El radicalismo islamista y, más concretamente, las acciones terroristas justificadas y legitimadas desde ideologías extremistas de corte yihadista, se han convertido en una de las mayores amenazas para la seguridad mundial, especialmente después de los atentados del 11S, 11M y 7J. Aunque hay quien opina que el riesgo ha disminuido, es obvio que la amenaza de atentados letales continúa presente y, según parece, en aumento. Sirvan como ejemplos para constatar lo expuesto, los recientes ataques perpetrados por islamistas radicales en Toulouse, Montauban, Boston y Londres, las últimas acciones terroristas y movimientos de insurgencia en diversos países asiáticos y africanos, así como los numerosos planes terroristas abortados por los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad de distintos países a lo largo de la última década. Todo parece indicar que este problema no tiene visos de solución a corto plazo, luego parece esencial estar atentos a la evolución de esta peligrosa lacra social.
Sin embargo, actualmente la capacidad para describir, explicar y predecir científicamente los procesos psicosociales subyacentes a la radicalización islamista y al terrorismo yihadista es relativamente limitada, lo que favorece altos niveles de duda a la hora de tomar decisiones sobre cómo tratar estos fenómenos y, lo que es más importante, sobre cómo prevenirlos proactivamente.
Desde las distintas líneas de investigación del terrorismo actualmente vigentes, se considera que la pregunta acerca de cuáles son los perfiles psicosociales de los terroristas posiblemente no sea la adecuada. Tanto es así, que el centro de gravedad de la investigación sobre el terrorismo ha cambiado hacia el estudio de la radicalización de los terroristas entendida como la consecuencia de distintos procesos, ya que está altamente consensuado que la pregunta adecuada es “cómo y/o por qué llegaron a ser así” y no tanto “quiénes son”.
La presente obra sobre las claves psicosociales de la radicalización islamista y el terrorismo refleja el énfasis actual en el estudio de tales procesos, realizándose el estudio de este tópico desde distintas aproximaciones de las ciencias sociales, en general, y desde la psicología social, en particular. A lo largo de los nueve capítulos que la componen, se delimitan diversos conceptos complejos, como lo son, entre otros, la radicalización, el terrorismo, el reclutamiento, la frustración, la privación relativa, la humillación, la opresión, la aculturación, los prejuicios, el conflicto intergrupal y las bases evolutivas de la agresión. También, se revisan los datos más importantes disponibles sobre radicales y terroristas y, además, se argumenta la necesidad de poner un énfasis especial en conocer los procesos psicosociales que llevan a la radicalización violenta, a la vez que se debate sobre éstos. Así mismo, desde diferentes enfoques de análisis se realiza una revisión sistemática y rigurosa sobre teorías e investigaciones empíricas y se sintetizan los hallazgos científicos más relevantes, apartándose los contenidos expuestos de lo meramente especulativo, de los juicios fáciles y oportunistas y, por tanto, del conocimiento no científico.
Todo ello con el objetivo de establecer las bases de futuros estudios sistemáticos que permitan identificar los mecanismos psicosociales subyacentes a los procesos moduladores de este fenómeno, poder gestionar los riesgos asociados de forma inteligente y, en definitiva, conseguir desarrollar estrategias preventivas adecuadas.