, sus hojas profundamente lobuladas, provistas de 5-7 lóbulos y sus
raíces, a menudo, con rajas longitudinales. Su demora en producir la cosecha —hasta un año en
condiciones de secano—constituye también una cualidad especialmente destacable.
Miradas sin especial detenimiento, las plantas del boniato rajado pueden confundirse
con la del conocido como boniato de Lanzarote, pero esta última presenta los ápices de los tallos
prácticamente glabros y además muestra los boniatos con la piel intensamente coloreada de rosado
obscuro.
Es de destacar que Montes et al. (2010), en su estudio sobre la composición mineral de las
variedades de boniato cultivadas en La Palma, hallaron en las raíces reservantes de la variedad que
nos ocupa los contenidos más altos de hierro.
DE LANZAROTE
59
NOMBRES VERNÁCULOS
DE LANZAROTE [BONIATO] / [RAMA]
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
• T. M. de Barlovento: La Maraña
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Los Barros
LANZAROTEÑA [RAMA]
• T. M. de Villa de Mazo: Malpaíses
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
DE LANZAROTE
«... el boniato rojo, que es el lanzarotero como lo llamamos hoy» [Laureliano Acosta Hernández,
El Charco].
«De siempre, yo ha conocío siempre, por ejemplo, el de papa... el de papa, el que llamamos aquí
de Lanzarote, que es de la hojita redonda [SE REFIERE AL BONIATO SAUCERO], porque de Lanzarote hay
otro. [...]. Porque de Lanzarote viene uno que es morado por fuera» [Eladia, La Maraña].
«Y unos boniatos venían también de Fuerteventura y Lanzarote cuando había escasez de boniatos.
Unos boniatos, unas batatas grandes, ¡coño!, amarillentas dentro, no eran muy buenos; es mejor el
que tienen hoy, el blanco ese y encarnado por fuera, sí, el pata gallo ese es mejor...» [Augusto González
Pérez, Miranda].
LANZAROTERO [BONIATO]
• T. M. de Fuencaliente: El Charco
PATA GALLO [BONIATO] [?]
• T. M. de Villa de Breña Alta: Miranda
60
Plantas por lo común de hábito disperso a extremadamente disperso, con tallos sin tendencia
al enroscamiento, de entrenudos cortos y delgados, predominantemente verdes, con muchas
manchas de color morado obscuro, pigmentados en torno a la inserción de las yemas axilares. Ápices
prácticamente glabros, en ocasiones, morados. Hojas maduras de tamaño medio, verdes, de contorno
profundamente lobulado, casi dividido, con 5 lóbulos, el central generalmente de forma elíptica;
envés de ordinario con la pigmentación reducida a la vena principal, ocasionalmente con toda la
nerviación tenuemente pigmentada. Hojas inmaduras verdes, con el borde morado, adentrándose
en algunas hojas la tinción hacia el interior del limbo. Pecíolos cortos, verdes, pigmentados hacia el
limbo de la hoja. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas de forma dispersa, normalmente largo-
irregulares, pero también obovadas y oblongas, de piel de color rosado obscuro, sin defectos; carne
blanca y corteza muy gruesa.
DESCRIPCIÓN
61
Variedad de ciclo largo introducida en La Palma desde Lanzarote en fecha imprecisa y
que ha permanecido de manera testimonial en los campos de la Isla. Su presencia en Lanzarote es
actualmente residual y su importancia comercial nula a consecuencia de la entrada de variedades
más precoces luego de la debacle que sufrió el sector batatero de dicha isla entre los años 1998-2000
debido a la incidencia de un complejo viral (Ramos, 2004). De las cuatro variedades que, según Gil &
Peña (2000), sostenían hasta esa fecha la producción comercial de “batatas coloradas” en Lanzarote,
es la denominada batata de año o de hoja menuda la que muestra unos caracteres más anes a nuestro
boniato de Lanzarote. No es descartable, sin embargo, que puedan hallarse en la isla, cualquiera de las
otras tres variedades, pues su auencia a los mercados y comercios fue asidua en el pasado.
Los principales atributos distintivos de las plantas del boniato de Lanzarote son sus hojas
provistas de 5 lóbulos profundos y los ápices glabros y morados de sus tallos. Miradas de manera
ligera, las plantas del boniato de Lanzarote pueden confundirse con las del conocido como boniato
rajado, pero estas últimas presentan los ápices de los tallos acusadamente pubescentes y además sus
raíces reservantes tienen la piel de color crema, no intensamente coloreada de rosado como las del
boniato de Lanzarote.
Se hace preciso señalar que, aunque porten un nombre vernáculo similar, resultan bien
diferentes morfológica y culinariamente el boniato de Lanzarote que ahora tratamos y el boniato de
Lanzarote o lanzarotero, mayormente conocido como boniato saucero, que tratamos al principio de
este capítulo.
APUNTES
VENEZOLANO
BLANCO
63
NOMBRES VERNÁCULOS
CUBANA [RAMA]/ CUBANO [BONIATO]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas
de Abajo, Todoque, Los Barros
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
• T. M. de Puntallana: La Galga
RAMA NUEVA
• T. M. de San Andrés y Sauces: Lomo Gil
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
VENEZOLANO BLANCO
«... después está el... el cubano ese que, que es blanco, que le dicen cubano y después está el blanco
de papa que le dicen también...» [Ismael, Los Barros].
«Ahora tienen aquí, que lo poco que siembran, hay un boniato nuevo que ese no sé de dónde
trayeron esa rama; de presencia muy bonito, un boniato blanco; pa comer, ora a primera hora muy
bueno, pero es muy aguachento, es malo y desde que pasen muchos meses […] pa echárselo a los
animales. Es parecido al boniato venezolano, exactamente, que es aguachento también» [Blas Lorenzo
Rodríguez, Villa de Mazo].
VENEZOLANA [RAMA] / VENEZOLANO
[BONIATO]
• T. M. de San Andrés y Sauces: Lomo Gil
• T. M. de Villa de Mazo: Villa de Mazo
VENEZOLANA BLANCA [RAMA]
• T. M. de San Andrés y Sauces: Los Lomitos
Planta de hábito erecto a semierecto, con tallos sin tendencia al enroscamiento, de entrenudos
cortos o muy cortos, delgados o de grosor intermedio, verdes, ocasionalmente con las axilas
pigmentadas y ápices apenas pubescentes o glabros. Hojas maduras de tamaño medio, verdes, de
contorno profundamente lobulado, con 5(-7) lóbulos, el central de forma elíptica; envés con la vena
principal parcialmente pigmentada o con la pigmentación connada en su base. Hojas inmaduras
verdes, con el borde del limbo morado. Pecíolos de tamaño medio, verdes, pigmentados hacia el limbo
de la hoja, más raro en ambos extremos. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas de forma dispersa,
normalmente redondas u obovadas (irregulares en ocasiones), de piel de color crema pálido, carne
amarilla pálida y corteza de grosor intermedio a muy gruesa, con tendencia a presentar hendiduras
longitudinales y en ocasiones venas prominentes (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
64
Variedad de ciclo corto muy extendida en La Palma, pero cuya introducción hubo de acaecer
en torno a las últimas décadas del siglo XX, pues consta en nuestro herbario personal material
procedente de San Andrés y Sauces recolectado en 1999 bajo las denominaciones populares “rama
nueva” o “rama venezolana”. En Tenerife, también aparece por esas fechas, cultivada en las Montañas
de Anaga, bajo las denominaciones “batata nueva” y “batata tejinera” (Gil & Peña, 2001). En La Palma,
es conocida mayoritariamente como rama cubana o boniato cubano, sin embargo, en San Andres y
Sauces, los agricultores acudieron para nombrarla al gentilicio venezolano. Ya viniera de Cuba o de
Venezuela, la irrupción de este boniato en los campos de las islas no pasó inadvertida debido a su
precocidad —produce 4 meses luego de la plantación— y elevado rendimiento. De hecho, todavía
es posible observar plantaciones con propósito comercial fundamentadas en esta variedad, y ello,
a pesar de que sus cualidades culinarias nunca casaron con los paladares tradicionales que tienden
a despreciar los boniatos aguachentos. En este sentido, se hace preciso comentar que Montes et al.
(2010) hallaron en sus raíces reservantes uno de los contenidos en humedad más altos —71,28%—de
cuantas variedades analizaron.
Las plantas del boniato venezolano blanco son fácilmente distinguibles por la peculiar forma
de sus hojas y apenas pueden llegar a confundirse en sus primeros estadios con las del boniato
venezolano colorado, también una variedad de ciclo corto y reciente introducción; pero las hojas de
esta última variedad tienen el lóbulo central oblanceolado, mientras que las del boniato venezolano
blanco lo tienen elíptico.
APUNTES
VENEZOLANO
COLORADO
66
NOMBRES VERNÁCULOS
VENEZOLANA COLORADA [RAMA]
• T. M. de San Andrés y Sauces: Los Lomitos
NUEVA [RAMA]
• T. M. de Puntallana: Bajamar (La Galga)
VENEZOLANO COLORADO
Plantas de hábito erecto a semierecto, con tallos sin habilidad para el enroscamiento, de
entrenudos delgados y casi siempre muy cortos, verdes, con los ápices apenas pubescentes, solo
en ocasiones con la pubescencia acusada. Hojas maduras de tamaño medio, verdes, de perl casi
dividido, con 5(-7) lóbulos, el central de forma oblanceolada; envés con la venación carente de
pigmentación, más clara que la lámina. Hojas inmaduras de color verde amarilloso. Pecíolos verdes,
pigmentados tenuemente en su inserción con el limbo. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas
de forma dispersa, normalmente obovadas u oblongas, con la piel de color rojo-morado obscuro
con tendencia a presentar venas superciales; carne amarilla pálida y corteza de grosor intermedio
(Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
67
Variedad de ciclo corto tenida por reciente en La Palma, cuya introducción, presumiblemente
desde Venezuela, acaeció en las últimas décadas del pasado siglo XX. Lorenzo & Gil (2007) la hallaron
en La Galga (Puntallana) y Los Lomitos (San Andrés y Sauces), donde ha permanecido de manera
residual, al menos, hasta fechas recientes.
Las plantas del boniato venezolano colorado pueden vagamente confundirse con la de
los boniatos venezolano blanco y de Lanzarote, pero si bien todas presentan las hojas similares en
apariencia, miradas con detenimiento se observará que la forma oblanceolada típica del lóbulo central
de las hojas del boniato venezolano colorado no se presenta en las hojas de las otras dos variedades, en
las cuales dicho lóbulo central tiende a ser de forma elíptica.
Cabrera (2011), en su Ensayo de producción de 30 variedades tradicionales de boniatos de la
isla de La Palma, obtuvo una cosecha de apenas 1,63 kilos por metro cuadrado en las plantas de esta
variedad, el peor dato de producción de todas las variedades contempladas en el estudio. Arnulio
López Guerra (q. e .p. d.), que durante 15 años y hasta su fallecimiento se encargó del cuidado de la
colección de boniatos mantenida Centro de Agrodiversidad de La Palma (CAP), hizo constar en sus
notas la extrema sensibilidad de esta variedad al frío, circunstancia que podía conllevar su pérdida.
Fructica profusamente el boniato venezolano colorado en nuestras condiciones.
APUNTES
DE HOY PARA
MAÑANA
69
NOMBRES VERNÁCULOS
DE HOY PARA MAÑANA [BONIATO] / [RAMA]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de Abajo
CUCURBICHADA [RAMA]
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
DE HOY PARA MAÑANA
Plantas de hábito semierecto, ocasionalmente disperso, con tallos de entrenudos cortos
y delgados sin tendencia al enroscamiento, mayormente verdes con manchas moradas a lo largo
y con las axilas y, en ocasiones, los nudos apicales también pigmentados; ápices glabros o apenas
pubescentes. Hojas maduras de tamaño medio, verdes, raramente con el borde del limbo morado, con
(5-)6-7(-7) lóbulos de ordinario profundos, el central lanceolado y con la venación del envés total o
mayormente pigmentada. Hojas inmaduras verdes con el borde del limbo morado, en ocasiones las
emitidas de forma reciente con la venación del haz pigmentada. Pecíolos entre cortos e intermedios,
pigmentados en ambos extremos u ocasionalmente en su totalidad. Raíces reservantes [BONIATOS]
dispuestas de forma dispersa, largas, oblongas o de perl irregular —aunque también obovadas—,
con la piel bicoloreada de crema y rosado y la carne amarilla pálida con un anillo de color amarillo
más intenso hacia la corteza, con tendencia a presentar hendiduras longitudinales superciales y
constricciones horizontales superciales y profundas (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
70
Variedad que Lorenzo & Gil (2007) hallaron únicamente en Las Caletas (Fuencaliente) y
Las Manchas (Los Llanos de Aridane) y que reportan como precoz —de ahí el nombre vernáculo de
hoy para mañana—, muy productiva pero de escasa calidad gustativa. Cabrera (2011), en aparente
contradicción con las anteriores apreciaciones, obtuvo de las plantas de esta variedad, en su ensayo
de producción de variedades tradicionales de boniatos de la isla de La Palma, una producción que
apenas supera los 2 kilos por metro cuadrado, la segunda más baja del total de variedades —30—
contempladas en el estudio y encontró en sus raíces reservantes los mayores contenidos de materia
seca (33.60%). El citado autor obtuvo el material vegetal sobre el que fundamentó su estudio de la
colección de boniatos conservada en el Centro de Agrodiversidad de La Palma (CAP), pero no hemos
hallado que las plantas mantenidas en dicha colección, al menos en la actualidad, como pertenecientes
a la variedad cucurbichada se correspondan con las recolectadas y descritas por Lorenzo & Gil (2007)
bajo las denominaciones de hoy para mañana y cucurbichada; de ahí probablemente tal disensión.
Las plantas del boniato de hoy para mañana pueden llegar a confundirse con las del boniato
cubano de turrón pues en ambas variedades las hojas maduras muestran un perl similar y la venación
del envés pigmentada en parte o en su totalidad, pero las raíces reservantes son bien diferentes: de piel
bicoloreada de crema y rosado las de la variedad que nos ocupa y de piel de color crema pálido en las
de la variedad cubano de turrón.
APUNTES
PARADO
72
NOMBRES VERNÁCULOS
AMARILLA [RAMA]
• T. M. de Fuencaliente: Los Canarios
NEGRO PARADO [BONIATO]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas
de Abajo
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
PARADO
«Ese parao es amarillo, pero después da el boniato arrugao» [Raimundo Viña Afonso, Triana].
«… esta diablo, esta, la amarilla, que no sé cómo la llaman… esta que es alta pa’rriba, amarilla; no
sé cómo la llaman» [Rafael Díaz García, Los Canarios].
PARADO / PARAO [BONIATO]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón, Villa de Mazo
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de
Abajo, Todoque, Triana
• T. M. de Puntallana: La Galga
Plantas de hábito erecto a semierecto, sin tendencia al enroscamiento, con los tallos glabros,
morados, verdes hacia el ápice, de entrenudos muy cortos y grosor intermedio. Hojas maduras
verdes, en ocasiones con el margen morado, de contorno casi dividido, con 5 lóbulos, el central de
forma estrechamente elíptica; envés de ordinario con la venación más o menos pigmentada. Hojas
inmaduras verdes con el borde del limbo morado. Pecíolos totalmente morados. Raíces reservantes
[BONIATOS] dispuestas de forma dispersa, normalmente oblongas con tendencia a presentar
hendiduras longitudinales superciales, con la piel de color marrón anaranjado y la carne intensamente
anaranjada; corteza entre gruesa e intermedia (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
73
Boniato introducido en La Palma en fecha imprecisa, bastante dispersa por los campos,
si bien no hemos observado plantaciones con propósito comercial de la entidad de las existentes
principalmente en la isla de Gran Canaria, donde parece tener cierto aprecio culinario. Variedad
excepcionalmente precoz —puede llegar a producir apenas a los dos meses y medio luego de la
plantación— pero muy denostada en nuestra Isla por los paladares tradicionales debido al alto
contenido de humedad de sus raíces reservantes.
El nombre vernáculo parado con el que es nombrado comúnmente este boniato responde
al particular hábito de crecimiento de las plantas, sobre todo en sus primeros estadios, cuando los
tallos permanecen erectos sobre el terreno y no tendidos o postrados como es habitual en muchas
variedades. En la comarca de Anaga, en Tenerife, Gil & Peña (2001) recogieron las denominaciones
empinada roja, empinadita roja y empinadilla, también alusivas a dicha cualidad. Sin embargo, En
La Laja, en La Gomera, Peña & Gil (2022) la hallaron nombrada como ñame de huevo encendida, en
alusión al color anaranjado de la carne de sus raíces reservantes.
Al margen de su hábito de crecimiento, otros atributos distintivos de las plantas del boniato
parado que las hacen inconfundibles son sus tallos morados de entrenudos muy cortos, sus pecíolos
también morados y sus hojas casi divididas.
No posee esta variedad cualidad destacable alguna más allá de su precocidad, la uniformidad
de sus raíces y el color anaranjado intenso su carne. De hecho, Montes et al. (2010), además hallar en
sus raíces los mayores contenidos de humedad de cuantas variedades estudiaron —en torno al 75%—,
encontraron en ellas los menores contenidos en minerales tales como Cu, Mn, Ca, K y Mg.
APUNTES
CUBANO
NUEVO
75
NOMBRES VERNÁCULOS
CUBANA NUEVA [RAMA]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de Abajo
NUEVA [RAMA]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de Abajo
CUBANO NUEVO
Planta de hábito erecto, sin tendencia al enroscamiento, con los tallos verdes, de entrenudos
muy cortos y delgados y ápices glabros. Hojas maduras de tamaño medio o pequeñas, con 5(-7)
lóbulos profundos, el central en ocasiones con el margen ligeramente ondulado; envés carente de
pigmentación. Hojas inmaduras verdes amarillosas, con el borde del limbo morado. Pecíolos cortos,
usualmente verdes. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas de forma dispersa, normalmente
oblongas, de piel de color marrón anaranjado, sin defectos en la supercie, carne intensamente
anaranjada y corteza gruesa (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
76
Variedad de ciclo corto cuya introducción en La Palma acaeció en torno a las últimas
décadas del siglo XX pero que ha pervivido desde entonces, principalmente, debido a su precocidad
en producir la cosecha, al color atractivo de la carne de sus boniatos y su sabor agradable, aunque
atenuado, y a una aceptable producción, que Cabrera (2011) cifró en 4,36 kilos por metro cuadrado.
No parecen alcanzar las raíces reservantes de la variedad que nos ocupa los valores de materia seca
tan bajos que se han encontrado en el boniato parado — c. 25% (Montes et al., 2010) —, variedad
igualmente presente en La Palma, también precoz y de boniatos con carne anaranjada, pero muy
denostada por los paladares tradicionales.
Las plantas del boniato cubano nuevo muestran una serie de caracteres distintivos que las
hacen prácticamente inconfundibles: tallos cortos y delgados muy quebradizos; hojas con el pecíolo
corto y limbo carente de pigmentación en ambas caras, de base truncada con lóbulos muy profundos;
raíces reservantes de color anaranjado intenso. Tienen las plantas de esta variedad la peculiaridad de
fructicar y producir semillas en nuestras condiciones de cultivo.
En sus primeros estadios de desarrollo las plantas del boniato cubano nuevo podrían
confundirse únicamente con las del mucho más común boniato venezolano blanco o cubano, pero en
este, las hojas, aunque también profundamente lobuladas, no presentan la base truncada.
APUNTES
JORNERO
78
NOMBRES VERNÁCULOS
JORNERA [RAMA] / JORNERO o JURNERO
[BONIATO]
• T. M. de Barlovento: La Maraña
FURNERA [RAMA]
• T. M. de San Andrés y Sauces: Lomo Gil
JORNERO
DE HOY PARA MAÑANA [RAMA] / [BONIATO]
• T. M. de San Andrés y Sauces: Lomo Gil
• T. M. de Puntallana: San Bartolo
DE UN DÍA PA OTRO [?] [RAMA] / [BONIATO]
• T. M. de Santa Cruz de La Palma: Velhoco
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
«Pues ese jornero también es el boniato bueno. […]. Sí, sí, pero ese lo llamamos nosotros así pero
no sé por qué, siempre lo hemos conocido por ese nombre y el boniato es bueno, el boniato es medio
culorado por fuera; y no es muy culorado […]. Y por dentro también es medio, medio amarillito…»
[Eladia, La Maraña].
«La guía es colorada» [Eladia, La Maraña].
«El brujo, el matojo, ¡ah!, hay otra rama, que todavía el hermano d’este tiene […], de hoy para
mañana [LE DICEN]. […]. Que todavía existe en ese barranco debajo d’esas viñas y por ahí» [Vicente
Medina Concepción, San Bartolo].
79
Plantas de hábito semierecto, con tallos sin habilidad para el enroscamiento, mayormente
morados con el ápice verde, glabro o apenas pubescente, de entrenudos cortos y delgados. Hojas
maduras de tamaño verde amarillosas, lobuladas, con 3 lóbulos más o menos profundos, el central por
lo común triangular o semielíptico; envés con el nervio principal pigmentado en su base o, en ocasiones,
con toda la nerviación pigmentada tenuemente. Hojas inmaduras verde amarillosas, usualmente con
el borde del limbo ligeramente teñido de morado. Pecíolos cortos, predominantemente verdes, con
la pigmentación distribuida en forma de manchas a lo largo de su longitud o concentrada en ambos
extremos. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas de manera dispersa, de forma obovada y largo-
elíptica, con tendencia a mostrar venas prominentes en la supercie; piel bicoloreada de crema y
rosado, y carne de color amarillo pálido con manchas más intensas; corteza de grosor intermedio
(Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
80
Variedad de ciclo corto, cuya presencia, además de en la isla de La Palma, ha sido advertida
al menos en las islas de Tenerife y La Gomera (Gil & Peña, 2001; Peña & Gil, 2010). En nuestra Isla,
aparece en la actualidad, tanto en cultivo como asilvestrada en diversos lugares de los municipios de
Puntallana, San Andrés y Sauces y Barlovento, si bien su dispersión en el pasado pudo ser mayor. No
hemos podido obtener de las fuentes orales información precisa sobre su momento de introducción
en las diferentes zonas donde la hemos hallado en cultivo, ni sobre su procedencia, pero todo apunta
a un presumible origen cubano, pues la denominación «hornero» aparece recogida en la obra Las
variedades cubanas de boniato de Roig y Fortún (1916) como nombre vernáculo de un boniato
procedente de la localidad de Campechuela en el oriente cubano. No coinciden, sin embargo, los
caracteres recogidos por dichos autores para su boniato hornero con los del material palmero.
Los principales caracteres distintivos de la planta del boniato jornero son: sus tallos
mayormente morados con los ápices verdes, glabros o apenas pubescentes; sus hojas inmaduras verde
amarillosas con el borde del limbo ligeramente teñido de morado y sus raíces de piel bicoloreada
de crema y rosado y carne amarilla. Su precocidad en producir la cosecha constituye también una
característica especialmente destacable y tal cualidad ha motivado otros nombres vernáculos —de
hoy para mañana y de un día pa otro— con los que es conocida esta variedad en diversas localidades
de la Isla.
El boniato jornero puede confundirse con el nombrado como cuarenta días colorado, pero
este último muestra los boniatos con la piel intensamente coloreada de rojo-morado.
No resultó especialmente productiva esta variedad en el ensayo realizado por Cabrera (2011)
pues su producción por metro cuadrado apenas superó los 2,5 kilos, la tercera más baja de las 30
variedades de boniatos contempladas en el estudio.
APUNTES
CUARENTA DÍAS
COLORADO
82
NOMBRES VERNÁCULOS
DE HOY PARA MAÑANA [BONIATO]
• T. M. de Tijarafe: Las Tierras de Juana
CUARENTA DÍAS COLORADO [BONIATO]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de Abajo
CUARENTA DÍAS COLORADO
Plantas de hábito semierecto a disperso, con tallos sin tendencia al enroscamiento, totalmente
morados o predominantemente morados con algunas manchas verdes, de entrenudos delgados,
generalmente cortos y ápices verdes, apenas pubescentes. Hojas maduras de tamaño medio, verde
amarillosas, con la vena principal pigmentada hacia la base en el envés y 3 lóbulos bien marcados,
el central semielíptico. Hojas inmaduras verde amarillosas, con el borde del limbo morado. Pecíolos
cortos, verdes, con manchas moradas en toda su longitud o pigmentados en los dos extremos. Raíces
reservantes [BONIATOS] dispuestas en forma de racimo abierto o de manera dispersa, de formas muy
variables —largas, oblongas, elípticas, obovadas—, piel de color rojo-morado y carne amarilla pálida,
ocasionalmente, con manchas dispersas y corteza de grosor intermedio, color crema, a veces con un
anillo rojo-morado (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
83
Variedad de ciclo corto, introducida en La Palma en fecha imprecisa —probablemente
reciente—, que goza de cierto aprecio en virtud de su precocidad y del atractivo color rojo-morado
de la piel de los boniatos. Las dos denominaciones vernáculas —de hoy para mañana y cuarenta días
colorado— registradas en la Isla para nombrar esta variedad aluden, con exageración, a su capacidad
de dar la cosecha de manera muy rápida. Existe registro bibliográco de la presencia en Cuba, a
mediados del siglo XIX, de cierto boniato de cuarenta días cuya excesiva precocidad también era
puesta por ese entonces y por esos lares en tela de juicio:
«El Buniato morado, que otros dicen Brujo o de cuarenta días, tiene el
Bejuco morado; las hojas verde-oscuras con las venas moradas de cinco lóbulos,
gura oval con punta, deprimidas por la base, mayor el del medio. Produce a
los cuarenta días el tubérculo, que pesa una libra. Yo nunca pude lograr tanta
precozidad [sic]» (Pichardo, 1862).
No concuerdan las descripciones del boniato cubano cuarenta días aportadas por Pichardo
(1862) y Roig & Fortún (1916) con nuestro boniato cuarenta días colorado; y si bien no podemos
aportar certezas sobre un hipotético origen cubano del material vegetal hoy presente en La Palma,
su denominación sí hubo de arribar desde el Caribe, tal vez acompañando a otro boniato igualmente
precoz. Peña & Gil (2022) también advirtieron el uso en La Gomera de la denominación de cuarenta
días para nombrar cierta variedad de batata de piel blanca y ciclo corto e igual que en Cuba registraron
las dudas campesinas sobre tal precocidad:
«Y después hay una que es blanca, que es la que está, la normal […]
que tampoco sé por qué le pusieron ese nombre […] de cuarenta días. […]. De
cuarenta días no se dan, pero le pusieron de cuarenta días, cuarenta días, batatas
de cuarenta días, que son las blancas esas» [Casa de La Seda, Hermigua].
Únicamente podría confundirse el boniato que nos ocupa con el nombrado como jornero, de
un día pa otro o incluso también de hoy para mañana, pero este último, aunque precoz y también de
tallos mayormente morados y hojas provistas de 3 lóbulos bien señalados, no muestra los boniatos
con la piel tan intensamente coloreada de rojo-morado sino bicoloreada de crema y rosado.
APUNTES
PADRÓN
DE SEDA
85
NOMBRES VERNÁCULOS
DE SEDA [BONIATO]
• T. . M. de Tijarafe: La Costa de La Punta
PADRÓN [BONIATO]
• T. M. de Puntallana: El Corcho
PADRÓN BLANCO [BONIATO]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
PADRÓN DE SEDA [BONIATO / RAMA]
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
PADRÓN DE SEDA
• T. M. de Breña Alta: San Isidro, San Pedro,
Miranda, Las Ledas
• T. M. de Puntallana: La Galga, San Bartolo, El
Corcho, El Granel
• T. M. de Santa Cruz de La Palma: Velhoco
• T. M. de Breña Baja: San Antonio
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Todoque, Las
Manchas de Abajo
• T. M. de Villa de Mazo: La Rosa, San Simón, Villa
de Mazo, Los Callejones
• T. M. de Tijarafe: La Costa de La Punta, Juan del
Valle
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
«… y yo no sé por qué se fue dejando esa rama o se fue perdiendo [SE REFIERE A LA RAMA CUBANA]
y después empezaron a aparecer ramas, unas ramas que le decían padrón blanco, otros padrón de
seda» [Efraín Luis Sanel, San Simón].
«El boniato que más se sembraba antes era el matojo, el cubano, otro que le decían pata graja,
boniato blanco y padrón de seda. […]. Ahora, el mejor es ese matojo y el padrón de seda y el cubano,
todos eran buenos, pues eso duraban de un año pa otro. Ahi me acuerdo yo en esas costas tener los
boniatos sembrados a primer gota de agua y durar los boniatos ahí años y estaban buenos» [Santiago
Álvarez Concepción, San Pedro].
«Padrón de seda, que vino de… de Las Breñas que lo trajeron de Cuba; d’ese hay todavía por todos
esos ribanzos ahí» [Vicente Medina Concepción, San Bartolo].
«Se sembraban las cubanas, las matojas, la padrón de seda y ahí no había más nada. Después llegó
más tarde la… la esa, la papita esa, que unos le decían vinagrero, otros le decían los pobres, otros le
decían el ratonero y otros de papita» [Augusto González Pérez, Miranda].
«Digo: “el boniato más viejo que hay aquí es el matojo, ¡coño!, que yo conozca, el matojo y el… el
cubano y el padrón de seda”» [Augusto González Pérez, Miranda].
«El padrón de seda era otra clase de boniato; esa clase de boniato era la que más gustaba...» [Manuel
Machín Díaz, San Isidro].
86
«… rama sí había, ¡bueeeeno! Rama había de cubana, había de… ¡pues qué sé yo! […]. Y padrón
de seda que era un boniato bueno» [Juana Pérez Hernández, Las Caletas].
«Porque… esa matoja, yo recuerdo de mamá que la tenían antes, y decían que ya estaban muy
exagerados [DEGENERADOS]; luego consiguieron esta padrón. [...]. D’ese sí hay todavía, sí, sí» [Juana
Ramón Concepción, El Corcho].
«Yo conozco la historia d’ellos, o sea, no es por yo echarme ores, yo a veces no quiero intervenir
en eso. Tú sabes igual que yo, recuerda tú, que’l que trajo el padrón de seda aquí a Puntallana fue
abuelo Jerónimo que lo trajo de Los Sauces, que todo el mundo iba a pedile. […]. ¡Bueno! Que [DE]
los matojos estaba la gente harta de las jebras» [Arnulio López Guerra, El Granel].
«Padrón de seda; ese [ERA] un boniato que daba mucho pero que pa comer a primera hora era
maluco, de poco aguante, se ponía aguachento» [Blas Lorenzo Rodríguez, Villa de Mazo].
«Estaba el matojo… —ahora han venido más nuevos así—, padrón de seda...» [Godofredo Martín
Concepción, La Rosa].
«… [RECUERDO] esos amarillos, de papita, de seda; el de seda es moradito por afuera y blanco por
adentro que también es muy suave de comer, de más no sé, de más nombres no» [Carmen Clorinda
Rodríguez, La Costa de La Punta].
«… porque hay muchas variedades y ese boniato era bueno, ¿padrón de seda sería, lo llamarían?
No sé, que era por fuera rojito y dentro blanquito…» [Áurea García Lorenzo, La Costa de La Punta].
87
Plantas de hábito disperso a extremadamente disperso, sin tendencia al enroscamiento. Tallos
predominantemente verdes, con los nudos, las axilas y, ocasionalmente, algunos tramos pigmentados;
base de los tallos secundarios también pigmentada. Entrenudos delgados, de tamaño medio y
ápices glabros o apenas pubescentes. Hojas maduras de tamaño medio, verdes, con la nerviación
del envés parcialmente morada, lobuladas, con 1-3(-7) lóbulos superciales o muy superciales, el
central triangular. Hojas inmaduras verdes con el borde del limbo morado o con la pigmentación
progresando hacia su interior en aquellas emitidas de manera más reciente. Pecíolos cortos, verdes,
pigmentados en ambos extremos. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas normalmente de manera
dispersa a muy dispersa, obovadas y largo oblongas, con cierta tendencia a presentar constricciones
horizontales y piel de cocodrilo; corteza gruesa y carne blanca con manchas amarillas dispersas y
un anillo igualmente amarillo hacia la corteza; piel de color crema intermedio, a veces, con matices
rosados (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
APUNTES
Variedad tenida por antigua en La Palma, ampliamente extendida y apreciada en el pasado,
pero hoy apenas presente de manera testimonial en algunos huertos familiares o incluso meramente
“tutelada” en los ribanzos de las tierras de cultivo. Lorenzo y Gil (2007) no consignan su posible
anidad con ninguna de las variedades descritas por Gil & Peña (2001) en la comarca de Anaga, en
Tenerife, pero sus caracteres se muestran en cierta medida anes a los de la batata tostonera.
Un aspecto cultural a destacar en la variedad que nos ocupa es que prácticamente porta —hasta
donde llega nuestro conocimiento— un único nombre vernáculo —padrón de seda— que hemos
advertido desde La Galga, en Puntallana, hasta La Costa de la Punta, en Tijarafe, pasando por diversas
localidades de los municipios de Santa Cruz de La Palma, Breña Baja, Breña Alta, Mazo, Fuencaliente
88
y Los Llanos de Aridane. Tal arraigo y expansión, creemos, ha de responder a una introducción más o
menos antigua en la Isla y muy relevante desde un punto de vista agronómico. En este último sentido
cabe destacar que las personas entrevistadas de mayor edad mostraron generalmente un aprecio
especial hacia esta variedad, especialmente, por sus cualidades organolépticas.
La tradición oral a nales del siglo XX todavía retenía —aunque de manera fragmentada y
residual— información clave en torno al boniato padrón de seda: su origen cubano; su entrada en la
isla vía la comarca de Las Breñas; su introducción en torno a los primeros años de la década de los 40
del pasado siglo XX.
Existe constancia de la consideración del boniato nombrado como «ceda legítimo» entre los
mejores boniatos de Cuba en las primeras décadas del siglo XX (Blanco, 1938) y a mediados de dicho
siglo, el ingeniero cubano Enrique González Díaz (1954) incluyó en su Estudio comparativo de
variedades de Boniato, cierto boniato «Padrón». Ambas referencias podrían apoyar el hipotético
origen cubano de nuestro boniato padrón de seda. Hemos escuchado, entre la comunidad cubana
ancada en la Isla, el empleo común de la voz “seda” para calicar positivamente las raíces tuberosas
de la yuca cuando al cortarlas muestran un estado óptimo para su consumo: “están como seda”. El
vínculo de la voz “padrón” y los boniatos es muy antiguo, ya aparece recogido en la obra clásica de
agricultura El tratado de la huerta de Boutelou & Boutelou (1801), y alude, al igual que el calicativo
seda, a cierta excelencia:
«Se conocen muchas variedades de esta planta, que se distinguen en el
color de sus raices; las hay descoloridas, encarnadas con la carne blanca, y otras
de color encarnado claro con su carne dorada ó roxa. No deben distinguirse como
especies diversas las cinco diferencias que los cosecheros han introducido en el
método de separar cada tamaño de raiz para la venta, porque ellos las disponen
para dicho n en montones arreglados cada uno por el tamaño mas ó menos
grande de la batata, y asi es que llaman por su orden padron á la raiz mas crecida,
or de mediana, mediana, batatin gordo, y batatin mediano á los diversos tamaños
segun van en disminucion».
Al margen de su ciclo de cultivo largo —normalmente superior a los 6 meses— ignoramos
qué otras circunstancias han podido inuir en el abandono de esta variedad. De hecho, Cabrera
(2011), en su Ensayo de producción de 30 variedades tradicionales de boniatos de la isla de La
Palma obtuvo un rendimiento de aproximadamente 5 kilos por metro cuadrado para la variedad
que nos ocupa, el quinto más alto de todas las ensayadas, si bien ello bajo condiciones de regadío y
en un suelo con un contenido de arcilla cercano al 50%. Montes et al. (2010), al margen de hallar
en las raíces reservantes del boniato padrón de seda uno de los porcentajes de materia seca más
altos de cuantas variedades analizaron (15 procedentes de La Palma), encontraron que igualmente
presentaban —junto a las raíces del boniato cubano (de turrón)— los mayores contenidos minerales,
especialmente de Mg y Mn.
89
En La Costa de La Punta, en Tijarafe, las agricultoras con las que tuvimos la oportunidad
de conversar se rerieron a los boniatos de la variedad padrón de seda como “moradito por afuera
y blanco por adentro” o “por fuera rojito y dentro blanquito”, en contraposición a lo expuesto por
Lorenzo y Gil (2007), quienes los describieron como de «piel color crema». Ya nombramos que en
Cuba existía cierto boniato conocido popularmente como «ceda legítimo», vernáculo que nos lleva
a pensar en la hipotética presencia de otros boniatos “ceda” no legítimos. En ocasiones, un nombre
vernáculo aplicado tradicionalmente a una determinada variedad de boniato puede traspasar los
límites de esa variedad y comenzar a designar a otras de reciente introducción, que atendiendo a los
criterios campesinos, son más o menos similares. Tal dinámica pudo darse en La Palma en el caso que
nos ocupa, sin que ello sea óbice para descartar la posibilidad de que pudieran haber acaecido en el
pasado dos introducciones diferentes bajo una misma denominación vernácula.
Las plantas del boniato padrón de seda pueden confundirse con las de las variedades de
papa, blanquito y de pelota, de morfología foliar muy afín; pero la venación del envés de las hojas de
estas últimas nunca se muestra pigmentada.
DE PAPA
91
NOMBRES VERNÁCULOS
BLANCO DE PAPA [BONIATO ]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Los Barros
CUBANO [BONIATO] / CUBANA [RAMA]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas
de Abajo
(DE) PAPA [BONIATO] / [RAMA]
• T. M. de Puntallana: La Galga
• T. M. de San Andrés y Sauces: Lomo Gil
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de
Abajo, Triana, Todoque, La Laguna
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
• T. M. de Tijarafe: El Pueblo, La Costa de La
Punta, Las Tierras de Juana
• T. M. de Barlovento: La Maraña
• T. M. de Breña Alta: Miranda
DE MANÍ [BONIATO] / [RAMA]
• T. M. de Puntallana: La Galga
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
(DE) PAPITA [BONIATO]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
• T. M. de Los Llanos de Aridane: La Laguna
• T. M. de Breña Alta: Miranda
• T. M. de Villa de Mazo: Villa de Mazo
• T. M. de Tijarafe: La Costa de La Punta
DE PAPA
FRIOLERA [RAMA]
• T. M. de Fuencaliente: Las Indias
JAMIQUINO [BONIATO]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de
Abajo
POBRE [RAMA]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
(DE) LOS POBRES [BONIATO]
• T. M. de Breña Alta: Miranda
RATONERO [BONIATO]
• T. M. de Breña Alta: Miranda
TORRAO [BONIATO]
• T. M. de Garafía: Don Pedro
VINAGRERO [BONIATO] / VINAGRERA [RAMA]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
• T. M. de Breña Alta: Miranda.
• T. M. de Breña Baja: San Antonio
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
«… más pequeñito. […]. Es un boniato, sí, que es bueno, que te da… te da mucho, te echa mucho
boniato; es parecido a la papa, yo creo que lo llaman así por eso, es como la papa, lo plantas, te echa
cuatro o cinco boniatos» [Cándido Hernández Medina, Lomo Gil].
«… el de papa ese es un boniato también de tres meses; unos le dicen de papa, otros aquí le
dicen…, bueno, de papa, de papita, de papa, de papita; ponle papita. […]. Ese es un boniato de… de
tres meses, tres meses, cuatro; tres meses, cuatro. […]. Es un boniato de menos aguante. […]. Este
ya era un boniato que lo plantábamos aquí pa comer boniatos arrancados tempranos, ¿no?, porque a
92
los tres meses ya tenías boniatos en la tierra que arrancar. Entonces desde que pase…, llegue a cuatro
meses tampoco es bueno dejarlos [EN LA TIERRA] porque… desde que llueva este boniato se pone
malo» [Cándido Hernández Medina, Lomo Gil].
«Este boniato, arrancado, yo creo que… dos meses [AGUANTA SIN MALOGRARSE]. […]. Este boniato
aguanta poco arrancado. Este es p´arrancar y comer…» [Cándido Hernández Medina, Lomo Gil].
«… lo que es un boniato que no puedes tú dejarlo en la tierra que se te… que te pase, por ejemplo,
llega a los tres meses, llegó a los cuatro, bien, sácalo; pero si [A] este boniato… no le lluviera yo creo
que es mejor [Cándido Hernández Medina, Lomo Gil].
«… [RECUERDO] esos amarillos, de papita, de seda; el de seda es moradito por afuera y blanco por
adentro que también es muy suave de comer, de más no sé, de más nombres no» [Carmen Clorinda
Rodríguez Hernández, La Costa de La Punta].
«Y había cuando yo era pequeño, de las ramas que yo recuerdo, después estaba otra que llamaban
de papita; el boniato en vez de ser largo era redondo y la rama era media blancusa con la hojita media
redonda también» [Blas Lorenzo Rodríguez, Villa de Mazo].
«… pero yo, el más que me gusta es… es del que yo tengo ahí que es medio colorado y el de
Lanzarote es el boniato mío y de papa según donde sea también es bueno, también es bueno» [Eladia,
La Maraña].
«De siempre; yo ha conocío siempre, por ejemplo, el de papa, el de papa, el que llamamos aquí de
Lanzarote, que es de la hojita redonda, porque de Lanzarote hay otro…» [Eladia, La Maraña].
«Se sembraban las cubanas, las matojas, la padrón de seda y ahí no había más nada. Después llegó
más tarde la… la esa, la papita esa, que unos le decían vinagrero, otros le decían los pobres, otros le
decían el ratonero y otros de papita» [Augusto González Pérez, Miranda].
«El papita es bueno, el papita es bueno, el papita… yo lo tengo y da… y da; el otro día arranqué
una mata allí y tenía seis boniatitos guindaos allí, parecían… una cosa preciosa» [Augusto González
Pérez, Miranda].
«… y este es el papita; y el papita este da gusto vele… vele lo que tiene debajo, unos boniatitos ¡más
blanquitos!...» [Augusto González Pérez, Miranda].
«La papa, la rama de papa era una de la mejor porque echa mucho boniato y muy sabroso. Echa
tres o cuatro boniatitos sabrosos, sabrosos» [Raimundo Viña Afonso, Triana].
«… después está el... el cubano ese que le dicen, que es blanco, que le dicen cubano y después está
el blanco de papa que le dicen también» [Dámaso Ismael Rodríguez Nazco, Los Barros].
«… el cubano, el cubano ese blanco y el... de papa blanco también [SE PLANTABAN EN LA CALDERA].
[...]. Sí, esos dos sí. [...]. De antes lo tenían, cuando yo me fui hace ya como casi cuarenta y tantos
años, de esos es los que tenían. Luego han ido apareciendo más y apareciendo más» [Dámaso Ismael
Rodríguez Nazco, Los Barros].
93
Plantas de hábito semierecto, raramente disperso, con tallos sin tendencia al enroscamiento,
verdes, con entrenudos cortos, delgados y ápices escasamente pubescentes. Hojas maduras pequeñas
o medianas, triangulares, usualmente con 1-3 lóbulos muy superciales a modo de dientes, verde
amarillosas con la nerviación del envés algo más clara, solo, a veces, pigmentada hacia la base de
la vena principal. Hojas inmaduras verde amarillosas. Pecíolos de cortos a intermedios, verdes,
ocasionalmente algo pigmentados de rosado en torno a los nectarios. Raíces reservantes [BONIATOS]
dispuestas en forma de racimo abierto, de contorno obovado, en ocasiones con hendiduras
longitudinales superciales, con la corteza entre gruesa e intermedia; piel de color crema más o menos
obscuro con tendencia a mostrar piel de cocodrilo y carne amarilla pálida (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
«... pierden la fuerza y no echan boniatos sino que echan un semillaje d’esos pequeño después
regado. Ese, ese blanco... ese... ese blanco cubano o el blanco de papa es muy enclinado a eso, a ... a
echar reises y... echar reises [EN LOS NUDOS DE LAS RAMAS] y luego echan boniatos así como ese y más
grandes. [...]. No, no, porque pierde la fuerza después los otros [SE REFIERE A LA COSECHA PRINCIPAL],
pierde la fuerza» [Dámaso Ismael Rodríguez Nazco, Los Barros].
94
Variedad muy popular tenida por antigua en Canarias y todavía, a día de hoy, relativamente
dispersa por los campos de las islas de La Palma (Lorenzo, 2001), Gran Canaria (Gil, 2011), Tenerife
(Gil & Peña, 2001) y especialmente La Gomera (Peña & Gil, 2022). Se encuentra, sin embargo,
prácticamente extinta en Lanzarote donde fueron las variedades de piel colorada y carne blanca las
que se adecuaron a las exigencias de los circuitos comerciales que rodearon al cultivo de la batata en
esta isla durante la segunda mitad del siglo XX (Gil & Peña, 2000).
En la isla de La Palma, sus denominaciones vernáculas más usuales y extendidas son boniato
de papa o papita y boniato de maní. Tales nombres aparecen de manera habitual en diversas obras y
ensayos agronómicos cubanos de nales del siglo XIX y principios del XX, en ocasiones acompañados
de epítetos descriptivos referidos al color de las raíces reservantes, de los tallos de las plantas o de su
follaje: maní blanco, maní rosado, maní colorado, papa blanco... (Anónimo, 1883; Roig & Fortún,
1916; Blanco, 1938).
Roig & Fortún (1916), en su ensayo Las variedades cubanas de boniato, estudiaron 18
muestras procedentes de diferentes lugares de Cuba nombradas ya como papa, ya como maní, pero
en ningún caso sus rasgos morfológicos coinciden ni de lejos con los de nuestro boniato palmero de
papa o de maní. Sin embargo, sí se muestran muy anes los caracteres que dichos autores atribuyeron
a cierta variedad procedente de El Caney, Santiago de Cuba, denominada jiquimo. Cabe recordar en
este punto que de manera aislada en Las Manchas de Abajo, el agricultor don Celso Díaz Camacho
empleó el vernáculo jamiquino para designar el boniato que nos ocupa.
Pero si bien no es cuestión fácil de dilucidar elmente a día de hoy la vía y el momento de
entrada en La Palma de esta variedad, lo que sí parece claro es que arraigó con fuerza y se expandió
por las principales zonas de cultivo de boniato de la Isla y ello, aparentemente, debido a su precocidad.
Ilustrativas resultan la denominación popular rama pobre y la calicación pan de los pobres, que
algunos agricultores han vinculado a este boniato.
Actualmente pudiera resultar difícil comprender el benecio tan grande que podía suponer
para la subsistencia de un campesinado empobrecido el disponer de una variedad de boniato que
fuera capaz de adelantar su cosecha con respecto a otras en algunas semanas y llenar los períodos
estacionales de carestía tan comunes en el pasado, pero en dicha cualidad podía radicar el no pasar
hambre. En La Gomera, donde esta variedad de boniato es, aún si cabe, más popular que en La
Palma, la gente de los campos no parece haber olvidado que constituyeron un recurso básico para su
subsistencia (Peña & Gil, 2022):
«... es la más antigua, la que llaman blanca, son blancas, pero nosotros le
decíamos de cuarenta días, de cuarenta días no se da, pero como antes se cavaban
por falta de que no... de que no había que comer, entonces se cavaban un poquito
APUNTES
95
nuevas [...] antes de seis meses no está ella hecha, pero de tres y de cuatro ya se
puede comer» [Taguluche, T. M. de Valle Gran Rey].
La introducción en Canarias de variedades precoces provenientes de las islas antillanas ya
aparece consignada en torno a mediados del siglo XIX (Martínez de Escobar, 1862; Anónimo, 1894):
«No hay seis años que se despreciaba el cultivo de la batata tremesina
importada de las Antillas, y nuestros labriegos rutinarios preferían la encarnada
que solo rendía una cosecha en ocho meses. La triplicación de los productos
de esa tremesina, y la abundancia de recoger tres cosechas […] ha formado un
progreso en su cultivo, y casi todo el año adorna esta fruta los mercados y la mesa
del labrador» (Martínez de Escobar, 1862).
«De las batatas, a más de la blanca común; […]; que se detiene muchas
veces en la tierra para su completo desarrollo; que suele ser algunas veces de
más de cuatro kilogramos cada raíz tuberculosa, y de forma casi redonda; se han
presentado otras variedades tremesinas, amarillas y coloradas, importadas de
América, las cuales se producen mejor que en el propio país de estos moniatos»
(Anónimo, 1894).
Y aunque sería un atrevimiento asumir que la introducción en Canarias de la variedad que
nos ocupa pudo acaecer en esta época, su pervivencia en algunas localidades de la costa de Tacoronte
bajo la simple denominación boniato pudiera vincularla con dicho evento.
Extendida por diversas comarcas hallamos la denominación popular boniato vinagrero que
ha surgido de manera independiente en nuestra isla provocada por la hechura similar de las hojas de
esta variedad con las de la especie silvestre endémica de Canarias Rumex lunaria L. cuyo nombre
vernáculo en La Palma es precisamente vinagrera (Gil, 2022). En las islas de La Gomera, Gran
Canaria y Tenerife también han surgido nombres anes como batata vinagrera, de vinagrerilla y
vinagrerilla (Gil, 2011; Gil & Peña, 2001; Peña & Gil, 2022).
Al margen de su precocidad y productividad aceptable —aproximadamente 5 kilos por metro
cuadrado (Cabrera, 2011)—, sus raíces en condiciones idóneas de cultivo muestran unas cualidades
organolépticas estimables: ya cocinadas son de consistencia muy suave, ligeramente dulces y de un
color amarillo pálido agradable a la vista. Tienden, sin embargo, a mostrar cualidades indeseables si,
una vez prestas para cosechar, se mantienen en el terreno mucho tiempo; entonces la consistencia de
la carne se vuelve acuosa y toma una coloración grisácea poco atractiva. Expresiones populares del
tipo “el boniato se madrea” o “se pone aguachento” aluden a este inconveniente.
96
Una de las cualidades más destacadas de esta variedad radica en su gran disposición a
producir boniatos de pequeño tamaño en los nudos de las guías o baselos si estos logran enraizar,
particularidad que tiende a menguar el volumen de la cosecha principal.
En cuanto a sus rasgos morfológicos más distintivos, son especialmente destacables la ausencia
de pigmentación en sus hojas salvo alrededor de los nectarios, la forma triangular de las mismas y
su margen habitualmente entero apenas con dientes superciales. Extraordinariamente afín y casi
indistinguible atendiendo a criterios morfológicos se muestra la variedad conocida popularmente
como blanquita que apenas se diferencia porque sus hojas carecen totalmente de pigmentación y
tienden a mostrar los lóbulos más profundos.
BLANQUITO
98
NOMBRES VERNÁCULOS
BLANQUITA [RAMA]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de
Abajo, Todoque
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas, Los Canarios
DE MARTÍN [RAMA/BONIATO] [?]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
BLANQUITO
MERINA / MIRINA [RAMA] [?]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas, Las Indias, Los
Quemados
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de
Abajo, Todoque
PANCHO LEONOR [RAMA/BONIATO]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
«Otra que la llamábamos blanquita, eso la primera vez… ¡ay madre!, los boniatos a montones»
[Ángel Díaz García, Los Canarios].
«… luego la blanquita esa que te digo, no sé quién me la trajo, ¡ñoh!, tuvo unos años ahí, que
eso daba boniatos ahí, como pantanos, donde quiera que las sembraras, en arena, donde fuera, se
degeneró [LUEGO]» [Ángel Díaz García, Los Canarios].
«Era buena la pelota, la bruja, la merina, la matoja, que echa el boniato lejísimo y bueno… esas
eran las marcas, de esas ya no hay…» [Rosario González Martín, Las Indias].
«Lo que la pelota era más pasmera, el boniato pasmero, pero la bruja, la matoja, la merina… ¡María
purísima! Había montones de rama; bueno, ahora también las hay, ahora también hay montones»
[Maura Pérez Hernández, Las Indias].
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Plantas de hábito disperso con tallos, en ocasiones, con ligera tendencia al enroscamiento, verdes,
con entrenudos de tamaño medio a largo, delgados o muy delgados y ápice escasa o moderadamente
pubescente. Hojas maduras lobuladas, generalmente con 3-5(-7) lóbulos superciales a muy
superciales, el central triangular, más raro semielíptico, de color verde amarilloso, con la venación
del envés carente de pigmentación, más clara que la lámina. Hojas inmaduras verde amarillosas, en
ocasiones, con el borde del limbo namente pigmentado. Pecíolos verdes, ocasionalmente suavemente
pigmentados de rosado hacia la base del limbo de la hoja (nectarios). Raíces reservantes [BONIATOS]
dispuestas en forma dispersa o muy dispersa, de contorno obovado u oblongo, con la corteza entre
gruesa e intermedia, habitualmente con hendiduras longitudinales superciales; piel y carne de color
crema, esta con manchas dispersas y un anillo de color amarillo (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
Variedad tenida por antigua en algunos pueblos del sur de la isla de La Palma de gran tradición
en el cultivo del boniato como San Simón, en Mazo, Las Caletas, en Fuencaliente y Las Manchas, en
Los Llanos de Aridane, donde es —o era— conocida bajo las denominaciones blanquita y Pancho
Leonor. Otros nombres vernáculos como merino / mirino o de Martín, retenidos en la memoria
popular, es posible que se encontraran en el pasado vinculados a esta misma variedad de boniato pero
tal extremo no ha podido ser conrmado.
Lorenzo & Gil (2007) reportan la rama blanquita como residual en el momento de la
realización de su trabajo de inventario e identicación de los boniatos de La Palma, ello a pesar
de «sus excelentes cualidades culinarias». En La Gomera, Peña & Gil (2022), recogen la presencia
testimonial de cierta batata blanca na en La Costa (San Sebastián de La Gomera) que muestra cierta
similitud con la variedad que nos ocupa.
Extraordinariamente afín al boniato blanquito, y casi indistinguible atendiendo a criterios
morfológicos básicos, se muestra la variedad conocida popularmente como boniato de papa, de
maní, de los pobres, vinagrero, jamiquino..., del que apenas se diferencia porque las hojas de este
último tienden a mostrar más acusada la pigmentación en torno a los nectarios y a presentar los
lóbulos más superciales, a modo de dientes.
Señor Celso Díaz Camacho (q. e. p. d.), agricultor de gran conocimiento, que aportó para
el desarrollo del trabajo Boniatos (batatas) de la isla de La Palma. Inventario e identicación
morfológica catorce variedades que cultivaba en sus huertas de Las Manchas de Abajo, mantenía como
variedades distintas la rama blanquita y el bonito jamiquino. Las personas que en La Palma atesoran
un enorme conocimiento en torno al cultivo del boniato, no solo atienden a criterios morfológicos
APUNTES
100
para diferenciar unas variedades de otras sino también a criterios siológicos y culinarios que un
simple estudio de caracterización morfológica básica no contempla.
Montes et al. (2010) hallaron en su estudio sobre la composición mineral de los boniatos
palmeros diferencias signicativas entre los contenidos de Ca, Mg, Na, Cu y Mn de las raíces
reservantes de una y otra variedad.
Existía a principios del siglo XX en Cuba cierto boniato nombrado como blanquito en diversas
localidades del Oriente cubano (Roig & Fortún, 1916), pero de hojas con la venación pigmentada
«parcial o totalmente». A modo de curiosidad, hemos de comentar que la denominación vernácula
Pancho Leonor registrada aisladamente en el pueblo de San Simón porta la voz Pancho que hemos
hallado en determinados nombres vernáculos de boniatos cubanos y canarios: Pancho del Sol y
Pancho en Cuba (Roig & Fortún, 1916); Pancho Bella, en La Gomera (Peña & Gil, 2022).
(DE) PELOTA
102
NOMBRES VERNÁCULOS
(DE) PELOTA [BONIATO / RAMA]
• T. . M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de Abajo
• T. M. de Fuencaliente: Las Indias, Los Canarios
• T. M. de Breña Alta: Miranda
• T. M. de Mazo: San Simón
(DE) PELOTA
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
«La bruja, la pelota, la matoja… la matoja blanca…, la alicantina, la de Miguel Torres […] ¡Yo qué
sé la de clases [QUE HAY]! […]. Todas eran buenas cuando empezabas y luego terminaban […] que
no… que no daban boniatos» [Ángel Díaz García, Los Canarios].
«… esa rama ahora la mayoría son traídas de Cuba y Venezuela. […]. Pero antes: la pelota, una
redondita, eso echaba boniatos en rama, pero desde que echa […] [SI] lo dejabas mucho tiempo se
rajaban todos, se escascarillaban todos por fuera, se ponían negros, no valían» [Rafael Díaz García,
Los Canarios].
«Pelota era buena, merina, bruja, [SE RÍE] ¡Bonitos nombres!» [Rosario González Martín, Las
Indias].
«… ahora, la pelota era muy buena y la merina y la matoja, toda esa…» [Maura Pérez Hernández,
Las Indias].
«Lo que la pelota era más pasmera, el boniato pasmero, pero la bruja, la matoja, la merina… ¡María
purísima! Había montones de rama; bueno, ahora también las hay, ahora también hay montones»
[Maura Pérez Hernández, Las Indias].
«… si acaso tiene alguien saucera es Luis “el de Mina” […]; y si acaso alguna pelota o alguna de
esas [RAMAS ANTIGUAS] es esa gente de Mazo, pueda… pero yo creo que eso ya no exista, la rama esa,
porque la pelota era muy pasmera, muy temprana se pasmaba mucho» [Maura Pérez Hernández, Las
Indias].
«No, a mí me suena uno que llamaban el pelota, ahí en Fuencaliente. […]. Pero yo no sé qué es
lo que es el pelota; de repente lo tengo yo y no sé lo que es. […]. ¡Eh!, me lo nombraron hay poco
tiempo, hay muy poco tiempo, este año [2004] me parece que fue. […]. Digo: “el boniato más viejo
que hay aquí es el matojo, ¡coño!, que yo conozca, el matojo y el… el cubano y el padrón de seda”. El
cubano que la rama es negrita, pero es rajadita, finita. Yo tengo una mata allí. Y díceme este hombre:
103
“No, pues en Fuencaliente era… los matojos, que era blanco y el pelota que era amarillo”. El pelota,
pero yo no sé cuál es el pelota, será el… el papita, […], será el papita, que yo lo tengo ahí» [Augusto
González Pérez, Miranda].
Plantas de hábito semierecto a disperso, con tallos sin tendencia al enroscamiento, totalmente
verdes, de entrenudos delgados y cortos (también de tamaño medio) y los ápices de pubescencia
variable, desde glabros hasta acusadamente pubescentes. Hojas maduras de tamaño medio, verde
amarillosas, con la venación del envés carente de pigmentación, comúnmente con 3 lóbulos más o
menos superciales, el central semiovado o triangular. Hojas inmaduras verde amarillosas. Pecíolos
cortos o de tamaño medio, verdes en su totalidad. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas en forma
dispersa o muy dispersa, oblongas —más raro redondas o irregulares—, con la piel de color crema
obscuro, con tendencia en ocasiones a mostrar piel de cocodrilo y/o hendiduras longitudinales
superciales; carne de color amarillo pálido con un anillo ancho y manchas dispersas de un tono más
intenso y corteza delgada (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
104
Variedad tenida por muy antigua en las comarcas sureñas de la Isla pero, a tenor de los
comentarios vertidos por las personas entrevistadas, ya casi desaparecida. Lorenzo & Gil (2007) la
recibieron de manos del agricultor don Celso Díaz Camacho (q. e. p. d.), quien la mantenía tutelada
en Las Manchas (Los Llanos de Aridane), sin embargo, no es descartable que pueda hallarse todavía
en cultivo en alguno de los barrios de Fuencaliente donde su presencia fue común en el pasado.
De cualquier forma, aquí los agricultores apuntaron ciertas cualidades que lo desmerecían y que
pudieron contribuir en su desaparición.
Las variedades más anes morfológicamente al boniato de pelota son el boniato blanquito y
el boniato de papa o de maní, de las cuales se distingue, no sin cierta dicultad, porque sus plantas
no muestran pigmentación alguna en sus tallos, pecíolos, hojas inmaduras y venación del envés de
las hojas maduras; además la piel de sus raíces reservantes tiende a ser algo más obscura y la carne a
presentar manchas de color amarillo más intenso.
APUNTES
SAUCERO
106
NOMBRES VERNÁCULOS
AMARILLA [RAMA]
• T. M. de Villa de Mazo: Malpaíses
AMARILLA SAUCERA (VERDADERA) [RAMA]
• T. M. de Villa de Mazo: Villa de Mazo
LANZAROTEÑO [BONIATO]
• T. . M. de Puntallana: La Galga
LANZAROTERO / (DE) LANZAROTE
[BONIATO]]
• T. M. de San Andrés y Sauces: Los Lomitos,
Lomo Gil
• T. M. de Barlovento: La Maraña
MAZUQUERA [RAMA]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas
de Abajo
SAUCERO
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
«De siempre; yo ha conocío siempre, por ejemplo, el de papa, el de papa, el que llamamos aquí
de Lanzarote, que es de la hojita redonda, porque de Lanzarote hay otro […] pero es la rama de otro
color…» [Eladia, La Maraña].
«… pero yo, el más que me gusta es… es del que yo tengo ahí que es medio colorado y el de
Lanzarote es el boniato mío y de papa según donde sea también es bueno, también es bueno» [Eladia,
La Maraña].
«No, eso ha existido toda la vida aquí. […] amarillo por dentro…» [Eladia, La Maraña].
«… y después otro que tuvieron aquí que le decían sauceros lanzaroteros que d’esos sí hay todavía
por ahí. Padrón de seda que vino de… de Las Breñas que lo trajeron de Cuba; d’ese hay todavía por
todos esos ribansos ahí» [Vicente Medina Concepción, San Bartolo].
«Esos boniatos más amasados, como más amasados, como el amarillo o el de Lanzarote o el cubano
aguantan lluvia en cambio estos… estos de menos meses si les cogiera una entrada de invierno y eso»
[Señor Cándido Hernández Medina, Lomo Gil].
PADRÓN AMARILLO [BONIATO]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
SAUCERO [BONIATO] / SAUCERA [RAMA]
• T. M. de Villa de Mazo: Villa de Mazo, San
Simón, Malpaíses, Los Callejones
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas, Los
Quemados, Las Caletas, El Charco
• T. M. de Puntallana: La Galga, Bajamar (La
Galga)
• T. M. de Breña Baja: San Antonio
• T. M. de Breña Alta: Las Ledas
• T. M. de Santa Cruz de La Palma: Velhoco
SAUCERO(S) LANZAROTERO(S) [BONIATO]
• T. M. de Puntallana : San Bartolo
107
«Boniato de aguante, antes cuando se plantaba mucho boniato aquí, es el amarillo, el Lanzarote y
el cubano; son los boniatos de aguante» [Señor Cándido Hernández Medina, Lomo Gil].
«El amarillo este, el cubano y el Lanzarote. […]. Hombre, de año a año [AGUANTABAN
ALMACENADOS]. Sí, sí, sí. En una cueva… en una cueva fresca de teja… de teja d’esa; abajo nosotros,
yo los ponía abajo y me aguantaban de un año a otro» [Señor Cándido Hernández Medina, Lomo
Gil].
«Claro, mira, la saucera, eso… eso estuvo aquí un montón de años, que eso era un fenómeno de
dar boniatos, pues el último año que las sembré, ¡los cavé pa las cabras! No cavé, no me estrené…
sembré una huerta ahí debajo, ¡puras raíces...!» [Isidro Pérez Afonso, Las Caletas].
«… saucero, que es un boniato duro de comer… ¡Ese pa poderlo comer hay que darle bastante
candela!» [Laureliano Acosta Hernández, El Charco].
«…la más antigua [ERA] la bruja, la saucera…» [Manuel Hernández Torres, Los Quemados].
«… si acaso tiene alguien saucera es Luis “el de Mina” […]; y si acaso alguna pelota o alguna de
esas [RAMAS ANTIGUAS] es esa gente de Mazo, pueda… pero yo creo que eso ya no exista…» [Maura
Pérez Hernández, Las Indias].
«… pero antes había de las que había buenas era esa saucera» [Blas Lorenzo Rodríguez, Villa de
Mazo].
«… De todas las que había antiguamente solo queda una rama; una y hay muy poca, que es la rama
amarilla saucera» [Blas Lorenzo Rodríguez, Villa de Mazo].
«Sí, pa cambiarla dicen que era mejor pero la misma rama traerla de Los Sauces y sembrarla aquí
era mejor que la misma rama estando aquí» [Teodorico Díaz Hernández, Las Caletas].
«Matojos había, matojos era un boniato muy bueno, sauceros traído de Los Sauces que también
hubo una época que ese boniato era lo mejor que había pero llegó un momento que ya no… no
producía. […] Desapareció, porque los primeros años daba montones, pero ¡bueh! un montón de
boniatos terrible y luego…, porque el boniato si se está sembrando mucho… muchos años en la
misma tierra, en la misma zona desaparece, degenera, no sé…» [Narciso Triana Lorenzo, Las Caletas].
«Recuerdo un año que se empezó a traer la rama de Los Sauces, saucera, que echaba unos boniatos
grandes, y luego a los pocos años ya no producía nada» [Narciso Triana Lorenzo, Las Caletas].
«Si [HAY MUCHAS CLASES DE BONIATO], pero aquí no siembro nada más que ese que le dicen el
saucero ese…» [Manuel Rodríguez Álvarez, Las Ledas].
«...la rama saucera se había quedado como padrón amarillo» [Juan San Blas Rodríguez, San Simón].
108
Plantas de hábito semierecto a disperso, con tallos sin tendencia al enroscamiento, verdes
con las axilas y la base de las guías secundarias pigmentadas, de entrenudos cortos o intermedios
de diámetro entre delgado e intermedio y ápices glabros o escasamente pubescentes. Hojas maduras
verdes, con la venación del envés mayor o totalmente pigmentada, de perl cordado (ocasionalmente
redondeado), con 1-3(-5) lóbulos muy superciales, el central a modo de diente. Hojas inmaduras
verdes con el borde morado. Pecíolos de ordinario cortos, verdes, pigmentados en su inserción con el
tallo y hacia el limbo de la hoja. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas de forma dispersa o muy
dispersa, oblongas y obovadas, a veces irregulares, con tendencia a mostrar hendiduras longitudinales
y/o constricciones horizontales superciales, de piel color crema pálido con matices rosados, carne
amarilla con manchas dispersas de color anaranjado y corteza de gruesa a muy gruesa, en ocasiones,
con la misma coloración naranja connada hacia el interior (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
109
Variedad tenida por antigua en Canarias, muy dispersa en la isla de La Palma donde aún hoy
en día se planta de manera asidua y, según la tradición oral, constituyó en el pasado uno de los boniatos
más populares (Lorenzo & Gil, 2007). En Tenerife, a nales del siglo pasado todavía tenía cierta
presencia, al menos, en diversos pueblos de la comarca de Anaga: Afur, Benijos, Taganana, etc. (Gil &
Peña, 2001). En Lanzarote, sin embargo, se encuentra a día de hoy prácticamente desaparecida de los
campos y en La Gomera su presencia aparenta ser testimonial. Si atendemos a los nombres vernáculos
que porta esta variedad en los diferentes lugares donde se encuentra presente, es posible trazar parte
de su deambular por el Archipiélago. Tanto en Tenerife como en La Gomera sus denominaciones —
amarilla de La Palma, palmera, de La Palma— aluden claramente a una proveniencia palmera del
material original. En La Palma, se encuentran relativamente extendidas las denominaciones saucero
y rama saucera que señalan el pueblo de Los Sauces como punto de dispersión de la variedad por
la Isla, pero en Los Sauces, sin embargo, para designarla es casi exclusivo el uso de la denominación
lanzarotero (o de Lanzarote), que ubica en Lanzarote el origen de este material. Una combinación
de ambas la hemos escuchado en La Galga, donde don Vicente Medina Concepción (q. e. p. d.) se
rerió a ella como saucero lanzarotero.
En Lanzarote, donde este material era conocido como yema (de) huevo, se encuentra en la
actualidad, como ya se comentó, prácticamente ausente de los campos y es difícil a día de hoy conocer
cuándo y desde dónde fue introducido. En el pasado, atendiendo a la oralidad, su presencia era muy
escasa en los circuitos comerciales y se hallaba básicamente circunscrita a la época navideña (Gil et
al., 2000+):
«... y había otra llamada yema huevo que era amarillita por dentro, con la
hojita ancha también. […]. Se vendía más bien pa fuera pa Las Pascuas, pa truchas.
También la embarcaban, por Pascuas la embarcaban, no siendo por Pascuas no la
querían mucho» [San Bartolomé, Lanzarote].
«Pa las truchas, esa siempre mi padre las plantaba pa las truchas, sí.
[…]. Sí se vendía, pero la gente la compraba pa las truchas, sí porque después
pa sancochar sancochar era más buena la otra, entonces mi padre plantaba un
trocito pa Las Navidades. […]. Eso no era muy rentable porque no echaba, no era
muy… que echara mucho fruto y aparte d’eso pa llevar pa Las Palmas y too eso no
la querían, se llevaba por días de Pascua, cuatro batatas pa’cer truchas y después,
querían la otra [SE REFIERE A LA BATATA COLORADA]» [San Bartolomé, Lanzarote].
Una vez cocinadas, las raíces de esta variedad se muestran dulces, secas y con el sabor
propio de las batatas acentuado, circunstancia que motivó su predilección para la elaboración de las
populares truchas navideñas. En la isla de La Palma, especialmente en los municipios de San Andrés
APUNTES
110
BONIATO
y Sauces y Barlovento, son igualmente populares los nombrados bollos de boniato cuyo ingrediente
más destacado es precisamente el boniato lanzarotero, que en los suelos arcillosos del noreste de la
isla tiende a producir boniatos de gran tamaño apenas comerciales para otro propósito ajeno a la
repostería. En este sentido, se hace preciso comentar que Montes et al. (2010), en su estudio sobre la
composición mineral de las variedades de boniato cultivadas en La Palma, obtuvieron en sus raíces
reservantes unos contenidos de materia seca próximos al 40 %, muy cercanos a los hallados en la
variedad cubano de turrón que fue la que presentó los valores más altos.
Los principales atributos distintivos de las plantas del boniato saucero son: el contorno
cordado o redondeado de sus hojas maduras, la pigmentación del envés de las mismas que se
distribuye de manera casi total por toda la venación y la coloración amarilla con manchas dispersas
anaranjadas de la carne de los boniatos.
Hemos obtenido diversas referencias alusivas a la existencia de variabilidad dentro del
material conocido tradicionalmente como saucero en la Isla. Tal hipotética variación está basada
principalmente en caracteres culinarios cuya evaluación no se contempla en los trabajos clásicos de
caracterización morfológica:
«… porque de la amarilla saucera hay dos clases: está la amarilla saucera
verdadera aquí; es un boniato [QUE] desde que te rompe el hervor estando
cocinando, ellos solos se pelan en la cazuela si te descuidas y eso al que le guste
el boniato cocinado es comer solo, no le hace falta […] pa comer. Y está otro
amarillo [SAUCERO] que daba boniatos, pero ese boniato es más duro de comer
y… y el pellejo es distinto, y ese no se pela, se pela algo también cocinándolo, pero
no tanto. […]. El que no lo conoce se cree que es igual a ese, el mismo boniato, lo
mismo en el nudo que en la hoja, pero es distinta [RAMA]; tiene una diferencia,
pero el que no los conoce se cree que es igual. Y el boniato, los ves recién cavados
unos con otros y el que… y también se distinguen, el que los conozca bien, pero
tienen poca diferencia…» [Blas Lorenzo Rodríguez, Villa de Mazo].
Hemos notado igualmente como agricultores jóvenes tienden a trasladar la denominación
saucero a variedades de reciente introducción en las que algunos caracteres se asemejan a los de la
variedad saucera.
Muy afín a nuestro boniato saucero se muestra la batata guinea azafranada o cubanita de
las Montañas de Anaga, en Tenerife, si atendemos a la descripción expuesta por Gil & Peña (2001).
AMARILLO
DE AÑO
112
NOMBRES VERNÁCULOS
AMARILLA [RAMA] / AMARILLO [BONIATO]
• T. M. de San Andrés y Sauces: El Bebedero, Lomo Gil
• T. M. de Puntallana: El Granel
AMARILLA DE AÑO [RAMA] / AMARILLO DE AÑO [BONIATO]
• T. M. de Puntallana: Bajamar (La Galga)
AMARILLO DE AÑO
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
«Y boniatos de antiguo, sabe el nombre Nulio igual que yo, boniatos, que yo ahora no me acuerdo
cómo era… Arnulio, esos boniatos blancos, ¿cómo se llaman? Matojos, rama matoja, ahí no había
más… más rama que esa y algún amarillo, pero yo no sé de dónde lo traían…» [Tiburcia Guerra
Cabrera, El Granel].
«El amarillo, el cubano y el Lanzarote en cuanto a almacenaje llegaban a aguantar de año a año. En
cajas de tea de esas yo las ponía y me duraban de año a año» [Cándido Hernández Medina, Lomo Gil].
«Esos boniatos más amasados como más amasados como el amarillo o el de Lanzarote o el cubano
aguantan lluvia, en cambio estos… estos de menos meses si les cogiera una entrada de invierno y eso»
[Cándido Hernández Medina, Lomo Gil].
113
Planta de hábito disperso a extremadamente disperso, con tallos sin tendencia al
enroscamiento, de entrenudos delgados, de longitud muy variable en función de las condiciones de
cultivo, mayormente verdes, a veces con manchas moradas en torno a las yemas axilares. Ápice de
los tallos escasa o moderadamente pubescente, raramente glabro. Hojas maduras verdes, de contorno
triangular o trilobuladas, con los lóbulos basales más o menos destacados; envés con la vena principal
con frecuencia parcialmente morada, en ocasiones con la totalidad de la nerviación pigmentada de
forma tenue. Hojas inmaduras verde amarillosas, con las venas del haz teñidas de morado. Pecíolos
cortos, verdes, pigmentados hacia la base del limbo de la hoja y en ocasiones de forma tenue cerca del
tallo. Raíces reservantes [BONIATOS O BATATAS] dispuestas en forma de racimo cerrado, normalmente
largas, elípticas, obovadas, oblongas e incluso irregulares. Corteza de gruesa a muy gruesa, con
presencia de venas prominentes, piel de color crema más o menos pálido y carne bicoloreada de
naranja y amarillo más o menos obscuro; de manera secundaria aparece un anillo de color crema en
la corteza (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
114
Variedad tenida por muy antigua al menos en el noreste de La Palma, donde en torno a los
años 1999 y 2000 todavía se encontraba en cultivo en La Galga (Puntallana) y El Bebedero (San
Andrés y Sauces) (Lorenzo & Gil, 2007), si bien ya en los últimos tiempos solo la hemos podido
observar “tutelada” en ambientes ruderales. Extraordinariamente afín a nuestro boniato amarillo
de año se muestra la variedad de batata nombrada como cho Nicolás en el pueblo de Benijos, en
Anaga, Tenerife, si atendemos a la descripción expuesta por Gil & Peña (2001), donde fue igualmente
reconocida como una batata de antigua presencia en la zona.
Existen ciertas dudas en torno al origen de la denominación vernácula amarillo de año con
la cual es designada esta variedad de boniato en la comarca de Puntallana, pues pudiera atender tanto
a su ciclo de cultivo largo, como a la buena aptitud para la conservación de sus raíces reservantes que
podían conservarse largo tiempo luego de la cosecha, tal y como han reiterado diversos informantes.
Prácticamente intrascendente hoy esta última cualidad, todo apunta a que el boniato amarillo de año
ya ha sucumbido ante la entrada de variedades con características organolépticas similares, pero de
ciclo de cultivo más corto y mayor producción, y se encuentra, por tanto, en trance de desaparecer de
los campos.
Es de destacar que tanto Montes et al., (2010) como Cabrera (2011) aportan para los boniatos
de esta variedad contenidos de humedad elevados (~ 70-72 %), muy próximos a los registrados en las
variedades precoces de reciente introducción, que los paladares tradicionales tienen a denostar. Gil y
Peña (2001) apuntan en relación a las cualidades organolépticas de la batata cho Nicolás que «la carne
de las raíces, una vez estas cocinadas, muestra un atractivo e intenso color naranjado, sin embargo, el
sabor propio de la batata se presenta en esta variedad muy atenuado».
Los principales caracteres morfológicos distintivos de las plantas del boniato amarillo de
año son: la forma triangular de sus hojas maduras, la pigmentación morada más o menos acusada de
la nerviación del haz de las hojas jóvenes apicales y la coloración amarilla-naranja de la carne de las
raíces reservantes. Podrían confundirse las plantas del boniato amarillo de año con las del boniato
venezolano rosado, pero en estas últimas, si bien las hojas maduras también muestran un perl
triangular, su ápice tiende a ser cuspidado, carácter ausente en las hojas de la variedad amarillo de
año; además sus hojas apicales no presentan la venación del haz pigmentada.
APUNTES
VENEZOLANO
ROSADO
116
NOMBRES VERNÁCULOS
VENEZOLANA [RAMA]
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
VENEZOLANA ROSADA [RAMA]
• T. M. de San Andrés y Sauces: Los Lomitos
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
VENEZOLANA COLORADA FINA [RAMA]
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
VENEZOLANO ROSADO
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
«… también hay otro, hay otro que se siembra, que se trajo la… la rama de Venezuela, que daba
una hojita redonda […], pero no es un boniato muy bueno…» [Eladia, La Maraña].
«¡Ah! Y venezolana hubo otra… tuve otra también; boniatos sí ha habido clases aquí» [Isidro Pérez
Afonso, Las Caletas].
VENEZOLANA COLORADA GORDA [RAMA]
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
VENEZOLANO [BONIATO] [?]
• T. M. de Villa de Mazo: Los Callejones
Plantas de hábito semierecto a disperso, con tallos sin tendencia al enroscamiento,
predominantemente verdes, con entrenudos delgados, de longitud corta a intermedia y ápice glabro
o escasamente pubescente. Hojas maduras verde amarillosas con la vena principal del envés parcial
y tenuemente pigmentada, de contorno triangular, provistas de un número muy variable de lóbulos
—1-5(-9)— superciales a muy superciales, el central triangular con el ápice característicamente
cuspidado. Hojas inmaduras verde amarillosas, en ocasiones con el borde del limbo ligeramente
morado. Pecíolos normalmente cortos, verdes, pigmentados hacia el limbo. Raíces reservantes
[BONIATOS] dispuestas de forma dispersa, largas, normalmente irregulares, pero también elípticas o
largo-elípticas, con la piel entre rosada y marrón anaranjado, de ordinario, con las venas prominentes
y la carne de color amarillo pálido con manchas dispersas y anillo con un tono amarillo más intenso;
corteza gruesa (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
117
Variedad de ciclo corto tenida por reciente a nales del siglo XX a tenor de los comentarios
vertidos por las personas que en aquel momento la cultivaban. En San Simón (Villa de Mazo) el
agricultor Juan San Blas (q. e. p. d.) fechó su introducción desde Venezuela en la década de los 70.
Lorenzo & Gil (2007) la hallaron únicamente en Fuencaliente (Las Caletas) y San Andrés y
Sauces (Los Lomitos); muy afín morfológicamente se muestra la batata nombrada como venezolana
en Benijos, Tenerife, si atendemos a la descripción expuesta en el trabajo Batatas de Anaga.
Inventario e identicación de Peña y Gil (2001).
No tenemos noticia alguna de la suerte que ha podido correr esta variedad en nuestra Isla;
no consta en la actualidad en la colección de boniatos del Centro de Agrodiversidad de La Palma,
no aparece entre las incluidas en el estudio sobre la composición mineral de las variedades de
boniato cultivadas en La Palma llevado a cabo por Montes et al. (2010), ni tampoco en el ensayo
de producción de variedades tradicionales de boniatos de la isla de La Palma realizado por Cabrera
(2011). En Tenerife todavía pervive en el pueblo de Benijos, pero de manera muy residual.
Podrían confundirse las plantas del boniato venezolano rosado con las del boniato amarillo
de año, pero en estas últimas, si bien las hojas maduras también muestran un perl triangular, su
ápice tiende a ser agudo, no cuspidado como las del boniato venezolano rosado; además sus hojas
apicales presentan la venación del haz pigmentada, atributo ausente en las hojas jóvenes de la variedad
que nos ocupa.
No parece tolerar el boniato venezolano rosado su siembra conjunta con otras variedades de
crecimiento más vigoroso y abundante en vegetación, pues tienden a avasallarlo.
APUNTES
NUEVO
119
NOMBRES VERNÁCULOS
NUEVO [BONIATO] / NUEVA [RAMA]
• T. M. de Fuencaliente: Las Caletas
NUEVO
Plantas de hábito semierecto a disperso, con tallos sin tendencia al enroscamiento, de ápice
glabro, verdes con partes moradas y los nudos y el área inmediata a las yemas axilares netamente
pigmentados; entrenudos delgados, cortos o de tamaño medio. Hojas maduras verdes, de contorno
más o menos triangular, con 3-6 lóbulos superciales o muy superciales, el central de forma
triangular; envés con la nerviación mayor o totalmente pigmentada. Hojas inmaduras verdes, en
ocasiones con el borde morado. Pecíolos cortos, verdes, pigmentados en ambos extremos. Raíces
reservantes [BONIATOS] dispuestas en forma de racimo abierto o dispersas, normalmente oblongas
con tendencia a presentar hendiduras longitudinales superciales; piel marrón pálida, carne de color
blanco cremoso y corteza gruesa (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
120
Variedad tenida por reciente a nales del siglo XX, de ahí la denominación nueva aportada
por el agricultor de Las Caletas que por ese entonces la mantenía en cultivo. Lorenzo & Gil (2007) no
aportan información ni sobre su origen ni sobre sus cualidades agronómicas e ignoramos si ha tenido
trascendencia o se ha diluido en el sinfín de variedades que en las últimas décadas se han venido
introduciendo en la Isla. No consta a día de hoy su existencia en la colección de boniatos mantenida
en el Centro de Agrodiversidad de La Palma (CAP).
Atendiendo únicamente al perl de sus hojas y a la pigmentación de la venación de su envés
y de los pecíolos, podrían llegar a confundirse las plantas del boniato nuevo que nos ocupa con las
de los boniatos cubano de baselo gordo y cubano de hoja redonda, pero estas últimas variedades
tienden a mostrar los tallos más gruesos y un hábito de crecimiento menos disperso. Otras variedades,
también con hojas de perl triangular, como el boniato amarillo de año y el boniato venezolano
blanco no presentan la venación del envés de las hojas tan pigmentada sino simplemente la vena
principal teñida hacia la base.
APUNTES
CUBANO
DE HOJA
REDONDA
122
NOMBRES VERNÁCULOS
CUBANA DE HOJA REDONDA [RAMA]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de Abajo
CUBANO DE HOJA REDONDA
Plantas de hábito erecto, con tallos sin tendencia al enroscamiento, verdes, en ocasiones
con las axilas pigmentadas, con los entrenudos muy cortos, gruesos o de diámetro intermedio y el
ápice glabro. Hojas maduras grandes o de tamaño medio, de perl cordado, con 1-3(-5) lóbulos muy
superciales, el central a modo de diente, normalmente verde amarillosas, con toda la venación del
envés, en ocasiones, parcialmente pigmentada, de ordinario solo con la pigmentación restringida a
una parte de la vena principal. Hojas inmaduras de color verde amarilloso, con tendencia a mostrar
el borde del limbo pigmentado. Pecíolos verdes, teñidos hacia el limbo de la hoja. Raíces reservantes
[BONIATOS] dispuestas de forma dispersa, normalmente oblongas u obovadas, de piel bicoloreada de
marrón anaranjado y rosado obscuro, carne blanca y corteza gruesa (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
123
Variedad de ciclo corto cuya introducción en La Palma acaeció en torno a las últimas décadas
del pasado siglo XX. Su dispersión posterior por los campos de la Isla es desconocida y apenas de
manera fehaciente ha sido constatada su presencia únicamente en Las Manchas de Abajo (Los Llanos
de Aridane) (Lorenzo & Gil, 2007).
Los principales caracteres distintivos de las plantas del boniato cubano de hoja redonda
son el margen ondulado de sus hojas maduras, y la escasa longitud de los entrenudos de los tallos
y su acusado grosor. Podrían llegar a confundirse las plantas del boniato que nos ocupa con las del
boniato cubano de baselo gordo, de hábito bastante similar y cuyos tallos también pueden mostrar
los entrenudos cortos y gruesos, pero que muestra, sin embargo, las hojas apicales totalmente
pigmentadas de morado, no verde amarillosas como las del boniato cubano de hoja redonda.
Cabrera (2011) en su Ensayo de producción de 30 variedades tradicionales de boniatos
de la isla de La Palma obtuvo apenas 2,84 kilos por metro cuadrado en las plantas de esta variedad,
el cuarto peor dato de producción de cuantas variedades fueron contempladas en el estudio. Sus
boniatos, atendiendo al estudio de Montes et al. (2010) resultaron ser de los que mayores contenidos
de humedad presentaron —72,14%—, solo superados por los hallados en la variedad parado
—75,54%—, el boniato más denostado en la Isla por los paladares tradicionales.
APUNTES
CUBANO DE
BASELO GORDO
125
NOMBRES VERNÁCULOS
CUBANA DE BASELO GORDO [RAMA]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas
CUBANA GORDA [RAMA]
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
CUBANO DE BASELO GORDO
Plantas de hábito erecto a semierecto con tallos sin tendencia al enroscamiento, verdes,
ocasionalmente con las axilas pigmentadas hacia el ápice, provistos de entrenudos muy cortos, de
diámetro medio, más raro gruesos. Pubescencia del ápice de los tallos escasa o nula. Hojas maduras
verdes, a veces con el borde del limbo morado, de contorno más o menos triangular con 3-5(-7) lóbulos
superciales o muy superciales; envés con la nerviación parcial y tenuemente pigmentada, solo con
el nervio principal teñido de manera intensa hacia la base. Hojas inmaduras verde amarillosas con el
borde morado, totalmente moradas las apicales. Pecíolos cortos o intermedios, verdes, pigmentados
hacia el limbo de la hoja o en ambos extremos. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas de manera
dispersa sobre el tallo subterráneo, de contorno principalmente obovado pero también elíptico; piel
de color crema obscuro; carne blanca y corteza gruesa (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
126
Variedad de ciclo corto cuya introducción en La Palma procedente de Cuba, atendiendo a
la oralidad, podría ser fechada en torno a las últimas décadas del pasado siglo XX. Su dispersión
posterior por los campos de la Isla es desconocida y apenas de manera fehaciente ha sido constatada
su presencia en Las Manchas de Abajo (Los Llanos de Aridane) y San Simón (Villa de Mazo) (Lorenzo
& Gil, 2007).
Los principales caracteres distintivos de las plantas del boniato cubano de baselo gordo son
la tinción absoluta de las hojas recién emitidas, la escasa longitud de los entrenudos de los tallos y su
grosor, que puede llegar a ser bastante acusado. Este último carácter referido al tallo —baselo en el
habla popular— ha sido advertido igualmente como privativo de esta variedad por los agricultores y
empleado para darle nombre.
Únicamente podría ser confundido el boniato que nos ocupa con el boniato cubano de hoja
redonda, de hábito similar y cuyos tallos también pueden presentar los entrenudos cortos y gruesos,
pero que no muestra las hojas apicales totalmente pigmentadas y sus hojas maduras, aunque de
contorno similar a las del boniato cubano de baselo gordo, tienen el margen acusadamente ondulado.
Se comportó excepcionalmente productiva esta variedad en el ensayo realizado por Cabrera
(2011) pues su producción por metro cuadrado casi alcanzó los 6 kilos, la mayor de las 30 variedades
de boniatos contempladas en el estudio. En contraposición, sus boniatos resultaron ser de los que
mayores contenidos de humedad presentaron —70,58%— junto con los de otras variedades de ciclo
corto (Montes et al., 2010). Los paladares tradicionales tienden a desestimar estas variedades cuyos
bonitos presentan bajos contenidos de materia seca, pero como dice el dicho popular “si no hay lomo
/ de todo como”.
APUNTES
NEGRO PARADO
128
NOMBRES VERNÁCULOS
NEGRO PARADO [BONIATO]
• T. M. de San Andrés y Sauces: Los Lomitos
FORRAJERA [RAMA]
• T. M. de Tijarafe: Las Tierras de Juana
NEGRO PARADO
Plantas de hábito disperso, con tallos sin tendencia al enroscamiento, verdes, con ápice verdes,
apenas pubescentes; entrenudos de diámetro medio, normalmente cortos. Hojas maduras grandes, de
haz verde obscuro y envés morado con la venación totalmente pigmentada, de ordinario cordadas, con
1-3 lóbulos muy superciales, el central a modo de diente. Hojas inmaduras mayormente moradas.
Pecíolos erguidos, en ocasiones largos, morado verdosos, predominantemente verdes hacia el ápice
de los tallos. Raíces reservantes [BONIATOS] dispuestas de manera dispersa sobre el tallo subterráneo,
de perl largo irregular, por lo general con venas prominentes en su supercie, con la piel de color
rojo pálido y la carne blanca; corteza gruesa a muy gruesa (Lorenzo & Gil, 2007).
DESCRIPCIÓN
RAMA JARDÍN [RAMA]
• T. M. de Breña Baja: ?
FRAGMENTOS ORALES [SELECCIÓN]
«... este boniato no sirve para comer» [Anónimo].
129
Variedad introducida en La Palma en fecha indeterminada, cuyo propósito forrajero ha
sido reiterado por la mayor parte de nuestros informantes, si bien, atendiendo a la tradición oral,
fue también objeto de consumo en momentos de necesidad. Ha sido precisamente su empleo como
alimento de los animales lo que ha evitado su desaparición de los campos y todavía, a día de hoy,
aparece esporádicamente en los márgenes de las parcelas de cultivo. Sus boniatos, una vez cocinados,
son brosos y de sabor muy atenuado, casi a modo de yuca.
El principal atributo distintivo de la planta del boniato negro parado lo constituye el acusado
color morado del envés de las hojas adultas, cualidad —ausente en el resto de las variedades que
hemos tenido la oportunidad de estudiar— que, junto al color morado de los tallos y al verde obscuro
del haz de las hojas, le imprime al conjunto de la planta una apariencia muy característica.
Gil & Peña (2001) no recogen esta variedad entre las inventariadas en su ensayo Batatas de
Anaga. Inventario e Identicación; pero existe en nuestro herbario un pliego procedente de El Pris
(Tacoronte) registrado como rama morada y que según consta en la etiqueta “se parece al negro
parado de Los Sauces”.
APUNTES
131
BONIATO AMARILLO FINO
AMARILLA FINA [RAMA]
• T. M. de Fuencaliente: Los Canarios
«Y después la amarilla na, esa todavía rinde y la alicantina que es la que está también, que es el
boniato amarillito» [Rafael Díaz García, Los Canarios].
Boniato del que únicamente hemos tenido noticias por medio del señor Rafael Díaz García, vecino de
Los Canarios, Fuencaliente. Si bien dicho boniato amarillo no ha de tratarse de un boniato de carne
amarilla, en ausencia de material vegetal, no estamos en condiciones de vincularlo con certeza con
ninguno de los expuestos en el presente trabajo que presentan dicha cualidad.
BONIATO AMARILLO LEGÍTIMO
AMARILLO LEGÍTIMO [BONIATO]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Las Manchas de Abajo
CUBANA [RAMA]
• T. M. de Mazo: San Simón
Durante nuestras labores de recogida de material vegetal, dos de los agricultores que mayor
conocimiento mostraron sobre las variedades antiguas de boniatos de La Palma —Efraín Luis
Sanel y Celso Díaz Camacho, q.e.p.d. ambos— nos informaron de la existencia en el pasado de una
variedad de boniato de carne amarilla ya desaparecida—amarillo legítimo para señor Celso; cubana
para señor Efraín— y diferente de la que en el momento de nuestro encuentro mantenían en cultivo
como boniato amarillo. Este boniato amarillo legítimo, según ellos, tenía la carne de un color amarillo
menos intenso, eran más buenos de comer y presentaban los tallos más cortos, tanto, que en ocasiones
tenían dicultades para hacerse con los esquejes que necesitaban para las plantaciones. Las muestras
que nos facilitaron de su boniato amarillo actual coincidieron, tras su evaluación morfológica, con las
OTROS BONIATOS
No hemos querido dejar de mencionar una serie de nombres vernáculos, recogidos de boca de las
personas mayores en nuestros campos, que no hemos sido capaces de vincular con certeza a una
determinada variedad de boniato. Algunas tal vez aludan a boniatos ya desaparecidos o no localizados
hasta ahora, otras quizás sean simplemente formas locales o incluso familiares de nombrar variedades
ya descritas en el presente trabajo. No hemos querido elucubrar al respecto sino aportar algunas notas
que puedan ayudar a los que en el futuro muestren interés por preservar esta parte tan importante del
patrimonio agrícola de La Palma.
132
recolectadas en otros puntos de la Isla bajo las denominaciones de turrón, alicantino, cubano de turrón
o simplemente cubano, pero nada podemos aportar sobre el boniato amarillo legítimo. Pendiente de
estudio se encuentra una variedad de boniato recolectada en Puntallana bajo el nombre de amarillo
antiguo que muestra unas excelentes cualidades culinarias, eso sí, atendiendo a los gustos adquiridos
de manera tradicional.
BONIATO BLANCO YUCA
BLANCO YUCA [BONIATO]
• T. M. de Tijarafe: Las Cabezadas de La Punta
«… y después tú sabes que había [BONIATO] blanco que era como yuca; ese me lo llamaba papá
blanco yuca. Boniato, pero en boniato, no era yuca cubana, no, en boniato. Yo no sé si esos vienen de
Cuba porque papá sembraba mucho d’eso en Tijarafe, [HACE] muchos años, pues que haya sesenta o
sesenta y pico de años cuando eso. […]. A lo mejor por ese Tijarafe sí [ES POSIBLE QUE SE CONSERVE]»
[María Martín García, Las Cabezadas de La Punta].
Boniato reportado únicamente por la señora María Martín García en el transcurso de una de nuestras
visitas a su domicilio en Los Barros, Los Llanos de Aridane. Lamentablemente, no hemos tenido la
oportunidad de recolectar para su estudio material vegetal alguno bajo esta interesante denominación
vernácula.
BONIATO BRUJO
BRUJO [BONIATO]
• T. M. de Puntallana: San Bartolo, El Granel
BRUJA [RAMA]
• T. M. de Fuencaliente: El Charco, Los Quemados, Los Canarios, Las Indias
• T. M. de Villa de Mazo: San Simón
«… estaba la rama bruja, y era un boniato que era un boniato blanquito que era bueno de comer…
suave; que hoy mismo no se consigue mucho la rama bruja» [Laureliano Acosta Hernández, El Charco
de Fuencaliente].
«Ahora los han traído de Venezuela y de por ahí, pero antes los traían de Cuba. […]. Cubano,
matojo, brujo, [A] otros le decían rajado, la rajada [NOS LISTA LOS BONIATOS ANTIGUOS]» [Vicente
Medina Concepción, San Bartolo].
«¿El matojo? Ese sí era blanco. El brujo también y el rajado era blanco también, lo que era…
aguantaba menos pa comer que’l otro… » [Vicente Medina Concepción, San Bartolo].
«De sequero [SE SEMBRABAN EL BRUJO Y EL MATOJO]. Sembrado y arrancarle yerba, escardarle;
entonces no había yerbicida sino cintura» [Vicente Medina Concepción, San Bartolo].
133
«…la más antigua [ERA] la bruja, la saucera…» [Manuel Hernández Torres, Los Quemados]
«…la bruja era mejor que [LA PELOTA], era amoladita, nita y medio coloradito el tallito, que eso…
eso sembrabas tú un pedazo [de] aquello, ¡e… ese es el boniato más sabroso que yo he comido en mi
vida! Ese era muy bueno y temprano también… ¡Se desapareció! Porque terminó por no dar nada»
[Rafael Díaz García, Los Canarios]
«… la bruja, la matoja, la merina, la pelota… es la rama de antes» [Maura Pérez Hernández, Las
Indias]
«“Yo te prometo —me dijo el que me… el que decía que había brujo— que si la encuentro yo te la
doy”. Y la está buscando» [Arnulio López Guerra, El Granel]
Hemos tenido la oportunidad de registrar durante nuestro trabajo de campo múltiples referencias
relativas a la existencia en el pasado de cierto boniato brujo, hoy tenido por prácticamente desaparecido.
Muy pocas certezas estamos en condiciones de aportar sobre esta variedad que los agricultores han
tendido siempre a incluir entre las de mayor antigüedad en la Isla; apenas sabemos que era un boniato
blanco y que se encontraba bastante disperso, pues hemos obtenido referencias sobre su cultivo tanto
en Puntallana como en Fuencaliente. El uso del epíteto brujo para designar variedades de boniato está
documentado en Cuba desde el siglo XIX (Pichardo, 1862; Macías, 1885). Roig & Fortún (1916) en
su obra clásica Las variedades cubanas de boniato consignan, entre las variedades estudiadas, diversos
boniatos recolectados en diferentes partes del país bajo las denominaciones colorado brujo, brujo
blanco, brujo colorado y brujito. Macías (1885) en su Diccionario Cubano... al tratar el boniato brujo
argumenta que «cuya brujería consiste en fructicar con suma prontitud».
BONIATO CARTAGENA
CARTAGENA(S) [BONIATO(S)]
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Los Barros
CARTAGENOS [BONIATOS]
• T. M. de Tijarafe: Las Cabezadas de La Punta
• T. M. de Los Llanos de Aridane: Los Barros
«Sí, a lo mejor tiene más recuerdo que yo [SE REFIERE A SU VECINO NATALIO P