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Las Mujeres del Kamasutra

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Abstract

El siguiente trabajo tiene como objetivo construir una tipología en la que se vislumbren los roles que les fueron asignados a las mujeres en una de las traducciones del texto: Kamasutra. Se describirán así, las prácticas prescriptas para cada "tipo" de mujer que se narran en los textos y brevemente se indagará sobre la posición social de los hombres con quien ellas mantenían relaciones más íntimas o de cercanía. La idea del trabajo es profundizar en las distintas formas de la subjetividad femenina en India, en el momento de escritura del texto y desde el sector social que fue escrito en el libro, teniendo en cuenta las modificaciones que las traducciones pudieron haber tenido en él, sin pretender llegar a conclusiones acerca de la vigencia de estos mandatos en la actualidad. El Kamasutra al haber sido escrito con el objeto de instruir a sus lectores se presenta como un texto en el que las prescripciones, proscripciones y normalizaciones de las conductas se muestran claramente y por ello fue seleccionado como fuente. Allí se ven claramente cuales son los comportamientos, los modos, las acciones e incluso hasta las frases que son aceptadas socialmente en el ámbito de las relaciones sexuales, de pareja y maritales. -- Trabajo presentado para el Congreso Nacional de ALADAA en 2012
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Título: Las Mujeres del Kamasutra
Directora: Lic. María Agostina Cacault
Autora: Lucia Ibarra (Facultad de Ciencias sociales- UBA)
E-mail: n.luciaibarra@gmail.com
Mesa temática: “La India. Cultura y Sociedad, de la Antigüedad a nuestros días".
Resumen/Abstract
El siguiente trabajo tiene como objetivo construir una tipología en la que se vislumbren
los roles que les fueron asignados a las mujeres en una de las traducciones del texto:
Kamasutra. Se describirán así, las prácticas prescriptas para cada “tipo” de mujer que se
narran en los textos y brevemente se indagará sobre la posición social de los hombres
con quien ellas mantenían relaciones más íntimas o de cercanía. La idea del trabajo es
profundizar en las distintas formas de la subjetividad femenina en India, en el momento
de escritura del texto y desde el sector social que fue escrito en el libro, teniendo en
cuenta las modificaciones que las traducciones pudieron haber tenido en él, sin
pretender llegar a conclusiones acerca de la vigencia de estos mandatos en la actualidad.
El Kamasutra al haber sido escrito con el objeto de instruir a sus lectores se presenta
como un texto en el que las prescripciones, proscripciones y normalizaciones de las
conductas se muestran claramente y por ello fue seleccionado como fuente. Allí se ven
claramente cuales son los comportamientos, los modos, las acciones e incluso hasta las
frases que son aceptadas socialmente en el ámbito de las relaciones sexuales, de pareja y
maritales.
Lucia Ibarra estudia sociología en la Universidad de Buenos Aires e integra la Cátedra
de la India en la Universidad de La Plata.
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Introducción
El Kamasutra de Vatsyayana se popularizó en occidente como un manual para tener
relaciones sexuales. Para quienes no lo han leído y a nivel masivo es un manual que
enseña poses sexuales exóticas, ideal para personas que buscan romper con la rutina. El
Kamasutra no es eso y quienes esperen eso y consigan una edición no ilustrada, como la
primera que conseguí yo, terminarán más que desilusionados.
Tampoco es el Kamasutra un texto trans histórico. Considero que toda producción
literaria es inevitablemente hija de su época y más allá de la cantidad de frases o
párrafos que se consideren aplicables a la realidad actual o pasibles de describirla,
siempre habrán frases o párrafos que no guarden una relación tan estrecha con el modo
de vida de las personas hoy. Son marcas claras de la época en la que ha sido escrita y de
la mirada que sobre ella tenía el autor. Así como existen marcas de la época
imborrables, existen también marcas geográficas o espaciales. En el caso del Kamasutra
en varios capítulos se mencionan distintos países o regiones que hoy forman parte de la
Republica de la India. Y no existe una coincidencia exacta entre el territorio ocupado
por el Imperio Gupta y por la India contemporánea.
Por otro lado considero que el libro no es un reflejo cristalino de los modos de vida de
las parejas durante el Imperio Gupta. El grado de fidelidad en la descripción no está
puesto en discusión en este trabajo. El libro es una interpretación de la realidad con el
condimento especial que busca aconsejar sobre como operar en el ámbito sexual y
amoroso y, por tanto, en ocasiones, lo que se hará con lo que se deberá hacer, se
confunden. También se ven claramente las marcas de la pertenencia a un sector social,
en este caso a una casta, y la consecuente naturalización del mundo social como si las
diferencias entre las castas no fuesen tan profundas, pero a su vez ignorando, en gran
medida la cotidianeidad y el mundo de la vida de esas personas debido a las distancias
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que los separan socialmente, distancias que se traducen, en cierta medida,
espacialmente.
La idea del trabajo es profundizar en las distintas formas de la subjetividad femenina en
India, en el momento de escritura del texto y desde el sector social que fue escrito en el
libro, teniendo en cuenta las modificaciones que las traducciones pudieron haber tenido
en él.
De entre todas las clasificaciones se trabajaron cuatro tipos de mujeres: la casada, la
cortesana, la muchacha y la mujer del harén real. La selección, por demás arbitraria, se
basó en determinados rasgos de cada tipo pero lo que comparten entre es que a todos
ellos se les dedica por lo menos un capitulo y que las funciones que son esperadas que
cumplan debido a sus roles son claramente marcadas y detalladas.
Con respecto al texto utilizado, fue una traducción al español de Jacinto León Ignacio y
editado en 1974 en Barcelona.
En cuanto a los roles sociales, cabe destacar que los mismos fueron pensados desde una
perspectiva en la que si bien se observa claramente la coerción de las pautas sociales
dominantes, el agente social es quién reproduce dichas pautas en su práctica cotidiana y
a la vez quién encuentra distintos modos de resistirse a ella o de lidiar con ella y de este
modo las pautas son transformadas, resignficadas, etc. Se pretende destacar una visión
dinámica de la relación entre la imposición de los modos de ser, hacer, pensar y decir y
lo que las personas realmente hacen, piensan, son y dicen.
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Problema
El objetivo de este texto es construir una tipología de los roles de las mujeres descriptos
en el libro Kamasutra de Vatsyayana. Espero que el análisis de los diversos roles de las
mujeres en el Kamasutra pueda dar un elemento o una herramienta que ayude a salir de
los polos binarios mujer sexualmente liberada mujer sexualmente oprimida,
destacando los matices existentes, los grises, si se quiere, entre estos dos extremos. Y
desde punto de vista contribuir a uno de los debates que se halla en el texto de Jyoti Puri
Concernign Kamasutras: Challenging narratives of History and sexuality”. Aquel que
gira en torno a la narrativa de la historia de la sexualidad según la cual la época de la
India antigua sería un período de liberación sexual, tanto masculina como femenina,
mientras que en la actualidad la opresión sobre los modos de ejercer la sexualidad
femenina sería claramente represiva.
Cabe aclarar que no quiero bajo ningún punto de vista decir con esto que no existan
relaciones de poder patriarcales, las hay. Pero deseo sencillamente mostrar los distintos
roles femeninos y las funciones sociales adheridos a ellos que están descriptos en el
Kamasutra de Vatsyayana porque considero que allí pueden verse en parte estas
relaciones y en parte los modos de resistencia o adaptación a ellas con todas las
situaciones graduales que existen entre uno y otro. Tal vez en un trabajo posterior pueda
hacer mayor énfasis en los modos de dominación o en las formas de cooperación
narradas en el texto.
Quisiera incluso mostrar que en el texto no hay un único modo correcto de ser mujer.
Que la idea de la mujer casada en una relación poligámica, con un comportamiento
servil, considerada típica de Oriente (desde la antigüedad hasta hoy) omite mucho e
invisibiliza prácticas y actores sociales. Y que esas prácticas y esos actores sociales
están allí, en un texto tan popularizado como el Kamasutra, totalmente a la mano.
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Desarrollo
Al analizar cualquier texto se debe comenzar por el título. ¿Qué significa Kamasutra?
Para acercarnos a una definición se puede ver el preámbulo de la traducción de Jacinto
León Ignacio que comienza con la siguiente frase: “En el principio, el Señor de los
Seres creó a los hombres y a las mujeres y, a manera de mandamiento, formados por
cien mil capítulos, estableció las normas de su existencia en relación al dharma, artha y
kama.” (Vatsyayana, P19 : 1974)
El Kamasutra en principio sería una recopilación de obras anteriores que concentraron
en un menor número de capítulos las normas en relación a la obtención del Kama. En el
Capitulo II de la primera parte, titulado “Del modo de adquirir el Dharma, Artha y
Kama” se explicita que se entiende por Kama:
“el disfrute de los objetos logrados por medio de los cinco sentidos: el oído, el
tacto, la vista, el olfato y el gusto, ayudados por la mente a la que asiste el alma.
El ingrediente de éstos es el contacto peculiar entre el órgano del sentido y su
objeto, y la consecuencia del placer que emana de ese contacto se denomina
Kama.” (Vatsyayana, 1974, Pag 25 y 26)
El Kama se aprendería por medio del Kamasutra que, para el autor, significa aforismos
sobre el amor y se aprendería también por medio de la práctica de los ciudadanos. Los
Sutras remiten a formas de aprendizaje que destacan la oralidad de la enseñanza y la
técnica de repetición para la memorización.
1
Si bien en la generalidad de los casos el dharma es de mayor importancia que el artha y
éste que el Kama, en el caso de “las mujeres públicas” puesto que el Kama es su
preocupación y oficio debería para ellas ser el más importante.
1
Agradezco el aporte del Lic. Gabriel Martino que en su trabajo sobre los yogasutras se explaya sobre el
significado de la palabra sutras.
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A partir del tercer capitulo “Acerca de las artes y de las ciencias que deben estudiarse”
podemos comenzar con la construcción de la tipología. Existiendo una diversidad
importante de parámetros para clasificar a las mujeres que van desde la intensidad de su
deseo sexual hasta su profesión pasando por su relación con la mujer casada, decidí
centrarme en cuatro tipos que son mencionados y destacados en el texto. El primer tipo
de mujeres es la mujer casada, que es mencionada en la mayor parte del libro. Dentro de
este tipo de mujer incluyo a mujeres casadas con hombres dedicados a distintas
profesiones, sin otra característica más aparte del hecho de estar casadas. El segundo
tipo de mujer es la cortesana, que puede vivir con un hombre como si estuviese casada o
no, que se destaca por su profesión, más que por su estado civil. A ella se le dedica
algunos capítulos y se considera que deberían ser estudiosas del libro y de las 64 artes.
El tercer tipo de mujer es la muchacha, definida como tal por su edad, no especificada, y
por el hecho de no haber contraído matrimonio. Para ella existen instrucciones precisas
acerca de cómo atraer al hombre y también son mencionados los modos en los que un
hombre puede lograr casarse con una de ellas. Y por último, el cuarto tipo de mujer lo
constituyen las mujeres del harem real. Si bien se las menciona en un sólo capítulo de
manera exhaustiva, son muy interesantes dichas menciones por las estrategias sugeridas
para que una mujer logre cierta satisfacción sexual teniendo en cuenta la elevada
cantidad de esposas que suelen tener los monarcas.
Marco Conceptual
Antes de proceder a describir estos cuatros tipos de roles se deberían mencionar algunas
cuestiones en torno al bagaje teórico que antecede al análisis y a partir del cual este se
realiza. Los roles sociales fueron comúnmente pensados como imperativos sociales
acerca del modo en el que una persona debe actuar. A determinado rol, determinadas
funciones asignadas y exigidas. Posteriormente diversos autores comenzaron a pensar la
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relación entre los roles y la personalidad individual. Un autor que es ampliamente
criticado pero cuyas enseñanzas, por su relación con las formas de pensamiento
hegemónico entre otras causas, han sido difundidas y se pueden encontrar conformando
el corpus incoherente del sentido común
2
, Talcott Parsons (en sus primeras
formulaciones teóricas) considera que la personalidad individual es el resultado de la
triangulación entre las pulsiones personales y la asignación de roles y funciones
mediante la cultura. Dado el énfasis que dicho autor pone en el cumplimiento de los
roles asignados sus críticos han considerado que el agente social no es un “idiota
cultural” que reproduce mecánicamente las normas de la sociedad sin transformarla o
recrearlas a su manera. Enfoques tales como la etnometodología de Garfinkel corren el
centro del debate hacia el agente como un ser activo que no sólo es objeto de la
normatividad sino que también es sujeto, que transforma y sostiene dichas normas, roles
y funciones de modos variados. Pierre Bourdieu, retoma dichas críticas al explicar el
concepto de habitus y de espacio social que es central en su obra. El habitus refiere a los
modos de hacer, de pensar, de hablar y de ser de las personas; son estructuras que
fueron y son estructuradas pero que a la vez son estructurantes. Este concepto es
rescatado en este artículo porque destaca el aspecto relacional de los roles, que operan
no sólo de un modo imperativo y fijo, sino que son también redefinidos constantemente
en las prácticas de los agentes sociales, mientras que definen a su vez a estos agentes. A
través del habitus se intenta dar cuenta de las relaciones de poder que se esconden o se
invisibilizan en aquello que se espera de los agentes y que los agentes esperan a su vez
de aquellos con quienes comparten el espacio social, de acuerdo a la posición que
ocupen en dicho espacio y la relación que se establezca de acuerdo a la posesión de
capital cultural, económico, social, simbólico, etc.
2
Al referirme al modo de pensamiento hegemónico y al sentido común me refiero a la concepción
gramsciana de ambos conceptos. Ver Gramsci, Cuadernos de la Cárcel.
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En el siguiente trabajo podremos ver como si bien se describen normativamente los
roles sociales de las mujeres de acuerdo con su posición en el espacio social, al describir
las distintas prácticas que se realizan de hecho, y las estrategias que se utilizan evadir o
transgredir dichas normas, el texto deja ver los modos en los que los agentes sociales
operan con dichas normas y redefinen de este modo los roles que les fueron asignados.
En el caso de las mujeres, bajo el esquema típico patriarcal, su rol suele estar construido
en definición a su inferioridad biológica, y por ende natural, con respecto al hombre. Se
presupone que el sexo biológico determinaría modos de comportamiento y de
pensamiento haciendo de la mujer un ser que por sus capacidades reproductivas tiene la
responsabilidad y el deber de dar a luz, cuidar de sus hijos (que son considerados más
suyos que como compartidos entre ella y el padre) y administrar todo lo relativo al
ámbito domestico. La mujer suele ser sinónimo de madre. Y en cuanto a las prácticas
sexuales mientras que algunos aseveran que las mujeres derivan su placer del goce del
hombre y no del propio, otros consideran que el goce de la mujer no deja de situarla en
una actitud pasiva, de persona sobre la cual se actúa.
Retomando un artículo de Gayatri Spivak “¿Puede el subalterno hablar?”, se debe
destacar que, si bien se pueden ver estos modos, en el texto no sólo es audible la voz del
autor desde su posición social, sino que podríamos decir que su voz se escucha de fondo
distorsionada por las traducciones que realizaron del texto. Lamentablemente en la
traducción de José Ignacio León no se aclara de qué traducción al inglés o a cualquier
otro idioma se parte. Pero por la masividad que tuvo la traducción de por Richard
Burton en 1883 en Bretaña colonial, se supone que de ella se parte, especialmente
teniendo en cuenta los comentarios que sobre esa traducción realizan Indra Sinha y Jioty
Puri. Volviendo al tema de las voces, se podría decir que las voces de las mujeres en
algunas partes del texto son completamente silenciadas, mientras que en otras llegan a
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nosotros como producto de un juego de teléfono descompuesto, en el que, si las mujeres
dijeron algo, esto es retransmitido en primer lugar por el autor, luego por los traductores
y así, llega a nosotros en el texto. Es por ello que no nos podemos dar el lujo de emitir
opinión acerca de la postura de las mujeres frente a lo que se describe, ni como se lo
describe en dicho período. Si podemos, a través del texto de Jyoti Puri Concernign
Kamasutras: Challenging narratives of History and sexuality”, pensar en las lecturas de
los kamasutras desde el feminismo, pero excede los objetivos de este trabajo.
La mujer casada
En las primeras páginas del libro se debate acerca de si las mujeres deben leer el
kamasutra o no y si ello fuese una infracción de la norma que prohíbe que las mujeres
estudien.
Vatsyayana considera que las muchachas deben estudiar el Kamasutra antes de casarse
y una vez casadas, deberán conseguir autorización de su esposo para continuar con esos
estudios; mientras que otros autores consideran esto inapropiado. El estudio de este
texto ha de realizarse bajo las indicaciones de mujeres casadas que pueden ser: la hija de
la nodriza que es a la vez amiga de la infancia, una amiga confiable, su tía, una criada
vieja, una mendiga que haya vivido con la familia, su hermana. Se genera así una
situación paradojal: el texto que nos enseña sobre el amor en relaciones debe ser
difundido y explicado por mujeres casadas autorizadas por sus esposos, lo que nos lleva
a pensar sobre la accesibilidad que tuvieron las mujeres al mismo, bajo estas
condiciones.
La práctica del Kama con una mujer puede ser legal, prohibida o ni prohibida ni
aconsejada. El primer caso es cuando el hombre realiza la práctica con una virgen de
igual casta que él, que a su vez, está casada con él. Los hijos que puedan tener serán
legítimos. La prohibición se dará en el caso de mujeres de casta superior a la del hombre
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y no vírgenes, aunque de la misma casta. Este punto es interesante porque transmite la
idea de que el sistema de castas era general para todo el territorio abarcado en el libro y
es necesaria una aclaración. Debjani Ganguly en su libro “Caste, Colonialism and
Counter Modernity” argumenta que el sistema de castas previo a la colonización
británica no era homogéneo en todo el territorio de la India, ni por sus categorías, ni por
su relevancia y que en las castas más bajas, existía una cierta flexibilidad que pondría en
duda la rigidez que se le suele atribuir a dicho sistema de estratificación social. Ishita
Banerjee, en su reciente visita a la Argentina, dijo que no considera que se pueda hablar
de un sistema de castas como tal por la diversidad de los modos en los que operaba y
por los distintos grados de relevancia que tenía en las regiones. Es por ello que esta
frase puede proceder de una generalización del traductor.
No toda mujer es apta para casarse o, más bien, para ser elegida como esposa. En la
descripción de las muchachas, detallaremos como debe ser. Y una vez convertida en
esposa ¿Qué se espera de ella?
Una mujer virtuosa, que ame a su marido, ha de comportarse según los
deseos de éste, igual que si se tratara de un ser divino y, con su
consentimiento, tomará sobre sí la carga de cuidar toda la familia.
Mantendrá limpia la casa, arreglará y colocará flores en las estancias,
tendrá el suelo bien fregado, de manera que toda la vivienda produzca
una sensación de aseo y decencia.
Asimismo cuidará del jardín que rodea la casa, en el que criará, a punto
siempre de utilizarlas, las materias indispensables para los sacrificios de
la mañana, del mediodía y de la noche.
Además, revenciará en su santuario a los dioses lares, según indica
Gonardiya ¨nada une más el corazón del jefe de la casa al de su esposa
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que la observancia de las reglas antes indicadas¨” (Vatsyayana, 1974,
Pág 131)
Lo extenso de la cita se debe a que en unos pocos párrafos se pueden apreciar conjuntos
de funciones que se que la mujer casada cumpla. Se destaca una sujeción a la voluntad
de su marido, el hogar como el ámbito sobre el cual tiene responsabilidad, aunque no
plena facultad de toma de decisiones, el cuidado de la familia y la administración de
bienes que sean necesarios para la alimentación y por último deberes asociados a la
religión. De todas formas, esta imagen ha de ser matizada por comentarios que figuran
en otros capítulos acerca de mujeres que dominan a sus esposos por la influencia que
ejercen sobre ellos. Aún así, es llamativo que el modo de dominación que se destaca es
la persuasión seguramente por la aceptación de que la legitimidad de la toma de
decisiones recae sobre el hombre. La descripción continúa aclarando incluso como ha
de vestir y actuar la mujer en ausencia de su esposo pero sería interesante ahora
comenzar a ver las interacciones que se producen entre las mujeres casadas con un
mismo hombre.
Cinco razones son enumeradas como causas por las cuales surge un nuevo matrimonio.
De estas, tan sólo una, es atribuida al hombre y es su incontinencia. Es llamativo que se
esto sea mencionado considerando que en capítulos previos Vatsyayana argumenta
considerando que el hombre y la mujer poseen la misma intensidad de deseo sexual, que
según cada caso varía, y que están en distintas posiciones porque la conciencia del
deseo y la forma de actuación son distintas. La mujer sería la persona sobre la que se
actúa y el hombre quien actúa pero el placer sería idéntico para ambos dado que deriva
del acto que juntos están realizando. Siguiendo esta línea de pensamiento se vuelve
poco claro el hecho de que sólo el esposo sea incapaz de contenerse. Ahora bien, las
otras posibles causas son: locura o mal carácter de la esposa, la repulsión que el marido
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siente hacia ella, la falta de descendencia y el haber tenido sólo hijas. En el caso de que
la mujer no haya tenido hijos, ella misma será quién le aconseje a su esposo que se case
con otra mujer.
Las relaciones entre las esposas estarán condicionadas por factores etáreos, por la
distancia temporal entre el casamiento propio y el de las demás, y por las
demostraciones de favoritismo o no que realice el esposo hacia ella. Se teje así un
entramado de relaciones jerárquicas fluido y dinámico que, si bien no opera de manera
independiente a la voluntad del esposo, ya que de hecho es él quién determina la
incorporación de más personas y con ello modificaciones en las relaciones, puede en
ocasiones operar de manera paralela. Por ejemplo, si bien la favorita es definida por el
esposo, una mujer que no es apreciada por su esposo puede obtener sus favores
acercándose a la favorita, siendo su consejera en cuanto surja una discusión, etc. Por
otro lado, la mujer de mayor edad, aliada con quien la sigue en rango y edad, puede
provocar disputas entre la favorita y el esposo para luego evaluar si le resulta
conveniente alimentar las diferencias o buscar la reconciliación. Este sería uno de los
muchos ejemplos de una táctica para torcer la voluntad del marido. Lo que da cuenta de
la forma en que las mujeres operan con las funciones que les son asignadas, de los
grises entre la aceptación y el rechazo del cumplimiento de las funciones estipuladas.
La cortesana
¿Por qué una cortesana recurre a los hombres? Porque obtienen placeres sexuales y los
medios para subsistir, nos contesta esta traducción del libro. Ella puede dirigirse a un
hombre por amor o para ganar dinero, pero debe siempre demostrar amor porque los
hombres prefieren a las mujeres que fingen que los aman.
La cortesana, una vez bien vestida y engalanada, permanecerá sentada o en
pie (sic) a la puerta de su casa, y sin ponerse demasiado en evidencia, mirará
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hacia la calle de manera que puedan verla los transeúntes, ya que, en cierto
modo, nos es más que un objeto expuesto a la venta”
3
(Vatsyayana, 1974, Pág
179)
A primera vista se puede pareciera que la mujer decidiría como sujeto, pasar a ser casi
un objeto. Es importante destacar que la mujer no llega a ser descripta como un objeto y
por ello se debe prestar atención al “en cierto modo” pero sin olvidarnos que viene
seguido del “no es más que un objeto expuesto a la venta”. Lo que nos lleva a
preguntarnos acerca de la conciencia y las representaciones que tendría la cortesana
acerca de su situación y el abanico de posibilidades que puede haber visto y tenido a
mano como medios para subsistir. De todos modos, el responder a estos interrogantes
requeriría el acceso a otras fuentes y sobre todo, la precaución de considerar que, en este
caso se analiza un documento que por el proceso de su escritura contiene muy variadas
representaciones acerca de la situación social en el Imperio Gupta.
Un listado de hombres que deberían ser frecuentados y las razones por las cuales
deberían serlo es seguido de las características por las cuales ha de distinguirse la
cortesana. No sólo ha de ser bella y amable, si no que tendrá afanes de riqueza, se
deleitara con las uniones sexuales que resulten del amor y, en cuanto al goce físico,
estará siempre en la misma categoría que el hombre (Vatsyayana: 1974) Nuevamente
surge la cuestión acerca del deseo sexual de la mujer como equitativo al del hombre,
que es uno de los aspectos del Kamasutra que destacan quienes ven en él una obra que
daría cuenta de una era de liberación sexual femenina. Pero, se debe tener en cuenta que
la exigencia de la adaptación al goce del otro recae sobre la mujer.
Existen ciertos aspectos de la descripción que se hace de la cortesana que matizarían la
visión de ella como “no más que un objeto expuesto a la venta”. En particular el hecho
3
P 179. Vatsyayana. Kama Sutra.
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de que la mujer pueda decidir con que hombres relacionarse. Es por dicha posibilidad de
elección que Vatsyayana aconseja que hombres han de evitarse y también otorga al
lector lo que se podría considerar una guía para decidir si es adecuado o no regresar con
un amante, en una variedad de situaciones considerables. También son aconsejados los
modos de obtener dinero de un amante y las formas de librarse de él. Este último punto
también puede ser visto como una enumeración de comportamientos que la cortesana ha
de evitar. Hablarle de cosas que él no conoce, frecuentar hombres que saben más que él
o que son más inteligentes y criticar su saber, son parte de la lista. Con ello se puede
inferir que el lugar del hombre es el de poseedor de saberes e inteligencia, pero al
atribuirle a la cortesana la capacidad de realizar estas acciones, se la considera capaz de
conocer otras cosas, más allá de las que él conoce, y la capacidad de discernir entre
personas de mayor o menor inteligencia. Esto la ubicaría en la posición que se menciona
en las primeras páginas del libro, en donde se describe su participación en reuniones que
sólo frecuentan hombres y en las que interactúan con ellos en un plano de relativa
equidad. Por otro lado, como otras tácticas de deshacerse de un amante se encuentran el
rechazo a la penetración y la inmovilidad durante el acto sexual. Allí se podría ver un
indicio de que la mujer se encuentra en la obligación de acceder a tener relaciones
sexuales cuando su amante así lo desee pero que dicha obligación podría ser evadida, en
ciertas ocasiones.
También se puede hallar en el libro una descripción acerca del modo en que la
cortesana, según su pertenencia a los sectores sociales más altos o no, debe gastar su
dinero junto a distintas causas por las cuales se producen perdidas o ganancias. Y en la
última parte de lo que atañe a la descripción de las cortesanas se detalla que las
cortesanas pueden ser: las encargadas de una casa de trato, su sirvienta, la mujer lasciva,
la bailarina, la artesana, la que ha perdido a su familia, la que vive de su hermosura y la
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cortesana de profesión. En parte esta clasificación ayudaría a que se puedan pensar en
las circunstancias por las cuales una mujer decide, y con que grado de libertad, ser casi
un objeto a la venta.
La muchacha
En el libro se establece como claro objetivo de la muchacha, el casarse.
“Cuando una muchacha llega a la edad del matrimonio, sus padres han de
vestirla con coquetería y llevarla a lugares donde todo el mundo pueda verla.
Todas las tardes tras vestirla y engalanarla, la mandarán con sus amigas a los
deportes, sacrificios y ceremonias del matrimonio, haciéndola descollar, ya que
es como una mercadería” (Vatsyayana, 1974, Pag 108)
El hombre es aconsejado acerca de que muchachas ha de evitar y en dicha enumeración
en cuanto a su comportamiento se menciona que no debería haberse mantenido oculta,
ni cohabitado con otros y luego se debería evitar mujeres por determinados rasgos de su
aspecto físico.
Más allá de los modos de atraer un hombre, entre los cuales se destaca el uso de una
alcahueta y los modos sutiles de demostrar interés, se considera más relevante la parte
del texto en la que se menciona las distintas formas de matrimonio. En parte por el
análisis que de este parte del texto realiza Somasundaram en “Marriage in the Kama
Sutra of Vatsyayana” y también por la forma en la que se hace referencia a la
muchacha.
4
La forma gandharva de matrimonio es aquella por la cual, una muchacha ya enamorada
y que públicamente se comporta como la esposa de un hombre, se casa con él tras una
4
En cuanto al texto de Somasundaram encuentro problemáticos dos puntos en particular. Por un lado
considero que no se problematiza la posición que ocupa la mujer en el matrimonio, y no se ve que el
escaso margen decisional con el que opera. Por otro lado, me parece que la afirmación de que la esposa
ideal descripta por Vatsyayana es la esposa ideal de todos los tiempos es desconocer y negar la
historicidad de formas de relaciones sociales e históricas como el matrimonio, es desconocer que existe el
genero, los modos en los que una sociedad, sus instituciones y los agentes, entre otros, consideran que
debe comportarse y pensar una persona de acuerdo a su sexo biológico.
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ceremonia en la que se ofrece un sacrificio a un fuego que fue llevado a la casa de la
muchacha de la casa de un brahmán. Luego se informarán a los padres, a los parientes
del esposo y se buscará reconciliarse con ellos, por no haber sido notificados
previamente, mediante regalos y actitudes respetuosas. Esta descripción daría indicios
de otros modos apropiados de casarse contando con el aval de los padres, pero dicha
forma no es detallada. Luego, se mencionan medios por los cuales el hombre puede
casarse con una muchacha que no está decidida a casarse o que no quiere reconocerlo.
Los medios van desde llevarla a su casa, con una amiga de ella como cómplice, y llevar
el fuego hasta raptarla, drogarla o embriagarla. Las muchachas antes descriptas como
mercancías pueden ser robadas y tomadas de acuerdo con la voluntad del hombre.
Vatsyayana aconseja un matrimonio por amor y a partir del mutuo consentimiento. En
otras partes del texto, se hace alusión a mujeres que no aman a sus esposos y a la
dificultad de la nueva esposa de adaptarse a la forma de vida marital, se puede pensar
que dichas circunstancias pueden deberse a estas formas de matrimonio más que a un
cambio de parecer de las muchachas.
La mujer del harén real
Este tipo de mujeres fue seleccionado, entre tanto otros, porque presenta
particularidades sobre todo en las formas de concretar una relación sexual que ellas
tendrían. En el libro se destaca que las mujeres del harén real al compartir entre muchas
un solo esposo establecen un sistema de turnos y de compensación de turnos para
garantizar de este modo que el monarca pase la noche con una mujer distinta cada noche
y que todas duerman con él igual cantidad de veces. De todos modos, se reconoce que
los sistemas de turnos poseen ciertas falencias. En otros casos el monarca sólo pasa sus
noches con sus preferidas e incluso existen monarcas que se aplican medicinas que les
permiten gozar de más de una de sus esposas en la misma noche.
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Como se menciona a lo largo de todo el texto, la mujer posee deseos sexuales en la
misma medida en que el hombre los posee, siendo sus niveles de intensidad: poco,
moderado y mucho. Dado la circunstancia en la que se encuentran las mujeres del harén
suelen encontrarse insatisfechas con su vida sexual. Los métodos para lograr cierta
satisfacción en ese plano son muy variados como se podrá ver en la cita.
“…se entregan entre ellas al placer de modo muy distinto, tal como a
continuación se explica:
Visten con ropas masculinas a las hijas de sus nodrizas, a sus amigas o a sus
sirvientas y, entonces, satisfacen sus deseos por medio de bulbos, raíces y frutos
que tienen forma de linga. También suele acostarse con una estatua, que
representa la figura de hombre, que tiene la linga visible y en erección.”
(Vatsyayana, 1974, Pag 171)
Otra táctica es que con la complicidad de las sirvientas las mujeres del harén reciban
visitas de hombres que para ingresar se disfrazan de mujer y burlan la seguridad que
vigila constantemente a las mujeres.
Lo que se destaca de este tipo de mujer son dos cuestiones: por un lado, en el libro se
hacen constantes menciones a que su situación sería una desgracia y por otro lado las
prácticas de relaciones sexuales en las que la mujer busca formas de satisfacerse en la
que se conjugan relaciones sexuales con el mismo sexo, con objetos inanimados y
juegos o la necesidad de (según el caso) vestirse como se visten quienes pertenecen al
sexo opuesto. En particular los juegos sexuales mantenidos con las sirvientas se podrían
ver como transgrediendo la heteronormatividad que atraviesa todo el texto y que sólo en
el capitulo dedicado a la unión bucal es descripta en detalle. Aún así, como señala Indra
Sinha, palabras como invertidos o perversas son la utilizadas para dar cuenta de
personas cuya orientación sexual es homosexual o bisexual o cuyas prácticas se realizan
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en ese sentido, y dichas palabras guardan mayor relación con la sociedad victoriana que
con la versión de Vatsyayana.
Así que, si bien las mujeres del harén real estarían condenadas a compartir su esposo
con muchas mujeres y realizar las tareas de una esposa habitual, los modos en los que
satisfarían sus deseos sexuales irían a contramano de la imposición social de que ser
heterosexual es el modo de ser sexualmente aceptado. Siendo que ello excluye prácticas
de relaciones sexuales con personas del mismo sexo y también que significa que cada
sexo debe aceptar los modos de ser esperados de ellos y vestirse de acuerdo a su sexo,
sin ambigüedades.
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Conclusión
A partir de estos cuatro tipos de mujeres se pudieron ver no sólo las prescripciones y
proscripciones que configuran, en cierta medida, su modo de ser; si no también las
formas en las que se interactúa con estas proscripciones en un juego que excede los
polos del rechazo o la aceptación. Vemos como el habitus de una mujer, descripto por
un hombre, si bien incorpora o contiene la percepción de que su lugar en el espacio
social se podría situar por debajo del lugar del hombre, las distancias que existirían no
serían en todos los casos iguales. Y aún en esta posición, que sería una simplificación
excesiva, reproduce, recrea y reconfigura su rol a través de su accionar.
Tal vez sí, una mujer casada trate a su esposo como si fuese una divinidad, pero
mantiene de todos modos el poder de influir en la toma de decisiones que él hace,
también puede engañarlo actuando en complicidad con otra de sus esposas. Tal vez sí, la
cortesana no sea mucho más que una mercancía a la venta, pero es ella quien administra
sus ganancias y quien decide que hombres ha de frecuentar o evitar y es ella quien
puede acceder a los estudios y espacios de recreación, que son definidos como ámbitos
masculinos. Tal vez sí, la muchacha es también como un objeto que ha de venderse,
pero ella puede, mediante alcahuetas, enviar indicios acerca de quien sería su esposo.
Tal vez sí, las mujeres del harén real sean las mayores victimas de la negligencia de su
esposo, pero pueden elegir otros métodos para satisfacer sus deseos y métodos que son
condenados como lo otro de lo normal, lo transgresor, lo abyecto.
Quizás por estas prácticas que irían en un punto en contra de lo impuesto es que se ve en
el libro una obra que puede ayudar a que la mujer, hoy, sea capaz de cobrar conciencia
acerca de sus derechos sexuales y reproductivos, como lo comenta Jyoti Puri. En cuanto
a ello, en principio creo que la obra, según su traducción, puede hablar más de las
representaciones del traductor que las del autor. E incluso considero que los roles de las
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mujeres son imposibles de ser imitados a partir de la lectura de un libro, más allá de lo
masivo que sea. Pero, volviendo al libro mucho queda a un para decir sobre los roles
asignados a las mujeres. Muchas líneas de trabajo pueden ser abiertas, desde investigar
las relaciones de cooperación entre las mujeres, hasta centrarse en las justificaciones de
porque determinadas practicas sexuales son apropiadas para quienes, pasando por la
descripción de los roles masculinos en la obra, hasta la descripción del universo de lo
femenino y lo masculino en la obra, incluyendo los espacio, adjetivos asociados a cada
sexo, etc.
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Bibliografia
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o (2000) La dominación masculina. Barcelona. Editorial Anagrama.
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Sinha, Indra en http://indrasinha.com/books/kama-sutra/
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Vatsyayana, M. (1974) Kamasutra y Ananga Ranga. Ediciones 29, 1974,
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Article
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Este artículo fue publicado originalmente en Cary Nelson y Larry Grossberg (eds.). Marxism and the interpretation of Culture. University of Illinois Press. Chicago. 1988. Además, en el libro, A critique of poscolonial reason. Toward a history of vanishing present. Harvard University Press. Cambridge. Existe otra traducción al castellano publicada en Orbis Tertius. VI. 1998: 175-235 (Argentina). Traducción del inglés de Antonio Díaz G., estudiante de antropología de la Universidad Nacional de Colombia. Revisada por Santiago Giraldo y María Teresa Salcedo, investigadores del ICANH.
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The varieties of marriage described by Manu and accepted by Vatsyayana are mentioned. The qualities of the bride and bridegroom for an ideal marriage are enumerated by Vatsyayana. The Shastraic view of the same along with the valid conditions of a Hindu Marriage under the Hindu Marriage Act, 1955 are contrasted. The role of the virtuous wife in house-keeping and looking after the husband, according to Vatsyayana, is highlighted. A brief mention is made of adultery and prostitution in various times in India. It is concluded that Vatsyayana's view on marital harmony could be utilised even to-day by various therapists.
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• Vatsyayana, M. (1974) Kamasutra y Ananga Ranga. Ediciones 29, 1974, Barcelona.