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Responsible Editor: Maria Dolores Sánchez-Fernández, Ph.D.
Associate Editor: Manuel Portugal Ferreira, Ph.D.
Evaluation Process: Double Blind Review pelo SEER/OJS
Intern. Journal of Profess. Bus. Review; São Paulo V.6 N.1 2021, pp. 01-17, Jan/Dec.2021
1
CARACTERIZACIÓN DEL CAPITAL INTELECTUAL EN LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS.
ESTUDIO COMPARATIVO
1
Monica Lorena Sanchez Limon
2
Yesenia Sanchez Tovar
3
Javier Jasso Villazul
RESUMEN
El capital intelectual alude al conocimiento en las organizaciones que les permite generar
valor. Los estudios sobre capital intelectual son abordados desde la perspectiva de las
empresas, pero existen pocos que lo hayan realizado desde la perspectiva de las
universidades.Esta investigación tiene por objetivo caracterizar y comparar el capital
intelectual en las universidades mexicanas. El estudio se basó en una encuesta
semiestructurada aplicada a 102 profesores-investigadores en cuatro universidades estatales
mexicanas del área de negocios y administración. Los resultados muestran que existen seis
subdimensiones relevantes del capital intelectual, a partir de las cuales se caracterizan los
niveles de capital intelectual en cada universidad. Las principales conclusiones son que el
capital intelectual universitario es una forma de medir el desempeño de estas organizaciones,
a partir del cual identificamos un desempeño diferenciado que es liderado por la Universidad
Autónom de Tamaulipas (UAT) debido a indicadores más altos en su capital humano,
estructural y relacional.
Palabras clave: Capital intelectual, medición, universidades públicas, conocimiento científico,
docente
Received on July 19, 2020
Approved on October 12, 2020
(APA)_______________________________________________________________________
Sanchez Limon, M., Sanchez Tovar, Y., & Jasso Villazul, J. (2021). Caracterización del capital intelectual en las
universidades publicas. Estudio comparativo. International Journal of Professional Business Review, 6(1), 01-
17. doi:http://dx.doi.org/10.26668/businessreview/2021.v6i1.203
1
Autonomous University of Tamaulipas, Victoria, (México). E-mail: msanchel@docentes.uat.edu.mx Orcid id:
https://orcid.org/0000-0002-0671-0076
2
Autonomous University of Tamaulipas, Victoria, (México). E-mail: yesanchez@docentes.uat.edu.mx Orcid id:
https://orcid.org/0000-0002-4299-191X
3
Universidad Nacional Autónoma de México, (México). E-mail: unamdicai@gmail.com Orcid id: https://orcid.org/0000-
0001-5305-9936
Caracterización del capital intellectual en las Universidades públicas. Estudio comparativo
Intern. Journal of Profess. Bus. Review; São Paulo V.6 N.1 2021, pp. 01-17, Jan/Dec.2021
2
CHARACTERIZATION OF INTELLECTUAL CAPITAL IN PUBLIC MEXICAN UNIVERSITIES
ABSTRACT
Objective: characterize and compare the intellectual capital in Mexican universities.
Methodology / Approach: The study was based on a semi structured survey applied to 102 professors-
researchers in four Mexican state universities of the business and administration area.
Originality / Relevance: Universities are a source of knowledge; therefore their competitive advantage lies
in the configuration of this element to encourage their performance. Thus, the issue of intellectual capital
tends to have greater relevance in order to understand this dynamic in the different productive actors
and users of knowledge such as universities.
Main results: The results show that there are six relevant sub-dimensions of intellectual capital from
which levels of intellectual capital are characterized in each university.
Theoretical / methodological contributions: intellectual capital refers to the knowledge in organizations
enabling them to generate value. Intellectual capital studies are approached from the perspective of
companies, however there are few done from the perspective of universities.
Keywords: Intellectual Capital. Measurement. Public Mexican Universities. Scientific Knowledge. Teacher.
Monica Lorena Sanchez Limon, Yesenia Sanchez Tovar & Javier Jasso Villazul
Intern. Journal of Profess. Bus. Review; São Paulo V.6 N.1 2021, pp. 01-17, Jan/Dec.2021
3
INTRODUCCIÓN
En la economía contemporánea el
conocimiento se ha convertido en un factor
determinante de la riqueza, siendo más
importante que los factores tradicionales como el
capital y trabajo. Dicha tendencia se complementa
con la creciente globalización y los continuos
avances tecnológicos, que redefinen las
capacidades de las organizaciones para competir
en los mercados locales y globales (Corona, &
Jasso, 2005; Drucker, Managing in a time of great
change, 1995).
La generación, acumulación, aplicación y
distribución del conocimiento se ha convertido en
el principal acelerador del desarrollo económico y
social (Drucker, 1993). Autores como Edvinsson y
Malone (2004)y Monagas-Docasal (2012) indican
que el conocimiento es el activo intangible que
debe significar mayor interés para los directivos,
pues en él subyace el factor de diferenciación que
una organización pueda presentar y sobre el cual
puede consolidar una ventaja a largo plazo.
Tanto en países desarrollados como en países
de economías emergentes ha aumentado la
importancia del conocimiento como recurso
económico, tanto los nuevos, como los que se
asimilan y adaptan por parte de las organizaciones
para mejorar los procesos productivos que
finalmente se traduce en un crecimiento (Torres &
Jasso, 2017; Hobday, 1995; Amit & Shoemaker,
1993)
Así el proceso de “gestión del conocimiento”
que involucra un ciclo continuo de creación,
adopción, distribución y revisión del conocimiento
(Bhatt, 2001; Medellin, 2012; Jasso V & Torres,
2008). Diversos estudios (Edvinsson & Malone ,
2004; Leitner, 2004; Monagas-Docasal, 2012;
Sánchez Limón, Sánchez Tovar, & García , 2015)
coinciden en establecer que, uno de los tipos de
gestión de conocimiento que mayor potencial
posee para impulsar el desempeño eficiente y el
crecimiento de las organizaciones, tanto públicas
como privadas, es el concerniente al Capital
Intelectual (CI), el cual se puede entender como
aquel conocimiento científico, tecnológico,
artístico y comercial capaz de ser aplicado en la
generación de riqueza social (Bernárdez, 2008). La
correcta administración del CI posibilita a las
organizaciones en primera instancia identificar los
elementos claves que articulan a la misma, y
posteriormdivente realizar una planeación
adecuada para el aprovechamiento óptimo de
dichos elementos en alineación con los objetivos
de la organización (Rivero Díaz, 2009).
La universidad no se exime de este proceso de
generación de riqueza social y asume un papel
clave en la economía del conocimiento, al ser
copartícipe en la creación y transformación del
mismo a los mercados. En dichas organizaciones
su CI es también un elemento clave para impulsar
su eficiencia, sobre todo considerando que el
entorno en el que se desenvuelven así lo exige
(Bueno, Morcillo , Rodríguez, & Luque, 2002). Las
universidades requieren de modelos para la
identificación, medición y gestión de su capital
intelectual, debido a que tales organizaciones son
uno de los actores principales del sistema de
innovación en cuanto a la generación, difusión y
utilización del conocimiento (Dutrénit, 2005;
Jasso, 2004; Ramírez, Santos, & Tejeda, 2012).
Aun cuando el estudio del tema del capital
intelectual en las organizaciones no es reciente
aún no se resuelve el cómo valorizar al
conocimiento y por ende al CI para administrarlo o
medir su impacto económico (Mercado Salgado,
Demuner Flores, & Nava Rogel, 2013; Medellin,
2012). La literatura ha dirigido sus esfuerzos en
distintos caminos. Uno de ellos, en los que se han
identificado los elementos o dimensiones que
componen el capital intelectual (Bueno, Morcillo ,
Rodríguez, & Luque, 2002; Edvinsson & Malone,
1997; Kaplan & Norton, 1993; Ross, Dragonetti, &
Edvinsson, 1997; Stewart T. , 1998). Una segunda
línea de investigación ha buscado definir la
cuantificación de los componentes y su impacto en
distintos campos.
En el contexto universitario, se ha avanzado
para identificar el CI, pero hay pocas
investigaciones que lo caracterizan empíricamente
y sobre todo en los países latinoamericanos
(Mercado Salgado, Demuner Flores, & Nava Rogel,
2013).
Considerando el papel que la universidad
desempeña en el proceso de creación del
conocimiento, en el caso específico de América
Latina se refleja que el desarrollo de la función de
investigación se realiza fundamentalmente en las
universidades, seguido de los organismos públicos
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de investigación; y en tercer lugar en las empresas
(Dutrénit, Puchet Anyul, & Teubal, 2011;
Sebastian, 2003). Por lo que la investigación
científica y tecnológica resulta clave desarrollo del
CI de una región que lleve a una alta concentración
de investigadores dentro de las universidades.
A partir de Bueno (1998), se plantea la
importancia del estudio del capital intelectual
universitario, exponiéndose la importancia de la
necesidad de fortalecerlo para incentivar la
producción científica y la formación de un recurso
humano competitivo.
En México el estudio del capital intelectual en
las universidades ha sido estudiado por Nava y
Mercado (2011) y Cortez (2013), dichos trabajos
han tratado de explicar los elementos que
constituyen el capital intelectual universitario.
En este país el crecimiento y desarrollo de las
universidades es diferenciado, lo cual muestra se
aprecia por ejemplo en el número de
investigadores reconocidos en el Sistema Nacional
de CONACYT, la matrícula, el tamaño en ingresos y
planta académica, etc., lo que evidencia las
diferencias en recursos humanos con distinto nivel
competitivo, relaciones no formalizadas en la
institución o bien una estructura distinta, en otras
palabras, una composición distinta de su capital
intelectual.
Por ello, es relevante profundizar el análisis del
capital intelectual caracterizándolo a partir de
diversas categorías en instituciones relevantes
como son las universidades públicas mexicanas. Es
decir, intentamos responder ¿En qué medida hay
similitudes o diferencias en el capital intelectual de
las universidades públicas mexicanas?
El capital intelectual y sus componentes
En la actualidad la relación entre una adecuada
administración del capital intelectual y el eficiente
desempeño de las organizaciones es un aspecto
que está siendo cada vez más utilizado para
comprender y recomendar estrategias de mejora
en las organizaciones (Nava-Rogel, & Mercado-
Salgado, 2011). En los últimos años es cada vez
mayor los trabajos de investigación enfocados al
análisis del CI tanto en el ámbito empresarial y en
menos medida en el académico (Brooking, 1997;
Bornemann & Sammer, 2004; Chang & Birkett,
2003; Stewart T. , 1998; Syeiby K. , 2000).
Entre los trabajos sobre el CI, están los que
discuten acerca del concepto y otros que han
avanzado en su medición (Choo Huang, Luther, &
Tayles, 2007; Isaac , Herremans, & Kline, 2009;
López Ruíz, Nevado, & Baños , 2008; Moon & Kym,
2006). Ambas perspectivas tienden a
complementarse para así avanzar en la
comprensión acerca del capital intelectual en las
organizaciones.
Desde los años noventa Stewart (1991)
popularizara el término de CI, éste ha sido definido
en distintos ámbitos de actuación del ser humano.
Stewart (1998, pág. 9) definió al capital intelectual
como “la suma de todos los conocimientos que
poseen todos los empleados de una organización
y le dan a ésta una ventaja competitiva, es decir,
es el material intelectual que puede ser utilizado
para crear riqueza”.
Para Bradley (1997) el CI es “la habilidad para
transformar el conocimiento y el resto de los
activos intangibles en recursos generadores de
riqueza, tanto para las empresas como para las
naciones”. Rivero (2009)sugiere que el CI es la
sinergia de la totalidad de conocimientos de los
que dispone una organización, la experiencia de
sus integrantes, sus capacidades, destrezas,
motivación y compromiso, que son aplicados al
trabajo. Es decir, el CI representa el conjunto de
conocimientos que una empresa posee en sus
diferentes niveles (individual, organizacional o
inter-organizacional) y, que son susceptibles de
proporcionar una ventaja competitiva a través de
la aplicación del material intelectual en diferentes
ángulos (Delgado-Verde, Martín-de Castro, Navas-
López, & Cruz-González, 2013).
En los años recientes en la medida en que las
universidades están teniendo un nuevo rol en la
actividad productiva, y al incorporarse la
relevancia de la vinculación de las universidades
con otros agentes de los sistemas de innovación
para lograr mejores condiciones de vida para la
sociedad y por ende para reflexionar acerca del
capital intelectual en las universidades (Corona, &
Jasso, 2005; Dutrénit, 2005; Torres & Jasso, 2019)
En el contexto universitario el CI representa
aquellos activos intangibles que la institución
posee y que le permiten crear valor para los
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stakeholders, es decir para la sociedad (Córcoles &
Lizano , 2013; Euroforum , 1998). Dichos activos
comprendes desde los procesos organizativos, las
patentes, los conocimientos de sus integrantes,
destrezas profesionales, las redes de colaboración,
relaciones con la sociedad, la capacidad de
innovación, entre otros (Córcoles & Lizano , 2013;
Edvinsson & Malone , 2004).
En otras palabras, representa el valor creado
por el sistema que resulta de la gestión del
conocimiento (Mantilla, 2004), es decir, es la
medida de las competencias esenciales de la
organización que se puede concretar en nuevo
conocimiento.
Aunque no existe una definición universal
acerca del término, la mayoría de las definiciones
del CI coinciden en establecer que el mismo se
articula en gran medida por el conjunto de grupos
intangibles que generan valor en las
organizaciones, teniendo el uso eficaz del
conocimiento como agente productor e
intercediendo en la estructura estratégica de la
empresa.
Ahora bien, de acuerdo con Kaplan y Norton
(1993) no se puede gestionar lo que no se puede
medir, por tanto, resulta indispensable para la
gestión del capital intelectual conocer los
elementos que la caracterizan. Lo cual ha dado
lugar a distintos modelos que identifican sus
componentes (Bontis, 1998; Brooking, 1997;
Edvinsson & Malone, 1997; Euroforum , 1998;
Kaplan & Norton, 1993; Saint‐Onge, 1996).
Kaplan y Norton (1993) proponen avanzar en
la medición a partir de un modelo de gestión que
integra cuatro perspectivas que favorecen la toma
de decisiones para la competitividad de una
organización, dichas perspectivas son referidas
como la perspectiva financiera, la de los clientes,
la de los procesos internos y la perspectiva del
aprendizaje-crecimiento.
Saint Onge (1996) plantea que el CI es un
modelo tripartito compuesto por el capital
humano, el capital relacional y el capital
estructural. Implicando la importancia de la
cohesión entre los tres elementos para lograr el
mejor rendimiento de las organizaciones (Alama,
2008). En tanto que Brooking (1997)establece una
clasificación basada en activos de mercado,
activos de propiedad intelectual, activos centrados
en el individuo y activos de infraestructura.
Sveiby (1997) elaboró un modelo que integra
tres bloques para la medición del CI integrado por
competencias, estructura interna y estructura
externa. Mientras que Bontis (1998) y Bueno
Campos (1998) plantearon respectivamente en
sus modelos una clasificación del Capital
Intelectual en las tres dimensiones mencionadas
por Saint Onge (1996), sin embargo consideran
elementos diferentes para cada dimensión.
A partir de los modelos antes descritos
aplicados sobre todo a las empresas, para efectos
de este estado se retoman como base para la
explicación de la valoración del capital intelectual
en el ámbito de las instituciones universitarias. En
particular consideramos los modelos propuestos
por Bueno, et al., (2002), Leitner (2004), Fazlagic
(2005) Sánchez y Elena (2006)Ramírez, Lourduy y
Rojas (2007).
Para el caso específico de México
consideramos algunas propuestas adaptadas a las
particularidades del país como las de Funes (2007)
y la de Topete y Bustos (2008), quienes afirman
que los indicadores que integran el Capital
intelectual dependen del giro de la universidad y
los objetivos que se persiguen al medir este
intangible. De igual modo Nava-Rogel y Mercado-
Salgado (2011), plantean un modelo de análisis de
trayectorias de una universidad pública estatal
mexicana para demostrar que el capital humano
dedicado a la docencia influye significativamente
en el Capital estructural y en el Capital relacional.
A pesar de las diferencias y coincidencias entre
los diferentes modelos que intentan medir el
capital intelectual, en general, éste último fue
definido como la búsqueda del uso efectivo del
conocimiento (Edvinsson & Malone , 2004). Por
tanto, diversos autores (Edvinsson & Sullivan,
1996; Mantilla, 2004) señalan que para gestionar
el conocimiento es necesario identificar el capital
intelectual de la organización.
En términos generales puede observarse que el
capital intelectual está integrado por tres
elementos fundamentales: el capital humano, el
capital estructural y el capital relacional como lo
detallamos enseguida.
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El capital humano
Dentro de las universidades el capital humano
recoge el conjunto de conocimientos, actitudes,
formación y experiencia de los diferentes
profesores investigadores que forman parte de la
Universidad. Dentro de esta dimensión se tiene: el
perfil del docente investigador, el nivel de
formación del personal, las actitudes de los
docentes-investigadores hacia la generación de
conocimiento, los tipos de incentivos y las
motivaciones hacia la investigación entre otros
(Leitner, 2004).
No otorgarle el valor que verdaderamente
tiene el recurso humano en lo relativo a la
competitividad, significa uno de las principales
causas de la ineficiencia o incluso fracaso de
muchas organizaciones (López Ruíz, Nevado, &
Baños , 2008). En este sentido Becker, Ulrich y
Huselid (2001), reconocen la importancia de las
personas en lo referente a la obtención de la
competitividad y sugieren dirigir al talento
humano como un bien estratégico.
El capital estructural
Otro de los elementos que reviste gran
preponderancia en las empresas, y de forma
similar en las instituciones de educación superior,
es el referente a la estructura interna de la
organización que la misma ha articulado a lo largo
de años de trabajo en la búsqueda de mejorar su
desempeño corporativo (Sánchez Limón, Sánchez
Tovar, & García , 2015).
De acuerdo con Nava y Mercado (2011, pág.
169), el capital estructural es el conocimiento que
la organización consigue explicitar, sistematizar y
hacerlo propio, y que se vinculan con la eficacia y
eficiencia interna.
Este elemento toma diferentes formas
dependiendo de la organización, incluye: cultura
organizacional; estructura; mejores prácticas;
procesos y procedimientos; manuales; sistemas de
información y tecnologías de información, por lo
tanto, representa todos aquellos mecanismos y
estructuras de la organización que pueden ayudar
al personal a mejorar el rendimiento individual y
organizacional.
El capital estructural universitario es el
conocimiento codificado y explícito relacionado
con los recursos bibliográficos y documentales; las
bases de datos a los que tiene acceso y; los
sistemas de información internos para las
actividades de investigación y comunicación
(Bueno, Morcillo , Rodríguez, & Luque, 2002;
Martín, Alama, Navas, & López, 2009). En este
sentido, Atwood (2008) afirma que los libros son
el mejor medio para divulgar el conocimiento
científico y tecnológico.
El capital relacional
El capital relacional se define como el conjunto
de relaciones que la organización mantiene con el
exterior, así como el conocimiento que puede
obtenerse de la relación con otros agentes del
entorno (Bueno, Morcillo , Rodríguez, & Luque,
2002). En consecuencia, el capital relacional está
directamente vinculado a la capacidad para
establecer y consolidar vínculos externos con otras
organizaciones (Rodríguez Castellanos & Urrutia
Gutiérrez, 2001).
Para este estudio, el capital relacional se
corresponde con la capacidad de la universidad
para integrarse con su entorno socioeconómico y
desarrollar vínculos a nivel nacional e
internacional. Se clasifica en dos categorías basada
en el criterio de los sectores donde se configura el
impacto de las unidades de investigación: 1)
Relaciones de la universidad con la comunidad
científica, y 2) Relaciones con el entorno de
actuación. Conforme a lo anterior se puede
aseverar que, el capital relacional se vincula con
aspectos inherentes a los nexos que establece la
IES con el exterior, es decir, con las comunidades
científicas y académicas con las que colabora,
empresas, gobierno, público en general, entre
otras entidades participes en la práctica de las
funciones organizacionales.
METODOLOGÍA
Muestra e instrumento de recolección de datos
La unidad de análisis de esta investigación son
las universidades mexicanas, y la población objeto
de estudio está constituida por los profesores
investigadores pertenecientes a dichas
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universidades. Se consideró como profesor
investigador aquel profesor contratado de tiempo
completo y que cuenta con estudios doctorales,
debido a que con esta característica puede
garantizarse la dedicación del profesor a la
investigación.
En este sentido se contó con la participación de
cuatro universidades públicas, específicamente
cuatro escuelas de negocio. Logrando de esta
forma una muestra total de 102 profesores-
investigadores, aplicando de esta forma a la
totalidad de profesores-investigadores de cada
centro de estudios.
Universidad
Facultad
Matrícula
Profesor
de tiempo
completo
Profesores
con
PRODEP
Profesores en el
SNI
Cuerpos
académicos
Profesores
encuestados
Universidad
Autónoma de
Tamaulipas
Facultad de
Comercio y
Administraci
ón Victoria
1,700
55
42
24
3 nivel candidato
6 nivel I
1 nivel II
8 cuerpos
académicos: 5
consolidados; 2
en consolidación;
1 en formación
24
Universidad
Autónoma de
Nuevo León
Facultad de
Contaduría
Pública y
Administraci
ón
17,581
178
72
13
6 nivel candidato
6 nivel I
1 nivel II
19 cuerpos
académicos: 2
consolidados, 7
en consolidación,
10 en formación
20
Universidad
Autónoma de
Coahuila
Facultad de
ciencias de la
Administraci
ón
2,688
57
30
4
1 nivel candidato
3 nivel I
8 cuerpos
académicos: 4 en
consolidación, 4
en formación
32
Universidad
Autónoma de
Yucatán
Facultad de
Contaduría y
Administraci
ón
2,645
40
22
6
2 nivel candidato
4 nivel I
4 cuerpos
académicos: 1
consolidado, 2 en
consolidación, 1
en formación
26
Tabla 1. Datos generales de las Universidades analizadas
Fuente: CONACYT (2019), ANUIES (2019)
Como fase previa de validación de escalas, las
preguntas fueron sometidas a la evaluación de 10
expertos del tema de diferentes universidades
mexicanas y venezolanas, y se realizó una prueba
piloto del cuestionario entre diferentes profesores-
investigadores.
Medición de las variables
Para la medición del capital intelectual se partió
del modelo Intellectus desarrollado por Bueno (2004)
que considera tres componentes del capital
intelectual aplicado al ámbito universitario, y
apoyado con el instrumento diseñado por Alama
(2008). Por lo cual el capital humano se midió a partir
de 13 indicadores que reflejan los conocimientos
(Carmeli & Tishler, 2004) la formación y la experiencia
del investigador docente (Carmeli & Tishler, 2004;
Youndt , Subramaniam, & Snell, 2004). Por lo que se
refiere al capital estructural esta escala está
compuesta por 12 ítems que reflejan el conocimiento
que la organización posee y que ha sistematizado
(Carmeli & Tishler, 2004; Tippins & Sohi, 2003) así
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como la infraestructura para diseminar ese
conocimiento (Siegel, 2004; Tippins & Sohi, 2003), lo
anterior de acuerdo con Bueno (2004) debe facilitar
el trabajo del investigador a través de la
infraestructura intangible básica y los recursos
generadores de conocimiento. Finalmente para
medir el capital relacional se utilizaron 13 ítems para
evaluar las relaciones de la organización con otros
agentes sociales externos o stakeholders y las
relaciones que la institución realiza con la propia
comunidad científica (Bueno E. , 2003; Bueno E. ,
2004). La escala utilizada en este instrumento fue una
Likert de 5 puntos que va de un 1 totalmente en
desacuerdo a un 5 totalmente de acuerdo.
Dado que el objetivo de este trabajo es conocer
las posibles diferencias en la intensidad de capital
intelectual entre los profesores-investigadores de las
Universidades mexicanas, inicialmente se ha
procedido a la identificación de los elementos que
componen el capital intelectual a través de un análisis
factorial. Para conocer las posibles diferencias entre
grupos se recurrió al ANOVA, utilizando a su vez
contrastes post hoc para identificar los grupos con
diferencias significativas.
RESULTADOS
Identificación de las dimensiones del capital humano
Con el objetivo de identificar las dimensiones
adecuadas de cada uno de los componentes del
capital intelectual universitario, se realizaron pruebas
de análisis factorial, para tal efecto se recurrió al
método de componentes principales con rotación
Varimax.
En primer lugar, al analizar el capital humano se
realizó una reducción de los componentes en dos
factores que explicaban un 69.91% de la varianza.
Considerando el tamaño de la muestra, el valor de las
cargas factoriales de acuerdo a Hair et al., (1999) para
que sea aceptable debe ser superior a .55, por lo cual
fue necesario eliminar los ítems que no cumplían con
dicha característica de tal forma que de los 13 ítems
incluidos en el instrumento para la medición del
capital humano se descartaron 3 de ellos. Además, se
determinó que el índice de adecuación muestral fue
apropiado (KMO) con un valor de .865 y el test de
esfericidad de Barlett resultó altamente significativo
con un p-value de 0.001. La tabla 2 muestra los
resultados de la agrupación factorial.
Indicador
Componente
Dimensión 1 Incentivos a la
investigación
Dimensión 2
Cualificación del
Investigador
Fiabilidad
Alpha de Cronbach
CH13 Opinión
.845
.028
CH4 Sistema promoción
.843
.026
CH12 Trabajo Equipo
.832
.216
.879
CH11 Incentivos
.830
.117
CH2 Pertenencia
.732
.247
CH5 Actualización
.574
.361
CH6 Hablidades Inv
.128
.904
CH3 Nivel educativo
.102
.867
.899
CH1 Experto en investigación
.154
.847
CH8 Capacitación
.192
.832
Tabla 2 Análisis factorial y fiabilidad de la escala de Capital humano
Fuente: Elaboración propia.
De esta forma la primera dimensión presentada
en la tabla 2, agrupa 6 ítems que explican el 37.58%
de la varianza, esta dimensión 1 fue nombrado como
“incentivos a la investigación” al agrupar ítems que
miden la promoción, incentivos, pertinencia, opinión,
y actualización del profesor-investigador. La fiabilidad
de la escala para esta dimensión es adecuada al
obtener un Alpha de Cronbach de 0.849 (Nunally,
1979). En cuanto a la segunda dimensión que explica
el 32.33% de la varianza agrupa 4 items relativos a las
habilidades de investigación, el nivel educativo, el
expertis en la investigación y la capacitación, por lo
cual dicha dimensión fue nombrada como
“cualificación del investigador”. El Alpha de Cronbach
de 0.899. Estas dimensiones concuerdan con las
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establecidas por Bueno (2003) para el capital
intelectual de las universidades (ver Tabla 2).
Identificación de las dimensiones del capital
estructural
De forma correspondiente para identificar las
dimensiones adecuadas del capital estructural en las
universidades se realizó un análisis factorial
exploratorio, para tal efecto se recurrió al método de
componentes principales con rotación Varimax.
Al analizar el capital estructural se realizó una
reducción de los componentes en dos factores que
explicaron un 77.29% de la varianza. Considerando el
tamaño de la muestra y el valor de las cargas fue
necesario eliminar los ítems que no cumplían con las
cargas apropiadas (menores a .55), de tal forma que
de los 15 ítems incluidos en el instrumento para la
medición del capital estructural se descartaron 7 de
ellos. Además, se determinó que el índice de
adecuación muestral fue apropiado (KMO) con un
valor de .796 y el test de esfericidad de Barlett resultó
altamente significativo con un p-value de 0.001. La
tabla 3 muestra los resultados de la agrupación
factorial.
Indicador
Componente
Dimensión 1 Know how
organizativo
Dimensión 2
Infraestructura para
investigación
Fiabilidad
Alpha de Cronbach
CE2 Desarrollo inv
.871
.194
CE1 Plan estratégico
.869
.233
CE15 Innovación
.861
.256
.929
CE3 Control Inv
.853
.193
CE14 Difusión resultados
.819
.226
CE7 Cubículos
.107
.927
CE8 Equipo informático
.245
.903
.837
CE9 Recursos Bibliográficos
.343
.649
Tabla 3. Análisis factorial y fiabilidad de la escala de Capital Estructural
Fuente: Elaboración propia.
De forma específica, la dimensión 1 agrupa 5
ítems que en conjunto explican el 48.01% de la
varianza, el mismo fue nombrado “know how
organizativo” al agrupar ítems que miden el
desarrollo de investigación, plan estratégico, la
innovación, control de la investigación y difusión de
los resultados (Siegel, 2004). Para comprobar la
consistencia interna de las dimensiones se calculó el
Alpha de Cronbach, obteniendo un valor de 0.929
considerado adecuado (Nunally, 1979).
Por su parte, en lo que se refiere a la dimensión 2
éste explica el 29.28% de la varianza, agrupando 3
ítems que son relativos a la disponibilidad de
cubículos, equipo informático y recursos
bibliográficos, y que fue nombrada como
“infraestructura para investigación”, esta dimensión
logró una fiabilidad adecuada con un Alpha de
Cronbach de .837
Identificación de las dimensiones del capital
relacional
El análisis factorial seguido para identificar las
dimensiones adecuadas del capital relacional en las
universidades logró una reducción de los
componentes en dos dimensiones que explicaban un
70.71% de la varianza. En donde se eliminaron 8
ítems que no cumplían con las cargas factoriales
apropiadas (Hair, Anderson, & Tatham , 1999).
Además se determinó que el índice de adecuación
muestral fue apropiado (KMO) con un valor de .880 y
el test de esfericidad de Barlett resultó altamente
significativo con un p-value de 0.001. La tabla 4
muestra los resultados de la agrupación factorial.
Caracterización del capital intellectual en las Universidades públicas. Estudio comparativo
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Componente
Dimensión 1
Colaboración stakeholders
Dimensión 2
Pertenencia asoc.
cientríficas
Fiabilidad
Alpha de Cronbach
CR9 Capacitación a Personal externo
.880
.153
0.916
CR11 Investigación conjunta con empresas
.871
.239
CR10 Proyectos contratados por empresas
.868
.217
CR12 Asistencia técnica a externos
.841
.222
CR15 Participación en redes nacionales
.738
.255
CR17Promoción participación en Incubadoras
.682
.061
CR19 Reconocimiento a tutoría de tesis
.638
.307
CR2Asociaciones científicas internacionales
.209
.865
0.894
CR1 Asociaciones científicas nacionales
.227
.847
CR4Colaboración con universidades nacionales
.142
.838
CR5Colaboración con univ. internacionales
.245
.828
Tabla 4. Análisis factorial y fiabilidad de la escala de Capital Relacional
Fuente: Elaboración propia.
De esta forma la primera dimensión agrupa 7
ítems que explican el 41.681% de la varianza, esta
dimensión fue nombrado como “colaboración entre
stakeholders” al agrupar ítems que miden el papel
que juega el profesor en la promoción de la
investigación y capacitación a externos como
público, empresas, incubadoras empresariales y
alumnos universitarios. En otras palabras esta
dimensión destaca las relaciones con el entorno a
través de la integración productiva y la integración
social del conocimiento (Noreña, 2009). La fiabilidad
de la escala para esta dimensión es adecuada al
obtener un a de Cronbach de 0.916.
En cuanto a la segunda dimensión que explica el
29.031% de la varianza agrupa 4 items relativos a la
pertinencia y promoción de asociaciones científicas
internacionales, asociaciones científicas, unidades de
investigación públicas o privadas, y de unidades de
investigación internacionales, por lo cual dicha
dimensión fue nombrada como pertenencia a
asociaciones científicas, alcanzando una fiabilidad de
.894. Esta categoría se relaciona con la actividad
fundamental de los grupos de investigación del
profesorado, la generación de conocimiento, por
ende, el sector de actividad de las unidades de
investigación lo constituyen sus respectivas
comunidades científica y académica (Noreña, 2009).
Diferencias entre el capital intelectual de las
universidades mexicanas
A tenor de que el objetivo planteado en la
presente investigación es identificar si existen
diferencias en la intensidad de capital intelectual
entre los profesores-investigadores de las
Universidades mexicanas se realizó un realizó un
ANOVA (comparación de medias) que nos permitió
comprobar si existen opiniones diferentes entre los
distintos profesores universitarios y si éstas eran
estadísticamente significativas.
Como primer punto la tabla 5 contiene el
estadístico de Levene, el cual permite contrastar la
hipótesis que las varianzas poblacionales son iguales.
Puesto que el p-valor es menor de 0.01 en varias de
las dimensiones del capital intelectual, se puede
rechazar la hipótesis de igualdad de varianzas y
concluir que en las cuatro universidades estudiadas,
las varianzas de la variable Capital humano en su sub-
dimensión cualificación y de la variable capital
estructural en su sub-dimensión know-how no son
iguales.
Monica Lorena Sanchez Limon, Yesenia Sanchez Tovar & Javier Jasso Villazul
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Estadístico de
Levene
gl1
gl2
Sig.
CH reconocimiento
2.275
3
9
8
.085
CH cualificación
3.847
3
9
8
.012
CE know_how
5.342
3
9
8
.002
CE infraestructura
1.932
3
9
8
.129
CR stakeholders
.708
3
9
8
.549
CR pertenencia
.987
3
9
8
.402
Tabla 5. Prueba de homogeneidad de varianzas
Fuente: Elaboración propia.
En tanto que la tabla 6, se presenta el ANOVA, con
la prueba del estadístico F, donde los resultados de
este análisis ponen de manifiesto que existen
diferencias estadísticamente significativas (Sig. <
0,05) para cinco de las sub-dimensiones del capital
intelectual consideradas a excepción del capital
estructural en su dimensión de infraestructura.
UNIVERSIDADES
CAPITAL INTELECTUAL
UAT
n=24
UADY
n=26
UANL
n=20
UA de C
n=32
MUESTRA
TOTAL
n=102
F‐value (p)
CH reconocimiento
3.93
3.15
3.63
3.01
3.38
6.410 (.001)
CH cualificación
4.08
3.66
4.10
4.50
4.11
5.660 (.001)
CE know_how
3.97
2.85
3.62
3.03
3.32
7.822 (.000)
CE infraestructura
4.00
3.58
3.18
3.69
3.63
2.341 (.078)
CR stakeholders
3.65
2.77
3.39
2.82
3.12
5.583 (.001)
CR pertenencia
3.81
2.64
2.85
3.41
3.20
5.124 (.002)
Tabla 6. Universidades públicas mexicanas. Análisis de la Varianza (ANOVA)
Fuente: Elaboración propia.
Los estadísticos descriptivos correspondientes a
cada una de las universidades analizadas (figura 1)
permiten destacar al Capital humano en su aspecto
de Cualificación como el de mayor importancia en
las universidades mexicanas con una media de
4.11, sin embargo, cabe resaltar que dichos
resultados no son similares entre las universidades,
puesto que mientras la UA de C cuenta con una
puntuación de 4.5 frente a los 3.66 de media en la
UADY. En tanto que el Capital relacional en su sub-
dimensión Stakeholders resulta ser la de menor
desarrollo en las Escuelas de negocio de UADY y UA
de C, mientras que la pertenencia como elemento
del capital relacional se posiciona con mayor
fortaleza en las escuelas de negocio de la UAT y de
la UA de C.
Caracterización del capital intellectual en las Universidades públicas. Estudio comparativo
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Figura 1. Universidades públicas mexicanas. Comparativo del capital intelectual
Fuente: Elaboración propia.
Al existir diferencias muy marcadas en las sub-dimensiones del capital intelectual se procedió a
realizar pruebas post-hoc (HSD de Tuckey).
Variable
(I)
Zona
(J)
Zona
Diferencia de
medias (I‐J)
Error
típico
Sig.
Intervalo de confianza
al 95%
Lím inf
Lím sup
CH reconocimiento
UAT
UADY
.78312*
.24545
.010
.1416
1.4247
UA de C
.92535*
.23415
.001
.3134
1.5373
CH cualificación
UA de C
UADY
.83654*
.20334
.000
.3051
1.3680
CE know_how
UAT
UADY
1.12051*
.26356
.000
.4316
1.8094
UA de C
.93542*
.25142
.002
.2783
1.5926
UANL
UADY
.77385*
.27693
.031
.0500
1.4976
CE infraestructura
UAT
UANL
.81667*
.31189
.049
.0015
1.6318
CR stakeholders
UAT
UADY
.88553*
.26211
.006
.2005
1.5706
UA de C
.83110*
.25004
.007
.1776
1.4846
CR pertenencia
UAT
UADY
1.16827*
.33045
.003
.3046
2.0320
UANL
.96250*
.35344
.038
.0387
1.8863
*. La diferencia de medias es significativa al nivel .05.
Tabla 7. Universidades públicas mexicanas. Comparaciones Múltiples HSD de Tuckey
Al llevar a cabo la prueba Tuckey (tabla 7) se
encontraron diferencias significativas en los
diferentes criterios del capital intelectual, destaca
entre ellos el grupo de la escuela de negocios de la
UAT con respecto a la escuela de la UADY en la
constitución del capital humano, estructural y
relacional en sus distintas sub dimensiones. Así
mismo existe diferencias entre el capital intelectual
en sus sub dimensiones de reconocimiento, know
how y stakeholders entre la UAT y la UANL.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
El capital intelectual es el conjunto de activos
intangibles organizacionales capaces de generar
valor. Entre los intangibles está la creación y
aplicación del conocimiento, que es un recurso y
capacidad importante en las universidades.
0 1 2 3 4 5
CH reconocimiento
CH cualificación
CE know_how
CE infraestructura
CR stakeholders
CR pertenencia
UA de C
UANL
UADY
UAT
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El papel de la universidad en la sociedad del
conocimiento es fundamental, al ser en primer lugar
formadora de recursos humanos y del mismo modo
impulsora del desarrollo de investigación científica y
de innovaciones necesarias para el crecimiento de
toda sociedad (Etzkowitz, , Webster , Gebhardt,, &
Terra, 2000).
Uno de los retos en la dinámica global actual es
acerca del rol de las universidades y por ende en
nuevas formas de medir y explicar su desempeño. Es
por ello, que en los últimos años el tema del capital
intelectual tiende a tener mayor relevancia para
comprender dicha dinámica en los diferentes actores
productivos y creadores y usuarios de conocimientos
como son las universidades.
Esta investigación tuvo por objetivo el de
identificar y caracterizar el capital intelectual en
cuatro universidades públicas mexicanas, de las
escuelas de negocio donde se imparten carreras
universitarias del área administrativa.
El estudio consideró las tres dimensiones del
capital intelectual, referidas al capital humano,
estructural y relacional. Con base en estas
dimensiones se construyeron diversos constructos
que fueron la base para caracterizar el capital
intelectual en las universidades.
Los constructos resultantes fueron los siguientes.
Para el capital humano fueron dos constructos:
incentivos a la investigación y cualificación del
investigador que considera el conocimiento
individual y la formación del individuo en forma
aislada y también en relaciones interpersonales
(Brooking, 1996; Edvinsson & Malone, 1997). En esta
dimensión del “capital humano” se concluye que
existen diferencias significativas entre la Universidad
Autónoma de Tamaulipas con respecto a las
universidades UADYy la UACoah. Estas diferencias
coinciden con los indicadores de promedio de
profesores de tiempo completo por alumno y con el
número de profesores que cuentan con el
reconocimiento de perfil deseable dado por el
Ministerio de Educación mexicano (Programa para el
Desarrollo Profesional Docente). Es relevante señalar
el alto nivel alcanzado en su capital humano por la
UAT del 62% de sus profesores de tiempo completo
tengan que es mayor al 50% de la de la UADY el
mucho menos nivel de la UACoah del 22%.
En la segunda dimensión, sobre “capital
estructural”, los constructos evaluados fueron el
know how organizativo (Siegel, 2004) y la
infraestructura para la investigación (Bueno E. ,
2003). Los resultados coinciden a grandes rasgos con
el comportamiento de la dimensión anterior. Es decir
que existen diferencias significativas entre el know
how de la UAT que es mayor al de las universidades
UADYy UACoah. En el caso de la UANL se observa que
la percepción de la Infraestructura de la institución es
más baja que el resto de las universidades.
Finalmente, respecto a la tercera dimensión
“capital relacional”, los constructos evaluados fueron
la colaboración con stakeholders y la pertenencia a
asociaciones científicas. En general, el capital
relacional ha convertido en un elemento
fundamental para lograr redes de colaboración entre
pares académicos que generan nuevos
conocimientos y posteriormente son transferidos a la
sociedad, organismos públicos y a los sectores
productivos. Sin embargo, el capital relacional es el
percibido como el menos desarrollado por los
docentes, lo cual habla de la falta de lazos reales
entre la universidad y el resto de actores sociales, que
puede desembocar en falta de investigaciones
aplicadas de apoyo a la sociedad.
En síntesis, el capital intelectual de las
universidades estudiadas es una forma de identificar
y caracterizar el desempeño de las universidades y no
sólo de las empresas. Las diferencias antes señaladas
explicarían los esfuerzos y resultados obtenidos por
dichas universidades a partir del uso de indicadores
diferentes y de mayor dinamismo a los utilizados
tradicionalmente. El liderazgo de la UAT respecto a
las tres restantes, es debido al mejor grado de
cualificación alcanzado por su planta académica,
tanto a nivel individual de los profesores, así como
por el fortalecimiento de sus redes de investigación
(cuerpos académicos) y al mayor tiempo dedicado a
las actividades de formación académica y de
investigación individual y en redes académicas.
Algunas de las líneas de investigación resultantes
sería la de incorporar nuevos constructos o
indicadores para precisar la medición del capital
intelectual, como pudieran ser aspectos asociados al
uso y aplicación de recursos financieros, al estilo de
liderazgo de los directivos y de la universidad o bien
al impacto de localización regional.
Caracterización del capital intellectual en las Universidades públicas. Estudio comparativo
Intern. Journal of Profess. Bus. Review; São Paulo V.6 N.1 2021, pp. 01-17, Jan/Dec.2021
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