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La secuencia cronológica de Punta Patache y la ocupación de la costa arreica del desierto de Atacama (21ºS)

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Se presentan los resultados de la caracterización arqueológica de Punta Patache, región de Tarapacá, compuesta por 18 basurales conchíferos y un cementerio. Se discuten los cambios sostenidos por grupos pescadores-cazadores-recolectores marítimos y las dinámicas poblacionales desde el periodo Arcaico Medio hasta la prehistoria tardía entre 7470 y 670 cal AP. Esta secuencia ocupacional se inicia con campamentos residenciales asociados a anzuelos de concha durante el periodo Arcaico Medio, seguida por una notable desocupación de ca. 1800 años. Durante el periodo Arcaico Tardío y el Formativo Temprano aumenta el número de sitios que manifiestan ocupaciones persistentes e intermitentes. Durante el período Formativo Tardío e Intermedio Tardío se consolida e intensifica la ocupación de la costa arreica y se incrementa el número de núcleos poblacionales.
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Estudios Atacameños (en línea) | vol. 68 (2022) | ARQUEOLOGÍA | e5060
ESTUDIOS ATACAMEÑOS. Arqueología y antropología surandinas 2022, 68: e5060
1
La secuencia cronológica de Punta Patache y la ocupación de la
costa arreica del desierto de Atacama (21ºS)
The chronological sequence of Punta Patache and the occupation of the
Atacama Desert’s Rheic Coast (21ºS)
Cora Moragas Wachtendorff 1 https://orcid.org/0000-0003-1148-5368
Pablo Mendez-Quiros Aranda 2 https://orcid.org/0000-0001-5385-290X
1 Sociedad Chilena de Arqueología, Iquique, CHILE.
romoragas@gmail.com
2 Universidad Autónoma de Barcelona, Departamento de Prehistoria, Barcelona, ESPAÑA.
mendez.quiros@gmail.com
Resumen
Se presentan los resultados de la caracterización arqueológica de Punta Patache, región de Tarapacá,
compuesta por 18 basurales conchíferos y un cementerio. Se discuten los cambios sostenidos por
grupos pescadores-cazadores-recolectores marítimos y las dinámicas poblacionales desde el periodo
Arcaico Medio hasta la prehistoria tardía entre 7470 y 670 cal AP. Esta secuencia ocupacional se
inicia con campamentos residenciales asociados a anzuelos de concha durante el periodo Arcaico
Medio, seguida por una notable desocupación de ca. 1800 años. Durante el periodo Arcaico Tardío
y el Formativo Temprano aumenta el número de sitios que manifiestan ocupaciones persistentes e
intermitentes. Durante el período Formativo Tardío e Intermedio Tardío se consolida e intensifica
la ocupación de la costa arreica y se incrementa el número de núcleos poblacionales.
Palabras clave:
Tarapacá, campamentos de pescadores, cronología, dinámicas poblacionales.
Abstract
This article presents the results of the archaeological characterization of Punta Patache in Chile’s
Tarapaca region, which is composed of 18 shell middens and a cemetery. It discusses the changes
the maritime fisher-hunter-gatherer groups sustained and the population dynamics between the
Middle Archaic period and late prehistory (7470 and 670 cal BP). This occupational sequence
begins with the residential camps associated with shell fishhooks in the Middle Archaic period,
followed by a significant gap of ca. 1800 years. During the Late Archaic and Early Formative
periods, the number of campsites showing persistent and intermittent occupation increased. As the
occupation of the Rheic coast consolidated and intensified in the Late Formative and Late
Intermediate periods, the number of population centers increased.
Keywords:
Tarapaca, fisher camps, chronology, population dynamics.
Recibido: 29 julio 2021 | Aceptado: 18 enero 2022
10.22199/issn.0718-1043-2022-0029
Cora Moragas Wachtendorff y Pablo Mendez-Quiros Aranda
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Introducción
La investigación arqueológica sobre los grupos eminentemente pescadores-cazadores-
recolectores que poblaron la costa arreica de Tarapacá, tuvo un período de gran desarrollo
entre 1965 y 1995 gracias a los trabajos de Núñez (1965; Núñez y Moragas, 1977; Núñez
y Varela, 1967), Olmos y Sanhueza (1984; Sanhueza, 1986) y Moragas (1995). En el
último cuarto de siglo las investigaciones han enfocado sus preguntas hacia la transición
Arcaico-Formativo (Núñez y Santoro, 2011) y el proceso de complejización social, a partir
del período Formativo (Ajata y Mendez-Quiros, 2012; Urbina et al., 2011; Uribe y Vidal,
2012).
Las evidencias más antiguas de ocupación costera en los Valles Occidentales en
Quebrada Los Burros (Tacna, Perú) desde 9600 cal AP, es interpretada como una
ocupación de pescaderos-recolectores-cazadores que explotan de forma paralela y estacional
las lomas y los recursos marinos desde el Arcaico Temprano (Lavallée et al., 2011).
Para la costa arreica de Tarapacá son muy pocos los contextos arqueológicos previos
al Arcaico Tardío. La ocupación inicial del conchal monticular Patillos 4, datada entre
8290 y 7960 cal AP (Núñez y Santoro, 2011), es la única ocupación conocida para el
Arcaico Temprano, probablemente a causa de la alteración de sitios por transgresiones
marinas (Lavallée et al., 2011). Del Arcaico Medio se conoce un conchal con anzuelos de
concha en Caramucho-3 ocupado en torno a 6830 cal AP (Sanhueza, 1982).
Las desembocaduras como Pisagua, Camarones, Vítor, Azapa y el Loa fueron
ocupadas de manera semi estable a partir del período Arcaico Tardío (6000-4000 AP),
formándose potentes basurales residenciales estratificados en paralelo al desarrollo de
tecnología de pesca con anzuelo de espina de cactus (Bird, 1943; Muñoz, 1982b; Núñez,
1971; Santoro et al., 2017; Schiappacasse y Niemeyer, 1984). En la costa arreica
tarapaqueña, en cambio, los depósitos residenciales no alcanzan el desarrollo vertical
observado en las desembocaduras. Los lugares con ocupación arcaica más consistente se han
documentado en Cáñamo, Punta de Lobos y Chipana (Moragas, 1995); no obstante,
existen ocupaciones de menor envergadura en Playa Blanca, Caramucho y Punta Blanca. La
distribución de la Tradición Chinchorro en Bajo Molle, Sarmenia, Chucumata y Patillos
(Olmos y Sanhueza, 1984) complementa el mapa arqueológico para el período Arcaico,
reflejando su estrecha relación con aguadas costeras (Núñez y Varela, 1967).
En la costa arreica los sitios funerarios y domésticos presentan amplia distribución
durante el período Formativo (Ajata y Mendez-Quiros, 2012; Moragas, 1995; Núñez,
1976). Las evidencias funerarias manifiestan cambios notables, desarrollándose cementerios
de túmulos en el sector Chipana-Caleta Huelén y un patrón de entierro en fosas con
cuerpos flectados aislados en espacios residenciales, así como agrupados en cementerios. Las
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evidencias domésticas, por su parte, dan cuenta de la incorporación de nuevas tecnologías
como la cerámica (Uribe, 2009), los textiles a telar y los cultígenos sobre un sustrato que
conserva en gran medida los conjuntos artefactuales del Arcaico Tardío, como anzuelos de
espina de cactus y sedales de algodón para la pesca, arpones y líneas de caza, chopes de
hueso y bolsas de malla, siendo evidente que el carácter conservador en la forma de explotar
los recursos marinos, no impide la incorporación regular de innovaciones. El surgimiento
de arquitectura residencial con piedra y argamasa durante el Formativo se ha registrado en
Sarmenia, Pabellón de Pica, Chomache y Punta Blanca (Cabello et al., 2013; Urbina et al.,
2011; Uribe, 2009), cuyo antecedente constructivo es la tradición arquitectónica costera
propuesta para Caleta Huelén (Núñez, 1971; Zlatar, 1983).
Sobre las comunidades costeras durante el Intermedio Tardío, es muy escasa la
información publicada posterior a la síntesis de Moragas (1995). La colección Nielsen (Bajo
Molle, Patillos y Cáñamo) evidencia las relaciones fluidas y permanentes sostenidas con
grupos del interior, y en menor medida de los Valles Occidentales y el Loa. En los Verdes,
Chomache y Pabellón de Pica se reconoce cierta continuidad respecto al Formativo (Uribe,
2009), donde las evidencias arquitectónicas son elementos aislados o pequeños
agrupamientos, en contraste con el aglutinamiento residencial de carácter aldeano de
Pisagua N (Urbina et al., 2018).
Figura 1.
Panorámica de Patache-Cáñamo en 1995, previo a la instalación industrial. (Foto C. Moragas).
Patache-Cáñamo (Ver Figura 1) es una unidad geográfica que ha atraído a distintas
generaciones de investigadores por la gran densidad de vestigios arqueológicos que alberga.
La primera intervención de Nielsen en la década de 1930 fue la excavación de los
cementerios Cáñamo Norte y Sur (Núñez y Moragas, 1977). Luego, Núñez (1965) realizó
un primer catastro arqueológico y planteó, junto a la primera autora de este artículo, una
secuencia ocupacional que abarca desde el Arcaico hasta el Intermedio Tardío (Moragas,
1977; Núñez y Moragas, 1977, 1983). En la década de 1990 Moragas (1996) realizó una
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caracterización arqueológica de Punta Patache cuyos resultados se presentan en este
artículo.
Este trabajo busca avanzar hacia la definición cronológica de la ocupación del litoral
arreico de Tarapacá, discutiendo los cambios sostenidos por grupos eminentemente
pescadores-cazadores-recolectores marítimos desde el Arcaico Medio hasta la prehistoria
tardía. Para esto se realizó una evaluación intensiva del sector noroeste de Punta Patache,
mediante la excavación sistemática de todos los sitios arqueológicos identificados. La
evaluación de sitios de distinta envergadura vertical y horizontal busca evitar la sobre
representación habitual de los grandes conchales, integrando sitios con distintas
intensidades de ocupación. Se describen los contextos culturales y recursos asociados a 18
sitios habitacionales junto a reparos rocosos y un cementerio que abarcan alrededor de
7000 años. Mediante el desarrollo de un modelo cronológico se discuten la secuencia
ocupacional de Patache-Cáñamo a partir de la datación de 10 unidades estratigráficas y las
dinámicas poblacionales para la costa arreica de Tarapacá.
Material y Método
La costa arreica tarapaqueña abarca 200 km entre las desembocaduras de Tana y Loa,
caracterizada por una terraza litoral continua y accesible en el tramo Iquique-Loa en cuyo
centro se sitúa Punta Patache (Ver Figura 2). El principal accidente geográfico del área
arqueológica Patache-Cáñamo es una paleo península con un litoral rocoso abrupto y la
playa arenosa de Cáñamo (Ver Figura 1). Punta Patache alberga depósitos de guano de aves
marinas en roqueríos e islotes, así como densas loberas y abundantes moluscos y peces. Esta
planicie costera colinda con la Cordillera de la Costa, donde se obtienen cormos
comestibles, madera, espinas, y probablemente sílice.
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Figura 2
. A) Ubicación área de estudio. B) Principales localidades arqueológicas costeras entre Iquique y el
Loa. C) Sitios arqueológicos de Punta Patache (A-T) y Cáñamo (1 y 3).
El sector noroeste de Punta Patache (Ver Figura 2) fue estudiado por Moragas (1996)
en el marco del desarrollo del primer proyecto industrial (termoeléctrica CELTA) en la
localidad. Mediante la prospección sistemática del área se identificaron 20 sitios
arqueológicos (18 conchales, un sector de aleros con material superficial y un cementerio),
denominados mediante correlación alfabética (A-T) para evitar duplicidad con sitios
detectados antes por Núñez (1965) en la vecina Cáñamo. En cada sitio fueron excavados
los lugares con mayor densidad de materiales o depositación de sedimentos en los 18
conchales identificados; algunos de manera extensiva, mientras que la mayoría fue sondeada
en función de sus características superficiales y la afectación por las obras proyectadas;
excavándose un total de 108 m2 (Ver Tabla 1). En el cementerio se excavaron 17 tumbas,
reconociéndose alta incidencia de contextos disturbados por lo que gran parte de estos
materiales fueron reenterrados, mientras que los materiales arqueológicos mejor
conservados fueron almacenados en el Museo Regional de Iquique.
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Tabla 1
. Sitios arqueológicos de Punta Patache: intervención estratigráfica y adscripción cronológica (F=
datación 14C; X=material diagnóstico).
Sitios
Equivalencia
Núñez y
Moragas, 1977
Ubicación
(WGS 84, 19K)
Área
(m2)
Unidades
excavadas
(m2)
Estratos
Arcaico Medio
Arcaico Tardío
Formativo Temprano
Formativo Tardío
Intermedio Tardío
Patache J
Cáñamo 8
375965
7699369
1250
6
3
F
F
X
Patache E
Cáñamo 7 376149 7699370 2000 6 60-100 3–4 F
Patache P
375877
7698828
140
15
2
F
Patache M
376143 7699260 60 8 40 3 F
Patache N
376139
7699122
600
21
2
F
Patache G
376246
7699264
17
4
1
F
Patache A
376136 7699426 310 3 30-35 1 X F
Patache L
376062
7699296
900
4
2–1
X
X
Patache F 376177 7699342 90 4 60 2 X
Patache H
376215
7699278
13
3
1
X
Patache S
375779
7699064
-
3
1
X
Patache T
735750 7699031 - 9 45 2 X
Patache C
376153
7699410
230
4
2
X
X
Patache Q
Cáñamo 12
376472
7699106
1150
17 tumbas
-
X
F
Patache B
376129
7699413
460
3
1
X
Patache D
376213
7699420
310
3
1–2
X
Patache I 376304 7699221 2000 0 - - X
Patache K
Cáñamo 15
376018
7699313
70
3
2
X
Patache O
375869
7698799
240
6
1
X
Patache R
376250 7699336 110 3 5-25 1 X
En Geochron Laboratories fueron datadas 10 muestras de materiales terrestres
excavados. Las dataciones (nuevas y antiguas) mencionadas en el texto (Ver Tablas 2 y 3)
fueron calibradas usando el programa OxCal versión 4.4 (Ramsey y Lee, 2013) y la curva
ShCal20 (Hogg et al., 2020) con dos sigmas (certidumbre 95%) y se mencionan refiriendo
a la mediana o al rango calibrado con redondeo de un dígito (Ver Figura 3).
Para evaluar las dinámicas ocupacionales del litoral arreico tarapaqueño, generamos
un modelo cronológico de estimación de núcleos de densidad (KDE) (Ramsey, 2017), que
compila conjuntos de dataciones y evalúa la distribución de eventos, reteniendo su señal
temporal y reduciendo el ruido derivado de la curva de calibración. Se incluyeron todas las
dataciones de origen terrestre nuevas y antiguas (Ver Tablas 2 y 3) (n=28; rango 600-7530
AP) entre Tana y el Loa, excluyendo los sitios ubicados en desembocaduras. Fueron
descartadas las dataciones de cuerpos humanos para evitar el efecto reservorio. Las
dataciones contemporáneas de un mismo contexto fueron combinadas con la herramienta
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R_Combine (Ramsey, 2009). El modelo alcanzó un índice de acuerdo de 98.5, por lo que
los resultados son confiables.
Tabla 2
. Dataciones radiocarbónicas de Patache-Cáñamo.
Sitio
Contexto
Material
Lab Id.
Edad 14C
DS
δ
13C
Calibración 2 σ AP
Período
Fuente
Desde
Hasta
Mediana
Patache
Q
Tumba
11
Fibra
lana
GX-
22437
885 70 -17.5 914 667 760
Intermedio
Tardío
Este
artículo
Cáñamo
3
Tumba
15
Cestería TK-101 1190 60
- 1258 930 1050
Formativo
Tardío
Núñez,
1976
Patache
A
Estrato I Carbón
GX-
22428
1625 70
-
18.9
1688 1314 1470
Formativo
Tardío
Urbina et
al., 2011
Patache
G
Tumba 1
Fibra
lana
GX-
22431
2145 75
-
19.9
2320 1892 2080
Formativo
Temprano
Urbina et
al., 2011
Patache
N
Estrato II Carbón
GX-
22435
2575 90
-
20.7
2838 2352 2590
Formativo
Temprano
Urbina et
al., 2011
Cáñamo
1 Estrato I Carbón TK-103 2770 130 - 3152 2738 2890
Formativo
Temprano
Núñez,
1976
2840
130
Cáñamo
1 Estrato I Carbón GAK-
6883 2820
100
- 3205 2731 2910
Formativo
Temprano
Núñez y
Moragas,
1977
Patache
M
Estrato
III
Carbón
GX-
22434
2870 145
-
19.3
3375 2715 2980
Formativo
Temprano
Urbina et
al., 2011
Patache
P
Estrato II Carbón
GX-
22436
3210 145
-
20.0
3820 2968 3380
Formativo
Temprano
Urbina et
al., 2011
Patache
E
Unidad
A,
Estrato I
Madera GX-
22429 3715 90 -
22.0 4346 3723 4020
Arcaico
Tardío
Este
artículo
Patache
E
Unidad
B, Estrato
IV
Carbón GX-
22430 3880 105 -
19.7 4529 3921 4250
Arcaico
Tardío
Este
artículo
Cáñamo
1
Estrato
IV Carbón TK-102 3880 130 - 4783 3988 4320
Arcaico
Tardío
Núñez,
1976
4000 140
Patache
J Estrato II Carbón
GX-
22432 3995
145
-
20.9 4833 3991 4420
Arcaico
Tardío
Este
artículo
Patache
J
Estrato
III Carbón
GX-
22433 6370 110
-
19.1 7465 6955 7250
Arcaico
Medio
Este
artículo
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Tabla 3
. Dataciones radiocarbónicas de materiales terrestre publicadas para la costa arreica de Tarapacá.
Sitio
Contexto
Material
Lab Id.
Edad
14C
DS
Calibración 2
σ
AP
Período
Fuente
Desde
Hasta
Mediana
Pabellón de
Pica 1
E-1/N-60-70 Vegetal
Beta-
256617
600 50 649 505 558
Intermedio
Tardío
Uribe et
al., 2012
Bajo Molle Señor de
Bajo Molle Animal Geochron 749 75 765 547 651 Intermedio
Tardío
Moragas,
1995
Chomache 1
U-B2/E-1/N-
50-60
Vegetal
Beta-
256619
750 40 724 561 653
Intermedio
Tardío
Uribe et
al., 2012
Los Verdes 9 E-1/N-30-40 Vegetal
Beta-
256616
810 50 788 569 699
Intermedio
Tardío
Uribe et
al., 2012
Bajo Molle-
1
T-3 Vegetal
GX-
21178
1115 120 1265 740 986
Intermedio
Tardío
Moragas,
1995
Chomache 1
R-1/U-B2-
B3/E-5 (63
cm)
Vegetal Beta-
256618 1320 40 1283 1079 1213 Formativo
tardío
Uribe et
al., 2012
Punta
Blanca
R-2/U-1/E-
2A
Vegetal
Beta-
256623
1520 40 1472 1297 1359
Formativo
tardío
Uribe et
al., 2012
Punta
Blanca
R-2/U-1/E-1 Vegetal
Beta-
256620
1590 40 1534 1353 1440
Formativo
tardío
Uribe et
al., 2012
Patillo 2
P-2569/Inf
1, Cjto 1,
Ind 2
Vegetal DRI-
3335 3484 80 3958 3485 3709 Arcaico
Tardío
Montt,
2014
Patillo 2
P-2569/Inf
2, Cjto 1,
Ind 3
Vegetal DRI-
3335 3484 80 3958 3485 3709 Arcaico
Tardío
Montt,
2014
Patillo 2 P-2563 Vegetal
DRI-
3444 3504 83 3970 3489 3736
Arcaico
Tardío
Montt,
2014
Caramucho
3 E-VI Vegetal
GaK-
8375 5980 120 6276 5609 5954
Arcaico
Medio
Sanhueza,
1985
Patillo 4 N-3 Vegetal Beta-
192970 7170 40 8025 7850 7957 Arcaico
Temprano
Núñez y
Santoro,
2011
Patillo 4 N-10 Vegetal Beta-
192971 7530 70 8423 8055 8294 Arcaico
Temprano
Núñez y
Santoro,
2011
Ocupaciones domésticas en Punta Patache
Se describe la estratigrafía de los sitios domésticos de Punta Patache en orden cronológico,
precisando su asignación absoluta o relativa (Ver Tablas 1 y 2). Aquellos sitios con una
adscripción imprecisa se describen al final. Los sitios domésticos se ubican generalmente
junto a afloramientos rocosos, rodeándolos completamente, o bien ocupando uno de sus
frentes, dando forma a basurales conchíferos medialunados. Dependiendo de la
acumulación de sus sedimentos, se reconocen formas monticulares o aplanadas.
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Figura 3
. Fechados radiocarbónicos calibrados de Patache-Cáñamo. Cruz indica la mediana y corchetes el
rango calibrado con 2 sigmas.
Patache J
Campamento residencial alrededor de afloramiento rocoso que conforma un basural
conchífero monticular de notables dimensiones y densidad (Ver Figura 4). Se asocian al
estrato basal estructuras residenciales de planta circular compuestas por grandes piedras en
pirca simple, sin argamasa, adosadas al afloramiento rocoso, donde se realizaban actividades
de cocina y descarte de basuras.
En el Estrato I, a 20 cm de profundidad, asoman piedras de estructuras circulares
(Ver Figura 5). Se recuperó alta diversidad y baja frecuencia de materiales malacológicos,
ictiológicos, aves marinas, mamíferos marinos y terrestres, crustáceos, algas, ramitas,
madera, totora, espinas de cactus, argentinas, algodón natural con semillas; cordelería de
lana, de pelo humano y fibra vegetal, estera, lienza de algodón, tejido entrelazado de
algodón, desconchador de hueso, calabaza, cerámica gris y café alisado homogéneo,
fragmentos erosionados de pasta rojiza, dos cuentas tubulares de turquesa (Ver Figura 6:6)
y trozos de sulfato de cobre.
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Figura 4.
Vista general de Patache J (Fotos C. Moragas).
Figura 5.
Estructura de piedra en conchal de Patache J. Dibujo de perfil Norte-Sur (Fotos: C. Moragas).
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El Estrato II, de arena intercalada con fogones, se forma dentro de la estructura. Se
recuperaron malacológicos, ictiológicos, aves marinas, espinas y madera de cactus, madera,
fibra vegetal macerada, totora, algodón natural con semillas, fogones de huiro; cordelería de
fibra vegetal y de lana en colores naturales, vellones de lana, lienzas de algodón, trozo de
ocre, cerámica café y gris alisado homogéneo, cuchillo medialunado, matriz de cuchillo y de
punta triangular pedunculada, lascas de sílice y de rodados. La base del estrato fue datada
en 4420 cal AP, fecha no relacionada a la cerámica que es incorporada con posterioridad.
Figura 6.
Objetos misceláneos: 1.- Calzado tejido de niño (Pat-Q); 2.-Sandalia de cuero (Pat-T); 3.-Sandalia
de cuero (Pat-C); 4.- Cuenco de toba volcánica (Pat-T); 5.- Fragmento de mineral de cobre (Pat-F); 6.-
Cuentas discoidales (Pat-J); 7.- Cuentas tubulares (Pat-K); 8.-Objeto de madera (Pat-D) (Fuente: Elaboración
propia).
El Estrato III es sincrónico a la construcción de las estructuras y fue datado en 7250
cal AP. En su interior (Figura 5) hay fogones y desechos alimenticios, además de cordelería
de fibra vegetal y de lana, lienza de algodón, bolsa en cuero de camélido, mango de madera
con muesca y embarrilado (Figura 7:5), lascas de sílice, hoja y matriz de cuchillo, anzuelo
de concha de contorno circular con vástago fragmentado (Figura 7:7) y dos matrices del
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mismo material y forma. Estos anzuelos se adscriben a una fase más temprana que los de
vástago largo y recto (Flores et al., 2016; Llagostera, 1989).
Las dataciones sitúan una ocupación durante el Arcaico Medio y otra durante el
Arcaico Tardío, ambas depositadas como estratos sucesivos al interior de la estructura,
mientras que la cerámica intrusiva es indicativa del Formativo Temprano.
Figura 7.
Instrumental para extracción de recursos marinos: 1.- Bolsa anillada (Pat-M); 2-3.- Pesas en
guijarro (Pat-T); 4.- Bifaces líticos (Pat-E); 5.- Mango de cuchillo (Pat-J); 6.- Anzuelos y espinas de cactus
(Pat-E); 7.- Anzuelo de concha (Pat-J); 8.- Línea de caza en cuero de lobo con refuerzos (Pat-T); 9.- Cabezal
óseo de arpón (Pat-Q); 10.- Cabezales de arpón compuesto (Pat-Q); 11.- Acoplador y astil de arpón (Pat-S).
(Fuente: P. Mendez-Quiros).
La secuencia cronológica de Punta Patache y la ocupación de la costa arreica del desierto de Atacama (21ºS).
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Patache E
Campamento residencial junto a un afloramiento rocoso (Ver Figura 8) que conforma el
basural conchífero monticular de mayores dimensiones y densidad del área (Ver Tabla 1).
La superficie presentaba una estructura circular confeccionada con rodados y clastos
angulosos, adosada al afloramiento. Considerando sus dimensiones y densidad, se
excavaron dos unidades (A y B) en el sitio.
Figura 8
. Vista general de Patache E y artefactos recuperados. 1.- Bifaz lítico (sin escala); 2.- Astil de arpón reutilizado
como yesquero; 3.- Instrumento aerófono en hueso; 4.- Yesquero en rama envuelta en plumas (Fuente: elaboración
propia).
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Unidad A
El Estrato I, datado en 4020 cal AP (Tabla 2), se asocia a malacológicos, mamífero marino,
aves marinas, ramas de sorona, totora; cordelería vegetal y de camélido, vellones de lana
natural y de color rojo, cuerda y trozos rectangulares de cuero de lobo marino, plumas
blancas teñidas de rojo, bolsa de vejiga animal con cierre de caracoles, cabecera de arpón de
hueso, punzones de madera y de hueso de mamífero terrestre; anzuelos y espinas de cactus
(Figura 7:6), matriz de pesa-cigarro, punta lanceolada, cuchillo y matriz de cuchillo en
sílice; lascas de sílice y de rodados, y tajador en rodado. A 20 cm de profundidad hay
piedras angulosas y rodadas, una con tinte rojo, que pudieron ser parte de un recinto
simple.
El Estrato II es compacto con lentes de quema y baja frecuencia de materiales,
incluyendo malacológicos, ictiológicos, lobo marino y pelícano, totora; anzuelo y espinas de
cactus, cordelería de fibra vegetal y de lana, cabecera de arpón, barba de hueso, machacador
en rodado y lascas.
El Estrato III presenta materiales abundantes, como malacológicos, ictiológicos, aves
marinas, cueros de camélido y zorro, algas, totora, cormos de argentinas; espinas, maderas
de cactus y otras; trozos de cuero de lobo marino cortado, anudado y hecho cuerdas;
anzuelos y agujas de espinas de cactus; bolsa anillada y lienzas de fibra vegetal; cordelería de
lana en colores naturales y rojos; vellones de lana natural y roja; piel de ave con plumas
cosidas con hilados de fibra vegetal (vestimenta); desconchador de hueso; yesquero envuelto
en plumas (Figura 8:4); bolsa de vejiga con cierre de caracoles, perforador de sílice, hojas de
cuchillo, tajadores en rodados, mano de moler, lascas y nódulos. En la interfase inferior se
registra una costra compacta que podría constituir un piso preparado.
El Estrato IV, fue datado en 4250 cal AP y presenta abundante material
malacológico, ictiológico, mamífero marino y terrestre; aves marinas, algas, espinas de
cactus, totora, argentinas, ramas, madera; cordelería de fibra vegetal, uno teñido morado;
cordelería de lana en colores naturales; rollo de lienza de fibra vegetal, línea de caza de
cuero de lobo marino, agujas y anzuelos de espinas de cactus; pesa cigarro, desconchador
con empuñadura textil; bolsas de vejiga (Figura 9:5), piel de ave con plumas cosidas
(vestimenta), plumas blancas teñidas de rojo; cuchillo de sílice, lascas y mano de moler con
pintura roja. Hay áreas de talla lítica in situ sobre el piso base y un fogón asociado a huesos
de lobo marino y cetáceo.
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Figura 9
. Contendores de líquidos en vejigas de distintos tamaños y tipos de cierre y reparaciones: 1 y 4 (Pat-
S); 2.- (Pat-T); 3.- (Pat-M); 5.- (Pat-E) (Fuente: P. Mendez-Quiros).
Unidad B
El Estrato I está compuesto por arena con materiales escasos. Se recuperaron malacológicos,
ictiológicos, lobo marino, pelícano, conglomerado de algas (Ver Figura 10:6), espinas y
madera de cactus; cordelería de fibra vegetal y lana; mango de madera con ranura para
insertar hoja lítica, y lascas. A 20 cm bajo la superficie se identificó una hondonada
delimitada por piedras sueltas, y un acondicionamiento de piedras planas dispuestas
horizontalmente.
El Estrato II presenta restos similares al anterior pero más abundantes, recuperándose
cordelería de fibra vegetal y de lana; asta de proyectil reutilizada como yesquero (Ver Figura
8:2) y madero activador; una flauta con dos orificios confeccionada en hueso de pelícano y
decorada con una línea ondulada frontal dispuesta entre pequeñas líneas verticales laterales
(Ver Figura 8:3); puntas de proyectil de base escotada, triangular pedunculada, de cuerpo
estrecho lanceolado y base escotada (Ver Figura 8:1); machacador, pulidor en rodado y
lascas.
El Estrato III consiste en un fogón compacto generalizado asociado a malacológicos,
ictiológicos, lobo marino, pelícano, algas, madera; anzuelo y espinas de cactus; cordelería de
fibra vegetal y de lana, punta de proyectil de cuerpo estrecho y lascas.
Están presentes los instrumentos típicos de tradición costera, así como textilería a
telar en fibra vegetal y lienzas de algodón. Plantas cultivadas y cerámica están ausentes en el
depósito y sólo se registran algunos fragmentos erosionados con pastas grises y rojizas en
superficie. De acuerdo con los contextos y dataciones (Ver Tabla 2), el sitio se adscribe al
período Arcaico Tardío. Se evidencian desplazamientos hacia ambientes interiores y
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probablemente también hacia otras caletas. El sitio funcionó como campamento
residencial, con recintos circulares simples, actividades de cocina, faenamiento de especies
marinas y terrestres, y confección de herramientas, en asociación al hallazgo excepcional de
un instrumento aerófono.
Patache P
Basural conchífero aplanado junto a afloramiento rocoso excavado de forma extensiva. Del
Estrato I se recuperaron malacológicos, huesos de lobo marino y pelícano junto a fogones;
ictiológicos, cormos de argentinas y totora; espinas de cactus y ramitas; bolsa anillada y
cordelería de fibra vegetal; cordelería de lana en colores naturales y rojos. Agujas y anzuelos
de espinas de cactus; hoja de cuchillo de sílice blanco; punta lanceolada con aletas; posible
perforador en lasca de rodado y en concha de choromytilus.
El Estrato II está separado del anterior por un grueso y compacto fogón datado en
3380 cal AP. Presenta baja frecuencia de materiales como totora, malacológicos y
mamíferos marinos, pero continúa la abundancia de cormos. Se recuperaron espinas y
anzuelos de cactus, calabaza, lienzas de algodón, cordelería de lana en colores naturales y
polícromos; cadejo de pelo humano, desconchadores en costillas de lobo marino, cuentas
de turquesa, concha de choromytilus con filo en bisel, tajadores en rodado, lascas de sílice y
trozo de ocre.
En el Estrato I las actividades de faenamiento de lobo marino y pelícanos están
focalizadas con alta concentración de huesos, cueros e instrumentos en lascas (cuchillos y
raederas). La recolección de moluscos y la pesca de especies de roqueríos capturadas con
anzuelos de espinas de cactus fueron actividades esenciales. Se registraron escasos
fragmentos de calabaza en el Estrato II, siendo congruente la datación obtenida con el
inicio de las ocupaciones formativas.
Patache M
Basural conchífero medialunado junto a afloramiento rocoso. Del estrato I se recuperaron
malacológicos, ictiológicos, lobo marino, pelícano, totora, argentinas, ramitas, espinas de
cactus, madera; cordelería de fibra vegetal, de cabello humano, de lana natural y teñidos;
punta de proyectil triangular, hoja lítica con pedúnculo asimétrico y otra de extremo distal
aguzado; lascas, bolsas anilladas de fibra vegetal (Ver Figura 7:1) asociadas a calabaza y
cubiertas con totora; desconchadores de hueso, anzuelo de espina de cactus, cerámica café
plomiza y café rojiza alisadas; trozo de cobre laminado.
El núcleo del Estrato II está compuesto por un fogón compacto, pero hacia la
periferia se mantienen restos de flora y fauna similares al estrato anterior; cordelería de fibra
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vegetal torcida y trenzada; hilados de pelo humano y de lana; calabaza y rodados con bordes
afilados.
Figura 10
. Registros Vegetales: 1.- Marlos de maíz (Pat-C); 2.- Brocha de totora (Pat-M); 3.- Tabla de
madera de cactus con perforaciones (Pat-A); 4.- Calabaza con reparación (Pat-N); 5.- Trenzados en fibra
vegetal (Pat-N); 6.- Conglomerado de algas (Pat-·E); 7.- Cormos de argentinas (Pat-N); 8.- Yesquero (Pat-S).
(Fuente: P. Mendez-Quiros).
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El Estrato III, datado en 2980 cal AP, presenta lentes de fogón intercalados con
malacológicos, ictiológicos, pelícano, lobo marino, chungungo, cangrejo, huesos de cetáceo
y camélido; totora, ramitas, madera, espinas de cactus, cormos de argentina; cordelería de
fibra vegetal torcida y trenzada; hilados de pelo humano y de lana de colores naturales y
teñidos; vellones de lana, bolsas de fibra vegetal anillada, lienzas de algodón, textil
entrelazado de lana café natural, desconchadores en costillas de lobo marino, bolsa de
vejiga, cierre de caracoles de otra bolsa (Ver Figura 9:3), brocha de totora (Ver Figura
10:2), calabaza, lascas de sílice, anzuelos de espinas de cactus, trozo de vestimenta (capa) de
piel de ave con plumas cosidas.
Los estratos son homogéneos; con calabaza, anzuelo de espinas de cactus, lienzas de
lana y algodón; y ausencia de textilería a telar. Dos fragmentos cerámicos y una lámina de
cobre en el Estrato I son indicativos de innovaciones tecnológicas incipientes que se
adscriben al Formativo Temprano.
Patache N
Basural conchífero monticular medialunado excavado extensivamente. El estrato I presenta
materiales abundantes incluyendo malacológicos, ictiológicos, mamíferos marinos, aves
marinas, algas, cormos de argentinas (Ver Figura 10:7), cuero de camélido, piel de zorro;
cordelería de fibra vegetal torcida y trenzada (Ver Figura 10:5); estera de totora, bolsa
anillada de fibra vegetal, cordelería de pelo humano y de lana en colores naturales y rojos;
lienzas de algodón, instrumentos óseos, aguja en espina de cactus, plomadas de conchas de
lapa amarradas con hilados de pelo humano y lana; calabaza reparada (Ver Figura 10:4),
asta de proyectil, cuchillo en concha de choromytilus; piedra con pintura roja y rodados con
posible uso de molienda; lascas de sílice y de rodados con filos laterales; tajador en rodado,
sulfato de cobre. De manera intermitente se presenta una costra de fogón con combustible
de algas.
El Estrato II, datado en 2590 cal AP, presenta fogones intercalados, asociados a una
concentración de huesos de lobo marino y pelícano, con baja frecuencia de malacológicos,
ictiológicos y mamífero terrestre; vellones de lana, cuero con plumas muy finas
(¿pingüino?), argentinas, ramitas, madera de cactus y otras maderas; bolsa de fibra vegetal,
cordelería de pelo humano, de fibra vegetal y lana; plumas teñidas rojas, calabaza, piedra
larga aguzada, lascas de sílice, cerámica café plomiza alisada con borde desgastado en bisel,
probablemente reutilizada.
En síntesis, se documentó un área relacionada al faenamiento de aves y mamíferos
marinos, junto a malacológicos del intermareal. La calabaza es más abundante en el estrato
superior, lo que podría indicar una mayor interacción con el interior o cierta distancia
cronológica entre ambos estratos. Es llamativo el hallazgo de cerámica similar a los
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ejemplares tempranos de la fase Cáñamo Montículo (Núñez y Moragas, 1977), siendo un
bien escaso y valorado. Los contextos estudiados y la datación dan cuenta de una ocupación
durante el Formativo Temprano.
Patache G
Basural conchífero aplanado junto a estructura circular de piedra y tumba aislada a mayor
profundidad. En el basural se identificó un único estrato, compuesto por evidencias de
combustión, ceniza y tierra oscura, y baja frecuencia de materiales malacológicos,
ictiológicos, lobo marino, aves marinas, totora, algas, ramitas, argentinas, hueso de
mamífero terrestre; fibra macerada, cordelería de fibra vegetal, pelo humano y de lana
natural y roja; bolsa anillada de fibra vegetal, espinas y anzuelos de cactus; cuenta de
concha, cerámica alisada café rojiza exterior/gris interior; calabaza, pesa cigarro y lascas de
sílice.
Figura 11
. Patache G. Cuerpo extendido bajo estructura circular de piedra y junto a conchal. Detalle de
punta y textil asociados (Fuente: C. Moragas).
En superficie y contiguo al conchal, se identificó una estructura circular de piedras
compuesta por un alineamiento simple de 2,5 m de diámetro. Por antiguas remociones,
materiales subactuales y prehispánicos se combinaban en los primeros 30 cm. A 50 cm se
registró un contexto funerario parcialmente alterado con un turbante de hebras torcidas de
cabello humano, coprolitos de camélido y un anzuelo de espina de cactus. Corresponde a
un adulto joven masculino en posición extendida levemente dispuesto sobre su costado
derecho, de cabello largo con turbante tipo madeja. Yacía sobre una manta de lana café
natural de hilado grueso y trama suelta datada en 2080 cal AP; pubis cubierto con un textil
café claro decorado con cuadrángulos escalonados de colores rojo y azul y un plato de
cestería cubría los pies. Acompañado de un punzón de madera, un rollo de piel muy fina y
una punta de proyectil de sílice blanco y base escotada (Ver Figura 11). Considerando sus
atuendos, este individuo no representa al común de individuos costeros. La población local
vestía capas de pieles de aves con pequeñas plumas blancas sobre sencillos camisones de
lana; sus adornos cefálicos también habrían sido emplumados. No hemos registrado otras
evidencias de turbantes abultados ni cobertores púbicos similares a éste. Este individuo
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enturbantado señala vínculos con poblaciones formativas tanto de la costa como del
interior (Núñez y Santoro, 2011).
Patache A
Basural conchífero que circunda un afloramiento rocoso. Del único estrato registrado,
datado en 1470 cal AP, se rescataron malacológicos, ictiológicos, aves marinas, mamíferos
marinos, madera, ramas, totora, semillas de algarrobo, espinas, alfiler y anzuelos de cactus;
cordelería de fibra vegetal, lana y pelo humano; bolsa anillada de fibra vegetal y de
camélido; yesqueros y madero activador, huesos elípticos pulidos con perforaciones
(posibles placas de collar); sandalia y cordel de cuero de lobo marino, desconchadores en
costilla de lobo marino, concha de Choromytilus con bordes afilados, textilería de lana en
colores naturales y polícromos; lienzas de algodón, calabaza, tablas de madera de cactus con
orificios en los bordes (Ver Figura 10:3); espátula de madera, astas de proyectil, mango de
madera con ranura para hoja lítica; pequeños marlos de maíz aparentemente en dos
variedades. Entre el material cerámico se recuperó: puco semi globular negro tiznado
alisado exterior/café estriado interior; también café alisados y café con estrías paralelas.
Lascas de sílice y un rodado pequeño pulido (pulidor o alisador).
A los elementos de tradición costera se suman otros de ambientes interiores como
calabaza, algodón, algarrobo y maíz. Este último parece un cultivo temprano, atendiendo al
reducido tamaño de los ejemplares. La tecnología textil incluye policromía, aunque la
densidad trama-urdimbre es notoriamente baja. Los tipos cerámicos son similares a los
descritos para la fase Cáñamo Montículo (Núñez y Moragas, 1983).
Patache L
Basural conchífero dispuesto alrededor de afloramiento rocoso (Ver Figura 12). Un borde
del sitio fue seccionado por un camino. Al oeste del camino el depósito se compone de dos
estratos. En el Estrato I se alternan fogones y arena con restos malacológicos, ictiológicos,
mamíferos marinos, aves, huiro quemado, ramitas, madera; cordelería de fibra vegetal, de
pelo humano y de lana; lienza de lana negra, textil de algodón y algodón natural; cerámica
café gruesa con alisado imperfecto y lascas de sílice rosado.
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Figura 12
. Vista general de sitios Patache K, L e I. Diversidad de ocupaciones asociadas a depósitos
poco profundos (Fuente: C. Moragas).
En el Estrato II se recuperaron los mismos ecofactos en frecuencias similares, además
de cordelería de fibra vegetal y de lana; lienza de algodón, cerámica de labios evertidos y
superficie externa e interna rojiza semipulida; café alisado imperfecto; negro interior y
exterior, algunos correspondientes a un borde de vaso; fragmento reutilizado con desgaste
pronunciado; concha de choromytilus con borde afilado, percutor en rodado con restos de
pintura roja, lascas de sílice, trozo de cobre sulfatado.
Al este del camino, un único estrato presentaba malacológico, lobo marino y
pelícano; plumas de gaviota teñidas de rojo, ramas, cordelería de fibra vegetal y de lana;
espinas y anzuelos de cactus; concha de choro desgastada en forma rectangular, perforador
en concha de choro, cuchillo de sílice, matriz de cuchillo y lascas.
Estos tipos cerámicos, con excepción del negro semipulido, están presentes en
Cáñamo-1 donde se planteó una confección costera hacia 2890 cal AP (Núñez y Moragas,
1983). Por tanto, Patache L es representativo de la tradición alfarera costera formativa;
mientras que el tipo negro semipulido refleja vínculos con los desarrollos aldeanos del
interior durante el Formativo Tardío.
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Patache F
Basural conchífero monticular medialunado junto a afloramiento rocoso. El Estrato I
presenta abundantes materiales intercalados con una costra de fogón donde se recuperaron
malacológicos, ictiológicos, mamíferos y aves marinas, algas; lienzas de algodón, agujas y
anzuelos de espinas de cactus; cordelería de fibra vegetal torcida y trenzada, de lana en
colores naturales y polícromos, de pelo humano y mixtos; tejido entrelazado de lana a dos
colores naturales; calabaza, madero activador de yesquero, punzones de madera y hueso,
vestimenta (capa) de piel de ave con plumas cosidas con lana roja; posible diadema de
plumas, bolsa de vejiga con cierre de caracoles, sandalia pequeña y cordel en cuero de lobo
marino; astas de proyectil, desconchadores en costillas de lobo marino, tajadores en
rodados, mano de mortero, raedera, lascas, cepillo carenado en rodado, cuchillo y puntas de
proyectil lanceolada y triangular.
En el Estrato II disminuyen las frecuencias de materiales y se registra un fogón sobre
el piso base. Además de los ecofactos mencionados, se recuperó cordelería de pelo humano
y de fibra vegetal; lienza de algodón, punzón de madera, brocha de fibra vegetal, espinas de
cactus, aguja y anzuelos de vástago largo; piel de ave con plumas cosida con hilados de fibra
vegetal; calabaza, lascas de sílice y mineral de cobre (Ver Figura 6:5).
Los restos son homogéneos en el depósito y mayoritariamente corresponden a fauna
marina e instrumentos para su obtención y faenamiento. Los contactos con comunidades
agrícolas de valles y oasis interiores son evidentes. La cerámica es escasa y superficial
(fragmentos café y gris alisados), aunque su ausencia en el depósito pudo ser accidental. De
acuerdo con el conjunto artefactual recuperado, se propone una ocupación asociada al
período Formativo.
Patache H
Basural conchífero aplanado en espacio abierto. El único estrato presenta baja frecuencia de
materiales, con malacológicos, ictiológicos, lobo marino y pelícano asociados a fogón;
camada y conglomerados de algas, argentinas, totora, espinas de cactus, lascas, cadejo de
pelo y coprolito humano; cordelillos de fibra vegetal, calabaza, vestimenta de piel de ave
con plumas blancas.
El depósito es exiguo, probablemente porque el emplazamiento no era adecuado para
acampar y cocinar al estar expuesto a los vientos vespertinos. Además de las actividades
típicamente marítimas, se infieren desplazamientos por los cerros costeros y contactos con
áreas con mayores recursos hídricos. Sólo se registró un fragmento cerámico en superficie.
Aunque los indicadores son poco diagnósticos, podríamos adscribirlos tentativamente al
período Formativo.
La secuencia cronológica de Punta Patache y la ocupación de la costa arreica del desierto de Atacama (21ºS).
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Patache S
Ladera abrupta arenosa con evidencias de ocupación ocasional, área de combustión y piezas
dispersas completas o semi completas. Sin evidencias superficiales ni de estratificación. Se
recuperaron restos de zorro, odres de vejiga animal (Ver Figura 9:1 y 9:4); acoplador y astil
de madera (Ver Figura 7:11); maderos descortezados, algunos alisados y aguzados; atado de
ramas, ceramio botelliforme de cuerpo globular negro alisado; desconchadores en costillas
de lobo marino, y yesquero. Se ubicó una tumba cubierta con piedras angulosas donde
yacía un cuerpo masculino joven semi flectado, con deformación tabular erecta.
Conservaba parte de la cabellera con un cintillo de pocas vueltas de pelo trenzado. Envuelto
en manta de lana café natural con listas oscuras. Se constataron pequeñas fogatas de huiro,
generalmente sin material orgánico asociado; una de éstas contenía restos de erizo y un
yesquero con marcas de uso múltiple (Ver Figura 10:8). En otro sector y sin asociación a
fogones, yacían abundantes restos de lobo marino, incluyendo dos cabezas.
El piso original, con vestigios de actividades esporádicas como cocción de alimentos,
faenamiento de lobos marinos y el entierro humano, se cubrió paulatinamente de arena
formando una pendiente de relleno natural con material desplazado desde la terraza
superior. Los indicadores cronológicos son poco precisos, pudiendo adscribirse al
Formativo o al Intermedio Tardío.
Patache T
Basural conchífero completamente cubierto por una capa de arena de 25 a 30 cm de
espesor. Se excavaron dos estratos cada uno con espesor máximo de 15 cm, separados por
una capa de arena estéril de 15 cm. En el Estrato I se recuperaron malacológicos,
ictiológicos, aves marinas, mamíferos marinos y terrestres; crustáceos, cormos de argentinas,
madera de cactus y de Prosopis; cortezas de árbol, ramas, carbón, totora, algas; cordelería de
fibra vegetal, de lana, de pelo humano y mixtos; semillas y lienzas de algodón; trozos de
bolsa anillada de fibra vegetal, marlos y granos de maíz; acoplador de madera con bisel,
desconchador en costilla de lobo marino, lascas de sílices diversos, fragmentos de cerámica
negra alisada, activador de yesquero, matriz de cuchillo, cuchillo-raedera, pesa-cigarro,
rodado atado con cordel de cuero (pesa) (Ver Figura 7:3), hueso aguzado, asta de proyectil
embarrilado, coprolitos humanos, textilería de lana en colores naturales y polícromos y
sandalia en cuero de lobo marino (Figura 6:2).
El Estrato II presentaba los mismos ecofactos del anterior, además de trozos
rectangulares de cuero de lobo marino (probable materia prima para sandalias) y rollo de
línea de caza (Ver Figura 7:8), desconchador en costilla de lobo marino, rodado atado con
cordel de cuero (pesa) (Ver Figura 7:2); cordelería de lana, de pelo humano y de fibra
vegetal; semillas y lienzas de algodón; instrumento de hueso aguzado, pequeña bolsa de
Cora Moragas Wachtendorff y Pablo Mendez-Quiros Aranda
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vejiga (Figura 9:2), marlo de maíz y granos sueltos; textilería de lana con listas polícromas;
bolsa de lana café con listas moradas; piel de ave con plumas cosidas con lana (capa); asta de
proyectil, bolsa anillada de fibra vegetal, cerámica negra y café alisada, bolsa de cuero de
lobo marino cerrada con espinas de cactus, cuenco elíptico de base plana en toba volcánica
(Ver Figura 6:4); lascas, matriz de cuchillo y perforador de sílice; piedras-pulidores y mano
de moler con pigmento rojo.
Los estratos se interpretan como episodios de ocupación dentro de un mismo
período, que podría corresponder al Formativo Tardío o Intermedio Tardío.
Patache C
Basural conchífero aplanado alrededor de afloramiento rocoso. El Estrato I está compuesto
por un fogón intercalado con basuras domésticas. Se recuperaron restos de fauna marina,
totora, espinas de cactus, algas, marlos de maíz (Ver Figura 10:1), sandalia de cuero (Ver
Figura 6:3) y cuerdas de lobo marino; cordelillos de fibra vegetal, de pelo humano y de
lana; bolsa anillada de fibra vegetal y borde de canasto; textil polícromo de lana, astas de
proyectil en tallos de sorona, cerámica robusta gris alisada con sectores café rojizos; otros
brochados rojizos tipo Pica-Tarapacá; lascas de sílice, tajador en rodado y mano de
molienda aplanada.
El Estrato II es compacto y con baja frecuencia de materiales, con restos de fauna
marítima, mamífero terrestre, totora, sorona, y argentinas o azulinas, cordelería de fibra
vegetal, de pelo humano, de lana en colores naturales y polícromos y mixtos; piel de
camélido con pasadas de hilos (vestimenta), marlos de maíz y granos sueltos; asta de
proyectil, estera de totora con amarras de lana y pelo humano; desconchador en costilla de
lobo marino, textil de lana entrelazado café natural, cerámica café alisada, negra semi
pulida, gris estriada y gris alisada de interior café estriado; rodado con restos de grasa y de
alimento molido; cepillo en rodado, hoja de cuchillo medialunado y lascas de sílice.
Los estratos son homogéneos con excepción de la cerámica Pica-Tarapacá que sólo se
encuentra en E-I y superficie. En el E-II hay mayor diversidad cerámica de apariencia
temprana, sin embargo, la variedad de maíces es similar en ambos estratos. Este yacimiento
representa a grupos que mantenían contactos con poblaciones del interior en un comienzo
dentro de un período agrocerámico indeterminado y luego con seguridad dentro del
período Intermedio Tardío. La presencia de cerámica gruesa, pesada, de superficie alisada
sugiere manufactura costera.
Patache B
Basural conchífero de forma aplanada alrededor de dos afloramientos rocosos. En el estrato
único, junto con ecofactos diversos, se recuperó anzuelo de espina de cactus, esteras de
La secuencia cronológica de Punta Patache y la ocupación de la costa arreica del desierto de Atacama (21ºS).
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totora, bolsa anillada en fibra vegetal, cordelería de fibra vegetal, de pelo humano, de lana y
mixto; lienzas de algodón y algodón natural con semillas; maíz, calabaza, textilería de
algodón y de lana en colores naturales y polícromos. Cerámica: olla gris alisada con interior
gris brochado; café con sectores alisados y estriados; borde evertido grueso café alisado, café
brochado con baño rojo tipo Pica-Tarapacá, otros de color café rojizo alisado homogéneo y
alisado imperfecto y vaso negro semi-pulido. Plomada de Choromytilus con lienza de
algodón, astil de madera, tortera elíptica de madera, sandalia y línea de caza de lobo
marino. Lascas con bordes trabajados, punta triangular de sílice, pigmento ocre y cobre
sulfatado. De acuerdo con sus contextos culturales este sitio se adscribe al Período
Intermedio Tardío, siendo elocuentes las conexiones con el interior.
Patache D
Basural conchífero aplanado alrededor de un pequeño montículo rocoso. En el Estrato I de
la unidad A, junto con ecofactos diversos se recuperó cordelería de fibra vegetal y de
camélido; textil de lana café natural y mixto lana/fibra vegetal; astil de madera, cerámica
globular café alisado imperfecto y baño rojo irregular; otro negro semi pulido globular;
contenedor de pigmento rojo en Choromytilus, matriz de cuchillo de sílice y piedra-
machacador.
En la unidad B, Estrato I, se recuperó fauna marítima, totora, ramitas, algodón
natural con semillas; lienzas de algodón, una teñida de rojo; cordelería y ovillo de lana,
desconchador en costilla de lobo marino, cerámica café estriada gruesa con interior café
rojizo estriado, objeto de madera (funcionalidad indeterminada) (Ver Figura 6:8). En el
Estrato II, separado del anterior por un hiato de arena, continúan los mismos ecofactos
junto a cordel de lana, textil listado en colores naturales, barba de arpón de hueso,
coprolitos de camélido y cerámica brochada con baño rojo irregular tipo Pica-Tarapacá. El
exiguo depósito indica que el sitio fue ocupado por dos cortos lapsos durante el período
Intermedio Tardío.
Patache I
Sector de rocas al oriente de los conchales; la erosión eólica socavó las paredes orientadas al
sur dando origen a tafoníes o pequeños aleros (Ver Figura 12). Los intensos vientos han
deflacionado el sitio, identificándose sólo un área de talla lítica en sílice blanco y lascas
dispersas. También dispersión de cerámica erosionada de pastas café rojizo o gris; algunas
mantienen superficies alisadas y tizne por actividades de cocina. La ausencia de depósitos
impide una adscripción cronológica certera, siendo utilizados como refugios ocasionales
desde el período prehispánico hasta momentos subactuales.
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Patache K
Basural conchífero medialunado junto a afloramiento rocoso (Ver Figura 12). Del Estrato I
se recuperaron malacológicos, ictiológicos, lobo marino, pelícano, totora, cuero de
camélido, vellón de lana; cordelería de lana y de fibra vegetal, rodado con pigmento rojo,
lascas de sílice y tajadores en rodados. El Estrato II está separado del anterior mediante una
fina capa de ceniza blanca. Se recuperaron malacológicos, trozos de madera, cordelería de
fibra vegetal, cuentas tubulares de turquesa (Ver Figura 6:7) y lascas de sílice.
El registro es escueto, semi estéril y poco diagnóstico. En superficie se registró
cerámica café plomiza, alisada irregular e imperfecta que parece temprana, pero no
podemos aventurar una adscripción cronológica.
Patache O
Basural conchífero aplanado, en espacio abierto, excavado extensivamente. El depósito
estaba compuesto por un solo estrato con un fogón central cuyos bordes mantenían restos
mezclados con arena. Entre los materiales destaca la presencia de apretadores y cormos de
argentinas; malacológicos, ictiológicos, crustáceos, mamífero marino, aves marinas, totora,
algas, cordelería de fibra vegetal y de lana roja, tejido anillado en fibra vegetal macerada,
desconchador en hueso de lobo marino, pequeño fragmento cerámico café alisado decorado
con finas líneas negras, tajador en rodado, machacador, calabaza y tres pequeñas plumas
rojas.
Probablemente las plumas rojas provienen de la floresta tropical a través de los oasis
de Pica, siendo frecuentes en el cementerio Pica-8 durante el Intermedio Tardío (Zlatar,
1984). El único registro de cerámica es de difícil diagnóstico, pero podría indicar vínculos
altiplánicos. Si bien se registran componentes agrocerámicos, no hay indicadores
cronológicos específicos.
Patache R
Basural conchífero monticular bajo, alrededor de afloramiento rocoso. Estrato único con
baja frecuencia de materiales, compuesto principalmente por fogones. Se recuperó
abundancia de apretadores, huesos de lobo marino, plumas y huesos de ave, cormos de
argentinas y totora; punzón de hueso, cordelillo de pelo humano, matriz de cuchillo y
lascas de sílice blanco. Se registró calabaza sólo en superficie. Se trata de una ocupación
efímera agrocerámica, sin adscripción precisa.
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Recapitulación ocupaciones domésticas
Entre los recursos del registro doméstico (Ver Tabla 4) se reconoce que el lobo marino, el
pelícano y los moluscos fueron ampliamente consumidos. Se obtenían principalmente
moluscos de la franja intermareal como apretadores, lapas, locos y erizos. Información
etnográfica recolectada en Patache (pescador, año 1995) señala que para consumir los
apretadores deben ser cocidos en agua de mar para que ablanden. La pesca era también
importante, capturándose pejeperro, corvina, cabrilla, pejesapo y jerguilla. La caza de
especies terrestres debió ser más activa en los oasis de niebla que en el litoral.
Tabla 4
. Recursos identificados en las excavaciones de Patache.
Reino
Nicho ecológico
Subgrupo
Taxón
Nombre
Fauna Marino
Gastrópodos
Chiton sp.
Apretador
Concholepas concholepas
Loco
Fissurella spp.
Lapa
Thais chocolata
Locate
Collisella spp.
Señorita
Tegula spp.
Caracol negro
Oliva peruviana
Porcelanas
Bivalvos
Venéridos
Almeja
Perumytilus purpuratus
Chorito
Choromytilus chorus
Choro zapato
Mesodesma donacium
Macha
Aulacomya ater
Cholga
Crustáceos
Loxechinus albus
Erizo
Petrolishtes sp.
Cangrejo
Taliepus marginatus
Jaiva
Austromegabalanus psittacus
Picoroco
Peces
Semicossypgus darwini
Pejeperro
Sicyases sanguineus
Pejesapo
Seriola lalandi
Dorado
Cilus gilberti
Corvina
Medialuna ancietae
Acha
Paralichthys sp.
Lenguado
Genypterus sp.
Congrio
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Palalabrax humeralis
Cabrilla
Aplodactylus punctatus
Jerguilla
Aves
Pelecanus
Pelícanos
Laridae
Gaviotas
Phalacrocorax gaimardi
Pato lile
Spheniscus humboldtii
Pingüino
Mamíferos
Otaria flavescens
Lobo marino
Lotra felina
Chungungo
Cephalorhynchus eutropia
Tunina
Terrestre
Camelidae
Indet.
Lycalopex culpaeus
Zorro
Flora
Marino Algas
Macrocystis spp.
Huiro
Lessonia sp.
Cord. de la costa
Cactus
Eulychnia iquiquensis
Copao
Precordillera
Browningia candelaris
Cactus candelabro
Pampa
Plantas
Prosopis chilensis sp.
Algarrobo
Aguadas,
quebradas o
valles bajos
Typha angustifolia
Totora
Schoenoplectus sp.
Junquillo
Tessaria absinthioides
Sorona
Gossypium spp.
Algodón
Valles
Cucurbitaceae sp.
Calabaza
Zea mays.
Maíz
Cord. de la costa
Zephira elegans
Argentina, flor de viuda, celestina, azulina
La interacción con el interior se evidencia en el consumo de maíz, calabaza, textilería
en fibra de camélido y cerámica. Los maíces son escasos y podrían corresponder a dos
variedades; mientras que la calabaza es más frecuente, principalmente usada como
contenedor. La frecuencia de elementos del interior es generalmente baja a diferencia de
Bajo Molle donde su presencia es más extendida y diversa (Moragas, 1995).
A pesar de su presencia eventual, las plumas rojas evidencian un tráfico de larga
distancia desde la vertiente oriental andina, probablemente mediatizado por Pica (Núñez y
Briones, 2017).
En suma, la ocupación doméstica se concentra en el norte de Patache junto a caleta
Cáñamo. Hacia al sur se extiende una planicie sin reparos rocosos y expuesta al viento, con
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una ocupación humana de muy baja intensidad. Los sitios funerarios de Cáñamo y Patache
se sitúan hacia el Este alejado de los espacios domésticos.
Evidencias funerarias en Punta Patache
En la sección anterior se describieron dos entierros aislados en Patache S y G. El sitio Q, en
cambio, corresponde a un denso cementerio que ha sido intensamente alterado por
saqueos, así como por excavaciones arqueológicas previas.
Patache Q
Cementerio ubicado en una planicie arenosa que ha sido excavado por Nielsen
(denominado Cáñamo Sur) y posteriormente por Núñez (Cáñamo-12) (Núñez y Moragas,
1977). Al iniciar las excavaciones de 1996 se encontraba severamente disturbado, con
osamentas y materiales diseminados en superficie y en la capa de arena suelta que cubre el
costrón salino base de la terraza. Esta costra era cavada para inhumar los cuerpos, y sólo
pocas tumbas se mantenían insertas en las fosas excavadas para ese fin.
Entre los materiales descontextualizados en superficie se registraron partes de cuerpos
alterados, entre ellos un cráneo con deformación tabular erecta, también esteras de totora y
cordeles gruesos de fibra vegetal (envoltorios y amarras de fardos); cabelleras peinadas con
moños laterales, frazadas gruesas de lana en colores naturales; otras listadas en colores
naturales y polícromas; pieles de aves con plumas cosidas con hilados de pelo humano
(vestimenta); calzado tejido afelpado de niño (Ver Figura 6:1), punzón y astil de madera,
punta de proyectil pedunculada, madera muy liviana aguzada, bolsas de fibra vegetal
anillada y cormos de argentinas.
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Figura 13
. Ofrendas funerarias Patache-Q. 1.- Diadema de plumas (T-7); 2.- Huso de madera (T-17); 3.-
Peine de madera con terminación escalonada (T-17); 4.- Collar de gastrópodos (Oliva peruviana y Turritela)
(T-17); 5.- Bolsa textil y su contenido (T-11): 5a.- Contenedor de pigmentos en caracol (T-11); 5b.- Ovillo
de lana (T-11); 5c.- Peine de madera (T-11); 5d.-Anzuelos en espinas; 5e.- Cabecera de arpón en hueso y
espina (T-11) (Fuente: P. Mendez-Quiros).
Se excavaron 17 tumbas, la mayoría con remociones previas. Las tumbas 1, 2, 3, 4, 5,
6, 9, 12 y 13 eran las más alteradas con huesos desarticulados, algunos blanqueados por
antigua exposición a la superficie. A continuación, se describen las tumbas con contextos
más íntegros, no obstante, varias presentaban alteraciones.
Tumba 7. Contiene dos individuos. A) Cuerpo infantil triturado que conserva cráneo
y piernas flectadas; esteras de totora y cordel de fibra vegetal que amarraba el fardo, textil de
lana café natural, valva de choro zapato, trozo de plato de cestería y una cabecera de arpón
de hueso amarrada con lienza de fibra vegetal (Ver Figura 7:9). B) Adulto masculino con
deformación tabular erecta acompañado de barba de arpón óseo, espina de cactus, cajita
rectangular de madera, madero grueso aguzado, diadema de plumas de ave marina (Figura
13:1), tiesto cerámico de paredes rectas café rojizo alisado, ollita negra pulida, camisón con
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punto relleno color azul en el cuello, plato de cestería, cormos de argentinas y vellón de
lana.
Tumba 8. Cuerpo desarticulado de infante, cráneo con deformación tabular erecta
ataviado con capa de plumas y textil de lana café con remiendos.
Tumba 10. Adulto incompleto, con huesos blanqueados y deformación tabular
oblicua. Manta gruesa café-amarillento natural con listas negras.
Tumba 11. Adulto femenino en posición semi flectada, en fosa. Peinada con moños
laterales, cubierta con capa de plumas (Ver Figura 14:3) y pigmento rojo. Bajo la capa
porta una túnica de lana café con listas rojas y negras datada en 760 cal AP. Acompañada
de una bolsita de lana café listada, cerrada con una espina de cactus que contiene: caracol
usado como depósito de pigmento rojo, ovillo de lana; peineta de doble corrida de dientes
de madera, una de ellas escalonada; anzuelos de cactus y pequeña cabecera de arpón de
hueso con barba de espina de cactus (Ver Figura 13: 5a–e). El caracol corresponde a un
ejemplar de Megalobulimus sp. siendo indicador de contactos de larga distancia con la
vertiente oriental andina desde el Formativo (De Souza et al., 2017; Soto, 2015).
Figura 14
. Contextos funerarios en Patache Q: 1.- Cuerpo semiflectado en fosa, envuelto con manta afelpada
y estera (T-16); 2.-Cuerpo con capa de plumas, esteras, poste demarcatorio y cabezales de arpón (T-17); 3.-
Cuerpo con pigmento rojo, capa de plumas y cabello con moños laterales (T-11) (Fuente: C. Moragas).
Tumba 14. Adulto en posición decúbito lateral semi flectado, en fosa. Peinado con
moños laterales, cubierto con capa de plumas cosidas con hilados de pelo humano y
envuelto en esteras de totora. Como ofrenda mantenía tres bolsas de malla de diversos
tamaños.
Tumba 15. Infante incompleto, semi flectado e inhumado entre esteras de totora.
Peinado con moños laterales detrás de cada oreja, acompañado de un trozo de cordel del
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cual penden cadejos de lana roja, una cabecera de arpón de madera (falta punta lítica) y un
cesto semi globular.
Tumba 16. Adulto mayor femenino semi flectado, en fosa (Ver Figura 14:1). Bajo la
estera envolvente se encontraba un fardo de manta afelpada que cubría otra manta más fina
color café natural con listas oscuras que envolvía el cuerpo. Peinada con moños laterales;
acompañada de un vellón de lana y un plato de cestería. Todo lo anterior dispuesto sobre
una estera base y en un costado otra estera enrollada.
Tumba 17. Algo separado del conjunto se constató un cuerpo adulto en posición
decúbito dorsal (Ver Figura 14:2), envuelto en esteras de totora y en buen estado de
conservación. El cabello estaba desprendido a un costado del cráneo. Un cadejo de pelo
mantenía un peine de doble corrida de dientes de madera, una de ellas escalonada (Ver
Figura 13:3). Ataviado con una manta de plumas sobre una probable túnica de lana café.
Lo acompañan una piedra machacadora, mano de mortero, punzón grueso de madera y un
huso con tortera angosta rectangular (Ver Figura 13:2). Sobre el tórax yacían cuatro
cabeceras de arpón (Ver Figuras 14:2, 7:10). Fuera de la estera se disponía un tronco
vertical demarcador de tumba; en el otro costado, un posible astil de arpón y próximo al
cráneo, un collar de conchas de Oliva peruviana y Turritela ensartadas en una tela de
algodón (Ver Figura 13:4) similar al percal, de carácter post hispánico. El collar contrasta
con el resto de indicadores prehispánicos, pudiendo ser un elemento intrusivo, o tratarse de
un enterratorio colonial temprano.
Recapitulación funebria
En síntesis, el patrón de entierro consiste en cuerpos enfardados con mantas gruesas de
colores naturales y envueltos en esteras de totora de hasta 1,5 m de largo, amarradas con
cordelería gruesa de fibra vegetal. Su posición predominante es semi flectada, con cierta
incidencia de deformación craneana tabular erecta y un caso tabular oblícua. Los peinados
con moños laterales son recurrentes y aparentemente no distinguen sexo. La vestimenta
habitual son túnicas de lana y capas de piel de aves con sus plumas, a veces cosidas sobre
mantas de lana. Previamente este sitio fue adscrito a la fase Cáñamo Golfo (Núñez y
Moragas, 1977), asignándole una fecha tentativa de 200-300 d.C. (1750-1650 AP), por la
presencia de cerámica negra pulida podría vincularse a los valles interiores tarapaqueños o a
la tradición negra pulida atacameña, la que está representada por un ejemplar en la Tumba
7. Los contextos culturales sugieren una adscripción mayoritariamente formativa, aunque la
datación radiocarbónica de 760 cal AP se enmarca en el Intermedio Tardío. Sin embargo,
debe tenerse en cuenta que las poblaciones costeras son marcadamente conservadoras en sus
instrumentos y aditamentos (Moragas, 1995), y a la luz de las evidencias descritas, el
cementerio tendría una larga secuencia de ocupación desde el Formativo hasta el
Intermedio Tardío, con una eventual ocupación post contacto.
La secuencia cronológica de Punta Patache y la ocupación de la costa arreica del desierto de Atacama (21ºS).
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La Secuencia ocupacional de Patache-Cáñamo
La secuencia de Patache-Cáñamo comienza durante el Arcaico Medio siendo
posterior a Patillos 4 y anterior a Caramucho 3. El conchal monticular Patache J (E-III) es
un campamento residencial con tempranos anzuelos de concha de contorno circular, lienzas
de algodón silvestre y sin elementos posteriores como los anzuelos de concha de vástago
largo o de espinas de cactus. Presenta estructuras residenciales de hilada simple de notable
antigüedad que representan un patrón similar al descrito en Quiani 9 (Muñoz, 1982a) pero
con una data anterior. Es una ocupación especializada en la pesca, caza y recolección de
moluscos en el rango 7465-6955 cal AP, ampliando la profundidad temporal de la fase
Cáñamo Precerámico (Núñez y Moragas, 1977). El consumo de argentinas es indicativo
del uso de recursos de oasis de niebla, los que comienzan a ser explotados en el Holoceno
Temprano (Lavallée et al., 2011).
La identificación de un solo sitio durante el Arcaico Medio parece indicar una
ocupación con pocos campamentos residenciales que explotaban intensivamente los
recursos aledaños, sin campamentos logísticos complementarios. La ocupación inicial de
Patache J (E-III) y su segunda época (E-II) está separada por un hiato estratigráfico y
discontinuidad cronométrica de 2830 años (entre 7250 y 4420 cal AP) (Ver Tabla 2), a
pesar de lo cual esta arquitectura expeditiva se mantiene vigente.
Durante el Arcaico Tardío, en Patache E se identifica una de las ocupaciones más
extensas y potentes en un campamento residencial y conchal monticular con estructuras
circulares de piedra. La tecnología de pesca con anzuelos de espinas de cactus, sedal y pesas
reemplaza a los anzuelos de concha. Son característicos los contenedores de vejiga para la
obtención, transporte y almacenamiento de agua dulce, sin que estén claros los puntos de
aprovisionamiento utilizados. Se mantiene un uso regular de productos de oasis de niebla
como los cormos comestibles y maderas de cactus. De ambientes húmedos, como
desembocaduras o aguadas, se obtienen fibras y rizomas de totora, junquillo (cuya base del
tallo es comestible), que se suman al uso del algodón silvestre desde el Arcaico Medio. La
incorporación de recursos procedentes de nichos distintos al marítimo desde el Arcaico da
cuenta de la búsqueda de complementos nutritivos y de materias primas externas a la costa
y de una permeabilidad hacia elementos innovadores. En suma, la fase Cáñamo
Precerámico (Núñez y Moragas, 1977) además de integrar a Cáñamo 1 (E-IV) y
probablemente a Cáñamo 13 integra también a Patache E y Patache J (E-II), iniciando una
ocupación continua de la localidad con conchales monticulares menores y aplanados
ocupados sincrónicamente.
Durante el Formativo Temprano se forman basurales conchíferos de baja potencia
vertical y extensión horizontal variable (Patache P, M, N, G, A, L). En algunos casos, como
en Patache J y Cáñamo 1, se superponen a ocupaciones arcaicas potentes, pero es más
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frecuente la formación de nuevos sitios. El aumento en la cantidad de sitios con potencial
estratigráfico limitado puede interpretarse como el surgimiento de campamentos logísticos
orientados a la explotación (extracción y procesamiento) de recursos como parte de una
estacionalidad costera longitudinal (Olmos y Sanhueza, 1984). Este cambio se comienza a
gestar durante el Arcaico Tardío, pero se expresa con claridad desde el Formativo
Temprano, pudiendo relacionarse con el desarrollo aldeano articulado entre Guatacondo,
Ramaditas, PircasTarapacá 40 y Pica (Pica-Quisma, Pica-Tenencia, Pica 37 y Pica 50)
(Moragas, 2015, 2016a, 2016b; Sanhueza, 2005), donde se produce una demanda por
recursos costeros derivada de una economía agro marítima (Meighan y True, 1980;
Mendez-Quiros, 2012; Núñez y Santoro, 2011). La presencia de un locus de faenamiento
de aves y mamíferos marinos en Patache N documenta un área de trabajo relacionado a la
obtención de alimentos y materias primas para la elaboración de implementos y atavíos. En
la colección Nielsen se documenta el empleo de cuero (sandalias, balsas, líneas de caza y
odres de vejiga) y bigote de lobo marino (diademas, ataditos-pinceles); plumas (cobertores,
capas, diademas, penachos, aplicación en astiles de flechas) y óseo de ave (cilindros,
sopladores) para la elaboración de indumentaria y vestimenta (Mendez-Quiros, 2015). Con
todo, se establecen redes de distribución más extensas que durante el Arcaico, lo que
sumado al crecimiento demográfico redunda en una explotación de recursos más intensa y
diversificada.
El surgimiento de cerámica temprana en la costa es un tema sobre el cual aún faltan
antecedentes concluyentes para establecer sus inicios. El último trabajo enfocado en la
cerámica costera en Tarapacá (Uribe, 2009) plantea una tipología para la cerámica
formativa, estableciendo que el tipo Loa Café Alisado sería el más antiguo asociado al
Formativo Temprano, pero sin ofrecer información cronológica absoluta. En Cáñamo 1 la
cerámica más temprana fue fechada por TL en 2760 +- 200 AP (≈810 AC) (Núñez y
Moragas, 1983), en concordancia con dataciones radiocarbónicas (2890 y 2910 cal AP).
Estas dataciones son las más antiguas del Formativo Temprano, contemporáneas a las
ocupaciones iniciales de Tarapacá 40, Ramaditas y Guatacondo. La cerámica de Patache
requiere nuevos estudios en profundidad para dilucidar si forma parte de la misma
tradición tecnológica descrita para Cáñamo 1, y esclarecer sus funcionalidades y
temporalidad.
Sobre la base de la distribución de fechados (Ver Figura 3), la ocupación más potente
en Patache se produce durante el Arcaico Tardío y el Formativo Temprano (4833-2352 cal
AP). Este desarrollo constante y creciente también incluiría el Formativo Tardío, pese a
contar con pocas dataciones para este período. Durante esta época, la localidad mantiene
una actividad continua que abarca dos períodos cultural y económicamente diferenciados, y
destaca la estabilidad de las poblaciones costeras en este proceso.
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Los conchales del Formativo Tardío son mayormente aplanados debido a
ocupaciones más breves y se ubican junto a afloramientos rocosos (Patache A, L, F, H, S, T
y C). La cerámica es relativamente más frecuente y se asocia a plantas cultivadas y silvestres
de oasis interiores. Las conexiones con la pampa y quebradas bajas se expresan claramente
por el maíz y algarrobo en las dietas costeras, sumado a la incorporación de textiles
polícromos de lana en baja frecuencia. La historia ocupacional de Patache Q es extensa, con
indicadores principalmente formativos y una datación de la primera fase del Intermedio
Tardío.
La información del Intermedio Tardío, relativamente minoritaria, proviene del
cementerio Patache Q y de conchales aplanados con ocupaciones más efímeras (Patache B,
C y D, y probablemente S y T), algunos de ellos con ocupaciones formativas en su base. La
cerámica Pica-Tarapacá da cuenta de fluidas relaciones con el interior que aparentemente
disminuyen respecto al Formativo. Esta disminución es leve y puede ser consecuencia de
una diversificación de los núcleos poblacionales costeros como Bajo Molle, Los Verdes,
Patillos y Chomache, mas no por una disminución de la ocupación costera regional. La
continuidad de cementerios y conchales desde el Formativo, sugiere que los contingentes
poblacionales conservan una raigambre cultural común. Los hiatos de desocupación
observados en algunos sitios evidencian oscilaciones que requieren de un estudio
cronológico de mayor resolución.
De la ausencia de indicadores y dataciones asociadas al período Tardío se desprende
que el proceso histórico y político asociado a la expansión del Tawantinsuyu no integró a
las poblaciones de la costa arreica en su proyecto de control. Al sur de Arica las evidencias
incaicas más claras se reconocen en la desembocadura de Camarones, donde las poblaciones
locales se mantuvieron autónomas pese a la penetración de cultura material incaica en
contextos mayoritariamente locales (Schiappacasse y Niemeyer, 1989). Para la costa arreica
una situación similar pudo afectar a las poblaciones con un sustrato culturalmente
vinculado al complejo Pica-Tarapacá y débil presencia de elementos inca locales como en
Patillo (Moragas, 1995). Si bien la capacocha del Cerro Esmeralda es un elemento imperial
emblemático en la región, no se relacionaría directamente con las poblaciones costeras sino
con la explotación del mineral de Huantajaya (Checura, 1977; Ojeda et al., 2012)
administrada desde Tarapacá Viejo (Zori y Urbina, 2014).
Dinámicas poblacionales en la Costa Arreica
En la Figura 15 se presenta un modelo cronológico que ilustra las dinámicas poblacionales
de la costa arreica de Tarapacá desde las primeras ocupaciones hasta los períodos Tardíos
(8420-510 AP). Se reconoce una primera ocupación de baja envergadura en Patillos-4,
Patache-J y Caramucho-3 durante el Arcaico Medio (8050-6550 AP), seguido por un
Cora Moragas Wachtendorff y Pablo Mendez-Quiros Aranda
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notable vacío ocupacional entre 6550-4810 AP. Es plausible pensar en una relocalización
de las poblaciones costeras junto a las desembocaduras más que a un abandono. No
tenemos claridad sobre las causas que inciden en este proceso, para lo que se requiere de
estudios específicos que determinen su relación con factores antrópicos o paleoambientales
como la desecación de las vertientes. A partir del 4810 AP se inicia un incremento
sostenido que alcanza un peak en torno a los 4000 AP. Durante el Arcaico Tardío se
consolida la ocupación en la costa arreica mediante el crecimiento y multiplicación de
asentamientos. El uso regular de productos de oasis de niebla, algodón y la incorporación
de cerámica desde el Formativo Temprano invitan a matizar el énfasis puesto en el carácter
conservador de estos grupos.
En el inicio del período Formativo se reconoce una dinámica ocupacional continua,
sin quiebres desde el Arcaico Tardío. A partir de ca. 1600 AP se produce un incremento en
la ocupación que conforma el tercer y máximo peak en torno a los 800 AP, que incluye al
Formativo Tardío y al Intermedio Tardío. Este ciclo se relaciona con la consolidación de la
ocupación costera y la formación de un espacio dinámico e interconectado que integra a
costa, pampa y valles bajos mediante relaciones familiares o económicas (Santana-Sagredo
et al., 2015). Este bloque temporal es la ocupación de mayor intensidad en la secuencia y
da cuenta del peso demográfico y cultural que significó el Formativo Tardío para el
desarrollo del complejo Cultural Pica Tarapacá (Mendez-Quiros y Uribe, 2010; Uribe,
2006).
Figura 15
. Modelo cronológico de las dinámicas poblacionales en la costa arreica de Tarapacá. Cruz roja:
edad radiocarbónica; Cruz negra: mediana calibrada; Cruz gris, mediana modelizada; Distribución gris claro:
Suma de probabilidades; Distribución gris oscuro: KDE; Línea y franja azul: desviación estándar y media de 1
sigma para el KDE. En azul se ilustra la curva de calibración como referencia.
La secuencia cronológica de Punta Patache y la ocupación de la costa arreica del desierto de Atacama (21ºS).
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Conclusiones
La secuencia arqueológica de Patache-Cáñamo se extiende entre el período Arcaico Medio
y el Intermedio Tardío. Se inicia con una de las ocupaciones más tempranas para la costa
arreica, en asociación a anzuelos de concha durante el Arcaico Medio. Luego, entre 6550 y
4810 AP se produce una desocupación tanto en Patache como en el resto de la costa
arreica. La distribución de dataciones señala una ocupación estable y continua entre el
Arcaico Tardío y el Formativo Temprano entre 4810–2330 cal AP, que coincide con la
mayor cantidad de dataciones en Patache, seguida por la época de mayor actividad
antrópica para la costa arreica entre el Formativo Tardío y el Intermedio Tardío entre 1610
y 510 AP (Ver Figura 15).
Entre los sitios estudiados ninguno contiene la secuencia total, identificándose
generalmente un único evento ocupacional, y hasta tres eventos pertenecientes a uno o dos
períodos. El ritmo de ocupación es coherente con la movilidad de estos grupos,
combinando un patrón dinámico de explotación costera con desplazamientos
longitudinales y transversales para obtener recursos en oasis de niebla, bosques de la pampa,
oasis interiores y precordillera. En suma, se reconoce una ocupación continua pero
intermitente evidenciada por la recurrente formación de hiatos estratigráficos. Esto
contrasta con las ocupaciones de mayor envergadura asociadas a recursos hídricos
permanentes en desembocaduras.
La evaluación de Patache invita a repensar el carácter conservador de los grupos
costeros. Si bien es elocuente que la explotación de recursos marinos manejada a través de
un instrumental altamente especializado es constante durante la secuencia, estos grupos
también son sensibles al cambio e innovaciones. Desde el Arcaico Tardío y durante el
Formativo se incorporan cambios en su dieta, sus implementos e instrumental de pesca, los
que conviven con otras tecnologías que se mantienen por miles de años, como los
desconchadores o chopes, chinguillos, bolsas de técnica anudada y arpones, que siguen
siendo mayoritarias.
A escala regional, la ocupación de Patache sintetiza las tendencias generales
observadas para la costa arreica de Tarapacá, destacando tres peaks de ocupación durante el
Arcaico Medio, el Arcaico TardíoFormativo Temprano y durante el Formativo Tardío
Intermedio Tardío.
Agradecimientos.
A los colegas Jimena Valenzuela y Benjamín Ballester por sus impresiones sobre las
poblaciones costeras prehispánicas y al Museo Regional de Iquique por facilitar el acceso a
la colección Patache.
Cora Moragas Wachtendorff y Pablo Mendez-Quiros Aranda
ESTUDIOS ATACAMEÑOS. Arqueología y antropología surandinas 2022, 68: e5060
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AUTORES, 2022
... La mayor concentración de anzuelos de concha provienen de sitios arqueológicos ubicados en la desembocadura del río Camarones [23]. Asimismo, se han registrado hallazgos en el sur de Arica, específicamente en la quebrada de Quiani y más al sur en Tarapacá, en enclaves costeros de Pisagua y a lo largo de las costas de Iquique [13,37,38]. ...
... Hooks with long shanks, typically found in regions further south, have not been discovered so far. The highest concentration of shell fishhooks comes from archaeological sites located at the mouth of the Camarones River [23], but they have also been recorded in the Quiani ravine, south of Arica, and Pisagua and along the coasts of Iquique [13,37,38]. ...
Book
Full-text available
A photographic catalog about archaeological shell fishhooks from the northern coast of Chile. It shows part of the research done on one of the fishing artefacts made by fisher communities between 8,000 and 4,000 years ago, along the Pacific coast of South America. This scientific outreach book (in English and Spanish) includes pictures of a selected number of fishhooks made on mussel shells (Choromytilus chorus) and preserved in museum collections of Chile. I also provide a quick glance at the study of manufacture traces of the hooks, and the ethno-archaeological work done about manufacturing process and experimental fishing.
... The hyperarid conditions of the Atacama Desert on the northern coast of Chile (18-24°S) allow exceptional preservation of organic archaeological remains. In this regard, at least 23 archaeological sites report seaweed macro-remains mostly recovered as sedimentary content from shell-matrix sites along the coastline (see Bird 1943;Bustos 1974;Núñez et al. 1974;Núñez and Moragas 1977;Schiappacasse and Niemeyer 1984;Bittmann 1984;Larraín et al. 2004;Vidal et al. 2004;Urbina et al. 2011Urbina et al. , 2018Silva and Riquelme 2012 Ms;Muñoz 2013;Ballester et al. 2014;Varas 2014;García 2017 Ms;Araos et al. 2018;Moragas and Mendez-Quiros 2022) and exceptionally from inland settlements (Pimentel et al. 2017) (Fig. 2). Macroalgae remains also appear in funerary contexts as balls and tied packages (Moragas 1982;Ramírez and Quevedo 2000;Muñoz 2013) as filling material in artificial Chinchorro mummification (Standen 1997;Arriaza and Standen 2009;Montt et al. 2021); as harpoon ropes recovered from funerary contexts (Sinclair 2009); and as raw material for cordage in different Fig. 2 A Archaeological sites of the Atacama Desert coast with records of seaweed remains or explicit mentions of its uses: 1, Morro 1; 2, La Capilla 1; 3, Camarones 14; 4, Pisagua B; 5, Pisagua N; 6, Punta Pichalo; 7, Pisagua -Cueva Grande-Cemetery "A"; 8, PQB2_ CON_019_SA; 9, PQB2_CON_020_SA; 10, Cáñamo 1; 11, Patache N; 12, Bajo Patache 2; 13, Punta Patache C, E,F,H,G,J,M,N,O,and T;14,15,16,Caleta Viuda 2;17,Copaca 1;18,Cobija 13/S1;19,Cobija 1 N;20,21,22,23,Chacaya 2;24,Las Loberas;25,Los Canastos 3;26,Zapatero;27,Caleta Bandurrias;28,Agua Dulce; 29, Morro Colorado; and 30, Los Bronces-1. ...
... L. nigrescens) tangles in the Late Period Cemetery "A" at Cueva Grande site in Pisagua is explained for its role as fuel or to produce ashes for medicinal uses rather than an edible resource (Ramírez and Quevedo 2000) (Fig. 2). In the Patache N site, the lower part of an Early Formative midden includes hard cemented combustion features where the "main fuel is algae" (Urbina et al. 2011: 69; see also Moragas and Mendez-Quiros 2022) (Fig. 2). Recently, stratigraphic and archaeobotanical analyses developed 1 In Quechua language, huiro means "branch" (van Kessel 1988). ...
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The use of seaweed as fuel has been mentioned in ethnographic and historical sources of different coastal regions. Nevertheless, the archaeological record of seaweed burning is still limited to contexts where preservation is exceptional and macroscopic discrimination of charred remains is possible. Here, we evaluate the effectiveness of Raman spectroscopy in discriminating seaweed vs. plant/wood char. Our dataset (N = 92) consists of modern and archaeological seaweed and plant/wood charred remains, including specimens of unknown origin from the Atacama Desert coast, Northern Chile. The charred samples were processed to obtain 13 parameters which were then fed into five supervised machine learning models. The models, built on samples of known origin (seaweed and plant/wood), performed remarkably well in terms of accuracy, kappa, sensitivity, and specificity. The models were used for final predictions on 10 non-identified archaeological charcoals. Our results suggest that Raman spectroscopy combined with machine learning techniques is a robust methodology for discriminating seaweed and plant/wood charred remains in the archaeological record. The predictions on unknown samples confirm that seaweed was used as fuel in a specific funerary ritual in the southern Atacama Desert coast around 5000 cal BP. Furthermore, charred specimens of Lessonia spp. recovered from combustion features in other northern Chile coastal settlements, suggest that seaweed pyrotechnology developed by Atacama Desert coast people is likely a long-term process. As for coastal archaeology, this work encourages new research on seaweed as an alternative/main fuel in coastal deserts and evaluates possible bias for chronologies from coastal archaeological settlements around the globe.
... South of Iquique, evidence of packed leaves of Macrocystis spp. and Lessonia sp. are recorded at Punta Patache archaeological sites (20°S) in different domestic and funerary deposits with Middle to Late Holocene dates (Moragas and Mendez-Quiros, 2022). The single case from southern Chile comes from the Monte Verde site (43°S), in deposits dated around 14,000 cal years BP. ...
Article
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Coastal societies have lived at the seaward edge of the Atacama Desert since at least 12,000 years ago. Kelp forest ecosystems provide evidence for important subsistence activity along the entire Chilean coast through fishing and gathering. Despite their importance, especially in hyperarid contexts with limited plant abundance, there is scarce evidence of kelp in archaeological contexts, hampering the study of kelp use in the past. In the present study, we use the presence of small marine invertebrates, inhabitants of stipes and holdfasts of macroalgae, as proxies that indicate past kelp presence. We analyze samples of three species of snails (Tegula atra, Tegula tridentata, and Diloma nigerrima) and one limpet (Scurria scurra) from nine archaeological sites dated between 7,000 and 500 cal years before present located around the area of Taltal (25°Lat S). Modern samples of these species were collected to reconstruct the size of fragmented archaeological shells and subsequently estimate the size of harvested kelps. Through this approach, we estimated the size and relative abundance of kelp used by coastal groups that inhabited the southern part of the Atacama Desert for around 6,500 years. Our results are a contribution to the scarce information on the presence and use of kelp in the prehistory of the Americas and contribute to comparative perspectives with other areas of the world where the use of kelp by humans in the past has already been explored.
... geófitas), en el marco de sus estrategias de subsistencia. En efecto, los estudios han privilegiado la atención sobre el consumo de especies cultivadas y silvestres propias de tierras interiores -tales como el maíz, la calabaza y el algarrobo-entendidas fundamentalmente como evidencia de contactos o intercambios entre poblaciones costeras e interiores, pero con una valoración dif ícil de determinar (Gallardo, 2017;McRostie et al., 2020;Moragas, 1995;Moragas y Méndez-Quirós, 2022;Núñez y Moragas, 1977). Esto último considerando, por ejemplo, que los restos de maíz, calabaza y algarrobo provenientes de tierras interiores, generalmente presentan bajas frecuencias (Cabello y Estévez, 2017;Urbina et al., 2011;Vidal y García, 2008). ...
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RESUMEN Se evalúa el aporte de geófitas en la alimentación de poblaciones de la costa arreica a partir del análisis de material arqueobotánico prove-niente de nuevas excavaciones en el sitio Patache A, B, C. Junto con ello, se hace una revisión exhaustiva a la información disponible para sitios arqueo-lógicos emplazados en la costa arreica, norte de Chile, que presentan en sus contextos cormos y bulbos recolectados en los oasis de neblina, comunida Este trabajo está sujeto a una licencia de Reconocimiento 4.0 Internacional Creative Commons (CC BY 4.0).
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Se describe el hallazgo de una vértebra de corvina (Cilus gilberti) que conserva inserta la punta del arpón con la cual fue cazada, para discutir la presencia de recursos marítimos en un complejo sitio arqueológico ubicado en la Pampa del Tamarugal, a 70 km tierra adentro de la línea de costa. La vértebra fue hallada en la superficie de T022, una formación tumular del sitio Iluga Túmulos, que se caracteriza por extensos campos de cultivo, junto con evidencias habitacionales y ceremoniales. Los resultados muestran que el espécimen medía 105 cm con un peso de 5700 g. El fragmento de arpón incrustado corresponde al tipo A definido por Ballester (2018a) y corresponde a un caso particular de asociación entre esta tecnología y la presa.
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Early researchers of radiocarbon levels in Southern Hemisphere tree rings identified a variable North-South hemispheric offset, necessitating construction of a separate radiocarbon calibration curve for the South. We present here SHCal20, a revised calibration curve from 0-55,000 cal BP, based upon SHCal13 and fortified by the addition of 14 new tree-ring data sets in the 2140-0, 3520-3453, 3608-3590 and 13,140-11,375 cal BP time intervals. We detail the statistical approaches used for curve construction and present recommendations for the use of the Northern Hemisphere curve (IntCal20), the Southern Hemisphere curve (SHCal20) and suggest where application of an equal mixture of the curves might be more appropriate. Using our Bayesian spline with errors-in-variables methodology, and based upon a comparison of Southern Hemisphere tree-ring data compared with contemporaneous Northern Hemisphere data, we estimate the mean Southern Hemisphere offset to be 36 ± 27 14 C yrs older.
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Este trabajo expone el estudio arqueológico de dos asentamientos ubicados en Pisagua, norte de Chile. Los sitios Pisagua B y Pisagua N forman parte del Complejo Cultural Pica-Tarapacá, durante los períodos Intermedio Tardío y Tardío (950-1540 d.C.). El análisis arquitectónico y funcional es integrado con registros de otros sitios pertenecientes a colecciones museológicas. La discusión de estas líneas de evidencia permite: 1) caracterizar la expresión costera de un complejo cultural propio de los Andes Centro Sur; 2) evaluar el planteamiento de enclaves o colonias, y 3) definir la existencia de patrones culturales regionales y su génesis en los períodos precedentes. Las conclusiones apuntan a sociedades de ancestro costero que explotan intensivamente el litoral y el espacio marítimo mediante asentamientos residenciales de distinta envergadura que son el resultado de lógicas económicas y de movilidad diferenciales, las que alcanzan territorios y poblaciones establecidas en valles y oasis interiores.
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A micro spatial analysis is proposed to evaluate the circulation of resources between endorheic valleys settlements and coastal desert enclaves, through the caravan intermodal traffic in the Atacama Desert during the Late Intermediate Period. Within a harmonious social context, road circulation associated with geo-symbolic rites characterized these "island" settlements. While occupying permanent home bases, these groups also practiced longterm halts along these roads. The Pica-Tarapacá Complex's territoriality incorporated productive nodes in the Pacific through circuits associated with domestic sites and inter settlements rituals. We describe mobility indicators: materialities, camps, diets, funerary contexts, and rock art rites. These indicators establish connections between the oasis cemeteries of Pica, the intermediary camps of Pintados, Soronal and the coastal cemeteries of Patillos and Bajo Molle. We conclude that a segment of the Pica oasis population intensified their use of interfluvial sterile passages, where they occupied temporary halts in coexistence with local communities, and transported terrestrial and maritime food surplus. The complexity of these operations suggests the presence of a local socio-political leadership, which was later controlled and expanded during the Inca regime.
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The abundance of the southern Pacific mollusk loco (Concholepas concholepas), among other conspicuous marine supplies, are often cited as critical resources behind the long-term cultural and demographic fluctuations of prehistoric hunter-gatherers in the coastal Atacama Desert. These societies inhabited one of the world's most productive marine environments flanked by one the world's driest deserts. Both of these environments have witnessed significant ecological variation since people first colonized them at the end of the Pleistocene (c. 13,000 cal yr BP). Here, we examine the relationship between the relative abundance of shellfish (a staple resource) along a 9,500-year sequence of archeological shell midden accumulations at Caleta (a small inlet or cove) Vitor, with past demographic trends (established via summed probability distributions of radiocarbon ages) and technological innovations together with paleoceanographic data on past primary productivity. We find that shellfish extraction varied considerably from one cultural period to the next in terms of the number of species and their abundance, with diversity increasing during periods of regionally decreased productivity. Such shifts in consumption patterns are considered community based management decisions, and for the most part they were synchronous with large and unusual regional demographic fluctuations experienced by prehistoric coastal societies in northern Chile. When taken together with their technological innovations, our data illustrates how these human groups tailored their socio-cultural patterns to what were often abrupt and prolonged environmental changes throughout the Holocene.
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Se reporta el hallazgo de dos aleros de funciones ceremoniales, vinculables con la ritualidad de grupos caravaneros del Formativo Temprano de Tarapacá (ca. 400 cal a.C.–cal d.C. 200). Sus contextos materiales evidencian la presencia de rituales reiterativos de disposición de ofrendas, que incluyen bienes alimenticios, alucinógenos y artesanías de ámbitos locales y distantes. Esta modalidad de ceremonialismo en aleros, donde se ofrendan recurrentemente bienes y artefactos, constituye un hallazgo sin antecedentes locales. Los datos obtenidos permiten avanzar en el conocimiento de las prácticas rituales del Formativo de Tarapacá, en particular de aquellos primeros grupos encargados del tráfico interregional.
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En estos últimos años la disciplina arqueológica en los Andes se ha beneficiado con la aplicación de métodos complejos que suponen una participación activa en el proceso de reevaluación y crítica de las metodologías tradicionales. Sin embargo, pese a este esfuerzo, es muy poco cuanto sabemos sobre la real naturaleza cronológica de las poblaciones prehistóricas en los Andes Meridionales. Este artículo reúne la información básica y tiende a ordenar y evaluar 69 muestras radiocarbónicas registradas en el nortede Chile (regiones I y II) (Cuadros 1 y 2). Para esto, analizamos cada fecha por separado y al final hacemos un breve comentario con un cuadro cronológico absoluto, construido en términos operacionales.
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Anker Nielsen fue durante muchos años el farmacéutico de la ciudad de Iquique. Este profesional y representante consular de Dinamarca, dedicó grandes esfuerzos en sus tiempos libres para excavar los cementerios arqueológicos de la costa al sur de Iquique entre los años 1932 y 1959, particularmente en las localidades de Bajo Molle, Patillos y Cáñamo. El resultado de este trabajo se conserva en el Museo Regional de Iquique, conformando la colección arqueológica funeraria más numerosa de la región, alcanzando un total de 3.000 piezas. Esta colección es claro testimonio de las prácticas fúnebres asociadas a la Tradición Chinchorro, a las sociedades formativas, al Complejo Cultural Pica Tarapacá y a las sociedades tardías que habitaron este litoral en tiempos prehispánicos. También nos informa sobre aspectos de su cosmovisión representada en las ofrendas mortuorias, la constante representación a través de miniaturas, el rol de los animales y de los aparejos de pesca para el viaje al más allá, o bien de los implementos textiles para continuar la constante reparación de su vestimenta y utensilios textiles.
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Bayesian models have proved very powerful in analyzing large datasets of radiocarbon ( ¹⁴ C) measurements from specific sites and in regional cultural or political models. These models require the prior for the underlying processes that are being described to be defined, including the distribution of underlying events. Chronological information is also incorporated into Bayesian models used in DNA research, with the use of Skyline plots to show demographic trends. Despite these advances, there remain difficulties in assessing whether data conform to the assumed underlying models, and in dealing with the type of artifacts seen in Sum plots. In addition, existing methods are not applicable for situations where it is not possible to quantify the underlying process, or where sample selection is thought to have filtered the data in a way that masks the original event distribution. In this paper three different approaches are compared: “Sum” distributions, postulated undated events, and kernel density approaches. Their implementation in the OxCal program is described and their suitability for visualizing the results from chronological and geographic analyses considered for cases with and without useful prior information. The conclusion is that kernel density analysis is a powerful method that could be much more widely applied in a wide range of dating applications.
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Durante la construcción de un camino al este de Iquique, a 905 m.snm, en la cordillera costera de los Andes, en el cerro denominado Esmeralda, se encontró un entierro de dos personas. El Museo de Iquique dio cuenta que el hallazgo es de suma importancia, y podría tener significado sobre la evidencia de los incas en la zona que es relativamente poco conocida. En este artículo informamos sobre el ajuar que ha sido encontrado en este entierro.
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La presente síntesis corresponde a un proyecto iniciado en la localidad de Cáñamo (60 km al sur de Iquique), durante 1964, patrocinado por la Universidad de Chile, sede Antofagasta. En dicha oportunidad colaboraron Luis Briones, Patricio Núñez y el geólogo Juan Varela, a quienes agradecemos. Posteriormente el encargado de este proyecto (L. Núñez) prosiguió las indagaciones al tanto que recibió las dataciones radiocarbónicas que indicaban cambios agrocerámicos tempranos, estimulando nuevos estudios tendientes a formular una secuencia cultural como instrumento previo a la definición del proceso de continuidad y cambio. Posteriormente, durante 1977, los autores han revaluado esta situación, poniendo más atención en la imposición de los cambios agrocerámicos a través de un test cuantitativo y de control radiocarbónico que se incluye en esta síntesis. Desgraciadamente, esta prueba estratigráfica probablemente sea la última que se pueda realizar en uno de los yacimientos excavados más representativos, por cuanto una obra de caminos lo ha perturbado en su integridad (Cáñamo 1).