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e290414 Profesional de la información, 2020, v. 29, n. 4. e-ISSN: 1699-2407 1
Orígenes y desarrollo de la teoría de
la agenda setting en Comunicación.
Tendencias en España (2014-2019)
Origins and development of the agenda-setting theory
in Communication: trends in Spain (2014-2019)
Alberto Ardèvol-Abreu; Homero Gil de Zúñiga; Maxwell E. McCombs
Cómo citar este arculo:
Ardèvol-Abreu, Alberto; Gil de Zúñiga, Homero; McCombs, Maxwell E. (2020). “Orígenes y desarrollo de la
teoría de la agenda seng en Comunicación. Tendencias en España (2014-2019)”. Profesional de la informa-
ción, v. 29, n. 4, e290414.
hps://doi.org/10.3145/epi.2020.jul.14
Arculo recibido el 17-09-2019
Aceptación deniva: 10-02-2020
Alberto Ardévol-Abreu *
hps://orcid.org/0000-0001-8722-5226
Universidad de La Laguna
Dpto. de Psicol. Cogniva, Social y Org.
Campus de Guajara, Apartado 456.
38200 San Cristóbal de La Laguna (Santa
Cruz de Tenerife), España
aardevol@ull.es
Homero Gil de Zúñiga
hps://orcid.org/0000-0002-4187-3604
Universidad de Salamanca, España
hgz@usal.es
Pennsylvania State University, EUA
hgzn@psu.edu
Universidad Diego Portales, Chile
homero.gildezuniga@mail.udp.cl
Financiación
El primer autor es beneciario del Programa ‘Viera y Clavijo’ de la Agencia Canaria de Invesgación, Innovación y
Sociedad de la Información (ACIISI) y la Universidad de La Laguna.
Resumen
La teoría de la agenda seng establece como hipótesis central que existe un fenómeno de transferencia de relevancia
desde la agenda de los medios de comunicación hasta la agenda del público. Desde su formulación en los años 70 del
siglo XX, el modelo explicavo de la agenda seng de asuntos (primer nivel) se ha ido ramicando para poder explicar la
transmisión de la agenda de los atributos (segundo nivel) y la agenda de redes –o relaciones– (tercer nivel). El presente
arculo lleva a cabo una revisión del modelo y su evolución teórica y empírica, para acabar acercándose a su ulización
en la invesgación publicada en España en el úlmo quinquenio. A pesar de la amplia repercusión de la agenda seng
en la invesgación publicada en este país, muchos de los trabajos ulizan la teoría como marco general para llevar a cabo
análisis de contenido sin llegar a plantear (empíricamente) ningún fenómeno de transferencia de relevancia.
Palabras clave
Agenda seng; Establecimiento de la agenda; Medios de comunicación; Agenda de los medios; Agenda del público;
Efectos de los medios; Comunicación; España; Arculo de revisión.
Maxwell E. McCombs
hps://orcid.org/0000-0001-5292-0958
Moody College of Communicaon
School of Journalism
Belo Center for New Media.
300 W Dean Keeton St.
Ausn, TX 78712, United States of America
maxmccombs@utexas.edu
Alberto Ardèvol-Abreu; Homero Gil de Zúñiga; Maxwell E. McCombs
e290414 Profesional de la información, 2020, v. 29, n. 4. e-ISSN: 1699-2407 2
Abstract
The core hypothesis of the theory of agenda seng is that there is a process of transfer of salience from the media agen-
da to the public agenda. Since its original concepon in the early 1970s, the explanatory model of ‘issue-agenda seng’
(rst level) has been extended to help explain the transfer of the media’s ‘aribute agenda’ (second level) and ‘network
agenda’ (third level) to the public agenda. This arcle provides a review of the agenda-seng model and its theorecal
and empirical development, ending with a secon that summarizes and discusses research studies published in this area
in the last ve years in Spain. Despite the broad inuence of the agenda-seng theory in communicaon research in
this country, Despite the broad inuence of the agenda-seng theory in communicaon research in this country, many
of the studies use the theory as a general framework for conducng a content analysis, withouh empirically tesng any
process of salience transfer.
Keywords
Agenda seng; Agenda building; Media; Media agenda; Public agenda; Media eects; Communicaon; Spain; Review arcle.
1. El modelo de la agenda seng: concepto
La teoría de la agenda seng, habitualmente denominada ‘teoría del establecimiento de la agenda’ en español1, propo-
ne un modelo explicavo de los efectos de los medios de comunicación sobre el individuo y sobre los públicos. La hipó-
tesis central arma que existe un fenómeno de transferencia de relevancia desde la agenda mediáca hasta la agenda
del público hasta la agenda del público. Parafraseando a McCombs (2006), los medios dirigen la mirada del público hacia
un pequeño conjunto de asuntos acerca de los que vale la pena tener una opinión. Los efectos de la agenda mediáca
sobre el público se derivan de la accesibilidad de algunas consideraciones sobre otras: los asuntos resaltados por los
medios y sus atributos y relaciones serán más accesibles, más fácilmente recuperables de la memoria que otros, y los
individuos privilegiarán esos elementos accesibles en los procesos de formación de opinión y de toma de decisiones
(Kim; Scheufele; Shanahan, 2002). Se trata por tanto de un proceso eminentemente cuantavo: a mayor exposición al
mensaje, mayor accesibilidad entre el público y mayor efecto agenda.
Una agenda está formada por una colección de asuntos,
temas o problemas (primer nivel) o, como se verá más
adelante, un conjunto de atributos (segundo nivel), e in-
cluso de temas y atributos conectados en forma de red
más o menos compleja (tercer nivel). Mediante estrate-
gias de inclusión, exclusión y énfasis, los medios estable-
cen un ranking de los asuntos del día. Mientras algunos acontecimientos no se elevarán nunca a la categoría de nocias,
otros abrirán los informavos televisivos y llenarán las portadas de los periódicos y sus ediciones digitales. Como resul-
tado de estas práccas runarias de producción de información, los medios, además de proporcionar información sobre
ciertos hechos, orientan –con éxito– al ciudadano acerca de la importancia que debe otorgarle a cada uno. Esta ‘trans-
ferencia de relevancia’ no ha de ser considerada intrínsecamente mala, pues el consenso social se construye, al menos
en parte, gracias a la función indicadora y traductora de los medios. Así, la exposición a los medios de comunicación
acerca las posturas e intereses de los diferentes subgrupos demográcos de la población (Shaw; Marn, 1992). Como
razonan López-Escobar, Llamas y McCombs (1996), una verdadera sociedad no puede arcularse sin una jerarquización
de sus prioridades, sin una lista sucientemente breve de asuntos que preocupen a la mayoría de los ciudadanos en
cada momento.
Los medios de comunicación desempeñan entonces una función indicadora, que alerta de los cambios que se producen
en el entorno (Park, 1940). Pero el espacio y el empo del que disponen para relatarlos son limitados, por lo que la selec-
ción y jerarquización es indispensable. Internet ha permido solucionar en parte el problema del espacio disponible para
las nocias, pero existen otros impedimentos para poder explicar un conjunto casi innito de acontecimientos diarios: el
número de periodistas es cada vez más reducido, y cada uno de ellos trabaja un número determinado de horas (Le-Ma-
surier, 2015); la capacidad de los individuos para comprender y recordar hechos transformados en nocia también ene
un límite (York, 2013), sobre todo cuando el empo que emplea el ciudadano para informarse es cada vez menor, etc.
Si la función indicadora supone la base del primer nivel de la teoría, la función traductora explica el segundo nivel. Las res-
tricciones de empo y espacio que se acaban de mencionar provocan que los asuntos importantes del día no puedan ser
abordados en toda su complejidad, por lo que las nocias se limitan a señalar unos pocos aspectos del problema que per-
mitan elaborar una versión de la realidad. La selección resultante, forzosamente incompleta, constuirá la agenda de atri-
butos que presentan los medios, que inuirá en la agenda de atributos del público, –base del segundo nivel de la teoría–.
Más recientemente, la teoría se ha enriquecido con un tercer nivel, que vendría a cumplir una función asociava o re-
lacional entre temas y atributos (Guo, 2016; Saldaña; Ardèvol-Abreu, 2016). Los medios enden a presentar los temas
y sus atributos de manera conectada, relacionada, de manera que podría hablarse de una ‘red mediáca’ de objetos y
atributos que se entrelazan. El tercer nivel de la teoría establece que estas asociaciones entre asuntos y atributos (agen-
da de red o de asociaciones) se transere desde los medios de comunicación hacia los públicos (Guo, 2016).
Los medios dirigen la mirada del público
hacia un pequeño conjunto de asuntos
acerca de los que vale la pena tener una
opinión
Orígenes y desarrollo de la teoría de la agenda setting en Comunicación. Tendencias en España (2014-2019)
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La teoría del establecimiento de la agenda cuesona el
principio de atención y percepción selecva y, por tan-
to, la idea de los ‘efectos mínimos’ predominante hasta
el momento en que apareció. Los resultados obtenidos
por McCombs y Shaw (1972) en su primer estudio sobre
agenda seng resultaban incompables con la atención
selecva, pues la correlación entre la agenda mediáca
y la agenda del público era más alta cuando se consideraba el contenido de los medios en su conjunto que cuando sólo
se tomaban aquellos contenidos relavos al pardo o al candidato2 por el que cada individuo sena mayor simpaa. El
hallazgo sorprendió a los autores, pues de acuerdo con los principios de atención y exposición selecva, los individuos
enden a evitar –o ignorar– la exposición a información que entra en conicto con sus actudes y opiniones previas.
Contrariamente a lo esperado, el estudio concluyó que los individuos se ven inuidos por el conjunto de mensajes de los
medios, aunque no estén en sintonía con sus actudes y opiniones.
El modelo, tal como fue descrito por McCombs y Shaw en 1972, ha permido desarrollar una invesgación relavamen-
te homogénea en su metodología, algo poco frecuente en los estudios de comunicación en general y en los modelos
sobre los efectos de los mensajes en parcular. Uno de los puntos fuertes de la agenda seng es precisamente que pres-
cribe un modo parcular de tratar con el contenido de los medios: la candad de espacio o de empo que los medios
dedican a un asunto correlaciona con la valoración que el público hace acerca de su importancia.
2. Origen, antecedentes y evolución del modelo de la agenda seng
Desde los años 20 del siglo XX, diversos modelos han intentado explicar la inuencia de la comunicación de masas sobre
los individuos y las sociedades. La mayoría de estos diseños teóricos y de los estudios basados en ellos se centraron ini-
cialmente en la comunicación políca –y especialmente la persuasión–, al pretender encontrar los factores que determi-
nan el comportamiento políco y el sendo del voto, para después expandirse hacia otros campos de la comunicación.
La primera etapa de los estudios sobre efectos consideraba que la inuencia de los medios sobre la sociedad era muy
poderosa, y que se ceñía a un modelo simple de esmulo-respuesta. El público, compuesto por una masa uniforme de
individuos aislados, se ve desprotegido ante los emisores de la comunicación de masas, que lo manipularían a su antojo.
Aunque, como explica De-Moragas-Spà, la teoría de los “efectos ilimitados” (atribuida a menudo e injustamente a Harold
Lasswell) nunca se formuló como tal, y fue más bien una construcción posterior “para negarla” (De-Moragas-Spà, 2013,
p. 62).
En una segunda fase, a parr de los años 30, se postula que los efectos de los medios de comunicación son más bien
limitados, ya que los públicos no se encuentran aislados sino insertos en grupos sociales, que son los verdaderamente
importantes en el modelado de la opinión pública. Katz y Lazarsfeld (2006), en un trabajo que vio la luz en 1955, expo-
nen esta idea mediante su teoría de two-step ow of communicaon3: la comunicación mediáca llegaría a los públicos
indirectamente, pasando primero por los líderes de opinión de los diferentes grupos sociales, que serían los más sen-
sibles al efecto de los medios. A nales de los 60, algunos invesgadores comienzan a abandonar la idea de los efectos
limitados. Se trata de la tercera y úlma fase, en la que se habla a la vez de efectos fuertes y efectos débiles, y de fenó-
menos condicionales. Se encuadran en esta tendencia teorías como la agenda seng, el framing y la teoría del culvo.
La teoría de la agenda seng ha constuido en las úlmas cinco décadas (especialmente en los años 70 y 80) uno de
los paradigmas más influyentes y fértiles en la investigación en comunicación (Bryant; Miron, 2004). Parte de su éxito
y de su rápida difusión se debió a que consiguió acabar con décadas de trabajo frustrante entre los invesgadores, que
no acababan de demostrar una conexión entre los medios y las ideas y actudes de los públicos. Para Kosicki (1993),
la teoría originó un cambio de paradigma en la disciplina, ya que alejó a los invesgadores del modelo de los “efectos
limitados” y los introdujo de nuevo en la búsqueda de “efectos fuertes”.
Las primeras invesgaciones basadas en el modelo de la agenda, no obstante, valoraban el poder persuasivo de los
medios de manera cautelosa. La ruptura con los “efectos limitados” era sólo parcial, como lo ilustra la conocida frase de
Cohen que inspiraría el modelo de la agenda seng:
“La prensa no ene mucho éxito en decir a la gente qué ene que pensar, pero sí lo ene en decir a sus lectores
sobre qué enen que pensar” (Cohen, 1963, p. 13).
Esta idea precursora, recogida por McCombs y Shaw una década más tarde como metáfora del primer nivel de su
modelo, se iría ampliando a medida que los estudios basados en la agenda seng hallaban evidencia empírica de los
efectos persuasivos de los medios: la prensa también ene éxito en decir a sus lectores qué enen que pensar, y con
qué asociarlo.
La teoría de la agenda seng presenta fuertes conexiones con las ciencias de la información, la psicología, las ciencias polí-
cas, la sociología o la pedagogía, ya que su objeto de estudio se mueve en los límites de un gran número de especialidades
(Kosicki, 1993). El modelo, como reconoce el propio McCombs, se inspira en las ideas que Lippmann (2003) plasmó en su
Una agenda está formada por una co-
lección de asuntos, temas o problemas
(primer nivel), un conjunto de atributos
(segundo nivel), y temas y atributos co-
nectados en forma de red (tercer nivel)
Alberto Ardèvol-Abreu; Homero Gil de Zúñiga; Maxwell E. McCombs
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obra más conocida, publicada por primera vez a principios
de los años 20: Public opinion. A principios del siglo XX,
Lippmann se atreve a hablar de la imposibilidad de los ciu-
dadanos para tomar decisiones sobre asuntos complejos,
sobre los que no enen un conocimiento directo, ponien-
do en tela de juicio la base misma de la democracia y de
los gobiernos representavos. “Las imágenes de nuestra mente”, obtenidas en muchos casos a través de lo que los medios
cuentan, enen un reejo en el mundo real, ya que las personas actúan en función de sus actudes y creencias. En otras
palabras, la imagen del mundo no es el mundo, pero con frecuencia se toma como tal, del mismo modo que los hombres
encadenados en la caverna platónica consideraban que la realidad eran las sombras que deslaban ante ellos.
Estas reexiones constuyen, de alguna manera, la esencia de la teoría de la agenda desarrollada medio siglo después.
En fechas tan tempranas, y mediante la revisión de estudios de su época, Lippmann pone de maniesto la coincidencia
entre lo que los públicos consideran importante y lo que los editores deciden llevar a las páginas de sus periódicos. La
sociedad moderna cona en que la prensa resuelva todas las deciencias de las instuciones, proporcionando a los
ciudadanos hechos verdaderos en forma de nocias. Estos hechos serían capaces de crear una opinión pública omni-
competente, con una opinión sobre todos los asuntos discubles, que podría llevar al conjunto de la sociedad al máximo
bienestar gracias al sufragio y a los gobiernos representavos. La realidad es que esa responsabilidad es demasiado
grande para una prensa que selecciona algunos acontecimientos y los saca de la oscuridad en detrimento de otros, ilu-
minándolos uno a uno y creando una imagen del mundo que no es el mundo (Lippmann, 2003).
3. Tipos de agenda: agenda de los medios, agenda del público y agenda políca
Los estudios de agenda seng han fundamentado sus modelos de transferencia de relevancia a través de tres pos prin-
cipales de agenda: la agenda de los medios, la del público y, con menos frecuencia la políca. La agenda de los medios
está compuesta por el conjunto de asuntos a los que unos medios de comunicación determinados prestan atención de
manera preferente en un momento dado, y se reconstruye habitualmente mediante técnicas de análisis de contenido.
Para McLeod, Becker y Byrnes (1974) existen a su vez tres pos de agenda del público: intrapersonal, interpersonal y
la pública percibida. La agenda intrapersonal está constuida por el conjunto de temas que, desde un punto de vista
subjevo, resultan más importantes para el individuo. A diferencia de esta, la agenda interpersonal es la formada por los
asuntos acerca de los que el individuo discute con los demás, y alude a una relevancia intersubjeva. El tercer po de
agenda pública sería la formada por los temas que el individuo considera que son importantes para los demás: es lo que
Wolf (2000) calica de “clima de opinión”.
Para reconstruir la agenda del público se ulizan encuestas (en las que los casos de análisis son individuos) o sondeos de
opinión (que aportan datos porcentuales agregados sobre el estado de la opinión pública sobre un tema determinado).
En Estados Unidos, los invesgadores suelen emplear sondeos que elaboran endades como Gallup, lo que simplica la
recogida de datos sin perder rigor metodológico. En España se han empleado con frecuencia los barómetros publicados
por el Centro de Invesgaciones Sociológicas (por ejemplo, en Rodríguez-Díaz; Castromil, 2010). Los sondeos de opinión
pública ulizados para confeccionar la agenda del público incluyen alguna variante de la pregunta que Gallup viene for-
mulando a sus encuestados de manera periódica desde los años 30:
“¿Cuál piensa usted que es el problema más importante que ha de afrontar hoy este país?”.
La agenda pública se confecciona ulizando los asuntos que son mencionados como los más importantes por un deter-
minado porcentaje de los encuestados, habitualmente igual o superior al 10%. El número de ítems que superan esta ba-
rrera suele ser reducido, habitualmente de sólo cinco o seis (McCombs; Eva, 1995), lo que ha servido como argumento
para armar que la agenda del público ene una capacidad limitada. Perspecvas más recientes, en cambio, señalan que
esta agenda de problemas más importantes es sólo la agenda priorizada por los ciudadanos, y que la conversación cívica
y sobre asuntos de interés público es en realidad mucho más amplia. Hoy en día parte de esta discusión más extensa
sobre asuntos de relevancia social está disponible para su análisis y observación a través de las redes sociales, blogs y
sios web, congurando una agenda de asuntos de los medios sociales (social media issue agenda) que es mucho más
dilatada que las conceptualizaciones originales de la agenda pública de asuntos (McCombs; Shaw; Weaver, 2014). La
agenda de medios sociales es sin embargo de naturaleza híbrida, pues incluye contribuciones originales del público (te-
mas y asuntos de los que se hablan, al margen del esmulo de los medios informavos), lo que añade complejidad a los
efectos tradicionales de transferencia vercal (inuencia desde los medios a las audiencias) (Meraz, 2011).
Por su parte, la agenda políca comprende el conjunto de asuntos de los que los polícos o las instuciones se ocupan
en cada momento, ya sea mediante la acción (desarrollando polícas concretas) o el discurso (hablando sobre ellos). La
disnción entre agenda políca y agenda de los polícos se reere al carácter consensuado o no de los temas relevan-
tes. Mientras la primera estaría compuesta por los asuntos considerados importantes por los polícos como grupo (un
pardo, el Gobierno, etc.), la segunda se corresponde con las prioridades denidas por cada políco como individuo.
Algunos autores consideran en cambio que la agenda políca es parte de la agenda pública. Zhu (1992), por ejemplo,
sosene que la agenda pública está compuesta por cinco elementos o subagendas: de los grupos de interés, mediáca,
del público, de los polícos y políca.
La prensa selecciona algunos aconteci-
mientos y los saca de la oscuridad en de-
trimento de otros, creando una imagen
del mundo que no es el mundo
Orígenes y desarrollo de la teoría de la agenda setting en Comunicación. Tendencias en España (2014-2019)
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A: Estímulo (aparición de un tema en la agenda mediática) C: Máxima correlación entre agendas
B: Respuesta (aparición de ese tema en la agenda del público) C-D: Tiempo de mantenimiento
A-B: Período de latencia D-E: Tiempo en caída
Figura 1. Marcos temporales de los efectos de agenda setting
Nota: La figura muestra los marcos temporales de manera simplificada, pues las curvas reales no tienen un perfil tan recto. Como se muestra en
el trabajo de Watt et al. (1993), la correlación entre agendas varía en cada momento, con un pico dentro de lo que hemos denominado tiempo de
mantenimiento.
3.1. Tamaño restringido de las agendas
El número de asuntos a los que una sociedad o un individuo pueden atender en un momento determinado es limitado.
La idea proviene de la psicología cogniva, de una generalización de lo que George Miller denominaba “el número má-
gico siete, más o menos dos” (citado por McCombs, 2006, p. 84), que hace referencia al número de ítems que podían
almacenarse en la memoria a corto plazo. Otros estudios posteriores (por ejemplo, Cowan, 2001) arman que el núme-
ro es en realidad más reducido, entre tres y cinco. Ante una sobrecarga de información, o bien se limita la entrada de
nuevos datos (pérdida de atención) o se disminuye el rendimiento (afectando a los procesos de comprensión, memori-
zación, etc.).
Como ya se ha mencionado, la capacidad informava de los medios es también limitada, frente a un número de aconte-
cimientos de interés social práccamente innito. La duración de los informavos de radio y televisión, la supercie de
las páginas del periódico, la jornada de trabajo de los periodistas, etc., imponen un límite. Pero, ¿la agenda mediáca
ene las mismas caracteríscas hoy que hace cuatro décadas, cuando comenzó la invesgación en agenda seng?
La digitalización de la información está provocando la segmentación de los públicos en función de sus gustos, prefe-
rencias e intereses, por lo que puede aventurarse que las agendas mediáca y social están sufriendo cambios. Quizá
la mulplicación de los medios de comunicación disponibles permita la coexistencia de una gran variedad de agendas
mediácas, por lo que el efecto nal sobre el público podría ser diferente. Pero decimos quizás, porque no está tan claro
que una mayor candad de medios traiga consigo una mayor diversidad de temas o de enfoques, ni en la agenda mediá-
ca ni en la agenda social. Cabe la posibilidad de que, con la llegada de internet y las nuevas posibilidades que ofrece la
televisión por cable, satélite y TDT, no se logre congurar un coro polifónico de puntos de vista, opiniones, encuadres,
etc., ya que la fuerza de las normas y hábitos periodíscos pueden condenar al sistema mediáco a un alto nivel de
redundancia (McCombs, 2006).
4. Marco temporal de los efectos de agenda
[…] Los efectos de jación de agenda no son en absoluto instantáneos, pero sí que se dan relavamente a medio
plazo (McCombs, 2006, p. 93).
Los efectos de la transferencia de relevancia no son inmediatos ni duran indenidamente, por lo que cualquier estudio
empírico ha de tener en cuenta los marcos temporales en los que se producen los efectos de la agenda seng si pre-
tende llegar a alguna conclusión válida. La literatura especializada se reere a estos marcos ulizando conceptos como
período de latencia, empo de mantenimiento o empo en caída (Wa; Mazza; Snyder, 1993; McCombs, 2006). Como
principio general, toda causa ha de producirse antes que su efecto, por lo que en el diseño de la invesgación ha de
tenerse claro cuál es la agenda desde la que se produce la transferencia y cuál es la que recibe su inuencia.
El empo que ha de transcurrir para que el esmulo (aparición de un tema en la agenda mediáca) ocasione una res-
puesta (transferencia de relevancia de ese tema hasta la agenda pública) se denomina período de latencia. Una vez apa-
rece la correlación entre ambas agendas, el efecto aumenta hasta alcanzar un valor que se manene durante un empo
más o menos largo, que se denomina empo de mantenimiento. A parr de un determinado momento, la correlación
empieza a disminuir hasta que deja de ser signicava: es el empo en caída. El momento ópmo para observar la agen-
da pública, por tanto, es el empo de mantenimiento (McCombs, 2006). La gura 1 explica de manera simplicada los
marcos temporales considerados habitualmente en la teoría de la agenda seng.
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La mayor parte de los estudios empíricos basados en el modelo de la agenda seng llevan a cabo análisis de conteni-
dos de una muestra de medios (agenda mediáca) para contrastarlos con los datos obtenidos mediante encuestas o
sondeos (agenda pública). Este modo de proceder obliga a conocer (o al menos, a aventurar) cuánto empo transcurre
entre la causa y el efecto. Si se dispone de un sondeo o una encuesta nalizada en una fecha determinada, no será lo
mismo analizar el contenido de los medios del día anterior, de la semana anterior, del mes anterior o del año anterior.
Diferentes autores ofrecen resultados variables en función de la metodología empleada, del medio de comunicación y
del tema estudiado.
Algunas invesgaciones han considerado cortos períodos de empo de latencia, mientras otras emplean períodos más
largos: días, quincenas, meses, semanas… Los diferentes resultados obtenidos han servido para disnguir los efectos de
la exposición a corto y a largo plazo y para demostrar la robustez de la teoría. Otros diseños han variado los intervalos
temporales para buscar un período ópmo, un momento en el que la correlación entre las agendas sea máxima. Para
Kosicki (1993), esta heterogeneidad metodológica no ha llevado aparejada una discusión teórica apropiada acerca de
porqué se producen diferentes efectos (o ninguno) en función del empo transcurrido tras la exposición al mensaje.
Winter y Eyal (1981), empleando The New York mes como indicador de la agenda de los medios, encuentran que el
período de latencia puede oscilar entre las cuatro y las seis semanas. Stone y McCombs (1981), tomando como medios
de estudio las revistas Time y Newsweek, sugieren un período más largo, de dos a seis meses, aunque advierten de que
estos empos podrían variar en función de los temas estudiados. Los trabajos más modernos acortan el período de
latencia, quizá por los cambios experimentados en los ritmos de producción y de consumo de nocias, cada vez más
rápidos. Así, Wanta y Roy (citado por Rodríguez-Díaz, 2001) consideran que el período ópmo (máxima correlación) se
produce entre cuatro y cinco días después de la cobertura si se trata de una televisión nacional, entre seis y siete días si
se considera una televisión local y en 15 días en un periódico local.
Wa, Mazza y Snyder (1993) concluyen que los asuntos menos relacionados con la experiencia directa (en su estudio,
nocias sobre Irán y la Unión Soviéca) alcanzan la máxima correlación entre agendas entre los 12 y los 120 días, mien-
tras que los más experienciales (inación) encuentran su máximo efecto en 18 meses. Tras constatar estas diferencias,
los autores arman que no ene sendo denir marcos temporales genéricos, ya que los diferentes asuntos presentan
diferentes períodos de latencia y empos de mantenimiento, dependiendo de variables como el carácter experiencial o
no experiencial del asunto o del empo que lleve en la agenda mediáca. La larga cobertura de un tema determinado
ende a agotar la atención del público, por lo que dicilmente se podrán encontrar efectos de agenda. Un elevado com-
promiso emocional con la información también puede afectar a los marcos temporales, acortando el período de latencia
(McCombs, 2006). Lo más razonable puede ser escoger un intervalo que se haya demostrado adecuado en un estudio
con un diseño similar al que se pretenda llevar a cabo.
5. Factores que median en el fenómeno de transferencia de relevancia
Una vez se hubo demostrado que la selección de temas llevada a cabo por los medios se transfería a la agenda de los
públicos, los invesgadores se plantearon qué variables podían aumentar o disminuir la magnitud de ese fenómeno. Ya
en el estudio original de Chapel Hill, McCombs y Shaw (1972) se dieron cuenta de que no todos los medios de comunica-
ción jaban la agenda de manera uniforme entre todos los grupos de ciudadanos. Se encontraron efectos diferentes en
función del medio de comunicación y de las caracteríscas del público. Los fundadores de la teoría de la agenda seng
aventuraron pronto explicaciones para esta diversidad de efectos entre los diferentes públicos, basadas en la inuencia
de la necesidad psicológica de orientación, la inuencia de la comunicación interpersonal o la experiencia directa. Tam-
bién se sugirió que el po de medio de comunicación (prensa, radio o televisión) podía jugar un papel en los efectos
producidos (McCombs; Shaw, 1977).
5.1. Fuerza relava de los diferentes medios: prensa, televisión y medios online
A pesar del empo transcurrido, el debate académico sobre las diferencias entre los medios a la hora de congurar la
agenda está lejos de concluirse (Walgrave; Van-Aelst, 2006). Aunque se han podido comprobar efectos de transferen-
cia de relevancia en periódicos, radio, televisión e internet4, la mayoría de los estudios que han comparado diferentes
medios apuntan a una mayor inuencia de los periódicos, pese a que la mayoría de los ciudadanos se informe a través
de la televisión5 (Protess; McCombs, 1991). La función de la televisión en la conguración de la agenda pública podría
ser complementaria de la de los periódicos: McCombs (1976, citado por Wolf, 2000) atribuye el papel de agenda se-
ers a los periódicos, mientras que la de la televisión sería de enfazación o spot-lighng. De esta manera, la agenda
del público estaría organizada en primera instancia por los periódicos (hoy en día, prensa digital), y la televisión podría
reconstruir y reorganizar algunos de los temas introducidos por los primeros. Para Mohamed y Gunter (2009), los perió-
dicos juegan un papel determinante en la conguración de la agenda pública más estable, mientras que el impacto de la
televisión es más bien a corto plazo.
Esta superioridad de los periódicos como jadores de agenda suele atribuirse al mayor empo que el lector dedica al
periódico o a la posibilidad de relectura que no brinda la televisión, lo que conere mayor fugacidad a sus mensajes. Para
Wanta (1997), a pesar de que la televisión ofrezca al público imágenes, sonido y movimiento de los acontecimientos
que narra, la mayor inuencia de los periódicos se debe a su carácter de fuente permanente de información, pues se
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encuentra disponible a cualquier hora del día (igual que la información en internet). En el mismo sendo, Wolf (2000)
considera que las nocias en televisión, por su brevedad y falta de contextualización y profundización, constuyen un
conjunto fragmentado de información que dicilmente puede ejercer un efecto de agenda relevante.
Entre los periódicos, no todos enen la misma capacidad para imponer su agenda, pues son los diarios de referencia los
que marcan la agenda para otros periódicos e incluso para otros medios (radio y televisión), a través de un proceso co-
nocido como inter-media agenda-seng6. Danielian y Reese (1989) demostraron que la agenda de los informavos de
televisión incluía problemas relacionados con las drogas cuando ese asunto era tratado en los periódicos. Golan (2006)
comprobó cómo The New York Times condiciona la agenda internacional de tres informavos nocturnos de televisión
en Estados Unidos.
En el entorno de la comunicación online, el estudio de la fortaleza de los efectos de agenda de los medios digitales y
las redes sociales presenta algunas parcularidades que deben ser mencionadas en este epígrafe. Por una parte, los
medios digitales han provocado una expansión en el número de asuntos y de atributos que conenen las agendas, tanto
de los medios como de los públicos –más diciles de separar, ya que ambas conviven en las redes sociales y no siempre
existe una línea divisoria entre emisores y receptores–. Existen medios de nicho y audiencias especícas con intereses
innumerables. Por otra, los invesgadores disponen de una gran candad de datos que les permiten incluir agendas del
tamaño que esmen (desde unos pocos asuntos hasta una candad potencialmente enorme de temas que se mencio-
nan en las conversaciones online). En este sendo, hay que tener en cuenta que la transferencia de relevancia sucede
cuando hay un alto grado de redundancia en los mensajes recibidos por el público, y ante agendas demasiado extensas
es poco probable encontrar un alto grado de correspon-
dencia. Dicho de otra manera, en un entorno mediáco
fragmentado los efectos de agenda van a ser en gene-
ral menores, especialmente cuando se estudian asun-
tos con bajo grado de redundancia (Atkinson; Love;
Baumgartner, 2014; McCombs; Shaw; Weaver, 2014).
5.2. Relevancia e incerdumbre en la transferencia de la agenda mediáca: la necesidad de orientación
El ser humano presenta una necesidad innata de orientación, de comprensión del mundo que le rodea, especialmente
de lo más inmediato. La necesidad de orientación se maniesta en todos los ámbitos que el individuo percibe como im-
portantes para su vida o para la sociedad de la que forma parte (relevancia) y sobre los que no ene información (incer-
dumbre). Relevancia e incerdumbre, por tanto, determinarán la necesidad de orientación del individuo (McCombs,
2002). De manera general, puede armarse que una mayor necesidad de orientación en torno a un asunto provoca una
mayor “vulnerabilidad” o recepvidad a los efectos de la agenda de los medios.
La inuencia de los medios sobre la atribución de relevancia y la disminución de la incerdumbre es muy grande. Por
un lado, como ha demostrado el modelo de la agenda seng, son los propios medios los que sugieren qué asuntos son
relevantes, y por otro, también son ellos los que, al menos en parte, sacian la necesidad de información que previamen-
te han generado. La máxima inuencia de los medios (y de los efectos de la agenda) tendrá lugar cuando el individuo
percibe un asunto como relevante pero dispone de poca información sobre él, lo que le crea incerdumbre. La mínima
tendrá lugar entre los individuos que perciben un asunto como poco relevante y además se encuentra informado sobre
él (relevancia e incerdumbre baja). No obstante, la necesidad de orientación varía entre los individuos como diferencia
individual, pues una misma situación puede requerir de gran candad de información para una persona y de ninguna
para otra.
5.3. La experiencia personal como factor moderador de los efectos de la agenda
“La experiencia personal puede ser un maestro más poderoso que los medios de comunicación, cuando los te-
mas enen un impacto directo sobre la vida de uno” (McCombs, 2006, p. 36).
Los medios de comunicación son una fuente de conocimiento del mundo social. Existen algunos asuntos públicos sobre
los que los ciudadanos pueden tener una experiencia directa, de primera mano, con la que contrastar aquello que leen,
escuchan o ven en los medios. En otras ocasiones en cambio, la única fuente de información son los medios, por lo que
la experiencia del público será vicaria, indirecta. La inación puede ser un ejemplo del primer po de asuntos, mientras
que el estado de la balanza de pagos del país podría ser un ejemplo del segundo (McCombs, 2006). La inuencia de la
agenda de los medios es mayor en temas no experienciales7 que en temas experienciales. Resulta lógico, puesto que si
el público no ene un modo de contrastar lo que lee, dicilmente podrá formarse una imagen mental disnta a la que
reproducen los medios. En cambio, si se puede conocer un asunto de primera mano, la inuencia de los medios será
mucho menor, puesto que la experiencia directa es considerada más able que la vicaria.
En diversos estudios (por ejemplo, Winter; Eyal; Rogers, 1982) se ha podido demostrar la mayor capacidad de los medios
para imponer su agenda en los temas lejanos o no experienciales. En un análisis sobre las nocias internacionales en los
medios de comunicación estadounidenses, Zhang y Meadows (2012) sugieren que el desigual tratamiento informavo
que se otorga a los diferentes países puede ejercer un efecto determinante en la visión que el público estadouniden-
se se hace del mundo. En la misma línea, Wanta, Golan y Lee (2004) arman que la inuencia de los medios es más
Los medios digitales han provocado una
expansión en el número de asuntos y de
atributos que contienen las agendas, tan-
to de los medios como de los públicos
Alberto Ardèvol-Abreu; Homero Gil de Zúñiga; Maxwell E. McCombs
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decisiva en los asuntos referidos a naciones extranjeras,
pues para el gran público no existe ninguna otra fuente
de información. Estas ideas germinaban ya en el primer
estudio empírico sobre la agenda seng en Chapel Hill
(McCombs; Shaw, 1972). En él se armaba que la corre-
lación observada entre la agenda mediáca y la social
no podía ser accidental, puesto que el único modo que los ciudadanos tenían para acercarse a la “arena políca” era a
través de los medios de comunicación de masas: no había fuentes de información alternavas.
5.4. Otras variables moderadoras: exposición a los medios, experiencia previa y factores socioeconómicos
Pocos años después del estudio original de Chapel Hill, comenzó a estudiarse el papel de ciertas variables individuales
como la orientación políca, el grado de exposición a los medios o el interés por los asuntos que se tratan. En general,
puede armarse que la magnitud de los efectos de la agenda depende del po e intensidad de exposición a los medios,
así como de la experiencia y las actudes previas hacia los elementos (asuntos) que componen la agenda. La inuencia
del nivel educavo y de otras variables socioeconómicas, en cambio, no está tan clara.
Una mayor exposición a los medios de comunicación ende a aumentar el efecto de la agenda mediáca, al menos
mientras no se introduzcan otras variables. MacKuen (1984) planteó una relación compleja entre la exposición a los
mensajes y el impacto provocado por ellos a través de la variable interés. Un mayor interés del individuo por los asuntos
polícos provoca una mayor exposición a los medios de comunicación, a la vez que disminuye la importancia del fenó-
meno de transferencia de relevancia. El interés por tanto, desempeñaría un papel “protector” para el individuo, a pesar
de condicionar una mayor exposición a los medios. Sin embargo, otros estudios han obtenido resultados opuestos, con-
cluyendo que el interés, a través de un mayor conocimiento sobre un asunto, incrementa la suscepbilidad a los efectos
de la agenda mediáca (ver detalles en Wanta, 1997).
La experiencia del individuo en torno a un asunto parece aumentar las posibilidades de integración, es decir, de aco-
modación de la información nueva en un esquema amplio y preestablecido, disminuyendo así la inuencia de aconte-
cimientos puntuales y, por tanto, de la transferencia de relevancia. Es lo que Wolf (2000, p. 174) denomina “persuasión
templada por la persistencia”: los receptores del mensaje enden a integrar su agenda subjeva con la propuesta por
los medios, moderándose así la inuencia de estos úlmos.
Los hallazgos sobre el papel que juega el nivel educavo han sido con frecuencia contradictorios. Cuando se encuentra
un mayor efecto de agenda en los individuos con un mayor nivel educavo, suele argumentarse que su mayor capacidad
y disposición para enfrentarse a contenidos abstractos y reexionar sobre ellos los hace más sensibles a los medios. Para
que haya un efecto debe haber una exposición, una comprensión y una integración del mensaje percibido, lo que expli-
caría ese mayor efecto en los individuos formados. En cambio, cuando se obene el resultado contrario, se argumenta
que los individuos más formados poseen agendas más sólidas, ancladas en su mayor conocimiento de la realidad y en
sus marcos de interpretación más asentados8. Este hecho los protege de los efectos de los medios, haciéndolos relava-
mente inmunes a los datos puntuales (MacKuen, 1984).
En el estudio que dio origen a la teoría de la agenda, McCombs y Shaw (1972) argumentaban que los individuos más formados
y con mayor interés en la políca eran los menos propensos a cambiar sus convicciones, es decir, los más resistentes a los efec-
tos de los medios. A medida que dispone de mayor soporte empírico para la teoría, McCombs (2006) corrige esta impresión
inicial y maniesta que un mayor nivel educavo y una mejor formación provocan un aumento en la exposición y la atención a
los medios, ampliando la gama de asuntos a los que el individuo es sensible, sin que se produzca por ello una mayor resistencia
psicológica a la aceptación de la agenda mediáca: el individuo más formado, por tanto, será el más vulnerable.
No concluyen lo mismo Canel, Llamas y Rey-Lennon (1996), para quienes los individuos más formados son más re-
sistentes al efecto de los medios, al tener una mayor capacidad críca. En el mismo estudio, se valoró la inuencia de
algunos factores socioeconómicos en la transferencia de relevancia desde la agenda de los medios hasta la agenda de
los públicos, como el sexo y la ideología. De acuerdo con sus resultados, los varones y los votantes de derecha se verían
menos inuenciados por la agenda mediáca, mientras que los menos formados, las mujeres y los votantes de izquierda
serían más vulnerables.
6. Extensiones del modelo original de agenda seng
El postulado original del modelo de la agenda establece que un conjunto de nocias puede modelar la percepción del
público acerca de cuáles son los asuntos más importantes del momento. Esta hipótesis se desarrolla sobre una idea
central, que es la de la transferencia de relevancia de una agenda hacia la otra, y que ha servido como soporte para un
buen número de trabajos y líneas de invesgación que exenden el modelo respetando esta base. McCombs considera
legímas estas nuevas vías de exploración, y cree que el estudio de campos como la educación, la economía, las nanzas
o la religión pueden beneciarse de su teoría (Rodríguez-Díaz, 2004). En España, en una deriva totalmente novedosa, el
modelo de la agenda ha sido empleado para explicar la transferencia de relevancia desde la agenda del profesor hasta
la agenda de los alumnos, convirendo al docente en un agenda seer (Rodríguez-Díaz, 2004). A connuación, se resu-
men las extensiones al modelo original más relevantes de las úlmas décadas.
Diversos estudios demuestran la mayor
capacidad de los medios para imponer
su agenda en los temas lejanos o no ex-
perienciales
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6.1. Segundo nivel de la teoría: la agenda de atributos
La mayor parte de la invesgación sobre agenda seng se ha centrado en los temas o asuntos tratados por los medios
y transferidos al público, obviando en gran medida otras agendas sugeridas en la invesgación temprana (McCombs;
Eva, 1995). Una de estas agendas ha sido la agenda de atributos, formada por caracteríscas o aspectos parciales de
los temas o asuntos. Mientras que un objeto es cualquier asunto hacia el que dirigimos nuestra atención o sobre el que
tenemos una actud, los atributos son el conjunto de caracteríscas, rasgos y propiedades que denen esos objetos
(McCombs, 2006, p. 139). Cuando los medios deciden resaltar un asunto, lo hacen a través de algunas de sus caracte-
ríscas o propiedades, pero no de todas ellas. Manteniendo la metáfora central de la transferencia de relevancia, en
esta extensión del modelo original se argumenta que la agenda de atributos de los medios sobre un determinado ob-
jeto –por ejemplo, un candidato políco– se transmite hacia el público, del mismo modo que sucede con la agenda de
objetos. Siguiendo con el ejemplo políco, el candidato
puede representarse en los medios como honesto e inte-
ligente o como menroso y torpe, por lo que los medios
pueden contribuir en gran medida a la construcción de
su imagen pública (Weaver et al., 1981). De acuerdo con
este segundo nivel de la teoría, los medios no sólo ten-
drían éxito al transmir al público “sobre qué” pensar,
sino también “qué” pensar.
McCombs (2006) considera que inuir en la agenda de atributos de un objeto constuye un modo de denir los térmi-
nos del debate público, lo que a su vez constuye el máximo exponente del poder políco. Se trata de un efecto mucho
más sul y complejo que el descrito en el primer nivel de la teoría, ya que la candad de atributos asociados a un objeto
puede ser enorme. Mientras la transmisión de la relevancia de un objeto se relaciona con la atención que el público
presta a ese objeto, la transmisión de la relevancia de un atributo proporciona elementos para la comprensión de ese
objeto. La agenda de atributos se construye, por tanto, mediante un proceso sistemáco de inclusión y de exclusión de
los aspectos de un determinado objeto. A su vez, los atributos que los medios resaltan acerca de los diferentes temas
suelen variar con el empo, por lo que la foto de la agenda de atributos no es ja.
El segundo nivel del modelo de la agenda entronca con la teoría del framing o encuadre nocioso (Ardèvol-Abreu,
2015). Para McCombs (2006), los frames no son más que agendas complejas de atributos que (McCombs; Eva, 1995):
- denen un tema;
- provocan que el público comprenda los asuntos desde una perspecva determinada;
- condicionan la preferencia de una solución determinada para el problema, en lugar de otras.
El proceso de encuadre o framing inuye entonces en la interpretación de la realidad, en la formulación de juicios y en
la expresión de opiniones de los individuos.
6.2. Tercer nivel de la teoría: la agenda de redes o network agenda seng
De muy reciente aparición, y aún en fase de desarrollo teórico y empírico, el tercer nivel de la teoría toma parte de sus
fundamentos teóricos de los modelos de memoria asociava humana. Según estos modelos, las representaciones men-
tales que reproducen la estructura del mundo físico y social –las ‘imágenes en nuestras cabezas’– se basan en asocia-
ciones (redes) más o menos complejas de frases, palabras, objetos, atributos, valores, movos, emociones, etc. (Price;
Tewksbury, 1997; Quilian, 1968; Guo, 2016). El tercer nivel de la teoría o network agenda seng (NAS) postula que los
medios de comunicación enen la capacidad de construir y remodelar estas redes asociavas, tanto en los mensajes
que distribuyen (agenda de redes de los medios) como en la memoria a largo plazo de sus audiencias (agenda de redes
de los públicos).
La agenda de redes de los medios acvaría así en las ‘mentes’ de sus públicos una red cogniva de relaciones que en
mayor o menor grado se correspondería con las relaciones construidas en los mensajes informavos. En palabras de
Guo, la hipótesis central del modelo de NAS establece que
“la prominencia de las redes de objetos y atributos en los medios de comunicación inuencia [o se transere a]
la prominencia de las redes de estos elementos entre el público” (Guo, 2016, p. 5).
Podría decirse entonces que los medios enen éxito a la hora de transmir al público cómo debe asociar diferentes
mensajes para reconstruir y comprender la realidad social (Guo, 2016, p. 3; Guo, 2012; 2013; Vu; Guo; McCombs, 2014).
Por ejemplo, si los medios enfazan de manera recurrente un supuesto nexo entre la llegada de refugiados a Europa
y los ataques terroristas, el público considerará que ambos asuntos están relacionados (fenómeno de aplicabilidad).
Como en este ejemplo, las redes asociavas pueden limitarse a dos constructos (díada inmigración y terrorismo), pero
también pueden abarcar tres (tríada inmigración, terrorismo y desempleo) o, más habitualmente, redes complejas de
objetos y atributos. Cuanto más frecuentemente se acven (mencionen conjuntamente) estas redes de constructos,
más disponibles estarán para la comprensión y la toma de decisiones en la memoria a corto plazo de público (fenómeno
de accesibilidad).
Mientras que un objeto es cualquier
asunto hacia el que dirigimos nuestra
atención o sobre el que tenemos una
actitud, los atributos son el conjunto
de características, rasgos y propiedades
que definen esos objetos
Alberto Ardèvol-Abreu; Homero Gil de Zúñiga; Maxwell E. McCombs
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6.3. Agenda building: ¿Quién congura la agenda mediáca?
McCombs (1992) establece cuatro fases en la historia de la invesgación en torno al modelo de la agenda. La úlma de
ellas (penúlma, si incluimos el tercer nivel de la teoría) corresponde al estudio de los procesos de construcción de la
agenda de los medios, denominada en inglés agenda building. Si se considera que los medios enen éxito en denir los
términos del debate público y en decir a sus públicos en qué y cómo deben pensar, o cómo deben asociar los mensajes,
el verdadero poder residirá en la capacidad para congurar la agenda mediáca.
Las razones que llevan a los profesionales de la información a elegir unos temas en lugar de otros –es decir, construir el
primer nivel de la agenda– han sido recopiladas por varios autores bajo la denominación de “criterios de nociabilidad o
valores nociosos”. Para Wolf (2000), los valores nociosos presentan una gran homogeneidad en la cultura profesional
periodísca, pero no por ello son rígidos: cambian a lo largo del empo y pueden ser aplicados con cierta exibilidad en
el seno de un medio. Wolf considera que los valores nociosos derivan de las propiedades sustanvas de las nocias,
de la disponibilidad de material, de las propiedades del producto informavo y de las caracteríscas del público y de la
competencia. La aparición de una nocia en la primera plana de un periódico o en la parte inferior de una página par, su
mayor o menor duración en un informavo televisivo o radiofónico o el tamaño que ocupa en la página de inicio de un
medio digital denotan la importancia que los profesionales de la información han otorgado al acontecimiento que está
en el origen de esa nocia. Entonces, ¿los periodistas son independientes al congurar la agenda informava?, ¿se guían
sólo por criterios más o menos objevos, compardos por la mayoría de los profesionales? ¿Qué relación existe entre los
criterios de nociabilidad y el poder de los diferentes actores para construir la agenda de los medios?
A tenor de la candad de invesgaciones que estudian la relación entre la agenda políca (o de los polícos) y la agenda
mediáca, el mundo de los polícos parece ser el lugar en el que hay que empezar a indagar para estudiar la congura-
ción de la agenda de los medios. Los resultados obtenidos en diversos trabajos empíricos, sin embargo, sugieren que las
inuencias no son tan unidireccionales como puede parecer, ya que en ocasiones se concluye que son los medios los que
conguran la agenda políca, mientras que en otras se arma lo contrario (Tedesco, 2001; Walgrave; Aelst, 2006). En
una revisión de 19 invesgaciones sobre la capacidad de los medios para condicionar la agenda políca, se encontró que
ocho de ellas constataban una gran inuencia de la agenda mediáca sobre la políca, cuatro detectaban una inuencia
considerable y siete una inuencia débil o nula. Para los autores, las divergencias en los resultados se explican porque
la capacidad de los medios para congurar la agenda políca es conngente, y depende de muchos factores: variables
como el medio de comunicación estudiado, el asunto analizado, el criterio de selección y medición de la agenda políca
y el período temporal abarcado podrán, en sus múlples combinaciones, arrojar resultados de invesgación diferentes.
En una línea similar, se ha estudiado con frecuencia la capacidad del presidente (sobre todo de Estados Unidos) para
establecer la agenda de los medios. Baumgartner y Jones (citado por Edwards y Barre, 2000) arman que ningún actor
individual puede jar la agenda de manera tan determinante como lo hace el presidente de Estados Unidos, al menos en
su país. No obstante, del mismo modo que con los candidatos, la invesgación parece apuntar a que las inuencias son
mutuas: el presidente condiciona la agenda mediáca y los medios condicionan la agenda del presidente.
La personalidad de cada políco también inuye en su capacidad para dominar o ser dominado por la agenda. Eva y
Bell (citado por Tedesco, 2001), en un estudio sobre las elecciones a gobernador de Texas, concluyeron que la candidata
Ann Richards conseguía establecer la agenda mediáca, mientras que George Bush reaccionaba a ella. Otra de las va-
riables que pueden inuir en la dirección de la inuencia (de los medios a los polícos o de los polícos a los medios) es
el tema o asunto del que se trate. De este modo, hay asuntos en los que los medios presentan una mayor tendencia a
dejarse inuir, y otros en los que suelen llevar más la iniciava. Wood y Peake (1998), en un trabajo sobre la imagen de
los países extranjeros en los medios de comunicación estadounidenses y sus efectos polícos, encontraron un patrón
de inuencia desde los medios hacia la agenda presidencial, pero no al revés. Zhang y Meadows (2012) también encon-
traron un buen número de temas, como el sida, la educación y la conducción en estado de embriaguez, en los que los
medios llevaron la iniciava y lograron condicionar la agenda políca.
Finalmente, la evolución de los medios digitales y el acceso cada vez más frecuente a las nocias a través de internet
y redes sociales (Geiger, 2019) parece estar convirendo al usuario (audiencia) en un constructor más de la agenda o
agenda-builder. Los periodistas y los medios reciben feedback constante e inmediato sobre lo que interesa o no a sus
públicos a través de información verbal (como los comentarios en las nocias o las conversaciones en redes sociales) y
no verbal (como el número de clicks en una nocia publicada o los likes y retweets a un determinado contenido) (Lee;
Tandoc, 2017). La conducta de los usuarios condiciona así lo que los medios consideran importante y nociable, alteran-
do, al menos en parte, la dirección de los efectos clásicos de agenda hacia “efectos recíprocos” entre medios y audien-
cias (Ragas; Tran; Marn, 2014, p. 57; Tandoc; Vos, 2016). En otras palabras, se produce un fenómeno en dos pasos en
el que los medios pueden esmular el interés público inicial en un asunto, y luego ser los públicos los que esmulen la
cobertura informava (McCombs; Shaw; Weaver, 2014). Por otra parte, los propios usuarios de los medios digitales se
han converdo en parte en fuentes de información que dicen a otros usuarios “qué leer, cómo leerlo, y cómo responder
a ellos” (Lee; Tandoc, 2017, p. 10), contribuyendo a un fenómeno de agenda seng más horizontal (McCombs; Shaw;
Weaver, 2014).
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7. Agenda seng en España
La introducción de la agenda seng en la invesgación en comunicación es un tanto tardía en España, pues no sería
hasta 1996 (Canel; Llamas; Rey-Lennon, 1996) cuando se publican los primeros trabajos que empleaban esta teoría con
rigor metodológico. Este retraso no fue sin embargo exclusivo o caracterísco de la teoría de la agenda seng, ya que la
creación de la comunicación como un campo académico propio en España fue más lenta que en los países de su entorno,
e incluso posterior a su desarrollo en la mayoría de los países de América Lana (Ang et al., 2019).
Pese a la demora, las invesgaciones publicadas en los noventa alcanzarían una elevada difusión internacional, gracias a
la estrecha colaboración de algunos invesgadores españoles con McCombs, con el que coordinaron diversos proyectos.
Se trata de un grupo de académicos ligado a la Universidad de Navarra, liderado entonces por Esteban López-Escobar,
y en el que destacaron María-José Canel, Juan-Pablo Llamas y Federico Rey, entre otros. La aportación española resultó
especialmente relevante en el desarrollo del segundo nivel de la teoría. Uno de los primeros estudios empíricos explíci-
tamente diseñados para evaluar la hipótesis sobre los efectos de la agenda de atributos se llevó a cabo en Navarra, en
el contexto de las elecciones municipales y autonómicas celebradas en 1995. En este trabajo, McCombs et al. (1997)
determinaron los efectos de agenda de los denominados “atributos sustanvos” de los candidatos (sus caracteríscas
de personalidad y su ideología y opiniones polícas) y también de los “atributos afecvos” (descripciones posivas, ne-
gavas y neutras de cada candidato). Uno de los hallazgos más importantes del estudio fue que la dimensión afecva se
transmia de manera más intensa (mayor efecto de agenda) que la dimensión sustanva.
Unos años más adelante, la invesgación realizada en España volvería a resultar determinante para el desarrollo de otra
de las extensiones del modelo original de la teoría. Rodríguez-Díaz (2004; 2010), en un giro teórico y metodológico inno-
vador, estudió el papel de los profesores universitarios como agenda seers, “medios de comunicación” que transeren
la relevancia de los temas centrales de las materias que imparten, así como sus atributos, a sus audiencias: los alumnos.
Con la colaboración del propio Maxwell McCombs, que codirigió la tesis de Rodríguez-Díaz (2001), la idea central de esta
extensión de la teoría es que
“en el ámbito de la docencia es razonable pensar que son los profesores quienes inuyen en los alumnos en lo
que a sus expectavas sobre los programas o asignaturas se reere” (Rodríguez-Díaz, 2001, pp. 291-202).
Sin embargo, las conclusiones de este estudio pionero parecen indicar que la inuencia de la agenda del profesor en la
agenda de los alumnos universitarios es menor de lo que podría esperarse. A parr del análisis de los datos de encuesta
distribuidos entre alumnos de Periodismo la autora habla de una
“desconexión entre las agendas de los profesores y la de los alumnos” (Rodríguez-Díaz, 2001, p. 305).
Más recientemente, parte de la teorización y el desarrollo empírico del tercer nivel de la teoría ha contado con invesga-
dores radicados en centros españoles, como la propia Raquel Rodríguez-Díaz (Universidad Rey Juan Carlos), Marta Mar-
n-Llaguno (Universidad de Alicante) y Alberto Ardèvol-Abreu (Universidad de La Laguna), entre otros. Estos académicos
colaboraron con el profesor McCombs en diversos estudios sobre el tercer nivel, que se sintezan en el monográco The
power of informaon networks (Milena-Barrios et al., 2016; Saldaña; Ardèvol-Abreu, 2016; Ardèvol-Abreu; Saldaña;
McCombs, 2013). Entre estas aportaciones cabe destacar el hallazgo de las “asociaciones convincentes” (compelling
associaons) en el tercer nivel de las teorías (Saldaña; Ardèvol-Abreu, 2016). Las asociaciones convincentes son asocia-
ciones de varios atributos de un asunto (por ejemplo, delitos relacionados con las drogas e impacto de las drogas sobre
los individuos) que cuando forman parte recurrente de la agenda de los medios, incrementan la importancia de ese
asunto en la agenda del público (en el ejemplo anterior, las drogas). Se trata por tanto de un hallazgo que relaciona los
tres niveles de la teoría: una red o conjunto (tercer nivel) de atributos de un objeto (segundo nivel) que, cuando forma
parte de la agenda de los medios, aumenta la relevancia de un asunto en la agenda del público (primer nivel).
7.1. Producción cienca sobre agenda seng en España
Tras cinco décadas de evolución de la agenda seng, con las múlples ramicaciones de la idea central que se han men-
cionado en los epígrafes anteriores, se ha querido estudiar la vitalidad actual de la teoría en la invesgación en Comuni-
cación que se publica en España. Siendo este país ciertamente relevante en el desarrollo de algunas de las extensiones
del modelo central, este apartado nal pretende responder a las siguientes preguntas de invesgación:
PI1: ¿En qué medida se sigue ulizando la teoría de la agenda seng en la producción cienca en Comunicación
publicada en España en el úlmo quinquenio?
PI2: ¿En qué grado se uliza el sustento teórico de la agenda seng para examinar la hipótesis central de la teoría
(es decir, el fenómeno de transferencia de relevancia entre agendas)?
Para responder a estas preguntas, se llevó a cabo un trabajo de búsqueda sistemáca y automazada de contenidos, con
el objevo de localizar trabajos académicos originados (y publicados) en el país que contuviesen las palabras “agenda
seng” o “agenda mediáca”. Tomando un criterio metodológico similar al de Ardèvol-Abreu (2015) para su estudio
sobre el estado de la invesgación en framing, se consideraron las revistas españolas indexadas en cualquier cuarl de
CiteScore de Scopus9 en el área Social sciences – Communicaon (última actualización, basada en las citas obtenidas por
las revistas en el año 2018, y referidas a documentos publicados en el período 2015-2017). Se ha añadido, además, la
Alberto Ardèvol-Abreu; Homero Gil de Zúñiga; Maxwell E. McCombs
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revista Profesional de la información, que a pesar de gurar en Scopus en el área de Social sciences – Library and infor-
maon sciences, actualmente incorpora estudios sobre
“comunicación en general, así como métodos de gesón, visualización, preservación, etc., de la información
periodísca” (EPI, s.f.).
Para localizar las publicaciones, se lanzó una búsqueda a través del portal bibliográco Dialnet10 con las palabras clave
mencionadas, entrecomilladas y separadas por el operador lógico OR11. Se excluyeron los resultados anteriores al 30 de
junio de 2014, para así establecer un período de análisis de 5 años (julio de 2014-julio de 2019)12. También se excluyeron
los estudios que contuviesen las palabras de búsqueda que sólo nombraran, pero no trataran –de manera más o menos
central– algún aspecto teórico o metodológico de la agenda seng. Se incluyeron inicialmente los arculos publicados
en las revistas españolas de Comunicación, para luego añadir comunicaciones a congresos, libros y capítulos de libro y
tesis doctorales. Ciertamente, este enfoque es sólo representavo de la invesgación en agenda seng publicada en
España, no así de los trabajos publicados por autores españoles. Y es que, en los úlmos años, la disciplina se ha bene-
ciado de una creciente internacionalización, y los invesgadores españoles en comunicación publican cada vez más en
revistas de alto factor de impacto y editoriales de cualquier país. Y, por otro lado, invesgadores extranjeros publican
con cierta frecuencia en las revistas españolas de comunicación, sobre todo en aquellas con un mayor factor de impacto.
En el quinquenio junio 2014-junio 2019, se publicaron en las revistas seleccionadas un total de 34 artículos que
cumplieron los criterios de búsqueda:
- 11 en Estudios sobre el mensaje periodísco,
- 6 en Communicaon & society,
- 5 en Profesional de la información,
- 5 en Revista lana de comunicación social,
(ver el resto de las publicaciones en la tabla 1). Un número importante, teniendo en cuenta la gran variedad de teorías
sobre efectos con las que ha de “comper” la agenda seng –de manera destacada, la teoría del framing–.
Tabla 1. Estudios que emplean la teoría de la agenda setting en revistas seleccionadas de comunicación españolas (30 jun. 2014-30 jun. 2019)
Nota: Elaborado con datos de Dialnet.
Revista Autorias de los arculos sobre agenda seng
Profesional de la información (EPI)
- Roger-Monzó; Martí-Sánchez (2019)
- López-López; Vásquez-González (2018)
- Alonso-Muñoz; Casero-Ripollés (2018)
- Bouza-García; Tuñón-Navarro (2018)
- León-Gross; Rivera-Hernández; Redondo-Escudero (2018)
Revista latina de comunicación social (RLCS)
- Blanco-Castilla; Cano-Galindo (2019)
- Blasco-Duatis; Coenders-Gallart; Sáez-Zafra (2018b)
- Acosta-Peña; Brunet; Córdoba-Laguna (2017)
- Martínez-Garza; González-Macías; Miranda-Villanueva (2015)
- Fernández-Reyes; Piñuel-Raigada; Vicente-Mariño (2015)
Communication & society
- Blasco-Duatis; Sáez-Zafra; Fernández-García (2018)
- Sormanen; Lauk; Uskali (2017)
- Flecha; Ortiz; Dones-González (2017)
- Mellado-Ruiz; Humanes (2017)
- Zunino (2016)
- López-García (2016)
Catalan journal of communication & cultural studies - Agulló-Calatayud; Castelló-Cogollos; Valderrama-Zurián (2014)
Historia y comunicación social - Cárdenas-Ruiz (2017)
- Casero-Ripollés (2015)
Estudios sobre el mensaje periodístico
- Jiménez-Sánchez; Vayas (2019)
- Melek; Ulucay (2019)
- Muñiz-Zúñiga (2018)
- Blasco-Duatis; Coenders-Gallart; Sáez-Zafra (2018a)
- Gallego-Ramos (2017)
- Dodds; Amor (2016)
- Odriozola-Chené; Aguirre-Mayorga; Bernal-Suárez (2016)
- Antón-Crespo; Alonso-del-Barrio (2015)
- Miranda-Villanueva; Iglesias-Ortiz (2015)
- Gómez-Patiño (2014)
- Rubio-García (2014)
Revista cientíca de información y comunicación IC - Hernández-Ruiz (2018)
Icono 14 - Torres-Nabel (2014)
Trípodos - López-García; Cano-Orón; Argilés-Martínez (2016)
- Tous; Rivero-Santamarina; Meso-Ayerdi; Larrondo-Ureta /(2015)
Orígenes y desarrollo de la teoría de la agenda setting en Comunicación. Tendencias en España (2014-2019)
e290414 Profesional de la información, 2020, v. 29, n. 4. e-ISSN: 1699-2407 13
Sin embargo, a pesar de esta relava profusión de trabajos, un análisis más detallado de las publicaciones de este úlmo
quinquenio nos puede llevar a mazar las conclusiones. Así, casi un 60% de los estudios recogidos en la tabla 1 (20 de
ellos) aluden a la teoría en su marco teórico, o la ulizan para apuntalar sus resultados y conclusiones, sin realmente
estudiar la hipótesis central de la agenda seng (el fenómeno de transferencia de relevancia entre agendas). Más con-
cretamente, se hace referencia a la teoría para hacer análisis de la agenda de los medios (11 estudios), de la agenda
políca (3 estudios) o, más raramente, de la agenda del público (1 estudio), sin comprobar fenómenos de transferencia
de relevancia entre unas y otras. En la mayoría de los casos se emplean técnicas cuantavas o cualitavas de análisis de
contenido para denir el tratamiento que los medios hacen de algún tema, o –menos frecuentemente– para estudiar la
agenda de los públicos a través de la “conversación” que manenen en redes sociales como Facebook o Twier.
Como excepciones a este fenómeno general, algunos trabajos de los recogidos en la tabla 1 sí se han interesado por la
hipótesis central de transferencia de relevancia. Aunque son minoría, diez de los arculos conenen alguna medida de
los efectos postulados por la agenda seng:
- En un estudio clásico de primer nivel, Hernández-Ruiz (2018) analiza la transferencia de relevancia desde la agenda de
temas “europeos” (es decir, relacionados con la UE) de los medios españoles de referencia hacia la agenda pública.
- Antón-Crespo y Alonso-del-Barrio (2015) llevan a cabo otro estudio del primer nivel, en el que encuentran que la
agenda de los medios digitales afecta a la agenda del público de Twier (medida a parr de los temas que son trending
topic en esta red social).
- Desde un enfoque similar, Tous et al. (2015) abordan la interacción entre las agendas de los principales medios digita-
les españoles (medidas mediante análisis de contenido) y las de las audiencias (operavizadas mediante el estudio de
los trending topics de cada día).
- También mediante análisis de contenido en Twier, Rubio-García (2014) sosene que la capacidad de los medios para
marcar la agenda pública “depende y varía en función de los temas” (p. 262) –siendo las nocias de carácter políco e
internacionales las que más se transeren a la agenda pública desde los medios tradicionales–.
- Un quinto trabajo, basado en el primer nivel de la teoría, constata mediante análisis de contenido cuantavo que los
principales periódicos españoles establecen la agenda del cambio climáco al determinar el número de búsquedas en
Google relacionadas con el calentamiento (agenda del público) (Fernández-Reyes; Piñuel-Raigada; Vicente-Mariño,
2015).
Otros de estos estudios han atendido a la transferencia de relevancia y las interacciones mutuas entre la agenda políca
y la mediáca:
- Muñiz-Zúñiga (2018) encuentra una sincronización (a veces absoluta) entre las agendas políca y mediáca cubana a
raíz de la muerte de Fidel Castro.
- Por su parte, Blasco-Duas, Coenders-Gallart y Sáez-Zafra (2018b), desde la novedosa perspecva metodológica del
análisis composicional, abordan el fenómeno de la intermedia agenda seng –la manera en que unos medios condi-
cionan la agenda de otros medios– en el ámbito políco.
- En un estudio con algunas similitudes con el anterior, López-García, Cano-Orón y Argilés-Marnez (2016) abordan las
inuencias muldireccionales entre las agendas polícas de los dirigentes de la Comunidad Valenciana, los medios de
comunicación y los líderes de opinión.
- Un único estudio se centró en el segundo nivel de la teoría, mediante el análisis de la transferencia de relevancia –
desde los medios hacia la opinión pública– de ciertos atributos referidos a la imagen de los refugiados sirios (Melek;
Ulucay, 2019).
- Finalmente, Casero-Ripollés (2015) llevó a cabo un estudio cualitavo sobre el establecimiento inverso de la agenda,
en el que encontró que los acvistas polícos ulizan las redes sociales para captar la atención de los medios de co-
municación y condicionar su agenda (transferencia de relevancia desde la agenda de los acvistas hacia la agenda del
público).
Por otra parte, se lanzó una nueva búsqueda en Dialnet para localizar capítulos en obras colecvas, libros y tesis doc-
torales13 que trataran sobre la agenda seng o que la ulizaran en su marco teórico, empleando las mismas palabras
clave que en el caso anterior. En cuanto a tesis doctora-
les, destaca claramente sobre los demás la producción
cienca de la Universidad Complutense de Madrid, con
8 tesis doctorales sobre agenda seng defendidas con
éxito en el quinquenio (algo más de un 25% de todas las
leídas en España). Los resultados obtenidos se muestran
en la tabla 2.
A juzgar por el número de trabajos pu-
blicados en el quinquenio 2014-2019, la
investigación basada en agenda setting
y publicada en España no goza de mala
salud
Alberto Ardèvol-Abreu; Homero Gil de Zúñiga; Maxwell E. McCombs
e290414 Profesional de la información, 2020, v. 29, n. 4. e-ISSN: 1699-2407 14
Tabla 2. Ponencias en congresos, capítulos en obras colectivas, libros y tesis doctorales sobre agenda setting (30 junio 2014-30 junio 2019)
Documento Autoría / Universidad de lectura de la tesis
Ponencias en congreso - Meso-Ayerdi et al. (2015)
- Weinstein (2014)
Capítulos de libro —
Libros —
Tesis doctorales
- Sánchez-Lorenzo (2019), UNED
- Cevallos-Ludeña (2018) UVigo
- García-Lacroix (2018), UCM
- Lamelas-López (2018), UPF
- Arce-García (2017), UBU
- Hernández-Ruiz (2017), USPCEU
- Landete-Sánchez (2017), USPCEU
- Leal-Corral (2017), UCM
- Linares-Lanzman (2017), UPF
- Marín-Albaladejo (2017), UCSAM
- Mora-Rodríguez (2017), UM
- Nicasio-Varea (2017), UCHCEU
- Ramírez-Leyva (2017), UMH
- Sanjurjo-García (2017), UAM
- De-Souza-de-Almeida (2016), UAM
- Ferreres-Bertolín (2016), UVic
- García-Beyaert (2016), UAB
- Gil-Ramírez (2016), UMA
- Gómez-Biedma-Guérrez (2016), US
- Guzmán-Beltrán (2016), UCM
- Labrín-Elgueta (2016), UCM
- López-López (2016), USC
- Macedo-García (2016), UCM
- Odeh-Madanat (2016), UOC
- Parada-Gavilán (2016), UCM
- Quijano-Urreste (2016), UPV
- Barrera-de-la-Cruz (2015), UCM
- Codinach-Fossas (2015), UAB
- Fenoll (2015), UV
- López-Aira (2015), UCM
- Urzáiz-Duch (2015), US
Nota: Elaborado con datos de Dialnet.
Siglas de las universidades:
UAB = Universitat Autònoma de Barcelona. UAM = Universidad Autónoma de Madrid. UBU = Universidad de Burgos. UCHCEU = Universidad CEU
Cardenal Herrera. UCM = Universidad Complutense de Madrid. UCSAM = Universidad Católica San Antonio de Murcia. UHM = Universidad Miguel
Hernández de Elche. UM = Universidad de Murcia. UMA = Universidad de Málaga. UNED = Universidad Nacional de Educación a Distancia. UOC
= Universitat Oberta de Catalunya. UPF = Universitat Pompeu Fabra. UPV = Universitat Politècnica de València. US = Universidad de Sevilla. USC =
Universidade de Santiago de Compostela. USPCEU = Universidad CEU San Pablo. UV = Universitat de València. UVic = Universitat de Vic. UVigo =
Universidade de Vigo.
A juzgar por el número de trabajos publicados en un quinquenio, y excluyendo los estudios que realmente no son sobre
agenda seng o no fueron publicados en España, parece que la invesgación basada en esta teoría no goza de mala
salud. Llama la atención el elevado número de tesis doctorales que ulizan la teoría de la agenda como fundamento
teórico o metodológico (al menos 31 en sólo un quinquenio). Como principal décit, se percibe un exceso de trabajos
que ulizan las nociones de la teoría para llevar a cabo análisis de contenido sin llegar a plantear (empíricamente) ningún
fenómeno de transferencia de relevancia. De manera similar, muchos de los trabajos publicados en el período 2014-19
se apoyan en el modelo más básico de la teoría, y muy pocos se centran en algunas de las extensiones del modelo ori-
ginal mencionadas en los apartados anteriores. Una vía aún poco explorada es el tercer nivel de la teoría, que brinda
muchas posibilidades de desarrollo teórico y empírico a parr del análisis de la transferencia de relevancia de la agenda
de asociaciones o redes de objetos y de atributos.
Después de más de cuarenta años de invesgación con-
nuada, la teoría ha dado muchos frutos, pero el principio
general de transferencia de relevancia ene aún largo
recorrido (McCombs, 2006). La teoría no ha permane-
cido invariable, sino que progresivamente ha sido capaz
de explicar más fenómenos empleando la misma idea
central. Desde el inicial interés por explorar la inuencia
de la agenda de asuntos de los medios en la agenda del público, se pasó al estudio de los factores que limitaban o real-
zaban la inuencia de los efectos del mensaje. Una tercera fase se centró en la inuencia de las agendas externas sobre
la agenda de los medios (agenda building). Más adelante el campo se movió hacia un intento de extrapolar el modelo
de la agenda seng a otros procesos diferentes de la comunicación de masas, como la educación (véase, por ejemplo,
Rodríguez-Díaz, 2001 y 2004). Finalmente, el tercer nivel de la teoría, planteado inicialmente hace ahora siete años, goza
aún de un débil desarrollo empírico que puede constuir líneas interesantes de invesgación.
8. Notas
1. Rodríguez-Díaz (2004, p. 17) recuerda que existen otras traducciones del término al castellano, que no han gozado de
la misma aceptación. Destacan entre otras “función del establecimiento de una agenda temáca”, “jerarquización de no-
cias” o “canalización periodísca de la realidad”.
2. Este primer estudio de agenda seng (McCombs; Shaw, 1972) se centró en la campaña electoral para las elecciones
presidenciales estadounidenses de 1968. Se buscó la correlación entre lo que el público consideraba como asuntos clave
de la campaña (agenda del público) y los asuntos que los medios publicaban sobre ella (agenda de los medios).
Después de más de cuarenta años de
investigación continuada, la teoría ha
dado muchos frutos, pero el principio
general de transferencia de relevancia
tiene aún largo recorrido
Orígenes y desarrollo de la teoría de la agenda setting en Comunicación. Tendencias en España (2014-2019)
e290414 Profesional de la información, 2020, v. 29, n. 4. e-ISSN: 1699-2407 15
3. Habitualmente traducida al español como “teoría del ujo de comunicación en dos pasos” o “teoría del doble ujo
de comunicación”.
4. Consultar, por ejemplo, Althaus y Tewksbury (2002); Wang, (2000).
5. A pesar de esta tendencia general, existen hallazgos en sendo contrario. En ocasiones la agenda de la televisión ha
demostrado ser más inuyente que la de los periódicos (Weaver et al., 1981).
6. Se llama así al proceso de transferencia de relevancia entre emisores, por el que algunos medios presgiosos condicionan
la agenda de otros medios (López-Escobar et al., 1998).
7. Aunque existen más traducciones para obtrusive y unobtrusive, consideramos que experiencial y no experiencial (em-
pleadas en la edición española de Seng the agenda [McCombs, 2006]) resultan las más adecuadas.
8. Los dos modelos explicavos fueron sintezados por MacKuen y Coombs (1981), que disnguen entre el “modelo de
la atención” y el “modelo del encuadre cognoscivo”. El primero sosene que una mayor atención a la información y una
mayor capacidad cognosciva aumentan la efecvidad de la transferencia de relevancia, por lo que los individuos más
formados serían más suscepbles a la agenda mediáca. El modelo alternavo, denominado “del encuadre cognosci-
vo”, arma que los individuos más atentos y con mayor capacidad cognosciva son los menos sensibles a la agenda de
los medios, puesto que su marco de interpretación de los acontecimientos es sólido y resistente a inuencias externas.
9. CiteScore está elaborado por Scopus y usa sus propios datos. Se ha creído conveniente ulizar el criterio más inclusivo
de Scopus y no el de JCR de Web of Science por la reducidísima presencia de revistas españolas de Comunicación en este
úlmo sistema de indicadores. CiteScore puede consultarse en
hps://www.scopus.com/sources.uri
10. Se ulizaron comillas dobles en la búsqueda, con el objevo de acotar los resultados a los documentos que conten-
gan exactamente las palabras mencionadas, en el mismo orden. El operador lógico OR facilita resultados que contengan
cualquiera de los términos de búsqueda. El buscador devuelve los documentos que incluyan estas palabras en el tulo,
palabras clave o resumen.
11. Búsqueda lanzada los días 29 y 30 de junio de 2019 en el siguiente URL:
hps://dialnet.unirioja.es
Es posible que algunos de los trabajos sobre agenda seng publicados en España en el período de análisis no guren
entre los resultados obtenidos, pues Dialnet recoge una gran parte de las publicaciones ciencas, pero no todas. Tam-
bién es posible, aunque sería extraño, que algún arculo que ulice la teoría no mencione los términos “agenda seng”
o “agenda mediáca” en el tulo ni en el resumen, ni en las palabras clave, pero sí lo haga más adelante. En este caso no
guraría entre los resultados obtenidos.
12. Aunque esta ventana temporal es arbitraria, creemos que es suciente para reejar el estado de la invesgación más
reciente. El criterio metodológico es similar al tomado por Ardèvol-Abreu (2015). Como sugerencia de invesgación
futura, un análisis más amplio debería analizar toda la producción cienca española en el área a parr de 1996, año en
que el equipo liderado por López-Escobar comenzó a publicar acvamente sobre agenda seng.
13. La búsqueda se llevó a cabo en las mismas fechas del estudio de revistas, los días 28, 29 y 30 de junio de 2019. Se
excluyeron los contenidos publicados fuera de España, así como los no centrados en aspectos comunicavos o que solo
mencionasen la teoría, sin ulizarla realmente como fundamento teórico o metodológico.
9. Referencias
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hps://doi.org/10.1177/0093650202029002004
Alberto Ardèvol-Abreu; Homero Gil de Zúñiga; Maxwell E. McCombs
e290414 Profesional de la información, 2020, v. 29, n. 4. e-ISSN: 1699-2407 16
Ang, Peng-Hwa; Knobloch-Westerwick, Silvia; Aguaded, Ignacio; Muñoz-Uribe, Juan F.; Wasserman, Herman; Athique,
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