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Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
Este libro presenta los resultados de una investigación sobre un
fenómeno poco explorado en la bibliografía en español: los
booktubers, jóvenes que producen y publican reseñas y co-
mentarios sobre literatura infanto-juvenil en Youtube. Los
booktubers, lectores voraces que transmiten su entusiasmo
por los libros, que promueven la lectura por contagio y que con-
tradicen la afirmación según la cual “los jóvenes no leen”, son
verdaderos mediadores culturales entre los libros y sus lecto-
res. Valiéndose de distintos dispositivos electrónicos, produ-
cen sus propios videos y los comparten, crean sus comunida-
des de lectura a través de las redes sociales y llenan salas en la
Feria del Libro para hablar de lo que más les gusta: los libros.
En esta investigación, realizada en la Facultad de Ciencias de
la Educación y de la Comunicación Social de la Universidad del
Salvador, entrevistamos a diez booktubers argentinos y anali-
zamos sus producciones. A través de sus propias voces cono-
ceremos cómo realizan sus videos y crean sus comunidades
de seguidores, cómo se relacionan con la industria editorial y
cómo se ven ellos en este rol de mediadores culturales, toman-
do como punto de partida su amor incondicional por los libros.
Entre libros y pantallas:
los booktubers como
mediadores culturales
Francisco Albarello
Francisco Arri
Ana Laura García Luna
Entre libros y pantallas:
los booktubers como
mediadores culturales
Francisco Albarello
Francisco Arri
Ana Laura García Luna
Albarello, Francisco
Entre libros y pantallas : los booktubers como mediadores culturales /
Francisco Albarello ; Francisco Arri ; Ana Laura García Luna. - 1a ed
adaptada. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires : Universidad del Salvador,
2020.
Libro digital, PDF
Archivo Digital: descarga y online
ISBN 978-950-592-275-8
1. Ciencias de la Comunicación. 2. Comunicación Digital. I. Arri, Francisco.
II. García Luna, Ana Laura. III. Título.
CDD 302.231
Fecha de catalogación: 17/11/2020
© 2020, Ediciones Universidad del Salvador
Hecho el depósito que marca la Ley 11.723
Impreso en Buenos Aires, Argentina.
FRANCISCO ALBARELLO
Es Doctor en Comunicación Social por la Universidad Austral y Li-
cenciado en Comunicación Social con orientación en Periodismo por
la Universidad Nacional de la Plata, con un posgrado en Educación a
distancia a través de redes digitales y recursos de Internet por la Uni-
versidad de Murcia (España). Docente investigador en la Universidad
Austral, donde edita la revista académica Austral Comunicación y
dirige el Doctorado en Comunicación Social, y docente investigador
en la Universidad del Salvador. Además es profesor de la Universi-
dad Nacional de San Martín, la Universidad Nacional de Río Negro,
la Universidad Abierta Interamericana y universidades de Colombia
y Ecuador.
Ha publicado Lectura transmedia: leer, escribir, conversar en el ecosis-
tema de pantallas (2019), Personalizar el vínculo con la tecnología. Hacia un
discernimiento de la cultura digital (2013) y Leer/navegar en Internet. Las
formas de lectura en la computadora (2011), entre otros.
FRANCISCO HERNANDO ARRI
Doctor en Comunicación Social (Universidad Austral), Máster en Co-
municación y Educación (Universidad Autónoma de Barcelona), pro-
fesor y licenciado en Periodismo (Universidad del Salvador ).
Es director del Área de Educación de la Universidad del Salvador,
en donde se desempeña como profesor titular e investigador.
Es docente de grado en las universidades UCES y UAI y de posgra-
do en la Facultad de Humanidades y Artes de la Universidad Nacio-
nal de Rosario y en la Escuela de Posgrado de la Universidad Colum-
bia (Paraguay).
Investiga temas vinculados a las mediatizaciones digitales, tecno-
logías, educación y lectura/navegación en pantallas, dispositivos mó-
viles y tactilidad.
ANA LAURA GARCÍA LUNA
Es Magíster en Periodismo por la Universidad del Salvador. Licencia-
da y profesora en Periodismo. Docente investigadora de grado y pos-
grado en la USAL, UCES y UNR.
Dirige las Licenciaturas en Periodismo, Ciencias de la Comunica-
ción y Relaciones Públicas en la Universidad del Salvador, en donde
también es profesora titular.
Forma parte de diferentes equipos de investigación en el sector pri-
vado y público.
ÍNDICE
Agradecimientos ....................................................................................... 7
Prólogo ........................................................................................................ 9
Introducción ............................................................................................. 13
1. Libros, pantallas y comunidades ...................................................... 17
BookTube en la evolución de las formas de lectura ......................... 20
Los booktubers como mediadores culturales .................................... 26
Los booktubers y las narrativas transmedia ........................................ 30
2. Había una vez ....................................................................................... 37
“Leer está en mí” .................................................................................. 37
El libro como objeto: papel antes que pantalla ................................. 38
BookTube: más allá del libro .............................................................. 42
3. Qué ves cuando me ves ....................................................................... 47
¿Qué es un booktuber? .......................................................................... 47
Ni maestros, ni críticos ........................................................................ 49
Sobre el futuro ...................................................................................... 53
4. La comunidad del anillo ...................................................................... 57
YouTube como comunidad global ..................................................... 57
BookTube y redes sociales .................................................................. 59
El lenguaje: entre lo local y lo global .................................................. 62
Yo soy ustedes: la relación con la audiencia ..................................... 65
Like me .................................................................................................... 67
Entre el canon y el fandom literario .................................................... 71
Las videorreseñas como extensiones narrativas transmedia ....... 74
5. Los booktubers y las editoriales ............................................................ 79
¿Cómo se contactan las editoriales con los booktubers? ................... 79
El dinero no puede comprarme, amor .............................................. 81
La presión por la cantidad .................................................................. 83
La Feria del Libro como lugar de encuentro .................................... 89
6. Luz, cámara… ¡BookTube! ................................................................. 93
Aprendizaje autodidacta ................................................................... 93
El escenario: mi cuarto ........................................................................ 94
Natural e improvisado, pero broadcasting
La edición de los videos: el software es el mensaje .......................... 105
Leer en voz alta: la estrategia del booktuber ante cámara .............. 109
Conclusiones .......................................................................................... 115
La lectura en comunidad .................................................................. 115
El vínculo con la industria editorial ................................................ 117
Las características de las producciones booktuber ......................... 118
7
Agradecimientos
La concreción de un libro es el resultado de puentes que se tienden
entre instituciones y personas que lo hacen posible. El camino se ini-
ció en 2017 cuando el Vicerrectorado de Investigación y Desarrollo a
través del Instituto de Investigación de la Facultad de Ciencias de la
proyecto de investigación “Las producciones de los booktubers como
extensiones narrativas transmedia”.
Un pilar fundamental en el que se apoya el texto que aquí les pre-
sentamos es el decano de la Facultad, Dr. Máximo Paz, quien nos
impulsó desde un principio para que el libro sea hoy un proyecto
materializado.
Esta iniciativa nos conectó inmediatamente con un grupo entusias-
ta de alumnos y graduados de la Facultad que quisieron dar sus pri-
-
vemos a agradecer por su compromiso, vocación y responsabilidad.
Gracias a Juliana, Melissa, Rodrigo y Greta, el equipo pudo acortar
las distancias con los jóvenes que formaron parte del objeto de estu-
dio. También queremos agradecer el valioso aporte de Ivana Mihal,
investigadora de la Universidad Nacional de San Martín, quien ge-
nerosamente nos cedió una de las entrevistas a los booktubers de esta
investigación. Las redes trascienden las fronteras, y es por eso que
queremos agradecer también a José Miguel Tomasena Glennie, quien
sin dudarlo aceptó escribir el prólogo de este libro.
Por otra parte, resulta fundamental reconocer el valor y el aporte
de cada uno de los booktubers que se atrevieron a ponerle voz a una
práctica innovadora, creativa, disruptiva y de la cual el campo de la
comunicación poco había dado cuenta.
Por último, el agradecimiento también a todas las personas que
nos acompañaron, de manera personal y profesional, en el recorrido
de esta aventura.
Francisco Albarello
Francisco Arri
Ana Laura García Luna
9
Prólogo
Érase una vez los booktubers
Por José Miguel Tomasena
Todo se ve distinto después de la pandemia del COVID-19. Y lo que
hace unos años eran prácticas impulsadas desde los márgenes por
unos jóvenes conocidos como booktubers, hoy parece convertirse en
“la nueva normalidad”: se multiplican los clubes de lectura por vi-
deoconferencia, las editoriales difunden en sus redes bodegones fo-
y tours por las estanterías de escritores y
libreros recomiendan los títulos que no pueden vender en sus tiendas
físicas con la esperanza de que los compremos en línea.
Como suele darse en la historia, los jóvenes fueron los primeros.
Era lo natural para ellos: habían crecido en una cultura saturada de
pantallas, con conexión a internet; tenían teléfonos móviles y acceso a
un ecosistema de plataformas que les permitía participar. ¿Qué iban
a hacer? Pues usarlos para expresarse, para descubrir su propia iden-
tidad, para conectar con otros, y en algunos casos, para construir una
trayectoria profesional.
Refutaron los pronósticos apocalípticos que hablaban de la
desaparición de los libros y del advenimiento de los ebooks —los
booktubers aman los libros en papel, los atesoran, los presumen y
—los BookTubers reivindican que se puede leer y también ver series,
leer y jugar videojuegos, leer y escuchar música pop—; sufrieron el
desdén del establishment literario por su falta de credenciales críticas
para opinar sobre literatura y por sus gustos ilegítimos —literatura
reivindicaron el derecho del lector común a leer por placer y a
compartir la experiencia personal de lectura. Y luego resistieron la
cooptación de los departamentos de marketing de las editoriales, que
quisieron convertirlos en meros voceadores de sus novedades, y poco
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
10
a poco fueron integrándose a la industria editorial como parte de la
programación de las Ferias del Libro más importantes de América
Latina, como community managers o publirrelacionistas, como
rastreadores de tendencias o lectores de pruebas, y recientemente,
como autores de novelas para el público juvenil. Ahora que un virus
ha puesto al mundo patas arriba, toda la cadena del libro asume las
prácticas de comunicación de los booktubers como lo más natural del
mundo.
Lo que antes era incomprendido ahora es la norma. Y mostrar la
portada de un libro a la cámara —gesto por excelencia de sus videos—
se ha convertido en un gesto ubicuo.
***
Como indica el título —Entre libros y las pantallas—, este libro analiza el
fenómeno de BookTube en Argentina como una hibridación entre dos
culturas: por un lado, la cultura de las pantallas, con sus smartphones,
un grupo de jóvenes sigue reivindicando como su signo de identidad.
En continuidad con las ideas desplegadas en Lectura transmedia
(Albarello, 2019), esta investigación esclarece cómo las prácticas de
los booktubers se despliegan en un ecosistema multiplataforma, mul-
tilingüístico, y forma parte de la expansión del relato por parte de los
usuarios, en línea con lo que han trabajado investigadores como Hen-
ry Jenkins o Carlos Scolari. Las prácticas de los booktubers son parte de
una trama a de prácticas de prosumo literario mucho más amplias,
que se sitúan “entre el canon y el fandom”, como la producción de bo-
degones de libros en Instagram, la escritura de fan-ction, las fotos de
pasajes subrayados, el cosplay, los clubes de lectura virtuales o los re-
tos de escritura conjuntos como #NanoWriMo.
Estas prácticas demuestran que, contra lo que se temía al inicio, in-
ternet no desplaza al mundo material, sino que le añade capas de co-
-
rrey tiene el potencial de llegar a cientos de miles de personas desde la
soledad de su dormitorio; lectores de closet que no encuentran eco en
su familia o su escuela encuentran en internet a otras personas con las
Prólogo
11
que sienten hermanados, a pesar de estar separados por océanos, cor-
dilleras o desiertos. ¿Qué puede separarnos si también te gustan Ste-
estatus de microcelebridades. Y tienen el poder de la moda de impo-
ner tendencias: puede ser Benito Taibo, Los Miserables o Jane Austen.
Pero son minoría, hay que decirlo, para no reforzar ese discurso falso
que promete fama y dinero cuando en realidad ofrece precariedad.
Mirado desde la distancia —conozco mejor la escena de booktubers
mexicanos o españoles—, este libro evidencia el carácter trasnacional
del fenómeno, con sus códigos, sus libros fetiche y sus palabras clave
en inglés —wrap-up, unboxing, bookhaul—. Pero al mismo tiempo está
marcada por las características locales, por los matices de la lengua de
cada región, por la oferta editorial de cada lugar —no olvidemos que la
mayoría de los libros, pese a la retórica de la lengua española como “te-
rritorio común”, no circulan fuera de sus mercados nacionales—.
Una de las grandes virtudes de este libro es que da voz a las y los
protagonistas. A través de sus páginas podemos leer cómo los booktu-
bers explican sus prácticas y preferencias, cómo entienden sus roles,
las formas en que han convertido a sus audiencias en “comunidades”,
las tensiones derivadas de sus compromisos con las editoriales y la
forma en que han desarrollado sus habilidades de producción y su
estilo audiovisual. Esta perspectiva “desde adentro” es complemen-
tada con el punto de vista externo de los investigadores, que aporta
la experiencia y la perspectiva necesarias para situar las mediaciones
que hacen los booktubers tanto en el marco más amplio de la cultura
contemporánea como en el de la historia de la lectura.
Sea cual sea el escenario al que nos conduzcan las transformacio-
nes del ecosistema editorial que la crisis por el COVID 19 está acele-
rando, no tengo duda de que esta investigación será leída de manera
retrospectiva como un documento indispensable para entender cómo
empezó todo: ese raro momento histórico en el que los booktubers
emergieron como un nuevo sujeto mediático que hacía circular los li-
bros en el ecosistema de medios digitales, sin que nadie lo esperara ni
lo entendiera del todo.
Barcelona, agosto de 2020.
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
12
José Miguel Tomasena (México, 1978)
Es escritor, periodista y profesor asociado en la Universitat Pompeu
Fabra (UPF) de Barcelona.
Es licenciado en Ciencias Sociales, Máster en Escritura Creativa
por la Escuela Contemporánea de Humanidades (ECH) de Madrid,
Máster en Comunicación Social y Doctor en Comunicación por la
sobre las prácticas comunicativas de los booktubers en lengua españo-
la. Tiene su propio canal de YouTube, Observatorio de BookTube:
goo.gl/vJGHtV
Sus áreas de interés académico incluyen la alfabetización mediá-
tica, las prácticas de lectura y escritura en redes sociales, la etnografía
digital, los estudios culturales y la historia de la lectura y la edición.
Es autor de las novelas El rastro de los cuerpos (Grijalbo, 2019), La caí-
da de Cobra (Tusquets, 2016) y del libro de cuentos ¿Quién se acuerda del
polvo de la casa de Hemingway? (Premio Bellas Artes de Cuento San Luis
Potosí en 2013). También es coguionista de los documentales Retratos
de una búsqueda (2015) y Dibujos contra las balas (2019).
Más información: jmtomasena.com
13
Introducción
La convergencia mediática que vivimos en la actualidad desde el de-
sarrollo de Internet ha dado lugar a un fuerte proceso de hibridación
entre viejos y nuevos medios, entre los que se destacan las redes so-
ciales. En los últimos años y gracias a plataformas colaborativas como
YouTube, prolifera un fenómeno que atraviesa a las juventudes y que
llama la atención del mercado editorial: los booktubers. Se trata de jóve-
nes que producen y comparten reseñas y comentarios sobre literatura
infanto-juvenil construyendo comunidades de lectura, promoviendo
una cultura participativa y diluyendo las fronteras entre escritores y
lectores.
Estos nuevos mediadores culturales, que tienen miles de seguido-
res en las redes, se han convertido en verdaderas estrellas en eventos
como la Feria del Libro de Buenos Aires y, valiéndose del lenguaje au-
diovisual, han llegado a recrear la lectura en voz alta tal como se la
practicaba en la Antigüedad.
Inquietos, curiosos, amantes de los libros y lectores voraces, estos
jóvenes echan por tierra el mito de que “cada vez se lee menos”. Es por
eso que las editoriales los consideran intermediarios entre el libro y
el público lector y los convocan como inuencers para posicionar los
textos en el mercado.
Este libro es producto de una investigación llevada a cabo durante
el bienio 2017-2018 en la Facultad de Ciencias de la Educación y de la
Comunicación Social de la Universidad del Salvador, con la participa-
ción de los autores y un equipo conformado por los alumnos Juliana
-
da “Las producciones de los booktubers como extensiones narrativas
transmedia”. En esa pesquisa, de carácter descriptivo y exploratorio,
se combinaron técnicas cualitativas y cuantitativas que consistieron,
en primer lugar, en la realización de entrevistas en profundidad a 10
booktubers argentinos. Estos 10 casos fueron seleccionados a través de
la técnica del “muestreo voluntario”, es decir que fueron entrevista-
dos aquellos booktubers que estuvieron dispuestos a responder las pre-
guntas del equipo de investigación. A pesar de que en sus canales de
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
14
YouTube se muestran como jóvenes extrovertidos y muy dispuestos
a la interacción, el proceso de construcción de la muestra implicó un
desafío para los investigadores, ya que acceder a su palabra no fue
una tarea sencilla. Es por ello que uno de los principales aportes de
este trabajo es precisamente poder leer, en primera persona, la voz
comunidad que los sigue, la relación con las editoriales y los modos
en los que producen sus videorreseñas y las viralizan a través de las
redes sociales.
A continuación listamos los booktubers entrevistados y sus canales:
• Agustín Sohn (Librothers)
• Antonella Romano (Hija de Poseidón)
• Augusto Funes (Libros con Augusto)
• Belén Roggiero (Libro, cámara acción)
• Ezequiel Martinengo (Detrás del libro)
Atrapado en la lectura)
• Guillermina Valdata (Guille Valdata)
• Lola y Sol (Oh por Dios Copito)
THXBOYWTHEBOOKS)
En segundo lugar, los datos que surgieron de las entrevistas en pro-
fundidad se contrastaron con el análisis de algunas de las producciones
en video que los booktubers que formaron parte de la muestra tenían dis-
ponibles en sus respectivos canales de YouTube. Para el análisis de los
videos, se construyó una matriz en la que se incluyó una parte cuanti-
tativa, en donde se relevaron diversos elementos tales como modalidad
de la interacción, análisis de la imagen y análisis del sonido, y otra parte
Introducción
15
cualitativa en la que se registraron las expresiones de los booktubers y las
valoraciones de los libros aludidos en sus producciones. Esta triangula-
ción metodológica permite generar nuevos aportes en la comprensión
de este fenómeno como prácticas de extensión narrativa transmedia, en
las cuales los booktubers desempeñan un rol importante en la expansión
del mundo narrativo generado por la industria editorial, que alterna
entre soslayar o capitalizar este fenómeno.
Este libro se propone describir un fenómeno sumamente actual
que caracteriza los intereses de una buena parte de los jóvenes. Tan-
to es así que la “práctica BookTube” no solamente seduce al merca-
do editorial, sino que también es apropiada por la escuela, que utiliza
este tipo de producción para el abordaje de clásicos de la literatura. Se
trata este del primer libro dedicado a analizar en profundidad el fenó-
meno de los booktubers en Argentina.
Hay pocos antecedentes en el estudio sobre el fenómeno BookTube.
En este libro recogemos, principalmente, el trabajo de Néstor García
Canclini y sus colegas, que estudiaron este fenómeno en México y que
publicaron en su libro Hacia una antropología de los lectores (Ariel, 2015);
de Gemma Lluch, quien viene investigando a los jóvenes blogueros
literarios en su evolución hacia los booktubers, en lengua española y en
catalán, y que ha dado a conocer en un capítulo del libro ¿Cómo leemos
en la sociedad digital? Lectores, booktubers y prosumidores (Ariel, 2015),
una compilación dirigida por Ariel Cruces. Finalmente, recogemos el
trabajo del mexicano José Miguel Tomasena Glennie para su tesis de
maestría titulada Los videoblogueros literarios (booktubers): entre la cul-
tura participativa y la cultura de la conectividad, defendida en 2016 en la
Universitat Pompeu Fabra (Barcelona, España), bajo la dirección de
Carlos Scolari. De este modo, este trabajo pretende “cerrar el triángu-
lo” entre estos tres países, México, España y Argentina, curiosamente
donde es más fuerte la industria editorial en habla hispana.
Este libro presenta, en el primer capítulo, un marco teórico que
busca comprender el fenómeno de los booktubers en la evolución de
las formas de lectura, su rol como mediadores culturales y su relación
con las narrativas transmedia. Luego, en los capítulos que siguen se
recoge la idea que tienen los booktubers sobre el libro impreso como ob-
jeto y su vinculación con el soporte papel. También se caracterizan los
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
16
hábitos de lectura de los jóvenes entrevistados y el modo en el que se
relacionan con su comunidad de seguidores. Más adelante, se explora
el vínculo de los booktubers
llegar al análisis de las videorreseñas y su caracterización como exten-
siones narrativas transmedia.
La obra que aquí se presenta es una invitación a conocer una expe-
riencia de producción de contenidos en comunidad, que busca rom-
per con ciertos estereotipos sobres las juventudes contemporáneas
y adentrarse en un tipo de mediación cultural que propone nuevas
prácticas de lectura y de circulación de los relatos.
17
1. Libros, pantallas y comunidades
En las primeras décadas del siglo , asistimos a cambios trascen-
dentales en las formas de circulación de los libros. No solo se trata
de que los textos se han encarnado en las pantallas, sino que esta-
mos ante un fenómeno más amplio: las prácticas de lectura se han
-
cuentran, en la cultura digital, nuevas formas de relacionarse con los
libros y la lectura.
En este capítulo haremos un recorrido teórico que nos permitirá
enmarcar el fenómeno de los booktubers en un doble sentido: por un
lado, relacionándolo con prácticas del pasado que nos permiten en-
contrar similitudes y continuidades; y por otro, caracterizar lo nove-
sus características propias, que lo diferencian de otras formas de apro-
piación de los textos.
Deniciones
A lo largo de estas páginas procuraremos caracterizar el fenómeno
de los booktubers como una etapa más de la evolución de las formas
de leer, los caracterizaremos como mediadores culturales y también
relacionaremos su actividad en el marco de las narrativas transmedia
y la cultura participativa.
booktubers, un
acrónimo formado por las palabras book (libro) y YouTube (la principal
red social de videos). Para José Miguel Tomasena Glennie, “los booktu-
bers (book + youtubers) son personas, en su mayoría jóvenes, que compar-
booktu-
bers son, entonces, usuarios de la plataforma YouTube, principalmente
adolescentes y jóvenes, que producen reseñas y comentarios de libros
y los suben a esa red social, creando una comunidad de lectores a su al-
rededor. La investigadora Gemma Lluch, quien ha estudiado a jóvenes
blogueros literarios y booktubers en España, explica así el fenómeno:
Una parte de los adolescentes (que algunos consideran una élite) ya
hace unos años que decidió buscar en la Red lo que no encontraba
en la escuela o en su barrio: a otros adolescentes a los que también
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
18
les gustaba leer. Y allí encontraron a sus iguales, a chicos y chicas a
quienes les gustaba lo mismo que a ellos y, en consecuencia, se sintie-
ron menos raros porque descubrieron “a personas que les mueve tu
misma pasión” (Lluch, 2017, p. 32).
Los booktubers
por la lectura, y encuentran en esas redes a otros jóvenes que tie-
nen sus mismos intereses por los libros. Para Lluch, hay dos antece-
dentes que marcaron el surgimiento de los booktubers alrededor de
los medios sociales para compartir la lectura con sus iguales” (2017,
p. 31). En tanto, Tomasena Glennie señala algunos antecedentes en
años después:
Durante 2011 y 2012, el fenómeno explotó: se abrieron muchos canales,
comenzaron a inventarse algunas etiquetas o subgéneros textuales y se
empezó a construir una identidad, un sentido comunitario y una me-
taconversación entre participantes que se reconocían como booktubers,
conversaban entre sí y se apoyaban unos a otros (2016, p. 2).
En cuanto a las características que tienen las producciones de los
booktubers, Tomasena Glennie señala:
La mayoría de estos videos tienen la forma de vlog, hablan directa-
mente a la cámara, a menudo en su habitación o en un espacio cerra-
diferida a través de comentarios, correo electrónico u otras redes so-
, Facebook, Instagram o Goodreads (2016, p. 2)
Los videos que producen y comparten los booktubers tienen una
duración aproximada de entre 5 y 7 minutos. Allí presentan una na-
rración en la cual resumen la trama del libro y sus personajes, hacen
comentarios sobre el autor y realizan una valoración subjetiva de la
obra a través de un lenguaje coloquial y sencillo. En sus videos inter-
calan los comentarios o valoraciones con juegos, concursos e interpre-
taciones, en un tono divertido en el que ponen en juego su locuacidad,
y hasta interpretan algunos de los personajes del mundo narrativo al
que aluden los libros. A partir del análisis de listas de reproducción de
un grupo de booktubers españoles, Lluch propone una taxonomía de
1. Libros, pantallas y comunidades
19
las producciones de las reseñas y comentarios que hacen los booktu-
bers, lo que nos da una idea de su variedad:
Reseñas
y opiniones Reseña de un libro
Book Hauls -
Wrap Ups
Los Book Hauls son los nuevos libros que han comprado, que
les han regalado las editoriales, la familia o los amigos, o que
tienen acumulados en un período de tiempo. Habitualmente,
los presentan con un Wrap Ups o pequeño comentario. Aunque
habitualmente, los Wrap Ups se utilizan para comentar de una
manera rápida los libros leídos durante un período de tiempo.
Book tag Preguntas, retos, desafíos y juegos relacionados con los libros.
Pueden relacionar unos libros con otros, con películas o senti-
mientos, proponer preguntas sobre personajes, acertijos, etc. Se
puede aprovechar para dar a conocer los gustos del booktuber o
darle forma de desafío que se lanza a sus seguidores o a algún
booktuber concreto.
Bookshelf A la manera de un tour, muestran los libros que tienen en sus
librerías y estanterías.
Colaboraciones Colaboraciones con otros booktubers o apariciones en otros ca-
nales.
Crónicas Crónica de actos relacionados con la lectura: presentaciones de
libros, etc.
Tutoriales Esta sección es muy diversa y puede incluir desde tutoriales
para grabar un vídeo, escribir una novela, etc.
TopLibros Listas con los mejores libros leídos, recomendados, frases lite-
rarias favoritas.
(Lluch, 2017, p. 45)
Como se puede apreciar, hay una diversidad de producciones vin-
culadas con el mundo de los libros que excede a las críticas literarias o
a las reseñas tradicionales, muy comunes en los diarios, revistas o pu-
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
20
blicaciones especializadas. Esta diversidad en la tipología de videos,
creada por los mismos booktubers, tiene que ver con la naturaleza de la
plataforma YouTube. Podemos decir que BookTube es una subespe-
cie de YouTube, concebida en 2005 como “una plataforma para com-
partir videos amateurs alternativa a la televisión” (van Dijck, 2013,
p. 183 ). Para Tomasena Glennie (2016, p. 39), los videos en YouTube
mantienen una continuidad con la “cultura del dormitorio” (Burgess
y Green, 2009, p. 50) que propició la popularización de las webcams, y
que en el caso de los booktubers adquiere una importancia fundamen-
tal, ya que la mayoría de los videos son realizados en sus habitaciones.
Como veremos en el capítulo 3 de este libro, lejos de los requisitos
del mundo adulto que les prescribe qué leer y de las convenciones so-
bre las formas de realizar una reseña o crítica literaria, los booktubers se
BookTube en la evolución de las formas de lectura
La historia de las formas de lectura nos puede brindar interesantes
indicios para comprender la práctica que realizan los booktubers en su
relación con los libros. Según Cavallo y Chartier (2001, p. 16), “un tex-
-
bian los soportes que le proponen a la lectura”. Esta estrecha relación
entre texto y dispositivo de lectura ha cambiado a lo largo del tiempo;
sin embargo, las prácticas de apropiación de los textos curiosamente
recuperan del pasado algunas de sus lógicas en los nuevos soportes.
Cavallo y Chartier (2001) señalan tres revoluciones en la historia
de las formas de leer, que aquí desarrollaremos en forma breve para
relacionarlas con el tipo de lectura que hacen los booktubers: el paso de
la lectura en voz alta a la lectura silenciosa, la transición de la lectura
intensiva a la lectura extensiva y del códice a la pantalla.
De la lectura en voz alta a la lectura silenciosa
La lectura fue, en origen, oral, y los textos eran concebidos para ser
leídos en alta voz:
En el mundo clásico, en la Edad Media, y hasta los siglos y , la
lectura implícita, pero efectiva, de numerosos textos es una oraliza-
1. Libros, pantallas y comunidades
21
ción, y sus “lectores” son los oyentes de una voz lectora. Al estar esa
lectura dirigida al oído tanto como la vista, el texto juega con formas
y fórmulas aptas para someter lo escrito a las existencias propias del
“lucimiento” oral (Cavallo y Chartier, 2001, p. 20).
como una nueva transcripción de la palabra hablada, un lugar para
preparar lo que se va a decir. De allí la disposición de las palabras en
la página, sin puntuación o división de palabras” (2000, p. 63). George
escritura llevaba a los amanuenses a introducir el mayor número po-
sible de letras, de forma que omitían el espacio entre las palabras”, y
esta disposición del texto en scripto continua “hacía que leer fuera más
bien descifrar, una habilidad reservada a unos pocos” (Landow, 1997,
p. 222). Es interesante recuperar una de las diversas acepciones que
los griegos adjudicaban al acto de leer: para ellos, leer —naturalmen-
te, en voz alta— era “distribuir” el texto. Como señala Jesper Svenbro,
“se trataba de una lectura en voz alta ante una asamblea ante la cual se
‘distribuía’ oralmente el contenido de las tablillas de escritura” (Sven-
bro, 2001, p. 73).
La división de palabras, que tuvo lugar en el siglo de la era cris-
tiana, fue una condición necesaria para la lectura silenciosa, practica-
da por monjes que copiaban textos en silencio. Así, “la voz lectora pasa
a interiorizarse” (Svenbro, 2001, p. 95). Esta interiorización de la voz
lectora, que prescinde de la sonorización —cercana según los autores
a la interpretación teatral—, introduce la noción del espacio de lectu-
ra; es decir, hay una relación analógica entre la percepción visual y la
lectura silenciosa, diferente a la dimensión temporal que generaba la
lectura en alta voz. Asimismo, la lectura silenciosa introdujo también
un sentido de lectura como acto individual: “de la lectura como mo-
mento de vida asociativa propia de la polis se había pasado a la lectura
como repliegue sobre sí mismo, como búsqueda interior” (Cavallo y
Chartier, 2001, p. 29).
En resumen, la lectura en voz alta cobraba sentido porque era prac-
ticada en comunidad en una dimensión temporal, y demandaba cier-
ta performance por parte del lector que prestaba su voz y su cuerpo al
texto que era leído, y de este modo el acto de lectura era semejante a
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
22
la interpretación teatral. En cambio, la lectura silenciosa introduce la
noción de espacio de lectura como una experiencia individual.
Ahora bien, como veremos en el capítulo 6, los booktubers recupe-
ran estos rasgos de la lectura en voz alta en varios sentidos. Por un
lado, porque sus videos están concebidos para ser vistos y escuchados
en un tiempo determinado, recreando el vivo característico del len-
-
deo fuera consumido on demand). Los videos de los booktubers son una
performance cercana a la interpretación teatral, porque allí no solo leen
en voz alta o comentan fragmentos del libro mirando a la cámara, sino
que cantan, se disfrazan de los personajes de los libros, impostan la
voz, proponen juegos, etc. Es decir, elaboran una serie de estrategias
destinadas a llamar la atención de sus seguidores, concebidos como
un público que los está mirando y escuchando en ese momento. En se-
gundo lugar, los booktubers recuperan el rasgo comunitario de la lectu-
ra en voz alta. Como sostiene Lluch (2017, p. 43), “la información que
se publica no tiene sentido si no se comparte a través de las redes so-
ciales”. En otras palabras, la razón de ser del booktuber es la red social
donde habla de los libros que le gustan. La lectura no es más concebi-
da exclusivamente como un acto individual, sino que la experiencia se
completa cuando es compartida con los pares a través de estas redes.
Lluch así resume esta transformación:
La lectura deja de ser un acto privado, silencioso e individual que los
aparta de lo que les interesa: el contacto con los iguales. Por el contra-
rio, han sabido crear un entorno que une libros y amigos, historias y
charla, lectura y diversión y nos devuelve a lo que fue, en un pasado
no muy lejano, la lectura: un acto público y compartido (2017, p. 50).
De la lectura intensiva a la lectura extensiva
Los historiadores de la lectura señalan el paso de la lectura intensiva a
la lectura extensiva como la segunda revolución en los modos de leer.
Cavallo y Chartier (2001, p. 48) explican que mientras que el “lector
intensivo” se enfrentaba a un corpus limitado y cerrado de libros, que
eran releídos una y otra vez al punto de ser memorizados, y frente a los
cuales se tenía una actitud de sacralidad; el “lector extensivo” consumía
numerosos, diversos y efímeros impresos, los leía con rapidez y avidez
1. Libros, pantallas y comunidades
23
y, a diferencia del lector intensivo, mantenía con los libros una actitud
libre, desenvuelta e irreverente. Esta actitud diferente hacia los libros
tuvo que ver, claramente, con la proliferación de libros que produjo la
imprenta de Gutenberg, y por otro lado, dio lugar a los más disparata-
dos diagnósticos sobre los peligros que provocaría el exceso de lectura,
al que se concebía incluso como una adicción o una enfermedad, parti-
Los booktubers son, en gran medida, lectores extensivos. Esto se
da por la cantidad de libros que leen, muchos de los cuales les llegan
gratuitamente de parte de las editoriales para que promocionen sus
últimos lanzamientos. Incluso, como observaremos más adelante
cuando analicemos el particular vínculo que establecen con las
editoriales, veremos que estas les envían sus novedades con la
expectativa de que hagan algún video para difundirlas. Entonces, la
cantidad de libros que se van acumulando —lo cual obedece a la lógica
comercial de las editoriales interesadas en colocar sus novedades— y
la falta de tiempo de los booktubers para complacer esas expectativas
han dado lugar a ciertos tipos de videos en los que rápidamente se
da cuenta de los últimos títulos publicados, sin analizar cada libro
en profundidad. Los Book Hauls y los Wrap Ups son los formatos que
permiten comentar varios libros recibidos en un período de tiempo
determinado. Este tipo de videos ha generado algunas disputas entre
los booktubers, ya que “más que hablar sobre el contenido del libro, se
el carisma del booktuber” (Tomasena Glennie, 2016, p. 6). A esta lectura
extensiva dada por la acumulación de títulos —y teniendo en cuenta
además que en la mayoría de los casos se trata de secuelas— se suman
los pedidos de los seguidores, que quieren que los booktubers dediquen
una reseña a sus libros preferidos. Esta tensión entre el tiempo
disponible y las obligaciones con las editoriales y sus seguidores será
analizada en el capítulo 5.
Por otra parte, los booktubers
a muchos de los libros que reseñan o comentan. Podemos decir que
los leen en forma intensiva, sin mantener una distancia crítica con las
historias y los personajes. Sus comentarios y análisis son principal-
mente subjetivos, porque tienen que ver con las sensaciones que les
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
24
dejó el libro, las reacciones y sentimientos que produjo en ellos, y todo
esto se potencia por la posibilidad de compartirlo con sus seguidores.
Como veremos más adelante, la práctica de los booktubers está estre-
chamente relacionada con el domino de los fans (el fandom), quienes
buscan analizar al detalle las historias buscando alguna pista para de-
los autores otras líneas argumentales.
En suma, los booktubers alternan entre la lectura intensiva y la lectu-
ra extensiva, demostrando que estas formas de relacionarse con los li-
bros no describen tanto categorías o tipos de lectores, sino “estrategias
de lectura” (Albarello, 2019, p. 159) que los jóvenes ponen en juego a
la hora de leer.
Del códice a la pantalla
Cavallo y Chartier señalan un tercer hito fundamental en la historia de
la lectura: el paso del códice a la pantalla, al que asemejan en impor-
tancia a la transición del libro en rollo al códice (el libro cosido) en la
Antigüedad clásica. Esta transición
que existía entre el objeto impreso (o manuscrito) y el texto o los tex-
tos que contenía, y proporcionando al lector, y no ya al autor o al
editor, el dominio sobre el desglose o la presentación del texto que
ofrece en la pantalla (Cavallo y Chartier, 2001, p. 51).
Algo llamativo es que el lector del texto electrónico recobra, según Ca-
vallo y Chartier, la lectura en rollo o volumen de la Antigüedad clási-
ca, pero a su vez, el texto en la computadora se despliega en vertical,
y está dotado de todos los elementos propios del códice (paginación,
índice, tablas, etc.).
permite eliminar dos restricciones que existían en los soportes anterio-
res, ya que el libro impreso “no supone en modo alguno la participación
material, física, de quien lo lee” (2001, p. 52). Con el texto electrónico hay
una simultaneidad entre la producción, la transmisión y la lectura del
texto: “al unir en una misma persona los papeles de autor, editor y difu-
sor, la nueva economía de la escritura anula, más que la reproducción
mecanizada, las distinciones antiguas que separaban las posiciones in-
1. Libros, pantallas y comunidades
25
telectuales y las funciones sociales” (Chartier, 2000, p. 52).
En segundo lugar, el texto electrónico elimina otro obstáculo fun-
damental, cumpliendo así el sueño antiguo de la biblioteca universal:
“desligado de sus materialidades y sus localizaciones antiguas, el tex-
to en su representación electrónica puede en teoría llegar a cualquier
lector en cualquier lugar” (Cavallo y Chartier, 2001, p. 53).
Ya hemos hablado en otras investigaciones sobre las diferencias
entre el libro impreso y la pantalla (Albarello, 2011) y de la experiencia
de lectura en la diversidad de pantallas que caracterizan nuestra vida
cotidiana actual (Albarello, 2019; Arri, 2020). Aquí lo que interesa es la
conexión que podemos establecer entre este tercer hito y la actividad
de los booktubers, ya que las producciones de estos adolescentes y jóve-
nes que comparten sus reseñas en YouTube pueden situarse a medio
camino entre el códice y la pantalla. Más allá de las posibilidades de
la desmaterialización de los textos que ofrece lo digital, los booktubers
son amantes del libro impreso, y así lo muestran en sus videos, donde
exponen los libros en formato códice, muestran sus bibliotecas (Book-
shelfs) o la pila de libros que van a reseñar (Book Hauls y Wrap Ups)
Podemos decir que hacen un culto del libro papel, pero a través de las
pantallas, y ellos mismos dan cuenta de la experiencia diferente que
ofrece cada dispositivo a la hora de leer. Como señala Tomasena Glen-
nie (2016, p. 3), los booktubers continúan con “el viejo paradigma de la
fetichización del libro, que sigue teniendo un estatus simbólico que
el unboxing, que consiste en mostrar a sus seguidores el momento en
que abren las cajas y desenvuelven los libros que les han llegado.
rasgo particular en el caso de los booktubers, ya que sus producciones
tienen lugar en las pantallas digitales, por lo tanto, gozan de todas
las ventajas de la inmaterialidad de los textos señalada por Cavallo
y Chartier, a lo que se suma la circulación de esos textos a través de
las redes sociales, expandiendo aún más el mencionado sueño de la
biblioteca universal. A la confusión entre los roles de autor, editor y
difusor se suma ahora esta especie de mediador cultural que son los
booktubers, tal como desarrollaremos más adelante. Valiéndose de las
herramientas que les ofrece la computadora personal, estos jóvenes
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
26
se transforman en autores de obras (sus videos) vinculadas con otras
obras (los libros) en el marco de un ecosistema complejo de hibrida-
ciones y solapamientos entre lectores, escritores y plataformas.
Por último, la naturaleza metamedium del dispositivo digital per-
mite que esta representación del libro en la pantalla tenga otra parti-
cularidad. Los videos de los booktubers recuperan características pro-
pias del lenguaje televisivo, es decir, recuperan otra pantalla que es la
pantalla de la TV: como veremos en el capítulo 6 cuando analicemos la
producción de los booktubers en términos audiovisuales, estos jóvenes
de ofrecer un estilo informal y descontracturado, miran a cámara, pre-
sentan una escenografía (generalmente con una biblioteca de fondo)
y se preocupan por la iluminación y la calidad del sonido. Estamos
entonces ante un fenómeno de fuerte hibridación entre distintos len-
guajes, que tiene lugar en las pantallas digitales conectadas a la web.
Los booktubers como mediadores culturales
La evolución de las prácticas de lectura que venimos describiendo
presenta, en el ecosistema digital caracterizado por la multiplicación
de las pantallas, dos cambios fundamentales que están íntimamente
relacionados: el desplazamiento de los espacios tradicionales de lec-
tura y el protagonismo de los jóvenes en la instauración de un nuevo
canon de lectura, en el sentido de una lista de lecturas que hay que co-
nocer para socializarse (Lluch, 2016, p. 31). Como sostiene esta autora,
hemos pasado de los espacios mediados por adultos —la escuela o la
biblioteca— a los espacios aparentemente libres —Internet—, y como
consecuencia, “estas lecturas provocaron un cambio de paradigma en
el ecosistema del libro juvenil: el autor y la editorial empezaron a di-
rigirse directamente al lector, dejando fuera del circuito de lectura al
mediador (docente, bibliotecario, padres)” (Lluch, 2016, p. 31).
En la misma línea, Néstor García Canclini et al (2015) sostienen que
los booktubers, así como los libroclubes, son los nuevos mediadores en-
booktubers
“fueron apareciendo como incitadores a leer y, al obtener alto número
de seguidores, se volvieron atractivos mediadores publicitarios para
editoriales que los contratan” (2015, p. 14). Carmen Pérez Ojeda y
1. Libros, pantallas y comunidades
27
Andrés López Camacho sostienen que los booktubers se pueden con-
siderar parte de los mediadores más exitosos que han surgido en los
últimos tiempos, no solo por su corta aparición sino porque han con-
seguido la atención, audiencia e interés hacia los libros como pocas
instituciones han logrado (2015). A diferencia de lo que sucedía con
el tradicional libro impreso, los booktubers “le quitan el aura canónica
de lo que se ha concebido como lectura: algo difícil, para especialistas,
por obligación” (Pérez Ojeda y López Camacho, 2015, p. 92).; y logran
captar la atención del público porque apelan a las emociones, transmi-
ten entusiasmo y contagian el amor por la lectura en la medida en que
buscan acrecentar su cantidad de seguidores (Pérez Ojeda y López
Camacho, 2015).
Los autores citados realizaron un trabajo de campo sobre la per-
cepción que tienen los jóvenes mexicanos acerca de los booktubers,
y hablan del rol de estos nuevos mediadores en lo que denominan
“lectura de contagio”: esta se distancia de la orientación de la lectura
normativa, porque tiene por base una narrativa lúdica; algo de risas,
chistes, cierta dosis de creatividad y hasta con juegos comentan los
textos leídos; dejan que los viewers (como se dicen en el medio) vayan
interactuando entre sí (Pérez Ojeda y López Camacho, 2015, p. 94).
Estos viewers no son otra cosa que lo que Stanley Fish —citado por Ca-
vallo y Chartier— ha denominado “comunidades de interpretación”,
o que el mismo Chartier (1999, p. 39) y Christian Vanderdorpe (2002,
lector’ está constituido por ‘comunidades de interpretación’ […], a la
que pertenecen los lectores/as singulares. Cada una de esas comuni-
dades comparte, en su relación con lo escrito, un mismo conjunto de
competencias, usos, códigos e intereses” (Cavallo y Chartier, 2001, p.
17). También lo podemos asimilar con lo que Jesús Martín-Barbero de-
nomina “comunidades hermenéuticas”, que
responden a nuevos modos de percibir y narrar la identidad, y de la
conformación de identidades con temporalidades menos largas, más
-
cer convivir en el mismo sujeto, ingredientes de universos culturales
muy diversos” (Martín-Barbero, 2002).
En el caso de los booktubers, estas comunidades de lectura (Chartier,
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
28
1999, p. 39 y Vanderdorpe, 2002, p. 148), comunidades de interpreta-
ción (Fish, citado en Cavallo y Cartier, 2001), comunidades hermenéu-
ticas (Martín Barbero, 2002) o simplemente, comunidades de lectores
(Lluch, 2014) son un componente más de la cultura participativa que
da forma a la web, particularmente en el espacio de las redes sociales.
Allí, los booktubers buscan crear una comunidad de seguidores donde,
a diferencia de los críticos literarios, “lo primero e importante es tener
una opinión” (García Canclini et al, 2015, p. 93). Lluch describe así el
proceso que llevó a los booktubers a ocupar ese lugar:
Encontraron herramientas que utilizaron para escribir o hablar de
sus libros, abrieron sus habitaciones al mundo para enseñarles con
orgullo sus estanterías repletas de libros, hablaron de tú a tú con
los autores y las editoriales o compartieron habilidades y descubri-
mientos, pero también supieron competir por una noticia, por una
entrevista con un autor o por conseguir un libro antes que nadie.
Aprendieron a diseñar campañas de marketing que ofrecían gratis a
las editoriales o a los autores que admiraban y, con el tiempo, algu-
nos han sabido utilizar sus conocimientos y habilidades para trans-
formarse en auténticos inuencers, autores de literatura juvenil o
speakers (Lluch, 2016, p. 33).
Los booktubers se diferencian de los críticos literarios y de los maes-
tros, que son las dos instituciones que tradicionalmente han mediado
la relación entre los libros y los lectores. Esto es así porque los booktu-
bers les hablan a sus públicos de igual a igual, no desde la posición del
especialista, y en sus recomendaciones tratan de ponerse en el lugar
otros solo han visto cultura, y “sitúan la lectura en un paradigma dife-
rente al que tradicionalmente la han situado la academia, los docentes
o los críticos literarios” (Lluch, 2016, p. 48).
Un último aspecto para tener en cuenta sobre los booktubers como
mediadores culturales tiene que ver con la relación que establecen es-
tos adolescentes y jóvenes con la industria editorial. Podemos decir que
el sector del libro sigue la suerte, con sus similitudes y diferencias, de
los demás medios tradicionales frente al desafío que implicó Internet
en los modos de producir y distribuir contenido y obtener rédito eco-
nómico de ello. Las editoriales están viviendo una intensa transición en
su modelo de negocios: en el caso argentino, con una fuerte retracción
1. Libros, pantallas y comunidades
29
del mercado en los últimos años como fruto de la caída sostenida en
la venta de ejemplares impresos y también debido al surgimiento de
nuevas formas de consumo de contenidos en el ecosistema digital1. En
este escenario, al que se suman Amazon y Google como nuevos com-
petidores, “los booktubers han sido abrazados como una esperanza para
la industria (Tomasena Glennie, 2016, p. 7). En el caso de las editoriales
argentinas, por ejemplo, estas desarrollan distintas estrategias con los
booktubers: en algunos casos se contactan con ellos y les ofrecen su catá-
logo de novedades para que elijan qué libro reseñar, aprovechando la
oportunidad que ofrece la Feria del Libro —evento donde los booktubers
se han consolidado como verdaderas estrellas—, o bien, a través de un
intermediario de la comunidad se comunican con ellos y conocen sus
canales de YouTube. En otros casos, son los mismos booktubers quienes
se contactan con ellas para ofrecerles la posibilidad de hacer una reseña
a cambio de recibir una copia del libro impreso, sin ningún tipo de ho-
norarios, sino bajo un concepto de mutua colaboración.
Como veremos en el capítulo 5, es de destacar el hecho de que los
booktubers no se plantean seriamente cobrar honorarios a las editoria-
les por las reseñas, porque entienden que lo hacen porque les gusta
leer y compartir lo que les gusta, en el marco de la cultura participati-
va de la web. Lo que no parece ser negociable es el vínculo con la co-
munidad, que privilegia la ética de la honestidad, y ellos consideran
su labor como un servicio que prestan como mediadores culturales.
Este rasgo distintivo acerca a los booktubers a la “ética hacker” descrita
por Peka Himanen (2002), aplicada en ese caso a los programadores
de software que, movidos por su pasión por la programación, compar-
ten su conocimiento y trabajo con el único afán de obtener reconoci-
miento y prestigio en la comunidad de pares.
Ahora bien, este rol particular que desempeñan los booktubers como
-
1 En el contexto de la cuarentena provocada por la irrupción de la pandemia de
Covid-19, se ha observado en Argentina un crecimiento notorio de la venta de libros
electrónicos. Ver: “Por el coronavirus se vendieron muchos más libros electrónicos:
a qué autores estamos leyendo” (Clarín, 08-04-2020), disponible en
P67yDSNEh.html
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
30
do al nuevo panorama. De hecho, como sugiere Lluch, los adolescen-
tes han creado a través de las redes sociales sus propias comunidades
de lectura, pero también se han acercado a otras mediaciones, como
la aplicación GoodReads —creada en 2007 y comprada por Amazon en
lo que sucedía en el sistema de mediación tradicional, las relaciones
entre las lecturas recomendadas o los autores elegidos responden al
número de likes que reciben y a los comentarios que dejan los lectores,
por lo tanto, “la mediación, entre el libro y el lector, no la establece el
crítico sino el logaritmo creado por la plataforma de Amazon” (Lluch,
2016, p. 48).
Los booktubers y las narrativas transmedia
medios y plataformas y que cuentan con la participación activa de una
parte de la audiencia en la expansión o extensión de esos relatos (Scola-
ri, 2013). Esa expansión se concreta en las producciones que hacen los
fans, quienes agregan sus propias historias al mundo narrativo y las
comparten con la comunidad, lo que se denomina fandom o dominio
de los fans. Siguiendo a Scolari (2013), las narrativas transmedia son el
-
va o franquicia) y el fandom, sobre el cual los dueños de esos mundos
narrativos no tienen tanto control. Esta participación tiene lugar en lo
que Jenkins denomina “cultura participativa”, donde los roles de pro-
ductores y consumidores del pasado se desdibujan e interaccionan de
maneras imprevisibles (Jenkins, 2008, p. 15). La cultura participativa ya
comunidad de seguidores de Star Trek o trekkies fue para Jenkins una de
las que abrió el camino—, sino que se ha extendido a todo el universo
mediático y en cierta manera caracteriza a la relación que las nuevas au-
diencias desarrollan con los relatos. Así y todo, la cultura participativa
no nace con Internet, sino que hay fuertes antecedentes de estas prácti-
cas activas de las audiencias en medios tradicionales (Jenkins, 2009, p.
109). Una práctica muy interesante en este sentido es la de los scrapbooks
o libros de recortes que realizaban las mujeres que recortaban, coleccio-
1. Libros, pantallas y comunidades
31
naban y recirculaban material impreso de diarios y revistas en Estados
Unidos en el siglo (Garvey, 2003).
Si bien hay autores que cuestionan el concepto de “cultura partici-
pativa” de Jenkins al sostener que se trata de una minoría de usuarios
que hacen estas prácticas (Couldry, 2011), o que no se toma en cuenta
el aspecto económico de las plataformas que utilizan la información
personal de estos usuarios para hacer dinero (Van Dijck, 2013)2, aquí
entendemos que es un buen punto de partida para describir o enmar-
car la actividad que desempeñan los booktubers. De todos modos, es
importante tener en cuenta que las narrativas transmedia tuvieron un
desarrollo inicial a la luz de las grandes franquicias estadounidenses y
las películas de Hollywood, por lo tanto, hay que concebir a cada pla-
taforma como una ventana más de consumo que ofrece la industria
para el público.
Dicho esto, vamos a detenernos a analizar al fenómeno BookTube
en el marco de las narrativas transmedia. Lo primero que podemos
decir es que las producciones de los booktubers son una extensión más
de los relatos que comienzan por los libros que ellos reseñan o comen-
tan. Sus producciones, ya sea un comentario verbal, una performance o
cualquiera de las categorías de videos que suben a sus canales, repre-
sentan una expansión del universo narrativo de esos libros. Siguien-
do a Patrick Curry (en Davidson, 2010) las narrativas transmedia se
estructuran en torno a ciertos medios principales (tentpoles), sobre los
cuales se montan los medios secundarios en los que se expanden las
historias. Esos medios principales o tentpoles son generalmente las se-
ries de TV, las películas y los libros. Los libros son buenos para estable-
cer continuidad en una historia, y pueden servir como “piedra de to-
que” o punto de referencia para el resto de la experiencia transmedia
(Curry, en Davidson, 2010). De hecho, muchos de los libros que rese-
ñan los booktubers forman parte de una serie de medios que expanden
2 José Miguel Tomasena analiza el debate entre estos autores, ofreciendo un inte-
resante contrapunto entre cultura participativa y cultura de la conectividad. Ver
Tomasena Glennie, J. M. (2016). Los videoblogueros literarios (booktubers): entre la cul-
tura participativa y la cultura de la conectividad. Tesis de Maestría en Comunicación
net/10230/27963
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
32
ese universo, y sus videos dan cuenta de esto al comentar el libro en
relación con la película o el cómic, por ejemplo. En ese sentido, pode-
mos decir que los booktubers se colocan en un punto intermedio entre
el canon y el fandom. En el primero, porque, como decíamos antes, se
proponen como mediadores entre las editoriales y los lectores, expan-
diendo las novedades que estas les acercan y convirtiéndose en una
ventana más de promoción, en la que llamativamente no hay inter-
cambio monetario. Pero por otro lado, el discurso y el modo de acceso
a los libros de los booktubers es desde el lugar del fan, que tiende a pri-
vilegiar la experiencia subjetiva, el gusto personal y el entretenimien-
to. En ese sentido, Tomasena Glennie señala que algunos booktubers
anglosajones, como Brandie Marie o Leviossa, comenzaron haciendo
videorreseñas relacionadas con el fandom de Harry Poer o Crepúsculo
(Tomasena Glennie, 2016, p. 6), en tanto que Lluch, haciendo un análi-
sis comparativo entre los blogs literarios y los canales de YouTube, ob-
serva a lo largo del tiempo una evolución hacia la subjetividad en su
estilo discursivo, y puntualiza: “a la manera de un personaje, mode-
lan o impostan la voz, editan para darle mayor rapidez a la locución,
cambian de ropa adoptando personajes diferentes, introducen efectos
que llamen la atención” (Lluch, 2016, p. 48).
Más allá de los antecedentes que encontramos sobre la participa-
ción activa de las audiencias que se apropian de las historias y realizan
sus propias producciones relacionadas con esos mundos narrativos,
podemos decir que desde la aparición de la computadora personal y
su conexión a Internet este fenómeno ha explotado. Como sostienen
Jenkins, Ford y Green (2013), lo que sucedía en el mundo predigital
ahora ocurre a una velocidad y alcance exponencial gracias a las he-
rramientas que ofrecen los medios y herramientas sociales. Lev Ma-
novich (2013) sostiene que la computadora es un medio de comunica-
ción, un “metamedium” que reúne los medios anteriores gracias a la
digitalización, que permite simular a los viejos medios en su interior
a través del software. Asimismo, continúa Manovich, lo propio de la
computadora como metamedium es que, gracias al software, se ha con-
vertido en un editor personal de medios, que permite al usuario crear
nuevos contenidos y medios, sin necesidad de ser un profesional. La
facilidad de manejo de las herramientas que ofrece la computadora y
1. Libros, pantallas y comunidades
33
la naturaleza autodidacta de la cultura participativa —más marcada
en el caso de los jóvenes— han dado lugar a un proceso que Shirky
(2008) denomina “amateurización masiva”. En esta perspectiva evo-
lutiva del desarrollo de las herramientas digitales, Tomasena Glennie
señala que BookTube tiene sus antecedentes directos en los blogs lite-
rarios, que a su vez derivan de los fanzines, un acrónimo formado por
las palabras fan y magazine, que “consiguieron construir un sentido de
comunidad y una ética de trabajo que trascendía las divisiones entre
disciplinas artísticas y las lógicas de producción capitalista” (Toma-
sena Glennie, 2016, p. 6). Otros antecedentes que señala el autor son
el artlog (blog para compartir arte), el fotoblog (un blog que contiene
fotografías), el sketchblog (un blog de bocetos o dibujos) y el audioblog o
podcast (Tomasena Glennie, 2016, p. 34).
Para caracterizar con mayor precisión el rol de los booktubers en
este contexto que estamos describiendo, hemos creado el concepto
de “lectura transmedia”, que designa: “un tipo de lectura inclusi-
va, multimodal, diversa, de todo tipo de textos —escritos, visuales,
sonoros, lúdicos— y de soportes, que a su vez se mezcla o hibrida
con las prácticas de producción o prosumo del lector” (Albarello,
2019, p. 166). Entonces, los booktubers son lectores transmedia que
navegan los mundos narrativos que se inician en muchos casos con
los libros, ponen en diálogo los libros con las otras plataformas en
las que se expande la historia y suman sus propias producciones en
esa expansión, dando cuenta adicionalmente del diálogo con sus co-
munidades de lectura, que expanden aún más esas historias a través
de la conversación en las redes. De hecho, podemos decir que ellos
mismos crean sus propias narrativas transmedia, dado que tienen
sus blogs literarios y cuentas en diversas redes sociales, además de
al surgimiento de otra especie que acapara la atención de las edito-
riales, los bookstagramers. Como veremos en el capítulo 4, los booktu-
bers hacen un uso complementario de estas redes, las ponen en diá-
logo y buscan extender la conversación sobre los libros atendiendo a
Este panorama nos permite comprender que la actividad de los
booktubers no se limita a los libros, sino a todo un universo narrativo en
Entre libros y pantallas: los booktubers como mediadores culturales
34
el cual ellos se insertan y que, una vez más, se diferencian de la crítica
literaria. Para Tomasena Glennie:
Hay una explosión de prácticas comunicativas que los booktubers han
desarrollado. Cada una tiene su propia estrategia discursiva. Lo in-
teresante de esta diversidad de juegos y asociaciones en video es que
no solo consideran lo que el libro dice (como la crítica literaria pro-
fesional), sino con lo que el libro es como objeto y sobre todo, con las
asociaciones que se pueden hacer entre los libros y otros aspectos de
la realidad (2016, p. 4)
El libro es entonces una excusa para la conversación, dado que
la naturaleza del booktuber está intrínsecamente ligada a las redes
sociales, puesto que “la información que se publica no tiene sentido
si no se comparte a través de las redes sociales” (Lluch, 2016, p. 43), y
en ese escenario se produce un fenómeno de fuerte intertextualidad
con diversos aspectos de la cultura juvenil de la que forman parte.
Los booktubers, entonces, no solo son mediadores entre las editoriales
y los lectores, sino también —y sobre todo— entre los libros y las
conversaciones que ellos desatan en las redes sociales.
Por último, la actividad de los booktubers se relaciona con las narra-
tivas transmedia en cuanto al contagio que produce el consumo au-
diovisual sobre las prácticas de lectura. De hecho, el mismo concepto
de lectura transmedia que hemos desarrollado es una derivación del
consumo de las narrativas transmedia, concepto que tiene una fuerte
impronta audiovisual por sus orígenes ligados a las películas de Ho-
llywood. En este sentido, Tomasena Glennie recupera el concepto co-
viewing utilizado por Pires de Sá (2014) para referirse a la experiencia
de ver la televisión con otros que están presentes física o virtualmente,
y lo aplica a la lectura:
Los consumidores de literatura —sobre todo los más jóvenes—,
también viven una experiencia “compartida” de la lectura que, apro-
piándonos del concepto de Pires, podríamos llamar “co-reading”.
Otra forma de conceptualizar este fenómeno es el de social reading
(lectura social), que ha empezado a usarse para referirse a estas prác-
ticas lectoras potenciadas por el entorno de las redes digitales de co-
municación (Tomasena Glennie, 2016, p. 10)
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1. Libros, pantallas y comunidades
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co teórico para los capítulos que siguen —en los que son los propios
booktubers los que tomarán la palabra—, podemos decir a modo de re-
sumen que la actividad que realizan estos adolescentes y jóvenes se
ubica a medio camino entre los libros y las pantallas. En pocos años
se han convertido en referentes, en mediadores culturales que crean
comunidades de lectores y, valiéndose de las herramientas que les
ofrecen los dispositivos digitales, están expandiendo los relatos de los
libros en multiplicidad de soportes, formatos y géneros, y están recu-
perando el aspecto social de la lectura al convertirla en conversación.