Available via license: CC BY 4.0
Content may be subject to copyright.
Espacio y Desarrollo N° 34, 2019, pp. 139-161 (ISSN 1016-9148)
https://doi.org/10.18800/espacioydesarrollo.201902.006
A
: S F R (A)
Néstor Javier Gómez
https://orcid.org/0000-0002-7450-0150
Universidad Nacional del Litoral – CONICET
javiergomez100@yahoo.com.ar
Claudina Aylén Fabricius
https://orcid.org/0000-0002-1279-4501
Universidad Nacional del Litoral
claudinafabricius@gmail.com
Alan Francis Wilkinson
https://orcid.org/0000-0003-1130-2541
Universidad Nacional del Litoral
alanwilkinson95@gmail.com
Fecha de recepción 10/01/2020
Fecha de aceptación 20/05/2020
R
El artículo propone un análisis de la proximidad de la población adulta mayor a los espacios
verdes públicos (EVP) de los municipios de Santa Fe y Rafaela (Argentina), con el objetivo de
dimensionar qué tan próximos se ubican los EVP para los adultos mayores, e identificar en qué
zonas urbanas están los déficits según los parámetros internacionales. El propósito es generar
aportes en esta materia que puedan ser de utilidad para los planes urbanos, en dichas aglome-
raciones de tamaño intermedio (ATI). La metodología se sustenta en datos del Censo Nacional
de Población, Hogares y Viviendas (INDEC, 2010) y en relevamientos realizados por medios
propios a partir de cartografías municipales. El estudio integra los EVP identificados en una
matriz de datos espacial que posibilita cuantificar el área verde disponible, así como cartografiar
e identificar las zonas urbanas desprovistas de estos espacios, a partir del trazado de un ‘área
óptima de proximidad’, sugerida por la OMS. Los principales resultados señalan, respecto de
1 El presente trabajo se enmarca en un proyecto de investigación de la Universidad Nacional del Litoral
(Argentina) denominado «Calidad de vida en la provincia de Santa Fe a inicios del siglo XXI. Aproxima-
ción a los factores de diferenciación».
140
Espacio y Desarrollo N° 34, 2019 / ISSN 1016-9148
la cantidad de área verde por habitante, que ambos centros urbanos se encuentran dentro de
los estándares recomendados por la OMS, aunque la participación de los distintos EVP según
‘rangos de tamaño’ indica un predominio general de pequeños espacios, con escasa contribución
en la superficie verde total. Por otra parte, los municipios analizados presentan una desigual
proporción de adultos mayores residiendo dentro del ‘área óptima de proximidad’ a los EVP.
Palabras clave: espacios verdes públicos, calidad de vida, adultos mayores.
Contributions of Public Green Spaces to Demographic Ageing: The Cases of Santa
Fe and Rafaela (Argentina)
A
This article proposes an analysis of the nearness of the elderly population to the public green
spaces (PGS) of the municipalities of Santa Fe and Rafaela (Argentina), with the aim of recog-
nizing the proximity of elderly population to the PGS and identifying in which urban areas
can be found the deficits, according international parameters. The purpose of this paper is to
generate a reflection which could be useful to increase the level of details about urban strategies
in this matter, in both intermediate cities. The methodology is based on the Censo Nacional
de Población, Hogares y Viviendas (INDEC, 2010) and different surveys carried out by own
resources from municipal cartographies. The study integrates the identified PGS into a spatial
data matrix that makes it possible to quantify the available green area, and to map and identify
urban areas which lack for these spaces, from the delineation of an «optimal proximity area»
suggested by the WHO. The main results indicate, with respect to the amount of green area
per inhabitant, that both urban centres accomplish the recommended standards of the WHO,
although the participation of the different PGS according to «size ranges» indicates a general
predominance of small spaces, with little contribution in the total green area. On the other
hand, the analysed municipalities present an unequal proportion of elderly population residing
inside the «optimal proximity area» to the PGS.
Keywords: public green spaces, quality of life, elderlies.
1. I
Desde el año 2007, se registra a nivel global una mayor proporción de población que
reside en áreas urbanas (Banco Mundial, 2019). Según las proyecciones efectuadas por
el mencionado organismo, con el paso del tiempo esta tendencia se irá profundizando,
hecho que conduce a reflexionar acerca de la importancia de planificar las ciudades y
de dotarlas de los servicios necesarios para satisfacer las cambiantes demandas de los
habitantes urbanos.
En efecto, durante el proceso de urbanización, la población de un territorio, al tiempo
que modifica modos de vida —relacionados a la concentración, la convivencia masiva en
espacios reducidos, los frenéticos ritmos cotidianos o la adaptación a la movilidad a través
141
Gómez, Fabricius y Wilkinson / Aportes de los espacios verdes públicos al envejecimiento demográco
de grandes distancias— experimenta cambios y transformaciones en su composición o
estructura. Una de ellas está dada por la tendencia hacia el envejecimiento demográfico,
proceso que ha cobrado relevancia en tiempos relativamente recientes.
Cabe aclarar que tal proceso poblacional se ve más acentuado en ciertos lugares y,
asimismo, no siempre sus causas son similares. A menudo, estas se relacionan con un
incremento de la esperanza de vida y, en otras, como un efecto resultante del éxodo
de los grupos poblacionales jóvenes. Los espacios con alta urbanización vienen expe-
rimentando procesos de envejecimiento, pero no de modo homogéneo. En ocasiones,
en los centros urbanos coexisten zonas poblacionalmente envejecidas —generadas por
un doble proceso de incremento de la esperanza de vida y de un éxodo de grupos más
jóvenes hacia los suburbios— y otras que no lo son tanto. En Argentina, la provincia de
Santa Fe, y, de modo concreto, las dos localidades consideradas en este estudio, Santa
Fe y Rafaela, presentan procesos de envejecimiento demográfico según las estadísticas
oficiales (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos [INDEC], 2010) y los umbrales
consensuados (Garay, Redondo y Montes de Oca, 2012).
En este sentido, frente a una población anciana en ascenso, resulta relevante analizar
una de las dimensiones constitutivas de la calidad de vida (Velázquez, Mikkelsen,
Linares y Celemín, 2014), a saber, los espacios verdes públicos (EVP) y las condi-
ciones de proximidad que éstos ofrecen a dicho grupo poblacional. La importancia
de los mencionados espacios componentes de la infraestructura verde urbana radica
en sus aportes tanto ecológicos como sociales. Las áreas verdes, que son escenarios de
socialización, de relaciones o de encuentro, se configuran entonces como espacios que
posibilitan establecer una relación con vecinos o con el ambiente, entre otros aspectos.
Es por ello que este estudio se aboca a analizar la capacidad de acceso o proximidad
de la población adulta mayor, a los espacios verdes públicos de los municipios de
SantaFe y Rafaela (Argentina), con el objetivo de dimensionar qué tan próximos se
ubican los EVP a ese grupo poblacional e identificar en qué zonas urbanas están los
déficits según los parámetros internacionales. La metodología se sustenta tanto en la
utilización de fuentes de información oficiales referidas al Censo Nacional de Pobla-
ción, Hogares y Viviendas (INDEC, 2010) como en relevamientos realizados por
medios propios. El estudio integra los EVP relevados en una matriz de datos espacial
que posibilita cuantificar el área verde disponible, cartografiar, e identificar las zonas
urbanas desprovistas de EVP, a partir del trazado de un «área óptima de proximidad».
1.1. El proceso de envejecimiento demográfico: un desafío para los espacios verdes
urbanos
El envejecimiento de la población emerge como consecuencia de una retracción en
las tasas de mortalidad y es un proceso que, en la República Argentina, comenzó su
desarrollo a mediados del siglo XX. Al respecto, Garay, Redondo y Montes de Oca
142
Espacio y Desarrollo N° 34, 2019 / ISSN 1016-9148
(2012, p. 30) señalan que «la acelerada reducción en las tasas de fecundidad y morta-
lidad en Argentina y la interrupción de la inmigración masiva provocaron un rápido
envejecimiento de su población en la segunda mitad del siglo XX». En tanto, Carpi-
netti (2009), señala que la República Argentina puede agruparse con aquellos países
de transición demográfica avanzada.
En Argentina, el proceso de envejecimiento, si bien se ha mantenido de manera
sostenida en las últimas décadas, se ha expresado de manera diferencial según los sexos:
es marcadamente más importante entre las mujeres. Entre los factores asociados a
las diferencias espaciales del envejecimiento, de modo habitual son considerados las
migraciones, las situaciones sanitarias, los aspectos culturales entre los cuales es posible
mencionar la idiosincrasia de los grupos involucrados, entre otros.
El proceso de envejecimiento demográfico comenzó a ser conceptualizado hace
algunas décadas. En ese sentido, Naciones Unidas lo definió como el incremento del
porcentaje de individuos de 65 años y más sobre el total de la población de una deter-
minada área (UN, 1956 en Redondo, 2007). De acuerdo con esta perspectiva, pueden
denominarse «poblaciones jóvenes» a aquellas que cuya tasa de envejecimiento no supera
el 4%; «maduras», a las que tienen entre 4% y 6%; y, finalmente, «envejecidas» a las
poblaciones cuya tasa de envejecimiento es de, al menos, el 7%.
En relación con la anterior, Cardona y Peláez (2012) plantean que no se trata
únicamente de tener como meta «vivir más años», sino que el desafío se encuentra en
adicionar calidad de vida y buen vivir a los años que se logran agregar. Es así como
se torna deseable que los planes urbanos contemplen al envejecimiento demográfico
en sus consideraciones, teniendo en cuenta que es un proceso que transforma a la
población de las ciudades y, en definitiva, a las ciudades en sí mismas. Por ello, junto
con el envejecimiento poblacional es esperable que se vea modificada la estructura
urbana, tal el caso de la oferta y la disponibilidad de servicios o los equipamientos. En
materia de espacios verdes, su instalación adecuada, por ejemplo, de acuerdo con las
demandas y localización de los distintos grupos de edades, puede ser entendida como
una reivindicación de los derechos de los adultos mayores.
Al mismo tiempo, la ciudad y los procesos que la animan no pueden ser explicados
bajo la lógica exclusiva de mecanismos urbanos. Si bien la ciudad expresa el máximo
alejamiento con lo natural, no debe olvidarse que se desarrolla en un marco físico
—emplazamiento— en el que tienen lugar determinados procesos naturales. Este
entendimiento ha desarrollado la perspectiva de la «sostenibilidad» que, desde un punto
de vista sistémico, comprende la interacción entre los sistemas ambientales, humanos
y construidos, y plantea que debería hacerse cada vez más sostenible la mejora de la
condición humana.
En una línea similar, Lezama y Domínguez (2006) piensan que la idea de soste-
nibilidad urbana refiere a tres dimensiones: la social, la económica y la ambiental.
143
Gómez, Fabricius y Wilkinson / Aportes de los espacios verdes públicos al envejecimiento demográco
Asu vez, estos autores señalan que el mencionado concepto «no tiene un significado
uniforme, sino que, por el contrario, varía de acuerdo con el entorno urbano al que se
aplica, es decir, no existe un tipo ideal de ciudad sostenible, sino que esta se conforma
de acuerdo con sus características ambientales propias, regionales y condiciones sociales
o económicas [...]» (Lezama y Domínguez, 2006, p. 160).
Tales autores argumentan que «la ciudad sostenible es aquélla que es habitable y
permite el desarrollo integral del ser humano» (Lezama y Domínguez, 2006, p. 172).
En palabras de Romero Frieri (2015) una ciudad sostenible sería aquella que «[…]
recupera y potencia su vida propia, y por tanto la de sus habitantes, mientras favorece
la regeneración y el respeto de su entorno natural, así como la cohesión social, la educa-
ción para la paz y la integración cultural». En este contexto, la cercanía o proximidad
de la población a espacios verdes públicos puede ser entendida como indicadores que
favorecen la interacción y la obtención de beneficios por parte de la sociedad. A su vez,
la visión integrada de los espacios verdes también reportaría ventajas. En los últimos
años viene emergiendo en el contexto europeo la idea de considerar a las áreas verdes
como una red. La estrategia europea ha definido a la «infraestructura verde» como
«una red estratégicamente planificada de espacios naturales y seminaturales y otros
elementos ambientales diseñados y gestionados para ofrecer una amplia gama de servi-
cios ecosistémicos» (Centro de Estudios Ambientales, 2014, p. 3). En este concepto,
es fundamental la idea de que los espacios verdes constituyen una red verde y que la
interconexión entre ellos posibilita el desarrollo de procesos ecológicos pero que al
mismo tiempo reporta beneficios sociales. Entre ellos es posible destacar las funciones
de disminuir el ruido, atenuar el viento a través de la formación de cortinas, oxigenar
el aire, absorber el agua, contribuir a la conservación del suelo, reducir la temperatura
en época estival, proporcionar sombra y ser el hábitat de la fauna urbana. Desde este
punto de vista, las áreas verdes urbanas favorecen la mitigación de impactos de las
llamadas «islas de calor».
Uno de los elementos centrales de la ya mencionada red verde presente en las
ciudades es el representado por los árboles, formaciones, por lo general, muy longevas
que suelen sobrevivir a las distintas generaciones que habitan los centros urbanos,
siendo fundamentales para la vida, la socialización de las personas y la conformación
del paisaje urbano. Es importante destacar que ciertos ejemplares arbóreos se convierten
en un patrimonio esencial, al estar cargados de significación para los ciudadanos.
Por lo mencionado anteriormente, los espacios verdes públicos también adquieren
un importante rol social, ya que constituyen áreas donde se privilegia la reproducción
cultural y se refuerza la identidad barrial (Meza y Moncada, 2010). A propósito de
dicho rol social, merece la pena realizar la distinción entre los espacios verdes públicos
y los privados, en la cual, en los primeros la población puede acceder de forma libre
y gratuita, cosa que no ocurre con los segundos. En este sentido, en el Reglamento
144
Espacio y Desarrollo N° 34, 2019 / ISSN 1016-9148
de Ordenamiento Urbano de la Municipalidad de Santa Fe se define a los EVP como
una «extensión correspondiente a una manzana, fracción o extensión fuera del aman-
zanamiento, destinada a espacio verde de libre acceso, tránsito, permanencia y disfrute
público» (Ordenanza N° 11.748).
Martínez (2003) señala que los espacios públicos son propicios para el desarrollo de
socializaciones y ámbitos de encuentros democráticos, y que usualmente se constituyen
como lugares (Blanco, 2007) a partir de los cuales las personas desarrollan sentidos de
apropiación y pertenencia. Es usual que dichos espacios sean lugares de encuentro entre
amigos, o ámbitos para realizar actividades físicas, lúdicas y de esparcimiento, o bien
para estar en contacto con la vegetación. Las mencionadas funciones sociales, en suma,
pueden ser entendidas como una contribución a la calidad de vida de las personas.
Por su parte, desde el ámbito de la salud pública se ha destacado la importancia
de la existencia de EVP y su proximidad, dado que el desarrollo de las mencionadas
actividades, aportan a la reducción de problemas de salud en general. En ese sentido,
Nowak, Dwyer y Childs (1997) sostienen que la presencia de árboles contribuye a la
disminución del estrés y la mejora de la salud física de las personas, además de permitir
que, por medio del contacto con las distintas especies, se desarrollen experiencias
emocionales e incluso cambios de ánimo.
Es por ello que se torna necesario proveer espacios verdes pensados para todos
los sectores urbanos y grupos sociales. Cabe resaltar que, en cada caso, se requieren
adecuaciones o adaptaciones específicas para lograr su aprovechamiento óptimo.
1.2. Espacios verdes públicos al alcance de los adultos mayores
La ciudad, según los aportes de Borja (2014), no consiste únicamente en una realidad
física, sino que constituye un sistema de relaciones entre ciudadanos concebidos
como libres e iguales. En el contexto argentino, esta expresión podría relacionarse con
la cuestión de que los ciudadanos, de acuerdo con la Constitución Nacional en su
Preámbulo y Artículo 16, presentan igualdad de derechos y obligaciones. No obstante,
los habitantes en ciudades argentinas no suelen encontrarse en situaciones socioeco-
nómicas homogéneas, ni en posiciones simétricas en cuanto a las relaciones de poder
y a la toma de decisiones orientadas a la construcción de dicho espacio geográfico.
Estos aspectos tienen sus repercusiones en las maneras y posibilidades que las personas
despliegan para habitar los distintos espacios de la ciudad y, a su vez, para establecer
relaciones interpersonales.
En este sentido si, además de la desigualdad socioeconómica plasmada en las
ciudades, se agrega la consideración de los aspectos sociodemográficos, es posible apre-
ciar que la población adulta mayor —por su condición de ‘inactivos’ económicos, sus
ascendentes niveles de dependencia hacia los otros grupos y su creciente fragilidad— se
145
Gómez, Fabricius y Wilkinson / Aportes de los espacios verdes públicos al envejecimiento demográco
configura como un colectivo vulnerable (Perovic et al., 2017). Así también, se encuen-
tran en condiciones desventajosas a la hora de presionar para incrementar sus derechos
(Perovic et al, 2017). En este contexto, Argentina ha establecido la Ley N° 27360
denominada «Convención Interamericana sobre Protección de los Derechos Humanos
de las Personas Mayores» y la Resolución N° 753/2007 titulada «Programa Nacional de
Envejecimiento Activo y Salud para los Adultos Mayores». Dichas normativas buscan
atender los derechos de estos grupos y disminuir la vulnerabilidad y desigualdad. En
este sentido, se proponen, entre otros, los siguientes derechos: a la vida y dignidad en
la vejez; a la independencia y autonomía; a la participación e integración comunitaria;
a las políticas de prevención; a la accesibilidad y movilidad personal.
En este contexto, surge reflexionar acerca del rol que pueden desarrollar los espacios
verdes públicos (EVP) para la concreción de esta serie de derechos, en tanto que, como
se expresó, se constituyen como lugares propicios para la movilidad y la integración,
brindando posibilidades para el esparcimiento y la recreación, el encuentro y la sociali-
zación, a la vez que favorecen la disminución del estrés y problemas de salud en general.
En suma, se considera que su presencia significa un aporte a la mejora de la calidad de
vida de los ciudadanos (ONU-Hábitat 2016), particularmente de los adultos mayores.
En el mismo sentido, Borja (2007) argumenta que la calidad de vida de los
ciudadanos se relaciona con la accesibilidad al espacio público, entre otros factores, y
menciona a éste un ámbito ideal para el ejercicio de los derechos ciudadanos. Estos
aspectos son relevantes para aspirar al bienestar de los adultos mayores ya que, de existir
barreras físicas o distancias muy grandes, se dificultaría o directamente impediría su
participación plena y efectiva en la vida social, en igualdad de condiciones con respecto
a los demás.
Sin embargo, es característico en las ciudades argentinas el hecho de que la expan-
sión urbana se produzca a un ritmo más acelerado que el del suministro de servicios
y equipamientos públicos, lo cual da lugar frecuentemente a un aprovisionamiento
desigual e inadecuado. Es así que resulta la existencia de amplios contrastes en materia
de equipamientos, lo cual es demostrativo de esfuerzos no suficientes en materia de
planificación en la configuración urbana (Reese, 2001).
No obstante, como afirma Olmedo Muñoz (2014) el acceso y uso de los espacios
de la ciudad son derechos universales. La proximidad a áreas verdes urbanas, en tanto
espacios públicos, redundaría en un aporte para la salubridad y socialización de los
ciudadanos. Particularmente, el hecho de constituir espacios públicos de proximidad
a los habitantes expresaría y visibilizaría el ejercicio democrático de los ciudadanos en
su dimensión territorial.
Una forma de entender la realidad de lo local es hacerlo usando como referencia
la comunidad; es por ello que en este proceso se utilizan métodos participativos, se
trabajan las debilidades y fortalezas de un territorio. En ese sentido, la planificación
146
Espacio y Desarrollo N° 34, 2019 / ISSN 1016-9148
estratégica territorial es un proceso, una metodología de intervención más que un
producto, que debe ser flexible para contemplar tanto las demandas urgentes del corto
plazo como las visiones de desarrollo de mediano y largo plazo (República Argentina,
2008). En los sucesivos avances, se incorporaron nuevas herramientas, como el uso de
indicadores y estudios pormenorizados que posibilitaron conocer mejor el territorio y,
en consecuencia, permitieron diseñar políticas más acordes a las necesidades.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS), brinda parámetros
óptimos de accesibilidad geográfica o proximidad. En ese sentido señala que «All urban
green space should be physically accessible within a short distance of local residences»
(WHO, 2017, p. 14) y, al mismo tiempo, agrega que: «Often, a five-minute walk or a
distance of up to 300 metres are defined as an acceptable distance» (WHO, 2017p. 14).
En el mismo sentido, Gañan y Villafruela (2015), plantean que las áreas verdes
resultan beneficiosas para la salud mental y la reducción del estrés de la población, lo
cual pone en evidencia la importancia de la planificación de estos espacios de manera
que se encuentren «al alcance» de todos los ciudadanos.
2. M
Respecto de los aspectos metodológicos, en primer lugar, se realizó la confección de la
capa de información tipo shapefile de los espacios verdes públicos de ambas localidades
a partir de reunir información proveniente de diversas fuentes. Se identificó en los
sitios web de los municipios de Santa Fe y Rafaela la existencia de planos municipales
que contenían información sobre los espacios verdes; lo cual se complementa con un
relevamiento mediante trabajo a campo y visitas virtuales utilizando Google Maps,
Google Earth Pro y el software Quantum GIS. Se privilegió incorporar en la selección
final aquellas áreas verdes públicas localizables y convertidas en parques o que contaran
con equipamiento al momento del estudio. De ese modo los EVP identificados y
seleccionados fueron digitalizados y editados en el sistema de información geográfica
(SIG) como una capa de información vectorial en la cual cada polígono constituye
un espacio verde público.
Para la determinación conceptual del grupo poblacional «adulto mayor» se partió
de la consideración de los aportes de Garay, Redondo y Montes de Oca (2012),
Cardona y Peláez (2012), Carpinetti (2009) y Redondo (2007). De este modo, se
decidió contabilizar a la población de 65 y más años en las ciudades de Santa Fe y de
Rafaela, a escala de radios censales2. En este caso, la fuente de información es el Censo
2 Estas unidades geoespaciales del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) constituyen la
unidad menor de información disponible, y sus límites están definidos por la existencia de 300 viviendas
en promedio: https://geoservicios.indec.gov.ar/codgeo/index.php?pagina=definiciones
147
Gómez, Fabricius y Wilkinson / Aportes de los espacios verdes públicos al envejecimiento demográco
Nacional de Población Hogares y Viviendas (INDEC, 2010), dado que provee el registro
correspondiente a los habitantes totales o subgrupos de la ciudad, por radios censales,
unidad universal mínima de información disponible, para el caso argentino. Se trata de
una capa de entidades vectoriales donde cada polígono representa un radio censal y la
población censada, respectivamente. De ese modo, fue posible cuantificar la población
censada con 65 y más años en cada radio censal y, posteriormente, calcular las tasas
de envejecimiento a escala de las mencionadas unidades espaciales. Luego, mediante
la elaboración de una cartografía temática, se logró determinar las áreas urbanas con
mayor representación de adultos mayores.
A partir de esas dos capas de información, por superposición, pudieron identificarse
los EVP involucrados dentro de las áreas con mayor presencia de adultos mayores. A
continuación, fue necesario crear ámbitos de proximidad de los espacios verdes públicos
con la ayuda del geoproceso buffer existente en el SIG que, en este estudio, se establece
en 300 metros lineales (WHO, 2017). A continuación, realizando un nuevo geoproceso
—intersección— entre la capa de radios censales y la del buffer obtenido, fue posible
calcular el porcentaje de intersección, y de este modo, estimar, bajo el supuesto de una
distribución uniforme de la población, la cantidad de habitantes residiendo dentro del
ámbito de proximidad de los espacios verdes públicos. A nivel general de cada ciudad
considerada, luego de haber determinado la cantidad de población contenida dentro
del ámbito de proximidad de los EVP, resultó posible estimar el indicador «proximidad
a zonas verdes» de la ciudad comparando la cantidad de población adulta mayor que
vive cerca de una zona verde con respecto al número total de adultos mayores de la
ciudad, expresándolo en porcentajes.
3. R
Los municipios de Santa Fe y Rafaela se localizan en la zona central de la provincia
argentina de Santa Fe. Ambos son cabeceras de los departamentos3 en los que se ubican
La Capital y Castellanos, respectivamente. Además, la ciudad de Santa Fe es la capital
de la provincia. Santa Fe y Rafaela cuentan con una población total de 391 231 y 92
945 habitantes, respectivamente, de acuerdo con el último censo poblacional oficial
nacional (INDEC, 2010), y exhiben una marcada relevancia dentro de la provincia dado
que ocupan el segundo y el tercer lugar dentro de la jerarquía urbana santafesina. En la
escala urbana nacional, ambos centros son de tamaño ‘medio’ y quedarían catalogados
como una «aglomeración de tamaño intermedio» —ATI— (Vapñarsky y Gorojovsky,
1990). Sin embargo, de acuerdo a Di Nucci y Linares (2016), Santa Fe pertenecería
3 El territorio de la provincia de Santa Fe cuenta con una división política y administrativa que se integra
de 19 ‘departamentos’, los cuales tienen ciudades ‘cabecera’.
148
Espacio y Desarrollo N° 34, 2019 / ISSN 1016-9148
al grupo de ATI «intermedias», ya que su población se ubica entre los 100 000 y 399
999 habitantes, en tanto que Rafaela sería una ATI »menor», dado que su población
oscila entre los 50 000 y 99 999 habitantes.
De acuerdo con los datos del último censo poblacional (INDEC, 2010), el 11,8%
de la población de la provincia de Santa Fe tenía 65 años o más, lo cual marca un claro
nivel de envejecimiento que, como proceso comenzó a manifestarse durante la década
de 1960 cuando el valor porcentual fue de 6,1% (INDEC, 1960). En los municipios
estudiados en el presente trabajo, el grupo etario de 65 años y más es de 42 189
habitantes en Santa Fe, y de 9898 en Rafaela (INDEC, 2010). En tanto, las tasas de
envejecimiento resultantes son similares, dado que es de 10,8 % en el primer centro
urbano mencionado, y de 10,6 % en el segundo, según la misma fuente de información.
A partir del encuadre conceptual y metodológico planteado se comenzó por la
revisión de cartografías oficiales de ambos centros urbanos que contaban con informa-
ción relacionada a la distribución de espacios verdes públicos. Posteriormente se hizo
un cotejo de dicha información con un relevamiento virtual que utilizó los softwares
Google Earth, Google Maps y Quantum Gis. De este modo, el estudio pudo seleccionar
los EVP que, efectivamente, cumplen con el rol de ser áreas verdes urbanas con libre
acceso y equipamiento urbano, e integrarlos en una matriz de datos espacial que ha
posibilitado cuantificar el área verde disponible. De esa forma, se puede identificar
las zonas urbanas desprovistas de EVP, a partir del trazado del «área óptima de proxi-
midad». Con base en dicha información y con los mencionados procesos fue factible
la elaboración de una serie de figuras y gráficos que permiten dimensionar, analizar e
interpretar la temática abordada.
En primer lugar, en cuanto a la distribución de las mayores tasas de envejecimiento
en la ciudad capital de la provincia —a escala de radios censales—, es factible observar
en la Figura 2 que estas se encuentran en el centro geográfico de la ciudad —el área
central, y los sectores centro-norte y centro-sur—. Se trata, en términos generales, de la
zona urbana de mayor antigüedad y consolidación urbanística. Por otro lado, las áreas
que registran tasas inferiores al 7% —demográficamente no envejecidas— se localizan
fundamentalmente en zonas periféricas: el norte, el este y en el cordón oeste de la urbe.
En tanto, la localidad de Rafaela, como se puede observar en la Figura 3, presenta
las mayores tasas de envejecimiento (más de 21%) en el centro urbano, donde se
destacan dos amplios EVP: la plaza central 25 de Mayo y el parque Apadir. A su vez,
en la citada figura se observa que el menor envejecimiento se localiza en los sectores
más periféricos de la aglomeración, presentando mayor notoriedad en el oeste, norte
y sur, hecho que coincide con las áreas de expansión actual de la ciudad. En segundo
lugar, las mencionadas figuras permiten analizar la relación espacial existente entre
la distribución de la población adulta mayor y la localización de los EVP en las dos
ciudades consideradas.
149
Gómez, Fabricius y Wilkinson / Aportes de los espacios verdes públicos al envejecimiento demográco
Figura 1. República Argentina, provincia de Santa Fe. Localización de los municipios de
Santa Fe y Rafaela. Datos generales
Fuente: Elaboración personal a partir de INDEC, 2010.
150
Espacio y Desarrollo N° 34, 2019 / ISSN 1016-9148
Figura 2. Santa Fe, Tasas de envejecimiento de la población según radios censales. Año 2010
Fuente: Elaboración personal a partir de relevamiento de EVP e INDEC, 2010.
En el caso de Santa Fe, se relevaron 226 EVP y, en cuanto a su distribución, a grandes
rasgos es posible mencionar que las zonas urbanas con tasas de envejecimiento más altas
coinciden con la presencia de espacios verdes de importante superficie (parques). Entre
ellos, es posible mencionar al parque Federal, el parque Garay, el paseo Costanera y el
parque General Belgrano (conocido localmente como «Parque Sur»). Por la magnitud
de sus superficies, estos espacios suponen centralidades que ofrecen beneficios a escala
metropolitana en lo que a esparcimiento y actividades al aire libre se refiere.
En el caso de Rafaela se seleccionaron 127 EVP, cabe mencionar que, si bien en el
plano urbano municipal publicado en el sitio web oficial constan 139 espacios, cinco
de los EVP figuran en zonas periféricas catalogadas como «suelo no urbanizable», y los
restantes siete serían diminutos EVP también periféricos y aledaños a trazados viales
o férreos, de los cuales no se pudo constatar su equipamiento.
Respecto a la relación espacial entre las tasas de envejecimiento y la distribución de
EVP, es posible señalar que los sectores con mayores tasas se encuentran cercanos a algún
espacio verde. Por ejemplo, la zona central de Rafaela, como se señaló, un área demo-
gráficamente envejecida cuenta con la plaza 25 de Mayo (cuya superficie abarca cuatro
manzanas) y de manera complementaria, con el parque Apadir, plazas circundantes y
los canteros de los cuatro bulevares que, con epicentro en la plaza central, estructuran
151
Gómez, Fabricius y Wilkinson / Aportes de los espacios verdes públicos al envejecimiento demográco
la ciudad. Es notoria la existencia de EVP en toda la trama urbana, incluso en zonas
donde las tasas de envejecimiento son bajas. No obstante, los espacios verdes periféricos
tienden a tener menor superficie que los existentes en las zonas urbanas más centrales.
Figura 3. Rafaela. Tasas de envejecimiento de la población según radios censales. Año 2010
Fuente: Elaboración personal a partir de relevamiento de EVP e INDEC, 2010.
En tercer lugar, en lo que concierne a la clasificación de los espacios verdes públicos
relevados en los dos municipios, en los Gráficos 1 y 2 se presenta un agrupamiento de
los EVP según su magnitud, indicando su cantidad y superficie acumulada.
En el Municipio de Santa Fe, el relevamiento de los 226 EVP arrojó un área verde
total de uso público de 3 587 800 m2. De lo recopilado en el Gráfico 1, es posible
afirmar que en la ciudad de Santa Fe existe una mayoría de EVP pequeños (cuya
superficie es menor a 5000 m2), los cuales, si bien apenas contribuyen al área verde
urbana total —6,2%—, se distribuyen de forma homogénea dentro del municipio, lo
cual constituiría un aporte a la proximidad de la población a los espacios verdes. Esta
situación sería más notoria en el norte del municipio, donde hay escasez de EVP de
mayor superficie. En esta zona de la localidad, en general, las tasas de envejecimiento
son menores, aunque la tendencia del proceso es creciente. En cuanto a las áreas
verdes de mayor magnitud, aquellas que superan los 15 000 m2, son la minoría —el
152
Espacio y Desarrollo N° 34, 2019 / ISSN 1016-9148
15,9%—, pero representan la mayor parte de la superficie verde total —el 73,6%—.
Desde el punto de vista espacial, se ubican mayormente en el sector centro-sur de la
ciudad de Santa Fe. En síntesis, existe una relación inversa entre la cantidad de espacios
verdes, de acuerdo con los rangos considerados, y su contribución al área verde total.
Los pequeños EVP si bien contribuyen menos al espacio verde total, constituirían un
significativo aporte como espacios de proximidad.
Gráfico 1. Municipio de Santa Fe: cantidad y superficie de los EVP relevados según rangos
0
500000
1000000
1500000
2000000
2500000
3000000
0
20
40
60
80
100
120
m 2
EVP s
Me no r de 5. 000 m2 Ent re 5. 000 y 15 .000 m 2 May or a 1 5.00 0 m2
Cantidad Superficie
Fuente: Elaboración personal a partir de relevamiento de EVP e INDEC, 2010.
Gráfico 2. Municipio de Rafaela: cantidad y superficie de los EVP relevados según rangos
0
500000
1000000
1500000
2000000
2500000
3000000
0
20
40
60
80
100
120
m 2
EVP s
Menor a 5.000 m2 Entre 5.000 y 15.000 m2 Mayor a 15.000 m2
Cantidad Superficie
Fuente: Elaboración personal a partir de relevamiento de EVP e INDEC, 2010.
153
Gómez, Fabricius y Wilkinson / Aportes de los espacios verdes públicos al envejecimiento demográco
En el caso de Rafaela (Gráfico 2) también predominan los EVP de pequeña super-
ficie (menores a 5000 m2), los cuales contabilizan 71, es decir, el 55,9% del total de
unidades de EVP, pero solo representan el 14,4% de la superficie total de área verde
urbana —132667 m2 —. Por otro lado, se relevaron catorce EVP dentro de los de
mayor superficie (más de 15 000 m2) y si bien son solo el 11% del total, representan
el 47,6% del total de áreas verdes rafaelinas, es decir unos 437 258 m2. En tanto, el
33,1% de los EVP tiene una magnitud intermedia, y representan el 38% de la superficie
total de los espacios verdes —348 779 m2—.
La distribución de EVP de acuerdo con los tres rangos de superficie planteados
presenta similitud entre ambas localidades, no obstante, respecto de la cantidad de
espacios de tamaño pequeño, su proporcionalidad es mayor en Rafaela. Esta proporción
superior podría denotar la existencia de mayores beneficios para la población envejecida
en esta última localidad, fundamentalmente en la proximidad a los espacios verdes en
la ciudad. Sin embargo, dicha cuestión es abordada de manera más precisa mediante
un análisis de proximidad geográfica en el próximo apartado.
4. P EVP
De acuerdo al relevamiento realizado, que como se ha señalado, ha tenido por objeto
la consideración prioritaria de aquellos EVP que son accesibles y cuentan con el
equipamiento para su utilización, se ha podido realizar una estimación, por medio
de la agregación de los EVP relevados, de la cantidad de superficie verde pública en
los centros urbanos analizados. La superficie se calculó mediante las herramientas de
geometría existentes en el SIG utilizado. En el caso de Santa Fe, la estimación arrojó
la cifra de 3 587 800 m2 y en Rafaela, de 918 704 m2. Cabe considerar que, siempre,
la estimación del área verde debe ser considerada en términos generales y puede variar
según el método de cálculo y la tipología de espacios verdes considerados. Es natural
que, si se incorporaran al cálculo aquellas áreas verdes privadas4 o bien otros espacios
verdes naturales, como reservas, complejos isleños —para el caso específico de Santa
Fe—, las cifras varían considerablemente. En este estudio, se consideran exclusiva-
mente áreas verdes de dominio público y que los ciudadanos disponen en la práctica
cotidiana para acceder de manera libre y gratuita. De todas maneras, consideramos
que los valores obtenidos representan un avance en materia del aspecto estudiado y
deberían ser interpretados en esos términos.
4 La Ordenanza N° 11.748 de la Municipalidad de Santa Fe las define como ‘aquella extensión corres-
pondiente a una manzana, fracción o extensión fuera del amanzanamiento destinada a espacio verde de
acceso, tránsito, permanencia y disfrute público admitido’. Como áreas de dominio ‘privado’ en lo usual,
suelen estar categorizados predios y campos de deportes de clubes privados, de asociaciones gremiales o
sindicatos, principalmente.
154
Espacio y Desarrollo N° 34, 2019 / ISSN 1016-9148
A su vez, la cuantificación global del área verde pública resulta importante porque
brinda la posibilidad de realizar una estimación de la posición general de los centros
urbanos analizados según parámetros internacionales (WHO, 2017) y de este modo,
establecer comparaciones de acuerdo al umbral mínimo recomendado por la Organi-
zación Mundial de la Salud, que es de 9 m2 de área verde por habitante. En el caso de
Santa Fe, la estimación de la cantidad de área verde pública promedio por habitante,
arrojó la cifra de 9,2 m2 por habitante y, en Rafaela, de 9,9. Ambos centros urbanos
se ubican por encima del umbral recomendado por la Organización Mundial de la
Salud y, además, cabe consignar que, si se agregaran aquellos espacios verdes privados,
o el arbolado urbano de alineación, las cifras se incrementarían holgadamente. Desde
el punto de vista ecológico, es decir los servicios más ligados a los procesos naturales,
ambas localidades cumplen con las recomendaciones.
Sin embargo, como se mencionó, otros servicios fundamentales de los EVP son
los sociales, y es por ello que la proximidad de la población a ellos, en un contexto de
creciente urbanización, se valora cada día más importante (Figura 4).
Figura 4. Espacios verdes públicos y adultos mayores
Fuente: Relevamiento de EVP (2019). Fotografías tomadas por la profesora Analía Zapatero (EESOPI.
n° 8022, Rafaela).
155
Gómez, Fabricius y Wilkinson / Aportes de los espacios verdes públicos al envejecimiento demográco
La proximidad a zonas verdes o áreas de esparcimiento (Marín Herbert, 2014) es
un indicador que refleja el porcentaje de población residente en cercanías de áreas
verdes. La cantidad de área verde pública no es una garantía en sí misma, sino que su
distribución en función de los estándares recomendados es importante.
Teniendo en cuenta el indicador mencionado, se determinó el área óptima de
cobertura a partir de la medición de 300 metros lineales (WHO, 2017) desde los EVP
seleccionados en ambos municipios y se procedió a calcular la población de 65 años y
más comprendida dentro del área «óptima». La Tabla 1 expone los valores, para cada
una de las ciudades, que resultaron de la estimación de la población anciana que cuenta
con espacios verdes a menos de 300 metros de distancia, respecto de la población total.
Tabla 1. Municipios de Santa Fe y Rafaela. Área verde por habitante, Tasa de envejecimiento
y población de 65 años y más con proximidad a EVP según 300 metros lineales
Área verde / hab.
(m2/hab.)
Tasa de
envejecimiento (%)
Pob. 65_300
(%)
Santa Fe 9,2 10,8 80,5
Rafaela 9,9 10,6 85,4
Fuente: Elaboración personal en base a relevamiento de espacios verdes públicos y
Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas (2010). POB65_300 (%): refiere
al porcentaje de población de 65 años y más residente a menos de 300 metros de un
EVP, sobre el total de población del municipio.
Las Figuras 5 y 6 muestran el alcance del área óptima de proximidad de 300 metros
lineales desde los EVP hacia los radios censales.
Como es posible analizar a partir de las mencionadas figuras, en Santa Fe, casi la
totalidad del sector urbano del municipio se halla cubierto de áreas verdes a las que
el 80,5% de las personas de 65 años y más, tendría acceso dentro de un radio de 300
metros de distancia desde su residencia. Las excepciones a esta situación se tornan más
evidentes en la zona norte de la ciudad y en el sector urbano ubicado hacia el este de la
laguna Setúbal. Es decir, que en general el grupo poblacional analizado se encontraría
próximo a EVP a los que pueden acceder caminando, en caso de no presentar mayores
dificultades físicas y así poder disfrutar de sus beneficios.
156
Espacio y Desarrollo N° 34, 2019 / ISSN 1016-9148
Figura 5. Santa Fe, área de proximidad de 300 metros lineales y radios censales intersecados
Fuente: Elaboración personal a partir de relevamiento de EVP e INDEC, 2010.
Figura 6. Rafaela, Área de proximidad de 300 metros lineales y radios censales intersecados
Fuente: Elaboración personal a partir de relevamiento de EVP e INDEC, 2010.
157
Gómez, Fabricius y Wilkinson / Aportes de los espacios verdes públicos al envejecimiento demográco
Por su parte, es posible apreciar que, en la localidad de Rafaela, el área de influencia de
300 metros establecida a partir de los espacios verdes logra una cobertura relativamente
continua en el centro y macrocentro de la ciudad, mientras que espacios ubicados al norte
y sur de la misma se encuentran por fuera de algún área de proximidad. Cabe consignar
que dichos espacios evidencian las menores tasas de envejecimiento de la localidad
(ver Figura 3). No obstante, de acuerdo a la tasa de cobertura de áreas verdes obtenida
—85,4%— para el grupo de las personas de 65 y más años de edad, puede señalarse
que la proximidad geográfica de este grupo poblacional evidencia un desempeño relati-
vamente óptimo e incluso, reúne una mayor cobertura a la del municipio de Santa Fe.
Si bien en ambas localidades en general se registran situaciones favorables en los
términos abordados en este estudio —área verde por habitante, distribución y proxi-
midad de los EVP—, no se debe dejar de lado el hecho manifiesto de que la población
de ambas localidades tiende a registrar un proceso de envejecimiento. Es probable que
los radios censales que, en la actualidad, registran menores tasas de envejecimiento, en
unas décadas reflejen una situación demográfica distinta y todo lo que ello conlleva en
cuanto a demandas específicas de la población anciana.
Esto condujo a reflexionar acerca del papel que ocupan los EVP en los planes
urbanos. En el caso de Santa Fe, es el Programa 7 del Plan Urbano (Municipalidad de
Santa Fe, 2009) el que refiere a los «espacios verdes y espacios libres» y allí se menciona
que las intervenciones primordiales se orientan a la recalificación funcional y paisajística
de vías de circulación y al desarrollo de áreas o cordones verdes. El Plan Estratégico de
Rafaela (Municipalidad de Rafaela, 2002) contiene, entre sus temáticas, una propuesta
de generar un Plan de Ordenamiento Territorial y un Código Urbano, y, luego, otros
programas relacionados a problemáticas ambientales. Si bien el grado de avance en
materia normativa de los municipios es diferente, se observa un interés explícito en
dichas normativas de incrementar el área verde pública, aunque se consideran insu-
ficientes los programas particulares orientados a la creación de plazas o parques en
aquellas áreas más desfavorecidas, o bien de buscar generar una política que articule
dichos espacios con la distribución poblacional adulta mayor.
5. C
A partir de esta investigación fue posible observar que en las localidades de Santa Fe
y Rafaela existe una importante dotación de espacios verdes públicos (EVP) a los que
las personas pueden acceder y, de ese modo, disfrutar.
De acuerdo con lo analizado en cuanto a la distribución y cobertura de dichos espa-
cios en ambas ciudades, es factible concluir que los mismos constituyen un elemento
fundamental en la organización de la estructura urbana, aunque su presencia espacial
es heterogénea dentro del conjunto de los respectivos entramados. En función de lo
158
Espacio y Desarrollo N° 34, 2019 / ISSN 1016-9148
analizado desde la normativa de los planes de ambos municipios, se percibe la necesidad
de procurar programas tendientes al incremento del área verde pública, orientados a
la creación de plazas o parques en aquellas áreas más deficitarias, y simultáneamente,
en aquellas en las cuales la estructura demográfica tiende al envejecimiento, a fin de
gestionar una política que articule dichos espacios con la población adulta mayor.
En cuanto a la superficie de EVP por habitante, ambos centros urbanos se encuen-
tran bien posicionados, dado que cumplen, y superan levemente, el umbral establecido
por la OMS de 9 m2/hab. En la ciudad de Rafaela, a diferencia de Santa Fe, existe una
mayor proximidad a los espacios verdes dentro de un radio óptimo de 300 metros, a los
cuales las personas adultas mayores podrían acceder caminando, en caso de no poseer
mayores dificultades físicas. La proximidad óptima de los EVP constituiría un estímulo
para una mayor frecuencia de visitas y brindaría la posibilidad a los adultos mayores
de acceder y permanecer en las áreas verdes. De esta forma, se estaría promoviendo
un proceso de envejecimiento activo, ya que se ofrecería la posibilidad de disponer de
espacios de encuentro y propicio para las interacciones intergeneracionales.
En términos de Blanco (2007) la posibilidad de dar lugar a ámbitos de apropiación
y de pertenencia, conllevaría la constitución de lugares. Así los EVP se establecen como
áreas que podrían posibilitar el ejercicio físico de este grupo etario y el contacto con el
paisaje, aspectos que contribuyen a una mejor salud en términos integrales, a una mejor
calidad de vida y al afianzamiento de los derechos de los adultos mayores propuestos
por la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de
las Personas Mayores y el Programa Nacional de Envejecimiento Activo y Salud para
los Adultos Mayores. De ello, radica la importancia de la planificación de los EVP,
por parte del urbanismo y la consideración e inclusión de todos los grupos de edades
como destinatarios y partícipes de ellos.
En suma, se torna indispensable que los municipios consideren a estos espacios
como parte de una infraestructura verde urbana y, de este modo, les sea otorgado un
rol destacado dentro de sus políticas, teniendo en cuenta las cuestiones en torno a
la proximidad, la cobertura, el equipamiento o las actividades, pensando que como
destinatarios y usuarios están todos los grupos etarios. Ello supone pensar en una
planificación que atienda a las diferentes demandas y para ello, se torna central hacer
partícipes del proceso de construcción o transformación de un EVP, a los diferentes
miembros de la sociedad civil. Es posible señalar que, si bien a lo largo de los años se
denota en ambos municipios un incremento de la importancia que se les otorga a dichos
espacios, una cuestión pendiente es la consideración de los derechos y necesidades de
los adultos mayores en la planificación y diseño de los EVP. Hacia el futuro, se torna
imperioso, en ese sentido, tener en cuenta no sólo la accesibilidad y la distancia sino
también la dotación de infraestructura adaptada a los diferentes grupos poblacionales a
fin de facilitar el acceso y disfrute de estos espacios para los ciudadanos en su conjunto.
159
Gómez, Fabricius y Wilkinson / Aportes de los espacios verdes públicos al envejecimiento demográco
Agradecimientos
A la profesora Analía Zapatero y los alumnos del quinto año Ciencias Sociales (2019)
de la Escuela de Enseñanza Secundaria Obligatoria Particular Incorporada N° 8022
«Nuestra Señora de la Misericordia» de Rafaela, por la colaboración en relevamiento
de EVP de Rafaela y las fotografías brindadas.
R
Banco Mundial (2019). Recuperado de https://datos.bancomundial.org/indicador/SP.URB.
TOTL.IN.ZS
Borja, J. (2007). Revolución y contrarrevolución en la ciudad global: las expectativas frus-
tradas por la globalización en nuestras ciudades. Eure, XXXIII(100), 35-50.
Borja, J. (2014). Espacio público y derecho a la ciudad. En P. Ramírez Kuri (coord.), Las
disputas por la ciudad. Espacio social y espacio público en contextos urbanos de Latino-
américa y Europa (pp. 539-570). México: Biblioteca Mexicana del Conocimiento.
Blanco, J (2007). Espacio y territorio: elementos teórico-conceptuales implicados en el
análisis geográfico. En M. V. Fernández Caso y R. Gurevich, Geografía: nuevos temas,
nuevas preguntas. Un temario para su enseñanza (pp. 37-64). Buenos Aires: Biblos.
Cardona, D. y Peláez, E. (2012). Mortalidad y morbilidad atendida de personas mayores
Medellín (Colombia). En N. Redondo y S. Garay (coords.), El envejecimiento en
América Latina: evidencia empírica y cuestiones metodológicas, (pp. 75-94), Río de
Janeiro: Alap Editor.
Carpinetti, N. (2009). El proceso de envejecimiento demográfico en Argentina, por pro-
vincias y con desagregación a nivel departamental. X Jornadas Argentinas de Estudios
de Población. Asociación de Estudios de Población de la Argentina, San Fernando del
Valle de Catamarca. Recuperado de https://www.aacademica.org/000-058/69.pdf
Centro de Estudios Ambientales (2014). La infraestructura verde urbana de Vitoria-Gasteiz.
Recuperado de https://www.vitoria-gasteiz.org/docs/wb021/contenidosEstaticos/
adjuntos/eu/32/95/53295.pdf
Di Nucci, J. y Linares, S. (2016). Urbanización y red urbana argentina. Un análisis del
período 1991-2010. Journal de Ciencias Sociales, 4(7). https://doi.org/10.18682/jcs.
v0i7
Gañan, A. y Villafruela, I. (2015). El ocio, tiempo libre y calidad de vida para un enveje-
cimiento activo, el caso de la Universidad de Burgos. European Journal of Investigation
in Health, Psychology and Education, 5(1), 75-87.
Garay, S., Redondo, N. y Montes de Oca, V. (2012). Cambios en los hogares con población
envejecida en Argentina y México: algunas aproximaciones a las transformaciones
familiares derivadas de la transición demográfica. En N. Redondo y S. Garay (coords.),
160
Espacio y Desarrollo N° 34, 2019 / ISSN 1016-9148
El envejecimiento en América Latina: evidencia empírica y cuestiones metodológicas (pp.
21-42). Río de Janeiro: Alap Editor.
Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) (1960). Recuperado de: http://www.
santafe.gov.ar/archivos/estadisticas/censos/Censo1960.pdf
Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) (2010). Recuperado de https://
redatam.indec.gob.ar/argbin/RpWebEngine.exe/PortalAction?BASE=CPV2010A
Lezama, J. L. y Domínguez, J. (2006) Medio ambiente y sustentabilidad urbana. Papeles
de Población, 12(49), 153-176.
Marín Herbert, S. (2014). Plataforma CAT MED sobre modelos urbanos sostenibles y su
proceso de capitalización URBAN EMPATHY. Conama.
Martínez, E. (2003). La significación social de los espacios públicos. En H. Capel (coord.),
Colección Mediterráneo Económico: Ciudades, Arquitectura y Espacio Urbano. Vol. 3,
(pp. 115-130). España: Caja Rural Intermediterránea.
Meza, M. y Moncada, J. (2010). Las áreas verdes de la ciudad de México. Un reto actual.
Scripta Nova: Revista Electrónica de Geografía y Ciencias Sociales, XIV(331 (56). Recu-
perado de http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-331/sn-331-56.htm
Municipalidad de Rafaela (2002). Plan Estratégico para Rafaela Informe General. Rafaela:
Municipalidad de Rafaela. Recuperado de https://www.mininterior.gov.ar/planifica-
cion/pdf/planes-loc/SANTAFE/Plan-Estrategico-Rafaela.pdf
Municipalidad de Santa Fe (2009). Plan Urbano. Tomo I. 2008-2009. Rosario: Borsellino
Impresos.
Nowak, D., Dwyer, J. y Childs, G (1997). Los beneficios y costos del enverdecimiento
urbano. En L. Krishnamurthy y J. Rente Nascimento (eds.), Áreas verdes urbanas en
Latinoamérica y el Caribe (pp. 17-38). Chapingo, México: Centro de Agroforestería
para el Desarrollo Sostenible, Universidad Autónoma Chapingo Centro de Agrofo-
restería para el Desarrollo Sostenible, Universidad Autónoma Chapingo.
Olmedo Muñoz, M. (2014). Ciudad, igualdad y vida urbana: una reflexión sobre las
personas mayores como actores sociales en la ciudad de México. En P. Ramírez Kuri
(coord.), Las disputas por la ciudad. Espacio social y espacio público en contextos urbanos de
Latinoamérica y Europa (pp 445-470). México: Biblioteca Mexicana del Conocimiento.
Ordenanza N° 11.748 (2011). Reglamento de Ordenamiento Urbano de la ciudad de
Santa Fe de la Vera Cruz. Municipalidad de Santa Fe.
Perovic, N., Iribarne, C., Vidal, E. y Bearzotti, P. (2017). Derechos humanos y adultos mayores.
Secretaría de Extensión Universitaria. Universidad Nacional de Córdoba. Recuperado
de https://www.unc.edu.ar/sites/default/files/Derechos%20Humanos%20y%20
Adultos%20Mayores%20final%20-%2024%20pa%C3%ACginas.pdf
Redondo, N. (2007). Composición por edades y envejecimiento demográfico. En S. Torrado
(Comp.), Población y bienestar en la Argentina del primero al segundo centenario. Una
historia social del siglo XX. Buenos Aires: Editorial EDHASA.
161
Gómez, Fabricius y Wilkinson / Aportes de los espacios verdes públicos al envejecimiento demográco
Reese, E. (2001). Gestión urbana: plan de descentralización del municipio de Quilmes Bue-
nos Aires, Argentina. Serie 33 de Medio Ambiente y Desarrollo. Santiago de Chile:
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).
República Argentina (2008). Plan Estratégico Territorial. Ministerio de Planificación Federal,
Inversión Pública y Servicios. Buenos Aires: Impresora Alloni SRL.
Romero Frieri F. (2015). La sostenibilidad urbana en el desarrollo integral de la ciudad. Bogotá:
Sociedad Colombiana de Arquitectos. Recuperado de https://sociedadcolombiana-
dearquitectos.org/la-sostenibilidad-urbana-en-el-desarrollo-integral-de-la-ciudad/
Vapñarsky, C. Gorojovsky, N. (1990). El crecimiento urbano en la Argentina. Buenos Aires:
Grupo Editor Latinoamericano.
Velázquez, G., Mikkelsen, C., Linares, S. y Celemín, J. (2014). Calidad de vida en la Argen-
tina. Ranking del bienestar por departamentos (2010). Tandil: Universidad Nacional
del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
World Health Organization (WHO) (2017). Urban Green Space Interventions and Health.
A review of impacts and effectiveness. Copenhagen: WHO Regional Office for Europe.