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IMAGO CRÍTICA 8 (2021)
De los jardines de Ouagadougou a las salinas
de La Malahá: hacia el modelo de un paisaje
sociocultural y multidisciplinar
María Flores-Fernández
N’est-ce pas dans l’eau stagnante et fangeuse, dans la
lourde humidité des terres mouillées sous la chaleur
du soleil, que remua, que vibra, que s’ouvrit au jour
le premier germe de la vie ?
1
Guy de Maupassant. (1887). Le
Horla
. París, Le Livre
de Poche, 1994, p. 75.
Introducción
El renovado interés por el paisaje se ha manifestado notablemente en España y en
Francia, transformándose en un hecho social total2 y respondiendo a la creciente
preocupación por recuperar zonas verdes y húmedas, asediadas por el cambio climá-
tico, el despliegue de la urbanización del territorio, las sequías y las praxis actuales
que atentan contra la biodiversidad. En respuesta, han nacido movimientos sub-
versivos y alternativas que nos permiten reconectar con la naturaleza en el ámbito
filosófico, social, literario y artístico, abriéndonos camino hacia una nueva «era del
paisaje» (Rancière, 2019). Precisamente, a través de la percepción del paisaje, el ser
humano ha mostrado la necesidad de fusionarse con el medio, de imaginar nuevos
modelos de jardín que acogen la participación de la sociedad y de trazar una red de
conocimiento3 a través de distintas expresiones, reuniendo literatura y fenomenolo-
gía, Oriente y Occidente, espacio público y lugar cercado.
La idea de espacio público se utiliza a menudo en el ámbito urbanístico, pero
su significado social y político sigue siendo muy debatido. Un enfoque multidisci-
plinar al respecto puede ayudar a aclarar los aspectos que condicionan su uso y su
aplicación al concepto de jardín abierto. En primer lugar, observamos que la idea
de espacio público se basa en un fondo mítico arrastrado por las ideas de moderni-
dad, justicia, democracia, racionalidad y sujeto. Sin embargo, no puede concebirse
como espacio sin cualificaciones materiales, sociales o culturales, ya que realmente
constituye un lugar de «médiance» (Berque, 1990), tanto material como inmaterial,
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que también apela a la imaginación y a la actividad narrativa del sujeto. Acorde con
esta línea, Jacques Rancière, defiende «el efecto unitario que el arte de los jardines
debe imitar: no a través de un conjunto de partes seleccionadas sino por la fusión
de una infinidad de elementos constantes y circunstancias accidentales» (Rancière,
2019: 46). En este sentido, esta investigación propone esbozar, por una parte, los ejes
comunes existentes en el entorno húmedo de los jardines de Ouagadougou (Greno-
ble, Francia) y de las salinas de La Malahá (Granada, España); sin obviar, por otro
lado, la principal diferencia entre ambos, en lo que respecta a su situación actual.
¿Es posible concebir el jardín urbano como recreación paisajística a partir de la sa-
lina, en su devenir como espacio socio-cultural y patrimonial? ¿Podemos encontrar,
desde un enfoque comparatista, la osmosis entre espacios, identidades y paisajes
culturales como los propuestos aquí? Tanto el jardín como las salinas se definen
como construcciones paisajísticas concebidas a partir de múltiples interrelaciones
y transformaciones naturales, sociales y culturales. Ambas comparten un modelo
simbólico en cuanto a su disposición espacial, que obedece a patrones geométricos
que les confieren un gran valor histórico, literario, paisajístico y ecológico. No sólo
se ejerce una acción antrópica sobre sus paisajes, sino que se viene construyendo
una red de imágenes culturales. De este modo, la presente investigación propone elu-
cidar, desde un enfoque multidisciplinar, las relaciones socio-culturales que existen
en dos modelos de paisaje urbano. Las evidencias literarias que subyacen en estos
jardines —uno real y otro alegórico— permiten identificar en ambos una dimensión
puramente femenina, así como reivindicar su reconocimiento como «paisajes cultu-
rales» y «soporte de la identidad de una determinada comunidad» (Plan Nacional,
2012), a través de la mitología alpina (Abry, Joisten, 2005) y de la poesía clásica del
Al-Ándalus (Pérès, 1990).
Para ello, esta investigación encuentra necesario explorar el impacto de la pre-
sencia de la flora y del elemento hídrico en los imaginarios sociales de ambos puntos
geográficos, a partir de fuentes literarias, tales como las leyendas alpinas en los jar-
dines del parque Ouagadougou de Grenoble, así como en los poemas islámicos anda-
lusíes del siglo XI y XII, en lo que respecta al paisaje de las salinas de La Malahá. Por
consiguiente, nuestro segundo objetivo es concebir ambos espacios como paisajes
culturales, es decir, «como objeto no solo estético, sino patrimonial e identidad de
la memoria de las acciones del ser humano» (Calderón Roca 2018: 12), tratando de
poner en valor el carácter innovador de los jardines urbanos y las posibilidades que,
a día de hoy, podrían desembocar en un nuevo modelo de «jardín de la sal» (Luengo,
A. & Marín, C., 1994).
1. Del jardín como producto sociocultural a la salina como jardín de sal
Ante el imperante interés por los focos paisajísticos en territorios acuosos y
la tendencia a la disminución de espacios húmedos, la puesta en valor del paisaje
hídrico apela a la construcción de un bien común por medio de la implicación de
agentes sociales, recurriendo a la estética y a la filosofía medioambiental. Según el
Convenio de Ramsar
(1971), los paisajes con humedales que presentan «característi-
cas culturales» son aquellos «en los que las características ecológicas dependen de la
interacción con las comunidades locales», como es el caso de los jardines del parque