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Cortinas forestales:
rompevientos y amortiguadoras
de deriva de agroquímicos
Javier Oberschelp, Leonel Harrand, Ciro Mastrandrea, Carla Salto,
Mario Flores Palenzona
Cortinas forestales:
rompevientos y amortiguadoras de deriva de
agroquímicos
EEA Concordia
Junio 2020
Este documento es resultado del financiamiento otorgado por el
Estado Nacional, por lo tanto, queda sujeto al cumplimiento de la Ley
Nº 26.899.
Se enmarca dentro del Programa Nacional Forestal
Agradecimientos:
A los Ings. Sergio Ramos, Sergio Garrán y Martín Sánchez Acosta
por los comentarios y sugerencias realizadas. Al Ing. Gonzalo
Carlazara de Agroberries SA Concordia por permitir la publicación en
la tapa de foto tomada dentro del establecimiento.
Autores:
Gustavo Pedro Javier Oberschelp
Leonel Harrand
Ciro Andrés Mastrandrea
Carla S. Salto
Mario Flores Palenzona
Diseño y Edición:
Carla S. Salto
Fotografías:
Tapa: María Fernanda Rivadeneira
Interior: Leonel Harrand
Infografías:
Leonel Harrand
Esta publicación
cuenta con licencia:
630*4 Cortinas forestales : rompevientos y amortiguadoras de deriva de
C82 agroquímicos / Gustavo Pedro Javier Oberschelp... [et al.]. - Buenos Aires :
Ediciones INTA, Estación Experimental Agropecuaria Concordia, 2020.
13 p. : il. (en PDF)
ISBN 978-987-8333-42-7 (digital)
i. Oberschelp, Gustavo Pedro Javier
ARBOLES ROMPEVIENTOS – ROMPEVIENTO – AGROQUIMICOS –
PLANTAS PROTECTORAS
DD-INTA
Cortinas forestales
Las cortinas forestales son plantaciones de
árboles y arbustos en líneas simples o múltiples,
con el objetivo de alterar el flujo de viento y el
microclima alrededor de cierta superficie
(cultivos, granjas, hogares).
Las cortinas son una intervención táctica
complementaria y necesaria para la protección del
ambiente, cuyo uso se remonta a los primeros
asentamientos agrícolas (Isebrands et al., 2014).
Se establecen principalmente para proteger el
suelo, conservar la humedad, interceptar partículas
presentes en el aire, proteger a plantas y animales
y/o mejorar el microclima edáfico y del cultivo
(Copes, 2012). La reducción de la velocidad del
viento y los cambios microclimáticos generados
en la zona de protección se traducen en mejores
condiciones para el crecimiento y desarrollo de los
cultivos, es decir mayor producción (Teuber et al.,
2016). La disminución de la velocidad del viento
evita los daños por “rameados” (heridas por el
rozamiento con hojas y ramas), y la propagación
de ciertas enfermedades, tal como ocurre con la
cancrosis de los cítricos. En ganadería, los
animales se ven beneficiados por una cortina
rompeviento: obtienen un beneficio directo dado
por la reducción de la velocidad del viento
invernal, que les permite pasar el invierno en
condiciones más adecuadas y les entrega
sombra y brisa fresca durante el verano,
evitando el estrés por calor; también hay un
beneficio indirecto, aumentando el rendimiento de
la pradera, con una mayor disponibilidad de
forraje para la alimentación y en consecuencia
una mayor producción secundaria, expresada en
ganancia de peso y aumento en la producción de
leche y lana (Quam et al., 1994).
Es posible diseñar y gestionar las cortinas para
ser una fuente de alimentos, productos no
madereros (conos para artesanías o
combustible, acículas para mulching de plantas
en caso de los pinos) o hasta ser una base de
ingresos a través de la venta de productos
generados a partir de la barrera contra el viento
(como la miel obtenida a partir de las flores de
cortinas de eucalipto) (Figura 1). Una cortina de
varias hileras puede diseñarse para funcionar
como barrera y permitir a la vez la obtención de
subproductos como madera rolliza o biomasa
leñosa para energía; en este caso, se deben
incorporar filas adicionales en el diseño para
permitir la cosecha rotacional mientras se
mantiene la integridad del diseño de la cortina.
Figura 1. Cortinas rompevientos de pinos (izquierda) y eucaliptos en floración (derecha).
1
Las cortinas forestales funcionan de dos
maneras, por un lado modificando los flujos
de aire, las ondas sonoras, las nubes de olor,
y por otro, filtrando contaminantes
transportados por el aire, como sedimentos,
nieve, nutrientes, pesticidas, patógenos y
compuestos orgánicos volátiles. A medida
que el viento sopla contra una cortina forestal,
la presión del aire se acumula en el lado de
barlovento (el lado hacia el viento) y una gran
cantidad de aire se mueve hacia arriba y por
encima o alrededor de los extremos de la
cortina (Inside Agroforestry, 1995) (Figura 2).
Esto permite modificar el microclima de las
zonas próximas a las cortinas, cuyos
objetivos y alcances dependen de su diseño.
Tanto las características de la especie vegetal
empleada como el espesor de la cortina son
fundamentales para el buen funcionamiento
de la misma (Copes, 2012).
Figura 2. Efecto de la cortina forestal en la disminución del viento (adaptado de Fernández Reynoso et al., 2017).
Protección contra la deriva de agroquímicos
Al momento de realizar la aplicación de
agroquímicos, es indispensable conocer las
técnicas y tecnologías de aplicación existente
con la finalidad de realizarla de manera eficaz y
evitar la deriva. Se define como deriva a todas
aquellas gotas de pulverización que no alcancen
el objetivo y constituyen una pérdida de producto
(CASAFE, 2019). La deriva está influenciada por
4 factores: características de la pulverización
(tamaño de gotas); técnica de aplicación y
equipos empleados; condiciones ambientales al
momento de la aplicación y habilidad del
operador (CASAFE, 2019). El volumen de esta
deriva dependerá del tamaño de las gotas
producidas, de la velocidad del viento, de la
temperatura y de la humedad relativa. La dirección
del viento invariablemente fijará la dirección de la
deriva, y a medida que se incrementa la
velocidad del viento, mayor será la fuerza de
empuje, y por lo tanto la distancia afectada.
Una de las características de las medidas de
mitigación de la deriva de agroquímicos es que
el grado de éxito depende de la aplicación de
buenas prácticas (BPA) y de otros factores más
difíciles de controlar, como el viento y las
condiciones microclimáticas durante la
aplicación. Como no existe un método simple
para eliminar la deriva completamente, cada
método debe ser complementario a los
demás. Entre estos métodos, las cortinas
forestales pueden ser la herramienta más
confiable, proporcionando una reducción
significativa incluso en el caso de una falla en
la aplicación de las BPA (Ucar y Hall, 2001).
Evidencia experimental de estudios de
retención de deriva de pesticidas en
condiciones de campo y laboratorio indican
que las barreras vegetales pueden reducir
hasta un 90% de la deriva de agroquímicos
(Davis et al., 1994; Miller et al., 2000; Ucar y
Hall, 2001; Lazzaro et al., 2008; Wenneker y
Van de Zande, 2008; Zaady et al., 2018).
2
Al diseñar cortinas para evitar la deriva de
agroquímicos, deben usarse árboles y arbustos
que sean efectivos para capturar las gotas de
pulverización. Debido a su porosidad
tridimensional, las cortinas vegetales son más
efectivas para controlar la deriva que las cortinas
artificiales hechas de madera, tela u otros
materiales. Las cortinas demasiado densas
(menos del 40% de porosidad) pueden provocar
un efecto de pared, creando turbulencias en su
lado posterior y un efecto de flujo
descendente del aire llevando la pulverización
de vuelta a la superficie. La cortina debe retener
el agroquímico, no desviar su trayecto. La
protección de la cortina debe ser lo
suficientemente densa como para absorber
partículas de manera eficiente pero lo
suficientemente escasa como para permitir que
las partículas fluyan a través de ellas y queden
atrapadas (Raupach et al., 2001) (Figura 3).
Figura 3. Comportamiento del viento en cortinas forestales con distinta densidad (adaptado de Tassara et al., 2008).
La mejor protección contra la deriva de
agroquímicos proviene de múltiples filas de
vegetación que incluya árboles de hoja
perenne pequeñas tipo agujas (coníferas).
Estos árboles son de dos a cuatro veces más
efectivos que las plantas de hoja ancha
(latifoliadas) en la captura de las gotas y
brindan protección durante todo el año.
Adicionalmente, se debe considerar que
durante las pulverizaciones de otoño, invierno
e inicios de primavera, las especies de hoja
caduca ofrecerán menor cobertura contra la
deriva que aquellas de hoja perenne (Wenneker
y Van de Zande, 2008).
NOTA: la deriva de herbicidas puede perjudicar la eficiencia de la cortina al afectar su
follaje, e incluso en situaciones extremas, matar los árboles. La deformación y caída de
brotes y hojas es un síntoma de intoxicación por deriva de herbicidas. La adecuada
aplicación de BPA mitigaría este problema.
3
Diseño de cortinas rompevientos
El diseño de las cortinas forestales dependerá de
las condiciones del sitio y del espacio disponible.
Se deben ubicar de tal manera que disminuyan la
intensidad del viento (disminuyendo la posibilidad
de deriva) y a su vez retengan las partículas de
deriva. La modificación del flujo de aire depende
de seis características clave de la cortina de
protección: Altura, Densidad, Orientación,
Longitud, Ancho y Continuidad. Cada una de
estas características influye directamente en la
efectividad de cualquier rompevientos.
Altura
La altura aumenta con la edad y depende de la
especie arbórea utilizada. La altura efectiva de
una cortina rompeviento de varias filas es la de
la fila más alta. Grandes áreas deben tener una
cortina cada 10 a 20 veces su altura, para una
máxima protección (Figuras 2 y 4). Por ejemplo,
rompevientos de 10 metros de altura se deben
plantar cada 100 a 200 metros para proteger
eficazmente un área grande (Kuhns, 2012).
Figura 4. Cortinas paralelas de pino (
Pinus
sp.) entre
cultivos de arándanos (
Vaccinium corymbosum
).
Densidad
La densidad de la cortina es el porcentaje de la
porción sólida de la barrera con respecto al área
total de la barrera. La literatura puede referirse a
la porosidad en lugar de la densidad (una cortina
de 60% de densidad también puede considerarse
40% porosa). Generalmente estimamos la densidad
sobre una base óptica (relación de la porción
sólida de la cortina con su área total). Una cortina
tiene longitud y altura, pero también tiene
profundidad, y esta profundidad contiene
muchos caminos tortuosos para que el aire se
mueva; desafortunadamente, la densidad óptica
y la densidad funcional tienen poco en común.
Todos los rompevientos, excepto las vallas o
muros sólidos, dejan atravesar un poco de
viento. Las cortinas forestales densas detienen
más viento al tener una mayor proporción de
área sólida, pero una alta densidad no siempre
es buena. A medida que el viento se desvía hacia
arriba y supera la cortina, la baja presión en el
otro lado arrastra el viento hacia abajo; este
efecto es mayor en las cortinas densas, bajando
la circulación del viento rápidamente y reduciendo
el tamaño del área protegida (Figura 3). Dejar
pasar un poco de viento reduce la baja presión
resultando en un área protegida mayor.
La densidad se ve afectada por la cantidad de
hileras de árboles, ramas y cantidad de follaje
(determinada por la especie de árbol) y
espaciado de árboles dentro de las filas. Golberg
et al. (2003) destacan que las hojas de árboles
latifoliados (generalmente hojas largas y
anchas) tienden a colocarse de forma paralela al
flujo de aire, por lo cual la porosidad aumenta a
medida que aumenta la velocidad del viento y la
barrera se torna más permeable. En cambio en
barreras de coníferas, a medida que el viento
aumenta de velocidad, las ramas tienden a
apretarse unas contra otras, por lo cual la barrera
disminuye su porosidad. Es necesario considerar
que la densidad varía a medida que los árboles
crecen, particularmente en las especies que van
perdiendo sus ramas inferiores (Figura 5). En
estos casos deberá considerarse plantar líneas
de especies de diferente crecimiento.
Conceptualmente, un rompevientos con una
densidad del 50% debería dejar pasar la mitad del
viento. Las cortinas densas logran una reducción
máxima en la velocidad del viento del 85 % a una
distancia de una vez su altura, mientras que una
cortina semipermeable tiene una protección
4
horizontal máxima con reducción del viento del
75% a cuatro veces su altura (Peri, 1998). Por lo
tanto, los rompevientos con una alta densidad
(Figura 6), darían muy buena protección sobre un
área pequeña como una granja, lote residencial
o edificios. Un rompevientos con densidad
media puede proteger una mayor área, como
un campo de cultivo, y las cortinas con
densidades inferiores al 20% brindarán muy
poca reducción del viento.
Figura 5. Cortinas de doble hilera y simple fila monoespecíficas de eucalipto (
Eucalyptus grandis
) protegiendo quintas
(izquierda) e invernáculos (derecha). Nótese la alta porosidad de las mismas.
Figura 6. Cortina de pino (izquierda) y mixtas de casuarina (
Casuarina cunninghamiana
) y ciprés (
Cupressus sp
.). Nótese
la menor porosidad de las mismas.
Orientación
Las cortinas deben estar orientadas en ángulo
recto a la dirección del viento predominante
para proteger la mayor superficie terrestre
posible (Figura 7). Hay que considerar que las
direcciones predominantes del viento pueden
variar entre verano e invierno. Como
protección frente a la deriva, las cortinas deben
estar interpuesta entre la zona de aplicación y
el área a proteger.
5
Figura 7. Esquema de vista aérea del área efectiva de protección según ángulo de llegada del viento a la cortina.
En este sentido, dada la dirección
predominante de los vientos en la provincia de
Entre Ríos (Figura 8), es conveniente priorizar
cubrir los cuadrantes norte, sur y este. Por otro
lado, e independientemente de la dirección del
viento, se debe asegurar cubrir las áreas desde
donde puede ocurrir la deriva de la aplicación
de agroquímicos.
Figura 8. Anemograma para algunos sitios de la Provincia de Entre Ríos (Fuente: Meteoblue https://www.meteoblue.com)
Longitud
Las cortinas más largas protegen más área
porque el viento tiende a ingresar alrededor de
los extremos de la cortina debido al efecto de
baja presión que se genera por detrás. Por lo
tanto, los rompevientos deben ser largos en
relación con su altura. Lo mejor es una longitud
de al menos 10 veces la altura de la cortina.
En caso de una discontinuidad en la cortina,
por el paso de un camino por ejemplo, se
debe tomar los recaudos necesarios para
evitar que el viento se canalice y anule la
protección. Se puede plantar una hilera de
árboles paralela a la principal y a la altura del
paso y su longitud debe ser mayor al ancho
del paso (Figura 9).
6
Figura 9. Esquema de una cortina con discontinuidad por caminos y la solución que permite el paso de los vehículos pero
no del viento.
Marco de plantación
Las cortinas pueden estar formadas por varias
líneas de plantas o por una sola. Una sola fila
se puede usar donde el espacio es limitado
(Figura 5). Consiste en una hilera con árboles o
arbustos de hoja perenne para protección
durante todo el año, o una hilera de árboles de
hoja caduca densamente ramificada; aunque
los árboles caducifolios pierden sus hojas en
invierno, pueden proporcionar una buena
protección de los cultivos durante la
temporada de crecimiento y proporcionan algo
de protección contra el viento. La separación y
el mantenimiento adecuado de los árboles es
muy importante en las cortinas de una hilera:
no se puede permitir huecos ya que no hay
árboles en las filas adyacentes para
complementarlos y el efecto del paso del viento
por estos huecos resulta contraproducente.
La plantación en más de una línea es
conveniente realizarla en tresbolillo (un árbol
en una línea complementa un espacio en la
línea siguiente). Este diseño se completa y
hace efectivo en poco tiempo y ocupa poco
espacio (Figura 10). Los espaciamientos
mínimos y máximos recomendados de los
árboles dentro de la o las hileras, dependen de
la arquitectura de la planta, las características
de crecimiento y su función dentro de la
cortina; en líneas generales se puede decir
que, en una sola hilera será de 2 a 4,5 m y en
hileras múltiples de 2 a 6 m.
Figura 10. Vista superior y de perfil de un esquema de plantación de cortina en tresbolillo y con una línea de arbustos.
7
El uso de especies diferentes de árboles y
arbustos en una cortina disminuye la
probabilidad de enfermedades graves o
problemas de insectos. La protección contra
el viento se puede mejorar combinando una
hilera de arbustos bajos y densos con una
línea o más de árboles de altura media-alta
(Figura 11). Independientemente del número
de hileras, especies o esquema de plantación,
un menor espaciamiento entre plantas
provocará una menor porosidad de la cortina.
Sin embargo, distancias menores a las
recomendadas pueden atentar contra la vida
útil de la cortina, por la muerte de árboles que
causa la competencia por recursos (agua, luz,
nutrientes, etc.).
Figura 11. Cortina mixta de pino y jazmín amarillo (
Jazminum mesnyi
) (izquierda) y cortina simple de pino (derecha).
Cuidados culturales
Los árboles necesitan de recursos para
sustentar su crecimiento, una adecuada
disponibilidad de agua, nutrientes y luz solar va a
garantizar su establecimiento y desarrollo. Para
garantizar estos recursos desde el inicio, es
clave una buena preparación del suelo. Esta
puede realizarse mecánicamente en líneas
(tractor con rastra de discos, cincel o subsolador
en casos extremos), o manualmente, con pala al
momento de la plantación. Asimismo, un
adecuado control de malezas (mecánico o
químico) evita la competencia por estos recursos.
Resulta fundamental un adecuado control de
hormigas cortadoras previo y posterior a la
plantación, para evitar la pérdida de plantas. El
riego se hace necesario generalmente solo en la
plantación (riego de asiento), siendo necesario
riegos extras en las primeras etapas de
desarrollo si hubiese déficit hídrico.
La poda de ramas secas o el apeo de árboles
enfermos y/o secos puede ser necesario en
cortinas viejas, para evitar riesgos mayores y
proliferación de enfermedades (Figura 12). En
caso de retirar árboles enteros, se debe
replantar en el espacio generado para evitar
filtraciones de deriva.
Cercanía a edificios y cultivos
Se debe evitar implantar árboles cercanos a las
instalaciones edilicias para evitar los riesgos
asociados a la rotura de pisos, obturaciones de
caños y desagües por raíces y hojas.
Igualmente, la descarga de rayos, caída de
ramas y de árboles puede ser un riesgo en
casos de tormentas, por esto se debe respetar
un distancia a los edificios y lugares habitados
equivalente a 1,5 a 2 veces la altura de los
árboles. Las cortinas también pueden producir
efectos negativos sobre los cultivos agrícolas
u hortícolas aledaños a estas, al ser afectados
por la sombra y la competencia por otros
recursos, principalmente por el agua, o los
árboles pueden ejercer efectos alelopáticos
sobre el cultivo.
8
Figura 12. Cortinas de pinos de edad avanzada con ramas secas y espacios desprotegidos.
Un cuidado particular que debe tenerse con
suficiente anticipación es la altura de los
árboles y las distancias mínimas seguras de
las líneas de tendido eléctrico. Estas normas
están establecidas por el Ente Nacional
Regulador de la Electricidad (ENRE, Anexo I de
resolución 382/2015 y normas contempladas),
citando que no se permitirá que en su caída total
o de alguna de sus partes los árboles puedan
pasar a una distancia menor a 1 a 4 m respecto
de los conductores, dependiendo de su potencia.
Esto obliga a prever el crecimiento de los
árboles y las distancias a la línea en el
momento de plantar. Si esto no se cumple, las
empresas responsables por los tendidos
podrán realizar las podas o extracciones de
árboles dentro de la faja de seguridad, en caso
de que las ramas o ápices se encuentren a
distancias no permitidas, afectando la
integridad y funcionalidad de las cortinas, y
produciendo heridas que pueden ser vía de
entrada a diferentes patógenos (Figura 13).
Figura 13. Cortinas de casuarina (izquierda) y pino (derecha), muy próximas a las líneas de media tensión obligando
a su poda.
Elección de especies
Las especies a utilizar en una futura cortina
forestal cortaviento deben estar adaptadas a
las condiciones de clima y suelo de donde
crecerán. Los árboles y arbustos para la
instalación de cortinas rompevientos se
seleccionan por su resistencia, buena forma,
follaje, crecimiento rápido, longevidad, bajas
necesidades de mantenimiento y resistencia
a las plagas y enfermedades (Cuadro 1). En
9
este sentido un caso particular es el de las
Casuarinas, que si bien son excelentes para
realizar cortinas forestales y se han
utilizado extensivamente en la zona,
actualmente están gravemente amenazadas
por los escarabajos de ambrosía (Figura 14),
por lo que se desaconseja su utilización
(Ramos, 2016).
Figura 14. Cortinas de casuarina afectadas por el escarabajo de la ambrosía; nótese los árboles secos y defoliados.
Asimismo, es importante considerar la
disponibilidad y el costo de plantines en la zona.
Si bien se podrían utilizar especies nativas, es
necesario considerar su velocidad de
crecimiento como para que provean una
protección adecuada en poco tiempo.
En la elección de las especies, también hay que
considerar la posibilidad de actuar como
hospederas de plagas de difícil control, o la
capacidad que poseen algunas en multiplicarse
a través de semillas, pudiendo resultar
invasoras en algunos ambientes favorables.
Oportunidades para su implantación y
manejo - "Ley de inversiones para bosques
cultivados"
Las cortinas forestales, al igual que las
plantaciones en macizo, son objeto del régimen
de promoción forestal instituido en 1999 por la
Ley 25.080 y vigente hasta el año 2028 a través
de la Ley 27.487. El mismo es de alcance
nacional y rige en la provincia de Entre Ríos que
tiene como autoridad de aplicación al Ministerio
de Producción, Turismo y Desarrollo Económico.
El régimen contempla beneficios fiscales y
apoyo económico no reintegrable tanto para la
implantación como para el manejo silvícola de
bosques implantados (podas, raleo perdido y
manejo de rebrotes). El beneficio no
reintegrable previsto por la Ley varía en función
de la provincia o región, la especie y la
densidad de plantación. El objetivo de la
producción debe ser su aprovechamiento con
fines maderables y por dicha razón contempla
una serie de especies de pinos, álamos y
eucaliptos con probada aptitud de su madera
para usos industriales y cuyo cultivo es factible
de llevar adelante dadas las condiciones de
clima y suelo reinantes en nuestra región.
En el marco del citado régimen se entiende por
cortinas a las plantaciones realizadas en hileras,
cuyo ancho total no supere los OCHO METROS
(8 m), los que se obtienen de considerar la suma
de las distancias entre hileras, más la distancia
correspondiente al área de influencia de las
hileras externas. Las plantas deberán ser
distribuidas uniformemente sobre cada hilera
con una distancia mínima de UN METRO (1 m)
entre plantas y máxima de TRES METROS (3 m).
A los efectos de determinar su superficie se
considerará como equivalente a UNA HECTAREA
(1 ha) la cantidad de plantas correspondiente a la
10
densidad mínima establecida para un macizo de
igual especie en esa misma provincia o región.
En cuanto a los requisitos es necesario contar
con una copia simple del título de propiedad y
con el certificado de dominio de el/los lote/s
afectado/s al emprendimiento (sólo en el caso
de planes medianos/grandes)
1
. Lo que
también se está solicitando en todos los casos
es la inscripción del productor ante la AFIP, y
que entre sus categorías figure alguna
actividad del rubro forestal. El pago se realiza
por transferencia bancaria al titular por lo que
una vez avanzado el trámite también es
necesario realizar el trámite de censo de
cuenta. Otro requisito es que cuente con el
RENSPA (Registro Nacional Sanitario de
Productores Agropecuarios) del SENASA.
El beneficio otorgado por el Estado se
cumplimenta una vez que la actividad puede
considerarse lograda y ha sido verificada por
los inspectores provinciales/nacionales. En
términos de tiempo cuando hablamos de una
plantación su logro puede ser certificado entre
los 10 y 24 meses de realizada la misma, a
diferencia del resto de las actividades (manejo
de rebrote, poda y raleo perdido) que pueden
certificarse inmediatamente después de su
realización y durante los 12 meses posteriores.
El monto del apoyo económico es definido por
resoluciones de costos que anualmente
actualizan los valores en función de la
variación del costo promedio para cada
especie, densidad de plantación y para cada
provincia o región. En el caso de las
plantaciones se otorga un máximo del 80 % del
costo establecido hasta 20 ha por año y por
titular y el apoyo va disminuyendo a medida
que aumenta la escala con un límite de 300 ha.
En lo relativo a las actividades de manejo
silvícola se otorga el 70 % del costo estipulado
para cada tarea y el beneficio se extiende hasta
las 600 ha por año y por titular.
1
A los fines de su presentación los planes se dividen en 2
categorías: Pequeños de hasta 10 ha de plantación y/o 50 ha de
podas, raleo o manejo de rebrote y Medianos/Grandes de más de
10 ha de plantación y/o más de 50 ha de poda, raleo y manejo de
rebrote. En el caso de los Pequeños, el titular del plan puede
certificar o dar fe con su firma de la realización y logro de las
actividades; en cambio en los planes Medianos/Grandes es
necesaria la intervención de un técnico o ingeniero
forestal/agrónomo. Para mayor información consultar en:
https://www.magyp.gob.ar/sitio/areas/ss_desarrollo_foresto_indu
strial/promocion/
11
Cuadro 1. Algunas especies recomendadas para cortinas forestales
Especie
Nombre común
Características principales
Ventajas / Desventajas
Eucalyptus dunnii
Eucalipto
Especie de hoja perenne de muy rápido
crecimiento, alcanzando más de 30
metros de altura a edad adulta. A medida
que crece va perdiendo las ramas bajas
disminuyendo la protección. Cierta
tolerancia a heladas. Se reproduce por
semillas.
Desrama, implica realizar
cortinas compuestas.
Eucalyptus grandis
Eucalipto rosado
Especie de hoja perenne de muy rápido
crecimiento, alcanzando más de 30
metros de altura a edad adulta. A medida
que crece va perdiendo las ramas bajas
disminuyendo la protección. Baja
tolerancia a heladas. Se reproduce por
semillas o estacas.
Desrama, implica realizar
cortinas compuestas.
Corymbia torelliana
(
Eucalyptus torelliana
)
Eucalipto
Especie de hoja perenne de rápido
crecimiento, alcanzando más de 20
metros de altura a edad adulta. Presenta
hojas muy grandes. Abundante floración
que atrae abejas. Sensible a heladas
moderadas. Se reproduce por semillas.
Mantiene el fuste con
mayor cantidad de ramas.
La copa puede resultar muy
ancha y ocupar mucho
espacio.
Pinus elliottii
Pino resinoso
Conífera de hoja perenne de rápido
crecimiento, alcanzando 20-30 metros de
altura a edad adulta. Susceptible a
escarabajos descortezadores en épocas
de sequía. Se reproduce por semillas.
Desrama con la edad,
implica realizar cortinas
compuestas. Suele producir
muchas semillas, pudiendo
resultar invasora.
Pinus taeda
Pino
Conífera de hoja perenne de rápido
crecimiento, alcanzando 20-30 metros de
altura a edad adulta. Susceptible a
escarabajos descortezadores en épocas
de sequía. Se reproduce por semillas.
Mantiene el fuste con
mayor cantidad de ramas
que
P. elliottii.
Suele
producir muchas semillas,
pudiendo resultar invasora.
Cupressus spp.
Ciprés
Conífera de hoja perenne de crecimiento
medio, alcanzando 10-20 metros de altura
a edad adulta. Se reproduce por semillas.
No desrama naturalmente
por lo que ofrece buena
protección desde el suelo.
Susceptible a escarabajos
en épocas de sequía.
Sensibles a hongos del
suelo que producen
decaimiento y muerte.
Platycladus orientalis
(
Thuja orientalis
)
Tuja
Conífera de hoja perenne de crecimiento
lento, alcanzando 10-20 metros de altura
a edad adulta. Se reproduce por semillas.
Sensibles a hongos del
suelo que producen
decaimiento y muerte. No
desrama naturalmente,
forma cortinas muy densas.
Populus sp.
Álamo
Latifoliada de hoja caduca. Rápido
crecimiento. Se reproduce por estacas.
Susceptible a escarabajos
barrenadores (platipódidos
y escolítidos). Desrama y
pierde las hojas en otoño-
invierno, implica realizar
cortinas compuestas.
12
Referencias
CÁMARA DE SANIDAD AGROPECUARIA Y FERTILIZANTES (CASAFE). 2019. Prevenir derivas en las aplicaciones de productos sanitarios.
Disponible: https://www.casafe.org/prevenir-derivas-en-las-aplicaciones-de-productos-fitosanitarios, consultado el
11 de diciembre de 2019.
COPES, W. J. 2012. Evaluación de barreras vegetales para mitigar la deriva de pulverizaciones. Universidad Nacional del
Comahue. Tesis de Maestría. 94 p.
Davis, B. N. K.; Brown, M. J.; Frost, A. J.; Yates, T. J.; Plant, R. A. 1994. The Effects of Hedges on Spray Deposition and on the
Biological Impact of Pesticide Spray Drift. Ecotoxicology and Environmental Safety 27: 281-293.
Ente Nacional Regulador de la Electricidad (Argentina). Resolución ENRE 0382/2015. Boletín Oficial 33.227. P. 28. Disponible:
https://www.enre.gov.ar/web/bibliotd.nsf/(Internet3)/E10A69CF20F0642803257ED10060AD73?opendocument
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Las cortinas forestales son plantaciones de árboles y arbustos en líneas
simples o múltiples con el objetivo de alterar el flujo de viento y el
microclima alrededor de cierta superficie. Pueden diseñarse para funcionar
como barrera y permitir a la vez la obtención de subproductos. Tanto las
características de la especie vegetal empleada como el espesor de la cortina
son fundamentales para el buen funcionamiento de la misma. Bien diseñadas
y manejadas, pueden ser una herramienta confiable frente a la deriva de
agroquímicos. Las cortinas forestales están contempladas en el régimen de
promoción forestal instituido en 1999 por la Ley 25.080. Este régimen
contempla beneficios fiscales y apoyo económico para el manejo silvicola de
bosques implantados, una razón más para su consideración como una
alternativa válida de protección.