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Abstract

El 15 de julio de 2022, laAGENCIA de lamaestra normal y periodista feminista, PetronilaAngélicaGómez Brea, alcanzó 100 años. La ocultación intencional, tal cual ha sucedido con las sufragistasdominicanas, nos impide encontrarnos con nuestras «madres y hermanas espirituales». Es mediantelaconstrucciónde una línea de tiempo hemerocrítica, ahondando en losdiscursosy lapraxis periodística,que se propiciaun nuevo reencuentro, pararenarrar «la historia de ELLAS».
ic
)
mi
$
í'ii
MIRADAS
a
de
Elisdejuliode
2022, la
AGENCIA
de
la
maestra
normal
yperiodistafeminista, PetronilaAngélicaGómez Brea,
alcanzó
100
años. La
ocultación
intencional,tal cual
hasucedido
con
las
sufragistasdominicanas,nos impideencontrarnos con nuestras «madresy
hermanasespirituales».
Es
mediantelaconstrucción de una
línea
de tiempo hemerocrítica,
ahondandoen losdiscursosy la
praxis
periodística,que se propiciaun nuevoreencuentro, parare-
narrar
«la
historia
de
ELLAS».
POR
SANTIAGO
TEJEDOR
YELVIRA
LORA
El
15
de juliode
1922,
circuló el primer número de
la revista Fémina, su
fundadora
ypropietaria cuen
ta con 39años, de loscuales ya ha dedicado más de
14a las labores magisteriales, como directora de la
primera Escuela
Mixta
de San Pedro de Macorís, im
partiendo lascátedras de
Moral
y Enseñanza
Cívica,
tal como lohizoen los planteles de graduadas
i8y
16
deAgosto,previamente;además, estaba integradaa
losactivismos de tagénesisfeministaque significó la
Junta Patriótica de Damas (desde el15de marzo de
1920),entre otras redes que reúnen a quienes pos
teriormente liderarán lascausas sufragistas.
Petronila
Angélica
Gómez
^rea
obtuvo
la
licencia
de Maestra Normal de Segunda Enseñanza en laEs
cuela Normalde Santo Domingo,el23de octubre de
1915
de manos de su director, el licenciado Arístides
García
Mella;
previamente,en SanPedro de Macorís,
provincia en la que residía desde 1908, puesto que
nació en la capital de la República Dominicana el
31
de
enero de
1883,
se gradúa de institutriz Normalel
12
de
febrero
de
1911.
Cuando comienza acircular Fémina, cuyas primeras
oficinasse localizanallado de laimprenta«Altagracia»
propiedad de
Miguel
Paradas, en la calle José
Reyes
número n, de la ciudad puerto San Pedro de Macorís,
Gómez Breaescribe un editorial de indagación, invitan
do a una acción trascendental hasta
ese
entonces
para
la condición femenina, que se les atribuía
tanto
de la
directora
como
de sus coetáneas... Una querella,
que
a
lavez es grito que rompe silenciosy llamaa la acción,y
unía a
toda
la República Dominicana en nuevasyespe-
ranzadoras subjetividades, irrumpiendo las «metáfo
ras del silencio», como la que significaba la participa
ción
de
ELLAS
en
el
rescate
de
la
soberanía
nacional
del
ejército imperialista estadounidense.
ic
)
mi
$
í'ii
MIRADAS
a
de
Elisdejuliode
2022, la
AGENCIA
de
la
maestra
normal
yperiodistafeminista, PetronilaAngélicaGómez Brea,
alcanzó
100
años. La
ocultación
intencional,tal cual
hasucedido
con
las
sufragistasdominicanas,nos impideencontrarnos con nuestras «madresy
hermanasespirituales».
Es
mediantelaconstrucción de una
línea
de tiempo hemerocrítica,
ahondandoen losdiscursosy la
praxis
periodística,que se propiciaun nuevoreencuentro, parare-
narrar
«la
historia
de
ELLAS».
POR
SANTIAGO
TEJEDOR
YELVIRA
LORA
El
15
de juliode
1922,
circuló el primer número de
la revista Fémina, su
fundadora
ypropietaria cuen
ta con 39años, de loscuales ya ha dedicado más de
14a las labores magisteriales, como directora de la
primera Escuela
Mixta
de San Pedro de Macorís, im
partiendo lascátedras de
Moral
y Enseñanza
Cívica,
tal como lohizoen los planteles de graduadas
i8y
16
deAgosto,previamente;además, estaba integradaa
losactivismos de tagénesisfeministaque significó la
Junta Patriótica de Damas (desde el15de marzo de
1920),entre otras redes que reúnen a quienes pos
teriormente liderarán lascausas sufragistas.
Petronila
Angélica
Gómez
^rea
obtuvo
la
licencia
de Maestra Normal de Segunda Enseñanza en laEs
cuela Normalde Santo Domingo,el23de octubre de
1915
de manos de su director, el licenciado Arístides
García
Mella;
previamente,en SanPedro de Macorís,
provincia en la que residía desde 1908, puesto que
nació en la capital de la República Dominicana el
31
de
enero de
1883,
se gradúa de institutriz Normalel
12
de
febrero
de
1911.
Cuando comienza acircular Fémina, cuyas primeras
oficinasse localizanallado de laimprenta«Altagracia»
propiedad de
Miguel
Paradas, en la calle José
Reyes
número n, de la ciudad puerto San Pedro de Macorís,
Gómez Breaescribe un editorial de indagación, invitan
do a una acción trascendental hasta
ese
entonces
para
la condición femenina, que se les atribuía
tanto
de la
directora
como
de sus coetáneas... Una querella,
que
a
lavez es grito que rompe silenciosy llamaa la acción,y
unía a
toda
la República Dominicana en nuevasyespe-
ranzadoras subjetividades, irrumpiendo las «metáfo
ras del silencio», como la que significaba la participa
ción
de
ELLAS
en
el
rescate
de
la
soberanía
nacional
del
ejército imperialista estadounidense.
MIRADAS
«¡YA
ES
HORA!»:
Aparece esta revista científico-literarlay de inte
reses generales en momentos bien aflictivos para la
familia
dominicana:aparece cuando sobre el santo
suelo de la patria soplan las ráfagas del más insólito
imperialismo;
aparece
cuando
más necesaria es una
labor de cooperación ycuando se necesita edificar
con acciones ypensamientos el noble civismo y ab
negaciónsinlímites(GómezBrea,
P.A.i922a:
i,
p.i).
La
maestra
normal yperiodista funda la revis
ta, y permite a las mujeres dominicanas tener una
ventana
con
miradas
a
un
mundo
del
cual
se
reco
nocían ciudadanas, pero se les estaba vedado hasta
imaginar. Como recursoemancipador, convierte las
páginas de Fémina en espacio de «ruptura intuiti
va» ante los discursos
«de
lofemenino» y«feme
nino», que a través principalmente de la literatura
difundían el referente del sujeto mujer en la etérea
sublimidad,desprovista de capacidades, decisiones
yacciones; además,
hasta
1939,desarrolla una labor
persuasiva para unificar a sus lectoras en torno al
«discurso
feminista»,
con
la intención de instruirlas
yconsagrarlas en sus conciencias.
Lasmujeres dominicanas que el
15
de juliode
1922
leyeronen primera páginael editorial«i
Ya
es hora!»
pertenecían -mayormente-a una pequeña burgue
sía urbana asentada -principalmente- en Santo Do
mingo, Santiago de los Caballeros y San Pedro de
Macorís.
Como
laeditorialista,
estas
damas
también
eran instruidas en las Escuelas Normales que, desde
i88i,
se
establecen
en
estas
ciudades,
donde
leen
sobre las mártires de febrero de 1844, a quienes en
Fémina les reconoce como las «madres espiritua
les»,
tanto
de
la
mesa
editorial
como
de
sus
lecto
ras; pero, igualmente, se idealizan la rebeldía de la
cacica Anacaonay cultivan la fé, a través de la devo
ción a la
Virgen
de laAttagracia.
Lasufragista
Livia
Veloz
(1977)
da cuenta en sus
memoriasdelaestirpede lasféminas que fraguaron
el feminismo originario dominicano, ya sea como
sus pensadorasosus destinatariasy aliadas,cuando
relata que había quienes se preparaban para cursar
estudios universitarios o solicitaban permiso para
inscribirse en escuelas comerciales
«para
hacerse
de una profesión honesta que les permitiera ganar
se la vida. Másadelante, comenzaron aprestar sus
servicios como mecanógrafas en distintos centros
comerciales» (p.i4).
Encontraste, con
ELLAS
estaban las
OTRAS,
que
residían
en
las
zonas
rurales,
tenían
totalmente
ve
dados los mecanismos de instrucción y estarían
desempeñándose como artesanas ysembradoras;
también, desprotegidasy excluidas de laenseñanza
se encuentran las niñas de los barrios, cuyo futuro
lo deja documentado lacronista Lida
Veloz:
«Tejían
ybordaban por paga; lavaban y planchaban la ropa
ajena
(...)
trabajaban en los quehaceres domésti
cos»,(Veloz,
1977).
Endefinitiva,
tanto
ELLAS
como
las OTRAS
com
partían el sometimiento, la dominación y la opre
sióndel Estadoque les negabaser sujeto históricos,
derechos
civiles
y políticos,tal como argumenta la
jefa de redacción de Fémina, Consuelo Montalvo de
Frías
(1932Í;
11):
Vivían los
hombres
dominicanos,
acostumbra
dos a mirar en nosotras lasmansas ovejas, dis
puestas a
acatar
en
todo
tiempo sus
órdenes
aun
cuando
con
esto
no
nos
llevásemos
de
en
cuentro nuestra felicidad,y lade nuestros hijos
ytal vezla de ellosmismos,porque en los hoga
res faltaba laarmonía que establece laconfian-
zay lalibertad
individual,
yel amory latranqui
lidad caminaban por incierto derrotero, con
rumbo al fracaso. Empero; una voz gritó desde
loalto: ¡Despierta!
(...)
Asínació el
FEMINISMO
(sic) en Santo Domingo porque la rebeldía es
hijalegítimade laopresión
(s/p).
Además, en el ámbito jurídico, las mujeres se en
contraban en el péndulo de la Primera
República
proclamada en 1844tras la independencia de
Haití,
pues lasregíael CódigoNapoleónicoque reglamen
taba
el espacio privado de
hombres
ymujeres,
cen
trado en los privilegios masculinos. Por ejemplo, en
el quinto capítulo, «Del Matrimonio», el permiso de
edad para contraerlo era menor en lasféminas, evi
dentemente
inducido
por
el rol reproductivo
que
se leconsignaba,desde los
15
años podían ir alcasa
miento. (Candelario et al.
2016).
U
LAAGENCIA
EDITORIAL
FEMINA
A la vorágine sociopolítica de la República
Dominicana en la que comienza a circular Fémina,
fruto de la intervención militar
estadounidense
y la
lucha interna caudillista
por
alcanzare!
podertras
la
desocupación,se súmala del panorama mediático
que
tras
la primera década del siglo
XX
surge con
nuevos cánones bajolaégida délos«pressbarons»
o magnates de las imprentas que aparecen desde la
década de 1920, pese a las restricciones impuestas
por
elejército de los Estados Unidos.
De
antemano,
se reafirma que la revista Fémina
constituye un referente para la observación de la
vigenciayvinculación que tienen, entre lasdécadas
1920a 1940,el periodismo con elfeminismoy sufra
gismo,loque para Carmen de
Burgos
(Colombine)
constituye
el
«feminismo
profesional»jl(i927).
Esta génesis del periodismo feminista es,
genuinamente, el contra discurso del periodismo
industrializado de la prensa (la «gran prensa»);
pues mientras los medios de los «press barons»
se convierten en burós empresariales,
que
representaban grupos económicos hegemónicos,
de poder político y de familias burguesas urbanas,
reproduciendo hechos con la estructura piramidal
en su redacción, con la primacía de la agenda del
poder fáctico y del espacio público (que también es
piramidal); las pioneras del periodismo dominicano
quese unena Petronila
Angélica
GómezBreadurante
17 años subvierten
estos
nuevos cánones
desde
la
praxis periodística ejercida en el espacio privado,
con los géneros narrativos yargumentativos,
desarticulando así el estándarexistente de laopinión
conservadorayortodoxa patriarcal con cada edición
quincenal.
La Antología Dominicana del Archivo General
de la Nación (1960), precisa que en ta década de
1920 circulaban
41
medios impresos en el país,
entre
estos: siete periódicos,
tres
semanarios y
33 revistas ilustradas. En este panorama, Fémina
emerge como el «medio espiritual» que consolida
una nueva genealogía argumentativa de las
dominicanas, principalmente las «hijas de Salomé»
autoproclamadas ciudadanas en el ejercicio de la
«ciudadanía subjetiva»; exponen, explican y añoran
las reformas sociales referenciales de los programas
sufragistas para la constitución de las autonomías
delsujeto
mujer,
loscuales son intercambiados en las
redes feministas,y que llegan a lasoficinas editoriales
mediante recurrentes epístolasycanjes.
fh
MIRADAS
«¡YA
ES
HORA!»:
Aparece esta revista científico-literarlay de inte
reses generales en momentos bien aflictivos para la
familia
dominicana:aparece cuando sobre el santo
suelo de la patria soplan las ráfagas del más insólito
imperialismo;
aparece
cuando
más necesaria es una
labor de cooperación ycuando se necesita edificar
con acciones ypensamientos el noble civismo y ab
negaciónsinlímites(GómezBrea,
P.A.i922a:
i,
p.i).
La
maestra
normal yperiodista funda la revis
ta, y permite a las mujeres dominicanas tener una
ventana
con
miradas
a
un
mundo
del
cual
se
reco
nocían ciudadanas, pero se les estaba vedado hasta
imaginar. Como recurso emancipador, convierte las
páginas de Fémina en espacio de «ruptura intuiti
va» ante los discursos
«de
lofemenino» y«feme
nino», que a través principalmente de la literatura
difundían el referente del sujeto mujer en la etérea
sublimidad,desprovista de capacidades, decisiones
yacciones; además,
hasta
1939,desarrolla una labor
persuasiva para unificar a sus lectoras en torno al
«discurso
feminista»,
con
la intención de instruirlas
yconsagrarlas en sus conciencias.
Lasmujeres dominicanas que el
15
de juliode
1922
leyeronen primera páginael editorial«i
Ya
es hora!»
pertenecían -mayormente-a una pequeña burgue
sía urbana asentada -principalmente- en Santo Do
mingo, Santiago de los Caballeros y San Pedro de
Macorís.
Como
laeditorialista,
estas
damas
también
eran instruidas en las Escuelas Normales que, desde
i88i,
se
establecen
en
estas
ciudades,
donde
leen
sobre las mártires de febrero de 1844, a quienes en
Fémina les reconoce como las «madres espiritua
les»,
tanto
de
la
mesa
editorial
como
de
sus
lecto
ras; pero, igualmente, se idealizan la rebeldía de la
cacica Anacaonay cultivan la fé, a través de la devo
ción a la
Virgen
de laAttagracia.
Lasufragista
Livia
Veloz
(1977)
da cuenta en sus
memoriasdelaestirpede lasféminas que fraguaron
el feminismo originario dominicano, ya sea como
sus pensadorasosus destinatariasy aliadas,cuando
relata que había quienes se preparaban para cursar
estudios universitarios o solicitaban permiso para
inscribirse en escuelas comerciales
«para
hacerse
de una profesión honesta que les permitiera ganar
se la vida. Másadelante, comenzaron aprestar sus
servicios como mecanógrafas en distintos centros
comerciales» (p.i4).
Encontraste, con
ELLAS
estaban las
OTRAS,
que
residían
en
las
zonas
rurales,
tenían
totalmente
ve
dados los mecanismos de instrucción y estarían
desempeñándose como artesanas ysembradoras;
también, desprotegidasy excluidas de laenseñanza
se encuentran las niñas de los barrios, cuyo futuro
lo deja documentado lacronista Lida
Veloz:
«Tejían
ybordaban por paga; lavaban y planchaban la ropa
ajena
(...)
trabajaban en los quehaceres domésti
cos»,(Veloz,
1977).
Endefinitiva,
tanto
ELLAS
como
las OTRAS
com
partían el sometimiento, la dominación y la opre
sióndel Estadoque les negabaser sujeto históricos,
derechos
civiles
y políticos,tal como argumenta la
jefa de redacción de Fémina, Consuelo Montalvo de
Frías
(1932Í;
11):
Vivían los
hombres
dominicanos,
acostumbra
dos a mirar en nosotras lasmansas ovejas, dis
puestas a
acatar
en
todo
tiempo sus
órdenes
aun
cuando
con
esto
no
nos
llevásemos
de
en
cuentro nuestra felicidad,y lade nuestros hijos
ytal vezla de ellosmismos,porque en los hoga
res faltaba laarmonía que establece laconfian-
zay lalibertad
individual,
yel amory latranqui
lidad caminaban por incierto derrotero, con
rumbo al fracaso. Empero; una voz gritó desde
loalto: ¡Despierta!
(...)
Asínació el
FEMINISMO
(sic) en Santo Domingo porque la rebeldía es
hijalegítimade laopresión
(s/p).
Además, en el ámbito jurídico, las mujeres se en
contraban en el péndulo de la Primera
República
proclamada en 1844tras la independencia de
Haití,
pues lasregíael CódigoNapoleónicoque reglamen
taba
el espacio privado de
hombres
ymujeres,
cen
trado en los privilegios masculinos. Por ejemplo, en
el quinto capítulo, «Del Matrimonio», el permiso de
edad para contraerlo era menor en lasféminas, evi
dentemente
inducido
por
el rol reproductivo
que
se leconsignaba,desde los
15
años podían ir alcasa
miento. (Candelario et al.
2016).
U
LAAGENCIA
EDITORIAL
FEMINA
A la vorágine sociopolítica de la República
Dominicana en la que comienza a circular Fémina,
fruto de la intervención militar
estadounidense
y la
lucha interna caudillista
por
alcanzare!
podertras
la
desocupación,se súmala del panorama mediático
que
tras
la primera década del siglo
XX
surge con
nuevos cánones bajolaégida délos«pressbarons»
o magnates de las imprentas que aparecen desde la
década de 1920, pese a las restricciones impuestas
por
elejército de los Estados Unidos.
De
antemano,
se reafirma que la revista Fémina
constituye un referente para la observación de la
vigenciayvinculación que tienen, entre lasdécadas
1920a 1940,el periodismo con elfeminismoy sufra
gismo,loque para Carmen de
Burgos
(Colombine)
constituye
el
«feminismo
profesional»jl(i927).
Esta génesis del periodismo feminista es,
genuinamente, el contra discurso del periodismo
industrializado de la prensa (la «gran prensa»);
pues mientras los medios de los «press barons»
se convierten en burós empresariales,
que
representaban grupos económicos hegemónicos,
de poder político y de familias burguesas urbanas,
reproduciendo hechos con la estructura piramidal
en su redacción, con la primacía de la agenda del
poder fáctico y del espacio público (que también es
piramidal); las pioneras del periodismo dominicano
quese unena Petronila
Angélica
GómezBreadurante
17 años subvierten
estos
nuevos cánones
desde
la
praxis periodística ejercida en el espacio privado,
con los géneros narrativos yargumentativos,
desarticulando así el estándarexistente de laopinión
conservadorayortodoxa patriarcal con cada edición
quincenal.
La Antología Dominicana del Archivo General
de la Nación (1960), precisa que en ta década de
1920 circulaban
41
medios impresos en el país,
entre
estos: siete periódicos,
tres
semanarios y
33 revistas ilustradas. En este panorama, Fémina
emerge como el «medio espiritual» que consolida
una nueva genealogía argumentativa de las
dominicanas, principalmente las «hijas de Salomé»
autoproclamadas ciudadanas en el ejercicio de la
«ciudadanía subjetiva»; exponen, explican y añoran
las reformas sociales referenciales de los programas
sufragistas para la constitución de las autonomías
delsujeto
mujer,
loscuales son intercambiados en las
redes feministas,y que llegan a lasoficinas editoriales
mediante recurrentes epístolasycanjes.
fh
MIRADAS
No
obstante,
los
desafíos
del
entonces
llamado
«medio
social»
no
intimidan
a la
maestra
normal
Petronila Angélica Gómez Brea, quien ya había lo
grado
emprendimientos educativos, ai adquirir en
1919
el Kindergarten de Mercedes Amiama Gómez;
por
eSoal primer número de Féminase suman otras
AGENCIAS
pioneras, tales
como
la del 15de
enero
de
1926,
cuando
se convierte en la
segunda
mujer
dominicana en adquirir yadministrar una impren
ta
(ELLA
lo califica como taller tipográfico), lacual
mantiene
abierta
durante
13años, y le permite sus
tentar
la pubiicación mediante servicios comer
ciales y asegurar la perseverante obra que significa
publicar una revista destinadaa las mujeres, con un
discurso feminista, en este agreste panorama.
Desde el presente número, según lo habíamos
prometidoanuestrosnumerosos
relacionados,
presentamos
a
nuestra
«Fémina»
editada
en talleres propios. Alentados siempre
por
el
bondadoso público, repleta siempre nuestra
cartelera de importantes trabajos de plumas
recomendadas, que sostienen una labor bien
acogida con entusiasmo
por
los lectores
de buen gusto, reaparece con nuevos bríos
para la lucha.
(...)
Nos sentimos invadidos de
halagadoras esperanzas y, con el propósito de
corresponder a lagenerosa protección que en
todotiemponoshadispensadogenerosamente
el público, multiplicaremos nuestros esfuerzos
(Gómez Brea,
1926a:
4, p.
1).
Ai
referirse a «plumas recomendadas». La Direc
tora
- con este epígrafe, ia maestra normal firma
sus editoriales prescriptivos - infiere ia estrategia
utilizada por ia mayoría de feministas encauzadas
en el sufragismo a principios del siglo
XX
(Asteia-
rra, 2003): trabajo en colectivo con
otras
maestras,
escritoras, poetas y las primeras sociólogas, para
develar ia situación de las mujeres. Y es mediante
iasistematización hemerocrítica
(Kayser,
1979)
que
se
demuestra
como
esta
red
de
autoras
convierte
a
iarevista Fémina en elágora del feminismo domini
cano, que reúne en sus ediciones a 33 muiieris iitte-
rarum (Quispe
Agnoii,
2016,p. 40) del país.y a 43 de
lberoamérica;además,32 hombresque defendían ia
causa sufragista, 24 de nacionalidad dominicana, a
quienes consideran «iiuminados»y
«prohombres»
por transferirles su priviiegidaciudadanía.
Así,
cada
edición demuestra las posibilidades de construir
0]
LA
myJE^
Portada
de
la
revista
Fémina.
una nación que les incluyera,escucharay permitiera
participación plena entre hombresy mujeres.
incluso, en un ejercicio de adelantada pluralidad,
Petronila Gómez Brea invita a ia empresa Fémina a
iosadversarios, aquienes convierte en importantes
gestores de las ediciones; se registra que Mario
E.
Guerra, fustigó ia causa feminista y desentendía
esta
AGENCIA
para las dominicanas en 1924,y dos
ediciones posteriores
aparece
como
secretario
de ia Administración de Fémina (Guerra, circa de
i924h-2); y Quiterio Berroa Canelo,
director
de
Letras
(1917-1921),
es
presentado
como
consultor
de ia publicación que lideró Gómez Brea desde
1927
hasta
1937.
Trasciende el
trabajo
colectivo a la praxis perio
dística, para
adentrarse
a ia difusión de las ideas
feministas en cada palmo del país, así -también en
colectivo- LaDirectora une a
damas
que se atrevían
a buscar autonomía económica y las convierte en
sus
«agentes
comerciales», quienes
operaban
en
lasfarmacias, los
ateneosy
sus propias casas en San
Pedro de Macorís,Baní,Montecristi,Santiago de ios
Caballeros,
El
Seibo, Hato Mayor, La Romana, Santo
DomingoySanCristóbal.
En
el registro desarrollado
se evidencia que el costo fluctúa entre 25 centavos,
en i922,y8
centavos
001936.
Las«agentes comerciales» también movilizaban
los «cupones». Entre
1923
y
1932
circula el «Cupón
Feminista»,
destaca
que en 1924se hizo una edición
especialde este para ponderar iaestética masculina
impuesta
por
ios soldados intervencionista con el
«Cupón del Concurso de Bigotes» (Lora,
2019),
y a
partir de
1933
aparece et «Cupón para los figurines
McCall»;
más que estrategias de suscripción, me
diante los
cupones
se construye el registro necesa
rio para difundir los programas sufragistas en vela
das
culturales:
Hemos visto con placer el interés que ia mujer
dominicana ha acogido
nuestro
laudable proyecto
de fundación del Comité Feminista en ia Repúbli
ca
Dominicana.
Contamos
con
cierto
número
de
damas cultas,
adeptas
a
nuestra
causa, y
sabemos
de caballeros que están dispuestos a ayudar a esta
gran obra.
(...)
Volvemosa publicar nuestro cupón y
proseguiremosdándole forma vivaa iaobra que tan
alta finalidad coniievay que tan alto habrá de poner
elnombre de ia mujer dominicana. Fémina
(19230:2).
Una
[re-narrada]
cartografía de
los
derechos
de
las
mujeres
El
día 10 de mayo de
1925,
en el local del
Kindergarten que dirigía Petronila Angélica Gómez
Breajunto
a
Mercedes
Amiama,
caite
Du^rte
Num.10
de ia ciudad de Santo Domingo, se establece el
comité dominicano de ia
Liga
de Mujeres ibéricas
eHispanoamericana y ia Cruzada de mujeres
españolas
que
preside ia periodista española
Carmen De Burgos y tiene como secretaria general
aiasocióioga ElenaArizmendi.
Este comité se autodenomina Liga Feminista Do
minicana, de acuerdo con ia pubiicación del 30 de
junio de 1925en ia revista Fémina;
dos
años antes y
hasta
1933,
Petronila Angélica Gómez Brea es ia re
presentante de esta entidad en el país. Pero, con la
conformación del Comité y la internacionaiización el
feminismo dominicano adquiere matices sufragistas,
y Féminase convierte en portavoz de ios programas
de reformas que se discutían en Iberoamérica y ios
Estados
Unidos.
Con el registro hemerocrítico, estas propuestas de
reformas reaparecen cual cimientos de ia «genealo
gíafeminista» de las dominicanas: «Bases y plan ge
neral de organización de ia
Liga
de Mujeresibéricas
eHispanoamericanas», de Arizmendi y De Burgos,
publicado en iarevista en
1923;
«Programa de acción
yresoluciones del Congreso Feminista Mexicano»,
reportado
por
ia
escritora
española Monna Aifau de
Sala, en 1924; «Tratado sobre nacionalidad e igualdad
de
derechos»,
tomado
del
discurso
de
Jane
Norman
Smithen LaHabana,en
1928,
peroen Féminase difun
de en
1936.
Y,
por
igual,
el «ideario feminista y algún
apunte
para ia historia del feminismo dominicano»,
del cual
Abigaíi
Mejía
Soliere da pinceladas circa de
1926 en
iacolumna«Pensamientos
feministas».
En el
transcurrir
de
17
años
de
AGENCIAeditorial,
desde aquel
15
de juliode
1922,
las reformas plantea
das en estos programas son jerarquizados mediante
una agenda autónoma de ia«gran prensa»,y apartir
de las intertextuaiidades (Kristeva, 1978)se estable
cen con ia iecturadei registro periodístico centenario
unos
17
«indicadores de la emancipación» -tópicos-
con los cuales es posible trazar una nueva cartografía
de
ios
derechos
humanos
de
las
dominicanas
fruto
de
iaacción sufragista.
Re-ieer a Fémina significa reconocer que desde
haceiooaños,iasdominicanasvindican
por
el acceso
a ia educación, sin distinción de ciase social nide pro
fesiones; buscan ia igualdad de
derechos
ante ia ley,
en cualquier circunstancia, incluso el adulterio; hacen
peticiones de maternidad segura; indican ia urgencia
de reformare!hogar, para dar participación real tanto
amadres
como
a sus hijas;además, revelan las
opre
siones ydesigualdades en el interior del matrimonio
(De Burgos citada por Gómez Brea,
1955).
Son ios «indicadores de la emancipación» ios re
veladores de los tratados historiográficos sobre el
divorcio, ya que constituye una de las conquistas de
la mujer moderna (De Burgos,
1927),
realizados por
nuestras
maestras
normales yperiodistas feminis
tas; también, sus argumentaciones sobre el abortoy
MIRADAS
laprostitución... Se declaran pacifistas y proponen
acciones para la protección de la niñez;hacen cam
pañaspara elsalarioigualitarioy proclamanque no
deben existirdiferencias entre hijoslegítimose ile
gítimos;
conuna
nueva
ética
describen
la
condición
femeninay la
masculina.
Y,
sobre todo, se declaran
dispuestas acolaborar contodas
las
gestas
patrió
ticas.
De manera tal que en las páginas de
Fémina
se
reivindica la adelantada vigencia de nuestra «ge
nealogía
argumentativa», correspondiéndonos a
NOSOTRAS
accionar por pendientes que continúan
haciendo inalcanzable la ciudadanía plena,y que Pe
tronila
Angélica
Gómez
Brea
nosdejócomotarea al
auto-consagrar su
AGENCIA
y
despedirla,
circa
de
octubre
de 1939;
Fémina, la que ha creado un lenguaje para
todos los lectores; la que ha hecho de sus
17
añosde vida literaria un telarpara urdir elem
blema de su nombre; laque es eterna liraen
que vibranlasvirtudesde la
mujer;
lamensa
jera del arte
femenil
(...)
Fémina,
laportavoz
de lapalabra Santade lamujery de sus pren
das morales... (...)Poner a la mujerdominica-
nasujetaalosvínculosdel
feminismo
quehoy
está internacionalmente ligada(GómezBrea,
P.A.i939e:i7).
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P.
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  • Santo Domingo
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Santo Domingo, República Dominicana: Ediciones del Archivo General de la Nación.
¿Libres e iguales? Sociedad y política desde el feminismo
  • J Astelarra
Astelarra, J. (2003).¿Libres e iguales? Sociedad y política desde el feminismo. Santiago, Chile: Centro de Estudios de la Mujer.
La mujer moderna y sus derechos
  • De
  • C Burgos
DE BURGOS, C. (1927). La mujer moderna y sus derechos.
En La Influencia de la mujer en Iberoamérica (p. lo-n)
  • A Listón
Listón, A. (1955). Prólogo. En La Influencia de la mujer en Iberoamérica (p. lo-n). Ciudad Trujillo, República Dominicana. Editora del Caribe.