ChapterPDF Available

Del siglo de las fiebres a los tiempos de la COVID-19: clima, enfermedad y estacionalidad

Authors:

Abstract

Entre las numerosas repercusiones que ha ocasionado la epidemia de covid-19 está la posibilidad de que tenga un comportamiento estacional. En el pasado, los ritmos de la vida cotidiana estaban marcados por el paso de las estaciones, teniendo una influencia definitiva una de las enfermedades endémicas más características del siglo XVIII: las fiebres tercianas (malaria). Además del propio hecho de enfermar, la dolencia podía provocar la quiebra económica de las familias, condicionó definitivamente las políticas de salud pública y estimuló la presencia de remedios contras las fiebres como la quina o la nieve.
47 PERSPECTIVAS HISTÓRICAS SOBRE EPIDEMIAS Y PANDEMIAS
Del siglo de las ebres a los tiempos de la COVID-19: clima,
enfermedad y estacionalidad
Eduardo Bueno
Universidad Miguel Hernández de Elche. Instituto Interuniversitario López Piñero
mmm
Reexionaba Marc Bloch antes de alistarse en la Resistencia francesa
contra el nazismo que, quien estudia la Historia, lo hace porque tie-
ne interés en el presente, la «facultad –afirmaba– para aprehender
lo vivo es la principal cualidad del historiador1». En efecto, el historiador no
es un anticuario, entendido y erudito coleccionista de los hechos del pasa-
do, sino que, por encima de todo, está seducido por la actualidad, aspira a
comprender el pasado y pretende construir un conocimiento histórico ca-
paz de aportar cierta perspectiva al mundo en el que vive. No significa esto
que la Historia deba considerarse como «maestra de vida», una visión un
tanto naif y ya superada, pero resulta innegable que el pensar y pensarse
históricamente permite ampliar la comprensión de hechos y procesos, en-
tendiendo las particularidades de unos contextos que, con frecuencia, son
mucho más complejos de lo que parece a partir de un análisis solo desde el
presente. Una de las aportaciones que, en esta línea, puede realizar la His-
toria en la situación actual de pandemia es ayudarnos a comprender mejor
la coexistencia del ser humano con las enfermedades a lo largo del tiempo.
Por ejemplo, entre las muchas incertidumbres que nos ha traído la pan-
demia de la COVID-19, superado ya en Europa el punto álgido en el momen-
to en el que escribo este texto, se encuentra la posibilidad de que la enfer-
medad retorne en otoño-inverno. Los lejanos ecos de la gripe de 1918 han
resonado con estruendosa actualidad ante esa potencial vuelta, de modo
que parece complicado encontrar a una persona medianamente informa-
da que no haya oído hablar de aquella trágica «segunda ola». Por otro lado,
1. Bloch, M. (2011) [1996]. Apología para la historia o el ocio de historiador. México DF: Fondo de
Cultura Económica, p. 71.
48 PERSPECTIVAS HISTÓRICAS SOBRE EPIDEMIAS Y PANDEMIAS
también se contempla que la COVID-19 devenga en una dolencia estacional,
apareciendo durante los meses templados y fríos en sucesivos años. Buena
parte de las enfermedades infecciosas poseen un componente estacional
y, por ejemplo, cada año la gripe común genera miles de muertos, requiere
de acciones concretas (campañas de vacunación o asistencia en diferentes
niveles del sistema sanitario) y provoca bajas laborales o gasto farmacéuti-
co. Sin embargo, en el contexto europeo, no hay ninguna afección que haya
provocado una disrupción social remotamente equiparable con la situación
que vivimos actualmente.
Así, parece que la inuencia de las condiciones climáticas se perfila co-
mo un factor que, necesariamente, debe considerarse a la hora de tomar
prevenciones y decisiones en relación a la COVID-19. Este hecho es incluso
más relevante si se tiene en cuenta el contexto de cambio climático que, de
no revertirse, conllevará una serie de trastornos de gran calado para la po-
blación mundial, como recogen los 8 informes del IPCC. En la relación entre
clima y enfermedad, el pasado 12 de marzo de 2020, el diario digital El Con-
fidencial publicaba un artículo que llevaba por título «8 El calor podría ex-
pulsar a España de la franja donde el coronavirus resulta más devastador». En el
cuerpo de la noticia se profundizaba sobre el particular: «España vivirá un
inusual anticipo veraniego con temperaturas que alcanzarán los 33 grados.
Esto podría ser una gran noticia en la lucha contra el COVID-19 (sic)», extra-
yendo esas conclusiones a partir de un 8 pre-print, finalmente publicado en
8 JAMA Network Open. Dos días después, se decretaba el estado de alarma
en nuestro país y, alarmados y confinados, asistimos en las siguientes se-
manas al crecimiento acelerado de aquella «curva», una figura geométrica
convertida en la plasmación visual de la pandemia y la muerte. Finalmente,
la «curva» se «doblegó» (término que implicaba la victoria sobre la misma),
pero resulta complicado sostener que la entrada de temperaturas más cáli-
das pudiese haber sido determinante en ese contexto.
Dejando a un lado el tino de las deducciones del mencionado artícu-
lo periodístico, la urgencia y la provisionalidad que ha invadido todo de
un tiempo a esta parte, nos ha obligado a conjugar el modo condicional
del verbo poder mucho más de lo acostumbrado. Y así, el hecho de que las
condiciones atmosféricas sean un elemento importante para favorecer o
dificultar la transmisión del SARS-CoV-2, por analogía con otros corona-
49 PERSPECTIVAS HISTÓRICAS SOBRE EPIDEMIAS Y PANDEMIAS
virus, se convierte en una hipótesis sobre la que se está investigando. Por
el momento, no existen evidencias sólidas de que temperatura, humedad,
presión, viento, etc…, hayan sido determinantes en la pandemia, tal y como
puede comprobarse en el informe 8 Clima, temperatura y propagación de la
COVID-19 del Instituto de Salud Carlos III, puesto que, además de la pro-
pia necesidad de un estudio con mayor recorrido cronológico, la adopción
de medidas encaminadas a limitar la expansión del contagio (aislamien-
to, distancia social, uso de mascarillas, etc.) dificultan discernir con clari-
dad cuáles son realmente los efectos provocados por la modificación de las
condiciones atmosféricas. De ahí que, tal y como señalaba en una 8 reciente
entrevista el geógrafo Jorge Olcina, uno de los mayores expertos en los ries-
gos asociados al cambio climático, en este momento sea el factor humano el
elemento decisivo para comprender y atajar la pandemia.
Ante la posibilidad de una estacionalidad de la COVID-19, considero per-
tinente recordar, en esta breve entrada, una de las enfermedades estacio-
nales más características del ámbito mediterráneo, íntimamente ligada con
las condiciones geográficas y climáticas y que estuvo muy presente en la vi-
da cotidiana de las poblaciones del pasado: la malaria, o más concretamen-
te, las fiebres tercianas y cuartanas, denominación que recibió incluso en
el siglo XX, eludiendo –por supuesto– cualquier intento de diagnóstico re-
trospectivo2. Esta enfermedad, de carácter endémico en nuestro país hasta
los años sesenta del siglo pasado3, marcó notablemente la realidad sanitaria
de tiempos pretéritos, en especial durante el siglo XVIII, centuria sobre la
que se centra esta reexión y a la que José Luis y Mariano Peset denomi-
naron «siglo de las fiebres»4. La aparición de estas fiebres, especialmente a
finales de la canícula y comienzos del otoño, era una realidad tan presente
que, en la monumental monografía de Fernand Braudel, El Mediterráneo y
2. Arrizabalaga, J. (1993). 8 La identicación de las causas de muerte en la Europa pre-industrial: al-
gunas consideraciones historiográcas. Revista de Demografía Histórica, 11(3), 23-47.
3. Rodríguez Ocaña, E., Ballester, R., Perdiguero Gil, E., Medina Doménech, R. M., y Molero Mesa,
J. (2003). La acción médico-social contra el paludismo en la España metropolitana y colonial del siglo
XX. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas.
4. Peset, J.L., y Peset, M. (1978). 8 Epidemias y sociedad en la España del Antiguo Régimen. Estudios
de Historia Social, 4, 7-28.
50 PERSPECTIVAS HISTÓRICAS SOBRE EPIDEMIAS Y PANDEMIAS
el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, constituían un componente
insoslayable de la unidad física mediterránea, marcando los ritmos anua-
les cuando los calores «desencadenaban males endémicos solo apacigua-
dos en invierno»5. La presencia de este mal, en mayor o menor medida,
era tan cierta que casi debería figurar entre las ilustraciones de los calen-
darios agrícolas que tan gráficamente reejaban la concepción cíclica del
devenir cotidiano.
Un viejo adagio rezaba que «por tercianas no doblan campanas», alu-
diendo a la limitada letalidad que, en el Mediterráneo, acompañaba a los
brotes que puntualmente aoraban cuando llegaba septiembre. Teniendo
en el horizonte las calamidades provocadas por la peste negra, es fácilmen-
te comprensible que las tercianas se afrontaran con la resignación y el es-
toicismo de quien poco puede hacer a nivel individual ante el embate de
una dolencia, pero que no necesariamente eran sinónimo de muerte. Sin
embargo, para una familia de extracción humilde, en el contexto del pau-
perismo propio de la Edad Moderna6, dejar de ganar unos jornales por ha-
ber contraído una enfermedad suponía un trastorno considerable que podía
empujarla a recurrir a la caridad.
Las fiebres, coincidiendo con el momento de las vendimias y la siembra
del cereal de invierno, generaban considerables pérdidas económicas a diver-
so nivel, pero también funcionaban como acicate para otro tipo de activida-
des. Por ejemplo, el comercio de la corteza del árbol de la quina, originario de
América, cuyo monopolio estuvo en manos de los jesuitas y que forma parte
del escudo heráldico del Perú. En este sentido, también el comercio de nieve
se vio favorecido, porque esta, sola o mezclada con limón, además de su uti-
lización recreativa, se convirtió en un remedio suministrado a dolientes en
aquellas zonas en las que era posible su transporte desde las montañas donde
5. Braudel, F. (2010) [1953]. El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II (Tomo
1). México: Fondo de Cultura Económica, p. 314.
6. Carasa Soto, P. (1987). Pauperismo y revolución burguesa (Burgos, 1750-1900). Valladolid: Uni-
versidad de Valladolid. Maza, E. (1987). Pobreza y asistencia social en España, siglos XVI al XX:
aproximación histórica. Valladolid: Universidad de Valladolid.
51 PERSPECTIVAS HISTÓRICAS SOBRE EPIDEMIAS Y PANDEMIAS
se hacía acopio durante el invierno y se conservaba en primavera y verano.
Las autoridades municipales trataban de asegurar su suministro permanente,
llegando a recurrir a pozos de nieve situados a decenas de kilómetros.
Por su parte, en un nivel institucional, a finales del estío se ponía es-
pecial énfasis en el desarrollo de medidas para minimizar el impacto de la
enfermedad. La desecación de aguas estancadas en procesos naturales o por
acción antrópica, el alejamiento de los muladares fuera del perímetro ur-
bano, el control de las manufacturas que generaban malos olores y, en defi-
nitiva, todo aquello que provocaba o coadyuvaba a la aparición de la enfer-
medad en el marco de la teoría miasmática del momento, configuraba esa
lucha contra el enemigo mortal e invisible, en la afortunada expresión de
Carlo Cipolla7. El vecindario, atendiendo a la proximidad de la época de las
fiebres, remitía sus quejas a las autoridades, alertando de la peligrosidad de
aquellos posibles focos de infección. Huelga decir que todas estas medidas,
ni eran suficientes, ni muchas se podían llevar a cabo con desempeño sufi-
ciente, por motivos evidentes: recursos humanos y presupuestarios, desa-
rrollo de la administración, capacidades técnicas… Por eso, a pesar de todas
las precauciones, las fiebres acababan prendiendo en la población. Entonces
llegaba el tiempo del cuidado por parte de familiares, vecinos, médicos u
otro personal asistencial, de la contrición y de los ruegos al altísimo.
En un contexto en que las acciones de prevención y tratamiento esta-
ban –obviamente– sujetas a unos saberes científicos y unas posibilidades
técnicas concretas muy diferentes a las actuales, la variable climática sí era
decisiva a la hora de determinar la aparición y extensión de un contagio.
En este sentido, se daba la paradoja de que la aparición de lluvias, necesa-
rias para alimentar los campos de cultivo, generaba lagunas que, llegado el
momento, se convertían en el medio idóneo para la proliferación del vector
de la malaria. Lo cierto es que, lejos de cualquier tipo de determinismo, du-
rante la conocida como anomalía climática Maldá, ocurrida en las últimas
7. Cipolla, C.M. (1993). Contra un enemigo mortal e invisible. Barcelona: Crítica.
52 PERSPECTIVAS HISTÓRICAS SOBRE EPIDEMIAS Y PANDEMIAS
décadas del siglo XVIII y caracterizada por la sucesión de periodos de fuerte
sequía interrumpidos por episodios de precipitaciones torrenciales8, fueron
más frecuentes los episodios de fiebres9.
Un aprendizaje basado en años y años de experiencia aconsejaba una
medida casi infalible para mitigar la extensión de la enfermedad entre la
población: dejar pasar el tiempo, confiar en que la llegada de un temple
más fresco sofocaría el contagio y devolvería las cosas a su cauce. Al igual
que en periodos de sequía, se trataba de dirigir la vista al cielo y esperar
que llegara el frío como agua de mayo. Esas esperanzas depositadas en la
mudanza en el tiempo también existieron en el caso de otros males epi-
démicos. Daniel Defoe lo reejó en su crónica novelada de la peste10. De
hecho, cabría preguntarse si, en el artículo de prensa citado al principio
de este escrito, las conclusiones se basaban más en la esperanza que en la
distanciada reexión.
No es mi intención –huelga decirlo– remarcar las diferencias que pue-
dan existir entre las fiebres en la Edad Moderna y la actual pandemia, pues,
como bien han demostrado los historiadores, los contextos son únicos e
irrepetibles. La relación entre clima y enfermedades fue más determinante
en el pasado, como pone de manifiesto el hecho de que la malaria se haya
erradicado en Europa, después de grandes esfuerzos en salud pública por
parte de los Estados. Además, la mundialización de la epidemia la ha dotado
de unas dimensiones descomunales dentro de una sociedad globalizada que
difícilmente pueden equipararse a las situaciones relatadas para el siglo
XVIII, en las que casi siempre primaba el municipio y su hinterland. No por
ello, sin embargo, dos contextos diferentes dejan de ser susceptibles de ser
8. Barriendos, M., y Llasat, M.C. (2009). El caso de la anomalía “Maldá” en la cuenca mediterrá-
nea occidental (1760-1800). Un ejemplo de fuerte variabilidad climática. En A. Alberola y J. Olcina
(Eds.), Desastre natural, vida cotidiana y religiosidad popular en la España moderna y contemporánea
(pp. 253-286). Alicante: Publicaciones de la Universidad de Alicante.
9. Bueno Vergara, E. (2017). 8 Fiebres tercianas, sequías y lluvias torrenciales en el Alicante del
Setecientos. Revista de Historia Moderna. Anales de la Universidad de Alicante (35), 377-409. Po-
metti Benítez, K.A. (2019). Inestabilidad ambiental y salud pública en una ciudad mediterránea del
Antiguo Régimen. Barcelona entre el paludismo y la ebre amarilla (1780-1821) [Tesis doctoral].
Universidad de Alicante.
10. Defoe, D. (2006). Diario del año de la peste. Valladolid: Alba Editorial.
53 PERSPECTIVAS HISTÓRICAS SOBRE EPIDEMIAS Y PANDEMIAS
interrogados con similares preguntas. Pero tampoco pretendo establecer
paralelismos entre pasado y presente, que los hay en muchos sentidos, tal y
como lo han demostrado solventes historiadores en diversos foros, incluido
este blog. El hecho de que, por ejemplo, Margarita del Val, viróloga del CSIC,
utilice el símil del mal olor en una 8 entrevista para explicar por qué en ex-
teriores es más difícil el contagio por el SARS-CoV-2 que en espacios inte-
riores, hace que resulte enormemente tentador evocar otros modos lejanos
de interpretar la enfermedad.
Por todo ello, mi objetivo es señalar el hecho de que la presencia de una
enfermedad que, de manera cíclica, era capaz de contagiar a un gran nú-
mero de personas, alterar los ritmos de la sociedad y marcar la agenda po-
lítica y la vida cotidiana, ha formado parte del acontecer histórico del ser
humano en las orillas del Mediterráneo hasta hace no demasiado tiempo.
En la centuria ilustrada, el siglo de las fiebres, las condiciones climáticas
eran determinantes para explicar la aparición de las fiebres hasta que las
políticas de salud pública lograron erradicarlas de muchas latitudes. En este
momento, «en tiempos de la COVID-19», expresión que ha logrado un gran
predicamento, la pandemia parece controlada en Europa después de haber
modificado sensiblemente nuestras costumbres. Según avancen los meses y
gracias a una información más sólida sobre el virus y su posible estacionali-
dad, comprobaremos si las precauciones dentro de esa «nueva normalidad»
son suficientes para contener los contagios o si, por el contrario, nueva-
mente tendremos que modificar y acompasar nuestro devenir cotidiano a
los ritmos de la nueva enfermedad.
8 Eduardo Bueno
Profesor Ayudante Doctor de Historia de la Ciencia en la
Universidad Miguel Hernández de Elche.
Investigador del Instituto Interuniversitario López Piñero
(Universidad Miguel Hernández de Elche).
Ricardo Campos, Enrique Perdiguero-Gil, Eduardo Bueno (eds).
Sociedad Española de Historia de la Medicina
Cuarenta historias
para una cuarentena:
reflexiones históricas sobre epidemias y salud global
Madrid: Sociedad Española de Historia de la Medicina, 2020
Cuarenta historias
para una cuarentena:
reflexiones históricas sobre epidemias y salud global
Autores: Jon Arrizabalaga, María José Báguena Cervellera, Rosa Ballester Añón, Josep L. Barona,
Josep Bernabeu-Mestre, Iris Borowy, Quim Bonastra, Eduardo Bueno, Montserrat Cabré i Pairet, Ricardo Campos,
Ramón Castejón Bolea, Salvador Cayuela Sánchez, Josep M. Comelles, Marcos Cueto, Isabel del Cura,
Carmel Ferragud, María Eugenia Galiana Sánchez, Xavier García Ferrandis, Francisco Garrido Peña, Araceli González
Vázquez, Bertha M. Gutiérrez Rodilla, Jesús Armando Haro, Justo Pedro Hernández González, Rafael Huertas,
Silvia Loyola, Francisco Javier Martínez, J. Ferran Martínez Navarro, Àlvar Martínez-Vidal, Luis Montiel,
Luis Miguel Pino Campos, María Isabel Porras Gallo, Enrique Perdiguero Gil, José Luis Peset, Karina Ramacciotti,
Esteban Rodríguez Ocaña, Marcelo Sánchez Delgado, María Jesús Santesmases, Carlos Tabernero.
ISBN: 978-84-09-22447-0
Portada: A hospital plague ward: attendants wearing protective clothing including headmasks and gloves. Waterco-
lour, 1915/1935 (?). Credit: Wellcome Collection.Attribution 4.0 International (CC BY 4.0)
Diseño: Furious Koalas S.L.
Ricardo Campos, Enrique Perdiguero-Gil, Eduardo Bueno (eds).
Esta obra está licenciada bajo la Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-Com-
partirIgual 4.0 Internacional. Para ver una copia de esta licencia, visite http://creativecommons.
org/licenses/by-nc-sa/4.0/ o envíe una carta a Creative Commons, PO Box 1866, Mountain View,
CA 94042, USA.
Tres meses después de la primea notificación de una neumonía en Wuhan (China) la So-
ciedad Española de Historia de la Medicina puso en marcha un blog Epidemias y Salud Global.
Reexiones desde la historia, para ofrecer información sólida y fundamentada sobre el pasado
de los fenómenos epidémicos desde la Historia de la Medicina, la Historia de la Ciencia, otras
disciplinas humanísticas y las Ciencias Sociales. Las reexiones publicadas han tenido por ob-
jetivo ofrecer herramientas intelectuales que permitan, en lo posible, afrontar las inquietudes
que genera la pandemia y darles una dimensión histórica, contextualizando la excepcionali-
dad de la situación. Los cuarenta ensayos publicados conforman las “Cuarenta historias para
una cuarentena, que dan título a este volumen. Se ofrecen aquí conjuntamente para facilitar
su consulta y como testimonio de lo pensado desde “dentro” de la pandemia sobre otras epi-
demias y pandemias del pasado, las respuesta sanitarias y sociales actuales y pasadas y, por
supuesto, la COVID-19.
INTRODUCCIÓN
I.- LAS PALABRAS DE LA PANDEMIA
Epidemia y peste, historia de una confusión terminológica
(Luis Miguel Pino y Justo Hernández González)
El lenguaje, entre los efectos de la pandemia
(Bertha M. Gutiérrez Rodilla)
II.- PERSPECTIVAS HISTÓRICAS SOBRE
EPIDEMIAS Y PANDEMIAS
Caracterización histórica de las epidemias
(Esteban Rodríguez Ocaña)
De ayer a hoy. El comportamiento de los sanitarios en tiempos de epidemia
(Carmel Ferragud)
Morir en tiempos de epidemia
(Carmel Ferragud)
Entre la gestión de la epidemia y el mantenimiento de la tranquilidad.
El coronavirus y los modelos de gestión de las epidemias de la era prebacteriológica
(Quim Bonastra)
Del siglo de las fiebres a los tiempos de la COVID-19:
clima, enfermedad y estacionalidad
(Eduardo Bueno)
Epidemias y guerras (I y II)
(Francisco Javier Martínez)
Una relectura de la pandemia de gripe de 1918-1919 en tiempos de la COVID-19
(María Isabel Porras Gallo)
¿Una herida invisible? Epidemia y pensamiento local sobre los ŷnūn en Marruecos
(Araceli González Vázquez)
El tifus exantemático en la España de posguerra (1941-1943):
¿un déjà vu en tiempos del coronavirus?
(Xavier García Ferrandis y Àlvar Martínez-Vidal)
Enfermedad y desigualdad social:
la epidemia de latirismo en la posguerra civil española
(Isabel del Cura y Rafael Huertas)
III.- LA MUNDIALIZACIÓN DE LA SALUD
Pandemias y mundialización de la salud (I y II)
(Esteban Rodríguez Ocaña)
La perspectiva histórica de la dimensión social de las epidemias en la lucha
contra la COVID-19
(Josep Bernabeu-Mestre y María Eugenia Galiana Sánchez)
La historia de la Organización Mundial de la Salud
(Marcos Cueto)
IV.- CONTROL, PREVENCIÓN, Y TRATAMIENTO
DE LAS ENFERMEDADES INFECCIOSAS
El «portador asintomático» en perspectiva histórica: el caso de Typhoid Mary
(Jon Arrizabalaga)
El seguimiento de contactos como estrategia de control de las enfermedades
venéreas: lecciones de nuestro pasado
(Ramón Castejón Bolea)
A vueltas con las encuestas sobre seroprevalencia:
cuándo, cómo y por qué se iniciaron
(María Isabel Porras Gallo, María José Báguena Cervellera y Rosa Ballester Añón)
A la búsqueda de soluciones en tiempos de pandemia.
La vacuna contra el cólera de Jaime Ferrán
(María José Báguena Cervellera)
Vacunas y panacea. A propósito de la erradicación de las enfermedades infecciosas
(Esteban Rodríguez Ocaña)
El extraño año 2020. Entre el 40 aniversario de la erradicación de la viruela y la
busca de la vacuna contra la COVID-19
(Ricardo Campos)
Las unidades de medicina intensiva como respuesta tecnológica y humanitaria a
las epidemias de poliomielitis de mediados del siglo XX
(Rosa Ballester Añón)
V.- REFLEXIONES SOBRE LA COVID-19
La COVID-19, una enfermedad emergente
(J. Ferran Martínez Navarro)
Reexiones biopolíticas en torno a la COVID-19
(Salvador Cayuela Sánchez)
La cara B de las epidemias: a propósito del control social
(Rafael Huertas)
Sobre las ciencias y la COVID-19
(Enrique Perdiguero-Gil)
Temporalidades del laboratorio y la clínica
(María Jesús Santesmases)
¿La bolsa o la vida? Doce enseñanzas de urgencia sobre la pandemia.
(Francisco Garrido Peña)
Cuatro notas sobre la pandemia
(Josep L. Barona)
COVID-19: ¿Lecciones del pasado?
(Iris Borowy)
La pandemia y la crisis de una cultura sanitaria
(Josep M. Comelles)
Paciente 0. La invención del culpable
(Silvia Loyola)
«A la buena de Dios».
Comunidades indígenas en México ante la pandemia de la COVID-19.
(Jesús Armando Haro)
Chile y la COVID-19:
el caso de un Estado mínimo y de un gobierno sin legitimidad política
(Marcelo Sánchez Delgado)
VI.- MUJERES, GÉNERO Y EPIDEMIAS
Jerarquías del cuidado y representación simbólica de la enfermedad epidémica
(Montserrat Cabré i Pairet)
Virus y género: coronas y microscopios en la era antibiótica
(María Jesús Santesmases)
La enfermería argentina en tiempos de crisis sanitaria
(Karina Ramacciotti)
VII.- EPIDEMIAS Y FICCIÓN
Dos actitudes ante la reclusión en tiempos de epidemia bajo el microscopio
emocional de la literatura
(Luis Montiel)
De nuevo, en «estado de sitio»
(José Luis Peset)
Primavera silenciosa en el planeta COVID-19
(Carlos Tabernero)
mmm
Article
El presente artículo tiene por objeto describir los inicios y evolución de la hospitalización de personal castrense en Tarragona. Los orígenes se remontan a 1713, cuando las tropas borbónicas ocuparon el hospital civil de la ciudad tarraconense para dar atención a sus enfermos y heridos de guerra. Ello obligó a los administradores del mencionado hospital civil a buscar y alquilar un nuevo edificio para albergar a los enfermos pobres de Tarragona. Esta situación se perpetuó hasta 1750, cuando el rey Fernando VI acordó que el edificio hospitalario –ocupado a finales de la Guerra de Sucesión española– combinase las funciones de hospital civil y militar. A partir de entonces y hasta 1931, solo una parte del hospital civil de Tarragona se dedicó para la atención de militares, siendo el Ejército el encargado de sufragar los costos derivados de la estancia de sus tropas.
ResearchGate has not been able to resolve any references for this publication.