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En la calle: Sindicalismo improvisado. Repartidoras y repartidores de plataformas en Bélgica y los Países Bajos

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Abstract

Repartidoras y repartidores de comi- da por plataforma en Bélgica y los Paí- ses Bajos se movilizaron durante el in- vierno de 2017–2018. Se opusieron a la decisión de Deliveroo de operar sobre la base de un régimen de contratistas carente de derechos laborales y de pro- tección social, en el que los riesgos de salud y seguridad se trasladan al per- sonal. Se organizaron en comunidades digitales online y grupos activistas off­ line y se acercaron a los sindicatos es- tablecidos con el objetivo de fortalecer su poder de coalición. Los sindicatos a su vez apoyaron las movilizaciones con respuestas que tuvieron un marcado carácter ascendente y dieron lugar a un sindicalismo desde la improvisación, por ejemplo, a través de tácticas creativas de movilización. Gracias a la construcción de alianzas las repartidoras y los repartidores con- taron con el respaldo del poder insti- tucional de los sindicatos: recursos financieros, conocimiento legal y expe- riencia política. Los sindicatos a su vez se sorprendieron por el poder de dis- curso de las repartidoras y los reparti- dores, cuya movilización encontró un eco entre neutro y positivo en la pren- sa y los medios, sobre todo en los Paí- ses Bajos. Sin embargo, ni las protestas callejeras ni el debate político pudieron evitar que Deliveroo cambiara su políti- ca. Los sindicatos por su parte empren- dieron acciones legales para cambiar el estatus laboral de contratista que cul- minaron en sentencias favorables; sin embargo, hasta ahora las autoridades belgas y holandesas se han abstenido de reglamentar la situación. Las movilizaciones y protestas, así co- mo la atención que generaron en la prensa y los medios contribuyeron a que los sindicatos tomaran conciencia de la economía de plataformas. Rápi- damente, llegaron a un consenso de que el personal de reparto trabaja so- bre la base de contratos de empleo en- cubierto. Si bien las repartidoras y los repartidores no se adaptan plenamen- te a las estructuras de representación sindical existentes, los sindicatos enten- dieron que la entrega de comida tiene un valor simbólico para la economía de plataformas en general, por lo que de- bían movilizar y organizar a este grupo de trabajadoras y trabajadores.
SINDICATOS EN TRANSFORMACIÓN 4.0
Las comunidades digitales
online y la autoorganización
offline de activistas caracte-
rizan el poder asociativo de
repartidoras y repartidores
de comida por plataforma
en Bélgica y los Países Bajos.
En el invierno de 2017–2018
el personal de reparto se
movilizó contra la decisión
de Deliveroo de crear el
estatus de contratista. Su
escaso poder institucional se
compensó con el respaldo
de sindicatos establecidos.
El poder de discurso que ge-
neraron contribuyó a que se
tomara conciencia de las plata-
formas, al tiempo que nuevas
tácticas de movilización dieron
señales de innovación sindical.
EN LA CALLE:
SINDICALISMO
IMPROVISADO
TRABAJO Y JUSTICIA SOCIAL
Kurt Vandaele
Septiembre 2020
Repartidoras y repartidores
de plataformas en Bélgica
y los Países Bajos
FRIEDRICH-EBERT-STIFTUNG – EN LA CALLE: SINDICALISMO IMPROVISADO
EN LA CALLE:
SINDICALISMO
IMPROVISADO
Repartidoras y repartidores
de plataformas en Bélgica
y los Países Bajos
TRABAJO Y JUSTICIA SOCIAL
En el nuevo mundo del trabajo las empresas se sirven de
tecnologías digitales para cambiar las relaciones laborales y
la organización del trabajo, casi siempre en prejuicio de las
trabajadoras y los trabajadores. La FES, a través de su pro-
yecto «Los sindicatos en transformación 4.0», estudia de
qué manera los sindicatos movilizan sus recursos de poder y
qué acciones estratégicas emprenden para hacer frente a la
precarización laboral, paulatina o disruptiva. Partiendo de un
enfoque orientado al diálogo y la acción el proyecto se pro-
pone, en última instancia, apoyar los procesos sindicales de
elaboración estratégica, experimentación y transformación
dirigida a objetivos definidos.
1
CONTENIDO
Contenido
1 INTRODUCCIÓN 2
2 LA ENTREGA DE COMIDA POR PLATAFORMA
EN BÉLGICA Y LOS PAÍSESBAJOS 2
3 MÉTODO Y SELECCIÓN DE CASOS 3
4 PODER INSTITUCIONAL ESCASO DEBIDO
A TRES RAZONES QUE SE VINCULAN
A LOS ACTORES 4
5 LAS LIMITACIONES TERRITORIALES DE
LA ENTREGA DE COMIDA Y EL PODER
ESTRUCTURAL DE LAS REPARTIDORAS
Y LOS REPARTIDORES 5
6 COMUNIDADES DIGITALES Y
AUTOORGANIZACIÓN OFFLINE
COMO PODER ASOCIATIVO 6
7 CREACIÓN DE COALICIONES CON SINDICATOS
ESTABLECIDOS 7
8 LAS MOVILIZACIONES Y PROTESTAS DE
LAS REPARTIDORAS Y LOS REPARTIDORES
DE COMIDA Y SU PODER DE DISCURSO 9
9 CAPACIDADES Y RESPUESTAS SINDICALES
A LAS REPARTIDORAS Y LOS REPARTIDORES 12
10 CONCLUSIÓN: ENSEÑANZAS PARA
LOS SINDICATOS 14
Referencias bibliográficas .................................................... 16
2
FRIEDRICH-EBERT-STIFTUNG – EN LA CALLE: SINDICALISMO IMPROVISADO
1 INTRODUCCIÓN
Durante el invierno [europeo] de 2017–2018, en Bélgica y
los Países Bajos, repartidoras y repartidores de las empresas
de entrega de comida por plataforma se movilizaron para
presentar sus reclamos. Rechazaron, sobre todo, la decisión
unilateral de Deliveroo de pasar de una relación laboral
auténticamente dependiente al estatus de contratista que
sería acompañado de la sustitución del pago por hora por el
sistema menos seguro del pago por entrega. Varios sindica-
tos establecidos de ambos países apoyaron los esfuerzos de
movilización, incluso mediante la presentación de demandas
judiciales contra el estatus de contratista. Esta alianza entre
el personal de entrega y los sindicatos establecidos contrasta
con la situación en otros países (por ejemplo, Francia, Italia,
España, Reino Unido y, en parte, Alemania), donde las pro-
testas se llevaron a cabo exclusivamente por las repartidoras
y los repartidores o en conjunto con sindicatos de base (Van-
daele 2021). El documento no se ocupará de las diferencias
que existen entre las estructuras sindicales de los países,
dado que la investigación requeriría un diseño diferente.
Este estudio comparativo analizará, en cambio, la relación
entre el personal de reparto y los sindicatos en Bélgica y los
Países Bajos. Para ello, se apoyará en el planteamiento de los
recursos de poder y enfocará algunas capacidades sindicales
específicas.
El compromiso de varios sindicatos establecidos con las
repartidoras y los repartidores puede deberse a la existencia
de considerables recursos de poder tanto como a una visión
de clase obrera u otros enfoques que impliquen una actitud
de inclusión sindical (Benassi y Vlandas 2016). Sin embar-
go, el compromise sindical no resulta tan evidente desde
el análisis costo-beneficio. Sobre todo la elevada rotación
del personal de reparto tiene un efecto negativo sobre su
poder asociativo y obstacula seriamente cualquier esfuerzo
de reclutamiento sindical. Dado que además muchas repar-
tidoras y muchos repartidores son estudiantes, la afiliación
sindical es libre (en el caso de Bélgica) o a cambio de una
cuota reducida (en los Países Bajos); pero en el caso de la
mayoría de las otras repartidoras y los otros repartidores el
pago regular de las cuotas es un escenario poco probable,
porque el trabajo en las plataformas suele ser secundario.
En ambos casos, se espera un balance financiero negative
para los sindicatos. Por lo tanto, se sostiene la tesis que el
interés de los sindicatos establecidos no radica, prioritaria-
mente, en la afiliación de las repartidoras y los repartidores,
sino en su movilización y organización, porque la entrega
de comida por plataforma tiene carácter simbólico en el
contexto de la economía de plataformas. En especial, lo
novedoso del sector podría actuar como un laboratorio
para que los sindicatos desarrollen y experimenten nuevas
tácticas y estrategias de movilización y organización (Murray
et al. 2020). Dicha apertura hacia un ‹sindicalismo desde la
improvisación› (Oswalt 2016) podría resultar en cambios e
innovaciones organizativas de largo plazo al interior de los
sindicatos.
2 LA ENTREGA DE COMIDA POR
PLATAFORMA EN BÉLGICA Y LOS
PAÍSESBAJOS
Sobre la base de una breve visión panorámica esta sección
explica la dinámica de la entrega de comida por plataforma
en Bélgica y los Países Bajos a modo de información con-
textual. Si bien la empresa holandesa Takeaway.com, que
se estableció en 2000 y se conoce en los Países Bajos por
el nombre ‹Thuisbezorgd.nl› (‹entrega a domicilio›), es el
líder del mercado de la entrega de comida en los dos países,
no está incluida en el análisis. En realidad, Takeaway.com
proporciona un sitio web que facilita el pedido de comida de
restaurantes cercanos al cliente. Al recurrir en menor medi-
da a la gestión algorítmica, gracias a la cual las plataformas
de trabajo actúan como ‹empleadores escondidos› (Gandini
2019: 1049), en sentido estricto Takeaway.com no forma
parte de la economía de plataformas. Su personal de repar-
to puede ser empleado directamente por los restaurantes,
aunque Takeway.com está aumentando su oferta de en-
trega con repartidoras y repartidores a restaurantes que no
cuentan con personal propio. En general, las repartidoras y
los repartidores de Takeway.com trabajan en una auténtica
relación laboral, aunque su empleo se rige, habitualmente,
por contratos no estandarizados como los de las agencias
de trabajo temporal.
Sabemos poco sobre el tamaño y el alcance de la economía
de plataformas en Bélgica. Sin embargo, está claro que las
plataformas dedicadas a actividades de transporte como la
entrega de comida predominan generalmente en el debate
sobre la economía de plataformas en ese país (Lenaerts
2018). En febrero de 2020 el número de plataformas que
contaron con autorización oficial de la administración pú-
blica llegó a 111 y comprendió una mezcla de plataformas
domiciliarias e internacionales.1 Tanto Deliveroo, con sede
en Londres, como Uber Eats, radicada en Silicon Valley, son
plataformas autorizadas. La primera plataforma dedicada a
la entrega de comida en Bélgica tenía su sede en un domi-
cilio particular, pero hay que tomar en cuenta que Take Eat
Easy se estableció en 2013. Esta empresa emergente de Bru-
selas operó en veinte ciudades de Bélgica, Francia, España y
el Reino Unido, pero quebró en 2016. La plataforma fracasó
en su intento de capitalización (De Tijd, 23 de noviembre
de 2016), al tiempo que las presiones competitivas se incre-
mentaron a partir de la presencia de Deliveroo y Uber Eats
en el mercado belga en 2015 y 2016, respectivamente. El
fracaso de Take Eat Easy fue importante en la medida que
alertó a un número importante de repartidoras y repartido-
res de la precariedad de sus condiciones de trabajo.
Las informaciones sobre la economía de plataformas holan-
desa coinciden en grandes rasgos con los datos de otros
países europeos: el trabajo en las plataformas se caracteriza
1 Este número incluye las plataformas digitales de trabajo, pero tam-
bién otros tipos de plataforma que operan en el ámbito de la eco-
nomía colaborativa. Cfr. https://economie.fgov.be/nl/themas/
ondernemingen/duurzame-economie/deeleconomie/actieve-
deeleconomieplatformen
3
MÉTODO Y SELECCIÓN DE CASOS
por su elevada rotación, y para la mayoría de las personas
empleadas significa un ingreso adicional que complementa
su salario regular (ter Weel et al. 2018). Con una participa-
ción de 0,4 por ciento en 2017, el trabajo en las plataformas
ocupa un lugar marginal entre las trabajadoras y los traba-
jadores, aunque con tendencia ascendente, por lo menos
antes del estallido de la pandemia de covid-19 a comienzos
de 2020. Antes, la entrega de comida por plataforma fue
uno de los mercados de mayor crecimiento en los Países
Bajos (FNV 2019). En 2017, alrededor de un tercio de todo
el personal de plataformas estaba ocupado en ese tipo de
trabajo, es decir aproximadamente 10.000 personas, la
mitad de ellas como contratistas. Deliveroo desembarcó en
los Países Bajos en 2015, seguida de Uber Eats un año más
tarde. Las actividades de Foodora, una plataforma radicada
en Alemania, en el país también se remontan a 2015. Sin
embargo, las abandonó tres años más tarde, es decir en
septiembre de 2018, debido a las presiones competitivas.
Foodora empleó sus repartidoras y repartidores sobre la
base de una relación laboral auténtica y adhirió al salario
mínimo vigente en los Países Bajos. Dichas prácticas de em-
pleo contrastaban con las otras plataformas internacionales
de entrega de comida. De inmediato, Uber Eats optó por un
sistema de pagos por unidad en lugar de horarios mínimos.
Además, el chequeo de posibles repartidoras y repartidores
por la empresa es mínimo, por lo que resulta más facil re-
gistarse con esta plataforma que con otras (Lieman 2018).
En la fase inicial, Deliveroo estableció también una relación
laboral dependiente, pero en 2018 la plataforma optó por
el estatus de contratista como sistema único. De modo que,
al igual que en Bélgica, la entrega de comida por plataforma
evolucionó hacia un duopolio en los Países Bajos, donde
Deliveroo y Uber Eats dominan el mercado, acompañadas
de algunas plataformas con actividades a nivel local.
3 MÉTODO Y SELECCIÓN DE CASOS
Este documento se apoya, por un lado, en bibliografía
secundaria para la información de contexto y, por el otro,
en comunicaciones personales por correo electrónico, do-
cumentación sindical y entrevistas informales así como ocho
entrevistas formales semiestructuradas en profundidad con
integrantes de sindicatos y estructuras sindicales relevantes
para acceder a información privilegiada. En la fase inicial, el
responsable del estudio seleccionó cinco expertas y expertos;
más adelante, este número se amplió a ocho. En la mayoría
de los casos, las entrevistas se realizaron de forma presencial
en holandés, es decir en la lengua materna de casi todas las
personas entrevistadas. Se llevaron a cabo entre septiembre
y diciembre de 2019, y se analizaron durante la primavera
de 2020. Su duración varió entre 44 y 90 minutos, con un
promedio de 66 minutos. Las entrevistas –ocho en total, seis
hombres y dos mujeres– se grabaron. Dos personas entrevis-
tadas fueron (ex)repartidoras o repartidores, la experiencia
sindical media fue de 13 años. Si bien las posiciones que
las entrevistadas y los entrevistados desempeñaron en la
estructura sindical así como sus experiencias influyeron en
sus opiniones y enseñanzas, esta situación facilita la com-
paración de los puntos de vista respecto de las capacidades
sindicales de reclutar, movilizar y organizar a las repartidoras
y los repartidores.
Visto la similitud en el diseño de los casos, es decir el objetivo
de resaltar las variaciones entre las respuestas sindicales, las
siguientes organizaciones se consideraron relevantes para
la identificación de las respuestas al personal de reparto de
la economía de plataformas en Bélgica: la Unión Belga de
Trabajadores del Transporte (BTB/UBT, Belgische Transport-
bond/Union Belge du Transport) afiliada a la Confederación
General de Trabajadores de Bélgica, de orientación socialista
(ABVV/FGTB, Algemeen Belgisch Vakverbond/Fédération
générale du travail de Belgique), la segunda confederación
del país con 1.471.687 integrantes en 2018, y ACV Free-
lancers United, organización de trabajadoras y trabajadores
unipersonales con afiliación a la Confederación de Sindica-
tos Cristianos (ACV/CSC, Algemeen Christelijk Vakverbond/
Confédération des syndicats chrétiens), la primera confede-
ración sindical del país con 1.486.370 miembros en 2018.2
En los Países Bajos los siguientes sindicatos y estructuras
sindicales se consideraron relevantes: FNV Zelfstandingen,
como organización de quienes trabajan como unipersona-
les, FNV Jóvenes (FNV Jong), que organiza a jóvenes, y los
departamentos de ‹Campañas› y ‹Aplicación & Cumplimien-
to› de la Federación de Sindicatos Holandeses (FNV, Federa-
tie Nederlandse Vakbeweging).3 De raiz fundamentalmente
socialista, la FNV tiene 1.014.000 miembros y es, por lejos,
la mayor confederación de los Países Bajos, con un nivel de
sindicalización de 63,3% en 2019 (Centraal Bureau voor de
Statistiek en línea).
El examen de las respuestas sindicales a las repartidoras y
los repartidores de entrega de comida por plataforma se
realiza en dos pasos. Primero, se aplica el planteamiento de
los recursos de poder. Se identifican cuatro tipos principales
de recursos de poder de las trabajadoras y los trabajadores
(Schmalz y Dörre 2017): poder institucional, poder structu-
ral, poder asociativo y poder popular.4 El poder institucional
puede definirse como la cristalización de los resultados de
las luchas obreras pasadas, con formulas e instituciones
de regulación que intentan prevenir conflictos laborales
mediante la concesión o limitación de derechos individuales
o colectivos de empleo y protección social. El poder struc-
tural del personal de las plataformas está relacionado con
su poder de negociación en la producción y el mercado de
trabajo. El poder de negociación en la producción deriva
de la posición específica que una trabajadora o un traba-
jador ocupa en el sistema de distribución o producción,
mientras el poder de negociación en el mercado laboral
depende de la importancia que determinados clientes o
empresas asignan a los conocimientos de la persona, de
los niveles de desempleo en general y de las posibilidades
de la trabajadora o del trabajador de recurrir a fuentes de
2 Estos datos no comprenden a estudiantes, cuya afiliación es gratuita.
3 No se realizaron entrevistas con personas que trabajan en el sector
del transporte.
4 Se pone menos énfasis en el poder de discurso por formar parte del
poder popular y en el encuadre (en tanto capacidad sindical), porque
requeriría un diseño diferente de la investigación.
4
FRIEDRICH-EBERT-STIFTUNG – EN LA CALLE: SINDICALISMO IMPROVISADO
ingreso no mercantiles (Silver 2003). El poder asociativo
aplicado a nuestro contexto hace referencia a la formación
de organizaciones colectivas por el personal de entrega de
comida, mientras la capacidad de estimular la creación de
redes de apoyo apunta a su poder de coalición. El análisis
de los recursos de poder en las secciones 4 a 7 nos per-
mite entender el poder potencial de las repartidoras y los
repartidores de comida. La sección 8 explora de qué manera
los mencionados recursos de poder se materializaron en sus
movilizaciones y protestas callejeras a finales de 2017 y co-
mienzos de 2018. En el segundo paso, el foco analítico pasa
de un enfoque deductivo basado en los recursos de poder
de las repartidoras y los repartidores a otro inductivo para el
examen de las capacidades estratégicas de los sindicatos de
actuar en su representación. Las capacidades sindicales de
intermediación y aprendizaje y flexibilidad organizativa se
tratan en la sección 9.
4 PODER INSTITUCIONAL ESCASO
DEBIDO A TRES RAZONES QUE SE
VINCULAN A LOS ACTORES
El examen del poder institucional del personal de entrega
de comida revela que desde su perspectiva existe una falta
evidente de seguridad regulatoria e institucional. Esta
debilidad se explica por tres razones que se relacionan con
tres actores diferentes. Primero, a excepción de Foodora, la
plataforma que estuvo presente en los Países Bajos por un
período breve, todas las plataformas aprovecharon delibe-
radamente los vacíos de la legislación laboral o simplemente
ignoraron las disposiciones vigentes. Gracias a la externali-
zación contractual a través de la operación con ‹contratistas
independientes› las plataformas tienen la posibilidad de
ofrecer derechos laborales y de protección social limitados
trasladando, por ejemplo, los riesgos de salud y seguridad
a quienes se encargan del reparto. Segundo, el examen de
la situación de las repartidoras y los repartidores muestra
que su poder institucional tan escaso se debe, entre otras
razones, a la falta de una historia de luchas, cuyo impacto se
sentiría hasta el presente. Visto desde una perspective histó-
rica, los conflictos laborales suelen ser un prerrequisito para
la construcción de un marco regulatorio específico dirigido
a determinados grupos de trabajadoras y trabajadores. A
diferencia de la fuerza de trabajo de las empresas tradicio-
nales, tales arreglos están básicamente ausentes debido al
carácter novedoso de la entrega de comida por plataforma,
en particular, y la economía de plataformas, en general.
Por consiguiente, el personal de reparto solo goza de los
derechos generales de empleo y protección social, dado que
las prácticas existentes en materia de representación sindical
en la empresa, negociación colectiva y diálogo social no son
aplicables, porque la afiliación sindical (aún) no comprende
la entrega de comida por plataforma en ninguno de los dos
países. En otras palabras, las repartidoras y los repartidores
sufren las consecuencias de la falta de un acuerdo regulador
a su medida, por lo que el vacío reglamentario-institucional
tendrá que ser llenado a partir de los acuerdos existentes
(Johnson 2020). Dichos acuerdos varían según los esquemas
de clasificación y los contextos de cada país y resaltan el
papel del Estado.
En tercer lugar, en el período bajo estudio las acciones es-
tatales tendientes a fortalecer el poder institucional de las
repartidoras y los repartidores de comida fueron realmente
deficientes. La única excepción a esta situación fue la Ley De
Croo que fue aprobada en Bélgica en 2016 y lleva el nombre
del ministro de Cooperación para el Desarrollo, Agenda
Digital, Telecomunicaciones y Servicios Postales. La ley, que
entró en vigor en marzo de 2017, implica el estímulo activo
de la llamada economía ‹colaborativa› o ‹compartida› y debe
ser examinada en el contexto de las iniciativas políticas im-
pulsadas a nivel federal por el primer gobierno de [el primer
ministro] Michel en los años 2014–2018. Dicho gobierno
estaba compuesto por liberales económicos, nacionalistas
flamencos y demócrata cristianos flamencos y fue electo
con una plataforma de desregulación del mercado de
trabajo y fomento de la flexibilidad laboral (Lenaerts 2018;
Zanoni 2019). Bélgica fue uno de los primeros países en
elaborar una legislación específica para plataformas: la Ley
De Croo establece un régimen tributario favorable para el
personal de plataformas con un impuesto de diez por ciento
sobre los ingresos percibidos por el trabajo en plataformas
oficialmente autorizadas que no excedan un límite superior
(indexado) de EUR 5.000 por año.5 Quienes trabajan en las
plataformas no tienen la obligación de registrarse como
personas en régimen unipersonal y están exonerados de
las contribuciones a la seguridad social, de modo que no
cuentan con protección social complementaria de ningún
tipo. Al mismo tiempo, De Croo garantiza cierta transparen-
cia e introduce una regulación minima de las plataformas,
porque la ley comprende solo las plataformas autorizadas.
Medidas de desregulación adicional del primer gobierno de
Michel introdujeron la opción del pluriempleo exonerado
del impuesto a la renta personal y de los aportes de seguri-
dad social. Gracias al ‹régimen de pluriempleo›, a partir de
2018 personas empleadas (cuya carga laboral equivale por
lo menos al 80 por ciento del trabajo a tiempo completo),
independientes y jubiladas tienen el derecho a ganar hasta
EUR 6.000 (indexados) al año trabajando en plataformas au-
torizadas; la disposición no comprende a trabajos estudian-
tiles ni amas de casa.6 Hasta el momento, es decir hasta el
verano [europeo] de 2020, las repartidoras y los repartidores
de comida en Bélgica se han acogido en su mayoría a la Ley
De Croo o al ‹régimen de pluriempleo›, es decir a disposicio-
nes que de hecho han creado un nuevo estatus laboral con
un régimen tributario especial. Ambos modelos laborales
contrastan con el período previo a febrero de 2018.
En sus inicios, en Bélgica las plataformas de entrega de
comida contaron con fuertes incentivos financieros para la
contratación de estudiantes (por más detalles, v. Drahokou-
pil y Piasna 2019). Esto cambió a partir de la introducción
del llamado ‹modelo SMart› en 2016. Se trata de un acuer-
5 El porcentaje general sería de 33 por ciento.
6 Sin embargo, las actividades que las personas independientes reali-
zan en la economía de plataformas y en el marco de su ocupación en
la economía tradicional no pueden ser las mismas.
5
LAS LIMITACIONES TERRITORIALES DE LA ENTREGA DE COMIDA Y EL PODER ESTRUCTURAL DE LAS REPARTIDORAS Y LOS REPARTIDORES
do comercial que resultaba de negociaciones entre SMart
(Société mutuelle des artistes), una cooperativa de interme-
diación laboral en propiedad de sus socios y dirigida por
ellos, y Take Eat Easy y Deliveroo (Charles et al. 2020).7 Las
repartidoras y repartidores tienen la opción de trabajar de
forma autónoma y presentar sus factures directamente a la
plataforma o cobrar sus servicios por intermedio de SMart.
En su mayoría optaron por la segunda modalidad, por lo que
se constituyó una auténtica relación laboral dependiente
entre ellas y ellos y SMart. En su calidad de empleador legal,
y de conformidad con la legislación laboral belga, SMart de-
bía respetar determinados derechos laborales mínimos.8 De
esta manera las repartidores y los repartidores contaban con
garantías adicionales de que las plataformas de entrega de
comida respetarían esos derechos. Al mismo tiempo, SMart
actuaba en parte como una especie de sindicato, porque
representaba las necesidades y preocupaciones del personal
de reparto frente a las plataformas. Dado que los sindicatos
anticiparon una clasificación reglamentaria del trabajo de las
repartidoras y los repartidores, consideraron el acuerdo de
Smart como la segunda opción. Dicho acuerdo expiraba en
enero de 2018. A mediados de octubre de 2017, Deliveroo
tomó la decisión unilateral de poner fin a los contratos la-
borales existentes y anunció que a partir de febrero de 2019
operaría solamentre con ‹contratistas independientes›. En
verano se hizo el mismo anuncio en los Países Bajos: visto
que el personal de reparto trabajaba mayoritariamente sobre
la base de contratos laborales no estandarizados, estos se
sustituirían por contratos unipersonales individuales a partir
de comienzos de 2019, los Zelfstandingen zonder Personeel
o zzp’ers en holandés. Precisamente, esta modificación del
acuerdo laboral desencadenó las movilizaciones y protestas
callejeras de las repartidoras y los repartidores en ambos
países, para cuya comprensión se debe analizar los otros
recursos de poder.
5 LAS LIMITACIONES TERRITORIALES DE
LA ENTREGA DE COMIDA Y EL PODER
ESTRUCTURAL DE LAS REPARTIDORAS Y
LOS REPARTIDORES
El personal de reparto de comida dispone de un poder es-
tructural que lo diferencia de la mayoría de las trabajadoras
y los trabajadores de la economía de plataformas (Vandaele
2018, 2021). Esto se debe exclusivamente a su poder de
producción, porque ocupan una posición estratégica en la
cadena de suministro de las plataformas ‹cuatrilaterales›
de comida (Tassinari and Maccarrone 2020). Sin personal
de reparto es simplemente imposible que los restaurantes
(fantasma) entreguen la comida encargada por aplicación
en la hora acordada. Esta ‹proximidad espacial y sincronici-
dad temporal› (Woodcock y Graham 2020:51) les permite
7 Desde 2013, las repartidoras y los repartidores se sirvieron de SMart
para facturar a Take Eat Easy.
8 Dichos derechos mínimos comprenden una duración minima de los
turnos, el reembolso del equipo de bicicleta y el uso de telefonía ce-
lular, instrucciones de seguridad y el seguro contra accidentes y de
responsabilidad civil.
recurrir a su capacidad de ruptura. No es una coincidencia
que la mayoría de los conflictos laborales de la economía
de plataformas en el mundo se produce en la entrega de
comida y sectores afines de transporte (tales como servicios
de mensajería y la contratación de coches con conductor
por aplicación) (Joyce et al. 2020) y que se alcanzara el
mayor número de acuerdos colectivos –sobre la base de
concesiones mutuas– en los mencionados sectores de la
industria de plataformas (Kilhoffer et al. 2020:119). A pesar
de que los efectos de los conflictos laborales se sientan,
sobre todo, a nivel local, es decir en el contexto urbano,
donde las plataformas de entrega operan, las plataformas
(internacionales) de entrega de comida simplemente no
cuentan con opciones de salida como por ejemplo la relo-
calización de sus servicios principales. Este hecho introduce
la «limitación territorial» de la entrega de comida al análisis
referido a la relocalización geográfica y temporal del capital
con la finalidad de maximizar las ganancias y el control del
trabajo (Silver 2003).
La limitación territorial de la entrega de comida, en tanto
trabajo en plataformas virtuales con base local, difiere de
la limitación de las plataformas en línea que ha sido ge-
neralmente suprimido por los marcos regulatorios locales
(Johnson 2020; Vandaele 2021). La relocalización territorial
y temporal no es una opción para las plataformas de en-
trega de comida. Dado el carácter físico de sus servicios y
su dependencia temporal y territorial, las plataformas son
refractarias a sucesivas relocaciones, porque son ‹geográ-
ficamente atadas› (Woodcock y Graham 2020:50–52).
Las plataformas dependen, sobre todo, de consumidoras
y consumidores locales que se pueden permitir la entrega
de comida como servicio personal. Si bien las instalaciones
de apoyo al personal de reparto de las plataformas locales
(por ejemplo, servicio de asistencia técnica) tienen cierta
movilidad geográfica, esta opción no existe en el caso
del servicio central, es decir la entrega de comida. Como
alternativa, las plataformas de entrega de comida podrían
optar por una estrategia de automatización para ahorrar
trabajo utilizando vehículos automáticos, o podrían intentar
de incrementar el control sobre la producción, por ejemplo,
a través de las llamadas ‹cocinas oscuras› o ‹restaurantes
fantasma›, es decir negocios en zonas asequibles solo
para las entregas en determinadas zonas urbanas con alta
demanda; por supuesto, todavía falta entregar la comida
preparada. De modo que las plataformas de comida están,
temporalmente, integradas e interconectadas con acuerdos
de regulación específicos, o no lo están. Si las presiones
competitivas crecen demasiado, o si las operaciones su-
fren la presión que resulta de la introducción de cambios
regulatorios, o en ambos casos, tales plataformas tienden a
optar, simplemente, por la terminación de sus actividades (o
por lo menos amenazan con hacerlo) en las localidades en
cuestión. Esto explicaría la bancarrota de Take Eat Easy en
Bélgica y el retiro de Foodora de los Países Bajos.
Mientras la distinción de las limitaciones territoriales de
las plataformas en línea y las plataformas de entrega de
comida ayuda a entender el poder de mercado y la ca-
pacidad de ruptura de las repartidoras y los repartidores,
6
FRIEDRICH-EBERT-STIFTUNG – EN LA CALLE: SINDICALISMO IMPROVISADO
este poder es compensado por su poder de mercado (Silver
2003:97–103). Este debe considerarse silenciado debido al
bajo nivel de los conocimientos requeridos para el trabajo
de entrega, lo que significa que desde la perspectiva de las
plataformas el personal de entrega de comida puede ser
sustituido con facilidad. Además, debido a las bajas barreras
de entrada que resultan de las prácticas de reclutamiento
de las plataformas, existe un flujo casi constante de re-
partidoras y repartidores nuevos, sobre todo porque casi
todas y todos consideran este trabajo como transitorio y lo
aceptan para mejorar sus ingresos o porque están bucando
otras oportunidades laborales. Por lo tanto, se genera una
elevada rotación entre el personal de reparto (Lieman 2018;
ter Weel et al. 2018; Vandaele et al. 2019). No obstante,
esto no contradice el hecho de que la entrega de comida
por plataforma sea la principal fuente de ingreso (aunque
a veces en combinación con otras ocupaciones) de un gru-
po reducido de repartidores. Por consiguiente, existe una
segmentación entre el personal de reparto sobre la base
de diferentes niveles de integración al mercado laboral que
‹puede crear divisiones entre los ‹intereses› de diferentes
componentes de la fuerza de trabajo en lo referido a los mo-
delos de remuneración y contratación y las actitudes hacia
la ‹flexibilidad›, pero también con respecto a los incentivos
para organizarse colectivamente con el fin de mejorar las
condiciones’ (Tassinari y Maccarrone 2020:38).
Cuadro 1
Perfil del personal de reparto de las plataformas de comida en
Bélgica y los Países Bajos, 2017–2018
Bélgica Países Bajos
Sexo Principalmente masculino Distribución más equita-
tiva entre hombres
y mujeres
Edad Principalmente jóven Principalmente, personal
jóven, pero también de
mayor edad; el personal
no holandés tiende a ser
mayor
Nacionalidad Aprox., dos tercios de
Bélgica y un tercio de
otras nacionali-dades
Desconocida, con un
número considera-ble
–ycreciente – de trabaja-
doras y tra-bajadores
migrantes
Estatus
laboral
Principalmente estudian-
tes que se emplean con-
forme a la Ley De Croo
Principalmente estudian-
tes que deben emplearse
según el estatus zzp
Fuente: compilación del autor sobre la base de FN V (2019), ter Weel et al. (2018)
y Vandaele et al. ( 2019) .
Como queda demostrado en el Cuadro 1, el trabajo de
reparto muestra un marcado sesgo en Bélgica, dado que
el personal de reparto es, mayoritariamente, de sexo
masculino. En los dos países quienes trabajan en el reparto
fueron, sobre todo, jóvenes, con una fuerte presencia de
estudiantes, aunque también hay repartidoras y repartidores
mayores, particularmente en los Países Bajos. Últimamente,
las plataformas de comida en los dos países recurren, cada
vez más, a trabajadoras y trabajadores migrantes o de as-
cendencia migrante residentes en el país, aunque se desco-
noce su participación porcentual. De esta manera se ofrecen
nuevas posibilidades para la segmentación de los mercados
laborales. Sin embargo, la prevalencia de migrantes en la
fuerza de trabajo varía entre las ciudades. Al principio, la
presencia de trabajadoras y trabajadores migrantes fue es-
pecialmente significativa en Uber Eats, pero en la actualidad
también es habitual en Deliveroo, luego de que la empresa
estableció el sistema de contratistas. La reducción de las ba-
rreras de acceso constituye un incentivo adicional para que
las y los inmigrantes prefieran las plataformas a la economía
tradicional, porque la misma está sujeta a las regulaciones
de la política migratoria en material de empleo y bienestar
(van Doorn et al. 2020). En el caso de los Países Bajos, la
participación creciente de repartidoras y repartidores proce-
dentes de países fuera del Área Económica Europea y Suiza
se debe, más específicamente, a la desregulación legal de
2018.9 Gracias a dicha desregulación, estudiantes interna-
cionales tienen la posibilidad de trabajar sin restricciones
de horario de trabajo, si se registran como independientes
unipersonales, a diferencia del máximo de 16 horas sema-
nales autorizado en el contexto de una verdadera relación
de empleo.
6 COMUNIDADES DIGITALES Y
AUTOORGANIZACIÓN OFFLINE COMO
PODER ASOCIATIVO
Las comunidades digitales online y la autoorganización offli-
ne de los grupos activistas caracterizan el poder asociativo
de las repartidoras y los repartidores de comida. Una ‹masa
crítica› ha estado participando en comunidades digitales que
discuten los términos y condiciones del trabajo compartido
en Bélgica y los Países Bajos. Al igual que la coordinación de
transportes con conductor basados en plataformas (Maffie
2020), las comunidades digitales basadas en las páginas de
social networking de la Web 2.0 superaron en el espacio
virtual a la dispersion de las repartidoras y los repartidores
en el territorio.10 Las limitaciones territoriales de la entrega
de comida implican que las personas con actividad en las
comunidades se encuentran también offline en espacios ur-
banos compartidos. Dado que son fácilmente reconocibles
por sus uniformes y equipos con la marca de la plataforma,
se encuentran en los llamados ‹centros zonales›,11 es decir
aglomeraciones de restaurantes que operan como espacios
laborales físicos. Esto facilita procesos de identificación
social y permite la formación de identidades colectivas
que fomentan la movilización y organización offline (Cant
2019). La membresía en esas comunidades digitales no ex-
cluye la afiliación sindical, la superposición de membresías
es posible. Esto opera en dos direcciones: repartidoras y re-
partidores con afiliación sindical pueden servir de nexo entre
grupos de repartidoras y repartidores activistas y sindicatos,
mientras las y los activistas sindicales pueden participar, de
9 El Área Económica Europea comprende los Estados miembro de la
Unión Europea, Islandia, Lichtenstein y Noruega.
10 La estructura de Internet de la Web 2.0 debe diferenciarse de la ar-
quitectura de comunicación digital de la Web 1.0 que dejó poco es-
pacio para la participación en tiempo real y la interacción interperso-
nal frecuente.
11 Denominación de los lugares de espera del personal de reparto,
donde se encuentran varios restaurantes.
7
CREACIÓN DE COALICIONES CON SINDICATOS ESTABLECIDOS
forma anónima, en las comunidades digitales de las repar-
tidoras y los repartidores para determinar sus necesidades
e identificar los temas en discussion.12 Según estimaciones,
a finales de 2017 y comienzos de 2018 el seis por ciento
del personal de Deliveroo de Bélgica pertenecía un sindicato
(Vandaele et al. 2019).
Existe una pequeña diferencia con respecto a los orígenes
y momentos de formación de los grupos activistas en
Bélgica y los Países Bajos. En Bélgica, más precisamente en
Bruselas, se creó una red virtual autoorganizada informal
de repartidoras y repartidores en 2015 (Dufresne et al.
2018; Vandaele et al. 2019). En la fase inicial, el Colectivo
de Repartidoras y Repartidores (Koerierscollectief/Collectif
des coursier.e.s) no se centraba, específicamente, en los
reclamos socioeconómicos, sino en compartir el gusto de
andar en bicicleta. Sin embargo, el enfoque cambió, cuando
se iniciaron las protestas contra las prácticas de empleo de
Take Eat Easy en 2016. El colectivo ganó protagonismo y
legitimitad entre las repartidoras y los repartidores, cuando
defendió sus intereses durante el proceso de liquidación
de dicha plataforma local de entrega de comida. Además,
en sus comienzos la política de la plataforma impulsaba la
formación de comunidades digitales. En cambio, platafor-
mas de comida como Deliveroo instrumentaron la división
jerárquica del personal de reparto desde el comienzo. Las y
los ciclistas con más experiencia fueron nombrados ‹ciclistas
líderes›, ‹lead riders› en la jerga de Deliveroo. Transmiten
y explican la información que Deliveroo proporciona a las
repartidoras y los repartidores o se sirven de sitios de social
networking para informar al personal nuevo o poco experi-
mentado sobre los acuerdos de empleo, cuando se les pide.
Si bien Deliveroo puso fin al sistema de ‹ciclistas líderes› en
2017 (Lieman 2018:118–119), éstos se convertían en la
columna vertebral inicial de las comunidades virtuales au-
toorganizadas tanto online como offline que culminaron en
la creación del Sindicato de Ciclistas de los Países Bajos. En
septiembre de 2017 el sindicato contaba con alrededor de
200 afiliaciones de repartidoras y repartidores. En muchas
ciudades de los Países Bajos existen comunidades digitales,
cuya organización se ajusta, a veces, a líneas étnicas.
7 CREACIÓN DE COALICIONES CON
SINDICATOS ESTABLECIDOS
Tanto el Colectivo de Repartidoras y Repartidores como
el Sindicato de Ciclistas se acercaron a los sindicatos esta-
blecidos de Bélgica y los Países Bajos, respectivamente. A
primera vista, no es evidente por qué estarían interesados
en la construcción de una alianza con estos sindicatos, dado
que existen diferencias importantes entre sus estructuras
organizacionales (Vandaele et al. 2019). Esta sección pre-
12 La afiliación sindical del personal de reparto puede estar relacionada
con su empleo principal. La sindicalización puede ser más común en
Bélgica, porque algunas repartidoras y algunos repartidores pueden
sufrir despidos, lo que crea incentivos para la afiliación, porque los
sindicatos están involucrados en la prestación de compensaciones de
desempleo.
senta una visión resumida de las diferencias y enfoca las
identidades ideológicas, las estructuras organizativas y las
bases de afiliación, el inicio de la membresía y la relación con
los miembros. Analiza asimismo la evolución de los grupos
activistas en comparación con las estructuras sindicales.
Estructuras organizacionales diferentes,
pero complementarias
A diferencia de los grupos activistas de repartidoras y repar-
tidores que parecen formalmente neutros por su enfoque
formal en la mejora inmediata de las condiciones de em-
pleo, los sindicatos establecidos de Bélgica y los Países Bajos
contaron históricamente con una base ideológica. Además,
los grupos activistas se basan en redes y fomentan el de-
sarrollo de una identidad profesional como repartidoras y
repartidores en un contexto urbano, mientras los sindicatos
establecidos son organizaciones burocráticas con base en la
producción, cuya estructura está presente, actualmente, en
multiples industrias de todo el país. Además, la composición
de la membresía de los grupos activistas es completamente
opuesta a la de los sindicatos: es informal y libre y, por lo
tanto, carece de recursos financieros propios.13 Sin embargo,
como muchas repartidoras y muchos repartidores son estu-
diantes, su afiliación es gratuita; de lo contrario, pagan cuota
reducidas (hasta determinada edad) en los dos países, si se
afilian a las organizaciones juveniles de las confederaciones
sindicales. Por ultimo, las repartidoras y los repartidores y sus
grupos activistas se inclinan por un ‹enfoque basado en la
lógica de la membresía›, es decir orientado a la satisfacción
de sus intereses y necesidades inmediatos, ya que carecen
de poder institucional (Vandaele 2018, 2021). En cambio,
debido a su sólida integración en los sistemas nacionales de
negociación colectiva y el diálogo social, los sindicatos esta-
blecidos tienden a seguir un ‹enfoque basado en la lógica
de la influencia›, es decir de énfasis en la relación entre ellos
y sus interlocutors, tales como organizaciones empresariales
y autoridades políticas. Por lo tanto, es dable pensar que
estos sindicatos den prioridad a las soluciones regulatorias
en el ámbito institucional por sobre el reclutamiento o la
movilización de las repartidoras y los repartidores. Los dos
enfoques no son excluyentes; por el contrario, pueden
complementarse (Serrano 2014). Pero existe una diferencia
entre los sindicatos belgas y holandeses: en su mayoría, los
sindicatos belgas no están familiarizados con un modelo de
organización sistemática que ponga énfasis en la dimension
de la membresía, mientras este modelo ha ganado espacio
en la FNV, aproximadamente desde mediados de la década
de 2000. Esta diferencia es atribuible, sobre todo, a las
diferencias en la evolución de la densidad sindical en ambos
países.
La densidad sindical en Bélgica se caracteriza por su es-
tabilidad de largo plazo antes de la crisis del régimen de
acumulación bajo el dominio del sistema financiero en los
años 2007–2008: durante 25 años oscilaba en torno al
13 A 1.949 y 404 miembros les gusto la página de Facebook del
Colectivo y del Sindicato de Ciclistas, respectivamente (13 de julio de
2020). Existen asimismo grupos cerrados de Facebook con menos
integrantes.
8
FRIEDRICH-EBERT-STIFTUNG – EN LA CALLE: SINDICALISMO IMPROVISADO
55 por ciento. La estabilidad del nivel de densidad antes
de la crisis puede explicarse por la importante capacidad
de movilización de los sindicatos belgas que comprendía
manifestaciones y huelgas generales, así como por la solidez
relativa de su integración institucional al mercado laboral y el
Estado de bienestar. Sobre todo el involucramiento sindical
en el pago de las compensaciones de desempleo, es decir
una variante menos rigurosa del sistema de Gante (Van Rie
et al. 2011), la fuerta presencia sindical en los centros de
producción y las negociaciones colectivas a nivel sectorial
contribuyeron a esta estabilidad. La pérdida de miembros
que se registra en varios sindicatos, es un fenómeno recien-
te, y por el momento no se dispone de estudios que exami-
naran las razones de la pérdida de afiliaciones y trataran de
establecer, hasta qué punto esta evolución resulta de una
merma en las nuevas afiliaciones o la pérdida de miembros,
o de ambas tendencias. De todos modos, la caída continua
y su aceleración luego de la crisis de 2007–2008 obliga a los
sindicatos a revisar sus políticas de organización y atención
de (nuevos) miembros, con especial atención en las y los
jóvenes (Vandaele 2020). A raíz del sistema de Gante, los
sindicatos han registrado un incremento de las afiliaciones
desde el estallido de la crisis del Covid-19.
Mientras en el pasado la FNV estuvo integrada por sindica-
tos individuales y, con frecuencia, multisectoriales, a partir
de mayo de 2013 esta situación ha cambiado en principio
(de Beer 2013). Desde entonces, la estructura organizacio-
nal está basada en sectores más precisamente definidos,
en lugar de las afiliaciones de sindicatos individuales, con
la excepción de algunos sindicatos menores de profesiones
específicas. Pero a diferencia de estas organizaciones que
casi no fueron afectadas por la reorganización interna, los
sindicatos grandes, cuya base de afiliaciones suele extender-
se más allá de los límites de un sector específico, han dejado
de existir y fueron divididos en 26 sectores y agrupados en
13 secciones que están directamente vinculadas con la FNV.
La razón inmediata que subyace a la reorganización fue la
fuerte controversia interna sobre el nuevo plan de jubila-
ciones presentado por el Gobierno en 2010. Sin embargo,
una explicación adicional debe buscarse en las tensiones
más fundamentales entre los sindicatos que actúan explíci-
tamente sobre la base del modelo de organización bajo la
influencia de los aprendizajes sindicales de carácter trans-
nacional, sobre todo en el sector de la limpieza (Connolly et
al. 2012; Knotter 2017) por un lado, y otros sindicatos que
enfatizan su identidad de orientación a la atención como
parte de un sistema de relaciones laborales que descansan,
históricamente, en la llamada ‹cooperación capital-trabajo›,
por el otro. Mientras el modelo de organización hoy tiene
su espacio institucional en las estructuras de la FNV en el
departamento de organización llamado ‹Campañas›, siguen
pendientes de solución algunos aspectos relacionados con
la asignación de recursos y la interpretación misma del
enfoque.14
14 En algunos sindicatos los departamentos de organización se estable-
cieron en 2007, es decir antes de la reestructura organizacional.
Construcción de alianzas en Bélgica y
una entidad sindical virtual impulsada
por la FNV
Muchas, si no todas, las diferencias entre los grupos acti-
vistas y los sindicatos establecidos y sus estructuras organi-
zacionales que se mencionaron pierden importancia, si se
consideran los sindicatos de base. Desde una perspectiva
comparada, éstos se presentan menos burocráticos y con
identidades profesionales básicas más pronunciadas que
los sindicatos establecidos; siguen asimismo un enfoque
basado en la lógica de la membresía que se refleja en
sus esfuerzos por organizar a trabajadoras y trabajadores
precarious de sectores específicos. Por lo tanto, no es una
simple coincidencia que los grupos activistas de repartido-
ras y repartidores establecieran coaliciones con sindicatos
de base en los países en que están presentes, como por
ejemplo en Francia, Alemania –por lo menos en Berlín– y
el Reino Unido (Vandaele 2021). Dado que, en los hechos,
los sindicatos de base están ausentes en Bélgica y los Países
Bajos, las repartidoras y los repartidores se orientaron a los
sindicatos establecidos con el objetivo de construir coalicio-
nes. Efectivamente, el personal de reparto de comida por
plataforma en Bélgica, en su mayoría estudiantes, no difiere
de sus contrapartes fuera de la economía de plataformas
en lo que respecta a sus actitudes sindicales (Vandaele et al.
2019): el hecho de que en su mayoría no integran ningún
sindicato refleja una falta de conciencia y conocimiento, y
no necesariamente un sentimiento definido de rechazo a
los sindicatos. En la misma línea, las personas entrevistadas
confirmaron que, para su propia sorpresa, las actitudes de
las repartidoras y los repartidores frente a los sindicatos
holandeses no estuvieron marcadas por un antisindicalismo
abierto. Esto subraya el hecho de que sus actitudes subjeti-
vas, negativas o positivas, hacia los sindicatos,su identidad
colectiva y sus prácticas discursivas deben tomarse en
cuenta para explicar su relacionamiento con los sindicatos
establecidos (Tassinari y Maccarrone 2018).
A partir de la construcción de coaliciones con los sindicatos
los grupos activistas tienen la oportunidad de apoyarse en
su poder institucional tanto a nivel local como más allá del
mismo. Así en 2016, el Colectivo de Repartidoras y Reparti-
dores de Bélgica se acercó al sindicato cristiano del personal
de cuello blanco (CNE, Centrale nationale des Employés)
que organiza las trabajadoras y los trabajadores de las
comunidades de habla francesa para solicitar su apoyo en
la búsqueda de un local de reuniones en Bruselas. Debido
a su neutralidad ideológica, el Colectivo está abierto a la
cooperación y la construcción de alianzas con todos los
sindicatos, con independencia de su orientación.15 En la
práctica, parece existir una división geográfica basada en los
vínculos personales entre las repartidoras y los repartidores
en el Colectivo y los sindicatos. En las ciudades flamencas
de Amberes y Gante se estableció una cooperación más
estrecha con la organización sindical socialista BTB/UBT,
mientras en Bruselas los lazos con la CNE son más fuertes,
15 Este pluralismo sindical puede operar a favor del Colectivo, porque le
permite poner unos sindicatos contra otros.
9
LAS MOVILIZACIONES Y PROTESTAS DE LAS REPARTIDORAS Y LOS REPARTIDORES DE COMIDA Y SU PODER DE DISCURSO
pero a pesar de las diferencias los sindicatos suelen actuar
en conjunto sin muchas tensiones. Asimismo, el Colectivo
ha podido beneficiarse de la experiencia de los sindicatos
para la negociación de un acuerdo colectivo en 2017 que
mejoraría las condiciones del personal de reparto empleado
por Smart.16 Dichas negociaciones sobre un acuerdo colec-
tivo se detuvieron repentinamente, luego de que Deliveroo
decidiera suspender el acuerdo Smart, por lo que desde
entonces se intensificó la construcción de alianzas entre el
Colectivo autónomo y los sindicatos.
En los Países Bajos, el Sindicato de Ciclistas contactó, en
primer lugar, a las dos confederaciones sindicales principales
para ofrecer su apoyo para la coordinación del movimiento
de las repartidoras y los repartidores y sus actividades de
movilización, mientras la ‹Alternativa al Sindicato› (Alter-
natief voor Vakbond, auspiciada por los empleadores) se
esforzó también por mejorar su perfil respecto del tema.
Casi al mismo tiempo, algunos organizadores y líderes de
campaña de la FNV tomaron la iniciativa para entrar en
contacto con las repartidoras y los repartidores y tomar nota
de sus problemas y necesidades. En septiembre de 2917,
las repartidoras y los repartidores optaron por trabajar,
exclusivamente, con la FNV y su organización juvenil.17 Esto
significa, en pocas palabras, que el Sindicato de Ciclistas
fue apoyado por la FNV que aportó recursos financieros,
conocimiento legal y experiencia en el área de la incidencia
política (Lieman 2018:120). Por consiguiente, a diferencia
del Colectivo de Repartidoras y Repartidores de Bélgica, el
Sindicato autónomo de Ciclistas se ha convertido, en los
hechos, en una entidad formal o, más precisamente, en un
capítulo de FNV Youth: el Sindicato de Ciclistas de la FNV.18
Así, FNV Youth se convirtió en la opción preferida frente a
otros sectores económicos o sindicatos que integran la FNV.
Mientras las repartidoras y los repartidores sean zzp’ers, ni
las secciones económicas ni los sindicatos que representan
a las y los independientes califican como alternativas,
porque podrían ser vistas como legitimando el estatus de
contratista. Sin embargo, también se ha afirmado que la
sección económica del transporte sería la estructura ideal
para representar al personal de reparto a largo plazo, pero a
condición de que se elimine el estatus de contratista.
16 Si bien la firma de un convenio colectivo hubiera sido una especie de
derivado del modelo tradicional de negociaciones a nivel de los sec-
tores industriales, refleja una práctica que se enmarca en el enfoque
sindical predominante basado en la lógica de la influencia.
17 La Federación Nacional de Sindicatos Cristianos (Christelijk Nationaal
Verbond) tiene un atractivo menor debido a su marcado énfasis en
la influencia política, sin mucha participación de las repartidoras y los
repartidores.
18 Esto implica que las y los integrantes del Sindicato de Ciclistas deben
cotizar, aunque para determinados grupos etarios y estudiantes los
montos sean inferiores, y que las repartidoras y los repartidores tie-
nen derecho a percibir beneficios or huelga.
8 LAS MOVILIZACIONES Y PROTESTAS
DE LAS REPARTIDORAS Y LOS
REPARTIDORES DE COMIDA Y SU PODER
DE DISCURSO
El Cuadro 2 ofrece una visión general de los diferentes recur-
sos de poder del personal de reparto de comida en Bélgica
y los Países Bajos. Es muy probable que su poder estructural
sea bastante similar en ambos países: un poder de produc-
ción relativamente fuerte que contrasta con un escaso poder
de mercado. El poder institucional es igualmente escaso, a
pesar de las diferencias en la aplicación precisa del estatus
de contratista en los dos países. Mientras las comunidades
digitales y los grupos activistas offline dan cuenta del poder
asociativo de las repartidoras y los repartidores, su poder
de coalición evolucionó de manera diferente. El Colectivo
de Repartidoras y Repartidores cuenta con el respaldo de
las dos confederaciones sindicales principales de Bélgica,
mientras el Sindicato de Ciclistas se convirtió, en los hechos,
en parte de FNV Youth (hasta mediados de 2018). En esta
sección se analiza de qué manera los diferentes recursos de
poder confluyen en la acción colectiva y cómo dicha acción
está siendo condicionada por ellos, y se describe lo ocurrido,
después de que las repartidoras y los repartidores se movili-
zaran y se manifestaran en la calle.
Cuadro 2
Recursos de poder del personal de reparto en Bélgica
y los Países Bajos
Recurso de poder Bélgica Países Bajos
Poder de producción Relativamente fuerte Relativamente fuerte
Poder de mercado Escaso Escaso
Poder institucional Escaso (Ley De Croo y
régimen de pluriem-
pleo)
Escaso (estatus zzp)
Poder asociativo Colectivo de Reparti-
doras y Re-partidores
Sindicato de Ciclistas
Poder de coalición Sindicatos afiliados a
ABVV/FGTB y ACV/
CSC
FNV y, más adelante,
capítulo de hecho de
FNV Youth
Fuente: elaboración propia.
Movilizaciones y protestas de
lasrepartidoras y los repartidores
en el invierno de 2017–2018
Es muy probable que las quejas y sensaciones de ‹injusticia
algorítmica› no sean compartidas por todo el personal de
reparto, porque hay diferentes percepciones del trabajo
de entrega de comida. El grado de disconformidad de las
personas depende de circunstancias individuales tales como
la etapa de su vida, la necesidad de generar un ingreso y las
expectativas de trabajo (Goods et al. 2019; Vandaele et al.
2019). A modo de ejemplo, en 2017 el personal de reparto
de comida holandés mostró altos niveles de satisfacción en el
trabajo, a pesar de que un tercio de sus horas de trabajo no
fue pago (ter Weel et al. 2018). No obstante, el anuncio de
Deliveroo de pasar de una relación laboral auténticamente
dependiente al estatus de contratista que sería acompañado
10
FRIEDRICH-EBERT-STIFTUNG – EN LA CALLE: SINDICALISMO IMPROVISADO
de la sustitución del pago por hora por el sistema menos
seguro del pago por entrega a partir de febrero de 2018,
dio lugar a quejas compartidas y una sensación de injusticia
entre quienes trabajan en el reparto en ambos países. La
delimitación geográfica que surge de la relativa inmovilidad
territorial de los servicios personales condicionados por pla-
zos y lugares como la entrega de comida les dio el espacio
para las movilizaciones y protestas callejeras.
La mayoría de las acciones de las repartidoras y los repar-
tidores que combinaron el uso de la telefonía movil con
las protestas en las calles se concentraron en la capital de
Bélgica y comprendieron la ocupación de las oficinas de
Deliveroo por 15 a 20 personas entre noviembre de 2017 y
enero de 2018.19 Las repartidoras y los repartidores forma-
ron también una coalición con Critical Mass Brussels, dado
que ambas partes tenían una percepción compartida de los
peligros que la actividad ciclista significaba para Bruselas.
En una acción conjunta, las y los integrantes de ambas
organizaciones se movilizaron en bicicleta a las oficinas
centrales de Deliveroo. Algunos restaurantes mostraron su
solidaridad con el personal de reparto a través del rechazo
de pedidos de comida por plataformas. Las repartidoras y
los repartidores iniciaron asimismo una pequeña campaña
de financiamiento colectivo para obtener fondos para fondo
de huelga virtual. También se produjeron intercambios entre
el Colectivo de Repartidoras y Repartidores y el sindicato
FNV Riders Union que realizó una visita al Colectivo en
Bruselas para expresar su apoyo a las acciones. En los Países
Bajos, Deliveroo emprendió un un proyecto piloto con per-
sonal contratado que se inició en varias ciudades holandesas
en la primavera de 2017, mientras los contratos laborales
vigentes no se renovaron, o solo se prorrogaron transitoria-
mente, a pesar de promesas en sentido contrario (Lieman
2018:117–119, 126). El Sindicato de Ciclistas presentó las
siguientes reivindicaciones: fin de la modalidad del trabajo
con contratistas independientes, creación de un comité de
empresa y negociación de un acueredo colectivo.20 El Sin-
dicato de Ciclistas participó en cuatro rondas de conversa-
ciones formales con Deliveroo, pero sin resultado alguno. A
través de una declaración la dirección local informó que no
estaba autorizada a retirar la decisión de operar solamente
con contratistas independientes. Luego de la declaración las
campañas y paros de actividad se intensificaron en Amter-
dam y Haarlem –las dos ciudades, donde Deliveroo inició
sus operaciones– así como en Utrecht y otras ciudades. Una
19 En julio de 2017, alrededor de 30 repartidoras y repartidores llevaron
a cabo una ‹acción simbólica› inicial en Bruselas que recibió el apoyo
logístico de la CNE y del sindicato del transporte, una organización
afiliada a ACV/CSC. Las repartidoras y los repartidores se manifesta-
ron contra sus condiciones de trabajo y, en especial, el traslado del
centro del atención de Deliveroo para clientes de habla francesa a
Madagascar, con los subsiguientes despidos.
20 Deliveroo estableció el llamado ‹Foro de ciclistas (‹ Rider Forum›) en
julio de 2017, pero este órgano no independiente no tiene autoridad
formal para negociar (Lieman 2018:137). El personal de reparto de
una determinada ciudad elige algunas compañeras o algunos com-
pañeros como representantes en el foro. Estas o estos representan-
tes se encuentran con la dirección de Deliveroo por lo menos cuatro
veces al año, sus gastos son reintegrados. Por mayor información, v.
https://nl.roocommunity.com/rider-forum-2/
de las acciones involucró a varias docenas de repartidoras
y repartidores en Año Nuevo de 2018, uno de los días con
más movimiento en el sector de la entrega de comida. El
escaso poder de mercado del personal de reparto pudo ser
neutralizado, porque otras empresas de entrega de comida
como Foodora y Takeaway.com se negaron a aceptar más
entregas.
Poder de discurso fuerte, pero con
recepción dispar
La movilización muy visible, aunque con adhesión limitada,
llamó la atención de la prensa y los medios a nivel local y
nacional. A juzgar por la cobertura mediática que en ge-
neral oscilaba entre neutra y positive –lo que sorprendió a
los sindicatos– el poder de discurso de las repartidoras y los
repartidores en los dos países es bastante fuerte. Esto se
explica por varias razones. Primero, la economía de platafor-
ma es algo novedoso que la prensa y los medios consideran
‹sexy›. Al mismo tiempo, las plataformas están atentas a su
imagen pública y se sirven de un lenguaje ofuscante para
rechazar cualquier intento de establecer relaciones laborales
dependientes con su personal. La neolengua orwelliana las
coloca en una posición de vulnerabilidad, sobre todo frente
a imágenes al estilo de repartidoras y repartidores que usan
el apodo ‹Slaveroo› para referirse a Deliveroo. En segundo
lugar, la situación laboral de algunas y algunos periodistas
(jóvenes) como independientes o sujetas o sujetos a otros
acuerdos contingentes puede haber creado simpatías por la
causa del personal de reparto. Por último, las repartidoras
y los repartidores no tuvieron problemas para informar la
prensa y los medios sobre la decisión de Deliveroo de pasar
de una relación laboral auténticamente dependiente al
estatus de contratista independiente. En el centro de su
relato estaba la interrogante, por qué había que cambiar la
clasificación laboral, si el perfil del trabajo de entrega seguía
incambiado. Sin embargo, hubo algunas diferencias con res-
pecto a la recepción del relato en Bélgica y los Países Bajos.
En el caso de Bélgica, no cabe duda que la conformación
de la alianza entre el Colectivo de Repartidoras y Reparti-
dores y los sindicatos ha tenido un efecto provechoso para
el colectivo, porque los sindicatos pudieron hacer valer su
influencia en la prensa y los medios. La prensa belga publicó
varios artículos de opinion sobre la decisión de Deliveroo.
Sin embargo, figuras políticas de centroderecha y derecha
se hicieron eco de la visiüon de las plataformas, al referirse al
personal de plataformas como ‹microempresarios› (Zanoni
2019). Efectivamente, el primer gobierno de Michel presen-
tó la Ley De Croo como un escalón en el mercado laboral
que facilitaría el acceso de determinados grupos a trabajos
con mejores términos y condiciones laborales (no obstante,
v. Piasna y Drahokoupil 2019). La transición al modelo de
empleo independiente se extendió hasta enero de 2018, en
coincidencia con la profundización de las políticas de pro-
moción del trabajo en plataformas virtuales. De esta mane-
ra, Deliveroo pudo evitar un acuerdo colectivo que hubiera
mejorado los términos y condiciones laborales del personal
de reparto empleado por SMart que se estaba negociando
entonces. Mientras el primer gobierno de Michel alentó la
desregulación y flexibilización del mercado laboral, entre
11
LAS MOVILIZACIONES Y PROTESTAS DE LAS REPARTIDORAS Y LOS REPARTIDORES DE COMIDA Y SU PODER DE DISCURSO
otras medidas a través del trabajo en plataformas virtuales,
en los Países Bajos el debate público y politico se movió en
sentido contrario.
Pero el marcado incremento del número de trabajadoras y
trabajadores independientes unipersonales en los últimos
años puede intepretarse también como símbolo de un fenó-
meno más amplio: la reducción de los niveles de protección
social ha estado en la agenda política de los Países Bajos
por mucho tiempo (Borstlap 2020). Aunque las repartido-
ras y los repartidores no prestan atención a este aspecto
del debate, porque las plataformas de comidas recurren
fundamentalmente a los contratos temporales a través de
agencias o a la modalidad del trabajo unipersonal individual,
como se desprende de un informe de denuncia con nombres
y apellidos de la FNV sobre las prácticas laborales (2019).21
Esto puede explicar, por qué el relato de las repartidoras y
los repartidores encontró un eco más fuerte en la prensa y
los medios de los Países Bajos, pero también en la arena po-
lítica. El relato fue ampliamente difundido y se convirtió en
tema de varios vlogs y programas televisivos (muy) popula-
res, lo que contribuyó a que la causa del personal de reparto
ganara el apoyo de la opinion pública.22 Por lo tanto, sus
movilizaciones y protestas se percibieron como eficaces, en
la medida que aumentaron la presión política para dejar sin
efecto la flexibilización y desregulación del mercado laboral,
como quedó demostrado en una sesión que el parlamento
holandés dedicó al caso de Deliveroo (FNV 2017). El poder
de discurso puede explicar también, por qué en Holando
el potencial de las alianzas con otras organizaciones quedó
sin explorar en profundidad. En efecto, ni las protestas en
las calles ni el debate politico llevaron a Deliveroo a dejar su
cambio de política sin efecto.
La posterior vuelta a las cuestiones
sindicales más familiares
Las movilizaciones y protestas callejeras en Bélgica y los
Países Bajos no fueron desvíos de la ola de huelgas que afec-
taron la entrega de comida por plataforma en el invierno de
2017–2018 (Cant 2018). No obstante, las acciones colecti-
vas de las repartidoras y los repartidores tuvieron carácter
efímero; perdieron fuerza después de enero de 2018. Es
probable que un gran porcentaje de quienes trabajan en el
reparto, entre ellos algunos líderes, hayan optado por ‹la sa-
lida en lugar de la voz›, es decir, simplemente abandonaron
el trabajo en el sector de la entrega de comida, o sus con-
tratos fueron cesados por decisión unilateral de Deliveroo.
Desde entonces se produjeron solo algunas acciones limita-
das, por ejemplo algunos paros de actividad en las ciudades
belgas de Gante y Lieja, en junio de 2019 y marzo de 2020,
respectivemente, y en la ciudad holandesa de Groningen,
21 Solo una minoría de las relaciones de trabajo se rige por contratos la-
borales estándar.
22 V. a modo de ejemplo: https://www.youtube.com/watch?v=cbjUl-
0gAvRk
en marzo de 2019.23 Desde febrero de 2018 los sindicatos
de ambos países han trabajado en el perfeccionamiento de
sus propias estrategias relativas al personal de reparto de
comida. Iniciaron acciones legales contra el estatus laboral
del personal de reparto. Esto no debe interpretarse como
opción por un plan alternativo; la organización y la acción
legal siempre han ido de la mano, aunque la segunda op-
ción forma parte de una estrategia de rutina con la que los
sindicatos se sienten más cómodos, aunque podría significar
un camino muy largo y agotador con resultado incierto. Sin
embargo, dicha estrategia constituye el camino más eficaz
para cambiar la relación laboral de contratista, si la causa se
decide a favor de los sindicatos.
Los sindicatos belgas se opusieron decididamente al régi-
men de pluriempleo, porque veda el acceso del personal a
la protección social y socava el financiamiento del sistema
de seguridad social, mientras el Estado pierde ingresos im-
positivos (Serroyen 2015). En 2018 los sindicatos y algunas
asociaciones empresariales en representación de comercios
menores –éstas últimas por temor a la competencia des-
leal– iniciaron una causa ante la Corte Suprema. Dos años
más tarde, la Corte derogó el régimen tributario especial
que alentó el trabajo en plataformas virtuales por constituir
una vulneración del principio de igualdad consagrado por
la Constitución, aunque las trabajadoras y los trabajadores
podían acogerse al régimen de pluriempleo hasta finales
de 2020. Además, el caso de Deliveroo dio lugar a que el
inspector de trabajo investigara el estatus de contratista del
personal de reparto. Los sindicatos apoyaron a las repartido-
ras y los repartidores en las audiencias, cuando así lo pidie-
ron, pero al término de la redacción del presente artículo la
decisión del caso seguía pendiente. Ante la eventualidad de
que el tribunal de trabajo de Bruselas decida que la relación
laboral de contratista está basada, efectivamente, en el falso
trabajo independiente, Deliveroo ya amenazó con su retiro
parcial de Bélgica, es decir a excepción de algunas ciudades
(Le Soir, 20 de enero de 2020). En los Países Bajos, una
causa piloto contra Deliveroo terminó con una sentencia a
favor de FNV en 2019, cuando el tribunal resolvió que las
repartidoras y los repartidores debían considerarse teníen
estatus de empleado, en lugar de contratista independiente
(De Volkskrant 6 September 2019). Sobre la base de esta
sentencia la FNV inició otra causa judicial en agosto de 2020
en la que reclamó la firma de contratos de trabajo para dos
repartidores. Hasta ahora el Estado se ha abstenido de
establecer regulación alguna, mientras Deliveroo presentó
una apelación contra la decisión en la causa piloto, cuya re-
solución estaba pendiente, cuando se terminó la redacción
del presente artículo.
23 Los reglamentos de huelga no son aplicables a repartidoras y reparti-
dores con estatus de contratista independiente. Esto implica también
que los datos oficiales sobre acciones colectivas no incluyen los sec-
tores de la economía de plataformas que trabajan con contratistas
independientes.
12
FRIEDRICH-EBERT-STIFTUNG – EN LA CALLE: SINDICALISMO IMPROVISADO
9 CAPACIDADES Y RESPUESTAS
SINDICALES A LAS REPARTIDORAS Y
LOS REPARTIDORES
Esta sección se centra en los sindicatos para diferenciar a
nivel analítico entre dos capacidades sindicales: interme-
diación y aprendizaje organizacional (Lévesque y Murray
2010). La intermediación se define como la capacidad de
un sindicato de construir un consenso interno que permita
desarrollar políticas y estrategias comunes para la represen-
tación de los intereses y necesidades de sus integrantes y
las trabajadoras y los trabajadores en general. El aprendi-
zaje y la flexibilidad organizacional hacen referencia a los
procesos de autorreflexión e imaginación para desaprender
y aprender de las experiencias sindicales pasadas y poder
abordar desafíos nuevos a partir de políticas y estrategias
innovadoras. De esta manera el aprendizaje y la flexibilidad
organizacional comparten su enfoque experimental con
el sindicalismo desde la improvisación, aunque este tiene
menos nociones preconcebidas y se presenta más abierto
a nuevas posibilidades (Oswalt 2016). En el marco del sin-
dicalismo desde la improvisación sin planificación acabada
las decisiones se toman durante la acción y se apoyan en
procedimientos mínimos, todo lo cual puede considerarse
un paso intermedio hacia el aprendizaje y la flexibilidad
organizacional.
El estatus de contratista complica la
construcción de consensos
Las confederaciones de Bélgica y los Países Bajos con-
sensuaron rápidamente su visión de que el trabajo de
las repartidoras y los repartidores de comida se basa en
contratos con falsos independientes, de modo que no se
puede hablar de personas individuales auténticamente inde-
pendientes. Aceptar tales contratos socavaría la regulación
de las relaciones laborales en la economía convencional. Sin
embargo, en un primer momento las estrategias para lograr
y defender ese principio no fueron tan claras. En general, las
estrategias propuestas iban desde la limitación de la mem-
bresía a trabajadoras y trabajadores en relaciones laborales
legales hasta la impugnación de los contratos basados en el
estatus de contratistas de las repartidoras y los repartidores
y, en el otro extremo, su afiliación independientemente
de la legalidad de su estatus laboral. A diferencia de las
primeras dos estrategias que consolidan determinados
aspectos problemáticos, sobre todo la falta de iniciativa
estatal para regular la economía de plataformas, la última
facilita la organización, es decir el poder asociativo de los
sindicatos. Por cierto, las estrategias no son excluyentes: en
la práctica, se ha transitado la ruta legal, es decir la apuesta
al poder institucional de los sindicatos, conjuntamente con
la organización que facilita la identificación de testimonios
que evocan las experiencias del personal de reparto con
la gestión algorítmica. Había que construir asimismo el
conocimiento experto necesario relativo a la entrega de
comida por plataforma, y debido a su carácter novedoso
se necesitaba tiempo de coordinación para que pudieran
desarrollarse estructuras sindicales diferentes. La falta de
estructuras adecuadas para las negociaciones colectivas y
el diálogo social en el sector de la entrega de comida por
plataforma y la economía de plataformas en general fue
un aspecto esencial para la comprensión de toda la temá-
tica, sobre todo mientras las repartidoras y los repartidores
fueron considerados contratistas independientes. Este
aspecto explica también, por qué la intermediación entre
los sindicatos no estuvo libre de tensiones. En realidad, las
repartidoras y los repartidores de comida por plataformas,
y en especial los independientes unipersonales, no cuadran
en las estructuras existentes de representación sindical.
Además, su estatus afecta los posibles campos de afiliación
de varios sindicatos, una situación nada común, por lo que
se necesitaba tiempo para aclarar esos asuntos.
Del sindicalismo desde la improvisación
inicial a …
Las respuestas iniciales de los sindicatos a las repartido-
ras y los repartidores de comida se caracterizaron por su
naturaleza ascendente: funcionarias o funcionarios sin-
dicales de tiempo completo (FTO, por su sigla en inglés) y
organizadoras u organizadores en Bélgica y los Países Bajos,
respectivamente, apoyaron los esfuerzos de movilización de
las trabajadoras y los trabajadores. En un primer momento,
el apoyo que las estructuras sindicales prestaron a esos
esfuerzos a través de recursos específicos fue bastante tibio,
aunque en realidad, no se necesitaban muchos recursos
financieros o de infraestructura.24 Las y los FTO y los orga-
nizadores se cuidaron de imponer ‹soluciones› preparadas
con anticipación por los sindicatos a las repartidoras y los
repartidores, incluso porque las herramientas tradicionales
de la negociación colectiva no se han establecido aún en la
economía de plataformas. Al principio intentaron entender
mejor los intereses y necesidades de quienes trabajan en el
reparto de comida. En Bélgica el sindicalismo desde la im-
provisación obedeció sobre todo a la dedicación de algunas
y algunos FTO durante las movilizaciones. Este compromiso
sigue vigente en la actualidad. La entrega de comida por
plataforma simplemente se agregó a las responsabilidades
de las y los FTO quienes, sin embargo, no pudieron prestar
toda su atención al personal de entrega, porque deben
ocuparse también de otros sectores. Los problemas que
afectaron a las repartidoras y los repartidores estuvieron
generalmente relacionados con cuestiones impositivas que
resultaron de sue status laboral inseguro. Por lo tanto la
prestación de ayuda a nivel individual, por ejemplo para
la declaración de los ingresos, es un aspecto importante,
aunque convencional, de la política sindical. A pesar de la
fuerte rotación de personal en el sector de la entrega de
comida por plataforma se mantienen los contactos entre las
y los FTO y el Colectivo de Ciclistas, y con ellos también el
poder de coalición, por lo cual el Colectivo autónomo cum-
ple un papel determinante como intermediario permanente
entre el personal de reparto y las y los FTO. A pesar de estar
integrado por las repartidoras y los repartidores con mayor
experience, el Colectivo es bastante frágil, porque depende
24 Por ejemplo en el caso de Holanda, durante el invierno de 2017–
2018 se podía reunir las repartidoras y los repartidores en la calle o
en espacios públicos ofreciéndoles un chocolate caliente. La prepa-
ración de banderas con el logotipo del Sindicato de Ciclistas es otra
medida igualmente económica.
13
CAPACIDADES Y RESPUESTAS SINDICALES A LAS REPARTIDORAS Y LOS REPARTIDORES
de algunas personas claves, cuyo perfil sociodemográfico
ya no estaría representando al conjunto de repartidoras y
repartidores de hoy en día.
Una creatividad ascendente similar caracterizó también la
fase inicial en Holanda. La decisión de Deliveroo de cambiar
el estatus laboral generó una sensación de urgencia para los
sindicatos, pero la asignación de recursos se atrasó un poco y
la respuesta sindical inicial no formó parte de una estrategia
coherente más amplia con respecto a la economía de plata-
formas. En cambio, se produjo una respuesta de parte de un
pequeño grupo de organizadoras y organizadores con expe-
riencia y formación formal de FNV y su compromiso e intui-
ción proactiva con respecto a la importancia que la entrega
de comida por plataforma estaría adquiriendo para la FNV.
Aprovecharon la oportunidad que las quejas y la sensación
de injusticia de las repartidoras y los repartidores ofrecieron
para involucrarse voluntariamente con el grupo, es decir
después de sus horas de trabajo. Gracias a su capacidad de
intermediación no tardaron en establecer contactos infor-
males con sus redes de identificación y solidaridad preexis-
tentes, mientras el departamento interno de ‹Aplicación &
Cumplimiento› de la FNV se involucró poco tiempo después
para proporcionar apoyo legal y preparar una demanda. El
mantenimiento de los contactos interpersonales entre las
organizadoras y los organizadores y la red de repartidoras y
repartidores fue más difícil en los Países Bajos que en Bélgi-
ca, luego de las protestas laborales. Esto se debe sobre todo
a la fuerte rotación del personal de reparto, la terminación
de los contratos por Deliveroo y la sensación de urgencia
que empezó a menguar en la medida que Deliveroo simple-
mente seguía sirviéndose del sistema de contratistas, pero
todo esto no fue suficiente para explicar la diferencia con el
contexto belga. Paralelamente, se redujeron los esfuerzos
de organización debido a circunstancias personales y el ca-
rácter de proyecto de la campaña correspondiente. Pasado
un tiempo, la FNV retomó la temática de las repartidoras y
los repartidores de comida y creó un grupo de trabajo con
el objetivo de elaborar un enfoque más integral que involu-
craría varios departamentos internos y sindicatos. De modo
que desde entonces se ha podido fortalecer la coordinación
y se aumentaron las asignaciones de personal específico y
recursos financieros. Desde mediados de 2018 el Sindicato
de Ciclistas ya no forma parte de FNV Youth; en cambio,
como parte de un proyecto más amplio fue transferido al
departamento de ‹Campañas› relativas a la economía de
plataformas, que abarca también a los transportes con
conductor basados en plataformas y hotelería. A pesar de la
falta de una estructura intermedia después de la absorción
del Sindicato de Ciclistas por la FNV, se fijó como punto de
partida del proyecto la revitalización de los esfuerzos por
acercarse a las comunidades digitales informales. De esta
manera, la organización del personal de reparto que trabaja
casi a jornada completa por las plataformas de comida se ha
convertido en un asunto prioritario.
… las nuevas tácticas e iniciativas en la
agenda sindical
La limitación territorial de la entrega de comida por platafor-
ma ha liberado energías creativas para establecer contactos
entre trabajadoras y trabajadores sin ocupación en Bélgica.
A modo de ejemplo, los sindicatos se acercaron a las reparti-
doras y los repartidores a través de actividades de reparación
de bicicletas o pidiendo pizza de varios restaurantes a través
de las aplicaciones de las plataformas, con el objetivo de
que las repartidoras y los repartidores se reunieran en el
mismo lugar. Entonces los sindicatos invitaron a las personas
presentes con la pizza, mientras escucharon sus experiencias
con la gestión algorítmica de las plataformas. También en el
ámbito del discurso de poder de los sindicatos, la BTB/UBT
llevó a cabo otra acción al instalar un restaurante temporal
frente a la sede central de Deliveroo en Bruselas, donde
pidieron comida a la empresa competidora, Takeaway.
com, que por lo menos mantiene un diálogo social con
los sindicatos. Las tácticas comprendieron conversaciones
individuales y la realización de encuestas para conocer los
perfiles de las repartidoras y los repartidores y conocer sus
preocupaciones. Sin desmerecer estas tácticas propias del
modelo de organización, este no debe ocupar un lugar cen-
tral en la estrategia sindical referida a la entrega de comica
por plataformas y la economía de plataformas en general.
Una de las reformas organizacionales más destacadas ha
sido el lanzamiento de ‹Independientes Unidos› (‹United
Freelancers›) dentro de la ACV/CSC en junio de 2019, muy
rechazado por cierto por algunas organizaciones que repre-
sentan las pequeñas empresas. Si bien su fundación no es
una consecuencia directa de las movilizaciones y protestas
de las repartidoras y los repartidores, la cobertura del debate
en curso sobre el estatus laboral en la prensa y los medios se
convirtió en una circunstancia afortunada para la promoción
de la nueva organización. La iniciativa tiene sus raíces en el
congreso de la ACV/CSC de 2015, donde se trató de esta-
blecer una posición común para la elaboración de una res-
puesta sindical al incremento del número de independientes
unipersonales en el mercado laboral de Bélgica (ACV 2015).
United Freelancers se inspiró en el sindicato alemán ver.di y
su proyecto Mediafon, pero también en algunos sindicatos
holandeses que organizan personas en régimen de indepen-
dientes unipersonales, cuando no se constituyó como sindi-
cato, sino como una plataforma integrada a la ACV/CSC que
cuenta, sin embargo, con un presupuesto asignado. United
Freelancers quiere acumular conocimiento experto relativo
a los intereses y necesidades de las mencionadas personas y
saber si trabajan en la economía de plataformas. De modo
que su principio organizativo está basado en la posición
de contratista de sus miembros, sin importar el sector en
el que trabajan. Hasta ahora, su actividad se ha centrado
en el reclutamiento de las y los independientes uniperso-
nales y la prestación de servicios para estas personas, no
en su movilización y organización. De esta manera, United
Freelancers trata de encontrar una respuesta adecuada al
desafío planteado por ese conjunto de trabajadoras y tra-
bajadores que no están directamente en contacto con el
sindicato, porque su lugar de trabajo cambia a menudo o
es inexistente debido al trabajo a distancia. Más tarde, la
o el integrante de United Freelancers es trasladada o tras-
ladado al sindicato que organiza el sector, donde trabaja
prioritariamente. La plataforma puede asimismo constituirse
en un modelo que inspira a los sindicatos que representan al
14
FRIEDRICH-EBERT-STIFTUNG – EN LA CALLE: SINDICALISMO IMPROVISADO
personal de pequeñas empresas, para que puedan ponerse
en contacto con sus integrantes. En agosto de 2020, United
Freelancers anunció un proyecto de investigación con los
auspicios del Gobierno flamenco y el Fondo Social Europeo
que apunta a mejorar la representación de las personas en
régimen de independientes unipersonales. La ABVV/FGTB
ha lanzado asimismo una página web propia, a pesar de su
enfoque más específico y ad hoc: se orienta exclusivamente
a las trabajadoras y los trabajadores de plataformas y no a
las y los independientes unipersonales como tales, y no es el
resultado de una resolución previa del Congreso.25
En los Países Bajos las organizadoras y los organizadores
se inspiraron sobre todo por enfoques de organización al
estilo estadounidense en sectores de escasa remuneración
como, por ejemplo, la limpieza. Asimismo fue relevante el
aprendizaje sindical transnacional en la medida que quienes
se encargaron de la organización estuvieron conscientes
de los esfuerzos de movilización y organización de los sin-
dicatos de base en el sector de la entrega de comida por
plataforma, por ejemplo en Italia y el Reino Unido. Más
específicamente, trataron de replicar su enfoque al cultivar
a propósito su apariencia ‹radical›. A nivel de los contenidos,
la organización por temas se hizo posible gracias al cambio
unilateral del estatus laboral por Deliveroo. Además, fueron
exitosos los ensayos de tácticas nuevas, cuando se reclutó a
repartidoras y repartidores a través de redes sociales y aplica-
ciones. Al igual que en Bélgica (cfr. Ulens 2017), también en
la agenda sindical de la FNV la economía de plataformas y la
digitalización adquirieron mayor protagonismo. Ya en 2017
un grupo de trabajo interno elaboró un document sobre la
economía de plataformas: se hicieron varias recomendacio-
nes, entre ellas el cabildeo a nivel nacional y europeo para
abordar el estatus laboral del personal de plataformas, pero
también los esfuerzos por organizar las trabajadoras y los
trabajadores (Lieman 2018:120–122). El document explica
que cualquier respuesta sindical articulada a la economía de
plataformas comprende múltiples niveles de decisión. Tanto
el enfoque ascendente de las organizadoras y los organiza-
dores y sobre todo las movilizaciones y protestas callejeras
del personal de reparto como la atención que suscitaron en
la prensa y los medios, contribuyeron fuertemente a que
se diera prioridad a los intereses y preocupaciones de las
repartidoras y los repartidores de comida, mientras impul-
saron una mayor toma de conciencia de la economía de
plataformas en general en la FNV.
10 CONCLUSIÓN: ENSEÑANZAS PARA
LOS SINDICATOS
Pueden ensayarse por lo menos cuatro hipótesis sobre las
razones que han llevado a sindicatos establecidos a compro-
25 La BTB/UBT encomendó asimismo un estudio sobre automatización y
digitalización para influir en la opinión pública (Moreels 2018). Ade-
más, una agrupación regional creó una página web propia referida a
la digitalización y la economía de plataformas con el objetivo de apo-
yar las redes transnacionales entre las y los representantes sindicales
con interés en estos temas. V. http://e-tuned.org
meterse con las repartidoras y los repartidores de comida en
Bélgica y los Países Bajos. Primero, hay una razón externa
basada en su poder de discurso bastante significativo. A
nivel público, la participación sindical en las movilizaciones y
protestas callejeras promueve la imagen de un movimiento
sindical que trabaja en el área de la economía de plataformas
y se compromete con trabajadoras y trabajadores jóvenes en
situaciones precarias, a menudo de origen inmigrante. De
esta manera los sindicatos pueden presentarse como orga-
nizaciones que adoptan una posición activa con el objetivo
de lograr mejores términos y condiciones laborales para una
fuerza de trabajo vulnerable.
En segundo lugar, los sindicatos entendieron su involucra-
miento en la entrega de comida por plataforma como una
curva de aprendizaje hacia la regulación de otros tipos de
trabajo en plataformas virtuales. En la medida que la en-
trega de comida por plataforma se ha constituido en un
sector muy visible en el contexto urbano, el mismo puede
ser definido como emblemático o simbólico del enfoque
sesgado de «mi jefe es una app» de la economía de pla-
taformas. Gracias al fuerte poder de discurso de las repar-
tidoras y los repartidores de comida los sindicatos fueron
capaz de aumentar su influencia política y de fortalecer en
general el escaso poder institucional del personal de plata-
formas en la actualidad. No obstante, el debate politico y
público sobre la desregulación y flexibilización del mercado
laboral en los Países Bajos, donde los sindicatos cuentan
con mejores oportunidades políticas que en Bélgica, hasta
ahora no ha generado mejoras significativas para el perso-
nal de reparto de comida por plataforma, a pesar de una
decisión reciente de la justicia a su favor. Además, muchos
acuerdos laborales en la economía de plataformas no son
novedosos, y tampoco están, necesariamente, limitados a
ella. En general, el trabajo en plataformas virtuales puede
conceptualizarse como la profundización contemporánea
del resquebrajamiento de la producción, acompañado de
acuerdos laborales precarios. Por lo tanto, las acciones
sindicales referidas a la entrega de comida por plataforma
pueden dejar enseñanzas importantes sobre tales acuerdos
y la gestión algorítimica que se percibe también como una
amenaza a la economía tradicional.
Tercero, hay también una razón interna que motiva la orga-
nización de las repartidoras y los repartidores de comida: la
movilización y la protesta puede impulsar a otros sindicatos
a que se decidan por el modelo de organización o, por lo
menos, a favor de tácticas innovadoras de reclutamiento y
movilización. En efecto, el sindicalismo desde la improvisa-
ción parece haberse convertido en parte de las tendencias
y patrones existentes. De acuerdo al marco conceptual de
McAlevey (2016) los sindicatos belgas están combinando
una estrategia representative basada en la actuación política
con movilizaciones y, en menor medida, la organización en
profundidad (Vandaele 2020). Mientras se adaptaron algu-
nas tácticas asociadas al modelo de organización para orga-
nizar a las repartidoras y los repartidores, aún es temprano
para saber, si dichas tácticas se extenderán a otros sindicatos
o formarán parte de una estrategia de organización arraiga-
da. Esto contrasta con los Países Bajos, donde los sindicatos
15
CONCLUSIÓN: ENSEÑANZAS PARA LOS SINDICATOS
de algunos sectores se reorientaron hacia el modelo de
organización, aunque sigue predominando el énfasis en
el trabajo politico en la FNV, donde las movilizaciones se
mantienen tradicionalmente en niveles mínimos (Tamminga
2017). El caso de las trabajadoras y los trabajadores de en-
trega de comida una vez ha puesto al descubierto algunas
tensiones entre la organización (en términos de asignación
de recursos) y representación política. Sin embargo, tanto
en Bélgica como en los Países Bajos la autonomía de las y
los FTO y de las y los organizadores, respectivamente, se
constituyeron en prerrequisito del enfoque ascendente y del
sindicalismo desde la improvisación.
Por último, importa el perfil de las repartidoras y los repar-
tidores: son estudiantes jóvenes o de orígen inmigrante.
Posiblemente, sea su primer contacto con un sindicato (en la
transición de la escuela al trabajo). El trabajo con estas per-
sonas ofrece la posibilidad de sensibilizarlas por sus derechos
laborales y los riesgos de salud y seguridad relacionados con
la entrega de comida por plataforma y el sindicalismo en ge-
neral. Se trata de un nuevo camino para que los sindicatos
dejen en claro que la economía de plataformas no debe ser
considerada como la nueva ‹normalidad› en las relaciones
laborales. Además, desde la perspectiva de la organización
sindical, las comunidades digitales y grupos activistas offline
autónomas con base en la red pueden ser consideradas
estructuras preexistentes de identificación y solidaridad que
pueden ser aprovechadas con cierta facilidad.26 El trabajo
con ellas es una vía para entender los intereses y necesi-
dades de estudiantes, trabajadoras y trabajadores jóvenes
y, cada vez más, inmigrantes que trabajan en la entrega
de comida por plataforma. Posiblemente, una masa crítica
de repartidoras y repartidores de comida podría ofrecer un
potencial de activistas sindicales sin explorer en el futuro
que, además podría actuar como impulsor de la innovación
y revitalización sindical.
26 Desde la perspectiva de las repartidoras y los repartidores el epíteto
‹preexistente› no parece muy apropiado, porque implica una visión
evolutiva en materia de formación organizacional.
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FRIEDRICH-EBERT-STIFTUNG – EN LA CALLE: SINDICALISMO IMPROVISADO
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(eds.) Work and labor in the digital age (research in the sociology of
work, vol. 33), Bingley, Emerald Publishing Limited, pp. 145–164.
Kurt Vandaele es investigador principal del Instituto Sin-
dical Europeo de Bruselas. Sus areas de especialización son
la revitalización sindical, el repertorio de acciones obreras
colectivas, la economía de plataformas y la economía políti-
ca de Bélgica y los Países Bajos.
ISBN 978-3-96250-670-4
IMPRENTA
NOTA DE AUTOR IMPRENTA
Las opiniones expresadas en esta publicación no representan necesaria-
mente las de la Friedrich-Ebert-Stiftung {o de la organización para la que
trabaja el autor}. Esta publicación ha sido impresa en papel fabricado
bajo los criterios de una gestión forestal sostenible.
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y Desarrollo | Hiroshimastr. 28 | 10785 Berlín | Alemania
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prohibido sin previa autorización escrita de la FES.
EN LA CALLE: SINDICALISMO IMPROVISADO
Repartidoras y repartidores de plataformas en Bélgica y los Países Bajos
Más información sobre el tema se puede encontrar aquí:
https://www.fes.de/lnk/transform
Repartidoras y repartidores de comi-
da por plataforma en Bélgica y los Paí-
ses Bajos se movilizaron durante el in-
vierno de 2017–2018. Se opusieron a la
decisión de Deliveroo de operar sobre
la base de un régimen de contratistas
carente de derechos laborales y de pro-
tección social, en el que los riesgos de
salud y seguridad se trasladan al per-
sonal. Se organizaron en comunidades
digitales online y grupos activistas off-
line y se acercaron a los sindicatos es-
tablecidos con el objetivo de fortalecer
su poder de coalición. Los sindicatos a
su vez apoyaron las movilizaciones con
respuestas que tuvieron un marcado
carácter ascendente y dieron lugar a
un sindicalismo desde la improvisación,
por ejemplo, a través de tácticas creati-
vas de movilización.
Gracias a la construcción de alianzas
las repartidoras y los repartidores con-
taron con el respaldo del poder insti-
tucional de los sindicatos: recursos
financieros, conocimiento legal y expe-
riencia política. Los sindicatos a su vez
se sorprendieron por el poder de dis-
curso de las repartidoras y los reparti-
dores, cuya movilización encontró un
eco entre neutro y positivo en la pren-
sa y los medios, sobre todo en los Paí-
ses Bajos. Sin embargo, ni las protestas
callejeras ni el debate político pudieron
evitar que Deliveroo cambiara su políti-
ca. Los sindicatos por su parte empren-
dieron acciones legales para cambiar el
estatus laboral de contratista que cul-
minaron en sentencias favorables; sin
embargo, hasta ahora las autoridades
belgas y holandesas se han abstenido
de reglamentar la situación.
Las movilizaciones y protestas, así co-
mo la atención que generaron en la
prensa y los medios contribuyeron a
que los sindicatos tomaran conciencia
de la economía de plataformas. Rápi-
damente, llegaron a un consenso de
que el personal de reparto trabaja so-
bre la base de contratos de empleo en-
cubierto. Si bien las repartidoras y los
repartidores no se adaptan plenamen-
te a las estructuras de representación
sindical existentes, los sindicatos enten-
dieron que la entrega de comida tiene
un valor simbólico para la economía de
plataformas en general, por lo que de-
bían movilizar y organizar a este grupo
de trabajadoras y trabajadores.

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Article
Full-text available
Most people tend to join mainstream trade unions for instrumental motives and not so much for ideological reasons. This instrumentalism, together with the passivity of most union members, endangers members’ union loyalty and their willingness to act collectively. One possible way to de-emphasize the traditional model of service-oriented unionism and strengthen union commitment is to involve members in small union tasks. By partially assigning day-to-day union work to lay members, it is believed that over-stretched union representatives will be able to assign more time to implementing union policies of strategic importance. The article examines to what extent new union members are willing to voluntarily engage in union tasks inspired by organizing unionism. To test this empirically, an e-survey was conducted among first-time members of a Belgian union. Predominantly young, the respondents had been members of the union for maximum of seven years. Belgium is an interesting case for exploring how member union ties can be boosted, as it is a quintessential example of a country with a high union density characterized by instrumental and passive membership. Following the deletion of cases with missing data, 518 observations are available for analysis. The dependent variable measures the organizing oriented activism intent based on union tasks reflecting one-on-one organizing tactics for reaching out to potential members. A critical mass of 41.3% new members is (greatly) interested in at least one task. The regression results show that two variables derived from the planned behaviour theory significantly influence organizing-based union tasks: the pro-union context and behavioural self-control, with the latter in particular a very strong antecedent. Apart from the finding that a larger membership base is interested in performing organizing-oriented tasks, the results also, support a developmental view on union activism, i.e. a step-by-step approach to stimulating union activism via introducing various levels of union participation. La plupart des gens ont tendance à s’affilier à un syndicat traditionnel pour des raisons pragmatiques, bien plus que pour des motifs idéologiques. Ce pragmatisme, conjugué à la passivité de la majorité des syndiqués, affaiblit la loyauté syndicale des affiliés et leur prédisposition à l’action collective. L’implication des membres dans des tâches syndicales plus modestes pourrait constituer une manière de sortir de ce modèle traditionnel (syndicalisme de service) et venir renforcer l’engagement syndical. En attribuant une partie du travail syndical quotidien à des membres ordinaires, les représentants syndicaux surchargés pourraient consacrer plus de temps à la mise en oeuvre des politiques syndicales d’importance stratégique. L’article examine dans quelle mesure les nouveaux affiliés en général sont disposés à s’engager volontairement dans des tâches syndicales inspirées par un syndicalisme basé sur l’engagement des affiliés. Pour le vérifier de manière empirique, une enquête en ligne a été menée auprès des membres qui s’affilient pour la première fois auprès d’un syndicat belge. Les répondants, jeunes pour la plupart, ne sont affiliés à ce syndicat que depuis sept ans au maximum. La Belgique constitue un cas intéressant pour analyser la manière de renforcer les liens entre les syndicats et leurs membres, car il s’agit par excellence d’un pays où la présence d’un taux élevé de syndicalisation s’accompagne d’une affiliation généralement pragmatique et passive. Une fois écartés les cas pour lesquels certaines données manquaient, 518 observations étaient disponibles pour l’analyse. La variable dépendante mesure le niveau de militantisme axé sur la mobilisation, sur la base des tâches syndicales reflétant des tactiques de recrutement face à face pour atteindre les membres potentiels. Une masse critique de 41,3 % de nouveaux membres se disent (très) intéressés par au moins une tâche. Les résultats de la régression montrent que deux variables dérivant de la théorie du comportement planifié influencent de manière significative les tâches syndicales militantes : un contexte favorable au mouvement syndical et, de manière encore plus nette, un autocontrôle du comportement. En plus de montrer que des tâches militantes peuvent intéresser une base syndicale plus large, les résultats plaident pour une approche progressive du militantisme syndical, soit une approche étape par étape qui vise à stimuler le militantisme syndical en introduisant des niveaux différents de participation syndicale.
Book
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This working paper presents the results of the ETUI Internet and Platform Work Survey conducted in Bulgaria, Hungary, Latvia, Poland and Slovakia in 2018-2019. The objective is to map the extent of digital labour in central and eastern Europe (CEE). We analyse two types of online sources for generating income: internet work; and its subset, platform work. We find that past experiences with generating income on the internet are relatively common among working age adults. However, the prevalence of regular internet and platform work remains very low in all five CEE countries; indeed, lower according to our estimates than in other comparative surveys. We attribute the differences to the inconsistent quality of non-representative samples of internet users that were deployed in other studies and, in particular, the use of paid, opt-in online surveys which themselves are examples of online gig work. We do not find evidence that internet and platform work is creating a qualitatively new labour market that encroaches on traditional age and gender segmentation. Neither is it a market of ‘student jobs’. Moreover, the labour market situation of internet and platform workers was somewhat more precarious than that for employed people generally, with a higher incidence of non-standard and fragmented employment. Finally, services requiring higher skills and creativity were among the least prevalent forms of internet work, suggesting little overlap with the knowledge-based economy.
Article
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In light of the individualisation, dispersal and pervasive monitoring that characterise work in the ‘gig economy’, the development of solidarity among gig workers could be expected to be unlikely. However, numerous recent episodes of gig workers’ mobilisation require reconsideration of these assumptions. This article contributes to the debate about potentials and obstacles for solidarity in the changing world of work by showing the processes through which workplace solidarity among gig workers developed in two cases of mobilisation of food delivery platform couriers in the UK and Italy. Through the framework of labour process theory, the article identifies the sources of antagonism in the app-mediated model of work organisation and the factors that facilitated and hindered the consolidation of active solidarity and the emergence of collective action among gig workers. The article emphasises the centrality of workers’ agential practices in overcoming constraints to solidarity and collective action, and the diversity of forms through which solidarity can be expressed in hostile work contexts.
Article
This article discusses the experimentation led by SMart in Belgium, a worker cooperative founded to support freelance artists – and subsequently extended to other freelancers – with the aim of helping them reduce four forms of uncertainties that affect such workers. Over the past 20 years, SMart has sought to secure broader access to social protections for these workers, shifting its strategies to accommodate the changes in rules set by the Belgian federal state. Today, experimentation abounds for various types of intermediation with new forms of employment, but SMart is notable for its ambition to build a cooperative firm providing the protections of wage work to beneficiaries otherwise ignored by social policies. Based on qualitative research conducted from a Deweyan perspective, and 48 in-depth interviews with SMart worker-members, the authors examine the ways in which SMart can be considered an example of democratic institutional experimentation providing collective capabilities to its worker-members in pursuit of better work.
Article
This article proposes experimentation as a framework for understanding actor agency in the changing regulation of work and employment. This involves contrasting institutional change with organisational and institutional experimentation approaches in order to understand how, in the context of uncertainty, actors in the world of work experiment with new ways of organising and seek to institutionalise them into new understandings, norms and rules. The article describes the fault lines of disruption that are generating a vast range of experiments in the world of work. These fault lines invite resilient responses and the development of collective capabilities at two levels: first, organisational experimentation, where social actors seek to modify or renew their organisations, networks and alliances and reflect on, assess and learn from their experiments; second, institutional experimentation, where these responses are scaled up and institutionalised over time through more general understandings, norms and rules. A key challenge for comparative research and strategising is to find the appropriate institutional conditions that will facilitate and enable organisational experiments, whilst overcoming constraining institutional conditions. This challenge is illustrated through the examples of co-working and the development of new forms of collective representation.
Article
The newly developed Leeds Index of Platform Labour Protest provides an overview of the developments in platform worker organisation and mobilisation on a global scale. Its findings so far reveal that: The main cause globally for labour protest is pay, with considerable geographical variation when it comes to other causes for dispute. Types of platform labour protest appear to vary more substantially between regions than between industries. Mainstream unions play a vital role in defending platform workers’ interests, especially in western Europe, while in the global South, protests are much more likely to be led by grassroots unions. Mainstream unions rely more frequently on legal challenges, while unofficial unions rely more frequently on strike actions.