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Los costos de la dolarización financiera bajo hiperinflación: Entre asimetrías y represión regulatoria

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Este estudio busca identificar empíricamente el rol de la dolarización financiera sobre el desempeño de los bancos en Venezuela, en el contexto de la hiperinflación local. Se examinan tres áreas claves para la estabilidad financiera: actividad crediticia, rentabilidad y solvencia, considerando la evolución del balance bancario para una muestra de entidades domésticas durante el periodo 2013-2020. El enfoque empírico se vale de un modelo de datos en panel estimado bajo el método generalizado de momentos (System GMM) propuesto en Arellano & Bover (1995) y Blundell & Bond (1998), ampliado para evaluar las potenciales asimetrías impuestas por la inflación local. Los resultados preliminares dan cuenta de un recorte en el crecimiento del crédito y de los ingresos en bancos con mayores depósitos en divisas bajo el nuevo contexto de precios. La hiperinflación y las restricciones regulatorias parecen limitar la capacidad de las entidades domésticas de evitar tales reducciones. No obstante, bancos más dolarizados no enfrentarían mayores cargas operativas, lo que incidiría en el ajuste de la rentabilidad global a dicha dolarización. La recomposición de las obligaciones bancarias en favor de las divisas tiende a elevar la volatilidad de los depósitos reales, con potenciales secuelas sobre dicha rentabilidad. Estos hallazgos resaltan el peso de la represión financiera sobre la vulnerabilidad de los bancos domésticos, y enfatizan el rol de la regulación en la fragilidad de sistemas dolarizados con poca profundidad y que operan en un entorno de elevada inflación.
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Los costos de la dolarización financiera bajo hiperinflación:
Entre asimetrías y represión regulatoria
Luis Arturo Bárcenas R (*).
Esta versión: marzo 2022
Resumen
Este estudio busca identificar empíricamente el rol de la dolarización financiera
sobre el desempeño de los bancos en Venezuela, en el contexto de la hiperinflación
local. Se examinan tres áreas claves para la estabilidad financiera: actividad
crediticia, rentabilidad y solvencia, considerando la evolución del balance bancario
para una muestra de entidades domésticas durante el periodo 2013-2020. El
enfoque empírico se vale de un modelo de datos en panel estimado bajo el método
generalizado de momentos (System GMM) propuesto en Arellano & Bover (1995) y
Blundell & Bond (1998), ampliado para evaluar las potenciales asimetrías impuestas
por la inflación local. En línea con parte del debate, los resultados preliminares dan
cuenta de un recorte en el crecimiento del crédito y de los ingresos (financieros y no
financieros) en bancos con mayores depósitos en divisas bajo el nuevo contexto de
precios. La hiperinflación y las restricciones regulatorias parecen limitar la capacidad
de las entidades domésticas de evitar reducciones en sus fondos prestables, elevar
el cobro de comisiones y contrarrestar la caída de los márgenes financieros. No
obstante, bancos más dolarizados no enfrentarían mayores cargas operativas, lo
que incidiría en el ajuste de la rentabilidad global a la dolarización. La recomposición
de las obligaciones bancarias en favor de las divisas tiende a elevar la volatilidad de
los depósitos reales, con potenciales secuelas sobre dicha rentabilidad. La falta de
activos en moneda extranjera (descalce) parecen magnificar tales ajustes en el
resultado neto. Estos hallazgos resaltan el peso de la represión financiera sobre la
vulnerabilidad de los bancos domésticos, y enfatizan el rol de la regulación en la
fragilidad de sistemas dolarizados con poca profundidad y que operan en un entorno
de elevada inflación.
Palabras claves: dolarización financiera, hiperinflación, estabilidad financiera,
regulación macroprudencial
Clasificación JEL: C23, E31, E42, E58, G21.
Economista jefe en Ecoanalítica, Previamente, investigador junior en la Oficina de Investigaciones
Económicas del BCV. Las opiniones y visiones expresadas en este trabajo son de responsabilidad
exclusiva del autor.
INTRODUCCIÓN
La adopción de la dolarización como esquema para preservar la estabilidad de los
precios domésticos ha generado secuelas que van más allá del entorno real. En
particular, la experiencia de los países emergentes que operaron bajo este arreglo
entre los años ochenta y noventa mostró cómo, a medida que los hacedores de
política permitían que las divisas trascendiesen dentro de las funciones esenciales
de la moneda local, el nuevo régimen tendía a influir en las decisiones de portafolio
de los agentes y, por ende, en la estabilidad financiera en medio de presiones a la
moneda doméstica. Respecto a ello, la evidencia no solo resalta la mayor exposición
de los bancos a pérdidas cambiarias en un entorno más dolarizado, sino además
cómo estas entidades impusieron cambios en sus actividades tradicionales al recibir
un mayor flujo de pasivos en moneda extranjera o por no disponer de activos para
su respaldo, en sus intentos por preservar su rentabilidad o enfrentar los nuevos
riesgos asociados con el deterioro de sus activos domésticos. En ese marco,
conforme la moneda extranjera cobraba particular relevancia en el balance bancario
y en la respuesta misma de los reguladores, el ajuste de las entidades financieras
a las acciones de política monetaria y sus secuelas en la economía real tendía, a
modificarse (ver por ejemplo Choi & Cook, 2004; Cook, 2004; Mora, 2013; Ongena,
et al., 2021)
A pesar de que la discusión sobre su alcance dentro de la fragilidad financiera no
apuntaba a un consenso único, diversos hallazgos empíricos (entre ellos De Nicoló,
et al., 2005; Kubo, 2008; Court, et al., 2012; Kutan, et al., 2013) tendían a resaltar
cómo la respuesta de los bancos locales a la recomposición de sus depósitos o a la
menor tenencia de activos en divisas se veía condicionada tanto por el escaso
desarrollo de los mercados domésticos como por la propia dinámica inflacionaria.
Así, considerando que tales procesos son difíciles de revertir aun en un entorno de
baja inflación y de elevada credibilidad en la autoridad monetaria, entender tales
secuelas es relevante para identificar la potencial resiliencia de un sector bancario
que convive bajo una economía que reemplaza de manera parcial o total al
numerario local. Ello permite dimensionar el alcance de las decisiones oficiales en
materia monetaria y financiera en ese contexto, e incluso los posibles ajustes del
mercado local frente a choques externos (cf. Calvo y Vegh 1992; Broda & Levy
Yeyati, 2002; Cowan & Quy-Toan, 2003; Acosta & Coble, 2011; Castillo, et al., 2013;
Willems, 2013).
Venezuela representa un buen caso de estudio de este tópico por diversas razones.
En los últimos dos años, si bien la mayor dolarización financiera ha ocurrido en la
transición hacia un entorno hiperinflacionario y en medio del colapso en la actividad
real, diversos cambios regulatorios han permitido que la acumulación de activos y
pasivos en moneda extranjera cobre relevancia para el sector financiero local, con
captaciones en divisas alcanzando hasta 40% de sus depósitos. En ese entorno, el
negocio bancario venezolano ha mostrado múltiples ajustes en dimensiones
tradicionalmente expuestas a dicha dolarización, de acuerdo con el debate
especializado. No obstante, el caso doméstico se distancia de otras experiencias en
Latinoamérica, pues no solo ha ocurrido bajo una mayor distorsión de precios con
secuelas no triviales para la demanda de depósitos (en moneda local y extranjera),
sino además bajo fricciones regulatorias que limitan la acumulación de activos
bancarios en divisas y, por ende, cambian la forma en la que las entidades internas
generan ingresos y administran riesgos.
La dolarización doméstica también ha convivido bajo un régimen de transacciones
cambiarias semi-administradas y con poca apertura de la cuenta capital,
imponiendo fracciones en el acceso a recursos foráneos para prestar. Con ello, las
entidades locales se han visto forzadas a acudir a nuevas formas de generación de
ingresos usualmente inestables. Tal postura se ha visto reforzada por la estrategia
asumida por el Ejecutivo en materia fiscal en los últimos años, siendo dicha gestión
la principal fuente histórica de recursos para apalancar la oferta de financiamiento
en Venezuela (ver Chirinos & Pagliacci, 2017). A la luz de los recientes episodios
de la desaceleración de precios en Venezuela basada en las limitaciones al crédito
como refuerzo al ancla nominal de precios, estudiar tales limitaciones es crucial para
sopesar el impacto de acciones oficiales en materia antinflacionaria sobre la
contracción real doméstica, aun con la escasa profundidad del entorno bancario
local.
En el contexto de este debate, este trabajo busca identificar el papel que ha jugado
la dolarización de depósitos en la estabilidad bancaria en Venezuela. Entender la
fragilidad del entorno financiero local parece relevante para cuantificar los riesgos
que enfrentes los bancos domésticos a mediano y largo plazo, tomando en cuenta
que el auge del uso de la moneda extranjera en el país proviene, en gran medida,
de fallas institucionales internas y una gran volatilidad en los precios domésticos.
En particular, el sistema bancario venezolano ha operado bajo un esquema
dolarizado informal que, debido a la naturaleza heterogénea del negocio bancario,
muestra un alcance desigual entre las entidades domésticas. En ese sentido, el
aporte de este estudio radica en ponderar, bajo un marco hiperinflacionario, el rol
de los elementos ajenos a la estructura de mercado que condicionan el ajuste de la
banca a la dolarización.
Hasta ahora, los antecedentes en el estudio de la fragilidad de los bancos
venezolanos tienden a resaltar los desequilibrios monetarios como fuente clave de
vulnerabilidad, siendo esta la evidencia previa más cercana que relaciona la
dolarización (como mecanismo que actúa sobre las condiciones monetarias) con la
estabilidad bancaria local. Sin embargo, no existen trabajos que busquen, bajo un
enfoque empírico, analizar el rol de las fricciones regulatorias en las secuelas de la
dolarización financiera, en especial bajo entornos de hiperinflación.
Dadas las características del sistema financiero local, el trabajo se vale de la
estimación de un modelo de datos en panel para un conjunto de entidades
domésticas durante el lapso 2013-2020, que describe el potencial rol de la
dolarización de depósitos y del descalce del balance sobre tres áreas claves para
la estabilidad financiera: intermediación crediticia, rentabilidad y solvencia. La
especificación empleada se vale de la discusión especializada en torno al
comportamiento de los bancos bajo dolarización, ampliada para considerar el
entorno hiperinflacionario doméstico como fuente de asimetría en esa relación. Se
empleó el método generalizado de momentos (GMM) planteado por Arellano &
Bover (1995) y Blundell & Bond (1998) como estrategia de estimación, siendo ésta
la técnica más adecuada para obtener estimadores fiables y no sesgados para
modelos dinámicos bajo un período corto de tiempo y en presencia de
características bancarias individuales latentes (no observables). El método también
permite incorpora un cúmulo importante de información, con miras a obtener
resultados robustos frente a cambios en el entorno macroeconómico y en las
múltiples dimensiones del negocio bancario venezolano, además de minimizar los
costos de analizar un período marcado por múltiples cambios estructurales dentro
del mercado doméstico.
Los principales hallazgos confirman la presencia de asimetrías en el impacto de la
dolarización financiera asociadas con los cambios en los precios internos, en donde
la dinámica inflacionaria y el marco regulatorio parece mitigar parte del carácter
estabilizador de los nuevos depósitos sobre la actividad bancaria local. En particular,
a pesar de su impacto promedio positivo, mayores pasivos en lares tienden a
reducir los créditos comerciales reales en más de 1,2 desviaciones estándar bajo el
nuevo contexto de precios, en mayor medida dentro de entidades de mayor tamaño.
Al controlarse los cambios vinculados con la gestión fiscal y monetaria, ese hallazgo
sugiere que las restricciones legales a la intermediación en moneda extranjera
parecen jugar un importante rol en la disponibilidad de fondos prestables, en medio
del colapso en la demanda de dinero interna. Asociados con tales reacciones,
bancos más dolarizados tienden a mostrar recortes en sus márgenes de intereses
cercanos a los 4,5 puntos porcentuales (en promedio), a medida que los precios
domésticos aceleran su crecimiento. De manera similar, los ingresos por
comisiones se reducen en promedio 6,1 puntos porcentuales conforme los
depósitos en dólares aumentan su peso en los pasivos (en especial para las
entidades medianas y pequeñas), por lo que los nuevos servicios ofrecidos al iniciar
la hiperinflación parecen no compensar la reducción de los pasivos en moneda local
como fuente alternativa de ingresos. Este efecto parece ocurrir aún con los cambios
impuestos por la pandemia del COVID-19 en el balance de los bancos domésticos.
Ello, no obstante, no parece devenir en un deterioro de la rentabilidad global para
todas las entidades, en donde la recomposición de captaciones tiende a reducir sus
gastos operativos. Tales ajustes se replican a medidas que los bancos muestran
un descalce de su balance mayor, aunque con un menor alcance en términos de
magnitud. De manera similar, los pasivos bancarios locales parecen ganar
volatilidad conforme la fracción de los depósitos en divisas se elevaba, lo cual tiende
a impactar adversamente su rentabilidad y a superar los cambios asociados con los
requerimientos de encaje.
Estos resultados reafirman, por un lado, la importancia de la represión financiera
local como fuente de vulnerabilidad de los bancos en Venezuela al operar bajo un
entorno más dolarizado y de mayores precios. Así, el caso venezolano se distancia
de la experiencia internacional en donde las restricciones legales buscan reducir la
inestabilidad bancaria potencialmente asociada con un balance más dolarizado. En
tal sentido, los resultados resaltan la necesidad de un marco regulatorio
macroprudencial para mejorar la gestión de los riesgos financieros y de mercado de
aquellas entidades que operen bajo inflación elevada, con depósitos altamente
dolarizados y con una autoridad monetaria limitada en su accionar como prestamista
de última instancia. El resto del trabajo se estructura como sigue: en la sección, se
ofrece una breve reseña respecto a la discusión sobre las implicaciones de la
dolarización financiera para la actividad bancaria. La sección 3 reporta algunos
hechos estilizados sobre la evolución de esta dolarización y de su potencial
incidencia en el negocio bancario venezolano, para luego reportar la evidencia
empírica obtenida y sus implicaciones en las últimas dos secciones.
I. REVISIÓN DE LA LITERATURA
En general, el debate sobre los efectos de la dolarización en el entorno bancario se
ha enfocado a evaluar las experiencias de dolarización de facto (parcial), donde el
tipo de cambio sigue jugando un rol clave en la toma de decisiones de los agentes
y en el que las presiones inflacionarias afectan al proceso mismo de sustitución del
numerario doméstico. En ese contexto, la complejidad de la actividad bancaria ha
provocado que el impacto de la dolarización se haya extendido a múltiples
dimensiones de ese negocio, con implicaciones no triviales en materia de fragilidad.
Por un lado, se ha determinado que un entorno bi-monetario parece introducir
cambios en la profundidad de los sistemas financieros. Al respecto, a pesar de que
la dolarización era concebida como un mecanismo de cobertura de los agentes
frente a desvalorizaciones de sus activos, algunas visiones iniciales (ver por ejemplo
Hononah & Shi, 2001; Reinhart, et al., 2003; Calvo, et al., 2008) tendían a asociar
el alza de los depósitos en divisas con condiciones que favorecían la salida de
capitales, particularmente en mercados abiertos sometidos a episodios recurrentes
de depreciación o que buscaban reforzar el peso de la moneda local. Bajo esa
premisa, la dolarización de depósitos puede promover caídas en la disponibilidad
de recursos para prestar y, con ello, una reducción en el volumen de créditos
ofrecidos.
Parte del debate también destaca una dolarización desigual entre ambos lados del
balance (esto es, mayor descalce de monedas) en economías de menores ingresos
y con escaso desarrollo de su entorno bancario (De Nicoló, et al., 2005; Corrales &
Imam, 2019). Al respecto, se asume que la visión de la dolarización como un
mecanismo de ahorro o transaccional parece tener un mayor peso en esos
mercados, respecto al de aprovechar ese proceso como forma de endeudamiento,
por lo que la crecida de los préstamos en divisas no se corresponde con el ritmo al
cual se dolarizan los pasivos bancarios. En otras palabras, la dinámica de la
dolarización parece verse dominada por su propia endogeneidad a la profundidad
financiera.
Un enfoque alternativo tiende a apoyar un impacto positivo de la dolarización de los
depósitos sobre la intermediación crediticia. En particular, algunos hallazgos
resaltan la importancia de los depósitos en divisas para la cobertura a los depósitos
en un entorno de inflación elevada (Court, et al., 2012) o para la gestión de riesgo
de mercado de los agentes aun en un entorno de precios estables (ver Ize & Levy-
Yeyati, 2003). Así, mientras que, bajo la primera visión, mayores depósitos en
divisas restan inestabilidad a los fondos prestables a medida que fungen como un
seguro frente a retiros no esperados, en el segundo caso el alza de los pasivos
foráneos tiende a afectar el interés de los bancos por elevar sus préstamos (en igual
moneda) en episodios de estabilidad del tipo de cambio real.
Con los cambios que promueve en las actividades tradicionales y en la gestión de
riesgo, la dolarización del balance parece incidir sobre la rentabilidad del negocio
bancario, aunque la discusión carece de consenso. Trabajos como Kutan, et al.,
(2013) asocian una mayor dolarización de los depósitos con menores ingresos
percibidos vía intereses, si los bancos son más propensos a acumular activos s
líquidos para prevenir pérdidas por riesgo de mercado. No obstante, otros hallazgos
identifican un incremento en tales márgenes ante mayores pasivos en divisas (ver
por ejemplo Bannister, et al., 2018; Vera-Gilces, et al., 2020), como ajuste de los
bancos frente a la mayor ineficiencia que implica el manejo de los nuevos depósitos.
Otra visión apunta que los mayores recursos derivados de la recomposición de los
depósitos provienen de la menor acumulación de provisiones contra pérdidas
esperadas, mientras los pasivos en divisas les briden a los bancos mayor cobertura
ante presiones inflacionarias (ver por ejemplo Ozsoz, 2009), En ese punto, se
asume que los beneficios de dolarizar en materia de riesgo son mayores a los costos
asociados con su gestión.
Precisamente, los nexos de la dolarización con la actividad financiera parecen tener
implicaciones para la estabilidad bancaria y para el manejo de riesgo en un entorno
de precios elevados. El argumento con mayor soporte en los datos sugiere que, en
sistemas que carecen de activos líquidos, los bancos pueden exponerse a mayores
impagos en sus préstamos de elevar sus créditos en moneda extranjera como
mecanismo para traspasar el riesgo de mercado hacia los prestatarios (ver Court,
et al., 2012)
1
. Un ajuste similar puede anticiparse del efecto de la dolarización sobre
las tasas de interés, siendo los nuevos depósitos una nueva fuente de poder de
mercado Hononah & Shi (2001) que les permite a los bancos elevar tasas y, con
ello, el costo del financiamiento. Tal mecanismo entraña el potencial impacto de
ese mayor costo sobre la morosidad crediticia.
De manera similar, estudios como Gulde, et al. (2004) y De Nicoló, et al. (2005)
tienden a desestimar el rol estabilizador de la dolarización de depósitos, al identificar
una mayor volatilidad de los pasivos asociadas a su recomposición. En línea con
las visiones iniciales sobre las secuelas de la dolarización financiera, dicha
incertidumbre sugiere que bancos más dolarizados pueden verse expuestos a
pérdidas no anticipadas en sus fondos líquidos, en particular bajo procesos
inflacionarios o con un elevado descalce de su balance. Así, de no contar con un
marco macroprudencial adecuado, los sistemas financieros con más depósitos en
divisas pueden tornarse más frágiles como lo demuestran trabajos como Levi Yeyati
(2006) o Domac & Martinez Peria (2003).
Sin embargo, ante los cambios que pudiese promover la dolarización de depósitos
en materia de ingresos, la recomposición de sus pasivos a favor de las divisas
pudiese proveer a los bancos de recursos para elevar su patrimonio a mediano
plazo y, con ello, su solvencia. Por otro lado, aun sin contar con el rol de
1
En este punto, se asume que el riesgo de crédito que surge por la menor capacidad de los deudores
para cumplir sus compromisos en divisas en un entorno inflacionario gana relevancia dentro los
costos asumidos por la banca al emplear depósitos en divisas como fuente de financiamiento. En
tal sentido, los bancos pueden aminorar tales pérdidas de orientar una mayor parte de estos recursos
a financiamiento en moneda local, aunque solo si cuentan con un elevado stock de activos líquidos
para reducir su exposición a pérdidas cambiarias (cf. Luca & Petrova, 2008).
prestamistas de última instancia, los bancos centrales pueden enfrentar de forma
eficiente las crisis financieras en un sistema fuertemente dolarizado, si ello
contribuye con la reputación del regulador y los bancos son capaces de capitalizar
las ventajas de dicha dolarización (cf. Gale & Vives, 2002). Dicha visión ha sido
apoyada por la falta de evidencia que vincula los mayores depósitos dolarizados
con una mayor estabilidad a mediano plazo (ver por ejemplo Honig, 2006;
Christiano, et al., 2021).
Note que, en el debate referente a la dolarización financiera, un aspecto clave es el
rol de los precios. Tal relevancia es reconocida, por un lado, en la importancia que
guardan los arreglos cambiarios en la dinámica de la propia dolarización, donde un
esquema predominantemente flexible pone en riesgo la capacidad de repago de los
deudores si éstos carecen de activos en moneda extranjera (ver Arteta, 2005;
Barajas & Morales, 2003). En ese punto, los incentivos de los bancos para ceder
sus depósitos en divisas como créditos solo se elevarían de operar en un entorno
cambiario menos volátil o con intervenciones recurrentes de la autoridad monetaria.
Por otra parte, los hallazgos en torno a los ajustes de portafolio en medio de
apreciaciones cambiarias parecen reconocer, de forma implícita, la presencia de
asimetrías en los efectos de la dolarización basadas en precios. Asimismo, el
trabajo seminal de De Nicoló, et al., (2005) y otros como Kubo (2008) resalta cómo
una mayor dolarización puede elevar los créditos e ingresos bancarios solo en un
entorno de alta inflación, bajo el cual el interés de los agentes por mantener
depósitos en divisas se eleva y, con ello, la disponibilidad de recursos para prestar.
Tomando una muestra amplia de países emergentes para la década de los noventa,
ambos trabajos identifican un umbral de crecimiento de precios antes del cual el
alza de depósitos en divisas se torna nociva para la intermediación.
Otro aspecto de interés en el debate sobre los efectos de la dolarización financiera
se centra en la dimensión institucional. Por un lado, parte de la discusión sugiere
que las fallas de gobernanza aceleran la dolarización de depósitos en detrimento de
los créditos en divisas (ver Honig, 2009). En ese contexto, el interés de los bancos
por acumular activos menos líquidos y protegerse frente a presiones inflacionarias
no esperadas se reducen bajo un regulador poco creíble. En línea con ese
argumento, De Nicoló, et al. (2005) y Levi Yeyati (2006) también comprueban que
la dolarización de depósitos eleva la inestabilidad financiera en mercados donde las
acciones oficiales carecen de credibilidad, a medida que los nuevos pasivos no
contrarrestan por completo la caída esperada de sus ingresos reales. Para Domac
& Martinez Peria (2003), la exposición a la fuga de capitales vinculada a la
dolarización provoca que esta falta de credibilidad de los reguladores eleve la
probabilidad de crisis en un mercado financiero con un elevado descalce. De
manera similar, Boca y Lorenzini (2017) y Dalgic (2017) resaltan como, en medio de
presiones cambiarias, la ausencia de financiamiento de última instancia o de
acciones fiscales poco creíbles impiden que los reguladores corrijan las fallas de
mercado (particularmente, el margen entre tasas en moneda local y extranjera) que
surgen con la mayor dolarización de pasivos. Bajo tales condiciones, la mayor
tenencia de activos o pasivos externos sería insuficiente para aminorar la potencial
fragilidad financiera asociada con un entorno macroeconómico adverso.
Con los múltiples retos que impone en materia de riesgo, el auge de la dolarización
financiera ha supuesto un rediseño de las políticas macroprudenciales en los
mercados emergentes basadas en la reducción de pérdidas de capital bancario ante
presiones en sus monedas, y en limitar el apalancamiento del sector privado más
allá de sus capacidades de repago
2
. Frente a ello, algunos estudios como Luca &
Petrova (2008) destacan como los límites legales al descalce logran influir sobre el
interés de los bancos de convertir sus depósitos en divisas en créditos en moneda
extranjera, con un efecto más difuso de los controles directos a tales préstamos.
Discusiones similares han surgido a partir de diversas experiencias de
desdolarización de la región (como puntualiza Fernandez-Arias, et al., 2006, o Ize,
2020), observándose que los sistemas financieros perdían resiliencia o profundidad
2
Un sumario al respecto se ofrece en Cayazzo, et al. (2006)
bajo entornos regulatorios que reprimen las posiciones pasivas en divisas y en
ausencia de mecanismos alternativos de cobertura.
Para el caso venezolano, a pesar de no existir un precedente claro en el debate de
la dolarización, si existe un reconocimiento de los desequilibrios en el mercado de
dinero como fuente de inestabilidad local. Particularmente la evidencia resalta la
importación de la gestión fiscal y de los choques petroleros para la generación de
créditos (Chirinos & Pagliacci, 2017) y en la solvencia de los bancos domésticos a
mediano plazo (Chirinos & Pagliacci, 2014; Carvallo & Pagliacci, 2016). A pesar de
que este debate es contextualizado fuera del entorno hiperinflacionario, lo anterior
sugiere que la recomposición de los depósitos sería clave para el ajuste de la banca
a tales choques.
Por otro lado, aun en ausencia de evidencia que pondere el papel de la regulación
de las transacciones en divisas sobre el negocio bancario en Venezuela, algunos
antecedentes Barcenas (2019) identifican un recorte en la expansión del crédito vía
alzas en los depósitos asociado con los requerimientos macroprudenciales internos.
Así, frente a los límites legales a las posiciones activas en divisas que pueden
mantener los bancos, es posible prever que las entidades con mayores depósitos
dolarizados tenderían a ceder menos créditos de mostrar un patrimonio por debajo
o muy cercano al requerido. Ello sería particularmente crítico frente al proceso
hiperinflacionario doméstico, a medida que los fondos prestables se vean afectados
por la caída en la demanda por dinero local. Las fallas en la credibilidad de los
hacedores de política detrás de este marco de precios también tenderían a
condicionar el verdadero alcance de la dolarización para la actividad bancaria en
Venezuela, de afectar el interés de los agentes locales por adquirir depósitos en
dólares en el sistema doméstico (Zambrano, 2021). Los esfuerzos de este estudio
apuntan, precisamente, a contrastar tales conjeturas en medio de la creciente alza
de esos pasivos.
II. HECHOS ESTILIZADOS
Desde el año 2012, las obligaciones en divisas de los bancos en Venezuela
comenzaron a elevarse de forma progresiva, producto de los cambios en el marco
que regulaba las transacciones en moneda extranjera en el contexto del control
cambiario que opera en el país desde 2003
3
. Esta recomposición en los depósitos
se vio favorecida por otros aspectos de índole operativo, como el cese de
operaciones de bancos corresponsales en el exterior con el banco central local
(BCV). Inicialmente, tales recursos gozaban de poca liquidez, al provenir de los
mecanismos gestionados previamente por el sector público (en su mayoría, a través
de la banca del estado), además de estar sujetas a altas comisiones y de un entorno
legal más represivo que impedía su uso interno. Asimismo, la carencia de activos
externos por parte del BCV y la escasa integración del entorno bancario local al
sistema financiero internacional limitaban su uso en el exterior. En ese año, la
dolarización de los depósitos aún era limitada, abarcando el 0,3 % de los pasivos
del sistema, y donde el 93 % eran mantenidos en entidades de capital público. Ello
supuso una mayor exposición de los bancos locales a mayores pérdidas por riesgo
de mercado, contando en ese año con solo el 0,9 % de sus activos líquidos en
bancos foráneos.
La evolución de estos depósitos mostró un cambio notorio en 2018, tras el inicio del
proceso hiperinflacionario interno (gráfico 1). Además de surgir frente a
recomposiciones en el portafolio de los agentes locales, la crecida de estos pasivos
3
Desde la vigencia del control cambiario en Venezuela en 2003, las transacciones en moneda
extranjera de los bancos locales han estado sujeta a múltiples cambios en el ámbito regulatorio.
Inicialmente, los bancos domésticos actuaban exclusivamente como intermediarios en las
operaciones con divisas entre el Sector Público y el sector privado no financiero, cuyas operaciones
estaban restringidas a las adquisiciones al menudeo (y a precios preferenciales) por parte de los
hogares y empresas, además de las asignaciones de los recursos del Sector Público para
importaciones privadas, todas dirigidas para pagos en el exterior. Así, para ejecutar tales
transacciones, las entidades locales se valían completamente de un grupo reducido de bancos
corresponsales, sin ofrecer financiamiento y depósitos en moneda extranjera, contando solo con los
depósitos propios en tales entidades como único activo en divisas. En ese marco, las formas de
crédito se concentraban en gran medida en las denominadas cartas de crédito, aunque apalancadas
con los fondos asignados de manera discrecional por el BCV de las divisas generadas por el Estado,
además de líneas de créditos informales” cedidas con poca recurrencia al sector privado no
financiero.
fue promovida por los cambios legales que permitía su uso con fines
transaccionales, además de autorizar a los bancos a actuar nuevamente como
operadores cambiarios, centrados exclusivamente en la adquisición de recursos en
las mesas de dinero oficiales para su venta al público. El peso de los nuevos
depósitos también se vio favorecida por las limitaciones fiscales del Ejecutivo, las
cuales redujeron la creación de captaciones en bolívares como medio para añadir
credibilidad al nuevo anclaje nominal de precios. A pesar de ello, la persistencia de
las fallas institucionales locales y la ausencia de un mecanismo formal de
compensación interna no permitió que la proporción de los depósitos en moneda
extranjera en manos de las entidades privadas haya superado el 20% del total a
inicios de 2020
4
.
No obstante, una vez iniciada la pandemia del COVID-19, la mayor preferencia de
los agentes locales por tales instrumentos elevó su peso dentro del balance de los
bancos domésticos, en especial para las entidades privadas. Con ello, el entorno
bancario en Venezuela mantiene una cuota de depósitos en moneda extranjera
similar a lo mostrado por otras economías emergentes parcialmente dolarizadas
(ver anexos), pero con diferencias en materia institucional y con una inflación
elevada pero estable, lo que parece valorar la influencia de tales distorsiones en la
creciente dolarización local.
4
Otros aspectos que ha afectado la velocidad de la dolarización financiera en Venezuela han sido la
contracción de la actividad real interna, la falta de ingresos del estado derivado del colapso en las
exportaciones petroleras, además de los bajos incentivos a la entrada de capitales asociados con la
inestabilidad política interna y el poco acceso a los servicios de la banca internacional tras las
sanciones financieras impuestas por EE.UU desde 2016 sobre funcionarios o entes reguladores del
mercado cambiario venezolano.
Gráfico 1: Posición de depósitos en moneda extranjera de la banca privada en
Venezuela
La captura de depósitos en divisas en Venezuela no ha ocurrido de forma
homogénea entre los bancos domésticos, según reseña el cuadro 1. Si bien, las
entidades de capital público concentraban la mayor fracción de las divisas cedidas
bajo los esquemas cambiarios previos (depósitos “Convenio 20”), la mayor apertura
legal provocó que los bancos privados captaran las mayores obligaciones en divisas
líquidas, siendo éstos uno de los pasivos de mayor peso a inicios de 2020. Tales
diferencias parecen responder en parte a las distinciones entre la estructura de los
bancos, donde la mayor cuota de depósitos fue captada por el estrato alto o medio
(clasificados según el volumen de depósitos) y de manera desigual entre las mismas
entidades de ese grupo. La distribución de estos pasivos mostraría nuevos cambios
con la llegada de la pandemia, indicando cambios adicionales en la forma en cómo
la dolarización de los depósitos pudo afectar al negocio bancario local.
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nov-19
ene-20
mar-20
may-20
jul-20
sept-20
nov-20
ene-21
mar-21
% de los deósitos a la vista
Fuente: Sudeban y cálculos propios.
Depósitos en divisas de la banca privada en Venezuela
Convenio Cambiario 20 Depósitos líquidos
Inicio cuarentena oficial
Cuadro 1: Composición de los depósitos en moneda extranjera de la banca privada
en Venezuela (respecto a pasivos a la vista), 2018-2021
Por otro lado, los elevados costos transaccionales inherentes a las operaciones
cambiarias con los mercados internacionales han provocado que la acumulación de
activos bancarios en divisas no haya mostrado cambios considerables, a medida
que la dolarización de depósitos aumentaba. Ello se ha visto influenciado por las
restricciones legales que limita el rol de los bancos locales a gestores de la
compraventa de divisas, lo que les impide ofrecer financiamiento en moneda
extranjera. En tal sentido, el grado de descalce de monedas (pasivos en divisas
superiores a activos) en el balance bancario se ha visto influenciado por la dinámica
en los pasivos foráneos, elevándose progresivamente entre 2018 y 2020 (e incluso
durante la pandemia) y con una marcada heterogeneidad en la posición de activos
netos en divisas entre bancos. Mientras que en 2018 las entidades locales
mantenían obligaciones en moneda extranjera de entre 8,7% y 98,7% de los activos
en igual numerario, a marzo de 2020 dicho rango se ubicó entre el 9% y el 302%.
CC20 A la vista CC20
A la vista
CC20
A la vista
BANESCO 1,9% 6,3% 1,6% 1,1% 0,1% 0,0%
PROVINCIAL 6,8% 2,7% 6,3% 1,5% 0,5% 0,0%
MERCANTIL 5,0% 46,9% 7,6% 4,7% 0,6% 0,0%
BOD 31,3% 28,2% 28,8% 0,9% 1,6% 0,0%
BNC 0,0% 85,1% 1,5% 53,0% 2,4% 0,0%
BVC 3,2% 0,0% 1,8% 0,0% 0,2% 0,0%
BANCARIBE 0,0% 71,2% 0,0% 9,6% 0,0% 0,0%
EXTERIOR 21,8% 0,0% 14,7% 0,0% 0,6% 0,0%
PLAZA 18,0% 51,8% 19,1% 19,0% 1,7% 0,0%
BANPLUS 16,5% 0,0% 17,5% 0,0% 2,6% 0,0%
BFC 4,0% 43,9% 3,7% 4,9% 0,1% 0,0%
SOFITASA 28,8% 3,4% 16,1% 3,2% 0,3% 0,0%
BANCAMIGA 48,5% 38,6% 40,9% 0,0% 1,5% 0,0%
CARONÍ 21,4% 0,0% 9,8% 0,0% 0,2% 0,0%
BANCO ACTIVO 5,8% 55,0% 4,8% 11,7% 0,2% 0,0%
100% BANCO 4,2% 19,9% 4,0% 21,2% 0,2% 0,0%
DEL SUR 41,6% 8,6% 29,5% 0,0% 0,3% 0,0%
1/ Por tamaño de depósitos
Fuente: Sudeban y cálculos propios.
MARZO 2021
MARZO 2020
JUNIO 2018
Bancos
Mediano
Gráfico 2: Depósitos en divisas en términos de los activos externos de la banca
privada en Venezuela
En el contexto de esta mayor dolarización de depósitos, los estados financieros para
una muestra de instituciones domésticas
5
parecen reseñar cambios potencialmente
vinculados con esa recomposición. En primera instancia, es posible identificar una
contracción mayor en los créditos reales cedidos por entidad conforme sus pasivos
en divisas se elevaban, con diferencias en la magnitud y significancia de tales
ajustes (gráfico 3).
5
En este apartado, se reportan los balances exclusivamente de una muestra representativa de los
bancos en Venezuela, la cual abarcaba el 95% de los depósitos a marzo de 2020. Cada partida es
comparada con el rezago en la medida de dolarización / descalce,
0%
50%
100%
150%
200%
250%
300%
350%
VENEZOLANO DE CRÉDITO
PROVINCIAL
CARONÍ
BANPLUS
BANESCO
SOFITASA
DEL SUR
100% BANCO
EXTERIOR
OCCIDENTAL DE DESCUENTO
BANCO ACTIVO
PLAZA
FONDO COMÚN
BANCAMIGA
MERCANTIL
BANCARIBE
NACIONAL DE CRÉDITO
Fuente: Sudeban y Ecoanalítica
marzo 2021 marzo 2020 2019
Gráfico 3: Crecimiento anual de los créditos reales Vs dolarización de los depósitos
y descalce de monedas
Dolarización (pb de depósitos en M/E del total)
Descalce (pasivos en ME/activos en ME)
-2
-1.5
-1-.50.5
% Crédito real
0 .01 .02 .03
% Dep.USD
BANESCO
-2.5
-2
-1.5
-1
-.50
% Crédito real
0 .02 .04 .06 .08 .1
% Dep.USD
BFC
-2.5
-2
-1.5
-1
-.50
% Crédito real
0.2 .4 .6
% Dep.USD
BNC
-3 -2 -1 0 1
% Crédito real
0.1 .2 .3
% Dep.USD
BOD
-3 -2 -1 0
% Crédito real
0 .02 .04 .06 .08 .1
% Dep.USD
CARIBE
-3 -2 -1 0 1
% Crédito real
0 .02 .04 .06 .08 .1
% Dep.USD
CARONI
-2
-1.5
-1-.50.5
% Crédito real
0 .05 .1 .15
% Dep.USD
EXTERIOR
-2
-1.5
-1-.50
% Crédito real
0 .05 .1 .15
% Dep.USD
MERCANTIL
-2
-1.5
-1-.50.5
% Crédito real
0.1 .2 .3 .4
% Dep.USD
PLAZA
-2.5
-2
-1.5
-1-.50
% Crédito real
0 .05 .1 .15
% Dep.USD
PROVINCIAL
-3 -2 -1 0 1
% Crédito real
0.1 .2 .3 .4
% Dep.USD
SOFITASA
-1.5
-1-.5 0.5
% Crédito real
0.1 .2 .3
% Dep.USD
SUR
-3 -2 -1 0
% Crédito real
0 .005 .01 .015 .02
% Dep.USD
VZLNO CREDITO
Nota: Líneas punteadas muestra una banda de confianza de 95% sobre la tendencia. Fuente: Cálculos propios
-2 -1 0 1
% Crédito real
0 1 2 3
Dep.USD/Activo US
BANESCO
-2 -1 0 1
% Crédito real
0 2 4 6 8
Dep.USD/Activo US
BFC
-2 -1 0 1
% Crédito real
0 1 2 3
Dep.USD/Activo US
BNC
-2 -1 0 1
% Crédito real
0.5 1 1.5 2
Dep.USD/Activo US
BOD
-3 -2 -1 0
% Crédito real
0 .05 .1 .15 .2
Dep.USD/Activo US
CARIBE
-3 -2 -1 0 1
% Crédito real
0.1 .2 .3 .4 .5
Dep.USD/Activo US
CARONI
-2
-1.5
-1-.50.5
% Crédito real
0 1 2 3
Dep.USD/Activo US
EXTERIOR
-2
-1.5
-1-.50
% Crédito real
0.2 .4 .6
Dep.USD/Activo US
MERCANTIL
-2
-1.5
-1-.50.5
% Crédito real
0.5 1 1.5 2
Dep.USD/Activo US
PLAZA
-2 -1 0 1
% Crédito real
0 1 2 3
Dep.USD/Activo US
PROVINCIAL
-2-1 012
% Crédito real
010 20 30 40
Dep.USD/Activo US
SOFITASA
-1.5
-1-.5 0.5
% Crédito real
012345
Dep.USD/Activo US
SUR
-2 -1 0 1
% Crédito real
0.5 1 1.5 2
Dep.USD/Activo US
VZLNO CREDITO
Nota: Líneas punteadas muestra una banda de confianza de 95% sobre la tendencia. Fuente: Cálculos propios
No obstante, el mayor descalce asociado no pareció introducir un efecto similar en
la oferta de financiamiento por bancos. Esta aparente relación entre dolarización y
los préstamos locales coincide con la evidencia en la que los riesgos inherentes al
alza de pasivos en divisas limitan la disponibilidad de fondos para prestar (ver por
ejemplo Gulde, et al., 2004). No obstante, dado que en el mismo lapso se aplicaron
múltiples incrementos en los requerimientos de reservas legales y ajustes fiscales
con secuelas en el stock de recursos prestables, no es posible determinar, desde la
perspectiva exclusiva de los datos, el verdadero rol de estas nuevas obligaciones
en el crédito bancario en Venezuela.
Los bancos locales también parecen haber elevado sus ingresos (financieros como
por comisiones) en períodos donde el peso de sus pasivos en divisas se elevaba.
En este caso, las diferencias entre entidades se concentraron en la cuantía de tales
ajustes, donde gran parte de las entidades analizadas mostraron mayores
comisiones respecto a las modificaciones en el spread implícito frente a una mayor
dolarización de sus pasivos. En tal sentido, los bancos parecen haberse beneficiado
por el aumento en los nuevos depósitos al ofrecer servicios no financieros asociados
con su movilización, además del incremento de los pasivos no generadores de
intereses. Al igual que los créditos, el ajuste de los ingresos entre entidades ante un
mayor descalce en su balance no parece darse en una única dirección (ver anexos).
Sin embargo, en el global, las diferencias entre los bancos locales en otros ámbitos
del negocio parecen influir en mayor medida sobre su rentabilidad, al no
evidenciarse una tendencia similar en sus ingresos netos en medio de una mayor
dolarización y ante alteraciones en el descalce para todas las entidades (gráfico 5).
Por otro lado, dado que los bancos en Venezuela parecen mostrar, de manera
generalizada, mayores costos administrativos a medida que elevan tales depósitos
(ver anexos), la elevada carga operativa asociada con la gestión de divisas sin un
esquema formal para su intercambio pudo incidir sobre tales diferencias.
Gráfico 4: Ingresos financieros y por comisiones Vs dolarización de los depósitos
Spread implícito (pb)
Comisiones (pb de ingresos financieros)
0.2 .4 .6 .8
spread
0 .01 .02 .03
%Dep.USD
BANESCO
0.2 .4 .6 .8
spread
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
BFC
.2.4.6.811.2
spread
0.2 .4 .6
%Dep.USD
BNC
.1.2.3.4.5.6
spread
0.1 .2 .3
%Dep.USD
BOD
0.511.522.5
spread
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
CARIBE
.2 .4 .6 .8
spread
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
CARONI
.15
.2
.25
.3
.35
.4
spread
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
EXTERIOR
.2 .4.6 .8 1
spread
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
MERCANTIL
0.2 .4 .6 .8
spread
0.1 .2 .3 .4
%Dep.USD
PLAZA
.2 .4 .6 .8 1
spread
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
PROVINCIAL
.2.4 .6.8 1
spread
0.1 .2 .3 .4
%Dep.USD
SOFITASA
0.2 .4 .6 .8
spread
0.1 .2 .3
%Dep.USD
SUR
0.5 11.52
spread
0 .005 .01 .015 .02
%Dep.USD
VZLNO CREDITO
Nota: Líneas punteadas muestra una banda de confianza de 95% sobre la tendencia. Fuente: Cálculos propios
02468
Ing. no fin
0 .01 .02 .03
%Dep.USD
BANESCO
0 1 2 3
Ing. no fin
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
BFC
0 1 2 3
Ing. no fin
0.2 .4 .6
%Dep.USD
BNC
0 5 10
Ing. no fin
0.1 .2 .3
%Dep.USD
BOD
0 1 2 3 4
Ing. no fin
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
CARIBE
0 1 2 3
Ing. no fin
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
CARONI
0 1 2 3
Ing. no fin
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
EXTERIOR
0 2 4 6 810
Ing. no fin
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
MERCANTIL
0 1 2 3
Ing. no fin
0.1 .2 .3 .4
%Dep.USD
PLAZA
0 1 2 3
Ing. no fin
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
PROVINCIAL
0.2 .4 .6 .8
Ing. no fin
0.1 .2 .3 .4
%Dep.USD
SOFITASA
0.5 11.52
Ing. no fin
0.1 .2 .3
%Dep.USD
SUR
0.511.522.5
Ing. no fin
0 .005 .01 .015 .02
%Dep.USD
VZLNO CREDITO
Nota: Líneas punteadas muestra una banda de confianza de 95% sobre la tendencia. Fuente: Cálculos propios
Gráfico 5: Resultado neto sobre activos Vs dolarización de los depósitos
Dolarización (pb de depósitos en M/E del total)
Descalce (pasivos en ME/activos en ME)
0.2
ROA
0 .01 .02 .03
%Dep.USD
BANESCO
0.05 .1 .15
ROA
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
BFC
0.05.1.15.2
ROA
0.2 .4 .6
%Dep.USD
BNC
0.02.04.06.08
ROA
0.1 .2 .3
%Dep.USD
BOD
-.1
-.05
0.05
.1
.15
ROA
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
CARIBE
0.1 .2 .3 .4
ROA
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
CARONI
0.02.04.06.08
ROA
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
EXTERIOR
0.02.04.06.08
ROA
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
MERCANTIL
.02.04.06.08
.1
.12
ROA
0.1 .2 .3 .4
%Dep.USD
PLAZA
0.05.1.15.2
ROA
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
PROVINCIAL
-.02-.01
0.01.02.03
ROA
0.1 .2 .3 .4
%Dep.USD
SOFITASA
0.1 .2 .3 .4
ROA
0.1 .2 .3
%Dep.USD
SUR
0.1 .2 .3 .4
ROA
0 .005 .01 .015 .02
%Dep.USD
VZLNO CREDITO
Nota: Líneas punteadas muestra una banda de confianza de 95% sobre la tendencia. Fuente: Cálculos propios
0.05.1.15.2
ROA
0 1 2 3
Dep.USD/Activo US
BANESCO
-.05
0.05.1.15
ROA
0 2 4 6 8
Dep.USD/Activo US
BFC
-.05
0.05
.1
.15
.2
ROA
0 1 2 3
Dep.USD/Activo US
BNC
0.02.04.06.08
ROA
0.5 1 1.5 2
Dep.USD/Activo US
BOD
-.1
-.05
0.05
.1
.15
ROA
0 .05 .1 .15 .2
Dep.USD/Activo US
CARIBE
0.1.2.3.4
ROA
0.1 .2 .3 .4 .5
Dep.USD/Activo US
CARONI
0.02.04.06.08
ROA
0 1 2 3
Dep.USD/Activo US
EXTERIOR
0.02.04.06.08
ROA
0.2 .4 .6
Dep.USD/Activo US
MERCANTIL
.02.04.06.08
.1
.12
ROA
0.5 1 1.5 2
Dep.USD/Activo US
PLAZA
0.05.1.15.2
ROA
0 1 2 3
Dep.USD/Activo US
PROVINCIAL
0.01.02.03.04
ROA
010 20 30 40
Dep.USD/Activo US
SOFITASA
-.10.1.2.3.4
ROA
012345
Dep.USD/Activo US
SUR
-.10.1.2.3.4
ROA
0.5 1 1.5 2
Dep.USD/Activo US
VZLNO CREDITO
Nota: Líneas punteadas muestra una banda de confianza de 95% sobre la tendencia. Fuente: Cálculos propios
A pesar de esa evidencia, note que la dinámica de las comisiones bancarias en
Venezuela ante una mayor dolarización coincidió con las mayores presiones
cambiarias en el contexto de la hiperinflación. Debido a ello, no es claro si el ajuste
de tales comisiones se explica exclusivamente por los cambios en los depósitos en
divisas o por la mayor acumulación de ganancias cambiarias. Por otro lado, a nivel
agregado, los ingresos no financieros asociados con transacciones en moneda
extranjera no parecen haber ganado un peso destacado dentro del total (ver
anexos), dando cuenta de la relevancia que aún tienen las operaciones en moneda
local para la acumulación de ingresos dentro de los bancos domésticos.
En línea con el debate sobre dolarización financiera y solvencia, para la mayor parte
de la muestra de bancos analizada se observó un entorno de rentabilidad y de
depósitos reales más volátiles (gráfico 6), a medida que el share de captaciones en
divisas se elevaba. Sin embargo, no es posible establecer un nexo único entre
dolarización y estabilidad, en la que se observan distinciones en la distancia al
default (Z-score) entre bancos a medida que tales pasivos aumentan su peso en el
total o el descalce se elevaba (ver anexos).
Un aspecto destacado es el rol aparente de la hiperinflación en el desempeño de
los bancos en Venezuela frente a la dolarización de sus depósitos. Si se examinan
los datos previos al inicio del nuevo contexto de precios (ver anexos), el perfil de
éstos según su nivel de dolarización parece revelar cambios positivos (o nulos) en
la oferta de financiamiento de estas entidades a medida que los pasivos en divisas
se elevaban, al igual que una menor variabilidad en sus captaciones totales y en su
resultado neto. De manera similar, en ese lapso, la métrica de rentabilidad por
banco no mostró ajustes estadísticamente significativos ante cambios de estas
obligaciones, aunque los ingresos netos por créditos tendieron a reducirse. En este
punto, las pocas modificaciones de las comisiones y gastos operativos a la mayor
dolarización pudieron explicar la nula respuesta del resultado global para algunos
bancos de la muestra.
Gráfico 6: Volatilidad de depósitos y de la rentabilidad Vs dolarización de los
depósitos
Volatilidad de depósitos (pb)
Volatilidad de ROA (pb)
0.2 .4 .6 .8
Vol dep real
0 .01 .02 .03
%Dep.USD
BANESCO
0.2 .4 .6
Vol dep real
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
BFC
0.2 .4 .6
Vol dep real
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
BNC
0.2 .4 .6
Vol dep real
0.1 .2 .3
%Dep.USD
BOD
0.1 .2 .3 .4
Vol dep real
0 .005 .01 .015
%Dep.USD
CARIBE
0.2 .4 .6
Vol dep real
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
CARONI
0.1.2.3.4.5
Vol dep real
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
EXTERIOR
0.1.2.3 .4
Vol dep real
0 .05 .1
%Dep.USD
MERCANTIL
0.1.2.3.4.5
Vol dep real
0.1 .2 .3
%Dep.USD
PLAZA
0.1 .2 .3 .4
Vol dep real
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
PROVINCIAL
0.2 .4 .6
Vol dep real
0.1 .2 .3 .4
%Dep.USD
SOFITASA
0.1.2.3.4.5
Vol dep real
0.1 .2 .3
%Dep.USD
SUR
0.1 .2 .3 .4
Vol dep real
0 .005 .01 .015 .02
%Dep.USD
VZLNO CREDITO
Nota: Líneas punteadas muestra una banda de confianza de 95% sobre la tendencia.
0.02.04.06.08
Vol. ROA
0 .01 .02 .03
%Dep.USD
BANESCO
0.02.04.06.08
Vol. ROA
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
BFC
0.02.04.06.08
.1
Vol. ROA
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
BNC
.005
.01
.015
.02
.025
Vol. ROA
0.1 .2 .3
%Dep.USD
BOD
0.02.04.06.08
Vol. ROA
0 .005 .01 .015
%Dep.USD
CARIBE
0.05.1.15.2
Vol. ROA
0 .02 .04 .06 .08 .1
%Dep.USD
CARONI
0
.005
.01
.015
.02
.025
Vol. ROA
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
EXTERIOR
0
.005
.01
.015
.02
.025
Vol. ROA
0 .05 .1
%Dep.USD
MERCANTIL
0.01.02.03.04
Vol. ROA
0.1 .2 .3
%Dep.USD
PLAZA
0.02.04.06.08
Vol. ROA
0 .05 .1 .15
%Dep.USD
PROVINCIAL
-.005
0
.005
.01
.015
Vol. ROA
0.1 .2 .3 .4
%Dep.USD
SOFITASA
0.05.1.15.2
Vol. ROA
0.1 .2 .3
%Dep.USD
SUR
0.05 .1 .15
Vol. ROA
0 .005 .01 .015 .02
%Dep.USD
VZLNO CREDITO
Nota: Líneas punteadas muestra una banda de confianza de 95% sobre la tendencia.
Todo lo anterior destaca, por una parte, cómo la nueva dinámica de precios ha
introducido cambios en la forma en cómo los bancos en Venezuela gestionan su
balance ante mayores pasivos en moneda extranjera. Por otro lado, asumiendo que
esta dolarización no solo procede de necesidades transaccionales sino también de
la sustitución de activos financieros ante los ajustes en los precios relativos en
medio de la recesión local (ver Ize & Levy-Yeyati, 2003; Christiano, et al., 2021), los
hechos estilizados no permiten distinguir las secuelas de la dolarización de
depósitos del impacto que tiene el contexto hiperinflacionario sobre el negocio
bancario local. Así, la identificación de su verdadero alcance requiere de un examen
más robusto en términos cuantitativos.
III. DOLARIZACIÓN, HIPERINFLACIÒN Y ACTIVIDAD BANCARIA:
EVIDENCIA EMPÍRICA
En esta sección, se busca identificar empíricamente el rol de la dolarización
financiera en el desempeño de los bancos en Venezuela. Como se reseñó
previamente, en el contexto hiperinflacionario y de contracción económica
prolongada, además de las fricciones derivadas del marco regulatorio vigente,
existen algunas dimensiones específicas del negocio bancario local que pudieron
verse afectadas por el alza de los depósitos en divisas y por la falta de activos
foráneos dentro del balance bancario doméstico. En particular, se evalúa el impacto
que ha tenido la crecida de los depósitos en divisas y el descalce entre activos y
pasivos bancario en moneda extranjera sobre tres ámbitos de interés del sistema
local: oferta de créditos, rentabilidad y solvencia. En específico, se intenta dar
respuesta a las siguientes interrogantes:
¿Una mayor dolarización de los bancos ha limitado la actividad crediticia
tradicional en Venezuela?
¿La mayor dolarización de los depósitos ha hecho a los bancos domésticos
más dependientes de ingresos no tradicionales?
¿la dolarización de depósitos ha tornado a los bancos domésticos más
insolventes?
¿Tales relaciones se han visto alteradas por el contexto hiperinflacionario?
Para cuantificar tales efectos, se asume que la gestión de las entidades
venezolanas ha respondido de manera diferenciada y en el tiempo a fluctuaciones
en su tenencia de depósitos en divisas (respecto del total de captaciones) y a la falta
de activos que respalden tales obligaciones. Además, debido a los cambios
impuestos por el entorno hiperinflacionario sobre la toma de decisiones de los
bancos domésticos, se presume que la dinámica de precios ha impuesto no
linealidades en la forma en como la dolarización y el descalce afectan sus balances.
Empíricamente, una primera respuesta a tales interrogantes proviene de la
estimación de una especificación empleada en trabajos que evalúan las
implicaciones de la dolarización de depósitos para la estabilidad financiera (ver, por
ejemplo Levi Yeyati, 2006; Kubo, 2008; Court, et al., 2012; Bannister, et al., 2018;
entre otros) ampliada con la potencial existencia de tales asimetrías de la forma:
    
   


 


     
 
 
 
Donde SHARE mide el porcentaje de depósitos en moneda extranjera en manos del
banco i en el trimestre t, B representa un vector de dimensión r que recogen las
dimensiones de interés del entorno bancario local, M el vector de q variables
macroeconómicas que controla los factores de demanda de servicios bancarios u
cambios en el negocio asociados con este ámbito. En la formulación previa se
incorporan las interacciones de cada vector con una variable dummy HIPER (= 1,
en los períodos bajo hiperinflación), para identificar asimetrías en el impacto de la
dolarización (y del contexto bancario y macroeconómico en general) vinculadas con
el inicio del proceso hiperinflacionario local. Una especificación similar fue estimada
considerando una medida de descalce de monedas del balance de cada banco de
la muestra (MISMATCH), de la forma
    
   


 


     
 
 

En ambos casos, el interés de este estudio es analizar el signo y magnitud de los
coeficientes  

 . Las distinciones entre los
resultados obtenidos para (1) y (2) ofrecen evidencias sobre el rol de la acumulación
de activos en divisas por parte de la banca local en las dimensiones de interés. El
vector B contiene métricas de créditos en términos reales (totales y por tipo), títulos
valores reales, liquidez, tamaño, solvencia, rentabilidad, ingresos no financieros y
gastos operativos. Al incorporar tales dimensiones, se buscaba aislar el
comportamiento del crédito de cada banco ajeno a la idiosincrasia de su negocio
6
.
El vector M incorpora mediciones de crecimiento de actividad económica, inflación,
variaciones del tipo de cambio, incidencias monetarias de la gestión fiscal
7
, precios
petroleros, importaciones, tasas de interés interbancaria y concentración de activos.
recoge las características de cada banco invariantes en el tiempo (efectos fijos o
FE), mientras que el vector D contiene variables dummies estacionales y de
tendencia, para recoger los patrones en B común a todos los bancos pero que
cambian de un período a otro (Time fixed-effects). El vector eit representa los
errores idiosincráticos por banco, asumidos ortogonales con B y M e independientes
entre individuos (aunque no necesariamente con igual varianza en cada instante t).
6
En este punto, la especificación escogida se apoya en la evidencia reciente sobre el rol del modelo
de negocio de los bancos sobre la oferta de créditos (ver Cantu, et al., 2022 y Barcenas, 2019).
7
Cambios en las reservas bancarias en manos del BCV relacionadas con las operaciones del Sector
Público canalizadas mediante el ente emisor.
Datos y estrategia de estimación
Para la estimación de (1) y (2), se emplean datos trimestrales entre 2013 y el primer
trimestre de 2020, definidos según la disponibilidad y periodicidad de las cifras
oficiales
8
. Se consideran un total de N = 13 bancos del estrato privado
exclusivamente, a fin de reducir los sesgos que puede imponer el modelo de
negocio de las entidades públicas. La muestra de bancos fue elegida considerando
la cantidad de información disponible para cada entidad en el lapso evaluado.
Debido al carácter dinámico de (1) y (2), tales especificaciones fueron estimadas
por el método generalizado de momentos multiecuacional (System GMM) (Arellano
& Bover, 1995; Blundell & Bond, 1998) a fin de obtener estimaciones consistentes y
eficientes en presencia de efectos individuales invariantes en el tiempo. Este
enfoque es preferido por sobre técnicas para paneles dinámicos basados
exclusivamente en primeras diferencias de B (ver Anderson & Hsiao, 1981; Arellano
& Bond, 1991), al incorporar una mayor cantidad de información en la corrección de
estimadores para muestras finitas (en T), además de permitir el uso de regresores
débilmente exógenos. En tal sentido, la técnica toma en cuenta la estrecha
interdependencia entre las diferentes dimensiones del negocio bancario local, en un
período particularmente corto. Considerando el carácter persistente de las series
empleadas y a fin de delimitar el número de instrumentos, se definieron como
instrumentos entre dos y cinco rezagos de la variable objetivo y de algunos
componentes de B (en niveles), además del primer rezago de los indicadores en M.
A fin de obtener estimaciones robustas a la heteroscedasticidad asociada con las
diferencias (en segundo momento) de los bancos de la muestra, la varianza de los
estimadores fue modelada usando errores estándares agrupados (clustered errors),
asumiendo que el componente estocástico individual se rige de manera
8
De igual forma, se excluyen el lapso en el cual la gestión de los bancos pudo verse alterada por las
limitaciones oficiales impuestas en el contexto de la pandemia del COVID-19, reduciendo con ello
los sesgos de las estimaciones derivadas del tal choque. Asimismo, las partidas provenientes de los
estados de resultados fueron limitadas a valores por debajo del percentil 99, para reducir la presencia
de valores atípicos.
independiente al resto de las entidades
9
. Para limitar los sesgos en los estimadores
vinculados con la interrelación entre los indicadores en B y con la potencial
endogeneidad de la dolarización/descalce a éstos, las variables explicativas
contenidas en ese vector fueron incluidas con un rezago
10
. En ese sentido, en el
contexto de la estimación bajo GMM, las variables que describen el entorno
bancario local se asumen como predeterminadas. Los indicadores y sus
definiciones se detallan en el anexo.
Hallazgos iniciales
1. Dolarización y crédito
En la tabla 1, se presentan los principales resultados de las estimaciones sobre (1),
considerando las variables de B vinculadas con el crecimiento de los préstamos en
términos reales
11
. Similar a lo visto en la descripción de los datos, los hallazgos
revelan que, en promedio, los créditos reales de la banca local (en particular, los
créditos comerciales, ) tienden a elevarse conforme la dolarización de
depósitos (SHARE) aumenta. En estricto, la estimación sugiere un incremento anual
real en 8,7% de estos préstamos (1,2 veces de su desviación típica entre bancos)
por cada punto adicional en el share de captaciones en moneda extranjera.
9
Si bien tales ajustes garantizan la consistencia de las estimaciones, al operar con una muestra
pequeña y con elevada colinealidad entre los elementos de B, la técnica de System GMM no ofrece
estimaciones eficientes aun con métodos de dos etapas bajo la corrección de Windmeijer (2005).
No obstante, considerando que ese enfoque tiende a subestimar los errores estándar de los
estimadores, se asume que el costo de emplear el enfoque one-step es bajo, en términos de
inferencia (esto es, cometer errores tipo II respecto a la significancia de cada parámetro). Mayores
detalles técnicos al respecto pueden hallarse en el trabajo seminal de Windmeijer (2005), además
de Roodman (2009) y Kripfganz (2019).
10
Pruebas adicionales con más de un rezago en B derivaron en estimaciones similares.
11
En general, las estimaciones se consideran robustas al derivar en residuos con media cero,
además de no arrojar evidencia de autocorrelación de segundo orden (condición mínima para
considerar los rezagos de la variable dependiente como instrumentos válidos). A pesar del elevado
número de instrumentos empleados, los resultados no parecen verse afectados por la potencial
sobreidentificación del modelo (validado por el test de Sargan-Hansen), siendo los coeficientes
estimados poco sensibles a varias especificaciones con cambios en la muestra de instrumentos o
en la matriz de momentos. En la siguiente sección, se muestran algunos resultados al respecto.
Cuadro 1: Efecto de la dolarización de depósitos sobre el crédito en Venezuela
Variable dependiente: Crecimiento anual del crédito real & intermediación crediticia






Impacto de dolarización

0.811
8.696*
-0.231
1.537**
(0.25)
(1.74)
(-0.04)
(2.29)
 
-0.668
-9.571*
-0.805
-1.136+
(-0.17)
(-1.93)
(-0.14)
(-1.45)

-1.624***
-1.802***
-1.933***
-0.301***
(-6.31)
(-6.67)
(-5.96)
(-3.45)

-17.33***
-9.833*
-23.69***
-2.882*
(-5.47)
(-1.84)
(-3.58)
(-1.89)
Controles macro
0.341
-0.976
2.707+
1.101**
(0.41)
(-0.94)
(1.56)
(2.57)
-1.018***
-1.023***
-1.184***
0.0894***
(-10.77)
(-7.57)
(-4.88)
(3.75)

0.0543**
0.187***
-0.0482
-0.0375***
(1.98)
(4.28)
(-0.87)
(-3.18)

0.488***
0.636**
0.825***
0.00911
(3.47)
(2.00)
(3.46)
(0.20)

-0.691***
-0.799**
0.361
-0.215**
(-3.08)
(-2.07)
(0.73)
(-2.13)
Controles macro (HIPER =1)

-1.233
-0.741
-3.469+
-1.906***
(-1.18)
(-0.51)
(-1.59)
(-3.93)

1.126***
1.399***
1.898***
-0.00802
(6.92)
(6.33)
(7.93)
(-0.17)
 
-0.357*
-0.770***
-0.570+
0.00756
(-1.70)
(-3.66)
(-1.64)
(0.12)
 
-1.016***
-1.603***
-0.703*
-0.298**
(-4.89)
(-3.68)
(-1.81)
(-2.46)

0.876***
0.744*
-0.144
0.0588
(2.70)
(1.75)
(-0.23)
(0.52)
Observaciones
364
364
364
362
Número de bancos
13
13
13
13
AR(1) p-val 1/
0.00979
0.0117
0.00429
0.00175
AR(2) p-val
0.134
0.145
0.248
0.183
Nùmero de instrumentos
272
272
272
272
Hansen-test (H0: inst. validos)
0.999
0.999
0.999
0.999
1/ Prueba Arellano Bond para identificar autocorrelación de orden 1 y 2 en  (validez en instrumentos
rezagados) H0: No autocorrelación de orden j en errores idiosincráticos (diferenciados). t estadísticos en
paréntesis. + p < 0.15, * p < 0.10, ** p < 0.05, *** p < 0.01.
El impacto se mostró significativo y superior en magnitud a la incidencia de otras
dimensiones de la actividad bancaria, y a las caídas asociadas con los mayores
requerimientos de reservas legales, RR (1,8% por cada punto de aumento en tales
reservas) y con la estructura del mercado
12
, además de los cambios explicados con
el entorno macroeconómico. Las estimaciones parecen ser robustas frente a
cambios de demanda, recogidos por el impacto negativo promedio de la inflación
() y de una menor depreciación del tipo de cambio (). Los resultados también
parecen aislar otros elementos de oferta, dados por el aumento asociado con el
impacto monetario de las transacciones del sector público (FISCAL / MB)
13
y con
los recortes en la tasa interbancaria, OVER. Parte de estas relaciones se replican
al considerar el ratio de intermediación (LOAN / DEP) como métrica de actividad
crediticia. Particularmente el resultado muestra un incremento de 1,5% en los
créditos totales cedidos (en términos de los depósitos totales) por cada punto
porcentual adicional en el share de depósitos foráneos.
No obstante, al igual que lo visto con los hechos estilizados, los hallazgos también
validan el efecto asimétrico de la dolarización sobre los créditos reales impuesto por
la hiperinflación. Particularmente, las estimaciones señalan una reducción de 9,6%
en la incidencia de los nuevos depósitos sobre la oferta de préstamos comerciales
bajo el nuevo contexto de precios, además de una caída de 1,1pp en el caso el
coeficiente de intermediación. Con la significancia de los estimadores asociados
con la interacción entre HIPER y el resto de las variables macroeconómicas, la no
linealidad impuesta por los precios parece ser robusta ante la asimetría en la
reacción de los créditos al entorno real derivados de la hiperinflación
14
. La similitud
12
En particular, los créditos reales y la intermediación han aumentado de forma significativa
conforme el margen de intereses y la concentración de los depósitos se ha elevado. Considerando
que los márgenes parecen también aumentar a medida que la distribución de los depósitos es más
desigual, la actividad crediticia local parece seguir respondiendo al poder de mercado que ejercen
algunas de las entidades domésticas de mayor tamaño, en línea con lo reseñado en estudios como
Zambrano 2003), y (Zambrano, et al., 2001) para el caso venezolano.
13
En línea con el canal de crédito descrito para el caso venezolano Chirinos & Pagliacci (2017). En
este caso, las estimaciones controlan los cambios en depósitos asociados con ajustes fiscales.
14
Los estimadores vinculados con la incidencia del entorno macroeconómico sobre los créditos bajo
hiperinflación revelaron cambios en tales interacciones impuestos por el nuevo contexto de precios
(créditos como cobertura frente a una mayor inflación y apreciación cambiaria, además de las
limitaciones derivadas de una mayor ejecución fiscal). Al ser significativos, su inclusión en la
del estimador asociado con tal asimetría respecto al efecto promedio apunta a que
la nueva dinámica de precios revirtió casi por completo las “ventajas” iniciales de la
recomposición en los depósitos.
¿Qué explica tales diferencias? Por un lado, considerando parte de la evidencia
previa sobre los efectos de la dolarización en economías con inflación elevada
(Court, et al. 2012) el impacto positivo de los nuevos depósitos pudo responder a
mayores incentivos de los bancos por ofrecer créditos en moneda local ante
depósitos más estables. En el caso venezolano, las fricciones en la movilización de
tales recursos provenían de las limitaciones legales y operativas inherentes al propio
control cambiario. Asimismo, al proceder de operaciones del sector público con
agentes privados, es probable que un incremento en tales obligaciones conducía a
un aumento “artificial” de depósitos que lograban apalancar mayores créditos, a
pesar de su baja liquidez. Note que, bajo tales supuestos, hablamos de un efecto
exclusivamente cuantitativo y no de una mayor estabilidad en los depósitos derivado
de su recomposición a favor de un numerario más estable que la moneda local.
Por otro lado, los cambios impuestos por la hiperinflación en la relación crédito-
pasivos en dólares parecieron responder a la nueva dinámica de la demanda de
dinero doméstica y a la regulación sobre los préstamos internos en moneda
extranjera. En estricto, conforme los precios internos crecían exponencialmente, la
menor disponibilidad de depósitos en bolívares producto del colapso en su demanda
fue mayor en aquellos bancos que elevaron su proporción de depósitos en divisas.
En este punto, las barreras legales al financiamiento en divisas fueron cruciales, al
impedir que los bancos empleasen ese mecanismo para contrarrestar la reducción
de fondos prestables (en moneda local) en medio de la hiperinflación. Tomando en
cuenta sus limitaciones para acumular activos externos, los resultados también
parecen reflejar los menores incentivos de los bancos domésticos por ofrecer
préstamos en moneda local, buscando con ello minimizar las pérdidas bajo el nuevo
estimación permitió aislar con mayor precisión el impacto de la dolarización de depósitos en esos
períodos.
contexto cambiario. Tales ajustes se distancian de la evidencia que sugiere que la
dolarización de depósitos tiende a atenuar el impacto adverso de un entorno de
precios “similar” al de una hiperinflación sobre los activos bancarios Bannister, et al.
(2018), lo que habla de la importancia de las fricciones legales para el alcance de la
dolarización financiera en Venezuela.
A pesar de los ajustes en la cesión de créditos comerciales, la poca significancia en
la respuesta del financiamiento total (Loan) ante la mayor dolarización de depósitos
sugiere que las limitaciones vinculadas con los nuevos pasivos fueron insuficientes
para producir contracciones significativas a nivel agregado. Este hecho también es
verificado por el poco peso estadístico de dicha dolarización sobre los préstamos
preferenciales (a los sectores agrícolas, , a las microempresas, , y
a la industria manufacturera, )
15
. Ello, en conjunto con el elevado peso de
la no-linealidad impuesta por la hiperinflación, dificultan ponderar de manera única
el verdadero rol de la dolarización en la actividad crediticia en Venezuela.
Relativo al efecto del descalce (ver anexos), los bancos parecen exhibir ajustes en
los préstamos comerciales similares a los vistos frente a la mayor dolarización de
depósitos, aunque en una magnitud considerablemente inferior (0,006% por cada
1pp adicional en el cociente pasivos/activos en dólares). Así, el bajo stock de
activos en divisas no parece suponer mayores restricciones al crédito, incluso
durante la hiperinflación en donde el efecto de la interacción de MISMATCH e
HIPER no resultó estadísticamente significativo. No obstante, el hecho de que los
préstamos domésticos parecen no reaccionar ante dicho descalce bajo
hiperinflación pudiese indicar el rol de la tenencia de activos foráneos para reducir,
en el margen, el impacto adverso de la recomposición de depósitos sobre los
créditos en bolívares. Ello validaría la mayor aversión de los bancos domésticos al
riesgo de mercado como uno de los factores detrás del recorte de los préstamos
con depósitos más dolarizados.
15
Tales créditos parecen estar más asociados con cambios en el entorno macroeconómico
doméstico, según la significancia de las estimaciones (ver anexos).
2. Dolarización e ingresos
En materia de rentabilidad, las estimaciones iniciales (cuadro 2) señalan que los
bancos en Venezuela ven afectados sus ingresos netos por intereses (SPREAD)
frente a una mayor dolarización de sus depósitos. En promedio, dicho margen
muestra un incremento en 3,7pp por cada punto porcentual adicional en los nuevos
pasivos respecto del total; es decir, cerca de 50% de su desviación típica entre
bancos y parcialmente en línea con los hechos estilizados. La reacción de tales
ingresos también parece mostrar asimetrías asociadas con la hiperinflación,
exhibiendo una reducción mayor al ajuste promedio (4,5pp) con los nuevos precios.
Nuevamente, tal dinámica parece vincularse estrictamente a decisiones de oferta,
al aislarse las reacciones del spread relacionadas con el resto de las dimensiones
en B y con la política de encaje, además de su carácter contraciclico, y del impacto
positivo de los precios y de los recortes fiscales. El ajuste de los márgenes a la
dolarización también supera, en magnitud, al impacto del contexto macroeconómico
durante la hiperinflación (asociados a aumentos en las tasas de la banca frente a
una mayor inflación, a cambios en la apreciación y a recortes del producto).
Por un lado, el impacto promedio parece indicar que, al ser pasivos no remunerados,
la dolarización de las captaciones parece permitirles a los bancos locales reducir el
costo de sus obligaciones y elevar su margen para un nivel de préstamos (en
moneda local) dado. Al iniciar la hiperinflación, el recorte en los intereses se asocia
con el ajuste de los créditos a la nueva disponibilidad de fondos para prestar: con el
marco legal actual, las mayores captaciones en divisas supusieron un menor
financiamiento en bolívares y, en consecuencia, menores ingresos por
intermediación. Ese efecto superaría, en magnitud, a la reducción estimada en los
intereses ante menores pasivos con costos relacionada con la dolarización.
Cuadro 2: Efecto de la dolarización de depósitos sobre el resultado financiero
Variable dependiente: Principales ingresos y gastos




Impacto de dolarización

3.704**
-6.094***
-0.847
0.955**
(2.43)
(-3.49)
(-0.26)
(2.53)
 
-4.530***
3.645*
-1.230
-0.836**
(-2.71)
(1.65)
(-0.45)
(-2.07)

-0.667***
-1.330*
-1.173***
-0.305***
(-5.38)
(-1.77)
(-2.99)
(-2.63)

2.264***
3.275
1.931
-0.542*
(3.11)
(0.71)
(1.26)
(-1.75)
Controles macro
-0.431**
-0.725
0.00271
0.104
(-2.10)
(-0.82)
(0.01)
(1.17)
0.250***
0.223
0.363***
0.0440**
(11.15)
(1.43)
(3.70)
(2.11)

0.0172***
-0.0128
-0.0285**
0.000137
(2.68)
(-0.36)
(-2.03)
(0.07)

-0.0783*
0.0872
-0.0731
-0.0127
(-1.89)
(0.58)
(-1.44)
(-0.80)

-1.165***
-0.565
-0.829***
-0.217***
(-9.94)
(-0.86)
(-3.06)
(-3.01)
Controles macro (HIPER =1)

-3.380***
-5.493*
-4.912***
-0.941**
(-7.94)
(-1.74)
(-4.73)
(-2.32)

0.174***
0.275
0.259**
0.0909***
(2.99)
(1.37)
(2.14)
(3.00)
 
-0.488***
-0.320
-0.624***
-0.140***
(-7.27)
(-0.75)
(-2.73)
(-2.65)
 
-0.148*
-1.683***
-0.942***
-0.0550
(-1.94)
(-4.65)
(-4.32)
(-1.36)

0.599***
-0.772*
-0.510***
0.0661**
(6.20)
(-1.92)
(-4.30)
(1.97)
Observaciones
364
358
358
364
Número de bancos
13
13
13
13
AR(1) p-val 1/
0.00565
0.00668
0.00500
0.00583
AR(2) p-val
0.0810
0.0407
0.0569
0.0323
Nùmero de instrumentos
272
272
272
272
Hansen-test (H0: inst. validos)
0.999
0.999
0.999
0.999
1/ Prueba Arellano Bond para identificar autocorrelación de orden 1 y 2 en  (validez en instrumentos
rezagados) H0: No autocorrelación de orden j en errores idiosincráticos (diferenciados). t estadísticos en
paréntesis. + p < 0.15, * p < 0.10, ** p < 0.05, *** p < 0.01.
Relativo los ingresos no financieros (FEES), a diferencia de lo mostrado inicialmente
por los datos, las estimaciones señalan que la banca doméstica parece no
capitalizar en promedio la expansión en sus depósitos en moneda extranjera
mediante el cobro de comisiones. Así, los ingresos asociados se reducen en una
media de 6,1% (de los ingresos financieros) por cada punto adicional de depósitos
dolarizados, aunque dicho recorte parec mitigarse parcialmente (en 3,6pp) al
iniciar la hiperinflación. El hallazgo sugiere un desplazamiento de las captaciones
en moneda local (como principal fuente de ingresos no financieros) por parte de los
nuevos depósitos en dólares. Contrastando este hallazgo con los hechos
estilizados, el resultado señalaría que tarifas asociadas con transacciones en
divisas parecen ser insuficientes para compensar el costo de oportunidad por no
ofrecer servicios a operaciones en moneda local.
Note que los controles macroeconómicos ganan significancia para explicar la
dinámica de las comisiones exclusivamente en el contexto hiperinflacionario. Ello
parece recoger parte de las decisiones de la propia banca de usar estas tarifas como
un elemento clave para mantener su rentabilidad en medio de caídas del producto,
mayor inflación y en episodios de mayores pérdidas cambiarias. Este resultado
habla de la relevancia de la dolarización de pasivos sobre tales ingresos, a medida
que sus secuelas parecen superar los ajustes contracíclicos que la banca interna
realiza sobre sus comisiones para evitar una merma en su rentabilidad.
De lado de la carga operativa (OE), el impacto de una mayor dolarización de
depósitos sobre los costos administrativos de los bancos locales no pareció ser
significativamente distinto de cero, incluso bajo hiperinflación. En tal sentido, los
mayores gastos parecen provenir del deterioro del entorno macroeconómico
doméstico (de acuerdo con las estimaciones), y no de la falta de un mecanismo de
compensación interno en divisas que encarezca su gestión. Por su parte, la
respuesta del resultado neto (ROA) a la dolarización de depósitos sugieren que los
cambios en el margen de intereses tienden a superar el recorte en las comisiones
bancarias asociado con la recomposición de estas captaciones. Ello explicaría el
efecto promedio positivo de la mayor dolarización de depósitos sobre la rentabilidad
total (0,96pp de los activos por cada 1pp en la fracción de depósitos en dólares). La
no-linealidad provocada por la hiperinflación redujo en 0,84pp a ese aumento.
Sin embargo, tales cambios son menores a la exposición de la rentabilidad a las
caídas en el producto, particularmente durante hiperinflación. Además, los cambios
introducidos por la dolarización parecen ser menores si se compara con su propia
dinámica histórica (desvío promedio de 1,7% entre bancos para el lapso evaluado).
La rentabilidad también parece mostrar pocos cambios ante un mayor descalce del
balance (ver anexos), vinculados con una caída de las comisiones y un alza del
margen financiero de menos de 1% (en promedio) en ambos casos. A pesar de ello,
la hiperinflación introdujo una mayor caída en su rentabilidad vinculada a ese
descalce (0,04pp), a pesar de los menores costos operativos. Dicho cambio, aunque
menor a su exposición al entorno macroeconómico bajo hiperinflación, pareció
mayor al alza neta de estas ganancias frente al aumento de los depósitos en divisas
descrito en el cuadro 2 Así, la falta de activos bancarios en moneda extranjera
pudiese tener mayor relevancia para el resultado global, posiblemente asociado (en
este caso) con las pérdidas cambiarias en medio del nuevo contexto cambiario.
3. Dolarización y solvencia
En este caso, se examinan los efectos de la dolarización bancaria local sobre
diversas métricas de solvencia: la volatilidad en la rentabilidadROA) y en los
depósitos DEP), además de los gastos por provisiones, una medida de estabilidad
(ZETA) y el crecimiento anual de los préstamos inmovilizados (npl). Los resultados
(cuadro 3) revelan que, en promedio, la crecida de depósitos en divisas parece
haber reducido la volatilidad de las captaciones totales (1,4% por cada 1 pp
adicional en esos pasivos). Ese efecto fue contrarrestado en mayor medida bajo
hiperinflación, siendo tal ajuste mayor al provocado por el entorno cambiario y por
las menores tensiones en el mercado interbancario en ese período. La
recomposición de depósitos también parece elevar el gasto por provisiones de la
banca local, RISK COST (en 0,97pp de los ingresos financieros), aunque la mayor
aceleración de los precios domésticos supuso una reducción casi completa en esa
respuesta. En tal sentido, la dolarización parece no haber logrado reducir la
incertidumbre en las transacciones bancarias internas bajo los nuevos precios,
afectando potencialmente la capacidad de los bancos para enfrentar caídas no
esperadas en los recursos para apalancar sus activos.
Por otro lado, asumiendo que la insolvencia de los prestatarios se recoge por el
efecto promedio del producto y de la apreciación cambiaria sobre los gastos por
morosidad (dado por los coeficientes de 
y ), los cambios de éstos frente a
depósitos más dolarizados parecen revelar parte de las estrategias asumidas por
los bancos para evitar la caída de sus ingresos. Así, las entidades domésticas
pudieron asignar más créditos en moneda local como mecanismo para elevar su
rentabilidad, en un entorno donde el marco legal limitaba la sustitución de activos y,
por ende, su exposición a pérdidas por depreciación solo pudo reducirse de forma
parcial.
La mayor volatilidad de las captaciones tras la dolarización también parece fungir
como una fuente adicional de caída en los ingresos de la banca. Al respecto,
algunas estimaciones adicionales en donde se evalúa el rol de la volatilidad en la
rentabilidad (mediante la interacción de HIPER y SHARE con la medida de
variabilidad de las captaciones para explicar al margen global) confirman que la
reducción en el ROA antes depósitos más dolarizados tiende a magnificarse bajo
hiperinflación y en entidades con pasivos más inestables (ver anexos). De igual
forma, los resultados apuntan a que, a pesar de tornar a los bancos locales más
inestables (menor ZETA), el mayor cobro de comisiones tiende a mitigar
parcialmente los gastos por riesgo bajo hiperinflación en aquellas entidades con
mayores depósitos en moneda extranjera. En otras palabras, el repunte en tales
obligaciones y su efecto sobre los ingresos no financieros constituyen un canal
adicional mediante el cual la dolarización puede atentar con la solvencia de los
bancos en Venezuela a mediano plazo
Cuadro 3: Efecto de la dolarización de depósitos sobre la solvencia
Variable dependiente: Riesgo y solvencia





Impacto de dolarización

0.105
-1.355+
0.971**
6.179
-4.648
(0.86)
(-1.52)
(2.36)
(0.50)
(-0.36)
 
-0.0657
1.676*
-0.951**
-5.001
6.200
(-0.50)
(1.77)
(-2.24)
(-0.41)
(0.41)

0.0236
-0.0702**
-0.157***
-0.116
1.164
(1.41)
(-2.09)
(-3.82)
(-0.34)
(0.84)

0.0723
-2.378*
-0.189
-13.62
21.08*
(0.53)
(-1.91)
(-0.30)
(-0.47)
(1.70)
Controles macro
-0.0306
0.225
-0.183
4.424
-7.845**
(-1.07)
(1.02)
(-1.08)
(0.81)
(-2.25)
-0.00330
-0.00514
-0.0128
-0.111
-2.034***
(-0.62)
(-0.18)
(-0.98)
(-0.27)
(-5.03)

0.00165**
-0.0406***
0.0116**
-0.00138
0.181*
(2.09)
(-4.51)
(2.06)
(-0.01)
(1.85)

0.00570
0.134*
0.0910***
0.644
0.498
(1.22)
(1.78)
(2.77)
(0.75)
(0.78)

0.0207
0.319***
-0.177***
-0.402
3.134**
(1.27)
(3.31)
(-3.15)
(-0.25)
(2.21)
Controles macro (HIPER =1)

0.154**
-0.333
-0.0131
-2.061
21.79***
(2.05)
(-1.14)
(-0.08)
(-0.58)
(3.63)

-0.0158**
-0.0516+
-0.0207
0.111
0.679
(-1.98)
(-1.61)
(-1.17)
(0.22)
(0.97)
 
0.0215**
0.159***
0.0520*
-0.165
1.295+
(1.98)
(4.62)
(1.85)
(-0.92)
(1.51)
 
0.0303***
-0.0279
-0.219***
-0.579
1.693*
(2.61)
(-0.31)
(-3.34)
(-0.71)
(1.84)

0.00736
-0.241***
0.130***
0.437
-0.564
(0.54)
(-3.12)
(2.94)
(0.25)
(-0.50)
Observaciones
358
364
358
364
358
Número de bancos
13
13
13
13
13
AR(1) p-val 1/
0.0153
0.00270
0.00157
0.0140
0.0183
AR(2) p-val
0.0933
0.240
0.136
0.147
0.274
Nùmero de instrumentos
272
272
299
272
272
Hansen-test (H0: inst. validos)
0.999
0.999
0.999
0.999
0.999
1/ Prueba Arellano Bond para identificar autocorrelación de orden 1 y 2 en  (validez en instrumentos
rezagados) H0: No autocorrelación de orden j en errores idiosincráticos (diferenciados). t estadísticos en
paréntesis. + p < 0.15, * p < 0.10, ** p < 0.05, *** p < 0.01.
Algunas de las relaciones previas parecen replicarse al evaluarse el efecto del
descalce del balance local (ver anexos). En particular, la existencia de respaldos a
la dolarización de pasivos no parece evitar que los depósitos bancarios o la
rentabilidad ganasen incertidumbre (en el margen) en medio de la hiperinflación.
No obstante, esa mayor volatilidad de los ingresos no parece ser suficiente para
afectar negativamente la distancia al default de los bancos domésticos (ZETA) con
los nuevos pecios. En otras palabras, a pesar de descalce, aquellas entidades
locales con una cobertura parcial a sus obligaciones en divisas parecen disponer de
mayores recursos para reducir las pérdidas no esperadas a largo plazo. Note que
ninguno de tales ajustes tiende a superar el efecto del entorno macroeconómico
sobre las métricas de riesgo empleadas.
Evidencias adicionales
A fines de evaluar la robustez de los resultados previos, fueron estimadas diversas
especificaciones alternativas de (1) y (2), con cambios en la muestra y en las
estrategias empíricas empleadas. Por un lado, se asumió un efecto simétrico de la
dolarización para todo el período analizado (SYMM), además de un modelo
alternativo estimado por el método GMM en primeras diferencias (DIF GMM)
16
y otro
modelo que desestima los efectos fijos invariantes por banco (POOLED)
17
. Tales
resultados fueron comparados con las estimaciones sin excluir a la banca pública
(ALL) y ampliando la muestra hasta el primer año bajo la pandemia de COVID-19
(COVID). Asimismo, se evaluaron los resultados bajo una visión alternativa de la
dolarización (Adj DOLLAR), empleando una métrica del share de depósitos
corregida por la recomposición de portafolio a Ize & Levy Yeyati (2006)
18
en medio
16
Empleando exclusivamente las primeras diferencias de los indicadores medidos en B y M para
eliminar los efectos fijos y emplear sus niveles como instrumentos, siguiendo a Arellano & Bond
(1991).
17
Un contrafactual adicional implicó la estimación de (1) y (2) excluyendo de la muestra datos
atípicos en la composición de los depósitos y en el descalce (aquellos que superaban el percentil 99
para cada banco). Se obtuvieron resultados similares a los arrojados bajo la especificación inicial.
18
En particular, se obtuvo una serie de dolarización de depósitos neta de la volatilidad de la inflación
local y del tipo de cambio real. En este punto, se asume que parte de la demanda por depósitos en
dólares proviene también de la sustitución de activos identificada en la literatura sobre dolarización
financiera. En ese marco, se emplea un enfoque de gestión de riesgo en donde los agentes deciden
de una mayor volatilidad en precios relativos. Con ello, se busca evaluar si los
resultados estuvieron aquejados de problemas de identificación derivados de la
ocurrencia en simultáneo de la mayor dolarización de depósitos y del inicio del
proceso hiperinflacionario (como se detalló en el examen inicial de los datos). En
general, las estimaciones (cuadro 4) tienden a reportar exposiciones similares del
crédito a la dolarización de depósitos (con diferencias en la magnitud del efecto),
aunque menos representativos para la muestra de bancos considerada en el modelo
“simétrico” y con el estimado bajo el GMM tradicional (columnas 1 y 2). Ello avala la
no linealidad por hiperinflación y da cuenta de la importancia de las otras
dimensiones bancarias en tal relación.
En materia de ingresos por intereses, las similitudes entre modelos son mayores,
replicando en todos los casos (excepto para el enfoque “simétrico) el efecto
promedio positivo de la dolarización sobre el margen y los recortes a tal impacto
durante hiperinflación, además de las reducciones en las comisiones (cuadro 10)
19
.
Tales resultados se mantienen incluso al considerar el período bajo COVID-19 (para
el caso del margen de intereses), denotando la relevancia de la recomposición de
las obligaciones en la rentabilidad a pesar de la pandemia. Similares hallazgos se
obtienen al evaluar estos contrafactuales usando las métricas de descalce, dando
mayor significancia a las pérdidas bajo hiperinflación al incorporar datos bajo
pandemia
20
. Es decir, el impacto de la falta de activos en moneda extranjera sobre
los ingresos parece trascender no solo a la hiperinflación sino a los efectos del
COVID-19 sobre los bancos en Venezuela.
mantener aquella combinación de activos en moneda local y extranjera que minimice los costos
(varianza) de su portafolio.
19
Las diferencias en la magnitud de tales ajustes (respecto a los resultados iniciales) resaltan la
importancia de aislar los efectos individuales no observables de los bancos locales y las distinciones
en el modelo de negocio de las entidades públicas para reducir los sesgos en las estimaciones.
20
Resultados disponibles a solicitud.
Cuadro 4: Estimaciones alternativas de (1)
Variable dependiente
(1)
(2)
(3)
(4)
(5)
(6)
(7)
Créditos comerciales reales

0.186
0.724
23.80*
11.10***
-4.013
38.64*
3.612+
(0.11)
(0.10)
(1.73)
(3.66)
(-0.52)
(1.80)
(1.56)
 
-2.636
-21.57*
-9.973***
4.697
-38.42*
-5.111***
(-0.35)
(-1.70)
(-3.43)
(0.62)
(-1.81)
(-2.69)
Spread de tasas

-1.629*
3.322**
5.805**
3.780***
3.675***
4.144**
4.569***
(-1.86)
(1.99)
(2.02)
(2.88)
(2.65)
(2.36)
(2.85)
 
-3.333**
-5.833**
-4.115***
-4.242***
-5.994***
-5.099***
(-2.02)
(-2.05)
(-3.20)
(-3.10)
(-2.62)
(-2.85)
Gastos operativos

-0.169
-10.04***
-5.738+
-3.419
8.333**
8.699
2.741
(-0.06)
(-3.25)
(-1.54)
(-1.20)
(2.04)
(0.94)
(1.31)
 
7.062+
4.124
2.775
-5.744+
-7.655
-2.702
(1.64)
(1.05)
(0.95)
(-1.64)
(-1.11)
(-0.76)
Comisiones

-2.562***
-3.821*
-2.302
-4.130**
-4.660
-11.55*
1.479
(-4.04)
(-1.65)
(-0.64)
(-2.27)
(-1.06)
(-1.95)
(0.58)
 
0.763
1.721
2.752+
2.998
9.215+
-4.184+
(0.28)
(0.44)
(1.48)
(0.72)
(1.55)
(-1.45)
ROA

0.0856*
0.829
0.894*
1.151**
0.436**
0.842+
0.988**
(1.78)
(1.31)
(1.79)
(2.27)
(2.21)
(1.50)
(2.36)
 
-0.777
-1.000*
-1.207**
-0.413**
-0.727
-0.784*
(-1.20)
(-1.95)
(-2.23)
(-2.07)
(-1.20)
(-1.88)
Gastos por morosidad

0.0304
1.335***
2.441+
0.954***
0.818
-0.474
0.0470
(0.43)
(3.51)
(1.53)
(3.33)
(1.21)
(-0.33)
(0.16)
 
-1.790***
-2.520+
-0.956***
-0.681
0.434
0.0977
(-4.29)
(-1.52)
(-3.18)
(-0.98)
(0.29)
(0.26)
Volatilidad de depósitos

0.299*
-0.995
-1.356
-1.083*
-1.238
-1.965
2.239**
(1.72)
(-1.00)
(-0.75)
(-1.81)
(-1.29)
(-1.24)
(2.00)
 
2.402**
1.435
1.334**
1.245
2.278+
-2.035*
(2.50)
(0.81)
(2.19)
(1.28)
(1.44)
(-1.88)
1/ t estadísticos en paréntesis. + p < 0.15, * p < 0.10, ** p < 0.05, *** p < 0.01. (1): SYMM, sin asimetrías por
hiperinflación, (2): DIFF GMM, GMM en diferencias; (3): ALL, incluye bancos públicos; (4): POOLED, datos
agrupados en t, (5): COVID-19, con datos hasta marzo de 2021; (6): LESS INS, muestra reducida de
instrumentos; (7): Adj DOLLAR, medición de dolarización neta de volatilidad de precios.
Note que el cambio en las comisiones con las métricas de dolarización ajustada por
precios relativos solo parece negativo y significativo una vez iniciada la
hiperinflación. Ello sugiere que el uso de los depósitos dolarizados por hogares y
empresas locales solo resulta determinante en la pérdida de comisiones cuando
éstas se emplean exclusivamente para fines transaccionales, debido al peso que
aún mantienen las captaciones en bolívares para las transacciones locales. Los
contrafactuales también parecen verificar los pocos cambios en la carga operativa
con mayores pasivos en moneda extranjera, lo cual no parece impedir una
reducción parcial de la rentabilidad global de los bancos domésticos. Nuevamente,
tales recortes parecen persistir aun en medio de la pandemia, en donde los ajustes
a la rentabilidad parecen mayores al resto de los escenarios.
Finalmente, las estimaciones en torno a los gastos por morosidad tienden a replicar
el aumento promedio de éstos ante depósitos más dolarizados, aunque los
resultados parecen ser sensibles a la métrica de dolarización empleada y a la
muestra de instrumentos empleada. De manera similar, la volatilidad en los
depósitos replica los incrementos ante una mayor dolarización vistos en la
especificación base, aunque la asimetría revelada bajo la métrica de dolarización
transaccional “pura” sugiere una caída en dicha variabilidad. En ese caso, se
presume que el uso transaccional de divisas en Venezuela elevó la circulación de
éstas a través del sistema financiero al punto de añadir estabilidad a los depósitos,
mientras que aquellas transacciones asociadas a cobertura financiera parecieron
elevar su variabilidad.
1. ¿Cómo serían los créditos e ingresos bancarios en Venezuela, según la
distribución de los depósitos dolarizados?
A manera de contrafactual, el gráfico 7 reporta las proyecciones en los créditos
reales, de los ingresos y de la volatilidad de los depósitos, con base a las
estimaciones de (1) y (2) evaluadas para la distribución más reciente de tales
pasivos y las mediciones de B para un banco representativo (“banco mediano”)
21
.
Los cálculos son comparados bajo el supuesto de “ausencia” de los requerimientos
internos de encaje, controladas por las variables ficticias incorporadas en las
estimaciones. En líneas con los hallazgos previos, el crédito comercial real
mostraría (en promedio) un leve recorte ante mayores depósitos en dólares o mayor
descalce, aunque la eliminación del encaje no generaría aumentos consistentes en
éstos con más depósitos dolarizados. No obstante, aquellos bancos que se ubican
por encima del percentil 50 de los depósitos en dólares y del descalce (línea roja)
22
mostrarían los menores ingresos por intereses y una caída más notoria en sus
comisiones. En otras palabras, mientras que el ajuste en préstamos y en tasas
frente a la dolarización se vería dominada por las limitaciones legales en el contexto
de la hiperinflación, las mayores comisiones cobradas bajo los nuevos precios
serían insuficientes para contrarrestar su caída con menores depósitos en bolívares.
Si bien, para el margen de tasas, el encaje parece tener más peso en su
comportamiento, la caída de los rendimientos podría darse en mayor magnitud para
bancos con depósitos en divisas por encima del promedio respecto a los efectos
“esperados” en ausencia de encaje. Note que, en el caso de la volatilidad de
depósitos, la incidencia de su recomposición pudiese ser mayor que el impacto
previsto en ausencia de reservas legales.
Nuevamente, los menores ingresos no serían lo suficientemente elevados para
limitar la rentabilidad de los bancos locales de manera notoria. Las respuestas
esperadas del resultado neto sugieren un leve incremento de éste para bancos con
depósitos en divisas por encima de la media, aunque para aquellos con un mayor
descalce entre activos y pasivo en moneda extranjera éste podría ver reducirse
levemente. En línea con las estimaciones iniciales, la reacción de los gastos
operativos parecen ser claves en los leves recortes de la rentabilidad en bancos con
mayor descalce bajo hiperinflación, al ajustarse al alza para aquellas entidades con
menores activos en divisas.
21
Proviene de la mediana de cada indicador en B para el último periodo disponible en la muestra
original (marzo 2020).
22
Los efectos esperados a partir de un mayor descalce se reportan en el anexo.
Gráfica 7: Ajustes estimados del crédito, ingresos y volatilidad de los depósitos, según
el nivel de dolarización de depósitos
Crecimiento real de créditos comerciales
Spread de tasas
-4 -3 -2 -1 01
LOANS_COM
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
Con encaje
-4 -3 -2 -1 01
LOANS_COM
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
Sin encaje
Nota: Línea azul: impacto estimado; puntos: valores observados; línea roja: banco mediano. Bandas al 80%
0.5 11.5 2
spread
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
Con encaje
0.5 11.5 2
spread
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
Sin encaje
Nota: Línea azul: impacto estimado; puntos: valores observados; línea roja: banco mediano. Bandas al 80%
Ingresos por comisiones
Gastos operativos
0246
FEES
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
Con encaje
0246
FEES
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
Sin encaje
Nota: Línea azul: impacto estimado; puntos: valores observados; línea roja: banco mediano. Bandas al 80%
012345
OE
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
Con encaje
012345
OE
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
Sin encaje
Nota: Línea azul: impacto estimado; puntos: valores observados; línea roja: banco mediano. Bandas al 80%
Volatilidad de depósitos reales
ROA
0.2 .4 .6 .8
Sigma_dep
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
Con encaje
0.2 .4 .6 .8
Sigma_dep
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
Sin encaje
Nota: Línea azul: impacto estimado; puntos: valores observados; línea roja: banco mediano. Bandas al 80%
-.2 0.2 .4 .6
ROA
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
Con encaje
-.2 0.2 .4 .6
ROA
0.1 .2 .3 .4 .5
%Dep.USD
Con encaje
Nota: Línea azul: impacto estimado; puntos: valores observados; línea roja: banco mediano. Bandas al 80%
La dinámica esperada de los préstamos e ingresos de la banca frente a la
dolarización pudiese verse afectada por los cambios impuestos por la pandemia (ver
anexos). Bajo ese marco, la oferta de créditos podría sufrir pocas alteraciones en
un entorno más dolarizado y/o con mayor descalce (en comparación al caso base).
En el caso de la rentabilidad y de la solvencia, solo se esperaría una reducción del
margen financiero para bancos más allá del percentil 50 del share de pasivos, con
pocos cambios en las comisiones y en la volatilidad de los depósitos. A pesar de
ello, las simulaciones del resultado neto sugieren que los bancos locales seguirían
sin generar, de manera transversal, mayores ingresos a partir de una mayor
dolarización de sus pasivos, similar a los hallazgos iniciales. Ello destacaría el peso
que aún tendría la distorsión de precios en las limitaciones que ha impuesto la
dolarización sobre la banca local, aún bajo pandemia.
Por otro lado, la mayor variabilidad de los depósitos asociada con una mayor
dolarización pudiese devenir en una contracción no trivial de las ganancias de los
bancos. Simulando los posibles escenarios de rentabilidad con base a los modelos
previos que vinculaban resultado neto, dolarización y volatilidad de depósitos bajo
hiperinflación (gráfico 8), es posible prever una caída de al menos 4pp en el ROA si
la dolarización de depósitos y su variabilidad superan el percentil 90 de lo visto (en
ambos casos) al cierre de la muestra
23
. En este punto, la incertidumbre en torno a
los fondos disponibles para prestar con los nuevos precios sería clave, en donde la
banca doméstica solo podría generar un aumento en el resultado neto vía mayor
dolarización (de casi 4pp) si dicha volatilidad no supera el 30% (percentil 10 de los
datos observados en el primer trimestre de 2020).
23
De alcanzar el perfil del banco mediano en ambas dimensiones, el recorte en el ROA sería de
3,6pp.
Gráfico 8: ROA estimado, bajo distintos escenarios de dolarización y volatilidad de los
depósitos
Los ajustes en la rentabilidad derivados de una mayor volatilidad de los pasivos
parecen ser mayores si se evalúan desde la visión del descalce (gráfico 9). En
específico, si bien el ROA doméstico caería menos de 2pp de elevarse dicha
volatilidad y la dolarización de depósitos por encima de su percentil 90, en ningún
caso el descalce provocaría un alza en tales ganancias, pudiendo caer incluso 5pp
con un valor extremo de éste y aun manteniendo un rango de variabilidad de
depósitos similar al promedio. Por otro lado, a pesar del aparente peso de las
comisiones en los gastos por morosidad, tales egresos solo se incrementarían en
un escenario extremo de caídas en dichas comisiones, lo cual no ocurriría
necesariamente en medio de una crecida mayor de los depósitos en divisas (ver
anexo).
47.5%
42.1%
36.2%
30.3%
28.7%
0.0%
2.0%
4.0%
6.0%
8.0%
10.0%
3% 8% 12% 29% 38%
Volat. de depósitos
ROA
Dolarización de depósitos
0.0%-2.0% 2.0%-4.0% 4.0%-6.0% 6.0%-8.0% 8.0%-9.0%
Gráfico 9: ROA estimado, bajo distintos escenarios de descalce de monedas y
volatilidad de los depósitos
2. ¿Cómo serían los créditos, depósitos e ingresos bancarios frente a una
mayor dolarización, considerando las diferencias entre los bancos en
Venezuela?
Finalmente, un contrafactual adicional provino de evaluar la dinámica de los
ingresos de la banca bajo el supuesto de depósitos completamente dolarizados,
considerando la heterogeneidad a nivel de B y en la distribución de tales
captaciones entre los bancos domésticos. Así, el comportamiento estimado del
crédito, margen financiero, comisiones y volatilidad de pasivos se obtuvo a partir de
la cuantificación de (1) y (2) empleando los valores de B para las entidades más
representativas (según su tamaño
24
). Los hallazgos permiten cuantificar el efecto
de la dolarización según la idiosincrasia de cada entidad, las cuales son
contrastadas con las proyecciones de cada variable bajo el escenario de completa
24
La clasificación es ofrecida por el regulador local (Sudeban) con base al tamaño de los depósitos
de cada entidad. Así, se emplean las métricas en B durante marzo de 2020 para el banco más
representativo de cada grupo.
47.5%
42.1%
36.2%
30.3%
28.7%
-2.0%
0.0%
2.0%
4.0%
6.0%
8.0%
8% 16% 40% 67% 96%
Volatilidad de depósitos
ROA
Dep en USD / Activos en USD
-2.0%-0.0% 0.0%-2.0% 2.0%-4.0% 4.0%-6.0% 6.0%-8.0%
dolarización (DUST = 1). Los resultados apuntan a una potencial contracción en el
crédito comercial real de 1pp (de su desviación típica) de ocurrir una dolarización
completa de los depósitos bajo hiperinflación, dominado por los mayores ajustes en
los bancos de mayor tamaño (1,3pp de contracción “adicional” bajo el escenario
hipotético).
Gráfico 10: Ingresos y volatilidad estimada para cada banco representativo (por
tamaño) según su nivel de dolarización de depósitos
+ p < 0.15, * p < 0.10, ** p < 0.05, *** p < 0.01. Fuente: Cálculos propios
4***
3.2***
10***
3.5***
2.7**
1.6
-2
1.7+
-4 -2 0246810 12
Banco grande
Banco mediano
Banco pequeño
Promedio
pb de desviación estandar
Ingreso por comisiones
100% dep dolarizados Actual
4.7***
5.9***
6.7***
4.1***
2.7***
2.2
-0.2
1.6
-2 0 2 4 6 8
Banco grande
Banco mediano
Banco pequeño
Promedio
pb de desviación estandar
Gastos operativos
100% dolarizados Actual
11.5+
-0.3
-0.1
1
18.9***
0.9
9.6
2.8**
-5 0 5 10 15 20
Banco grande
Banco mediano
Banco pequeño
Promedio
pb de desviación estandar
ROA
100% dolarizados Actual
4***
5.4***
3***
4***
6.6***
6.6***
4.9***
5.8***
0 2 4 6 8
Banco
grande
Banco
mediano
Banco
pequeño
Promedio
pb de desviación estandar
Volatilidad de depósitos reales
100% dolarizados Actual
5.5***
3.3***
1.2***
2.2***
5.8****
3.4***
1.4***
2.4***
0 2 4 6 8
Banco
grande
Banco
mediano
Banco
pequeño
Promedio
pb de desviación estandar
Gastos por morosidad
100% dolarizados Actual
-4.7***
-1.4+
-2.9***
-2.7***
-6*
-2
-3.8**
-3.6*
-7.0 -6.0 -5.0 -4.0 -3.0 -2.0 -1.0 0.0
Banco grande
Banco mediano
Banco pequeño
Promedio
pb de desviación estandar
Variación del crédito real
100% dep. dolarizados Actual
-2.2
1.57*
4.5***
1.4**
-6.4**
0.1
1.3
-1.1
-8.0 -6.0 -4.0 -2.0 0.0 2.0 4.0 6.0
Banco grande
Banco mediano
Banco pequeño
Promedio
pb de desviación estandar
Spread de tasas
100% dep.dolarizados Actual
En materia de rentabilidad, los cambios bajo mayores depósitos dolarizados se
asemejan a los resultados previos, aunque con un rol más predominante de la
heterogeneidad entre bancos: tanto el margen de intereses como las comisiones
tienden a reducirse en promedio (1,4pp y 1,8pp de