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LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 1
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 2
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA
PANAMÁ-COLÓN
IMPORTANCIA PARA LA CONSERVACIÓN DE LOS BOSQUES ADYACENTES
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 3
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA
PANAMÁ-COLÓN
IMPORTANCIA PARA LA CONSERVACIÓN DE LOS BOSQUES ADYACENTES
FRANCISCO FARNUM CASTRO
VIELKA ERLYN MURILLO GODOY
2023
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 4
4.0
Creative Commons
Título Original:
Los fragmentos boscosos a lo largo de la carretera Panamá-Colón.
Su importancia para la conservación de los bosques adyacentes
Autores: ISBN:
Francisco Farnum Castro, PhD. (Panamá)
https://orcid.org/0000-0002-5879-2296
Vielka Erlyn Murillo Godoy. M.Sc. (Panamá)
https://orcid.org/0000-0002-6284-4466
Primera Edición: marzo 2023
Sello Editorial: Nova Educare.
Perteneciente a: Centro Latinoamericano de Estudios en Epistemología Pedagógica (CESPE)
Adherido a: Sistema de publicaciones de CESPE. https://cespecorporativa.org
Editor: Carlos Viltre Calderón, PhD.
Imagen de portada y contraportada: Esp. Ramón Rodríguez Guerra
Diseño, maquetación y diagramación: Departamento de publicidad de CESPE
Corrección y estilo: Comité Editorial de Nova Educare
Información
El presente volumen está sujeto a los derechos de autor Creative Commons 4.0 en el cual se establece
que el libro para todos los usuarios posibilita compartir (copiar y redistribuir el material en cualquier medio o
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pueden asumir ningún tipo de responsabilidad.
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DEDICATORIA
Nuestro profundo agradecimiento a todas las autoridades y personal de la Universidad de
Panamá, por confiar en nosotros, abrirnos las puertas y permitirnos realizar todo el proceso
investigativo.
De igual manera dedicamos este trabajo a los colegas y estudiantes de la Escuela de Biología
del Centro Regional Universitario de Colón quienes con sus valiosos aportes y conocimientos
hicieron que el trabajo de campo fuera una tarea compartida de aprendizaje. Gracias a cada
uno de ustedes por su paciencia, dedicación, apoyo incondicional y amistad.
Finalmente, a Dios quien da sabiduría para seguir investigando y así dejar huellas a las
futuras generaciones.
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PENSAMIENTO
“La naturaleza no es un lugar para visitar. Es el hogar”.
Gary Sherman Snyder
poeta y activista estadounidense.
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ÍNDICE
PARTES
TÍTULOS
Pp
PRÓLOGO…………………………………………………………………………………………
1
PREFACIO…………………………………………………………………………………………
3
INTRODUCCIÓN…………………………………………………………………………………
4
Capítulo I
SITUACIÓN DE LOS BOSQUES DEL MUNDO……………………………………………….
7
Los bosques en el ámbito mundial………………………………………………………..
9
Situación de los bosques en Panamá……………….……………………………………
12
Referencias Bibliográficas..………………………………………………………………..
15
Capítulo II
LA CUENCA HIDROGRÁFICA DEL CANAL DE PANAMÁ.…………………………………
17
Ubicación geográfica..………………………………………………………………………
20
Características del Relieve…………………………………………...……………………
20
Aspectos Ambientales…………………….………………………………………………..
21
Datos Hidrográficos………………………….……………………………………………...
22
Características de la población………..…………………………………………………..
22
Límites de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá………..……..……………..
23
Característica de los bosques……………………………………………………………..
24
Principales presiones sobre las áreas protegidas……………………………………..
25
Aspectos sobre la biodiversidad………………………………………………………….
26
Bosques en el Corredor Transístmica y comunidades vecinas……………………...
26
Usos del suelo y cobertura vegetal……………………………………………………….
27
Especies arbóreas y usos en las comunidades vecinas………………………………
27
Problema de los bosques en el Corredor Transístmico……………………………….
28
Referencias bibliográficas…………………………………………………………………
30
Capítulo III
UNA MIRADA HISTÓRICA, POLÍTICA- SOCIAL DE LA CARRETERA
TRANSISTMICA………………………………………………………………………………......
34
Antecedentes Históricos……………………………………………………………………
36
Referencias bibliográficas….……………………………………………………………...
40
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Capítulo IV
FRAGMENTOS BOSCOSOS: ÁREAS DIVERSAS CON VALOR
ECOLÓGICO……...………………..………………………………………………………...…..
42
Algunos estudios realizados de los fragmentos boscosos que proponen un
modelo capaz de predecir los impactos de la fragmentación en los bosques…….
44
Valor de la diversidad presente en los fragmentos boscosos.……..…………….….
49
Panamá: un punto de alta diversidad..…………………………………………………...
51
Referencias bibliográficas………….……………………………………………………...
54
Capítulo V
METODOLOGÍA, RESULTADOS Y DISCUSIÓN……………………………………………..
58
Planteamiento de la Metodología……….…………………………………………………
60
Delimitación del territorio…………………………………………………………..………
59
Diseño de recorrido y muestreo………………..………………………………………….
62
Resultados y discusión…………………………………………………………..………...
63
Caracterización de los fragmentos boscosos…………………………………………..
65
Inventario florístico………………………………………………………………………….
68
Referencia Bibliográfica…………………………………………………………………….
77
ANEXOS……………………………………………………………………………………………
79
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 1
PRÓLOGO
Los bosques son el hábitat de muchas especies vegetales y animales en todo el planeta, esto cobra
mucha validez en los bosques tropicales que albergan muchísimas especies, los mismos poseen una muy alta
biodiversidad en comparación a otros tipos de bosques. Estos bosques están siendo sometidos a fuertes
presiones antropogénicas, lo que implica que se está alterando su fisonomía y el hábitat de muchos animales
y plantas, todo esto lleva a la deforestación que es cada vez más agresiva para instaurar la urbanización, es
así como poco a poco se van fragmentando y se tienen estos mosaicos o fragmentos, en nuestro caso nos
referimos a los fragmentos boscosos a lo largo de la carretera Transístmica.
Los fragmentos boscosos paralelos a la carretera Transístmica (Boyd -Roosevelt) son esos bosques
discontinuos que podemos observar en sentido norte y sur de esta transitada vía que une a las provincias de
Panamá y Colón. Estos fragmentos día a día se reducen debido a que los pobladores cercanos a ellos van
modificándolos de manera que se van reduciendo y finalmente las áreas quedan urbanizadas. No hay duda que
estos fragmentos boscosos fueron más grandes, ya que la construcción de la vía fue el punto focal para la
urbanización y de allí la constante reducción de los mismos.
Afortunadamente estos fragmentos brindan grandes beneficios a quienes viven en su alrededor, todavía
muchos pobladores dependen de ellos en su vida diaria, extraen leña, medicina, alimento e incluso madera
para elaborar artesanías, tintes, pilones, bateas, entre otros. Por otro lado, estos fragmentos conforman
eslabones que permiten la conectividad entre mamíferos, aves, reptiles, insectos, ya que crean corredores que
permiten que los mamíferos se desplacen y puedan interactuar con el entorno y así realizar sus ciclos biológicos
pertinentes. De allí la importancia de estos bosques que están muy cercanos a comunidades o poblaciones
humanas, ya sabemos que estos fragmentos boscosos representan ecosistemas que están sometidos
constantemente a deforestación, urbanización, pero siguen siendo áreas importantes para la conservación,
siendo bosques perturbados, presentan alta diversidad vegetal lo que nos lleva a tomar acciones concretas con
los pobladores cercanos para la conservación y protección de los mismos.
Es bueno destacar que estos fragmentos boscosos están conectaos a bosques conservados de la
Cuenca del Canal y son áreas de amortiguamiento, de allí su importancia y conservación sostenible.
Estos fragmentos boscosos juegan un papel importante en la regulación del clima a través de sus efectos
en la temperatura y en la humedad relativa. Los árboles absorben una proporción importante de la energía
proveniente de la radiación solar que incide en el proceso de fotosíntesis. Estos bosques liberan agua cuando
se abren las estomas de las hojas para el intercambio gaseoso al realizar la fotosíntesis. Durante este proceso
se dan intercambios de energía, así como cambios en la reducción de la temperatura, también regulan la
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erosión, evitando las inundaciones. De manera que los fragmentos boscosos son muy útiles y necesarios para
la vida de los seres humanos recibiendo un beneficio directo e indispensable.
La importancia de estudiar los fragmentos boscosos radica en conocer su estructura florística (árboles y
arbustos) para tener un conocimiento claro de cuan valiosos son estos bosques (plantas) para la vida de quienes
lo circundan y así crear consciencia de su conservación y protección, solo se valora lo que se conoce y este
estudio permitió a los pobladores apoderarse de ese conocimiento y ser ellos los protectores de los fragmentos
boscosos. Cuando las comunidades se organizan con base a un conocimiento científico es mucho más fácil
tener una respuesta positiva de parte de las autoridades locales, provinciales y municipales.
Este libro es el producto de investigaciones en los fragmentos boscosos de la carretera Transístmica con
el propósito de crear consciencia, reflexión y así permitir que todo el público pueda tener acceso a una
información científica valiosa que lleve a corto, mediano y largo plazo tomar decisiones favorables que permitan
de manera sostenible conservar los fragmentos boscosos. Aún faltan investigaciones en esta temática, es el
inicio para abrir horizontes y lograr conocer la interacción y dinámica bosques-seres humanos.
Será muy útil a profesionales de la Biología, Botánicos, Ecólogos, Ambientalistas, Ingenieros Agrónomos,
Arquitectos, Paisajistas, Humanistas, Sociólogos, Educadores, a líderes comunitarios y a todo el que le interesa
que nuestros bosques sigan siendo conservados y protegidos permanentemente.
Los bosques nos alimentan, protegen y curan.
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PREFACIO
La presencia humana en el planeta Tierra, desde su aparición, ha generado una secuencia de
interacciones con su entorno con el propósito de satisfacer sus necesidades. Estas acciones han permitido el
desarrollo de las sociedades, pero paralelamente han provocado cambios, algunas veces irreversibles, en los
espacios naturales con los que conviven.
Las relaciones entre el desarrollo y el campo son indispensables para la sostenibilidad de los grupos
humanos. Por eso, la dinámica de los movimientos de bienes, recursos y personas debe ser armoniosa para
que ni el desarrollo ni la diversidad se vean afectados. El crecimiento de la población rural ha provocado a una
enorme demanda por infraestructuras y servicios urbanos y esto a su vez ha generado un consecuente mayor
uso de los recursos naturales disponibles en la localidad. Siendo que no podemos detener el desarrollo, se
deben generar estrategias para que este proceso ocurra equilibrando las necesidades económicas, sociales y
ambientales con el aprovechamiento sostenible de los mismos.
En la actualidad el desafío que enfrentan las comunidades e instituciones está dirigido hacia la creación
de una cultura que aborde todos los aspectos del problema –uso y conservación-. Esta cultura ambiental, a
partir del conocimiento de la biodiversidad, constituye en estos momentos una necesidad vital si tenemos en
cuenta que el ambiente mundial manifiesta deterioro progresivo, producto del uso indiscriminado de los recursos
naturales y la pobre atención que se le da a la solución o mitigación de los efectos negativos que esto provoca
sobre las poblaciones humanas.
Los estudios sobre recursos naturales fuera de áreas protegidas son importantes porque permiten
construir el conocimiento de la propia óptica de los usuarios directos y desde diversas perspectivas que integran
saberes y acercamientos teóricos que difícilmente podrían darse en ambientes totalmente naturales. Por ello,
en el estudio de los fragmentos de bosques de la carretera Panamá – Colón, se convierte en un medio para
entender los procesos que caracterizan el desarrollo de las comunidades frente a un plan de uso sostenible de
los recursos naturales conexos.
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INTRODUCCIÓN
Este libro representa uno de los resultados más importantes de las líneas de investigación del Centro
Regional Universitario de Colón dirigida al conocimiento y uso sostenible de los recursos naturales de nuestro
país. Este ha sido realizado en forma conjunta por la Escuela de Biología de Colón y sus profesores
investigadores, quienes pertenecen al Departamento de Botánica de la Universidad de Panamá. El objetivo
principal del proyecto ha sido plantear estrategias efectivas orientadas a garantizar la conservación, a largo
plazo, de los fragmentos boscosos de la carretera Transístmica Panamá-Colón.
Estas estrategias podrían incluir el trabajo con moradores locales, desarrollo de investigaciones
puntuales, planificación e implementación de medidas de conservación in situ para las especies de interés o
amenazadas que crecen en sus predios; talleres comunitarios de educación ambiental, actividades en las
escuelas, organización de grupos conservacionistas, publicaciones cortas y científicas, entre otras. Estas
medidas de conservación pueden ser acompañadas por estrategias de conservación ex situ, a través de
colecciones vivas de especies de plantas establecidas en viveros para tal fin y distribuidas a entidades
interesadas.
Pero la pregunta latente es: ¿Por qué hay que cuidar los bosques o más aun, por qué hay que cuidar los
fragmentos de bosques en áreas urbanas? Si partimos de lo que sabemos, tendríamos que pensar que hay
razones de índole ecológicas, económicas, éticas, espirituales, científicas y estéticas. Cada una de estas
razones proporciona elementos de peso al responder este cuestionamiento.
Así; económicamente, los bosques proporcionan un flujo de valiosos bienes y servicios del ecosistema
hacia el futuro; éticamente, todas las especies tienen derecho a estar y permanecer en el planeta;
ecológicamente, los bosques son los responsables del equilibrio en los ecosistemas; en sentido estético, los
bosques albergan una gran cantidad de especies que enriquecen nuestra vida con sus formas, colores, olores,
comportamientos y como tal proporcionan satisfacción a nuestra necesidad de belleza; en lo espiritual, para
muchas civilizaciones los bosques y sus recursos forman parte de su cosmovisión y tienen algún sentido
religioso; para la ciencia, los bosques representan una enorme biblioteca de información que podemos usar
para satisfacer múltiples necesidades.
Dada la intensidad y la diversidad de amenazas que afectan a los bosques actualmente, deben darse
cambios fundamentales en la forma en que nuestros sistemas boscosos son gestionados. La percepción de la
biodiversidad, donde los recursos son vistos en términos de los beneficios que aportan y no como un bien que
debe aprovecharse de modo sostenible, no ha motivado ningún beneficio para su conservación, más allá de la
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creación de Áreas Protegidas. Sin embargo, actualmente estas áreas protegidas funcionan bajo condiciones
paupérrimas totalmente dependientes de factores políticos, sin planes de manejos coherentes ni
contextualizados; lo cual las hace insuficientes para la conservación de los bosques del país. Por otro lado, los
usos de los bosques están íntimamente relacionados con lo cultural; por ello, la amenaza para su conservación
es geométricamente creciente de acuerdo a la población humana más próxima.
Es por ello que la opción de invertir recursos en la identificación, registro y divulgación de las especies
vegetales en entornos urbanos podría coadyuvar a las estrategias de conservación de los recursos vegetales
más cercanos a los seres humanos.
Visto de este modo, el primer paso para la conservación de los bosques y sobre todo de las especies
amenazadas podría ser el conocimiento de las mismas; pero no sólo por parte de los científicos e investigadores
sino también por parte de las personas que a diario conviven ellas. Es por ello que gran parte de la información
relacionada con la distribución, identificación y conservación de las especies vegetales que aquí presentamos,
ha sido preparada pensando más en los moradores de las áreas de estudio que en especialistas botánicos y
conservacionistas académicos.
En el libro, en los capítulos 1 y 2, se presenta una caracterización de la naturaleza y estado de
conservación de los bosques de Panamá, haciendo énfasis en los bosques aledaños a la Cuenca del Canal de
Panamá. En el capítulo 3, se hace una revisión del contexto socio-económico-político del área de estudio que
alberga los fragmentos de bosques objeto de esta investigación; la revisión incluye el contexto histórico relativo
al devenir de estos bosques y su caracterización. En el capítulo 4, se trata la importancia ecológica de los
fragmentos boscosos; considerando el conocimiento acumulado de estudios que estudian el tema fuera de
áreas protegidas. También se repasa el valor de la diversidad contenida en fragmentos de bosques. En el
capítulo 5, a partir de los objetivos planteados, se detallan los procedimientos utilizados para la obtención de
los resultados.
En secuencia, los hallazgos se manifiestan pasando por datos que evidencian aspectos ambientales y
ecológicos, caracterización de los fragmentos boscosos, inventario, abundancia y distribución de árboles y
arbustos, biodiversidad local y comparada, aspectos etnobotánicos de la flora local y un estudio de las especies
amenazadas registradas en las áreas de evaluación.
Por la actual situación de los bosques de nuestro país, es fundamental que se sigan haciendo
investigaciones como estas porque todavía quedan muchas incógnitas por resolver. No obstante, sean
informaciones parciales del problema, los aportes de este tipo de investigaciones debieran ser compartidos
ampliamente en publicaciones abiertas a todo público. Sentiremos que hemos tenido éxito con esta publicación
en la medida que la información sea de utilidad para todas las personas que día a día se relacionan con las
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especies vegetales de Panamá, incluyendo instituciones gubernamentales, organizaciones conservacionistas,
académicas y sobre todo los moradores de las áreas de estudio.
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CAPÍTULO I
SITUACIÓN DE LOS BOSQUES DEL MUNDO
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Los bosques del mundo, al igual que en Panamá, enfrentan serios problemas que los están llevando a
su destrucción y desaparición. Además de los problemas provocados por la naturaleza, el ser humano se ha
convertido en su principal enemigo, destruyendo en forma masiva y acelerada de grandes superficies de bosque
natural. La causa principal de la destrucción relacionada con los humanos, es la necesidad de tierras para
producción de alimento. En la actualidad, al igual que en tiempos pasados, eliminar el bosque para utilizar los
suelos en que se encuentran es la forma más fácil y económica de aprovechamiento de los mismos.
Los bosques en el ámbito mundial
Para conocer la situación de los bosques es necesario ponerse de acuerdo en el significado de este
vocablo o palabra. Según Font Quer (2001), bosque es un vocablo originado del latín boscus, que significa
lugar poblado de árboles y matas. Se trata de un área en la cual se encuentran árboles asociados a otros
organismos, como lo son: animales, hongos, bacterias y plantas que no son árboles (arbustos, hierbas, bejucos
y lianas). El denominador común de un área boscosa es la presencia de árboles, sin considerar la densidad de
población de éstos.
Existen diferentes formas de catalogar a los bosques, éstos pueden ser catalogados atendiendo
diferentes parámetros, tales como su ubicación geográfica y su fisionomía. Según la densidad de población de
los árboles en un área, se pueden identificar los bosques cerrados y bosques abiertos. En el caso de los
bosques cerrados se trata de áreas donde las copas de los árboles están en contacto y se entrelazan entre
sí. En estos casos, el porcentaje de luz y precipitación que llega al suelo es reducido, situación que condiciona
el desarrollo de la vegetación debajo del bosque.
Es por esta razón que, en los bosques cerrados maduros, debajo del bosque se encuentra limpio con
muy pocas hierbas y arbustos. En el caso de los bosques abiertos, los árboles se presentan aislados, sin que
sus copas estén en contacto, por lo que la luz y la precipitación llegan fácilmente al suelo. En estos bosques
se favorece el crecimiento de plantas herbáceas y arbustos.
La distribución geográfica de la vegetación está condicionada principalmente por el clima y las
condiciones del suelo (Gurevitch et al, 2002). Las características del clima que mayor importancia tienen son la
temperatura y la precipitación (lluvia). Es conocido que estos factores se distribuyen en el planeta en forma
heterogénea, por lo que se observan diferentes tipos de vegetación y especies de plantas en diferentes
latitudes.
En el caso de la temperatura, tal vez el factor más importante de todos, al desplazarse desde la línea
ecuatorial hacia los polos, es notoria la disminución de la temperatura y en consecuencia las especies de
plantas. En el caso extremo, regiones polares, no se desarrolla vegetación. Se observan zonas desérticas,
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donde el paisaje es dominado por el hielo y la nieve con la presencia de algunas especies de animales. La
mayor riqueza de especies se encuentra en la zona ecuatorial, más caliente.
En el caso de los bosques, según su distribución geográfica se pueden diferenciar los bosques
tropicales, los bosques subtropicales, los bosques templados (frondosos y de coníferas) y los bosques boreales,
entre otros. En el caso de la región tropical, aun cuando la temperatura varía poco a lo largo del año, al subir
en las montañas la temperatura desciende gradualmente produciendo cambios en la fisionomía de la vegetación
y la distribución geográfica de las especies de plantas (Lüttge, 1997).
A medida que se sube altitudinalmente, la temperatura desciende en promedio 6.5 grados centígrados
por cada 1,000 metros. Además, los suelos varían de un lugar a otro presentando diferentes niveles de fertilidad
y en algunos casos dificultades para que las plantas puedan absorber los nutrientes. En consecuencia, los
bosques tropicales son muy heterogéneos.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para
el año 2012 los diferentes tipos de bosque ocupaban una superficie de 4, 000 millones de hectáreas, lo que
representan cerca del 31 % de la superficie del planeta (FAO, 2012).
Los bosques de las diferentes latitudes del planeta han sido utilizados históricamente por las poblaciones
humanas para solucionar problemas de interés para su supervivencia. Los bosques han sido explotados por la
industria para la extracción de madera, caucho y otros productos. Los árboles de los bosques ofrecen materia
prima para la fabricación de papel. Por otra parte, los bosques ofrecen gran potencial y son utilizados como
lugar de recreación para estar en contacto con la naturaleza. Ver la figura 1.
Figura 1. Población mundial y deforestación acumulada de 1800 a 2010.
Fuente: Estimaciones en Williams, 2002; FAO, 2010.
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
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Los beneficios socioeconómicos de los bosques son de mayor impacto en las regiones menos
desarrolladas. En estas regiones los beneficios que ofrece el bosque se derivan en su mayor parte del consumo
de los bienes y servicios que ofrecen la flora y fauna. Se estima que miles de millones de personas utilizan
productos de los bosques para satisfacer sus necesidades de alimentos, energía y vivienda (FAO, 2014). Sin
embargo, la destrucción de los bosques y la pérdida de la biodiversidad se traducen en amenazas permanentes
para la supervivencia de éstos.
En la historia de la humanidad existe una relación directa entre los grandes cambios de las sociedades
y el uso y destrucción de los bosques (FAO, 2012). Algunos estudiosos del tema estiman que, en los últimos
5,000 años de la historia de la humanidad, se han perdido cerca de 1,800 millones de hectáreas de bosques.
Si esta cifra es real, eso significa que se destruyen un promedio de 360,000 hectáreas de bosques al año.
Si se considera que el planeta tiene una superficie definida con condiciones adecuadas para el desarrollo
de los bosques, se debe esperar que al ritmo actual de destrucción de los bosques naturales se corre el riesgo
de que desaparezcan. Y con la desaparición de los bosques naturales desaparecerán los productos y
beneficios que se conocen ofrecen en la actualidad y el potencial que representan aquellos que no se conocen.
Figura 2. Deforestación estimada, por tipo de bosque y periodo.
Fuente: Estimaciones basadas en Williams, 2002; FAO, 2010b.
Desde finales del siglo XVIII hasta principios del siglo XX se tiene una revolución industrial (FAO, 2012)
que ha afectado en forma directa los bosques y sus recursos. En este proceso, los bosques de regiones de
clima templado del hemisferio norte fueron los más afectados inicialmente (ver figura 2). Los bosques sufrieron
fuertes presiones y en consecuencia su destrucción por actividades antropogénicas, principalmente la
agricultura. La mayor pérdida de superficie de bosque ocurrió en América del Norte, Asia y Europa.
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Desde principio del siglo XX hasta el presente, la presión y destrucción de los bosques se ha centrado
en las regiones tropicales. En esta última fase, la destrucción de los bosques tropicales es una consecuencia
de la ganadería, la pobreza y la falta de información que favorezca su uso adecuado.
Situación de los bosques en Panamá
Panamá, ubicado en la parte sur de Centro América es un país tropical, cuyas coordenadas comprenden
desde la latitud 7º12’ hasta los 9º37’ Norte, cayendo dentro de la región latitudinal Tropical.
Según. Tosi (1971), en Panamá se encuentran doce zonas de vida distribuidas así:
• Tres zonas en la faja tropical basal que incluye el bosque seco tropical, bosque húmedo tropical
y bosque muy húmedo tropical;
• Cuatro zonas de vida pertenecientes a la faja premontano tropical; donde se encuentra el
bosque seco premontano, húmedo premontano; muy húmedo premontano y premontano
pluvial;
• Tres zonas que pertenecen a la faja montano bajo tropical abarcando el bosque húmedo
montano bajo, bosque muy húmedo montano bajo y bosque pluvial montano bajo; y
• Dos zonas de vida dentro de la faja montano tropical, el bosque muy húmedo montano y bosque
pluvial montano.
Panamá cuenta con bosques naturales, plantaciones establecidas y por áreas con suelos de aptitud
forestal y ahora dedicada a otros usos. (FAO, 2010). Así el patrimonio boscoso de Panamá, lo conforman los
bosques naturales, las tierras sobre las cuales están estos bosques, por las tierras estatales de aptitud
preferentemente forestal y las plantaciones forestales establecidas por el Estado en terrenos de su propiedad.
La situación de los bosques naturales en la República de Panamá, es el reflejo de lo que ocurre en el
ámbito mundial. Se observan diferentes categorías de bosques naturales, los cuales son utilizados para extraer
productos y servicios. En Panamá se reconoce que los bosques naturales son importantes, sobre todo para
los moradores de las comunidades rurales y grupos indígenas. Los bosques cumplen funciones vitales que los
identifican como generadores de bienes y servicios tales como: como protección, investigación, recreación,
regulación de caudales, madera y obtención de proteínas entre otros. Sin embargo, aun reconociendo la
importancia de los bosques, la destrucción de éstos continúa.
En Panamá, las comunidades que habitan en los alrededores o dentro del bosque, complementan sus
necesidades alimenticias extrayendo proteínas, materiales para construcciones rurales y medicamentos. Por
otro lado, la regulación del régimen de los ríos, a través del año, es un servicio de mucha importancia en
Panamá; ya que una de las principales fuentes de ingreso se basa en la utilización del agua (Canal de
Panamá). La disponibilidad y calidad del agua para consumo humano, es otro de los servicios importantes. Los
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
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bosques que cubren la cuenca hidrográfica del Canal de Panamá son los responsables de la disponibilidad de
agua, en cantidad y calidad, para el consumo humano en los principales centros poblados del país (provincias
de Panamá y Colón).
La superficie total de bosque natural en la República de Panamá es de aproximadamente 3.251,000
hectáreas de bosque, que representan cerca del 43 % de la superficie total del país (FAO, 2010). Ver figura
3. En el territorio panameño existen variaciones de clima y suelo que condicionan la distribución de las especies
vegetales y en consecuencia se observan diferentes tipos de vegetación. De acuerdo a un estudio preparado
por la empresa Louis Berger Inc. (2000), al considerar la fisionomía de la vegetación, se reportan numerosas
categorías de vegetación. Atendiendo a la diversidad de clima y disponibilidad de agua, en el territorio nacional
se observan bosques perennifolios, semicaducifolios y caducifolios.
Figura 3. Mapa de cobertura boscosa y uso de suelo 2012.
Fuente. Mapa elaborado por el proyecto Corredor Biológico Mesoamericano del Atlántico Panameño, 2012.
Por otro lado, a diferentes niveles altitudinales se observan variaciones en la fisionomía de la vegetación,
debido a los cambios de temperatura: tierras bajas y tierras altas. Además, se observan variaciones de acuerdo
a las características del suelo: manglares, bosque de orey, palmas, entre otros. El resultado es un mosaico de
categorías de bosque, a los cuales se asocian diferentes especies de flora y fauna.
La superficie de bosque en Panamá ha variado en diferentes épocas históricas. La pérdida de superficie
está estrechamente ligada al uso de los suelos. Como se ha dicho anteriormente, lo que ocurre a los bosques
naturales en Panamá es un reflejo de lo que ocurre en el ámbito mundial. En todo caso, los mecanismos de
destrucción son similares: la necesidad de dedicar nuevas tierras para producir alimento y el desarrollo de
infraestructuras.
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 14
En Panamá se pueden identificar momentos históricos que han acelerado el ritmo de destrucción de los
bosques naturales (Illueca, 1985).
• La llegada de los primeros migrantes al istmo de Panamá transformaron el paisaje. Según las
crónicas españolas durante el período colonial, desde Darién a Chiriquí se observaba paisaje
de sabana. Se interpreta que la población precolombina reemplazo grandes extensiones de
terreno con cultivos que trajeron.
• Durante el período colonial español (1500 – 1800), la necesidad de alimento para la conquista
provocó la pérdida de grandes superficies de bosque. En gran parte, la introducción de la
ganadería es el factor que explica dicha pérdida.
• Periodo (1850 - 1945), la construcción del ferrocarril transístmico el Canal de Panamá y la
Segunda Guerra Mundial provocaron migraciones hacia Panamá y dentro del territorio
nacional. El aumento de población provoca la necesidad de un esfuerzo adicional para la
producción de alimento, en consecuencia, la expansión de superficie productiva a expensas
del bosque.
Después de la década de los años 60, ha habido frecuentes movimientos migratorios dentro del
territorio nacional, que han provocado la destrucción de grandes superficies de bosque. La carretera a
Tonosí, el proyecto Conquista del Atlántico Panameño (Bocas del Toro, Colón y norte de Coclé) y la
carretera Interamericana – Darién, provocaron la apertura de nuevos frentes agropecuarios
transformadores del paisaje.
El resultado de esta aventura migratoria, es que aproximadamente en el 50% de la superficie del país
se han reemplazado los naturales por sistemas productivos.
La superficie con cobertura boscosa estimada del país según el tipo de uso se clasifica así:
Tabla1. Área de bosque según categorías de uso en Panamá.
CATEGORÍA DE USO
ÁREA (HECTÁREAS)
2012
Bosque
4 666 096
Bosque Maduro
2 742 063
Busque Secundario
1 656 732
Manglares
174 790
Rafia / Orey / Cativo
27 054
Plantación forestal (Latifoliada)
62 189
Plantación forestal (Conífera)
2 638
Otras tierras boscosas (rastrojos y arbustos)
522 932
Otras tierras (las demás categorías)
2 189 057
Total
7 378 085
Fuente: FAO. Situación de los recursos forestales mundiales 2010: Informe Nacional de Panamá.
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Los procesos de cambio en la cantidad de bosques en Panamá, causada fundamentalmente por la
conversión de áreas boscosas en tierras agrícolas y explotaciones ganaderas, ha disminuido en los últimos diez
años; pero continúa a un ritmo vertiginoso en muchas áreas como Azuero y Darién. En términos generales, el
país pierde cada año un gran número de kilómetros cuadrados de bosque.
Si se compara la superficie de bosque entre 1990 y 2010, se observa que se han perdido
aproximadamente 16,254 hectáreas por año. (Ver Tabla 2).
Tabla 2. Variaciones en la superficie de bosque en Panamá entre 2000 y 2012.
Perdidas de cobertura boscosa 2000 – 2012 (ha)
266 235
Ganancias de cobertura boscosa 2000 – 2012 (ha)
32 172
Pérdidas netas (ha)
234 063
Tasa anual de pérdida neta
0.35%
Fuente: FAO. Situación de los recursos forestales mundiales 2010: Informe Nacional de Panamá.
En todo caso, la dinámica de los bosques en Panamá, exhibe una disminución de la superficie de bosque
en ciertos momentos; pero su ritmo luego se acelera por la falta de acciones directas o indirectas del Gobierno.
Panamá se caracteriza por una pérdida progresiva de la cubierta forestal, iniciada desde inicios del Siglo XX.
Las actividades humanas como los incendios forestales, la expansión urbana, los sistemas extensivos agrícolas
y ganaderos, entre otros factores, han exacerbado la fragmentación de los bosques panameños. El balance
parece ser la tendencia a la pérdida de los bosques naturales y los recursos que ellos ofrecen
En la revisión realizada con los datos disponibles para Panamá, se encontró que no existe un conjunto
de variables socioeconómicas que expliquen adecuadamente el comportamiento de la pérdida de bosques, lo
cual no indica que no exista una relación entre las variables revisadas y el fenómeno en cuestión, más bien que
no se cuenta con la información adecuada y oportuna para construir una tendencia confiable.
Referencias Bibliográficas
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mundiales 2010: informe nacional Panamá. Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura. Roma.
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https://www.amazon.com/-/es/P%C3%ADo-Font-Quer/dp/8483073005
3. Gurevitch, J., Scheiner, S., Fox, G. (2002). The Ecology of Plants. Sinauer Associates, Inc., Publishers.
USA.
https://www.amazon.com/Ecology-Plants-Jessica-Gurevitch/dp/1605358290
4. Illueca, J. (1985). Demografía histórica y ecológica del istmo de Panamá: 1500 a 1945. En Agonía de la
Naturaleza. 27 – 45 pp. STRI.
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5. Louis Berger International Inc. (2000). Mapa de vegetación de Panamá: informe final. Panamá.
6. Lüttge, U. (1997). Physiological Ecology of Tropical Plants. Editorial Springe, Germany.
7. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. (2012). Estados de los bosques
del mundo. FAO. Roma.
https://www.fao.org/publications/card/es/c/9f1e538e-2d95-5955-8b5d-833a7823e4fb/
8. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. (2014). Estados de los bosques
del mundo. FAO. Roma.
9. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura. (2022). Estados de los bosques
del mundo. FAO. Roma.
10. Tossi, J. A. (1971). Inventariación y demostraciones forestales de Panamá, Zonas de Vida. FAO.
Roma.
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11. Williams, M. (2002). Deforesting the earth: from prehistory to global crisis. University of Chicago Press.
Estados Unidos de Norteamérica.
https://www.jstor.org/stable/40608481
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CAPÍTULO II
LA CUENCA HIDROGRÁFICA DEL CANAL DE PANAMÁ
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La Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá es una región ubicada en el centro del país, conformada
por una intricada red de subcuencas de ríos y quebradas que drenan hacia los lagos Alajuela, Gatún y
Miraflores, esta cuenca constituye una de las áreas de mayor importancia en la República de Panamá debido
a los servicios ambientales que proporciona principalmente al Canal de Panamá. No es un área geográfica
delimitada en términos político-administrativos y se encuentra distribuida en 42 corregimientos
correspondientes a 7 distritos de las provincias de Panamá y Colón. (Ver Figura 4).
Figura 4. Ubicación de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá.
Fuente: Autoridad del Canal de Panamá. (2001).
La Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá (CHCP) gracias a su gran capacidad de reserva de agua
en los lagos Gatún, Alajuela y Miraflores, hace posible la navegación a través del Istmo; también es considerada
de gran importancia debido a que capta, almacena y provee el agua para el consumo humano y el
funcionamiento del Canal de Panamá. (PMCC, 1999).
En la CHCP se realizan numerosas actividades productivas que contribuyen a la economía local, nacional
e internacional entre las cuales podemos mencionar las siguientes: actividades industriales, turísticas, agrícolas,
pecuarias, forestales, silvopastoriles y pesqueras. Además, sus lagos abastecen de agua cruda, que una vez
potabilizada, a las ciudades de Panamá, Colón, La Chorrera y Arraiján, así como para la generación de energía
eléctrica.
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Este recurso natural presenta características referenciales que se detallan así:
Ubicación geográfica
La CHCP se localiza en el centro del país, sus coordenadas geográficas son 8º40’ y 9º30’N y 79º14’ y
80º08’ W (ACP, 2001), tiene una superficie total de 339,639 hectáreas, lo que representa un 4.5% del territorio
nacional. El área de la CHCP comprende las provincias de Panamá y Colón, 7 distritos: Panamá, Arraiján, La
Chorrera y Capira (provincia de Panamá); Colón, Portobelo, y una parte de Chagres (provincia de Colón). Los
7 distritos comprenden 40 corregimientos con aproximadamente 432 lugares poblados en su mayoría, dentro
de la Cuenca. (Figura 5).
Figura 5. División Política de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá.
Fuente: Informe del Estado Ambiental de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá. (2007).
Características del Relieve
Las elevaciones de la CHCP alcanzan desde 26 msnm (altura del lago Gatún), hasta los 1,007 msnm en
Cerro Jefe (distrito de Panamá) y 1,106 msnm en Cerro María (distrito de Chame) (INRENARE, 1993; PMCC,
1999; Carrasquilla, 2000). La topografía es variable, se observan desde llanuras aluviales, cerros altos, hasta
montañas. En la CHCP un aproximado de 40% de superficie, está cubierto por llanuras aluviales, que se refiere
la parte central, las desembocaduras de los ríos y las orillas de los lagos Alajuela y Gatún.
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Estas zonas tradicionalmente han sido propicias para desarrollar actividades productivas como la
agricultura y la ganadería (TLBG, 2000). Presentan dos clases intermedias las terrazas y colinas bajas,
asimismo colinas onduladas. Las colinas abarcan más del 50% de la superficie de la Cuenca y se topan en los
cursos medios de los ríos Trinidad, Cirí Grande, Caño Quebrado, Chilibre y Gatuncillo.
Los otros sectores se distribuyen de la siguiente manera (INRENARE, 1993; PMCC, 1999):
• Al sureste está el filo del Rey donde se aprecia el Cerro Jefe y Cerro Azul. De este filo nace el
brazo principal del río Chagres, continúa hacia el Este constituyendo el inicio de la serranía de
Narganá, destacándose el Cerro Brewster.
• Al oeste de la CHCP está el tercer sector en dirección a las cabeceras de los Ríos Cirí Grande
y Trinidad, comprendido por elevaciones que forman parte de la División Continental, entre
estos: Cerro Campana, Cerro Negro, Cerro María y otros cerros por nombrar que constituyen
las mayores elevaciones de toda la CHCP.
• Al noreste donde se encuentran la Sierra Maestra y el inicio de la cordillera de Guna Yala
(cuenca alta de los ríos Pequení, Boquerón y Gatún), siendo sus puntos más elevados Cerro
Dolores y Cerro Bruja.
Aspectos Ambientales
En diferentes puntos de la Cuenca se encuentra un sistema meteorológico que es utilizado por la
Autoridad del Canal de Panamá (ACP) para obtener datos para diversos estudios. Su ubicación favorable
registra abundante precipitación pluvial en gran parte del año.
El promedio anual de precipitación en toda la Cuenca es de 2,591 mm variando de una región a otra.
(González, 2002); como ejemplo de ello tenemos la cordillera de Guna Yala (nacimiento de los ríos Pequení y
Limpio, afluentes del río Chagres), caen unos 4,867 mm, bajando a unos 1,800 mm que descienden por el área
de los ríos Los Hules y Caño Quebrado, al norte de La Chorrera, volviendo a subir un poco hasta 2,800 mm
hacia el nacimiento de los ríos Cirí Grande y Trinidad (CICH, 2004).
La CHCP cuenta con dos temporadas climáticas, como en todo Panamá: una temporada lluviosa y otra
seca. La temporada seca inicia a mediados de diciembre y dura aproximadamente cuatro meses. La temporada
lluviosa normalmente se extiende desde la última semana de abril hasta la mitad de diciembre (Espinosa, 1999;
ACP, 2001). Tiene un clima tropical con, temperaturas y humedad relativamente altas. La temperatura media
anual es de 26.5ºC, con poca variación a lo largo del año. Sin embargo, en las áreas altas el clima es más
fresco, como lo es el caso de Cerro Azul, donde la temperatura varía de 17 a 24°C (Carrasquilla, 2000) y hacia
el Cerro Jefe, con un promedio anual de 20°C.
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Datos Hidrográficos
La red hídrica más grande es el Lago Gatún ocupando la parte central y oeste de la Cuenca, donde
drenan los ríos Gatún, Cirí Grande, Trinidad, el curso medio del Chagres, y otros ríos menores como: Caño
Quebrado, Los Hules, Pescado, Paja, Baila Monos, Agua Salud y Mandinga. Se han identificado en el área de
42,000 hectáreas de la CHCP un total de 47 subcuencas sobresaliendo Río Chagres, Gatún, Boquerón,
Pequení, Cirí Grande y Trinidad.
Además, presenta una extensa red hidrográfica conformada por ríos secundarios, riachuelos,
quebradas, lagos artificiales como lo son Alajuela, Miraflores y Gatún, los dos últimos forman parte del cauce
de navegación del Canal de Panamá. Cada lago contiene su propia red hidrográfica incluyendo las tres
regiones hídricas de la cuenca. La región más pequeña es la subcuenca del Lago Miraflores en el extremo sur
de la Cuenca, donde drenan ríos cortos como: Cocolí, Grande, Camarón y Cárdenas. La región de la subcuenca
del Lago Alajuela, ubicada al este de la cuenca donde drenan los ríos Boquerón y Pequení, así como la parte
alta del río Chagres y otros ríos menores como La Puente, Salamanca y Las Cascadas.
Características de la población
La vertiente del pacifico de la CHCP estuvo poblada primeramente con la presencia de indígenas y
seguida de españoles (ORNL-IRG-WI, 2002) quienes fundaron caseríos a orillas del río Chagres y sus
dependientes. En el siglo XIX, surgieron aldeas a lo largo de la ruta del ferrocarril construido entre 1850 y 1885,
y luego alrededor de las obras del Canal Francés de 1880 a 1890 (PMCC, 1999). Durante la construcción del
Canal de Panamá bajo la administración norteamericana, cerca de 21 poblados debieron ser evacuados como
resultado de las inundaciones de terrenos para formar el lago Gatún.
Una vez culminada las obras en el Canal muchos poblados desaparecieron tales como: Matachín, Bohío
Soldado, Gorgona, Frijoles, Baila Monos, Cruces, Juan Gallegos y Santa Cruz quedando solo recuerdos de los
ancianos descendientes de dichos poblados (Rosales, 2005). Mientras que otros surgieron alrededor de la ruta
interoceánica (Heckadon, 1986; PMCC, 1999) formados por aquellos trabajadores extranjeros y algunos
aparecieron en otras áreas conservando los mismos nombres, tales como Gatún, Limón, Chagres, Miraflores
entre otros.
Algunos poblados aumentaron su densidad, gracias al traslado de personas desde diversas localidades
y países; lo cual provocó una gran suma de trabajadores extranjeros en ciertas áreas. Muchos de estos
trabajadores quedaron ociosos al finalizar las obras del Canal; más tarde surgieron otros poblados permanentes
a lo largo de la recién creada ruta interoceánica (Heckadon, 1986; PMCC, 1999).
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Algunos poblados viejos que desaparecieron con el embalse, fueron renombrados en otras áreas
conservando los mismos nombres, tal es el caso de Gatún, Limón, Chagres, Miraflores; sin embargo, otros
poblados como Matachín, Bohío Soldado, Gorgona, Frijoles, Baila Monos, Cruces, Juan Gallegos y Santa Cruz
desaparecieron sin dejar rastro de su existencia; solo los recuerdos de los ancianos descendientes de sus
antiguos pobladores (Rosales, 2005). En la década de los 60, el proceso de colonización en el Atlántico,
específicamente en Colón, dio progresos con incentivos oficiales para la “conquista de la selva”, provocó la
llegada de colonos a las diversas regiones cercanas a los principales ríos.
En la actualidad, en la CHCP, se observa un patrón de crecimiento caracterizado por la tendencia hacia
la concentración urbana de las poblaciones en las capitales más importantes (Panamá y Colón). El incremento
de la proporción de población urbana en comparación con la población rural y el crecimiento acelerado de las
ciudades, tanto en habitantes como en extensión, replican los fenómenos globales que se reproducen en
muchos sitios del mundo.
En el caso de la CHCP, podemos identificar que dicha concentración se ha acentuado hacia las
localidades de más de 1,500 habitantes, que tenían el 35% de la población en 1980 y en el 2000 alcanzaron
hasta el 65% del total de la CHCP. Por otra parte, esta concentración se da principalmente a lo largo del corredor
transístmico. En el Cuadro 2 se ven algunos de los indicadores poblacionales de la CHCP:
Cuadro 2. Características demográficas de la CHCP
Superficie
2,999.67 km2
Población
184,059
Crecimiento natural
1.96
Tasa de crecimiento demográfico
6.31 %
Migración
3.8%
Densidad poblacional
61.4 hab/km2
Viviendas crecimiento promedio anual
8.2%
Educación (Promedio de años aprobados)
8.2
Trabajo (porcentaje de desocupados)
15.395
Fuente: Censo Nacional 2000. Contraloría General de la República.
Límites de la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá
Con la Ley 44 del 31 de agosto de 1999, fueron concedidas a la CHCP 552,761 hectáreas divididas en
dos regiones la Región Oriental (también conocida como Cuenca Tradicional o Cuenca del Río Chagres) y la
Región Occidental. Esta Ley solo duró un par de años y fue sustituida por la Ley 20 de 21 de junio de 2006 la
misma queda definida como "área geográfica cuyas aguas, superficiales y subterráneas, fluyen hacia el Canal
o son vertidas en éste, así como en sus embalses y lagos"; área comprendida por 343,421.96 hectáreas. Las
provincias de Panamá, Panamá Oeste y Colón son áreas territoriales de la CHCP que comprende 7 distritos,
43 corregimientos y alrededor de 460 lugares poblados.
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Su topografía es variable desde llanuras aluviales en el área central y aledaños al lago Alajuela y Gatún
hasta colinas y montañas de pendientes pronunciadas en dos sectores: Al este donde se encuentran la Sierra
Maestra y el inicio de la Cordillera de Guna Yala (cuenca alta de los ríos Pequení, Boquerón y Gatún),
incluyendo también las alturas de Cerro Jefe y el nacimiento del río Chagres y al Oeste se localizan las
cabeceras de los ríos Cirí Grande y Trinidad formando parte de la División Continental. Estas regiones sus altas
elevaciones: Cerro Jefe (en Panamá) con 1,007 msnm y el Cerro María (en Chame), con 1,106 msnm
(INRENARE, 1993; PMCC, 1999).
Como resultado de la firma de los Tratados Torrijos-Carter en 1977, el gobierno panameño protegió las
áreas forestales de la cuenca donde están los bosques existentes al este del Canal, creando de esta forma el
Parque Nacional Soberanía, luego Parque Nacional Chagres (1984) logrando proteger de esta forma los
bosques de las cabeceras de los ríos Chagres, Pequení, Boquerón y Gatún; seguida por la creación en 1966
del Parque Nacional Altos de Campana el cual protege las nacientes del río Trinidad.
Todos estos sucesos específicos lograron disminuir la agresiva expansión agrícola, residencial e
industrial, y lograron descender las tasas de deforestación y de sedimentación en la CHCP (PMCC, 1999).
Todos los Parques Nacionales dentro de la Cuenca, cumplen la función de mantener especies de flora y fauna,
conservando áreas boscosas ricas en biodiversidad en la región mesoamericana (ANAM, 2000).
Característica de los bosques
En la Cuenca Hidrográfica del Canal de Panamá, desde el punto de vista del uso actual de los suelos,
se distinguen dos áreas, a saber, el territorio agrupado bajo el título de “áreas protegidas” y el espacio geográfico
que conforma las zonas de asentamiento poblacional, de aprovechamiento agrícola y pecuario.
Aquí se reconocen 6 áreas protegidas, las que se agrupan en 3 categorías diferentes, a saber: Parques
Nacionales (4), Monumento Natural (1) y Área Recreativa (1). Los Parques Nacionales son: Chagres,
Soberanía, Camino de Cruces, y Reserva Biológica Altos de Campana, Monumento Natural Barro Colorado y
el Área Recreativa Lago Gatún. Estas áreas están parcial o totalmente dentro de la Cuenca Hidrográfica. Las
áreas protegidas ocupan el 46% de la superficie geográfica de la Cuenca del Canal. El Parque Nacional Chagres
representa cerca del 79% de las áreas protegidas contenidas en la CHCP.
Los Parques Nacionales protegidos dentro de la CHCP tienen miles de hectáreas los cuales conservan
los recursos naturales e hídricos. Los bosques protegidos dentro de esa área suministran vida y recursos
importantes de los cuales el agua, el aire, los suelos, los animales y microorganismos se benefician entre sí;
además, brindan alimento, materiales y medicinas para los seres humanos lo que se traduce en seguridad a
nivel global para todos los seres vivos.
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La Autoridad del Canal de Panamá (ACP), tiene un programa de reforestación y el apoyo de la comunidad
para la conservación y protección del recurso agua. Existen lugares que requieren protección natural como: la
orilla de los ríos, ojos de agua, áreas de recarga acuífera, microcuencas que alimenta las tomas de agua de
acueductos rurales, sitios muy inclinados de acceso difícil para realizar actividades y otras.
En relación a la cobertura vegetal el 66.4% (1,054.2 Km2) de los bosques de la CHCP se ubican dentro
de áreas protegidas. Así, el 71.4% (753.3 Km2) corresponde a bosque maduros y el 28.6% (301.1 Km2)
corresponde a bosques secundarios. Los bosques maduros dentro de las áreas protegidas constituyen el 93.0%
de los bosques maduros de la CHCP. Por otro lado, el 38.6% de los bosques secundarios de la CHCP están
dentro de áreas protegidas, reiterándose de esta forma la importancia de las áreas protegidas y la necesidad
de conservación de las mismas como protectoras de bosques maduros, eslabón fundamental en el ciclo
hidrológico. (González, 2006).
Por otro lado, el aprovechamiento del uso del suelo considerando el año 2000 se detalla en la Figura 6,
en donde se aprecia que más de la mitad (56%) de los suelos están cubiertos de pastos y el resto del suelo
tiene usos variados como agricultura, bosques, tierras en descanso y otros.
Figura 6. Distribución del uso del suelo en la CHCP. Año 2000.
Fuente: Censos agropecuarios. Contraloría General de la República de Panamá.
Principales presiones sobre las áreas protegidas
Debido a la proximidad a las áreas urbanas y a las áreas que desarrollan actividades de agricultura y
ganadería, las áreas protegidas de la CHCP, enfrentan muchas amenazas entre las que se pueden resaltar:
• Expansión urbana: relacionada con el crecimiento urbano en la región del Corredor Transístmico
Pacífico y Atlántico, el aumento vertiginoso de asentamientos improvisados en regiones como los
corredores de Chilibre y Las Cumbres ubicadas cerca del Parque Nacional Chagres y la toma de
agua de la planta potabilizadora de Chilibre; también los proyectos comerciales de viviendas
ecológicas como es el caso de los desarrollo de proyectos inmobiliarios en las áreas del Parque
Nacional Camino de Cruces.
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• Contaminación de fuentes de agua: Como consecuencia de la expansión urbana y las actividades
productivas, así mismo se han incrementado los problemas de contaminación de los cuerpos de agua
en la cuenca. Este efecto se refleja en la calidad de las aguas para el sostenimiento de los ciclos
biológicos de la biodiversidad relacionada a ellos y las aguas para consumo humano.
• Crecimiento de poblaciones dentro y alrededor de las áreas protegidas: Siendo áreas apartadas y
poco pobladas, las áreas protegidas en la CHCP se han comenzado a poblar indiscriminadamente,
sobre todo en las zonas de amortiguamiento, Este fenómeno es generalizado en todas las áreas
protegidas con excepción del Parque Nacional Soberanía y el Monumento Natural de Barro Colorado.
• Tala y caza furtiva: Considerando que las áreas protegidas de la cuenca del canal ausencia de
vigilancia, la falta de conciencia ambiental y el desconocimiento de la ley son espacios de alta
diversidad de flora y fauna, constantemente son susceptibles de actividades de tala selectiva y caza
furtiva; esta situación se agrava por la por parte de las autoridades locales.
• Extracción de minerales: las actividades de extracción de recursos minerales, como grava, cascajo y
arena de río, han causado el aumento de sedimentos en las aguas, la alteración de la calidad
bioquímica del agua y por consiguiente, el desarrollo de la biodiversidad asociada a las cuencas y
subcuencas. Estas situaciones se presentan mayormente en las regiones del Corredor Transístmico,
Cirí Grande y Trinidad y Los Hules-Tinajones y Caño Quebrado.
Aspectos sobre la biodiversidad
De las 129,000 hectáreas del Parque Nacional Chagres, alrededor de 90,000 hectáreas son bosques
maduros (aproximadamente 55% de los bosques de toda la Cuenca). Estos bosques forman parte de un
corredor biológico más allá de los límites de la Cuenca, conectando con los bosques de la serranía de Guna
Yala y, éstos a su vez, con el Parque Nacional Darién (INRENARE, 1993; ANCON, 2001).
Debido a la gran biodiversidad dentro de los bosques de la Cuenca del Canal de Panamá muchos
investigadores foráneos han realizado inventarios florísticos en la zona antes de la construcción del Canal de
Panamá hasta el presente y han llegado a la conclusión de que el Filo de Santa Rita y los Parques Nacionales
Chagres y Soberanía están entre los sitios de mayor biodiversidad tropical al nivel mundial (UICN, 1994; WCMC,
1997).
Bosques en el Corredor Transístmica y comunidades vecinas
El Corredor Transístmico, con muchos habitantes, tiene el mayor número de infraestructuras educativas
de toda la CHCP (PMCC, 1999).
La carretera Transístmica, llamada vía Boyd Roosevelt, forma parte de los 3,300 Km de la CHCP donde
se incluyen caminos, calles, puentes y carreteras a lo largo de su red vial que comunican a las ciudades de
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Panamá y Colón. Como resultado de esta conexión se ha dado un amplio desarrollo comercial, industrial y
urbano. La carretera Madden como ruta indispensable inicia en la sede administrativa del Parque Nacional
Soberanía, parte de esta en dirección al Norte, continua por Don Bosco, Buenos Aires de Chilibre, la represa
del lago Alhajuela y culmina en la Y de Madroñal, mal llamada “Y de Chilibre”.
Igualmente forma parte de esta ruta la vía Omar Torrijos Herrera, conocida antes como carretera Gailard,
que inicia en el Corregimiento de Ancón, a un costado de la Policía Técnica Judicial (PTJ), pasa por las entradas
de Albrook, la Ciudad del Saber, las esclusas de Miraflores, los poblados de Pedro Miguel y Paraíso; finalizando
en Gamboa.
Usos del suelo y cobertura vegetal
La CHCP cuenta con 339,649 hectáreas de donde se le da un sin número de usos y manejos. El 46.8%
se encuentra cubierta por bosques, maduros o secundarios. El 70% de esa superficie boscosa se encuentra
dentro de los parques nacionales Chagres, Altos de Campana, Soberanía, Camino de Cruces y el Monumento
Natural Barro Colorado, mientras que otro 20% de estos bosques se encuentra dentro de las tierras demarcadas
para la operación del Canal en sus 159,100 hectáreas. Fuera de la zona, los restos de bosque están
conformados por pequeños parches dispersos y por bosques de galería que se van perdiendo paulatinamente
(PMCC, 1999; TLBG, 2001; ANAM – ACP, 2006).
En el Corredor Transístmico se da inicio a un proceso de conversión de bosques tropicales húmedos
como resultado del establecimiento de poblaciones convirtiéndose en áreas de producción rural con zonas de
cultivo que luego se transformaron en pastizales sosteniendo que la ganadería tiene actividad extensiva
(potrerización) en la cuenca con un 20% en sus 66,000 hectáreas y posteriormente en áreas pobladas con
actividad comercial (MIDA, 2002; ANAM – ACP, 2006).
El 15% del territorio de 51,000 hectáreas están cubiertas de bosques mixtos y matorrales. Las áreas
urbanas y semiurbanas cubren sólo el 1.1% de la superficie, pero concentran la mayor cantidad de población
de toda la Cuenca a lo largo de la carretera Boyd Roosevelt.
Especies arbóreas y usos en las comunidades vecinas
Las comunidades ubicadas a lo largo del Corredor Transístmico de la CHCP han utilizado los bosques
adyacentes diversas actividades entre ellas la actividad agropecuaria, construcción de viviendas, artesanías y
otras; en estos bosques se encuentran diversidades de especies vegetales maderables y no maderables
empleadas por ellos, con diversos fines como: construcción de viviendas, uso medicinal, alimenticio, artesanal
y ritual. (Farnum y Murillo, 2014; MIDA-FAO, 2002). Con base en la información de los habitantes se pueden
señalar algunos como:
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Especies maderables tradicionales: Caoba-Swietenia macrophylla, Cedro- Cedrela odorata, Roble-
Tabebuia rosea, Guayacán-Handroanthus guayacan, Espavé-Anacardium excelsum, Corotú-Enterolobium
cyclocarpum, Cedro espino-Pachira quinata, Almendro de río-Andira inermis, María-Calophlyllum brasiliense,
Laurel-Cordia alliodora, Algarrobo-Hymenaea courbaril, Panamá-Sterculia apetala.
Especies maderables no tradicionales: Zapatero-Hyeronima alchornoides, Balso-Ochroma
pyramidale, Lagarto-Zanthoxylum sp., Cortezo-Apeiba tibourbou, Amargo amargo-Vatairea sp., Tronador-Hura
crepitans, Higuerón- Ficus insipida, Alazano-Tachigali versicolor, Nazareno-Jacaranda sp.
Especies frutales: Guabas-Inga sp., Caimito-Chrysophyllum cainito, Jobo-Spondias mombin, Achiote-
Bixa orellana, Marañón-Anacardium occidentale, Café-Coffea arábiga, Guayaba-Psidium guajaba, Noni-
Morinda citrifolia, Guanábana y anonas-Annona sp., Fruta de pan-Artocarpus altilis, Nance- Byrsonima
crassifolia, Tamarindo-Tamarindus indica, Mango- Mangifera indica, Naranja-Citrus sinensis.
Especies de uso múltiple: Balo-Gliricidia sepium, Guácimo-Guazuma ulmifolia, Carate-Bursera
simaruba, Cañafístula-Cassia grandis, Calabazo–Crescentia sp., Guásimo colorado-Luehea seemannii, Palo
Santo-Erythrina sp., Papelillo-Miconia argenta, Guachapali-Albizia guachapele, Periquito-Muntingia calabura,
Cuipo-Cavanillesia platanifolia, Barrigón-Pseudobombax septenatum, Membrillo-Gustavia superba, Jagua-
Genipa americana.
Problema de los bosques en el Corredor Transístmico
Entre los beneficios que posee la existencia de la CHCP podemos enumerar los siguientes:
1. Es el punto de convergencia para una serie de factores de desarrollo demográfico, social y
urbano-industrial.
2. Es la fuente de conservación de una gran biodiversidad de especies como consecuencia de la
afluencia de factores climáticos, geológicos y geográficos que permiten la interacción de
hábitats diferentes.
3. Tiene un alto valor económico y comercial.
Entre los aspectos negativos que ha ocasionado el desarrollo desmesurado de la población y de sus
actividades económicas y de productividad sobre los recursos naturales e hídricos de la CHCP podemos
mencionar los siguientes:
1. Pérdida de las áreas boscosas, la erosión, la disminución de la fertilidad de los suelos,
sedimentación y la contaminación de los cuerpos de agua.
2. Desequilibrio y empobreciendo del suelo dentro de la cuenca de canal debido a las actividades
humanas de campo
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 29
3. Problemas de fauna y flora (MIDA, FAO, 2002) que incide sobre la erosión del suelo y la
sedimentación de los lagos, causando contaminación ambiental.
4. Los suelos de la cuenca han sufrido gran pérdida, debido la deforestación y la agricultura no
controlada, convirtiéndose en zonas de producción
El manejo correcto que se le dé a los procesos de desarrollo asegura la salud ambiental y la calidad de
los pobladores de la Cuenca ya que el 62% se encuentra habitado a los alrededores del Corredor Transístmico
que enlaza las ciudades de Panamá y Colón y considerándose una de las zonas más pobladas e
industrializadas de todo el país (PMCC, 1999).
Cabe señalar que los cuerpos de agua de la carretera Boyd Roosevelt (ríos Chilibre, Chilibrillo, Gatuncillo
y Aguas Sucias) está asociado a la liberación de desechos sólidos y líquidos no tratados de origen urbano e
industrial (TLBG, 2001).
Considerando que el 63% de la superficie está ocupado por cerros altos menores de 100 metros y
pendientes mayores a los 45 grados, la fisiografía de la zona tiende a ser muy quebrada, Jonás y Ponce (1986).
En su mayoría la tierra está compuesta de suelos arcillosos de color rojizo que con facilidad se erosionan y
compactan una vez destruida la cubierta vegetal, en la actualidad más de la tercera parte está intervenida
quedando una parte boscosa en suelos frágiles que es necesario proteger, ubicada en la parte alta de la
cuenca.
Como consecuencia del incremento desordenado de la población en la CHCP y la falta de planificación
especialmente a lo largo del Corredor Transístmico se han implementado, en las últimas décadas, las siguientes
normas:
Debido a que la cuenca tiene 158,530 hectáreas de bosques, de las cuales 105,440 se encuentran dentro
de áreas protegidas, lo que constituye el 67% de los bosques se debe considerar dos aspectos en la cuenca:
• Aumentar la cobertura vegetal fuera de las áreas protegidas como: orillas de quebradas y ríos,
cuerpos de agua, terrenos elevados, potreros, cercas, entre otros.
• Mantener la protección y conservación de las áreas protegidas existentes.
Estas disposiciones se acompañan de las siguientes legislaciones:
• La Ley No. 21 del 3 de julio de 1997, por la cual se establece el Plan Regional para el Desarrollo
de la Región Interoceánica y el Plan General de Uso, Conservación y Desarrollo del Área del
Canal, Ley que estableció el marco normativo para la zonificación y usos del suelo en la región
interoceánica y la CHCP, fomentando el uso ordenado y coherente de las tierras. Se
establecían las áreas que podían ser destinadas a actividades productivas y aquellas en las
que se permitiría el desarrollo urbanístico, impulsando una política de desarrollo sostenible e
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 30
integral del área del Canal y de toda la Cuenca, a la vez que se conservan y se aprovechan los
recursos hídricos y biológicos.
• Ley No. 79 de 23 de diciembre de 2003, en la que se hacen adiciones al Anexo I de la Ley No.
21 de 1997. Define cinco áreas de uso especial sobrepuesto, concepto aplicable solo en el
sector este de la Región Interoceánica y solo sobre las categorías II y III de Uso del Suelo
establecidas en el Plan Regional.
• Ley 5 de 28 de enero de 2005: Que adiciona el Título XIII: 20 artículos “Delitos contra el
ambiente” al Libro II del Código Penal, establece normas para la protección ambiental, evitando
la destrucción, contaminación y degradación de los recursos naturales del país, incluyendo los
de la CHCP.
• Ley No. 6 del 1 de febrero de 2006, reglamenta el ordenamiento territorial para el desarrollo
urbano. Su objetivo fundamental es establecer un marco regulatorio para el crecimiento
ordenado y armónico de los centros poblados, mejorando la calidad de vida de los pobladores,
impactando lo menos posible al ambiente geográfico.
• Ley No. 12 de 12 de febrero de 2007, que al igual que la Ley No. 79 de 2003, le hace adiciones
al Anexo I de la Ley No. 21 de 1997. Esta ley tiene una aplicabilidad más amplia que la Ley No.
79, ya que incluye al sector oeste de Cuenca, exceptuando el área del Canal y las áreas
contempladas en el Plan General de la Ley No. 21.
Estas legislaciones han permitido definir un marco legal claro para los usuarios; no obstante, no son
invulnerables a las necesidades de desarrollo económico. Esto genera problemas de deterioro ambiental y una
actividad socioeconómica difícil de manejar; sumado a esto, se presenta la difícil tarea de culturizar a los
moradores locales de los beneficios de proteger y conservar los recursos naturales de su entorno.
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CAPÍTULO III
UNA MIRADA HISTÓRICA, POLÍTICA- SOCIAL DE LA CARRETERA
TRANSÍSTMICA
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Antecedentes históricos
No hay dudas que la construcción de la carretera Transístmica fue un hecho relevante para el desarrollo
de las comunicaciones y relaciones entre las ciudades de Panamá y Colón, ya que antes de 1930 era imposible
movilizarse de una provincia a otra de forma terrestre, si se hacía era por el ferrocarril, vía aérea o por el mismo
canal navegando sus aguas. Es por esto que en este capítulo se presenta una mirada histórica de la
construcción de la carretera Transístmica con el objetivo de tener una visión amplia de la importancia de tan
valiosa carretera que hasta nuestros días existe y ha sido testigo de innumerables hechos políticos, culturales,
psicosociales y ecológicos que inciden en la vida de los panameños.
Para una mayor comprensión se ha dividido en cuatro períodos históricos importantes (período colonial,
período de la unión a Colombia, período del canal francés y período de la construcción del Canal de Panamá)
cada uno caracterizado por sus propios aconteceres históricos, políticos y sociales.
Período colonial
El territorio que hoy conocemos como República de Panamá, desde tiempos anteriores al proceso de
conquista, contaba con redes comerciales significativas para la época. Para el siglo XVI, en lo que hoy es el
Golfo de Urabá, Panamá era partícipe en la ruta de intercambio prehispánico. Esa ruta comprendía
transacciones comerciales que incluían el Caribe, cordilleras colombianas, Yucatán y México (Herrera, 2004).
En primera instancia, la labor de intercambio comercial es impulsada por etnias nativas (Cuevas, por ejemplo).
Luego es instaurada a mayor escala por el dominio español. La visión de ruta de tránsito es forzada e
impulsada una vez se constata el proceso de colonización y conquista. Esto evidencia que, en definitiva, es con
la llegada de los españoles que en América, se logra el desarrollo de comercio y la instauración de circuitos
económicos regionales (Castillero Calvo, 1999). Desde entonces Panamá, ha fungido como ruta marítima al
servicio del transporte internacional.
Ante el hecho ineludible de la recia función de tránsito impulsada sobre todo por España, Panamá
respondiendo a un llamado de la visión de servicios, experimenta un incremento ascendente en su cometido
de ruta transístmica.
Los primeros proyectos para la vía Transístmica inician en el año 1530, ya que para este año el río
Chagres se utilizaba como vía para atravesar hasta 15 millas de Panamá Viejo. En 1534 Andagoya, el
gobernador de Tierra Firme, recorrió los valles del Chagres y río Grande, por encontrar una vía Canalera, pero
decidió que la costa sería prohibitiva. Uno de los bosquejos posteriores mejor conocidos fue el de William
Patterson, fundador del Banco de Inglaterra, quien en 1698 fundó la Compañía del Darién e intentó establecer
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
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una colonia escocesa en Panamá con miras a desarrollar una vía transístmica. De los 2 500 colonos enviados
en las dos expediciones, 1,684 murieron de enfermedades o fueron asesinados y el asentamiento fracasó.
A pesar de estos y otros planes, los únicos medios de comunicación interoceánicos de importancia hasta
1855 fueron, primeramente por el Camino Real, un camino de mulas a través de la selva o bosque desde
Panamá Viejo hasta Portobelo, y más tarde, por el Camino de Cruces y el río Chagres.
Período de la unión a Colombia
Después de 1821, cuando Panamá declaró su independencia de España y se volvió parte de la
Confederación de Nueva Granada, hoy Colombia, varias naciones dieron nuevas consideraciones a la
posibilidad de construir un ferrocarril o un Canal a través del Istmo. Desde 1825 los Estados Unidos estuvieron
interesados en ambas posibilidades, como lo indican la serie de exploraciones, investigaciones y negociaciones
que antecedieron a la construcción del Ferrocarril de Panamá entre los años de 1850 a 1855; el poco éxito de
las compañías francesas por construir el Canal durante el período entre 1881 a 1903 y la construcción del actual
Canal desde 1904 a 1914.
Período del canal Francés
A pesar de que la construcción del Canal de Panamá no tuvo éxito con la compañía francesa, es
necesario destacar que los franceses realizaron también, los trabajos de campo necesarios para la construcción
del ferrocarril de Colón a Panamá. Los trabajos del ferrocarril de Panamá a Colón se realizan de 1849-1855
donde los franceses, inician las investigaciones y excavaciones que revelan los materiales de algunas
formaciones geológicas superficiales en el territorio del Istmo Central de Panamá, sobre todo las investigaciones
concernientes a la presencia de yacimientos de carbón.
Por todos es conocido que la malaria y la fiebre amarilla fueron enfermedades muy comunes, durante la
última parte del siglo pasado y las compañías del Canal Francés (1881-1904) tuvieron experiencias poco
afortunadas al respecto. En apariencia De Lesseps estaba anuente de las desfavorables condiciones sanitarias
que encontraría en Panamá, y se le advirtió que las enfermedades del país podrían exponer el éxito del Canal
que proyectaba construir.
Se dice que durante su primera visita Le Blanc, un residente en Ancón le dijo que si intentaba la
construcción de un Canal a través del Istmo no habría árboles suficientes para hacer cruces para colocarlas
sobre las tumbas de sus trabajadores. No obstante, su compañía llama “La Compagnie Générale du Canal
Oceanique de Panamá” se formó en 1878 y los trabajos de construcción del Canal Francés se iniciaron en
1881.
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Debido a la falta de información relacionada con la transmisión de enfermedades por medio de insectos
en esos tiempos, muy poco o nada se podía hacer para prevenirlos, pero se hicieron grandes preparaciones
para cuidar a los enfermos en hermosos hospitales que se construyeron y mantuvieron en Panamá, Colón y
Taboga a un costo que en 1886 llegaba alrededor de 12 millones de dólares. La falta de mano de obra adecuada
en Panamá hizo necesario que se importaran grandes cantidades de trabajadores negros de las Antillas y un
grupo más pequeño de oficiales blancos traídos de Francia.
La fiebre amarilla era especialmente virulenta en el grupo francés no inmune y Gorgas estimó que para
1889 habrían más de 2 660 muertos por estas razones en la fuerza caucásica que no era mayor de 2 500 de
una sola vez, y que dejó un promedio de 1 600 para el período. De acuerdo a Chamberlain (1929) se ha
estimado que al menos 1 600 empleados murieron por diversas razones durante nueve años y tal mortandad
ocurría en una fuerza total que no sobrepasaba los 10 121 durante el período. En 1889, la primera Compañía
Francesa fracasó y en 1894 la nueva Compañía del Canal de Panamá tomó los trabajos.
La malaria, aunque menos dramática fue un serio impedimento para la empresa, debido a que una gran
cantidad de trabajadores tanto negros como blancos se infectaron poco después de su llegada. Esto ocasionó
la incapacidad y la tasa de mortandad resultó elevada, en especial durante los primeros años.
Período de construcción del canal de Panamá
Por muchos años la Zona del Canal separaba a la ciudad de Colón del resto del país, el Tratado Arias-
Roosevelt estableció que Panamá tenía el derecho a integrar estas dos partes de su territorio a través de un
corredor. La existencia de tal pasaje le daría a Panamá libre tránsito para ir y venir desde la ciudad de Colón,
sin incurrir en posibles conflictos con las autoridades de la Zona del Canal.
Los Estados Unidos también necesitaban un corredor con jurisdicción ininterrumpida para atravesar el
territorio panameño y conectar el área de la Represa Madden, que estaba bajo el control norteamericano, con
el resto del territorio de la Zona del Canal. Ambos países coincidieron en que la instalación de tales corredores
minimizaría los potenciales conflictos de jurisdicción y autoridad, al igual que eliminaría las posibles causas de
fricciones entre los dos países. En esa forma, Panamá y los Estados Unidos decidieron establecer ambos
corredores (Noriega, 1978).
La República de Panamá había deseado construir una carretera a través del Istmo para comunicar las
ciudades de Panamá y Colón. Sin embargo, hasta los años treinta, el único medio de transporte entre estas
dos ciudades terminales era por aire, por el ferrocarril o por el mismo Canal. La Compañía del Ferrocarril de
Panamá, que para ese período pertenecía al gobierno norteamericano, mantenía un monopolio en dicho
transporte. No obstante, para 1936 ambos gobiernos decidieron que era indispensable para Panamá construir
su propia carretera de Panamá a Colón.
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En esa forma, el 2 de marzo de 1936, los dos gobiernos firmaron un convenio separado, relacionado con
la carretera entre las dos ciudades terminales. En esa forma Panamá pudo construir la carretera Transístmica
y vincular a Colón, es decir, 78, 9 Km. con el resto de la República de Panamá (Noriega, 1978).
Un aspecto importante para la República de Panamá, durante la década de los treinta fue la construcción
de la carretera Transístmica entre las ciudades de Panamá y Colón. El artículo V del Convenio de 1903 había
establecido que la República de Panamá cede a los Estados Unidos a perpetuidad un monopolio para la
construcción, mantenimiento y operación de cualquier sistema de comunicación en el Canal o ferrocarril a través
de su territorio entre el Mar Caribe y el Océano Pacífico (Noriega,1978).
La construcción de la carretera se inició en octubre de 1940 y se inauguró oficialmente el 15 de abril de
1943. Algunos tramos de la carretera fueron utilizados desde 1942; y en su totalidad en 1943. Empero, su
construcción fue completada en 1949. Fue formalmente entregada a Panamá el 30 de junio de 1949.En 1939,
aún en construcción, fue bautizada como Boyd- Roosevelt en homenaje a los presidentes de ambos países
Augusto Samuel Boyd y Franklin Delano Roosevelt.
Se piensa que la deforestación y fragmentación de los bosques es un problema ecológico de algunos
años atrás y que el Istmo de Panamá era una inmensa y tupida selva tropical. Si aceptamos que la aparición
de la agricultura en Panamá pudo haber sido de 4 000 A.C. a 250 A.C., podríamos afirmar que también en esta
época, se inicia el fenómeno de la deforestación. Las prácticas agrícolas incluían el uso del fuego para destruir
los desechos y también para despejar la tierra y plantar las cosechas. Como sucede en la actualidad, se
cambiaba de campos de cultivos en ciclo cortos lo que traía como consecuencia la quema y el despeje de
grandes extensiones de árboles y arbustos (Gutiérrez, 1992).
De que Panamá no era una inmensa selva lo demuestra el hecho de que, a la llegada de los españoles
en el siglo XVI, la mayor parte del litoral Pacífico estaba ocupado por una amplia sabana que retrocederá
rápidamente en algunos lugares como Darién y que evolucionará en otros, gracias a nuevas formas de uso del
suelo implantadas por los conquistadores (Gentry, 1985).
La llegada masiva de europeos al Istmo de Panamá, desde la segunda mitad del siglo XIX, provoca
fenómenos de adaptación ecológica y modificaciones en el ambiente natural de importancia fundamental, cuyos
efectos se hacen sentir aún en nuestros días: la transformación del medio geográfico en el Istmo central de
Panamá creada por la construcción del Canal interoceánico, incluso la urbanización de sus entradas; y, también,
las estrategias de adaptación a las especiales condiciones del ambiente natural desarrolladas para preservar a
las personas que, en gran número, están llegando al Istmo, con algunas intermitencias, desde 1881 hasta la
segunda guerra mundial (Standley, 1928).
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
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Aunque se tenga poca información de la vegetación existente, antes de la construcción de la vía
Transístmica y considerando que es una vía de alto tránsito y con diferentes niveles de perturbación
actualmente, no se cuenta con información que detalle el estado o situación de la vegetación asociada a la vía,
lo cierto es que se puede inferir por lo que se observa a lo largo de la misma, que todavía se mantiene una
alta diversidad de especies, incluyendo individuos representativos de bosques primarios.
La construcción de la carretera Transístmica, sin lugar a dudas ocasiona una alteración de la fisonomía
de los bosques húmedos tropicales de tierras bajas, poco alterados o poco intervenidos para ese entonces.
Surgen asentamientos o poblados a lo largo de la misma que van haciendo uso del recurso vegetal disponible
en su entorno y que en cierto grado van modificando la estructura del mismo, haciendo una selección empírica
de las especies que le brindan principalmente madera, alimento, medicina, entre otras. Estos poblados
definitivamente que han alterado el hábitat de muchas especies vegetales y animales, pero hasta nuestros días
han sabido adaptarse y permanecer en estas áreas haciendo uso del suelo y de la poca vegetación existente.
A lo largo de la carretera Transístmica se pueden observar pequeños fragmentos de bosques altamente,
poco y medianamente alterados que aunque sean pequeños debemos conservarlos, pues es lo que tenemos
más cerca y que probablemente son más vulnerables a su desaparición que cualquier área protegida o reserva
forestal. Sólo conociendo la vegetación que nos rodea podemos conservarla y crear consciencia ciudadana de
la importancia y valor de los bosques naturales que nos rodean.
La información valiosa de estos bosques urbanos es valiosísima, pues ayuda y abre las puertas hacia
un futuro sostenible, sin duda necesario para las futuras generaciones. La conservación de la naturaleza y la
educación ambiental son motores indispensables hacia el único desarrollo que nos puede sostener como
especie, motores para nuestra propia conservación.
Cuidemos, valoremos y conservemos estos fragmentos boscosos que constituyen importantes fuentes
de alimento y hábitat, para refugio o anidación a una gran diversidad de animales nativos. Además, en ellos se
encuentran plantas útiles a quienes viven en los alrededores de estos bosques.
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LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
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CAPÍTULO IV
FRAGMENTOS BOSCOSOS: ÁREAS DIVERSAS CON VALOR
ECOLÓGICO
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
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LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
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Algunos estudios realizados de los fragmentos boscosos que proponen un modelo capaz de predecir
los impactos de la fragmentación en los bosques
Los bosques tropicales contienen una gran proporción de la biodiversidad mundial; albergan el 70% de
las especies de animales y plantas del mundo, influyen en el clima local y regional, regulan el caudal de los ríos
y proveen una amplia gama de productos maderables y no maderables (Aide y Grau, 2004). La fragmentación
y degradación de hábitats silvestres en el último siglo son las principales amenazas a la biodiversidad,
generando un mosaico de bosques nativos, lo cual ha provocado cambios a gran escala en la estructura natural,
heterogeneidad y función de los ecosistemas (Chapin et al. 2000 y Tim 2008).
Estas amenazas son particularmente prominentes en los sistemas neotropicales; en Centroamérica, por
ejemplo, el ritmo de desaparición de los bosques en las últimas décadas ha sido muy acelerado (Avendaño,
2005 y Tim, 2008). En general la tasa de deforestación se ha estimado en más de 400 000 ha/año. Se considera
que cerca del 70% del bosque original presente en la región se ha perdido (Harvey y Saenz, 2007). Los efectos
antropogénicos (presión por el crecimiento exponencial humano y la explotación de los recursos naturales) han
dado lugar a un patrón global de fragmentos de hábitat con diversos niveles y tipos de disturbios inducidos por
el ser humano (Medellín, et al., 2000).
En cuanto a la fragmentación de los bosques, es un proceso cuyo impacto sobre la biodiversidad implica
varios efectos como: la reducción en la cantidad del hábitat, el incremento en el número de fragmentos de
hábitat, la disminución en el tamaño de los fragmentos y el incremento en el aislamiento de los fragmentos
(Fahring, 2003).
La fragmentación aísla los fragmentos boscosos al provocar una disminución en su tamaño y al mismo
tiempo, desencadena una serie de procesos asociados a los efectos de borde que deterioran el hábitat: cambios
microclimáticos (aumento en la temperatura superficial de los suelos, disminución de las tasas de
evapotranspiración y precipitación, alteración en la capacidad del suelo para retener agua, mayor escorrentía
superficial, entre otros), aumento de las tasas de depredación, tala selectiva, uso del fuego, presencia de
ganado, urbanización, cambios en la diversidad, la abundancia, la dinámica del bosque, la estructura trófica y
otros procesos ecológicos (Meyer, 2007). Los efectos de la fragmentación dependen de factores intrínsecos al
propio fenómeno de fragmentación como:
• El tiempo desde el aislamiento del fragmento: conforme se vayan haciendo más notables los
efectos de la fragmentación, se irán perdiendo aquellas especies que dependan totalmente de
la vegetación nativa, que tengan poca plasticidad genética, que requieran de amplios territorios
o que se presentan en bajas densidades; mientras que se irán ganando especies invasoras y
de borde capaces de establecerse en el sistema de fragmentos;
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
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• La distancia de otros fragmentos: la habilidad de las especies de colonizar o recolonizar un
remanente depende, hasta cierto grado, de la distancia entre el fragmento y otras áreas con
vegetación nativa, otros fragmentos o áreas adyacentes sin perturbación
• El grado de conectividad entre los fragmentos: la conectividad es el grado en el que un paisaje
permite o impide la movilidad de las especies entre los fragmentos, lo que a su vez depende
de la distancia entre los fragmentos adyacentes y los corredores que unen los fragmentos y
varía de lugar a lugar y de la especie que lo utiliza.
• El tamaño del fragmento: mientras más pequeños, mayor probabilidad de influencia de los
factores externos (efectos de borde). Los fragmentos más grandes normalmente contienen
mayor diversidad de hábitats que los pequeños, mayor posibilidad de contener una población
grande y altos niveles de intercambio genético, por lo que tendrá mayores probabilidades de
resistir una extinción local.
• Los cambios en los alrededores del paisaje: la eliminación de la vegetación de los alrededores
de un fragmento ocasiona que éste se convierta en la única área de hábitat apropiado para los
organismos móviles, originando la concentración de individuos y una sobresaturación por la
entrada de especies nativas, así como por el establecimiento de nuevos ensamblajes, lo que
afecta las relaciones intra e inter-específicas.
• La posición de los fragmentos en el paisaje: pueden representar el punto de conexión entre
áreas y así disminuir la distancia que las separa, permitiendo el flujo de organismos (Galindo-
González, 2007).
La degradación del hábitat, no implica necesariamente un cambio en la utilización del terreno; puede
seguir siendo de uso forestal, pero su composición y funciones biológicas quedan comprometidas por la
intervención humana (Laurance, 2000). La remoción de la vegetación nativa y el aislamiento de los fragmentos
boscosos ocasionan la concentración de la fauna dentro de éstos (Lovejoy et al., 1986). A su vez, representa
en algunos casos, un hábitat inhóspito para los desplazamientos de especies (Acosta-Jamett y Simonetti, 2004).
Todo ello aumenta la vulnerabilidad de muchas especies de animales y plantas a condiciones
ambientales adversas, las cuales imponen restricciones a la polinización, frugívora, dispersión de semillas,
reproducción y depredación, lo que aumenta la probabilidad de extinción local de muchas especies (Galindo-
González, 2007).
Ante lo anteriormente explicado, se hace necesario aclarar que la fragmentación es la división de áreas
continuas de hábitat natural, en partes más pequeñas por la conversión del territorio en usos agropecuarios o
urbanos y la del bosque tropical en particular se ha convertido en un asunto primordial de estudio científico y
en el manejo de territorio.
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 46
Es importante tener muy claro que la fragmentación como el proceso de división de hábitat, no es
sinónimo de destrucción de hábitat. Esta diferencia es clave por dos razones expuestas por Farhig (2003): la
primera es que varios estudios demuestran que el impacto humano más fuerte en la biodiversidad es el que
produce la destrucción de hábitat, siendo secundario el número o el tamaño de los fragmentos boscosos en
que el hábitat remanente queda dividido; la segunda es que el uso de ambos términos como sinónimos
contribuye a que los resultados de algunas investigaciones parezcan contradictorios.
Aunque los bosques tropicales muestran gran resiliencia a los cambios ambientales y a los disturbios
naturales (Whitmore, 1990), la pérdida y fragmentación del hábitat en los trópicos, así como los incendios, están
ocurriendo a escalas y tasas sin precedente, a causa de las actividades humanas. La mayoría de las especies
vegetales tropicales tienen poca o ninguna adaptación a estos tipos y tasas de disturbio, por lo que es de
esperar una reducción de la diversidad de especies y cambios en la composición funcional de estos bosques.
El impacto de la fragmentación en las características de la comunidad del bosque tropical y en los
procesos ecológicos se ha conversito en uno de los principales temas de la investigación ecológica en el
Neotrópico en los últimos veinte años. La contribución más destacada para entender los impactos de la
fragmentación en los bosques tropicales ha sido aportada por el Programa de Dinámica Biológica de
Fragmentos de Bosque (BDFFP, por sus siglas en inglés) en el noroeste de Costa Rica.
Este proyecto investiga en fragmentos experimentales, rodeados al menos al inicio por pasturas y ha
hecho la separación más explícita entre efectos de borde y de área en las dinámicas de bosque neotropical
fragmentado, en virtud de la distribución de parcelas permanentes de muestreo en hábitats de borde y de interior
en los fragmentos, y en bosques continuos como control. Además, es el único estudio experimental de los
efectos de la fragmentación en los trópicos que controla variables y que permite un enfoque directo en los
efectos de área y de borde.
La evaluación de los impactos de la fragmentación en la biodiversidad de la vegetación forestal tropical
requiere de estudios integrados que consideren sus principales componentes funcionales: estructura,
composición, diversidad y procesos dinámicos. Se enfatiza esto para el manejo y la conservación de los
bosques, en el entendido de que los procesos dinámicos de los fragmentos boscosos y de las poblaciones de
las especies son tan relevantes como la comprensión de la estructura y composición del bosque (Whitmore,
1990).
Los resultados del Programa de Dinámica Biológica de Fragmentos de Bosque (BDFFP) se utilizaron
para construir un modelo coherente capaz de predecir los impactos de la fragmentación en los bosques del
área de estudio del proyecto durante los primeros veinte años de aislamiento (Laurance et al., 2002). El modelo
se basa en el hallazgo de que los efectos de borde juegan un papel clave en la definición de los cambios en los
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fragmentos de bosque. Los regímenes de disturbio se alteran más que nada cerca de los bordes, lo que causa
marcados incrementos de mortalidad y daño en árboles, en especial entre los árboles grandes (dap ≥ 60 cm)
(Ferreira y Laurance, 1997).
Como consecuencia, se elevan las tasas de reclutamiento de plántulas leñosas en los bordes (Sizer y
Tanner, 1999) y según se comprobó en mediciones de individuos con dap ≥ 10 cm, el reclutamiento está
sesgado hacia familias típicas de sucesión secundaria con una disminución de la riqueza de especies leñosas
en los bordes (Benítez-Malvido, 1998), aumenta la abundancia de especies de árboles y lianas demandantes
de luz y disminuye la biomasa del bosque a escala local (Laurance, 2001).
Una conclusión que enfatizan los investigadores del proyecto tiene que ver con la influencia de las
características de la matriz sobre los cambios en los fragmentos: los cambios en los bordes, por ejemplo, son
atenuados por el desarrollo del bosque secundario después del abandono de las pasturas.
Finalmente, como la comparación de los procesos dinámicos entre las parcelas al interior de los
fragmentos y las de control no mostró diferencias estadísticas significativas, Laurance et al., 1998 concluyeron
que todas las diferencias relacionadas al área entre fragmentos de diferentes tamaños y las diferencias entre
fragmentos y controles se debieron a los efectos de borde.
Laurance et al., 2002 resumen los cambios observados en los fragmentos con la frase decaimiento del
ecosistema. Algunas publicaciones del BDFFP afirman que los fragmentos de bosque pueden contraerse a
casusa de los crecientes disturbios en sus bordes, en especial en áreas con estaciones marcadas donde
ocurren incendios frecuentes en la matriz (Gascon et al., 2000). Tres razones sugieren que esta afirmación no
debe convertirse en un principio ecológico en lo referente a los efectos de la fragmentación en los bosques
húmedos neotropicales.
La primera es que la composición funcional y las tasas de los procesos dinámicos del bosque a escala
local varían mucho entre los bosques de la región libres de intervención humana conocida, de modo que es
probable que también sus respuestas al impacto humano sean variables (Finegan y Camacho, 1999). A partir
de esa idea, es probable que una determinada intervención produzca cambios más fuertes en algunos tipos de
bosque que en otros, por razones que dependen de las características intrínsecas de cada ecosistema.
La segunda es que, dentro de una determinada región, el grado de cambio en fragmentos de bosque de
un determinado tamaño dependerá de varios factores, por ejemplo, del tiempo transcurrido luego de la
fragmentación y del tipo de ecosistema adyacente (un punto demostrado por el BDPPP).
También dependerá del contexto general del paisaje en el que se ubica el fragmento; por ejemplo, si el
fragmento se encuentra dentro de un paisaje variegado (un paisaje que aún retiene o si se encuentra dentro de
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un paisaje entre 60% y un 90% de su cobertura original de bosque) o si se encuentra dentro de un paisaje
relictual (uno que retiene menos del 10% de su cobertura original). La tercera razón es la relativa carencia de
información sobre los efectos de la fragmentación.
Estos investigadores concluyen que los fragmentos de bosque sin aprovechamiento o con un
aprovechamiento ligero en su área de estudio muestran resiliencia a los efectos de borde, más que una
degradación o decaimiento crónico en los bordes, y que es probable que su vegetación mantenga gran parte
de su capacidad original para proveer bienes y servicios. Williams-Linera (1990) y Williams-Linera et ál. (1998)
también llegan a conclusiones contrarias a aquellas del BDFFP sobre la base de estudios de borde en bosques
lluviosos de Panamá y México.
En otras regiones geográficas del Neotrópico el proceso de destrucción, fragmentación y simplificación
de hábitats boscosos está mucho más avanzada que en la zona de estudio del BDFFP (noroeste de Costa
Rica). En los bosques húmedos de la zona atlántica del Brasil la intervención humana a gran escala empezó
en el siglo XVI y si bien el ritmo y la tasa de destrucción de hábitat han variado, hoy algunas áreas están
deforestadas casi en su totalidad (Viana, et al., 1997).
Un ejemplo es la región de Piracicaba, del estado de Sao Paulo, subsiste sólo el 2% de la cobertura
forestal original, la cual contiene un 0,8% de bosque primario y un 1,2% de bosque secundario, dividida en 29
y 73 fragmentos respectivamente, el 90% de ellos con un área menor de 50 ha (Viana et al.,1997), los resultados
de las investigaciones indican, como es de esperar, que los cambios en los bosques fragmentados son mucho
mayores que los documentados en la Amazonía o en el noroeste de Costa Rica.
Estudios de los bosques húmedos de la costa atlántica del Brasil se han enfocado en fragmentos de
bosque montano-semi-deciduo y de bosque lluvioso aislados hace 50 y 100 años respectivamente. En
fragmentos muy pequeños (< 15 ha) hay clara evidencia de tasas elevadas de disturbio y recambio, acordes
con el escenario de decaimiento (Tabarelli et al., 1999). Los estudios encuentran altas proporciones de árboles
muertos, grandes áreas en la fase de construcción del ciclo dinámico del bosque (Whitmore, 1984), áreas
dominadas por lianas y bambú y altas proporciones de géneros arbóreos pioneros.
Oliveira et al., 1997 encontraron en fragmentos de este tipo que los efectos de borde son marcados, en
términos de tasas elevadas de reclutamiento, de crecimiento del área basal total y de concentraciones de lianas
de especies arbóreas pioneras.
Los bosques húmedos de la costa atlántica del Brasil también han brindado un estudio único que sugiere
relaciones entre el área de fragmentos de bosque y las características de sus comunidades arbóreas. Tabarelli
et al., 1999) compraron la estructura y la composición de las comunidades de plantas leñosas en cinco
fragmentos de bosque lluvioso montano de 5, 10, 14, 370 y 7900 ha, mediante el uso de listas de especies
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
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compiladas por otros estudios. El área de los fragmentos presentó relaciones estadísticamente significativas
con la proporción de especies arbóreas en diferentes gremios de dispersión, categorías de altura de adultos y
gremios de regeneración (tolerante/intolerante).
En los fragmentos menores se encontraron tendencias generales, como una mayor proporción de
especies con dispersión abiótica, de especies que llegan al dosel del bosque cuando adultas y de especies
juveniles intolerantes a la sombra. Los resultados de este estudio se ajustan a predicciones de un decaimiento
del ecosistema y que este es mayor en fragmentos de menor tamaño.
Este resultado se puede asociar al largo período que han pasado los remanentes de bosque en estado
fragmentado, así como al tamaño pequeño de los fragmentos y a la poca cobertura total de bosque en el paisaje
en general; potencialmente representa el estado al que llegarán los bosques en paisajes hoy menos
intervenidos, a menos que el proceso de intervención se detenga.
Aunque los hallazgos de ambos proyectos de investigación, así como los de otros estudios realizados
en bosques neotropicales de bajura como por ejemplo, los realizados en México y Panamá (Williams-Linera et
ál. 1998; Arroyo y Mandujano 2006, 2008; Williams-Linera 1990), sugieren que cualquier extrapolación de sus
resultados a otras áreas debe ser evaluada cuidadosamente, es evidente que la fragmentación puede alterar
la dinámica de la regeneración arbórea en los bordes de los fragmentos de bosque.
Actualmente pocos países o quizás ninguno ha realizado estudios de fragmentos boscosos que no estén
incluidos dentro de áreas protegidas, estos últimos estudios empiezan a tener apoyo de los investigadores,
fortaleciendo esta postura que por años se ha tenido soslayada, ya que debe haber una relación sostenible
entre el entorno boscoso y la población que toma del bosque muchos elementos para su sobrevivencia. Es por
eso que no es suficiente con querer proteger únicamente una masa de bosque y mantenerla de manera aislada
como un ecosistema que no tiene relación con su entorno. Tales razonamientos llevan a pensar que el paisaje
en su totalidad, debe ser considerado como el elemento principal sobre el cual se deben desarrollar los objetivos
de conservación.
Valor de la diversidad presente en los fragmentos boscosos
Importancia de los bosques urbanos
Siempre han existido áreas y ciudades arboladas. Unos 2.500 años atrás, se plantaron jardines colgantes
en las terrazas de las murallas de Babilonia, creando una de las maravillas del mundo antiguo. Los griegos y
los romanos construyeron sus templos alrededor de arboledas sagradas dentro de sus ciudades. Desde los
tiempos medioevales hasta el Renacimiento y más allá, las familias reales y poderosas han apartado lugares
de la campiña para sus propios propósitos. El Parque Richmond de Londres, de un área de 1.000 hectáreas,
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
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donde todavía deambulan ciervos y otros animales en libertad, es un antiguo campo de caza conectado con las
familias reales de Inglaterra desde el siglo XIII.
En el siglo XIX se produjo un movimiento en pro de la creación de parques para las clases trabajadoras
urbanas emergentes de la Revolución Industrial. Cuando se reconoció que las duras condiciones estaban
afectando la vida de los trabajadores empezaron a abrirse espacios verdes en muchas zonas industriales, y los
filántropos privados alentaron los deportes y las actividades de esparcimiento. Impresionados por los parques
públicos de Europa, Frederick Law Olmsted y Calvert Vaux diseñaron el Central Park en la ciudad de Nueva
York –341 hectáreas de exuberante vegetación en el centro de Manhattan–, no únicamente para fomentar la
salud y la felicidad de los habitantes de la ciudad, sino para mejorar sus estándares morales al mismo tiempo.
El Central Park inspiró la creación de otros desarrollos similares en muchas otras ciudades, incluso San
Francisco y Seattle, y Olmsted también fue pionero de un sistema conectado de parques y espacios verdes en
varias ciudades, entre los cuales cabe citar los famosos parques de Boston, donde este sistema forma un
cinturón verde conocido como el Collar de Esmeraldas.
Actualmente, los bosques urbanos están ganando reconocimiento como una manera de convertir las
ciudades donde es emitido hasta el 70% de los gases de invernadero del mundo en lugares más ecológicamente
sostenibles. Estos bosques realizan numerosos servicios cruciales, al secuestrar carbono, filtrando polvo y
partículas escape de los coches de la atmósfera, y absorbiendo dióxido de carbono, dióxido de azufre y
monóxido de carbono.
Además, los árboles también absorben ruidos, protegen las calles del viento y ayudan a mantener frescos
los edificios. Las cadenas de vegetación proveen corredores verdes, conectando hábitats de plantas y animales
de otro modo fragmentados por edificios, caminos y parques de estacionamiento. Las zonas verdes no
pavimentadas son importantes para absorber el agua de lluvia, recargar las aguas freáticas y evitar la
inundación de las calles en épocas de tormentas.
Por otra parte, los bosques urbanos también pueden funcionar como purificadores del agua: por ejemplo,
en Lima, Perú, los bosques se riegan con las aguas residuales de la ciudad, lo cual limpia el agua y realimenta
los acuíferos. A medida que las ciudades van creciendo, los bosques urbanos bien manejados no sólo proveen
los espacios sociales y servicios de ecosistemas que toda ciudad necesita, también ayudan a proveer material
de construcción, alimentos y combustible.
En muchas ciudades de Asia, África y América Latina, por ejemplo, ya es común la plantación de árboles
frutales y de forraje y árboles para proporcionar leña o material para artesanías. Pero la próxima evolución para
la silvicultura urbana en todas partes consistirá en aplicar sus principios sistemáticamente para ayudar a
convertir las ciudades en los lugares más verdes, confortables y sostenibles como sea posible.
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
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Panamá: un punto de alta diversidad
Valor de la diversidad en los fragmentos boscosos
La presencia de una rica diversidad de especies de plantas y animales hacen del Istmo de Panamá una
de las regiones con mayores índices de diversidad biológica por metro cuadrado a nivel global, tomando en
cuenta la pequeña superficie del país. La convergencia de especies de los hemisferios norte y sur, en su
dinámico proceso de evolución y migración permiten registros de especies extremadamente elevados, en
comparación con países de mayor extensión en superficie. En Panamá se ha registrado la presencia de más
de 14 000 especies de plantas vasculares, 170 anfibios, 228 reptiles, 930 aves y 255 mamíferos, confiriéndole
un inmenso atractivo natural y una posición privilegiada entre los sitios biodiversos del planeta (ANAM, 2000b).
Hoy día, el problema del cambio climático ha hecho reorientar la atención global sobre los problemas
medioambientales que los incrementan, como la deforestación, la fragmentación de los bosques tropicales y la
pérdida de la diversidad biológica global. En Panamá, el proceso de deforestación y fragmentación de los
bosques nativos ha ocasionado la pérdida de casi el 50% de la cobertura boscosa del país, en las últimas
décadas, principalmente en el Pacífico panameño, donde la pérdida local de ecosistemas y especies ha llegado
a cifras alarmantes a nivel local (ANAM, 2000b).
Todos sabemos que los bosques son lugares muy importantes. ¿Pero por qué exactamente deberíamos
preocuparnos por ellos? ¿Y qué exactamente es un bosque? Por extraño que parezca, la segunda pregunta es
más difícil de contestar que la primera. Los bosques son el hábitat de una gran proporción de la biodiversidad
del mundo. Desempeñan un papel importante en regular el clima, tanto mundial como localmente y contienen
enormes cantidades de carbono almacenado en la madera y bajo tierra, carbono que de otra manera podría
entrar a la atmósfera en forma de gas de efecto invernadero.
Los bosques estabilizan los suelos y ayudan a evitar la erosión, y además ejercen una importante
influencia sobre el ciclo de agua, afectando el suministro y el flujo de agua dulce.
Proveen una multitud de recursos: madera, por supuesto, pero también otros productos, incluso
alimentos silvestres, colorantes, cauchos, gomas, balatas, fibras, aceites, ratán de las palmeras, medicinas,
leña y carbón vegetal. Y todo esto sin olvidar que ofrecen algunos de los paisajes más hermosos e inspiradores
sobre la Tierra.
La FAO considera como “bosque” cualquier lugar con más de un 10% de cobertura forestal, pero esto no
es mucho. Sobre esta base, existen alrededor de 40 millones de km2 de bosques en el mundo, o sea
aproximadamente un 30% de la superficie de tierra del planeta, y probablemente la mitad de la superficie que
sería área forestal sin el impacto de la población humana. De esta superficie, sólo 14 millones de km2 no son
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
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afectados por humanos en su mayor parte. Los bosques existentes están distribuidos en forma muy desigual.
Más de la mitad de la superficie forestal total se encuentra en apenas cinco países, y más de 60 países poseen
menos de una décima parte arbolado del total de su superficie, con 10 de estos países totalmente carentes de
bosques.
Las plantas y los animales del bosque no solo se relacionan entre sí, sino también con el ambiente en
el que viven. Por ejemplo, las raíces de los árboles sujetan la tierra del bosque. De esta manera, las raíces de
los árboles retienen el agua de lluvia. Una parte de esta agua humedece la tierra, otra se filtra hasta llegar a
depósitos o ríos subterráneos, y otra más encuentra camino en los arroyos. Un lugar como el bosque, donde
hay plantas y animales que se relacionan unos con otros y con el ambiente en el que viven, es un ecosistema,
en este caso, un ecosistema forestal.
Los hongos, por ejemplo, pudren los desechos. También las bacterias los descomponen, aunque a ellas
no las vemos a simple vista por lo pequeñitas que son. Una parte de lo que pudren los descomponedores la
aprovechan ellos mismos para obtener energía. La otra parte queda en el suelo. Esta otra parte, las plantas la
usan para aprovecharla en la fabricación de sus alimentos.
Desde que aparecieron los primeros hombres en el mundo, comenzaron a aprovechar los recursos
naturales. Además, desde que inventaron el fuego, comenzaron a usar ramas y troncos para cocinar o
calentarse. Poco después, también usaron la madera y las piedras para construir sus herramientas y sus casas.
La importancia de los bosques es incalculable, porque sin ellos no existirían seres vivientes sobre la tierra.
Dentro de las principales funciones de los bosques están las siguientes:
• Cuando llueve, gran parte del agua que cae en el bosque se queda en el suelo por algún tiempo.
Eso favorece a las plantas y a los animales que ahí viven. Después, como el suelo del bosque
está cubierto por muchas hojas y restos de plantas, el agua de las lluvias pasa a través de esta
cubierta. Se filtra como si pasara por una fina coladera, hasta que llega a depósitos
subterráneos. Esta misma agua es la que la gente saca de los pozos y, así, la aprovecha.
• Como en el bosque hay muchos árboles que producen gran cantidad de oxígeno. Después, las
mismas plantas, los animales y nosotros tomamos este oxígeno para respirar y desechamos
bióxido de carbono.
• Además, los árboles de un bosque protegen a la tierra de la erosión. Si no existieran los árboles,
como en muchos sitios donde han sido talados los bosques, el suelo seria arrastrado por la
lluvia y el viento. Y solo quedarían grandes zanjas y rocas peladas.
• Los árboles evitan la erosión porque con la caída de hojas se mantiene una gran cantidad de
materia orgánica, que sirve como esponja, absorbiendo el agua de lluvia, además de evitar el
contacto directo de la lluvia con el suelo. La tierra arrastrada iría a parar al fondo de los ríos,
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 53
lagos y lagunas, que es a donde llega el agua de lluvia. Al juntarse ahí la tierra, es seguro que
los seres vivos que habitan en el agua saldrían perjudicados.
• Los árboles evitan las inundaciones, el secamiento de ríos y arroyos. Si talamos los bosques
que están cercanos a los arroyos, estos se secan debido al calentamiento del suelo. Los
árboles también tienen que ver con el clima. El follaje de los árboles retiene la humedad del
medio ambiente. Por eso, el bosque esta siempre fresco. De otra manera, si se cortan muchos
árboles, el sol calentara demasiado el suelo. Y el clima será seco y caluroso, como el de los
desiertos.
• Regulan la temperatura con la liberación de oxígeno, es por eso que en lugares montañosos
está fresco, y donde no hay bosques existe más calor.
• Proporcionan casa y comida a muchos animales mayores, como tigres, venados, conejos,
mapaches, ardillas, aves, etc. Proporcionan diversos alimentos para el ser humano, sin
necesidad de cultivar.
• Aportan leña y madera para la fabricación de muebles, casas, sombreros, papel y hasta el
dinero en billete se obtiene del bosque.
Las zonas rurales de la carretera Transístmica son habitadas por comunidades en su mayoría
campesinas, compuestas en parte por habitantes que han migrado desde otras zonas del país. En dichas
comunidades permanecen todavía familias con una tradición de asentamiento en la zona de varias
generaciones atrás, en las que aún reside conocimiento ancestral que por tradición ha sido transmitido de
generación en generación (Gutiérrez, 2011).
Este conocimiento es muy valioso, pues son sus habitantes los que han heredado parte del conocimiento
de las culturas antiguas (Nolan & Robbins, 1999). A pesar de esto, los saberes de nuestras comunidades rurales
se encuentran en detrimento y en peligro de desaparecer, al igual que en diversas sociedades humanas
alrededor del mundo (Caniago & Siebert, 1998; Benz et al., 2000), como consecuencia de la modernización y
el desinterés principalmente de las generaciones jóvenes en los estilos de vida tradicionales y el saber ancestral
de sus comunidades (Raja et al., 1997; Tabuti et al., 2003).
Los fragmentos boscosos a lo largo de la carretera Transístmica son bosques secundarios
pertenecientes a los Bosques Húmedos Tropicales, estos fragmentos presentan alta diversidad vegetal. La
categoría de uso más sobresaliente fue la ornamental (111) seguida de la medicinal (102) y artesanal (77). Esto
explica la asociación de las especies con la población circundante y el impacto que tienen las plantas en la vida
de los seres humanos.
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 54
Sin lugar a dudas esto constituye una muestra del saber popular asociado al mundo vegetal, poniendo
de manifiesto la recuperación y revalorización de los conocimientos etnobotánicos de la población que vive
cerca a los parches boscosos.
En este sentido, es fundamental hacer esfuerzos para evitar la pérdida del conocimiento tradicional
sobre plantas útiles en la región, no solo para preservar la herencia cultural, sino porque la información que se
genera en estudios sobre especies económicamente importantes y con potenciales de uso y aprovechamiento,
constituye una herramienta importante para la implementación de medidas para la conservación y manejo a
largo plazo de las especies y los ecosistemas en los que residen (Araujo-Murakami & Zenteno, 2006).
Más aún, es importante registrar la información sobre ciertas especies útiles que podrían ser relevantes
para el desarrollo de nuevas fuentes de alimento, medicamentos, industria u otros beneficios (Akerele, 1993;
Katewa et al. 2004), sobre todo teniendo en cuenta las tendencias del mundo moderno que se encamina cada
vez más hacia la utilización de productos naturales y más sanos.
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CAPÍTULO V.
METODOLOGÍA, RESULTADOS Y DISCUSIÓN
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Planteamiento de la Metodología
Para efectos de esta investigación se optó por un diseño de investigación transversal, no experimental,
exploratoria-descriptiva, de campo, con datos de fuentes primarias (Sampieri et al., 2006). Realizado entre los
meses de enero a diciembre de 2014. Se trata de una investigación multidisciplinaria, con la participación de
especialistas en ecología, educación, zoología, taxonomía y botánica.
Dado que el presente trabajo puede servir como base para futuros proyectos de investigación, se diseñó
tomando como bases variables del medio independientes del propio objeto del estudio. Por los mismos motivos
se intenta que los resultados y conclusiones aporten ideas claras y sencillas sobre los ecosistemas presentes
en los fragmentos boscosos asociados a la carretera transístmica Panamá-Colón.
Según los objetivos a lograr, se fijaron las etapas que se fueron desarrollando en el plan de trabajo y por
tanto, la metodología de esta investigación se dividió en fases de desarrollo como consta a continuación:
A. Fase de obtención de datos
a. Descripción general del área de estudio: en esta etapa se detallaron todos los indicadores
y descriptores necesarios para determinar los perfiles geográficos, ambientales y
ecológicos del área. Así se logró la compilación de datos geográficos, climáticos,
topográficos, edáficos, coberturas y usos de la tierra, infraestructura, indicadores biofísicos
(índices de vegetación) y otros indicadores de antropismos.
b. Descripción de paisajes: mediante mediciones directas, observaciones y fotografías se
determinó el tamaño de los fragmentos, la composición de especies y el estado de
conservación. (Dinerstein et al., 1995; Gómez et al., 2005).
c. Diseño de las parcelas de muestreo: para establecer los sitios de muestreo se utilizaron
los métodos convencionales usados para bosques húmedos tropicales. (Howard, 1982;
Scott, 1998; Farnum, 2014).
d. Inventario de especies: en esta etapa se registraron y fotografiaron todas las especies
presentes desde el borde de la carretera hasta 10 m hacia adentro. Adicionalmente, se
contó el número de individuos de cada especie observada en la parcela de estudio.
También se hicieron colectas en los casos necesarios para confirmar la clasificación y para
los casos que representaron situaciones particulares. De enero a octubre de 2014 se
hicieron 3 viajes semanales recorriendo la vía en los dos sentidos.
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B. Fase de análisis de datos
a. Para la clasificación taxonómica, se hicieron las identificaciones con la ayuda de claves
taxonómicas de la Flora Mesoamericana y la Flora de Panamá y en algunos casos se
compararon los especímenes en el Herbario de la Universidad de Panamá.
b. Para la clasificación etnobotánica se utilizaron los enfoques integradores de la
Etnobotánica (Alexaides, 2003) y la Agrodiversidad (Brookfiel y Stocking, 1999),
empleando herramientas participativas (encuestas, entrevistas abiertas y entrevistas a
profundidad con informantes claves), para determinar los usos de las plantas, la fuente de
obtención y el nivel de conocimiento de las plantas en los diferentes estratos sociales y
sectoriales que forman parte del área de estudio.
c. Para la determinación del estado de conservación y endemismo, se usó el Informe sobre
el estado del conocimiento y conservación de la biodiversidad y de las especies de
vertebrados de Panamá (ANAM, 2007), basado en la Convención Internacional sobre
Tráfico de Especies Amenazadas (CITES 2012) y la Unión Internacional para la
Conservación de la naturaleza (UICN 2012).
d. En lo relativo a las relaciones ecológicas de los sitios y especies, se aplicaron cálculos
para determinar: abundancia, frecuencia, distribución, índices de diversidad alfa. Se
analizaron relaciones entre el tamaño de los fragmentos con la abundancia y riqueza de
especies; así como relaciones entre los grados de perturbación en los fragmentos con la
abundancia y riqueza de especies. Para los cálculos se utilizó el programa PAST versión
2.16; 2012. Copyright Hammer & Harper.
1. Delimitación del territorio
A. Área de estudio
El área de estudio de esta investigación comprende los 78.9 Km del eje transístmico (Vía Boyd
Roosevelt) que corresponden aproximadamente a 156 hectáreas ya que se muestreó a 10 m de cada
lado de la carretera adentrándose hacia el bosque. A lo largo de la carretera Panamá – Colón se observa
un complejo de fragmentos de bosques, aledaños a los bosques protectores de la cuenca hidrográfica
del Canal de Panamá. Estos fragmentos, no continuos, comparten espacios con pequeños poblados en
de toda la vía o tramos, tal como se presenta en la figura 1, excepto en las grandes ciudades terminales.
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Figura 1. Área de estudio. Ubicación geográfica.
Fuente. Autores. (2015).
Las coordenadas registradas son (Latitud 09° 03' 00" N / Longitud 79° 30' 00" W) partiendo desde
la ciudad de Panamá y (Latitud 09°21′33″N / Longitud 79°54′05″W), terminando en la ciudad de Colón.
2. Diseño de recorrido y muestreo
En las parcelas marcadas a 10 m desde el borde de la carretera (Figura 2), durante 10 meses (enero a
octubre, 2014) se hicieron 3 recorridos semanales en donde se verificaban los siguientes aspectos: estado de
conservación del fragmento, tamaño del fragmento, registro de cantidad y especies de árboles y arbustos
presentes en los fragmentos, entrevistas y encuestas a los moradores. La longitud de cada fragmento de
bosque estaba determinada por el cambio en el tipo de vegetación y la variación del tipo de perturbación
humana observada.
Los recorridos se hicieron así: los primeros meses desde Panamá hacia Colón (sentido norte) y en los
últimos meses del año, desde Colón hacia Panamá (sentido sur). Cada recorrido tenía una duración promedio
de 4.5 horas de trabajo de campo.
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Figura 2. Método de marcación de las parcelas de estudio.
Fuente. Autores. (2015).
Resultados y discusión
Aspectos ambientales y ecológicos
El área estudiada se enmarca en la categoría de clima tropical; según la clasificación de Kôppen (1948):
clima tropical húmedo hacia la vertiente caribe y clima tropical de sabana hacia la vertiente pacífica. Figura 3.
En el área, se presentan dos temporadas, una lluviosa (mayo a diciembre) y otra seca (enero a abril); presenta
condiciones térmicas y pluviométricas similares durante todo el año. La precipitación promedio anual es de
2200 mm para el pacífico y 3300 mm para el caribe. Las temperaturas son muy estables y regulares, oscilan
entre los 26 y 30ºC durante todo el año; sin embargo, las variaciones de temperatura durante el día son mayores
que a lo largo del año. (ETESA, 2014).
Las variaciones del clima no son frecuentes en esta área, pero en algunos años se han presentado
prolongaciones de las temporadas secas o lluviosas más allá de los períodos normales. Cabe señalar que la
temporada seca no es muy marcada en la región norte o caribe en donde se presentan lluvias a lo largo de todo
el año. (ETESA, 2014).
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Figura 3. Mapas de climas de Panamá.
Fuente. ETESA. (2014).
El área presenta un relieve irregular con pendientes ligeras, su flora tiene rasgos de intervención humana,
por pastoreo de ganado vacuno, cultivos, urbanizaciones y caminos (carreteras y trochas); esto se evidencia
por la existencia de claros en los fragmentos de bosques, pastizales y senderos.
El área de estudio está formada por un ecosistema de fragmentos boscosos discontinuos en donde se
identificaron seis tipos o categorías de vegetación, ver figura 4: bosque de mangle, matorral, bosque secundario,
bosque maduro, cultivos y bosques de galería. (CEREB, 2005).
Figura 4. Tipos de paisajes presentes a lo largo de la carretera Panamá-Colón.
Manglares
Matorral
Bosque Secundario
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Bosque Maduro
Cultivares
Bosques de Galería
Fuente: Autores. (2015).
Caracterización de los fragmentos boscosos
La mayor parte del área la ocupan los bosques secundarios con 46%, seguida por los bosques maduros,
bosques de mangles y los bosques de galería que abarcan 28%. El uso urbano es, en conjunto con los cultivos,
las categorías que presentaron las áreas más bajas con 18% y 8% respectivamente.
De acuerdo a White y Pickett (1985), los eventos de perturbación pueden ser caracterizados en términos
de distribución espacial, área o tamaño, intensidad, severidad, frecuencia, tasa de retorno, período de rotación
y sinergismo; por lo tanto, diversos factores de perturbación pueden influir en la dinámica de los ecosistemas.
Entre estos factores, degradación estructural del bosque, reducción de la cobertura del bosque y el aislamiento
del hábitat son las más evidentes en este trabajo. Considerando que las perturbaciones antropogénicas en esta
área las determinaban el número de estructuras presentes, establecimos las siguientes categorías para
clasificar los tipos de perturbaciones: Cuadro 1.
Cuadro 1. Clasificación de las perturbaciones observadas
Grado de Perturbación
Estructuras (casas o calles) en 100 m
Poca
0 a 5
Mediana
10 a 20
Alta
30 a 50
Muy Alta
75 o más
Fuente: Elaboración propia.
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Nota: Los fragmentos que no tenían estructuras presentes pero que tampoco tenían vegetación o sólo hierbas, fueron
considerados como de Muy Alta perturbación.
En este estudio se identificaron 118 fragmentos boscosos, 68 en sentido Norte y 50 en sentido Sur;
presentando intervención variable desde muy alta hasta poca. En consecuencia, la mayor parte del área
estudiada la ocupan los bosques secundarios con 46%, seguida por los bosques maduros, bosques de mangles
y los bosques de galería que abarcan 28%. El uso urbano es, en conjunto con los cultivos, las categorías que
presentaron las áreas más bajas con 18% y 8% respectivamente. Luego entonces, los bosques secundarios y
otros bosques presentaron el mayor número de fragmentos con 43 y 31, mientras que los cultivos y el uso
urbano presentan el menor número con 29 y 15 respectivamente (Cuadro 2).
Cabe señalar que entre los fragmentos de bosques estudiados se pudieron identificar secciones en
donde se conservan las características del bosque original. En algunos fragmentos se observaron árboles con
más de 25 m de altura, lo cual indicaba que podrían ser remanentes de bosques primarios.
Cuadro 2. Número de fragmentos y Grado de intervención
INTERVENCION
NUMERO DE FRAGMENTOS
Norte
%
Sur
%
TOTAL
%
POCA
25
37
18
36
43
36.4
MEDIANA
15
22
16
32
31
26.3
ALTA
20
29
9
18
29
24.6
MUY ALTA
8
12
7
14
15
12.7
TOTAL
68
100
50
100
118
100
Fuente: Elaboración propia.
Los fragmentos boscosos estudiados presentaron tamaños variables entre 7000 m a 100 m, siendo el
tamaño promedio 1165 m; sobresaliendo los tamaños 400 m (10); 800 m (7) en sentido Norte y 400 m (8); 500
m (6); 1500 m (5) en sentido Sur. (Ver Figura 5a y 5b). Se hace importante resaltar que los fragmentos en
sentido Norte presentaron mayor grado de urbanización y los de sentido Sur presentaron mayor longitud y
uniformidad (Ver Figura 6). Además, a lo largo de toda la carretera se presentaron múltiples puntos de contactos
entre ambos lados de los fragmentos boscosos; ya sea por vía aérea o por conductos bajo la carretera (Ver
Figura 7).
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Figura 5a. Distribución de los fragmentos según tamaño Sentido Norte
Figura 5b. Distribución de los fragmentos según tamaño Sentido Sur
Fuente: Elaboración propia.
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Figura 6. Distribución de los fragmentos de la Carretera Panamá-Colón.
Fuente: Elaboración propia.
Figura 7. Puntos de contactos boscosos entre ambos lados de la carretera Panamá-Colón.
Fuente: Autores. (2014).
Inventario florístico
Los datos florísticos que aquí se presentan nos permiten afirmar que el área muestreada, al menos aloja
alrededor del 1.45% de la riqueza florística reportada para Panamá de acuerdo a datos proporcionado por
Correa et al (2004), el 2.55% de la riqueza florística de las provincias de Panamá y Colón de acuerdo a las
cifras presentadas por Fundación Panamá (2007) y aproximadamente de 5.59% de la riqueza florística de la
Cuenca del Canal (CEREB, 2005). Cabe señalar que aquí sólo se reportan las especies arbóreas y arbustivas
por lo que las cifras serán mayores si se consideran otros tipos de hábitos.
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Se conformó una base de datos con 14,021 registros realizadas en los fragmentos de bosques paralelos
a la vía Boyd-Roosevelt. Se reportan 56 familias, 136 géneros, 152 especies. El grupo mejor representado fue
el de la División Magnoliophyta con 117 (73%) especies Cuadro 3.
Cuadro 3. Datos generales sobre la flora vascular de los fragmentos boscosos de la vía BOYD-ROOSEVELT.
División
Familias
Géneros
Especies
Relación
Gymnospermae
3
3
3
5%
Magnoliophyta (Liliopsida)
9
21
29
16%
Magnoliophyta
41
109
117
73%
Pteridophyta
3
3
3
5%
TOTAL
56
136
152
100%
Fuente: Elaboración propia.
Las familias más representativas corresponden a: Fabaceae (18 especies), Arecaceae (10 especies),
Malvaceae (9 especies) y Rubiaceae (8 especies). Figura 8. Los géneros más diversos fueron: Syzygium
(3), Erythrina (3) y Ficus (3). Figura 9.
Figura 8. Familias más diversas según número de especies.
Fuente: Elaboración propia.
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Figura 9. Géneros mejor representados.
Fuente: Elaboración propia.
Entre las especies más abundantes en el sentido norte tenemos: Musa paradisiaca (415), Cocos nucifera
(433), Mangifera indica (314), Guazuma ulmifolia (261) y Ochroma pyramidale (250) y en sentido sur: Mangifera
indica (276), Gliricidia sepium (269), Musa paradisiaca (252), Cocos nucifera (238), Bambusa vulgaris (236)
(Cuadro 4).
Cuadro 4. Especies más abundantes
SENTIDO SUR
SENTIDO NORTE
ESPECIES
CANT
ESPECIES
CANT
Mangiferia indica
276
Musa paradisiaca
415
Gliricidia sepium
269
Cocos nucifera
333
Musa paradisiaca
252
Mangifera indica
314
Cocos nucifera
238
Guazuma ulmifolia
261
Bambusa vulgaris
236
Ochroma pyramidale
250
Fuente: Elaboración propia.
Las especies más frecuentes, para ambos sentidos, de los fragmentos boscosos (Norte y Sur) fueron:
Guazuma ulmifolia Mangifera indica, Ochroma pyramidale (Cuadro 5).
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Cuadro 5. Especies más frecuentes
SENTIDO SUR (50 fragmentos)
SENTIDO NORTE (68 fragmentos)
ESPECIES
Número de fragmentos
ESPECIES
Número de fragmentos
Mangiferia indica
34
Guazuma ulmifolia
44
Guazuma ulmifolia
27
Ochroma pyramidale
40
Cecropia peltata
26
Mangifera indica
37
Gliricidia sepium
25
Spondias mombin
33
Cordia alliodora
23
Cocos nucifera
30
Ficus insípida
22
Musa paradisiaca
29
Ochroma pyramidale
20
Persea americana
24
Anacardium excelsum
19
Miconia argentea
23
Fuente: Elaboración propia.
En cuanto a las formas de crecimiento se registraron 71 especies de Árboles, 47 arbustos, 14
arborescentes y 34 hierbas. Figura 10.
Figura 10. Formas de hábitos.
Fuente: Elaboración propia.
De los tipos de vegetación presentes, los más diversos en especies de plantas fueron el bosque
secundario (36%), el bosque maduro, bosques de galería y los herbazales con 18% cada uno. Figura 11.
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 72
Figura 11. Tipos de Vegetación.
Fuente: Elaboración propia.
Estimando el tamaño de la muestra, esta diversidad identificada es proporcional al total de especies
reportadas por otros autores para los mismos tipos de vegetación que se ha muestreado en otras zonas de la
Cuenca del Canal y este dato nos indica que a pesar de la perturbación que desde tiempos inmemoriales ha
estado sometida la zona de estudio, todavía es posible que en algunos sitios se conserve una parte significativa
de la diversidad de especies arbóreas de la comunidad vegetal mencionada. (Apéndice 1).
Considerando que los tamaños de los fragmentos boscosos eran muy variables, así como la riqueza de
especies que los mismos albergaban. Los datos estadísticos descriptivos, en cuanto a las especies registradas
en el área de estudio (Cuadro 6), no reflejaban relación entre el tamaño de los fragmentos y las especies
observadas; por lo que se procedió a comparar mediante regresión lineal simple las variables tamaño con
abundancia, riqueza y grado de intervención de los fragmentos.
Cuadro 6. Valores estadísticos de las especies registradas.
POR SECTOR
SENTIDO SUR
SENTIDO NORTE
Especies
Individuos
Especies
Individuos
PROMEDIO
14
106
17
121
MAX
34
247
30
359
MIN
2
10
5
15
Fuente: Elaboración propia.
Los cálculos demuestran que para las variables riqueza (r: 0.64123545) y abundancia (r: 0.65825495),
se observa una relación directamente proporcional según una progresión aritmética o geométrica (Figura 12a
y 12b). Sin embargo; la relación del tamaño del parche y el grado de perturbación no es significativa (r:
0.0437802) (Figura 12c). En lo relativo al número de especies presentes según el estado de conservación de
LOS FRAGMENTOS BOSCOSOS A LO LARGO DE LA CARRETERA PANAMÁ-COLÓN
Sello Editorial Nova Educare. Colección Investigaciones. 73
los sitios, se observó una relación inversa (y = -1.4389x + 20.405) con el grado de perturbación del fragmento
boscoso. (Figura 12d).
Figura 12. Valores de las correlaciones entre las variables de riqueza, abundancia y tamaño de fragmento de
bosque.
Fuente: Elaboración propia.
En los fragmentos estudiados, los valores obtenidos para los índices de biodiversidad Margalef, Simpson
y Shannon-Weiner se encuentran dentro de los rangos establecidos o a veces por encima de los valores
establecidos para bosques tropicales de Panamá. (CATIE, 2002) (Cuadro 7). Esto nos lleva a afirmar que a
pesar de ser bosques fragmentados se observa una alta diversidad vegetal en estos parches. Si se comparan
estos valores con los valores obtenidos en bosques de áreas aledañas donde se realiz