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Módulo 1
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PROGRAMA
• Objetivos del Curso
MODULO I: El agua dulce
• Generalidades
• El ciclo del agua
• Disponibilidad y uso del agua
• Distribución del agua dulce
• Alteración de los sistemas de suministro
• Urbanización
• Crecimiento de la población
• Uso excesivo y contaminación
• Agua y salud
MODULO II: Legislación vigente para agua potable
• OMS y Codex Alimentarius
• USDA y FDA
• Normativa de la UE
• Normativa Mercosur
• Código Alimentario Argentino
• Agua para industrias alimenticias
• Agua para industrias farmacéuticas
MODULO III: Potabilización del agua dulce
• El proceso de potabilización
• Floculación y coagulación
• Tratamientos derivados del cloro
• Productos de desinfección
• Aplicación del cloro
• Desmineralización del agua
• Ósmosis inversa
MODULO IV: Análisis del agua potable
• Toma de muestras para agua potable
• Técnica de filtración de membrana
• Análisis fisicoquímicos
• Análisis microbiológicos
BIBLIOGRAFÍA GENERAL
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OBJETIVOS DEL CURSO
• El agua como recurso natural estratégico será la causa por la que se desencadenen los
próximos conflictos armados, llegando a ser la razón por la que pueda comenzar una
nueva guerra mundial. Hoy en día, alrededor de 700 millones de personas en 43 países
sufren las consecuencias de la escasez de agua. En 2030, debido al cambio climático
global y al crecimiento de la población en todo el planeta, esta cifra podría superar los
3.000 millones. La escasez de agua potable puede provocar en un futuro próximo
nuevos conflictos armados que serán más intensos que los desatados para controlar
los recursos energéticos.
• Abordaremos la importancia del agua dulce en el mundo, la potabilización de la misma,
sus análisis y la legislación vigente, tanto nacional como internacional sobre un recurso
por demás escaso y valioso.
• Analizaremos los tipos de contaminación, las estaciones de tratamiento del agua
potable (ETAP), su funcionamiento y distintos procesos llevados a cabo, haciendo
mayor hincapié en aquellos con más importancia en este proceso, tales como la
floculación, coagulación, purificación y desinfección. En este sentido, se estudiarán los
equipos utilizados en los procesos de purificación del agua potable, su aplicación en
las distintas industrias y los métodos de análisis utilizados para determinar su
composición.
• Se capacitará al alumno en el manejo de distintas técnicas analíticas de detección,
recuento e identificación de microorganismos indicadores en aguas de proceso y
consumo, interpretar resultados de análisis y contenidos de informes técnicos y
conocer los conceptos previos sobre calidad del agua.
• Finalmente, tener conocimientos generales sobre la microbiología en general, su
metabolismo y en particular, la microbiología del agua, tanto la de consumo diario
como la que vemos distribuida en la naturaleza. Entender las técnicas de muestreo y
el significado del riesgo microbiológico, interpretando los resultados obtenidos y
elaborando un informe final. Deseamos brindar la herramienta del conocimiento y los
fundamentos necesarios para comprender cuales son los patógenos y aislarlos, para
comprender la morbilidad que causan.
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CALIDAD DEL AGUA POTABLE (ANÁLISIS DE LABORATORIO Y
LEGISLACIÓN)
Módulo 1: El agua dulce
(Las fotografías de la presentación, son propiedad del autor y publicadas oportunamente con sus fuentes en su
Blog científico: SEGURIDAD ALIMENTARIA, BROMATOLOGÍA y MICROBIOLOGÍA de los ALIMENTOS:
www.bagginis.blogspot.com)
• GENERALIDADES
“Niéguese al hombre su alimento y vivirá por varios días, pero niéguesele la posibilidad de beber agua y sucumbirá en algunas horas”
(AGUA, nuestro bien más preciado – Dr. S.P. Baggini)
No es posible entender el fenómeno de la vida sin entender a su componente fundamental:
el AGUA. La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1993 la
resolución A/RES/47/193, por la que el 22 de marzo de cada año fue declarado Día Mundial
del Agua, a celebrarse a partir de 1993, en conformidad con las recomendaciones de la
Conferencia de la Naciones Unidas sobre Medio Ambiente. El agua es esencial para la vida y
todas las personas deben disponer de un suministro satisfactorio (suficiente, inocuo y
accesible). La mejora del acceso al agua potable puede proporcionar beneficios tangibles para
la salud. Debe realizarse el máximo esfuerzo para lograr que la inocuidad del agua de consumo
sea la mayor posible. El agua de consumo inocua (agua potable), no ocasiona ningún riesgo
significativo para la salud cuando se consume durante toda una vida, teniendo en cuenta las
diferentes vulnerabilidades que pueden presentar las personas en las distintas etapas de su
vida.
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Las personas que presentan mayor riesgo de contraer enfermedades transmitidas por el agua
son los lactantes y los niños de corta edad, las personas debilitadas o que viven en condiciones
antihigiénicas y los ancianos. El agua potable es adecuada para todos los usos domésticos
habituales, incluida la higiene personal. La aplicación de un enfoque integral a la evaluación y
la gestión de los riesgos de los sistemas de abastecimiento de agua de consumo aumenta la
confianza en la inocuidad del agua. Este enfoque conlleva la evaluación sistemática de los
riesgos en la totalidad de un sistema de abastecimiento de agua de consumo, desde el agua
de origen y la cuenca de captación al consumidor y la determinación de las medidas que
pueden aplicarse para gestionar estos riesgos, así como de métodos para garantizar el
funcionamiento eficaz de las medidas de control. El agua como recurso natural estratégico
será la causa por la que se desencadenen los próximos conflictos armados, llegando a ser la
razón por la que pueda comenzar una nueva guerra mundial.
Hoy en día, alrededor de 700 millones de personas en 43 países sufren las consecuencias de
la escasez de agua. El agua es fundamental para la seguridad alimentaria. El ganado y los
cultivos necesitan agua para crecer. La agricultura requiere grandes cantidades de agua para
regadío, además de agua de calidad para los distintos procesos productivos. El sector agrícola
se posiciona como el mayor consumidor de agua del planeta dada su función productiva, no
solo de alimentos, sino también de otros cultivos no comestibles como el algodón, el caucho
o los aceites industriales cuya producción no deja de crecer. El regadío demanda hoy en día
cerca del 70% del agua dulce extraída para uso humano.
Existen nuevas motivaciones para un uso eficiente y sostenible del agua en la industria. La
reutilización comienza a percibirse como una opción factible. También la recuperación de
compuestos de corrientes líquidas internas. Caminamos hacia un objetivo de vertido cero a
partir del desarrollo nuevos modelos circulares alineados con los nuevos retos de la
bioeconomía. La relación entre innovación, agua y elaboración de alimentos, unido a un
contexto creciente de gestión responsable y al aumento del control medioambiental de las
administraciones, está marcando una línea de investigación, desarrollo tecnológico e
innovación muy interesante. El mapa de soluciones tecnológicas a los desafíos actuales de
gestión hídrica es diverso. Cada empresa deberá aplicar aquel que mejor se adapte a su
realidad y contexto. En 2025, debido al cambio climático global y al crecimiento de la
población en todo el planeta, esta cifra superará los 3.000 millones. La escasez de agua potable
puede provocar en un futuro próximo nuevos conflictos armados que serán más intensos que
los desatados para controlar los recursos energéticos, creen los expertos.
El principal desencadenante de los futuros conflictos será la desigual distribución de los
recursos hídricos. Los lugares donde existe mayor escasez de agua en el mundo son Oriente
Medio, China, India, Asia Central y África Central y Oriental. Las mejoras en el suministro de
agua son oportunidades para solucionar problemas de Salud Pública. De ahí la importancia de
establecer modelos de evaluación y gestión integral que garanticen su calidad. Actualmente
hay múltiples metodologías para detectar la contaminación microbiana del agua. Sin embargo,
los elevados costos que representan, los tiempos de análisis y aislamiento en cultivo de
microorganismos, han sido obstáculo para establecer la calidad microbiana del agua para
consumo humano.
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El uso de microorganismos bioindicadores de calidad del agua disminuye los costos y facilita
la implementación de medidas eficientes de tratamiento, control del agua y de enfermedades
asociadas a su transmisión.
Las principales actividades que favorecen la contaminación de aguas son las agropecuarias
como movilización de animales, cultivos, abonos orgánicos mal procesados y disposición
inadecuada de aguas residuales que afectan la calidad microbiológica de las fuentes de agua.
Aunque la presencia de microorganismos de transmisión hídrica no está limitada a una región
específica en el mundo, o a su nivel de desarrollo, los problemas de desplazamiento, la
respuesta ineficiente de los servicios de salud, la poca inversión de los Estados en la garantía
de la potabilización del agua para toda la población, la falta de control de brotes y la falta de
intervención de los sistemas de salud pública, favorecen la propagación, incidencia,
morbilidad y mortalidad asociada a enfermedades relacionadas con el agua de consumo,
principalmente en países en vía de desarrollo. La falta de garantías en la seguridad del recurso
hídrico hace que la comunidad quede expuesta al riesgo de brotes de enfermedades
relacionadas con el agua.
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Evitarlos es particularmente importante dado que el agua como vehículo tiene gran potencial
de infectar simultáneamente a gran proporción de la población. Los servicios de agua,
saneamiento e higiene pueden evitar una amplia gama de enfermedades, entre ellas:
• las debidas a la ingestión de agua contaminada por microorganismos y productos
químicos, como la diarrea, la arsenicosis y la fluorosis;
• las enfermedades que, como la esquistosomiasis, tienen un organismo causante que
está presente en el agua como parte de su ciclo vital;
• las enfermedades como las helmintiasis transmitidas por el suelo que se deben a las
deficiencias de saneamiento e higiene;
• las enfermedades que, como el paludismo y el dengue, transmiten vectores que se
reproducen en el agua;
• y otras enfermedades, como la legionelosis, que son causadas por aerosoles que
contienen determinados microorganismos.
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Un vago entendimiento de la necesidad de proteger las fuentes de agua de la contaminación
con residuos y aguas residuales se documenta en archivos históricos como, por ejemplo, en la
Biblia. En la Europa medieval, sin embargo, la mayor parte de este conocimiento pragmático
fue olvidado, por lo que los residuos orgánicos y las aguas residuales en las ciudades eran
dispuestos en malas condiciones. Se pensaba que los brotes regulares de enfermedades
diarreicas y el cólera estaban relacionadas con las condiciones atmosféricas locales y no con
agua contaminada. A pesar de esta teoría el padre de la Epidemiología moderna John Snow
llegó a la conclusión que una bomba de agua en Broad Street fue la causa del brote de cólera
en Londres. Uno de los primeros brotes de los que se obtuvo una conclusión a partir de
pruebas fue el brote de fiebre tifoidea en 1919 en Pforzheim, Alemania, que causó 4.000 casos
y dio lugar a 400 muertes. Las enfermedades transmitidas por el agua son de distribución
mundial, causantes de epidemias tanto en países desarrollados como en vía de desarrollo. Son
una de las principales razones de los 4 mil millones de casos de diarrea, que causan
anualmente 1,6 millones de muertes en el mundo (OMS – 2022). Como agravante es
responsable del 21% de muertes en niños menores de cinco años de edad. Estas
enfermedades tienen alto subregistro y su etiología es rara; pueden ser virales, bacterianas,
micóticas o parasitarias. Dentro de estas, como se menciona previamente, encontramos las
infecciones por virus entéricos, bacterias como Campylobacter sp., E. coli entero hemorrágica,
Y. enterocolitica, H. pylori, L. pneumophila, P. aeruginosa, Aeromonas, Cryptosporidium spp.,
G. intestinalis, T. gondii, E. histolytica, Acantameba spp., C. cayetanensis, C. belli, B. hominis,
Sarcocystis spp. y B. coli.
BIOINDICADORES PRESENTES EN EL AGUA (OMS – 2010)
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Hoy en día en la mayoría de países industrializados el agua potable está clasificada como
alimento, y existen numerosas normas, establecidas para garantizar su calidad y seguridad.
Los estrictos requisitos microbiológicos, especifican que el contenido bacteriano debe ser muy
bajo y que los patógenos deben ser detectados y eliminados. El descubrimiento de nuevos
microorganismos y los conocimientos existentes sobre la microbiología del agua, requieren un
diseño más elaborado de estas normas, que eviten la aparición de bacterias, virus, hongos y
parásitos potencialmente patógenos en el agua de consumo. Las recientes directrices y
legislación impartida por la OMS, afirman que el agua potable debe contener
microorganismos patógenos sólo en un número tan bajo que el riesgo de contraer infecciones
transmitidas por el agua esté por debajo de un límite aceptable. El cumplimiento de estos
requisitos exige la protección de los recursos y el riguroso tratamiento del agua cruda, así
como el control de calidad exhaustivo del proceso. Sin embargo, la evaluación del
comportamiento de los agentes patógenos en el agua potable es también esencial como base
para futuras mejoras en el proceso de tratamiento y la generación de nuevos reglamentos.
Las investigaciones asociadas a estas enfermedades, han dado lugar a la formulación de
recomendaciones a las autoridades nacionales relacionadas con la gestión de brote, la
prevención de brotes similares en el futuro y el fomento de un enfoque intersectorial. La
mayoría de estos microorganismos se transmiten de manera oral y la exposición a ellos se da
a través de aguas y suelos contaminados con materia fecal. Un saneamiento eficiente y un
mejor abastecimiento de agua, son las principales medidas de seguridad contra los riesgos
que representan estos patógenos. Ante la sospecha de contaminación del agua potable, los
procedimientos deben estar en su lugar con el fin de facilitar la acción oportuna y controlar el
riesgo para la salud pública. Por lo tanto y principalmente en los países desarrollados se han
propuesto una serie de recomendaciones a corto y largo plazo, incluyendo el aumento de la
vigilancia de las fuentes de agua y aguas de consumo y la introducción de equipos de medición
automáticos y permanentes, además de garantía del cloro residual hasta el sitio de
disposición.
En vista de la aparición de patógenos emergentes asociados con brotes, algunos de los cuales
aún son capaces de multiplicarse en el sistema de abastecimiento de agua, la Unión Europea
creó una nueva directriz para el manejo del agua, que establece el agua para consumo
humano como aquella libre de cualquier microorganismo, parásito o sustancia, en una
cantidad o concentración que pueda suponer un peligro potencial para la salud humana. Esto
significa que los microorganismos patógenos se toleran en el agua que es para consumo
humano, siempre y cuando estén presentes en concentraciones que no causen problemas de
salud, tales como brotes o un número elevado de casos esporádicos. La Organización Mundial
de la Salud ha adoptado un punto de vista similar.
Esta afirmación conduce, por supuesto, a la cuestión del riesgo aceptable de infección por
microorganismos patógenos en el agua y la concentración máxima tolerable de los
microorganismos correspondientes a ese riesgo. El agua, es un recurso natural que,
conjuntamente con el suelo y la atmósfera, constituyen un trípode esencial para la vida, es un
recurso vital, al extremo que los seres vivos estamos conformados en gran parte por él.
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Como recurso natural, forma parte de la dimensión natural del ambiente, al que
ontológicamente conceptualizamos como “todo lo que rodea al hombre, que puede
influenciarlo y que puede ser influenciado por él”, y que jurídicamente calificamos como un
bien jurídico público de titularidad colectiva. En el devenir de la humanidad, el hombre ha
tenido distintas formas de relacionarse con la naturaleza y así se reconocen desde el punto de
vista filosófico jurídico, lo que se da en llamar un antropocentrismo fuerte, un
antropocentrismo débil o moderado y el biocentrismo, vinculado a una concepción holística
del ambiente y a la llamada ecología profunda. El antropocentrismo débil o moderado, con
obligaciones negativas y positivas del hombre hacia la naturaleza, es la concepción dominante,
en especial a partir de la revolución industrial, que derivó en la toma de conciencia de que la
naturaleza es finita en su capacidad de adaptación al actuar del hombre y que llevó a
elaboración de principios ambientales a través de convenciones, tratados y reglamentaciones.
A partir de estos acontecimientos, se consolidó el reconocimiento del Derecho Ambiental
como rama jurídica, no obstante tener y mantener la problemática ambiental, el carecer de
interdisciplinaria, la que se tipifica a su vez por cuanto trasciende o no reconoce límites
geográficos o políticos. Existen en ese contexto una serie de conflictos ambientales de especial
significación para el futuro de la humanidad. Así, el cambio climático por la acción del hombre;
la lluvia ácida; el agujero de la capa de ozono; el efecto invernadero; la desertificación; la
protección de la biodiversidad; la protección de la Amazonia; la biotecnología; la escasez de
agua potable; la generación de energía de baja entropía; los distintos tipos de residuos; el uso
de celulares y electromagnetismo; la pobreza; la marginalidad; la drogadicción; etc. En la
actualidad (año 2023), la población mundial asciende a más de 8.000 millones de personas.
Unos 3.600 millones de personas sufren de escasez de agua durante al menos un mes al año,
cifra que podría aumentar a entre 4.800 y 5.700 millones de personas en el año 2050.
Además, la demanda mundial de agua crece cada año un 1%, y lo seguirá haciendo en las dos
próximas décadas debido al crecimiento demográfico, a los cambios en los patrones de
consumo y al desarrollo económico. Por otra parte, la demanda industrial y doméstica de agua
aumentará más rápido que la demanda agrícola, si bien este sector seguirá siendo el mayor
consumidor del agua. En términos generales, la demanda seguirá aumentando
significativamente en los países con economías emergentes y en desarrollo. El agua es un
recurso vital, no sólo para el ser humano, sino para la biosfera. Desde esta perspectiva, el agua
no es en sí mismo un recurso natural estratégico, sino que estratégico debe ser su uso y
aprovechamiento, por la importancia y significación que cabe asignarle para el desarrollo de
la vida, ya que se ha dicho, sin agua, no hay vida. El ser humano, no sólo utiliza el agua para la
bebida y alimentación, siendo el acceso al agua potable un elemento relevante del concepto
de “calidad de vida”, sino también para el cultivo y como materia prima o vehículo de
numerosos procesos industriales o vinculados a la salud pública. Así como su existencia en
volúmenes adecuados, favorecen el desenvolvimiento de las actividades económicas y
comunitarias de un territorio, su escasez o exceso son causa de calamidades para las
poblaciones. El hombre siempre ha buscado la proximidad de los cursos o fuentes de agua
para su asentamiento. Las grandes civilizaciones y el progreso de los pueblos, han estado
asociados regularmente a un curso de agua, el que debe servir racional y equitativamente a
las diferentes regiones que atraviesa, en un esquema integral de la cuenca hídrica.
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• EL CICLO DEL AGUA
Los grandes consumos de agua están concentrados
mayoritariamente en la actividad agraria, que
utiliza más del 70% de las aguas consumidas.
Partiendo de los conflictos que ocasiona la escasez
del recurso agua, paradójicamente, después de la
atmósfera es el más abundante en la naturaleza,
pues alrededor del 75% de la superficie del globo
terráqueo está cubierta por las grandes masas de
agua que forman los mares y océanos. Estos,
concentran el 97% del agua total del planeta, sin
embargo, esos inmensos recursos hídricos no
pueden ser utilizados por el hombre para satisfacer
sus necesidades comunes, debido al alto contenido
salino, no obstante, de esos inmensos reservorios
de agua del mundo, se generan prioritariamente el
agua que utiliza la humanidad. Hay un proceso de conversión natural que significa el ciclo
hidrológico, pues el agua en virtud de la radiación solar, pasa del estado líquido al de vapor de
agua, difundiéndose en el aire y a medida que el aire humedecido se eleva, se produce su
enfriamiento hasta alcanzar el nivel de condensación que da lugar a la formación de nubes y
cuando las partículas que forman las nubes son demasiado grandes, se precipitan en forma de
lluvia, nieve o granizo. Una parte de la lluvia cae en los mares y océanos, o se precipita sobre
la tierra donde es utilizada por las plantas que la devuelven a la atmósfera en el proceso de
transpiración, otra parte se escurre en la superficie y forma los ríos, arroyos, lagos, lagunas y
esteros y por último, otra porción se filtra al interior de la tierra, dando lugar a las aguas
subterráneas, muchas de las cuales, a su vez descargan en los mares y océanos.
Correlativamente el agua dulce, equivale al 3% restante, siendo las aguas superficiales
alrededor de un 1%, menos del 1% las aguas subterráneas y el remanente, está concentrado
en los casquetes polares.
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El hombre utiliza todas las formas en que el agua se presenta en la naturaleza, para lo cual
construye embalses, diques, canales, tomas o ejecuta perforaciones que posibilitan un acceso
continuado al recurso, con el que satisface diversas necesidades Es así que cabe clasificar a las
aguas en superficiales, subterráneas, atmosféricas, marinas y oceánicas, y sus usos en
consuntivos y no consuntivos, dependiendo ello si a través del uso y aprovechamiento, se
produce o no el consumo del recurso. Uno de los grandes problemas que debe afrontar la
humanidad, es el acceso al agua, fundamentalmente al agua potable. Tres son las directivas
que debe seguir para preservar y aumentar las existencias de aguas disponibles:
1- Evitar su evaporación, mejorando las condiciones en que están expuestas las aguas
a los efectos del aire y el sol
2- Perfeccionar las técnicas de aprovechamiento, evitando pérdidas en los procesos y
favoreciendo el reciclaje
3- Reducir al mínimo la contaminación o infición producida por los efluentes
domésticos, industriales o agrarios.
La contaminación puede obedecer a causas naturales o al actuar del hombre. La capacidad del
agua para absorber las cargas contaminantes, no es ilimitada. Las principales causas de
contaminación del agua son los efluentes líquidos domésticos e industriales,
fundamentalmente gérmenes patógenos, detergentes, nitratos y fosfatos.
La relación hombre – agua en las diferentes sociedades, con variados procesos de desarrollo
socioeconómico, ha dictado las formas de percibir el agua: Don de la naturaleza; recurso
natural, casi no renovable. Las experiencias de sequías e inundaciones, el deterioro de su
calidad, y los modelos de desarrollo adoptados por las naciones han determinado la postura
de las comunidades frente al agua y su aprovechamiento. El desarrollo de los pueblos ha
estado estrechamente vinculado con el agua, ya que es un factor importante en la selección
de sitios para ubicar plantas industriales de todo tipo y en el desarrollo de los centros urbanos
y agropecuarios. Cuando el crecimiento urbano supera la disponibilidad del agua local o
cercana se alteran los usos del agua, la empleada en riego se cambia a la industria o a las
ciudades, o bien, resulta obligado importarla de otras cuencas, a distancias considerables y
con altos costos económicos y a veces sociales.
Esta situación impacta el proceso de desarrollo, genera conflictos y obliga a nuevas formas
regionales y locales de planeación y gestión del recurso –no siempre– dentro del marco de
desarrollo sustentable. El crecimiento demográfico y económico, la ausencia histórica de
criterios de conservación y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales, el
crecimiento de los regímenes de demanda de agua a nivel regional y la contaminación del
líquido, han ocasionado en varios casos que éste se torne escaso. Esto conduce a una
competencia por el recurso, que se agudiza en años de sequías, desemboca en conflictos que
afectan a las comunidades en su desarrollo actual e impactan negativamente su viabilidad
futura. Así, el control, el aprovechamiento racional y la preservación del agua a todos los
niveles, nacional, regional y local, son estratégicos para el desarrollo del país. El agua
promueve o desincentiva el crecimiento económico y el desarrollo social de una región.
También afecta los patrones de vida y de cultura regionales, por lo que se le reconoce como
un agente preponderante en el desarrollo de las comunidades. En este sentido, es un factor
indispensable en el proceso de desarrollo regional o nacional.
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• DISPONIBILIDAD Y USO DEL AGUA
Los problemas relativos a las aguas dulces de la Tierra ponen de relieve el dilema que se
plantea a la humanidad. El agua dulce está surgiendo como uno de los problemas más críticos
de los recursos naturales que enfrenta la humanidad. A partir del año 2000, la población
mundial se expandió rápidamente. La tierra no tiene más agua ahora que 2.000 años atrás,
cuando estaba habitada por menos del 3% de la población actual. El agua es, literalmente, la
fuente de vida en la tierra. El 70% del cuerpo humano es agua. Una persona comienza a sentir
sed después de perder solo 1% de líquido corporal y corre peligro de muerte si la pérdida de
líquido se aproxima al 10%. El ser humano puede sobrevivir por sólo unos pocos días sin agua
dulce. En un número creciente de lugares los habitantes están extrayendo agua de ríos, lagos
y fuentes subterráneas más rápidamente de lo que demora en renovarse. Se estima que el
crecimiento demográfico por sí solo llevará a que 17 países más, con una población
proyectada de 2.100 millones, pasen dentro de los próximos 30 años a la categoría de países
con escasez de agua. Hacia el año 2025, 48 países con más de 2.800 millones de habitantes
(35% de la población mundial proyectada para 2025), se verá afectada por el problema hídrico
o la escasez de agua y otros nueve países, inclusive China y Pakistán, estarán próximos a sufrir
tensión hídrica.
RESERVAS DE AGUA EN EL MUNDO – OMS (2020) (Metros hasta napa freática)
Más allá del impacto del crecimiento mismo de la población, la demanda de agua dulce ha
estado aumentando en respuesta al desarrollo industrial, la dependencia creciente en la
agricultura de regadío, la urbanización masiva y los niveles de vida más altos. En este siglo,
mientras la población mundial se ha triplicado, la extracción de agua ha aumentado más de
seis vece. Desde 1940 la extracción mundial de agua por año ha aumentado en promedio entre
2,5% y 3% por año, en comparación con un crecimiento anual de la población de 1,5% a 2%.
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En el decenio pasado la extracción de agua en los países en desarrollo ha estado aumentando
a razón de 4% a 8% por año. Asimismo, el suministro de agua dulce de que dispone la
humanidad se está reduciendo a raíz de la creciente contaminación de muchos de esos
recursos hídricos. En algunos países los lagos y ríos se han transformado en receptáculos de
una variedad de desechos de distintas características, inclusive aguas negras municipales
parcialmente tratadas, efluentes industriales tóxicos y sustancias químicas de las actividades
agrícolas lixiviadas en las aguas de superficie y freáticas. Al encontrarse entre suministros de
agua limitados y crecientemente contaminados por una parte y la demanda rápidamente
creciente del crecimiento demográfico y el desarrollo por otra, muchos países en desarrollo
enfrentan decisiones problemáticas. La insuficiencia de agua dulce probablemente sea uno de
los principales factores que coarten el desarrollo económico en los decenios venideros, según
último informe (año 2022) del Banco Mundial.
Para evitar la crisis del agua, sobre todo en países donde ya escasea y la población crece
rápidamente, es vital contener el aumento de la demanda de agua mediante una mejor
gestión de este recurso mientras se retarda a la brevedad posible el crecimiento de la
población. Los programas de planificación familiar son muy importantes, no sólo para la salud
reproductiva, sino también para la sostenibilidad del uso de agua dulce y otros recursos
naturales en relación con el tamaño de la población. Conforme aumenta la población,
aumenta también la demanda de agua dulce para la producción de alimentos, el uso
doméstico (municipal) e industrial. La disponibilidad de agua dulce impone límites al número
de personas que puede sostener una zona e influye en el nivel de vida. A su vez, el crecimiento
y densidad de la población afectan habitualmente la disponibilidad y calidad de los recursos
hídricos de una zona cuando los habitantes tratan de abastecerse de agua cavando pozos,
construyendo depósitos y embalses y desviando el curso de los ríos. Si las necesidades son
constantemente superiores a los suministros disponibles, en algún momento el uso excesivo
de agua lleva al agotamiento de los recursos hídricos de superficie y subterráneos y provoca
la escasez crónica de agua.
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Los suministros escasos e impuros de agua son problemas críticos de salud pública en gran
parte del mundo. El agua contaminada, los déficit de agua y las condiciones de vida insalubres
causan la muerte de más de 12 millones de personas por año. Conforme la Organización
Mundial de la Salud (OMS – 2022) en el atlas difundido en la Conferencia Ministerial Europea
sobre Salud y Medioambiente, que se realizó en Budapest, Hungría, revela que sólo en
América Latina y en el Caribe, la falta de acceso al agua potable y a servicios sanitarios,
ocasiona 36.000 muertes de menores de cinco años anuales.
La competencia por el suministro de agua dulce produce tensiones sociales y políticas. Las
cuencas fluviales y otras masas de agua no respetan las fronteras nacionales. Así, por ejemplo,
la utilización del agua por un país situado aguas arriba suele menoscabar el suministro
disponible para los países situados aguas abajo. A comienzos del siglo XXI se vislumbra el
peligro creciente de conflictos armados por el acceso a suministros de agua dulce.
Un 70% de la superficie de la tierra es agua, pero la mayor parte de ésta es oceánica. En
volumen, sólo 3% de toda el agua del mundo es agua dulce, y en su mayor parte no se halla
generalmente disponible. Unas tres cuartas partes de toda el agua dulce se halla inaccesible,
en forma de casquetes de hielo y glaciares situados en zonas polares muy alejadas de la mayor
parte de los centros de población; sólo un 1% es agua dulce superficial fácilmente accesible.
Ésta es primordialmente el agua que se encuentra en los lagos y ríos y a poca profundidad en
el suelo, de donde puede extraerse sin mayor costo. Sólo esa cantidad de agua se renueva
habitualmente con la lluvia y las nevadas y es, por tanto, un recurso sostenible. En total, sólo
un centésimo del uno por ciento del suministro total de agua del mundo se considera
fácilmente accesible para uso humano.
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Se considera que, mundialmente, se dispone de 12.500 a 14.000 millones de metros cúbicos
de agua (12.500 a 14.000 kilómetros cúbicos) por año para uso humano. Esto representa unos
9.00 metros cúbicos por persona por año, según se estimó en 1989. (1 metro cúbico es igual
a 1.000 litros). Se proyecta que en el año 2025 la disponibilidad global de agua dulce per cápita
descenderá a 5.100 metros cúbicos por persona, al sumarse otros 2.000 millones de
habitantes a la población del mundo. Aun entonces esta cantidad sería suficiente para
satisfacer las necesidades humanas si el agua estuviera distribuida por igual entre todos los
habitantes del mundo. Pero las cifras per cápita sobre la disponibilidad de agua presentan un
cuadro engañoso. El agua dulce mundialmente disponible no está equitativamente distribuida
en el mundo, ni en todas las estaciones del año, ni de año a año. En algunos casos el agua no
está donde la queremos, ni en cantidad suficiente. En otros casos tenemos demasiada agua
en el lugar equivocado y cuando no hace falta.
El ciclo hidrológico de la tierra actúa como una enorme bomba que continuamente transfiere
agua dulce de los océanos a la tierra y de vuelta al mar. En este ciclo de energía solar, el agua
se evapora de la superficie de la tierra a la atmósfera, de donde cae en forma de lluvia o nieve.
Parte de esta precipitación vuelve a evaporarse dentro de la atmósfera. Otra parte comienza
el viaje de vuelta al mar a través de arroyos, ríos y lagos. Y aun otra parte se filtra dentro del
suelo y se convierte en humedad del suelo o en agua de superficie. Las plantas incorporan la
humedad del suelo en sus tejidos y la liberan en la atmósfera en el proceso de
evapotranspiración. Gran parte del agua subterránea finalmente vuelve a pasar al caudal de
las aguas de superficie.
• DISTRIBUCION DEL AGUA DULCE
El ciclo hidrológico no ofrece garantías a la humanidad. Unas tres cuartas partes de las
precipitaciones anuales caen en zonas que contienen menos de un tercio de la población
mundial. Dicho a la inversa, dos tercios de la población mundial viven en zonas que reciben
sólo un cuarto de las precipitaciones anuales del mundo. Por ejemplo, un 20% de la
escorrentía media mundial por año corresponde a la cuenca amazónica, una vasta región con
menos de 10 millones de habitantes, o sea, una minúscula fracción de la población mundial.
De manera similar, el río Congo y sus tributarios representan un 30% de la escorrentía anual
del entero continente africano, pero esa cuenca hidrográfica contiene sólo 10% de la
población de África. Más de la mitad de la escorrentía global tiene lugar en Asia y Sudamérica
(31% y 25%, respectivamente). Pero si se considera la disponibilidad per cápita, Norteamérica
tiene la mayor cantidad de agua dulce disponible, con más de 19.000 metros cúbicos por año,
según estimaciones de 1990. En cambio, la cantidad per cápita es apenas superior a 4.700
metros cúbicos en Asia (incluido el Cercano Oriente).
La disponibilidad de agua también exhibe notables diferencias dentro de los países. En México,
menos del 10% de la extensión territorial proporciona más de la mitad de la escorrentía
nacional del agua de lluvia. Pese al hecho de que 90% de México es árido y crónicamente
escaso de agua, la disponibilidad total de agua per cápita en 1990 era de más de 4.000 metros
cúbicos. Esta cifra es sumamente engañosa como medida de la disponibilidad real de agua
para la mayoría de los mexicanos.
18
En gran parte del mundo en desarrollo el suministro de agua dulce tiene lugar en forma de
lluvias estacionales. Esa agua se escurre demasiado rápidamente para utilizarla de manera
eficiente, como ocurre durante los monzones en Asia. La India, por ejemplo, recibe el 90% de
las precipitaciones durante la estación de los monzones en el verano, desde junio a
septiembre. En los ocho meses restantes el país recibe apenas unas gotas de lluvia. Como
resultado de la naturaleza estacional del suministro de agua, la India y algunos otros países en
desarrollo no pueden aprovechar más del 20% de los recursos potencialmente disponibles de
agua dulce.
• ALTERACION DE LOS SISTEMAS DE SUMINISTRO
Como las sociedades con escasez de agua han venido haciendo por cientos de años, muchos
países tratan de transportar el agua desde su lugar de origen al lugar donde la gente la quiere,
y de almacenarla para su futura utilización. Los egipcios construyeron miles de canales y
acequias para captar las aguas del Nilo y regar con ellas sus cultivos. En el primer siglo de la
era cristiana, ingenieros romanos construyeron gigantescos acueductos que abastecían a
Roma de agua extraída de lugares distantes hasta 100 kilómetros. En el mundo existen unas
40.000 presas de más de 15 metros de altura, construidas en su mayoría en los últimos 50
años. Si bien las presas ayudan a asegurar un suministro constante de agua, a menudo ponen
en peligro los ecosistemas acuáticos al perturbar los ciclos de anegación, bloquear los canales
fluviales, alterar el curso de los ríos, las llanuras aluviales, deltas y otras zonas pantanosas, y
poner en peligro la vida vegetal y animal.
Es difícil estimar la cantidad de agua que se necesita para mantener estándares de vida
aceptables o mínimos. Además, las diferentes fuentes de información emplean diferentes
cifras para el consumo total de agua y para el uso del agua por sector de la economía. En
general se considera que un volumen de 20 a 40 litros de agua dulce por persona por día es el
mínimo necesario para satisfacer las necesidades de beber y saneamiento solamente.
19
Si también se incluye el agua para bañarse y cocinar, esta cifra varía entre 27 y 200 litros per
cápita por día. La cantidad de agua que las personas realmente utilizan en un país depende no
sólo de las necesidades mínimas y de cuánta agua se dispone para el uso, sino también del
nivel de desarrollo económico y del grado de urbanización. Mundialmente, de las tres
categorías corrientes del uso de agua dulce —para la agricultura, la industria y el uso
doméstico (personal, familiar y municipal)— la agricultura es la que domina. En el plano
mundial, la agricultura representa un 69% de todas las extracciones anuales de agua; la
industria, un 23%, y el uso doméstico, un 8%.
Existen grandes diferencias por región. En África se estima que 88% del agua dulce se utiliza
para la agricultura, 7% para fines domésticos y 5% para la industria. En Asia el agua también
se utiliza sobre todo para la agricultura, que según las estimaciones representa el 86% del uso
total, mientras que la industria sólo representa el 8% y el uso doméstico, el 6%. En Europa, sin
embargo, el agua se utiliza en su mayor parte para la industria, con 54% del total, mientras la
agricultura representa el 33% y el uso doméstico el 13%. El nivel de desarrollo económico de
un país se refleja, además de ser una forma clave de medir el mismo, en el volumen de agua
dulce que éste consume. La gente de aquellas regiones del mundo en desarrollo usa mucha
menos agua per cápita que en regiones desarrolladas. En África, la extracción de agua anual
per cápita para uso personal tiene un promedio de 17 metros cúbicos solamente (igual a 47
litros de agua por día), y en Asia, 31 metros cúbicos (igual a 87 litros por día). Por contraste,
se estima que un uso comparable de agua en el Reino Unido sería de 122 metros cúbicos por
año (334 litros por día), y en los Estados Unidas, 211 metros cúbicos por año (578 litros por
día).
Los países en desarrollo dedican casi toda el agua disponible a la agricultura. La India, por
ejemplo, utiliza 90% del agua para la agricultura y sólo 7% para la industria y 3% para uso
doméstico. Cuanto más alto es el nivel de desarrollo, más agua se utiliza para fines domésticos
e industriales y menos para la agricultura. Pero hay algunas importantes excepciones a la
regla. Japón, por ejemplo, aún utiliza la mayor parte del agua dulce para el riego de los
arrozales. También en algunas zonas áridas de Europa, como España y Portugal, la mayor parte
del agua disponible se utiliza para la agricultura de regadío. En todo el mundo la demanda de
agua dulce per cápita se está elevando considerablemente a medida que los países se
desarrollan económicamente. La extracción de agua ha aumentado en las tres categorías
principales del uso, para satisfacer la creciente demanda industrial, la creciente demanda
doméstica, incluidos los servicios municipales, y la creciente dependencia del riego para la
producción de alimentos.
• URBANIZACION
El nivel de uso del agua también pone de manifiesto el nivel de urbanización de un país. El
bajo uso doméstico actual en muchos países en desarrollo a menudo refleja lo difícil que es
obtener agua dulce. Los sistemas de agua por tubería son raros en las zonas rurales. Dos
tercios de la población mundial, en su mayor parte en los países en desarrollo, obtienen el
agua en fuentes públicas, pozos comunales, ríos y lagos, o el agua de lluvia recogida de los
techos.
20
Con frecuencia, la población rural, generalmente mujeres y niñas, deben caminar varios
kilómetros y pasar muchas horas yendo a buscar agua para la familia. En África, por ejemplo,
las mujeres y niñas pasan 40.000 millones horas por persona por año acarreando agua. Con la
urbanización, el uso de agua aumenta notablemente. En 1900, por ejemplo, la familia media
norteamericana utilizaba solo 10 metros cúbicos de agua por año, en comparación con más
de 200 metros cúbicos hoy día. ¿Por qué? Cien años atrás, casi todos los habitantes de Estados
Unidos extraían el agua de pozos y tomas de agua públicas. La mayoría de los hogares no
disponían de agua corriente, excepto en las grandes ciudades, y la mayor parte de la población
vivía en zonas rurales. Hoy, en cambio, prácticamente todos los hogares de Estados Unidos
tienen agua corriente, que les cuesta muy poco a los usuarios.
A medida que el mundo se vuelve predominantemente urbano y la agricultura depende cada
vez más del riego, será difícil para las ciudades satisfacer la demanda creciente de agua. En los
países en desarrollo el rápido crecimiento urbano suele ejercer tremenda presión en los
sistemas de abastecimiento de agua anticuados e inadecuados. Entre 1950 y 1980, por
ejemplo, se triplicó e incluso se cuadruplicó la población de muchas ciudades de América
Latina, como Bogotá, México D.F., Sao Paulo y Managua.
En ciudades sudafricanas como Nairobi, Dar es Salaam, Lagos y Kinshasa la población aumentó
siete veces, sobre todo a causa del éxodo rural. En los años noventa, las ciudades de los países
en desarrollo recibieron unos 60 millones de nuevos habitantes por año. Pero muchos
organismos no están equipados para administrar el abastecimiento municipal de agua,
mientras algunos países tienen sistemas ineficaces de asignación del agua que lleva a que ésta
escasee en las ciudades al mismo tiempo que se usan los recursos hídricos para la agricultura
subvencionada.
Los años de rápido crecimiento demográfico y el creciente consumo de agua para la
agricultura, la industria y las municipalidades han creado tensiones en los recursos de agua
dulce mundialmente. En algunas zonas la demanda de agua ya es superior al suministro de la
naturaleza, y se prevé que un número cada vez mayor de países enfrentarán condiciones de
escasez de agua en un futuro cercano.
21
• CRECIMIENTO DE LA POBLACION
La población del mundo, es de más de 8.000 millones (2022 – ONU) y está creciendo a razón
de unos 80 millones por año. Esta cifra entraña un aumento de la demanda de agua dulce de
aproximadamente 64.000 millones de metros cúbicos por año, cantidad equivalente a todo el
caudal anual del Rin. Si bien las tasas de crecimiento de la población se han frenado algo, el
número absoluto de habitantes que se añaden cada año a la población, la cifra pertinente para
considerar la disponibilidad y necesidad de agua dulce, permanece cerca de los niveles más
altos de la historia. Para dar un ejemplo, como desde 1970 se han añadido al planeta casi
2.000 millones de habitantes, se dispone ahora de un tercio menos de agua per cápita que
entonces. China y la India, que ocupan, respectivamente, el primero y el segundo lugar entre
los países más populosos del mundo, ofrecen ejemplos de la manera en que aun modestas
tasas de crecimiento demográfico se traducen en grandes números absolutos cuando la base
poblacional es grande.
En China la tasa de crecimiento de la población estimada en 2021 es de al menos un 1% por
año. Pero como la población de China es de más de 1.400 millones de habitantes, aun una
tasa de crecimiento demográfico baja significa 14 millones más de habitantes por año. La tasa
de crecimiento demográfico de la India, que es de alrededor de 1,9% por año,
considerablemente más alta que la de China, significa que anualmente se añaden unos 28
millones de habitantes a la población actual de la India de 1.400 millones (Banco Mundial,
2022). En las dos regiones del mundo que ya enfrentan la escasez de agua absoluta o
estacional más seria, África y el Cercano Oriente, las tasas de crecimiento de la población
siguen estando entre las más altas del mundo. En el África subsahariana la población está
creciendo, término medio, a razón de 2,6% por año; en el Cercano Oriente y África del Norte,
a razón de 2,2%. Estas tasas de crecimiento demográfico tienen consecuencias nefastas para
el suministro de agua per cápita en los países de esas regiones.
A medida que crece la población, aumenta el número de países que confrontan condiciones
de escasez de agua. Se dice que un país experimenta tensión hídrica cuando el suministro
anual de agua desciende a menos de 1.700 metros cúbicos por persona. Cuando desciende a
niveles de 1.700 a 1.000 metros cúbicos por persona, pueden preverse situaciones de escasez
periódica o limitada de agua. Cuando los suministros anuales de agua bajan a menos de 1.000
metros cúbicos por persona, el país enfrenta escasez de agua. Una vez que un país
experimenta escasez de agua, puede esperar una escasez crónica que amenace la producción
de alimentos, obstaculice el desarrollo económico y dañe los ecosistemas. Hay una necesidad
mínima de 100 litros por día por persona para uso doméstico, y de 5 a 20 veces más para usos
agrícolas e industriales (Banco Mundial y OMS – 2022) y esto es válido para efectuar
proyecciones de la disponibilidad de agua per cápita y para pronosticar situaciones de escasez
de agua en 2025 y 2050. Los cálculos sobre tensión hídrica y escasez de agua se basan en
estimaciones de los suministros renovables de agua dulce de un país y no incluyen el agua
extraída de acuíferos subterráneos fósiles. Las aguas subterráneas fósiles son esencialmente
un recurso no renovable puesto que estos profundos acuíferos necesitan decenas de miles de
años para reponerse. Un país puede evitar por un tiempo los efectos de la tensión hídrica
extrayendo agua no renovable, pero esta práctica no es sostenible, especialmente si la
población continúa creciendo rápidamente y aumenta la demanda de agua per cápita.
22
En 1995, 31 países con una población conjunta de más de 460 millones, enfrentaron tensión
hídrica o escasez de agua. Esto representa una adición de solo tres países desde 1990, cuando
28 países con una población de 340 millones en total experimentaron tensión hídrica o escasez
de agua. Pero el número de habitantes que, según se estima, viven en países con tensión
hídrico y escasez de agua experimentó un aumento de casi 130 millones durante estos cinco
años, lo que pone de manifiesto el aumento de la población en países con escasez de agua.
Estas cifras, que ya son indicio de un serio problema, están prontas a hacer explosión. En 2025
más de 2.800 millones de personas vivirán en 48 países que encaran tensiones hídricas o
escasez de agua, según proyecciones de PAI basadas en las proyecciones medias de población
recientemente revisadas de las Naciones Unidas De estos 48 países, 40 están en el Cercano
Oriente y Norte de África o en el África subsahariana. Las proyecciones indican que en los
próximos dos decenios, el solo aumento de la población, para no mencionar la creciente
demanda per cápita, llevará a que todo el Cercano Oriente experimente escasez de agua.
Hacia el 2050 el número de países con tensión hídrica o escasez de agua ascenderá a 54, y la
población conjunta a 4.000 millones de habitantes, 40% de la población mundial proyectada
de cerca de 10.000 millones.
CERCANO ORIENTE Y NORTE DE ÁFRICA
Los 20 países del Cercano Oriente y Norte de África enfrentan las peores perspectivas. El
Cercano Oriente es la región del mundo más escasa de agua. En efecto, todo el Cercano
Oriente "se quedó sin agua" en 1972, cuando la población total de la región era de 122
millones, de acuerdo a Tony Allan, experto en recursos hídricos de la Universidad de Londres.
Desde entonces la región ha estado extrayendo de los ríos y acuíferos más agua de la que se
repone. Actualmente, por ejemplo, Jordania y el Yemen extraen anualmente de los acuíferos
subterráneos un 30% más de agua de la que se repone. También en Israel el uso anual de agua
ya supera en un 15% el suministro renovable. Arabia Saudita presenta uno de los peores casos
del mundo de uso de agua insostenible. Este país extremadamente árido debe ahora explotar
los acuíferos fósiles subterráneos para satisfacer las tres cuartas partes de sus necesidades de
agua.
23
Los acuíferos fósiles de Arabia Saudita han estado perdiendo, término medio, 5.200 millones
de metros cúbicos de agua por año. El agua es una de las principales cuestiones políticas que
confrontan los líderes del Cercano Oriente. Puesto que varias naciones comparten
prácticamente todos los ríos del Cercano Oriente, las tensiones actuales por los derechos al
agua podrían escalar y convertirse en francos conflictos, impulsados por el crecimiento de la
población y la creciente demanda de un recurso cada vez más escaso. Cuatro países del golfo
Pérsico: Bahréin, Kuwait, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, tienen tan poca agua
dulce disponible que recurren a la desalación, la costosa conversión del agua de mar en agua
dulce. Sin desalación, los estados del golfo Pérsico no podrían sostener una población ni
siquiera aproximada a la que tienen ahora. La población de Bahréin depende por completo de
la desalación del agua de mar del golfo. Este país no tiene prácticamente nada de agua dulce.
La desalación, por otra parte, es demasiado cara y no es práctica para la mayoría de los países
con escasez de agua, por no mencionar los países sin litoral, sea ahora o en el futuro previsible.
Gran parte de África al sur del Sahara encara serias limitaciones hídricas. Casi 200 millones de
personas viven en los países africanos con tensión hídrica. Si bien sólo 6 millones viven en
países con escasez de agua, el rápido crecimiento de la población empeorará el problema. En
2025, vivirán en países africanos con escasez de agua unos 230 millones de personas. Otros
460 millones estarán en países africanos con tensión hídrica. Se consideraría que áreas de
muchos grandes países como la India, China y los Estados Unidos enfrentarían tensiones
hídricas o escasez de agua si los cálculos fueran regionales y no nacionales. Diecinueve
importantes ciudades de la India ya se hallan frente a situaciones de escasez crónica de agua.
Se prevé que el país todo pasará en 2025 a la categoría de país con tensión hídrica. Por su
parte, China, con 22% de la población mundial, pero con sólo 7% del total de la escorrentía de
agua dulce, quedará en 2025 apenas fuera de la categoría de tensión hídrica determinada por
el límite de 1.700 metros cúbicos per cápita. Se ha estimado que los suministros de agua dulce
de China son capaces de sostener 700 millones de habitantes de manera sustentable, sólo la
mitad de la población actual del país de 1.400 millones.
Pese a las inundaciones periódicas del sur, a lo largo del río Yangtsé, China encara situaciones
de escasez crónica de agua dulce en la parte norte del país, que solo en la cuenca del río Hai
afecta a 92 millones de personas. Numerosas ciudades, inclusive Beijing, enfrentan
situaciones críticas de escasez de agua. En Beijing la capa freática ha estado descendiendo a
razón de aproximadamente dos metros por año, y la tercera parte de los pozos se han secado.
Aun en los Estados Unidos que, como nación, tiene agua en abundancia, las reservas de agua
subterránea se están agotando en muchas zonas. En general, el agua freática se usa a un ritmo
25% más rápido que el de recuperación. En la parte oeste del país, los acuíferos subterráneos
se están reduciendo a un ritmo aún más rápido en algunas zonas. El enorme acuífero Ogallala,
especialmente, que se extiende debajo de partes de seis estados y riega 6 millones de
hectáreas, se ha sobreexplotado. En algunas regiones se ha extraído la mitad del agua allí
existente. En los países desarrollados y en desarrollo por igual está aumentando la
competencia entre los usuarios de agua. Como podría esperarse, las tensiones son
especialmente grandes en zonas escasas de agua en las que las presiones de la población, la
urbanización y las necesidades del desarrollo se combinan para crear una intensa demanda
de recursos limitados de agua dulce.
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Varios países desarrollados con escasez de agua enfrentan actualmente tensiones por esa
causa, inclusive Bélgica, el Reino Unido, Polonia, Singapur y los Estados Unidos. En el sur de
Gran Bretaña, por ejemplo, la demanda urbana de agua está aumentando tan rápidamente
que supera la capacidad de suministro de los ríos y acuíferos durante los meses más secos del
verano. En el oeste de Estados Unidos, los agricultores que quieren más agua para el riego de
sus cultivos se contraponen a las zonas urbanas rápidamente crecientes que demandan más
agua para uso doméstico y otros servicios municipales. En la India hay disputas entre los
estados por el derecho al uso del agua y por los embalses que podrían suministrar más agua
a un estado a costa de otro. China ya está practicando lo que algunos hidrólogos llaman "el
juego de suma cero de la gestión del agua".
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El juego de suma cero, es cuando las autoridades le quitan agua a un usuario para dársela a
otro, tiene lugar entre las zonas en competencia del país y entre los tipos de uso en
competencia, como cuando las ciudades compiten con los agricultores. El río Amarillo, en
China, es un caso clásico del juego de suma cero. El río está tan sobreexplotado que en el
último decenio todos los años quedó seco durante 70 días, término medio, antes de
desembocar en el mar Bohai. Asimismo, para satisfacer las necesidades urbanas, el gobierno
de China está proyectando construir un enorme acueducto que transportará agua del embalse
de Danjiangkou, en la provincia de Henan, a Beijing, a través de 1.300 kilómetros de tierras
dedicadas a la intensa explotación agrícola, tierras que también necesitan agua para la
producción de alimentos. Si China desvía demasiada agua de las tierras dedicadas a la
agricultura, la producción de granos probablemente ha de sufrir las consecuencias y China se
verá obligada a importar más granos. Pero otros países productores de granos tienen pocas
probabilidades de incrementar las exportaciones. En Estados Unidos y Europa, por ejemplo,
los incrementos de la productividad agrícola apenas se mantienen al mismo ritmo que los
incrementos de la población. Australia y Canadá dependen de la agricultura de secano y están
limitados por las escasas lluvias. De modo que la "escasez de agua de China pronto podría
convertirse en escasez mundial de granos" y la demanda en aumento de granos en China
podría provocar el alza de los precios en el mercado mundial y ponerlos fuera del alcance de
algunos países pobres.
CONFLICTOS REGIONALES
En casi todos los países donde escasea el agua, la amenaza de conflictos regionales por este
limitado recurso está surgiendo como un serio problema. En África, por ejemplo, unos 50 ríos
sirven, cada uno de ellos, a dos o más países que lo comparten. En particular, el acceso al agua
de las cuencas del Nilo, el Zambeze, el Níger y el Volta es una posible fuente de conflictos. En
Asia Central, la cuenca del mar de Aral es fuente de numerosos conflictos internacionales por
el agua. Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajstán, Kirguizistán y Tayikistán dependen para su
supervivencia de las aguas de los ríos Amu Darya y Syr Darya. El curso de ambos ríos se ha
desviado casi totalmente para alimentar cultivos de regadío intenso, como algodón y arroz.
Generalmente solo llega un hilo de agua al mar de Aral.
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A medida que aumenta la demanda de estas aguas, crece el desacuerdo de los países respecto
a su división, y las cinco repúblicas del Asia Central demandan una mayor parte. Las disputas
están aumentando entre los quirguices y los uzbecos por el agua y las tierras del fértil valle de
Ferganá; entre los quirguices y los tayiks por la asignación del agua para el riego del Syr Darya;
y entre los turkmenistanos y los uzbecos por la distribución del agua de riego del Amu Darya.
En los Estados Unidos, el río Colorado, que corre a través de la parte sudoeste del país, ha
alimentado la agricultura de regadío y ha permitido el crecimiento explosivo de las ciudades
del desierto. Pero ahora la demanda de agua del río para el riego y el uso urbano se ha vuelto
tan grande que el río ya no llega a su desembocadura en el golfo de California en México. Sus
aguas terminan en un chorro delgado en algún lugar del desierto al sur de la frontera entre
México y Estados Unidos. La prematura desaparición del río ha sido causa de altercados entre
estos dos países.
USO EXCESIVO Y CONTAMINACIÓN
El uso excesivo y la contaminación de los recursos de agua dulce del mundo son fenómenos
de reciente data. Se desconocen las consecuencias a largo plazo, pero ya han infligido grave
daño al medio ambiente y presentan riesgos crecientes a numerosas especies. El agua
contaminada y la falta de saneamiento también están incubando una tragedia sanitaria
humana. Además, el triste estado de los recursos de agua dulce contribuye a deteriorar las
aguas adyacentes a la costa y los mares. Se estima que en 1996 la población humana del
mundo estaba usando 54% del agua dulce accesible contenida en los ríos, lagos y acuíferos
subterráneos.
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Según proyecciones conservadoras, este porcentaje ascenderá por lo menos a 70% en 2025,
si se tiene en cuenta sólo el crecimiento de la población, y mucho más si el consumo per cápita
continúa aumentando al ritmo actual. A medida que la humanidad extrae una proporción
creciente de la totalidad del agua, va quedando menos para mantener los ecosistemas vitales
de los que también dependemos. Se necesita una porción considerable del total de agua dulce
disponible en el ciclo hidrológico para sostener los ecosistemas acuáticos naturales, ciénagas,
ríos, zonas pantanosas costeras y los millones de especies que albergan. Los ecosistemas
naturales sanos son reguladores indispensables de la calidad y la cantidad del agua. Por
ejemplo, las llanuras aluviales absorben y almacenan agua cuando los ríos anegan las orillas,
reduciendo el daño aguas abajo. En prácticamente todas las regiones del mundo, el uso
descuidado de los recursos hídricos está dañando el medio ambiente natural. Globalmente,
más de 20% de todas las especies de peces de agua dulce corren peligro o son vulnerables, o
se han extinguido recientemente. Como lo demuestran los ejemplos siguientes, la utilización
excesiva o errónea de los recursos de agua dulce acarrea serias consecuencias para las
especies naturales y para las poblaciones humanas:
• La desviación de las aguas del río Nilo, junto con la acumulación de sedimentos
atrapados detrás de los diques y presas, ha causado la contracción del fértil delta del Nilo.
De 47 especies comerciales de peces, unas 30 se han extinguido o están prácticamente
extintas. Las pesquerías del delta que en un tiempo mantenían a más de un millón de
personas han sido aniquiladas.
• El lago Chad, en la región del Sahel, en África, que abarcaba 25.000 kilómetros
cuadrados, ha quedado reducido a sólo 2.000 kilómetros cuadrados en los tres decenios
últimos a causa de las sequías periódicas y las desviaciones en gran escala del agua para
el riego. Las ricas pesquerías del lago de una época se han venido completamente abajo.
• Pese a los trabajos de limpieza, el río Rin, que corre a través de la región industrial de
Europa Occidental, está tan contaminado que ha perdido 8 de sus 44 especies de peces.
Otras 25 especies son ahora raras o están en peligro de extinción.
• En Colombia, la producción pesquera del río Magdalena bajó de 72.000 toneladas
métricas en 1977 a 23.000 toneladas métricas en 1992 —una baja de dos tercios en 15
años— como resultado del desarrollo agrícola, urbano e industrial y de la deforestación
en la cuenca del río.
• En el Sudeste de Asia, las pesquerías del río Mekong experimentaron una baja de dos
tercios de la producción a causa de los embalses, la deforestación y la conversión de 1.000
kilómetros cuadrados de manglares en arrozales y estanques piscícolas.
• El estado de California, en los Estados Unidos, ha perdido más del 90% de las zonas
pantanosas. Como resultado, casi dos tercios de los peces nativos de ese estado se han
extinguido, o están en peligro o amenazados de extinción, o en declinación.
En muchos países la demanda siempre creciente de productos forestales y tierras agrícolas,
estimulada por el rápido crecimiento de la población y el desarrollo está haciendo peligrar
cada vez más los recursos ambientales y el suministro de agua mismo. Los bosques son
importantes reguladores del agua. La estructura de las raíces actúa como esponjas de la
naturaleza, absorbiendo el agua y liberándola lentamente a lo largo del año, contribuyendo
así al mantenimiento del caudal de los ríos, la reposición del suministro de agua subterránea,
la reducción de la erosión del suelo y la liberación de la humedad en la atmósfera.
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Si se sacan los bosques y las tierras agrícolas sufren erosión, la sedimentación obstruye el
cauce de los ríos, las inundaciones se vuelven más frecuentes, las reservas de agua
subterránea desaparecen y el clima cambia. La contaminación está muy generalizada. Pocos
países, sea en desarrollo o industrializados, han protegido adecuadamente la calidad del agua
y han controlado su contaminación. Muchos países carecen de normas para controlar el agua
de manera adecuada, mientras que otros no pueden hacer cumplir las normas de calidad del
agua. Cada vez más, las organizaciones para el desarrollo internacional piden que los países
en desarrollo dediquen más atención a la protección y el mejoramiento de la calidad del agua.
El mundo desarrollado también debe gastar y esforzarse más para limpiar las corrientes de
agua degradadas, o el desarrollo económico se detendrá y la calidad de la vida decaerá.
La agricultura es el sector que más contaminación produce, más aún que las industrias y las
municipalidades. En prácticamente todos los países en los que se aplican fertilizantes agrícolas
y plaguicidas, se han contaminado acuíferos subterráneos y el agua de superficie. Los
desechos animales son otra fuente de contaminación persistente en algunas zonas. El agua
que vuelve a los ríos y arroyos después de haberse utilizado para el riego está a menudo
seriamente degradada por el exceso de nutrientes, salinidad, agentes patógenos y sedimentos
que suelen dejarla inservible para cualquier otro uso posterior, a menos de tratarla,
habitualmente a gran costo., en instalaciones depuradoras de agua.
En Estados Unidos, los productos químicos usados en la agricultura, los sedimentos de la
erosión y los desechos animales han ensuciado más de 278.000 kilómetros de vías fluviales.
Se dice que la agricultura es responsable de 70% de la actual contaminación del agua en los
Estados Unidos. En la India, que depende de la agricultura de regadío para abastecerse de
alimentos, más de 4 millones de hectáreas de tierra de alta calidad han quedado abandonadas
a raíz de la salinización y el anegamiento causados por el riego excesivo.
La tremenda producción de contaminantes del mundo pone a prueba la capacidad de las
corrientes de agua para asimilar o librarse de la contaminación. Los ingenieros hidráulicos
tienen un dicho: "la solución de la contaminación es la dilución". Este axioma está asumiendo
dimensiones alarmantes. Todos los años se arrojan a los ríos, arroyos y lagos
aproximadamente 450 kilómetros cúbicos de aguas servidas. Para diluir y transportar esta
agua sucia antes de volverla a usar se necesitan otros 6.000 kilómetros cúbicos de agua limpia,
un volumen igual a unas dos terceras partes del total anual de la escorrentía de agua dulce
utilizable del mundo. De continuar las tendencias actuales, a mediados del próximo siglo se
necesitaría todo el caudal fluvial estable del mundo sólo para el transporte y dilución de los
contaminantes, según estima la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación.
Europa y Norteamérica confrontan enormes problemas de contaminación del agua. Más de
90% de los ríos de Europa tienen altas concentraciones de nitrato, sobre todo de productos
químicos utilizados en la agricultura, y 5% de ellos tienen concentraciones por lo menos 200
veces mayores que los niveles naturales de nitrato comunes de los ríos no contaminados. En
Polonia, tres cuartas partes del agua de los ríos del país están demasiado contaminadas aun
para uso industrial.
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Más de la mitad de los lagos de Europa son eutróficos a causa de la sobrecarga de nutrientes
agrícolas y municipales. La eutrofización es un proceso que ocurre cuando un exceso de
nutrientes estimula el crecimiento de algas, las que, cuando se mueren y descomponen,
quitan oxígeno al agua. En Europa la eutrofización se ha convertido en uno de los problemas
más serios que afectan el agua dulce y los ambientes marinos cercanos a la costa.
La contaminación del agua subterránea en Europa está empeorando. Dentro de 50 años es
probable que los acuíferos subterráneos de Europa occidental y central estén contaminados
con plaguicidas y fertilizantes. En 2021, de los 1.600 campos de pozos perforados para extraer
agua subterránea en Hungría, 600 ya están contaminados, principalmente con productos
químicos utilizados en la agricultura. En la República Checa, 70% de las aguas de superficie
están sumamente contaminadas, sobre todo con desechos municipales e industriales. Un 30%
de los ríos del país están tan sucios con contaminantes que no hay pez que sobreviva. En
Estados Unidos, 40% de las aguas de superficie no son aptas para bañarse ni para pescar, y
48% de los lagos son eutróficos. La contaminación es un problema inquietante en los países
donde la población está creciendo rápidamente, las demandas del desarrollo son grandes y
los gobiernos tienen otras prioridades para las inversiones. En los países en desarrollo, 90% a
95%, término medio, de las aguas negras domésticas y 75% de los desechos industriales se
descargan en aguas de superficie sin ningún tratamiento de ninguna clase.
Considérense estos ejemplos:
• Los 14 ríos principales de la India están muy contaminados. Estos ríos transportan,
juntos, 50 millones de metros cúbicos de aguas negras sin tratar por año a las aguas
adyacentes a la costa de la India. Todos los días la ciudad de Nueva Delhi arroja 200 millones
de litros de aguas negras sin tratar y 20 millones de litros de desechos industriales al río
Yamuna, cuando este pasa a través de la ciudad, camino del Ganges.
30
• En Tailandia y Malasia el agua está tan contaminada que los ríos suelen contener 30 a
100 veces más agentes patógenos, metales pesados y sustancias tóxicas de la industria y la
agricultura que lo permitido por las normas de salud del gobierno.
• Más de tres cuartas partes de 50.000 kilómetros de importantes ríos de China están
tan llenos de contaminantes y sedimentos que ya los peces no pueden vivir en ellos. En
1992 las industrias de China descargaron 36.000 millones de toneladas métricas de
efluentes no tratados o parcialmente tratados en ríos, arroyos y aguas adyacentes a la
costa. En secciones del río Liao, que corre a través de una parte sumamente industrializada
del norte de China, se murieron en 1986 casi todos los organismos acuáticos dentro de un
radio de 100 kilómetros cuando, en un período de tres meses, se arrojaron al río 1.000
millones de toneladas de desechos industriales.
• En el Gran Sao Paulo, Brasil, todos los días se arrojan al río Tieté, 300 toneladas
métricas de efluentes no tratados de 1.200 industrias al pasar el río por la ciudad. Como
resultado, el río contiene altas concentraciones de plomo, cadmio y otros metales pesados.
La ciudad también descarga en el río unas 1.000 toneladas métricas de aguas negras por
día, de las cuales sólo 12% se someten a algún tratamiento.
• Karachi, la mayor ciudad de Pakistán, ha abrumado por completo la capacidad de sus
anticuadas instalaciones de depuración de aguas servidas. A raíz de las frecuentes averías
y atascamientos de las cañerías, estas instalaciones a menudo operan a 15% de su
capacidad como máximo. La mayor parte de todas las aguas servidas se filtran en el suelo
circundante, contaminando los pozos de dónde sacan agua para beber los residentes de la
ciudad.
Aunque la agricultura sigue siendo la fuente más grande de contaminación del agua, los
desechos de las industrias y municipalidades han aumentado enormemente en los últimos
decenios. Se estima que entre 200 y 400 productos químicos importantes contaminan los ríos
del mundo. Los contaminantes industriales, como los desechos de las fábricas de productos
químicos, suelen arrojarse directamente a las vías fluviales. El agua arrastra también sales y
aceites de las calles de las ciudades. En los vertederos industriales y municipales se produce
la lixiviación de metales pesados y cloros orgánicos. Además, contaminantes como el dióxido
sulfuroso y los óxidos de nitrógeno, que se combinan en la atmósfera para formar lluvia ácida,
han tenido amplios efectos en los ecosistemas de agua dulce y terrestres. La lluvia ácida hace
bajar el pH de los ríos y corrientes de agua. A menos que el calcio (contenido en la piedra
caliza) las amortigüe, las aguas acidificadas matan a muchos peces sensibles a la acidez,
inclusive el salmón y la trucha. En el suelo, los ácidos pueden liberar metales pesados, como
plomo, mercurio y cadmio, que luego se cuelan en las vías de agua.
Algunos de los peores contaminantes son las sustancias químicas sintéticas. En el mundo se
usan comúnmente unas 70.000 sustancias químicas diferentes. Se estima que todos los años
se introducen 1.000 compuestos nuevos. Muchos de ellos llegan a los ríos, lagos y acuíferos
subterráneos. En los Estados Unidos solamente, se han detectado más de 700 sustancias
químicas en el agua para beber, 129 de las cuales se consideran sumamente tóxicas. Varias
sustancias químicas sintéticas, especialmente el grupo conocido como contaminantes
orgánicos persistentes (COP), entre los que están incluidos hidrocarburos halogenados,
dioxinas y cloros orgánicos como el DDT y los PCB (difenilos policlorinados).
31
AGUA Y SALUD
Las enfermedades relacionadas con el agua son una tragedia humana que todos los años
causan la muerte de millones de personas, impiden que millones más gocen de una vida
saludable y menoscaban los esfuerzos en favor del desarrollo. En todo el mundo unos 2.300
millones de personas padecen enfermedades vinculadas con el agua. Un 60% de la mortalidad
de niños menores de un año está relacionada con enfermedades infecciosas y parasitarias, en
su mayor parte vinculadas con el agua. En algunos países las enfermedades relacionadas con
el agua constituyen una alta proporción de la totalidad de enfermedades entre los adultos y
los niños. En Bangladesh, por ejemplo, se estima que las tres cuartas partes de todas las
enfermedades están relacionadas con el agua impura y servicios de saneamiento
inadecuados. En Pakistán, la cuarta parte de las personas que concurren a los hospitales tienen
enfermedades relacionadas con el agua. La provisión de agua pura y de saneamiento
adecuado salvaría millones de vidas al reducir la prevalencia de enfermedades relacionadas
con el agua.
32
De allí que los países en desarrollo y las organizaciones de asistencia deberán dar alto grado
de prioridad a la búsqueda de soluciones para estos problemas. Si bien las enfermedades
relacionadas con el agua varían considerablemente en cuanto a su naturaleza, transmisión,
efectos y tratamiento, los efectos adversos para la salud relacionados con el agua pueden
organizarse en tres categorías: enfermedades transmitidas por el agua, incluidas las causadas
por organismos fecales-orales y las causadas por sustancias tóxicas; las enfermedades con
base en el agua y las enfermedades de origen vectorial relacionadas con el agua. Puesto que
la agricultura utiliza casi el 70% del agua extraída en todo el mundo de ríos, lagos y acuíferos
subterráneos para uso humano, el incremento de la eficiencia de la agricultura de regadío es
lo que mayores posibilidades ofrece para la conservación del agua. Por ejemplo, si se
aumentara en sólo 10% la eficiencia del riego en la llanura del Indo, en Pakistán, se estima que
podrían regarse 2 millones más de hectáreas de tierras de labranza.
En su mayoría, los sistemas de riego desperdician agua. Por lo común, sólo entre 15% y 50%
del agua extraída para la agricultura de regadío llega a la zona de cultivos. La mayor parte se
pierde por absorción en las acequias no revestidas, por las fugas de las cañerías, o por
evaporación antes de llegar a los campos de cultivo. Si bien parte del agua "perdida" en los
sistemas de riego ineficientes retorna a las corrientes de agua o acuíferos, de donde puede
volver a extraerse, su calidad se ha degradado por obra de los plaguicidas, fertilizantes y sales
que se escurren por el suelo. Los sistemas de riego deficientemente planeados y construidos
han limitado el rendimiento de la mitad de todas las tierras de regadío. Paradójicamente, aun
cuando llegue en cantidad suficiente a las tierras agrícolas, el agua de riego puede estropear
gran parte de las tierras a menos que se drene de manera apropiada. Especialmente en
muchas zonas áridas, las sales que existen naturalmente en el suelo deben drenarse con el
riego por escorrentía. Si se dejan acumular en el suelo, llegarán finalmente a la superficie,
envenenando la tierra. Además, el agua de riego deficientemente drenada puede elevar la
capa freática hasta llegar a la altura de la raíz, anegando y ahogando los cultivos. A escala
mundial, unos 80 millones de hectáreas de tierras agrícolas se han degradado por una
combinación de salinización y anegamiento.
Prescindiendo del uso que se le dé al agua, sea para la agricultura, la industria o los servicios
municipales, hay grandes posibilidades de mejorar su conservación y aprovechamiento. El
agua se desperdicia en casi todas partes. Hasta que realmente escasea, casi todos los países y
casi todas las personas consideran natural tener acceso al agua dulce. O sea que debemos
regular mejor la demanda de agua en lugar de continuar concentrándonos en una gestión
orientada hacia el suministro. En lo que respecta a la demanda, una variedad de medidas
económicas, administrativas y comunitarias pueden ayudar a conservar agua
inmediatamente. A la larga, la desaceleración del crecimiento de la población contribuirá a
contener el incremento de la demanda de agua y ayudará a ganar más tiempo para elaborar
mejores estrategias de conservación y aprovechamiento del agua.
Varios países están empeñados en mejorar la eficiencia del riego, ahorrando así agua y
protegiendo la tierra. El riego por goteo es una de las técnicas, consistente en una red de tubos
porosos o perforados, instalados generalmente en la superficie o bajo tierra, que llevan el
agua directamente a las zonas de las raíces de los cultivos.
33
Mediante esta técnica se mantienen bajas las pérdidas por evaporación, con una tasa de
eficiencia del 95%. Se estima que en los sistemas de riego por goteo el uso del agua se reduce
de un 40% a 60%, en comparación con los sistemas de riego por gravedad.
En los años setenta los sistemas de riego por goteo se aplicaron mundialmente sólo en 56.000
hectáreas, sobre todo para suministrar agua a las hortalizas y frutales en Australia, Israel,
México, Nueva Zelandia, Sudáfrica y los Estados Unidos. En 1991 esa cifra se había elevado a
1,6 millón de hectáreas. Aunque esta área constituye menos del 1% de todas las tierras de
regadío del mundo, el riego por goteo se utiliza extensamente en algunos países. Israel, por
ejemplo, se vale del riego por goteo en 50% de toda el área de regadío.
Varios países canalizan las aguas servidas urbanas tratadas de los pueblos y ciudades hacia las
fincas cercanas donde se cultivan hortalizas y frutales. Actualmente, por lo menos medio
millón de hectáreas de 15 países se riegan con aguas servidas urbanas tratadas, generalmente
denominadas "aguas pardas". Israel tiene el programa de aguas pardas más ambicioso de
todos los países. Casi todas las aguas servidas de Israel se depuran y vuelven a utilizarse para
regar 20.000 hectáreas de tierras de labranza. Algunos países en desarrollo también emplean
esta técnica:
• En la ciudad de México las aguas servidas urbanas tratadas riegan y fertilizan campos
de alfalfa. La alfalfa, a su vez, se vende como forraje a agricultores de pequeña escala que
crían cobayos y conejos.
• Un tercio de las verduras cultivadas en Asmara, Eritrea, se riega con aguas servidas
urbanas tratadas.
• En Lusaka, Zambia, los ocupantes ilegales de una de las barriadas más grandes riegan
las hortalizas con aguas servidas de los estanques clarificadores cercanos.
34
En algunos lugares se aplica el mismo concepto de manera diferente. Por ejemplo, en Calcuta,
India, gran parte de las aguas servidas sin tratar se canalizan a un sistema de lagunas naturales
donde se crían peces. Las 3.000 hectáreas de lagunas de la ciudad producen unas 6.000
toneladas métricas de pescado por año para los consumidores urbanos. El pescado no
presenta riesgos para la salud pues las lagunas absorben y limpian las aguas servidas. Pero a
menos que las aguas servidas reciban algún tratamiento previo, sea de los pantanos naturales
o de las plantas de tratamiento, pueden transmitir organismos patógenos a las verduras y
frutas y poner en peligro la salud humana.
Esas técnicas de tratamiento natural del agua, como la que hace uso de los pantanos, pueden
ser a menudo una posibilidad en lugar de los sistemas modernos de tratamiento del agua que
son demasiado costosos para las zonas urbanas pobres de los países en desarrollo. El reciclaje
de desechos con fines agrícolas mediante el uso de lagunas de oxidación y lagunas aireadas
no requiere tanta tierra como suele suponerse. La industria hace uso intensivo del agua. Así,
por ejemplo, para fabricar una tonelada de acero pueden consumirse hasta 300 toneladas de
agua. En los países desarrollados las industrias usan entre la mitad y las tres cuartas partes de
toda el agua extraída, en comparación con el promedio mundial de aproximadamente la
cuarta parte. Empujadas por los reglamentos más rígidos y la necesidad de recortar los costos,
las industrias con uso intensivo de agua como las de productos químicos, hierro y acero, y
pulpa y papel han dado grandes pasos para reducir la cantidad de agua necesaria para la
producción. En algunos países estas industrias están recuperando y reciclando el agua en los
actuales procesos de producción, y también rediseñando estos procesos para que requieran
menos agua por unidad de producción.
Considérense los siguientes ejemplos:
• En los Estados Unidos, el uso de agua industrial disminuyó más de un tercio entre 1950
y 1990, mientras que la producción industrial casi se cuadruplicó.
• En la ex Alemania Occidental la cantidad total de agua utilizada en la industria hoy día
es la misma que en 1975, mientras que la producción industrial ha aumentado casi un 45%.
35
• En Suecia las estrictas medidas de control de la contaminación han logrado reducir a
la mitad el uso del agua en la industria de la pulpa y el papel, mientras que la producción
se ha duplicado en poco más de un decenio.
Para conservar agua destinada al uso personal en las ciudades (inclusive la de uso doméstico
y municipal) se requiere regular tanto el suministro como la demanda de agua. Gran parte del
agua suministrada por las municipalidades se pierde antes de llegar a los consumidores, por
fugas en las cañerías principales, tuberías y grifos, o por extraérsela de grifos ilegales. Además,
cuando los consumidores tienen acceso conveniente al agua corriente, usan mucho más de lo
que realmente necesitan. En los Estados Unidos, por ejemplo, se usan para fines personales
600 litros por día, término medio, en comparación con 50 litros por día en la India.
El suministro municipal de agua enfrenta problemas en casi todas partes. En una encuesta
realizada en 1986 de 15 ciudades latinoamericanas se encontró que los sistemas municipales
perdían entre 40% y 70% del agua. En la India más del 40% de toda el agua suministrada por
las municipalidades se pierde en tránsito, antes de que pueda llegar a los consumidores. Aun
en Malta, uno de los países con mayor tensión hídrico, 30% del agua destinada a los
consumidores se pierde por fugas del sistema. Los sistemas de abastecimiento municipal no
tienen por qué perder tanta agua. Por ejemplo, Ginebra, en Suiza, pierde sólo 13% del agua
en el camino de la fuente al consumidor. Si en la mayoría de las ciudades se ajustaran las
juntas de las cañerías y se arreglaran las fuentes de agua pública y las conexiones domiciliarias
que pierden, se recuperaría más de un tercio del agua que actualmente se desperdicia. Según
se estima, Yakarta, Indonesia, por ejemplo, podría reducir las pérdidas de agua en un 20% si
se repararan los caños de distribución que pierden, recuperándose así casi 45.400 millones de
litros de agua por año, lo suficiente para abastecer de agua corriente a
800.00 habitantes más.
Muchas ciudades podrían regular mejor el suministro de agua si pudieran eliminar los grifos
ilegales. En las Filipinas, por ejemplo, el Consejo Regulador del Agua ha estimado que hay unas
20.000 conexiones ilegales en el sistema de abastecimiento de agua de Manila, tanto
domésticas como comerciales, que extraen más de 200.000 metros cúbicos de agua por día.
En virtud de los términos de la Ley sobre la Crisis del Agua de 1995, cualquiera que se
encuentre robando agua puede recibir una multa o ir a la cárcel. El agua dulce es el líquido
que lubrica el desarrollo. Es un insumo económico como la infraestructura, la energía y la
pericia humana. Sin una mejor gestión de los escasos suministros de agua, el desarrollo
sostenible es imposible. Cuatro deficiencias políticas, en general, ponen de relieve la
incapacidad del mundo para regular los suministros de agua dulce para el desarrollo
sostenible, según el programa para el Desarrollo Ecológicamente Sostenible, del Banco
Mundial (2022):
1. La regulación del agua se halla fragmentada entre sectores e instituciones. Hay
demasiadas dependencias con las manos en el grifo del agua y prácticamente ninguna
coordinación de políticas entre los sectores de la economía. Las cuestiones concernientes
a la calidad del agua y la salud generalmente no se abordan en absoluto porque no cuadran
dentro del mandato de una única dependencia del gobierno.
36
2. Los gobiernos dependen demasiado de la administración centralizada para crear,
operar y mantener sistemas de regulación del agua. Las dependencias encargadas de
gestionar los suministros de agua a menudo ya están sobrecargadas de trabajo y carecen
de competencia técnica. Al mismo tiempo hay poca intervención de los custodios y poca
participación de la comunidad en el establecimiento de políticas referentes al agua y la
regulación del uso, de modo que los proyectos a menudo no satisfacen las necesidades de
la gente.
3. La mayoría de los países subestiman el agua dulce como recurso y no le ponen un
precio como valor económico. Muchos de los que más agua usan, como los agricultores,
reciben subvenciones del gobierno, y en efecto, se los alienta así a despilfarrar el agua que,
de lo contrario, probablemente no desperdiciarían. En su mayoría, los gobiernos
encuentran políticamente más aceptable encontrar nuevos suministros de agua que cobrar
a los mayores usuarios el costo íntegro del agua.
4. Las políticas de regulación del agua no vinculan la calidad del agua a la salud humana
y ambiental. En la mayoría de los casos se considera que el agua es un recurso que se extrae
y se usa tan frecuentemente y tanto como se necesite para cualquier fin. Sin una
consideración adecuada de la función clave del agua en la salud humana y ambiental, no
es de extrañarse que los recursos hídricos se hayan degradado en casi todas partes.
El agua dulce es una necesidad de todos, que proporciona sustento a todas las formas de vida,
nutre a los ecosistemas naturales y transporta y diluye los desechos. Sin suministros seguros
de agua dulce, el nivel de vida declina, las personas sufren y el desarrollo se torna más difícil.
Para un desarrollo sostenible se necesitarán cada vez más políticas inteligentes y estrategias
eficaces que no sólo conserven y protejan las fuentes de agua dulce, sino que también la
distribuyan equitativamente para satisfacer las necesidades de los consumidores, la industria
y la agricultura. Si bien los vínculos entre la población y los recursos de agua dulce son
complejos, es indudable que con el crecimiento de la población aumenta la demanda de agua
dulce. Si bien los nuevos métodos de regulación del suministro y la demanda de agua pueden
ayudar a corto plazo, es necesario reducir el crecimiento de la población para evitar que a la
larga se produzca una catástrofe. Hay, por ende, urgente necesidad de retardar el crecimiento
de la población y de estabilizar su tamaño lo más pronto posible.
Si bien la escasez de agua afecta a países de todas las regiones del mundo, es especialmente
un problema en los países en desarrollo. Casi las tres cuartas partes de la población mundial
de 6.000 millones viven en países en desarrollo. Además, cerca de 95% del crecimiento
demográfico tiene lugar en el mundo en desarrollo. Con las actuales tasas de fecundidad, la
población del África subsahariana, del Cercano Oriente y de partes de Asia meridional llegaría
a duplicarse en otros 20 a 40 años. De acuerdo con las tasas de crecimiento proyectadas, se
prevé que en el año 2050 la población del mundo ascenderá a 9.400 millones, de los cuales
8.000 millones vivirán en países en desarrollo. Hay necesidad, además, de que los servicios de
planificación familiar y de salud reproductiva se extiendan y mejoren para atender a millones
más de personas que están llegando al período de reproducción. Puesto que todos los años
se agregan 80 millones de habitantes a la población del mundo, las decisiones futuras de estos
jóvenes sobre el tamaño de la familia y el uso de recursos tendrán poderosas repercusiones
en las condiciones del mundo.
37
En los últimos 20 años los países han formulado numerosas recomendaciones en conferencias
internacionales sobre el agua. Pero en su mayor parte, los organismos de desarrollo
internacional y los gobiernos nacionales tienen aún que llevar a la práctica esas
recomendaciones. La primera conferencia internacional que advirtió acerca de la crisis
venidera del agua tuvo lugar en 1977 —la Conferencia sobre el Agua de las Naciones Unidas
celebrada en Mar del Plata, Argentina. A ésta han seguido varias otras, incluida la Reunión de
Consulta Mundial sobre el Agua Potable y el Saneamiento para los años noventa, que tuvo
lugar en Nueva Delhi en 1990, y la Conferencia Internacional sobre el Agua y el Medio
Ambiente, celebrada en Dublín en 1992. En los Principios sobre el Agua de Dublín convenidos
en la conferencia de 1992 se resumen los principios de la regulación sostenible del agua:
• Principio No. 1: El agua dulce es un recurso limitado y vulnerable, esencial para
sostener la vida, el desarrollo y el medio ambiente.
• Principio No. 2: El desarrollo y la gestión de los recursos hídricos, deberán fundarse
en un enfoque participatorio en el que intervengan los usuarios, planificadores y
autoridades de todos los niveles.
• Principio No. 3: La mujer desempeña un papel central en la provisión, gestión y
salvaguardia de los recursos hídricos.
• Principio No. 4: El agua tiene un valor económico en todos sus usos y se la reconocerá
como bien económico.
Más recientemente, en 1997, se preparó en base a un análisis de expertos una evaluación
integral de los recursos mundiales de agua dulce para la quinta sesión de la Comisión sobre
Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Como se declara en un informe del Secretario
General, "La evaluación concluye que las condiciones de escasez de agua y de contaminación
están causando extensos problemas de salud, limitando el desarrollo económico y agrícola, y
causando daño a una amplia variedad de ecosistemas. Esos problemas pueden amenazar los
suministros mundiales de alimentos y llevar al estancamiento económico en muchas zonas del
mundo. El resultado podría ser una serie de crisis hídricas locales y regionales, con serias
consecuencias mundiales".
Será difícil poner en práctica estos principios. En su mayoría, los países necesitan realizar
enormes inversiones en infraestructura de saneamiento y distribución del agua. En el mundo
desarrollado, por ejemplo, el Reino Unido debe gastar en el próximo decenio cerca de U$S
60.000 millones en la construcción de plantas de tratamiento de aguas servidas a fin de
satisfacer los nuevos estándares europeos de calidad del agua. Esto importa unos U$S 1.000
por cada persona del país. Hungría enfrenta problemas parecidos. Un quinto de la población
del país no está conectado a un sistema de alcantarillado en funcionamiento.
Hungría necesitará invertir unos U$S 3.500 millones en los próximos dos decenios para
conectar a todos sus ciudadanos a las plantas de depuración de aguas servidas. En los países
en desarrollo uno de los problemas más apremiantes es la abrumadora necesidad de invertir
grandes sumas en instalaciones de saneamiento y la provisión de agua limpia. El Banco
Mundial ha estimado que en el próximo decenio se necesitarán entre U$S 600.000 millones y
U$S 800.000 millones para satisfacer la demanda total de agua dulce, inclusive para
saneamiento, riego y generación de energía.
38
De esta enorme suma, el Banco Mundial podrá prestar sólo U$S 35.000 a U$S 40.000 millones
como máximo. El resto tendrá que venir de una combinación de financiación pública e
inversión privada. Pero para la mayoría de los países en desarrollo será difícil, si no imposible,
financiar ese resto. En América Latina solamente, por ejemplo, se estima que las inversiones
en gestión e infraestructura de los recursos hídricos requerirán la suma de U$S 100.000
millones en el curso de los dos próximos decenios.
Un aspecto importante de cualquier estrategia internacional de gestión de los recursos
hídricos es ayudar a los países que comparten cuencas hidrográficas a confeccionar políticas
factibles para ordenar los recursos hídricos más equitativamente. Un mundo escaso de agua
es un mundo inherentemente inestable. Casi 100 países comparten 13 grandes ríos y lagos.
Más de 200 sistemas hidrográficos atraviesan fronteras internacionales. Es posible que surjan
conflictos, especialmente donde los países con poblaciones rápidamente crecientes y tierra
arable limitada chocan por tener acceso a los recursos hídricos compartidos.
El caso de la India y Bangladesh demuestra cómo pueden ordenarse las cuencas hidrográficas
internacionales para satisfacer la demanda frente a suministros escasos de agua. El Ganges,
el río más grande e importante del subcontinente, nace en Nepal y recorre 2.600 kilómetros
a través de tres estados indios densamente poblados: Uttar Pradesh, Bihar y Bengala
Occidental, antes de entrar a Bangladesh y desembocar en la bahía de Bengala. El río afecta
las vidas de 500 millones de personas, muchas de las cuales dependen del río para subsistir
con la agricultura y la pesca. Después de medio siglo de amarga rivalidad por tener acceso a
las aguas del Ganges, la India y Bangladesh firmaron en diciembre de 1996 un nuevo convenio
para compartir el agua por 30 años.
Ambos países han proclamado una nueva era de ordenación de las aguas. El convenio, de
aplicarse en su totalidad, garantizará que Bangladesh reciba una cantidad mínima de agua
durante la estación seca, especialmente en los tres meses más secos del año: marzo, abril y
mayo.
39
Los críticos argumentan que, si el convenio ha de tener efecto a largo plazo, la India debe
comenzar a ordenar la cuenca del Ganges mucho mejor que hasta ahora. A causa de la
deforestación en Nepal y el norte de la India, ha aumentado mucho la cantidad de sedimento
que arrastra el agua hasta el río durante la estación de los monzones, atascando las vías
fluviales y aumentando la incidencia de inundaciones perjudiciales. A menos que se encuentre
la manera de captar escorrentías más estables durante la estación húmeda para aprovecharlas
durante la estación seca, los agricultores indios podrían sentirse tentados a sacar toda el agua
posible del río durante los meses más secos y hacer peligrar así el convenio. En los países
donde escasea el agua, los gobiernos deberán dar el más alto grado de prioridad a la gestión
de los recursos hídricos. Para un desarrollo sostenible es esencial confeccionar y aplicar una
estrategia nacional de regulación del agua. Esa estrategia deberá incluir cuatro elementos:
• Tener en perspectiva la ordenación de las cuencas hidrográficas, especialmente en las
regiones con escasez de agua (también apropiado como respuesta internacional, puesto
que las cuencas hidrográficas suelen cruzar las fronteras nacionales).
• Instituir una infraestructura factible para la asignación del agua a fin de que puedan
satisfacerse las necesidades nacionales, regionales y locales dentro del contexto de una
política nacional hidrológica;
• Promulgar y poner en vigor legislación y reglamentos sobre el agua encaminados a
conservar agua y valorar adecuadamente este recurso de acuerdo con el tipo de uso; y
• Conectar la regulación del agua a las necesidades de la agricultura, la industria y las
municipalidades, y satisfacer las necesidades de la salud pública en materia de
saneamiento y prevención de enfermedades.
La ordenación de cuencas hidrográficas se refiere a la gestión de una entera zona continental
beneficiada por todos los ríos y acuíferos que desaguan en una determinada masa de agua
(como una bahía semicerrada). La ordenación de cuencas fluviales es esencialmente el mismo
concepto aplicado a un sistema fluvial, aunque los dos términos se usan de manera
intercambiable. Estados Unidos define como cuenca hidrográfica a toda la zona que desagua
en un sistema fluvial o en uno de sus principales tributarios. Según el Reino Unido, se define
como cuenca hidrográfica a la línea divisoria entre las cuencas fluviales, una zona
potencialmente mucho más extensa.
La deforestación ha arruinado la tierra y alterado el clima, dando lugar a que haya menos
precipitaciones en algunas zonas. En otras, el agua de lluvia se escurre tan rápidamente que
es poco lo que puede recogerse para el uso. En el África subsahariana, por ejemplo, el efecto
albedo —el paisaje que se va secando a raíz del desmonte en gran escala de los bosques
tropicales y las deficientes prácticas agrícolas— ha traído como resultado precipitaciones
inferiores al promedio en los últimos 40 años en comparación con la totalidad del siglo.
Idealmente, un plan integral de regulación de una cuenca hidrográfica moviliza a comunidades
e individuos y se gana la amplia aceptación del público en el ámbito nacional. Por otra parte,
no es nada fácil conseguir regular una cuenca hidrográfica. Se trata de un proceso complejo y
contencioso en el que intervienen numerosos interesados con opiniones opuestas acerca del
uso del agua. No muchos países han sido capaces de poner en marcha estrategias factibles de
ordenación de las cuencas hidrográficas.
40
En la India, como resultado de la Ley Nacional de Políticas sobre el Agua de 1987, los estados
de Rajasthan y Gujarat están estableciendo un comité para regular y controlar el uso del agua
en la cuenca del río Sabarmati, que abarca partes de ambos estados. La cantidad media de
agua disponible en la cuenca del río Sabarmati no asciende a más de 360 metros cúbicos por
persona por año, y esta región se clasifica entre las de mayor tensión hídrica del país. El agua
no es sólo un recurso muy limitado, sino que también está crecientemente contaminada por
la agricultura de regadío. Para abordar estos problemas, el comité regulará y administrará los
recursos hídricos de toda la cuenca fluvial mediante una estructura en la que tienen voz los
representantes de cada grupo importante de usuarios del agua. El comité espera establecer
amplio apoyo popular e institucional y una estructura capaz de garantizar que se multe a los
contaminadores y que los usuarios principales paguen un precio justo por el agua. Si el sistema
surte efecto, se extenderá a otras zonas de la India con escasez de agua y alta densidad de
población.
Los recursos hídricos originados en las zonas montañosas también pueden estar mejor
protegidos y ordenados en la fuente, observa Mountain Agenda, organización no
gubernamental interesada en el desarrollo sostenible de los recursos orográficos. La
ordenación de las cuencas hidrológicas y fluviales de manera sostenida significa que hay que
desarrollar la capacidad institucional, creando inclusive una colección de datos y sistemas de
vigilancia multisectoriales. El desarrollo de la capacidad es un tema fundamental de las
organizaciones internacionales que promueven cambios, como el Banco Mundial, el Programa
de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Asociación Mundial para el Agua. Para
desarrollar la capacidad institucional se necesitan las siguientes medidas:
• Evaluar las necesidades nacionales de desarrollo de la capacidad. Es de vital
importancia que los gobiernos conozcan las pericias de las dependencias del sector del agua
como primer paso para introducir mejoras.
• Crear estructuras administrativas y jurídicas competentes. Habrá que fortalecer la
competencia técnica y administrativa de las dependencias nacionales, regionales y locales
encargadas de la gestión de los recursos hídricos antes de que pueda avanzarse en esa
gestión.
• Esforzarse para que las instituciones respondan positivamente y sean más eficaces. Los
organismos encargados de la gestión del agua, tanto públicos como privados, deben ser
capaces de responder a las situaciones cambiantes (tanto políticas y sociales como
ambientales). Habrá que reacondicionar los organismos estáticos y los trámites anticuados,
especialmente cuando se pasa a la categoría de país con escasez de agua o con tensión
hídrica.
• Impartir capacitación a los funcionarios superiores de la gestión del agua. Pocos
hidrólogos han sido educados para considerar los recursos hídricos de manera amplia.
Además del enfoque técnico en el que se consideran las necesidades de abastecimiento y
cómo satisfacerlas, cada vez se necesita más un enfoque orientado hacia la demanda.
• Establecer lazos más estrechos con las universidades e institutos de investigación.
Puesto que las cuestiones referentes al agua están presentes en las consideraciones sociales
y en los valores culturales, los organismos reguladores del agua deberán extenderse más allá
de los habituales conductos gubernamentales y hacer uso de un amplio espectro de
opiniones y pericias a fin de evaluar las cuestiones relativas al agua dulce y encontrar
soluciones.
41
Debe darse un valor al agua dulce que refleje su condición de recurso escaso, en lugar de
tratarla como un recurso gratuito o casi gratuito. Como señala la Organización de Cooperación
y Desarrollo Económicos (OCDE), las políticas apropiadas de establecimiento de precios
pueden estimular un comportamiento ecológicamente responsable en el uso del agua y
asegurar un abastecimiento adecuado del agua. Para lograr esto, el agua debe valorarse de
forma apropiada de acuerdo a sus diferentes usos. La introducción de mercados del agua y
mecanismos de establecimiento de precios puede tener un efecto inmediato y duradero en el
uso del agua. Existen varios buenos ejemplos de cómo puede valorarse el agua de modo más
apropiado que lo habitual. Chile estableció a mediados de los años ochenta un mercado del
agua que no sólo ha ahorrado este vital elemento, sino que también ha permitido que los
agricultores comercien los derechos al agua entre los establecimientos agrícolas vecinos y
satisfagan así sus necesidades. En un estudio del Banco Mundial sobre el sistema del mercado
del agua se concluyó que éste contribuyó grandemente a una gestión mejor y a precios más
justos.
En San Pablo, el estado más populoso de Brasil, donde los recursos hídricos ya no dan casi
abasto, la demanda creciente de las municipalidades, las industrias y la agricultura amenazan
abrumar la capacidad del estado para distribuir suministros escasos. En 1997 se envió un
proyecto de Ley de Establecimiento de Precios del Agua a la legislatura del estado que podría
formar la base de una política hidrológica enteramente nueva. En virtud de la propuesta, el
precio del agua estará determinado por la fuente de abastecimiento, tipo de uso (municipal,
industrial o agrícola) y disponibilidad de agua. Las sumas cobradas en virtud de esta medida
se volverían a invertir en infraestructura para la gestión de los recursos hídricos. Un sistema
viable de regulación del agua requiere la capacidad institucional adecuada para establecer un
equilibrio entre las necesidades sectoriales para el bien de la sociedad en conjunto y también
para considerar las necesidades de los ecosistemas. La distribución del agua y no la absoluta
escasez de agua es lo que suele estar en el centro de los problemas hídricos nacionales. Sin
políticas que vinculen el abastecimiento de agua dulce a los usos sectoriales en competencia,
a menudo se crean condiciones locales y regionales de escasez de agua, y la competencia se
torna cada vez más encarnizada. En los países en desarrollo resulta problemático satisfacer
las demandas sectoriales pues en su mayoría carecen de sistemas eficientes de regulación del
agua y políticas equitativas de precios basadas en la manera en que se utilizan los recursos
hídricos.
PANORAMA REGIONAL
Altiplano: La zona del Altiplano o Puna es una vasta región que abarca Ecuador, Perú, Bolivia,
Chile y Argentina, caracterizada por ser una zona árida. La escasez de agua ha generado
tensiones en el pasado, como los recientes diferendos entre Bolivia y Chile por un pequeño
curso de agua conocido como el Silala. La región también es muy frágil y afronta serios
problemas de desertización causada por varios factores, entre ellos el sobrepastoreo y la
agricultura intensiva. Esta situación ha hecho que la pobreza esté extendida en la zona y sea
foco de constantes problemas sociales. Algunos países, como Bolivia, han tratado de
establecer una ley de aguas para el adecuado uso de este recurso, pero esto también ha
generado tensiones en la zona.
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Argentina: A diferencia de los otros países con quienes comparte el Altiplano, la organización
política de Argentina ha determinado que no exista una legislación unificada para la gestión
del agua, aplicándose una normatividad distinta en cada provincia, lo que genera vacíos
legales y diferencias importantes que obstaculizan el m anejo integrado de los recursos
hídricos. Esta situación es generada por el otorgamiento directo de la propiedad o dominio
originario de los recursos naturales a la provincia, la cual determina el marco aplicable para su
aprovechamiento y gestión. De esta manera, cada provincia define sus propios criterios de
asignación del agua, condiciones de uso, régimen de concesiones, procedimientos, tarifas, etc.
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Las provincias ostentan el dominio originario de los recursos naturales existentes en su
territorio, cuyas características diversas según los principales intereses y conflictos se
expresan en diferentes tipos de legislación. De esta manera, los organismos competentes
tienen serias dificultades técnicas y operativas que limitan la capacidad de los mismos de
instrumentar políticas, desarrollar una gestión eficiente y ejercer el poder de policía. Se
considera que esta legislación es poco flexible para incorporar elementos que permitan
determinar con precisión el valor económico, social y ambiental del agua. Otro problema,
propiciado por la situación mencionada, es que la aplicación y control de la legislación vigente
es deficiente, lo que se traduce en un incumplimiento generalizado de las normas.
A partir de la Reforma Constitucional de 1994, se encarga a la Nación la responsabilidad de
establecer los presupuestos mínimos de protección ambiental y a las provincias la de elaborar
la legislación complementaria, se espera superar gradualmente esta situación. El Congreso
Nacional cuenta con algunos proyectos de ley en proceso de trámite y consulta sobre
ordenamiento ambiental, el sistema nacional de información ambiental, la clasificación de
cursos de agua según usos, estándares de calidad ambiental, red de registro de vertidos a
cuerpos y cursos de agua, títulos de reducción de contaminación, etc. Sin embargo, la
existencia de gran cantidad de cuencas que se extienden por una o más provincias ha obligado
a crear cierto nivel de coordinación entre las provincias, con una limitada participación federal,
aunque el desarrollo de estas instancias de gestión no ha sido sostenido debido a problemas
administrativos y financieros de estas organizaciones. Hacia el año 2000 sólo operaban tres
de ellas: el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado, la Comisión Regional del Río Bermejo
y la Autoridad Interjurisdiccional de las Cuencas de los Ríos Limay, Neuquén y Negro. La
supervivencia de éstas se asocia al relativo perfil técnico que desarrollaron, los objetivos
comunes de las provincias involucradas y la disponibilidad de financiamiento.
El carácter fragmentario de la legislación hídrica argentina podría transitar hacia una
estructura unificada bajo la aplicación de la reforma constitucional de 1994, la cual, si bien
ratificaba el "dominio originario" de las provincias sobre el recurso, también dispuso que debía
existir un conjunto de normas de alcance nacional que precisen los lineamientos para la
protección ambiental, correspondiendo a las provincias desarrollarlos y aplicarlos. Bajo este
marco, las principales organizaciones responsables de la gestión del agua son la Subsecretaría
de Recursos Hídricos y la Secretaría de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental aunque,
dada la fragmentación señalada, otras entidades públicas también participan en la gestión de
los recursos hídricos. En la práctica la autoridad de estas instituciones es muy fragmentada o
difusa.
La Subsecretaría de Recursos Hídricos está a cargo de la Secretaría de Obras Públicas
(Ministerio de Infraestructura y Vivienda), encargada del sector hídrico a nivel nacional. A esta
dependencia se le asigna la función de diseñar y ejecutar la política hídrica nacional, así como
del marco regulatorio para la gestión del recurso, debiendo ocuparse también de los
programas relacionados a la gestión y desarrollo de infraestructura y servicios hídricos. Por su
parte, la Secretaría de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental pertenece al Ministerio de
Desarrollo social y Medio Ambiente, asignándosele la responsabilidad de preservar y
recuperar el medio ambiente y conservar los recursos naturales renovables.
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La autoridad de estas instituciones está muy limitada todavía por la posición dominante de los
gobiernos provinciales sobre las instituciones de tipo nacional (como las mencionadas
anteriormente). Esta situación, en medio de un proceso de reformas estructurales durante los
noventa que apuntaban a la liberalización de los mercados y la privatización, ha significado
que las respectivas legislaciones provinciales tengan que enfrentar los fuertes conflictos de
intereses entre los sectores que demandan el recurso. Sin bien la actividad agrícola y pecuaria
sigue siendo la principal usuaria del agua, es importante destacar la importancia del Sector
Saneamiento. Este, manejado de manera centralizada hasta 1980, pasó a transferirse a cada
provincia y, en algunos casos, llegó a asignarse a unidades de gestión locales como
municipalidades o cooperativas de usuarios.
Este proceso fue continuado con una clara tendencia hacia la privatización de estos servicios
públicos, promoviéndose el otorgamiento de concesiones a empresas privadas para la
prestación de los servicios, las cuales eran reguladas por entes estatales especializados. El
desarrollo del sector privado, mediante concesiones, en la prestación de servicios de
saneamiento ha permitido que actualmente éste sea el principal proveedor, representando el
60% en el sector urbano, seguidos por las empresas municipales con 20% en tanto que los
organismos provinciales, las cooperativas y las agrupaciones y uniones vecinales registran
porcentajes menores. Sin embargo, la dispersión de la autoridad también se produce en este
caso, ya que cada provincia es responsable de organizar sus propios entes reguladores,
generando nuevos problemas relacionados con la competencia territorial de éstos y su
capacidad institucional para realizar una labor eficiente.
Las principales instituciones encargadas de apoyar el desarrollo del sector son el Ente Nacional
de Obras Hídricas de Saneamiento (ENOHSA), que brinda asistencia técnica y financiera a las
empresas concesionarias, y el Consejo Federal de Saneamiento (COFESA), cuya labor consiste
en servir como órgano consultivo para determinar los programas que ejecutará el ENOHSA,
en base a la coordinación interinstitucional. El sistema de fijación de tarifas de agua responde
a criterios diferentes según cada provincia, aunque se sostiene que éstos no reflejan el valor
económico del agua, lo que constituye un obstáculo al uso eficiente del recurso. En el caso del
sector agrario, el mayor consumidor de agua, la tarifa teóricamente intenta cubrir los costos
de captación y distribución del agua, fijándose en función a la superficie que posee el regante
y no en base al consumo efectivo. La determinación arbitraria de la tarifa, en base a criterios
políticos, ha significado que se mantenga en niveles muy bajos que no reflejan su verdadero
valor, lo que sumado al incumplimiento de los pagos por parte de los usuarios, ha significado
que la recaudación sea insuficiente para cumplir los fines planteados.
En lo que se refiere a la defensa del medio ambiente y los recursos hídricos, la reforma
constitucional de 1994 constituyó un importante avance. Además del rol que cumple la
Secretaría de Desarrollo Sustentable y Política Ambiental, se debe mencionar que
gradualmente se está desarrollando la legislación necesaria para los principales sectores de
usuarios de agua. En este sentido, el Consejo Federal del Medio Ambiente (COFEMA) está
llamado a jugar un importante papel, ya que su función es formular una política ambiental
integral y promover la coordinación de políticas interinstitucionales en lo que respecta a
estrategias, planes y programas de gestión regionales y nacionales.
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El Sector Saneamiento ya ha establecido, a través de la ENOHSA, la condición de presentar
estudios de impacto ambiental para la ejecución de proyectos al amparo de contratos con el
Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, en base a criterios ampliamente
aceptados. Del mismo modo, el Sector Electricidad también incluye diversos procedimientos
para garantizar un manejo adecuado del recurso hídrico. Su aplicación está a cargo de la
Secretaría de Energía, APRA los proyectos hidroeléctricos, y el Ente Nacional Regulador de
Electricidad, para plantas generadoras. Esto busca garantizar que las actividades mencionadas
no vayan a afectar las condiciones ambientales por el uso del agua en las cuencas o la emisión
de residuos y efluentes contaminantes.
El Chaco es una vasta región compartida por Argentina, Bolivia y Paraguay, con recursos
naturales caracterizados por su fragilidad y relativa escasez, además de contar con una
población reducida y marginalizada. Esta región sufre severos problemas de desertización,
que inciden en la pobreza de sus habitantes. El agua, justamente es uno de los recursos
escasos, a pesar de contar con dos grandes ríos que dibujan la región: el Pilcomayo y el
Paraguay. Cuando llueve, el agua corre por las quebradas con tanta fuerza que destruye todo
lo que encuentra en su camino. Los recursos acuíferos del Chaco afrontan también problemas
de contaminación, lo que en el pasado ha generado tensiones y la necesidad de una actuación
coordinada por los países de la región.
EL AGUA DULCE ES UN RECURSO LIMITADO
• El agua constituye entre un 60 y un 70% (del peso) de todos los organismos vivos y es
fundamental para la fotosíntesis.
• La cantidad total de agua en la Tierra cambia muy poco año tras año. El ciclo hidrológico
de evaporación y precipitación hace circular el agua de la Tierra entre los océanos, la tierra
y la atmósfera.
• El agua cubre el 75% de la superficie terrestre; el 97,5% del agua es salada, sólo el 2,5%
es dulce.
• Los casquetes de hielo y los glaciares contienen e174% del agua dulce del mundo. La
mayor parte del resto se encuentra en las profundidades de la tierra o encapsulada en la
tierra en forma de humedad o pergelisuelo. Sólo el 0,3% del agua dulce del mundo se
encuentra en los ríos y lagos.
• Para uso humano se puede acceder a menos del 1% del agua dulce superficial
subterránea del planeta.
• En 25 años, es posible que la mitad de la población del mundo tenga dificultades para
encontrar agua dulce en cantidades suficientes para consumo y para riego.
• En la actualidad, más de 80 países, -el 40% de la población mundial -sufren una escasez
grave de agua. Las condiciones pueden llegar a empeorar en los próximos 50 años a medida
que aumente la población y que el calentamiento mundial perturbe los regímenes de
precipitaciones.
• Un tercio de la población mundial vive en zonas con escasez de agua en las que el
consumo supera el abastecimiento. Asia occidental es la región más amenazada. Más del
90% de la población de esa región padece un gran estrés por escasez de agua y el consumo
de agua supera en un 10% los recursos de agua dulce renovables.
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EL AGUA DULCE ES ESENCIAL PARA LA SALUD
• El mejoramiento de la gestión de los recursos hídricos ha traído enormes beneficios a
la gente de los países en desarrollo. En los últimos 20 años, se extendieron el
abastecimiento del agua potable a más de 2.400 millones de personas y servicios
mejorados de saneamiento a 600 millones.
• Sin embargo, una de cada seis personas todavía no tiene un acceso regular a agua
potable.
• Más del doble (2.400 millones de personas) carecen de acceso a servicios de
saneamiento adecuados.
• Los que no tienen acceso a servicios de saneamiento adecuados son los más pobres y
vulnerables. El problema es especialmente grave en las zonas rurales y en las zonas urbanas
en rápida expansión.
• En África, 300 millones de personas (el 40% de la población) vive sin un saneamiento e
higiene básicos, lo cual representa un aumento de 70 millones de personas desde 1990.
• En los países en desarrollo alrededor del 90% de las aguas de desecho se descarga en
ríos y arroyos sin tratamiento alguno.
• El agua insalubre, foco de reproducción de parásitos, amebas y bacterias, perjudica la
salud de 1.200 millones de personas por año.
• Las enfermedades transmitidas por el agua causan el 80% de las enfermedades y
muertes que se producen en los países en desarrollo y provocan la muerte de un niño cada
ocho segundos.
• La mitad de las camas de hospitales del mundo están ocupadas por gente padece
enfermedades transmitidas por el agua.
• Casi e140% de la población del mundo vive a 60 kilómetros o menos de la costa. Las
enfermedades y defunciones relacionadas con las aguas costeras contaminadas cuestan a
la economía mundial, por sí solas 16.000 millones de dólares por año.
• En Asia meridional, entre los años 1990 y 2000,220 millones de personas se
beneficiaron con las mejoras en el acceso al agua dulce y al saneamiento. En ese mismo
período, se sumaron a la población 222 millones de personas, lo cual anuló totalmente los
adelantos logrados.
• En ese mismo período, en África oriental se duplicó la cantidad de gente sin servicios
de saneamiento, que pasó a 19 millones de personas.
• El costo de suministrar agua potable y servicios de saneamiento adecuados a todas las
personas en el mundo para 2025 será de 180.000 millones de dólares por año, es decir una
inversión de dos a tres veces mayor que la actual.
EL AGUA DULCE ES UN RECURSO COMPARTIDO
• Los ríos forman un mosaico hidrológico en el mapa político del mundo.
• Hay aproximadamente 263 cuencas fluviales internacionales, que abarcan el 45,3% de
la superficie terrestre del planeta (excluyendo la Antártida) y en las que habita más de la
mitad de la población del mundo.
• Un tercio de esas 263 cuencas transfronterizas es compartido por más de dos países.
• En muy pocos casos los límites de las cuencas hidrográficas coinciden con los límites
fronterizos administrativos.
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• Muchos países también comparten los acuíferos subterráneos.
• Los acuíferos subterráneos almacenan hasta el 98% de las fuentes de agua dulce
accesibles. Proporcionan el 50% del agua potable en el mundo, el 40% del agua utilizada
para la industria y el 20% del agua para la agricultura.
• En término medio, el uso doméstico diario de agua dulce de una persona de un país
desarrollado es diez veces superior al de una de un país en desarrollo. En el Reino Unido
una persona usa un promedio de 135 litros de agua por día. En los países en desarrollo, una
persona usa 10 litros.
EL AGUA DULCE ES ESENCIAL PARA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA
• La mayor parte del agua dulce se utiliza para el cultivo de alimentos.
• Una persona necesita beber aproximadamente cuatro litros de agua por día; para
producir las necesidades alimentarías diarias de un individuo se precisan entre 2.000 y
5.000 litros de agua. Más del 80% del consumo de agua en el mundo está dirigido a la
agricultura.
• Se calcula que para 2030 se precisará entre un 14% y un 17% más de agua destinada al
riego para alimentar a la población cada vez mayor del mundo.
• El 60% del agua utilizado para el riego se desperdicia. Con un mejoramiento de110%
en la eficiencia del riego se podría duplicar el abastecimiento de agua potable para los
pobres.
• En África más del 20% de las proteínas de la población proviene del producto de la
pesca de agua dulce.
EL AGUA EN EL FUTURO
• Doscientos científicos de 50 países han determinado que la escasez de agua es uno de
los dos problemas más acuciantes del nuevo milenio (el otro es el cambio climático).
• Desde 1950 se ha triplicado con creces el uso del agua en el mundo.
• Si continúa la tendencia actual, en los próximos 20 años los seres humanos utilizarán
un 40% más de agua que en la actualidad.
• Según proyecciones, la cantidad de gente que vive en países con estrés por falta de
agua pasará de los 470 millones actuales a 3.000 millones en 2025. La mayor parte de esa
gente vive en países en desarrollo.
• Para lograr los objetivos de suministro de agua dulce para 2015, habrá que abastecer
de agua a 1.500 millones de personas más en África, Asia, América Latina y el Caribe.
• Casi 200 millones de personas en África sufren una grave escasez de agua. En 2025,
aproximadamente 230 millones de africanos tendrán problemas por insuficiencia de agua
y 460 millones vivirán en países con estrés por falta de agua.
• Los problemas del agua están más relacionados con una mala gestión que con la
escasez de ese recurso.
• En algunos casos hasta el 50%, del agua en las zonas urbanas, yel 60%, del agua
utilizada para la agricultura se desperdicia por pérdidas y evaporación.
• La explotación forestal y la conversión de la tierra para dar lugar a las demandas de los
seres humanos han reducido a la mitad los bosques del mundo entero, lo cual ha
aumentado la erosión de la tierra y la escasez de agua.
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• Entre 300 y 400 millones de personas en todo el mundo viven en áreas cercanas a
humedales y dependen de éstos.
• Los humedales son mecanismos de tratamiento de las aguas servidas extremadamente
eficientes, ya que absorben las sustancias químicas y filtran los contaminantes y
sedimentos. La mitad de los humedales del mundo han desaparecido a causa de la
urbanización y el desarrollo industrial.
• La única manera de lograr un desarrollo
sostenible y de mitigar la pobreza será mediante
una mejor gestión de los ríos y humedales, y de
las tierras en las que desaguan y drenan, así
como a través de una mayor inversión en ellos
• En el Acuífero Guaraní, Argentina participa
junto a Uruguay, Paraguay y Brasil en la
realización del proyecto de investigación de la
fuente de agua, financiado por el Banco Mundial.
• En el Campo de Hielos Continentales, existen
dos problemas que dificultan la administración
del recurso hídrico: la todavía irresuelta
demarcación de límites con Chile y el
establecimiento de este sector de nuestro país
como Patrimonio Natural de la Humanidad, lo
que haría suponer que cualquiera podría tener derechos sobre esta fuente de agua dulce.
• En cuanto a la Antártida, si bien es cierto que ningún Estado tiene soberanía sobre éste
extenso casquete polar, nuestro país tiene presencia en el mismo desde la segunda década
del siglo XIX y el 22 de febrero de 1904 inició la ocupación permanente del sector
denominado Antártida Argentina. Esto debería ser más que suficiente para apoyar
cualquier futuro reclamo de soberanía sobre el continente y para la protección del recurso
hídrico que significa.
“SOMOS LO QUE HACEMOS REPETIDAMENTE. EXCELENCIA, POR LO TANTO,
NO ES UN ACTO SINO UN HABITO"
ARISTÓTELES