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AULA, Revista de Humanidades
y Ciencias Sociales
La inmigración venezolana y su impacto
en América Latina y el Caribe
Venezuelan immigration and its impact
on Latin America and the Caribbean
Joaquín Eguren
Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones
Universidad Ponticia Comillas, España
jeguren@comillas.edu \ https://orcid.org/0000-0003-2439-8167
Fecha de recepción: 15 de marzo de 2021
Fecha de aceptación: 6 de abril de 2021
Fecha de publicación: 1 de julio de 2021
Favor citar este artículo de la siguiente forma:
Eguren, J. (2021). La inmigración venezolana y su impacto en América Latina y el Caribe.
AULA Revista de Humanidades y Ciencias Sociales, 67 (2), 59-65
https://doi.org/10.33413/aulahcs.2021.67i2.179
RESUMEN
La emigración venezolana hacia América Latina y el Caribe constituye el fenómeno migratorio más importante y
voluminoso de las últimas seis décadas. Para ello nos acercamos a su análisis con los datos más recientes consta-
tando su evolución, sus dicultades y los desafíos que suponen para los países receptores de la gran región latinoa-
mericana. Señalamos los países que han recibido dicha inmigración, los motivos que determinan esa emigración,
así como el perl educativo y laboral. Consideramos que se suman las necesidades socioeconómicas como las
circunstancias de falta de libertad, por lo que para muchos es un exilio. Muchos emigrantes de distintos países
latinoamericanos de distintas épocas, están agradecidos por la acogida que tuvieron en su momento por parte de
Venezuela. Ahora los países receptores intentan devolver ese gesto generoso; pero la situación ha ido cambiando
en los últimos cinco años. A lo que en un principio fue una acogida sin mayores limitaciones, últimamente se han
impuesto restricciones. Además se identican escenas de rechazo cercanas a la xenofobia que han ido surgiendo
en los últimos años tanto a nivel institucional, político, así como en la convivencia cotidiana. Sin embargo, al nal
parece imperar un signicativo esfuerzo de acogida por parte de los países receptores y de integración por parte
de estos inmigrantes.
Palabras clave: discriminación, emigración, integración, mercado laboral, venezolanos.
ABSTRACT
Venezuelan emigration to Latin America and the Caribbean constitutes the most important and voluminous migra-
tory phenomenon in the last six decades. To do this, we approach its analysis with the most recent data, noting its
evolution, its diculties and the challenges it poses for the recipient countries of the great Latin America region.
We indicate the countries that have received this immigration, the reasons that determine this emigration, as well
as the educational and work prole. We consider that the socio-economic needs are added as the circumstances of
lack of freedom, so for many it is an exile. Many emigrants from dierent Latin American countries from dierent
times are grateful for the welcome they had at the time from Venezuela. Now the recipient countries are trying
to return that generous gesture: but the situation has been changing in the last ve years. To what was at rst a
welcome without major limitations, lately restrictions have been imposed. In addition, scenes of rejection close to
xenophobia that have emerged in recent years are identied both at an institutional and political level, as well as in
daily coexistence. However, in the end, a signicant reception eort seems to prevail on the part of the receiving
countries and integration on the part of these immigrants.
Keywords: Diaspora, Dominican Republic, Holocaust, Jewis people, Migration, Santo Domingo.
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LA INMIGRACIÓN VENEZOLANA Y SU IMPACTO
EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
La respuesta de los países latinoamerica-
nos a la migración venezolana
Jhonatan es un venezolano que emigró con
su familia a Colombia hace más de un año.
En su país trabajaba en un comercio. No ha
podido conseguir un Permiso Especial de
Permanencia (PEP) porque no traía consigo
el pasaporte. Para poder alquilar un cuarto
se organiza con su mujer e hijos. Mientras
él busca trabajo y hace algunos dineros, su
esposa se asienta en una calle con una bolsa
de caramelos esperando que alguien le dé al-
guna moneda a cambio de un caramelo o de
nada; el hijo mayor vende mercancía con un
valor concreto: mentas, maní, bolsas de basu-
ra, galletas, etc., y una de las hijas adolescen-
tes sube al transporte público a cantar. Todos
viven con la angustia de conseguir al menos
el costo del cuarto, y son tantos los venezola-
nos que están en la misma crisis que muchos
se quedan sin lograr la meta, lo cual implica
que al cabo de dos o tres días los sacan y les
toca dormir en la calle.
En nuestro libro “El éxodo venezolano:
entre el exilio y la emigración” (Koechlin y
Eguren, 2019), se estudia dicha emigración
en nueve países del espacio iberoamericano.
En el caso dominicano participó el Instituto
Nacional de Migración. En él señalamos:
“El éxodo venezolano constituye en estos
momentos el desafío más importante para la
comunidad en el ámbito latinoamericano y
caribeño de la movilidad humana y que no
tiene parangón en la historia latinoamericana,
por lo menos en las últimas cinco décadas”
(p.337)1.
La deuda histórica de varios países ibe-
roamericanos con Venezuela, gracias a su ge-
nerosidad en épocas pasadas en la acogida de
inmigrantes, estaba jugando a favor de la re-
cepción actual de los venezolanos que huían
en 2018. Esta deuda está presente incluso
en el discurso político y también en las
sociedades. Recordamos la migración domi-
nicana durante el período trujillista, la migra-
ción española, especialmente canaria, en el
siglo pasado, los exiliados de los países que
sufrieron dictaduras militares como Brasil,
Argentina, Chile y Uruguay en la década de
los 70’sy primeros años de la década de los
80’s, de la misma manera que la emigración
colombiana con motivo de la larga guerra in-
terna.
Esta disposición a coordinar acciones en
el entorno latinoamericano motivó la realiza-
ción del Proceso de Quito con la participa-
ción de trece países en tres reuniones entre
septiembre de 2018 y abril de 2019. Las
delegaciones de Argentina, Brasil, Ecuador,
Costa Rica, Colombia, Chile, México, Pana-
má, Paraguay, Perú y Uruguay propusieron
acciones para enfrentar la “crisis migratoria
venezolana” quienes suscribieron el Plan de
Quito. Bolivia y Venezuela participaron en
las reuniones, pero no lo suscribieron. Inclu-
so se planteó un plan de acción que buscaba
robustecer las acciones tendentes a facilitar
la movilidad humana de los ciudadanos ve-
nezolanos en los territorios de los países de la
región, enfocándose en tres ejes:
1. Permanencia regular de los nacionales
venezolanos en la región.
2. Cooperación regional con la República
Bolivariana de Venezuela.
3.Cooperación Internacional: Orga-
nización de las Naciones Unidas (ONU),
Comunidad Andina de Naciones (CAN),
Mercado del Sur (MERCOSUR), Organiza-
ción de Estados Americanos (OEA), Confe-
rencia Regional sobre Migraciones (CRM),
Conferencia Suramericana sobre Migra-
ciones (CSM) y Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL) y los
países de la región.
A pesar de ello algunos países han puesto
ciertas restricciones al ingreso de los venezo-
lanos como solicitud de visado: Perú (junio
2019), Ecuador (agosto 2019), Chile (mayo
2019) y República Dominicana (diciembre
2019).
Lo que dicen las cifras
Según la Plataforma de Coordinación para
Refugiados y Migrantes de Venezuela pro-
movida por ACNUR y la OIM registra al 6
de abril del año 2020 unos cinco millones
(5,093,987) (https://r4v.info/es/situations/
platform) de venezolanos emigrados al ex-
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tranjero en los últimos años. De acuerdo con
esas cifras el 84% de estos migrantes estaban
asentados en Iberoamérica, mientras que en
Sudamérica eran 3.924.823, es decir, el 77%.
Estos datos revelan varias situaciones:
Que el gran desplazamiento ha sido hacia
América Latina y el Caribe donde se concen-
traba el 82% contando con 4.104.199 vene-
zolanos. Por otra parte, que la gran mayoría
de los venezolanos se han movido en los paí-
ses vecinos o relativamente vecinos de la re-
gión andina, sin contar Brasil, que es también
limítrofe. En efecto, en la región andina, con-
tando Colombia, Perú, Ecuador y Chile, se
concentra el 69% con un total de 3.508.826
de la inmigración venezolana.
Fuera del continente latinoamericano el
siguiente desplazamiento ha sido hacia Esta-
dos Unidos de América con 351.144 perso-
nas (7%) y luego hacia España con 188.735,
con nacionalidad venezolana, sin contabilizar
a aquellos nacidos en España que emigraron
hace décadas y ahora retornan o aquellos que
adquirieron la nacionalidad española al ser
hijos o nietos de españoles, por lo que la cifra
sería mayor.
Esta migración masiva venezolana ha su-
puesto unos grandes desafíos especialmente
a los países vecinos como Colombia, con
1.825.687, lo que supone que es el país que
soporta el mayor peso (36%).
Si atendemos a las cifras brindadas por la
Organización Mundial de Migraciones (OIM,
2018), en 2015 residían de forma regular en
distintos países receptores 697.562 venezo-
lanos; dos años después, en 2017, lo hacían
1.622.109. Esto supone que entre 2015 y
2019 se ha producido un enorme proceso de
emigración venezolano, superior a los 3 mi-
llones y que un porcentaje muy alto está en
situación irregular.
Los tres escenarios de la migración ve-
nezolana
Se encuentran tres regiones o escenarios que
tienen características propias en su recep-
ción. La primera es la que se reere al es-
cenario fronterizo. Colombia y Brasil están
siendo afectados por estos movimientos hu-
manos. Con Colombia ha sido tradicional el
trasvase de migración dependiendo de la cri-
sis de cada país. Normalmente se ha tratado
de crisis económicas, pero también de violen-
cia, especialmente por la guerra interna que
ha sufrido Colombia en los últimos cincuenta
años, ahora en período de pacicación. Ade-
más, la zona fronteriza ha permitido un con-
tinuo ir y venir de personas de ambos países
para negociar, comprar y vender productos,
el contrabando, etc. Con Brasil ese trasvase
ha sido muchísimo menor.
El segundo escenario es el de los países
latinoamericanos que no tienen fronteras con
Venezuela, tales como Perú, Ecuador, Chile,
Argentina, Bolivia, Paraguay, Costa Rica,
México, Panamá, República Dominicana y
Uruguay.
El tercer escenario se reere a dos países
más distanciados, allende el mar, como son
Estados Unidos y España. Donde el éxodo
venezolano ocupa un lugar importante, dado
que en datos de la OIM son el segundo y ter-
cer país de acogida de venezolanos fuera del
ámbito iberoamericano.
La característica fundamental en términos
demográcos es que es una población joven,
entre 20 y 40 años, en plena edad de trabajo,
con cierto equilibrio en general entre hom-
bres y mujeres. No obstante, el perl cam-
bia en los países estudiados dependiendo en
parte del mercado laboral del país receptor.
Sin embargo, se sospecha que esta caracte-
rización está en constante cambio debido al
largo proceso de emigración. Se podrá hacer
una aproximación más precisa del perl de-
mográco cuando estos ujos migratorios
tiendan a estabilizarse.
En la actualidad las rutas más transita-
das son aquellas que se generan en la fron-
tera colombo-venezolana, así como entre la
de Venezuela- Brasil. Luego, existen otras
rutas que pueden ser terrestres como las de
Ecuador, Perú e inclusive Chile. Como es el
caso de Cindy, una joven casada y con dos
hijas pequeñas que viajó desde Venezuela
hasta Trujillo, el norte de Perú, para encon-
trarse con su esposo, quien reside allí desde
hace un año. Después de 100 horas de viaje,
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EN AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
haber cambiado 13 veces de autobuses, más
la caminata para cruzar en Táchira el puente
Simón Bolívar para llegar a Colombia, y lue-
go de atravesar Colombia y Ecuador arribar
a su destino. En Trujillo se alojó con su es-
poso en una pieza (habitación) que alquilaba
con otros venezolanos. Su esposo trabajaba
en la economía informal y había conseguido
el Permiso Temporal de Permanencia (PTP)
para poder trabajar. Él vende arepas en las
calles. Sabe de gente que ha trabajado de
dependientes de tiendas o comercios, pero
como gana más vendiendo arepas, preere
quedarse en la economía informal. “Los que
viajaron por vía terrestre señalan que entre
las mayores dicultades se encuentran los ca-
sos de cobros ilegales en los controles de la
frontera de Venezuela con Colombia, deco-
miso de dinero, demora en la atención de los
controles (lo que conlleva a la pérdida del pa-
saje de conexión), accidentes en la carretera,
entre otros.
En estos casos como el de Cindy y en los
que afectan a Argentina y Uruguay, a veces se
combina el transporte aéreo, aunque en estos
últimos suelen ser mayoritariamente despla-
zamientos por vía aérea, tal como a Repúbli-
ca Dominicana, Estados Unidos, México y
España. No obstante, en el caso de Estados
Unidos y México, existen casos de grupos
de venezolanos que se han trasladado por vía
área hasta Guatemala y luego por vía terres-
tre hacia el norte.
Por otra parte, existen dos condicionantes
para dicha movilización: la capacidad econó-
mica y la de poseer un documento, especial-
mente pasaporte. En este sentido, hasta 2013
claramente la gente tenía mayor capacidad
económica y disponían del pasaporte con ma-
yor facilidad.
Inserción de los venezolanos en los países
receptores
La incorporación de los venezolanos des-
plazados en los mercados de trabajo de los
países latinoamericanos y caribeños depende
de varios factores: el capital humano con que
cuentan, tener documentación suciente que
le posibilite contratarse, el capital social (re-
des sociales de inmigrantes y autóctonos) y
las características del mercado laboral que les
acoge.
Parece ser que los venezolanos hasta
2013, en general, tenían más posibilidades
de acceder al mercado laboral en los países
receptores porque contaban con casi todos
estos factores a su favor, especialmente en
países como Argentina, Uruguay, España,
Colombia, Chile, Estados Unidos, México y
República Dominicana.
Sin embargo, desde 2015 dicha emigra-
ción tiene menor capital humano y mayor
dicultad para contar con documentación
suciente. Por otro lado, las redes sociales,
fundamentalmente venezolanas, les posibili-
tan el acceso a trabajos de menor cualica-
ción y particularmente, una característica de
algunos países es la predominancia de la eco-
nomía informal. Según los datos de 2015 de
Americas Society Council of the Americas,
su incidencia varía entre los países de la re-
gión, desde 30,7% en Costa Rica al 73,6% en
Guatemala. Se destaca que se está hablando
de estimaciones porque se trata del sector de
la economía que no aparece en las estadís-
ticas ociales, dado que las transacciones se
llevan a cabo principalmente en efectivo y no
se pagan impuestos. Asimismo, la economía
informal y la situación de irregularidad de la
inmigración van de la mano.
Además de todo ello se suman las necesi-
dades imperiosas de supervivencia de los in-
migrantes venezolanos que a veces preeren
insertarse o no tienen más remedio,al menos
durante la primera época, en el mercado in-
formal, debido a que pueden conseguir dine-
ro más rápidamente con el propósito de pagar
sus gastos en el país receptor y para enviar
remesas a su país de origen, como sucede en
Perú.
Por otra parte, se constata en general una
movilidad descendente independientemente
de cuáles son sus estudios y habilidades labo-
rales (universitarios, profesionales, manua-
les, artísticas) y que obliga a los venezolanos
en los países receptores a realizar un gran
ajuste de sus expectativas personales, profe-
sionales y residenciales.
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LA INMIGRACIÓN VENEZOLANA Y SU IMPACTO
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Situaciones de prácticas discriminatorias
hacia los inmigrantes venezolanos en paí-
ses receptores.
Mientras que en los primeros momentos la
llegada de los inmigrantes venezolanos en
Colombia, Perú y en algún otro país fue bas-
tante bien recibida, en los últimos años, sin
embargo, la situación ha ido cambiando, en
gran medida, por el gran incremento de inmi-
gración venezolana y su rapidez. Junto a ello,
su inserción en el mercado laboral ha des-
pertado también recelos. Durante la primera
época los venezolanos fueron recibidos con
los brazos abiertos por muchas empresas que
los consideraban como muy trabajadores y
no conictivos además de, en general, poseer
una mayor formación laboral y profesional
que los nativos, (Koechlin y Eguren, 2019).
Esta situación ha ido cambiando a peor
en los últimos tres años con la aparición de
episodios de discriminación en los distin-
tos niveles. Por un lado, la aparición de ve-
nezolanos en las estadísticas por delitos de
hurto e incluso algún homicidio, han sido
explotados por los medios de comunicación
social. Mucha prensa sensacionalista ha
dado a veces seguimiento especíco y han
amplicado aquellos aspectos dramáticos y
morbosos de las situaciones creadas. Esto
suele calar rápidamente en la opinión
pública.
Al mismo tiempo comienzan a detectarse
signos de discriminación institucional tanto
en el nivel administrativo como político. A
nivel administrativo son prácticas que se lle-
van a cabo en las instituciones nacionales que
dejan de lado a los inmigrantes venezolanos;
como implantar medidas discriminatorias de
los inmigrantes en general y de los venezo-
lanos en particular. Los primeros síntomas
fueron las medidas restrictivas tomadas por
algunos gobiernos en el ingreso al territorio
nacional y en los procesos legales de asenta-
miento.
Asimismo, a nivel político estas prác-
ticas empiezan por determinados partidos
políticos y las prosiguen las instituciones
nacionales, como ha sucedido con actitudes
claramente discriminatorias por parte de al-
gún jefe de Estado. Por ejemplo, la reacción
que tuvo el gobierno ecuatoriano ante el fe-
minicidio de una joven ecuatoriana a manos
de un joven venezolano en enero de 2019.
En un tweet el presidente Moreno indica-
ba que habría dispuesto la conformación de
“brigadas para controlar la situación legal de
los inmigrantes venezolanos en las calles, en
los lugares de trabajo y en la frontera” que
al nal no se hizo, pero promovió que ciuda-
danos ecuatorianos, indignados por el delito,
se sintieran legitimados y se autoconvocaran
para perseguir, golpear y desalojar a ciuda-
danos venezolanos de sus hogares (Cuesta
y Nivelo en Koechlin, Eguren y Estrada (en
prensa). O también en Perú con algún candi-
dato político a la presidencia que ha hecho
su campaña basada en la discriminación y
rechazo de los venezolanos ancados en di-
cho país y en República Dominicana, con un
partido que rechaza claramente la inmigra-
ción.
Una de las cuestiones que crea preocu-
pación es la sensación de inseguridad que
puede estar extendiéndose en algunas de las
sociedades receptoras ante la presencia de los
inmigrantes venezolanos, y que suele estar
azuzada por ciertos medios de comunicación
y por inescrupulosos que la utilizan para ob-
tener benecios.
Por ejemplo “En distintas encuestas, resi-
dentes de Colombia y Perú han citado regu-
larmente el crimen como una de las razones
por las que se sienten más incómodos con la
migración desde Venezuela” (Migration Po-
licy Institute, 2020, p.2); sin embargo, dicho
informe revela que estudios sobre la relación
entre inmigración y delincuencia en Colom-
bia, Perú y Chile sugieren que los inmigrantes
venezolanos cometen sustancialmente menos
delitos que la población nativa con respecto a
su proporción dentro de la población en ge-
neral. Esto indicaría que dichas percepciones
públicas sobre un alza en la criminalidad cau-
sada por los inmigrantes, son erróneas. Por
otra parte, la incidencia de la delincuencia
venezolana está más presente en las fronteras
y en las regiones en las que hay un fuerte ni-
vel de desempleo.
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Venezolanos en República Dominicana
Según el informe de la Plataforma de Coordi-
nación para Refugiados y Migrantes de Vene-
zuela en República Dominicana, habría más
de 34.000 venezolanos de los cuales 7.946
tenían permiso de residencia o de estancia
regular concedidos lo que indica que apenas
llegan al 23%. Esto podría indicar que tres
de cada cuatro venezolanos están en una si-
tuación de irregularidad lo que trae aparejado
que no tienen acceso al sistema de salud.
Este país ha vivido unas tres olas de in-
migración venezolana. La primera ola esta-
ba compuesta por grandes inversores y altos
ejecutivos de grupos corporativos que pu-
dieron instalarse con sus familias sin mayor
dicultad gracias a las facilidades para re-
gularizar su estatus migratorio. Tenían po-
sibilidades de retorno y de visitas periódicas
a su país. Le siguió un grupo de inversores
que crearon empresas medianas satélites
atraídos por las facilidades de inversión que
proporcionó República Dominicana entre
2004 y 2010 y que su propio país no les pro-
porcionaba, sino que les empujaba a buscar
otros mercados.
La segunda ola se caracteriza porque la
gran mayoría eran profesionales y traba-
jadores calicados que se insertaron en el
mercado formal adquiriendo estabilidad y
oportunidades de movilidad laboral y eco-
nómica. Es el caso de Vicenta. Ella es una
ingeniera especializada en petroquímica que
había desarrollado una carrera profesional im-
portante en la empresa estatal de petróleo de
Venezuela (PDVSA). Dado los altos ingresos
que tenía, contaba con una muy buena casa,
coche, etc. Estaba muy bien instalada con su
familia hasta que se produjeron los despidos
masivos por razones políticas en el año 2003
y no pudo trabajar en ninguna empresa del
sector. Como tenía unos conocidos, antiguos
compañeros de PDVSA en República Domi-
nicana, se incorporó a la Renería Dominica-
na de Petróleo. Aquí ha logrado conseguir un
buen estatus socioeconómico, prácticamente
de clase alta. Además, ha ayudado a otros ve-
nezolanos en los primeros años de 2000 hasta
el 2014.
Por su parte, la denominada tercera ola,
que es la más reciente, fundamentalmente a
partir de 2015, no ha tenido el mismo nivel
profesional y educacional. Se incorporó en
el sector secundario, caracterizado por traba-
jos precarios dentro del sector formal y con
bajos salarios. Prácticamente la mitad de los
venezolanos que trabajan en el sector formal
son trabajadores de los servicios y vendedo-
res de comercios y mercados. Pero, sin duda,
dentro de este grupo muchos se incorporaron
al sector informal desarrollando trabajos que
muchos dominicanos no quieren (Paredes,
286-287, en Koechlin y Eguren, 2019).
Muchos de ellos han sido gravemente
afectados luego de que en República Do-
minicana se dispusiera del cese de labores
no esenciales como forma de combatir la
pandemia del coronavirus en los primeros
meses de 2020. Se han visto obligados a so-
licitar ayuda para volver a su país dado que
los pocos ahorros que podían tener se han es-
fumado al perder el trabajo. Esta situación se
repite en otros países latinoamericanos; pero
se desconoce en el contexto actual cómo está
afectando esta pandemia. Se ha constatado
que, en las primeras semanas después de la
declaración de emergencia, se dio el regre-
so de varios venezolanos hacia su país natal.
Las últimas informaciones hablaban de más
de 10.000 personas, muchos procedentes de
Perú, Ecuador y Colombia. Dependerá del
tiempo que dure la pandemia, el acceso a la
salud y las ayudas económicas de los gobier-
nos a los trabajadores del sector informal.
Por último, cabe señalar que el 19 de
enero de 2021 el Ministerio del Interior
y Policía emitió la resolución M-MIP-
EXT-00119-2021 con la que normaliza,
dentro de la categoría de no residente, la si-
tuación migratoria irregular de venezolanos
en territorio dominicano. En el plazo de seis
meses tienen que presentar la solicitud y se
les proporcionaría permisos de estudiante o
de trabajadores temporeros por un año. Esto
abre la oportunidad a muchos de los 100.000
venezolanos que estarían ancados en la Re-
pública Dominicana, según la Pastoral Cató-
lica Venezolana2.
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Joaquín Eguren
Investigador y profesor del Instituto Universitario de Estudios sobre Migraciones
de la Universidad Ponticia Comillas, Madrid. Doctor en Antropología por la Uni-
versidad Autónoma de Madrid, licenciado en Sociología y Teología. Fundador y
anterior coordinador del Observatorio Iberoamericano sobre Movilidad Humana,
Migraciones y Desarrollo, y actualmente editor de la Colección OBIMID. Es pro-
fesor en el Programa de Doctorado en Migraciones Internacionales y en Coope-
ración al Desarrollo y en el Máster Universitario en Migraciones Internacionales
Contemporáneas. Coeditor de los libros: Las migraciones en las fronteras en Ibe-
roamérica (2016), Los movimientos migratorios en las fronteras iberoamericanas
(2017), El éxodo venezolano: entre el exilio y la emigración (2018), La trata de
seres humanos en Iberoamérica (2020) y Caravanas de migrantes: manifestaciones
de la compleja realidad centroamericana (2020).