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115Cuad. trab. soc. 34(1) 2021: 115-125
Cuadernos de Trabajo Social
ISSN: 1988-8295
http://dx.doi.org/10.5209/cuts.65775
ARTÍCULOS
Replanteamiento epistemológico del análisis situacional DAFO / FODA en Trabajo
Social
Rakel Oion Encina1; Edurne Aranguren Vigo2
Recibido: 27/09/2019; Revisado: 04/10/2019; Aceptado: 14/01/2020
Resumen. En este artículo se describe la utilización de la herramienta de análisis situacional, DAFO /FODA, en el
campo de lo social y se critica su inadecuación epistemológica al Trabajo Social. Diseñada para el análisis de las
corporaciones en el contexto del mercado, su utilización se ha extendido al análisis de todo tipo de organizaciones
sociales, comunidades, colectivos, grupos y personas. Se propone, por un lado, la adopción y combinación de los
enfoques apreciativo y estructural en la metodología de análisis y, por el otro, la incorporación de categorías de análisis
signicativas para el Trabajo Social. Estas serían: capacidades, sistemas y recursos sociales, necesidades insatisfechas
y vulnerabilidad social y riesgos sociales; las cuales ayudarían a identicar concretamente y a profundizar en lo que
la matriz recoge como fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas. Además, se señala el tipo de estrategias
que se plantearán, que derivan del análisis, y se relacionarán con las funciones propias del Trabajo Social, como
son: información y promoción; prevención, sensibilización y mediación; atención integral; e incidencia política;
planicación y evaluación, en sustitución de la denominación habitual: ofensivas, de reorientación, defensivas y de
supervivencia. Desde ello, se busca aumentar el potencial analítico y la aplicación estratégica de esta herramienta con
la perspectiva de la intervención social.
Palabras clave: Trabajo Social, epistemología, diagnóstico, técnica.
Sumario: Introducción. 1. Origen y utilización social del análisis situacional DAFO / FODA. 2. Replanteamiento
epistemológico del análisis situacional DAFO / FODA. 3. Conclusiones. 4. Referencias bibliográcas.
Cómo citar: Oion Encina, R.; Aranguren Vigo, E. (2021) Replanteamiento epistemológico del análisis situacional
DAFO / FODA en Trabajo Social. Cuadernos de Trabajo Social, 34(1), 115-125.
1 Universidad del País Vasco, España.
rakel.oion@ehu.eus
2 Universidad del País Vasco, España.
edurne.aranguren@ehu.eus
Introducción
El análisis situacional DAFO (Debilidades,
Amenazas, Fortalezas y Oportunidades),
también conocido como FODA (Fortalezas,
Oportunidades, Debilidades y Amenazas), es
una herramienta de diagnóstico organizacion-
al procedente de las ciencias empresariales.
En origen, estuvo orientado al análisis de las
empresas en el contexto de mercado. Su apli-
cación metodológica se ha extendido en di-
versas disciplinas sociales, incluida el Trabajo
Social. Se utiliza para el análisis situacional
de individuos, grupos, colectivos, organiza-
ciones, comunidades y realidades sociales,
constituyendo una herramienta de diagnóstico
reconocida social y cientícamente.
La herramienta y su aplicación se enseñan,
por lo general, en el grado de Trabajo Social
de manera acrítica y sin un cuestionamiento de
su fundamento epistemológico. Esto condicio-
na su potencial metodológico, limitado a una
matriz que no ha sido adaptada a la interven-
ción social. Con base en el análisis de las De-
bilidades, Amenazas, Fortalezas, y Oportuni-
dades, la herramienta original propone cruzar
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estas variables para desarrollar cuatro tipos de
estrategias (ofensivas, defensivas, de supervi-
vencia y de reorientación), cuyo planteamiento
parte de una visión violento-lógica, lejana a los
principios del Trabajo Social y que, además,
no se adecua a las principales funciones socia-
les desempeñadas por sus profesionales. En
este artículo se realiza una revisión crítica del
DAFO y se propone su adecuación epistemo-
lógica a nuestra disciplina.
Los objetivos del artículo son: contribuir
a una epistemología crítica respecto a las me-
todologías utilizadas en las Ciencias Sociales;
hacer una crítica a la importación del DAFO
desde las Ciencias Empresariales, sin la opor-
tuna adecuación a las Ciencias Sociales; y de-
sarrollar un planteamiento de adecuación para
su utilización, particularmente, en la interven-
ción social.
Para ello, en el primer apartado, se descri-
be su origen y las dos matrices que integran el
análisis situacional DAFO. A continuación, se
ilustra su utilización desde el Trabajo Social.
Para ello se ha consultado, en la base de da-
tos Dialnet, el número de artículos, que com-
prenden las palabras DAFO o FODA y Trabajo
Social. Posteriormente, se ha analizado su uso
en seis estudios sociales llevados a cabo por
instituciones públicas y entidades sociales di-
versas. En el segundo apartado, se realiza un
análisis crítico de la terminología en la herra-
mienta original y de sus limitaciones a la hora
de ser utilizada en el análisis de realidades
sociales y consecuentes propuestas de estra-
tegias de intervención social. Al respecto, se
desarrolla un planteamiento epistemológico de
adecuación de esta herramienta al ámbito de la
intervención social. Para terminar, se presen-
tan las conclusiones referentes a la importan-
cia de este giro epistemológico.
1. Origen y utilización social del análisis
situacional DAFO / FODA
El origen de la herramienta DAFO se remonta
a la década de los 60. El Instituto de Investi-
gaciones Standford promovió un estudio para
mejorar la planicación empresarial corporati-
va a largo plazo. Fue llevado a cabo por Robert
Stewart, Marion Dosher, Otis Benepe, Birger
3 Con la combinación de los términos Trabajo Social y DAFO se han mostrado investigaciones relacionadas con: gerencia y
dirección estratégica; sociedad de la información y Trabajo Social; intervención con personas en situación de exclusión social;
educación social; educación ambiental; crisis económica y necesidades de la familia e infancia; agresiones sexuales y estrés pos-
Lie y Albert Humphrey (Humphrey, 2005, ci-
tado en Pulgarín y Rivera, 2012). Inicialmente
plantearon cuatro cuestiones a considerar en
el análisis situacional: lo satisfactorio en el
presente, entendido como fortalezas; las opor-
tunidades futuras; los fallos en el presente; y
las amenazas futuras: dando lugar a la denomi-
nación SOFT (Strengths, Opportunities, Fails
and Threats). Posteriormente Ulrick y Orr pre-
sentaron una versión de la matriz, denominán-
dola análisis SWOT (Strengths, Weaknesses,
Opportunities and Threats), enfocándose en
factores endógenos y exógenos, en lugar de
realidad presente y futura. Esta fue adoptada y
ampliamente difundida por la Escuela de Ne-
gocios de Harvard.
Más tarde, Weihrich (1982) reorganizaría
sus elementos y la denominaría TOWS, ini-
ciando el análisis por los factores externos,
dado que estos afectan estructuralmente a los
internos, los cuales se señalarían a continua-
ción. Weihrich propuso además una segunda
matriz para recoger cuatro líneas de estrate-
gias posibles con base en la combinación de
los factores externos e internos: a) maxi-maxi,
aprovechando las fortalezas para tomar venta-
ja de las oportunidades; b) maxi-mini, identi-
cando las fortalezas que pudieran hacer frente
a las amenazas; c) mini-maxi, minimizando
las debilidades y maximizando las oportuni-
dades; y d) mini-mini, minimizando tanto las
debilidades como amenazas (en ibíd.). Los
cuatro tipos de estrategias reciben las deno-
minaciones siguientes: ofensivas, defensivas,
de reordenación y de supervivencia (Anexos:
Matriz 2). Este es un lenguaje ajeno al Trabajo
Social, pues denota un enfoque competitivo y
militarista que no se aviene a nuestros valo-
res y principios deontológicos. Además, este
lenguaje hace complicado plantear estrategias
sociales, donde la colaboración y solidaridad
son fundamentales.
La herramienta ha sido traducida al español
como DAFO o FODA, según países y también
contextos más técnicos o comunitarios. Cuan-
do introdujimos los términos DAFO y Trabajo
Social en Dialnet, hallamos veintisiete artícu-
los, veintiséis tesis y dos artículos de libro. Al
introducir los términos FODA y Trabajo So-
cial la búsqueda arrojó doce artículos de re-
vista, cuatro tesis y un capítulo de libro3. Para
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ilustrar cómo se utiliza el análisis situacional
dentro de distintos estudios sociales hemos
tomado seis estudios de distinta naturaleza,
realizados en España, que emplean el DAFO
como herramienta de análisis situacional4. Dos
casos son investigaciones sociales sobre perso-
nas transgénero y transexuales, y atención a la
dependencia y personas cuidadoras respectiva-
mente. Los otros cuatro son: diagnóstico sobre
la participación impulsado por organizaciones
sociales; diseño de un plan estratégico local
de nivel municipal; intervención social directa
dentro de un Servicio Social de Base; y docen-
cia dentro de la formación en Trabajo Social.
En todos ellos se denomina la herramienta
como DAFO. Es utilizada con el propósito de
realizar diagnósticos indistintamente sobre ob-
jetos y sujetos: docencia, participación en enti-
dades, comunidad, colectivos, familias e indi-
viduos. La manera en la cual se utiliza la herra-
mienta se ciñe a la aplicación de la primera de
las matrices, es decir, el análisis de factores. En
primer lugar, los internos, que ayuden a iden-
ticar las fortalezas y debilidades. En segundo
lugar, los externos, relativos a oportunidades y
riesgos. Los estudios realizados por el Ararte-
ko, De la Fuente et al.; y de Ramos-Feijó et al.,
después del análisis, ofrecen directamente unas
conclusiones sobre las situaciones analizadas.
En el caso del Ararteko también unas recomen-
daciones. El Plan Estratégico de Portugalete,
después del análisis de debilidades, amenazas,
fortalezas y oportunidades, analiza de manera
crítica las estrategias de política social seguidas
por el Ayuntamiento y sus resultados e impac-
tos en la situación del Casco Histórico. El estu-
traumático; centros penitenciarios y formación; atención a la dependencia; lengua de signos; inclusión educativa; servicios de
ocio y discapacidad, economía social; responsabilidad social corporativa, proyectos ambientales; diversicación de la economía
local; proyectos turísticos de desarrollo local; formación universitaria; evaluación de la calidad de la investigación y educación
superior; supervisión profesional; y perspectiva de género y feminismo. Con los términos Trabajo Social y FODA se han mos-
trado investigaciones relacionadas con las universidades, asociaciones, enseñanza, educación básica, economía social, proyectos
productivos, agricultura familiar, y sostenibilidad ambiental.
4 La situación de las personas transgénero y transexuales en Euskadi, realizado por el Ararteko, Defensoría del Pueblo Vasco
(2009); La participación de las personas como herramienta para la inclusión social. Experiencias piloto en entidades sociales
para el fomento de la participación. Investigación elaborada por la Red Europea para la lucha contra la pobreza y exclusión social
en Euskadi (2009); El desarrollo del sistema de atención a la dependencia y las personas cuidadoras en España: necesidades de
atención y nuevas vías de apoyo, llevado a cabo por Yolanda Mª de la Fuente-Robles et alter (2011); El análisis “DAFO” aplicado
a la intervención en casos de personas en situación de exclusión social, por Rosa Mª Sisamón (2012); Plan Estratégico del Casco
Histórico de Portugalete, desarrollado por el Ayuntamiento de la localidad (2014); y Supervisión en Trabajo Social, clave para
la construcción del “ethos” profesional, de Clarisa Ramos-Feijó et al. (2016).
5 No se incluyen aquí el tipo de conclusiones, recomendaciones derivados de dichos diagnósticos, pues no son el objeto de este
artículo.
6 En una primera entrevista con la familia y, en algún caso, con algún miembro de la red social o profesional cuando la familia
está de acuerdo, se explica la herramienta y qué se entiende por fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades. Promueven
un ambiente agradable y de conanza para que cada persona elabore su análisis individualmente. Después lo ponen en común y
conjuntamente plantean los objetivos a conseguir para lograr el cambio deseado y salir del proceso de exclusión social. Posterior-
mente, el equipo elabora el plan de intervención ajustado a los objetivos que han surgido del análisis DAFO. Este es consensuado
con la familia o persona en una segunda entrevista.
dio realizado por la Red Europea para la lucha
contra la pobreza y exclusión social en Euskadi
(EAPN) analiza cuatro experiencias de orga-
nizaciones integrantes de la Federación Sartu.
Derivado de ello se identican los objetivos y
las actuaciones o medidas a tomar relativas a
la promoción de la participación social5. En el
Servicio Social de Base Rural de la provincia de
Zaragoza se pide a la persona o familia que lo
realice. Es interesante esta aplicación al estudio
de caso. Según Sisamón, permite contar con un
diagnostico real y acertado6, el cual, a partir del
análisis conjunto permite establecer hipótesis
certeras, sin apenas errores, gracias a la com-
prensión de la situación y el establecimiento de
objetivos que pueden ser cumplidos por las per-
sonas usuarias. La validez de la herramienta se
explica así:
Es factible para todas las situaciones porque
todas las personas tenemos debilidades, fortale-
zas, oportunidades y amenazas, por aisladas so-
cialmente que estén hay algún punto de apoyo,
aunque en muchos casos sea únicamente el pro-
fesional de referencia y la relación terapéutica
con él […] aunque sean pequeños logros se ha
conseguido el cambio de forma que la familia
o persona ha aprendido a ser funcional en una,
dos o varias áreas (Sisamón, 2012, p. 481).
En síntesis, el análisis DAFO se utiliza de
manera diversa. Persigue resultados no solo de
diagnóstico, sino también de participación y
empoderamiento de la población. La denomi-
nación de la herramienta adoptada en España
corresponde a las siglas DAFO. Siguiendo el
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orden de las siglas, en cinco de los seis estu-
dios, se inicia el análisis por los aspectos ad-
versos internos y externos, abordando después
los favorables internos y externos. Tras la iden-
ticación de distintos aspectos, se extraen con-
clusiones que se traducen a objetivos, estrate-
gias o acciones a implementar para superar las
debilidades y riesgos. En ninguno de los casos
revisados se ha utilizado la segunda matriz de
análisis, la cual cruzaría los distintos factores
identicados para reexionar sobre las estrate-
gias de intervención más adecuadas. Esta ten-
dencia es reejo de cómo se enseña el uso de la
misma. Por ejemplo, la explicación del DAFO
en el Manual Metodologías Participativas,
elaborado por el Observatorio Internacional de
Ciudadanía y Medio Ambiente Sostenible (CI-
MAS) (2009), reere únicamente a la primera
matriz. Los motivos por los cuales la segunda
matriz tiene uso escaso en intervención social
podrían guardar relación con la denominación
de las estrategias, ajena a nuestra deontología,
y su falta de adecuación epistemológica al
campo social. Precisamente, esta es la cuestión
que motiva nuestra contribución.
Dado que la primera matriz de análisis si-
tuacional sí resulta útil y su aplicación está
extendida en Trabajo Social, consideramos
fundamental repensar la herramienta y dotar-
la de signicación propia. Son dos cuestiones
principales las que queremos replantear, epis-
temológicamente, en la forma de utilizar la
herramienta DAFO / FODA. La primera tie-
ne que ver con el orden en el análisis de los
factores. La segunda cuestión, fundamental a
nuestro juicio, se reere a repensar las catego-
rías de análisis a las que se reeren tanto los
factores internos y externos, como las estrate-
gias, a partir de un lenguaje social propio que
ayude a profundizar en la comprensión de la
realidad social y a generar estrategias desde la
intervención social.
2. Replanteamiento epistemológico del
análisis situacional DAFO / FODA
En España y también en los países de habla
portuguesa, como Brasil y Portugal, se ha
generalizado la traducción de la herramienta
SWOT como DAFO; mientras que en el resto
de países de América Latina se ha extendien-
do la denominación FODA. En la traducción
como DAFO se ha invertido el orden de los
factores. En la herramienta original se iniciaba
el análisis por las fortalezas, seguido de las de-
bilidades, ambos concernientes a factores in-
ternos. A continuación, se analizaban los exter-
nos, tanto favorables como desfavorables. En
el DAFO se tiende a iniciar el análisis por los
problemas o aspectos que inuyen negativa-
mente, como se ha visto en los estudios revisa-
dos. Precisamente, esto es lo que ha tratado de
subsanar la traducción como FODA. Este lleva
la mirada, en primer lugar, a los factores que
pueden incidir positivamente, internos y ex-
ternos, para luego considerar los factores que
pueden inuir negativamente y que requieren
ser transformados.
En nuestra opinión, merece la pena retomar
la propuesta de Ulrick y Orr, quienes propusie-
ron, en primer lugar, el análisis de los factores
internos y, en segundo, los externos; iniciando,
a su vez, primero por los factores favorables
y después por los desfavorables. De acuerdo
con ellos, proponemos iniciar el análisis por
lo micro, la realidad particular, que es la más
aprehensible para las personas. Posteriormen-
te, se abordará lo macro, el contexto social, lo
cual deberá arrojar luz tanto sobre los recur-
sos sociales y redes de apoyo existentes, como
sobre las condiciones estructurales que son
obstáculo.
En Trabajo Social tenemos educada la mi-
rada hacia los problemas sociales y carencias
que experimentan las personas. Con el tiempo
han ganado peso nuevas miradas como el en-
foque apreciativo. Este parte de la conanza
profunda en la esencia de los seres humanos,
reconociendo sus potencialidades para cam-
biar ellos mismos y transformar sus situacio-
nes. Para apuntalar el cambio, se trabaja en
el empoderamiento de las personas, a partir
del fortalecimiento de sus capacidades para la
transformación (Pérez, 2017). Los presupues-
tos en los que se basa el enfoque apreciativo
son los siguientes según Hammond (1995,
citado en ibídem): En todo sistema, organiza-
ción, grupo o individuo hay algo que sí fun-
ciona y que al descubrirlo despliega el poten-
cial de transformación endógena; Aquello en
lo cual nos enfocamos construye nuestra rea-
lidad; El lenguaje que utilizamos construye y
crea nuestra realidad y no solo la representa;
Los sueños, las utopías y los proyectos con-
eren dirección a la vida; Recuperar las expe-
riencias exitosas y realizar aprendizajes sobre
estas, aporta mayor conanza en el camino
hacia el futuro; Las emociones y actitudes son
contagiosas, de manera que es fundamental
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una disposición emocional rme y diferente
que genere optimismo, conanza y esperan-
za; las preguntas son movilizadoras y posibi-
litan visualizar otras opciones y rutas para el
cambio deseado, soltando certidumbres; las
redes humanas se construyen con la colabora-
ción y no con la competencia o la oposición.
En suma, un análisis que enfatice lo positivo
hacia una misma y hacia las otras personas
y el entorno, movilizará más fácilmente las
propias capacidades hacia el aprovechamien-
to de las posibilidades existentes para superar
situaciones de vulnerabilidad social.
El enfoque apreciativo tendría también un
efecto en la mirada del personal profesional,
desplazando la atención centrada en las caren-
cias hacia una perspectiva de capacidades. De
esta manera, el abordaje de las debilidades (si-
tuación de dependencia, auto imagen negativa,
conductas de riesgo para uno mismo o para los
otros…) y de las situaciones de vulnerabilidad
social (riesgo o situación de exclusión deriva-
da de la desigualdad social estructural y cultu-
ral) puede plantearse como un ejercicio retador
de empoderamiento ciudadano, que persiga
tanto el compromiso con la transformación de
la vida propia, como la participación y movili-
zación colectiva en la reivindicación de dere-
chos sociales. Por ello, realizar un diagnóstico
exclusivamente de los factores internos de las
personas, grupos y comunidades no es su-
ciente en Trabajo Social, pues replicaría una
perspectiva funcionalista de responsabilizar a
las personas de los problemas padecidos (Hill,
1982, citado en Zamanillo, 1999).
Así, el análisis situacional DAFO / FODA
tiene interés diagnóstico para nuestra disci-
plina, porque permite interrelacionar factores
internos y externos. Precisamente, aquello que
identicamos como debilidades internas, tiene
muchas veces origen o agravamiento por fac-
tores externos estructurales. De hecho, si no se
adoptan políticas y actuaciones que corrijan
las condiciones estructurales que generan ex-
clusión, las potencialidades de los individuos
y comunidades seguirán mermadas, afectando
su capacidad de resiliencia. Así pues, las capa-
cidades de los sujetos y los recursos externos,
por un lado, y las situaciones de vulnerabili-
7 Amartya Sen (1984) introdujo el concepto de capacidades en el debate sobre las políticas de desarrollo, entendiendo estas como
la posibilidad o capacidad real de las personas para ejercer y realizar sus derechos humanos. Confrontó el enfoque de derechos
humanos, porque lo crucial es las posibilidades de realizarlos. Sen distinguió funcionamientos y capacidades. Los funcionamien-
tos son aquello que las personas consiguen realizar, sus logros. Por ello, en la evaluación de la situación de una persona o grupo,
se deba evaluar no lo que tienen materialmente, sino lo que consiguen realizar con lo que tienen. De ahí que las capacidades no
se deberían medir por los bienes materiales con los que cuentan, sino por las habilidades para satisfacer sus necesidades. Así,
dad padecidas y riesgos sociales que afectan
a los sujetos, por otro, se tiene que poner en
interrelación. El análisis situacional permite
propiciar, desde un enfoque dialéctico, la com-
prensión de las condiciones estructurales que
contribuyen a generar y reproducir los proble-
mas sociales.
Pasando a la resignicación de las catego-
rías de análisis de la matriz DAFO, subrayar,
en primer lugar, la importancia del lenguaje y
de los conceptos utilizados como categorías
de análisis. Como han señalado distintos auto-
res, el lenguaje es performativo, no se limita a
describir y representar la realidad, sino que al
expresarla la construye (Sapir y Whorf; Austin
y Wittgenstein, citados en Casillas, 2017). El
lenguaje es no solo un medio para la comu-
nicación y representación sino, fundamental-
mente, un instrumento de construcción de rea-
lidad, pues determina la formación de ideas.
Por ello, las disciplinas, académicas y profe-
sionales, tenemos la responsabilidad de cues-
tionar el lenguaje con el cual representamos y
explicamos la realidad, resignicando los tér-
minos para dotarlos de sentido y de potencial
analítico y transformador desde la deontología
propia. Las palabras reejan determinados va-
lores y una manera particular de aprehender el
mundo. De ahí que, también en la disciplina
de Trabajo Social, sea imprescindible reexio-
nar sobre su poder, tanto para reproducir como
para transformar la realidad. Siendo diversas
las disciplinas a las cuales el Trabajo Social ha
aportado y también de las cuales se ha nutrido,
cualquier teoría, metodología o modelos que
tomemos deberíamos resignicarlos adecuán-
dolos a nuestra deontología y al campo de lo
social, ya sea desde la investigación, ya sea
desde la intervención.
En primer lugar, resignicaremos las forta-
lezas como las capacidades de los individuos,
familias, colectivos y comunidades, inclusive
de los equipos profesionales y entidades, según
quien sea el sujeto en el análisis. Las personas
somos el principal recurso para la transforma-
ción de la realidad. Todas las personas tenemos
capacidades fundamentales que pueden ser po-
tenciadas. Siguiendo a Amartya Sen7 (1984),
las capacidades son aquello que las personas
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son capaces de realizar y de ser relacionalmen-
te, siendo el conjunto de sus funcionamientos
el reejo de sus capacidades o posibilidades en
la realización del logro del bienestar. Las capa-
cidades reejarían, según Sen, la libertad que
tienen las personas para llevar un tipo de vida
u otra y, por lo tanto, estarían condicionadas
por la estructura y cultura social. El término
capacidades, en lugar de fortalezas, facilita un
análisis de este tipo de variables más holístico,
acorde a la mirada sistémica y principios del
Trabajo Social. Martin J. Urquijo (2014), en su
reexión sobre la teoría de las capacidades de
Sen, apunta precisamente esta cuestión.
La capacidad proporciona un punto de vista
desde el que valorar las condiciones sociales,
políticas y económicas que viven las personas
al interior de la sociedad. Estas condiciones son
importantes porque pueden llevar al desarrollo
o al deterioro de los funcionamientos y las capa-
cidades de las personas. La ausencia o deterioro
de una capacidad individual es una muestra fe-
haciente de desigualdad, ausencia de bienestar
y una precaria calidad de vida que se puede vi-
vir en la sociedad (Urquijo, 2014, p.72).
En el análisis de las capacidades, nos in-
teresa la clasicación propuesta por Martha
Nussbaum (2011): vida, salud física, integri-
dad física, sentidos, imaginación y pensamien-
to, emociones, razón práctica, aliación, rela-
ción con otras especies, juego y control sobre
el propio entorno. Como se puede apreciar, se
reeren al hecho de vivir plenamente, esto es,
gozar de salud, y poder crear y participar so-
cial y medioambientalmente. Cuestión esta úl-
tima fundamental ante los retos que el cambio
climático nos plantea. Nussbaum sostiene que
los estados deberían promover este conjunto
de capacidades humanas, subrayando la idea
de Sen respecto a que las capacidades son las
posibilidades reales o libertad real de las per-
sonas para hacer o ser aquello que consideran
valioso (Escrich et al., 2015), es decir, los de-
rechos humanos.
Siguiendo con la resignicación de las
categorías, pasaremos a las debilidades. Re-
signicaremos estas como necesidades y vul-
nerabilidades procesuales que devienen de la
posición y relaciones de poder con el entorno
social. Por una parte, entenderemos las nece-
los bienes materiales serían secundarios a las capacidades y estarían al servicio de estas. Para transformar el enfoque de desarrollo,
Sen propuso la introducción de los términos justicia social y libertad o capacidad de realizar.
sidades humanas como necesidades sociales,
materiales o relacionales, de los individuos,
colectivos y comunidades. Max-Neef propu-
so las siguientes necesidades universales de
las personas: subsistencia, protección, afecto,
entendimiento, participación, ocio, creación
e identidad. Este conjunto de necesidades
hay que entenderlas como interdependientes,
donde la realización de unas depende de la
posibilidad de relación de las otras. Manfred
Max-Neef, Antonio Elizalde y Marín Hopen-
hayn (1986), arman que “la persona es un ser
de necesidades múltiples e interdependientes
que funcionan como sistema”, esto es, las ne-
cesidades están interrelacionadas; por ello, la
satisfacción de estas hay que concebirla como
un proceso.
La no satisfacción de las necesidades hu-
manas es efecto de una organización social
que genera y reproduce desigualdades, gene-
rando condiciones de vulnerabilidad social. La
vulnerabilidad social es la merma de las po-
sibilidades de satisfacción de las necesidades
humanas. Robert Castel (1995) señaló que la
vulnerabilidad también es procesual. Cuando
las personas enfrentan la precariedad con res-
pecto al empleo y la fragilidad de sus soportes
relacionales, este proceso puede conducir a la
exclusión social, es decir, a la desaliación y
marginalidad. Tomar conciencia de ello ayuda
a despertar la aliación relacional y moviliza-
ción social.
En ocasiones, las vulnerabilidades pueden
ser retos superables, mediante la puesta en
marcha de una serie de estrategias que poten-
cien las capacidades propias y aprovechen las
oportunidades de los sistemas existentes. En
otros casos, las vulnerabilidades pueden cons-
tituir limitaciones del propio cuerpo, como una
enfermedad crónica o una discapacidad, con la
cual es importante aprender a vivir y que nos
sitúa en la comprensión de la propia vulnera-
bilidad e interdependencia de los seres huma-
nos. No obstante, como señala Judith Butler,
aunque todas las personas estamos sujetas a
enfermedades, accidentes y ataques que pue-
den afectar nuestros cuerpos y terminar con
nuestras vidas, la vulnerabilidad no debería
armarse como una condición existencial,
sino que es una condición social. “La preca-
riedad de la vida nos impone una obligación,
la de preguntarnos en qué condiciones resulta
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posible aprehender una vida, o un conjunto de
vidas, como precaria, y en qué otras resultan
menos posible, o incluso imposible” (Butler,
2010, p.14).
Butler sostiene que la “la vida exige apoyo
y unas condiciones capacitadoras para poder
ser una vida ‘vivible’” (p.40). Expone además
que la vulnerabilidad comporta una relación
con el entorno donde la inuencia de este so-
bre los sujetos y la capacidad de respuesta de
estos no se pueden separar.
La vulnerabilidad no es una disposición
subjetiva sino una relación con un campo de ob-
jetos, fuerzas y pasiones que inciden o nos afec-
tan de alguna manera, […] la vulnerabilidad es
un tipo de relación que pertenece a esa ambigua
región en que la receptividad y la capacidad de
respuesta no son claramente separables una de
otra y no se distinguen como momentos separa-
dos en una secuencia (Butler, 2014).
En el análisis situacional, exploraremos las
vulnerabilidades desde la perspectiva interre-
lacional y procesual que enfrentan las personas
para poder satisfacer sus necesidades múltiples
e interdependientes, no solo materiales, sino
también relacionales y de participación social.
Si las capacidades apuntan a necesidades sa-
tisfechas, las vulnerabilidades desvelan nece-
sidades insatisfechas.
Pasando a la resignicación de las cate-
gorías relativas a los factores externos, ini-
ciaremos por las oportunidades que ofrece el
entorno. En Trabajo Social las resignicare-
mos como los sistemas de referencia para las
personas, así como los recursos disponibles en
estos sistemas. El análisis de los sistemas es
fundamental en nuestra disciplina. Al respecto
citaremos la teoría ecológica de Urie Bronfen-
brenner (1987), así como el modelo bioeco-
lógico de Bronfenbrenner y Stephen J. Ceci
(1994). El desarrollo de la conducta humana
es producto de la interacción con el conjunto
de sistemas del que forman parte los indivi-
duos. Los sistemas proporcionan opciones y
posibilidades para el desarrollo de las personas
desde la infancia. En esta etapa de la vida los
sistemas más próximos a las personas son el
sistema familiar, el sistema de pares o iguales,
el sistema educativo, el sistema de salud y el
sistema religioso. Todos ellos hacen parte de lo
que denominaron microsistema. Los sistemas
no son estancos, sino que interactúan entre sí.
A este entramado de conexiones lo llamaron
mesosistema, representándolo en un segundo
círculo que rodea al anterior. Un tercer círculo
de inuencia es el exosistema, integrado por
el sistema vecinal, de producción, medios de
comunicación, seguridad y justicia, y servicios
sociales, denominado exosistema. El cuarto
círculo es el macrosistema, que comprende
todos los anteriores, referido a las actitudes
e ideología impresa en la cultura social, que
condiciona el funcionamiento de todos los sis-
temas previos. El quinto círculo es el crono-
sistema, introduciendo la dimensión tiempo y
su inuencia en los cambios siológicos que
ocurren con el crecimiento y el envejecimien-
to, condicionando las reacciones a los cam-
bios ambientales. Posteriormente, Bronfen-
brenner y Ceci sostendrán que el desarrollo
de las personas es un fenómeno discontinuo,
y no por etapas, que obedece a la experiencia
subjetiva bio-psicológica que se mantiene con
el ambiente social. Así pues, entendemos los
sistemas como las estructuras sociales de re-
ferencia en todos los ámbitos de la vida de las
personas: familia, pares, vecindario, religión,
comunidad cultural, educación, salud, laboral,
protección social, seguridad, legislación y jus-
ticia, medios de comunicación, redes sociales
y cultura. Estos sistemas están relacionados
entre sí y se afectan mutuamente.
Siguiendo el modelo bioecológico de Bron-
fenbrenner y Ceci (1994), en los distintos siste-
mas subyacen roles, normas y reglas que con-
guran el desarrollo psicológico de las personas.
Pero, además, la participación en los sistemas
posibilita un mayor conocimiento social y ca-
pacidad para la resolución de problemas. En el
análisis situacional, analizaremos los distintos
sistemas que pueden tener un efecto positivo
en las condiciones de las personas, así como
los recursos sociales existentes tanto a nivel
legislativo, como servicios y prestaciones, así
como redes y relaciones. Visibilizar los siste-
mas y recursos posibilita, no solo reconocer
los derechos subjetivos y servicios existentes,
sino también ayudar a visibilizar la posibilidad
de alianzas y/o colaboraciones con distintos
agentes sociales y sujetos.
Por último, respecto a la resignicación de
las amenazas, lo haremos como riesgos socia-
les. Los riesgos sociales se reeren a las posi-
bilidades de que las personas sufran un daño
en sus condiciones de vida, materiales, rela-
cionales y de participación, debido a causas
sociales como: falta de empleo y de ingresos,
situaciones de abandono, negligencia, acoso,
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violencia, maltrato, discriminación, consumos
y actitudes de riesgo, etc.; mermando el desa-
rrollo de sus capacidades y limitando su acce-
so a los distintos sistemas y recursos sociales.
Cuando las posibilidades de desarrollo de
las personas están limitadas por condiciona-
mientos sociales hablamos de violencia estruc-
tural y cultural. Ambos conceptos fueron acu-
ñados por Johan Galtung (1990). Este ayudó
a comprender que, en la base de la violencia
directa perpetrada en los conictos armados,
se podían identicar estructuras sociales de
vulneración de derechos, no solo políticos y
civiles, sino también económicos, sociales y
culturales, precisamente, debido a la omisión
de los estados en su responsabilidad de protec-
ción social y debido al sistema de creencias y
valores que puede contribuir a legitimar dis-
cursos de exclusión y a reproducir desigualda-
des sociales. De esta manera, a través del trián-
gulo de la violencia visibilizó las interrelacio-
nes entre violencia directa (visible, en el vérti-
ce superior), y violencia estructural y cultural
(invisibles, en los vértices inferiores). Galtung
acuñó el concepto de paz positiva, esto es, no
sólo ausencia de violencia directa (paz nega-
tiva), sino también ausencia de violencia es-
tructural y cultural (paz positiva). Al realizar el
análisis situacional de un grupo o colectivo, es
conveniente traer a la matriz de análisis dichas
condiciones estructurales y culturales, que re-
presenten riesgos y vulnerabilidades sociales
frente a las posibilidades de participación, ca-
lidad de vida y desarrollo de las personas. Un
contexto de promoción de los derechos huma-
nos representaría la paz positiva.
A continuación, abordaremos la resigni-
cación de las estrategias, correspondiente a
la segunda matriz de la herramienta (Anexos:
Matriz 2). La denominación original derivó
del análisis de la competitividad de las gran-
des corporaciones en el mercado globalizado.
Las empresas transnacionales han ampliado su
dominio sobre la vida en el planeta, controlan-
do cada vez más cuestiones que tienen que ver
con los derechos de la ciudadanía, sus necesi-
dades y participación, desde sectores como el
energético, nanciero, telecomunicaciones, in-
fraestructuras o armamento, hasta agua, salud,
agricultura, alimentación, etcétera (Zubizarre-
ta, González y Ramiro, 2012). Precisamente,
el hecho de denominar a las estrategias ofensi-
vas, defensivas, de reorientación y de supervi-
vencia, denota una visión de lucha por la cuota
de mercado y, en consecuencia, por los recur-
sos naturales, humanos, técnicos, nancieros,
e incluso políticos, necesarios para garantizar
un tipo de producción y comercialización de
bienes y servicios.
Las ciencias empresariales están inuen-
ciadas por un modelo de desarrollo basado en
el crecimiento y la acumulación, que genera
desigualdad y exclusión social. Como señala el
Programa de Naciones Unidas para el Desarro-
llo, la generación de riqueza tiende a concen-
trarse en manos de las personas más ricas. “La
riqueza privada neta aumentó de entre el 250%
y el 400% del ingreso nacional en 1970 a un
porcentaje situado entre el 450% y el 750%
en 2016” (PNUD, 2019). Teniendo en cuenta
el papel negativo jugado por las grandes cor-
poraciones en la redistribución de la riqueza
y la inclusión social, sería paradójico adoptar
el lenguaje de competitividad y belicista que
subyace a la segunda matriz propuesta por
Weihrich en la intervención social. El Trabajo
Social promueve el respeto por los derechos
humanos, la justicia social, la equidad de gé-
nero y la promoción de una cultura de paz.
Por ello, no podemos asumir acríticamente he-
rramientas y teorías que utilizan un lenguaje
que fomenta la competitividad y estrategias
que conllevan violencia estructural y cultural.
Nuestra responsabilidad académica y profesio-
nal es adecuarlas a los principios deontológi-
cos y objetivos de nuestra disciplina.
De cara a la enseñanza y aplicación del aná-
lisis situacional, proponemos la reformulación
del tipo de estrategias, abandonando la lógica
de competitividad y violencia implícita en el
planteamiento de Weihrich, quien combinó
los factores internos y externos estableciendo
cuatro tipos de estrategias: Fortalezas-Opor-
tunidades, denominadas estrategias ofensivas;
Debilidades-Oportunidades, designadas de re-
orientación; Fortalezas-Amenazas, llamadas
defensivas; y Debilidades-Amenazas, nombra-
das como de supervivencia. En su lugar, pla-
teamos las estrategias desde funciones propias
de la profesión del Trabajo Social: 1) Promo-
ción y acceso a la información, relacionando
capacidades y sistemas y recursos sociales;
2) Atención integral y asistencia, articulando
necesidades y sistemas y recursos sociales; 3)
Prevención y mediación, aprovechando las ca-
pacidades ante los riesgos sociales; y 4) Inci-
dencia política, coordinación de agentes, eva-
luación y planicación para promover la satis-
facción de las necesidades humanas de todos
los sujetos y, en particular, ante situaciones de
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vulnerabilidad y riesgo social (Anexos: Matriz
4). El propósito de realizar un análisis situacio-
nal en Trabajo Social es comprender holística-
mente la realidad compleja para poder adoptar
estrategias que promuevan el logro de objeti-
vos deseados y posibles a corto, medio y lar-
go plazo. El tipo de estrategias que se deberían
plantear en Trabajo Social tendrían que ver con
cuatro funciones fundamentales que cumple el
ejercicio profesional: 1) la promoción de los
derechos humanos, así como la participación y
el desarrollo de capacidades de las personas; 2)
la mediación social ante situaciones de conic-
tividad y la prevención de la exclusión social
(marginación, discriminación, empobrecimien-
to, precariedad, violencia, prácticas sociales de
riesgo, etc.) y vulneración de derechos huma-
nos; 3) la atención de las necesidades sociales
de la población en general y especícamente de
distintos colectivos; y 4) la evaluación rigurosa
de la ecacia de las políticas sociales, su actua-
lización a las realidades emergentes8, y la coor-
dinación y planicación de programas y servi-
cios sociales que garanticen el cumplimiento de
los derechos humanos amparados por las decla-
raciones, convenciones y pactos internacionales
de derechos humanos.
4. Conclusiones
Las metodologías, técnicas y herramientas de
análisis de la realidad son producto de nues-
tros enfoques y valores. Inuyen en la manera
de analizar, representar la realidad y construir
propuestas de intervención social. Por ello, es
necesario construir metodologías, técnicas y
herramientas que en su concepción sean cohe-
rentes con los principios del Trabajo Social, de
manera que su diseño y aplicación contribuyan
al empoderamiento social, reforzando las ca-
pacidades de las personas, grupos, colectivos
y comunidades, y al respeto y garantías de los
8 Siguiendo a Max-Neef, las necesidades humanas son las mismas para las diferentes culturas y a lo largo del tiempo. Lo que
cambian son los satisfactores o formas de satisfacer dichas necesidades según el hábitat, cultura y el sistema de valores. Por eso
hablamos de realidades emergentes y no de necesidades emergentes.
derechos humanos. Se ha visto que el DAFO
/ FODA es una herramienta ampliamente uti-
lizada en Trabajo Social por entidades de di-
versa naturaleza, aplicado al diagnóstico de las
situaciones de individuos, grupos, colectivos,
comunidades y organizaciones. Por ello, es
fundamental hacer una re-apropiación crítica
de esta herramienta que fue creada para el aná-
lisis situacional de las empresas.
En esta comunicación se ha propuesto: 1)
Con independencia de la opción por la deno-
minación en castellano y portugués, según la
apropiación adecuada al contexto, recomendar
el orden de la matriz original, enfatizando la
importancia de analizar en primer lugar los fac-
tores internos y luego los externos, y resaltan-
do el enfoque de capacidades frente al enfoque
de carencias. 2) Resignicar las categorías de
análisis que comprende la matriz, relacionán-
dolas con conceptos fundamentales dentro de la
disciplina del Trabajo Social. Esto es, entender
las fortalezas como capacidades y necesidades
satisfechas; las debilidades como vulnerabili-
dades y necesidades insatisfechas; las oportuni-
dades como los sistemas y recursos sociales; y
las amenazas como riesgos sociales. 3) Replan-
tear el tipo de estrategias, de manera que sean
acordes a las principales funciones sociales que
cumple el Trabajo Social: información y promo-
ción; prevención y mediación; atención integral
y asistencia; e incidencia política, coordinación,
planicación y evaluación.
En suma, se propone un replanteamiento
crítico y la reconceptualización epistemológi-
ca de esta herramienta de análisis situacional,
adecuándola a los principios y fundamentos
del Trabajo Social. Con ello, perseguimos un
mayor aprovechamiento técnico y humano de
la misma, contribuyendo, por un lado, a re-
cabar información más completa y compleja
y, por otro, a establecer con todas las partes
y agentes implicados estrategias más ecaces
desde la perspectiva de la intervención social.
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Anexos
Matriz 1: Análisis situacional SWOT desde las Ciencias Empresariales
Análisis interno FORTALEZAS DEBILIDADES
Análisis externo OPORTUNIDADES AMENAZAS
Matriz 2: Estrategias SWOT desde las Ciencias Empresariales
OPORTUNIDADES AMENAZAS
FORTALEZAS Estrategias ofensivas Estrategias defensivas
DEBILIDADES Estrategias de reorientación Estrategias de supervivencia
Matriz 3: Análisis situacional DAFO / FODA desde las Ciencias Sociales
Análisis interno CAPACIDADES Y NECESIDADES
SATISFECHAS VULNERABILIDADES Y NECESI-
DADES INSATISFECHAS
Análisis externo SISTEMAS Y
RECURSOS SOCIALES RIESGOS SOCIALES
Matriz 4: Estrategias DAFO / FODA desde las Ciencias Sociales
SISTEMAS Y RECURSOS
SOCIALES RIESGOS SOCIALES
CAPACIDADES Y NECE-
SIDADES SATISFECHAS Información, orientación y
promoción
Prevención, sensibilización y
mediación
VULNERABILIDA-
DES Y NECESIDADES
INSATISFECHAS
Atención integral, protección y
asistencia
Incidencia política, coordinación,
planicación y evaluación
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