ChapterPDF Available

“Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas y precisiones cronológicas”, en A. Ruiz-Gutiérrez, C. Cortés-Bárcena (eds.), Memoriae civitatum: arqueología y epigrafía de la ciudad romana. Estudios en homenaje a José Manuel Iglesias. Universidad de Cantabria, Santander, 2017, pp. 335-364.

Authors:

Abstract and Figures

El objetivo de este artículo ha sido la revisita de esta rica epigrafía de Monte Cildá poniendo el foco en un tema difícil y controvertido como es la cuestión cronológica. Muchas de las inscripciones analizadas tienen la ventaja de situarse en una época en la que el florecimiento de ciertos talleres lapidarios coincidió con una tendencia, nunca generalizada del todo, de datar los epitafios, primero por el sistema clásico de los cónsules y luego por la era consular. Como resultado, disponemos de unos pocos testimonios datados y, gracias a ellos, otros cuya datación se puede aproximar. Unos y otros ilustran una vitalidad tardía, quizás incluso un apogeo en los siglos III y IV, de la cultura epigráfica en esta zona cantábrica de la Hispania citerior.
Content may be subject to copyright.
Alicia Ruiz-Gutiérrez
Carolina Cortés-Bárcena
(eds.)
M
eMoriae
civitatuM
arqueología y epigrafía de la ciudad roMana
estudios en hoMenaje a jo Manuel iglesias gil
Memoriae civitatum
Arqueología y Epigrafía de la ciudad romana
Dña. Sonia Castanedo Bárcena
Presidenta. Secretaria General,
Universidad de Cantabria
D. Vitor Abrantes
Facultad de Ingeniería,
Universidad de Oporto
D. Ramón Agüero Calvo
ETS de Ingenieros Industriales y
de Telecomunicación,
Universidad de Cantabria
D. Miguel Ángel Bringas Gutiérrez
Facultad de Ciencias Económicas y
Empresariales,
Universidad de Cantabria
D. Diego Ferreño Blanco
ETS de Ingenieros de Caminos,
Canales y Puertos,
Universidad de Cantabria
Dña. Aurora Garrido Martín
Facultad de Filosofía y Letras,
Universidad de Cantabria
D. José Manuel Goñi Pérez
Modern Languages Department,
Aberystwyth University
D. Carlos Marichal Salinas
Centro de Estudios Históricos,
El Colegio de México
D. Salvador Moncada
Faculty of Biology, Medicine and
Health, The University of Manchester
D. Agustín Oterino Durán
Neurología (HUMV), investigador del
ID IVA L
D. Luis Quindós Poncela
Radiología y Medicina Física,
Universidad de Cantabria
D. Marcelo Norberto Rougier
Historia Económica y Social
Argentina, U BA y CONICET (IIEP)
Dña. Claudia Sagastizábal
IMPA (Instituto Nacional de
Matemática Pura e Aplicada)
Dña. Belmar Gándara Sancho
Directora Editorial,
Universidad de Cantabria
Consejo editoria l
Colección H # 5
Memoriae civitatum
Arqueología y Epigrafía de la ciudad romana
Estudios en homenaje a José Manuel Iglesias Gil
Alicia Ruiz-GutiéRRez
Carolina CoRtés-BáRCena
(Eds.)
© Imagen de cubierta: Arco romano de Mérida. Grabado de Alexandre de Laborde.
Voyage pittoresque et historique de l’Espagne, París, 1806.
© Editoras: Alicia Ruiz-Gutiérrez (UC) y Carolina Cortés-Bárcena (UC)
© Autores
© Editorial de la Universidad de Cantabria
Avda. de los Castros, 52. 39005 Santander
Tlfno. y Fax: 942 201 087
www.editorialuc.es
ISBN: 978-84-8102-835-5 (RústiCa)
ISBN: 978-84-8102-836-2 (pdf)
D.L.: SA 528-2017
Impreso en España - Printed in Spain
Maquetación e impresión: Kadmos
Esta obra es una contribución del proyecto de investigación «Movilidad, arraigo y registro epigráfico de la memoria en la Hispania
romana: estudio histórico y cartográfico» (HAR2013-4076P) del Programa Estatal de Investigación Científica y Técnica de Excelencia.
Ha sido financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España.
IBIC: HDDK
Esta edición es propiedad de la editoRi al de la univeR sidad de Can taBRi a; cualquier forma de reproducción,
distribución, comunicación pública o transformación sólo puede ser realizada con la autorización de sus ti-
tulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos,
www.cedro.org) si necesita fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
Esta obra ha sido sometida a evaluación externa por pares doble ciego, aprobada por el Comité
Científico y ratificado por el Consejo Editorial de acuerdo con el Reglamento de la Editorial de la
Universidad de Cantabria.
“Memoriae civitatum” : arqueología y epigrafía de la ciudad romana : estudios en homenaje a José
Manuel Iglesias Gil / Alicia Ruiz Gutiérrez, Carolina Cortés Bárcena (eds.). – Santander : Editorial de
la Universidad de Cantabria, D.L. 2017.
550 p : il ; 24 cm. – (Heri, 5)
D.L. SA. 528-2017. – ISBN 978-84-8102-835-5
1. Ciudades-Roma. 2. Inscripciones latinas-Europa. 3. Europa-Antigüedades romanas. I. Ruiz Gutiérrez,
Alicia, editor de compilación. II. Cortés Bárcena, Carolina, editor de compilación. III. Iglesias Gil, José
Manuel, homenajeado.
904(4):711.4.032(37)
930.271(37)
SUMARIO
pResentaCión
Alicia Ruiz-Gutiérrez
Carolina Cortés-Bárcena,
Universidad de Cantabria
..................................... 9
puBliCaCiones de José Manuel iGlesias Gil ............................................... 13
Statua m in loco publico erexerunt, o soBRe CóMo oBteneR una e statua
púBliCa en una Ciudad RoMana
Enrique Melchor Gil,
Universidad de Córdoba
............................................... 23
milit eS in ur bibuS. la pResenCia de soldados en las Ciudades hispanas du-
Rante el alto iMpeRio
Juan José Palao Vicente,
Universidad de Salamanca
...................................... 51
el terminuS CoMo MonuMento y testiMonio de los líMites en époCa RoMana
Carolina Cortés-Bárcena,
Universidad de Cantabria
..................................... 81
topoGRafía del ar S medica en RoMa. espaCios de pRa xis pRofesional en l a
urbS duRante la RepúBliCa y el alto iMpeRio
Mª Ángeles Alonso Alonso,
Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
.. 109
datos epiGRáfiCos y aRqu eolóGiCos soBRe la Ciudad RoMa na de u lpi ana
(moeSia Superior)
Felix Teichner,
Philipps-Universität Marburg
................................................... 141
épiGRaphie et histoiRe des Cités de laquitaine sous le haut-eMpiRe RoMain
Jean-Pierre Bost,
Université Bordeaux Montaigne - Institut Ausonius
....................... 161
m. calpurniuS m. F. Gal. Seneca FabiuS turpio SentinatianuS (Cil II, 1178;
Cila II.1, 22)
Julián González Fernández,
Universidad de Sevilla
.................................... 187
ConsideRaCiones soBRe el CoMpleJo ReliGioso de reGina (conventuS cordu-
benSiS)
José María Álvarez Martínez
Trinidad Nogales Basarrate,
Museo Nacional de Arte Romano. Mérida
............... 207
dos liBeRtos inCineRados en la MisMa fosa. a pRopósito de una insCRipCión
funeR aRia inédita de auGuSta emerita
José Carlos Saquete,
Universidad de Sevilla
.................................................. 239
las tRiBulaCiones de una insCRipCión de alBuRqueRque (BadaJoz, españa)
Joaquín L. Gómez-Pantoja
Donato Fasolini,
Universidad de Alcalá
....................................................... 251
CápaRRa y su diseño uRBano
Enrique Cerrillo Martín de Cáceres,
Universidad de Extremadura
................. 267
dos pedestales eCuestRes (cil ii 3230 y 3237) en el pRoGRaMa epiGRáfiCo
del foRo de laminium (alhaMBRa, Ciudad Real. HiSpan ia citerior)
Juan Manuel Abascal Palazón,
Universidad de Alicante
.............................. 293
en ConstRuCCión peRManente: la epiGRafía de la Ciudad de ávila
María del Rosario Hernando Sobrino,
Universidad Complutense de Madrid
.... 317
epiGRafía RoMana de Monte Cildá (HiSpania citerior): nuevas leCtuRas y
pReCisiones CRonolóGiCas
Alicia Ruiz-Gutiérrez,
Universidad de Cantabria
........................................... 335
la aCCión de tiBeRio en el Medio y alto valle del eBRo. ¿Continuidad o
RalentizaCión?
Juan Santos Yanguas,
Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
...... 365
urunia (fuenteGuinaldo, salaManCa), CaBeCeRa de Ciudad RoMana
Julio Mangas,
Universidad Complutense de Madrid
............................................ 387
epiGRafía y civitateS astuR-RoManas: pésiCos y oRGenoMesCos
Narciso Santos Yanguas,
Universidad de Oviedo
.......................................... 409
el foRo RoMano de lucuS auGuSti: pRiMiCias de su desCuBRiMiento
Covadonga Carreño Gascón,
Servicio Municipal de Arqueología, Lugo
.............. 431
las pRiMeR as MuestRas de esCRituRa doCuMental RoMana en el aMplio no-
Roeste hispániCo: paemeiobriGenSium et louGeiorum tabulae treS
Antonio Rodríguez Colmenero,
Universidad de Santiago de Compostela
............ 461
las Casas de peRistilo en las Ciudades del noRte de hispania. a pRopósito
de alGunas identifiCaCiones ReCientes
Juan José Cepeda Ocampo
Jesús Ignacio Jiménez Chaparro,
Universidad de Cantabria
.......................... 475
la civitaS RoMana en la MeMoRi a del RenaCiMiento: una apRoxiMaCión a
tRavés de los pRoGRaMas epiGRáfiCos de ÉvoRa
Manuel Ramírez-Sánchez,
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria
.............. 493
la fundaCión de Ciudades y Colonias en los de antiqu itatibuS HiSpaniae
del huManisMo español
Eustaquio Sánchez Salor,
Universidad de Extremadura
.................................. 521
EPIGrAfíA roMAnA dE MontE cIldá
(hiSpania citerior): nuEvAS lEcturAS
y PrEcISIonES cronolóGIcAS*
Alicia Ruiz-Gutiérrez∗∗
Universidad de Cantabria
E
n 1976, José Manuel Iglesias publicaba una obra que pasó a ser de
obligada referencia para los estudiosos de la Cantabria romana1. Su tí-
tulo, Epigrafía Cántabra. Estereometría, decoración, onomástica, refle-
jaba los nuevos derroteros que estaba tomando la investigación epigráfica,
en el sentido de prestar mayor atención a los soportes de las inscripciones,
sin menoscabar por ello el análisis textual. El estudio de las formas y temas
decorativos de los monumentos epigráficos se combinó en este caso con el
análisis onomástico, de base filológica.
En dicha obra, ilustrada con grandes láminas de fotografías, llaman la
atención del lector las impresionantes estelas discoideas de Cantabria, los
abundantes termini Augustales de la legio IIII, la original epigrafía vadinien-
se sobre grandes bloques de piedra sin trabajar y, en claro contraste con és-
ta, un nutrido conjunto de inscripciones, en su mayoría estelas labradas con
decoraciones, procedentes de Monte Cildá (Olleros de Pisuerga, Aguilar de
Campoo, Palencia).
Este trabajo se ha realizado en el marco del proyecto de investigación titulado «Movi-
lidad, arraigo y registro epigráfico de la memoria en la Hispania romana: estudio his-
tórico y cartográfico» (HAR2013-40762-P), financiado por el Ministerio de Economía y
Competitividad del Gobierno de España.
** Profesora Titular de Historia Antigua. ORCID: 0000-0002-1623-4739.
1 Iglesias, 1976.
336 aliCi a Ruiz-GutiéRRez
El mismo José Manuel Iglesias había publicado en 1973, junto con García
Guinea y Caloca, las campañas de excavación realizadas de 1966 a 1969 en
este oppidum fortificado de Monte Cildá, ocupándose del estudio de las úl-
timas inscripciones descubiertas en la muralla tardoantigua. Eran 19 piezas
(once de ellas anepígrafas)2 que se sumaban a las 46 halladas con anteriori-
dad, frutos de intensos trabajos arqueológicos que se habían ido sucedien-
do a lo largo de distintas épocas desde finales del siglo xix. Con los nuevos
hallazgos se había conformado uno de los conjuntos epigráficos más nu-
merosos del norte de la Península Ibérica y, junto con el vadiniense, el más
interesante sin duda de todo el territorio de la Cantabria romana. En total,
39 epígrafes y 26 fragmentos anepígrafos (vid. Anexo).
Años más tarde, el interés de José Manuel Iglesias por Monte Cildá le llevó
a dirigirme una tesis doctoral sobre este lugar y su entorno. Al estar reciente
la publicación de las inscripciones, la investigación, defendida y publicada
en 1993, se centró más bien en el análisis de los materiales cerámicos, es-
casamente estudiados hasta la fecha, así como en la interpretación histórica
del conjunto3. Pasado el tiempo, se nos presenta la oportunidad de echar
la vista atrás y dedicar al director de aquella primera investigación nuestra,
maestro de epigrafía, este estudio de revisión sobre las inscripciones de un
yacimiento emblemático de la Cantabria romana, clave para entender la evo-
lución de la práctica epigráfica en el norte de la Hispania citerior.
Muchos aspectos de la epigrafía de Monte Cildá revisten interés. Des-
taca en especial la rica ornamentación de las estelas funerarias, de gran
calidad en algunos casos, donde es posible percibir la mano de la oficina
lapidaria correspondiente; pero nada nuevo podríamos añadir en este cam-
po a los últimos trabajos publicados por José Antonio Abásolo4. Nuestro
estudio se centrará por ello en otro tema interesante a la par que comple-
jo, como es el de la cronología de las inscripciones. Este tema será abor-
dado con cautela, a partir de una revisión individualizada de cada una de
las piezas, seguida de un análisis global de todos los elementos que han
2 EAE 82, pp. 51-60. Excluimos de este recuento el epígrafe incluido en dicha publicación
procedente de Castrecias (Rebolledo de la Torre, Burgos), localidad situada a unos siete
kilómetros en línea recta de Monte Cildá. Este epígrafe, donde se cita un militar de la
legio IX Hispana, apareció en 1969 e ingresó en la Colección Eugenio Fontaneda, con-
servada en el Castillo de Ampudia de Campos (Palencia).
3 Ruiz-Gutiérrez, 1993.
4 Abásolo, 2005, pp. 52-56; Abásolo, 1990, pp. 183-218; véase también Marco, 1978, pp.
105-106.
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 337
podido evolucionar con el paso del tiempo, tales como los usos onomás-
ticos, las fórmulas empleadas en los textos y la paleografía, además de las
formas de los monumentos, su iconografía y decoración. A la revisión cro-
nológica añadiremos algunas consideraciones sobre los paisajes epigráficos
de Monte Cildá, pese a la dificultad que entraña la escasez de datos y la lo-
calización de las inscripciones fuera de su contexto arqueológico primario.
hIStorIA dE loS dEScubrIMIEntoS
E
n 1891 Romualdo Moro realizaba las primeras actuaciones arqueológi-
cas en Monte Cildá, impulsado por la curiosidad y afán coleccionista
de su mecenas, el Marqués de Comillas, a cuyo servicio trabajaba
como capataz. En el mismo año publicó en el Boletín de la Real Academia
de la Historia una breve memoria de sus «exploraciones arqueológicas» por
el norte de las provincias de Palencia y Burgos. La descripción de sus tra-
bajos de campo en Monte Cildá fue ilustrada con un croquis del castro muy
esquemático y bastante confuso, donde aparecen representados el trazado
de la muralla, con indicación de la zona concreta donde aparecieron dieci-
séis inscripciones, así como la localización de distintos restos de construccio-
nes antiguas, incluido un edificio donde fue hallado el sillar con el epígrafe
CAESA, sobre el que más adelante volveremos5.
La intervención arqueológica de Romualdo Moro implicó la realización
de varias catas en distintas zonas del recinto castreño, así como la remoción de
piedras en la zona de derrumbe de la muralla, donde fueron descubiertos
los mencionados dieciséis epígrafes romanos6. Además, se identificaron otros
doce en casas de pueblos cercanos: nueve en Olleros de Pisuerga y tres en
Valoria de Aguilar, que también procedían de las ruinas de la muralla de
Monte Cildá, según testimonios de la época. De hecho, fueron estos testi-
monios los que animaron al explorador a inspeccionar el castro:
Con estas noticias, subí á la montaña con el fin de hacer un detenido re-
conocimiento, pues creí desde luego, que aquella clase de piedras, traídas de
lejanas canteras, tuvieron otra aplicación que era preciso indagar. Poco tar-
dé en encontrar huesos humanos que dejaban ver los corrimientos de tierras
5 Moro, 1891, pp. 431-432.
6 Hay que añadir otras piezas anepígrafas o con poco texto que no fueron estudiadas por
Fidel Fita pero que ingresaron en la Colección del Marqués de Comillas y que probable-
mente procedan también de Monte Cildá (EAE 61, 32-34 y 36, pp. 55-57).
338 aliCi a Ruiz-Gutié RRez
arrastradas por los temporales. Cerca de este sitio se extendían varios cimien-
tos de pequeños edificios y estelas sepulcrales que luego ví al reconocer una
de estas. Por todas partes observábanse montones de piedra arrancada sin du-
da por la mano del hombre, varias paredes casi imperceptibles unas y más re-
cientes y pronunciadas otras, y restos de cerámica que no se confunden con
las clases de nuestros días, ni con otra época que la romana. Con tales antece-
dentes, comencé por remover los cimientos del muro de entrada, que pronto
me descubrió una hilada de sillares de tres líneas una sobre otra. Después de
extraer varios de estos, apareció alguna con inscripción cuyo carácter de letra
no podía dudarse que era romana7.
Gracias a la documentación epistolar conservada en el Archivo de la Re-
al Academia de la Historia, sabemos que Romualdo Moro informaba de los
resultados de sus trabajos a Fidel Fita, quien a su vez mantenía al corriente
de los hallazgos epigráficos a Emil Hübner. Como resultado de esta comu-
nicación entre los tres las primeras inscripciones romanas de Monte Cildá
fueran publicadas por el segundo8 e incluidas por el tercero en el Supple-
mentum del Corpus Inscriptionum Latinarum (1892)9 y en el volumen VIII
de Ephemeris Epigraphica (1899)10. Años más tarde, Adolf Schulten visitó
Monte Cildá en el marco de una investigación sobre los castros prerroma-
nos de la región cantábrica, pero parece que se limitó a prospectar el yaci-
miento arqueológico, sin realizar en él trabajos de excavación. Su interés se
centró sobre todo en el sistema de fortificación del oppidum, que describió
de forma somera en un artículo publicado en 194211.
Con estos precedentes, las primeras excavaciones con metodología mo-
derna en Monte Cildá se realizaron en la sexta década del siglo xx, bajo la
dirección de García Guinea. Fueron siete años de campañas consecutivas,
de 1963 a 1969, cuyos resultados se dieron a conocer en dos monografías12.
Los trabajos permitieron documentar el trazado completo de la muralla, con
una longitud total de unos 140 metros.
La limpieza de los muros y de las seis torres de planta rectangular que
conforman la defensa permitió apreciar la existencia de dos tramos en ésta,
con orientaciones y características diferentes. El primero se extiende desde
7 Moro, 1891, p. 428.
8 Fita, 1891 a, pp. 290-295; Fita, 1891 b, p. 382; Fita, 1892, pp. 537-541.
9 CIL II, 6296-6304.
10 EE VIII, 159-164.
11 Schulten, 1942, p. 15.
12 EAE 1966 (campañas de 1963-1965) y EAE 1973 (ca mpañas de 1966 -19 69).
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 339
el extremo noreste a lo largo de unos 110 metros en dirección sudoeste y
comprende las torres I, II y III. Se caracteriza por presentar grandes sillares,
entre los que se incluyen abundantes epígrafes y materiales de construcción
de época romana que habían sido reutilizados, como fragmentos de cornisas,
basas y fustes de columnas. Probablemente es ahí donde había interveni-
do en mayor medida Romualdo Moro y donde fueron hallados los primeros
epígrafes, excepción hecha del mencionado sillar con el texto CAESA. El se-
gundo tramo comprende los paramentos externos a partir de la torre III y se
prolonga hasta el extremo meridional del encintado, englobando la torre IV
y la entrada flanqueada por las torres V y VI. Se caracteriza este tramo por
estar realizado con un aparejo irregular y por carecer por completo de epí-
grafes reutilizados. Los cortes estratigráficos y las propias inscripciones fe-
chadas extraídas de los muros permiten datar la construcción del primer
tramo de la muralla a fines del siglo iv o inicios de v. En cuanto al segun-
do, éste podría deberse a una reforma o ampliación posterior de la defen-
sa, quizás todavía dentro del período tardorromano o, más probablemente,
en época visigoda13.
Con posterioridad a las excavaciones de García Guinea, la siguiente y
última intervención arqueológica en Monte Cildá tuvo lugar en 2001, preci-
samente en el tramo meridional de la muralla que no presenta inscripcio-
nes14, de manera que no ha habido descubrimientos epigráficos en el castro
posteriores a 1969, salvo el hallazgo fuera de contexto arqueológico de una
tésera de hospitalidad con forma de manos entrelazadas que presenta el epí-
grafe Turisiaca / car, publicada en 1993 (n.º 40).
Debemos considerar, no obstante, otras dos inscripciones halladas en
los alrededores de Monte Cildá que muy probablemente en el pasado hu-
bieran estado reutilizadas en la muralla. Se trata de la estela de Valoria de
Aquilar datada por la era consular, a la que enseguida nos referiremos, y el
ara localizada prácticamente a los pies del castro, en la iglesia rupestre de
San Justo y Pastor (Olleros de Pisuerga), publicada en el año 2003 y a la que
también haremos alusión más adelante.
13 EAE 1983, pp. 36-37, vid. plano; Ruiz-Gutierrez, 1993, pp. 167-180; Iglesias, Ruiz-Gutié-
rrez, 2007 b, pp. 449-465.
14 Estos últimos trabajos arqueológicos, encargados por la Dirección General de Patrimo-
nio de la Junta de Castilla y León, han consistido en labores de excavación, limpieza y
consolidación de la muralla en la zona de la puerta entre las torres V y VI: Alonso, 2004,
pp. 35-36; Del Val, Escribano, 2005, pp. 124-125.
340 aliCia Ruiz-Gu tiéR Rez
rEvISIón dE lAS InScrIPcIonES con fEchA
A
la hora de establecer la cronología de las inscripciones romanas es
preciso tener en cuenta la existencia de diferencias regionales en los
usos epigráficos y onomásticos, de modo que no pueden aplicarse
unos mismos criterios de datación en todos los contextos geográficos. Fuera
de los grandes centros urbanos y de las zonas donde la conectividad era
alta, los cambios en los formularios y en las formas de los soportes pene-
traron a un ritmo más lento e interactuaron en mayor medida con hábitos
locales; por ello es conveniente no extrapolar tendencias y centrar el estu-
dio en espacios reducidos.
En el caso de la epigrafía de Monte Cildá, pese a corresponder a una
zona relativamente apartada y por lo tanto sujeta a evoluciones autónomas,
se dan circunstancias favorables para una aproximación cronológica. En pri-
mer lugar, se trata de un conjunto de epígrafes amortizados en un mismo
momento en la muralla y que proceden de un mismo contexto –las inscrip-
ciones funerarias quizás incluso de una misma necrópolis–. Pero lo más fa-
vorable es que este conjunto incluye tres estelas con fecha que pueden ser
usadas como referentes para datar las demás. Se trata de un epitafio data-
do por los cónsules y otros dos por la era consular, incluido el de Valoria
de Aguilar antes mencionado. Existe una cuarta inscripción funeraria que
la mayoría de los autores modernos también ha considerado datada por los
cónsules, pero que en mi opinión debe ser descartada o por lo menos no
tenida en cuenta como paralelo cronológico, dado el carácter inseguro de
su lectura. Comencemos por ella.
a) Estela dedicada por Messorina
Dentro del conjunto de Monte Cildá este monumento destaca por su simpli-
cidad (Fig. 1, n.º 38). Se trata de una estela apenas trabajada, de forma rec-
tangular y escaso grosor (50 x 38 x 14 cm). La decoración se limita a dos
círculos con radios realizados mediante incisión. Por su aspecto rústico la
pieza recuerda otra de Monte Cildá, dedicada por Leonina a su hijo Sempro-
nio (Fig. 5 A, n.º 39), en este caso con representación de dos figuras huma-
nas dándose la mano, en principio madre e hijo, grabados en la piedra con
un torpe trazado inciso. Es evidente que las mujeres que encargaron estos
dos monumentos no tuvieron los medios para acceder a los talleres del en-
torno dedicados a la producción de estelas decoradas en relieve, de las que
han llegado a nosotros espléndidos ejemplares, no sólo en Monte Cildá, si-
no también en otros lugares próximos de la Cantabria romana, como Peña
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 341
Amaya (Burgo s)15. Hay que tener en cuenta que las diferencias formales y
de calidad no tienen necesariamente una explicación cronológica, sino que
pueden deberse a la coexistencia en un mismo lugar de estelas de lujo con
otras mucho más modestas y asequibles.
Figura 1: Estela de Messorina. Foto: Alicia Ruiz Gutiérrez
[Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria].
Nuestra lectura es la siguiente:
D(is) M(anibus) / ego Mes/sorina m(onumentum) p(osui) / marito m(eo)
Sev(ero) / et Victori.
15 Abásolo, 1975, pp. 205-213.
342 aliCia Ruiz-GutiéR Rez
En esta estela dedicada al esposo de Messorina, además de la tosquedad
del soporte, llama la atención el uso de la primera persona por parte de la
dedicante. A esta formulación poco común, aunque no del todo extraña en
la epigrafía funeraria16, se añadiría, de acuerdo con la lectura de la mayoría
de los autores modernos, la omisión del nombre del difunto, al interpretar
que en las dos últimas líneas del texto se hizo constar la datación consular:
Sev(ero) et Victori(no) (consulibus).
Varios motivos nos llevan a descartar dicha alusión a la pareja de cón-
sules del año 200 y a volver sobre la primera lectura del epígrafe, realiza-
da por Fidel Fita a partir de un calco que le proporcionó Romualdo Moro:
D(is) M(anibus). Ego Messorina m(onumentum posui) marito m(eo) Seget(io)
Victori17. A esta lectura sólo hay que hacer dos correcciones: añadir la P de
p(os ui), que debido a su deterioro probablemente no quedó bien marcada en
el calco que examinó Fidel Fita, y corregir la G al final de la lín. 4 por una V.
Esta última corrección supone descartar el antropónimo de Segetius y
obliga a leer Sev(ero) et Victori, lectura que dio pie a interpretar la citada
datación consular. Ahora bien, por mucho que la concurrencia de estos dos
nombres personales en la última línea del epígrafe pueda hacer pensar en
los cónsules Severus y Victorinus, hay que tener en cuenta que la omisión
de co(n)s(ulibus) no se justifica por la falta de espacio, así como tampoco la
abreviatura de Victori(no). A esto se añade que es lógico y casi imprescindi-
ble que en el epígrafe conste el nombre de la persona o personas a las que
estaba dedicado el monumento, información que habríamos de considerar
omitida en caso de optar por leer la datación consular. Además, tanto Seve-
rus como Victor son nombres frecuentes y están atestiguados en la zona18.
Sin duda el primero designaba al marido de Messorina y Victor a otro fa-
llecido, que podría ser su hijo. Nos encontramos por consiguiente ante un
epitafio doble, muy común en Monte Cildá y su entorno19. De hecho, de los
16 A modo de ejemplo, en un epitafio de Theveste (Africa proconsularis) se lee: D(i s)
M(anibus) s(acrum) / ego Prim/a Felicia/no marito / rar<i=E>ssimo / memoria(m) f(eci)
/ et d(edicavi) q(ui) v(ixit) a(nnos) / LXX (AE 1969 -1970, 680).
17 Fita, 1892, 22, p. 541.
18 Sin salir del territorio de la Cantabria romana, Severus se atestigua en Peña Amaya (ECán-
tabra, 11), Severa en Coraín (ECántabra, 72) y Victor en Corao (ECántabra, 74).
19 Epitafios dedicados a varios miembros de una misma familia se encuentran también en
otros lugares cercanos; por ejemplo, en Herrera de Pisuerga: D(is) M(anibus) // Teren/
tiae Ni/gellae / an(norum) LX[---] / Vetti/us Lub[--- / ---]I[--- / ---] / matri / pientis/sim(a)e
/ et Vet(---) / fili(o) / p(osuit) // Vettio / Felici / an(norum) LXV / Vettius / Lubia/nus / PA[-
- -] / pientissi/mo [---] / M[---]AE[--- / ---]C[---] (CIL II, 2914; IRPPalencia, 73).
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 343
quince monumentos funerarios sin fragmentar que se conservan, o que fa-
cilitan una lectura más o menos completa del texto, ocho son con seguridad
individuales20 y siete están dedicados a más de un fallecido21.
Incluso da la impresión de que los talleres epigráficos del sur de la Can-
tabria romana, adaptándose a esta tendencia a la conmemoración múltiple,
introdujeron en el mercado estelas bísomas provistas de dos campos epigrá-
ficos. No es el caso del monumento de Messorina, pero al menos diez piezas
de Monte Cildá corresponden a este tipo (Figs. 5 B y 6 A, n.os 17-18)22. Otras
presentan también cabecera doble pero tienen un solo campo epigráfico, como
si fueran variantes simplificadas de las anteriores (Fig. 6 D, n.º 24)23, y las hay
también con cabecera simple semicircular decorada no con uno sino con dos
discos o rosetas (Fig. 6 C, n.º 25). Al igual que estas últimas, el sencillo mo-
numento de Messorina, aunque carece de cabecera diferenciada del resto del
cuerpo de la estela, presenta dos motivos circulares, imitando las estelas más
elaboradas, y quizás también en consonancia con el carácter doble del epitafio.
Añadiremos que en Monte Cildá la casuística en el empleo de los sopor-
tes es amplia. En ocasiones podría pensarse en una falta de armonía entre la
labor del quadratarius que elaboró la estela y la del lapicida que gravó el
texto. Así, en la estela bísoma profusamente decorada, dedicada por Aia Ori-
gena a sus dos hijas (Fig. 5 B, n.º 17), en el campo epigráfico de la izquierda
consta el epitafio de una de ellas y en el de la derecha el de la otra, pero a
partir de la décima línea del primero y de la novena del segundo los textos
de ambos se funden y continúan en los cuatro últimos renglones. Pese a lo
que pudiera parecer, seguramente este efecto no se debe a la falta de espa-
cio ni al descuido en la ordinatio del texto, sin que obedece a un deseo de
plasmar que la estela fue grabada a la vez para las dos hijas, aunque éstas
no necesariamente hubieran fallecido al mismo tiempo.
No parece casual que lo mismo haya ocurrido en el monumento dedi-
cado por Aninus a su matertera y a su madre, otra estela bísoma salida del
mismo taller que la anterior (Fig. 6 A, n.º 18). Los dos epitafios se juntan en
las dos últimas líneas, con la particularidad de que en esta ocasión un mal
20 N.º 9, 11, 13, 24, 25, 31, 33 y 34.
21 N.º 17, 18, 19, 21, 38, 36 y 39.
22 De ellas conservan texto siete (n.º 17-23) y las otras tres son anepígrafas (ECántabra 40,
42 y 57).
23 Vid. n.º 24 y quizás también otros dos ejemplares fragmentados sin inscripción (ECán-
tabra, 38 y 57).
344 aliCia Ruiz-GutiéR Rez
cálculo del espacio provocó que el numeral relativo a la edad de la madre
tuviera que indicarse fuera de la cartela.
Un caso diferente se presenta en la estela dedicada por Ianuarius a su
esposa (n.º 22), donde sólo se ocupó el campo epigráfico de la izquierda,
mientras que el de la derecha, que podemos suponer destinado al marido,
nunca llegó a utilizarse.
b) Estela de Valerio Quadrato. Año 238 d.C.
Una vez corregida la lectura de la estela dedicada por Messorina, la que
vamos a analizar a continuación de Valerius Quadratus pasa a ser el mo-
numento fechado más antiguo de Monte Cildá, con una datación por los
cónsules correspondiente al año 238 d.C. (n.º 9):
D(is) M (anibus) / Val(erio) Quadrato / Boddi filio Vel/lic(um) an(norum)
XL Mali/a ux{s}or Magilo/nis f(ilia) mon<u=I>me/ntu(m) posuit / Fulvio Pio et
Ponti/o [P]ro[culo Po]nt[ian]o?
Esta bonita estela que Malia hija de Magilo dedicó a su esposo respon-
de al tipo de cabecera simple semicircular, con decoración en relieve (Fig.
2). Mide (126) x 45 x 24 cm. Presenta rosácea hexapétala en la cabecera y,
por debajo del campo epigráfico, creciente lunar y tres arcos de medio pun-
to. Aunque bien ejecutada, la ornamentación es sencilla si se compara con
otros monumentos mucho más recargados de Monte Cildá, normalmente
con talla a bisel (Figs. 5 B y 6 A-B).
La erosión de la piedra, el pequeño tamaño de las letras y su amonto-
namiento en los dos últimos renglones dificultan mucho la lectura. Fidel Fi-
ta debió de haber tenido serias dificultades para interpretar el final de este
epitafio a partir del vaciado de yeso que le envió Romualdo Moro, pues fu-
sionó las dos últimas líneas en una sola, donde leyó viro pientis(imo), en
lugar de la fecha consular24.
La ausencia del término co(n)s(ulibus), aunque en este caso sí está jus-
tificada por la falta de espacio, podría alimentar ciertas dudas, como en
el caso anterior, sobre la lectura de la pareja de cónsules; no obstante,
24 Asimismo, lee Mantia, en vez de Malia, y Macronis, en vez de Magilonis (Fita, 1891 a,
2, p. 290).
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 345
teniendo en cuenta que el epitafio
termina de forma coherente con el
verbo posuit en la línea 7 y que al
menos las letras de Fulvio Pio et
Pontio se leen con cierta claridad,
consideramos que la fecha consu-
lar debe admitirse sin demasiadas
vacilaciones.
El ciudadano Valerius Qua-
dratus presenta filiación indígena
(Boddi filius), al igual que su espo-
sa (Magilonis f.), lo cual sorprende
en una fecha tan avanzada del si-
glo iii. La abreviación del nomen,
sin embargo, es propia de la épo-
ca. En cuanto a la indicación de
la cognatio o grupo de parentesco
(Vellicum), es sabido que ésta no
desaparece de los usos onomásti-
cos de la Hispania céltica hasta una
época muy tardía, pues se encuen-
tra todavía en el siglo iv25.
c) Estela de Antistio Crescens?
Año 314 d.C.
Monte Cildá presenta la particu-
laridad de ser el único lugar has-
ta la fecha donde se documentan
inscripciones datadas tanto por el
sistema clásico de los cónsules co-
mo por la llamada «era consular».
Presenta por lo tanto el interés de
documentar el tránsito entre el
abandono del primer sistema de
25 Véase el epígrafe de Lamasón dedicado a Aemilius Sempronius Elesigainum, datado por
la era consular en el año 320 d.C. (ERCan, 12).
Figura 2: Estela de Valerio Quadrato. Foto:
Alicia Ruiz Gutiérrez [Museo de Prehistoria y
Arqueología de Cantabria].
346 aliCia Ruiz-Gu tiéR Rez
datación en la Península Ibérica y la instauración del segundo en el área
cantábrica, desde donde se extenderá más tarde a otras regiones, derivan-
do en la «era hispánica».
Las pautas generales de este tránsito y las razones por las cuales surgió
un cómputo cronológico iniciado en el año 38 a.C. en un área concreta del
norte hispano han sido explicadas con gran acierto por J. M. Abascal, para
quien tal cómputo habría tenido el sentido de rememorar y revalorizar en
tiempos de Póstumo el triunfo de Agripa en las Galias. De acuerdo con
la teoría de este mismo autor, la cristianización y generalización posterior
de dicho sistema cronológico al sur del Duero a partir del año 516 d.C. se
explicaría por la difusión de la obra de Hidacio, que lo había utilizado en
sus escritos26.
Una de las estelas descubiertas en la muralla de Monte Cildá está fe-
chada por este peculiar y discutido sistema de datación (n.º 33). El monu-
mento apareció reutilizado en el paramento interno del muro, al sur de la
torre III, durante las excavaciones de 1967. Mide (110) x (36) x 28 cm. La
fragmentación del soporte ha provocado la pérdida de casi toda la mitad
izquierda del campo epigráfico. La cantidad de letras que falta puede esti-
marse en unas cuatro como mucho al comienzo de cada renglón, gracias
al eje de simetría que aporta la serie de arcos de herradura (Fig. 3).
Nuestra lectura es la siguiente:
[D(is)] M(anibus) / [---]ia Ant(istio) / [Cres]centi / [mar]ito / [pien]tissi/[mo a]
n(norum) LXXX / [s(it) t(ibi)] t(erra) l(evis) / [co(n)s(ulatu)] CCCLII
En las líneas 2-4 algunos autores han leído [---]ia Ant(istia) / [inno]cen-
ti / [mar]ito, mientras que otros han dejado abierta la interpretación: [---]
AANT / [---]centi / [mar]ito. Por nuestra parte, proponemos interpretar que
las dos primeras letras del segundo renglón correspondían al final del nom-
bre de la dedicante, sin duda la esposa del difunto, y el resto a la abre-
viatura del nomen del marido. Antistius es un nomen común, frecuente
en Hispania, al igual que el cognomen latino Crescens. La abreviación del
primero es propia de la época tardía, como se observa en la estela ante-
rior, de Val(erius) Quadratus, y como veremos también en la siguiente, de
Sem(pronius) Paternus.
26 Abascal, 2000-2001, pp. 269-292, especialmente pp. 270-276.
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 347
Figura 3: Estela datada en el año 314 d.C. Foto: Museo Arqueológico de la Provincia de
Palencia. Dibujo: Alicia Ruiz Gutiérrez.
Otra corrección en esta estela afecta a la última línea del texto, donde
los primeros editores leyeron el numeral CCLII, lo que implicaba una fecha
en el 214 d.C. que se apartaba bastante de la cronología documentada hasta
ahora del uso de la era consular, con márgenes que van del año 278 al
497 d.C.27. Ya R. C. Knapp28, al que siguen otros autores29, propuso restituir
27 Abascal, 2000-2001, p. 270.
28 «There may also be another C, so the number would be CCCLII, a date much closer to the
CCCLXIII from Ruesga neary» (Knapp, 1986, n.º 11 a, p. 138).
29 Abascal, 2000-2001, p. 270, tabla 1, n.º 4; Iglesias, Ruiz-Gutiérrez, 2007 b, pp. 460-461.
348 aliCia Ruiz-Gu tiéR Rez
una tercera C, adelantando en un siglo la fecha de este monumento.
Añadiremos que la observación directa del epígrafe permite apreciar los
trazos de dicha C que habían pasado desapercibidos por estar menos
marcados que los del resto de las letras. En cuanto a la fórmula de la fecha,
probablemente antes del numeral CCCLII figuraba la expresión co(n)s(ulatu),
como en la estela que presentamos a continuación, datada también por la
era consular30.
d) Estela de Sempronio Paterno. Año 323 d.C.
Esta estela apareció en la localidad palentina de Valoria de Aguilar (Aguilar
de Campoo), reutilizada en una casa-torre del siglo xvii, a menos de 2 km
de Monte Cildá (Fig. 4). Mide (75) x 35 x ? cm. Está fechada en el 361 de la
era consular, de manera que es sólo nueve años más moderna que la ante-
rior31. Teniendo en cuenta el lugar del descubrimiento, es muy probable que
proceda de la muralla de Monte Cildá, de cuya obra sabemos que fueron
extraídos sillares para su reutilización en edificaciones del entorno, según
afirmaba Romualdo Moro a finales del siglo xix (vide supra).
El monumento presenta en la cabecera un motivo circular de radios cur-
vos dextrógiros, de talla a bisel, enmarcado por dos escuadras, y la repre-
sentación en relieve de un individuo desnudo provisto de lanza, flanqueado
por sendos motivos rectangulares con aspas en su interior. Por debajo del
campo epigráfico hallamos una serie de tres arcos semejantes a los que
aparecen en la pieza anterior. La lectura del texto no ofrece dudas, salvo la
parte correspondiente al nombre de la dedicante, que podría interpretarse
también como Alla Ugana32:
D(is) M(anibus) / Allaugan/a? filio suo / pientissim/o Sem(pronio) Pate/rno
an(n)o(rum) XI / co(n)s(ulatu) CCCLXI.
30 Otras abreviaturas atestiguadas son aera, era, aera cons., aer. cos., cons., pero la más
frecuente es cos, presente en siete casos de dieciséis atestiguados. Hay que tener en
cuenta además que hasta el presente no se ha documentado ningún epígrafe fechado
por la era consular sin fórmula que anteceda al numeral (Iglesias, Ruiz-Gutiérrez, 2007
b, p. 461).
31 El epígrafe se descubrió en 1989 y se ha publicado en 1999. El texto se lee sin dificultad:
D(is) M(anibus) / Allaugan/a filio suo / pientissim/o Sem(pronio) Pate/rno, an(n)o(um)
XI co(n)s(ulatu) CCCLXI (Nuño González, 1999, pp. 423-434).
32 Nuño, 1999, pp. 423-434; HEp 1999, 468; AE 2001, 1232.
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 349
De ser cierto que esta inscripción
fue extraída de la muralla de Mon-
te Cildá estaríamos ante el terminus
post quem más moderno que permi-
tiría acotar la fecha de construcción
de dicha fortaleza. Aunque no sabe-
mos exactamente cuánto tiempo pu-
do haber transcurrido entre el año
323 d.C., en que fue erigida la este-
la, y el de su reaprovechamiento en
la muralla, cabe imaginar como mí-
nimo el paso de una generación, lo
que nos situaría, como muy pronto,
en las fechas ya indicadas de finales
del siglo iv o inicios del V33.
AProxIMAcIón A lA cronoloGíA dEl
conJunto
L
as tres estelas datadas que aca-
bamos de revisar, con fechas
que van del 238 al 323 d.C.,
señalan un horizonte epigráfico del
siglo i ii y primeras décadas del iv
al que podría adscribirse una gran
parte de las inscripciones funerarias
de Monte Cildá. Sin embargo, no
conviene generalizar esta datación,
pues el conjunto epigráfico incluye
piezas a las que es posible atribuir
una cronología altoimperial.
El monumento de Baebia Plancina (Fig. 5 C, n.º 6) presenta campo epi-
gráfico rebajado y una cuidada ordinatio del texto. Mide (31) x 61 x 53 cm.
Por sus dimensiones y forma lisa no pertenece al grupo de estelas decora-
das con cabecera semicircular (simple o doble), comunes en Monte Cildá.
Sus características paleográficas también difieren del resto, pues muestra
33 Iglesias, Ruiz-Gutiérrez, 2007 a, pp. 24-41.
Figura 4: Estela de Sempronio Paterno.
Dibujo: Jaime Nuño, 1999.
350 aliCi a Ruiz-GutiéRRez
letras capitales cuadradas con terminaciones, mientras que en la mayoría
de las estelas hallamos letras rústicas, incluso en los casos de soportes la-
brados con gran maestría. Por supuesto, con esto no se quiere indicar que
las grafías rústicas sean exclusivas de la época tardía, pues dependen sobre
todo de la monumentalidad de las piezas y del acceso o no de quienes las
encargaron a los servicios de lapicidas expertos, con independencia de si
el contexto en el que fueron erigidas era rural o urbano. Considerando lo
dicho y a pesar del empleo del superlativo (pientissima), esta inscripción
de Baebia Plancina podría datarse en el siglo ii.
Asimismo, la estela que Atil(ia)? Paterna dedicó a su hijo L. Atilanius?
Reburrinus (Fig. 6 C, n.º 25 ) podría ser de la misma centuria, en aten-
ción al praenomen del difunto, ya que, como es sabido, este elemento del
nombre no suele indicarse desde mediados del siglo ii. En todo caso, es-
tamos ante un epígrafe de cronología dudosa. Como ya se ha señalado,
la abreviación del gentilicio es propia de inscripciones tardías, como tam-
bién usualmente los epítetos en superlativo (pientissimo). Por otra parte,
en favor de una datación altoimperial estaría no sólo el uso de tria nomi-
na, sino también la forma general del monumento, que se aparta bastan-
te del prototipo de estela tardía con decoración en bajorrelieve y/o talla
a bisel34. En esta inscripción seguimos la lectura de J. M. Abascal, quien
propuso interpretar el gentilicio de la dedicante como Atil(ia)35, rechazan-
do la lectura tradicional de Tal(ania), y el del marido como Atilanius, en
lugar de como Talanius.
En Monte Cildá es llamativa la ausencia de inscripciones propias del siglo i,
con el nombre del difunto en nominativo y la fórmula de cierre hic situs
est, que sí aparecen en el vecino territorio vadiniense36. Todos los epitafios
procedentes de la muralla están expresados en dativo, salvo el del orgeno-
mesco Danuvio hijo de Quinto, que está en genitivo (Fig. 6 D, n.º 24). Si
tenemos en cuenta que formularios de este tipo, con el nombre del difunto
en genitivo, suelen darse en la etapa intermedia entre el final del uso del
nominativo y el comienzo del empleo del dativo, podríamos estar ante un
monumento de fines del siglo i o comienzos del ii, quizás el más antiguo
34 El soporte está partido en dos mitades. Mide en total 168 x 75 x 37 cm. El fragmento
superior es el reproducido en la Fig. 6 C; el inferior conserva un poco de la tabula an-
sata y las escuadras que la enmarcan, así como la representación tosca de tres puertas
alargadas con arcos de medio punto.
35 Abreviado con un nexo de cuatro letras (Abascal, 1984, p. 225, n.º 40, n. 29).
36 Martino, 2012, pp. 311-313.
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 351
de todo el repertorio funerario de Monte Cildá. Además, en este epígrafe
de Danuvius no se aprecia ninguna característica que pudiera hacer pen-
sar en una cronología tardía. El fallecido era un peregrino designado con
nombre único y filiación indígena. Quintus no está abreviado por la inicial
y, por lo tanto, no corresponde al praenomen sino al nombre personal del
padre latinizado.
En el caso de la estela de Licinius Crasinus (n.º 10), rechazamos inter-
pretar Lucius, igualmente sin abreviar por la inicial, como praenomen del
difunto, y lo interpretamos como el nombre del dedicante; de manera que,
a nuestro juicio, no estamos ante otro caso de tria nomina, que podría su-
gerir una datación altoimperial. Esta estela presenta rosácea hexapétala en
la cabecera con talla a bisel y por debajo de ella representación de una ja-
rra en relieve bien ejecutada. Su cronología es dudosa, pero el trabajo de
la piedra es propio de los talleres que estaban activos en el sur de la Can-
tabria romana en el siglo iii y los inicios del iv.
En su inmensa mayoría las inscripciones funerarias de Monte Cildá
están encabezadas por dedicatorias a los dioses Manes abreviadas: D(is)
M(anib u s) 37 o Di(s) M(anibus)38. Sólo en un caso encontramos Di(b)us Ma-
nibus (n.º 22), pero esta forma sin abreviar no debe considerarse indicio de
cronología temprana, sino más bien todo lo contrario. La misma expresión
está presente en la inscripción de Cofiño (Parres, Asturias), datada por los
cónsules en el año 26739. Adjetivos en superlativo calificando a los difuntos
son muy frecuentes en el conjunto40, como también alusiones a los térmi-
nos memoria y monumentum, sobre todo en expresiones como memoriam
posuit (n.os 7, 13), monumentum posuit (n.os 9, 21, 34) o monumentum fa-
ciendum curavit (n.º 17). Asimismo, al menos en cuatro epígrafes (nos 12,
21, 26, 33) encontramos la fórmula funeraria s(it) t(ibi) t(erra) l(evis). Todos
estos elementos del formulario se encuentran en inscripciones datadas en
fechas tardías en la zona cantábrica, pero no son exclusivos de los siglos
bajoimperiales41.
37 N.os 6-10, 13-15, 17-20, 23-25, 27, 28, 33, 34, 36, 38 y 39.
38 N.os 11 y 35.
39 [Monument]um / p[ositum dib]us M/anibus Scorcia? O/nnacau(m) Ammiae / Caelionicae
ex / gente Penioru(m) / anno(rum) XV / pater filiae / posuit / do(mino) no(stro) Pos(tumo)
/ IIII et Vict(orino) co(n)s(ulibus) (CIL II, 5736; HepOL, 12049).
40 Pientissimus/-a: n.os 6, 11, 17, 18, 21, 25, 33, 35, 36, 37; indulgentissima: n.º 18; piissimus:
n.º 31.
41 Abascal, 2000-2001, pp. 287-291; Martino, 2012, pp. 321-324.
352 aliCia Ruiz-Gu tiéR Rez
AB
C
Figura 5: Estelas de Monte Cildá. Fotos: Alicia Ruiz Gutiérrez [Museo de Prehistoria y
Arqueología de Cantabria] (A y B); ECántabra, 37 (C).
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 353
Figura 6: Estelas de Monte Cildá. Fotos:
Alicia Ruiz Gutiérrez [Museo de Prehistoria
y Arqueología de Cantabria] (A y B);
ECántabra, 52 (C); IRPPalencia, 56 (D).
A B
D
C
354 aliCi a Ruiz-Guti éRRez
En definitiva, las inscripciones funerarias de Monte Cildá remiten al pai-
saje epigráfico de una necrópolis situada en el entorno de este oppidum,
aunque no podemos descartar la posibilidad de que fueran varias, en el
contexto de un posible poblamiento disperso42. Dicha necrópolis de donde
proceden si no todos sí al menos una gran parte de los epígrafes funerarios
reutilizados en la muralla, pudo haberse formado ya a finales del siglo i, a
juzgar por la estela de Danuvius (n.º 24), y es seguro que seguía activa en
las tres primeras décadas del iv, como prueban las estelas fechadas en los
años 314 y 323 d.C. Con respecto a la representatividad de las distintas épo-
cas dentro de estos márgenes cronológicos, es preciso tener en cuenta las
siguientes consideraciones.
Como decía antes, la presencia de epígrafes con fecha ha provocado
una tendencia a generalizar en exceso dataciones tardías, tanto en Monte
Cildá como en su entorno geográfico, de modo que algunas piezas del si-
glo ii análogas formalmente a las del iii han podido pasar desapercibidas.
Por otra parte, es evidente que en época tardorromana en el norte de la
provincia de Palencia florecieron talleres epigráficos capaces de producir
piezas de una notable monumentalidad, muchas de ellas destinadas a la
conmemoración fúnebre de más de un difunto dentro de cada familia. Y
precisamente estas piezas voluminosas, idóneas para ser reutilizadas co-
mo sillares, pudieron haber sido seleccionadas en mayor medida que otras
de menor tamaño (y mayor antigüedad) para su reempleo en la muralla de
Monte Cildá.
Por otra parte, si dejamos de lado la epigrafía funeraria y nos fijamos
en el resto de inscripciones halladas en el yacimiento, observamos que
las dataciones remiten en todos los casos al período altoimperial. Es el
caso de las tres aras votivas reutilizadas en la fortificación. La dedicada a
Iuppiter? Deus? Candamius se conserva en mal estado (n.º 3); en cambio,
en las otras dos aras el deterioro de las piezas no impide comprobar la
buena labra de los soportes y la cuidada ejecución de los epígrafes, con
letras capitales cuadradas. El monumento de Urbicus presenta una escue-
ta dedicatoria a Iuppiter Optimus Maximus (Fig. 7 A, n.º 1), mientras que
42 En 1967, García Guinea excavó en Santa María de Mave, donde fueron descubiertos
abundantes restos de terra sigillata altoimperial. Desde entonces el yacimiento de Monte
Cildá ha sido relacionado con el de esta localidad, situada a sólo unos 2,5 km. De esta
zona en torno a Mave podrían provenir los epígrafes y otros materiales romanos reuti-
lizados en la muralla (EAE 82, pp. 11 y 47).
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 355
el de Doiderus a Cabuniaeginus es el resultado del voto cumplido por la
salud de Durato. Los dos individuos, de estatus peregrino, se identifican
con nombres únicos e indican sus respectivas cognaciones sin abreviar
(Fig. 7 B, n.º 3).
A estas tres aras debe añadirse una cuarta fragmentada, a la que ya he-
mos aludido, hallada en la iglesia rupestre de San Justo y Pastor, en el pue-
blo de Olleros de Pisuerga. El fragmento mide (43) x 29,5 x 24,5 cm. Desde
su primera edición43 ha sido interpretado como un ara funeraria: Turaeniae
/ ara(m) posuit / Calp(urnia) Mater/na p[iae an(norum) -?]L. Sin embargo,
pensamos que no puede descartarse una finalidad votiva. Además de la
base y el coronamiento, el ara ha podido perder también la parte superior
del neto, donde podría encontrarse la invocación a la divinidad y quizás la
expresión pro salute antecediendo a Turaeniae, entre otras posibilidades44.
Sea como fuere, este ara difiere de las tres anteriores por la forma de las le-
tras y la onomástica de la dedicante. La abreviación del gentilicio de la ciu-
dadana Calpurnia Materna sugiere, como en otros casos ya comentados,
una datación tardía.
La mayoría de los autores considera también como un fragmento de ara
el monumento dedicado a Magna Mater por C. Licinius Cissus (Fig. 7 C, n.º
4). Sin embargo, a diferencia del epígrafe anterior, éste no parece correspon-
der al neto recortado de un ara, sino que parece tratarse de un bloque que
estuvo originariamente incrustado en una construcción sagrada, lo que en-
caja bien con la donación de un templum votivo por parte del dedicante a
la divinidad, según reza la inscripción. El fragmento mide 20 x 45 x 16 cm.
La datación sin duda es altoimperial, en atención al tipo de letra utilizada y
a los tria nomina del dedicante.
Finalmente, llama la atención el fragmento de sillar de caliza donde se
lee Caesa[---], cuyas dimensiones son (87) x (49) x 30 cm (Fig. 7 D, n.º 5).
Éste presenta letras capitales cuadradas de excelente factura, realizadas con
trazos de surco biselado y terminaciones en los extremos. Como ya he de-
fendido en otro lugar45, resulta llamativo el hecho de que sea la única ins-
cripción hallada en la cima de Monte Cildá que no estaba reutilizada en la
muralla. Según Romualdo Moro, apareció en un edificio de 6 x 4 metros,
43 Abásolo, Alcalde, 2004, pp. 117-124; HEp 13, 2003/2004, 501.
44 Nuestra lectura es: ---? / Tureniae / ara(m) posuit / Calp(urnia) Mater/na P[---]L.
45 Ruiz-Gutiérrez, 2016, pp. 134-135.
356 aliCi a Ruiz-GutiéRRez
situado en medio del recinto castreño. Por su aspecto la inscripción debió
de haber formado parte de un gran monumento con dedicatoria imperial.
Fidel Fita no dudó en afirmar que era «del siglo de Augusto»46. Teniendo en
cuenta el gran tamaño de las letras, de 18 cm de altura, sin duda no corres-
pondía a un ara ni a un pedestal de estatua, sino a un monumento de gran
porte, quizás de carácter triunfal.
La rica epigrafía de Monte Cildá choca con nuestro desconocimiento so-
bre el nombre de la comunidad cívica que produjo tan abundantes testimo-
nios epigráficos, pues ninguno de ellos lo ha desvelado. En el siglo xix los
primeros estudiosos identificaron las ruinas de este oppidum con la ciudad
de Vellica citada por Ptolomeo en el interior de la Cantabria romana (Ptol.,
2.6.5 0)47. Esta teoría se basaba en la evidencia arqueológica de la muralla,
pues desde el siglo xvi se venía interpretando que la Vellica ptolemaica era
la misma que la Bergida amurallada citada por Floro en su relato de las
Guerras Cántabras48; la misma que, a su vez, Orosio cita como Attica49. A
pesar de que posteriormente las excavaciones de García Guinea han demos-
trado que en Monte Cildá no hay restos de una muralla prerromana previa
a la tardoantigua y que, por lo tanto, el sitio no pudo haber sido escenario
de los acontecimientos narrados por Floro y Orosio, la historiografía mo-
derna ha tendido a mantener, probablemente por inercia, la identificación
de Monte Cildá con Vellica50.
Otro argumento que hoy no se sostiene, pero que en el pasado permi-
tió a Fidel Fita defender la misma identificación, se encuentra en el epígrafe
ya comentado de Valerio Quadrato (n.º 9). El sabio epigrafista leyó en las lí-
neas 3-4 de este monumento Vellic(ensi), interpretando una alusión a la ci-
vitas del difunto51; pero hoy sabemos, después de décadas de investigación
sobre la onomástica de la Hispania indoeuropea, que dicha expresión, en
realidad Vellic(um), debe interpretarse como una referencia a la unidad de
parentesco o cognatio del ciudadano Valerius Quadratus.
46 Fita, 1891b, p. 382.
47 Fita, 1891a, p. 290: «La situación corresponde á las cercanías de la renombrada Véllica,
ante cuyos muros dió Augusto la primera batalla á los Cántabros».
48 «Primum aduersus Cantabros sub moenibus Bergidae proeliatum» (Flor., 2.33.49-50).
49 «Tunc demum Cantabri sub moenibus Atticae maximo congressi bello» (Oros., 6.21.5-6).
50 Ruiz-Gutiérrez, 1993, pp. 58-71.
51 Fita afirma que la inscripción «es notable porque expresa el nombre de llica y fija su
escritura, hasta hoy incierta», y traduce en ella «…Á Valerio Cuadrato, hijo de Boddo,
natural de Véllica…» (Fita, 1891 a, 2, p. 290).
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 357
Figura 7: Ara a Iuppiter Optimus Maximus (A); ara a Cabuniaeginus (B); bloque con inscripción
dedicada a Magna Mater (C); sillar con dedicatoria imperial (D). Fotos: Alicia Ruiz Gutiérrez
[Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria].
A B
C D
358 aliCi a Ruiz-Guti éRRez
Recordemos, por otro lado, que según M. L. Albertos52 el topónimo mo-
derno de Mave, que designa la localidad situada a sólo un kilómetro de Monte
Cildá, podría derivar de Maggavia, ciudad citada en la tessera de hospitali-
dad del año 14 descubierta en Herrera de Pisuerga53; de modo que cabe la
posibilidad de que los individuos mencionados en los epígrafes de Monte
Cildá fueran, todos o una parte de ellos, miembros de esta civitas Magga-
viensium, innombrada por otra parte en las fuentes literarias.
Y para complicar aún más las cosas, debe tenerse en cuenta también
que las ruinas de Monte Cildá fueron identificadas hasta el siglo xix con la
civitas Oliva mencionada en documentos medievales referentes al monaste-
rio de Aguilar de Campoo, y que esta ciudad de Oliva podría corresponder
a la ceca visigoda documentada como Oliovasous u Olovasio54. Demasiados
nombres, en definitiva, para un mismo lugar.
En conclusión, sólo futuros descubrimientos epigráficos o investigacio-
nes arqueológicas podrán desvelar el nombre de la civitas en cuyo territorio
se encontraba el oppidum de Monte Cildá y determinar dónde se encontra-
ba la cabecera administrativa de dicha ciudad, teniendo en cuenta que el
castro estuvo despoblado desde mediados del siglo i hasta finales del iv o
inicios del v, momento de construcción de la muralla55. Mientras tanto, las
inscripciones permiten vislumbrar distintos paisajes epigráficos en la zona,
de carácter funerario, religioso y, en menor medida, público-conmemorativo.
El objetivo de este artículo ha sido revisitar la rica epigrafía de Monte Cil-
dá poniendo especialmente el foco en un tema difícil y controvertido como
es la cuestión cronológica. Muchas de las inscripciones analizadas tienen la
ventaja de situarse en una época en la que el florecimiento de ciertos talleres
lapidarios coincidió con una tendencia, por desgracia nunca generalizada del
todo, de datar los epitafios, primero por el sistema clásico de los cónsules y
luego por la era consular. Como resultado, disponemos de unos pocos testimo-
nios datados y, gracias a ellos, otros cuya datación se puede aproximar. Unos
y otros ilustran una vitalidad tardía, quizás incluso un apogeo en los siglos
iii y iv, de la cultura epigráfica en la zona cantábrica de la Hispania citerior.
52 Albertos, 1975, p. 79.
53 García y Bellido, 1966, pp. 149-166.
54 «Confina el TÉRM. por N. con Valoria; E. Mave; S. La Puebla de San Vicente y O. Vi-
llaescusa de las Torres: en él se dice que existió una ciudad denominada Oliba, y hoy
se llama aquel desp. Cilda, y otro San Cibrian» (Madoz, 1845, Tomo 11, s. v. «Olleros de
Pisuerga», p. 271). Véase también Fita, 1891 c, pp. 441-458.
55 Ruiz-Gutiérrez, 1993, pp. 288-297.
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 359
AnExo: cAtáloGo dE lAS InScrIPcIonES dE MontE cIldá, ExcluyEndo loS
frAGMEntoS AnEPíGrAfoS
1. I(ovi) O(ptimo) M(aximo) / Urbi/cus / v(otum) s(olvit) l(ibens) m(erito) [Fita, 1891a,
1; CIL II, 6296; EE VIII, 286, p. 518; EAE 61, 37; ECántabra, 33; IRPPalencia, 7].
2. Cabuniaegino / Doider[us] Tridia/[u]m pro salu[te] / [D]uratonis / Polecensium /
l(ibens) m(erito) [Fita, 1892, 19; EE VIII, 159, p. 517; EAE 61, 38; ECántabra, 34;
IRPPalencia, 1; HEp 2010, 269; AE 2010, 709].
3. [Iov]i? D[eo]? / [C]andam[io] / Irmumic(us) / Urrilic(um) / l(ibens) m(erito) [EAE 61,
20; ECántabra, 48; IRPPalencia, 6].
4. Matri deu[m] / C(aius) Licinius Cis[s]/us templum / [ex v]oto li(bens) m(erito) [Fi-
ta, 1892, 20; EE VIII, 160; EAE 61, 39; ECántabra, 35; IRPPalencia, 8; Crespo,
Alonso, 1999, 119; CCCA 5, 202].
5. ---?/Caesa[r---]/---? [Fita, 1891b, p. 382; CIL II, 6304a; EAE 61, 40; IRPPalencia
111].
6. D(is) M(anibus) / B[ae]biae Pla(n)cinae / [ux]ori pi{a}entis(s)i/[mae] annoru[m]
XX?[---?]/---? [Fita, 1892, 21; EE VIII, 162; EAE 61, 29; ECántabra, 37; IRPPalen-
cia, 54].
7. D(is) M(anibus) / Aemilia m<e=I>mo/[riam po]su[it---] /--- [Fita, 1892, 17; EE VIII,
161; EAE 61, 28; ECántabra, 42; IRPPalencia, 47].
8. D(is) M(anibus) /--- [Fita, 1892, 18; EE VIII, 164; EAE 61, 35; IRPPalencia, 80;
ECántabra, add. 4; ERPPalencia, 44].
9. D(is) M(anibus) / Val(erio) Quadrato / Boddi filio Vel/lic(um) an(norum) XL
Mali/a ux{s}or Magilo/nis f(ilia) mon<u=I>me/ntu(m) posuit / Fulvio Pio et Ponti/o
[P]ro[culo Po]nt[ian]o? [Fita, 1891a, 2; CIL II, 6297; EAE 61, 21; ECántabra, 32;
IRPPalencia, 75; Epigraphica 1986, 140].
10. D(is) M(anibus) / Luci(us?) Lic/ini(o) Crasi/no an[n(orum)] / --- [EAE 61, 8; ECán-
tabra, 104; IRPPalencia, 65].
11. Di(s) M(anibus) / El(a)esus pi<en=NE>etis/um(a)e coniu(gi) / su(ae) m<e=I>mo/
r(i)a an(n)or(um) / numeru [EAE 61, 9; ECántabra, 53; IRPPalencia, 83; HEp
1996, 702].
12. [---] / [---] / [---] / M [---] / T [---] / [---]T [---] / annoru(m) XXX/ sit tibi / ter[r]a le/vi[s]
[EAE 61, 5; ECántabra, 50; IRPPalencia, 79].
13. D(is) M(anibus) Anna avunculo / suo Ae(lio) Sextiano / m<e=I>mor(i)a<m=N>
/ pos{i}u(i)t / an(n)orum / XCV [Fita, 1891a, 7; CIL II, 6302; EAE 61, 25; ECánta-
bra, 27; IRPPalencia, 52].
14. D(is) M(anibus) / Dorulius? / --- [EAE 82, 8; ECántabra, 62; IRPPalencia, 57].
15. [D(is)] M(anibus) / [---]ilus / [---]cund/[---]tioni / [---] pos(uit) / [---]o / --- [EAE 82,
13; ECántabra, 66; IRPPalencia, 78].
360 aliCia Ruiz-Gu tiéR Rez
16. --- / VAD? / [---]o/[---] memo/[ria an]noru(m) XL [EAE 82, 2; ECántabra, 55;
IRPPalencia, 97].
17. D(is) M(anibus) / Aiae Que/miae Bo/ddi f(iliae) C/eltigu/n an(norum) X/XXI /
Aia / Origen/a Viron/i f(ilia) mon<u=I>me/ntu(m) faciendu(m) / curavit pien/
tissimis filia/bus // D(is) M(anibus) / Aiae C/arav/anc/ae Bo/ddi f(iliae) / Celtig/
un an(norum) / XXXV [Fita, 1891a, 3; CIL II, 6298; EAE 61, 22; ECántabra, 31;
IRPPalencia, 46].
18. D(is) M(anibus) / Aninus / posui(t) An/nae Cale/dig(a)e mate/rter(a)e pia/e qu(a)
e vi/<x=CS>it a/nnis LXXX // D(is) M(anibus) / Aninus / filius / Dovide/nae Ca/
ledig(a)e / matri p/i{a}enti/s(s)im(a)e qu/ae vix{s}it annis // XXV // Aninus in-
dulge/ntis(s)imis posuit [Fita, 1891a, 4; CIL II, 6299; EAE 61, 23; ECántabra, 30;
IRPPalencia, 51].
19. D(is) M(anibus) / Acida / Arav/o ma/rito me(renti) // M(onumentum) / Alla / Prin/
cipi/no m(e)r(enti) [Fita, 1891a, p. 292; EAE 61, 1; ECántabra, 47; IRPPalencia,
45].
20. D(is) M(anibus) / [---] / [---] / [---] / mater / [---] an(norum) XLI // D(is) M(anibus)
/ --- [EAE 82, 7; ECántabra, 59; IRPPalencia, 77].
21. ---?/ m<o=U>nu/mentum / [p]os{i}uit / [f]ilio s/[uo] pientis/[(s)imo] Seve/[rin]no
/ [ann(orum)] XX?// ---? / [--- mo]num[e]/ntu(m) pos/uit matr/i{a} anno(rum) /
LXXX / s(it) t(ibi) t(erra) l(evis) [EAE 61, 10; ECántabra, 54; IRPPalencia, 40].
22. Di(b)us Man/ibus Ianuar/ius posuit co/niugi su(a)e Va[---] / --- [EAE 82, 3; ECán-
tabra, 56; RPPalencia, 92].
23. [D(is)] M(anibus) / Rusil/lus Ae/gati(ae) / su(a)e / an(norum) / LXXX [EAE 61, 2;
ECántabra, 45; IRPPalencia, 72].
24. D(is) M(anibus) / Danuvi Q(u)/in(ti) fili(i) ci(vi)tati(s) / Org(e)nomes(cum) /
an(nor um) XX I I ? [Fita, 1891a, 6; CIL II, 6301; EAE 61, 31; ECántabra, 28; IRPPa-
lencia 56].
25. D(is) Ma(nibus) / Atil(ia)? Paterna / L(ucio) Atilanio? Re/burrino f(ilio) /
pientissi[mo] / f(aciendum) c(uravit) [EAE 61, 7a y 7b; ECántabra, 52; IRPPa-
lencia, 96].
26. M(onumentum?) IR[---]O/IVO[---]CA/[---]VAME / [F]irmana / vix[it] / an(norum)
LXVII s(it) t(ibi) t(erra) l(evis) [EAE 61, 6; ECántabra, 51; IRPPalencia, 90].
27. [D(is)] Ma(nibus) / --- [EAE 61, 16; IRPPalencia, 98].
28. D(is) M(anibus) / --- [EAE 61, 32; ECántabra, 41; IRPPalencia, 81].
29. [---] M / --- [EAE 61, 17; IRPPalencia, 82].
30. --- / Attae V(---) / C(---) A(---) / an(norum) XXXV / Tuscu[s ---] [EAE 82, 9; ECán-
tabra, 63; IRPPalencia, 20].
31. --- / [Sulp?]icio Fr/[on]toni an(norum) XXXX / Octavia Mate[r]/na con(iugi)
pi(issimo) / M [EAE 61, 3; ECántabra, 46; IRPPalencia, 41].
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 361
32. --- / an(no)ru(m) V [EAE 61, 13; IRPPalencia, 107; HAE 2600].
33. [D(is)] M(anibus) / [---]ia Ant(istio) / [Cres]centi / [mar]ito / [pien]tissi/[mo a]
n(norum) LXXX / [s(it) t(ibi)] t(erra) l(evis) / [co(n)s(ulatu)]CCCLII [EAE 82, 11;
ECántabra, 65; IRPPalencia, 53; Knapp, 1986, 138].
34. D(is) M(anibus) m(onumentum) / posuit Maro/po? Alluni? suo / Severinno /
annoru(m) / LXXXV [EAE 61, 4; ECántabra, 49; IRPPalencia, 94].
35. Di(s) Ma(nibus) Ci[c]ana? fili[o] / suo Miocula? / pientis(simo) ann(orum) / XXXV
[---?] / C [Fita, 1891a, 8; CIL II, 6303; EAE 61, 26 ECántabra, 26; IRPPalencia,
91].
36. D(is) M(anibus) / Ursulu(s) / posuit / co(n)iugi / pientissi/m(a)e posuit / [m]
on<u=I>me(ntum) / VO / --- // D(is) M(anibus) / posuit / Ceresu / pie(n)tissi(mo?)
/ Ursu/[lus?] OSV / [---]VAB[---] / N / --- [Fita, 1891a, 9; CIL II, 6304; EAE 61, 27;
ECántabra, 25; IRPPalencia, 43].
37. --- / Ispanillae / ux{s}ori pientis(simae) / an(n)o(rum) XXXI [EAE 82, 10; ECán-
tabra, 64; IRPPalencia, 30].
38. D(is) M(anibus) / ego Mes/sorina m(onumentum) p(osui) / marito m(eo) Sev(ero)
/ et Victori [Fita, 1892, 22; EE VIII, 163; EAE 61, 30; ECántabra, 36; IRPPalen-
cia, 69; Knapp, 1986, 139].
39. D(is) M(anibus) / Leonina mater m(onumentum) p(osuit) / [fi]lio suo Sempronio
ann/[or]u(m) XX ipsa annoru(m) XXXX [Fita, 1891a, 5; CIL II, 6300; EAE 61, 24;
ECántabra, 29; IRPPalencia, 64].
40. Turisiaca / car [Peralta, 1993, pp. 223-226; HEp 5, 1995, 655; HEp 6, 1996, 704;
Untermann, 1997, IV K.27.1; HEp 9, 1999, 475; Crespo, Alonso, 2000, N-82; Bel-
trán, Jordán, Simón, 2009, 21, p. 641; HEp 18, 2009, 533; Beltrán, 2010, pp. 275-
276].
bIblIoGrAfíA
aBásolo álvaRez, J. A., 1975: «La epigrafía cántabra. Las inscripciones de Amaya (Bur-
gos) », Sautuola, 1, 1975, pp. 205-213.
aBásolo álvaRez, J. A., 1990: «Las estelas decoradas de época romana en territorio
palentino», Actas del II Congreso de Historia de Palencia (Palencia, 1989) I, Pa-
lencia, pp. 183-218.
aBásolo álvaRez, J. A.; alCalde CRespo, G., 2004: «Altares funerarios en Cildá. Epitafio
de Turenia», Publicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses 74, pp. 117-123.
aBásolo álvaR ez, J. A., 2005: «Monumentum y memoria en territorio palentino», Pu-
blicaciones de la Institución Tello Téllez de Meneses, 76, pp. 27-119.
aBasCal palazón, J. M., 1984: «Los cognomina de parentesco en la Península Ibérica.
A propósito del influjo romanizador en la onomástica», Lucentum, 3, pp. 219-259.
362 aliCi a Ruiz-Gutié RRez
aBasCal palazón, J. M., 2000-2001: «La era consular hispana y el final de la práctica
epigráfica pagana», Lucentum, XIX-XX, pp. 269-292.
alBeRtos fiRM at, M. L., 1975: Organizaciones suprafamiliares de la Hispania anti-
gua, Valladolid.
alonso GReGoRio, O. A., 2004: «Sobre el hallazgo de un puñal biglobular en Monte
Cildá (Aguilar de Campoo, Palencia): la panoplia militar indígena al servicio de
Roma», Sautuola, 10, pp. 35-45.
BeltRán lloRis, F., 2010: «El hospitium celtibérico», en F. Burillo Mozota, coord., VI
Simposio sobre celtíberos. Ritos y mitos (Daroca, 2008), Zaragoza, pp. 273-290.
BeltRá n lloR is, F.; JoRdán CóleR a, C.; siMón CoRnaGo, I. (2009): «Revisión y balance
del corpus de téseras celtibéricas», Palaeohispanica 9, Acta Palaeohispanica X,
pp. 625-668.
CRespo oRtiz de záRate, s.; alonso ávila, Á., 1999: Las manifestaciones religiosas
del mundo antiguo en Hispania romana. El territorio de Castilla y León. 1: Las
fuentes epigráficas, Valladolid.
CRespo oRtiz de záR ate, s.; alonso ávila, á., 2000: Auctarium a los corpora de epi-
grafía romana en el territorio de Castilla y León: novedades y revisiones. Fuentes
epigráficas para la historia social de la Hispania romana, Valladolid.
del val, J.; esCRiBano, C., 2005: «La conservación y valoración social del Patrimonio
Arqueológico en Castilla y León. Arquitectura militar en época romana», en C.
Pérez-González, E. Illarregui (coords.), Actas del Congreso Arqueología militar
romana en Europa (Segovia, 2001), Salamanca, 2005, pp. 123-129.
fita ColoMé, F, 1891a: «Inscripciones cantábricas», Boletín de la Real Academia de
la Historia, 18, pp. 290-296.
fita ColoMé, F., 1891b: «Reseña epigráfica», Boletín de la Real Academia de la His-
toria, 18, pp. 366-382.
fita Colo, F, 1891c: «El Monte Cildad y la ciudad de Oliva», Boletín de la Real Aca-
demia de la Historia, 18, pp. 441-458.
fita ColoMé, F, 1892: «Noticias», Boletín de la Real Academia de la Historia, 20, pp.
537-544.
GaRCía y Bell ido, A., 1966: «Tessera hospitalis del año 14 de la era hallada en He-
rrera de Pisuerga», Boletín de la Real Academia de la Historia, 159, pp. 149-166.
GaRCía Gu inea, M. A.; González eCheGaRay, J.; san MiGuel Ruiz, J. A., 1966: Excava-
ciones en Monte Cildá, Olleros de Pisuerga (Palencia). Campañas de 1963-1965.
Excavaciones Arqueológicas en España, 61, Madrid [= EAE 61].
GaRCí a Guinea, M. A.; iGle sias Gil , J. M.; Ca loCa, P., 1973: Excavaciones de Monte
Cildá, Olleros de Pisuerga (Palencia). Campañas de 1966 a 1969. Excavaciones
Arqueológicas en España, 82, Madrid [= EAE 82].
Epigrafía romana de Monte Cildá (Hispania citerior): nuevas lecturas… 363
heRnandez GueRRa, L., 1994: Inscripciones romanas en la provincia de Palencia, Va-
lladolid [= IRPPalencia].
iGlesias Gil, J. M, 1976: Epigrafía Cántabra. Estereometría, decoración, onomástica,
Santander [= ECántabra].
iGlesias, J. M.; Ruiz, A., 1998: Epigrafía Romana de Cantabria. PETRAE Hispania-
rum n.º 2, Burdeos – Santander [= ERCan].
iGlesias Gil, J. M.; Ruiz GutiéRR ez, A., 2007 a: «Epigrafía y muralla de Monte Cildá
(Aguilar de Campoo, Palencia): cuestiones en torno a la cronología», Actas y
comunicaciones del Instituto de Historia Antigua y Medieval, 3, Buenos Aires,
pp. 24- 41.
iGlesi as Gil, J. M.; Ruiz Guti éRR ez, a., 2007 b: «La muralla tardoantigua de Monte
Cildá (Aguilar de Campoo, Palencia)», en A. Rodríguez Colmenero, I. Rodá de
Llanza (eds.), Murallas de ciudades romanas en el Occidente del Imperio. Lu-
cus Augusti como paradigma. Actas del Congreso Internacional (Lugo, 2005),
Lugo, pp. 449-465.
knapp, R. C., 1986: «Cantabria and the Era consularis», Epigraphica, 48, pp. 115-146.
Madoz, p., 1845: Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus pose-
siones de Ultramar, Madrid.
MaRCo siMón, F., 1978: Las estelas decoradas de los conventos caesaraugustano y
cluniense, Caesaraugusta 43-44, Zaragoza.
MaRtino GaRCía, D., 2012: «Acerca de la cronología de la epigrafía vadiniense. Re-
visión historiográfica y nuevas propuestas», Espacio, Tiempo y Forma. Serie II,
Historia Antigua, 25, pp. 305-326.
MoRo, R., 1891: «Exploraciones arqueológicas», Boletín de la Real Academia de la
Historia, 18, pp. 426-440.
nuño González, J., 1999: «Lápida de Sempronio Paterno, muerto en la era CCCLXI»,
Sautuola 6, pp. 423-434.
peRalta laBRadoR, E., 1993: «La tessera cántabra de Monte Cildá (Olleros de Pisuer-
ga, Palencia)», Complutum 4, pp. 223-226.
Ruiz GutiéR Rez, A., 1993: Estudio histórico-arqueológico de Monte Cildá (Aguilar de
Campoo, Palencia, Universidad de Cantabria, Santander (tesis doctoral publica-
da en microforma).
Ruiz GutiéRRez, A., 2016: «Ritmos y límites de la monumentalización en las ciudades
de la regio Cantabrorum», en A. Bouet (ed.), Monumental ! La monumentali-
sation des villes de l’Aquitaine et de l’Hispanie septentrionale durant le Haut-
Empire. Aquitania. Supplément 37/1, Ausonius Éditions, Burdeos, pp. 125-140.
sChulten, a., 1942: «Castros prerromanos de la región cantábrica», Archivo Español
de Arqueología, 16, pp. 1-16.
364 aliCia Ruiz-GutiéR Rez
unteRMann, J., 1997: Monumenta Linguarum Hispanicarum. Band IV. Die tartessis-
chen, keltiberischen und lusitanischen Inschriften, Wiesbaden.
veRMaseRen, M. J., 1977-19 89: Corpus cultus Cybelae Attidisque (CCCA), Leiden, 1987-
1977 [= CCCA].
AbrEvIAturAS
CIL II = Corpus Inscriptionum Latinarum. II, Inscriptiones Hispaniae Latinae (ed.
E. Hübner), Berlin, 1869; Supp., 1892.
EAE 61 = vid. García Guinea, González Echegaray, San Miguel, 1966.
EAE 82 = vid. García Guinea, Iglesias, Caloca, 1973.
ECántabra = vid. Iglesias, 1976.
ERCan = vid. Iglesias, Ruiz, 1998.
EE = Ephemeris Epigraphica, Berlin, 1881 ss. VIII-IX: E. Hübner, 1899-1903.
HEp = Hispania Epigraphica, Madrid, 1989 ss.
HEpOL = Hispania Epigraphica Online, 2006 ss <http://www.eda-bea.es>.
IRPPalencia = vid. Hernandez Guerra, 1994.
CCCA = vid. Vermaseren, 1977-1989.
Diciembre, 2017
El Imperio romano estuvo constituido por un gran número de
variopintas ciudades de las cuales han llegado a nosotros abun-
dantes ruinas arqueológicas y textos epigráficos. El estudio de
estos testimonios directos del pasado nos permite recomponer
y reinterpretar memorias colectivas que han sobrevivido al paso
del tiempo. Aflora de este modo la identidad de cada
civitas
,
plasmada con frecuencia en sus monumentos conmemorativos,
en estrecha vinculación con el tejido social y el paisaje urbano,
además de con el desarrollo de la vida política y religiosa de la
comunidad correspondiente.
Esta obra pretende buscar elementos en común y, al mismo
tiempo, profundizar en las singularidades de diferentes
memo-
riae civitatum
, tras pasar por el tamiz del historiador. Con este
fin se han recopilado veintidós estudios de base epigráfica y/o
arqueológica, referidos a distintos casos de ciudades, en su ma-
yoría de época altoimperial. El marco geográfico nos ubica sobre
todo en las provincias romanas de
Baetica
,
Hispania citerior
y
Lusitania
, pero también en las de
Moesia superior
y
Aquitania
,
pasando por la misma Roma.
www.editorialuc.es
ISBN 978-84-8102-835-5
IBIC: HDDK
30
ResearchGate has not been able to resolve any citations for this publication.
Article
Full-text available
El presente trabajo trata sobre el problema de la cronolog?a de las inscripciones romanas del pueblo c?ntabro de los vadinienses. Tras una revisi?n de la historiograf?a, se presenta una nueva propuesta de dataci?n de todas las inscripciones funerarias vadinienses ofreciendo nuevos criterios para definir su cronolog?a. Esta nueva propuesta aumenta el n?mero de ep?grafes datados en el siglo I d.C., y se afirma que la mayor?a corresponden al siglo II d.C.This paper deals with the problem of the Roman inscriptions chronology?s of the Vadinienses Cantabrian people. After a review of historiography, a new dating of all epitaphs vadinienses is presented, offering new criteria to define its chronology. This new proposal increases the number of entries dating from the first century A.D, and affirms that the majority of them correspond to the second century A.D.
Article
Full-text available
El objeto de este artículo es analizar la forma en que los cognomina de parentesco se introducen en la onomástica hispana. Se trabaja sobre datos cuantitativos y se pretende extrapolar una serie de características sobre status y grado de romanización, que se hacen visibles en la mayor parte de los individuos que poseen este tipo de cognomina. Asimismo, el análisis temporal de la dispersión permite sugerir las posibles zonas de irradiación y los motivos por los que ésta se produce. The aim of these article is to analyze the way in which cognomina of kinship are introduced in Hispanic proper names. Work has been based on quantitative data and we intend to carry out the extrapolation of a series of characteristics about status and degree of romanization, which can be seen in most of the individuals having this kind of cognomina. Moreover, temporal analysis of their diffusion allows us to suggest what the possible areas or eradiation were, and its causes.
Article
Full-text available
Las inscripciones hispanas que emplean como sistema de datación la llamada era consular o la era hispana, son manifestaciones de un mismo fenómeno, relacionado probablemente con la inestabilidad política de occidente durante el reinado de Póstumo. La cronología que se desprende de estos textos muestra la existencia en Hispania de una epigrafía pagana hasta pleno siglo V d.C., y permite establecer algunas pautas para la datación de otros epígrafes. The hispanic inscriptions which use the so-called ‘consular or hispanic era’ as a dating system, are manifestations of a similar phenomenon probably related to the political inestability during the reign of Postumo. The chronology extracted from these texts proves the existence in Hispania of a kind of pagan inscriptions up to the V Century A.C. Thanks to this we can establish guidelines for dating other inscriptions.
El(a)esus pi<en=NE>etis/um(a)e coniu(gi) / su(ae) m<e=I>mo/ r(i)a an(n)or(um) / numeru [EAE 61, 9
  • Di
Di(s) M(anibus) / El(a)esus pi<en=NE>etis/um(a)e coniu(gi) / su(ae) m<e=I>mo/ r(i)a an(n)or(um) / numeru [EAE 61, 9; ECántabra, 53; IRPPalencia, 83; HEp 1996, 702].