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A. BRIZ y Grupo Val.Es.Co., ¿Cómo se comenta un texto coloquial’?, Barcelona, Ariel Practicum, 2000, 313 págs.

Authors:
A.
BRIZ
y
Grupo
Val.Es.Co.,
¿Cómo
se
comenta
un
texto
coloquial
?,
Barcelona,
Ariel
Practicum,
2000,
313
págs.
MONTSERRAT
PÉREZ
GIMÉNEZ
El
presente
volumen,
publicado
por
A.
Briz
y
el
Grupo
de
investigación
Val.Es.Co.
(Valencia,
Español
Coloquial)
de
la
Universidad
de
Valencia,
pone
de
manifiesto
la
necesidad
de
profundizar
en
el
estudio
del
español
hablado,
en
particular,
del
discurso
oral
y
su
manifestación
más
prototípica,
la
conversación
cotidiana
o
coloquial.
Ya
en
la
presentación,
se
alude
a
la
situación
que
vive
el
actual
sistema
educativo
español,
que
establece
como
objetivo
de
aprendizaje
de
una
lengua
el
desarrollo
de
la
competencia
comunicativa,
tanto
en
su
dimen
sión
gramatical
como
en
la
pragmática.
Así
pues,
el
propósito
del
libro
es
ahondar
en
la
«dimensión
pragmática»,
tan
desatendida
en
comparación
con
la
gramatical
por
la
práctica
docente
tradicional,
preocupada
más
por
la
lengua
como
sistema,
por
el
texto
escrito,
que
por
el
análisis
del
uso,
del
discurso
oral.
Dada
la
intención
pedagógica
del
presente
trabajo,
la
obra
posee
una
estructura
clara
y
organizada,
dividida
en
doce
capítulos,
distribuidos
en
seis
apartados,
avanzando
del
análisis
global
al
local
y
atendiendo
al
estu
dio
de
los
diferentes
aspectos
susceptibles
de
comentario
en
el
texto
colo
quial.
En
los
diversos
capítulos
se
procede
presentando
un
fenómeno
o
rasgo
a
partir
de
un
ejemplo,
el
que
se
describe
estableciendo
generalizaciones
y
conclusiones.
Cada
uno
de
los
capítulos
queda
rematado
por
un
apartado
de
lecturas
recomendadas,
de
gran
utilidad,
tanto
para
docentes
como
para
alumnos.
Asimismo,
se
ofrecen
ejercicios
con
sus
respectivas
solu
ciones,
de
tipo
práctico,
muy
apropiados
de
acuerdo
con
lo
explicado.
El
corpus
de
referencia
es
una
conversación
coloquial
real
transcrita
por
el
propio
Grupo
Val.Es.Co.,
la
[RB.37.B.1],
extraída
de
los
materiales
publi
cados
en
Briz
(coord.
1995:
226-240)
.
La
primera
parte
del
libro
o
G
uía
para
f
.L
ANÁLISIS,
consta
de
un
capí
tulo,
titulado
«El
análisis
de
un
texto
oral
coloquial»,
escrito
por
Antonio
1
Briz,
A.
y
Grupo
Val.Es.Co.
(1995):
La
conversación
coloquial
(Materiales
para
su
estudio),
Anexo
XVI
de
la
revista
Cuadernos
de
Filología,
Universidad
de
Valencia.
ORALIA,
Vol.
6,
2003,
págs.
357-364.
358
Montserrat
Pérez
Giménez
0RA1JA,
Vol.
6,
201)3.
págs.
357-304.
Briz.
En
este
capítulo
se
ofrece
un
adelanto,
a
modo
de
introducción,
de
lo
que
se
analiza
con
mayor
pormenor
en
el
resto
de
la
obra.
Así
pues,
la
pretensión
del
Grupo
es
establecer
«un
modelo
de
base
pragmática
que
per
mita
acometer
de
manera
sistemática
[la]
descripción
y
explicación»
de
la
conversación
coloquial
(pág.
29).
Procede
su
análisis
con
el
reconocimiento
de
los
reflejos
sociolingüís-
ticos
en
la
conversación
objeto
de
estudio,
para
después
reconocer
las
constantes
lingüísticas
teniendo
en
cuenta
«los
diferentes
niveles
lingüís
ticos
establecidos
para
la
descripción
general
de
la
lengua:
el
léxico-semán
tico,
morfosintáctico
y
fónico,
sin
olvidar,
por
ello,
que
cualquier
forma
lin
güística
va
asociada
en
uso
a
una
función
pragmática»
(pág.
33).
De
ahí
que
el
análisis
de
un
texto
coloquial
no
suponga
únicamente
un
estudio
gramatical,
sino
que
requiera
una
«reflexión
sobre
los
mecanis
mos
estratégicos
que
se
emplean
al
habla
(actuar)
y
sobre
todo
al
inte
ractuar
con
alguien»
(pág.
33).
La
segunda
parte
del
libro,
llamada
E
structura
de
i
a
conversación
,
comienza
con
el
capítulo
«Las
unidades
de
la
conversación»,
escrito
por
Antonio
Briz.
Allí,
analiza,
por
un
lado,
qué
se
entiende
por
«conversa
ción»
según
diferentes
concepciones,
lo
que
permitirá
enlazar,
por
otro
lado,
con
el
análisis
de
las
unidades
estructurales
de
esta.
En
primer
lugar,
la
define
como
un
tipo
de
discurso,
atendiendo
a
los
rasgos
que
la
singularizan.
En
función
de
la
presencia
o
ausencia
de
deter
minados
rasgos
hablaremos
de
conversación
formal
o
informal
o
colo
quial.
En
segundo
lugar,
la
caracteriza
como
un
«nivel
de
análisis
lingüís
tico»
perteneciente,
junto
con
el
de
la
enunciación
y
el
de
la
argumentación,
al
estudio
de
la
«actuación»
lingüística,
del
uso
y,
en
concreto,
del
uso
hablado,
que
presenta
diferentes
niveles
de
análisis
y
unidades:
-
el
de
la
enunciación:
unidad
acto
de
habla,
referente
a
las
acciones
e
informaciones;
-
el
de
la
argumentación:
unidad
intervención,
referente
a
las
intencio
nes
y
valoraciones
explícitas
e
implícitas
de
los
actos
de
habla.
-
el
de
la
interacción
o
conversación:
unidad
intercambio,
referente
a
las
relaciones
con
el
interlocutor.
Pero
aún
queda
una
cuarta
unidad,
que
surge
de
la
tercera
y
última
de
las
caracterizaciones
de
la
conversación.
Se
define
como
la
unidad
máxi
ma
de
análisis
interaccional,
ya
que
de
la
combinación
de
intercambios
resulta
la
conversación
o
diálogo,
término
este
último
más
afortunado
por
cuanto
no
se
confunde
con
la
conversación
entendida
como
tipo
de
dis
curso
en
general,
según
advierte
Briz.
A
partir
de
aquí,
se
pasa
a
definir
cada
una
de
las
unidades
de
análisis
estructural
del
discurso
dialógico,
divididas
ORAIM,
Vol.
6,
2003,
págs.
357-364.
¿Cómo
se
comenta
un
texto
coloquial'?
359
en
dos
grupos,
por
un
lado,
el
de
las
unidades
monologales
o
jerárquica
mente
inferiores
(acto
de
habla
o
enunciado
e
intervención)
y,
por
otro,
el
de
las
unidades
dialogales
o
jerárquicamente
superiores
(diálogo
e
inte
racción);
efectivamente,
la
división
en
tales
unidades
supone
un
novedo
so
y
práctico
análisis
de
la
estructura
de
la
conversación.
En
el
capítulo
3,
«Las
secuencias
de
historia»,
la
autora,
Inmaculada
Baixauli,
se
plantea
un
doble
objetivo:
caracterizar
las
citadas
microes-
tructuras
narrativo-discursivas
o
relatos
discursivos,
y
establecer
sus
cons
tantes
estructurales
y
lingüísticas.
Con
respecto
al
primero
de
los
objetivos,
resuelto
acertadamente,
la
autora
establece
una
serie
de
características:
a)
su
carácter
referencial.
«El
relato
constituye
una
secuencia
de
actos
de
habla
(...)
en
la
que
predo
mina
la
aserción
e
información
como
fuerza
ilocutoria
específica»
(pág.
82);
b)
su
carácter
temporal-causal,
pues
«se
establecen
relaciones
de
conti
güidad
y
consecuencia
-temporales
y
causales-»
(pág.
82);
c)
carácter
per
fectivo
de
los
hechos
relatados;
d)
su
carácter
interaccional
o
dialógico,
ya
que
«el
relato
se
ve
influido
por
las
formas
lingüísticas
de
la
interacción»
(pág.
82);
e)
su
carácter
intencional,
pues
la
presencia
del
relato
en
la
conversación
«responde
siempre
a
unos
determinados
propósitos
por
parte
del
hablante:
intención
informativa,
argumentativa,
etc.»
(pág.
82).
Con
respecto
al
segundo
de
los
objetivos
planteados,
se
establecen
las
constantes
estructurales
y
lingüísticas
del
relato
atendiendo
a
dos
niveles:
1.
Nivel
macroestructural.
Se
refiere
a
diversos
aspectos
como,
por
ejemplo,
los
modos
de
inserción
del
relato
en
la
conversación,
apun
tando
una
serie
de
estrategias
de
las
que
el
hablante
hace
uso,
como
por
ejemplo,
la
de
suscitar
el
interés
del
interlocutor
creando
expec
tativas.
Asimismo,
trata
los
esquemas
o
estructuras
narrativas
del
relato
conversacional.
2.
Nivel
microestructural
o
microlingüístico.
Se
refiere
a
los
rasgos
lingüísticos
que
caracterizan
al
relato
coloquial
(pág.
83)
como,
por
ejemplo,
el
empleo
del
estilo
directo/indirecto
(aparición
de
verbos
de
lengua
y
una
combinación
específica
de
tiempos
verbales)
.
También
describe
las
marcas
o
manifestaciones
de
coherencia
y
cohesión
del
relato
como
estructura
textual
(como
los
marcadores
dis
cursivos,
la
repetición
léxica,
etc.)
La
tercera
parte
del
libro,
dedicada
al
léxico,
comienza
con
el
capítu
lo
4,
«Frecuencias
léxicas
y
análisis
estadístico»,
escrito
por
Marcial
Terrádez.
Desempeña
este
capítulo
una
doble
función:
por
un
lado,
presentar
los
métodos
de
trabajo
utilizados
por
la
lingüística
computacional
aplicados
al
léxico;
por
otro
lado,
analizar
algunos
aspectos
que
afectan
al
léxico
de
360
Montserrat
Pérez
Giménez
ORAUA.
Vol.
6,
2003.
págs.
357-364.
la
conversación
objeto
de
estudio,
aplicando
los
métodos
de
trabajo
pre
sentados.
I
.os
métodos
de
trabajo
qtie
el
autor
estima
más
utilizados
en
lexicografía
computacional
son
los
índices
de
frecuencias,
el
establecimiento
de
concor
dancias
y
de
colocaciones.
Los
índices
de
frecuencia
léxica
permiten
mostrar
las
palabras
más
frecuentes
de
un
texto,
conociendo
así,
por
ejemplo,
la
riqueza
del
vocabulario,
la
redundancia
y
la
variación
temática.
En
lo
que
atañe
a
las
concordancias,
conjunto
de
ocurrencias
de
una
forma,
M.
Terrádez
comenta
que
pueden
establecerse
de
diversas
maneras.
Su
estu
dio
posee
varias
aplicaciones
como,
por
ejemplo,
la
categorización
de
las
palabras
homónimas,
conocer
el
sentido
real
de
una
palabra
polisémica,
etc.
Por
último,
la
observación
de
las
colocaciones,
la
ocurrencia
de
dos
o
más
palabras,
permite
llegar
a
contemplar
aspectos
como
la
vecindad
sig
nificativa;
la
distinción
entre
una
combinación
simple
de
palabras
y
las
fra
ses
hechas
o
idiomatismos,
etc.
El
capítulo
5,
«La
creación
léxica.
Neologismos
semánticos:
las
metá
foras
de
cada
día»,
escrito
por
Julia
Sanmartín
trata
los
neologismos
semán
ticos,
aunque
en
la
introducción
se
citan
otros
dos
«grandes
mecanismos
o
procedimientos
de
enriquecimiento
léxico
(pág.
125):
la
neología
formal
u
ordinaria
y
los
neologismos
externos
o
préstamos,
que
serán
abordados
en
el
capítulo
siguiente.
Este
capítulo
tiene
como
objetivo
primordial
la
descripción
de
las
metá
foras,
cuyo
uso
es
frecuente
en
la
conversación
coloquial,
así
como
deter
minar
su
finalidad.
Así
pues,
las
metáforas
más
abundantes
en
las
conver
saciones
analizadas
por
J.
Sanmartín
son
las
referidas
al
ser
humano,
en
particular,
las
animalizadoras
y
cosificadoras.
Como
advierte,
suelen
estar
motivadas,
por
lo
que
son
transparentes,
ya
que
se
puede
deducir
el
valor
o
sentido
figurado
a
partir
del
literal
(frente
a
las
opacas').
La
finalidad
con
la
que
el
hablante
emplea
las
metáforas
es
diversa.
Por
un
lado,
estas
pueden
estar
dominadas
por
el
humor,
la
risa,
lo
que
le
facilita
«obtener
un
acuerdo,
atacar
o
criticar
al
contrario,
todo
ello
favo
recido
por
el
tono
informal
que
caracteriza
a
la
conversación
coloquial»
(pág.
137).
Por
otro
lado,
pueden
tener
un
valor
explicativo,
pues
el
hablan
te,
mediante
el
establecimiento
de
una
analogía,
persigue
facilitar
la
com
prensión
{metáforas
explicativas
o
heurísticas).
El
capítulo
6,
«La
creación
léxica
(II).
Neologismos
formales
y
neolo
gismos
externos
al
sistema»,
cuyo
autor
es
Juan
Gómez,
trata
de
mostrar
tales
procedimientos
de
creación
léxica
en
la
conversación
coloquial.
Sobre
los
neologismos
formales,
destaca
«los
valores
semánticos
y
pragmáticos
que
asumen
los
sufijos
empleados
en
el
registro
coloquial»
(pág.
143).
Este
apartado
se
centra
en
la
sufijación
apreciativa
por
los
valores
ilocutivos
y
pragmáticos
que
desarrollan
en
la
conversación;
el
autor
describe
su
fun
OIHIJA,
Vol.
6,
2003,
págs.
357-364.
¿
Cómo
se
comenta
un
texto
coloquial'?
361
cionamiento
a
partir
de
tres
niveles
de
análisis:
a)
fuera
de
todo
contexto,
como
valor
de
lengua,
significado
nocional',
b)
en
el
nivel
de
enunciación
o
producción,
como
valor
de
habla
y,
por
último,
c)
en
el
nivel
de
produc
ción-recepción,
funcionamiento
discursivo
real.
Con
respecto
a
los
neologismos
externos,
para
la
descripción
de
su
presencia
en
la
conversación
coloquial,
parte
de
una
triple
distinción:
1)
préstamos
culturales,
poco
frecuentes
y
que
tardan
en
incorporarse
al
lenguaje
coloquial;
2)
préstamos
íntimos
o
interferencias,
con
mayor
frecuencia
de
uso,
a
diferencia
de
los
culturales,
pues
no
tardan
tanto
tiempo
en
incorpo
rarse
al
registro
coloquial;
3)
préstamos
internos,
también
frecuentes,
pues
el
lenguaje
coloquial
se
contamina
fácilmente
por
elementos
de
otras
variedades.
El
capítulo
7,
que
cierra
el
apartado
dedicado
al
léxico,
se
titula
«La
fra
seología»
y
su
autora
es
Leonor
Ruiz.
El
español
dispone
de
«variadas
esü
ucturas
fijas,
algunas
sustituibles
por
palabras
y
otras
no,
que
los
hablan
tes
emplean
con
determinados
fines
en
sus
intervenciones»
(pág.
169).
El
análisis
de
tales
estructuras
con
textual
izadas
permite
el
establecimien
to
de
ciertas
propiedades
que
establecen
qué
se
entiende
por
unidad
fra
seológica,
su
clasificación
y
el
reconocimiento
de
las
funciones
pragmáticas
que
pueden
desempeñar.
En
primer
lugar,
hay
dos
propiedades
que
determinan
si
una
expresión
es
o
no
una
unidad
fraseológica;
por
un
lado,
está
la
fijación,
propiedad
nece
saria,
pues
supone
la
reproducción
de
una
combinación
de
palabras
siem
pre
del
mismo
modo;
por
otro,
la
idiomaticidad,
propiedad
subsidiaria,
cuando
la
expresión
presenta
un
significado
unitario,
esto
es,
que
no
se
corresponde
con
la
suma
total
del
de
sus
componentes.
Cabe
así
presen
tar
una
clasificación
según
la
función
que
la
unidad
desempeñe:
-
Enunciado
fraseológico,
posee
autonomía
desde
el
punto
de
vista
fun
cional,
pues
actúa
de
forma
independiente.
Equivale
a
un
enuncia
do.
La
autora
distingue
entre
fórmulas
rutinariasy
paremias.
-
Locución,
no
goza
de
autonomía
funcional,
puesto
que
las
locuciones
equivalen
a
partes
de
la
oración
y
son
sustituibles
por
palabras
de
dife
rentes
categorías.
-
Colocación,
a
diferencia
de
las
anteriores,
esta
unidad
no
es
idiomá-
tica,
ya
que
su
significado
no
va
más
allá
del
de
la
suma
de
sus
com
ponentes.
Para
concluir,
observando
las
situaciones
de
uso
de
una
determinada
unidad,
se
pueden
inferir
las
funciones
pragmáticas
que
cumple,
es
decir,
con
qué
intención
se
produce.
Puede
atenuar
o
intensificar
lo
dicho,
refor
mular
lo
enunciado
anteriormente,
etc.
362
Montserrat
Pérez
Giménez
ORAIJA,
Vol.
6.
2003,
págs.
357-364.
El
apartado
IV
del
libro
está
dedicado
a
la
sintaxis
y
comienza
con
el
capítulo
octavo,
«Los
conectares»,
escrito
por
Salvador
Pons.
El
autor
bata
aquí
el
problema
de
la
organización
discursiva
en
un
texto
oral,
en
particular,
en
la
conversación
coloquial,
que
se
caracteriza
por
la
ausencia
de
plani
ficación.
El
propósito
de
este
capítulo
es
defender
un
acercamiento
de
tipo
pragmático
que
permita
enriquecer
lo
dicho
hasta
ahora
por
la
gra
mática
tradicional
y
la
lingüística
textual
acerca
de
los
conectares.
S.
Pons,
siguiendo
a
otros,
llama
a
tales
elementos
marcadores
discursi
vos,
puesto
que
son
capaces
de
funcionar
con
un
carácter
no
oracional,
«tanto
en
el
ámbito
dialógico
(donde
marcan
la
actitud
con
que
se
enun
cia
el
mensaje,
indicando
acuerdo
o
desacuerdo,
o
manifiestan
relacio
nes
interactivas),
como
en
el
monológico
(ejemplifican,
jerarquizan
o
reformulan)»
(pág.
200).
Así
pues,
expone
toda
una
serie
de
funciones
que
desempeñan
los
marcadores
del
discurso,
algunas
relacionadas
con
la
cone
xión,
otras
con
la
modalidad,
y,
por
último,
otras
relacionadas
con
el
control
del
contacto.
Dentro
de
la
conexión,
trata
\a.
fundón
argumentativa
y
la
meta-
discursiva,
que
engloba,
a
su
vez,
dos
dimensiones,
la
de
reformuladón
y
la
de
estructuración,
esta
última
con
diversos
matices.
El
capítulo
9
trata
sobre
el
orden
de
palabras.
Su
autor,
Xose
A.
Padilla,
pone
de
manifiesto,
ya
en
la
introducción,
cuál
es
el
objetivo
principal
de
este
capítulo:
«describir
cómo
es
el
orden
de
palabras
en
español
coloquial
y
determinar
cuáles
son
las
razones
que
explican
ciertos
órdenes
que
se
alejan
de
los
modelos
neutros
o
ideales
que
nos
proporciona
la
gramática»
(pág.
221).
A
tal
efecto,
combina
principios
sintácticos
y
valores
pragmáti
cos,
lo
que
le
permite
hablar
de
dos
formas
distintas
de
orden:
el
orden
sin
táctico
y
el
orden
pragmáüco.
El
primero,
en
español
SUJETO+VERBO+OBJE-
TO
(«SVO»,
en
adelante),
es
el
que
predomina
en
los
casos
de
transitividad
directa,
con
objeto
directo;
transitividad
indirecta,
con
suplemento;
o
bien,
en
las
estructuras
intransitivas
y
copulativas,
según
puede
desprenderse
de
los
ejemplos
extraídos
de
la
conversación
[RB.37.B.1].
Por
su
parte,
el
orden
pragmático
«queda
fijado
por
el
contexto
y
refleja
la
intención
comunica
tiva
del
que
habla».
En
este
orden
«los
elementos
se
unen
en
función
de
fac
tores
prosódicos
e
informativos»
(pág.
221).
Padilla
ejemplifica
también
oüos
casos
que
se
distancian
del
patrón
básico
SVO,
en
los
que
priman
los
efectos
de
sentido
o
valores
pragmáticos,
guiados
por
la
intención
comunicativa
del
hablante.
Asimismo,
el
autor
pre
senta
varios
ejemplos
que
siguen
un
orden
que
califica
de
«estrictamente
pragmático»,
y
lo
caracteriza
como
«el
más
característico
del
registro
colo
quial
y
especialmente
de
un
tipo
de
discurso
como
el
conversacional»
(pág.
235).
Con
el
capítulo
10,
«La
deixis»,
escrito
por
Raquel
Martínez,
finaliza
el
apartado
dedicado
a
la
sintaxis
en
la
conversación
coloquial.
Su
autora
ORALIA.
Vol.
6,
2003,
págs.
357-364.
¿Cómo
se
comenta
un
texto
coloquial"?
363
pondera
el
papel
que
cumple
la
deixis,
como
una
de
las
categorías
prag
máticas,
encargada
de
contextualizar
lingüísticamente
los
elementos
que
intervienen
en
la
situación
comunicativa.
A
diferencia
del
tratamiento
que
la
gramática
tradicional
ha
dado
a
las
«palabras
deícticas»,
que
«las
ha
considerado
meras
formas
desprovistas
de
contenido
(...)
simples
útiles
gramaticales»,
R.
Martínez
observa
que
los
elementos
deícticos
no
sólo
poseen
significado,
aunque
su
función
y
su
sen
tido
los
cobren
directamente
del
contexto
de
uso,
sino
que,
además,
es
en
el
propio
contexto
donde
desarrollan
otros
valores
pragmáticos.
Este
es,
en
definitiva,
el
objetivo
del
capítulo,
mostrar
cuáles
son
esos
valores
prag
máticos.
El
quinto
apartado
del
libro,
dedicado
a
la
prosodia,
costa
de
un
solo
capítulo,
titulado
«Las
funciones
de
la
entonación»,
escrito
por
A.
Hidalgo.
Su
objetivo
principal
es
mostrar
la
diversidad
funcional
de
la
entona
ción
en
el
discurso
coloquial.
Así
pues,
el
autor
va
a
plasmar
a
partir
de
dos
ejes,
el
paradigmático
y
el
sintagmático,
las
funciones
pertenecientes
a
la
entonación.
Con
respecto
al
primero
de
ellos,
el
eje
paradigmático,
en
el
que
se
enmarcan
los
usos
entonativos
que
permiten
determinar
la
oposi
ción
entre
unos
enunciados
y
otros,
se
proponen
dos
funciones:
-
La
función
distintiva
o
función
modal
primaria,
que
alude
a
la
fun
ción
representativa
o
apelativa
del
lenguaje
(enunciados
aseverativos,
interrogativos
e
imperativos).
-
La
función
expresiva
o
función
modal
secundaria,
que
alude
a
la
fun
ción
expresivo-emotiva
del
lenguaje,
que
permite
la
alteración
sub
jetiva
de
los
valores
modales
de
los
enunciados
(como
en
el
caso
de
los
enunciados
imperativos
neutralizados,
las
interrogaciones
retó
ricas,
etc.).
En
cuanto
al
eje
sintagmático,
este
hace
referencia
al
«comportamiento
lineal-secuencial
de
los
factores
entonativos»
(pág.
271).
En
esta
línea
se
señala,
en
primer
lugar,
la
existencia
de
«una
función
gramatical-sintáctica
de
la
entonación
capaz
de
conformar
mensajes
lingüísticos
coherentes»
(pág.
271).
Hay
que
distinguir,
asimismo,
tres
subfunciones
derivadas:
-
Función
integradora'.
la
entonación
«organiza
estructuralmente
las
secuencias
y
construye
lo
que
se
suele
llamar
estructura
informativa
(sucesión
Tema-Rema,
Tópico-Comentario,
etc.»
(pág.
271).
La
intencionalidad
comunicativa
del
hablante
condiciona,
además,
el
comportamiento
de
los
recursos
entonativos
de
integración.
Función
demarcativa:
capacidad
de
la
entonación
para
segmentar
la
emisión
de
un
hablante,
su
intervención,
en
grupos
entonativos,
determinados
por
su
intencionalidad
específica.
364
Montserrat
Pérez
Giménez
OKAUA,
Vol.
6.
2003,
págs.
357-364.
-
Función
Fático-Textual.
La
entonación
funciona
también
como
«un
elemento
de
vínculo
textual
metadiscursivo,
es
decir,
como
elemento
de
enlace
en
el
decurso»
(pág.
276).
La
VI
parte
corresponde
a
un
análisis
sociolingüístico.
Comprende
un
capítulo
con
el
que
el
que
se
cierra
el
libro:
«Consecuencias
del
contacto
de
lenguas»,
escrito
por
José
Ramón
Gómez.
Tal
y
como
se
aprecia
en
la
conversación
objeto
de
estudio,
pertene
ciente
a
una
comunidad
de
habla
bilingüe
castellano-catalana
(en
su
varie
dad
diatópica
valenciana)
,
se
producen
una
serie
de
fenómenos
lingüísticos,
que
están
directamente
derivados
de
esta
situación
de
bilingüismo.
Su
objetivo
es
describir
tales
fenómenos,
los
derivados
del
contacto
de
lenguas
(las
transferencias)
y
del
uso
de
varias
lenguas
(los
cambios
de
código).
Pretende
demostrar,
además,
que
estos
no
se
producen
de
manera
gratuita,
sino
que
están
determinados
por
unas
«funciones
pragmáticas
e
interacciona-
les»
(pág.
305),
es
decir,
guiados
por
la
intención
comunicativa
del
hablan
te.
Para
concluir,
estimamos
necesario
celebrar
la
adecuación
del
libro
ya
que,
con
un
tono
eminentemente
pedagógico,
dota
al
lector
de
una
herra
mienta
eficaz
para
comentar
un
texto
coloquial.
Cumple,
por
lo
demás,
en
sumo
grado
los
objetivos
planteados.
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La entonación funciona también como «un elemento de vínculo textual metadiscursivo, es decir, como elemento de enlace en el decurso
  • Función Fático-Textual
-Función Fático-Textual. La entonación funciona también como «un elemento de vínculo textual metadiscursivo, es decir, como elemento de enlace en el decurso» (pág. 276).