Rastreo de Huellas y Señales de la Fauna Terrestre.

Abstract

Breve manual de identificación de huellas, rastros, señales de comida, excremento, agallas, guaridas, nidos, refugios y otras señales de la fauna ibérica terrestre.

Full text

La Reforestación Histórica del
Monte Abantos
Dossier Informativo Nº 1
La Reforestación Histórica del
Monte Abantos
La Reforestación Histórica del
Monte Abantos
La Reforestación Histórica del
Monte Abantos
Rastreo de
Huellas y Señales
de la Fauna Terrestre
Cuadernos Técnicos del Aula de Naturaleza Graellsia
Cuaderno Nº 6 (Ed. 2019)
© Miguel Ángel López Varona.
• Introducción.
• Huellas.
• Rastros.
• Señales de comida.
• Excrementos.
• Agallas.
• Guaridas, nidos y refugios.
• Otras señales.
Contenido:

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Bibliografía recomendada:
“Huellas y Señales de los animales de Europa”.
Preben Bang
(Ed. Omega, 1999).
“Rastros y Huellas de Carnívoros Ibéricos”.
Ángel Iglesias Izquierdo & Ángel Javier España Báez
(Ed. Jaguar, 2010).
“Mamíferos de España”.
Francisco J. Purroy & Juan M. Varela
(Ed. Lynx, 2005).

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1. INTRODUCCIÓN.
El diagnóstico de las huellas y señales del mundo natural salvaje
constituye una de las actividades más fascinantes de cuantas se pueden
realizar en la naturaleza. Del mismo modo que un detective tiene que
reconocer los “indicios” que le llevan a revelar la identidad del autor de un
determinado crimen, un biólogo tiene que saber diagnosticar cada uno de
los posibles indicios que se encuentra en la naturaleza, con el objeto de
catalogar la fauna de un determinado lugar.
La gran mayoría de los mamíferos europeos han adaptado sus
hábitos a la noche, de modo que es muy difícil observarles durante el día.
Sin embargo, revelan su presencia de varias maneras: Dejando huellas,
rastros, restos de comida, excrementos… Nuestros antepasados primitivos
estaban muy familiarizados con las marcas que dejan los animales en la
naturaleza, sin embargo, nuestra sociedad moderna ha perdido por
completo esta habilidad ancestral.
Al hallar un indicio, procederemos en primer lugar a asignarle una
categoría: Una huella, un rastro, una señal de comida, un excremento, una
construcción o una señal de su biología o comportamiento. Esto a veces
no resulta fácil porque la mayoría de las señales duran poco tiempo, por lo
general se vuelven confusas o de borran al poco tiempo. A continuación,
tomaremos todas las medidas necesarias (longitud, anchura…) con la
ayuda de un calibre, y las anotamos en un cuaderno de campo junto con
un croquis. Muy importante anotar la fecha y el lugar del hallazgo. Si
realizamos una foto, es imprescindible aportar una referencia del tamaño
(una moneda, la mano, el calibre…). Finalmente, con la ayuda de una guía
de campo, tratamos de identificar a la especie responsable, anotando en
el cuaderno de campo su nombre.
Una vez que se han realizado varias observaciones y se ha intentado
interpretarlas, podremos obtener muy información acerca del
comportamiento y modo de vida de los animales salvajes.

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2. HUELLAS.
Una huella es la “impronta” que deja la planta de un pie o
extremidad en el suelo. Lo más frecuente es que aparezca sobre el barro,
arena o la nieve. Hay que tener en cuenta que la huella en la nieve blanda
o recién caída es mayor que si aparece en un sustrato más firme,
sobretodo en situaciones de deshielo.
Los animales plantígrados (erizo, tejones, osos…) apoyan en el suelo
toda la planta del pie. En cambio, los animales digitígrados apoyan en el
suelo los dedos o las puntas de los dedos. Algunos animales como el lobo,
el perro, el zorro… tienen la cara inferior del pie protegida por
almohadillas. Junto con las almohadillas pueden aparecer las uñas. Otros
animales, como los artiodáctilos (ciervos, cabras…), dejan huellas de
pezuñas. Y otros, como los caballos o los asnos, dejan huellas de cascos.
Huellas de plantígrados

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Huellas de digitígrados

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Huellas de pezuñas

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Huellas de aves

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3. RASTROS.
Cuando hablamos de rastros nos referimos al conjunto de huellas
cuya posición refleja el modo de desplazamiento del animal. En función
del tipo de rastro podemos saber si el animal estaba caminado (marcha),
trotando, saltando o galopando.

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4. SEÑALES DE COMIDA.
La mayor parte de los animales se ocultan cuando se alimentan, lo
cual dificulta bastante la localización de los comederos. Los carnívoros son
los que menos tienen que perder y, por tanto, tienen los comederos al
descubierto. He aquí, algunos ejemplos de lo que nos podemos encontrar
durante nuestro rastreo:

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5. EXCREMENTOS.
Los excrementos de los animales proporcionan una información
muy valiosa para el naturalista. Del análisis de su composición podemos
determinar la dieta del animal. Y por su posición, deducimos también el
comportamiento, pues muchos de ellos realizan las deposiciones para
marcar el territorio. Además de su color, su composición y su posición, el
olor juega un papel muy importante, pues nos indica si se trata de un
carnívoro o de un herbívoro. Normalmente, las deposiciones de los
carnívoros suelen tener un olor desagradable, mientras que las de los
herbívoros no tanto.
Por lo general, la forma, el color y el tamaño de un excremento
suele ser característico de cada especie, por lo que no resulta
excesivamente complicado realizar una catalogación de los excrementos.

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Muchas aves no pueden digerir ciertas partes del alimento (pelos y
huesos), por lo que regurgitan una especie de bola o pelota de pelo que
contiene en su interior todos los restos óseos del animal que han comido.
Nos referimos a las egagrópilas, propias de las rapaces nocturnas
(Cárabos, Buhos, Lechuzas y Mochuelos), de determinadas rapaces
diurnas (Ratonero Común, Gavilán, Azor, Cernícalo), de los Córvidos y de
las Gaviotas.

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6. AGALLAS.
Muchos insectos causan en determinadas plantas pequeños
tumores formados por tejidos vegetales que sirven para albergar y
alimentar a sus larvas. La gran mayoría de ellas están causadas por unas
pequeñas avispas pertenecientes a la familia de los Cinípidos. Las hembras
ponen los huevos en la planta (mayoritariamente Robles) y cuando los
huevos eclosionan lo tejidos comienzan a crecer anormalmente hasta
formar la agalla. Cada agalla es característica de una especie.

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1. Andricus kollari. 2. Andricus fecundator. 3. Neuroterus quercusbaccarum.
4. Diplolepis rosae. 5. Diplolepis nervosa. 6. Diastrophus rubi. 7. Biorrhiza pallida.

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7. GUARIDAS, NIDOS Y REFUGIOS.
Por lo general, las guaridas de los animales son difíciles de localizar,
pues tienden a instalarse en lugares remotos de difícil acceso.
Normalmente las guaridas se utilizan durante la época de cría, sin bien es
cierto que muchos animales las utilizan de continuo. Otros animales solo
las utilizan para pasar el invierno.
Los nidos de las aves son las guaridas más comunes. Varían mucho
según su aspecto y su localización. Y no todas las aves construyen nidos.
Las gallináceas, por ejemplo, duermen directamente en el suelo.

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Los cérvidos y las liebres no construyen guaridas, como
mucho, pequeños lechos que utilizan como dormideros. Sólo los
corzos ponen esmero en apartar hojarasca con las pezuñas para
hacerse un buen cubil.
Las ardillas construyen sus guaridas en los árboles, utilizando
para ellos numerosas ramas y hierbas. A veces, se confunden con
los nidos de una urraca.
Marmotas, conejos, topos y ratone de campo construyen
auténticas madrigueras en el suelo, con varias cámaras y un vasto
sistema de galerías. Aunque el premio al mejor arquitecto de la
naturaleza se lo lleva el Castor.
Las madrigueras de los zorros, tejones y lobos suelen ser más
sencillas, simples excavaciones debajo de alguna roca.
8. OTRAS SEÑALES.
Los ciervos tienen la costumbre de frotar sus cuernas en los
troncos de los árboles, dejando unas señales muy características
que reciben el nombre de escodaduras. A veces se confunden con
las afiladuras que dejan los gatos monteses y los osos, para afilar
sus uñas.
Los corzos, durante su época de celo, realizan movimientos
circulares alrededor de un árbol o arbusto, dejando una señal en el
suelo que resulta muy característica.
Las veredas hechas por el trasiego de corzos, ciervos y
jabalíes son muy comunes en todos los bosques.
Ciervos y jabalíes suelen construir revolcaderos para darse
baños de fango.

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Mechones de pelo suelen aparecer cuando los corzos mudan,
o cuando las liebres se pelean.
Algunas aves como los gorriones o las gallináceas, suelen
darse baños de arena. Otras, como los arrendajos o los urogallos, se
revuelcan sobre los hormigueros para cubrir sus plumas con el ácido
fórmico de las hormigas que mata a sus parásitos.
Grandes masas de plumas suelen indicar una muda del
plumaje, algo habitual en las anátidas, por ejemplo. Pero también
pueden indicar el lugar donde un ave rapaz ha atrapado a otra ave.
Son especialmente abundantes las de una paloma torcaz que ha
sido atacada por una rapaz.
En el mundo de los invertebrados, las señales son muy
variadas: Galerías en la madera, agallas, nidos, trampas…
Sceliphron
curvatum
Anobium
punctatum
Philaenus
spumarius

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