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Deporte , salud mental y alimentación en tiempos de pandemia por COVID- 19

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Abstract and Figures

¿Qué pasará mañana?, ¿cuándo terminará esto?, ¿me enfermaré?, ¿les pasará algo a mis seres queridos?, ¿podré mantener mi empleo?, ¿qué pasará con mis estudios?, ¿será éste el fin de todo?, ¿cómo debo cuidarme?, ¿cómo cuido de los que amo y aprecio? Éstas son algunas de las preguntas e inquietudes que han surgido en cada ser humano del planeta Tierra durante la pandemia por COVID-19; el coronavirus lo cambió todo y a todos. Teniendo un pensamiento muy racional del comportamiento humano y social, es entendible que, ante cualquier crisis como la que se vive actualmente, las personas respondan y actúen de diversas maneras; habrá quienes se vean afectadas negativamente, así como otras que pueden centrarse en su desarrollo individual, con una conciencia ligada a una buena actitud que puede producir resultados positivos y así, enfrentar la adversidad.
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1
Investigación para la práctica pedagógica
Hna. Marianita Marroquín Yerovi
Jessica Andrea Bejarano Chamorro
Gladys Andrea Montenegro Vallejos
2021
2
Deporte , salud mental y alimentación en tiempos de
pandemia por COVID- 19
Autores: Andrés Felipe Villaquirán Hurtado, Jonathan Adrián
Muñoz Luna, Sandra Jimena Jácome Velasco, Omar Andrés
Ramos Valencia, Nelson Enrique Conde Parada, Mayra Valeria
Escobar Insuasti
e-ISBN: 978-628-7548-01-5
Páginas: 171
Editora: Luz Elida Vera Hernández
Fecha de publicación: 2022
Existencias
Libro Biblioteca Nacional de Colombia – Libros
Deporte , salud mental y alimentación en tiempos de
pandemia por COVID- 19
Autores: Andrés Felipe Villaquirán Hurtado, Jonathan Adrián
Muñoz Luna, Sandra Jimena Jácome Velasco, Omar Andrés
Ramos Valencia, Nelson Enrique Conde Parada, Mayra Valeria
Escobar Insuasti
Entidad editora: Editorial UNIMAR, Universidad Mariana
Fecha de publicación: 2022
Páginas: 171
e-ISBN: 978-628-7548-01-5
Edición: Primera
Formato: Digital
Colección: Cuaderno Docente
Materia: Investigación
Materia tópico: Promoción de la salud
Palabras clave: salud mental, alimentación, pandemia, deporte
País/Ciudad: Colombia / San Juan de Pasto
Idioma: Español
Menciones: Ninguna
Visibilidad: Página web Editorial UNIMAR, Universidad Mariana
Tipo de contenido: Deporte, salud mental y alimentación en
tiempos de pandemia por COVID-19
© Editorial UNIMAR, Universidad Mariana
© Andrés Felipe Villaquirán Hurtado
© Jonathan Adrián Muñoz Luna
© Sandra Jimena Jácome Velasco
© Omar Andrés Ramos Valencia
© Nelson Enrique Conde Parada
© Mayra Valeria Escobar Insuasti
© Mónica Delgado Molina - Prologuista
3
Universidad Mariana
Hna. Aylem del Carmen Yela
Romo f.m.i.
Rectora
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Benavides
Vicerrectora Académica
Ángela María Cárdenas
Ortega
Directora de Investigaciones
Luz Elida Vera Hernández
Directora Editorial UNIMAR
Pares Evaluadores
Dr. (c) Yisel De Los Santos
Pinillos Patiño
Universidad Simón Bolívar,
Barranquilla, Colombia
Dr. Henry Alfonso Becerra
Riaño
Universidad de Pamplona,
Colombia
Editorial UNIMAR
Luz Elida Vera Hernández
Directora Editorial UNIMAR
Ana Cristina Chavez López
Corrección de Estilo
Daniela Velásquez Torres
Johan Esteban Botina Portilla
Diseño y Diagramación
Correspondencia:
Editorial UNIMAR, Universidad
Mariana
San Juan de Pasto, Nariño,
Colombia, Calle 18 No. 34 – 104
Tel: 7244460 Ext. 185
E-mail: editorialunimar@
umariana.edu.co
Depósito Digital
Biblioteca Nacional de Colombia,
Grupo Procesos Técnicos, Calle
24, No. 5-60 Bogotá D.C.,
Colombia.
Biblioteca Hna. Elisabeth
Guerrero N. f.m.i. Calle 18 No.
34-104 Universidad Mariana,
San Juan de Pasto, Colombia.
Disponible en: http://editorial.
umariana.edu.co/libros
Cítese como: Villaquirán-
Hurtado. A. F., Muñoz-Luna,
J. A., Jácome-Velasco, S. J.,
Ramos-Valencia, O. A., Conde-
Parada, N. E. y Escobar-
Insuasti, m. V. (2022). Deporte,
salud mental y alimentación
en tiempos de pandemia por
COVID-19. Editorial UNIMAR.
https://doi.org/10.31948/
editorialunimar.157.s655
4
Las opiniones contenidas en el
presente libro no comprometen a la
Editorial UNIMAR ni a la Universidad
Mariana, puesto que son
responsabilidad única y exclusiva de
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han declarado que en su totalidad
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de la Universidad Mariana.
Este libro está bajo licencia
internacional Creative Commons
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CompartirIgual 4.0
5
6
Al Dios que nos permite disfrutar de la vida, al que sentimos
en las montañas, los bosques y los ríos.
A nuestras familias, el mejor regalo que la vida nos ofrece,
gracias por enseñarnos el valor del amor.
A nuestros padres y madres por todo su amor y educación.
A los amigos que se convierten como hermanos en la historia
que escribimos diariamente.
A la Universidad del Cauca y a la Universidad Mariana de
Pasto por enseñarnos y guiarnos en el camino del nuevo
conocimiento.
7
Nuestros más sinceros agradecimientos a la Universidad
del Cauca y a la Universidad Mariana de Pasto, a los
programas de Fisioterapia y, Nutrición y Dietética, por
ser un apoyo fundamental en la elaboración de esta
obra.
A nuestros colegas, compañeros y amigos, por
ser inspiración y fortaleza durante este tiempo de
pandemia.
A nuestras familias, por enseñarnos que cada reto,
por difícil que parezca, es una nueva oportunidad de
aprender y ayudar al otro.
8
¿Qué pasará mañana?, ¿cuándo terminará esto?, ¿me
enfermaré?, ¿les pasará algo a mis seres queridos?,
¿podré mantener mi empleo?, ¿qué pasará con mis
estudios?, ¿será éste el n de todo?, ¿cómo debo
cuidarme?, ¿cómo cuido de los que amo y aprecio?
Éstas son algunas de las preguntas e inquietudes
que han surgido en cada ser humano del planeta Tierra
durante la pandemia por COVID-19; el coronavirus
lo cambió todo y a todos. Teniendo un pensamiento
muy racional del comportamiento humano y social, es
entendible que, ante cualquier crisis como la que se
vive actualmente, las personas respondan y actúen de
diversas maneras; habrá quienes se vean afectadas
negativamente, así como otras que pueden centrarse en
su desarrollo individual, con una conciencia ligada a una
buena actitud que puede producir resultados positivos y
así, enfrentar la adversidad.
Sin lugar a dudas, todos los seres humanos del planeta
se han visto perjudicados por este acontecimiento
reciente de nuestros tiempos, de una forma que la
sociedad humana no conocía o, por decirlo de una
mejor manera, no recordaba desde hace mucho tiempo,
ya que históricamente no es la primera vez que la
civilización se enfrenta a esto, a las múltiples y diversas
formas en que una crisis global de tal envergadura
puede producir: la afectación económica, la pérdida de
empleos, la transición al teletrabajo, la virtualidad en
muchos aspectos de la vida, que han provocado una
gran problemática: la salud de una gran cantidad de
individuos se afectó en su esfera biopsicosocial.
Debido a lo anterior, ha sido emocionante y maravilloso,
desde un punto de vista profesional, intelectual,
académico, pero sobre todo personal, entender a los
autores de este libro, de cómo nos invitan a hacer una
importante reexión sobre la situación de la pandemia,
la crisis originada por el SARS-CoV-2 (COVID-19) y
sus consecuencias para la salud y el bienestar de las
personas, sin importar su religión, pensamiento político,
condición económica, etnia o, alguna otra.
A medida que el encierro o connamiento obligó a las
personas a permanecer en el interior de sus hogares
para detener la propagación del COVID-19, se empezó
a presentar cambios en las rutinas, en los trabajos,
la salud y la calidad de vida. Una de esas tantas
consecuencias ha sido la afectación de los componentes
9
de salud mental, nutricional, condición física, y es ahí
donde precisamente la ciencia y la academia pueden y
deben hacer sus aportes y contribuciones. Es aquí donde
los autores de este valioso libro, como profesionales
multidisciplinares, hombres y mujeres de ciencia y
academia, han actuado en favor de la sociedad, con lo
valioso de la información y del conocimiento que nos
contribuyen, a la maravillosa área de las Ciencias del
Deporte y la Actividad Física.
En algo incorrecto concurriría si intentara compendiar
en estas cortas palabras, todo el conocimiento, aportes
y prodigios de esta obra; es por ello que invito, a
cualquiera que esté leyendo estas líneas, a profundizar
en la lectura de este material y a aplicar todo lo que este
grupo de expertos ha plasmado aquí para contribuir a
mejorar, resolver o disminuir, en cualquiera que fuere
el caso, las consecuencias negativas de la pandemia,
desde el deporte, la actividad física, la alimentación y la
salud mental.
Gracias Andrés Felipe Villaquirán Hurtado, Jonathan
Adrián Muñoz Luna, Sandra Jimena Jácome Velasco,
Omar Andrés Ramos Valencia, Nelson Enrique Conde
Parada, Mayra Valeria Escobar Insuasti, por ese
compromiso y dedicación hacia la educación superior,
la investigación, la divulgación cientíca y académica y,
sus valiosos aportes al área de las Ciencias del deporte
y la actividad física.
Mg. Mónica Delgado Molina
San Juan de Pasto, Nariño, Colombia,
18 de mayo de 2020
10
Prólogo 8
Presentación 16
Capítulo I. A manera de Introducción 19
1.1 Impacto multinivel del COVID-19 21
1.2 La educación y el COVID-19 21
1.3 La salud en tiempo de pandemia 24
1.4 Cambios y ajustes en la economía, para afrontar la
pandemia
30
Referencias 35
Capítulo II. Actividad física, ejercicio y deporte en tiempos
de pandemia 39
2.1 Evaluación de la condición física en deportistas y personas
no entrenadas 40
2.2 Protocolo de bioseguridad para la evaluación de la
condición física en deportistas y personas no entrenadas 41
2.3 Test para evaluación de la condición física en deportistas 42
2.3.1 Evaluación de la capacidad o resistencia aeróbica por
parte del propio deportista 42
2.3.2 Evaluación del consumo de oxígeno - VO2máx por parte
del profesional relacionado a las ciencias del deporte y la
actividad física
43
2.3.3 Evaluación de la resistencia a la fuerza o resistencia
muscular en deportistas o personas no entrenadas,
aparentemente sanas
44
2.3.4 Pruebas para evaluación de la condición física en personas
no entrenadas 48
2.3.5 Evaluación de la capacidad o resistencia aeróbica para
personas sin formación en Ciencias del deporte y la
actividad física
48
11
2.3.6 Evaluación del consumo de oxígeno - VO2máx por parte
del profesional relacionado con las ciencias del deporte y
la actividad física
49
2.3.7 Evaluación de la capacidad funcional en personas
no entrenadas y con presencia de patologías, para
profesionales relacionados con el área de las ciencias del
deporte y la actividad física
53
2.3.8 Evaluación de la resistencia a la fuerza o resistencia
muscular en personas no entrenadas con baja capacidad
funcional o patologías asociadas
60
2.4 Aplicaciones y herramientas tecnológicas para la
evaluación de la frecuencia cardiaca, la frecuencia
cardiaca máxima teórica y el riesgo cardiovascular, previo
entrenamiento de la condición física en deportistas y
personas no entrenadas
61
2.4.1 Evaluación de la frecuencia cardiaca mediante
herramientas tecnológicas, para personas sin formación
en Ciencias del deporte y la actividad física
61
2.4.2 Aplicación de ritmo cardíaco - Monitor pulso 61
2.4.3 Evaluación de la frecuencia cardiaca máxima teórica
mediante aplicaciones o tecnologías, para personas sin
formación profesional en Ciencias del deporte y actividad
física
62
2.4.4 Evaluación de la frecuencia cardiaca y del riesgo
cardiovascular a través de la variabilidad de la frecuencia
cardiaca para profesionales relacionados con el área de
las ciencias del deporte y la actividad física
63
2.5 Actividad física en el ámbito de la salud pública 66
2.5.1 Aspectos generales 66
2.5.2 Directrices mundiales sobre actividad física para la salud 67
2.5.3 Factores sociales, económicos y culturales que inuyen
en la realización de la actividad física 69
2.5.4 Actividad física como fuente salutogénica 70
2.5.5 Actividad física en tiempos de pandemia por COVID-19 73
2.5.6 Desafíos para la actividad física post pandemia 85
2.5.7 Ejercicio en tiempos de pandemia 87
12
2.5.8 Deporte 94
Referencias 104
Capítulo III. Nutrición en la cotidianidad y la práctica de
la actividad física y el ejercicio en tiempos de pandemia
117
3.1 Entendiendo el inicio de los conceptos claves de la
nutrición aplicados a la pandemia 119
3.2 ¿Cómo se debe abordar la alimentación en los ciclos de
la vida desde el aislamiento? 124
3.3 ¿Qué se debe hacer si se realiza actividad física?, ¿cómo
se debe alimentar? 128
3.4 ¿Qué aspectos claves de alimentación se debe tener
como deportista acionado y deportista entrenado en
tiempos de COVID-19?
129
3.5 ¿Qué aspectos se debe considerar al momento del retorno
a la práctica deportiva tras el connamiento? 137
3.6 ¿Cómo se puede complementar la alimentación del
deportista con suplementación?
139
Referencias 141
Capítulo IV. Salud mental, deporte y ejercicio físico en
tiempos de coronavirus
146
4.1 Ejercicio y salud mental: una conceptualización teórica
y social 147
4.2 El bienestar, cuerpo y buen vivir en el marco sociocultural 148
4.3 El Movimiento y la Mente Frente al COVID-19 151
4.3.1 Cuerpo-Mente y Movimiento: la triada de vida 151
4.3.2 Desde la corporeidad hasta las emociones 154
4.3.3 Experiencia corporal y emociones en el connamiento 156
4.4 La actividad física como un hábito para la salud mental 158
4.5 Benecios siológicos de la actividad física en la salud
mental 159
13
4.6 Actividad física y salud mental en población no entrenada 161
4.7 Promoción de la actividad física en el connamiento 161
4.8 El impacto del connamiento en el deportista y su salud
mental 162
4.8.1 La motivación y el deportista en el connamiento 163
4.8.2 Experiencias de vida y deporte en cuarentena 164
4.9 Hilando una historia en tiempo de coronavirus 165
Referencias 166
14
Figura 1 Fases del COVID-19 26
Figura 2 Posición para realizar la prueba de la resistencia a
la fuerza del cuádriceps 45
Figura 3 Test de exoextensiones de brazos para hombres 46
Figura 4 Test de exoextensiones de brazos para mujeres 47
Figura 5 Escala de Borg para disnea y fatiga 59
Figura 6 Formato de registro para prueba de marcha de seis
minutos 60
Figura 7 Interfaz Aplicación Ritmo Cardíaco - Monitor Pulso 62
Figura 8 Calculadora de la FCmax de Polar 63
Figura 9 Lectura de frecuencia cardiaca (Heart Rate, HR por
sus siglas en inglés) y de los diversos índices de
variabilidad de la frecuencia cardiaca 66
Figura 10 Ejemplos de conductas sedentarias aumentadas
durante la pandemia 75
Figura 11 Riesgos potenciales de una vida sedentaria 77
Figura 12 Efectos del COVID-19 sobre el sistema muscular y
la composición corporal 79
Figura 13 Recomendaciones de actividad física para adultos
por parte de la OMS 81
Figura 14 Recomendaciones prácticas para hacer actividad
física 84
Figura 15 Condiciones para implementar la actividad física en
postpandemia 86
Figura 16 Fases de una sesión de ejercicio físico 89
Figura 17 Recomendaciones generales para actividades
aeróbicas 91
Figura 18 Recomendaciones para el entrenamiento de
deportistas en casa 96
Figura 19 Consideraciones para el retorno al deporte en
deportistas con test positivo y sin test por COVID-19 103
Figura 20 Ciclo en los diferentes procesos de la vida 128
Figura 21 Factores inherentes a la corporeidad 155
Figura 22 Experiencias corporales tras el impacto del
connamiento 158
Figura 23 Efectos neurosiológicos y psicológicos causados
por la actividad física 160
15
Tabla 1 Protocolo de bioseguridad para la evaluación 42
Tabla 2 Clasicación del VO2máx 43
Tabla 3 Clasicación de los resultados (segundos) del test
de resistencia a la fuerza de cuádriceps 46
Tabla 4 Escala para clasicar resultados de la prueba de
exoextensiones de brazos en hombres 47
Tabla 5 Escala para clasicar resultados de la prueba de
exoextensiones de brazos, modicado para mujeres 47
Tabla 6 Clasicación capacidad aeróbica 48
Tabla 7 Valores no ajustados de VO2máx. Según el Forestry
Step – test en hombres 49
Tabla 8 Valores no ajustados de VO2máx, según el Forestry
Step – test en mujeres 50
Tabla 9 Valores ajustados de VO2máx Según edad en el
Forestry Step 51
Tabla 10 Clasicación de la condición física aeróbica mediante
consumo de oxígeno VO2máx para hombres y
mujeres al aplicar el Forestry Step Test 52
Tabla 11 Estraticación del nivel de riesgo cardiovascular 65
Tabla 12 Consecuencias de la inactividad o actividad física 67
Tabla 13 Recomendaciones Mundiales sobre la actividad física
para la salud 68
Tabla 14 Aplicación de los principios del entrenamiento para la
prescripción del ejercicio en personas no entrenadas 88
Tabla 15 Fases para el regreso a los entrenamientos, dadas
por el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados
Unidos 98
Tabla 16 Distribución de los compartimentos corporales en
individuo normal 121
Tabla 17 Aporte de energía por cada macronutriente,
teniendo en cuenta el Factor Atwater 123
Tabla 18 Fórmulas validadas de predicción calórica, según
varios autores 131
Tabla 19 Unidades metabólicas en diferentes deportes a
diferente intensidad 132
Tabla 20 Distribución porcentual de macronutrientes de
acuerdo con la necesidad de la población colombiana 133
Tabla 21 Aporte de proteína de acuerdo con la condición
deportiva 135
Tabla 22 Esquema de hidratación según la intensidad y
duración del ejercicio 136
16
Conectarme con una nueva realidad, una nueva forma de vida,
resguardarme en aquellas paredes que eran transitorias, que no
tenían más que el valor de una casa y a la que este tiempo me
llevó a descubrir que es el verdadero sentir de la palabra hogar,
un sitio en el cual encontré calma, paz y serenidad, me permitió
soportar y darme fortaleza para enfrentar la posibilidad de morir,
ya sea por el virus o, porque en medio de este encierro, mi locura
dejara de ser locura, para convertirse en normalidad. Es un tiempo
que se resume en recuerdos, incertidumbres, sensaciones de
esperanza y miles de pensamientos que se desbordan sin control
y que me llevaron a abandonar, en muchas ocasiones, bajo el
silencio fúnebre, que padecíamos un connamiento que nos
llenaba de barreras, que nos hacía sentir el rigor de una nueva
enfermedad que sacudía al mundo y que nos llevaba a limitar
nuestras actuaciones.
Debíamos distanciarnos, alejarnos, aislarnos por miedo, por
desconanza, limitar nuestras expresiones, nuestras muestras de
afecto, mirar desde una ventana o desde un teléfono a nuestros
historiadores, aquellas personas que, a través de sus cuentos,
leyendas y experiencias develaban lo majestuoso del mundo,
abriendo los ojos a nuestra infancia, dándonos a conocer un camino
aun no trasegado pero que nos ilusionaba vivir; esos historiadores
o maestros de nuestras vidas, llamados abuelos o abuelas, hoy
eran más susceptibles de sufrir un nuevo virus, más letal y mortal.
A pesar de todos los cambios, las nuevas disposiciones,
exigencias y limitaciones, fuimos capaces de creer, de enfrentarnos
y de crear nuevas experiencias y realidades a partir de esta nueva
época, inédita y transitoria, pero que dejaba marcada con tinta de
muerte, la historia del mundo. La ciencia recordará este pedazo de
tiempo, como uno más de las guerras que ha tenido que enfrentar
la humanidad. No sé en cuántos años podremos sentarnos
a contar esta historia; lo que fue para nosotros vivir aislados,
soportar nuestros miedos, pelear contra la soledad, contra la falta
de sensatez, de solidaridad y de empatía con una nueva realidad;
una realidad que nos enfrentó a un virus, inicialmente sin saber
cómo combatirlo, cómo enfrentarlo, cómo destruirlo; no obstante,
nos sobrepusimos; encontramos respuestas a los múltiples
interrogantes de este enemigo; pudimos hallar esos mecanismos
para confrontarlo, para intentar eliminarlo y protegernos como lo
hemos hecho durante toda nuestra existencia. Sin embargo y, a
pesar de encontrar las respuestas, las estrategias y herramientas
necesarias para acabar con esta travesía de enfermedad,nuestra
historia aún no podrá contar que pudimos combatir la violencia, la
desidia humana, la corrupción, la indolencia y la indiferencia.
17
Me atrevo a armar que el sentimiento y el deseo de poderles
contar, a través de este libro, cómo la pandemia por COVID-19 trajo
consigo un cambio en la humanidad, hasta el punto de erradicar casi
por completo el egoísmo, la intolerancia, el maltrato, el abuso del
poder y la pobreza, no es solo un sueño mío, sino que compartimos
ese mismo soñar, mis colegas, amigos, compañeros y autores de
esta obra. A pesar de no poderlo hacer y de guardar la esperanza
de obtener esa respuesta más adelante, hoy presentamos este
libro, que no pretende cambiar el mundo ni mucho menos, pero sí
busca aportar y sumarse a todos los esfuerzos que la comunidad
académica ha realizado y viene desarrollando para ganar la batalla
contra el COVID-19. Recordemos, como dijo Ángel Parra, “Dígame
si no es hermoso, compañera, demostrar que muchos granos de
arena pueden contener al mar” (2003, párr. 5).
Este libro, titulado “Deporte, salud mental y alimentación en
tiempos de pandemia por COVID-19” busca dejar plasmadas,
a través de la experiencia profesional y académica de seis
profesionales de la salud que han escrito este texto con distintos
matices, visiones particulares y expresiones diversas que llevarán
al lector a encontrar una historia de dos personajes que nos cuentan
sobre el virus, la salud, la economía y la seguridad alimentaria,
para luego encontrar un apartado dedicado a la actividad física, el
ejercicio y el deporte, ejes transversales de esta obra, considerados
como actividades esenciales para el cuidado de la salud y la calidad
de vida de las personas. Posteriormente, nos sumergimos en uno
de los pilares principales para gozar de buena salud, como lo es la
alimentación, para nalmente, meternos en el mundo de la salud
mental, como eje fundamental del bienestar.
La planicación y producción de esta obra siempre recordó una
frase del señor Marcelo Bielsa, entrenador y ex futbolista argentino
(2013):
No permitan que el fracaso les deteriore la autoestima. Cuando
ganas, el mensaje de admiración es tan confuso, te estimula
tanto el amor hacia [ti] mismo y eso deforma tanto... Y cuando
pierdes, sucede todo lo contrario; hay una tendencia morbosa a
desprestigiarte, a ofenderte, sólo porque perdiste. En cualquier
tarea se puede ganar o perder; lo importante es la nobleza de
los recursos utilizados; eso sí es lo importante; lo importante
es el tránsito, la dignidad con que [recorres] el camino en la
búsqueda del objetivo. Lo otro es cuento para vendernos
una realidad que no es tal. (párr. 1)
Y es que esta historia que hoy usted está a punto de leer, no
pretende hacerle ganar o perder, sino reconocer el esfuerzo, la
constancia y determinación de los profesores-autores de este
ejemplar, resaltando la nobleza y el ímpetu para recorrer este
18
camino de la escritura, de la creación de múltiples frases, párrafos
y páginas que cuentan y describen aspectos relevantes para el
cuidado de la salud, como son: la actividad física, el ejercicio,
el deporte, la alimentación y la salud mental en tiempos de
pandemia, destacando el aporte de cada uno de ellos, el trabajo
interdisciplinar y el apoyo interuniversitario, que permitió transitar
el sendero para la consecución de este objetivo.
19
20
A manera de introducción
Dentro de nuestras múltiples ocupaciones, hemos hecho un
esfuerzo para escribir cuatro capítulos que presentamos a los
lectores que quieren explorar las posibilidades de cuidar su cuerpo,
como principal manifestación del ser y estar en este mundo. Es un
texto que no pretende ser ‘best seller’, pero sí, tocar el intelecto y
la emoción, para aprender mejor.
En este primer apartado, que hemos denominado ‘A manera de
introducción’, los lectores encontrarán un primer título: ‘Impacto
multinivel del COVID-19’ en el que se aborda los aspectos generales
en los que la pandemia causada por el virus ha generado mayor
impacto; claro está, no son los únicos, pero como sioterapeutas,
nutricionistas, educadores físicos y deportólogos, tal vez sí, los más
relevantes. Se ha dispuesto tres subtítulos que buscan analizar
dicho impacto; el primero: ‘La educación y el COVID-19’, que trata
sobre las principales adaptaciones realizadas por las instituciones
de educación, con el n de hallar respuesta a las condiciones
generadas por la situación de aislamiento preventivo y cierre de
edicios desde que inició la pandemia.
En un segundo subtítulo, ‘La salud a la luz de la pandemia’, se
revisa las características epidemiológicas, las manifestaciones y la
siología patológica del COVID-19, asumiendo un enfoque de salud
física y salud mental que trasciende la clásica mirada biomédica. Y
como cierre de esta introducción y revisión del impacto multinivel
del COVID-19, se plantea un tercer subtítulo: ‘Cambios y ajustes
en la economía en respuesta a la pandemia’, en los que se revisa
los estudios y análisis generados por la pandemia y su manejo
sobre la economía, con especial interés desde los aportes de la
seguridad y la soberanía alimentaria, como alternativas para
sobreponerse a una de las mayores afectaciones de la pandemia.
Queremos recordar que este libro es el resultado de algunas
investigaciones, muchas búsquedas, reexiones, encuentros y
desencuentros con la realidad, los libros y revistas, las bases de
datos y las experiencias personales y profesionales que nos llevan
a rearmar la frase de Allende (2007): “memoria selectiva para
recordar lo bueno, prudencia lógica para no arruinar el presente y
optimismo desaante para encarar el futuro” (p. 74), que sirven al
atravesar situaciones como las de la pandemia, la cual nos mueve
el piso y nos enseña que cada día es una nueva oportunidad.
Invitamos a nuestros lectores a acompañar en este primer
capítulo a Isabel y su esposo Juan, nuestros protagonistas, dos
personajes que bien pueden ser usted o yo, o cualquiera que tenga
una mente dispuesta a aprender, a soñar y a pensar y pensar-
se diferente, en el camino del día a día de un sioterapeuta que
21
ha dedicado su vida a compartir sus aprendizajes, pero que es
consciente que le falta mucho por aprender.
1.1 Impacto multinivel del COVID-19
Eran las 10 de la mañana del 16 de marzo del año 2020; Isabel se
disponía a su primera clase del día y la semana; ingresó preocupada
al salón de clase, porque a nivel nacional anunciaban el cierre
por aislamiento social, como medida de prevención frente a la
pandemia COVID-19 que estaba generando muertes y problemas
multinivel en países europeos como Italia y España, entre otros.
Los estudiantes estaban expectantes porque no sabían qué
pasaba ni qué iba a pasar con sus clases; en realidad, nadie lo
sabía, pero sí se percibía preocupación y, sobre todo, una gran
incertidumbre frente al futuro.
Inició la clase con la explicación de las pruebas para evaluar
semiología de cabeza y cuello, cuando de manera abrupta ingresó
al aula la coordinadora anunciando que, a nivel central, se había
dado la directriz de suspender todas las actividades presenciales.
Claro, esto era una decisión que buscaba cumplir los lineamientos
del gobierno central y local.
La pandemia, de la cual aún se sabía poco, anunciaba un mar
de cambios para los que la humanidad no estaba preparada;
pero los cambios por los que Isabel más se interesó fueron los
relacionados con salud, educación y economía, vistas desde la
seguridad y soberanía nutricional y alimentaria y, cada vez que
leía sobre ellos, volvía su preocupación.
La emergencia y reemergencia de patógenos constituyen una
amenaza constante para la seguridad de la humanidad y las
consecuencias sanitarias, sociales y económicas asociadas son
impredecibles. En las últimas dos décadas hemos sido testigos
del impacto provocado por la emergencia de dos coronavirus:
SARS-CoV en 2002 y MERS-CoV en 2012, causando brotes de
neumonías graves en humanos y mostrando un claro potencial
pandémico. (Dabanch, 2021, p. 14)
1.2 La educación y el COVID-19
Al llegar a casa, Isabel pensó e intentó imaginar la forma cómo
se podía adecuar la educación y recordó para sí misma que, la
educación, como proceso de apropiación de una cultura (Du-Gay
et al., 1997), para el caso, la cultura de los sioterapeutas, soporta
gran parte de sus aprendizajes y posibilidades en la escucha y
el contacto, y pensó: ¿qué pasará ahora que los claustros han
cerrado sus puertas?
22
Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y el Instituto
Internacional para la Educación Superior en América Latina y
el Caribe (IESALC) (2020) estiman que este cierre temporal
afectó aproximadamente a más del 98 % de las comunidades
académicas, equivalente a “23,4 millones de estudiantes y 1,4
millones de docentes de educación superior en América Latina y el
Caribe” (p. 12), viéndose envueltos en una tarea con poca o nula
planicación con la que, a través de medios no presenciales como
las metodologías, tecnologías y plataformas virtuales, buscaron
ofrecer educación a distancia, en un contexto de escasos recursos
bibliográcos y apoyos pedagógicos distantes de las necesidades
reales de los docentes y estudiantes, situación que, según la
Asociación Internacional de Universidades (citada por Jiménez y
Ruiz, 2021), deja por fuera a un 25 % de esta población.
Los días fueron pasando y las instituciones iniciaron la migración
al uso de plataformas virtuales que dan soporte al trabajo desde
casa o a distancia. Isabel empezaba a imaginar que iniciaría un
proceso de virtualidad fuerte para el que no creía estar preparada,
pero tampoco podía abandonar a sus estudiantes, su trabajo, su
vocación y, mucho menos, sus sueños. Recordó que, en pasados
años había tomado dos diplomados en los que había aprendido un
poco, especialmente sobre la plataforma Moodle, pero ahora, la
cosa era diferente; antes era solo un plus de su asignatura, pero
ahora, sería la única y mejor forma de llegar a los estudiantes. No
se equivocaba; las herramientas virtuales se volvieron lo cotidiano;
ya se hablaba de Classroom, Ed-modo, Blackboard, Twiducate y
Moodle, entre otras.
Isabel dialogó con Juan, su esposo (quien, a propósito, tenía
una historia interesante de vida, puesto que años atrás, desde su
nacimiento y hasta su adolescencia, había sido una mujer; pero de
esta historia, hablaremos más adelante), acerca de la educación
virtual y la educación a distancia o, desde casa, términos que
generaban confusión en la comunidad académica. Isabel y Juan
concluyeron que ambas son modalidades que se apoyan en las TIC,
pero sin embargo, dieren en su esencia misma, especialmente en
su currículo, como dador de sentido al proceso educativo (Zabalza,
1987), el cual requiere, en la primera (virtualidad), un modelo
pedagógico que soporte la teoría de educación del conectivismo,
planteada para la era digital (Siemens, 2004) y, de ahí en adelante,
una serie de componentes académicos como los créditos, la relación
docente-estudiante-estudiante y la evaluación, entre otros,
que, por supuesto, no se cumpliría en las condiciones actuales,
demandando una reforma curricular que debería ser aprobada
por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) y, la pandemia no
daba tiempo a ello, mientras que la segunda (a distancia), era
una herramienta poco utilizada en las universidades colombianas,
pero, en la situación actual, fue adaptada y generalizada para
facilitar la didáctica para el aprendizaje, de suerte que respondiera
a las necesidades de educación.
23
Umaña-Mata (2020) analiza cinco situaciones que han impactado
la educación: la interrupción de las actividades académicas; el
cambio en los procesos de enseñanza y aprendizaje con la migración
a las tecnologías; la baja planicación de propuestas educativas
a distancia soportadas en las tecnologías; escasos recursos
didácticos que respondan al modelo de educación a distancia;
y, la necesidad de desarrollar competencias tecnológicas en los
docentes. Así mismo, resalta como oportunidades, la losofía de la
educación a distancia y sus principios metodológicos y evaluativos;
y, destaca algunos retos relacionados con el fortalecimiento de la
oferta académica y de estrategias de cooperación internacional.
En el transcurso de la semana, en las múltiples reuniones que
fueron realizadas en plataformas como Zoom y Meets, mucho
de los colegas de Isabel proponían ajustes como transformar los
‘semestres’ en bimestres o trimestres, ajustar los procesos de
evaluación tradicional utilizada mediante pruebas escritas, para
adaptar modalidades de evaluación a partir de trabajos en grupo
e individuales en los que el estudiante mostrara sus aprendizajes
de otras maneras; en últimas, se abría un camino para evaluar los
procesos y resultados, más que la memoria.
Desde la administración central de varias instituciones de
educación superior (IES) surgieron normas que buscaban
ajustar aspectos relacionados con los tiempos de clase, el
fortalecimiento de las asesorías y, la exibilización normativa;
fueron establecidos y fortalecidos lazos con universidades de otros
departamentos, ciudades y países; algunos agilizaron el camino
de internacionalización del currículo, cuestión ésta que había sido
bastante difícil en tiempos anteriores.
Algunas universidades fortalecieron sus lazos con instituciones
gremiales, generaron cursos de capacitación a docentes y
estudiantes sobre diferentes herramientas TIC aplicables a
educación, adquirieron hardware y software para facilitar los
procesos, así como equipos que entregaron a sus estudiantes de
bajos recursos, para facilitar la continuidad de sus estudios.
No obstante, pensaba Isabel, es innegable que, aunque muchos
cambios han sido positivos, la falta del contacto entre estudiantes
de salud con docentes, pacientes y comunidades, era una
preocupación que no salía de su mente ni de la de los estudiantes.
Igualmente, para Isabel, la situación local y mundial en temas no
solo de salud y educación, sino también de seguridad alimentaria
y subsistencia básica, era algo que ocupaba otra parte de sus
pensamientos.
A medida que el tiempo pasaba, tanto estudiantes como docentes
se fueron adaptando a la situación; las personas relajaron sus
controles y, poco a poco, se dio paso a nuevas formas de relación,
a economías emergentes, a políticas que buscaban atender las
necesidades en educación generadas por la pandemia y, en
general, a lo que muchos han denominado, las ‘nuevas realidades’.
24
En total, el MEN (2021) dictó siete resoluciones, ocho decretos,
quince directivas y ocho circulares a través de los cuales buscó dar
respuesta a la pandemia; una de ellas, planteada como un modelo
de alternancia en la educación, a través de la cual se iniciaría un
proceso de retorno progresivo a la presencialidad.
Rodríguez-Díaz et al., (2020) arman que, en la sociedad de
hoy, se reconoce el papel de las tecnologías de la información en
la transformación multidimensional que experimenta la sociedad,
con repercusión en los hábitos y patrones de conducta, así como
en las formas de pensar, trabajar y educarse.
Así, entre las dinámicas generadas por la educación presencial,
a distancia y la alternancia, fueron pasando los días y los meses;
los procesos de adaptación humana permitieron que se avanzara
en reexiones pedagógicas y, principalmente, las de carácter
didáctico, que posibilitaron que las instituciones educativas de
diferentes niveles pudieran continuar con su tarea, enfrentando
las nuevas realidades, lo que hizo pensar con algo de ilusión a
Isabel que, por qué no, podría repensarse la educación desde un
modelo propio en el que la cultura ocupara un lugar central.
1.3 La salud en tiempo de pandemia
Como un tsunami de noticias, muchas falsas, otras no tanto, los
diferentes medios comunicativos anunciaron desde Wuhan, una
pequeña ciudad china que, como bien lo diría algún personaje
(célebre, pero no por su conocimiento geográco e histórico), una
ciudad ‘china japonesa donde se inventó la confusión’, confusión
tal que hizo que Isabel y Juan vivieran días intensos; incluso, se
alcanzó a hablar de infodemia, convirtiéndose en una epidemia
paralela (si es que se pudiera considerar enfermedad).
Según datos del Instituto Nacional de Salud de Colombia
(INS, 2020), la cronología de la noticia se resume desde el 31
de diciembre de 2019, cuando la Comisión Municipal de Salud y
Sanidad de Wuhan, provincia de Hubei, China, reportó un grupo
de 27 personas con neumonía de etiología no conocida concuyos
síntomas iniciaron el 8 de diciembre de 2019, quienes reportaron
antecedentes de exposición a un mercado de mariscos, pescados
y animales vivos ubicados en dicha ciudad. Posteriormente, el 7
de enero de 2020, las autoridades chinas identicaron un nuevo
tipo de virus de la familia Coronaviridae como agente causante
del brote que, la Organización Mundial de la Salud (OMS, s.f.)
denominó ‘nuevo coronavirus’ y, la Organización Panamericana de
la Salud (OPS), SARS-CoV-2. Así, la OMS nombró a la enfermedad
como COVID-19 y el 11 de marzo la declaró pandemia (Cantero
et al., 2020).
25
Para Isabel, todos estos términos sonaban confusos y, aunque
fuera parte del personal de salud, aún tendía a hablar de manera
indiferente de COVID-19, coronavirus o SARS-CoV-2; no obstante,
acudió a fuentes conables que le permitieron aclarar mejor sus
conocimientos en la temática, porque claro está, esta duda no
podía comunicarse a los estudiantes.
Para la OMS (2020), el COVID-19 o coronavirus de tipo 2, es
el causante del síndrome respiratorio agudo severo y basa su
nombre SARS-CoV-2 en su estructura genética, denominación que
busca facilitar el desarrollo de pruebas diagnósticas, vacunas y
medicamentos.
Isabel empezó a buscar en las diferentes bases de datos para
conocer y comprender los avances cientícos sobre la enfermedad.
Así, inició su clase en la plataforma Meets a través de la cual se
reunió con sus estudiantes, intentando explicar las características
de la enfermedad e inició mencionando que el COVID-19 cursaba
con tos, ebre y dicultad respiratoria (Jiménez y Ruiz, 2021).
De lo anterior, -agregó Isabel-, es importante destacar que se
ha hallado dos características distintivas en pacientes graves y
críticos con COVID-19: la primera, es el aumento progresivo de
la inamación (hiperinamación o tormenta inamatoria) en la
que se presenta el síndrome de respuesta inamatoria sistémica
que puede inducir a un choque séptico conducente a un fallo
multiorgánico con tasas de mortalidad altas (Jiménez y Ruiz,
2021); la segunda, una tendencia exagerada a la hipercoagulación
(Gil et al., 2021). Isabel resalta que el cuadro clínico se encuentra
más comprometido en personas con avanzada edad y con ciertas
comorbilidades. Para comprender mejor la siopatología de
COVID-19, Isabel invita a sus estudiantes a consultar el artículo
de De García (2020), titulado ‘Entendiendo la siopatología del
COVID-19’, en el que se detalla ampliamente este aspecto.
De esta manera, se diferencia tres fases en la enfermedad: en la
primera se replica el virus en la mucosa respiratoria y se presenta
la viremia con síntomas propios de la infección respiratoria, tales
como tos seca, ebre y, en algunos casos, gastroenteritis con
vómitos y diarrea, presentando en ocasiones linfopenia. En la
segunda fase, cuando la infección se aloja en el pulmón, persisten
la tos y la ebre y, la neumonía puede ser leve o presentar algunos
signos de gravedad como la taquipnea y la hipoxia; se acentúa la
linfopenia y hay una elevación en los niveles de dímero D, que es
indicador de trastornos de la coagulación. Desde este momento,
si se elimina el virus, lo que es detectable por la disminución
de la carga viral, la evolución puede ser buena, acompañada de
la paulatina desaparición de los síntomas, pero si continua su
avance, en la fase III se presenta dicultad respiratoria extrema
26
en la que se requiere respiración asistida y respuesta inamatoria
sistémica con signos en los que se pasa de ebre a hipotermia,
taquipnea, taquicardia e hipotensión, que puede llevar a un choque
séptico donde se presenta hipotensión refractaria, coagulación
intravascular, isquemia en extremidades, fallo multiorgánico,
elevación de marcadores de inamación (proteínas de fase aguda,
ferritina) (Lin et al., 2020; Siddiqi y Mehra, 2020).
Figura 1
Fases del COVID-19
Fuente: De García (2020).
Los noticieros anunciaban que, como respuesta a la situación
mundial, la máxima autoridad mundial en salud, la OMS, dio
directrices a los gobiernos para enfrentar la situación y, en
Colombia, fueron planteadas varias medidas enmarcadas en
cuatro propuestas a realizar en diferentes momentos:
i) medidas de salud pública para bajar la velocidad del contagio
del virus; ii) reabrir poco a poco la economía y contener la
velocidad de la propagación; iii) volver a la normalidad y, iv)
fortalecer la capacidad para actuar frente a otros riesgos de
pandemia. (Trujillo, citado por el Ministerio de Salud y Protección
Social, 2020, párr. 1)
Así, Isabel y su esposo empezaron a usar tapabocas, a lavarse
las manos con abundante jabón que produjera espuma, porque
se creía que así se destruiría la capa grasa que recubría al virus,
a utilizar alcohol al 70 % líquido o glicerinado, por las mismas
27
razones y, a cambiarse de ropa cada vez que salían; esto generó
en las manos de Isabel, dermatitis de contacto.
Para ella, este tiempo de trabajo desde casa incrementó su
nivel de esfuerzo, porque ya no solo tenía que cumplir con las
tareas derivadas del trabajo, el cual a propósito, también había
incrementado, sino que ahora saltaba de una reunión a otra y
de ellas surgían muchas tareas que debía realizar en tiempo
extralaboral: atender a los estudiantes y los requerimientos de la
administración central, solucionar las situaciones generadas por la
necesidad de adaptación a las nuevas metodologías, capacitarse.
Todo cobró un carácter de urgente, de inaplazable, que obligó a que
las horas que pasaba sentada frente al computador fueran más de
ocho diarias, que sus ojos iniciaran un deterioro y agotamiento por
uso excesivo de pantallas; así mismo, su mano, codo, hombro y
zona lumbar empezaron a doler; las piernas empezaron a tornarse
ácidas y con hematomas, indicando que su circulación y músculos
estaban siendo afectados; en general, mentalmente, la salud
de Isabel se afectó porque, además de atender las obligaciones
laborales, debía atender la casa, viéndose obligada a prescindir de
los servicios de Lola, su colaboradora del hogar, como forma de
prevención y protección.
Ahora, doce meses después de iniciar en Colombia las medidas
tomadas para la contención, aislamiento selectivo y mitigación,
Isabel estaba irritable, de mal humor, cansada tanto física y
mentalmente, como de forma emocional, con dolores generalizados
y, para incrementar la situación, Isabel temía perder su trabajo,
puesto que se hablaba de un posible recorte en el personal
docente, causado por la elevada deserción de estudiantes y el
décit económico en los hogares. Según la Ocina de Coordinación
de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas (OCHA), Equipo
Humanitario de Colombia y Secretaría de las Naciones Unidas
(2020), muchas cabezas de hogar quedaron sin sustento diario por
despido o, también, por la imposibilidad de salir a buscarlo debido
a las medidas de contención y aislamiento preventivo obligatorio
dictadas por el gobierno nacional.
Para la OPS y la OMS (2021), en la región de las Américas, 56
países y territorios noticaron casos y defunciones por COVID-19.
Los reportes epidemiológicos noticaron, desde el 15 de enero de
2020 hasta el 8 de febrero de 2021, 6.574.308 casos conrmados,
incluidas 158.356 defunciones adicionales, lo cual constituía un
incremento del 14 % de casos y de 14 % de muertes, cifras
menores a las reportadas durante diciembre 2020 - enero 2021.
Juan, al darse cuenta del malestar acumulado que tenía Isabel,
el sábado por la tarde le manifestó su preocupación, puesto que
esta situación también empezaba a afectar su relación.
28
Juan es ingeniero electrónico y, como muchas personas, cree
que la salud es ausencia de enfermedad; sin embargo, en el
transcurso de la tarde, Isabel le explicó que su salud es más
que eso e, incluso, algo diferente a lo que dene la OMS; le dijo,
con base en los planteamientos de Jadad (2008, citado por El
Espectador, 2012): Amor, si concordara con lo que la OMS arma,
me quedaría con un concepto de algo estático, y además, la
vida es un constante ir y venir, -eso, lo sabes mejor que yo- es
movimiento que equilibra, pero también desequilibra, lo que hace
difícil tener un estado de bienestar completo -y añadió-: Jadad,
un médico colombiano, a mucho honor, le propuso a la OMS una
denición donde la salud es la “capacidad que tiene un individuo
o una comunidad para adaptarse y gestionar su vida al enfrentar
desafíos físicos, mentales y sociales que se le presenten en la
vida” (El Espectador, 2012, párr. 5).
A Juan le llamó mucho la atención la explicación y esa tarde
realizaron una tertulia acompañada de vino, comida, risas,
debates, preguntas y mucho amor. Podría decirse que después de
esa tarde, Isabel disminuyó su irritabilidad y Juan se tranquilizó.
Al lunes siguiente, durante una reunión laboral surgieron nuevos
cuestionamientos frente al papel de la sioterapia en tiempos
de pandemia, desde una visión diferente a la de la intervención
cardiopulmonar que, valga la pena mencionar, en este tiempo
la posicionó, mostrando las fortalezas establecidas en el año
2015 por la Asociación Colombiana de Fisioterapia (ASCOFI), la
Asociación Colombiana de Facultades de Fisioterapia (ASCOFAFI),
el Colegio Colombiano de Fisioterapeutas (COLFI) y la Asociación
Colombiana de Estudiantes de Fisioterapia (ACEFIT).
Se habló entonces de salud mental, una de las grandes afectadas
por la pandemia, pero no se mencionó la enfermedad mental, el
trastorno mental, lo cual agradaba mucho a Isabel, porque había
insistido mucho en que, si se quería ampliar la visión biomédica
hegemónica en la que se enfoca la atención al tratamiento de la
enfermedad, no porque fuera mala sino porque no permitía una
interacción integral del otro ni de sí mismo, se requería empezar
a caminar en compañía de otras disciplinas y profesiones,
especialmente aquellas de carácter social.
Para Isabel, este debate era muy sentido dado que, por la
historia de Juan, una persona considerada a sí misma como
transexual, había tenido que abrir su pensamiento a diferentes
formas y construcciones de vida para poder comprender que Juan,
quien hubiese nacido como mujer, hoy era su esposo, el hombre
a quien amaba, con quien era feliz y había decidido construir su
futuro, muy a pesar de lo que la sociedad dijera.
29
Así, al revisar las deniciones de salud mental, Isabel y sus
compañeros encontraron la que plantea la OMS (citada por Muñoz
et al., 2016): “un estado de bienestar, en el cual el individuo
consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones
normales de la vida, trabajar de forma productiva y fructífera y
tener la capacidad para hacer contribuciones a su comunidad” (p.
166). No obstante, rescataron, desde los lineamientos nacionales,
el artículo 3º de la Ley 1616 de 2013 sobre salud mental en
Colombia, que la dene como:
Un estado dinámico que se expresa en la vida cotidiana a través
del comportamiento y la interacción, de manera tal que permite
a los sujetos individuales y colectivos desplegar sus recursos
emocionales, cognitivos y mentales para transitar por la vida
cotidiana, para trabajar, para establecer relaciones signicativas
y para contribuir a la sociedad. (párr. 5)
En ambas deniciones observaron similitudes; incluso, con la
propuesta de Jadad; así, Isabel y sus colegas empezaron a analizar
las posibles rutas a transitar desde la Fisioterapia en el ámbito de
la salud mental, sin perder de vista el referente conceptual de la
profesión: el movimiento corporal humano (MCH) (González et al.,
2010). De esta manera, Isabel empezaba a soñar una profesión
que concibe el movimiento como expresión del cuerpo-territorio, a
través del cual se hace posible ser y estar en este mundo, y cuya
transformación, para Prieto et al. (2005) se plantea desde tres
procesos básicos: “reconocer-se, relacionar-se y transformarse
en una simultaneidad de contextos personales/interpersonales,
comunitarios/locales y sociales/sectoriales” (p. 66).
Los tres procesos, iniciando por el de reconocer-se, parten de la
conciencia corporal como conocimiento del propio ser, construido
no solo por procesos anatómicos, neurológicos y siológicos
del cuerpo físico, sino de los psicosociales que surgen de la
interacción del sujeto con los otros, con sus experiencias y su
contexto, mediante los cuales “percibe, crea, construye e imagina
realidades y otorga sentidos bajo un signicado, una justicación
y un horizonte de actuación” (Holzapfel, 2005, p. 18).
Esto lo sabía muy bien Juan, puesto que había tenido un largo
y doloroso proceso de reconocerse y relacionarse que, nalmente,
le había permitido transformarse. Andrea, una niña nacida en el
seno de una familia conservadora, desde su corta infancia había
mostrado señales de no sentirse conforme con su cuerpo físico;
era un poco brusca en sus movimientos y prefería relacionarse
más con los niños que con las niñas. A medida que pasaban
los años, Andrea fue cambiando su sionomía y tomando más
características masculinas, hasta que, a los 18 años de edad, le
avisó a su familia que, en adelante, Andrea se iría para dar paso
30
a Juan, su verdadero yo. Como era de esperarse, su familia no lo
tomó muy bien, pero por el gran amor que le tenían, aprendieron
a respetar la decisión y a valorar a Juan, tal cual como se sentía.
Sin embargo, cuando Juan conoció a Isabel, volvieron las dudas
y los sufrimientos, pues se enamoró perdidamente de ella; al
principio de la relación, no sabía cómo tomaría ella su historia;
efectivamente, el día que abordaron el tema, su relación terminó,
dado que Isabel sentía no estar preparada para enfrentar a una
sociedad y, tampoco, a sí misma en sus supuestos de vida. Esta
separación duró un año, que fue difícil para ambos, con momentos
de tristeza que parecían convertirse en depresión, desasosiego
y culpa. Además de sentir una sensación de locura por no
comprender por qué Dios o la vida les habían puesto semejante
prueba. No obstante, al nal, Isabel comprendió que somos lo que
decidimos ser y Juan, había decidido ser un hombre transparente,
amoroso, inteligente, leal, trabajador, que la amaba y, para ella,
era el hombre de sus sueños, aunque hubiese nacido en cuerpo
de mujer.
Lo anterior nos muestra que el camino para trabajar desde la
salud mental inicia por comprender la forma cómo se reconoce el
sujeto a sí mismo y a los demás, de cómo y con quién o quiénes
nos relacionamos, qué sentidos se otorga a los actos y a la propia
existencia y la forma cómo se transforma y se ubica en un mundo
cambiante. Esto implica comprender “los procesos a través de los
cuales nos formamos y conformamos como sujetos en una sociedad
que también construye y comparte sentidos que se maniestan en
la cultura” (Du-Gay et al., 1997, p. 10).
1.4 Cambios y ajustes en la economía, para afrontar la
pandemia
A medida que pasaron los días y el aislamiento obligatorio fue
haciendo efecto, no solo sobre la prevención del número de
contagios, sino también y de manera abrumadora sobre la
economía mundial, Isabel y Juan se preguntaban sobre la forma
cómo podrían ayudar a aquellas personas con dicultades para
acceder al mínimo vital; en últimas, a quienes no tenían seguridad
alimentaria y, mucho menos, soberanía.
Como causa de una pandemia incontrolable, el coronavirus es un
nuevo y desgarrador recordatorio de la fragilidad de la vida humana;
y se puede interpretar como la súper enfermedad más democrática
de nuestro tiempo, que no discrimina por raza, geografía, ideología
política, riqueza ni grado de desarrollo o subdesarrollo.
31
[…]. La pandemia detuvo todos los engranajes de la economía,
las manufacturas, los centros comerciales, las aerolíneas, los
hoteles y hasta los centros de diversiones más grandes del
mundo. Muchas ciudades están en aislamiento y la gente se
queda en casa, no va a restaurantes ni a centros comerciales,
no viaja ni compra autos. Sin dudas, a la economía mundial la
afectan el aislamiento y el connamiento. (Cherkaoui, 2021,
p.108/118)
Los analistas políticos y económicos del mundo, desde el inicio de
la pandemia se manifestaron preocupados por las repercusiones.
La Agencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo
(UNCTAD, citada por Cherkaoui, 2021) prevé que la incertidumbre
y la inmovilidad económica actual pueden costar un billón de
dólares a la economía mundial en 2020. Isabel y Juan, a pesar de
no saber mucho sobre economía, entienden que la situación es y
será muy difícil para muchas familias, máxime, cuando además
el país estaba atravesando una crisis humanitaria debido al
incumplimiento de los acuerdos de paz que no solo incrementaron
los márgenes de pobreza y violencia, sino que en tiempos de
pandemia, generaron una mayor movilidad de personas y una
mayor posibilidad de contagio del virus, aumentando la demanda
de los servicios de salud y sobrecargando el sistema.
En marzo de 2020, cuando la COVID-19 adquiría la magnitud de
una pandemia y el número de fallecidos no cesaba de aumentar,
los gobiernos de todo el mundo optaron por una política de coma
económico inducido -que suspendió las interacciones humanas
propias de gran parte de la vida comercial- para impedir nuevos
contagios y aliviar la situación de unos sistemas de salud
sobrecargados. El Fondo Monetario Internacional (FMI, citado por
la Organización de las Naciones Unidas, ONU, 2020) manifestó
que “este connamiento ha provocado que la economía mundial
volviese a entrar en recesión, a una escala desconocida desde la
década de 1930” (p. 6).
Miles de venezolanos movilizados o desplazados hacia países
del subcontinente se vieron de pronto a la deriva, connados,
sin empleo, sin casa y sin protección social. Los que pudieron,
buscaron mecanismos de sobrevivencia en la solidaridad, bien
de ayudas ociales o privadas. Otros, tomaron la decisión de
regresar. En marzo de 2020 comenzó el retorno hacia Venezuela
por diferentes medios, pero especialmente por vía terrestre,
caminando, en transportes públicos y/o privados. (Osorio y
Phélan, 2020, p. 120)
Aquellos que vivían de las ventas, especialmente los empresarios
de pequeñas y medianas empresas y, claro está, los empresarios
informales como los de las ventas ambulantes, fueron los primeros
32
afectados que empezaron a volcarse a las calles de la ciudad a
ofrecer sus productos a los habitantes de barrios que, como el de
Isabel y Juan, cumplían las normas de aislamiento, pero requerían
de insumos para preparar sus alimentos. Así, emergieron nuevas
economías que modicaron las dinámicas sociales de las ciudades
colombianas.
Las tiendas de barrio que, antes de la pandemia habían empezado
a perder fuerza debido a que las tiendas de cadena ofrecían
productos a bajos precios, retomaron el volumen de ventas, dado
que no requerían mayores desplazamientos de los habitantes y,
además, no exigían el cumplimiento de una norma denominada de
‘pico y cédula’ implementada por muchos gobiernos locales para
evitar conglomeraciones y contagios.
Baquero y Liñan (2020) manifestaron que, en Colombia no
disminuyó el consumo de los habitantes, puesto que éste solo
se centra en los víveres y el autosostenimiento; así mismo, el
desempleo incrementó bastante, como consecuencia del COVID-19,
puesto que muchas empresas suspendieron y cancelaron contratos
laborales o disminuyeron salarios, “con el n de no quebrar y
cerrar, lo que género en muchos hogares falta de ingresos, con
la consecuente incertidumbre, impotencia y dicultad, para poder
conseguir los alimentos básicos de la canasta familiar” (p. 300).
Así mismo, los grandes gremios económicos, de la mano con
el gobierno nacional, lanzaron estrategias para incrementar las
ventas y mover la economía, medidas poco convenientes para
la salud pública, dado que predispusieron a conglomeraciones y
mayor riesgo de contagio. Al respecto, Baquero y Liñan (2020)
sostienen que, entre las estrategias para fomentar la actividad
económica, industrial y comercial, el gobierno de Colombia
promovió tres días de compras en los que excluyó el impuesto
al valor agregado (IVA) en los precios, para que la comunidad
en general accediera a diversos artículos, constituyendo así, un
respaldo para los almacenes de cadena y diversos negocios, pero,
paradójicamente, esta medida, incrementó la exposición de muchos
de los habitantes que descuidaron las medidas de protección como
la distancia por persona de mínimo dos metros, ocasionando un
alza en los enfermos, contagios e índices de mortalidad.
A pesar de éstas y otras medidas que promueven el consumismo
por encima de la salud pública, Isabel y Juan son optimistas al
pensar que:
Un pequeño virus está obligando al sistema neoliberal dominante a
revisar la realidad a la fuerza. Aboga por una dimensión humana y
por la precedencia de la sociedad frente a la economía y el lucro en
la reconstrucción de un sistema social democrático revisado, como
debida corrección del neoliberalismo. (Cherkaoui, 2021, p. 108)
33
En muchos casos, se unieron grupos de ciudadanos en un
gesto de solidaridad, para apoyar a los más vulnerables, creando
rutas de fortalecimiento de economías rurales en las que los
campesinos tuvieron la oportunidad de mejorar la trazabilidad de
sus productos, fortaleciendo los mercados rurales, logrando así la
seguridad nutricional para algunos grupos poblacionales a través
de la ruta de la soberanía alimentaria.
No obstante, tras la publicación del informe sobre el estado de
seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo en el año 2020
elaborado por la FAO, “tales inquietudes se han transformado
en un llamado enérgico a atender con urgencia el problema del
hambre, debido a que todos los pronósticos realizados para el año
están altamente superados y pasamos a una fase de profunda
gravedad” (Silva, 2020, p. 4).
Según la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de
Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Panamericana de
la Salud (OPS), el Programa Mundial de Alimentos (WFP) y el
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) (2020),
el panorama en la región no mejora, si consideramos que, por
cada persona que sufre hambre, más de seis sufren sobrepeso
u obesidad. El aumento del sobrepeso abarca todos los grupos
etarios, especialmente adultos y niños en edad escolar. En 2019
se observa que casi un cuarto de la población adulta sufre de
obesidad, con prevalencias más altas entre mujeres (28 %) que
en hombres (20 %). En tanto, el crecimiento del sobrepeso en
niñas y niños menores de 5 años alcanzó 7,5 % por encima del 5,9
% a nivel mundial. En conclusión, la malnutrición con exceso de
peso en la región es de las más altas en el mundo y lo más grave
es, que sigue incrementándose.
Para Isabel, esta situación afecta especialmente a América
Latina y a Colombia, encontrando que las políticas priorizan
los intereses económicos de los grandes gremios, a pesar de la
política de seguridad alimentaria que, se supone, garantiza a las
poblaciones el acceso a “los alimentos culturalmente adecuados
y con su disponibilidad a lo largo del tiempo” (Escalante et al.,
2020, pp. 6-7). Así, Isabel plantea que, una falencia de la política
es que la seguridad alimentaria no hace referencia a los modos
de producción, resultando “indistinto si se produce localmente o
en otra parte del mundo, lo que conlleva innumerables problemas
relacionados con la autodeterminación de los pueblos y con el
transporte de las mercaderías de un lado a otro” (p. 7).
Juan, quien antes de esta explicación no comprendía muy bien
la diferencia entre seguridad y soberanía alimentaria, ahora estaba
más interesado en el tema y convencido que, para combatir el
34
hambre en la región, “un paso importante supone un cambio de
paradigma” (Silva, 2020, p. 7); esto es, la implementación de una
política de soberanía alimentaria que promueva el uso amigable
de las materias primas, el incremento de la producción local de
alimentos que suplan la demanda interna de cada país y garanticen
la seguridad alimentaria, el acceso a la tierra, al agua y las semillas
nativas; una política que fomente la toma de decisiones frente
al consumo, los proveedores y los medios de producción y, que
privilegie los productos locales por encima de los importados,
entre muchos otros aspectos a considerar.
35
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40
Actividad física, ejercicio y deporte
en tiempos de pandemia
2.1 Evaluación de la condición física en deportistas y
personas no entrenadas
Isabel y Juan, después de haber pasado un largo tiempo
en cuarentena por el COVID-19 en su hogar, conversaron
detenidamente, dándose cuenta que, la pandemia los había
afectado de muchas maneras y, una de ellas era, en su parte
física. Las labores virtuales, el estar mucho tiempo sentados, las
restricciones para salir de su hogar y las limitaciones de espacio que
presentaba su hogar, limitaban su actividad diaria de ejercitarse
y/o mantenerse activos. Sin embargo, como pareja decidieron
tomar cartas en el asunto; más aún, cuando Isabel sabía que el
movimiento, como referente epistemológico de su profesión, era
primordial para la salud y el bienestar.
Isabel se contactó con algunos de sus amigos, colegas y
sioterapeutas especialistas en ejercicio y deporte, para tener
orientación de cómo iniciar a realizar ejercicio en casa. Jery y
Harvey, mediante videollamada explicaban a Isabel y Juan cómo
adaptarse a las nuevas circunstancias, explicando las alternativas
y estrategias que podían asumir en casa para ejercitarse, sin
importar los espacios reducidos o la falta de materiales especícos.
Inicialmente, Jery partió con una evaluación del entorno, su
contexto, su historial deportivo y, valoró también la condición física
(CF), como aspectos fundamentales para prescribir el ejercicio,
adaptándose a la virtualidad y usando las TIC para poder orientar
de forma segura a sus amigos. Una vez realizada la evaluación,
Harvey procedió a planicar y organizar el entrenamiento de Juan
e Isabel; así mismo, a acompañar por videollamada, cuatro veces a
la semana, las sesiones de entrenamiento, lo que permitía adaptar
de forma eciente y segura el ejercicio en el hogar, para conseguir
los objetivos trazados.
Así, muchos profesionales de la salud y el deporte se adaptaron
a esta nueva realidad. Por esto, mediante este capítulo queremos
resaltar la importancia del deporte durante la pandemia por COVID-19,
entendiendo que no solo los entrenadores, licenciados en educación
física y sioterapeutas se adecuaron a las nuevas circunstancias de
aislamiento, sino también los usuarios, los deportistas y las personas
que vieron a la actividad física como una alternativa de vida, capaz
de mejorar su salud física, mental y su bienestar durante esta etapa.
41
El nivel de CF es considerado un potente marcador de salud
(Ortega et al., 2005; Benítez et al., 2011); su valoración tiene
como nalidad, proporcionar reseñas sobre el estado físico del
individuo y los resultados de la práctica de actividad física. Los
datos obtenidos permitirán tomar decisiones fundadas sobre el
esquema de actividad física más adecuado.
El nivel de CF se puede evaluar objetivamente, mediante test
de laboratorio, test de campo y, actualmente, haciendo uso de
tecnologías tipo, aplicaciones y software y hardware en deporte y
ejercicio, para orientarnos en el tiempo de pandemia por COVID-19
que vive la humanidad, que afecta directamente métodos de
entrenamiento deportivo y de realización de actividad física con
nes saludables. Las acciones más importantes ahora son reducir
la propagación del coronavirus a través del distanciamiento social,
lavado de manos con frecuencia y el evitar tocarse la cara; esto,
a su vez, lleva a realizar una serie de recomendaciones respecto
al proceso de valoración y monitorización del entrenamiento y el
ejercicio, siendo importante que se busque el menor contacto físico
en dicho proceso, debido a lo cual, expondremos en las siguientes
páginas, diversos test y formas de evaluación y monitorización del
deportista o del ejercicio, en personas no entrenadas, que pueden
ser efectuados de forma sencilla, práctica, a bajo costo, ya sea
por personas no entrenadas, por los propios deportistas o por
profesionales de las ciencias del deporte y la actividad física.
2.2 Protocolo de bioseguridad para la evaluación de la
condición física en deportistas y personas no entrenadas
Debido a la situación de emergencia sanitaria por COVID-19 se hace
necesario que los profesionales tomen medidas de bioseguridad
para realizar los procesos de evaluación, ya sea en los escenarios
deportivos, laboratorios, consultorios o, en los respectivos hogares,
tanto a los deportistas como a los no deportistas. Es fundamental
utilizar los protocolos de bioseguridad exigidos por las entidades
gubernamentales para Colombia; para ello se propone el siguiente
manejo, con una lista de chequeo que el evaluador puede diligenciar
fácilmente, antes del procedimiento.
42
Tabla 1
Protocolo de bioseguridad para la evaluación
Pasos para realizar la evaluación de la condición
física en deportistas y personas no entrenadas
Realizado
(chequear
con una X en
el recuadro)
1. Colocarse los elementos de bioseguridad:
gafas de seguridad V36 worseg, guantes
de latex, tapabocas quirúrgico, bata
desechable, uso de desinfectante quirúrgico
para sus manos y las del evaluado
2. Socializar y explicar al sujeto, la actividad
a realizar
3. Puricar con desinfectante a base de
amoniaco, los materiales a utilizar para la
evaluación
4. Ubicar al sujeto en la posición que debe
tener para la prueba, con un distanciamiento
por su parte de, al menos, 1.5 metros
5. Obtener los resultados y el guardado de la
información
6. Retirar los materiales, desinfectarlos y,
asimismo, las manos del evaluador y el
evaluado.
2.3 Test para evaluación de la condición física en deportistas
2.3.1 Evaluación de la capacidad o resistencia aeróbica por
parte del propio deportista
El test de Escalón de Harvard: consiste en bajar y subir un escalón
de 50,8 centímetros de altura durante 5 minutos con una frecuencia de
30 ciclos por minuto. Un ciclo se considera cuando el alumno coloca un
pie sobre el escalón, sube colocando ambos pies en el mismo, extiende
completamente las piernas y endereza la espalda, e inmediatamente
desciende, comenzando con el pie que subió primero. Cuando el sujeto
termina la prueba se sienta; se hace tres tomas de pulso de 30 segundos
cada una, del siguiente modo: Una, al minuto de nalizar el ejercicio
(P1); otra, a los dos minutos (P2); una más a los tres minutos (P3). Se
obtiene una puntuación, que es el resultado del test, según la siguiente
ecuación: “(Duración del ejercicio x 100): 2 (P1 + P2 + P3), siendo así,
43
la clasicación: muy pobre, menor a 55; pobre, 56 a 64; promedio, 65
a 79; bueno, 80 a 89; y excelente, mayor a 90” (Mánquez, 2017, pp.
40-41).
2.3.2 Evaluación del consumo de oxígeno - VO2máx por
parte del profesional relacionado a las ciencias del deporte
y la actividad física
Test de Queen’s Collegue: consiste en subir y bajar un escalón de
41,3 cm de altura a un ritmo constante de 24 ciclos por minuto para
hombres y 22 ciclos por minuto para mujeres, utilizando un Metróno-
mo Tempo Lite. La prueba dura tres minutos; es importante recordar
que la frecuencia cardíaca se toma al nal del ejercicio, utilizando el
monitor cardíaco. Posteriormente, se calcula el VO2máx de este pro-
tocolo, utilizando las siguientes ecuaciones: “para hombres VO2máx =
111,33 – (0,42 x Frecuencia Cardíaca) y para mujeres VO2máx = 65,81
– (0,1847 x Frecuencia Cardíaca)” (Niño, 2012, p. 23).
Tabla 2
Clasicación del VO2máx
Hombres
Clasicación
/Grupo de
edades (en
años)
13 - 19 20 - 29 30 - 39 40 – 49 50 - 59 Sobre 60
Muy pobre <35.0 < 33.0 < 31.5 < 30.2 < 26.1 < 20.5
Pobre 35.0-38.3 33.0-36.4 31.5-35.4 30.2-33.5 26.1-30.9 20.5-26.0
Promedio 38.4-45.1 36.5-42.2 35.5-40.9 33.6-38.9 31.0-35.7 26.1-32.2
Bueno 45.2-50.9 42.5-46.4 41.0-44.9 39.0-43.7 35.8-40.9 32.2-36.4
Excelente 51.0-55.9 46.5-52.4 45.0-49.4 43.8-48.0 41.0-45.3 36.5-44.2
Superior > 56.0 > 52.5 > 49.5 > 48.1 > 45.4 > 44.3
Mujeres
Clasicación
/Grupo de
edades (en
años)
13 - 19 20 - 29 30 - 39 40 - 49 50 - 59 Sobre 60
Muy pobre < 25.0 < 23.6 < 22.8 < 21.0 < 20.2 < 17.5
Pobre 25.0-30.9 23.6-28.9 22.8-26.9 21.0-24.4 20.2-22.7 17.5-20.1
Promedio 31.0-34.9 29.0-32.9 27.0-31.4 24.5-28.9 22.8-26.9 20.2-24.4
Bueno 35.0-38.9 33.0-36.9 31.5-35.6 29.0-32.8 27.0-31.4 24.5-30.2
Excelente 39.0-41.9 37.0-40.9 35.7-40.1 32.9-36.9 31.5-35.7 30.3-31.4
Superior > 42.0 > 41.0 > 40.1 > 37.0 > 35.8 > 31.5
Fuente: Rivera (1986, p. 429).
44
2.3.3 Evaluación de la resistencia a la fuerza o resistencia
muscular en deportistas o personas no entrenadas,
aparentemente sanas
La resistencia muscular revela la capacidad de los músculos para
realizar un tipo de fuerza submáxima de manera repetida en un
periodo de tiempo o, un trabajo muscular que permite mantener
un porcentaje de una repetición máxima (1RM) tanto de forma
dinámica como isométrica. El número máximo de repeticiones en
un tiempo estimado es un índice de la resistencia a la fuerza.
Test de abdominales: máximo número de abdominales
realizados, sin término de tiempo en posición acostado con rodillas
exionadas 90 grados, pies apartados 30 cm de los glúteos,
brazos extendidos con las palmas de las manos sobre los muslos.
El evaluador se sitúa de rodillas por detrás del sujeto, entreteje los
dedos y los ubica debajo de la cabeza del explorado a 5 cm de éste.
El movimiento consiste en levantarse suavemente, deslizando las
palmas sobre los muslos hasta que las puntas de los dedos toquen
las rodillas y se vuelva a la posición inicial. No se debe agarrar
los pies del evaluado. Esta manera reduce la tensión en la zona
inferior de la espalda, reduciendo la participación del músculo
recto femoral y enfatizando sobre la región abdominal.
El número de repeticiones en hombres:
En personas menores a 35 años: excelente con 60
repeticiones; bien 45; regular 30 y mal 15.
De 35 a 44 años: excelente 50 repeticiones; bien 40; regular
25 y mala 10.
Con más de 45 años: excelente 40 repeticiones; bien 25;
regular 15 y mal 5.
El número de repeticiones en mujeres:
Con menos de 35: excelente 50 repeticiones; bien 40;
regular 25 y mal 10.
De 35 a 44 años: excelente 40 repeticiones; bien 25; regular
15 y mal 6.
Con más de 45 años: excelente 30 repeticiones; bien 15;
regular 10 y mal 4.
45
Test de sentadilla sobre la pared: mide la resistencia a la
fuerza, principalmente de los músculos cuádriceps. La posición
inicia de pie, apoyando la espalda en una pared recta. Se desciende
resbalándose por la pared hasta llegar a la posición que se muestra
en la Figura 2, posicionando la rodilla hasta alcanzar una exión
en ángulo de 90 grados.
Figura 2
Posición para realizar la prueba de la resistencia a la fuerza del
cuádriceps
• Cuando la persona esté lista, elevará un pie a 5 cm del suelo
y se iniciará con la toma del tiempo, intentando mantener el
equilibrio en esa posición el mayor tiempo posible.
• Se detiene el cronómetro en el momento en que se apoya el
pie en el suelo.
• Se da un receso y se repite el test con la otra pierna.
En la Tabla 3 se describe las escalas de tiempo en (Seg.) para
catalogar el resultado de esta prueba para personas con edades
comprendidas entre los 16 y 19 años (Arnot y Gaines, 1984,
citados por Alba, 2010):
46
Tabla 3
Clasicación de los resultados (segundos) del test de resistencia a
la fuerza de cuádriceps
Género Excelente Sobre
media Promedio Bajo
media Pobre
Masculino > 102 102 – 76 75 – 58 57 - 30 < 30
Femenino > 60 60 – 46 45 – 36 35 - 20 < 20
Fuente: Alba (2010).
Test de exoextensiones de brazos
Esta prueba mide la resistencia a la fuerza de la musculatura del
tren superior.
• En posición decúbito prono, con manos separadas a la anchura
de los hombros y brazos completamente extendidos, bajar
hasta exionar los codos en un ángulo de 90 grados.
• Volver a la posición anterior.
• Repetir consecutivamente este ciclo y realizar el máximo
número de repeticiones posibles como en la Figura 3.
• Registrar las repeticiones realizadas correctamente.
• Como las mujeres presentan menor fuerza, se recomienda
modicar este ejercicio para ellas, apoyando las rodillas en
el suelo como en la Figura 4.
La interpretación de los resultados para este test se puede efectuar
haciendo un comparativo con mediciones anteriores o mediante
las tablas 39 y 40 (McArdle et al., 2000).
Figura 3
Test de exoextensiones de brazos para hombres
47
Figura 4
Test de exoextensiones de brazos para mujeres
Tabla 4
Escala para clasicar resultados de la prueba de exoextensiones
de brazos en hombres
Edades Excelente Bien Promedio Regular Pobre
20 - 29 > 54 45 - 54 35 – 44 20 - 34 < 20
30 - 39 > 44 35 - 44 25 – 34 15 - 24 < 15
40 - 49 > 39 30 - 39 20 - 29 12 - 19 < 12
50 - 59 > 34 25 - 34 15 – 24 8 - 14 < 8
60+ > 29 20 - 29 10 - 19 5 - 9 < 5
Fuente: Alba (2010).
Tabla 5
Escala para clasicar resultados de la prueba de exoextensiones
de brazos, modicado para mujeres
Edades Excelente Bien Promedio Regular Pobre
20 - 29 > 48 34 - 38 17 - 33 6 - 16 < 6
30 - 39 > 39 25 - 39 12 - 24 4 - 11 < 4
40 - 49 > 34 20 - 34 8 - 19 3 - 7 < 3
50 - 59 > 29 15 - 29 6 - 14 2 - 5 < 2
60+ > 19 5 - 19 3 - 4 1 - 2 < 1
Fuente: Alba (2010).
48
2.3.4 Pruebas para evaluación de la condición física en
personas no entrenadas
Una de las formas de evaluar la resistencia cardiovascular en
personas no entrenadas es, a través de la Prueba de Escalón;
existen diversas pruebas que puede usarse para personas que
no practican una disciplina deportiva, los cuales se describire a
continuación:
2.3.5 Evaluación de la capacidad o resistencia aeróbica
para personas sin formación en Ciencias del deporte y la
actividad física
Test de Ruer: mide la resistencia aeróbica de corta duración
de un sujeto, a quien se le solicita que realice 30 exiones de
rodillas, controlando que haga una exión correcta de rodillas;
se considera una correcta ejecución cuando, al menos, sitúa los
muslos horizontales y paralelos con el suelo. La forma más precisa
de hacerlo es con un pulsímetro, aunque se puede hacer una idea
tomando las pulsaciones en la arteria carótida (al lado de la nuez)
o en la arteria radial (en la muñeca, con base en el pulgar), pero
hay cierto error por el propio tiempo que se tarda en contarla.
En las siguientes páginas de este capítulo se puede encontrar
recomendaciones para evaluar este aspecto a través de aplicaciones
en el celular, que facilitan esta tarea, para personas sin formación
profesional en el ámbito de las ciencias del deporte y la actividad
física.
Se mide la Frecuencia Cardiaca (FC) a los participantes, antes
de realizar las 30 exiones (P), nada más acabar las exiones (P¢)
y al minuto de descanso (P¢¢), empleando para las medidas de la
FC un pulsómetro o una aplicación en el celular (Martínez, 2002;
Casterad et al., 2003).
Tabla 6
Clasicación capacidad aeróbica
Índice de Ruer Valoración
<1 Muy bueno
1 a 5 Bueno
5 a 10 Mediano
10 1 20 Malo
>20 Sospecha patología
Fuente: Martínez (2002); Casterad et al., (2003).
49
2.3.6 Evaluación del consumo de oxígeno - VO2máx por parte
del profesional relacionado con las ciencias del deporte y la
actividad física
Test de Forestry Step: es una prueba recomendada por
especicidad y conabilidad, para personas sedentarias y no
entrenadas. La elevación del step es de 40 cm para hombres
y 33 cm para mujeres. Se ejecuta únicamente una carga de 5
minutos de duración. La periodicidad de ciclos/minutos es de 22.5
(metrónomo ajustado a 90 sonidos/minutos) y se anota el pulso a
los 15 y 30 segundos, una vez terminada la prueba.
El procedimiento consiste en registrar, en primer lugar, un dato
no ajustado de VO2máx, utilizando las Tablas 7 u 8 (según género
de la persona), la frecuencia de pulsaciones anotadas (en 15
segundos) y, el peso corporal.
Tabla 7
Valores no ajustados de VO2máx. Según el Forestry Step – test en
hombres
Pulsacio-
nes
VO2máx., ml/kg/min
45 33 33 33 33 33 32 32 32 32 32 32 32 32
44 34 34 34 34 33 33 33 33 33 33 33 33 33
43 35 35 35 34 34 34 34 34 34 34 34 34 34
42 36 35 35 35 35 35 35 35 35 35 35 34 34
41 36 36 36 36 36 36 36 36 36 36 36 35 35
40 37 37 37 37 37 37 37 37 35 35 35 35 35
39 38 38 38 38 38 38 38 38 38 38 38 37 37
38 39 39 39 39 39 39 39 39 39 39 39 38 38
37 41 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40 39 39
36 42 42 41 41 41 41 41 41 41 41 41 40 40
35 43 43 42 42 42 42 42 42 42 42 42 42 41
34 44 44 43 43 43 43 43 43 43 43 43 43 43
33 46 45 45 45 45 45 44 44 44 44 44 44 44
32 47 47 46 46 46 46 46 46 46 46 46 46 46
31 48 48 48 47 47 47 47 47 47 47 47 47 47
30 50 49 49 49 48 48 48 48 48 48 48 48 48
29 52 51 51 51 50 50 50 50 50 50 50 50 50
28 53 53 53 53 53 52 52 52 51 51 51 51 51
27 55 55 55 54 54 54 54 54 54 53 53 53 52
50
26 57 57 56 56 56 56 56 56 56 55 55 54 54
25 59 58 58 58 58 58 58 58 58 56 56 55 55
24 60 60 60 60 60 60 60 59 59 58 58 57 -
23 62 62 61 61 61 61 61 60 60 60 59 - -
22 64 64 63 63 63 63 62 62 61 61 - - -
21 66 66 65 65 65 64 64 64 62 - - - -
20 68 68 67 67 67 67 66 66 65 - - - -
Pesos Corporales
Lb. 120 130 140 150 160 170 180 190 200 210 220 230 240
Kg. 54.5 59.1 63.6 68.2 72.7 77.3 81.8 86.4 91.0 95.4 100 104.5 109
Nota: las Tablas 7-10 son autoría del investigador B.J. Sharkey (physiology of
tness; 1984; Human Jinetics Publishers; Ch. II.), extraídas del Manual de Fi-
siología del Ejercicio de Adams (1998).
Tabla 8
Valores no ajustados de VO2máx, según el Forestry Step – test en
mujeres
Pulsacio-
nes
VO2máx., ml/kg/min.
45 29 29 29
44 30 30 30 30 30
43 31 31 31 31 31 31
42 32 32 32 32 32 32 32 32 32 32
41 33 33 33 33 33 33 33 33 33 33
40 34 34 34 34 34 34 34 34 34 34
39 35 35 35 35 35 35 35 35 35 35
38 36 36 36 36 36 36 36 36 36 36
37 37 37 37 37 37 37 37 37 37 37
36 37 38 38 38 38 38 38 38 38 38 38
35 38 38 39 39 39 39 39 39 39 39 39 39
34 39 39 40 40 40 40 40 40 40 40 40 40
33 40 40 41 41 41 41 41 41 41 41 41 41
32 41 41 42 42 42 42 42 42 42 42 42 42
31 42 42 43 43 43 43 43 43 43 43 43 43
30 43 43 44 44 44 44 44 44 44 44 44 44
29 44 44 45 45 45 45 45 45 45 45 45 45
28 45 45 46 46 46 47 47 47 47 47 47 47
51
27 46 46 47 48 48 49 49 49 49 49
26 47 48 49 50 50 51 51 51 51
25 49 50 51 52 52 53 53
24 51 52 53 54 54 55
23 53 54 55 56 56 57
Pesos corporales
Lbs. 80 90 100 110 120 130 140 150 160 170 180 190
Kg. 36.4 40.9 45.4 50.0 54.5 59.1 63.6 68.2 72.7 77.3 81.8 86.4
Subsiguientemente, se establece en la Tabla 9 el valor del
VO2máx denitivo según el dato anterior y la edad.
Tabla 9
Valores ajustados de VO2máx Según edad en el Forestry Step
Valor no ajustado de VO2máx, ml/kg/min
30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50
Edad
Valores Ajustados de VO2máx
15 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 53
20 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51
25 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50
30 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49
35 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47
40 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46
45 25 26 27 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46
50 24 25 26 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45
55 23 24 25 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 40 41 42 43
60 22 23 24 25 26 27 28 30 31 32 33 34 35 36 37 37 38 39 40 41 42
65 21 22 23 34 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 38 39 40
Valor no ajustado de VO2máx, ml/kg/min
51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72
Edad
Valores ajustados de VO2máx
15 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 67 68 69 70 71 72 73 74 75 76
20 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 72 73
25 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71 82
30 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69 70 71
35 49 50 51 52 53 54 55 56 57 58 59 60 60 61 62 63 64 65 66 67 68 69
40 48 49 50 51 52 53 54 55 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 66 67 68
45 47 48 49 50 51 52 52 53 54 55 56 57 58 59 60 61 62 63 64 65 65 66
52
50 45 46 47 48 49 50 51 52 53 53 54 55 56 57 58 58 59 61 61 62 63 64
55 44 45 46 46 47 48 49 50 51 52 53 53 54 55 56 57 58 59 59 60 61 62
60 42 43 44 45 46 46 47 48 49 50 51 51 52 53 54 55 56 57 57 58 59 60
65 41 42 42 43 4 45 46 46 47 48 49 50 50 51 52 53 54 54 55 56 57 58
Ejemplo:
Si el evaluado presenta una edad de 40 años y su VO2máx no
ajustado es 50, su valor ajustado será 47. Finalmente, con los
datos de la Tabla 10, se determina la condición aeróbica.
Tabla 10
Clasicación de la condición física aeróbica mediante consumo de
oxígeno VO2máx para hombres y mujeres al aplicar el Forestry
Step Test
Categorías
Superior Excelente Muy
bien Bien Regular Pobre Muy
pobre
Edad Género VO2máx., ml/kg/min
15
H >56 52-56 47-51 42-
46 37-41 32-
36 <32
M >53 49-53 44-48 39-
43 34-38 29-
33 <29
20
H >55 51-55 46-50 41-
45 36-40 31-
35 <31
M >52 49-52 43-47 36-
42 33-37 28-
32 <28
25
H >54 50-54 45-49 40-
44 35-39 30-
34 <30
M >41 47-51 42-46 37-
41 32-36 27-
31 <27
30
H >53 49-53 44-48 39-
43 34-38 29-
33 <29
M >50 46-50 41-45 36-
40 31-35 26-
30 <26
35
H >52 48-52 43-47 38-
42 33-37 28-
32 <28
M >49 45-49 40-44 35-
39 30-34 25-
29 <25
40
H >51 47-51 42-46 37-
41 32-36 27-
31 <27
M >48 44-48 43-39 34-
38 29-33 24-
28 <24
45
H >50 46-50 41-45 36-
40 31-35 26-
30 <26
M >47 43-47 38-42 33-
37 26-32 23-
27 <23
53
50
H >49 45-49 40-44 35-
39 30-34 25-
29 <25
M >46 42-46 37-41 32-
36 27-31 22-
26 <22
55
H >48 44-48 39-43 34-
38 29-33 24-
28 <24
M >45 41-45 36-40 31-
35 26-30 21-
25 <21
60
H >47 43-47 42-38 33-
37 28-32 23-
27 <23
M >44 40-44 35-39 30-
34 25-29 20-
24 <20
65
H >46 42-46 37-41 32-
36 27-31 22-
26 <22
M >43 39-43 34-38 29-
33 24-28 20-
23 <20
Fuente: (Alba, 2010).
2.3.7 Evaluación de la capacidad funcional en personas no
entrenadas y con presencia de patologías, para profesionales
relacionados con el área de las ciencias del deporte y la
actividad física
Una persona no entrenada que, además, tenga presencia de
patologías, especialmente asociadas al sistema cardiorrespiratorio
y que desee comenzar un programa de ejercicio para mejorar su
salud, debe iniciar su proceso con una evaluación preliminar de la
capacidad funcional, que determine la respuesta de los diferentes
sistemas (respiratorio, cardiovascular, metabólico, músculo
esquelético y neurosensorial) al estrés impuesto por el ejercicio.
Para este n, la prueba de ‘Caminata de los 6 minutos’ puede ser
una forma conable para el diagnóstico, pronóstico y seguimiento
de sujetos con enfermedades respiratorias crónicas (Gochicoa-
Rangel et al., 2015).
Test de caminata de 6 minutos: según el Manual de medición
de la caminata de los 6 minutos del Ministerio de Salud y Protección
Social de Colombia y la Organización Panamericana de la Salud
(OPS) (2016), la caminata de seis minutos es un test de
carga constante que mide la distancia que un sujeto puede
caminar durante seis minutos, con paso rápido, sobre una
supercie plana. Es la prueba más sencilla y utilizada para
valorar la capacidad funcional; es rápida, reproducible, de bajo
costo y utiliza una acción diaria y familiar, como lo es el caminar.
54
Esta prueba evalúa respuestas globales e integrales de todos
los sistemas involucrados durante el ejercicio; sin embargo, no
suministra información especíca de cada sistema ni establece
el mecanismo responsable de la limitación al ejercicio. (p. 7)
A continuación, se transcribe textualmente las indicaciones del
mencionado manual, que el lector podrá encontrar en las páginas
7 a 14:
Indicaciones
Comparación del estado funcional pre y post tratamiento o
intervención de:
a. Trasplante pulmonar.
b. Cirugía de resección pulmonar.
c. Cirugía de reducción de volúmenes.
d. EPOC.
e. Hipertensión pulmonar.
f. Insuciencia cardiaca congestiva.
g. Rehabilitación pulmonar.
Evaluación del estado funcional en:
a. EPOC.
b. Fibrosis quística.
c. Insuciencia cardiaca congestiva.
d. Enfermedad vascular periférica.
e. Trastornos neuromusculares.
f. Personas de edad avanzada.
g. Personas con deterioro funcional por cualquier causa.
Contraindicaciones absolutas para la caminata de 6 minutos:
a. Infarto agudo de miocardio o angina de pecho inestables en
el mes anterior de la prueba.
b. Frecuencia cardiaca en reposo superior a 120 pulsaciones
por minuto.
c. Presión arterial en reposo superior a 180 mmHg (sistólica)
y/o 100 mmHg (diastólica).
d. Arritmia cardiaca no controlada.
e. Falta de colaboración.
Causas de inmediata suspensión de la prueba:
a. Dolor precordial.
b. Disnea intolerable.
c. Caída de saturación por debajo de 86 %.
d. Calambres musculares.
55
e. Marcha tambaleante.
f. Mareos o vértigo.
g. Palidez o diaforesis súbita.
Preparación del sujeto:
a. Ropa cómoda para la realización de la prueba.
b. Calzado apropiado para caminar.
c. La persona debe utilizar las ayudas necesarias para su
desplazamiento en los casos que así lo requieran (perros,
caminadores, bastones).
d. Las personas deben continuar su régimen médico habitual.
e. El sujeto no debe realizar ejercicio vigoroso dos horas antes
del test.
f. Lectura, explicación y rma del consentimiento informado,
el cual es especíco para prueba de caminata de 6 minutos.
Personal, equipos e insumos necesarios:
a. Profesional con entrenamiento en soporte vital básico.
b. Conos de tránsito para demarcar sitios de retorno.
c. Oxímetro de pulso.
d. Escala de Borg (modicada).
e. Fuente de oxígeno.
f. Tensiómetro.
g. Silla para reposo, pre y post examen.
h. Desbrilador.
i. Teléfono.
j. Equipo de primeros auxilios con nitratos, aspirina.
Procedimiento
Instrucciones al paciente:
a. Solicitar que use ropa cómoda, calzado adecuado y evite
comer en las dos horas previas al estudio.
b. Explicarle que no debe suspender la medicación que utiliza
normalmente; debe seguir recibiéndola en la forma prescrita.
c. No se debe suspender el uso de broncodilatadores previo a
la prueba.
d. Debe permanecer en reposo mínimo durante 15 minutos antes
de la prueba. No se requiere realizar calentamiento previo.
e. Deberá recibir una explicación clara de la prueba, riesgos
y benecios y rmar previamente, el consentimiento
informado.
f. Explicar la escala de Borg, el recorrido a seguir y el rol del
personal de la salud.
56
En forma clara y pausada, indique al paciente lo siguiente:
Usted debe cumplir con una caminata de seis minutos; la idea
o meta, es que camine tan rápido como pueda, para conseguir la
mayor distancia posible. Usted dará la mayor cantidad de vueltas
posibe. Puede ocurrir que sienta que le falta el aire o que se cansa.
Está permitido reducir la velocidad, parar y hasta descansar si lo
necesita. Si se detiene, debera reiniciar la marcha tan rápido como
sea posible. No debe hablar en ningún momento de la prueba,
a menos que tenga algún problema; de ser así, será auxiliado
inmediatamente. Acérquese a la línea de comienzo y aguarde
hasta que yo le diga que puede comenzar a caminar.
Al realizar la prueba tenga en cuenta los siguientes aspectos:
a. No efectuar un calentamiento antes de la prueba.
b. El paciente debe descansar en una silla próxima al sitio
de inicio de la prueba, en donde el examinador debe
hacer una revisión de los signos vitales y de las posibles
contraindicaciones para la continuación de la prueba.
c. El uso de oxígeno durante la realización de la prueba es
opcional; la decisión se tomará de acuerdo con la oximetría
realizada antes de iniciar la prueba; su uso durante la prueba
no debe interferir con la ejecución de ésta.
d. La determinación de la disnea y fatiga del paciente se hará
de acuerdo con la escala de Borg, con el n de estandarizar
los datos.
e. Desde el inicio hasta la nalización de la prueba, el examinador
debe contar con todo el equipo necesario (cronómetro,
escala Borg y medios para el conteo de las vueltas).
f. Dé las siguientes instrucciones al paciente:
El objetivo de la marcha de seis minutos es caminar lo más
rápido posible por seis minutos sin correr, la distancia que
usted va a recorrer va a ser desde esta línea de partida
hasta el cono ubicado a 30 metros, dando la vuelta por
detrás de éste; en ningún momento usted debe correr;
durante toda la prueba yo estaré acompañándolo; en caso
de sentirse exhausto, usted podrá parar o disminuir el
ritmo durante el tiempo que considere necesario.
g. Durante toda la prueba el examinador debe estar cerca del
paciente. En ningún momento el examinador debe ser la
pauta para la marcha; debe estar lo sucientemente cerca
para acompañar al paciente guardando la distancia necesaria
para no interrumpir o afectar su marcha.
57
h. Durante toda la prueba el examinador debe motivar al
paciente; las frases que se utiliza están estandarizadas por
protocolo de la Sociedad Torácica Americana (ATS, por sus
siglas en inglés) y son las siguientes:
a. Primer minuto: “lo está haciendo bien, tiene 5 minutos
más”.
b. Segundo minuto: “está haciendo un muy buen trabajo,
tiene 4 minutos más”.
c. Tercer minuto: “lo está haciendo bien, usted ha hecho
la mitad de la prueba”.
d. Cuarto minuto: “mantenga el trabajo que está haciendo,
solo le faltan 2 minutos”.
e. Quinto minuto: “está haciendo un muy buen trabajo,
solo le queda un minuto”.
i) En el momento en que se termine la prueba, el examinador
debe evaluar al paciente en el punto de nalización y de
forma inmediata, la disnea y la fatiga con la escala de
Borg, la saturación de oxígeno y la frecuencia cardiaca;
posteriormente, debe iniciar la recolección de datos de
acuerdo al protocolo estandarizado.
j) Si durante la prueba el paciente se detiene, el examinador
puede decirle, “usted puede descansar contra la pared si lo
preere, luego continué caminado cuando usted se siente
preparado”, el examinador no debe parar de cronometrar el
tiempo.
k) Registre los datos de la historia clínica del paciente que
solicita el formato de evaluación. l) Los intentos se deben
repetir el mismo día en el mismo lugar y en las mismas
condiciones, todo con el n de evitar variables adicionales.
m) Prueba de práctica: se recomienda la realización de dos
pruebas de marcha, ya que la primera sirve como adaptación
del paciente. La realización de una segunda caminata debe
estar separada de la primera por lo menos 15 minutos si
no es posible realizarla el mismo día, podrá hacerse al día
siguiente, pero respetando el mismo horario de realización
de la primera para evitar las variaciones circadianas de la
función pulmonar.
58
Interpretación
Para determinar si la distancia que el paciente caminó es comparable
con la distancia que la mayoría de la población de su mismo
grupo etario caminaría, se utiliza valores de referencia calculados
a partir de fórmulas matemáticas derivadas de ecuaciones de
interpretación:
a. El dato más relevante es la distancia caminada.
b. En la evaluación de una intervención terapéutica se considera
signicativa, una diferencia mayor de 32 metros en la
distancia caminada antes y después de la intervención.
c. La caída de la saturación de oxígeno del 4 % del nivel basal
con el ejercicio indicará mayor compromiso.
d. El grado de disnea percibida y la FC basal y máxima alcanzada
son datos de importancia a evaluar en el contexto clínico.
e. Para determinar si la distancia que el paciente caminó es
comparable con la distancia que la mayoría de la población
de su mismo grupo etario caminaría, se utiliza valores de
referencia calculados a partir de la fórmula matemática
derivada de ecuaciones de regresión basadas en la edad,
peso y género, en personas de edades comprendidas entre
40 y 80 años.
[A continuación, la ecuación de Troosters]
Ecuación de Troosters:
Hombres: 218 + (5.14 x talla cm) – (5.32 x edad) – (1.8 x peso
kg) + 51.3
Mujer: 218 + (5.14 x talla cm) – (5.32 x edad) – (1.8 x peso
kg) + 00. (Ministerio de Salud y Protección Social de Colombia y
Organización Panamericana de la Salud, OPS, 2016, pp. 7-14)
59
Figura 5
Escala de Borg para disnea y fatiga
Instrucciones para evaluar la Escala de Borg
Previo a realizar la prueba, deberá mostrar y explicar al paciente
la escala de Borg, haciendo hincapié que deberá reportar un valor
(de preferencia numérico) para «disnea» y otro para «fatiga».
Una vez hecha la demostración solicite al paciente que indique
el valor en que se encuentra en este momento, con la siguiente
frase: «Señale usted en este momento» ¿Cuánto le falta el aire?
¿El grado de cansancio en las piernas? (Gochicoa-Rangel et al.,
2015, p. 129)
60
Figura 6
Formato de registro para prueba de marcha de seis minutos
Fuente: Ministerio de Salud y Protección Social y Organización
Panamericana de la Salud -OPS- (2016, p. 15).
2.3.8 Evaluación de la resistencia a la fuerza o resistencia
muscular en personas no entrenadas con baja capacidad
funcional o patologías asociadas
Sentarse y levantarse durante 30 sg. (30- Second Chair
Stand): evalúa la fuerza de los músculos extensores de las rodillas
y de las caderas. Valoración: número de repeticiones completas
que puede ejecutar con los brazos cruzados por delante del pecho
durante 30 segundos. Zona de riesgo: menor de ocho levantadas
completas (hombres y mujeres) (Rikli y Jones, 2013).
61
Flexión de codos con mancuernas durante 30 s. (Arm Curl):
evalúa la fuerza de la parte superior del tronco, tan necesaria
para desenvolver tareas diarias que implican levantamientos,
transportes, etc. Valoración: número de exiones y extensiones de
codos que se realiza en 30 segundos movilizando una mancuerna
de 2,30 Kg. para mujeres y de 4 Kg. para hombres. Zona de
riesgo: menor de once exiones/extensiones completas (hombres
y mujeres) (Rikli y Jones, 2013).
2.4 Aplicaciones y herramientas tecnológicas para la
evaluación de la frecuencia cardiaca, la frecuencia
cardiaca máxima teórica y el riesgo cardiovascular, previo
entrenamiento de la condición física en deportistas y
personas no entrenadas
Povea y Cabrera (2018, citando a Wright et al., 2017; Li et al.,
2016; Achten y Jeukendrup, 2003), sostienen que:
La metodología de monitorización del entrenamiento en el
campo de las actividades físicas o deportivas (calicadas como
de resistencia) ha progresado de manera importante. De la
utilización casi exclusiva de la percepción subjetiva de esfuerzo,
se ha logrado un estado de planicación del entrenamiento mucho
más individualizado, ajustado, racionalizado y, en cierta medida,
mucho más ecaz. La utilización de dispositivos que permite
medir simultáneamente múltiples variables tanto internas
(frecuencia cardiaca, frecuencia respiratoria, temperatura)
como externas (acerelometría, velocidad, altura, temperatura,
etc.) ha permitido supervisar de manera especíca la intensidad
e incluso la duración de la actividad física. (p. 169)
2.4.1 Evaluación de la frecuencia cardiaca mediante
herramientas tecnológicas, para personas sin formación en
Ciencias del deporte y la actividad física
A lo largo de estos últimos años, la tecnología móvil se ha centrado
en la monitorización de la actividad física, con la asistencia de los
distintos sensores del smartphone. En pleno 2021, casi todos los
smartphones integran los sensores necesarios para la medición
del pulso cardíaco; muchas personas cuentan con dispositivos que
cuentan con un ash próximo a la cámara del móvil; si esto es así,
es posible realizar la medición de una forma más o menos precisa.
Para ello se recomienda utilizar una aplicación para el móvil, que
es posible descargar de forma gratuita desde la playstore.
2.4.2 Aplicación de ritmo cardíaco - Monitor pulso
Aplicación para medir el pulso cardíaco. El usuario debe colocar
la punta de su dedo índice con la cámara del teléfono y, en un
par de segundos, se mostrará su FC. Un gráco en tiempo real
62
da a conocer el ritmo cardiaco. Utiliza la cámara integrada para
rastrear los cambios de color en la punta de los dedos que están
directamente relacionados con su pulso. Ésta es la misma técnica
que utilizan los oxímetros de pulso médicos.
Figura 7
Interfaz Aplicación Ritmo Cardíaco - Monitor Pulso
Fuente: Azumio Inc. (2021).
2.4.3 Evaluación de la frecuencia cardiaca máxima teórica
mediante aplicaciones o tecnologías, para personas sin
formación profesional en Ciencias del deporte y actividad
física
La frecuencia cardíaca máxima (FCmáx) representa el número
máximo de latidos por minuto que puede alcanzar el corazón en
un esfuerzo máximo. La FCmáx teórica es un cálculo para estimar
la FCmáx, si no se tiene un valor real medido en un test o una
prueba de intensidad máxima; es útil cuando el sujeto no puede
realizar un esfuerzo máximo y se requiere estimar este valor.
Determinar la FCmáx teórica es un poco más difícil si no se tiene
63
formación profesional en deporte y actividad física, pero existen
herramientas tecnológicas que se puede utilizar para ello; una
de ellas es la calculadora de FCmáx de Polar (2020); se puede
acceder a través del enlace https://www.polar.com/blog/es/como-
calcular-frecuencia-cardiaca-maxima/ en el cual se debe ingresar
la edad y, la herramienta estima la FCmáx en pulsaciones por
minuto (ppm).
Figura 8
Calculadora de la FCmax de Polar
Fuente: Polar (2020).
Aunque es de utilidad si la persona no posee competencias
profesionales del deporte y la actividad física, distintos estudios
han demostrado que esta fórmula no siempre ofrece resultados
precisos para todos, especialmente para aquéllos que llevan
muchos años en buena forma o para adultos mayores.
2.4.4 Evaluación de la frecuencia cardiaca y del riesgo
cardiovascular a través de la variabilidad de la frecuencia
cardiaca para profesionales relacionados con el área de las
ciencias del deporte y la actividad física
Para un profesional en las ciencias del deporte y la actividad física,
es esencial contar con biomarcadores conables en especicidad
y respaldo cientíco, para determinar de forma rápida y precisa la
FC y el riesgo cardiovascular, ya sea el suyo o el de un sujeto no
entrenado. El avance tecnológico actual permite la utilización de
tecnologías que pueden ser utilizadas por la población en general,
para contar con un biomarcador que responda a la actividad física
y su monitoreo, en benecio de su salud o, del rendimiento de
aquellas personas que se dedican al deporte.
Evaluación de la frecuencia cardiaca máxima y del riesgo
cardiovascular mediante la variabilidad de la frecuencia
cardiaca:
Para la medición se recomienda utilizar el hardware sensor Polar
H10 y, para su análisis, el software HRV Élite USA 2014, el cual
64
puede ser descargado de la playstore de forma gratuita. Este
sistema está respaldado porque existen buenas correlaciones;
los tamaños de efectos pequeños respaldan la validez del Polar
Heart Rate Monitor para medir intervalos RR y realizar el posterior
análisis de VFC en posición supina; el monitor puede ser utilizado
como recurso alternativo al ECG.
La utilización de monitores de FC amplía las posibilidades de
aplicación; sin embargo, resalta que su uso no sustituye el ECG
en el diagnóstico cardiológico. El estudio de Board et al., (2017)
concluyó que los modernos MFC Polar®, entre ellos el H10 y
posteriores, ofrecen una alternativa válida y útil al ECG, para la
adquisición de datos de series de tiempo de intervalos inter-latido.
Los parámetros de VFC calculados a partir de datos de series de
tiempo de intervalos inter-latido derivados del MFC Polar® reejan
con exactitud las medidas de VFC derivadas del ECG, cuando se
procesa y analiza datos de intervalos inter-latido.
Para la correcta utilización del Polar H10, la banda de transmisión
debe ser humedecida con agua y luego, colocada sobre el pecho
del sujeto. Posteriormente, se congura la aplicación Élite HRV
con los datos propios de la persona a la que se le realizará la
prueba y se inicia la grabación de los datos, asegurándose que el
Élite HRV en el celular está vinculado al sensor H10 por conexión
de Bluetooth.
Entre las recomendaciones para no afectar la monitorización y su
posterior análisis, están: a) realizar una actividad física moderada
o baja, si el objetivo es medir el estado de base de la VFC; b)
evitar la ingesta de alcohol y/o nicotina, de doce a 24 horas antes
de la medición; c) evitar hacer la medición apenas se termine de
comer y, d) procurar no consumir cafeína (Carballeira, 2020).
El protocolo que se debe aplicar para la muestra consiste en
tomar cinco minutos de descanso en posición sedente o supino,
con la nalidad de estabilizar el ritmo cardiaco; se suma a éste,
15 segundos de preparación establecidos por la aplicación y,
posteriormente, de 1 a 5 minutos de monitorización en alguna de
las posiciones mencionadas.
Sobre el momento de la medición, Carballeira (2020) recomienda
que se haga siempre en la misma posición de la medición, sedente
o supino, no moverse, bostezar o tragar durante la medición y,
tomar mediciones de 1 a 5 minutos, para poder medir y analizar
la actividad del nervio vago.
Estos datos son cargados posteriormente al software del
Élite HRV y luego, todos los datos arrojados que muestran el
comportamiento de la VFC, deben ser analizados y clasicados.
Para la clasicación del riesgo cardiovascular se recomienda tomar
como referencia, parámetros como los propuestos por De la Cruz
et al. (2008), que son los siguientes:
65
Tabla 11
Estraticación del nivel de riesgo cardiovascular
Intervalo RR promedio RR <750 ms ALTO
RR 750-900 ms MODERADO
RR >900MS BAJO
Desviación estándar de
intervalos RR
SDRR <50 ms ALTO
SDRR 50-100ms MODERADO
SDRR >100 ms BAJO
Porcentaje de diferencias
superiores a 50 ms en
intervalos RR
pRR50 < 3% ALTO
pRR50 > 3% BAJO
El estándar de desviación de
los intervalos RR promediados SDARR <8 ms ALTO
SDARR 8-12 ms MODERADO
SDARR >12 ms BAJO
Índice SDRR desviación
estándar de intervalos RR. SDRR index <25 ALTO
SDRR index =25-40 MODERADO
SDRR index >40 BAJO
Fuente: Veloza et al. (2019); De la Cruz et al. (2008).
Para la clasicación del riesgo cardiovascular en personas no entrenadas,
es más recomendable utilizar el RR = Intervalo RR promedio. En personas
deportistas o entrenadas, es mejor utilizar el SDRR = Desviación estándar
de intervalos RR. pRR50 = Porcentaje de diferencias superiores a 50 ms
en intervalos RR. SDARR = el estándar de desviación de los intervalos
RR promediados. SDRR índex = Índice SDRR desviación estándar de
intervalos RR.
66
Figura 9
Lectura de frecuencia cardiaca (Heart Rate, HR por sus
siglas en inglés) y de los diversos índices de variabilidad de
la frecuencia cardiaca
Fuente: Elite Hearth Rate Variability (EHRV), (2021).
2.5 Actividad física en el ámbito de la salud pública
2.5.1 Aspectos generales
La actividad física (AF) es considerada una acción individualizada
de gran relevancia para reducir la probabilidad de tener situaciones
adversas de salud; su benecio se cimienta en el bienestar humano y
en mejorar los contextos y particularidad de vida de quien la realiza;
es un elemento indispensable en el consumo de energía, siendo
la fuente más importante para conseguir el equilibrio energético
y controlar el peso. Tiene fundamentos siológicos, neurológicos,
endocrinos que demuestran que, al realizarla, se puede evitar o
mitigar las enfermedades no transmisibles (ENT) como la diabetes,
hipertensión arterial, cáncer, síndrome metabólico, osteoporosis,
entre otras. Por el contrario, la inactividad física o sedentarismo,
es la causa más importante de obesidad y sobrepeso, principal
factor de riesgo para enfermedades cardiovasculares, metabólicas
e, inclusive mentales, como la ansiedad y la depresión.
67
Tabla 12
Consecuencias de la inactividad o actividad física
Consecuencias de la
inactividad física Consecuencias de la actividad
física
Debilidad
Rigidez muscular
Fatiga
Falta de apetito
Obesidad
Osteoporosis
Estreñimiento
Ansiedad
Depresión
Presión sanguínea
elevada
Enfermedades crónicas
Diversión
Acondicionamiento físico
Manejo de enfermedades
Estrés
Enérgico
Mejora la fuerza muscular
Conanza en sí mismo
Disminuye la ansiedad y
depresión
Disminución de peso
Control del colesterol LDL
Mejor metabolismo del
azúcar
La OMS (2010) expresa que todos las personas pueden
mantenerse activas a nivel físico en las principales actividades
de la cotidianidad, los ocios domésticos diarios, el trabajo, el
transportarse y en las actividades de tiempo libre u ocio.
2.5.2 Directrices mundiales sobre actividad física para la
salud
La OPS (2006) ha promovido en las naciones miembros, la
estrategia mundial sobre alimentación, actividad física y salud,
recomendando a los Estados que desarrollen procedimientos
de acción y políticas públicas para acrecentar los niveles de AF
de las poblaciones. Estudios de la OMS (2020a; 2021) exponen
el aumento de la prevalencia de obesidad en niños y jóvenes,
la cual se ha multiplicado por diez en el mundo en las últimas
cuatro décadas y, de mantenerse esta tendencia, la morbilidad y
mortalidad por ENT será el gran desafío de los sistemas de salud
de los países en futuros años.
Por esta razón recomiendan motivar a realizar actividad física en
mujeres embarazadas, en personas en situación de discapacidad
y en personas que ya presentan ENT, con un adecuado control
y seguimiento; efectuar ejercicio seguro y eciente que cuide la
salud tanto física como mental, garantizando la adaptación, el
progreso o el mantenimiento de la CF saludable. Si se presenta
una condición mórbida, se debe buscar asesoría de un profesional
de la salud, para una adecuada y segura prescripción del ejercicio
(Villaquirán-Hurtado et al., 2020).
68
Con respecto a directrices destinadas a los gobiernos, se sugiere
aplicar medidas como el aumento de los impuestos a las bebidas
azucaradas, para reducir el consumo, estrategia adaptada por
varios Estados del mundo, para evitar el sobrepeso y la obesidad;
elaborar políticas públicas que estimulen la actividad física con
medios de transporte alternativo escolar y laboral; generar espacios
y estructuras urbanas o entornos saludables destinados a la AF y el
deporte; manejar estrategias de acuerdo con el enfoque de curso
de vida (OMS, 2012). (ver Tabla 13)
Tabla 13
Recomendaciones Mundiales sobre la actividad física para la salud
Niños – Jóvenes
(5 A 17 años)
Adultos
(18 a 64 años)
Adultos mayores
(de 65 años en
adelante)
1. Invertir como
mínimo 60 minutos
diarios en AF
de intensidad
moderada a
vigorosa.
2. La AF por un
tiempo superior a
60 minutos diarios
reportará un
benecio aún mayor
para la salud.
3. La AF debe ser
principalmente
aeróbica, mínimo
tres veces
por semana;
actividades
vigorosas que
refuercen, en
particular, los
músculos y huesos.
1. Invertir como
mínimo 150
minutos semanales
a la práctica de
AF aeróbica,
de intensidad
moderada, o bien
75 minutos de AF
aeróbica vigorosa
cada semana o,
una combinación
de actividades
moderadas y
vigorosas.
2. Para obtener
mayores benecios
para la salud,
aumentar hasta
300 minutos por
semana la práctica
de AF moderada
aeróbica o, bien,
hasta 150 minutos
semanales de AF
intensa aeróbica o,
una combinación de
actividad moderada
y vigorosa.
3. Dos veces o más
por semana,
realizar actividades
de fortalecimiento
de los grandes
grupos musculares.
1. Invertir como
mínimo 150 minutos
semanales a realizar
AF moderadas
aeróbicas.
2. La actividad se
practicará en sesiones
de 10 minutos, como
mínimo.
3. Que los adultos con
movilidad reducida
realicen AF para
mejorar su equilibrio
e impedir las caídas,
tres días o más a la
semana.
4. Convendría realizar
actividades que
fortalezcan los
principales grupos de
músculos dos o más
días a la semana.
5. Cuando los adultos
de mayor edad no
puedan realizar la
AF recomendada
debido a su estado de
salud, se mantendrán
físicamente activos en
la medida en que se
lo permita su estado.
Fuente: OMS (2012; 2020; 2021)
69
2.5.3 Factores sociales, económicos y culturales que inuyen
en la realización de la actividad física
Nuestros antepasados tenían un nivel de AF mayor al que hoy en
día poseen las personas del siglo XXI, debido en gran medida,
al cambio comportamental que los individuos van adquiriendo
por la urbanización, el desarrollo automotriz, la pérdida de zonas
verdes o peatonales, el internet, las tecnologías como los teléfonos
inteligentes y los computadores, estos últimos encargados de acabar
con el tiempo de diversión y ocio, que era dedicado a actividades
de movimiento; hoy en día ese tiempo libre se consume conectado
al ciberespacio en medio de juegos en línea, chats o videos.
Nos encontramos invadidos de un mundo consumista que nos
satura de información por vías como la radio, televisión e internet,
motivando el consumo de alimentos no saludables como frituras
altas en sodio, bebidas azucaradas, alimentos con conservantes y
colorantes, que han llevado al aumento de la prevalencia de obesidad
y sobrepeso, principalmente en los niños. En los adolescentes y
adultos jóvenes y mayores, la publicidad de bebidas alcohólicas,
tabaco y medios de transporte innovadores que invitan a evitar la
AF, les ha llevado a sufrir de morbilidades de ENT a temprana edad
y muertes prematuras que afectan los indicadores de salud de un
país, dado que son años de vida perdidos por muerte prematura
(AVPP); se modica la esperanza de vida y, de la misma forma, los
indicadores de desarrollo del país.
Los factores sociales durante el crecimiento o la culminación
de los ciclos de vida demuestran que, el paso de la infancia
acompañado del juego, dene y caracteriza esta etapa de vida,
donde los niños canalizan su energía en actividades como correr,
saltar, caminar, entre otras; una vez alcanzan la adolescencia
disminuyen la AF notablemente, por situaciones sociales como
el género, la aceptación de grupos, la pubertad, el noviazgo, el
desarrollo sexual, la entrada al alcohol, el tabaco, las redes sociales
y los videojuegos; es decir, el inicio de su constructo sio-psico-
social marca notablemente sus hábitos y costumbres de vida, el
cual será etiquetado por la sociedad de la cual se rodea; si en su
grupo social quienes le rodean se caracterizan por ser delgados,
fuertes y atléticos, existe la probabilidad de que ese adolescente
tenga un alto grado de asociación con la AF; o, todo lo contrario:
la probabilidad de sufrir de sedentarismo, si su grupo social se
caracteriza por ser obeso o tener sobrepeso.
La AF entre las mujeres es menos que en los hombres; en la
infancia la frecuencia e intensidad puede ser igual; en la adolescencia
se empieza a notar las diferencias, lo que puede ser por: el
consumismo y la venta de modelos corporales ideales, con sus
prototipos subjetivos de belleza, los referentes deportivos donde
las guras femeninas no son tan mediáticas como las masculinas
70
y, la percepción social donde no se acepta que la mujer realice
actividades intensas, fuertes, frecuentes y de contacto como las
de los hombres, por el ideal del cuerpo femenino que sostiene que,
al realizar estas actividades se da paso a cuerpos androgénicos.
El discurso cambia en el curso de vida de la adultez, donde se
empieza a considerar el realizar AF, por la necesidad de mantener
la salud, aunque muchas veces se ve truncado por los ocios, el
empleo, los hijos o las labores diarias.
2.5.4 Actividad física como fuente salutogénica
Según Alcántara (2008), la denición de ‘salud’ orientada por
la OMS responde a una condición histórica determinada por
una sociedad, en una época irrepetible de poderes, técnicas,
valores, creencias, costumbres, ideas y normas; es decir, es
una denición producto de un constructo social que maniesta
que “la salud es un estado de perfecto bienestar físico, mental y
social, y no simplemente la ausencia de patologias” (p. 9); hoy
en día es vigente, por ser relevante para la institucionalidad de la
Organización.
La denición ha sido aceptada por todos los países miembros,
las instituciones internacionales público-privadas, los claustros
universitarios, cientícos y profesionales en salud y, por la sociedad
en general; se fundamenta en que el ser humano se mueve
dentro de un proceso dinámico llamado salud-enfermedad, hasta
el punto de crear una Clasicación internacional de Enfermedades
(CIE) para codicar y sistematizar categóricamente las posibles
morbilidades de acuerdo con los sistemas orgánicos (OPS, 1995).
De esta denición han surgido innumerables críticas a favor
y en contra; a partir de ella se ha generado una construcción
cientíca creciente desde los planos axiológicos, epistemológicos,
deontológicos y pragmáticos en busca de un nuevo paradigma
o tesis que represente una noción más real y no tan subjetiva,
como lo han denominado innumerables autores, donde las críticas
más representativas son: denominar ‘normalidad’ a la idea de
‘completo bienestar’ (Briceño-León et al., 2000) y, de segmentar
o polarizar el que un individuo está enfermo o sano y esto, es un
proceso dinámico de continuo cambio.
Hoy en día, el concepto de salud es un indicador de progreso
social de un Estado, donde se busca que el individuo alcance el
máximo desarrollo de capacidad para transformarse y lograr su
bienestar. La OMS (1986) emitió para ello, la Primera Conferencia
Internacional de Promoción de la Salud, conocida como la ‘Carta
de Ottawa’, donde dene que:
La promocion de la salud consiste en proporcionar a los pueblos,
los medios necesarios para mejorar su salud y ejercer un mayor
71
control sobre la misma. Para alcanzar un estado adecuado de
bienestar físico, mental y social, un individuo o grupo debe ser
capaz de identicar y realizar sus aspiraciones, de satisfacer
sus necesidades y de cambiar o adaptarse al medio ambiente.
La salud se percibe pues, no como el objetivo sino como la
fuente de riqueza de la vida cotidiana. Se trata, por tanto,
de un concepto positivo que acentúa los recursos sociales y
personales, así como las aptitudes físicas. Por consiguiente,
dado que el concepto de salud como bienestar transciende
la idea de formas de vida sanas, la promoción de la salud no
concierne exclusivamente al sector sanitario. (p. 2)
La promoción de la salud busca que los seres humanos se
empoderen de su propio bienestar y salud; para ello es preciso
sensibilizar y tener el apoyo de la intersectorialidad y los abordajes
socioambientales, con el n común de mejorar la calidad de vida
de los individuos; toda acción en este sentido está acompañada de
tres componentes esenciales (OMS, 2016):
• La buena gobernanza o, formulación de políticas públicas
que benecien a la población y eviten que las personas
enfermen o mueran; como ejemplo, podemos encontrar
el uso obligatorio del casco para motociclistas, el uso del
cinturón de seguridad para los conductores de vehículos,
el aseguramiento de la construcción de ciclorrutas como
medio alternativos de transporte en las ciudades capitales,
entre otras.
• Educación sanitaria: estrategias para brindar conocimiento
o información a las poblaciones, con el n de mostrar
alternativas saludables a sus costumbres o modos de vida;
entre ellas, la información, educación y comunicación en salud
(IEC), la alfabetización en salud y las jornadas educativas en
salud, que pueden ser aplicadas en los ámbitos comunitarios.
• Ciudades saludables: con la intervención de la atención
primaria como pilar esencial para la construcción
de ambientes saludables que inician con estrategias
denominadas ‘hogares saludables’, ‘empresas saludables’,
‘escuelas saludables’, ‘universidades saludables’, parques y
espacios públicos saludables que brindan un habitad más
sano. “Los espacios saludables son escenarios locales donde
comparativamente, las situaciones de vida y del estado de
salud son más favorables en términos de oportunidades,
para el desarrollo propio y colectivo de los diversos grupos
que integran la sociedad” (OPS, 2006, p. 13).
72
Después de la Declaración en Ottawa se comienza a generar unos
nuevos postulados del concepto de salud para la OMS, como la
calidad de vida junto al bienestar, sustentados desde la perspectiva
ontológica (corporalidad, emocionalidad y espiritualidad); de
esta forma, mediante estrategias, políticas y entornos pueden
ser modicados para lograr prácticas y condiciones de vida de
saludables (OMS, 1986).
Según Vinje et al., (2017), uno de los principales críticos fue el
médico y sociólogo Aarón Antonovsky en 1979, quien desarrolló
el modelo salutogénico y criticó el modelo occidental de salud-
enfermedad, por tener un enfoque patogénico que postula que la
salud-enfermedad son mutuamente excluyentes y que se enfoca
en la curación. Antonovsky propone entender la salud, como un
proceso dinámico y continuo de salud-enfermedad y la polarizó
como ‘bienestar’ y la enfermedad, como ‘malestar’. Su tesis se
basó en que ningún organismo vivo logra llegar a los extremos
de los polos; es decir, la salud perfecta o un completo estado de
enfermedad. La salud es un proceso inestable, activo y dinámico
que se caracteriza por el equilibrio y desequilibrio constante del
sistema orgánico; y, la disminución de la salud es un proceso o
condición natural de la vida (Rivera de Ramones, 2019).
La salutogénesis se enfoca en administrar al individuo
conocimientos, destrezas y herramientas de transformación de
sus hábitos y condiciones de vida, para que se empodere, ya que
todos tenemos la capacidad de mejorar nuestra propia salud y
calidad de vida, lo que se le denomina ‘activos de salud’, que
se centran en aumentar en el sujeto los factores protectores y
disminuir los elementos de riesgo (Rivera et al., 2011).
Para utilizar la AF como un activo de salud dentro del modelo
salutogénico en una comunidad especíca, se debe cumplir con
los siguientes aspectos:
1. Investigar o caracterizar en la población los factores
claves que fomentan su AF (ejemplo: horarios, intensidad,
entornos, tipo de actividad, motivación).
2. Identicar los factores estresores o de riesgo que impiden
la realización de la AF (ejemplo: enfermedades, tiempo,
barreras).
3. Realizar el mapa de activos con la información recolectada
y ayudar a la población objetivo a crear soluciones para la
ejecución de un programa de ejercicio con nes saudables
basado en las capacidades y habilidades existentes en los
mismos individuos o comunidades.
4. Ya con el programa implementado, con cuestionarios,
encuestas o entrevistas, construir en el camino nuevos
indicadores de activos de salud, para que el programa
73
se siga nutriendo, tenga más adherencia y no llegue a la
monotonía en las personas.
5. Por último, evaluar continuamente la efectividad del
programa con instrumentos o herramientas de AF y
encuestas de satisfacción.
Al implementar el programa con enfoque salutogénico, se
conocerá las causas facilitadoras de AF, por ser sentimientos
y experiencias de vida que pueden nacer de experiencias
traumáticas o estresoras, lo que se convierte en una oportunidad
de resiliencia, en donde el individuo adquiere mecanismos para
mejorar su salud y mayor adherencia a los programa, lo que en el
modelo salutogénico se conoce como el ‘Sentido de Coherencia’
(SOC), el cual relaciona la salud con la calidad de vida percibida
y, se caracteriza por tres aspectos principales: la comprensión del
individuo de lo que le acontece, la visión de sus habilidades propias
y, la capacidad de convertir lo que hace satisfactoriamente, como
signicado para su vida.
Por último, dar cuenta de los estresores, tensiones o factores
de riesgo que evitan que los individuos realicen AF, se conoce en
el modelo salutogénico como recursos de resistencia generalizada
(GRR), lo cual es necesario identicar, para mitigarlos y hacer que
el impacto del programa sea positivo.
Implementar el movimiento y entrenamiento físico desde el
modelo salutogénico en las comunidades promueve en el individuo
un hábito saludable y agradable, que impacta positivamente en el
crecimiento y envejecimiento saludable, convirtiendo al sujeto en
una persona activa y participativa, empoderada y consciente que,
tener buena salud está en sus manos.
2.5.5 Actividad física en tiempos de pandemia por COVID-19
El inicio del coronavirus ha puesto en evidencia las inequidades
y desigualdades sociales, resaltando que la vulnerabilidad de las
personas va más allá de los factores individuales o condiciones
biológicas; que está fuertemente determinada por el contexto
económico, social y político, afectando la salud, educación, empleo,
agro, transporte, industria manufacturera. Según cifras de la
encuesta ‘Pulso Social’ del Departamento Administrativo Nacional
de Estadística (DANE), a enero de 2021 se contaba con más de
4,1 millones de personas desempleadas y, el 69,8 % de los jefes
de hogar, no tenía como ahorrar con sus ingresos.
La pandemia ha generado diversas situaciones que han afectado
el bienestar y la sanidad de las comunidades. El connamiento
estricto que adoptaron los gobiernos en todas las naciones del
mundo, con medidas como cerrar parques y centros deportivos,
restringir el acceso a las calles y zonas rurales, limitó el desarrollo
74
de la AF en las poblaciones. Es probable que las personas hayan
aumentado los factores de riesgo transformables, como el aumento
de ingesta de alcohol y cigarrillo, reducción de la AF y un consumo
no adecuado de alimentos (Douglas et al., 2020).
El sedentarismo y la inactividad física son considerados
y evaluados como factores fundamentales para determinar
las prácticas saludables o no, que presenta una persona; se
han convertido en estudio continuo y constante en diferentes
poblaciones durante el COVID-19.
Cristi-Montero (2016) sostiene que es importante diferenciar
entre estos dos conceptos, dado que no deben ser tratados
como términos análogos; el sedentarismo ha sido denido como
la ausencia o escasez de movimiento durante el día; o, realizar
actividades consideradas como de un gasto energético muy bajo,
las cuales logran levemente sobrepasar el consumo energético
basal (1.0 a 1.5 METs). Dentro de las actividades consideradas
como conductas sedentarias están: permanecer sentado, ver
televisión, jugar videojuegos, permanecer mucho tiempo frente a
los dispositivos móviles y ordenadores y, estar acostado durante el
día. Por su parte, la inactividad física se dene como la imposibilidad
para acoger las medidas y recomendaciones mínimas sugeridas en
cuanto a actividad física por la OMS (2010; 2020). De igual forma,
los niños y adolescentes deben ejecutar un minimo de 60 minutos
de actividad física moderada o vigorosa tres veces a la semana,
como mínimo; los adultos y adultos mayores deben realizar AF
aeróbica de intensidad moderada entre 150 y 300 minutos al menos
de intensidad moderada o, entre 75 a 150 minutos de actividad
aeróbica intensa y, mínimo, dos días de trabajo o entrenamiento
muscular. Por otro lado, las mujeres en situación de embarazo y en
puerperio deben hacer como mínimo 150 minutos de AF aeróbica
moderada.
75
Figura 10
Ejemplos de conductas sedentarias aumentadas durante la
pandemia. A) Ver televisión; B) Usar el computador; C) Permanecer
acostado durante el día; D) Jugar videojuegos
Fuente: Park et al. (2020).
El COVID-19 trajo consigo múltiples cambios en las conductas y
hábitos diarios de las personas a nivel mundial; estas modicaciones
obedecieron a la implementación de estrategias impuestas por las
administraciones públicas en todo el planeta, para reducir el riesgo
de contagio. Una de ellas fue el aislamiento y distanciamiento social,
lo que conllevó que los niveles de sedentarismo y de inactividad
física aumentaran (Celis-Morales et al., 2020). Al respecto, Zheng
et al., (2020) hallaron cambios en el estilo de vida en adultos
jóvenes, marcando una tendencia al acrecimiento de conductas
sedentarias, una disminución de la AF y un incremento de las horas
de sueño desde la implementación de las medidas de aislamiento.
Por otro lado, el portal de Fitbit (2020) reportó el impacto del
coronavirus sobre el número de pasos diarios y semanales en la
población mundial, mostrando cifras alarmantes en los países
europeos, en donde el conteo de pasos semanales disminuyó entre
un 7 % a un 38 %, mientras que en Estados Unidos se reportó
una baja de hasta el 12 % y en Colombia, un 18 %. Otro grupo
76
poblacional que indica un aumento del comportamiento sedentario
es el de los niños y adolescentes, quienes pasaron a desarrollar sus
actividades escolares de manera virtual y desde casa, generando un
aumento de los tiempos frente a los computadores, disminuyendo y
restringiendo las oportunidades de realizar AF (Bates et al., 2020).
Esta reducción de cifras también se ha evidenciado en sujetos con
enfermedades no trasmisibles (ENT), como lo demuestran Browne
et., al (2020), quienes observaron cifras muy inferiores de AF y
aumento del comportamiento sedentario durante la pandemia,
en individuos con hipertensión arterial, en comparación con los
indicadores reportados por acelerometría antes del inicio de las
directrices de distanciamiento.
Si bien se ha visto cambios signicativos en cuanto a las
conductas sedentarias y de AF durante el COVID-19, que generan
una gran preocupación para los sistemas sanitarios por los riesgos
potenciales que trae para la salud, estas conductas, acompañadas
de otros hábitos no saludables como una mala alimentación,
mayor estrés, consumo de alcohol y tabaco, pueden potenciar el
efecto negativo sobre la salud de las personas en todo en el mundo
(Lange y Nakamura, 2020). Es importante señalar y tener en
cuenta igualmente, la posibilidad de interferencia generado para
aquellas personas que son activas físicamente, pero con hábitos
sedentarios durante la mayor parte del día, situación que ha
aumentado considerablemente debido a los cambios sustanciales
en la forma de trabajar, con aumentos en el tiempo para permanecer
sentados frente al computador durante los tiempos de pandemia
(McDowell et al., 2020). Al respecto, Cristi-Montero y Rodríguez
(2014) comentan sobre el “efecto de interferencias”, del cual dicen
que, “aunque se cumpla con las recomendaciones de actividad
física, destinar mucho tiempo a acciones de tipo sedentarias,
podría interferir sobre los efectos beneciosos del ejercicio en la
salud” (p. 72).
77
Figura 11
Riesgos potenciales de una vida sedentaria
Fuente: Park et al. (2020).
La AF es denida por la OMS (2020b) como “cualquier movimiento
corporal humano producido por los músculos esqueléticos
que exija gasto de energía” (párr. 2); se ha considerado como
una estrategia esencial para el cuidado de la salud, dados los
diferentes benecios físicos, psicológicos y mentales que trae para
el individuo. El desarrollo de una AF frecuente puede contribuir a
un control y/o disminución de la grasa corporal, mantenimiento
adecuado de la composición corporal, siendo un gran regulador
del metabolismo humano, aumentando la captación de glucosa,
reduciendo la glicemia en sangre, disminuyendo los triglicéridos y
facilitando la oxidación de los ácidos grasos, entre otros (Bentagle
et al., 2020).
Filgueira et al., (2021) arman que, “un modo de vida sedentario
y un nivel bajo o disminuido de aptitud física se asocian con
niveles plasmáticos elevados de citocinas proinamatorias, como
IL-1β, IL-6, IL-7, TNF y proteína C-reactiva (PCR)” (párr. 35),
situación que puede llevar a la aparición de trastornos metabólicos
y enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, un mayor gasto
energético derivado de la AF puede beneciar la respuesta del
sistema inmunológico, previniendo o disminuyendo la aparición de
78
enfermedades virales, gracias a una mejor plasticidad del sistema,
una mejor resistencia y respuesta ante infecciones (Simpson et
al., 2020).
Adicionalmente, la AF puede favorecer la masa y función
muscular, disminuyendo la posibilidad de sufrir prematuramente
de sarcopenia (Welch et al., 2020). Así mismo, los procesos de
distanciamiento y aislamiento social pueden afectar negativamente
la salud mental, de modo que, el papel de la AF puede ser de
un valor muy signicativo, puesto que se ha relacionado con
la disminución de la aparición de depresión, angustia, estrés,
trastornos de ansiedad y aumento del bienestar y salud mental
(Jacob et al., 2020). Con relación a este tema, Stanton et al.,
(2020) encontraron mayores síntomas de depresión, angustia y
estrés en personas que presentaron cambios negativos en sus
patrones de sueño, ingesta de alcohol y cigarrillo y, AF reducida
desde que iniciaron las restricciones de movilidad y distanciamiento.
Al respecto, Zhang et al., (2020) hallaron que 2500 METs de AF
semanal disminuyen las emociones negativas durante el brote por
COVID-19, lo que equivale a, aproximadamente, 108 minutos de
AF ligera, 80 minutos de actividades moderadas o, 45 minutos de
actividades vigorosas diariamente.
Sobre la salud cardiovascular, la preocupación es aún más
evidente, dado que la AF regular y de intensidad moderada o
intensa crea una relación inversa con la mortalidad generada
por enfermedades cardiovasculares, convirtiéndose en un factor
protector de la salud, disminuyendo la aparición de enfermedades
coronarias, accidente cerebrovascular, insuciencia cardiaca
y ateroesclerosis (Kraus et al., 2018). Además, la correlación
o asociación entre la AF y la salud cardiovascular medida
principalmente por el consumo máximo de oxígeno (VO2 max)
puede favorecer la salud y la calidad de vida. Un aumento de la
salud cardiovascular generado por una combinación efectiva de AF
o ejercicio de tipo aeróbico y de fortalecimiento muscular puede
llevar a una mejora de la capacidad funcional, convirtiéndose
en una táctica terapéutica para reducir los factores de riesgo
cardiovascular (Meseguer et al., 2018).
79
Figura 12
Efectos del COVID-19 sobre el sistema muscular y la composición
corporal
Fuente: Kirwan et al. (2020).
Si bien hemos realizado una revisión de los diferentes aportes
o benecios que trae la ejecución regular de AF, la pandemia ha
traído grandes desafíos para no solo controlar la propagación del
virus entre la población, sino también para buscar alternativas y
tácticas para mantener activos a los diferentes grupos de perso-
nas, que permitan preservar la salud física y mental y, disminuir
el creciente crecimiento de las ENT durante los últimos diez años,
fruto de un estilo de vida no saludable. No obstante, debemos
entender que enfrentarnos a un proceso de aislamiento y de dis-
tanciamiento social generó otros retos para promocionar la reali-
zación de AF durante la pandemia por COVID-19.
Una de las primeras estrategias y recomendaciones para instaurar
programas de AF es valorar el nivel de actividad, la motivación
del sujeto y el autoconcepto que tienen sobre las expectativas y
las metas personales para realizar ejercicio o alguna AF. Una vez
establecido lo anterior, se recomienda educar sobre los benecios
de ser personas físicamente activas y denir los alcances y
los logros a corto, mediano y largo plazo en cuanto a salud y
bienestar (Bentagle et al., 2020). De acuerdo con las condiciones
impuestas por la pandemia, los sistemas sanitarios deben orientar
80
e incentivar estrategias con mensajes claros y contundentes
para que la población sea más activa durante el día y toda la
semana, siendo un paso importante, la selección asertiva de las
recomendaciones que se va a compartir, para que se genere un
cambio de comportamiento, buscando con estas comunicaciones
una mayor disponibilidad de los individuos sedentarios para
identicar y cambiar una conducta nociva, a un proceder positivo
con la AF. Los cambios de conducta y más en una situación tan
compleja como la que ha generado la pandemia, no se dan de un
día para otro; para ejemplicar, el modelo trans teórico resalta que
“para que ocurra un verdadero cambio de comportamiento en una
persona, esta debe haber pasado necesariamente por 5 etapas
llamadas: la pre- contemplación, seguido de la contemplación, la
elaboración, la acción y sostenimiento” (Buckworth y Dishman,
2002, citados por Chacón y Moncada, 2005, p. 3).
La AF en tiempos de pandemia debe aplicar las sugerencias de
las organizaciones a nivel internacional como la OMS y el Colegio
Americano de Medicina Deportiva (2019); debe ser una oportunidad
para que las administraciones gubernamentales nacionales,
departamentales y municipales utilicen maniobras innovadoras con
el adelanto de políticas públicas para mejorar el acceso a locaciones al
aire libre para el desarrollo de AF y deportivas, garantizando el debido
distanciamiento social, acompañado de estrategias comunicativas,
para el respeto por las normas y reglas para realizar estas acciones
al aire libre. Adicionalmente, ejecutar programas de AF divulgados
por diversos medios de comunicación públicos, redes sociales y
demás tecnologías de la información, para que lleguen hasta los
hogares de las personas, dando garantía de acceso ecuánime a
estas estrategias por parte de las diferentes comunidades y que las
familias vulnerables puedan mitigar el riesgo de aumentar las cifras
de ENT y psicológicas (Denay et al., 2020).
81
Figura 13
Recomendaciones de actividad física para adultos por parte de la OMS
Fuente: OMS (2012; 2020a; 2020b).
Los cambios y conductas modicadas para reducir la cadena de
contagio llevaron a que las familias trasladaran sus actividades a
los hogares; el trabajo y el estudio fueron reemplazados por largas
jornadas frente al ordenador; las tareas de la casa aumentaron;
la carga en el cuidado, la incertidumbre económica y el estrés
relacionado con el connamiento afectaron notoriamente la
organización y comunicación familiar (Prime et al., 2020). Una de
las estrategias que se puede implementar para fomentar una vida
más activa es la orientación y direccionamiento de proyectos de
AF en familia, con un enfoque basado justamente en la familia;
deben ser divertidos y atractivos, en donde se produzca espacios
de aprendizaje a través de recreación y juego, participación e
inclusión de todos, orientados hacia la diversión, minimizando
la competencia e introduciendo juegos tradicionales, buscando
estrategias que se conviertan en un refuerzo positivo, producto
de la emoción generada por el juego en familia, lo que puede ser
más efectivo para el control de la obesidad en niños (Foster et al.,
2018).
82
Otro aspecto que puede ser inuyente a la hora de incrementar
los niveles de AF es la incorporación y utilización de la tecnología
como herramienta para motivar a las personas a mantenerse
activas. Por ejemplo, el uso de juegos virtuales y ejercicios conocidos
como ‘exergames’ puede transformarse en una herramienta ecaz
para realizar programas de AF con un enfoque basado en el hogar,
combinando la recreación, la diversión y el ejercicio a partir de un
escenario virtual interactivo que incluye juegos de video y captura
de movimiento que generan una experiencia más real para el
usuario. Los exergames son una herramienta de apoyo para el
fomento de una vida más activa; sin embargo, carecen de la
posibilidad de realizar un seguimiento, evaluación y planicación
de los juegos utilizados por la persona para aumentar sus niveles
de actividad. Es por esto que, debe sumársele a esta estrategia
de apoyo, el acompañamiento de un profesional de la salud o del
deporte, para que oriente el buen uso de estos juegos, generando
un proceso de acompañamiento, seguimiento y prescripción de las
actividades a desarrollar por el individuo, que permita el acceso no
solo a la AF, sino que también se genere un proceso más seguro
y acorde al contexto y necesidades especícas e individuales
de cada persona (Ambrosino et al., 2020). Este tipo de juegos
también puede contribuir a aumentar la interacción social a través
de la opción multijugador, lo que puede favorecer las relaciones
sociales en tiempos de aislamiento y la salud mental, que se ha
visto perjudicada por el encierro y el distanciamiento social. Si
bien su acceso es limitado dadas las características y los precios
de las consolas y dispositivos necesarios para poder tenerlos en
casa, los exergames pueden simular diferentes tipos de ejercicio
como los tradicionales aeróbicos, de fuerza, de equilibrio, de
coordinación y modalidades deportivas como el baloncesto, tenis,
boxeo, voleibol, entre otros, los cuales permiten obtener benecios
físicos, psicológicos y cognitivos (Viana et al., 2021).
Por otro lado, las redes sociales han desarrollado un papel
importante para los procesos de comunicación, entretenimiento,
relaciones sociales, ocio, trabajo y actividades físico- deportivas
durante la pandemia. El aumento en su uso también género un
incremento de la información, videos y fotografías compartidas de
la AF y el ejercicio realizado en casa o en espacios al aire libre
dispuestos para ello. Este escenario ha sido percibido como un
aporte en el fortalecimiento de la conexión e interacción social que
buscan las personas durante este tiempo; por ejemplo, compartir
experiencias a través de las publicaciones y/o historias a través
de las redes personales puede ser una estrategia de interacción
en línea que permite forticar métodos de retroalimentación
positiva, autoimagen y percepción corporal positiva, aumentar
la conexión social y generar un efecto inspirador mostrando una
imagen saludable y activa favoreciendo la motivación intrínseca de
la persona (Zuo et al., 2021).
83
Para conservar un estilo de vida físicamente activo, las
orientaciones metodológicas de los programas de AF deben
contemplar 30 minutos diarios como mínimo para los adultos, y de
60 minutos para los infantes. Las actividades desarrolladas deben
incluir ejercicios o tareas de resistencia aeróbica, fortalecimiento
muscular, coordinación y exibilidad. Las personas que inician
sus actividades y que pueden considerarse como novatos deben
iniciar con volúmenes e intensidades bajas durante la semana e
ir progresando gradualmente, además de orientar la ejecución de
pausas activas durante la jornada laboral diaria de, al menos, diez
minutos. Es esencial orientar a las personas para que optimicen
los espacios y elementos de la casa para crear diversos ejercicios
como subir y bajar escaleras, caminar alrededor de la casa, utilizar
una silla para hacer sentadillas, saltar y bailar (Füzéki et al., 2020).
Adicionalmente, para la monitorización de estas actividades,
las personas pueden hacer uso de las tecnologías móviles que
encuentran en sus celulares o en sus relojes inteligentes; se
sugiere aplicaciones que permitan la retroalimentación, apoyo
social y establecimiento de objetivos mediante la gamicación de
las funciones (Yang y Koenigstorfer, 2020).
84
Figura 14
Recomendaciones prácticas para hacer actividad física
Fuente: Bentagle et al. (2020).
85
2.5.6 Desafíos para la actividad física post pandemia
Adicionalmente, es indispensable que las entidades y autoridades
sanitarias inicien un adecuado plan estratégico basado en el fomento
y mantenimiento de la salud, la prevención de la enfermedad y la
atención primaria, porque las afectaciones de la salud generadas
por el connamiento en las poblaciones por la pandemia, se verán
reejadas en pocos años con el incremento de muertes tempranas
por causas cardiovasculares, en quienes el sedentarismo se marcó
como hábito de vida en ese tiempo. Los desafíos presentes desde
la salud pública para implementar la AF después del coronavirus
son:
1. Incrementar la AF en las poblaciones, para mitigar las ENT;
es necesario que los establecimientos de salud caractericen
a las poblaciones sobre sus hábitos, costumbres y estilos de
vida, indagando el nivel, tiempo y tipo de AF realizado por
sus habitantes; que se estimule la ejecución de AF en todos
los entornos, desde el hogar hasta el trabajo, con estrategias
como utilizar la bicicleta, la cual incrementa las ganancias
para la salud (Sommar et al., 2021). El aumento de zonas
verdes como parques, senderos, ecoturismo, ciclorrutas,
estimulan la realización de AF y, las pausas activas en el
ambiente laboral, mejoran la capacidad de los trabajadores
(Ochoa et al., 2020).
2. Las instituciones universitarias deben aportar con
investigaciones, instrumentos o protocolos que permitan
medir o estimar la frecuencia, intensidad o nivel de la AF en
los habitantes, aplicando un enfoque diferencial en cursos
de vida, etnias y territorios, para levantar líneas de base
de realización de AF y, con estos datos, fundamentar las
políticas públicas de la región. Existen unos cuestionarios
validados internacionalmente para evaluar o monitorear la
AF en los sistemas de vigilancia en salud.
3. Apoyarse en las redes sociales virtuales como Facebook,
Instagram, Twitter y Whatsapp, entre otras, para promover
costumbres de vida saludable y estimular la realización de
AF ha demostrado el poder de persuasión en las poblaciones,
por ser el medio en el que los adolescentes, jóvenes, adultos
y adultos mayores invierten más de una hora diaria dentro
de su tiempo libre (Salam, 2020); y, generar estrategias
publicitarias para la promoción de salud por este medio.
4. Generar la prescripción del ejercicio desde los profesionales
sanitarios y los educadores físicos, fundamentalmente en
los pacientes sedentarios o con enfermedades crónicas,
desde la prevención secundaria personalizada manejada
en la táctica de atención primaria en salud, disminuirá los
factores de riesgo a posibles traumatismos, exacerbación
86
de la enfermedad o consecuencia de otras morbilidades e,
inclusive, la muerte (Sørensen et al., 2006).
5. Implicar a los diferentes sectores sociales, administrativos,
locales, empresas administradoras de planes de benecios,
instituciones prestadoras de salud, consejerías de salud,
comités de participación social, comités deportivos locales
y regionales, cajas de compensación familiar, etc., para
generar alianzas y estrategias comunes y, de esta forma,
tener mayor impacto en la comunidad.
6. Proporcionar estrategias promotoras de salud en comunidades
minoritarias, marginadas y poblaciones indígenas, aplicando
el enfoque diferencial, respetando sus culturas, saberes y
la cosmovisión que tienen sobre la pandemia, para que la
estrategia sea aceptada por la comunidad.
La premisa desde salud pública para implementar la AF en
postpandemia debe cumplir las siguientes condiciones: acceder,
aplicar, adherir y sostener; de esta forma, la estrategia será
efectiva y generará impacto positivo en la población.
Figura 15
Condiciones para implementar la actividad física en postpandemia
87
2.5.7 Ejercicio en tiempos de pandemia
Otro aspecto que puede favorecer la salud física y mental es la
realización de ejercicio físico, denido por Escalante (2011) como
“la actividad física planicada, estructurada y repetida, cuyo
objetivo es adquirir, conservar o optimizar la condición física”
(p. 325). Los programas de ejercicio deben procurar estimular
la resistencia, exibilidad, equilibrio y fuerza, permitir obtener
procesos multivariados que mejoren la función neuromuscular
y la capacidad aeróbica y, favorecer la movilidad articular y el
mantenimiento del equilibrio. Por ejemplo, los programas que
planican diferentes estímulos sobre la aptitud física pueden
perfeccionar la capacidad funcional, disminuir el riesgo de caídas,
prevenir el deterioro funcional y la discapacidad en adultos mayores
(Izquierdo, 2019).
Si bien se ha hablado de lo relevante que es incorporar las TIC,
las aplicaciones móviles y las redes sociales para suscitar una
vida más activa durante la pandemia, no se debe olvidar que,
para conseguir las metas y las adaptaciones físicas, siológicas y
funcionales, un adecuado direccionamiento del ejercicio puede dar
respuesta a cuánta actividad física es suciente y cuánto ejercicio
se necesita para beneciar la salud (Wang et al., 2020). En este
caso, los principios del entrenamiento deben ser implementados
para organizar la carga de trabajo, planicando, monitorizando y
organizando elementos como el volumen, intensidad, frecuencia,
tiempo y densidad de los estímulos empleados, siendo estos
adecuadamente programados, superando el umbral de estimulación
y aplicándolos de forma continua y progresiva. Además, debe
tenerse en cuenta la CF de cada individuo, lo que permitirá un
desarrollo del entrenamiento individualizado a través de estímulos
ecaces y adecuados para lograr las adaptaciones funcionales que
mejoren la CF del individuo (Aguilar, 2009).
88
Tabla 14
Aplicación de los principios del entrenamiento para la prescripción
del ejercicio en personas no entrenadas
Principios del entrenamiento
Principio de supercompensación
Principio de progresión
Principio de sobrecarga
Principio de repetición y continuidad
Principio de periodización
Principio de individualidad
Principio de la alternancia
Principio de la relación optima de la carga y la
recuperación
Fuente: Aguilar (2009).
Por su parte, el American College of Sports Medicine (2019)
resalta la importancia de una evaluación de la CF, la estraticación
de riesgos mediante un tamizaje y/o anamnesis, y un examen
médico que permita instaurar una correspondencia entre salud,
CF y ejercicio, buscando tener una mayor seguridad para hacer
ejercicio. A su vez, para mejorar la CF se recomienda analizar el
tipo de ejercicio. La multivariedad de estímulos permitirá mejorar
los componentes de la CF, la frecuencia de la actividad semanal
de 3 a 5 días, con una intensidad mínima para generar cambios
a nivel de la salud y la CF, en donde la cantidad y duración del
ejercicio mediante un procedimiento planicado, con una continua
monitorización, permite establecer la relación carga/ recuperación
y dosis/ respuesta en el desarrollo de entrenamiento para poder
alcanzar los objetivos y logros individuales, medibles y alcanzables
(Bayego et al., 2012).
89
Figura 16
Fases de una sesión de ejercicio físico
Fuente: American College of Sports Medicine (2019).
Resistencia aeróbica
El entrenamiento aeróbico de intensidad moderada favorece las
adaptaciones siológicas y psicológicas, produciendo un efecto
protectivo sobre la salud mental y el componente físico durante
la pandemia. La realización de ejercicio continuo de intensidad
moderada con enfoque en casa, con la intervención de un
profesional, puede disminuir los causales de riesgo para padecer
ENT, las cuales acrecientan el riesgo de infección, mayor duración,
severidad y complicaciones por COVID-19 (Wu et al., 2020).
El ejercicio de intensidad moderada puede tener una intensidad
entre el 50 al 60 % del VO2 max o, una calicación de 10 a 14
en una escala de 6 a 20 de esfuerzo subjetivo percibido, si bien
90
la duración diaria de ejercicio puede estar entre 30 y 60 minutos
diarios (Dixit, 2020. También se puede desarrollar pausas activas
de diez minutos para mantenerse activo durante el día y evitar
generar un conicto en los aportes del ejercicio y el sedentarismo
en el resto del día. Las mejoras en la capacidad aeróbica favorecen
el sistema inmunológico; esto ayuda en la prevención y aparición de
infecciones respiratorias, gracias a que genera un efecto proláctico
antibiótico y antimicótico, acrecienta la elasticidad del tejido
pulmonar y favorece la mecánica pulmonar por el fortalecimiento
de los músculos respiratorios (Ayman, y Motaz, 2020).
Para optimizar la condición aeróbica a través de la estimulación
del sistema cardiovascular y respiratorio y, teniendo en cuenta el
espacio, los elementos y el tiempo limitado para hacer ejercicio,
una de las alternativas que surgen como estrategia de ejercicio
estructurado es el entrenamiento interválico de alta intensidad
(HIIT), el cual es realizado a una intensidad entre el 85 al 95
% de la FCmáx, con intervalos de estímulo intenso y corto, con
ejercicios con el propio peso corporal, que incluyen la estimulación
de grandes grupos musculares. Para la ejecución de este tipo de
ejercicio se debe tomar en consideración la CF y la historia clínica
de la persona. Si bien el HIIT ha demostrado mejoras del VO2
max en pacientes con ENT, se debe tener cuidado con personas
con patologías descompensadas o de alto riesgo como angina de
pecho inestable, hipertensión no controlada y diabetes mellitus
descompensada (Schwendinger y Pocecco, 2020). Por la intensidad
que maneja, el HIIT debe ser orientado por un profesional de la
salud y/o el deporte (Wang et al., 2020).
91
Figura 17
Recomendaciones generales para actividades aeróbicas
Fuente: Wang et al. (2020).
Fuerza muscular
En la prescripción del ejercicio, la estimulación multivariada de los
elementos de la CF puede favorecer la adherencia y perfeccionar
la capacidad funcional del individuo. El entrenamiento de la fuerza
muscular benecia procesos siológicos y metabólicos, como la
síntesis de proteínas y la hipertroa muscular, que previenen la
disminución de la masa, la función y la fuerza (Vitale et al., 2020).
Este tipo de entrenamiento en el hogar puede contribuir con
la adherencia a los programas de fuerza, convirtiéndose en una
estrategia ecaz, económica y segura, dado que el ejercicio en
casa puede favorecer la accesibilidad y la asequibilidad de las
personas (Rhodes et al., 2017).
92
Según Billany et al. (2020), no se puede negar que, los enfoques
basados en casa pueden necesitar periodos de entrenamiento
mayores, una estimulación entre dos a tres días por semana
que incluya ejercicios multiarticulares y globales, aumentando
progresivamente la intensidad y el volumen a través de un
incremento en el número de series, repeticiones o ejercicios,
inclusive hasta la fatiga. Sostienen que se debe considerar dar
las instrucciones sucientes y necesarias a aquellas personas que
inician un entrenamiento basado en la fuerza y que anteriormente
no hubiesen realizado este tipo de ejercicio, enfatizando en la
importancia de un buen calentamiento antes de los ejercicios de
resistencia; de igual manera, prestar atención a la técnica y no
a la velocidad del movimiento ni al peso utilizado en las fases
iniciales del entrenamiento, así como también, educar en cuanto
a la importancia del descanso y recuperación entre sesiones de
trabajo.
Por último, los programas de fuerza basados en el hogar, deben
ser supervisados a corto y largo plazo, teniendo en cuenta la
graduación de las cargas adaptadas a los elementos con los que se
cuenta en casa, los cuales pueden limitar el aumento del trabajo.
No obstante, se ha demostrado que un manejo de cargas bajas en
trabajos de fuerza puede favorecer cambios funcionales en sujetos
con baja CF (Thiebaud et al., 2014).
Flexibilidad
El décit en la exibilidad y movilidad articular está asociado
con la aparición de dolor muscular de la zona baja de la espalda,
situación que puede aumentar su incidencia durante la pandemia
por COVID-19, debido a los cambios sustanciales en actividades
cotidianas como posturas mantenidas frente a un computador, sitios
de trabajo no adecuados en casa para llevar a cabo las funciones
y, el acrecentamiento de las conductas sedentarias por el aumento
de la sedestación durante gran parte del día (Shariat et al.,
2020a). Para mitigar la incidencia del dolor lumbar, Shariat et al.,
(2020b) plantean que, efectuar ejercicios de liberación miofascial,
estiramientos y fortalecimiento de los músculos cuadrado lumbar,
el complejo muscular del glúteo y el psoas ilíaco, pueden favorecer
la prevención de padecer lesiones musculoesqueléticas durante el
connamiento.
El entrenamiento de la exibilidad debe ser considerado en los
procesos de planeación y prescripción del ejercicio. El mejoramiento
de esta capacidad se ve inuenciado notoriamente por variables
como el tipo de ejercicio, la frecuencia y la duración. Las diferentes
técnicas y métodos utilizados para mejorar esta condición, como
los estiramientos estáticos, dinámicos, los ejercicios con rodillos de
espuma (foam roller) y la facilitación neuromuscular propioceptiva
93
(FNP) favorecen la ganancia del rango de movimiento articular;
sin embargo, una frecuencia semanal de tres a cinco días con una
duración por ejercicio mínimo de 30 segundos, con un volumen
acumulado por sesión de, al menos, cinco minutos puede promover
signicativamente el mejoramiento de esta capacidad (Thomas et
al., 2018).
Recomendaciones para el ejercicio en niños
La pandemia también ha generado cambios importantes para los
niños en cuestión de AF y las conductas sedentarias que son más
pronunciadas a medida que aumenta la edad. Por ejemplo, los
niños entre 9 y 13 años tienden a ser más sedentarios y menos
activos que aquéllos entre los 5 y 8 años. Las recomendaciones
plantean actividades como montar bicicleta, caminar o correr en el
parque, saltar la cuerda, exergames, saltos, juegos tradicionales
que impliquen un alto gasto energético, realizando una sesión
diaria de estos ejercicios de, mínimo, 60 minutos, con un volumen
semanal de 420 minutos con intensidades moderadas a vigorosas
(Polero et al., 2020). Por otro lado, las escuelas deben incorporar
actividades dinámicas dentro de las clases, proveer descansos
para que el niño se mantenga físicamente activo e introducir las
clases de educación física en línea, donde se incluya la danza, el
yoga y las artes marciales. Mientras que, los padres de familia, por
su lado, pueden suscitar la AF y el ejercicio a través del juego, la
participación familiar, el uso de los lugares del vecindario como las
aceras y calles, prestando especial cuidado al cumplimiento de las
medidas de protección personal (Dunton et al., 2020).
Recomendaciones para el ejercicio en adultos mayores
Promover el trabajo del sistema inmunológico es una de las
principales metas trazadas con los adultos mayores, así como
también, prevenir el desarrollo de la osteoporosis, reducir
los marcadores inamatorios y favorecer la salud mental, la
capacidad funcional y el riesgo de caídas a través del ejercicio en
casa (Abdelbasset, 2020). Antilao (2020) propone que, para el
direccionamiento del ejercicio en adultos mayores “la inclusión de
ejercicios en el hogar debiese abordar al menos los componentes
básicos de la condición física-funcional, tales como fortalecimiento
y estiramientos de miembros superiores e inferiores, ejercicios
dirigidos al equilibrio estático-dinámico y control postural,
capacidad aeróbica, así como aquellos destinados a la salud
mental” (p. 270). Así mismo, Ghram et al. (2020) recomiendan:
utilizar las opciones disponibles en casa, incluidos los ejercicios
aeróbicos (caminar en línea, en puntas o talones y del talón
a los pies), ejercicios de resistencia (sentadillas, sostener una
silla, sentarse y levantarse de la silla o subir y bajar un escalón,
94
transportar objetos con pesos ligeros y moderados) y superar
obstáculos. (p. 6)
Para la estimulación de la capacidad aeróbica se recomienda
ejercitarse 30 minutos cinco veces por semana, con una
intensidad moderada o, 20 minutos tres veces por semana, con
intensidad vigorosa. Igualmente, la utilización de la metodología
HIIT con protocolos de ocho repeticiones por 20 segundos, con
10 segundos de recuperación, con un volumen total de cuatro
minutos y, ejercicios con el propio peso corporal, que estimulen
grandes grupos musculares, los cuales favorecen el progreso del
entrenamiento interválico de alta intensidad. Adicionalmente, es
fundamental la inclusión de ejercicios de fuerza, recomendándose
tres series de ocho a doce repeticiones, con una intensidad muy
ligera a moderada de ejercicios como: sentadillas, estocadas,
lagartijas, entre otros. En cuanto a la exibilidad, estiramientos
entre 30 a 60 segundos, dos a tres veces por semana, pueden
ayudar con el mantenimiento de la movilidad y la capacidad
funcional (Ghram et al., 2020).
Otra de las alternativas que surge es la prescripción del ejercicio
a través de entornos virtuales, en donde se sumerge al adulto
mayor en una realidad virtual inmersiva o no inmersiva, la cual
ha demostrado ser efectiva para la rehabilitación, mejoras del
equilibrio, disminución del peso corporal, aprendizaje motor y
cognición (Gao et al., 2020).
2.5.8 Deporte
El contexto de la industria deportiva se ha visto afectado
notoriamente por la pandemia; las diferentes federaciones, ligas
y organizaciones deportivas han sufrido una crisis nanciera y
deportiva que ha generado modicaciones signicativas en la
ordenación y la puesta en funcionamiento de los entrenamientos
y competencias (McLean et al., 2020). Dadas las implicaciones
nancieras que ha traído el COVID-19 sobre el deporte a nivel
mundial y la necesidad que esto ha causado sobre el retorno
rápido a las competencias tanto a nivel de la élite deportiva como
a nivel formativo y acionado, la primera premisa que se debe
contemplar en cada uno de los territorios donde se quiera reactivar
las competiciones deportivas es, atender al Comité Olímpico
Internacional, el cual hace un llamado de la importancia de
preservar y resguardar la salud de los atletas y sus comunidades,
entendiendo al deportista como un vector de esta enfermedad
(Mann et al., 2020).
La protección de la salud del atleta no solo se enmarca en el
hecho de evitar el riesgo de contagio, sino también en la protección
de su salud física y mental, a través de entrenamientos que
mitiguen el riesgo de lesión cuando regrese a los entrenamientos
95
habituales o competiciones programadas. Un claro ejemplo de la
importancia de realizar una adecuada planeación, organización,
desarrollo y evaluación de los entrenamientos son los datos
reportados por la Bundesliga, en donde Seshadri et al. (2021)
evidenciaron que, la tasa de lesiones aumentó tres veces más,
posterior al connamiento, siendo las lesiones musculares las más
frecuentes entre los jugadores del futbol profesional alemán. El
aumento del riesgo de lesión se ha visto aumentado en el inicio
de las pretemporadas por el receso de los entrenamientos y el
uso excesivo de las cargas de entrenamiento durante las etapas
de pretemporada. En consecuencia, se hace indispensable una
planicación especíca e individualizada, con un control adecuado
de las cargas de trabajo, respetando los procesos de adaptación
siológica y la progresión del entrenamiento, así como también, la
implementación de programas concretos de prevención de lesiones
a cada deporte y contexto donde se va a implementar (Bisciotti et
al., 2020).
La prevención de la transmisión entre los deportistas, como uno
de los pasos para tener en cuenta durante la pandemia, permite
evitar la difusión del virus y los efectos desfavorables que puede
traer para la salud del atleta y su retraso en la preparación deportiva.
La promoción de medidas preventivas entre los atletas, como la
higiene de manos, el distanciamiento social, el respeto por las
reglas y normas sanitarias impuestas en cada región, la asistencia
a las pruebas de detección y el informar de signos y síntomas
oportunamente, puede ayudar en la contención de la enfermedad
y la continuidad de los entrenamientos y competencias (Toresdahl
y Asif, 2020). Otro importante paso para el entrenamiento de
los atletas durante este tiempo de pandemia es el de realizar los
tamizajes, mediciones, evaluaciones y análisis oportunos de la
salud y CF, lo que permitirá tomar mejores decisiones tanto para
el trabajo en casa como para el retorno a los entrenamientos.
Para condiciones de aislamiento o connamiento, situación que
va a continuar siendo reiterativa debido a los picos de contagio
y al comportamiento de la pandemia, las nuevas variantes del
virus generan restricciones por parte de las administraciones
gubernamentales locales, regionales y nacionales, lo cual implica
continuar dando las recomendaciones necesarias para entrenar
en casa cuando los deportistas deban nuevamente permanecer
aislados (Bisciotti et al., 2020). Las siguientes sugerencias están
centradas en la monitorización de los entrenamientos por parte de
los profesionales del deporte: mantener una continua comunicación
con el atleta a través de redes sociales o TIC, implementar sesiones
enfocadas a la sustentación de la CF a través de la estimulación
de la fuerza, la potencia, la exibilidad, la coordinación y control
motor, la resistencia aeróbica, adaptándose a los elementos y el
espacio con el que cuenta el deportista en casa, intentando replicar
96
en la medida de las posibilidades, gestos técnicos especícos al
deporte practicado, hacer un seguimiento continuo de la salud
mental del atleta, utilizando técnicas de relajación para reducir
la ansiedad y optimizar el rendimiento, manejando técnicas de
visualización e imaginería mental y, manteniendo un programa
de educación continuo sobre alimentación, sueño y estilo de vida
(Tayech et al., 2020).
Figura 18
Recomendaciones para el entrenamiento de deportistas en casa
Fuente: Jukic et al. (2020).
Mientras tanto, para el retorno de los entrenamientos, las
consideraciones para el entrenamiento aeróbico de los deportistas
referencian la evaluación médica previa al regreso, como punto de
partida; así mismo, se debe desarrollar una planeación por fases
que contemple la variabilidad del entrenamiento, la progresión de
la carga de trabajo, con una primera fase encaminada netamente
a la estimulación del componente aeróbico; una segunda fase con
una demanda mixta aeróbico-anaeróbico con predominio del sistema
97
anaeróbico láctico y, una tercera fase más especíca al deporte, con
la utilización de los elementos del juego como el balón. Además,
el entrenamiento intermitente de intensidad creciente puede ser un
instrumento para tener en cuenta en el desarrollo de esta capacidad.
Sin embargo, es importante aclarar que estas recomendaciones varían
de acuerdo con cada disciplina deportiva, al análisis del contexto y la
evaluación del deportista (Bisciotti et al., 2020).
De otra forma, el entrenamiento de la fuerza es fundamental
para evitar la pérdida de la capacidad neuromuscular que puede
verse afectada tras un cese del entrenamiento de, mínimo, cuatro
semanas. El trabajo de la fuerza, inicialmente, debe adaptarse al
acceso de los equipos y elementos con los que se cuenta; al menos,
debe introducirse en la planicación semanal una a dos sesiones
de entrenamiento, estableciendo objetivos tanto de entrenamiento
como de rendimiento y, planicando estratégicamente las
competiciones a participar buscando una temporalidad adecuada
para la ganancia y el mejoramiento de esta capacidad en el proceso
de regreso a los entrenamientos (Latella y Ha, 2020).
Adicionalmente, implementar entrenamientos de resistencia
con cargas bajas con repeticiones hasta el fallo o, si es posible,