ArticlePDF Available

Colapso del plan de paz en el Sahara Occidental y vuelta a la guerra

Authors:

Abstract

En 2018, en las páginas de esta revista me preguntaba si el conflicto del Sáhara Occidental podría estar llegando a su fin. Tras constatar el impulso que estaba dando a la solución del conflicto Horst Köhler, el ex presidente alemán que fungía entonces como Enviado Personal del Secretario General de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, terminaba preguntándome: ¿Conseguirá el majzen impedir la reanudación de las negociaciones directas entre Marruecos y el Frente Polisario para resolver, de una vez, el conflicto del Sáhara Occidental? Poco después quedó claro que el majzen de Marruecos consiguió su objetivo. A partir de entonces, cerrada la puerta al proceso de paz, sólo quedaba la guerra. Apenas faltaba encontrar una justificación suficiente.
NOTAS
COLAPSO DEL PROCESO DE PAZ EN EL SÁHARA
OCCIDENTAL Y VUELTA A LA GUERRA
En 2018, en las páginas de esta revista me preguntaba si el conflicto
del Sáhara Occidental podría estar llegando a su fin. Tras constatar el
impulso que estaba dando a la solución del conflicto Horst Köhler, el
ex presidente alemán que fungía entonces como Enviado Personal del
Secretario General de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, ter-
minaba preguntándome: ¿Conseguirá el majzen impedir la reanudación
de las negociaciones directas entre Marruecos y el Frente Polisario para
resolver, de una vez, el conflicto del Sáhara Occidental?1 Poco después
quedó claro que el majzen de Marruecos consiguió su objetivo. A partir
de entonces, cerrada la puerta al proceso de paz, sólo quedaba la guerra.
Apenas faltaba encontrar una justificación suficiente.
I. El proceso de paz para el Sáhara Occidental
España comunicó mediante Carta de fecha 20 de agosto de 1974 di-
rigida al Secretario General por el Representante Permanente de España
ante las Naciones Unidas que celebraría un referéndum, bajo los aus-
picios y garantía de las Naciones Unidas, dentro de los seis primeros
meses de 19752. Sin embargo, una resolución de la Asamblea General de
Naciones Unidas de 13 de diciembre de 1974 instó a España a suspender
el referéndum hasta que el Tribunal Internacional de Justicia resolviera
ciertas dudas que se habían planteado acerca de si el referéndum era la
vía idónea para descolonizar el territorio3. El Tribunal de Justicia resol-
1 RUIZ MIGUEL, Carlos: «¿Hacia el fin del conflicto del Sáhara Occiden-
tal?», Razón Española nº 211 (2018), p. 217-221.
2 Documento oficial de Naciones Unidas A/9714
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/A_9714_es.pdf
3 A/RES/3292
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/A_RES_3292_1974_es.pdf
72
NOTAS
vió el 16 de octubre de 1975 que la descolonización debía hacerse me-
diante la «autodeterminación» a través de la «expresión libre y auténtica
de la voluntad de las poblaciones del territorio»4. Justo después de que el
Tribunal Internacional de Justicia, el entonces jefe del Estado, Francisco
Franco, enferma gravísimamente. Cuando Franco agoniza en octubre-
noviembre de 1975 su sucesor en funciones (Juan Carlos de Borbón y
Borbón) aprovecha para facilitar la entrega del Sáhara Occidental a Ma-
rruecos y Mauritania violando los compromisos asumidos por España
ante Naciones Unidas, así como la orden que, en un momento de luci-
dez, un día de noviembre de 1975 dio Franco desde el lecho hospitalario:
declarar la guerra a Marruecos si la «marcha verde» entraba en el Sáhara
Occidental5.
Consumada la traición, el pueblo saharaui, organizado en torno al
Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro
(Polisario), inició una guerra contra la invasión que todos los expertos
coincidían en calificar de destinada a un rápido fracaso. Sin embargo,
cuál fue la sorpresa de los expertos militares cuando constataron que el
Frente Polisario derrotó a Mauritania a quien obligó a firmar la paz y
puso contra las cuerdas a Marruecos, que sólo consolidó su ocupación de
parte del territorio con la construcción (con asesoramiento técnico israelí
y financiación saudí) de unos muros que dividieron el territorio. Los
muros si bien garantizaron a Marruecos el control de la mayor parte del
territorio lo hicieron con un coste enorme. En el marco de esta guerra de
desgaste y con la mediación de la Organización para la Unidad Africana,
Marruecos y el Frente Polisario aceptaron en 1988 unas Propuestas de
Arreglo que, complementadas con un Plan de Aplicación elaborado por
el Secretario General en 1990 conforman el Plan de Arreglo para dar una
solución pacífica al conflicto6. Este Plan fue aprobado por el Consejo
de Seguridad. El Plan se vertebraba en torno a dos aspectos básicos: la
4 Sáhara occidental, avis consultatif; C.I.J. Recueil 1975, p. 12 (parágrafo
162)
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/descar-
gas/Avis_Advisory-Opinion_1975_fr-en.pdf
5 PRIETO, Joaquín y GÓMEZ, Carlos: «Franco, moribundo, declaró la gue-
rra a Marruecos», El País, 5 de abril de 1987.
https://elpais.com/diario/1987/04/05/espana/544572004_850215.html
6 El Plan de Arreglo está contenido en el Informe del Secretario General de
Naciones Unidas S/21360, de 18 de junio de 1990. https://www.usc.es/export9/
sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/descargas/S_21360_1990_es.pdf
NOTAS
73
celebración de un referéndum de autodeterminación para decidir entre
la independencia y la integración en Marruecos y el alto el fuego7. A
fin de poner en práctica el plan, el Consejo de Seguridad estableció la
Misión de Naciones Unidas para el Referéndum en el Sáhara Occidental
(MINURSO)8.
En diciembre de 1997, la MINURSO llegó a un acuerdo con las Fuer-
zas Reales de Marruecos y con las Fuerzas Militares del Frente Polisario
para garantizar el Alto el Fuego (el Acuerdo militar nº 1)9 y en diciembre
de 1999 la MINURSO terminó de confeccionar el censo de los votantes
en el referéndum10 .
II. El bloqueo del proceso de paz para el Sáhara Occidental: del atentado
del 11-M en Madrid a la dimisión de Köhler
Se puede decir que el proceso de paz para el Sáhara Occidental quedó
herido de muerte tras los atentados de Madrid del 11 de marzo de 2004.
Pero si ésa fue la causa remota, la causa próxima se halla en la negativa
de Marruecos a participar en las negociaciones que quiso impulsar el,
hasta el momento de escribir estas líneas, último Enviado Personal de la
ONU para el Sáhara Occidental, Köhler.
La causa última del bloqueo de paz está, como he dicho, en el 11
de marzo de 2004. Aquel atentado provocó un cambio de gobierno de
suerte que la primera decisión de política exterior del gobierno presidido
7 S/RES/658 (1990). “El pueblo del Sáhara Occidental elegirá libre y demo-
cráticamente entre la independencia y la integración con Marruecos” (párrafo
32 del informe).
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/S_RES_658_1990_Plan1_es.pdf
8 S/RES/690 (1991).
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/S_RES_690_1991_Plan2_es.pdf
9 Acuerdo Militar nº 1 entre las Fuerzas Armadas Reales de Marruecos y
la MINURSO, por un lado, y las Fuerzas Militares del Frente POLISARIO y la
MINURSO, por el otro, diciembre de 1997
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/descar-
gas/ACUERDO-MILITAR-1.pdf
10 Informe del Secretario General de Naciones Unidas de 17 de febrero de
2000, S/2000/131
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/S_2000_131_es.pdf
74
NOTAS
por Rodríguez Zapatero no fue la retirada de las tropas de Iraq, sino la
retirada del apoyo español al Plan Baker. James Baker, primer Enviado
Personal de Naciones Unidas para el Sáhara Occidental (1997-2004),
llegó a la conclusión de que seguir esperando una solución del conflicto
mediante negociaciones de las partes (Marruecos y el Frente Polisario)
era inútil, por lo cual invitó al Consejo de Seguridad a imponer una so-
lución al conflicto, la contenida en el Plan Baker11 . El Plan, que contaba
con el apoyo de Estados Unidos, España, Argelia, Mauritania y el Fren-
te Polisario, sin embargo, no fue impuesto finalmente por el Consejo
de Seguridad, que sin embargo lo avaló de modo unánime como «solu-
ción política óptima» para resolver el conflicto12. La lamentable historia
de este episodio fundamental fue revelada por un periodista español.
Marruecos presionó con éxito a la entonces ministra de Exteriores de
España, Ana Palacio, para que ésta pidiera a su colega de USA (Colin
Powell) y al presidente español Aznar, la eliminación de la cláusula con-
tenida en el proyecto de resolución presentado por Estados Unidos y que
abría la puerta a la imposición del plan a las partes13. Años después, la
Office Chérifien des Phosphates (OCP), empresa pública marroquí que
expolia los fosfatos de la mina de Bu Craa en el Sáhara Occidental ocu-
pado, nombró a Palacio miembro del Consejo Asesor Internacional de
la empresa, del que sigue formando parte. Desde la crisis de 1975, con
el abandono de España, la invasión del territorio y el inicio de la guerra,
nunca en estos cuarenta y seis años estuvo tan cerca el conflicto del
Sáhara Occidental de encontrar una solución que en aquel momento de
julio de 2003. Por ello, ya en 2005 me atrevía a aventurar que «el recha-
zo marroquí del Plan Baker II conlleva el riesgo de dejar al conflicto sin
una salida diplomática y pone en peligro la estabilidad de la región»14 .
desnudo y errante por
el mundo..
Mas yo te dejo mudo, ¡mudo!
Y ¿cómo vas a recoger el trigo
Y alimentar el fuego
si yo me llevo la canción
11 En el informe del Secretario General de Naciones Unidas S/2003/565,
de 23 de mayo de 2003, se contiene el Plan de Paz para el Sáhara Occidental
(conocido como Plan Baker).
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/S_2003_565_PB2_es.pdf
12 Resolución del Consejo de Seguridad S/RES/1495.
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/S_RES_1495_2003_PB2_es.pdf
13 CEMBRERO, Ignacio: Vecinos alejados. Los secretos de la crisis entre Es-
paña y Marruecos, Galaxia Gutemberg, Madrid, 2006, p. 95.
14 RUIZ MIGUEL, Carlos: «El largo camino jurídico y político hacia el Plan
Baker II: ¿estación de término?», Anuario Mexicano de Derecho Internacional,
vol. V (2005), p 445-498 (p. 498).
NOTAS
75
Sin embargo, cuatro semanas después del atentado del 11-M, el go-
bierno de Marruecos, por primera vez de forma oficial ante Naciones
Unidas, en una carta de su ministro de Asuntos Exteriores dirigida al
Enviado Personal de la ONU afirmó que «el carácter definitivo de la
solución de autonomía no es negociable para el Reino» y que la «solu-
ción de autonomía», una vez «acordada por las partes y aprobada por la
población», «excluye por definición que se someta a ésta la opción de la
independencia», por lo que «está fuera de lugar que Marruecos entable
negociaciones con quien sea acerca de su soberanía e integridad territo-
rial»15. Esta declaración, insisto, es la primera en la que Marruecos ante
Naciones Unidas rechaza oficialmente la opción de independencia, lo
que supone violar los compromisos solemnemente asumidos por Ma-
rruecos previamente y que están contenidos en el Plan de Arreglo en
el que Marruecos acepta la celebración de un referéndum en el que se
pueda optar entre la independencia y la integración en Marruecos.
La declaración de Marruecos constituía una violación flagrante, y graví-
sima, de la resolución de 13 de enero de 1995 del Consejo de Seguridad que
reiteraba que debía celebrarse «un referéndum libre, limpio e imparcial para
la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental de conformidad con
el Plan de Arreglo que ha sido aceptado por ambas partes»16. Sin embargo,
tras esta declaración marroquí el Consejo de Seguridad, en su resolución de
29 de abril de 2004, por más que reiteró su apoyo al Plan Baker (lo que era
una desautorización implícita de la posición marroquí, pues el Plan Baker
mantenía la opción de independencia), no introdujo una condena explícita
a Marruecos optando por «ignorar» esta gravísima declaración17. Ante esta
situación, y constatado que el gobierno de España surgido tras el atentado del
11-M, no apoyaba la imposición del Plan Baker, sino que pretendía volver
15 Respuesta del Reino de Marruecos a la propuesta del Sr. Baker titulada
«Plan de paz para la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental»,
publicada como Apéndice del Informe del Secretario General de Naciones Uni-
das S/2004/325, de 23 de abril de 2004.
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/S_2004_325_es.pdf
16 S/RES/973 (1995)
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/S_RES_973_1995_es.pdf
17 S/RES/1541 (2004)
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/S_RES_1541_2004_es.pdf
76
NOTAS
a buscar una «solución» en unas «negociaciones» «a cuatro» entre España,
Francia, Marruecos y Argelia sin participación del Frente Polisario18, James
Baker presentó su dimisión el 11 de junio de 2004.
Tras la dimisión de Baker, entre 2004 y 2007 se produjo una situación
de parálisis en la que el Consejo de Seguridad no tomó ninguna iniciativa
mientras ciertos actores políticos, alineados en ese momento con Marruecos
(Estados Unidos, España, Francia), ejercieron enormes presiones políticas
sobre el Frente Polisario para obligarle a claudicar. El Frente Polisario re-
sistió esas presiones y el Consejo de Seguridad aprobó en 2007 una nueva
resolución en la que, ignorando, las advertencias de Baker sobre la inutilidad
de nuevas negociaciones, pidió a las partes que entablaran «negociaciones de
buena fe sin condiciones previas»19 . Previamente el Frente Polisario y Ma-
rruecos presentaron sus propuestas, incompatibles entre sí: el Polisario una
versión actualizada del Plan de Arreglo que había sido aprobado por el Con-
sejo de Seguridad y Marruecos una propuesta de «autonomía» sin opción de
independencia20, lo que, a mi entender, era radicalmente contrario a la legali-
dad internacional21. El segundo Enviado Personal del Secretario General de
Naciones Unidas para el Sáhara Occidental, el diplomático holandés Peter
Van Walsum (2005-2008), intentó excluir de la negociación la propuesta sa-
haraui, lo que le condujo al fracaso y a que, concluido su mandato, no fuera
renovado en el puesto. A Van Walsum le sustituyó el diplomático norteame-
ricano Christopher Ross (2009-2017), que intentó a toda costa relanzar el
18 Este fue el propósito del entonces ministro de Exteriores español, Miguel
Ángel Moratinos Cuyaubé, tal y como fue revelado por su colega argelino Ab-
delaziz Beljadem (La Tribune, 4 de mayo de 2004).
https://algeria-watch.org/?p=6463
19 S/RES/1754 (2007)
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/S_RES_1754_2007_es.pdf
20 La propuesta del Frente Polisario se halla en el documento oficial de Na-
ciones Unidas S/2007/210
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/S_2007_210_FP-proposal_es.pdf
La propuesta de Marruecos se encuentra en el documento oficial de Nacio-
nes Unidas S/2007/206
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/S_2007_206_plan-marroqui_es.pdf
21 RUIZ MIGUEL, Carlos: «La propuesta marroquí de autonomía para el
Sáhara Occidental de 2007: una antigua propuesta sin credibilidad», Revista
d’Estudis Autonomics i Federals nº 7 (2008), p. 268-291.
NOTAS
77
proceso de paz, pero que se halló con el rechazo de Marruecos. A Ross le
sustituyó el ex presidente alemán Horst Köhler (2017-2019), que también
estaba firmemente decidido a retomar el proceso con nuevas fórmulas, pero
se encontró con los mismos obstáculos que Marruecos presentó a Ross. El
hecho es que en mayo de 2019 Köhler presentó su renuncia, oficialmente por
motivos de «salud», en realidad, por no encontrar en el Consejo de Seguridad
apoyo suficiente para superar el bloqueo de Marruecos al proceso de paz.
Esto significaba, simplemente, que Marruecos había conseguido abortar la
reanudación de las negociaciones directas para resolver el conflicto.
III. La crisis de Guerguerat (2016-2020) y el retorno de la guerra
En sendos informes de abril y junio de 2001, el Secretario General de Na-
ciones Unidas advirtió que Marruecos había abierto una brecha en el muro
de división para abrir al tráfico una carretera, que el muro había cortado,
conectando el Sáhara Occidental con Mauritania. El Secretario General ad-
virtió que esto podía ser una violación del «Acuerdo militar nº 1»22. El hecho
es que Marruecos procedió a abrir la brecha y el Frente Polisario no quiso
reaccionar para no conceder un pretexto que sirviera a Marruecos para dar
por roto el proceso de paz.
El 11 de agosto de 2016 se produjo el incidente militar más grave en el
Sáhara Occidental desde el 6 de septiembre de 1991 hasta esa fecha. Ese día
las fuerzas militares marroquíes en la región de Guerguerat cruzaron más allá
del muro de división. El día elegido para esta nueva invasión no era casual:
fue un 11 de agosto, pero de 1979, cuando se produjo la segunda invasión
marroquí del Sáhara Occidental. En esa fecha las tropas marroquíes entraron
en Villa Cisneros (Dajla) en un territorio que el propio Marruecos había re-
conocido ante el Tribunal Internacional de Justicia y en un tratado bilateral
con Mauritania que NO formaba de «Marruecos»23. Esa invasión de 1979,
conviene recordarlo, fue condenada por sendas resoluciones de la Asamblea
22 Informes del Secretario General, de 24 de abril de 2001 (S/2001/398) y de
20 de junio de 2001 (S/2001/613).
23 Convenio relativo al trazado de la frontera de Estado establecida entre la
República islámica de Mauritania y el Reino de Marruecos (con mapa), firma-
do en Rabat el 14 de abril de 1976, United Nations Treaty Series, volumen 1035,
1977, nº I-15406, páginas 118-119.
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/descar-
gas/volume-1035-I-15406-French.pdf
78
NOTAS
General de Naciones Unidas24. La incursión de los soldados marroquíes se
produjo para escoltar unas unidades que pretendían asfaltar la pista más allá
del muro de división. Las tropas del Polisario salieron hacia la zona, situán-
dose en frente de las marroquíes para impedir la continuación de los trabajos
de asfaltado. La tensión fue grande y, finalmente, el Consejo de Seguridad
restableció la situación, ordenando a los militares respetar el «Acuerdo Mi-
litar nº 1».
Sin embargo la situación se agravó en octubre de 2020. En esa ocasión no
fueron las fuerzas armadas del Polisario, sino un grupo de civiles saharauis
quienes ocuparon la carretera en la parte situada fuera del muro de separa-
ción para protestar contra la ilegal apertura de la brecha en el muro de sepa-
ración y contra la exportación a través de la misma de productos fruto de las
actividades económicas ilegales de Marruecos en el Sáhara Occidental ocu-
pado. La carretera de Guerguerat se había convertido en estos años en una
ruta estratégica para el aprovechamiento económico del Sáhara Occidental
ocupado y Marruecos reaccionó al corte de la carretera sacando a sus tropas
del muro de separación para atacar a los civiles que bloqueaban el paso. Esta
intervención militar marroquí fue considerada por el Frente Polisario como
una violación del «Acuerdo Militar número 1» firmado por Marruecos y el
Frente Polisario con las fuerzas militares de la MINURSO que dispone que
«la entrada del personal o el equipamiento de las Fuerzas Armadas Reales
y de las Fuerzas Militares del Frente Polisario, por tierra o aire y el uso de
armas en esta área está prohibida y se considera una violación» (artículo 3.1
del Acuerdo). Como consecuencia de ello, el 13 de noviembre de 2020 el
Frente Polisario declaró roto el alto el fuego que estuvo en vigor desde el 6
de septiembre de 1991.
Tras veintinueve años se reanudaba la guerra del Sáhara Occidental. El
hecho, lamentable, no dejaba de ser previsible. Marruecos cerró toda posibi-
lidad al proceso de paz al impedir cualquier iniciativa que no fuera la acep-
tación del hecho consumado de la anexión. Si no había guerra era porque el
24 Resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas de 21 de noviem-
bre de 1979, A/RES/34/37
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/A_RES_34_37_1979_es.pdf
Resolución de la Asamblea General de Naciones Unidas de 11 de noviem-
bre de 1980, A/RES/35/19
https://www.usc.es/export9/sites/webinstitucional/gl/institutos/ceso/
descargas/A_RES_35_19_1980_es.pdf
NOTAS
79
Frente Polisario no podía asumir el coste político de romper el acuerdo
de
alto el fuego, mientras el Consejo de Seguridad mantenía la ficción de la conti-
nuación del proceso de paz. La intervención militar marroquí en Guerguerat el
13 de noviembre de 2020 ofreció al Frente Polisario la oportunidad de retomar
la vía de la guerra sin asumir la responsabilidad de haber roto el alto el fuego.
IV. Consecuencias de la nueva situación
Se especuló acerca de si la intervención militar marroquí en Guerguerat
buscaba deliberadamente la ruptura del alto el fuego. Lo ocurrido en los meses
posteriores parece dar a entender que Marruecos intervino porque consideró
poco probable que el Polisario respondería. La vuelta a la guerra devuelve la
situación a 1987, fecha en la que se encontraba la guerra del Sáhara después
de la terminación de los muros marroquíes y antes del Plan de Arreglo. ¿Cuál
es la situación política y militar de las partes en 2021?
Políticamente Marruecos, ya antes de la reanudación de la guerra, tomó
la iniciativa de conseguir el «reconocimiento» de su «soberanía» sobre el Sá-
hara Occidental, acordando con varios Estados tradicionalmente aliados del
majzén la apertura de «consulados» en el territorio ocupado. Esta iniciativa
estaba claramente inducida por Marruecos pues algunos Estados abrieron
«consulados», pese a no tener civiles de su nacionalidad en el territorio. Pero
su golpe de efecto más importante se produjo con el reconocimiento por los
Estados Unidos, en las últimas semanas de la presidencia de Trump, de la
«soberanía» de Marruecos sobre «todo» el Sáhara Occidental. Sin embargo,
contra lo que algunos pudieron prever, este «reconocimiento» de «soberanía»
no parece haber tenido, al menos de momento, el efecto dominó pretendido.
Ninguno de los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad
ha seguido esta vía. Alemania, por su parte, primera potencia europea, se ha
posicionado claramente contra esta decisión norteamericana. El 15 de enero
los Estados Unidos y Marruecos patrocinaron una «Conferencia ministerial
virtual» de apoyo a la iniciativa norteamericana y el resultado fue que ninguna
de las grandes potencias de los cinco continentes se sumó, al margen de los
Estados Unidos (co-patrocinador) y Francia, único país europeo que intervino.
Pero es que además, el comunicado final tuvo que corregir la redacción inicial
para reflejar que la «mayoría» pero no «todos» los participantes asumían la
«doctrina Trump» sobre el Sáhara Occidental. Así pues el apoyo de un Trump
agonizante políticamente quizá ha suscitado más rechazo que adhesión.
80
NOTAS
Militarmente no hay duda de que Marruecos ha reforzado enormemente
su armamento con material comprado a Estados Unidos y Francia; sin em-
bargo la respuesta de su Ejército ha sido muy contenida ante las ofensivas
desarrolladas por el Frente Polisario desde el 13 de noviembre. Marruecos
se esfuerza por «invisibilizar» la guerra, aunque el ataque del Polisario a
Guerguerat el 23 de enero por su magnitud y audacia obligó a Marruecos
a reconocer la existencia de «hostigamientos» saharauis. Por su parte, todo
parece indicar que el cambio en la cúpula del poder en Argelia con la sus-
titución de Buteflika ha dado luz verde a que el Polisario retome la guerra
contra Marruecos, algo que Buteflika (1999-2019) vetó. Argelia, como es
conocido, es el principal comprador africano de armas de Rusia. Ahora bien,
la reacción de Marruecos empeñada en invisibilizar la guerra del Sáhara per-
mite aventurar que a Marruecos no le interesa la consideración del Sáhara
Occidental como zona de guerra por las implicaciones que ello puede tener
en las actividades económicas que se desarrollan en el Territorio.
Militarmente la situación puede sufrir una deriva tras el «reconocimien-
to» de los Estados Unidos de la anexión. A este respecto no sólo es que ese
reconocimiento pueda «legitimar» un ataque de Marruecos sobre el territo-
rio liberado saharaui bajo control del Frente Polisario y la RASD, sino que
implica directamente a Mauritania. Con toda seguridad Trump no era cons-
ciente de que hay un pequeño territorio del Sáhara Occidental, ambicionado
por Marruecos, que está ahora bajo control de Mauritania. Se trata de La
Güera, la tercera ciudad fundada por los españoles en los territorios saharia-
nos, y situada estratégicamente a escasos kilómetros de la capital económica
de Mauritania, Nuadibú. La ocupación de La Güera que la declaración de
Trump permite a Marruecos parece que es casus belli para Mauritania. Y la
entrada de Mauritania en la guerra es difícil pensar que no se haría sin apoyo
de Argelia.
La nueva situación pone fin a la ficción, sostenida por el Consejo de Se-
guridad desde 2004, de un «proceso de paz». Ese «proceso de paz» ficticio
sólo ha sido útil para Marruecos, que en todo este tiempo desarrolló una es-
trategia económica de legitimación de la ocupación. En todo caso, ese proce-
so es imposible mientras Estados Unidos (miembro permanente del Consejo
de Seguridad) mantenga el «reconocimiento» de la «soberanía» marroquí
sobre el Sáhara Occidental.
Pero además la nueva situación obliga a todos los Estados implicados
directa o indirectamente a tomar posición y, muy en particular, a Argelia,
NOTAS
81
Mauritania, España y Francia. Adviértase que la consagración de la «doctri-
na Trump» afecta a España, Argelia y Mauritania, pues sobre estos Estados
tiene Marruecos reivindicaciones territoriales. Además, la guerra del Sáhara
Occidental estalla cuando están abiertos los conflictos de Libia y Mali, cuya
situación actual no se pudo prever cuando se desencadenaron. Esto obligará a
los distintos actores internacionales a asumir su responsabilidad de presionar
a Marruecos, sin esconderse detrás de un inoperante Consejo de Seguridad,
si se pretende que esta guerra no tenga, también, consecuencias imprevistas.
Carlos
Ruiz Mi guel
... La primera y principal razón del retorno a las hostilidades en noviembre de 2020 es el agotamiento y el colapso del Plan de arreglo tal como fue concebido a finales de los años ochenta y puesto en marcha en 1991 (Ruiz Miguel, 2021). El objetivo original de realizar un referéndum de autodeterminación no se pudo llevar a cabo por la actitud de Marruecos; primero mediante dilaciones y trabas, y finalmente, en 2000, por la negativa absoluta a hacer una consulta que preveía perder. ...
Article
Full-text available
El Sahara Occidental es un ilustrativo ejemplo de conflicto que la comunidad internacional, y en particular una serie de Estados, han dejado deteriorarse con la esperanza tácita, para algunos, de que se disolvería por si mismo. Sin embargo, los conflictos no se congelan, si no se resuelven se complejizan, crean nuevas realidades que requieren ser incorporadas en una posible resolución. Como han señalado los enviados personales del Secretario General de Naciones Unidas, este conflicto no concita un verdadero esfuerzo de la comunidad internacional porque pasa desapercibido, no toca intereses duros de las potencias globales y no supone un riesgo para la paz y la seguridad internacional. Esto ha supuesto que la situación se enquiste; dos terceras partes del territorio del Sahara Occidental están ocupadas ilegalmente por Marruecos, donde ha implantado colonos y explota los recursos naturales, mientras cerca de 200.000 saharauis malviven en los campamentos de refugiados en el suroeste de Argelia y un casi Estado en el exilio, la RASD, intenta ser reconocido.
Article
La zona del Medio Oriente ha encontrado en los últimos tiempos unos vigorosos rayos de luz en las relaciones árabes-israelíes, como lo demuestran los ya conocidos Acuerdos de Abraham, liderados por el ya ex-presidente Donald Trump y por el también ya ex-primer ministro israelí Benjamin Netanyahu. Quedan, sin embargo, dos grandes temas muy importantes sin resolver: uno de ellos es el de Irán y los grupos armados apoyados masivamente por Teherán, como Hamás, Hezbolláh y otros que empiezan a tener una cierta relevancia tanto en Irak como en Siria, como lo pone de relieve la actualidad internacional; y el otro, que es más preciso, atañe a la cuestión del programa nuclear iraní, aspecto que se está tratando actualmente en las negociaciones nucleares de Viena, tras la retirada de los Estados Unidos del acuerdo nuclear de julio de 2015 por parte de Donald Trump. Esto pone de manifiesto que Irán se ha convertido en uno de los actores más importantes de la zona, lo que trae consigo que Israel siga vigilando de cerca sus actividades, y no solo las nucleares, sino también la de los diversos grupos armados que se encuentran bajo su patrocinio económico, militar y político.
ResearchGate has not been able to resolve any references for this publication.