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Regimen de incendios en Colombia
doi: https://doi.org/10.18257/raccefyn.1514
Rev. Acad. Colomb. Cienc. Ex. Fis. Nat. 2022
Cambios en los patrones espaciales de área quemada en
Colombia, ¿qué ha pasado en las dos primeras décadas del
siglo XXI?
Changes in the spatial patterns of burned area in Colombia,
what happened in the rst two decades of the 21st century?
Dolors Armenteras
Grupo de Investigación en Ecología del Paisaje y Modelación de Ecosistemas, Departamento de Biología,
Facultad de Ciencias, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá DC, Colombia
Artículo de posesión para admisión como miembro correspondiente a la Academia Colombiana de Ciencias
Exactas, Físicas y Naturales
Resumen
Colombia ha venido avanzando en el monitoreo anual de los incendios forestales y el área quemada
y su relación con las variaciones en un mismo año y de un año a otro de las condiciones climáticas
que los propician, así como de las causas antrópicas que los generan. A nivel mundial se habla de
cambios en el régimen de incendios, no obstante, en Colombia todavía no se ha determinado si la
tendencia en el tiempo es de aumento en la extensión, tamaño y frecuencia de los incendios. En este
estudio se presenta un análisis comparativo de las dos primeras décadas del siglo XXI en términos
de los patrones espaciales y temporales de las áreas quemadas, con el objetivo de analizar cambios
en algunos parámetros del régimen de incendios en el país (extensión total, tamaño, conguración
espacial de los parches quemados y frecuencia). Se utilizó la información del producto de área
quemada mensual Fire_cci v5.1 derivado del sensor MODIS a una resolución de 250 m para mapear
mensualmente todos los parches detectados como quemados o las cicatrices de quemas desde enero
del 2001 hasta marzo del 2020. El área quemada presentó una gran variabilidad anual y en el curso
del año, siendo febrero y enero los meses más afectados por incendios. El área total quemada en
un mes ha tendido a disminuir en la segunda década del siglo XXI, pero el tamaño promedio de
los parches quemados ha aumentado de 188,75 ha en promedio en la primera década a 196,2 ha en
la segunda década, durante la cual también se han detectado un mayor número de fragmentos. En
términos de frecuencia, se encontró una gran variabilidad con zonas, especialmente las bajas, donde
ha aumentado la frecuencia en la segunda década comparada con la primera. Se conrmó un cambio
en algunas propiedades del régimen de incendios en Colombia, ya que, aunque el área total afectada
disminuyó y los incendios menores se redujeron, el patrón encontrado indica una clara tendencia a
más incendios de mayor tamaño y frecuencia.
Palabras clave: Área quemada; Incendios; Patrones; Régimen de fuego; MODIS.
Abstract
Colombia has been making progress in monitoring the annual occurrence of forest res and burned
areas, and their relationship with the interannual and intraannual variations of both the climatic
conditions that facilitate them and their anthropic causes. At the global level, the changes in the re
regime are documented, but in Colombia, we have not yet established whether the trend over time
has been toward an increase in the extension, size, and frequency of res. The present study is a
comparative analysis of the rst two decades of the 21st century in terms of the spatial and temporal
patterns of detected burned areas to analyze changes in some parameters of the re regime in the
country (total extension, size, spatial conguration of burned patches, and frequency). Information
from the monthly burned area product Fire_cci v5.1 derived from MODIS at a resolution of 250
m was used to map monthly all the patches detected as burns (or burn scars) from January 2001 to
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Internacional
Citación: Armenteras D.
Cambios en
los patrones espaciales de área quemada
en Colombia, ¿qué ha pasado en las dos
primeras décadas del siglo XXI?.
Rev.
Acad. Colomb. Cienc. Ex. Fis. Nat. 2022
Feb 9. doi: https://doi.org/10.18257/
raccefyn.1514
Editor: Jhon Charles Donato
Correspondencia:
Dolors Armenteras;
darmenterasp@unal.edu.co
Recibido: 1 de julio de 2021
Aceptado: 2 de diciembre de 2021
Publicado en línea: 9 de febrero de 2022
Artículo original
Ciencias de la Tierra
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March 2020. The results indicated that the burned area had high annual and intraannual variability,
with February and January as the months most aected by res. The total monthly area burned
tended to decrease in the second decade of the 21st century, but the average size of the burned
patches increased from 188.75 ha on average in the rst decade to 196.2 ha on average in the second
decade when also a greater number of fragments was detected. In terms of frequency, there was
high variability, especially in lowland areas where the frequency has increased in the second decade
compared to the rst. Some properties of the re regime in Colombia did change and despite a
decrease in the total area, the results of the study indicated a clear trend towards more, larger, and
more frequent res.
Keywords: Burned area; Fires; Patterns; Fire regime; MODIS.
Introducción
Los incendios de la vegetación, especialmente los forestales, constituyen una perturba-
ción que inuye en los patrones y procesos de los ecosistemas: en algunos casos alteran
la diversidad, inuyen en la productividad y afectan el ciclo de nutrientes (Bowman, et
al., 2014). Por otra parte, el uso del fuego ha sido una práctica extendida del hombre para
el manejo del territorio, la limpieza de la tierra y los bosques o para mejorar el pastoreo
(Guido R van der Werf, et al., 2008). Aunque el área quemada a nivel mundial disminuyó
entre 1998 y 2015, los incendios que ocurren en regiones tropicales se han convertido
en un problema importante dado el alto impacto que tienen en la estructura y función de
estos ecosistemas tan amenazados por múltiples factores de estrés. Si bien la mencionada
reducción en el área quemada se asocia principalmente con las sabanas y pastizales
tropicales (Andela, et al., 2016), el área mundial quemada se ha desplazado a regiones
con más cobertura boscosa, lo que indica un mayor uso del fuego para la tala y quema de
bosques y para el manejo agrícola en los trópicos (Andela, et al., 2016). La interacción del
cambio climático con la topografía natural y las condiciones del viento, así como con otras
actividades antropogénicas, pueden resultar en incendios graves y prolongados que afectan
grandes áreas forestales y reducen el almacenamiento de carbono forestal (Brando, et al.,
2019), una degradación inducida por los incendios que en el trópico puede representar
cerca del 69 % de la pérdida total de carbono (Baccini, et al., 2015). Además, los cambios
en la frecuencia e intensidad de los incendios exigen el estudio de la variación en el tiempo
del área quemada, pues es crucial para comprender la deforestación en países tropicales
(Curtis, et al., 2018).
Las interacciones entre el clima, la vegetación y los incendios son complejas, siendo
el clima uno de los factores naturales que inuyen tanto en la distribución de la vegetación
como en las características de los regímenes de incendios que la afectan (van der Werf, et
al., 2008). Por otro lado, los bosques tropicales una vez perturbados son menos resistentes
al cambio climático y a la actividad humana y más vulnerables a otras perturbaciones e
incendios posteriores (Aragão, et al., 2018; Buma, 2015). En este sentido, la mayor pro-
pensión de los bosques tropicales a los incendios ha desembocado no solo en el aumento
de las pérdidas en ellos sino también de la vulnerabilidad de los bosques restantes con
condiciones más secas frente a los incendios (Seymour & Harris, 2019), contexto en que
se prevé que los bosques de Suramérica tengan poca resiliencia, particularmente en áreas
con un alto riesgo de futuras sequías (Hirota, et al., 2011).
Los estudios de incendios forestales a menudo se centran en la medición de la super-
cie forestal quemada (Nogueira, et al., 2015), o de su efecto sobre el ciclo del carbono y
las emisiones atmosféricas (van der Werf, et al., 2010). Sin embargo, pocos estudios han
analizado la vulnerabilidad de los bosques frente a una mayor frecuencia de incendios, y
los disponibles se basan en gran medida en observaciones locales (Alencar, et al., 2015).
Los análisis sistemáticos de la pérdida de bosques asociada con los incendios y el examen
de las trayectorias de los bosques bajo su frecuencia cambiante pueden ayudar a desenredar
los mecanismos que determinan la degradación forestal y examinar la capacidad de resi-
liencia de nuestros bosques (Armenteras, et al., 2021). Es por esto que el conocimiento
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sobre los cambios en los regímenes de incendios es fundamental en el continente y en
Colombia. Los regímenes de incendios hacen referencia a la descripción de cuándo, dónde
y cuáles incendios ocurren utilizando diferentes parámetros, entre los cuales se encuentran:
a) la estacionalidad, que describe la época del año durante la cual los eventos de fuego son
más frecuentes; b) la frecuencia, denida como el intervalo de tiempo entre incendios en
un determinado lugar, o la cantidad de tiempo en que se demora en quemarse por completo
un área especíca, y c) la extensión, es decir, el tamaño promedio de los incendios en los
ecosistemas, lo que es esencial dado que los efectos ecológicos pueden ser muy diferentes
dependiendo de esta magnitud (Cochrane, 2003).
Los datos derivados de los sensores remotos ofrecen la posibilidad de detectar cambios
en la reectancia de la supercie de la tierra que ocurren como resultado de la quema de
la vegetación (Loepfe, et al., 2012). Estas imágenes satelitales permiten una estimación
objetiva de la extensión y el impacto de los incendios, y de su monitoreo en el tiempo. A
diferencia de la detección de focos activos, que se basa en la emitancia en el infrarrojo
medio debida a las temperaturas elevadas que ocurren en un incendio, la detección del área
quemada permite discriminar parches completamente quemados, también denominados
cicatrices de área quemada (Ressl, et al., 2009).
En el norte de Suramérica, especícamente en Colombia y Venezuela, los incen-
dios ocurren principalmente en la estación seca entre diciembre y principios de abril
(Armenteras-Pascual, et al., 2011). De hecho, los cambios climáticos han dado lugar a
alteraciones que determinan un mayor número de temporadas de sequía extrema con una
tendencia general al aumento del área quemada, la frecuencia e intensidad de los incendios,
y la presencia de temporadas de incendios más prolongadas (van der Werf et al., 2008).
En Colombia existe una clara relación entre los patrones espaciales y la variabilidad inter-
anual de los incendios con los factores climáticos (Armenteras-Pascual, et al., 2011), en
la cual la actividad del fuego aumenta durante la estación seca, en la que se presentan los
valores más bajos de precipitación. En estudios previos se reportaba para la primera década
del siglo actual un promedio anual de área quemada de alrededor de 400.000 ha, alcanzán-
dose el millón de hectáreas quemadas en el 2003 (Armenteras-Pascual, et al., 2011). No
obstante, no está claro si la extensión y la frecuencia han aumentado con los años, ni si
la tendencia en el tiempo sigue la de otros países como Brazil (Lizundia-Loiola, et al.,
2020). En este contexto, el presente estudio tuvo como objetivo analizar la tendencia de los
incendios en el tiempo en términos de área y frecuencia, así como el patrón espacial de las
cicatrices, y comparar las tendencias de las dos primeras décadas del siglo.
Materiales y métodos
Área de estudio
Colombia se ubica en el extremo noroccidental de Suramérica entre los 12º26’46 Norte,
4º13’30 Sur, 66º50’54 Este y 79º02’33 Oeste, y es el único país suramericano con costas
en el Pacíco (1.350 km de longitud) y el Caribe (más de 1.600 km.). Es el cuarto país
más grande de Suramérica después de Brasil, Argentina y Perú, y tiene una supercie de
1.141.748 km2. Limita con el mar Caribe al norte, con Panamá (266 km) en el noroeste,
con Venezuela (2.219 km de frontera) y Brasil (1.645 km) en el este, con Perú (1.629 km)
en el sur, con Ecuador en el suroeste (568 km) y con el océano Pacíco en el oeste (Ideam,
et al., 2007).
Colombia es un país de grandes variaciones geográcas y su parte occidental es
mayoritariamente montañosa (45 % del territorio). Sin embargo, una gran parte del país
está constituida por llanuras situadas por debajo de los 500 m. Por su variedad topográca,
determinada por la presencia de sistemas montañosos, hay una gran diversidad de climas
y de clases de suelos. El territorio se puede dividir en seis grandes regiones naturales:
la región andina, que incluye las tres cordilleras andinas y los valles interandinos; dos
regiones litorales, el Caribe (Atlántico) y el Pacíco; una región que abarca las llanuras de
la cuenca del río Orinoco; la región amazónica, que comprende los bosques amazónicos,
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y, por último, una región Insular que no se contempla en este estudio. Siguiendo la
clasicación de Olson de los principales ecosistemas del mundo (Olson & Dinerstein,
2002), Colombia está dominada principalmente por la selva tropical (52,2 %), seguida de
sabanas (13,9 %), cultivos, pastizales y matorrales (9 %).
Métodos
Se utilizó el producto Fire_cci v5.1, el cual contiene información del área quemada (AQ)
y se basa en datos del instrumento Moderate Resolution Imaging Spectroradiometer
(MODIS) de la NASA a bordo del satélite TERRA, con una resolución de 0,00224573
grados (aproximadamente 250 m) para el período 2001 a 2019 (Chuvieco, et al., 2018).
La información del área quemada (AQ) incluye la fecha de su detección, el nivel de
conanza (NC, un valor de probabilidad que estima la conanza de que un pixel esté
realmente quemado) y la información del tipo de cobertura terrestre (LC). La información
está disponible públicamente (actualmente, de 2001 a septiembre de 2019) en el portal
de datos del CCI de la European Space Agency (http://cci.esa.int/data) y el Servicio de
Cambio Climático de Copernicus (https: //cds.climate.copernicus.eu). Se completaron seis
meses de datos, de octubre del 2019 a marzo del 2020, con otra base de datos de área
quemada derivada de MODIS, la del producto MCD64A1, que tiene una resolución de 500
m (Giglio, et al., 2015).
Se analizó un conjunto de propiedades del régimen de incendios de importancia crítica
en Colombia (extensión del incendio, tamaño de la cicatriz y frecuencia del evento). Para
caracterizar el patrón espacial de las cicatrices de área quemada, se calcularon mensual-
mente las siguientes métricas: 1) área total detectada mensualmente; 2) número de parches
o cicatrices de área quemada (NP=>1); 3) tamaño medio de los parches quemados o cica-
trices (MPS=> 0, sin límite); 4) distancia media del vecino más cercano (MNND), que
corresponde a la distancia promedio hasta el fragmento vecino más cercano del mismo
tipo de ecosistema (>1), y 5) índice de agregación (AI) calculado mediante el software
Fragstats (McGarigal, et al., 2002). Cada una de estas se eligió a por la información que
brindan y el hecho de no ser métricas redundantes (es decir, que representen la misma
información de forma alterna). Cada índice indica un aspecto de la conguración del
área quemada.
Para el parámetro de frecuencia, a cada pixel se le cuanticó el número de meses
detectados como área quemada, entendida como el intervalo promedio, o cada cuántos
meses se detecta un pixel como área quemada. La frecuencia se calculó dividiendo el
número máximo de meses estudiados, es decir, 231 meses (enero 2001 - marzo 2020), en
120 meses en la primera década (enero 2001 - diciembre 2010) y 111 meses en la segunda
década del siglo (enero 2011 - marzo 2020). Para vericar si había un incremento en la
frecuencia de incendios entre los dos periodos, a la frecuencia de la segunda década se le
restó la de la primera que, de ser positiva indicaba que el periodo se alargaba, es decir,
disminuía la frecuencia, y viceversa. Por ejemplo, si en la segunda década la frecuencia era
cada 10 meses y en la primera cada 5 meses, el cambio positivo indicaba que se alargaba el
periodo o intervalo en 5 meses, con la consecuente disminución de la frecuencia del evento
para ese pixel.
Por último, para evaluar la frecuencia con que las diferentes coberturas de la tierra se
veían afectadas por incendios, se utilizó la base de datos MCD12Q1, también derivada
de MODIS, que contiene información sobre el tipo de cobertura terrestre anual (Friedl
& Sulla-Menashe, 2019) con una resolución espacial de 500 m. Usando la información
del área quemada calculada anteriormente, se construyeron diferentes colecciones de
imágenes desde el 2001 y se calculó la frecuencia por tipo de cobertura para todos los
pixeles detectados como quemados desde ese año. Se utilizó la banda Cover Type 1 del
producto MODIS MCD12Q1, la cual se reere a una clasicación de tipos de cober-
tura terrestre usando la metodología del IGBP (Programa Internacional de Geosfera-
Biosfera). Este producto ha sido ampliamente utilizado como referencia para obtener
datos de cobertura del suelo (Fornacca, et al., 2017), para estudiar las relaciones entre
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el área quemada, la pérdida de bosques y los cambios de cobertura (Fanin & Van Der
Werf, 2015), o para analizar la relación entre el cambio climático, los incendios y los
cambios en la vegetación (Safronov, 2020) o el área quemada en relación con los tipos
de cobertura del Atlas Global de Incendios (Andela, et al., 2018). Se reclasicaron las
categorías originales y el análisis se centró en las cinco categorías de cobertura del suelo
más afectadas por los incendios (Tabla 1): a) bosques; b) sabanas leñosas; c) sabanas; d)
pastizales, y e) tierras de cultivo.
Una limitación clave de esta clasicación es la incapacidad de discernir el uso humano
de la vegetación dominada por pastos, ya que los pastizales naturales y los pastizales de
uso antropogénico se fusionan bajo una sola cobertura de la tierra. Por último, este con-
junto de datos de tipos de cobertura terrestre de MODIS tiene información anual, de la
cual se extrajeron las cuadrículas anuales para Colombia. Se hizo un análisis por décadas
para detectar en cuál había un incremento en la proporción de bosques y otras coberturas
afectados con una mayor frecuencia.
Resultados
Variabilidad temporal del área quemada entre el 2001 y el 2020
El área quemada en Colombia tuvo una gran variabilidad entre años, con una tenden-
cia negativa en el tiempo y con el máximo valor detectado de área quemada en febrero
del 2007, con 2.521.762 ha, seguido de febrero del 2004, con 1.850.019 ha, y enero del
2003, con 1.586.056 ha (Figura 1S, https://www.raccefyn.co/index.php/raccefyn/article/
view/1514/3191). El área quemada detectada mensualmente en Colombia durante el
período comprendido entre el 2001 y marzo del 2020 evidenció que en el mes de febrero
hubo en promedio 777.300 ha quemadas (± 577.443 DE), seguido de enero, con 689.014
ha (± 402.317 DE). En la primera década del siglo (2000-2010) los promedios mensu-
ales fueron más elevados (Figura 1) en febrero, con 999.294 ha ± 714.800, y enero, con
822.549 ha ± 461.498, y disminuyeron en febrero a 555.365 ha ± 288.972 y en enero a
555.479 ha ± 298.489 en la segunda década (2011-2020).
Tabla 1. Categorías de cobertura del suelo más afectadas por los incendios y correspondencia con
categorías del producto MODIS MCD12Q1
Categoría Categorías originales MCD12Q1 (número de categoría) y descripción
Bosques Evergreen Needleleaf (Tipo 1) o bosques de hoja aguja de hoja perenne:
dominados por coníferas de hoja perenne (dosel: >2 m). Cobertura arbórea:
> 60 %
Evergreen Broadleaf (Tipo 2) o bosques de hoja perenne de hoja ancha:
dominados por árboles de hoja perenne de hoja ancha y palmeados (dosel
>2 m). Cobertura arbórea: > 60 %.
Decidious Broadleaf (Tipo 4) o bosques caducifolios de hoja ancha:
dominados por árboles caducifolios de hoja ancha (dosel: > 2 m).
Bosques mixtos (Tipo 5), denidos como bosques dominados por tipos de
árboles que no son caducifolios ni perennes (40-60 % de cada uno) (dosel:
> 2m). Cobertura arbórea: > 60%.)
Sabanas leñosas Woodland Savannas (Tipo 8), sabanas leñosas con cobertura de árboles de
30 a 60 % (dosel: > 2 m)
Sabanas Savannas (Tipo 9) o sabanas denidas como áreas con cobertura de árboles
de 10 a 30 % (dosel: > 2 m).
Pastizales Grasslands (Tipo 10) o cobertura dominada por plantas anuales herbáceas
(< 2 m)
Tierras de cultivo Croplands (Tipo 12), áreas en que al menos el 60 % corresponde a tierras
de cultivo cultivadas.
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Conguración espacial de los fragmentos detectados como área quemada
Con respecto a la conguración espacial de las cicatrices o de los parches quemados
detectados por el producto MODIS en términos del tamaño promedio de los fragmentos
quemados o cicatrices de área quemada (Figura 2S, https://www.raccefyn.co/index.php/
raccefyn/article/view/1514/3191), para todo el periodo de 2000 a 2020 el tamaño fue de
192,3 ha (± 98,9 DE), aunque este promedio varió al considerarlo por décadas: la primera
década con 188,75 ha (± 95,9 DE) Vs. 196,2 ha en promedio (± 102,5 DE) en las cicatrices
de la segunda década del siglo, con una tendencia al aumento de tamaño de estas cicatrices
desde el 2011 (Figura 2a y b). En términos del número de fragmentos (o parches), aunque
anualmente se detectaron en promedio 770 fragmentos (± 280,2 DE), también se encontró
variación entre la primera y la segunda décadas, con una tendencia a aumentar el número
de fragmentos quemados que se detectaron en el segundo período de análisis (Figura 3a
y b). Por último, en términos de conguración espacial, la distancia al vecino más cercano
en promedio fue de 18,2 Km (± 12 Km DE), con una tendencia a disminuir para todo el
período y para ambas décadas, lo que indica que los fragmentos quemados detectados
están cada vez más cercanos entre ellos (Figura 4).
Frecuencia de detección de área quemada
La gura 5 ilustra el patrón de la frecuencia de área quemada detectada en términos de cada
cuántos meses se detectó un pixel quemado. Las frecuencias más altas correspondieron a
una vez al año (11-12 meses) y cada dos años (13-24 meses), mayoritariamente en la región
de la Orinoquia, pero también en la Sabanas de Yari y en la parte baja de la Sierra Nevada
de Santa Marta. En términos de cómo ha cambiado la frecuencia entre las dos décadas del
siglo XXI, la gura 6 evidencia cómo para los valores positivos se alargó el periodo y,
por lo tanto, la frecuencia de detección de área quemada bajó después del 2011. Para los
valores negativos se acortó el periodo y, por lo tanto, aumentó la frecuencia de detección
de áreas quemadas, es decir, hubo una tendencia a una mayor frecuencia en la detección de
área quemada. En total, en el 51,5 % del área afectada aumentó la frecuencia después del
2011 y en el 48,5 % del área hubo una disminución en la frecuencia de incendios.
En términos generales, el 85,9 % del total de los pixeles de bosques afectados por
incendios presentó una frecuencia de un incendio para el periodo, pero este porcentaje
varió entre décadas, pues hasta el 2010 fue del 86,8 % y en la segunda década del siglo,
en el 87,2 % de bosques quemados hubo una frecuencia de un incendio. En este mismo
sentido, los bosques afectados más de dos veces aumentaron del 9,5 % al 9,9 % después
Figura 1. Promedio de área mensual quemada detectada para el período 2001-2020 y para las
décadas 2001-2010 y 2011-2020
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del 2010. Los bosques con más de tres incendios, en cambio, pasaron de un 3,7 % a un
2,9 %. En las dos coberturas de tipo sabana se evidenció un aumento en el porcentaje de
pixeles afectados con una y dos quemas en sus respectivos periodos, patrón que también
se detectó para los pastizales (Figura 7). La única cobertura en la que se apreció una
disminución de la frecuencia de afectación de área quemada fue en la de cultivos, pues la
frecuencia de un incendio pasó de 74,4 % antes del 2010 a 71,5 % del total después del
2010, aunque la frecuencia de dos sí tuvo un aumento sustancial del 12,6 % al 20,2 %
del total del área afectada. Las sabanas y los pastizales fueron las coberturas con mayor
frecuencia de incendios. El 21,6 % del área de sabanas se quemó dos veces en la primera
década y un 37 %, tres veces o más, en tanto que después del 2010 el 23,6 % de los
pixeles apareció quemado dos veces y un 29,2 % registró una frecuencia de tres o más.
Para el caso de los pastizales, tanto en la primera como en la segunda décadas el mayor
porcentaje de cobertura se quemó tres o más veces, el 44,3 % en la primera década y el
31,5 % después del 2010.
Discusión y conclusiones
El análisis espaciotemporal de los parámetros del régimen de incendios en Colombia
conrmó la variabilidad en un mismo año asociada con la temporada seca y la presencia
de incendios que ya se ha documentado. Los meses de enero y febrero fueron los de
Figura 2. Promedio mensual del tamaño de los parches quemados detectados y tendencia en el
tiempo para las décadas: a) 2001-2010 y b) 2011-2020
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Figura 3. Promedio del número de parches quemados detectados por mes y tendencia en el tiempo
para las décadas: a) 2001-2010 y b) 2011-2020
Figura 4. Distancia promedio al vecino más cercano entre los parches quemados detectados y
tendencia en el tiempo para el período 2001-2020
mayor cantidad de área quemada detectada satelitalmente y los años 2003, 2004 y 2007,
los de mayor incidencia en este sentido (Armenteras-Pascual, et al., 2011). Uno de
los parámetros que llama la atención en este estudio actualizado es la tendencia a una
menor extensión detectada como área quemada en la segunda década del siglo, lo cual
podría deberse a que en la primera década del siglo ocurrieron dos fuertes fenómenos de
El Niño: 2002-2003 (estación seca del 2003) y 2006-2007 (estación seca del 2007), con
muy pocos niveles de precipitación, lo que hizo que muchos bosques lluviosos tropicales
experimentaran una mayor actividad de incendios (van der Werf, et al., 2006).
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Figura 5. Mapa de frecuencia de detección de área quemada para el período 2001-2020
Figura 6. Mapa de cambio en la frecuencia de detección de área quemada entre las décadas 2001-
2010 y 2011-2020
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Los resultados en términos de otros parámetros espaciales, como el tamaño y el número
de incendios, indican, en cambio, una tendencia a que aumentaran los fragmentos detecta-
dos como quemados y a que fueran más grandes en la segunda década del siglo. Además,
las cicatrices de área quemada estuvieron cada vez más cerca. No obstante, también se
observó que han disminuido los incendios pequeños o que, a lo mejor, son mitigados más
rápidamente. Generalmente esta tendencia es evidencia de que los paisajes se convierten
en zonas con menos incendios, pero con mayores áreas afectadas que posiblemente se que-
men de forma más intensa (Alencar, et al., 2015).
En términos de frecuencia, la gran variabilidad que encontramos en el país demuestra
que en la segunda década del siglo hubo zonas donde disminuyeron los incendios en com-
paración con la primera década del siglo, en tanto que en otras ha sucedido lo contrario.
De nuevo esto indica un cambio en el patrón espacial y un aumento en la frecuencia de
incendios focalizados en zonas de sabana, principalmente de la Orinoquia. Las primeras
conclusiones de estos resultados preliminares es que los bosques, las sabanas leñosas y los
cultivos son las coberturas con mayor proporción de una quema, en tanto que las sabanas
abiertas, como los pastizales, tienden a una mayor frecuencia de quemas, independiente-
mente de la década analizada. Se evidencia, asimismo, que un estudio detallado por región
y ecosistema puede ayudar a dimensionar mejor el cambio en el régimen de fuego en cada
caso. En este sentido, por ejemplo en Brasil los grandes incendios poco frecuentes son
responsables de la mayoría del área quemada. Estos grandes incendios muestran tenden-
cias positivas en muchas ecorregiones, mientras que los incendios más pequeños, aunque
más frecuentes, han ido disminuyendo en número (Silva, et al., 2021).
Se presenta aquí una serie de tiempo de 20 años de datos de cicatrices o parches que-
mados detectados a partir de datos satelitales y recolectados para vericar si se había pro-
ducido un cambio en algunas propiedades del régimen de incendios en Colombia. Es nece-
sario avanzar en la comprensión de este fenómeno, no solo en el largo plazo sino en cada
ecosistema en particular. Los incendios más grandes y más frecuentes pueden ocasionar
degradación de los ecosistemas e incrementar la tasa de emisión de carbono a nivel nacio-
nal, por lo que estos aspectos deben incorporarse en las comunicaciones nacionales sobre
Figura 7. Porcentaje del total de pixeles por tipo de cobertura y por frecuencia de quema para el
periodo correspondiente
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
100
123
% área afectada
Número de meses detectados como quemados por periodo
Total de bosques quemados (2001-2010) Total de bosques quemados (2010-2020)
Total sabanas leñosas quemadas (2001-2010 Total sabanas leñosas quemadas (2010-2020)
Total sabanas quemadas (2001-2010) Total sabanas quemadas (2010-2020)
Total pastizales quemados (2001-2010) Total pastizales quemados (2010-2020)
Total cultivos quemados (2001-2010) Total cultivos quemados (2010-2020)
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Regimen de incendios en Colombia
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cambio climático y, sin duda, sobre los efectos sinérgicos de un clima futuro más seco, con
más fuentes de ignición, así como de la ausencia de prevención, lo que hace urgente una
modicación en las prácticas de manejo del territorio que vaya más allá de la supresión de
los incendios y contemple la preparación y prevención frente ellos.
Agradecimientos
A Joan Sebastián Barreto por su apoyo en la descarga de la información y la estructuración
de la base de datos.
Información suplementaria
Figura 1S. Serie de tiempo de área detectada quemada mensual (ha) a partir del producto
MODIS Fire_cci v5.1 (enero 2001 a marzo 2020). Ver gura 1S en https://www.raccefyn.
co/index.php/raccefyn/article/view/1514/3191
Figura 2S. Promedio mensual del tamaño de los parches quemados detectados y tendencia
en el tiempo para el período 2001-2020. Ver gura 2S en https://www.raccefyn.co/index.
php/raccefyn/article/view/1514/3191
Conicto de intereses
La autora declara que no existe conicto de intereses.
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