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Abstract

En los últimos años, la pediatría ha volcado su foco de atención del niño en forma individual a la atención en salud este en el contexto familiar (1). En este orden de ideas, entre más temprano se dé la interacción pediatra-padres se verá afectada positivamente la atención en salud del niño. De otro lado, el pediatra en conjunto con el obstetra debe estar involucrados en la orientación a los padres para la realización de una elección informada sobre los cuidados de su futuro hijo (2). Debido a los beneficios que le han sido demostrados, y que en esta revisión desglosaremos, la Academia Americana de Pediatría desde 1996(3) ha recomendado la consulta pediátrica prenatal. Dado que, en nuestro medio, como en otros países de Latinoamérica (4), la consulta pediátrica prenatal no es objeto de práctica común, se realiza el presente artículo de reflexión con el fin de contextualizar en qué consiste este tipo de consulta, así como sus objetivos y beneficios.
Revista Ciencias Biomédicas Vol. 9 Núm. 2, (2020), 151-155
Consulta pediátrica prenatal: objetivos y
beneficios
Oscar Correa-Jiménez1, Ángela Camacho-Lindo2
1 División de Inmunología Clínica. HOMI Fundación Hospital Pediátrico la Misericordia, Bogotá, Colombia.
2 Departamento de Pediatría. Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia, Bogotá, Colombia.
INTRODUCCIÓN
En los últimos años, la pediatría ha volcado su foco de atención del niño en
forma individual a la atención en salud este en el contexto familiar (1). En
este orden de ideas, entre más temprano sela interacción pediatra-padres
se verá afectada positivamente la atención en salud del niño. De otro lado, el
pediatra en conjunto con el obstetra debe estar involucrados en la orientación
a los padres para la realización de una elección informada sobre los cuidados
de su futuro hijo (2). Debido a los beneficios que le han sido demostrados, y
que en esta revisión desglosaremos, la Academia Americana de Pediatría
desde 1996(3) ha recomendado la consulta pediátrica prenatal. Dado que, en
nuestro medio, como en otros países de Latinoamérica (4), la consulta
pediátrica prenatal no es objeto de práctica común, se realiza el presente
artículo de reflexión con el fin de contextualizar en qué consiste este tipo de
consulta, así como sus objetivos y beneficios.
¿En qué consiste?
Si bien no se encuentra una definición precisa respecto a qué es la consulta
pediátrica prenatal, podríamos decir que consiste en una serie de
acercamientos e interacciones entre los futuros padres y el pediatra, con
relación a preocupaciones e interrogantes relacionados con el futuro hijo.
Acorde con el escenario de un país desarrollado como Estados Unidos, el
contacto prenatal entre padres y pediatra inicia por vía telefónica indagando
respecto a la posibilidad de atención, durante este contacto, los padres deben
ser invitados a programar la consulta y preferiblemente deben ser invitados
ambos a participar de ella en la medida de las posibilidades (5). De hecho,
Moniz et al. mediante una encuesta con representatividad nacional en Estados
Unidos identificaron que la mayoría de los padres están interesados en recibir
apoyo y educación sobre pautas de crianza y cuidados del recién nacido en
consultas de atención perinatal, resaltando que plantearon preferencia sobre
recibir este tipo de atención antes del nacimiento de su hijo (6). Una vez
realizado el primer acercamiento, se llevará a cabo la visita al consultorio
pediátrico por parte de la pareja embarazada, en donde los futuros padres
tendrán la oportunidad de expresar sus necesidades, intereses y
preocupaciones respecto al desarrollo y la salud de su hijo, así como recibir
orientación anticipada respecto a estos tópicos (5).
ARTÍCULOS DE REFLEXIÓN
R E V I S T A C I E N C I A S B I O M É D I C A S
Para citaciones: Correa, O., Camacho,
A. (2020). Consulta pediátrica prenatal:
objetivos y beneficios. Revista Ciencias
Biomédicas, 9(2), 151-155.
Recibido: 18 de abril de 2020
Aprobado: 3 de junio de 2020
Autor de correspondencia:
Oscar Correa Jiménez
olcorreaj@unal.edu.co
Editor: Inés Benedetti. Universidad de
Cartagena-Colombia.
Copyright: © 2020. Correa, O., Camacho, A.
Este es un artículo de acceso abierto,
distribuido bajo los términos de la licencia
http://creativecommons.org/licenses/by/4.0
/ la cual permite el uso sin restricciones,
distribución y reproducción en cualquier
medio, siempre y cuando el original, el autor y
la fuente sean acreditados.
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Consulta pediátrica prenatal: objetivos y beneficios
Desde el Comité de aspectos sicosociales de la salud
del niño y la familia de la Academia Americana de
Pediatría, se ha desarrollado la siguiente
categorización de la consulta pediátrica prenatal (7):
1. La consulta prenatal completa: corresponde a
la forma óptima de consulta, es una visita
regular al consultorio con ambos padres
presentes. El objetivo de esta es lograr los
objetivos propuestos de la consulta prenatal
(que se desarrollan en la siguiente sección del
texto). En esta suele darse el establecimiento
de un compromiso mutuo y de una relación
profesional sólida y gratificante. Se realizan
acuerdos en diversos temas como ejemplo, los
horarios de atención, los honorarios, las
afiliaciones laborales del pediatra, la cobertura
de atención nocturna y fines de semana y la
atención de emergencia, entre otros.
2. Consulta breve para conocer: primordialmente
con la madre embarazada. De duración
usualmente corta, en la que se sugiere enseñar
a la madre las instalaciones y el personal
relacionado con la atención. Recomendable
para padres que aún se encuentran en la
búsqueda de pediatra.
3. Contacto básico o telefónico: corresponde al
primer acercamiento. Es importante recoger
los datos de identificación y proporcionar de
manera amigable información introductoria
respecto a la atención (folletos informativos u
otros formatos).
4. Consulta prenatal grupal: fomenta el apoyo
mutuo entre las parejas embarazadas al tiempo
que proporciona un foro de información
similar a sesiones individuales tradicionales.
Tiene la ventaja adicional de ahorrar el tiempo
y el gasto médico.
5. No contacto: de no llevarse a cabo la
orientación a los padres respecto a cuidados y
salud del niño en la etapa prenatal, la misma
debe iniciarse desde la primera consulta de
atención neonatal.
Objetivos
La Academia Americana de Pediatría de los Estados
Unidos reconoce como objetivos de la consulta
pediátrica prenatal los siguientes (5):
Establecimiento de una relación positiva
pediatra-familia.
Recopilación de información familiar.
Orientación y educación sobre habilidades de
crianza.
Identificación y aproximaciones a los
aspectos de alto riesgo.
De otro lado, encontramos los objetivos propuestos
por el Grupo PrevInfad/PAPPS Infancia y
Adolescencia de la Asociación Española de Pediatría
de Atención Primaria (1):
1. Iniciar la relación padres-pediatra.
2. Informar sobre lo que necesita un niño recién
nacido y describir ciertas habilidades que se
deben adquirir.
3. Informar sobre lactancia materna y sobre lo
que suele ocurrir en un parto.
4. Dar consejos sobre estilo de vida favorable.
5. Comprobar que la gestación se está
controlando de forma adecuada.
6. Resolver dudas y transmitir confianza.
Como podemos apreciar en ambas corrientes el
primer objetivo es la consolidación de la relación
pediatra-familiares, esto cobra gran importancia ya
que se ha identificado que estrategias de soporte no
presenciales, como videos educativos, no son
suficientes para lograr el objetivo de adherencia a la
lactancia materna exclusiva (8), por ejemplo.
¿Cuándo debe realizarse?
Se recomienda que los obstetras estén prestos a las
dudas y preocupaciones que respecto al futuro de su
hijo presentan los padres, ante esto deben sugerir la
consulta pediátrica prenatal como la fuente de
información y educación más apropiada para ellos
(4).
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Consulta pediátrica prenatal: objetivos y beneficios
Existe cierto grado de consenso respecto a cuándo
debe llevarse a cabo esta consulta. En general, la
recomiendan durante el tercer trimestre de
embarazo, entre las 32 y las 36 semanas de
gestación. Se ha descrito que cobra gran importancia
en situaciones especiales tales como: primeros
embarazos, padres que son nuevos en la práctica,
padres solteros, familias con embarazos de alto
riesgo, complicaciones del embarazo, gestaciones
múltiples, padres que previamente han
experimentado una muerte perinatal, así como para
los padres que están planeando adoptar un niño (5,
9).
En este punto merecen mención especial los
resultados de Goyal et al. quienes mediante una
cohorte retrospectiva de mujeres en su primer
embarazo, que fueron incluidas en un programa de
consulta domiciliaria prenatal antes de las 26
semanas de gestación, identificaron un efecto dosis-
dependiente del número de visitas para protección de
parto pretérmino y tener un recién nacido pequeño
para edad gestacional (10).
Beneficios
La atención pediátrica prenatal ha mostrado ser
eficaz para mejorar la salud tanto de la madre como
del niño (1). Los beneficios de esta modalidad de
atención se aprecian en distintos aspectos: la
decisión de lactancia se incrementa, disminuyen las
visitas a los servicios de urgencias pediátricas
cuando ya ha nacido el niño, ayuda a establecer una
relación padres-pediatra más fluida y mejora el
cumplimiento en las primeras citas con el pediatra
(1, 11).
De manera anecdótica, en instituciones colombianas
que han implementado la consulta pediátrica
prenatal se ha observado una importante
disminución en el número de consultas por urgencias
en el primer año de vida; sin embargo, esto no ha
sido evaluado sistemáticamente.
Quizás el beneficio más estudiado ha sido la decisión
de lactancia materna exclusiva. Se ha descrito que la
barreras de comunicación evidenciadas por la
madres durante el asesoramiento prenatal son
principalmente respecto a la duración de la lactancia
y los métodos para continuar la misma una vez la
madre ha retornado al trabajo (12). En el desarrollo
de estas estrategias, recientemente Kellams et al.
describieron que una estrategia educativa basada en
videos fue insuficiente para mejorar la adherencia a
las prácticas de lactancia materna (8). Bonuck et al.
describieron que su estrategia estructurada con dos
consultas prenatales, una posparto y soporte
telefónico o domiciliario, aumentaba la intensidad de
lactancia (13). Friedman et al. identificaron que la
consulta prenatal con un neonatólogo en casos de
parto pretérmino influyó positivamente en la
duración de la lactancia materna, tanto durante la
hospitalización, como en el hogar (14).
Otro de los beneficios estudiados ha sido el de la
aceptación de las vacunas. Se ha descrito que las
consultas pediátricas prenatales representan el
escenario propicio para la educación sobre
inmunizaciones(15); sin embargo, Vannice et al. no
evidenciaron diferencias en la respuesta positiva
materna a la aplicación de vacunas a sus hijos entre
madres que recibieron educación prenatal, en
comparación con aquellas que recibieron la
información en su primera cita para vacunas; aunque
se debe resaltar que todas las madres participantes
consideran que es preferible recibir la información
más tempranamente(16).
Como ya habíamos mencionado, en la cohorte
retrospectiva evaluada por Goyal et al., se evidenció
que la consulta domiciliaria prenatal fue un factor
protector para resultados adversos del embarazo:
haber recibido más de ocho visitas prenatales fue un
factor protector para parto pretérmino (OR 0,38
95%IC 0,16–0,87), y recibir más de doce lo fue para
“pequeño para edad gestacional” (OR 0,32 95% IC
0.15–0.68)(10).
Prácticas recomendadas
La Academia Americana de Pediatría, realiza las
siguientes recomendaciones a los pediatras,
referentes a la consulta prenatal (5):
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Consulta pediátrica prenatal: objetivos y beneficios
1. Se exhorta a los pediatras a establecer una
política para las consultas prenatales. Los
servicios ofrecidos pueden ser flexibles y
deben estar diseñados para satisfacer las
necesidades de los futuros padres. En
muchos casos, una visita prenatal completa
es ideal, para otros un encuentro breve es
suficiente.
2. Comunicación de la política relativa a los
pagos por consultas prenatales a los
pagadores y las familias. Las sociedades
regionales de pediatría deben defender ante
las aseguradoras, los beneficios a corto y a
largo plazo de las consultas prenatales para la
salud de los niños y sus padres.
3. Los pediatras deben compartir sus políticas
establecidas para las visitas prenatales con
los obstetras locales y con los futuros padres.
4. Durante su formación, los residentes de
pediatría debe aprender sobre el contenido y
la importancia de las consultas prenatales.
Dejando de lado las sugerencias de la Academia
Americana, es importante tener presente que, en
algunas circunstancias, como en casos de: padres
adolescentes, madres solteras, familiares con
enfermedades crónicas, diagnóstico prenatal de
defectos congénitos y cuando se espere un parto
pretérmino, el apoyo emocional de parte del pediatra
hacia los futuros padres debe ser más explícito (4).
De otro lado, recordando que dentro de los objetivos
de la consulta pediátrica prenatal se encuentra la
orientación y educación sobre habilidades de
crianza, es importante que el pediatra eduque sobre:
alimentación, baño, cambio de pañales, cuidados
nocturnos, posición al dormir, uso de chupón, aseo
de manos, higiene en casa y otros aspectos clave de
los cuidados del recién nacido que son de
responsabilidad compartida entre los padres (4).
Perspectivas futuras
En nuestro país no existen datos publicados
referentes a la atención pediátrica prenatal, se sabe
que esta es llevada a cabo principalmente en la
práctica pediátrica particular y en algunos servicios
de medicina prepagada, pero no se conoce o no se ha
desarrollado un conjunto de recomendaciones para
llevarla a cabo por parte de la Sociedad Colombiana
de Pediatría.
Realizando una búsqueda en Pubmed con las frases:
“Internet impact on pediatric prenatal visit” o “web
consultation impact on prenatal visit”; no se logran
resultados. Lo que hace pensar que a la fecha no se
ha estudiado la influencia de las consultas en la web
sobre la actitud de los padres respecto a la atención
prenatal. Este sería un tema de gran importancia a
evaluar dado que es esta la principal fuente empleada
por padres como primera línea de orientación
respecto a la salud de los hijos y la propia.
CONFLICTOS DE INTERESES: Los autores no
declaran conflictos de interés.
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Article
Full-text available
Pediatric prenatal consultation is not common in México, although it has benefits for physician, family and the future infant. It allows the beginning of a physician-family relationship to obtain medical information and identify possible risks in mother and infant newborn; it gives parents information on medical care in the delivery room and anticipates actions with parental involving in decisions when a high-risk is detected. Emotional support to mothers is given and it begins parental education in infants care.
Article
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Objective: To characterize patient preferences about parenting preparation during pregnancy and the role of healthcare providers. Methods: A nationally representative, cross-sectional survey was administered to parents of children 0-3 years old. Respondents (N = 459 non-institutionalized US adults from the GfK Knowledge Panel(®)) completed an online survey about parenting preparation (response rate = 61.2 %). Primary outcomes were perceived importance of parenting, regret about opportunities to prepare for parenting, acceptability of parenting support from healthcare workers, and preferred healthcare setting for perinatal parenting support. Statistical analyses included descriptive statistics, Chi square analyses and logistic regression. Results: A majority of respondents (87.6 %, 95 % CI 83.3-90.8) believed that parenting had an equal or greater effect on early childhood behavior than the child's personality. Overall, 68.7 % (63.5-73.5 %) wished there were more opportunities during pregnancy to prepare for parenting, and a large majority (89.2, 84.9-92.4 %) believed that it would be helpful to receive parenting information from healthcare providers during pregnancy, with no differences across demographic groups. The preferred clinical encounters for receiving parenting education were at "a visit with my ObGyn/midwife" during pregnancy (58.2, 52.5-63.7 %) and at "a visit with my child's doctor/nurse practitioner" during 0-2 months postpartum (60.7, 55.0-66.2 %). Conclusion: A majority of US parents of young children express interest in receiving parenting support at perinatal healthcare visits. Preferences for parenting support at prenatal visits during pregnancy and at pediatric visits in the immediate postpartum period should guide clinicians, community-based outreach organizations, and governmental stakeholders seeking to design and evaluate parenting preparation interventions.
Article
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Home visiting programs seek to improve care management for women at high risk for preterm birth (<37 weeks). Our objective was to evaluate the effect of home visiting dosage on preterm birth and small for gestational age (SGA) infants. Retrospective cohort study of women in southwest Ohio with a singleton pregnancy enrolled in home visiting before 26 weeks' gestation. Vital statistics and hospital discharge data were linked with home visiting data from 2007 to 2010 to ascertain birth outcomes. Eligibility for home visiting required ≥1 of 4 risk factors: unmarried, low income, <18 years of age, or suboptimal prenatal care. Logistic regression tested the association of gestational age at enrollment and number of home visits before 26 weeks with preterm birth. Proportional hazards analysis tested the association of total number of home visits with SGA status. Among 441 participants enrolled by 26 weeks, 10.9% delivered preterm; 17.9% of infants were born SGA. Mean gestational age at enrollment was 18.9 weeks; mean number of prenatal home visits was 8.2. In multivariable regression, ≥8 completed visits by 26 weeks compared with ≤3 visits was associated with an odds ratio 0.38 for preterm birth (95% confidence interval: 0.16-0.87), while having ≥12 total home visits compared with ≤3 visits was significantly associated with a hazards ratio 0.32 for SGA (95% confidence interval: 0.15-0.68). Among at-risk, first time mothers enrolled prenatally in home visiting, higher dosage of intervention is associated with reduced likelihood of adverse pregnancy outcomes.
Article
Guidelines recommend prenatal education to improve breastfeeding rates; however, effective educational interventions targeted at low-income, minority populations are needed as they remain less likely to breastfeed. To determine whether a low-cost prenatal education video improves hospital rates of breastfeeding initiation and exclusivity in a low-income population. A total of 522 low-income women were randomized during a prenatal care visit occurring in the third trimester to view an educational video on either breastfeeding or prenatal nutrition and exercise. Using multivariable analyses, breastfeeding initiation rates and exclusivity during the hospital stay were compared. Exposure to the intervention did not affect breastfeeding initiation rates or duration during the hospital stay. The lack of an effect on breastfeeding initiation persisted even after controlling for partner, parent, or other living at home and infant complications (adjusted odds ratio [OR] = 1.05, 95% CI, 0.70-1.56). In addition, breastfeeding exclusivity rates during the hospital stay did not differ between the groups (P = .87). This study suggests that an educational breastfeeding video alone is ineffective in improving the hospital breastfeeding practices of low-income women. Increasing breastfeeding rates in this at-risk population likely requires a multipronged effort begun early in pregnancy or preconception. © The Author(s) 2015.
Article
In the United States, the current preterm birth rate is 12% or 500,000 infants annually. A home visiting program is one strategy to improve maternal-child health outcomes. An important aspect of home visiting is the duration of enrollment and the number of home visits, or a so-called “dosage effect.” The goal of this retrospective cohort study was to evaluate the effect of dosage of home visiting during the first and second trimesters on pregnancy outcomes. The dosage effect was assessed in at-risk, first-time mothers from 2007 to 2010. Eligible mothers had at least 1 risk characteristic: unmarried, low income, younger than 18 years, or suboptimal prenatal care. Outcomes were preterm birth and birth weight, that is, small for gestational age (SGA) versus appropriate or large for gestational age. The primary predictor was dosage of prenatal home visiting. Intensity of participation was measured as the number of completed prenatal home visits. From 2330 women, 918 prenatally enrolled first-time mothers had a singleton pregnancy; 441 enrolled by 26 weeks’ gestation and were included in the final cohort. Mean maternal age was 20 years, and mean gestational age at enrollment was 18.9 weeks. The preterm birth rate was 10.9%, and 17.9% of infants were SGA. The number of completed prenatal home visits ranged from 1 to 26, with fewer visits completed before 26 weeks (range, 1–16). In bivariate analyses, preterm birth was not significantly associated with gestational age at enrollment or number of home visits before 26 weeks. Compared with women delivering at full term, more women delivering preterm had a history of prior poor pregnancy outcome (25.0% vs 10.7%), hypertension/preeclampsia (27.1% vs 12.0%), and disorders of placentation (4.2% vs 0.5%), all P < 0.05. Women delivering an SGA infant did not differ significantly from women with non-SGA infants in mean gestational age at enrollment or number of total prenatal home visits. Timing of enrollment in home visiting was not independently associated with preterm birth, whereas the number of home visits before 26 weeks was statistically significant. Compared with the reference group of 3 home visits or less, completion of 8 or more home visits by 26 weeks was associated with an adjusted odds ratio of 0.38 for preterm birth (95% confidence interval [CI], 0.16–0.87). Compared with the reference group, having 12 or more prenatal home visits was significantly associated with a 0.32 hazard ratio of SGA status (95% CI, 0.15–0.68). Maternal age younger than 18 years was significantly associated with SGA status compared with age older than 18 years (hazard ratio, 1.37; 95% CI, 1.06–1.76). Given the importance of preterm birth to pediatric morbidity and health care costs, further conceptualization and measurements of prenatal provision of home visits are crucial. As prenatal programs expand for at-risk women, enrollment early in pregnancy and a high intensity of home visits during the first and second trimesters are important to achieve the goals of reducing preterm births and SGA status.
Article
To determine if giving vaccine-information materials before the 2-month vaccination visit to mothers with concerns about vaccine safety positively changed their attitudes and beliefs about vaccine safety. Mothers who indicated concerns about infant vaccinations were recruited from 2 separate sites in Tennessee and California and were given vaccine information at 1 of 3 times: during a prenatal visit; a 1-week postpartum well-child visit; or a 2-month vaccination visit. A separate group of concerned mothers was assigned to be followed longitudinally at all 3 time points and was analyzed separately. The mothers reviewed a new vaccine-information pamphlet and Vaccine Information Statements (VIS) from the Centers for Disease Control and Prevention. Attitudes and beliefs about immunization were assessed both before and after the review of materials with written surveys. A total of 272 mothers with immunization concerns participated in the study. After review of the materials, mothers in all groups were significantly more likely to respond positively to questions and statements supporting the safety and importance of vaccines. Mothers who received this information at earlier visits were not significantly more likely to respond positively than mothers who received the information at the child's 2-month vaccination visit; however, participating mothers did indicate a preference for receiving vaccine information before the first vaccination visit. Distribution of the vaccine-information pamphlet and Vaccine Information Statements significantly improved attitudes about vaccination regardless of at what visit they were provided. Allowing adequate time to review vaccine information, even if done at the vaccination visit, may benefit concerned mothers.
Article
As advocates for children and their families, pediatricians can support and guide expectant parents in the prenatal period. Prenatal visits allow the pediatrician to gather basic information from expectant parents, offer them information and advice, and identify high-risk conditions that may require special care. In addition, a prenatal visit is the first step in establishing a relationship between the family and the pediatrician (the infant's medical home) and in helping the parents develop parenting skills and confidence. There are several possible formats for this first visit. The one used depends on the experience and preference of the parents, the style of the pediatrician's practice, and pragmatic issues of reimbursement.
Article
Prenatal pediatric visits have been recommended by the American Academy of Pediatrics to allow the pediatrician to counsel parents on infant care issues, establish a supportive relationship, and provide pediatric practice information to parents. We hypothesized that prenatal pediatric visits would have an impact on breastfeeding decisions, health care behaviors, health care utilization, and the doctor-patient relationship. We conducted a randomized controlled trial of prenatal pediatric visits for urban, low-income families to measure the impact on breastfeeding decisions, infant car safety seat use, circumcision, health maintenance, and emergency room visits and the pediatrician's perception that he/she would know the mother better. Pregnant women were recruited prenatally from the obstetrics clinic. Outcomes were measured by maternal interview prenatally and when the infant was 2 months old, in addition to review of the nursery record. Physicians were interviewed after the 2-month visit. Health care utilization was measured by chart review at 7 months. A total of 156 pregnant women were enrolled and randomized, 81 to the intervention group and 75 to the control group. Of mothers who breastfed, 45% in the intervention group changed their mind in favor of breastfeeding after enrollment compared with 14% in the control group. Mothers in the intervention group compared with the control group were more likely to make fewer emergency room visits, 0.58 compared with 1.0. Pediatricians were more likely to think that they knew mothers in the intervention group well, 54% versus 29% in the control group, yet 67% of mothers in both groups agreed their pediatrician knew them well. There were no differences between groups in initiation or duration of breastfeeding at 30 or 60 days, infant car safety seat use, circumcision, or health maintenance visits. Prenatal pediatric visits have potential impact on a variety of health care outcomes. Among urban, low-income mothers, we found beneficial effects on breastfeeding decisions, a decrease in emergency department visits, and an initial impact on the doctor-patient relationship. We suggest urban practices actively promote prenatal pediatric visits.