El capitalismo ha sido atacado por muchas razo-nes. Algunos lo acusan de ser un sistema ineficiente, inestable o autodestructivo en la producción de bienes y servicios. Otros dicen que es inmoral por naturaleza, puesto que premia, estimula o se sustenta en los impul-sos inmorales del hombre en contra de sus tendencias morales, o que, a lo mas, es moralmente neutro, contrario a las supuestas
... [Show full abstract] exigencias que requiere una sociedad bien constituida, cuyo sistema económico debe tener fuerza y carácter moral. En este momento solo nos preocupa la acusación moral. Sin embargo, deberiamos destacar que entre aque-llos que se oponen o que desean modificar el sistema capitalista, hay muchos dispuestos a reconocer que el sistema capitalista aprueba los examenes de eficiencia mejor que cualquier otro sistema: sin embargo, lo con-sideran moralmente deficiente o repulsivo. Tienen ra-zón al afirmar que las pruebas de eficiencia no son sufi-cientes. La gente no permitiría que perdurara un sistema que solo apruebe los examenes de eficiencia. Quieren sentir que el sistema es justo o, por lo menos, que no es injusto, y en esto tienen razón, aun cuando su con-cepcion acerca de lo que es un sistema justo o injusto puede ser tan inepta o errónea que, en la práctica, re-chazan la justicia y eligen la injusticia. Luego, es res-ponsabilidad de los defensores del capitalismo demostrar que este sistema aprueba tanto los examenes de morali-dad como los de eficiencia. Sin embargo, existe una artimaña en el concepto de sistema justo. La aplicación de la idea de justicia, de moralidad a un sistema económico, exije una definición 136 ESTUDIOS PÚBLICOS cuidadosa. Las normas de moralidad se aplican sólo a aquellos capaces de efectuar una acción deliberada. Así, sólo los individuos que actúan a sabiendas, ya sea en forma individual o en grupos, pueden ser calificados de justos o injustos. Un grupo, tal como un Estado, una sociedad comercial, cualquier otro cuerpo corporativo, e incluso una multitud, puede ser justo o injusto, ya que puede actuar intencionadamente. Pero un grupo tal como una sociedad 1 , no puede ser justo o injusto dado que no puede actuar en el sentido en que lo hacen los grupos antes mencionados. Una sociedad es una red de individuos, o un siste-ma de relaciones, y no un grupo de individuos que ac-túan con un propósito determinado. Es por esta razón que el término "justicia social" carece de sentido 2 , y la expresión corriente "la sociedad tiene la culpa de mu-chos males", es un verdadero ejemplo de majadería y confusión. Los individuos en una sociedad pueden ser justos o injustos. Como también pueden serlo las con-venciones vigentes en una sociedad, pero sólo porque ellas representan las acciones o actitudes de los indivi-duos. Tal como una sociedad, el sistema económico lla-mado capitalismo es un sistema de relaciones. Está com-puesto por mercados y estos son, por definición, siste-mas de relaciones y no entidades que actúan con un propósito determinado. Nuestro idioma puede inducir-nos a error en este punto. Cuando decimos, por ejem-plo, que un mercado determina cierto precio, empleamos un lenguaje vago para describir un equilibrio de accio-nes individuales, y no la acción de un grupo que actúa con un propósito determinado.