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RESUMEN
En este artículo damos a conocer por primera vez las
ocupaciones humanas del Mesolítico Antiguo del abrigo del
Barranc de La Fontanella (Vilafranca, Castelló). La presencia
humana en el valle del Ebro y Catalunya parece bien consta-
tada en este periodo por un buen número de yacimientos. Sin
embargo, la actual provincia de Castelló, que es la continui-
dad natural de este territorio por el sureste, carecía hasta aho-
ra de evidencias claras de una ocupación en estos momentos.
El análisis de la industria lítica de La Fontanella, dominada
por un complejo de muescas y denticulados, y las dataciones
radiocarbónicas obtenidas sobre restos faunísticos nos per-
miten conrmar, con datos ables, que los grupos humanos
también ocuparon este territorio y que, además, lo hicieron en
los momentos iniciales del desarrollo del Mesolítico Antiguo
a inicios de la segunda mitad del XI milenio cal BP. Los datos
obtenidos en La Fontanella se contextualizan con los del resto
de yacimientos conocidos con el n de ofrecer una síntesis ac-
tualizada del periodo a escala de la península ibérica.
ABSTRACT
With this paper we present for the rst time the early
Mesolithic human occupations at the Barranc de La Fon-
tanella rock shelter (Vilafranca, Castelló). Human presence
in the Ebro valley and Catalonia is well attested in this
period at a good number of sites. However, in the current
province of Castellón, which is the natural continuity of this
territory to the southeast, up until now there has been no ev-
idence of a human presence during this period. The La Fon-
tanella lithic industry, an assemblage dominated by notches
and denticulates, and the radiocarbon dates obtained on
faunal remains provide strong evidence that, not only for
the rst early Mesolithic human occupations of this area,
but also that humans were present as of the initial stages
of this industrial complex, at the beginning of the second
half of the 11th millennium cal BP. The data obtained at La
Fontanella is analyzed in relation to the other sites known
so far for this period, to offer an updated overview of the
period within the Iberian peninsula.
Palabras clave: Mesolítico; Mediterráneo de la península
ibérica; industria lítica; muescas; denticulados; datación ra-
diocarbónica; tecnotipología.
Key words: Mesolithic; Mediterranean Iberia; notches;
denticulates; lithic industry; radiocarbon dating; technoty-
pology.
TRABAJOS DE PREHISTORIA
78, N.º 2, julio-diciembre 2021, pp. 344-355, ISSN: 0082-5638
https://doi.org/10.3989/tp.2021.12280
Aportaciones al conocimiento del Mesolítico Antiguo en la
vertiente mediterránea de la península ibérica: la Balma del
Barranc de La Fontanella (Vilafranca, Castelló)*
Approaches to the understanding of early Mesolithic in Mediterranean Iberia: the Barranc
de La Fontanella rock shelter (Vilafranca, Castelló)
Dídac Roman Monroiga e Inés Domingo Sanzb
* Esta investigación se ha desarrollado en el marco del proyecto “Redeniendo el Arte Levantino desde la interdisciplinaridad: Arqueología, Ciencias
del Patrimonio y tecnologías digitales al servicio del conocimiento y la conservación de un patrimonio mundial” HAR2016-80693-P, Ministerio de Eco-
nomía, Industria y Competitividad; del proyecto ERC CoG LarcHer (Breaking barriers between Science and Heritage approaches to Levantine Rock Art
through Archaeology, Heritage Science and IT), nanciado por el European Research Council (ERC) dentro del programa de investigación e innovación
Horizonte 2020 de la Unión Europea (grant agreement No 819404) dirigidos por I. Domingo y del proyecto CIDEGENT/2018/043 del Pla GenT de la
Generalitat Valenciana, dirigido por D. Román.
a Universitat Jaume I. Grup de recerca Pre-EINA - Estudis Interdisciplinaris i Noves Aplicacions en Prehistòria, Dept. d’Història, Geograa i Art,
Facultat de Ciències Humanes i Socials. Av. Sos Baynat s/n. 12071 Castelló de la Plana. Correo e.: romand@uji.es https://orcid.org/0000-0002-9883-1448
b Institució Catalana de Recerca i Estudis Avançats (ICREA), Universitat de Barcelona, Seminari d’Estudis i Recerques Prehistòriques (SERP),
Secció de Prehistòria i Arqueologia. C/ Montealegre 6-8. 08001 Barcelona. Correo e.: ines.domingo@ub.edu https://orcid.org/0000-0003-4707-8094
Recibido 9-III-2021; aceptado 3-VI-2021.
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INTRODUCCIÓN
El periodo del Mesolítico Antiguo cuenta con un
buen número de evidencias de ocupación humana en el
Valle del Ebro y en Catalunya, sin embargo no estaba
hasta ahora atestiguado de manera clara en las tierras
castellonenses, la continuidad natural de este territo-
rio hacia el sur. La posibilidad, todavía dudosa, de que
existiera se ceñía a Cova Fosca (Olaria 1988; Utrilla
2005; Casabó 2004; Fernández 2006) y a la datación
del nivel precerámico de l’Assut (Almassora) exca-
vado en 1924, con una mínima cantidad de materiales
que no permiten un análisis industrial pero sí esta ads-
cripción cultural (Román et al. publicación en curso:
10-11). Los datos que presentamos ahora nos permiten
conrmar que hubo ocupaciones humanas desde las fa-
ses iniciales del Mesolítico en este territorio.
Entre los años 2011 y 2015 realizamos cuatro cam-
pañas de excavación en el abrigo del Barranc de La
Fontanella (Vilafranca, Els Ports, Castelló) (Roman y
Domingo 2014) (Fig. 1). El objetivo inicial de estas
intervenciones era sondear la secuencia arqueológica y
determinar si existían las fases de ocupación que apun-
taban los materiales recuperados en supercie. Los re-
sultados del primer sondeo sorprendieron al constatar
una larga ocupación en el espacio limitado del abrigo.
El indiscutible interés de estos hallazgos motivó una
excavación en extensión de 10 m2 para avanzar en el
conocimiento de los inicios del Holoceno en la vertien-
te mediterránea de la península ibérica (Fig. 2).
La secuencia de La Fontanella tiene cuatro grandes
momentos. A la ocupación inicial del Mesolítico Anti-
guo, fase en la que se centra este trabajo, suceden otras
del Mesolítico Reciente, Neolítico Antiguo y Neolítico
Medio. Sin duda alguna, la gran novedad que aporta
este yacimiento es el nivel más antiguo que le convier-
te en uno de los pocos conjuntos de estos momentos
documentados en el País Valenciano. El gran interés
que ello le conere para el conocimiento tanto de la
prehistoria del País Valenciano como de la vertiente
mediterránea peninsular en su conjunto nos permite
actualizar la síntesis que se ofreció en el simposio de
Vitoria de 2005 (Alday 2006).
El panorama cultural del Holoceno inicial es com-
plejo. Hay ciertos vacíos de dataciones y parece que,
durante un período breve, y con posibles superposi-
ciones, se estarían desarrollando diversas soluciones
técnicas o tecnocomplejos sobre un mismo territorio.
Se han descrito yacimientos con industrias propias del
Aziliense/Epimagdaleniense, Sauveterriense y Mesolí-
tico de muescas y denticulados. Se asiste a una fractura
entre los complejos microlaminares de tradición pa-
leolítica y los denidos como mesolíticos. El conocido
como Mesolítico de muescas y denticulados (MMD)
rompe con el claro dominio de las producciones mi-
crolaminares para centrar las producciones líticas en
las lascas, soporte de la mayoría del utillaje lítico. Po-
demos observar los cambios en otros aspectos como
los elementos de adorno, iniciándose el dominio de los
colgantes sobre Columbella rustica o apareciendo las
primeras necrópolis, como la de El Collado (Gibaja et
al. 2015).
El Mesolítico Antiguo (macrolítico o de muescas
y denticulados) quedó consolidado como un período
independiente en el simposio celebrado en 2005 en
Vitoria (Alday 2006). En aquel encuentro y en la pu-
blicación posterior se jó un estado de la cuestión en
la mayor parte de los territorios peninsulares donde
se habían denido estas industrias, descritas en su
mayoría hasta entonces como “atípicas”, y se senta-
ron las bases para su conocimiento. Transcurridos 15
años de aquella reunión, las novedades respecto a las
Fig. 1. Mapa de la península ibérica con los yacimientos citados en
el texto: 1. La Fontanella, 2. Mas Gelat, 3. Tossal de la Roca, 4.
Santa Maira, 5. El Collado, 6. Parque Darwin, 7. El Assut, 8. Angel,
9. Los Baños, 10. Costalena, 11. El Pontet, 12. Filador, 13. Molí del
Salt, 14. Agut, 15. Can Sadurní, 16. Sota Palou, 17. Font del Ros,
18. Balma Guilanyà, 19. Peña 14, 20. Berroberría, 21. Atxoste, 22.
Mendandia, 23. Kanpanoste, 24. Kanpanoste Goikoa.
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industrias y a la cultura material de estos momentos
son pocas.
El especial interés de este artículo son los nuevos
datos industriales, territoriales y cronológicos que
aporta a partir del estudio del nivel inferior de La Fon-
tanella.
PRESENTACIÓN DEL ABRIGO DEL
BARRANCO DE LA FONTANELLA
El yacimiento se sitúa en el término municipal
de Vilafranca (comarca de Els Ports) en la partida de
l’Espinella, y en el margen derecho del barranco de La
Fontanella. La cavidad está a 1139 m s. n. m., orientada
al SO. Actualmente posee unos 7 m de longitud, 2,2 de
altura y 2 m de profundidad (Fig. 2). Estas reducidas
dimensiones están compensadas por una ubicación pri-
vilegiada que da acceso a dos biotopos diferenciados.
En la actualidad la zona se usa como vía pecuaria.
Vicent Gavara, maestro de la localidad, descubrió
el yacimiento a nes de los años 1970. Él mismo co-
municó el hallazgo de materiales arqueológicos a F.
Arasa, por entonces estudiante y ahora profesor de la
Universitat de València, quien lo adscribió al nal del
Neolítico en sus publicaciones sobre el poblamiento
antiguo del término de Vilafranca (Arasa 1977, 1982).
Durante unos 30 años el yacimiento pasó inadverti-
do para la investigación hasta que, en 2006, visitamos
y revisamos los materiales existentes en diversos luga-
res del término municipal, entre ellos este yacimiento.
El hallazgo de un trapecio simétrico y diversas piezas
denticuladas en La Fontanella nos hizo pensar en la po-
sible existencia de ocupaciones mesolíticas previas al
Fig. 2. La Fontanella (Vilafranca, Castelló): A. El abrigo durante las excavaciones de 2013; B. Al nal de la campaña de 2015. C. Sección y
estratigrafía del yacimiento en 2015. La estratigrafía dibujada (corte sagital izquierdo de los cuadros C4-C5) corresponde a la línea negra de la
planta del recuadro superior. La sección general del abrigo está indicada con la línea roja (A-A’). En color en la edición electrónica.
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Neolítico Final. En una visita en noviembre de 2007
observamos muchos materiales en supercie expuestos
por erosión natural. Entre ellos recuperamos un trape-
cio con los dos lados cóncavos claramente Mesolíti-
co (Roman y Domingo 2014: g. 6, n.º 3). A raíz de
este hallazgo iniciamos un proyecto de excavación de
5 años de duración con cuatro campañas (2011, 2012,
2013 y 2015).
Se excavó por capas articiales en cuadrículas de
1 m2, divididas en subcuadros de 50 cm de lado y de 5
cm de potencia. Todos los materiales se situaron tridi-
mensionalmente.
LA SECUENCIA ARQUEOLÓGICA
Llama la atención la relativa continuidad de las
ocupaciones desde inicios del Holoceno hasta el nal
del Neolítico en una cavidad de pequeñas dimensio-
nes y actualmente sin apenas visera. La estratigrafía es
compleja y en parte alterada por las inhumaciones de
la última etapa de ocupación neolítica. De los cuatro
momentos citados de ocupación humana, el mejor con-
servado de la secuencia es precisamente el correspon-
diente a la parte basal que presentamos en este trabajo,
apenas afectada por las remociones neolíticas. La se-
cuencia de ocupaciones es la siguiente:
Nivel I (supercial, 15-30 cm de potencia): tierras
marrones y sueltas por la acción de las raíces. Con poca
fracción y abundantes materiales arqueológicos de di-
versas cronologías. Concentra la mayoría de las cerá-
micas y los restos humanos. Los materiales nos llevan
a pensar que la ocupación principal debió ser un nivel
sepulcral de la transición entre el Neolítico Medio y el
Final que alteraría buena parte de los niveles inferio-
res del yacimiento. A este nivel pertenece una fecha de
3990-3630 cal BC (5010 ± 30 BP), sobre un molar hu-
mano, que conrma que los restos humanos pertenecen
a estos momentos.
Nivel II (35-50 cm de potencia): tierras alternadas
marrón y gris oscuro. Su textura es compacta y con
abundante fracción en algunas zonas, que se incrementa
a medida que profundizamos. Hemos diferenciado un
subnivel superior IIa (10-20 cm de potencia) y uno infe-
rior IIb (20-30 cm de potencia, y con fracción más abun-
dante). Algunas zonas parecen conservar restos de com-
bustión muy lavados: tierras rubefactadas y parte de una
posible estructura de piedras. Todo este paquete posee
ocupaciones del Neolítico Antiguo, Mesolítico Reciente
y Mesolítico Antiguo. Los niveles se han diferenciado
combinando cambios sedimentológicos (más fracción
en el subnivel inferior) con la tipología de los materiales
que permite adscribirlos a cada uno de los períodos.
La ocupación del Neolítico Antiguo (¿epicardial?)
parece estar atestiguada por la presencia de triángulos
de doble bisel y alguna cerámica incisa. Los restos
son muy escasos y están claramente mezclados con
materiales, mucho más abundantes, del Mesolítico
geométrico. En la parte inferior, y sin solución de con-
tinuidad, aparece el nivel del Mesolítico Antiguo que
presentamos en este trabajo.
Para estas ocupaciones tenemos dos dataciones casi
idénticas, una realizada sobre carbón de Pinus nigra
(identicado por la Dra. Y. Carrión de la Universitat
de València) de 10510-10230 cal BP (9210 ± 30 BP)
y otra sobre molar de Equus (identicado por el Dr. J.
Nadal de la Universitat de Barcelona) de 10570-10250
cal BP (9250 ± 40 BP) (Tab. 1 y Fig. 7).
Nivel III (estéril): nivel de tierras amarillas de tex-
tura suelta y con mucha grava de pequeñas dimensio-
nes. Tiene algunos fósiles. Se sitúa por encima de la
roca madre o de grandes bloques.
LOS MATERIALES ARQUEOLÓGICOS
La industria lítica retocada
El nivel adscrito al Mesolítico Antiguo tiene 3339
piezas, básicamente sobre sílex. La mitad son esquirlas
y cerca de un 38 % lascas. Los productos laminares son
el 5 % del total (Tab. 2). Las lascas y soportes lami-
nares son 1490 piezas. Dominan claramente las lascas
(85 %), seguidas por las laminitas, láminas y lascas la-
minares (Tab. 2). Este porcentaje muy elevado de las-
cas se corresponde con la producción de los complejos
de muescas y denticulados. Los núcleos recuperados y
las estrategias de talla señalan las lascas como princi-
pal objetivo del sistema de producción.
Los útiles transformados mediante el retoque son
166 (4,97 % del total y un 11,14 % de las lascas y pro-
ductos laminares). Por grupos tipológicos dominan las
Nivel Material Ref. BP Cal. BP Cal. BC
IDiente humano Beta-461338 5010 ± 30 5940-5580 3990-3630
IIb Carbon Pinus nigra Beta-461336 9210 ± 30 10510-10230 8560-8280
IIb Diente Equus OxA-29609 9250 ± 40 10570-10250 8620-8300
Tab. 1. Dataciones obtenidas para La Fontanella.
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muescas y los denticulados (básicamente lascas) y las
piezas con retoques continuos o parciales en un bor-
de, que alcanzan un buen porcentaje. Los demás tipos
están poco representados. Destacan los raspadores y
las truncaduras (Tabs. 3-5). La gran mayoría de las 19
piezas clasicadas dentro del grupo D2 (piezas con re-
toques en alguno de sus bordes) son lascas (n.º=14),
en general más cerca de los tipos dominantes (MD1
y MD2) que de las raederas (Figs. 3 y 4). Todos los
raspadores (n.º=9) son sobre lasca. Tres tienen el frente
denticulado (Fig. 4: 13-14) y dos son atípicos. Lo mis-
mo sucede con los perforadores (n.º=2). Uno está al
límite con la pieza denticulada.
Como utillaje microlaminar de dorso (n.º=6) hay
3 laminitas de dorso, 1 de dorso doble, 1 truncada y
1 al límite con las laminitas de espina central. Dos se
han recuperado en la capa más profunda del cuadro B4,
junto a un raspador muy típico. Lo lógico es pensar
que forman parte del propio MMD, porque no hemos
detectado ninguna ocupación anterior, aunque no po-
damos excluirla por completo.
Los geométricos (n.º=4), a excepción de un trián-
gulo escaleno, son atípicos o dudosos. Uno de ellos es
un segmento abrupto, cuyas fracturas no nos permiten
descartar que sea una laminita de dorso arqueado. He-
mos clasicado como segmento, un fragmento de re-
toque muy marginal, pero que ocupa todo el borde, y
como trapecio una pieza con el borde corto fracturado
y retoque en los otros tres.
Fig. 3. La Fontanella (Vilafranca, Castelló). Industria lítica del Me-
solítico de muescas y denticulados (nivel IIb). En color en la edición
electrónica.
SOPORTES
Nº % %
Lasca 1263 37,8 84,8
Lasca laminar 54 1,6 3,6
Lámina 60 1,8 4,0
Laminita 113 3,4 7,6
Subtotal 1490 100,0
Lasca térmica 24 0,7
Núcleo 36 1,1
PAN 17 0,5
Esquirla 1705 51,1
Informe 57 1,7
Canto 10 0,3
TOTAL 3339 100,0
Tab. 2. La Fontanella (Vilafranca, Castelló), nivel IIb, industria lí-
tica del Mesolítico de muescas y denticulados. Distribución de los
tipos de soportes y de los soportes de producción (lascas y soportes
laminares) en el conjunto. PAN (Productos de acondicionamiento del
núcleo).
Fig. 4. La Fontanella (Vilafranca, Castelló). Industria lítica del Me-
solítico de muescas y denticulados (nivel IIb). En color en la edición
electrónica.
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Hay microburiles (n.º=7): 1 de Krukowski (Fig. 3:
29), 4 distales (Fig. 3: 28), 1 proximal y 1 dudoso por
las fracturas.
TIPO Nº %
R1 4 2,4
R2 2 1,2
R5 3 1,8
P1 2 1,2
MD1 26 15,7
MD2 33 19,9
MD3 3 1,8
MD4 5 3,0
lba1 4 2,4
lba6 1 0,6
lba9 1 0,6
G1 2 1,2
G13 1 0,6
G1 0,6
M1 6 3,6
M3 1 0,6
FR 9 5,4
D1 2 1,2
D2 19 11,4
D3 1 0,6
D8 40 24,1
TOTAL 166 100,0
Tab. 3. Tabla tipológica de la industria lítica del MMD, nivel IIb
(siguiendo la tipología de Fortea, 1973). R (Raspadores); P (Perfo-
radores); MD (Muescas y Denticulados); lba (laminitas de dorso); G
(Geométricos); M (Microburiles); D (Diversos).
Se trata de un conjunto homogéneo y perfectamente
encuadrable en los conjuntos mesolíticos de muescas y
denticulados. Aceptamos alguna contaminación de los
niveles superiores (Mesolítico geométrico) aunque,
como vimos, muchas de las piezas de los grupos mi-
crolaminares y geométricos pueden ser dudosas. Pero,
como expondremos más adelante, estas piezas también
están presentes en numerosos yacimientos adscritos a
este complejo industrial.
Junto al utillaje lítico retocado hemos recuperado
seis cantos rodados de caliza con marcas de uso. Las
de uno de ellos sugieren que era un percutor. Otros dos
poseen una cúpula central (Fig. 5) que podría estar re-
lacionada con su uso como percutores o yunques. No
pensamos que sirvieran como percutores de piezas as-
tilladas, puesto que únicamente tenemos dos de estas
piezas, y no podemos descartar su uso como soportes
para fracturar frutos con cáscara (Le Brun 1989; Par-
doe et al. 2019). En este sentido, se ha sugerido el em-
pleo de algunos percutores con cúpulas centrales para
la fracturación de avellanas en la Font del Ros (Berga,
Barcelona) (Martínez Moreno et al. 2006). En nuestro
caso, la conservación de los restos orgánicos es bas-
tante deciente. Ello nos impide conrmar ese posible
uso, aunque merece la pena recordar que la documen-
tación del avellano en el valle del Ebro se incremen-
ta de manera notable a inicios del Holoceno (Zapata
2000; Montes et al. 2006).
GRUPOS Nº %
R9 7,1
P2 1,6
MD 67 53,2
lba 6 4,8
G4 3,2
M7 5,6
FR 9 7,1
D1D2D3 22 17,5
TOTAL 126 100,0
Tab. 4. Grupos tipológicos representados en el nivel del MMD, nivel
IIb. R (Raspadores); P (Perforadores); MD (Muescas y Denticula-
dos); lba (laminitas de dorso); G (Geométricos); M (Microburiles);
D (Diversos).
Fig. 5. La Fontanella (Vilafranca, Castelló). Canto de caliza con cú-
pula central: A. Imagen general, B. Detalle de la cúpula. Nivel IIb.
En color en la edición electrónica.
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Nº %
G M lba 17 14,5
MD4 MD3 D2 27 23,1
MD1 MD2 D1 61 52,1
R P D3 12 10,3
TOTAL 117 100,0
Tab. 5. Agrupación de grupos tipológicos similares. G (Geométri-
cos); M (Microburiles); lba (laminitas de dorso); MD (Muescas y
Denticulados); D (Diversos); R (Raspadores); P (Perforadores).
El estudio detallado de las materias primas está
pendiente, pero a nivel macroscópico y a partir del
análisis en el cercano yacimiento epimagdaleniense de
La Roureda (Rey et al. 2015) podemos observar que la
mayoría de las piezas están realizadas sobre materias
primas locales.
La fauna y los adornos
La fauna recuperada está en proceso de estudio por
J. Nadal y Ll. Lloveras. De los datos avanzados de las
dos primeras campañas se derivan algunas conclusio-
nes preliminares interesantes (Román et al, 2021). El
número de elementos identicables no es demasiado
elevado debido a la fracturación de los restos. Sin em-
bargo, se ha reconocido un amplio espectro de espe-
cies. Domina el ciervo seguido de la cabra. Además,
hay restos de jabalí, caballo, uro, corzo y conejo. Los
carnívoros, poco signicativos, están representados
por el zorro y la marta. Esta diversidad se explica por
la propia dinámica económica de amplio espectro de
las sociedades mesolíticas y por la ubicación de La
Fontanella, situada en un entorno transicional entre di-
versos biotopos próximos entre si. Gracias a ello los
habitantes de este yacimiento tuvieron acceso a varios
grupos faunísticos.
Los elementos de adorno recuperados son abun-
dantes, aunque la mayoría pertenecen a momentos pos-
teriores al nivel MMD. Aquí encontramos 6 colgantes
sobre conchas perforadas de gasterópodos: 4 se han fa-
bricado sobre Columbella rustica y 2 sobre Theodoxus
uviatilis (Fig. 6). Ambas especies son las más nume-
rosas en el repertorio ornamental de estos momentos
en la fachada mediterránea de la península ibèrica y
el valle del Ebro, en especial, los fabricados sobre
Columbella. Estos pueden considerarse los colgantes
mesolíticos por excelencia en los yacimientos de in-
uencia mediterránea en todo el continente europeo
(Álvarez-Fernández 2010). De origen mediterráneo, su
presencia hasta la zona cantábrica oriental muestra el
interés que estos grupos humanos mostraban por la Co-
lumbella y evidencian la circulación o el intercambio
de materias primas o productos manufacturados o el
tránsito poblacional para la captación directa.
DISCUSIÓN: LA FONTANELLA Y SU
CONTEXTUALIZACIÓN CULTURAL
El hallazgo de un nivel arqueológico vinculado al
MMD en el abrigo del barranco de La Fontanella tiene
un especial interés para completar el mapa de distri-
bución del MMD en la península ibérica. Se intuía la
existencia del complejo industrial desde hace décadas
(Pericot 1945; Vallespí 1961), aunque hasta los años
1990 no empezó a conrmarse su denición y su inde-
pendencia del Mesolítico geométrico (Sebastián 1992;
Mazo y Montes 1992; Mazo y Utrilla 1994; Utrilla y
Mazo 1997; Utrilla 1997; García 2001). La realización
de un simposio monotemático en 2005 para intentar
claricar la naturaleza de este complejo, permitió su
reconocimiento denitivo (Alday 2006). En él se pre-
sentaron y se discutieron comunicaciones sobre todos
los yacimientos conocidos hasta ese momento que
ofrecieron una visión general de este complejo indus-
trial. Esa visión mostraba cómo la práctica totalidad de
los yacimientos adscritos a esta tradición se situaban
en el Valle del Ebro y Catalunya. Fuera de este ámbito
las excavaciones en Tossal de la Roca (Cacho et al.
1995) o les Coves de Santa Maira (Aura et al. 2006)
aportan el grueso de la información sobre la vincula-
ción al MMD. Además, hay referencias desiguales en
Mas Gelat (Miret et al. 2007), Barranc de les Calderes,
Cueva de la Cocina (Aura et al, 2006) o El Collado
(Fernández-López de Pablo 2015) a los que podemos
sumar la del Parque Darwin de Madrid para la Meseta
(Pérez et al. 2007).
Fig. 6. La Fontanella (Vilafranca, Castelló). Colgantes sobre conchas
perforadas: 1-3. Columbella rustica y 4. Theodoxus uviatilis. En
color en la edición electrónica.
Aportaciones al conocimiento del Mesolítico Antiguo en la vertiente mediterránea de la península ibérica... 351
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Desde el Maestrazgo aragonés (abrigos de Án-
gel) hasta el norte de Alicante (Coves de Santa Maira)
(Aura 2001; Aura et al. 2006; Miret et al. 2006) existía
un vacío de Mesolítico Antiguo de más de 220 km en
línea recta. Ahora, gracias a los hallazgos de La Fonta-
nella, podemos empezar a llenar ese vacío geográco,
completando así la visión del poblamiento de este te-
rritorio intermedio1.
Los abrigos de pequeñas dimensiones, a menudo
con largas secuencias arqueológicas (Alday 2006),
como el de La Fontanella, son los yacimientos más
habituales adscritos al MMD. Conviven con grandes
campamentos al aire libre, como Font del Ros (Mora
et al. 1991; Terradas et al. 1992) o Sota Palou (CRPES
1985).
Un punto a favor de la ubicación y ocupación de
La Fontanella es su fácil acceso y la posibilidad de ac-
ceder a dos biotopos de manera rápida, lo que podría
hacer del abrigo un lugar estratégico para la caza, que
explicaría la diversidad en los restos faunísticos recu-
perados. Hacia el norte tenemos una amplia llanura,
con suaves elevaciones que llegan a los 1300 m s. n.
m, en cambio hacia el sur el terreno se hace extrema-
damente abrupto pasando en menos de 0,5 km, de los
1150 m a los 870 m s. n. m.
La industria lítica es típica del MMD. El claro
dominio de las lascas entre los soportes, en general
(85 %) y entre los retocados (73,5 %), evidencia que
son el principal objetivo de la talla. El 23 % de los so-
portes retocados son laminares (microburiles, laminitas
estranguladas o algún claro geométrico del Mesolítico
reciente) y podrían corresponder en parte a elementos
del nivel superior.
Más del 50 % corresponde a las muescas y denti-
culados, y está en consonancia con yacimientos como
Santa Maira (Aura et al. 2006), Balma Guilanyà (Mar-
tínez Moreno et al. 2006) o Kanpanoste, Kanpanoste
Goikoa o Mendandia en el alto Ebro (Alday 1997,
2005; Alday y Cava 2006). En este grupo hay un claro
domino de los retoques directos, pero se observa una
cierta incidencia de los retoques inversos y alternantes
(29 %).
Entre el resto de los grupos, como ya hemos visto
anteriormente, podemos destacar las piezas con reto-
ques continuos o parciales en los bordes y los raspado-
res (algunos denticulados), lo que encaja perfectamente
y es comparable con la mayor parte de los yacimientos
de estos momentos en el valle del Ebro y Mediterráneo
1 Se ha planteado que hubiera MMD en Cova Fosca (Ares del Maes-
trat) (Olària 1988; Casabó, 2004; Aura et al. 2006; Fernández 2006), algo
que no conrman los datos disponibles hoy en día. Recientemente hemos
obtenido una fecha para el abrigo del Assut que conrma su adscripción a
estos momentos (Román et al. 2020) aunque la escasez de materiales no
permite ninguna aproximación a sus características.
peninsular. Mención aparte merecen algunas de las pie-
zas recuperadas, como las microlaminares, las geomé-
tricas y los microburiles.
La posición de los niveles del MMD varía en la
secuencia de cada yacimiento. Se superpone a niveles
microlaminares (magdalenienses, azilienses, epimag-
dalenienses o sauveterrienses) en Santa Maira (Aura
et al. 2006), Tossal de la Roca (Cacho et al. 1995), Fi-
lador (García-Argüelles et al. 2005), Balma Guilanyà
(Martínez Moreno et al. 2006, 2007) o Atxoste (Soto
2014), con importantes niveles previos (Aura 2001; Al-
day y Cava 2006). En el Bajo Aragón se trata del nivel
fundacional, infrapuesto a las ocupaciones del Mesolí-
tico geométrico, caso de Los Baños, Angel II, Pontet o
Costalena (Utrilla et al. 2017) tal y como ocurre en La
Fontanella. En este territorio, también hay yacimien-
tos que inician su ocupación en el Mesolítico geomé-
trico (p. ej. Mas Nou, Mas d’en Martí, Mas Cremat,
Botiquería o Els Secans) y la continúan en momentos
neolíticos (Tab. 6). Sin embargo, las ocupaciones no
continúan en otros como Roureda, Coveta de la Foia o
Cingle de l’Aigua (Román, 2011; Román y Domingo,
2014) pertenecientes al Epimagdaleniense o Sauvete-
rriense.
MMD MG NA NM/F
Fontanella
Assut
Angel 1
Angel 2
Baños
Plano del Pulido
Pontet
Costalena
Tab. 6. Ocupaciones representadas (en gris) en los abrigos con nive-
les del MMD entre el Bajo Aragón y el Maestrazgo de Teruel (Angel,
Baños, Plano del Pulido, Pontet y Costalena) y Castelló (Fontanella y
Assut). MMD (Mesolítico Antiguo); MG (Mesolítico Reciente); NA
(Neolítico Antiguo); NM/F (Neolítico Medio/Final).
Esta distribución de las ocupaciones podría estar
indicando un cambio en los patrones de explotación del
territorio a partir del Mesolítico, momento en el que se
establecerían unas relaciones con el paisaje que serían
compartidas por las últimas sociedades cazadoras y re-
colectoras y las primeras sociedades productoras.
El MMD inaugura las ocupaciones en La Fontane-
lla. Se trata de un nivel potente con numerosos ma-
teriales. Le sigue un nivel del Mesolítico geométrico
bastante rico, pero que tiene importantes problemas
estratigrácos debido a remociones desde los niveles
superiores neolíticos. Creemos que estas remociones
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has introducido elementos del MG (algún geométri-
co, laminitas de dorso y microburiles) en los niveles
inferiores. Esto nos impide valorar con garantías si el
MMD puede incluir algunos de estos elementos, tal y
como se ha expuesto para Peña 14 (Montes et al. 2006;
Soto et al, 2016), Molí del Salt (Vaquero 2006), Los
Baños (Utrilla y Rodanés 2004), Costalena, Berrobe-
rría, Mendandia, Kanpanoste (Alday 2005; Alday y
Cava 2006).
Hemos obtenido dos dataciones para estas ocupa-
ciones en La Fontanella, una sobre carbón y otra sobre
un diente de Equus, que nos remiten a la segunda mitad
Fig. 7. Gráca de las dataciones existentes para el Mesolítico de muescas y denticulados en la península ibérica y en La Fontanella. Las datacio-
nes representan sumas de probabilidades de dataciones calibradas. La calibración se hizo mediante el programa CalPal (Weniger et al. 2008) y
la curva IntCal13 (Reimer et al. 2013).
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del XI milenio cal BP (Tab. 1). Las dataciones exis-
tentes para el complejo de MMD muestran un amplio
margen entre las más antiguas y las más recientes: en-
tre mediados del XII y mediados del IX milenio cal BP.
Esta amplitud es debida especialmente a la antigüedad
de las fechas más antiguas del nivel 4.7c del Abric
Agut, 11970-11290 cal BP (Vaquero 2006), distancián-
dose diversos siglos de fechas más recientes como las
de Can Sadurní (nivel IVa, 8240-8000 cal BP) (Blasco
et al. 2011) que también existen en algunos yacimien-
tos del valle del Ebro como Los Baños (Utrilla y Ro-
danés 2004), Mendandia o Kanpanoste, 8580-8300 cal
BP (Alday y Cava 2006).
Las dataciones de La Fontanella, 10570-10250 cal
BP se sitúan en la parte más antigua de las conocidas,
cercanas a las fechas más recientes de Agut, o algu-
nas de Guilanyà (Martínez Moreno et al. 2006). Esto,
unido a la obtenida para El Assut (Román et al. pu-
blicación en curso), 10780-10540 cal BP, sitúa a los
yacimientos castellonenses entre los más antiguos en
los que se ha descrito el MMD (Fig. 7).
Desde la puesta al día que supuso el simposio sobre
el Mesolítico de muescas y denticulados (Alday 2006)
se ha producido un incremento substancial de datacio-
nes. En aquel completo trabajo se recogieron 66 fechas,
bastante repartidas entre Catalunya (24, incluidas las 5
de Margineda), País Vasco (21) y Aragón (17). Sólo 4
fechas eran del País Valenciano. En estos momentos
casi tenemos el doble: 112 fechas (sin contar las 5 de
Margineda). Este gran incremento de fechas no se ha
visto acompañado de un aumento similar del conoci-
miento del propio MMD. Muy pocos trabajos caracte-
rizan un yacimiento o este período en general (Gibaja
et al. 2015; García et al. 2016; Soto et al. 2016). Si
dividimos las fechas por territorios Catalunya cuenta
ahora con 36 fechas, mientras su aumento es muy pe-
queño en el País Vasco (23) y Aragón (19). La meseta
tiene ahora las 3 fechas del Parque Darwin (Madrid).
El mayor incremento se ha producido en el País Valen-
ciano, ahora con 32 fechas vinculadas al MMD, pero
19 de ellas proceden de El Collado (Oliva, Valencia),
vinculadas a la datación de buena parte de los restos
humanos recuperados (Gibaja et al. 2015; Fernández-
López de Pablo 2015; Fernández-López de Pablo y Ga-
briel 2016). Es decir, este aumento no ha ido en parale-
lo al conocimiento de la cultura material o la economía
del MMD. Ahora, a los yacimientos ya conocidos de
Santa Maira y Tossal de la Roca, podemos sumar La
Fontanella como principales conjuntos en la denición
en tierras valencianas del Mesolítico Antiguo.
El incremento de fechas ha modicado poco lo ex-
puesto en el simposio de 2005. Las fechas de Agut si-
guen siendo anormalmente antiguas, situándose en los
mismos inicios del Holoceno. La antigüedad del MMD
se ha visto reforzada por las dataciones obtenidas en
los yacimientos castellonenses (La Fontanella y Assut)
que nos remiten, junto con alguna de El Collado y las
de Guilanyà, al último cuarto del XI milenio cal BP.
Sigue el grueso de las fechas que cubren completamen-
te el X y IX milenio. El límite superior corresponde a
algunas fechas recientes de Can Sadurní o Serrat del
Pont. Su valoración en profundidad requiere contar
con la publicación en detalle de los materiales, aunque
parece que se podrían descartar las más recientes de
Serrat del Pont (Vaquero y García Argüelles 2009).
Teniendo en cuenta el grueso de las dataciones po-
dríamos armar que el MMD se desarrolla en el pe-
ríodo recientemente denido como Groenlandiense
(Walker et al. 2018), en concreto bien entrados en el
Preboreal (ca. 10500 cal BP) y durante todo el Boreal,
nalizando alrededor del evento 8.2 (8200 cal BP)
(Fig. 7). No pretendemos descartar denitivamente las
fechas ligeramente anteriores o posteriores a estos már-
genes. Las más antiguas de Agut nos siguen generando
dudas, más por su distanciamiento del resto de fechas
que por tener algún argumento denitivo en su con-
tra. Por eso creemos que el desarrollo pleno del MMD,
con los datos existentes, debería vincularse a este lapso
temporal. Por otro lado, mientras no aparezca un cla-
ro Mesolítico geométrico en el noreste de la península
ibérica, tampoco podría descartarse la posibilidad de
que el MMD pudiese haber perdurado allí unos siglos,
mientras que en los otros territorios se desarrollaba el
complejo geométrico.
CONCLUSIONES
El Mesolítico Antiguo rompe con una tradición mi-
crolaminar de varios miles de años. En estos momen-
tos, los grupos humanos que habitan en el territorio
de la península ibérica (al menos en su parte oriental),
cambian radicalmente la morfología de sus útiles sobre
piedra, abandonando la producción masiva de soportes
microlaminares para producir básicamente lascas. Esta
nueva forma de fabricar los útiles parece ligada al gran
crecimiento de los bosques que se produce a inicios
del Holoceno y a un uso intensivo de la madera (Mazo
2005), lo que muy posiblemente condicionará la mate-
ria prima de los proyectiles y de muchos otros útiles.
El yacimiento de La Fontanella es un claro ejemplo de
esta nueva forma de cultura material, y tanto su situa-
ción (en el Maestrazgo de Castelló) como su cronolo-
gía (antigua dentro del Mesolítico) hacen de este lugar
un interesante ejemplo de las particularidades y de la
extensión territorial de este período.
Como hemos visto a lo largo de este trabajo, La
Fontanella se inserta perfectamente en las característi-
cas más habituales de los yacimientos de este complejo
industrial en el valle del Ebro. Un pequeño abrigo, con
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fácil acceso a varios biotopos, con una cierta diversi-
dad en las especies animales representadas y con una
industria lítica claramente dominada por las muescas y
los denticulados.
Uno de sus principales puntos de interés es que
amplía el área de distribución del MMD al territorio
castellonense que hasta la fecha solo disponía de re-
ferencias dudosas o parciales. Ahora cuenta con este
yacimiento de excavación reciente, cuyos materiales
arqueológicos aportan nuevos e importantes datos para
el conocimiento del MMD.
La Fontanella conrma la existencia de una serie
de yacimientos donde la producción de muescas y den-
ticulados supera el 50 % de los útiles líticos. Si se les
suman las piezas con retoques laterales, cuyas funcio-
nalidades y estilos posiblemente son similares, se apro-
ximan al 75 %. Como ya hemos expuesto, puede haber
una pequeña producción laminar/microlaminar, pero la
complicada estratigrafía de La Fontanella nos impide
por el momento, ser categóricos en este aspecto.
A esta ocupación se superpone un nivel del Meso-
lítico geométrico y diversas piezas que conrman la
presencia de un Neolítico Antiguo, además de un nivel
sepulcral de la transición entre el Neolítico Medio y
el Final. Esta larga secuencia corrobora la continuidad
en la ocupación de muchos yacimientos con industria
del MMD. Ello podría responder a patrones similares
en la explotación y uso del territorio, por las últimas
poblaciones cazadoras y recolectoras y las primeras
comunidades ganaderas y campesinas. Esta caracte-
rística parece darse en los yacimientos turolenses del
Bajo Aragón y Maestrazgo con los que territorialmente
podríamos relacionar La Fontanella.
AGRADECIMIENTOS
El Ajuntament de Vilafranca se implicó en este pro-
yecto y nos proporcionó la infraestructura y todo tipo
de facilidades durante las excavaciones. La campaña
de 2015 se realizó gracias al Taller d’Ocupació “Els
Ports”, gestionado por la Mancomunitat de Els Ports.
Queremos agradecer a los y las estudiantes y traba-
jadores/as del Taller d’Ocupació “Els Ports” su parti-
cipación en las excavaciones de las campañas de 2011
a 2015.
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