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Post-preservación industrial en Ollagüe: un breve elogio de la decadencia

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BOLETIN
SOCIEDAD CHILENA DE ARQUEOLOGÍA
48
Diciembre 2018
BOLETÍN SOCIEDAD CHILENA DE ARQUEOLOGÍA 48
Índice
ARTÍCULOS
POST-PRESERVACIÓN INDUSTRIAL EN OLLAGÜE: UN BREVE ELOGIO DE LA DECADENCIA
Francisco Rivera, Rodrigo Lorca y Paula González
BARRERAS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA PATAGÓNICA Y MÁS ALLÁ...
Luis Alberto Borrero
LA PERSPECTIVA EN EL ARTE RUPESTRE. REFLEXIÓN A PARTIR DE LA TRADICIÓN
NATURALISTA DE LA PRECORDILLERA DE ARICA
Marcela Sepúlveda
ARCHÄOLOGISCHES AUS VALDIVIA DEL DOCTOR CARLOS KELLER
Ignacio Helmke y Margarita Alvarado
REPORTES
MÁS SUREÑO QUE LOS POROTOS: PRIMEROS FECHADOS 14C AMS PARA EL SITIO CUEVA
DE LOS CATALANES
Roberto Campbell, Constanza Roa y Francisca Santana-Sagredo
REVISITA A LOS PETROGLIFOS DE GATICO, TOCOPILLA
Benjamín Ballester
TRIBUNA
INTRODUCCIÓN, NOTAS Y TRADUCCIÓN DE UN TEMPRANO TRABAJO DE PITT-RIVERS
SOBRE ARTEFACTOS DE PATAGONIA
Alfredo Prieto
SOBRE UNA SERIE DE CERCA DE DOSCIENTAS PUNTAS DE FLECHA, LASCAS,
RASPADORES Y BARRENOS DE PEDERNAL Y SÍLEX, DEL RÍO NEGRO, PATAGONIA; CON
ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE LA ESTABILIDAD DE LA FORMA OBSERVABLE EN LOS
IMPLEMENTOS DE PIEDRA
Augustus Lane Fox Pitt-Rivers
COMENTARIO AL TEXTO DE A. LANE FOX (1875) “ON A SERIES OF ABOUT TWO HUNDRED
FLINT AND CHERT ARROWHEADS, FLAKES, THUMBFLINTS, AND BORERS, FROM THE RÍO
NEGRO, PATAGONIA; SOME REMARKS ON THE STABILITY OF FORM OBSERVABLE IN
STONE IMPLEMENTS”
Amalia Nuevo Delaunay
CUATRO JINETES EN LA PATAGONIA: PITT-RIVERS, HUDSON, MUSTERS Y PIGAFETTA
[SOBRE ARQUEOLOGÍA REMOTA, CIENCIA Y LITERATURA]
Daniel Quiroz
COMENTARIOS AL TRABAJO “INTRODUCCIÓN, NOTAS Y TRADUCCIÓN DE UN
TEMPRANO TRABAJO DE PITT-RIVERS SOBRE ARTEFACTOS DE PATAGONIA”
Nora V. Franco
COMENTARIO Y DERIVACIONES DE LA TRADUCCIÓN DE UN ANTIGUO TEXTO SOBRE
COLECCIONES LÍTICAS DE NOR-PATAGONIA
José F. Blanco
TRADUTTORE TRADITORE
Alfredo Prieto
9
31
43
61
85
91
97
100
109
111
107
122
131
SOCIEDAD CHILENA DE ARQUEOLOGÍA
(Periodo 2016-2017)
Directorio: Gloria Cabello (Presidenta), Simón Urbina, Elisa Calás, Carolina Agüero y Daniela Valenzuela.
(Periodo 2017-2018)
Directorio:
Directorio: Gloria Cabello (Presidenta), Simón Urbina, Elisa Calás, Carolina Agüero y José Blanco
www.scha.cl
Editores: Roberto Campbell. Programa de Antropología, Instituto de Sociología, Ponti cia Universidad
Católica de Chile.
Daniela Valenzuela. Departamento de Antropología, Universidad de Tarapacá, Arica.
Benjamín Ballester. UMR 7041ArScAN, Équipe Ethnologie Préhistorique, Université Paris 1 Panthéon-
Sorbonne, Francia.
Ayudantes de Edición: Antonia Escudero y Víctor Méndez.
Comité Editorial:
Carolina Agüero, Instituto de Arqueología y Antropología (IAA), Universidad Católica del Norte, San Pedro
de Atacama, Chile.
José Berenguer, Museo Chileno de Arte Precolombino, Santiago, Chile.
Calogero Santoro, Instituto de Alta Investigación, Universidad de Tarapacá, Arica, Chile.
Lorena Sanhueza, Departamento de Antropología, FACSO, Universidad de Chile.
Juan Carlos Skewes, Departamento de Antropología, Universidad Alberto Hurtado, Santiago, Chile.
Robert Tykot, Department of Anthropology, University of South Florida, Florida, USA.
El Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología es una publicación anual fundada en 1984 y editada por
la Sociedad Chilena de Arqueología. Tiene como propósito la difusión de avances, resultados, re exiones y
discusiones relativos a la investigación arqueológica nacional y de zonas aledañas.
Está indizado en Anthropological Literature y Latindex-Catálogo.
Las opiniones vertidas en este Boletín son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no
representan necesariamente el pensamiento de la
Sociedad Chilena de Arqueología.
Toda correspondencia debe dirigirse al Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología, al correo
electrónico schaboletin@gmail.com o a través de www.boletin.scha.cl.
Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología
ISSN 0716-5730
Diciembre 2018
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www.EdicionesOnDemand.cl
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SOCIEDAD CHILENA DE ARQUEOLOGIA
48
Diciembre 2018
Índice
ARTÍCULOS
POST-PRESERVACIÓN INDUSTRIAL EN OLLAGÜE: UN BREVE ELOGIO DE LA DECADENCIA
Francisco Rivera, Rodrigo Lorca y Paula González
BARRERAS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA PATAGÓNICA Y MÁS ALLÁ...
Luis Alberto Borrero
LA PERSPECTIVA EN EL ARTE RUPESTRE. REFLEXIÓN A PARTIR DE LA TRADICIÓN
NATURALISTA DE LA PRECORDILLERA DE ARICA
Marcela Sepúlveda
ARCHÄOLOGISCHES AUS VALDIVIA DEL DOCTOR CARLOS KELLER
Ignacio Helmke y Margarita Alvarado
REPORTES
MÁS SUREÑO QUE LOS POROTOS: PRIMEROS FECHADOS 14C AMS PARA EL SITIO CUEVA
DE LOS CATALANES
Roberto Campbell, Constanza Roa y Francisca Santana-Sagredo
REVISITA A LOS PETROGLIFOS DE GATICO, TOCOPILLA
Benjamín Ballester
TRIBUNA
INTRODUCCIÓN, NOTAS Y TRADUCCIÓN DE UN TEMPRANO TRABAJO DE PITT-RIVERS
SOBRE ARTEFACTOS DE PATAGONIA
Alfredo Prieto
SOBRE UNA SERIE DE CERCA DE DOSCIENTAS PUNTAS DE FLECHA, LASCAS,
RASPADORES Y BARRENOS DE PEDERNAL Y SÍLEX, DEL RÍO NEGRO, PATAGONIA; CON
ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE LA ESTABILIDAD DE LA FORMA OBSERVABLE EN LOS
IMPLEMENTOS DE PIEDRA
Augustus Lane Fox Pitt-Rivers
COMENTARIO AL TEXTO DE A. LANE FOX (1875) “ON A SERIES OF ABOUT TWO HUNDRED
FLINT AND CHERT ARROWHEADS, FLAKES, THUMBFLINTS, AND BORERS, FROM THE RÍO
NEGRO, PATAGONIA; SOME REMARKS ON THE STABILITY OF FORM OBSERVABLE IN
STONE IMPLEMENTS”
Amalia Nuevo Delaunay
CUATRO JINETES EN LA PATAGONIA: PITT-RIVERS, HUDSON, MUSTERS Y PIGAFETTA
[SOBRE ARQUEOLOGÍA REMOTA, CIENCIA Y LITERATURA]
Daniel Quiroz
COMENTARIOS AL TRABAJO “INTRODUCCIÓN, NOTAS Y TRADUCCIÓN DE UN
TEMPRANO TRABAJO DE PITT-RIVERS SOBRE ARTEFACTOS DE PATAGONIA”
Nora V. Franco
COMENTARIO Y DERIVACIONES DE LA TRADUCCIÓN DE UN ANTIGUO TEXTO SOBRE
COLECCIONES LÍTICAS DE NOR-PATAGONIA
José F. Blanco
TRADUTTORE TRADITORE
Alfredo Prieto
9
31
43
61
85
91
97
100
109
111
107
122
131
Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología
Número 48, 2018, páginas 9-29
Post-preservación industrial en Ollagüe: un breve elogio de la
decadencia
Francisco Rivera1, Rodrigo Lorca2 y Paula González3
Resumen
Este artículo es una breve re exión teórica que expone y discute la noción de post-preservación
como un nuevo paradigma patrimonial, y sus alcances y perspectivas para la arqueología industrial
en Chile. Se ponen en perspectiva estas re exiones para discutir los intersticios temporales entre la
orientación ideal de preservación que llamamos lo auténtico, y la realidad inherente de degradación
de los sitios minero-industriales, que llamamos lo decadente. La investigación que se lleva a cabo en los
sitios, hoy abandonados, de explotación azufrera de la comuna de Ollagüe se utilizan como ejemplo,
con el  n de re exionar sobre las políticas de preservación patrimonial de los sitios arqueológico-
industriales en Chile. Se busca así evaluar la pertinencia, desde una perspectiva teórica, de la posible
aplicabilidad de una práctica de post-preservación entrópica.
Palabras Clave: post-preservación, ruinas industriales, patrimonio cultural, arqueología industrial,
Ollagüe
Abstract
This article exposes and discusses the notion of post-preservation as a new heritage paradigm, and its potential
and perspectives for industrial archaeology in Chile. Theoretical re ections regarding the temporary gaps between
ideal outlooks on preservation (the authentic), and the inherent reality of degradation of the mining-industrial
sites (the decaying), are put into perspective. Ongoing research taking place in abandoned sulphur camps of
the commune of Ollagüe, provides an example for a discussion about heritage preservation policies of industrial
archaeological sites in Chile. This case study allows us to assess the relevance, from a theoretical perspective, of
the applicability of a possible entropic post-preservation practice.
Keywords: post-preservation, industrial ruins, cultural heritage, industrial archaeology, Ollagüe
1 Departamento de Antropología, Universidad de Montreal, Canadá. SurAndino, Estudios Arqueológicos y Patrimoniales
Ltda, f.riveraamaro@gmail.com
2 SurAndino, Estudios Arqueológicos y Patrimoniales Ltda, rlorcah@gmail.com
3 Arqueóloga independiente, paula.gp.89@gmail.com
Recibido: 1 de septiembre de 2017. Aceptado: 13 de octubre de 2017. Versión  nal: 6 de julio 2018.
10 | Francisco Rivera, Rodrigo Lorca y Paula González
Decadencia I: ruinas
“Toutes les parties du cosmos sont corruptibles (…)
Les pierres les plus dures ne sont-elles pas destinées à pourrir et à se défaire?”4
(Zenón de Citio, citado en Schnapp 2015:67-68)
Las ruinas están de moda. Aunque el interés, en el Viejo Mundo, ha existido siempre (Schnapp
2015), es interesante notar no pocas reminiscencias de aquella fascinación romántica con las ruinas
que ya fuera observado en el arte (Zucker 1968). Como concepto, las ruinas han sido un tema
de interés histórico (Vismann 2001), losó co (Masiello 2008; Simmel 1958), estético (Ginsberg
2004; Huyssen 2006; Roth et al. 1997; Woodward 2001; Zucker 1968), político-económico
(Cowie y Heathcott 2003; Hell y Schönle 2008; High y Lewis 2007; High et al. 2017) y, por
supuesto, arqueológico (Andreassen et al. 2010; Barndt 2010; Burström 2011; Edensor 2005a,
2005b; González-Ruibal 2017; Lucas 2013; Olsen y Pétursdóttir 2014; Orange 2015; Pétursdóttir
2013, 2016; Stoler 2013; Vilches 2011; Wienberg 2014; Yablon 2010). No es difícil encontrar una
abundante bibliografía que trata sobre el tema, donde la estética del abandono, la materialidad de
la decadencia, la desindustrialización y la de-modernización aparecen como conceptos recurrentes.
El encanto por las ruinas, no solamente para la arqueología, orece como nunca (o como siempre),
y hoy vemos cómo la cultura popular ha visto una avalancha de manifestaciones artísticas y una
explosión del imaginario postapocalíptico en el cine o la televisión. Por su parte, en la discusión
académica los contextos urbanos en ruinas asoman en el imaginario colectivo como inefables
distopías. Roma, Chernóbil o Detroit aparecen como ejemplos paradigmáticos que extienden la
cuestión acerca de las formas de representación de la decadencia, así como de los mecanismos por
los cuales las ruinas ilustran historias locales, las fuerzas económicas en juego, y las tensiones entre
las estructuras de poder y las comunidades locales (DeSilvey y Edensor 2013; Schnapp 2015). En
ese contexto, proponemos insertar las propuestas teóricas que han acompañado este interés, y que
podrían parecer a primera vista ajenas, en una problemática especí ca para la arqueología industrial
chilena. Este texto es una breve discusión, basada principalmente en los trabajos de Caitlin DeSilvey,
que busca destacar el fenómeno patrimonial asociado a la memoria, el olvido, y la (post)preservación
de ruinas industriales, las cuales subrayan las paradojas y las visiones contradictorias de cómo y por
qué preservarlas (una buena y polémica re exión sobre la memoria y el olvido en Rie 2017).
Más allá de la ubicuidad de referencias a la memoria, el carácter estético o la fragilidad y la
fugacidad de la vida humana, el interés por las ruinas modernas e industriales se ha acrecentado
porque invitan a re exionar igualmente sobre la capacidad que tienen las instalaciones y los
campamentos modernos de corroer las expresiones capitalistas de poder (Gordillo 2014). En tanto,
el abandono desafía estéticamente las prácticas convencionales de ordenar y modelar el espacio
moderno, sugiriendo con ello nuevas maneras de relacionarse tanto con el pasado como con el
futuro (DeSilvey 2017; Edensor 2005a; Yablon 2010). En ese contexto, el tema ha sido un polo de
atracción para la geografía cultural, la antropología urbana y los estudios arquitectónicos, que buscan
entender las tensiones que se generan entre estos espacios con las políticas de desarrollo, y el rol
social que estos sitios desempeñan como testigos patrimoniales de la historia reciente. Para muchos
4 Todas las partes del cosmos son corruptibles (…) ¿Las piedras más duras no están destinadas ellas también a
descomponerse y a deshacerse? (la traducción es nuestra)
Post-preservación industrial en Ollagüe: un breve elogio de la decadencia | 11
autores, las ruinas industriales ofrecen la oportunidad de imaginar nuevos futuros, de reescribir el
pasado y de desechar viejos supuestos sobre su degradación (DeSilvey 2017). Por lo anterior, nos
parece interesante el concepto de ruina, o de rubble (escombros), como lo propone Gastón Gordillo
(2014), porque asoman para la arqueología industrial chilena como un desafío a la ortodoxia
patrimonial, en el sentido que se centran menos en lo nostálgico y lo estético que en los procesos de
destrucción y fracaso económico a los cuales se asocian (González-Ruibal 2017). Además, porque
cuestionan la noción de capitalismo como progreso constante e ilimitado, demostrando que las
estructuras de poder, hoy profundamente arraigadas, son sin embargo contingentes y temporales.
Como fue mencionado, parte de la tendencia actual en la literatura académica sobre las ruinas
históricas en general, e industriales en particular, se ha centrado sobre todo en interpretaciones
políticas y estéticas de los restos. Las expresiones ortodoxia y paradigma patrimonial tradicional
los entendemos aquí en relación con la obsesión política en la búsqueda de  jar en el tiempo, de
preservar y en lo posible de devolver a los sitios su estado original como testimonios históricos en
sí mismos (lo identi camos como lo auténtico). La retórica la conocemos bien: la reconstrucción
del pasado y la restauración se utilizan para de nir las necesidades de una intervención patrimonial
que asume el deseo de volver al estado original de los sitios. Este ha sido el énfasis, por ejemplo,
de las políticas asociadas a las declaraciones institucionales como Monumento Histórico de sitios
histórico-industriales5 y, principalmente, de las declaraciones de Patrimonio de la Humanidad por
parte de la UNESCO6. En esto último resalta sobre todo la consideración de la importancia de los
factores políticos y económicos en la toma de decisiones (Bertacchini et al. 2016).
No obstante, observamos una atracción estética con la realidad inherente a la degradación natural
de una gran mayoría de sitios no categorizados como monumentos históricos, que cuestionan la
relación existente entre el imaginario de las ruinas con la inevitabilidad de la destrucción de su
entorno material y medioambiental (lo que llamamos lo decadente). Los factores de esto último
pueden ser muy diversos, aunque vinculados entre ellos, tales como la falta de recursos económicos
para el resguardo y protección de los restos materiales, de la especulación  nanciera e inmobiliaria
que choca con dichos intereses y/o de la ausencia de voluntad política para la protección de
los sitios. Lo cierto es que debemos asumir que existen sitios arqueológicos que no pueden ser
trabajados desde la perspectiva clásica basada en la restauración de lo auténtico bajo un conjunto
uniforme, vertical y universalista de valores, sin consideración de los contextos históricos locales. Por
lo tanto, es necesaria la discusión sobre aproximaciones alternativas de preservación que entiendan
la inevitabilidad de la destrucción como proceso, y pongan mayor énfasis en lo decadente como un
elemento arqueológico esencial que enriquece la biografía y genealogía de los sitios. Como bien lo
ha señalado Michael Shanks (1998:18): “decay is an essential adjunct to a living past”7.
Decadencia II: entropía
Caitlin DeSilvey (2017) ha llamado post-preservación a un conjunto de prácticas patrimoniales
y de re exiones teóricas que exploran los intersticios entre la orientación ideal de preservación y
5 Para una síntesis de las categorías legales, ver Ropert Fuentes 2002.
6 No es irrelevante que, en Chile, dos de los seis bienes de carácter cultural declarados Patrimonio de la Humanidad
por la UNESCO sean sitios industriales: las o cinas Humberstone y Santa Laura de la Región de Tarapacá (inscritas en
2005), y la ciudad minera de Sewell en la región del Libertador General Bernardo O’Higgins (inscrita en 2006).
7 La decadencia es un complemento esencial de un pasado vivo (la traducción es nuestra).
12 | Francisco Rivera, Rodrigo Lorca y Paula González
la realidad inherente de degradación de sitios arqueológicos históricos, particularmente mineros e
industriales. Tomando su propuesta, proponemos insertar aquellas preocupaciones para el estudio
de un conjunto de sitios de explotación de azufre ubicados en la localidad de Ollagüe, región de
Antofagasta. Re exionaremos sobre los modos en los cuales la arqueología industrial en Chile
puede seguir contribuyendo a la discusión patrimonial sobre la relación entre las formas reales e
imaginarias de representación de las ruinas modernas.
Desde el año 2015 se lleva a cabo en Ollagüe, localidad fronteriza del norte de Chile, un proyecto
de investigación cuyo objetivo general ha sido el de comprender los cambios ocurridos durante la
expansión minero-industrial durante el siglo XX, investigando el surgimiento, auge y desarrollo de
la explotación del azufre, en una región que ha conocido diversos procesos económicos vinculados a
la expansión minera y a la construcción a principios del siglo XX del ferrocarril Antofagasta-Bolivia.
A través del estudio interdisciplinario de un conjunto de campamentos, estaciones ferroviarias
y centros de procesamiento de mineral (Amincha, Buenaventura, Puquios, Santa Cecilia, Polán
y Yuma), buscamos comprender los procesos de transformación económica y sociocultural con
relación al cambio tecnológico acaecido desde inicios del siglo XX como parte de la expansión
capitalista en el norte de Chile: cambios que han trans gurado las relaciones sociales al imponer la
dependencia de la comunidad local a nuevas formas de producción, transformando el espacio social
y la materialidad.
Desde inicios del siglo XX, estos campamentos poblaron intensamente una zona donde sólo se
había desarrollado una ocupación marginal por parte de pastores andinos, y fueron paulatinamente
abandonados con el transcurso de los años. En la década de 1990 cerró el último de ellos (Amincha),
por lo que la población indígena, mano de obra principal de esta industria, debió forzosamente
migrar hacia otras zonas. El  n de la explotación azufrera se traslapa con la incorporación de
Ollagüe a la administración nacional, pues durante las operaciones de esta industria minera, el
Estado chileno estuvo casi ausente en la zona. No obstante, con el cierre de estos campamentos se
crea la comuna de Ollagüe, y se instala el aparato burocrático que le acompaña: municipio, aduana,
Servicio Agrícola y Ganadero (SAG), escuela, posta, entre otros. Lo anterior explica que a pesar de
que no existe oferta laboral, el pueblo de Ollagüe albergue hoy a un pequeño grupo de habitantes.
Esta investigación, por lo tanto, se funda en la idea que una arqueología del capitalismo nos
permitiría estudiar los orígenes de la actual situación económica y sociocultural de Ollagüe,
mediante una exploración de los modos en que la comunidad local enfrentó la irrupción de la
modernidad a través de las nuevas estrategias y lógicas políticas, económicas y sociales asociadas a la
minería y la industrialización desde inicios del siglo XX (Vilches et al. 2012).
En términos metodológicos, para cada uno de los sitios azufreros, la recolección de datos se realizó
de acuerdo con diferentes unidades espaciales, desde lo general a lo particular. Una primera etapa
se centró en la delimitación y el levantamiento detallado de las estructuras de los sitios a través de
planimetrías que permitiera un estudio sistemático de la organización espacial y de la identi cación
de sectores, revelando las áreas de actividad, así como su densidad material. En concreto, se de nió
sectores bajo criterios funcionales en cuatro áreas principales: laboral, doméstico/residencial,
espacios públicos y basurales. Para el análisis de la materialidad se propuso una recolección virtual de
material cultural super cial. Esto se aplicó a todas las estructuras de todos los sitios, lo que permitió
entender el universo material de los sitios y sus unidades. Se propuso por lo tanto el registro de la
cultura material super cial asociada a las estructuras y sectores de los sitios, tales como basurales,
Post-preservación industrial en Ollagüe: un breve elogio de la decadencia | 13
áreas domésticas, vías de circulación y sectores industriales, entre otros, teniendo en cuenta todas las
categorías materiales que fueran observadas dentro y fuera de las estructuras, pero poniendo énfasis
en aquellos objetos diagnósticos. En este proyecto, se entendió como material diagnóstico todo
vestigio material arqueológico-histórico que, por sus características morfológicas y/o tecnológicas,
pudiera entregar precisiones sobre la cronología y la historia de los sitios, sobre la procedencia u
origen de fabricación de ciertos tipos materiales y/o sobre la especi cidad de ciertas prácticas
sociales.
Se consideró el análisis de materiales super ciales de forma virtual, es decir, el registro y análisis
mediante una  cha y una documentación fotográ ca de los objetos. Es importante tener en cuenta
que, en estos sitios de fecha reciente, los datos de orden cronológico se obtienen mediante un
énfasis en el análisis cualitativo de los materiales, por sobre las características depositacionales o de
cantidades estadísticamente signi cativas. Esta estrategia de recolección virtual minimiza el impacto
de la investigación sobre sitios arqueológicos, y es además bien evaluada por los habitantes de la
comunidad local, quienes tienden a percibir las investigaciones arqueológicas con las prácticas de
intervención no sistemáticas que se han hecho en el pasado8 (Ayala 2008; Ayala et al. 2003; Vilches
et al. 2012).
Los campamentos azufreros estudiados revelaron distintos grados de conservación. Mientras
que algunos fueron desmantelados por los propios dueños una vez  nalizadas las faenas, otros han
sido paulatinamente desarmados por la población local, para reutilizar algunos de sus materiales.
Solamente el campamento de Amincha se ha conservado sin mayores alteraciones antrópicas, siendo
afectado sólo por agentes naturales. Nuestra aproximación a los sitios nos hizo ver que debería
existir una complementariedad de diferentes formas narrativas de preservación patrimonial, tanto
una que ponga énfasis en la estabilidad y la conservación, como una perspectiva que acepte el
cambio y la degradación. Es decir, que es necesario reevaluar el paradigma tradicional que considera
que la única forma de preservación de los sitios industriales tiene que ver con su momento  nal
de actividad, el cual debe ser  jado y estabilizado, e incluso higienizado, en el tiempo. Siguiendo a
DeSilvey (2017), ¿cuál sería el impacto de una perspectiva arqueológica que asuma una preservación
del cambio y no de la estabilidad? Si las ruinas industriales se encuentran en un estado de transición
permanente entre su presencia y su ausencia, siguiendo por ejemplo lo que Lowenthal (1989:72)
de ne como una aesthetics of rupture (estética de la ruptura), ¿qué impactos teóricos tendría otra
arqueología de la decadencia sobre nuestras concepciones del tiempo arqueológico? Tal como lo
expuso Olivier (2008:94):
“Le temps archéologique ne s’arrête pas à partir du moment où les sites sont abandonnés: il
continue à travailler la matière des vestiges, qui sont désormais absorbés dans un autre environnement
où ils maintiennent imperceptiblement la mémoire d’autres temps”9.
En el caso de los campamentos azufreros de Ollagüe, si bien estos pueden ser vistos como sitios
amenazados, y a su signi cación erosionada poco a poco mientras su condición se deteriora, planteamos
en cambio la hipótesis de que estos espacios de desindustrialización no representan, en ningún caso,
8 Esta decisión metodológica sigue la estrategia propuesta por el equipo de investigadores liderado por la Dra. Flora
Vilches en el proyecto FONDECYT 1120087 (Vilches et al. 2012).
9 El tiempo arqueológico no se detiene en el momento que los sitios son abandonados: éste continúa a trabajar la
materia de los vestigios, que son ahora absorbidos en otro ambiente donde mantienen imperceptiblemente la memoria
de otro tiempo (la traducción es nuestra).
14 | Francisco Rivera, Rodrigo Lorca y Paula González
una etapa  nal del abandono de prácticas sociales modernas, pero al contrario derivan en una respuesta
continua a la expansión capitalista a través de nuevas dinámicas de integración sociocultural (una re exión
interesante en Rodríguez Torrent et al. 2012) y de contemporary sociomaterial practices (prácticas socio-
materiales contemporáneas) (Harrison y Breitho 2017:204). A esto último puede incluirse también
a las políticas patrimoniales, las narrativas de la memoria y la investigación académica. Planteamos
algunas preguntas que podrían guiar la futura investigación: ¿Es posible preservar, en palabras de
Olivier, ese “continuo trabajar” de los vestigios? ¿Cuáles son las implicancias de una propuesta que
ponga énfasis en el cambio, en la decadencia y en la no-intervención? ¿Cuáles son los alcances en
términos legales de una perspectiva que asuma dichos riesgos?10
Caitlin DeSilvey explora y profundiza estas di cultades y las contradicciones que emergen, y que
se ubican en los intersticios de la preservación activa y la no-intervención. Proponiendo un mayor
reconocimiento a las formas de integrar el cambio en lugar de negarlo, la autora considera que es
posible reevaluar el sentido y el signi cado de los sitios en esos espacios de transición temporal entre
el momento de abandono y el momento de intervención (patrimonial, cientí ca o académica),
pero sobre todo de reconsiderar el aporte de una mirada arqueológica en la transitoriedad y en la
incertidumbre con el  n de mostrar que existen formas alternativas de abordar los bienes culturales
tangibles. Es decir, de centrar la mirada y reevaluar todo aquello a lo que Jackson (1980:102) llama
intervals of neglect (intervalos de abandono). Para este autor:
“ruins provide the incentive for restoration, and for a return to origins. There has to be (…)
an interim of death or rejection before there can be renewal and reform. The old order has to die
before there can be a born-again landscape”11.
Poniendo énfasis en esos intervalos y en el cambio, DeSilvey (2017:10) utiliza la entropía
como una forma a considerar en las políticas patrimoniales, de niéndola como “a measure of the
multiplicity of potential arrangements of matter within a given systems”12. Una post-preservación
entrópica buscaría entonces el equilibrio apropiado entre una intervención activa, es decir una
mirada tradicional sobre lo auténtico, y una no-intervención estratégica o en términos de lo que
Simmel (1958) denomina como pasividad positiva, con un énfasis sobre los procesos culturales y
naturales presentes en lo decadente. Se acepta por lo tanto la entropía como una posibilidad de
re exión y discusión, y no como una referencia exclusiva al caos, el desorden y la negligencia
(DeSilvey 2006).
10 Dentro de los objetivos de nuestro proyecto se ha contemplado también la relación que tiene la propia Comunidad
Quechua de Ollagüe con respecto a los sitios industriales de la comuna. Para esto se han realizado entrevistas en profundidad
y una encuesta de evaluación patrimonial que trata sobre diferentes tópicos: declaración de Monumento Histórico de los
sitios azufreros, importancia del museo local y percepción general hacia los sitios prehispánicos e históricos, entre otros.
Agradecemos a uno de los evaluadores por recordarnos este aspecto importante de nuestro proyecto, cuyos resultados
serán presentados en un próximo trabajo.
11 las ruinas son un incentivo para la restauración y el retorno a los orígenes. Tiene que haber (...) un intervalo de
muerte o rechazo antes de que pueda haber renovación y reforma. El viejo orden tiene que morir antes de que pueda
haber un paisaje renacido (la traducción es nuestra).
12 una medida de la multiplicidad de disposiciones potenciales de la materia dentro de un sistema dado (la traducción
es nuestra).
Post-preservación industrial en Ollagüe: un breve elogio de la decadencia | 15
Decadencia III: biografía/genealogía
La materialidad industrial de Ollagüe puede entenderse desde una posición que se sitúa en los
intersticios temporales entre el abandono y la reconstrucción del pasado potencial de los sitios a
través de proyectos patrimoniales futuros. Es decir, entendiendo el rol de la memoria de las ruinas en
el presente (Olsen y Pétursdóttir 2014), debemos considerar que la creación en Ollagüe de espacios
de ruinas y de abandono se convierten en acontecimientos históricos en la medida que son el
resultado inevitable de transformaciones socioculturales, en este caso, del desarrollo capitalista a nivel
local (Edensor 2005a). Desde esa posición, concordamos con quienes han adoptado una perspectiva
crítica de la plani cación moderna, examinando las tensiones patrimoniales que generan los sitios
industriales abandonados y en ruinas, así como la forma en que estos lugares están integrados en las
prácticas sociales actuales (Dawdy 2010; González-Ruibal 2008). Esto último permite cuestionar
la idea de las ruinas industriales modernas como espacios sin valor patrimonial, o como Edensor
(2005a:7) lo expone: “the notion that ruins are spaces of waste, that contain nothing, or nothing
of value, and that they are saturated with negativity as spaces of danger, delinquency, ugliness and
disorder”13.
En ese sentido, y en el marco de las nuevas orientaciones críticas a los paradigmas patrimoniales
tradicionales, tanto materialistas como constructivistas, especialmente con respecto a los valores en
juego en términos de uso y participación (Holtorf 2013; Kalazich 2013; Lowenthal 1989; Smith
2006), Poulios propone el enfoque de living heritage (patrimonio vivo), como forma de cuestionar
incluso la premisa de que el patrimonio es por de nición un recurso no renovable y, en cambio,
a rma que ese patrimonio puede ser continuamente renovado si se revalorizan las relaciones sociales
y prácticas que le dan sentido en el tiempo. Para Poulios (2010: 181), por un lado, “according to
a values-based approach, authenticity is considered to lie in the past and to be associated mostly
with the (tangible) fabric of a site”14 y, por otro lado, “according to a living heritage approach,
authenticity is in the present, and is associated mostly with the communities’ (intangible) association
with a site”15. En los sitios azufreros de Ollagüe, lo auténtico y lo decadente se de nirían entonces
no en su condición de entidad material estable, sino en la condición de los objetos de ser del pasado
en el presente, en lo que Cornelius Holtorf (2013) de ne como pastness, pero sobre todo en las
nuevas relaciones y experiencias que se establecen en adelante.
De lo anterior se deriva el interés de contextualizar la materialidad arqueológica bajo su carácter
biográ co, que ponga en relieve ese tipo de relación en términos de su nueva temporalidad. La
noción de biografía social y cultural de los objetos está tomada del ya clásico modelo de análisis de
la materialidad propuesto por Kopyto (1986), quien planteó que los objetos no deben entenderse
solamente como elementos  jos en un momento de su vida, sino que estos contienen una biografía
propia con continuidades y transformaciones particulares. Desde entonces, el modelo ha sido
desarrollado para el análisis arqueológico de objetos (Bonnot 2004; Hoskins 1998; Marshall y
Gosden 1999; Shanks 1998), pero también de sitios (Roymans 1995; Vilches 2011). Sin embargo,
13 la noción de que las ruinas son espacios de desechos, que no contienen nada, o nada de valor, y que están saturadas
de negatividad como espacios de peligro, delincuencia, fealdad y desorden (la traducción es nuestra)
14 según un enfoque basado en valores, se considera que la autenticidad pertenece al pasado y que está asociada
principalmente al tejido (material) de un sitio (la traducción es nuestra)
15 según un enfoque de patrimonio vivo, la autenticidad está en el presente, y está asociada principalmente a la
asociación (intangible) de las comunidades con un sitio (la traducción es nuestra).
16 | Francisco Rivera, Rodrigo Lorca y Paula González
para algunos autores, el interés debe ir dirigido también hacia las genealogías en lugar de las
biografías de las cosas (González-Ruibal 2008). Es decir, no solamente de aquellas que van del
consumo a la producción de la materialidad, sino también de aquellas genealogías que se mueven en
un rango más amplio, por ejemplo, entre el consumo y la destrucción, lo cual permitiría desnudar las
estructuras tanto de las relaciones sociotécnicas como de las relaciones de poder que las constituyen
(González-Ruibal 2008).
Lo interesante de ambas perspectivas es percatarse que los usos cientí cos considerados en el
sentido más amplio como biográ cos o genealógicos van más allá de los límites tradicionales de un
solo método, y particularmente de un enfoque único, para articular con otras formas narrativas en
un constante proceso de hibridación disciplinario (Fabre et al. 2010). Las nuevas formas narrativas
se presentan entonces como una alternativa en una búsqueda en la que el investigador no detentaría
el monopolio ni de la interpretación ni de la gestión patrimonial. Ha sido ya demostrado el hecho
que al ser considerados de interés arqueológico y categorizados como monumentos históricos, a
los sitios industriales les será infundida la retórica de la memoria o cial y, como resultado, serán
categorizados en adelante como un objeto patrimonial de interés nacional16. Holtorf y Ortman
(2008: 86) van más allá, al sugerir incluso que: “archaeological sites are not being saved because they
are valued, but rather they are valued because they are being saved”17. En ese sentido, se generan dos
efectos que merecen la atención: el primero es la intervención arqueológica, la cual nos involucra
también en la biografía de los sitios y sus vestigios, como otro evento histórico de su temporalidad
(Rivera y Lorca 2010). El segundo, son las intenciones que orientan estas nuevas formas narrativas
y las subsecuentes respuestas del Estado y sus instituciones, entre otros agentes. Siguiendo a Godoy
(2014: 73), uno de estos tiene que ver con “el auge del consumo que convierte la cultura en un
bien transable que inserta la patrimonialización en la lógica de la globalización, sobrepasando los
móviles del Estado-Nación”, generando igualmente un desequilibrio que se reproduce como parte
de lo que el autor llama “una devaluación de lo que se comprende como ‘histórico’” (Godoy 2014:
74). En otras palabras, del sacri cio de lo histórico en favor de lo mnemónico y lo conmemorativo
(Rie 2017).
En ese marco, el campamento minero de Amincha se presenta como un ejemplo interesante de
análisis. El sitio, ubicado a 12 km del pueblo de Ollagüe, se ha convertido con el tiempo en uno de
los lugares más emblemáticos de la comuna, debido fundamentalmente a la excelente conservación
de sus sectores habitacionales y laborales (Figura 1). Su historia se remonta a 1913, cuando el
empresario minero Juan Carrasco comenzó con las operaciones y construyó en Ollagüe el primer
autoclave que se conoció en Chile. En 1933, se fundó la Sociedad Industrial Azufrera Minera
Carrasco S.A. (S.I.A.M. Carrasco) con un capital de $9.200.000 pesos chilenos. No obstante, desde
1935 a 1939, la empresa transitó por un período de grandes di cultades  nancieras, lo que necesitó
de la ayuda de préstamos de la Caja de Crédito Minero18, uno de ellos estimado en $5.000.000 pesos
chilenos de la época (de Wijs 1943). Uno de estos préstamos permitió la instalación de una nueva
planta de procesamiento, construida en 1935, la cual se convirtió rápidamente en uno de los íconos
16 Hamilakis (2007), entre otros, expone la problemática de cómo la arqueología ha sido utilizada como un dispositivo
para materializar la idea de nación.
17 los sitios arqueológicos no se conservan porque se valoran, sino que se valoran porque se conservan (la traducción
es nuestra).
18 La Caja de Crédito Minero se creó el 12 de enero de 1927, por ley N° 4112 publicada el 18 de enero de 1927 en
el Diario O cial. Se trata de una institución estatal que buscó el fomento del bene cio de todos los minerales explotables
del país, a través de préstamos y de la creación de iniciativas privadas y empresas nacionales (Schroeder Fergie 1943).
Post-preservación industrial en Ollagüe: un breve elogio de la decadencia | 17
del desarrollo (y de la decadencia) de la industria azufrera de la región. En su edición del domingo
31 de marzo de 1935, el diario El Mercurio informaba así sobre este acontecimiento y el presupuesto
que la Caja de Crédito Minero destinaba para la instalación de esta planta bene ciadora. El texto
señala:
“Ante numerosas peticiones de azufreras, especialmente de la Provincia de Antofagasta, elevadas
a la Caja de Crédito Minero, solicitando préstamos para continuar la exportación de los yacimientos
y re nar en seguida los caliches de azufre, ese organismo acordó la creación de una planta
bene ciadora. En efecto, y a  n de que tenga carácter regional, será instalada en la Provincia de
Antofagasta y ubicada en el punto denominado ‘Amincha’, en la región de Ollagüe donde se ha
comprobada la existencia de enormes cantidades de ese caliche. Para la instalación de dicha planta
se acordó destinar la cantidad de $3.000.000, en atención a que la Caja cuenta ya con gran parte
de las instalaciones. En cuanto a las numerosas solicitudes de préstamos sobre azufre se acordó en
ese organismo no tramitar ninguna petición por considerar que en las ya hechas y las acordadas hay
invertida una cantidad de dinero su ciente en relación con el capital de la Caja”.
Figura 1. Ruinas actuales de la planta industrial de Amincha.
Amincha, hoy, es un sitio que continúa siendo propiedad privada de la familia Carrasco, antiguos
empresarios mineros del azufre y dueños del actual campamento. Así ha permanecido desde el
cierre de sus actividades en 1992. Este campamento, el de mayor tamaño de la comuna, albergó
alrededor de 300 personas en sus años de mayor auge. Su actual estado de conservación se explica
porque los propietarios mantienen un control indirecto, a través de cuidadores y habitantes del
pueblo que recalcan continuamente que se trata de propiedad privada. El sitio se inserta en la
18 | Francisco Rivera, Rodrigo Lorca y Paula González
discusión de dos maneras muy interesantes; primero, en las formas y los problemas de trabajar
patrimonialmente un sitio que es actualmente un recinto privado. Por un lado, el sitio es propiedad
de la familia Carrasco, y su buena conservación se debe en gran medida al resguardo de esta durante
los años, preservándolo para el futuro, quizás con la esperanza de que puede volver a ser utilizado
como campamento. Por otro lado, Amincha cada día se va degradando en un lento proceso de lo
que Olsen y Pétursdóttir (2014) llaman ruination. Ambos procesos, tanto el resguardo con  nes
económicos como la ausencia de una política patrimonial o cial que lo preserve, posibilita evaluar
y explorar los cambios y las trasformaciones de estos nuevos espacios vacíos o intersticios materiales
del sitio que, por un lado, no pueden ser protegidos siguiendo las directrices tradicionales y, por
otro lado, que se van inevitable y lentamente degradando. Amincha, y los campamentos azufreros
de la comuna de Ollagüe, nos permiten entender por lo tanto cómo la política patrimonial y las
prácticas de memoria implican siempre la intención de evocar experiencias y, sobre todo, de hacerlo
de manera coherente. Esta misión se complica cuanto más próximos y conectados estamos con ese
pasado, y los restos materiales de Amincha demuestran hasta qué punto la historia de la explotación
de azufre en Ollagüe se encuentran en un extremo de la temporalidad: por su proximidad con el
presente, los sitios no se encuentran lo su cientemente alejados para estar orientados en un discurso
sobre el pasado (González-Ruibal 2017).
Por consiguiente, es interesante evaluar cómo estos nuevos enfoques reconsideran las
temporalidades del registro material y crean un nuevo vínculo entre el pasado y el presente. Haciendo
una analogía de la cultura material con la vida (y muerte) humana, algunos autores utilizan el
paralelo conceptual para forzarnos así a pensar las estructuras arquitectónicas y los objetos como
entidades con su propia biografía o genealogía. En ese sentido, es importante destacar la re exión
dirigida a los efectos que esta tiene en nuestras concepciones de lo que debe ser preservado o no de
esa vida material, ya que obliga a pensar en un mundo no de entidades terminadas, pero en procesos
en constante movimiento. Para Ingold (2010:164):
“persistent thing have no point of origin. Rather, they seem to be originating all the time (…) Think
of the life of the person, too, as a process without beginning or end, punctuated but not originated or
terminated by key events such as birth and death, and all the other things that happen in between”
19
.
Es decir, la idea de un continuo devenir material implica que los vestigios cambian nuestra idea
de un pasado único y estático. Los objetos se desintegran y desaparecen, se reforman y regeneran
en otras entidades, para moverse entre diferentes temporalidades, abriendo y activando el pasado al
movimiento y la interpretación.
Al exponer otras formas de abordar las aproximaciones a la conservación patrimonial que existen
actualmente, y cómo la investigación arqueológica puede contribuir desde la lectura de los datos
biográ cos y genealógicos de la materialidad, probablemente otra arqueología de la decadencia
pueda también ser capaz de reevaluar la importancia de los contextos culturales e históricos en
la constitución, por ejemplo, de identidades y representaciones del pasado (Fabre et al. 2010). En
la actualidad, este enfoque basado en los datos biográ cos (tanto orales como materiales) ha sido
crucial en otros ámbitos de la investigación, como por ejemplo para los estudios sobre traumatismos
generados por con ictos, guerras, dictaduras y contextos de represión política, demostrando así la
19 lo persistente no tiene punto de origen. Más bien, parece originarse todo el tiempo (...) Piensa en la vida de una
persona, también, como un proceso sin principio ni  n, puntuado pero no originado o terminado por eventos clave como
el nacimiento y la muerte, y todas las otras cosas que pasan entremedio (la traducción es nuestra).
Post-preservación industrial en Ollagüe: un breve elogio de la decadencia | 19
importancia de la investigación arqueológica en la identi cación de aspectos silenciados en el seno de
los datos materiales (Fuenzalida 2017; González-Ruibal 2013; Larkin y McGuire 2009; San Francisco
et al. 2012; Starzmann 2015; Zarankin y Niro 2006; entre otros). Evidentemente esto no es nuevo en
términos disciplinarios, pero se entiende como una estrategia que va dirigida a poner en cuestión
el paradigma patrimonial tradicional, porque justi ca la necesidad de adaptar las metodologías de
preservación según los contextos locales, especialmente éticos, con el  n de estudiar otros aspectos de
la comunicación y de la materialidad en términos de las transiciones a lo decadente. De hecho, no es
nada novedoso tampoco subrayar la importancia de los silencios y las ausencias, siendo ellos también
formas de comunicación, como datos arqueológicos fundamentales (Buchli 2016).
Decadencia IV: post-preservación
Hace algunos meses ocurrió en Chile un hecho que merece la atención y un pequeño espacio
de discusión en el marco del ejemplo que fue expuesto sobre el campamento azufrero de Amincha.
El 1 de junio de 2017, la empresa arrendataria de las instalaciones de la emblemática fábrica
Bellavista Oveja Tomé, ubicada en la región del Biobío, el Grupo Sabat, bajo el consentimiento del
propietario, el Banco de Chile, presentó un requerimiento de inaplicabilidad que ponía en duda la
constitucionalidad del artículo 12 de la Ley N°17.288 de Monumentos Nacionales. El objetivo era
evitar la declaración de monumento histórico de este inmueble, y así poder cambiar el uso del suelo
y construir nuevos departamentos en el lugar. Dicho artículo señala lo siguiente:
“Si el Monumento Histórico fuere un inmueble de propiedad particular, el propietario deberá
conservarlo debidamente; no podrá destruirlo, transformarlo o repararlo, ni hacer en sus alrededores
construcción alguna, sin haber obtenido previamente autorización del Consejo de Monumentos
Nacionales, el que determinará las normas a que deberán sujetarse las obras autorizadas. Si fuere un
lugar o sitio eriazo, éste no podrá excavarse o edi carse, sin haber obtenido previamente autorización
del Consejo de Monumentos Nacionales, como en los casos anteriores”.
A pesar de que el 18 de julio de 2017 el Tribunal Constitucional emitió un fallo que rechazaba
el requerimiento, este de ser aprobado ponía en entredicho todos los Monumentos Nacionales que
fueran de propiedad privada. Las consecuencias hubieran sido nefastas. Sin embargo, este hecho
demostró que el vínculo de dependencia entre el signi cado y lo material es tan frágil que merece
que re exionemos sobre otras formas de preservación que eviten la desaparición del primero a
causa del segundo. Lo anterior puede explicarse, principalmente, porque persiste aún hoy en nuestro
paradigma patrimonial la presunción de que el sentido y el signi cado de un sitio o un vestigio se
debe asegurar únicamente, y como sea posible, a través de su permanencia física (por ejemplo, detrás
del vidrio de una exhibición museográ ca o guardado en una caja en un depósito de museo).
Para evitar ese tipo de supuestos vacíos legales y fragilidades teóricas, lo que un nuevo paradigma
patrimonial sugiere es que los sitios y los vestigios materiales generan signi cado no sólo en su
preservación, sino también en su carácter propio de ruina y en su lento proceso de degradación.
¿Qué posibilidades surgen cuando se adopta una perspectiva que privilegia el cambio y no la
estabilidad? Como lo señala DeSilvey (2017:149):
20 | Francisco Rivera, Rodrigo Lorca y Paula González
“while e orts should be made to avoid unnecessary destruction and deterioration, where loss
of integrity was unavoidable, there could be ways of interpreting change and transformation that
deepened, rather than diminished, our understanding of the site’s history”20.
En este punto habría que hacer la salvedad y subrayar la diferencia entre la destrucción de
sitios por causas naturales y aquella causada por acciones antrópicas deliberadas, que para algunos
autores les resta importancia a los procesos de degradación de la ruina como tal (Simmel 1958).
En Chile esto último implica otros contextos y problemas como son, entre otros, los proyectos de
intervención en el marco de estudios de impacto ambiental, cuya discusión tiene que ver menos
con el aporte a la re exión teórica, que con la necesidad de soluciones metodológicas inmediatas
(protección a través de cercado de sitios, instalación de señalizaciones, actividades de capacitación,
etc.).
Si aceptamos que los procesos de envejecimiento y descomposición pueden ser un aspecto
positivo y no sólo destructivo, entonces por qué no aceptar también que existen otras formas de
aproximación, de narrativas y de reorientación de políticas a los sitios y sus vestigios que pueden
complementarse para asegurar su preservación. Desde hace varios años son conocidas las propuestas
de nuevas nociones, más complejas y menos uniformes, de identi cación de la materialidad
como un proceso mutable y contingente que cuestionan aquellos enfoques teóricos que sitúan
la identidad de un objeto en su forma material  ja, es decir estable y terminada (Ingold 2010;
Lucas 2002). En estas nuevas miradas, se entiende la materialidad más como un proceso y menos
como una entidad invariable en una forma física permanente. En palabras de Ingold (2010:164),
“the locus of creativity not in the novelty of conception, to be uni ed with substance, but in the
form-generating potentials of the life process, or in a word, in growth”21. Lo anterior permite que
podamos relacionar la materialidad con lo que Harrison (2015) identi ca en aquellas políticas en
que los actores humanos y no-humanos forman un colectivo, orientado al becoming (devenir) y no
al being (ser). En otras palabras, en una articulación de lo cultural y lo natural que ponga énfasis en
el cambio y en la transformación, y no sólo en la preservación y en la persistencia.
En ese sentido, es interesante encontrar un hecho importante ocurrido en Chile el 25 de junio
de 2016. Ese día, el Diario O cial publicó la promulgación de la Ley N°20.930, que establece el
Derecho Real de Conservación Medioambiental (Ubilla 2002). Esta nueva ley señala en su artículo
2, lo siguiente:
“el derecho de conservación es un derecho real que consiste en la facultad de conservar el
patrimonio ambiental de un predio o de ciertos atributos o funciones de éste. Este derecho se
constituye en forma libre y voluntaria por el propietario del predio en bene cio de una persona
natural o jurídica determinada”.
Es decir, pone énfasis en el derecho privado a la conservación de la biodiversidad. Además, la ley
(Ley N°20.930:Resumen) considera que:
20 si bien se deben hacer esfuerzos para evitar la destrucción y el deterioro innecesarios, en los casos en que la pérdida
de integridad es inevitable, puede haber formas de interpretar el cambio y la transformación que profundicen, en lugar de
disminuir, nuestra comprensión de la historia del sitio (la traducción es nuestra).
21 el lugar de la creatividad no en la novedad de la concepción, para ser uni cada con la sustancia, sino en las potenciales
formas generadoras del proceso vital o, en una palabra, en el crecimiento (la traducción es nuestra).
Post-preservación industrial en Ollagüe: un breve elogio de la decadencia | 21
“en virtud de este derecho real, organizaciones privadas, pueblos originarios, pueden declarar
tener un área dentro de su propiedad o concesión para que sea conservado hacia el futuro, con lo
que se permite enriquecer las áreas prioritarias para la biodiversidad detectadas en Chile, pero que
no están bajo protección, o sea bajo parque, reserva, santuario u otra fórmula”.
En ese marco se abre la posibilidad de abordar, en términos teóricos, algunos de los aspectos más
ambiguos de la presencia material y su inevitable desaparición, aceptando que los sitios y sus vestigios
materiales no son entidades discretas, sino elementos materiales con ciclos continuos de articulación
y desarticulación entre ellos, y entre ellos y otras entidades, particularmente medioambientales
(Figura 2). En palabras de DeSilvey (2017:35):
“cultural remembering proceeds not through re ection on a static memorial remnant but
through a process that slowly pulls the remnant into other ecologies and expressions of value,
accommodating simultaneous resonance of death and rebirth, loss and renewal”22.
Figura 2. Antiguas instalaciones del campamento azufrero de Puquios, asociadas a una vega natural.
En términos prácticos, esta perspectiva más abierta e inclusiva con otros elementos patrimoniales
puede ser favorable a la misma preservación de los restos arqueológicos. La protección de la
biodiversidad asociada a los sitios históricos e industriales puede tener consecuencias directas sobre
la protección de los bienes culturales arqueológicos-históricos, articulando nuevas posibilidades de
participación e interpretación (Lowenthal 2005). Asimismo, permitiría fortalecer la protección de la
22 la memoria cultural no se lleva a cabo a través de la re exión sobre un remanente conmemorativo estático, sino a
través de un proceso que lentamente arrastra el remanente hacia otras ecologías y expresiones de valor, acomodando la
resonancia simultánea de la muerte y el renacimiento, la pérdida y la renovación (la traducción es nuestra).
22 | Francisco Rivera, Rodrigo Lorca y Paula González
materialidad del pasado reciente frente a las (supuestas) fragilidades legales, ya expuestas por ejemplo
por los abogados del Grupo Sabat. Como bien lo subraya Simmel (1958:380):
“the ruin of a building (…) means that where the work of art is dying, other forces and forms,
those of nature, have grown; and that out of what of art still lives in the ruin and what of nature
already lives in it, there has emerged a new whole, a characteristic unity”23.
La preservación de esa nueva unidad de transición de una entidad cultural-natural merece bien
una discusión disciplinaria.
Al igual que los ciclos de la vida, los sitios arqueológicos industriales de Ollagüe deben ser
considerados como entidades culturales y naturales que nacen, viven y mueren (e incluso resucitan)
(DeSilvey 2017:159). El enfoque de una post-preservación que guíe el trabajo de cuidado
patrimonial con una perspectiva sobre la persistencia y no sobre la preservación, permitiría imaginar
propuestas que consideren el patrimonio industrial ollagüino como un proceso creativo en el cual el
cambio puede  nalmente fundar algo nuevo. En palabras de Poulios (2010:181), una aproximación
al patrimonio vivo:
“accepts that, even if the physical, material structure of a site may be harmed, its authenticity
is not actually harmed as long as the process of creation, in accordance with its original function,
continues”24.
Desde este nuevo punto de partida se abre el desafío a una arqueología industrial que pueda
cuidar sin controlar, preservar sin manipular y conservar sin monopolizar (Rivera y Lorca 2010).
En términos de gestión y con una mirada puesta sobre las transferencias de conocimiento a las
comunidades locales, quizás podría ser más interesante un enfoque sobre los procesos de degradación
y transformación continua de los sitios y vestigios, y no sólo la búsqueda estéril de un estado
primigenio que no existe salvo en la imaginación. Con respecto a esto último, algunos autores han
advertido sobre los riesgos que implica el interés y la búsqueda de aquellas formas originarias que las
ruinas invitan a imaginar, los cuales han generado también que estas se utilicen para justi car nuevas
formas de colonización y exclusión, así como el retorno de viejas desigualdades socioeconómicas
(Dean 2011).
En Chile, el contexto neoliberal de políticas cortoplacistas de desarrollo económico bajo lógicas
extractivas ha derivado en la destrucción sistemática de innumerables sitios arqueológicos, tanto
prehispánicos como históricos. En nuestro caso, lo anterior nos obliga a reconsiderar el continuo
temporal de los sitios y el rol que cumplen los bienes culturales industriales. ¿Están condenados
los materiales recuperados a la oscuridad de una bodega como el punto  nal de su biografía?
Aventuramos algunas críticas: por un lado, la post-preservación y sus propuestas asociadas nacen y se
discuten en contextos muy diferentes del paisaje industrial de Ollagüe. Las bases teóricas provienen
del mundo anglosajón, y aquello podría entenderse como otra forma de intervención acrítica
de re exiones alejadas de nuestras realidades. Por otro lado, es cierto también que el hecho de
23 la ruina de un edi cio (...) signi ca que donde la obra de arte está muriendo, otras fuerzas y formas, las de la
naturaleza, han crecido; y que de lo que del arte todavía vive en la ruina y de lo que de la naturaleza ya vive en ella, ha
surgido un todo nuevo, una unidad característica (la traducción es nuestra).
24 acepta que, aun cuando la estructura física y material de un sitio pueda resultar perjudicada, su autenticidad no se
vea perjudicada mientras continúe el proceso de creación, de acuerdo con su función original (la traducción es nuestra).
Post-preservación industrial en Ollagüe: un breve elogio de la decadencia | 23
privilegiar una perspectiva de no-intervención por sobre una perspectiva activa de preservación
y restauración podría mal entenderse como otra perversa forma del laissez-faire de la actual lógica
económica neoliberal, y de la especulación  nanciera e inmobiliaria (DeSilvey 2017).
Lo anterior puede ser ilustrado con diversos ejemplos, como la reciente demolición de la
emblemática Villa San Luis de la comuna de Las Condes en Santiago, días antes de su declaración
como monumento nacional. No obstante, sería posible ver esta pérdida como una oportunidad y no
como un fracaso (menos como una auto agelación disciplinaria), si aceptásemos que los signi cados
no dependen solamente del paradigma que sitúa el valor histórico en el imaginado estado original
de una estructura. ¿Es posible, en casos emblemáticos, desacoplar la memoria de su dependencia en
la estabilidad material? Algunos autores han postulado que la amnesia cultural no necesariamente
tiene que ver (y no debería) con la destrucción material, y que un trabajo sobre lo inmaterial y
la ausencia puede paradójicamente abrir la puerta y digni car la persistencia de la memoria y el
signi cado asociados a esas estructuras y vestigios perdidos (Buchli 2016; Connerton 1989; Forty y
Küchler 1999; Pétursdóttir 2013). Tal es el caso, entre otros, de las estrategias adoptadas frente a las
destrucciones de monumentos emblemáticos como, por ejemplo, la iglesia medieval de Fantfoft en
Noruega (Williams 2012) o de los Budas de Bāmiyān destruidos por los talibanes (Meskell 2002).
Como bien lo señala DeSilvey (2017:5):
“the disintegration of structural integrity does not necessarily lead to the evacuation of meaning;
process of decay and disintegration can be culturally (as well as ecologically) productive; and in
certain contexts, it is possible to look beyond loss to conceive other ways of understanding and
acknowledging material change”25.
En esa misma línea, un énfasis puesto en material fossilisation of heritage (fosilización material)
(Jones 2006:121) o en una musealization (musealización) monolítica (Meskell 2002:560), puede
obstaculizar e impedir ver aquellas formas en la que también producimos signi cados a través de las
dinámicas de la vida social y, principalmente orgánica, de los sitios y sus vestigios.
Los sitios azufreros de Ollagüe demuestran que al mismo tiempo que sus instalaciones
abandonadas se vuelven cada vez menos legibles como objetos patrimoniales debido a su constante
degradación, se hace posible sin embargo leer de ellas otras narrativas de sus restos: por ejemplo,
desde una biografía y una genealogía de los materiales de construcción ( erros, cemento, ladrillos
o piedras) utilizados en las instalaciones y estructuras arquitectónicas desmanteladas (Edensor
2013), pero que siguen continuamente siendo reutilizados en otros lugares. Así entonces, la historia
asociada a la explotación de azufre persiste y la ausencia material, cada día más evidente, produce
nuevos discursos y nuevas tensiones. Lo anterior puede inferirse de un gra ti registrado en uno de
los recintos del sector habitacional del campamento Buenaventura. En uno de los muros se puede
leer el mensaje “Roger q ladrón te demandaremos esto es patrimonio alguien te castigará mañoso”.
Lo interesante de este tipo de registro radica en las formas en las cuales se reproducen los discursos
patrimonialistas en concordancia con aquellas directrices o ciales, legalistas y centralistas de lo que
se considera como patrimonio (Figura 3). Es interesante también notar cómo estos discursos se
complementan, en el sentido de que este enfrentamiento se realiza en el propio sitio: al acusar un
25 la desintegración de la integridad estructural no conduce necesariamente a la evacuación del signi cado; el proceso
de decadencia y de desintegración puede ser culturalmente (así como ecológicamente) productivo; y en ciertos contextos,
es posible mirar más allá de la pérdida para concebir otras formas de entender y reconocer el cambio material (la
traducción es nuestra).
24 | Francisco Rivera, Rodrigo Lorca y Paula González
tipo de intervención (desmantelamiento) se elige otro tipo de intervención (gra ti). Lo anterior
obliga a matizar la connotación negativa del sitio como entidad  ja e intocable, y particularmente
su desmantelamiento y su desarme. Esa necesidad abre así la posibilidad de entender el cambio “not
as loss but as a release into other states, unpredictable and open”26 (DeSilvey 2017:3).
Con todo, el presente texto se justi ca en la medida que nos empuja al desafío de enfrentar ese
tipo de tensiones, y a examinar los equilibrios para otra arqueología de la decadencia, en nuestro
caso de contextos industriales, que sea crítica con su propia práctica y con los múltiples pasados
que busca entender. Es evidente que lo anterior es mucho más fácil en la teoría que en la práctica
y en el papel que en el terreno, pero debido precisamente a ello es que vale la pena explorar y
experimentar nuevas narrativas de preservación que además de la protección y restauración, puedan
poner de relieve el cambio y la degradación de los elementos materiales y naturales como aspectos
importantes de la biografía y genealogía de los sitios. No se trata de elegir una estrategia de
preservación por sobre otra, pero de re exionar acerca de las posibilidades que nos ofrece una
nueva mirada frente a la reacción universalista, vertical y unidireccional del paradigma tradicional
de preservación patrimonial, la cual implica siempre una enajenación de espacios, objetos y prácticas
que de una u otra manera están incorporadas en la vida social de las comunidades locales (Herzfeld
2015).
Figura 3. Mensajes en las paredes de una casa en el sector habitacional, campamento Buenaventura.
26 no como una pérdida sino como una liberación a otros estados, impredecible y abierta (la traducción es nuestra).
Post-preservación industrial en Ollagüe: un breve elogio de la decadencia | 25
Consideraciones  nales
En síntesis, las ideas expuestas no pretenden justi car, en ningún caso, la idea de no-intervención
como aquella única forma de abordar los problemas de la protección del patrimonio cultural en
general, e industrial en particular. Por el contrario, se ha querido mostrar que debemos proponer
alternativas para pensar e imaginar otras formas de abordar la transición de los múltiples pasados
a los posibles futuros en los contextos de continua degradación y pérdida cultural a los cuales
nos enfrentamos actualmente: “when we contemplate ruins, we contemplate our own future”27
escribe Christopher Woodward (2001:2). Desde esa posición, es importante ofrecer elementos
que enriquezcan la discusión sobre otras formas de conceptualizar la preservación del patrimonio
industrial28. Se trata, nalmente, de sacudir la inercia de nuestras convicciones y de volver a situar la
ambigüedad en nuestra comprensión de la cultura material industrial. En de nitiva, de posicionar la
ambivalencia de nuestras directrices, el bamboleo de nuestras discusiones, lo dubitativo de nuestras
decisiones, y las contradicciones de nuestras reacciones. Todo aquello que también forma parte de
nuestra práctica y que enriquecen nuestra disciplina.
Agradecimientos. Este texto se enmarca en las re exiones derivadas del proyecto “Mineros del
Alto Cielo: Arqueología e Historia en Ollagüe (siglo XX)”,  nanciado por la Social Sciences and
Humanities Research Council-Vanier, Canadá y por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes,
Fondart Regional, Chile. Agradecemos a los editores y evaluadores por sus comentarios, sugerencias
y referencias bibliográ cas.
Referencias citadas
Andreassen, E., H.B. Bjerck y B. Olsen. 2010. Persistent memories: Pyramiden - A Soviet mining town in
the High Arctic. Tapir Academic Press, Trondheim.
Ayala, P. 2008. Políticas del pasado: indígenas, arqueólogos y Estado en Atacama. Qillqa Ediciones, San
Pedro de Atacama.
Ayala, P., S. Avendaño y U. Cárdenas. 2003. Vinculaciones entre una arqueología social y la comunidad
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27 cuando contemplamos ruinas, contemplamos nuestro propio futuro (la traducción es nuestra).
28 Concordamos con uno de los evaluadores quien nos recuerda oportunamente lo problemático, y quizás anacrónico,
de la utilización de un concepto como patrimonio en una propuesta que efectivamente busca cuestionar sus fundamentos.
26 | Francisco Rivera, Rodrigo Lorca y Paula González
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Instrucciones a los Autores | 139
Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología
El Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología es una publicación anual fundada en 1984
y editada por la Sociedad Chilena de Arqueología. Tiene como propósito la difusión de avances,
resultados, re exiones y discusiones relativos a la investigación arqueológica nacional y de zonas
aledañas. Las opiniones vertidas en este Boletín son de exclusiva responsabilidad de quienes las
emiten y no representan necesariamente el pensamiento de la Sociedad Chilena de Arqueología.
Las contribuciones enviadas serán revisadas por los Editores y al menos dos evaluadores/as
anónimos/as, quienes velarán por la pertinencia y calidad del trabajo y sugerirán su publicación con
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Las versiones  nales de los trabajos aceptados serán publicadas según se desarrolló el proceso
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Instrucciones a los autores
1. Las contr ibuciones de los autores deben ser originales y no estar en proceso de consideración
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2. El Boletín cuenta con una plataforma de publicación en línea (www.boletin.scha.cl), mediante
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tendrán una extensión máxima de 15000 palabras.
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6. Toda contribución deberá contener obligatoriamente las siguientes secciones en el orden
mencionado:
a) Título principal.
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d) Palabras Clave en español (máximo 5).
e) Abstract en inglés (máximo 150 palabras para ARTÍCULOS y 100 para REPORTES).
140 | Boletin de la Sociedad Chilena de Arqueología
f) Keywords en inglés (máximo 5).
g) Texto.
h) Agradecimientos (opcional).
i) Referencias citadas.
j) Listado de Tablas y sus leyendas.
k) Listado de Figuras y sus leyendas.
7. Las contr ibuciones deberán estar escritas en letra Times New Roman tamaño 12, en for mato
.doc o .docx, con interlineado simple y justi cado y con márgenes de 2,5 cm. Los párrafos no
deberán tener sangr ía.
Se deberán numerar las líneas del manuscrito de manera continua, usando la opción números
de línea del Microsoft Word (en Diseño de Página en PC y en Formato/Diseño del Documento
en Mac).
8. El título pr incipal se presentará centrado, escrito capitalizado (letra inicial en mayúscula) y
negr ita. No podrá contener notas de ningún tipo.
9. El nombre del o los/las autores/as irá capitalizado y centrado. En nota al pie de la primera
página, deberá presentarse en el siguiente orden: liación institucional y dirección electrónica.
10. El resumen se titulará capitalizado, centrado y en negrita. A continuación se presentarán las
Palabras Clave (título capitalizado), alineadas a la izquierda y escritas en minúsculas.
11. El abstract se titulará capitalizado, centrado y en negr ita. A continuación se presentarán las
Keywords (título capitalizado), alineadas a la izquierda y escritas en minúsculas.
12. El texto se iniciará sin la palabra introducción.
13. A lo largo del texto los títulos pr imarios se escribirán capitalizados, en negrita y centrados. Los
títulos secundarios deberán ser escritos capitalizados, normal y alineados a la izquierda. Los títulos
terciarios deberán ser escr itos capitalizados, en cursiva y alineados a la izquierda.
14. Los agradecimientos se presentarán al  nalizar el texto y antes de iniciar las referencias
citadas. Se consignará la palabra Agradecimientos capitalizada, cursiva y alineada a la izquierda. A
continuación y en la misma línea, separados por un punto, se anotarán los reconocimientos que el
autor estime. En esta sección corresponde indicar los créditos a las fuentes de  nanciamiento
correspondientes.
15. Se presentará como notas toda aquella información adicional relevante al texto y que
no pueda ser incluida en el mismo. Las notas serán todas a pie de página y deberán numerarse
correlativamente con números arábicos. La nota 1 corresponderá a la  liación institucional y
dirección electrónica del primer autor.
16. Las citas textuales de menos de tres líneas se integran al párrafo, resaltada por comillas
dobles. En los casos en que las citas textuales posean tres o más líneas, se indicarán entre comillas,
separadas del texto en párrafo aparte. Toda cita textual en idioma distinto al español debe ponerse
en su versión original, y en una nota al pie su traducción al español. Seguido a la traducción en la
Instrucciones a los Autores | 141
nota al pie, indicar entre paréntesis quién realizó la traducción, ej.: (traducción de Juan Pérez), o (la
traducción es nuestra) cuando ésta ha sido realizada por los mismos autores del manuscrito.
17. Aparte de los subtítulos terciarios y la expresión et al., el uso de cursivas se usará únicamente
para los nombres cientí cos, palabras y conceptos ajenos al idioma original del manuscrito. El uso
de palabras capitalizadas se reserva exclusivamente para los títulos y los nombres propios.
18. El uso de comillas en el texto se restringe exclusivamente a las citas textuales. Comillas
simples se emplean únicamente para indicar una cita dentro de otra o si hay comillas originales en
el texto que se cita.
19. Las tablas y  guras se indicarán en el texto entre paréntesis, capitalizadas y normal, por
ejemplo: (Tabla 1), (Figura 3). Deberán ser numeradas en el orden en que aparecen en el texto.
Deberá adjuntarse un listado de Tablas y Figuras en formato .doc o .docx con las respectivas leyendas.
20. Las tablas podrán presentarse como archivos separados del texto en for mato .doc, .docx, .xls o
xlsx, o presentarse insertas en el texto mismo, en cuyo caso no deberá ser como imagen.
21. Las guras comprenden fotografías, dibujos y mapas. Estas deberán presentarse en archivos
separados del texto, en escala de grises (publicación en papel) y color (publicación digital), en
formato JPG, TIF, BMP o PNG, con una calidad no infer ior a 300 dpi y un tamaño no mayor a
18 x 14 cm.
22. Las citas en el texto se señalarán en paréntesis y con fuente nor mal. El autor o autores/as y el año
de publicación no deberán separarse con coma. En una cita que contenga más de una referencia,
éstas se ordenarán alfabéticamente y separadas con punto y coma. La expresión et al. (siempre en
cursiva) se utilizará para referencias que tengan más de dos autores. Referencias que tengan el
mismo autor o autores en el mismo año se las distinguirá con las letras a, b, c, etc. Los trabajos en
prensa o manuscritos se indicaran en el texto sólo re riendo al año y sin siglas como Ms.
Por ejemplo: (Castro et al. 2001; Hocquenghem y Peña 1994; Llagostera 1979, 1982; Méndez
2012a, 2012b; Suárez 1981).
23. Los números cardinales serán refer idos con palabras si el valor es inferior a nueve, por
ejemplo: cuatro cuchillos. Si el valor es superior a nueve, se lo referirá con números, por ejemplo: 58
vasijas; excepto al inicio de un enunciado, por ejemplo: “Cincuenta y ocho vasijas…”.
En el caso de los números que corresponden a medidas, éstas irán con números árabigos seguidos
de la abreviación correspondiente sin punto , ejemplos: 5 mm, 5 cm, 5 m, 5 km, 5 msnm, 5 há, 5 m2,
5 kg
24. Los fechados radiocarbónicos que se publiquen por primera vez siempre se deben señalar en
años a.p. sin calibrar, indicando la fecha con un rango de error (sigma), el código de laboratorio y
número de muestra, el material fechado y el valor δ13C de estar disponible. Por ejemplo: 1954±56
a.p., UB 24523, semillas de Chenopodium quinoa, δ13C = -27,9 ‰
Para los fechados radiocarbónicos calibrados se debe indicar tal condición, la cantidad de sigmas
(1 o 2) empleados, junto al programa y curva de calibración utilizados; se puede informar
también la probabilidad de los rangos de edad entregados. Por ejemplo: 48 cal. a.C-3 cal. d.C. (p
142 | Boletin de la Sociedad Chilena de Arqueología
= 0.105) y 10-222 d.C. (p = 0.895) (calibrado a 2 sigmas con el programa CALIB 7.1 [Stuiver et al.
2005] y la curva SHCal13 [Hogg et al. 2013])
25. Los fechados de ter moluminiscencia que se publiquen por primera vez siempre se deben
señalar en años calendáricos (a.C., d.C.), indicando la fecha con un rango de error (sigma), el código
de laboratorio y número de muestra, el material fechado y el año base utilizado. Por ejemplo:
430±130 d.C., UCTL 1537, cerámica, año base 1990.
26. Las coordenadas UTM se expresarán indicando el datum, zona, coordenadas E, coordenadas
norte o sur, separados por coma.
Ejemplos:
WGS84, 19K, 370150 E, 7516040 N
WGS84, 18H, 725638 E, 5812890 S
27. La sección de bibliografía se titulará Referencias Citadas, capitalizado, en negrita y centrado.
Las referencias serán ordenadas alfabéticamente por apellido y en forma cronológica ascendente
para cada autor/a. La información de cada referencia será dispuesta en el siguiente orden: autor/
a(es/as), año, título, imprenta, lugar de publicación. Los/las autores/as deberán escribirse capitalizados.
Se deberá consignar solamente las iniciales de los nombres de los/las autores/as; cuando haya más
de un/a autor/a, solamente para el primero deberá aparecer el apellido antes que el nombre. A
continuación y en la misma línea, separados por un punto, se indicará el año, título del trabajo y el
resto de las referencias. Sólo la primera palabra del título deberá ir capitalizada. El título de la revista,
libro o monografía deberá aparecer en cursiva y no estar escrita usando abreviaturas.Todos los artículos de
revista o capítulos de libro deben anotar los números de página correspondientes.
Ejemplos:
- Libro:
Binford, L. 1981. Bones: ancient men and modern myths. Academic Press, New York.
-Libro editado, compilado o coordinado:
Se indicará al autor o autores como “(ed.)”, “(eds.)” según corresponda.
Flannery, K. (ed.) 1976. The Early Mesoamerican Village. Academic Press, New York.
- Artículo en revista:
Legoupil, D., C. Lefèvre, M. San Román y J. Torres. 2011. Estrategias de subsistencia de cazadores
recolectores de Isla Dawson (Estrecho de Magallanes) durante la segunda mitad del Holoceno:
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- Capítulo en libro:
Schiappacasse, V., V. Castro y H. Niemeyer. 1989. Los Desar rollos Regionales en el Norte Grande de
Chile (1000 a 1400 d.C.). En: Prehistoria. Desde sus orígenes hasta los albores de la conquista, editado
por J. Hidalgo, V. Schiappacasse, H. Niemeyer, C. Aldunate e I. Solimano, pp. 181-220. Editorial
Andrés Bello, Santiago.
- Actas de Congreso como volumen propio:
Instrucciones a los Autores | 143
Dillehay, T. y A. Gordon. 1979. El simbolismo en el or nitomor smo mapuche: La mujer casada
y el “ketru metawe”. Actas del VII Congreso Nacional de Arqueología Chilena, Volumen I, pp. 303-316.
Editorial Kultrún, Santiago.
- Actas de Congreso como parte de una publicación periódica:
Núñez, P. 2004. Arqueología y cambio social: Una visión de género y materialismo histórico
para el Norte de Chile. Actas del XV Congreso Nacional de Arqueología Chilena / Chungara Revista
de Antropología Chilena 36 Volumen Especial, Tomo I, pp. 441-451. Universidad de Tarapacá, Arica.
- Memorias, Tesis o Disertaciones de grado o título:
Artigas, D. 2002. El sueño esculpido: arte rupestre y memoria del mito en el valle de Canelillo, Provincia
de Choapa. Memor ia para optar al título de arqueólogo. Departamento de Antropología, Facultad de
Ciencias Sociales, Universidad de Chile, Santiago.
- Manuscritos en prensa:
Se indicará de acuerdo a la categoría correspondiente (libro, artículo en revista, capítulo en libro
u otro), para  nalizar con el término En prensa.
Sanhueza, J. 2005. Registro de un cementerio del periodo Formativo en el oasis de Pica (Desierto
de Tarapacá). Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología. En Prensa.
- Manuscrito inédito:
Se indicará su institución depositaria y su condición de manuscrito.
Gaete, N. 2000. Salvataje Sitio 10 PM 014 “Monumento Nacional Conchal Piedra Azul”. Informe
Segunda Etapa. Volumen 3. Archivo Consejo de Monumentos Nacionales, Santiago. Manuscrito.
- Sitios o Documentos WEB:
Se indicará de acuerdo a la categoría correspondiente (libro, artículo en revista, capítulo en libro
u otro), señalando la fecha de consulta más reciente.
Stuiver, M., P. Reimer y R. Reimer. 2005. CALIB 5.0. [WWW program and documentation].
http://intcal.qub.ac.uk/calib/manual/index (1 agosto 2015).
BOLETIN
SOCIEDAD CHILENA DE ARQUEOLOGÍA
48
Diciembre 2018
BOLETÍN SOCIEDAD CHILENA DE ARQUEOLOGÍA 48
Índice
ARTÍCULOS
POST-PRESERVACIÓN INDUSTRIAL EN OLLAGÜE: UN BREVE ELOGIO DE LA DECADENCIA
Francisco Rivera, Rodrigo Lorca y Paula González
BARRERAS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA ARQUEOLOGÍA PATAGÓNICA Y MÁS ALLÁ...
Luis Alberto Borrero
LA PERSPECTIVA EN EL ARTE RUPESTRE. REFLEXIÓN A PARTIR DE LA TRADICIÓN
NATURALISTA DE LA PRECORDILLERA DE ARICA
Marcela Sepúlveda
ARCHÄOLOGISCHES AUS VALDIVIA DEL DOCTOR CARLOS KELLER
Ignacio Helmke y Margarita Alvarado
REPORTES
MÁS SUREÑO QUE LOS POROTOS: PRIMEROS FECHADOS 14C AMS PARA EL SITIO CUEVA
DE LOS CATALANES
Roberto Campbell, Constanza Roa y Francisca Santana-Sagredo
REVISITA A LOS PETROGLIFOS DE GATICO, TOCOPILLA
Benjamín Ballester
TRIBUNA
INTRODUCCIÓN, NOTAS Y TRADUCCIÓN DE UN TEMPRANO TRABAJO DE PITT-RIVERS
SOBRE ARTEFACTOS DE PATAGONIA
Alfredo Prieto
SOBRE UNA SERIE DE CERCA DE DOSCIENTAS PUNTAS DE FLECHA, LASCAS,
RASPADORES Y BARRENOS DE PEDERNAL Y SÍLEX, DEL RÍO NEGRO, PATAGONIA; CON
ALGUNOS COMENTARIOS SOBRE LA ESTABILIDAD DE LA FORMA OBSERVABLE EN LOS
IMPLEMENTOS DE PIEDRA
Augustus Lane Fox Pitt-Rivers
COMENTARIO AL TEXTO DE A. LANE FOX (1875) “ON A SERIES OF ABOUT TWO HUNDRED
FLINT AND CHERT ARROWHEADS, FLAKES, THUMBFLINTS, AND BORERS, FROM THE RÍO
NEGRO, PATAGONIA; SOME REMARKS ON THE STABILITY OF FORM OBSERVABLE IN
STONE IMPLEMENTS”
Amalia Nuevo Delaunay
CUATRO JINETES EN LA PATAGONIA: PITT-RIVERS, HUDSON, MUSTERS Y PIGAFETTA
[SOBRE ARQUEOLOGÍA REMOTA, CIENCIA Y LITERATURA]
Daniel Quiroz
COMENTARIOS AL TRABAJO “INTRODUCCIÓN, NOTAS Y TRADUCCIÓN DE UN
TEMPRANO TRABAJO DE PITT-RIVERS SOBRE ARTEFACTOS DE PATAGONIA”
Nora V. Franco
COMENTARIO Y DERIVACIONES DE LA TRADUCCIÓN DE UN ANTIGUO TEXTO SOBRE
COLECCIONES LÍTICAS DE NOR-PATAGONIA
José F. Blanco
TRADUTTORE TRADITORE
Alfredo Prieto
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... While, at first glance, this might appear to be heritage destruction practices, what we see instead is that the removal of materials from these sites is a form of appropriation of local heritage that challenges the authorised and vertical orientation of the heritage discourse (Smith 2006;Rivera, Lorca, and González 2018). The salvaged equipment and materials of the abandoned sites are reused to build or repair houses in the town of Ollagüe. ...
Article
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The Antofagasta region, now part of northern Chile, belonged to Bolivia until the so-called War of the Pacific (1879-1883). Since the end of the nineteenth century, with the irruption of foreign and national capitals, the area witnessed intense industrialisation and mining expansion. Industrial mining modified local communities' livelihoods, social practices, landscapes , and ecologies. Gatico (coast) and Ollagüe (highlands) were two mining centres that agglutinated a significant migrant workforce to produce copper and sulphur, respectively. Now dismantled, both peripheric extractive spaces form an 'industrial topology' structured outside the national margins. Abandoned industrial infrastructures and the chemical debris of mining activities reconfigure the current geopolitics of memory among local communities. Tensions and dissonances emerge from the touristic and economic 'museumification' of these sacrifice zones and their industrial ruins. ARTICLE HISTORY
... Este enfoque se basa sobre el concepto de "cicatrices materiales", las que defino aquí como los restos materiales en un constante proceso de "devenir". A diferencia de la noción romántica, nostálgica y fetichizada de "ruinas", la noción de cicatrices materiales enfatiza menos las condiciones estáticas de abandono de los antiguos campamentos y sitios industriales, priorizando en cambio su investigación como "procesos vivos" de creación y destrucción (Mah, 2012;Rivera, Lorca y González, 2018). Esta perspectiva entiende la materialidad más como un proceso y menos como una entidad invariable en una forma física permanente (DeSilvey, 2017;Harrison, 2015). ...
Book
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Contiene diversos articulos sobre la importancia de los procesos industriales en la arqueologia, especialmente de America.
Thesis
Au Chili, le processus de modernisation qui, au début du XXe siècle, s'est traduit par l'expansion du capitalisme et de l'industrialisation a eu des répercussions économiques et sociales profondes. La culture matérielle associée aux industries minières modernes et leur influence sur les sociétés autochtones ont cependant fait l’objet de très peu d’études archéologiques. Cette thèse s’intéresse à l’exploitation du soufre dans la communauté autochtone quechua d’Ollagüe, située dans la région d’Antofagasta, au Nord du Chili. À partir de la fin du XIXe siècle, après la guerre chilienne contre le Pérou et la Bolivie (1879-1883), la région entama un long processus d'expansion capitaliste lié à diverses activités minières extractives. Les camps miniers, en tant que nouveaux centres de travail, ont fait appel à de nombreux produits, services et travailleurs, entraînant un vaste processus de migration et une augmentation de la population. Dispersées dans le paysage andin d'Ollagüe, à 4000 mètres d'altitude, les ruines de l'extraction minière du soufre témoignent des impacts de l'industrialisation et de l'expansion capitaliste dans la région. L’étude des transformations socioculturelles générées par l'exploitation minière industrielle dans la communauté locale est fondée, dans cette thèse, sur la documentation de trois camps miniers de soufre abandonnés – Buenaventura, Station Puquios et Santa Cecilia. J'explore leur histoire à travers l'étude de l'espace social et de la culture matérielle pour examiner l'identité des travailleurs miniers et de leurs familles, ainsi que leurs conditions de vie et de travail sur les hauteurs des volcans. Soulignant les spécificités de la modernisation et de l'expansion capitaliste du Chili, cette thèse aborde la culture matérielle industrielle en termes de continuités, de fragmentation et de ruptures. Elle vise à rendre visible et à valoriser la culture matérielle moderne associée aux industries minières du XXe siècle. Je soutiens que le processus de modernisation, les ruines industrielles et la culture matérielle du passé récent ont généré des espaces de mémoire qui sont aujourd’hui entrelacés avec les préoccupations contemporaines de la communauté autochtone locale.
Article
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This book surveys an archaeology “in and of the present.” It investigates the challenges and pitfalls of an archaeology of the contemporary world as well as the methodologies for doing it. It consists of a collection of chapters in which authors from within and outside of archaeology reflect on cross-disciplinary concerns. Contributors discuss topics ranging from scale and time to ruins, memory, authenticity, sectarianism, heritage, modernism, and disaster. To extend and complicate the interdisciplinary overviews and archaeological thematics, the book presents in-depth case studies on mobilities, space and place; media and mutabilities; and things and connectivities. Three contributors?representing disciplinary interests in archaeology, geography and photography?produce photo essays in which they reflect on some of the central themes in an archaeology of the contemporary world. The book pursues questions of materiality that appear to owe much to Walter Benjamin's unfinished Arcades Project (2002), a distinctively spatial exploration of the ruins and debris of the arcades of Paris. It also looks at spectacular events as sites of material intensity, including protests and riots, sporting mega-events, and festivals.
Article
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The bibliographic analysis shows limited but important efforts focused on two topics. One about forensic studies developed in the eighties and nineties, in relationship with legal process of crimes against humanity; and the other, centred on current reflection about detention, torture and extermination centres. To take distance from other theoretical lines, this archaeology combines a political choice for a useful praxis, with a critical point of view about traditional epistemology. An example is the study about the horror architecture that shows a promissory development in archaeology works during the Chilean dictatorship to discuss the past, which is very hard to talk for us, within a current context that combines politics, sites and collective memory, legal cases, the heritage rhetoric, among others.
Book
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Since the 1970s, the closure of mines, mills, and factories has marked a rupture in working-class lives. The Deindustrialized World interrogates the process of industrial ruination, from the first impact of layoffs in metropolitan cities, suburban areas, and single-industry towns to the shock waves that rippled outward, affecting entire regions, countries, and beyond. Seeking to hear the “roar ... on the other side of the silence,” scholars from France, Canada, Australia, the United Kingdom, and the United States share their own stories of ruin and ruination and ask others what it means to be working class in a postindustrial world. In Part 1, they explore the ruination of former workplaces and the damaged health and injured bodies of industrial workers. Part 2 brings to light disparities of experiences between rural resource towns and cities, where hipster revitalization often overshadows industrial loss. Part 3 reveals the ongoing impact of deindustrialization on working people and their place in the new global economy. Together, the chapters open a window on the lived experiences of people living at ground zero of deindustrialization, revealing its layered impacts and examining how workers, environmentalists, activists, and the state have responded to its challenges. This volume will appeal to historians, geographers, and social science scholars as well as anyone interested in the issues surrounding capitalist development, urban revitalization, and poverty, class, and community.
Book
Transporting readers from derelict homesteads to imperiled harbors, postindustrial ruins to Cold War test sites, Curated Decay presents an unparalleled provocation to conventional thinking on the conservation of cultural heritage. Caitlin DeSilvey proposes rethinking the care of certain vulnerable sites in terms of ecology and entropy, and explains how we must adopt an ethical stance that allows us to collaborate with-rather than defend against-natural processes. Curated Decay chronicles DeSilvey's travels to places where experiments in curated ruination and creative collapse are under way, or under consideration. It uses case studies from the United States, Europe, and elsewhere to explore how objects and structures produce meaning not only in their preservation and persistence, but also in their decay and disintegration. Through accessible and engaging discussion of specific places and their stories, it traces how cultural memory is generated in encounters with ephemeral artifacts and architectures. An interdisciplinary reframing of the concept of the ruin that combines historical and philosophical depth with attentive storytelling, Curated Decay represents the first attempt to apply new theories of materiality and ecology to the concerns of critical heritage studies. © 2017 by the Regents of the University of Minnesota. All rights reserved.
Article
Archaeologists have long been interested in contemporary material culture, but only recently has a dedicated subfield of archaeology of the contemporary world begun to emerge. Although it is concerned mainly with the archaeology of the early to mid-twentieth and twenty-first centuries, in its explicit acknowledgment of the contemporary archaeological record as multitemporal, the subfield is not defined by a focus on a specific time period so much as a particular disposition toward time, material things, the archaeological process, and its politics. This article considers how the subfield might be characterized by its approaches to particular sources and its current and emerging thematic foci. A significant point of debate concerns the role of archaeology as a discipline through which to explore ongoing, contemporary sociomaterial practices—is archaeology purely concerned with the abandoned and the ruined, or can it also provide a means by which to engage with and illuminate ongoing, contemporary, and future sociomaterial practices?
Thesis
The following research aims to engage in an ethical and decolonised practice of archaeology in the Atacameño Community of Peine (II Region, Chile) through the use of Participatory Action Research (henceforth PAR), attempting to foreground the meanings and values of the past of the Peineños. This work departs from its allegiance/rejection to three interrelated issues: first, it constitutes a reaction to the colonial legacy of archaeology in general, and its conditions of production and reproduction in Chile in particular; second, it embraces the ‘reflexive turn’ in archaeology and the postcolonial critique to archaeological theory and practice; and third, it supports Indigenous peoples’ claims over their heritage, and the material and discursive re-appropriation of it, which is a part of larger movements of Indigenous peoples and incipient decolonisation processes worldwide. Thus, PAR was used as a decolonising methodology, which supposed the engagement with members of the Community of Peine in a process of negotiation, dialogue and decision-making from the beginning of the project. In this case, the elders of Peine set the objective of exploring the personal memories of Peineños through individual interviews, in order to account for the past of the Community. Through the use of narrative analysis, the memories of Peineños were grouped into ‘areas of memory’ following recurrent plots, namely territories and lifestyle, foodways, ceremonies, and climate change. Further, through Grounded Theory and the use of constructivist and performative perspectives, it was possible to establish the inextricable relationship between these areas of memory and group identity, establishing also a link to heritage. The findings point to an engagement with a specific past and identity in a current process of change. Its value lies precisely in its evanescent nature, the transformation of a way of living and a knowledge that was commonplace to many generations.
Book
This innovative, extensively illustrated study examines how classical antiquities and archaeology contributed significantly to the production of the modern Greek nation and its national imagination. It also shows how, in return, national imagination has created and shaped classical antiquities and archaeological practice from the nineteenth century to the present. Yannis Hamilakis covers a diverse range of topics, including the role of antiquities in the foundation of the Greek state in the nineteenth century, the Elgin marbles controversy, the role of archaeology under dictatorial regimes, the use of antiquities in the detention camps of the Greek civil war, and the discovery of the so-called tomb of Philip of Macedonia. Contents 1. Memories cast in marble: introduction 2. The `soldiers' the `priests'. and the `hospitals for contagious diseases': the producers of archaeological matter-realities 3. From the Western to indigenous Hellenism: archaeology, antiquity, and the invention of modern Greece 4. The archaeologist as shaman the sensory national archaeology of Manolis Andronikos 5. Spartan visions: antiquity and the Metaxas dictatorship 6. The other Parthenon: antiquity and national memory at the concentration camp 7. Nostalgia for the whole: the Parthenon (or `Elgin') marbles 8. The nation in ruins? Conclusions