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Rev Panam Salud Publica 45, 2021 | www.paho.org/journal | https://doi.org/10.26633/RPSP.2021.131 1
El primer registro en la historia de uso de tecnologías de la
información y comunicaciones (TICs) para transmitir una pres-
tación médica fue en 1899 cuando el Dr. Alejandro Posadas
Opinión y análisis
Barreras y facilitadores a la implementación de la
telemedicina en las Américas
Sebastian Garcia Saiso,1 Myrna C. Marti,2 Victoria Malek Pascha,2 Adrian Pacheco,3 Daniel Luna,4
Fernando Plazzotta,4 Jennifer Nelson,5 Luis Tejerina,5 Alexandre Bagolle,5 Maria Celeste Savignano,6
Analia Baum,7 Pablo J. Orefice,8 Ana Estela Haddad,9 Luiz Ary Messina,10 Paulo Lopes,10 Francesc
Saigí Rubió,11 Daniel Otzoy,12 Walter H. Curioso,13 Antonio Luna,6 Felipe Mejia Medina,14 Janine
Sommer,4 Paula Otero,4 Fernán González Bernaldo De Quiros,7 y Marcelo D’Agostino1
Forma de Citar Garcia Saiso S, Marti MC, Malek Pascha V, Pacheco A, Luna D, Plazzotta F et al. Barreras y facilitadores a la implementación
de la telemedicina en las Américas. Rev Panam Salud Publica. 2021;45:e131. https://doi.org/10.26633/RPSP.2021.131
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Commons Attribution-Share Alike 3.0 Unported.
1 Organización Panamericana de la Salud, Washington D.C., Estados Unidos.
* Marcelo D’Agostino, dagostim@paho.org
2 Consultora internacional, Argentina
3 CENETEC, Ciudad de México. México
4 Hospital Italiano de Buenos Aires, Ciudad Autónoma de Buenos Aires,
Argentina
5 Banco Interamericano de Desarrollo, Washington D.C., Estados Unidos
6 Hospital de Pediatría "Prof Dr. Juan P. Garrahan", Ciudad Autónoma de Bue-
nos Aires, Argentina
7 Ministerio de Salud de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
8 Salud.uy, Montevideo, Uruguay
9 Universidad de Sao Paulo, San Pablo, Brasil
10 Rede Nacional de Ensino e Pesquisa, Rio de Janeiro, Brasil
11 Universitat Oberta de Catalunya, Barcelona, España
12 Red Centroamericana de Informática en Salud, Guatemala, Guatemala
13 Universidad Continental, Lima, Perú.
14 Consultor internacional, Colombia
RESUMEN Con millones de personas en el mundo en situación de distanciamiento físico por el COVID-19, las tecnologías
de la información y comunicaciones (TICs) se han posicionado como uno de los medios principales de inte-
racción y colaboración. Ya al inicio de este milenio se empezaban a mencionar las siguientes ventajas: mayor
acceso a la información y a la prestación de servicios; fortalecimiento educativo; control de calidad de los pro-
gramas de detección y reducción de los costos de la atención de en salud. Sin embargo, entre las principales
barreras de adopción de la telemedicina se encuentran las de índole: tecnológicas; humanas y sociales;
psico-sociales y antropológicas; de Gobernanza y económicas. En estos 20 años se logró un aumento en
los recursos y capacidad técnica, una mejora en la educación digital, un empoderamiento del paciente en
su tratamiento y un mayor interés público en esta área. En especial se considera exitosa la conformación de
equipos interdisciplinarios, las redes académicas y profesionales y las consultas médicas virtuales. Después
de revisar el estado de la telemedicina en la Región de las Américas, los autores recomiendan adoptar medi-
das urgentes para poner en práctica políticas y programas nacionales de telemedicina, incluyendo el marco
normativo y presupuesto necesario, cuya implementación se realice de manera integral e interoperable y que
se sustente de redes académicas, de colaboración e instituciones especializadas. Dichas políticas deben
generar un contexto habilitante que den sostenibilidad al avance logrado, considerando los aspectos men-
cionados en las posibles barreras.
Palabras clave Acceso a la información; salud pública; práctica de salud pública; planificación en salud; telemedicina.
utilizó el cinematógrafo para lmar una cirugía de quiste hida-
tídico y que posteriormente se transmitió a diversas localidades
de la República Argentina (1). Hoy, con millones de personas en
Opinión y análisis Garcia Saiso et al. • Telemedicina en las Américas
2 Rev Panam Salud Publica 45, 2021 | www.paho.org/journal | https://doi.org/10.26633/RPSP.2021.131
el mundo en situación de distanciamiento físico por el COVID-
19, cierres de fronteras, trabajo y educación a distancia, las TICs
se han posicionado como uno de los medios principales por el
cual individuos, gobiernos e instituciones de salud trabajan,
interactúan, comparten información, colaboran, generan cono-
cimiento, y se comunican (2). Entre aquella acción innovadora
de 1899 y el presente hubo una serie de desarrollos y políticas
que sentaron las bases y el conocimiento necesario para que la
telemedicina pueda ser una parte integral de los servicios de
salud en la Región de las Américas. La pandemia del COVID-19
ha demostrado la importancia de la telemedicina y la telesa-
lud1 para sustentar la continuidad de los servicios asistenciales,
especialmente de aquellas enfermedades crónicas no transmisi-
bles y condiciones de salud mental (2). El presente documento
tiene como objetivo presentar un recorrido por los últimos
veinte años de la telemedicina, identicando sus objetivos,
logros, oportunidades de mejora, aprendizajes y las lecciones
aprendidas en durante la pandemia de COVID-19 en la temá-
tica. La información aquí incluida es el resultado del análisis
de un grupo de expertos en la temática, trabajado a través una
convocatoria en línea de creación asincrónica sobre unas guías
de preguntas. Se cubrieron aspectos académicos, de políticas
públicas, normativos, asistencia hospitalaria y redes de cono-
cimiento tanto del ámbito público como privado, con especial
énfasis en la Región de las Américas.
¿QUÉ SE PRETENDÍA LOGRAR DOS DÉCADAS
ATRÁS?
Ya al inicio de este milenio, algunos estudios vislumbraban
los posibles benecios de la telemedicina para facilitar el desa-
rrollo de políticas públicas y mejoras a los sistemas de salud.
Entre las ventajas se mencionaban: acceso a la información,
acceso a la prestación de servicios -tradicionalmente relegados
por la presencialidad-, fortalecimiento educativo, control de
calidad de los programas de detección y reducción de los costos
de la atención de en salud (3). Asimismo, ya se planteaba que el
desarrollo de las nuevas tecnologías posibilitaría el acceso de las
personas a mejores servicios de salud en general. Sin embargo,
también se planteaban preocupaciones, que pueden haber o-
ciado como barreras para la aceleración de la telemedicina,
tales como una posible ruptura de la relación médico-paciente
y entre profesionales, la pérdida de la calidad de la atención,
consideraciones regulatorias y cuidados respecto la exactitud
del registro en la historia clínica (3,4).
¿QUÉ FUE LO QUE REALMENTE SE LOGRÓ?
En la Región de las Américas los avances técnicos, el desarro-
llo de herramientas, publicaciones y materiales educativos son
vastos y diversos y se consideran como uno de los principales
logros. Como una consecuencia directa se destacan avances en
los siguientes aspectos:
Recursos y Capacidad técnica: en aquellos países de la
Región con mayor aceptación de la telemedicina, se ha conse-
guido pasar de la nanciación internacional a la gubernamental,
permitiendo que las instituciones puedan brindar servicios de
1 Conjunto de actividades relacionadas con la salud, los servicios y los métodos,
mismos que se llevan a cabo a distancia con la ayuda de las TIC. Incluye, entre
otras, la telemedicina y la teleeducación en salud.Running head Garcia Saiso et
al. Telemedicina en las Américas
telemedicina de manera acelerada y segura como la llamada
“nueva normalidad” está exigiendo (5). Entre 2005 y 2016, en
aquellos países donde se ha invertido en la asistencia remota
pública se han alcanzado resultados sorprendentes con tasas
de 70-80% de transferencias evitadas de pacientes a centros
de salud especializados o de mayor complejidad; ahorros de
10-15% en el presupuesto municipal de salud y más de 10 millo-
nes de segundas opiniones en electrocardiogramas y exámenes
de imágenes (6,7).
Educación: se han desarrollado redes universitarias de tele-
medicina que no solo facilitaron y fortalecieron la conexión
entre las instituciones de enseñanza sino también entre ser-
vicios sanitarios de sistemas públicos; articulando la gestión
de los departamentos de salud estatales y municipales para
fomentar una cultura de atención a distancia. Como ejemplo de
esto, en Brasil, la iniciativa se originó del Ministerio de Salud
y supuso una integración entre el sistema único de salud y las
universidades públicas. A nivel hospitalario, la adopción de la
Telemedicina es un 30% mayor en los hospitales públicos frente
a los privados (5,8–10). Además, existe una noción generalizada
en los profesionales de la salud de que la incorporación de TICs
como apoyo a su práctica, tiene benecios considerables.
Empoderamiento del paciente: se logró una participación de
los pacientes por primera vez mediada por tecnologías digita-
les para el cuidado de salud, en especial en la prevención de la
trasmisión a través del monitoreo de casos sospechosos durante
la pandemia de COVID-19.
Interés público: el avance de salud digital en muchos países
de la Región ha posibilitado que los Ministerios de Salud inclu-
yeran en sus agendas aspectos relacionados a la telemedicina
como elemento de apoyo para procesos, normativas, políticas
y cambios administrativos importantes que ya permiten una
adopción de las nuevas tecnologías digitales (8,11,12).
¿QUÉ FUE CONSIDERADO EXITOSO Y POR QUÉ?
La conformación de equipos interdisciplinarios, que incluyen
profesionales de la salud, administrativos, pacientes, personal
técnico, especialistas en tecnología y seguridad informática.
Este gran capital social ganado, está siendo clave para sortear
las brechas digitales que se han presentado. Se destaca que la
verdadera innovación en servicios de salud no es la tecnología
por sí misma, sino la nueva forma de articulación de los acto-
res, la transformación de los procesos atenta a los escenarios
cambiantes de nuevas expectativas y necesidades. Es impor-
tante comprender que la implementación de un programa de
telemedicina encuentra su mayor desafío en el cambio cultural,
entonces tiene mucho valor la conformación de un equipo inter-
disciplinario que pueda llevar estrategias de gestión del cambio
y acompañar a todos los actores involucrados.
Las redes académicas y profesionales, tales como las univer-
sitarias, académicas o de investigación, entre otras, fueron y
seguirán siendo uno de los pilares para el desarrollo e imple-
mentación de servicios de telemedicina, propiciando espacios
de intercambio de información y de gestión del conocimiento.
Estas redes resultaron fundamentales para la creación de capa-
cidades a lo largo de todo el continente, que hoy cuenta con un
colectivo listo para la acción, a la velocidad que requieren las
emergencias sanitarias y las medidas de salud pública (13–15).
La experiencia de más de 14 años de estas redes se ha con-
solidado en un gran número de proyectos y servicios públicos
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un plan a largo plazo antes de la incorporación de la tecnología,
fue poco común entre las estrategias nacionales y regionales.
A pesar de contar con documentos y apoyo de organizaciones
internacionales, la prisa por obtener resultados inmediatos
fue en apariencia más importante que fortalecer las bases y
fundamentos de un plan sostenible a largo plazo para la imple-
mentación y mantenimiento de programas de telemedicina que
respondieran a cualquier cambio de ideología, gestión admi-
nistrativa, mercado, regulación o capacidades del personal de
salud. Esta situación se vio facilitada por la limitada evidencia
cuantitativa con metodologías de medición de impacto riguro-
sas que permitan medir los resultados de las intervenciones de
telesalud, especialmente en lo que respecta a la calidad de los
servicios y los indicadores de salud de los pacientes.
¿QUÉ PODEMOS APRENDER DEL CAMINO
RECORRIDO EN TELEMEDICINA?
Iniciativas de esta dimensión social, cultural, técnica, política
y económica son imposibles de lograr sin el apoyo gubernamen-
tal, un enfoque intersectorial y con acciones transdisciplinarias.
El desarrollo de marcos técnicos de acción basados en estánda-
res internacionales, lograr trabajadores de la salud capacitados
y usuarios de salud alfabetizados digitalmente deben ser con-
siderados como los principales factores críticos de éxito. Una
gobernanza robusta requiere de la incorporación de las redes
especializadas y un conjunto de expertos para el desarrollo de
planes de implementación, facilitando información, experien-
cias, capacitación, seguimiento y evaluación de programas,
generando acciones de contención ante cambios inesperados.
Los actores involucrados podrían documentar los procesos de
trabajo desde la macro a la micro-gestión a través de guías de
práctica clínica, políticas, procedimientos y documentos simi-
lares, para que quienes lideran los equipos trabajen con un
entendimiento compartido y ocial en los programas de tele-
medicina denidos. Resulta clave entonces entender el nivel de
madurez de un establecimiento o de una red para calibrar las
intervenciones de telesalud de forma coherente con el mismo.
Es necesario resaltar, la importancia de la utilización de están-
dares internacionales y las mejores prácticas reconocidas para
que los interesados diseñen, documenten, implementen y
monitoreen procesos ecientes y ecaces.
¿QUÉ HICIMOS BIEN QUÉ TENEMOS QUE
“PROTEGER” Y PROMOVER INTENSAMENTE, O DE
LO CONTRARIO SE OLVIDARÁ?
Se han establecido bases sólidas de redes de apoyo interins-
titucional, multidisciplinario y con apoyo de la comunidad
internacional. Poder generar evidencia a través de la investi-
gación en implementación (I+I) es fundamental para que este
nuevo interés en las TICs no se desvanezca con el retorno a la
rutina y la “nueva normalidad” (19). De esta manera se puede
comprender qué, cómo y por qué una intervención funciona en
el mundo real, si se respetan las políticas, planes y programas
informados en la evidencia empírica -cuando la haya- o bue-
nas prácticas en innovación, principios éticos y de seguridad
informática; y evaluar alternativas u opciones que permitan
mejorar la implementación de estas intervenciones. De igual
importancia es incluir estudios de costos y costo-efectividad de
de capacitación diaria en diversas áreas en el ámbito nacional,
provincial y municipal. Estos incluyen: proyectos piloto, mejora
de la logística de las líneas de espera, ampliación de la oferta de
servicios de salud, expansión del acceso a los servicios, perfec-
cionamiento de la calidad de los servicios brindados, evidencia
cientíca, desarrollos y puesta en marcha un sin número de
aplicaciones, plataformas, startups, parques tecnológicos en
salud, protocolos, reglamentaciones, leyes y normas. Esto está
resultando en la inserción gradual de todas las profesiones de
salud en las TICs, permitiendo a los ingenieros y cientícos de
computación trabajar de forma coordinada con profesionales
de salud y la población, beneciándose mutuamente (16).
Las consultas médicas virtuales o “teleconsultas” se convir-
tieron en una estrategia de atención sanitaria, para mejorar el
acceso y la equidad en salud, reduciendo la circulación de las
personas y facilitando la continuidad asistencial de los trata-
mientos, sobre todo a los grupos más vulnerables. Además,
el uso de medios virtuales para procesos de segunda opinión
formativa fue muy exitoso en varios países de la región. Es
importante mencionar la inuencia de las nuevas TICs en las
transformaciones de hábitos sociales y culturales ya que han
expuesto una dinámica diferente que juegan a favor de la adop-
ción de esta forma de prestación de servicios de salud (17,18).
¿QUÉ PODRÍA HABERSE HECHO MEJOR Y POR
QUÉ?
La mayoría de las intervenciones en telemedicina, han sido
desarrolladas con un enfoque mayormente técnico, asumiendo
que los actores claves y las partes interesadas lo aceptarían “por
defecto”. Este enfoque ha, muchas veces, subestimado temas
relevantes como la alfabetización digital, la creación del talento
digital y la cultura. Muchos abordajes han sido desde la práctica
tradicional de la medicina, prevaleciendo la perspectiva de los
profesionales de la salud o los prestadores de servicios y poco
la perspectiva de los pacientes, principalmente aquellos desco-
nectados o menos -o no- digitalmente alfabetizados (19,20). En
un futuro, se deberá poner mayor atención a aspectos como la
usabilidad de aplicativos, la portabilidad (foco en dispositivos
móviles, con funcionalidades integradas) y los ujos de trabajo
asistenciales generando experiencias digitales pre y post pre-
senciales. Ante la urgencia de la pandemia del COVID-19, se
ha primado en la simpleza de la tecnología y no lo correcto ni
seguro; por lo cual el desafío a futuro será alcanzar nuevos y
mejores niveles de buen uso de la telemedicina.
También, la denición de modelos de sostenibilidad nan-
ciera es uno de los aspectos claves a mejorar ya que, al no haber
claridad sobre los temas de pagos o reembolsos por telemedi-
cina, las iniciativas no encuentran su régimen de sostenibilidad
y muchas se quedan a nivel de piloto o proyecto de baja escala
y temporalidad. Se ha observado la ausencia de legislación y
normativa adecuada especialmente en países donde las asocia-
ciones de profesionales de la salud decidieron no acompañar y
hasta boicotear la implementación de telemedicina fundamen-
tando la resistencia al cambio en aspectos vinculados al “acto
médico” (8,9,11,12).
Aunque fue claro el camino para la incorporación sostenida
de la telemedicina, la insistencia de incorporar tecnologías sin
el respaldo de proyectos estructurados bien denidos, sin inte-
roperabilidad, y de corto plazo predominó en varios países de
la Región. Tomarse tiempo para pensar, evaluar y determinar
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y los sectores del gobierno; y eliminar las principales barreras,
como se indican en el cuadro 1 que hoy existen en el ámbito
tecnológico, organizacional, social, cultural, político, legal y
económico.
La incertidumbre provocada por el COVID-19 ha generado
el desarrollo de aplicaciones digitales con la intención de brin-
dar soluciones al personal de salud y la ciudadanía, lo que ha
desbordado el alcance de las normativas y regulaciones en el
área. Es necesario estructurar planes de telemedicina para ope-
rar en escenarios disruptivos, capaces de romper paradigmas
de atención, considerando todos los escenarios posibles, dentro
de contextos que exceden a las instalaciones y los profesiona-
les de la salud, garantizando niveles de calidad y manteniendo
principios bioéticos tan evocados y necesarios dentro del pro-
ceso de atención médica.
Se requiere incorporar nuevos actores que proporcionen
información para la toma de decisiones, generar una cultura
que permita el aprovechamiento de la infraestructura tecnoló-
gica ya instalada y crear capacidades para evaluar y discernir
entre aquellos procesos plausibles de llevar a cabo mediante el
uso de la tecnología y aquellos donde la tecnología sólo será un
apoyo.
Con respecto a la sostenibilidad futura es necesario aplicar
metodologías de I+I para fortalecer la eciencia y capacidad
de respuesta de los sistemas y servicios de salud y mejorar su
impacto en la equidad y nivel de salud de la población.
¿CÓMO SE PODRÍAN CONSOLIDAR LAS
LECCIONES APRENDIDAS DEL PASADO?
En el cuadro 2 se expone la situación actual de la telemedi-
cina en la región y las lecciones aprendidas durante los últimos
veinte años y en particular durante la pandemia del COVID-19
Para el futuro va a ser clave incorporar antes la mirada del
paciente y proveedor, qué recursos tecnológicos tiene o qué
canales de comunicación usa habitualmente. El mayor apren-
dizaje recae en la necesidad de comprender que los desafíos en
la transformación digital son más humanos, culturales y orga-
nizacionales que técnicos, y que el rol de los que lideran estas
implementaciones está principalmente en poder articular las
necesidades de todos los actores involucrados; que en salud
siempre son muchos y con intereses diversos.
Después de revisar el estado de la telemedicina en la Región de
las Américas, los autores recomiendan adoptar medidas urgen-
tes para poner en práctica políticas y programas nacionales
de telemedicina, incluyendo el marco normativo y estratégico
y presupuesto necesario, cuya implementación se realice de
manera integral e interoperable y que se sustente de redes aca-
démicas, de colaboración e instituciones especializadas. Dichas
estos programas para justicar su inversión e implementación
a escala.
A pesar de contar solo con resultados preliminares y poco
material para el desarrollo de la gestión de conocimiento, se
pudieron establecer grupos de interés y redes de colabora-
ción que han sido la pieza fundamental en el desarrollo de la
telemedicina en la región (20). Es importante mantener el cono-
cimiento adquirido y dialogar con aquellos que tienen más
experiencias para evitar la duplicidad de esfuerzos tácticos,
operativos y estratégicos aún en los mismos sitios. La confor-
mación de redes de profesionales que puedan compartir sus
experiencias, las barreras que encontraron, cómo las sortearon,
sobre todo en aquellos sistemas de salud dónde esta modalidad
de atención es novedosa es vital, así como fortalecer las redes de
colaboración estableciendo mejores estrategias de divulgación,
difusión y apoyo a las instituciones y organizaciones.
La facultad de crear nuevo conocimiento aplicable resulta
posible si se movilizan velozmente los eslabones de la "cadena
de conocimiento”, para ello es necesario considerar lo siguiente:
a) conciencia Interna: es la capacidad de las organizaciones para
realizar un permanente testeo de sus competencias críticas,
produciendo un "abandono organizado" de aquella producción
que ya no se ajusta a las condiciones externas; b) capacidad
de respuesta interna: es la aptitud para transformar nuestro
conocimiento del entorno en acciones concretas que posibili-
ten traducir nuestras competencias en productos y servicios.
Esta situación puede ser difícil de alcanzar ya que, por lo gene-
ral, se conoce o intuye lo que los usuarios demandan, pero se
carece de la capacidad para articular las acciones internas de
respuesta; c) capacidad de respuesta externa: consiste en ofrecer
acertadamente lo que el usuario demanda y anticiparse a los
requerimientos del futuro; y d) conciencia externa: es la capaci-
dad para comprender las tendencias y adecuar nuestra acción a
ellas, se alimenta muy especialmente de la inteligencia estraté-
gica y de las relaciones.
¿QUÉ DEBEMOS HACER AHORA EN LA LLAMADA
“NUEVA NORMALIDAD”?
Mientras algunos países han exibilizado las regulaciones
durante la pandemia, otros siguen con un proceso de adopción
más lento. El fortalecimiento de la gobernanza es prioritario,
asegurando instrumentos normativos adecuados y estrategias
de gestión del cambio para que los servicios de telemedicina
sean parte de los servicios de salud (8,11,12). Por ello las aso-
ciaciones profesionales deben ser parte integral de este nuevo
enfoque y que todos, sin excepción, contribuyan para que sea
algo normal y al alcance de todos los habitantes. Es fundamen-
tal fomentar mayores espacios de interacción entre la academia
CUADRO 1. Principales barreras identificadas para la adopción de la Telemedicina.
Tecnológicas Humanas y Sociales Psico-sociales y antropológicas Gobernanza Económicas
Estándares y certificación Privacidad Brecha digital (Uso y acceso) Licenciamiento y matriculación Falta de datos y metodologías
de evaluación
Infraestructura de TIC
adecuadas Seguridad Cultura organizacional Vacíos, grises y colisiones normativas. Financiamiento de servicios
Interoperabilidad Integridad Capacitación de profesionales Ley y reglamentación
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CUADRO 2. Comparación de la situación resaltada en pandemia y la consecuente lección aprendida
Situación Actual Lección Aprendida
1) Existencia de suficientes experiencias implementadas y un gran número,
documentadas.
Estas pueden servir de base y referencia para guiar procesos actuales o futuros
de manera costo-efectiva y sostenible (20,21) El conocimiento puede provenir de
fuentes internas o externas, desarrollándolo o adquiriéndolo. Este nunca es producto
de la actividad de una organización que trabaja aislada.
Focalizar los esfuerzos en la Implementación.
Es clave un marco de cooperación y colaboración entre instituciones y profesionales
que hayan sido parte de la implementación, sea con resultados positivos o
negativos. El trabajo en grupo, la cooperación entre las instituciones en modelos
flexibles y las posibilidades de trabajo virtual, hacen del intercambio y distribución
del conocimiento una cuestión prioritaria.
2) La tecnología permitió descubrir y conectar a las personas con el conocimiento
técnico.
Para la memoria institucional, si bien la tecnología no reemplaza el valor del
conocimiento tácito intercambiado mediante el contacto humano directo, facilita la
localización de las personas con el conocimiento requerido y la creación de redes
entre ellas.
La transformación del mundo cotidiano es más función del comportamiento y
cambio en la cultura, que de la tecnología.
Sin dudas la conectividad múltiple eleva exponencialmente los canales de
comunicación y las posibilidades de establecer nodos para enlazar conocimiento, así
como favorece la cultura del conocimiento compartido.
3) Los pacientes se empoderaron forzosamente por esta situación excepcional.
Se ha acelerado la posibilidad de que el paciente asuma un rol más activo en el
control de su propia salud y así evitar interrupciones en tratamientos provocados
por las medidas de distanciamiento físico. Asimismo, la participación del paciente
se volvió imprescindible, poder evaluar cómo es nuestra población usuaria, qué
recursos tiene y qué canales de comunicación utiliza usualmente.
Incorporar el empoderamiento del paciente a la nueva normalidad.
La asistencia, las interconsultas entre profesionales y la capacitación médica por
medios virtuales debería pasar a ser una opción permanente y complementaria
que ofrecen los servicios de salud. Asimismo, deben estar respaldadas por leyes,
presupuestos, reglamentos y códigos de ética de colegios profesionales y pasar a
ser parte de las decisiones individuales y clínicas asistenciales.
4) La prestación de servicios de telemedicina es parte de la mirada de salud como un
derecho inherente de las personas, enfoca el trabajo conjunto en el establecimiento
de políticas públicas sostenibles y costo-efectivas.
Conformación de equipos interdisciplinarios y el trabajo colaborativo.
La creación de un espacio permanente de intercambio es fundamental para influir
decisiones de alto nivel entre instituciones públicas o privadas del sector salud, las
asociaciones profesionales, los profesionales de la salud, colegios y sociedades
científicas, y la sociedad civil.
políticas deben generar un contexto habilitante que den sos-
tenibilidad al avance logrado, considerando los aspectos
mencionados en las posibles barreras.
En conclusión, durante la pandemia del COVID-19 el uso de
soluciones digitales, principalmente aquellas de uso masivo y
bajo costo, ha transformado muchos paradigmas en las relacio-
nes médico-paciente y en la prestación de servicios de salud;
No solo mostró el potencial y el impulso que está experimen-
tando la telesalud, sino que dejará muchas buenas prácticas y
oportunidades de capacitación, que faciliten el acceso a la salud
a los ciudadanos. Sin embargo, es necesario tener en cuenta las
limitaciones de la telemedicina y reconocer la importancia del
encuentro presencial cuando sea necesario. El eje central de
cualquier política de telesalud hoy debe ser el impacto de su
implementación para mejorar el acceso a la salud y la calidad
de vida del paciente, siempre en condiciones que garanticen la
seguridad, condencialidad y seguridad de su información, y
en la continuidad de atención, contribuyendo de esta manera
en alcanzar el acceso y cobertura universal en salud de manera
costo-efectiva.
Contribución de los autores. Todos los autores contribuyeron
en la conceptualización y preparación del manuscrito y aproba-
ron la versión nal aceptada para publicación.
Conflicto de intereses. Ninguno declarado.
Declaración. Las opiniones expresadas en este manuscrito son
responsabilidad de los autores y no reejan necesariamente los
criterios ni la política de la RPSP/PAJPH o de la OPS.
REFERENCIAS
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Implementation of telemedicine in the Americas: Barriers and facilitators
ABSTRACT With millions of people in the world in situations of physical distancing because of COVID-19, information and
communication technology (ICT) has become as one of the principal means of interaction and collaboration.
The following advantages of ICT have been cited since the start of the new millennium: increased access to
information and service delivery, educational strengthening, quality control of screening programs, and reduc-
tion of health care costs. In the case of telemedicine, however, a number of barriers—especially technological,
human and social, psychosocial, anthropological, economic, and governance-related—have stood in the way
of its adoption. The past 20 years have seen an increase in the availability of resources and technical capacity,
improvements in digital education, empowerment of patients regarding their treatment, and increased public
interest in this area. Successes have included the use of interdisciplinary teams, academic and professional
networking, and virtual medical consultations. After reviewing the state of telemedicine in the Region of the
Americas, the authors recommend the urgent adoption of measures aimed at implementing national teleme-
dicine policies and programs, including a regulatory framework and adequate funding. Implementation of
the measures should be integrated and interoperable and include the support of academic networks and the
collaboration of specialized institutions. The policies should generate an enabling context that ensures sustai-
nability of the progress achieved, bearing in mind the possible barriers mentioned.
Keywords Access to information; public health; public health practice; health planning; telemedicine.
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Garcia Saiso et al. • Telemedicina en las Américas Opinión y análisis
Rev Panam Salud Publica 45, 2021 | www.paho.org/journal | https://doi.org/10.26633/RPSP.2021.131 7
Barreiras e facilitadores para a implementação da telemedicina nas Américas
RESUMO Com milhões de pessoas no mundo em situação de distanciamento físico devido à COVID-19, as tecnologias
da informação e comunicação (TICs) se enquadraram como um dos meios principais de interação e cola-
boração. Já no início deste milênio, começaram a ser mencionadas as seguintes vantagens: maior acesso
à informação e à prestação de serviços; fortalecimento da educação; controle de qualidade dos programas
de detecção e redução dos custos na atenção à saúde. No entanto, entre as principais barreiras de adoção
da telemedicina se encontram as de caráter: tecnológico; humano e social; psicossocial e antropológico; de
governança e econômico. Nestes 20 anos, houve um aumento nos recursos e na capacidade técnica, uma
melhora na educação digital, um empoderamento do paciente em seu tratamento e um maior interesse público
nessa área. Em especial, são consideradas bem-sucedidas a constituição de equipes interdisciplinares e as
redes acadêmicas e profissionais, e as consultas médicas virtuais. Após revisar o estado da telemedicina na
Região das Américas, os autores recomendam a adoção de medidas urgentes para implementar políticas e
programas nacionais de telemedicina, incluindo o marco normativo e o orçamento necessário. Essa imple-
mentação deve ser realizada de maneira integral e interoperável e sustentada por redes acadêmicas, de
parceria e instituições especializadas. Tais políticas devem gerar um contexto favorável, dando sustentabili-
dade ao avanço obtido e considerando os aspectos mencionados nas possíveis barreiras.
Palavras-chave Acesso à informação; saúde pública; prática de saúde pública; planejamento em saúde; telemedicina.