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Fecha de envío: 07/12/2021
Fecha de aceptación: 04/03/2022 Fundación Universitaria Behavior & Law |14
Cómo citar este artículo en formato APA:
Janosch, H., Pérez, F. & Nut, D. (2022). Conductas de los agresores sexuales seriales y desconocidos por
sus víctimas: influencias situacionales y consistencia . Behavior & Law Journal, 8(1), 14-21. DOI:
10.47442/blj.v7.i1.89
Behavior & Law Journal
Año 2022
Volumen 8. Número 1.
Conductas de los agresores sexuales seriales y desconocidos por sus
víctimas: influencias situacionales y consistencia. Behaviors of serial and
unknown sex offenders: situational influences and consistency.
Heriberto Janosch (1)
Francisco Pérez Fernández (1 y 2)
Diana Nut (1)
(1) Universidad Camilo José Cela, Madrid, España.
(2) Evidentia University, Kissimmee, Florida, EEUU.
Email de correspondencia: hjanosch@ucjc.edu
Filiación Institucional (1)
Resumen
Propósito: Estudiar la consistencia en las conductas de los agresores sexuales desconocidos y seriales en la escena del crimen, y la influencia de los factores
situacionales. Método: Se analizan las conductas en la escena del crimen de 18 agresores sexuales desconocidos y seriales, que cometieron al menos 54 agresiones
sexuales. Se han correlacionado con factores situacionales. Se ha estudiado también la consistencia de cada una de esas conductas. Resultados: Algunas conductas
de los delincuentes están influidas por factores situacionales y, a la inversa, algunos factores situacionales pueden estar influidos por tales conductas. Algunas
conductas que, prima facie, no están influenciadas por los factores situacionales son consistentes. Una excepción son las conductas sexuales del delincuente.
Conclusión: Este análisis confirma, aunque limitadamente, relaciones conductuales esperables, pero nunca estudiadas, en una muestra española de agresores
sexuales seriales y desconocidos.
Palabras Clave
Agresión sexual, desconocido, decisiones conductuales, situación, consistencia conductual.
Abstract
Purpose: To study the consistency in crime scene behaviors of unknown and serial sexual offenders and the influence of situational factors. Methods: The crime
scene behaviors of 18 unknown and serial sexual offenders, who committed at least 54 sexual assaults, were analyzed. They have been correlated with situational
factors. The consistency of each of these behaviors was also studied. Results: Some offenders' behaviors are influenced by situational factors and, conversely, some
situational factors may be influenced by such behaviors. Some behaviors that, prima facie, are not influenced by situational factors are consistent. An exception
is offender sexual behaviors. Conclusion: This analysis confirms, albeit to a limited extent, expected but never studied behavioral relationships in a Spanish
sample of serial and unknown sex offenders.
Keywords
Sexual assault, unknown, behavioral decisions, situation, behavioral consistency.
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sus víctimas: influencias situacionales y consistencia . Behavior & Law Journal, 8(1), 14-21. DOI:
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Año 2022
Volumen 8. Número 1.
I. INTRODUCCIÓN
Los agresores sexuales seriales y desconocidos causan
daños a múltiples víctimas, generando además alarma social.
Conocer sus características (Woodhams & Labuschagne,
2012), puede conducir a su más rápida detención. Los
violadores no ocasionales, en general, cuanta más
experiencia delictiva poseen, más conocimientos forenses
utilizan, siendo cada vez menor el riesgo de detección por
las fuerzas policiales (Chopin, Paquette & Beauregard, 2021)
al tratarse de criminales “especializados”.
Conocemos ya algunos métodos que utilizan estos
delincuentes para “cazar” a sus víctimas (Hewitt,
Beauregard & Davies, 2019), y que los violadores seriales
son menos violentos y más sofisticados en sus
comportamientos criminales, así como más tendentes a
inducir a la víctima a participar de sus actos sexuales ilícitos,
que aquellos que solo han cometido una sola agresión sexual
(Mellink, Jeglic & Bogaard, 2021). Sin embargo, el estudio
de Slater, Woodhams y Hamilton-Giachritsis (2013) arrojó
resultados que no indicaron una diferencia notable en el
comportamiento delictivo de ambos grupos.
El modus operandi (MO) de estos delincuentes se
corresponde en gran medida con lo establecido por la teoría
de las actividades rutinarias de Cohen & Felson (1979), de
acuerdo con el estudio de Potgieter y de Wet (2010): se ven
especialmente motivados por la presencia de una víctima
vulnerable, y por la ausencia de un guardián capaz.
En el corriente estudio nos centraremos en la
consistencia conductual de los agresores sexuales seriales y
desconocidos, así como en las posibles influencias
situacionales.
Influencias situacionales y consistencia conductual.
Las conductas de los agresores sexuales en la escena del
crimen pueden verse afectadas por factores situacionales, o
de carácter contextual (Oziel, Goodwill & Beauregard,
2015; Goodwill, Lehmann, Beauregard & Andrei, 2016),
pues el delito debe ser analizado al menos en dos niveles
para comprenderlo: el individual y el socioambiental
(Janosch & Soto, 2018). Con la denominación de factores
situacionales nos referimos a elementos tales como la
intensidad de la resistencia que ofrece la víctima (Salfati,
Horning, Sorochinski & Labuschagne, 2015), determinadas
condiciones ambientales inesperadas, el tiempo que dura la
agresión, el lugar en el que se comete o bien la posible
aparición de testigos y/o policías, pueden provocar un
cambio en las conductas del delincuente, alterando el MO
planificado (Wikström, 2006; 2014).
Sin embargo, no todas las conductas del agresor son
susceptibles de un cambio en esas circunstancias
ambientales. Si el agresor sexual decide actuar intoxicado
por el alcohol, o por la noche, o durante los fines de semana,
ese tipo de decisiones conductuales no se verán alteradas
por factores situacionales en sentido estricto por cuanto
podría considerarse que forman parte de su MO. Ello se
debe a que, como ya se ha mostrado en diversos estudios
(por ejemplo, Canter & Heritage, 1990; Häkkännen,
Lindlöff & Santila, 2004), las agresiones sexuales parecen
seguir determinadas temáticas o dimensiones conductuales
-que no deben entenderse propiamente como “tipologías”-
que impulsan la actividad del agresor, y que parecen operar
sobre sus actividades de manera independiente al entorno.
En la literatura, en general, existe cierto grado de consenso
tácito en que las dimensiones conductuales más extendidas
serían hostilidad, control, criminalidad e intimidad (Janosch
& Soto, 2018).
Cuando un agresor sexual serial repite una y otra vez
algunas de sus conductas en las escenas de sus crímenes,
estamos ante lo que tradicionalmente se ha considerado
como una “consistencia conductual”. Tales consistencias
forman uno de los dos pilares fundamentales de la técnica
conocida como perfil criminológico -criminal profiling u
offender profiling, en el ámbito anglosajón- (Petherick &
Ferguson, 2014). Estas consistencias serán más fáciles de
estudiar en decisiones conductuales que no dependen de las
influencias situacionales. Para hacerlo con decisiones
conductuales que sí dependen de la situación, hemos de
considerar cuáles pueden ser estos factores situacionales, y
saber que en este tipo de delitos, el agresor sexual en todo
momento está atento a cambiar sus decisiones conductuales
en función de la situación. Ha de considerarse, sin embargo,
que la de “consistencia” sea posiblemente una
denominación poco afortunada. Hipótesis como las de la
consistencia o la de homología, tal y como se han entendido
tradicionalmente en ámbitos como la perfilación o el análisis
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de conducta se encuentran actualmente en entredicho al
vincularse de manera no del todo clara, o al menos no
empíricamente contrastada, con la Psicología de la
personalidad, campo en el que los propios conceptos son
objeto de eventuales controversias. Entiéndase, desde esta
perspectiva, que al referirnos a “consistencia conductual”
hablamos propiamente de lo que sería atribuible al MO
estable del sujeto vinculado a su dimensión temática
concreta (Janosch, Pérez-Fernández & Soto-Castro, 2020).
Estudios previos
La consistencia conductual en delincuentes seriales ha
sido estudiada en el caso de homicidios (Salfati & Bateman,
2005; Bateman & Salfati, 2007; Sorochinski & Salfati, 2010;
Salfati, Horning, Sorochinski & Labuschagne, 2015),
intrusión en propiedades con fines de robo (Bouhana,
Johnson & Porter, 2016; Fox & Farrington, 2016), y
agresores sexuales (Lundrigan, Czarnomski, & Wilson,
2010; Harbers, Deslauriers-Varin, Beauregard & Kemp,
2012; Deslauriers-Varin & Beauregard, 2013, 2014a, 2014b;
Hewitt & Beauregard, 2014; Oziel, Goodwill & Beauregard,
2015). En general, estos estudios concluyen, de una forma
metodológicamente aceptable, que los delincuentes seriales
tienden a repetir sus conductas crimen tras crimen (Janosch
& Soto, 2018; Janosch, Pérez-Fernández & Soto-Castro,
2018a y 2018b; Janosch, Pérez-Fernández & Soto-Castro,
2020; Pérez-Ramírez, Giménez-Salinas, González-Álvarez,
Soto-Castro, 2021).
Hipótesis de este estudio
Hay factores situacionales, como la resistencia de la
víctima o la aparición de terceras personas (testigos, policía,
etcétera), que podrían alterar las conductas que el
delincuente pensaba llevar a cabo durante el delito. Ejemplo
de estas conductas son la violación, o el robo de valores de
la víctima (otras conductas, sin embargo, no dependerían de
factores situacionales, como, por ejemplo, el hecho de
actuar bajo los efectos de las drogas o el alcohol, o de actuar
en la oscuridad). Para someter a prueba estas
consideraciones, se establece la siguiente hipótesis:
H1: Existirán correlaciones entre los factores
situacionales y algunas conductas de los agresores sexuales
seriales en la escena del crimen, y estas correlaciones serán
indicativas de la influencia de los factores situacionales
sobre las conductas del delincuente.
Por otro lado, el agresor sexual podría disponer de
recursos para evitar que aparezcan ciertos factores
situacionales, como, por ejemplo, utilizar un arma para
amedrentar a la víctima, y así impedir que se resista, o elegir
lugares donde sea menos probable la aparición de terceras
personas. Sin embargo, también el delincuente puede
mostrar debilidades, como, por ejemplo, actuar bajo los
efectos del alcohol, lo que podría ser percibido por la
víctima, alentándola a resistirse. Estas consideraciones
dieron lugar al establecimiento de la siguiente hipótesis:
H2: Existirán correlaciones entre los factores
situacionales y algunas conductas de los agresores sexuales
seriales en la escena del crimen, y estas correlaciones serán
indicativas de la influencia de las conductas del delincuente
sobre los factores situacionales.
Por todo lo dicho hasta ahora, podemos vislumbrar que,
de existir, las consistencias en las conductas de los
delincuentes se darán con mayor precisión en aquellas
conductas que no se verían afectadas por factores
situacionales. Se establece entonces una tercera hipótesis:
H3: Las consistencias en las conductas de los agresores
sexuales seriales aparecerán en aquellas conductas que no se
verían afectadas por factores de carácter situacional-
ambiental.
II. MÉTODO.
Muestra
En España, a diferencia de otros países, las fuentes de
datos oficiales que hay a disposición de los investigadores
académicos en el ámbito de la criminología son muy escasas
(Serrano Gómez, 2011; López-Riba, 2021). Por lo tanto,
hemos recurrido a la recopilación y codificación de
sentencias judiciales publicadas por el CENDOJ (Centro de
Documentación Judicial), a los efectos de construir nuestro
propio dataset. El CENDOJ es el órgano técnico del
Consejo General del Poder Judicial de España que se
encarga de la publicación oficial de la jurisprudencia, entre
otras tareas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el
CENDOJ además de recopilar y publicar las resoluciones
judiciales, realiza primero una selección de las mismas, y,
por lo tanto, su base de datos no es exhaustiva. Podrían
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existir sesgos de partida debido a que su selección de
resoluciones se hace en base a criterios de jurisprudencia, y
no con la finalidad específica de realizar estudios científicos.
Para los fines de este estudio se han identificado
sentencias publicadas por el CENDOJ, conteniendo 75
agresiones sexuales con resolución condenatoria en primera
instancia, cometidas por 18 agresores sexuales seriales y
desconocidos para la víctima (cada víctima tuvo
conocimiento de su agresor sexual dentro de las 24 horas
anteriores a la comisión del delito). Además, se tuvo en
cuenta que el delincuente fuera hombre y actuara en
solitario, y que la víctima fuera mujer, con una edad mayor
o igual a 13 años.
Cada uno de los 18 delincuentes cometió, según nuestros
datos, entre 3 y 11 agresiones sexuales como mínimo. Para
homogeneizar la muestra se tomaron las tres primeras
agresiones sexuales conocidas de cada delincuente,
resultando así en una muestra final de 18 delincuentes y 54
crímenes. Esta homogeneización se realizó para trabajar
desde la unicidad de criterios, pues una mayoría de agresores
contaban con solo tres agresiones conocidas previas a su
detención, entretanto un número más reducido acumulaba
un mayor número de ataques -en algún caso aislado, hasta
11-, y ello suponía un problema a la hora de procesar los
datos, en la medida que las acciones de un número reducido
de atacantes sesgaba las del resto. Se conocen las edades de
14 de los 18 agresores sexuales en el momento de cometer
los delitos, siendo su media de 29,9 años (desviación
estándar 9,1). La nacionalidad se conoce en 15 de los 18
delincuentes, siendo 10 de ellos españoles (66,6%). Los
otros 5 son de nacionalidad francesa, pakistaní, rumana,
ecuatoriana, y marroquí (6,6% cada uno, 33,3% de
extranjeros en total). El 87% de los 54 delitos fueron
cometidos entre los años 2012 y 2017 inclusive.
Procedimiento
A partir de las sentencias judiciales que cubren 54
agresiones sexuales cometidas por 18 delincuentes, se
codifican 10 variables dicotómicas (2 correspondientes a
factores situacionales, otras 5 que, prima facie,
corresponden a conductas del delincuente que no serían
afectadas por factores situacionales, y otras 3 que, prima
facie, corresponden a conductas del delincuente que sí
serían afectadas por tales factores). Las 10 variables podían
tomar uno de los siguientes dos valores: 1 (presencia), 0
(ausencia, o cuando no existe especificación). En la Tabla I
detallamos las variables, y su frecuencia de presencia. Como
se pretendió utilizar las variables para evaluar consistencia
conductual, se eligieron aquellas que no fueran ni muy
comunes (porcentaje de presencia > 80%), ni poco
comunes (porcentaje de presencia < 20%).
Tabla I: Variables dicotómicas en 54 casos de agresión sexual,
su porcentaje de presencia, y su tipo en relación con los factores
situacionales
Variable
Descripción
% de
presencia
Tipo
prima
facie
Resistencia
víctima
La víctima ofrece
resistencia durante la
agresión sexual.
63,0
Factor
situacional
(F.S.)
Presencia de
terceros
Aparecieron terceras
personas (testigos,
policías, etcétera)
durante el delito.
22,2
Factor
situacional
(F.S.)
Fin de semana
La agresión sexual
ocurre un fin de
semana (desde las
12:00 am del viernes
hasta las 12:00 am de
lunes).
48,1
No
dependient
e de F.S.
Oscuridad
La agresión sexual
ocurre de noche.
38,9
No
dependient
e de F.S.
Capacidades
disminuidas
El agresor sexual tiene
las capacidades
volitivas e intelectivas
disminuidas durante el
delito.
37,0
No
dependient
e de F.S.
Arma
El agresor sexual
utiliza un arma.
31,5
No
dependient
e de F.S.
Uso de drogas
El agresor sexual había
consumido drogas.
22,2
No
dependient
e de F.S.
Violación
Hubo penetración
vaginal, bucal o anal,
con pene.
33,3
Dependien
te de F.S.
Felación
Hubo penetración
bucal, con pene.
25,9
Dependien
te de F.S.
Robo
El agresor sexual roba
valores de la víctima.
22,2
Dependien
te de F.S.
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Análisis estadísticos.
A los efectos de someter a prueba las H1 y H2, se
procede a verificar las correlaciones entre los dos factores
situacionales (resistencia de la víctima y aparición de terceras
personas), con las variables que representan las conductas
de cada agresor sexual. Se empleará para tal fin la prueba
exacta de Fisher. Dicha prueba es un método apropiado
cuando se quiere estudiar si existe asociación entre dos
variables cualitativas, es decir, si las proporciones de una
variable son diferentes en función del valor de la otra
variable. Aunque en la práctica se emplea cuando los
tamaños de muestra son pequeños, también es válida para
todos los tamaños muestrales. La denominación de “exacta”
se basa en la idea de que el significado de la desviación de la
hipótesis nula se puede calcular con exactitud, en lugar de
basarse en una aproximación (Fisher, 1922).
Para el análisis de consistencia (H3) se procede de la
siguiente manera: se promedian los valores de las variables
de conducta de cada serie de tres delitos cometidos por el
agresor. En la siguiente Tabla II, vemos, como ejemplo, los
posibles resultados:
Tabla II: Ejemplo de posibles valores conductuales promedio de la
serie de agresiones sexuales para una conducta determinada
Delincuent
e #1
Delincuent
e #2
Delincuent
e #3
Delincuente
#4
Primer
delito
1
1
1
0
Segundo
delito
1
1
0
0
Tercer
delito
1
0
0
0
Promedi
o de la
serie
1
0,66
0,33
0
En la Tabla II (ejemplo) puede observarse que el agresor
sexual 1 es consistente en la presencia de la conducta con su
serie (promedio 1), mientras que el agresor sexual 4 es
consistente con la ausencia de la misma conducta en su serie
(promedio 0). Sin embargo, los agresores 2 y 3 no son
consistentes en esta conducta (dos presencias y una
ausencia, y una presencia y dos ausencias, respectivamente).
Por lo tanto, los promedios 1 y 0 nos indicarán una
consistencia conductual, y los promedios 0,66 y 0,33 nos
indicarán inconsistencia con relación a tal conducta.
Definimos, entonces, la variable Consistencia (de una
conducta) como la suma de aquellos agresores sexuales que
tienen promedios 1 o 0 en dicha conducta, dividido por la
cantidad de agresores sexuales, expresado en porcentaje. O
sea:
Consistencia*conducta =∑*
(
Agresores*con*promedio*de*conducta = 1*o*0
)
𝑇𝑜𝑡𝑎𝑙*𝑎𝑔𝑟𝑒𝑠𝑜𝑟𝑒𝑠 ×100
III. RESULTADOS.
Correlaciones entre conductas y factores situacionales
Luego de efectuar los cálculos de la prueba exacta de
Fisher correspondientes se han encontrado las siguientes
correlaciones significativas (ver Tabla III).
Tabla III: Correlaciones significativas entre variables situacionales y
variables conductuales
Variable situacional
Variable
conductual
del agresor
Valor p
Sentido de la
correlación
Resistencia víctima
Arma
0,001 **
Inversa
Resistencia víctima
Capacidades
disminuidas
0,018 *
Directa
Resistencia víctima
Robo
0,039 *
Inversa
Resistencia víctima
Felación
0,024 *
Inversa
Resistencia víctima
Violación
0,016 *
Inversa
Presencia de terceros
Felación
0,024 *
Inversa
Presencia de terceros
Violación
0,005 **
Inversa
** p<0,01, * p<0,05
Consistencia conductual
Los resultados en cuanto a la consistencia de las
conductas analizadas se detallan en la Tabla IV.
Tabla IV: Consistencia de las conductas analizadas
Conducta
Porcentaje de
presencia
consistente
Porcentaje de
ausencia
consistente
Consistencia (%)
Uso de
drogas
22,2
77,8
100,0
Capacidades
disminuidas
33,3
61,1
94,4
Felación
16,7
61,1
77,8
Violación
22,2
50,0
72,2
Arma
16,7
50,0
66,7
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Oscuridad
22,2
44,4
66,6
Robo
5,6
55,6
61,2
Fin de
semana
22,2
16,7
38,9
IV. DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Algunos de los resultados brindan apoyo a la H1
(“existirán correlaciones entre los factores situacionales y
algunas conductas de los agresores sexuales seriales en la
escena del crimen, y estas correlaciones serán indicativas de
la influencia de los factores situacionales sobre las conductas
del delincuente”). En este sentido, la resistencia de la
víctima, como factor situacional, parece influir sobre las
conductas de violación, felación y robo, desde el momento
en que una mayor resistencia hace menos probable la
aparición de las tales conductas. De manera similar a la
resistencia de la víctima, la aparición de terceras personas en
la escena parece disminuir la probabilidad de que el
delincuente logre llevar a cabo las conductas de violación y
felación.
En menor medida, otros resultados parecen brindar
apoyo a la H2 (“existirán correlaciones entre los factores
situacionales y algunas conductas de los agresores sexuales
seriales en la escena del crimen, y estas correlaciones serán
indicativas de la influencia de las conductas del delincuente
sobre los factores situacionales”). Resulta evidente que el
uso de un arma por parte del agresor sexual disminuye la
probabilidad de que la víctima ofrezca resistencia, ante el
temor de exponer, todavía más si cabe, su integridad física.
En este caso la víctima parece optar por el mal menor, no
ofreciendo resistencia. Por otro lado, la constatación por
parte de la víctima de que el agresor sexual tiene sus
capacidades volitivas e intelectivas disminuidas, podría
alentarla a ofrecer una mayor resistencia, tratando así de
evitar la agresión sexual.
Con respecto a la H3 (“las consistencias en las
conductas de los agresores sexuales seriales aparecerán en
aquellas conductas que no se verían afectadas por factores
situacionales”), las conductas más consistentes (delincuente
actuando, o no, bajo la influencia de las drogas, o con las
capacidades volitivas e intelectivas disminuidas, o no) son
claramente dos de aquellas que no están influidas por
factores situacionales. Pero, por otro lado, también
aparecen como conductas consistentes, aunque en menor
grado, las de violación y felación, que sí están influidas por
factores situacionales como la resistencia de la víctima, o la
aparición de terceras personas. Esta consistencia en las
conductas de violación y felación concuerda con los
resultados del estudio de Hewitt y Beauregard (2014), pero
discrepa con los resultados del estudio paralelo de Joubert
(2012). La H3, por lo tanto, ha sido parcialmente
confirmada.
Cabe señalar que, cuando en las sentencias recabadas
había información sobre el lugar en el que se cometió la
agresión, en todos los casos los delincuentes buscaron,
como parece esperable, lugares poco o nada transitados para
actuar. Por lo demás, no se pudieron realizar análisis
relativos a la duración de las agresiones, por cuanto las
sentencias, en su mayor parte, no la indicaban
objetivamente. Sea como fuere, y en consonancia con lo
expuesto anteriormente, cabe concluir que el análisis
realizado confirma, si bien de manera limitada, relaciones
conductuales esperables, pero nunca estudiadas, en una
muestra española de agresores sexuales seriales y
desconocidos.
Limitaciones de este estudio
Las principales limitaciones de este estudio son el
bajo número de agresores sexuales seriales y desconocidos
considerados (N=18), y el hecho de haber utilizado como
fuente de datos sentencias judiciales, cuyos propósitos son
la aplicación de la ley, la argumentación de la decisión
judicial y la administración de justicia, y no el de proveer
datos para una investigación científica. Estas limitaciones
radican también en que, por una parte, no todas las
sentencias españolas sobre este tipo penal son publicadas, y,
por otra parte, en que no es posible obtener estos datos de
fuentes oficiales (Serrano Gómez, 2011; López-Riba, 2021).
En futuros estudios deberemos ampliar nuestro
dataset a fin de hacerlo más representativo de los delitos
analizados en este estudio, y comparar las conductas del
agresor en la escena del crimen, así como los factores
situacionales, para agresores sexuales desconocidos, tanto
seriales como no seriales.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener ningún conflicto de
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intereses con respecto a la investigación, autoría o
publicación de este artículo.
Apoyo financiero
Los autores no recibieron apoyo financiero para la
investigación, autoría o publicación de este artículo..
V. REFERENCIAS
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behavioral consistency using individual behaviors or groups of
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Bouhana, N., Johnson, S. D., & Porter, M. (2016). Consistency
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Canter, D.V., & Heritage, R. (1990). A multivariate model of
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Chopin, J., Paquette, S., & Beauregard, E. (2021). Is There an
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Cohen, L. & Felson, M. (1979). Social change and crime rate
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Review, 44, 588-608
Deslauriers-Varin, N., & Beauregard, E. (2013). Investigating
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Fecha de aceptación: 04/03/2022 Fundación Universitaria Behavior & Law |21
Cómo citar este artículo en formato APA:
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