Es innegable el hito que marcan los escritos de Etty Hillesum en la historia de la mística de los últimos tiempos. Su camino personal de vida, de introspección y de conmociones afectivas y espirituales, sin estar vinculada de modo militante en alguna tradición religiosa particular (aún como parte del pueblo judío, no por afinidad religiosa, sino étnica), es un referente excepcional para abordar el camino hacia esa presencia escondida o ignorada de Dios, de la que habla Viktor Frankl, como una realidad humana y antropológica que va más allá de toda religión. En este sentido, en este capítulo se quiere proponer un diálogo teológico entre la Biblia y sus relatos sobre Jesús con Etty y sus escritos. No se trata, sin embargo, de un intento por cristianizar a Etty, sino de leer en paralelo sus opciones vitales con las opciones vitales que, según los evangelios, encontramos en Jesús.